Suplemento Cultural
Una idea original de Rosauro Carmín Q.
Guatemala, 6 de octubre de 2012
Descubren tumba de reina guerrera maya Página 2
Los niños y sus derechos humanos Página 4
La pintura de Francisco Tún Página 5
Eugenia Abril de Meschede en el Museo Ixchel Página 3
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Nueva Guatemala de la Asunción, 6 de octubre de 2012
“
Kalomt’e K’abel, no fue una persona normal. Enterrarla en la parte más importante de la ciudad y de este edificio significa que la gente continuó adorándola y venerando este lugar mucho tiempo después del derrocamiento de la dinastía”, explicó David Freidel, director del proyecto responsable del descubrimiento. El gobierno de Guatemala anunció el jueves el hallazgo inédito de una tumba de una reina maya en un sitio arqueológico del norte del país cerca de la frontera con México. Según los historiadores de la época clásica maya, K’abel perteneció al reinado más grande de Calakmul. Por su linaje real, fue enviada al sitio de El Perú para casarse con el rey de Wak, K’inich Bahlam II. K’abel reinó durante 20 años y adquirió el nombre Kalomt’e, que en español significa guerrero supremo, el título máximo para cualquier líder maya. Su esposo el rey no ostentó ese título. La tumba fue hallada por un grupo de antropólogos guatemaltecos y estadounidenses de la Universidad de Washington en San Luis en el sitio arqueológico El Perú-Waka. “La tumba real demuestra que las mujeres han figurado en el pasado como lideresas y actualmente debemos asumir y ejercer la participación política para fortalecer el rol de la mujer en la nueva era”, manifestó la viceministra de Patrimonio Cultural y Natural, Rosa María Chan, en un comunicado. Las excavaciones revelaron un cuarto principal debajo del cual se encontró la tumba real con el cuerpo de la reina maya. Además se hallaron una serie de vasijas de cerámica, esculturas en piedra con el rostro tallado de la dama en la tumba, joyas de jade, y miles de lascas y navajas de obsidiana, según el informe antropológico del hallazgo. Para Freidel, en un pequeño vaso de alabastro con tapadera en forma de caracol aparece escrito el nombre de la dueña, que al traducirlo significa “Señora Lirio Acuático Mano o Dama Serpiente Señor”, el cual identifica a la reina K’abel, porque ese era otro de sus nombres. “La evidencia de la tumba concuerda con los textos sobre la civilización maya”, dijo el arqueólogo. Lisa Lucero, profesora de antropología de la Universidad de Illinois, ratificó que dada la ubicación y la vasija de alabastro “con el nombre alterno de lirio acuático que demuestra la grandeza de su poder,
FOTO LA HORA: AP
Una pieza de cerámica encontrada en el Proyecto Arqueológico El Perú-Waka.
Arqueología
Hallan tumba de reina maya en Guatemala
El hallazgo de la tumba de una reina maya, que según los expertos podría ser la guerrera suprema de la época clásica, Kalomt’e K’abel, transformaría las concepciones sobre los papeles políticos de mujeres mayas de la época, dijo el director del proyecto arqueológico. POR ROMINA RUIZ-GOIRIENA
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Una pieza de jade encontrada en este proyecto arqueológico.
es altamente probable que sea K’abel”.
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Los restos encontrados en el sitio, ubicado en la Laguna del Tigre.
El director del Centro de Investigación de América Central
de la Universidad de Tulane en Luisiana, Marcello A. Canu-
FOTO LA HORA: AP
Una arqueóloga muestra artefactos fúnebres encontrados. to, ratificó la identificación de Kalomt’e K’abel, diciendo que el alabastro la identifica como la “Dama de Kaan”. Los Kaan pertenecieron a la dinastía Kalamul y hay una estela (piedra grabada) en su honor en el sitio arqueológico. “Le dieron los honores que le darían a un rey”, dijo recalcando la importancia de K’abel como figura histórica maya. David Stuart, director del Centro de Mesoamérica y la Casa Herrera de la Universidad de Texas en Austin y especialista en cifrados mayas, consideró importante el descubrimiento, pero dijo que el hallazgo “no transforma nuestro entendimiento de los mayas”, como lo hicieron por ejemplo los murales de San Bartolo, que cambiaron la interpretación de la religión maya. “Ella fue muy importante en El Perú, pero no creo que fue más importante fuera de esa corte política”, dijo. Traci Ardren, profesora de antropología de la Universidad de Miami y arqueóloga experta en cuestiones de género de la civilización maya, explicó que esta creencia tradicional de que los hombres ocuparon un lugar más importante que las mujeres tiene que ver con la cantidad de imágenes de arte maya donde los hombres ocupan puestos de autoridad. Sin embargo, personas como K’abel con el título de Kalomt’e demuestran que “hubo ejemplos de mujeres extraordinarias que ocuparon puestos poderosos, que fueron exitosas y que fueron aceptadas por la sociedad”, argumentó Ardren.
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Galería de artistas
Eugenia Abril de Meschede en el Museo Ixchel
El Museo Ixchel (6ª. calle final zona 10, Centro Cultural Universidad Francisco Marroquín) presenta la exposición 33 años de Arte, Belleza, Creatividad y Sentimiento, de Eugenia Abril de Meschede, del 8 al 11 de octubre del presente año. La exposición muestra pintura y escultura a través del tiempo, lugares, personajes y espacios.
C
omo decía Van Gogh, llena el espacio de vida, pintura figurativa, formas y colores, gran sensibilidad estética, y gran capacidad de eficiencia pictórica y escultórica. Cuadros en los que se escucha el sonido de la ciudad de las quietudes, y el murmullo de las flores. Su dibujo es hermoso, capta con este sego poético, medio soñado, que ella supo dar a las piedras duras, a los muros agrietados cubiertos de mantillas de jacarandas. La muestra comprende La Naturaleza y sus encantos, que fueron creados por Dios con todo el amor y perfección, El cielo, con azules intensos que, durante el día, es bañado y acariciado por los rayos del sol; decorado con nubes viajeras que danzan al compás del viento. La Belleza de la mujer, el pilar de la familia y la sociedad que ama intensamente y que de sus entrañas da vida. Abstractos, forma y color en un nuevo concepto de interpretar el paisaje, jugando con líneas, color, luz y sombra… inquietudes que despiertan en el espectador, su imaginación Llevándole hacia la fantasía y creatividad. Antigua Poema de aroma y piedra, bella ciudad de incomparable belleza y sabor colonial y el embrujo de Atitlán. Eu muestra por primera vez su colección de esculturas en bronce y piedra que complementan los 33 años de carrera artística. www.eugeniaabrildemeschede.com
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Tómelo con filosofía
Los derechos de los niños y el futuro Cuidaba que mi hijo subiera a una “taza” giratoria, cuando reparé en que el encargado del aparato bajaba de éste a un niño que vestía un sombrero de paja. El empleado alegaba que el chiquillo no tenía boleto; pero desistió de su empeño ante la protesta de los que ofrecimos pagar por él. Mientras el aparato giraba, era evidente que el chiquillo luchaba por no entrar en contacto con los demás niños; la tarea se le hacía difícil porque carecía de un brazo. El humilde padre, con júbilo contenido fijaba la vista sobre el niño. Cuando el aparato se detuvo, padre e hijo se escurrieron del parque. Fue hasta entonces que el niño tomó la mano de su padre y se puso a caminar a saltos. POR JORGE MARIO RODRÍGUEZ-MARTÍNEZ
D
urante un tiempo analicé la molestia espontánea que sentí en el momento. ¿Es relevante mencionar que el niño era un chiquillo indígena con ropas de manta cubierta de remiendos? Pude esclarecer después que lo que despertó mi indignación fue que un niño de pocos años ya hubiese internalizado los muros de desigualdad que le impedían aproximarse a los otros y manifestar su júbilo de manera abierta. Adam Smith, como lo recuerda Amartya Sen con frecuencia, ya había reparado en que la pobreza puede asociarse con la vergüenza de presentarse en público. Reconocer esto no conlleva, desde luego, negar que la pobreza se pueda llevar con dignidad. En estos días en los que se conmemoró el Día del Niño cabe preguntarse en qué ha contribuido el reconocimiento de los derechos de los infantes para desmantelar estos muros de desigualdad y pobreza. De entrada las conmemoraciones son insuficientes. La jurista Isabel Fanlo reflexiona en que no “basta atrincherarse en el sugestivo lenguaje de los derechos para mantener al Herodes de turno alejado de los niños” (Derecho de los niños: una
contribución teórica). Es claro—o debería serlo— que la cuestión de los derechos de los niños supone la pregunta por su futuro, el cual no se reconoce como derecho en la Declaración de los Derechos del Niño. Muchos parecen olvidar que los niños no permanecerán como tales siempre. Aun cuando se lograse brindarles todos los satisfactores que demanda su niñez —lo cual sería un triunfo inmenso— aun quedaría la tarea de brindarles un mundo en el cual ellos puedan labrarse un futuro digno. Comprender los derechos de los niños supone transformaciones sociales que deben llegar hasta el terreno en el que se constituyen las prácticas políticas, económicas y culturales de la sociedad. La desaparecida feminista norteamericana Susan Moller Okin notaba que la mayor parte de teóricos de la política habían obviado responder a la pregunta de cómo los futuros ciudadanos pueden desarrollar el sentido de justicia en un ambiente no regido por principios de justicia como sucede en el hogar. Y es que no sólo ahí se incuban prácticas opresivas profundas sino que también es en el ámbito familiar en donde impactan con mayor crudeza las deficiencias del sistema económico y social en el que vivimos.
La familia forma al individuo pero también lo deforma; victimarios y víctimas, explotadores y explotados se forman en ella. En El Corazón del Hombre, Erich Fromm observa que los padres pueden endurecer el corazón de un niño para que se vuelva incapaz de elegir el bien, lo cual explica por qué algunos sectores persisten en prácticas como la explotación infantil. Por otro lado, un entorno de injusticia social genera ambientes familiares permeados por la pobreza y la violencia; en tales entornos difícilmente pueden echar raíces las estructuras de respeto de una sociedad viable. Aun con las excepciones que confirman la regla, es muy difícil convencer a una persona que se rija por principios de respeto cuando su dignidad ha sido violada constantemente desde que era más vulnerable. La injusticia estructural tiende a convertirse en violencia abierta y directa. En The Path to Hope, Stéphane Hassel y Edgar Morin notan que en los niños confluyen la debilidad suprema y la mayor fuerza; la incapacidad de labrarse un futuro se correlaciona con una fuerza que se descarrilla en la violencia innombrable de nuestra vida cotidiana. Es tan significativo que aparezcan sicarios cada vez más jóvenes asó como lo es que muchos
jóvenes quieran dejar las pandillas cuando se convierten en padres; los primeros no tienen un sentido de futuro, mientras los segundos lo recuperan muchas veces de manera efímera. Una sociedad sin sentido de futuro no es una sociedad viable. Las reflexiones anteriores pueden sugerir varios cursos de acción que están lejos de ser afirmaciones puramente retóricas. Lo que convierte en retórica a los principios es la poca voluntad de actuar, lo que a su vez refleja otra manifestación de la injusticia estructural: la incapacidad de atreverse a cuestionar las instituciones y costumbres en los que uno participa. La valentía ciudadana es una virtud de la cual necesitamos con urgencia. Creo, en primer lugar, que los derechos del niño deben promoverse como instancias críticas para denunciar el abismo entre el ser y el deber ser; los derechos humanos, en general, no pueden reducirse puramente a instituciones. En segundo lugar, es necesario fijar una política integral de derechos humanos que contemple la interrelación entre las diversas áreas de la vida social. En tercer lugar, el ejercicio crítico de todos los derechos debe oponerse a los intereses económicos que se preparan para una nueva ronda de despojo,
arropadas como de costumbre con las siempre falsas promesas de bienestar. Nuestros niños no van a gozar de salud en un ambiente contaminado por las mineras que los obligará a emigrar si no los enferman de manera permanente; tampoco serán beneficiados por privilegios fiscales a tanto empresario corrupto. Mención aparte merece la educación que debe fomentar en los estudiantes un conocimiento crítico de su contexto social. La educación no puede limitarse a generar “competencias” para resolver problemas en un trabajo que quizás nunca venga. Defender los derechos humanos implica la misión de construir una ciudadanía crítica que no se base simplemente en recetas tecnocráticas. En este contexto, la Procuraduría de Derechos Humanos debe constituirse en una instancia crítica que construya un contrapeso moral efectivo para cuestionar las debilidades morales de nuestras instituciones. Esto conlleva identificar los peligros que se ciernen en el futuro: ¿Qué vamos a hacer para preservar la naturaleza ante el afán de un crecimiento económico irresponsable? ¿Cómo vamos a hacer, por ejemplo, para que el agua no se privatice o concesione? Estas son preguntas cuya respuesta no admite más demora.
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Colaboraciones
La
vida en el prismático de los hijos
No cabe duda que uno de los sentimientos más fuertes en la vida es aquél que nace con los hijos, seguramente propiciado por esa fuerza que impone la creación de la vida, que se consolida con el acto de nacimiento pues resulta ser uno de los momentos más sublimes que como padre uno puede vivir, constituye esa transmisión de la sangre, la constitución de una nueva existencia, la generación de una responsabilidad para siempre y la creación de un amor eterno. POR JUAN JOSÉ NARCISO CHÚA
L
uego de ese momento imborrable, se presenta la infancia, una etapa preciosa en donde uno va observando los cambios en diferentes aspectos de los hijos. En lo físico, se puede ver su crecimiento, sus modificaciones de figura, el crecimiento de su cabello, sus piernas y todo lo relativo a su cuerpo. En el lenguaje, se puede constatar como pasan de pequeños monosílabos a palabras, de palabras a frases y luego a pequeñas oraciones. También es maravilloso verlos ejecutar cuestiones físicas, como jugar, como nadar, como bailar, como cantar. Esta etapa resulta imborrable, llena de anécdotas y uno puede decir que es una de las etapas más felices de relación por la cercanía, la estrechez de la relación con ellos, la dependencia total de uno como padre y la total entrega de los padres hacia ellos.
Mis tres hijos, en esa etapa me dieron enormes momentos de felicidad, verlos crecer fue notable. Sofía Alejandra, muy despierta, muy viva, imitadora total, además que tenía carácter para ordenar y dirigir. Lucía Gabriela, más tímida en esos años, seguía Sofía, alegre, traviesa, incansable y muy fuerte, con su hablar infantil y con problemas en la r y la p, hacía reír todo el tiempo. Juan José, como único varón, me recuerdo que era muy observador, inquieto, incansable, no lo olvido sobre su camión. Fue una etapa de mucho cariño, de mucho amor, muy cercana, me hicieron inmensamente feliz. Apunto unas anécdotas inolvidables. Sofía hizo un dibujo de la familia y me hizo colocho, entonces le digo, “pero yo no tengo el pelo así” y me contesta, “ni modo que te iba a dibujar pelón…”. Lucía, una vez refaccionando en la Palace, ante la negativa de So-
fía de comer algún postre con chocolate, le dice, siendo dos años menor: “cuando tengás mi edad te va a gustar el chocolate…” Juan José, una vez que nos preparábamos para ver un eclipse lunar, se puso su casco amarillo de construcción de juguete y dice: “ahora estoy listo por si se cae la luna…” La adolescencia llegó con las rigideces de los horarios del colegio, me gustó en todos, que propiciaron amistades desde pequeños, pero principalmente las dos mujercitas, hoy sus grandes amigas las conozco desde que eran unas güiras, las carreras de las clases, sus responsabilidades educativas, sus primeras fiestas y las consabidas desveladas. Otra etapa de muchas inquietudes, preguntas, dudas, consultas, alegrías. Hoy que ya todos son mayores de edad, los contemplo distintos, siguen siendo muy cercanos a mí, siguen manteniendo una bue-
na relación conmigo, pero ya tienen sus propias agendas, sus propios compromisos, sus propios sueños, sus propias conquistas. Hoy, ya los padres, no somos prioritarios, pero seguimos siendo importantes. Yo me precio de que mis hijos me acompañan a diferentes compromisos familiares o de amigos, todavía desayunamos juntos los fines de semana y, cuando se puede, cenamos juntos. Mis hijos, como todo padre orgulloso, son los mejores del mundo, como todos los padres decimos, ellos constituyen el tesoro más grande que puedo tener en la vida, representan el porvenir, llevan consigo una alforja de sueños, de afanes, de inquietudes, van para adelante buscando y tejiendo su propio destino, haciendo sus propias relaciones y con la fe que saldrán adelante y serán personas de bien, de eso estoy seguro. Vaya para ellos este pequeño homenaje de un padre orgulloso y feliz.
Galería de artistas
Francisco Tún en ArteCentro Este miércoles 10 de octubre, a las 18:00 horas, en ArteCentro Graciela Andrade de Paiz (9ª. calle 8-54, zona 1), se inaugura la “Exposición de Tún”, la cual permanecerá abierta hasta el 9 de noviembre.
M
ás de 70 obras conforman “La Exposición de Tún”, una de las muestras más significativas que se ha realizado de este autor en los últimos años. En palabras de Lucrecia Méndez de Penedo, “El pintor nos despista con escenas candorosas o graciosas de la vida simple mediante una técnica depurada de color, línea,
composición, perspectiva. Esparcidas en extensas superficies o colocadas frente a edificaciones gigantescas, las figuras -o figuritas- humanas podrían interpretarse como jubilosas ante la inmensidad o desconcertadas existencialmente. En pinturas como las dedicadas a los calabozos, la visión cambia: la dureza escueta del trazo y los tonos sombríos acentúan la soledad”. Francisco Tún, un artista versátil que dejó huella en la plástica nacional tanto por
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sus particulares creaciones como por lo prolífico de su obra. La muestra denominada “La Exposición de Tún” es conformada por más de veinte colecciones privadas, entre las que destaca la colección MONESCO, la John Gody, Fundación Rosas Botrán, Fundación GyT y la Paiz. “Es importante señalar que no se trata de una muestra más de Tún por muchas razones que quedan muy claras en el recorrido de la exposición. El rescate definitivo de una obra fragmentada por el propio
Tún nos muestra un trabajo que desapareció, hacia distintos destinos, desde 1972. Esos mismos trabajos constituyen una exposición completa que también se vuelve a reunir después de tanto tiempo”, explica el curador de la exposición, Guillermo Monsanto. El cóctel inaugural se celebrará el miércoles 10 de octubre a las 18:00 horas en ArteCentro Graciela Andrade de Paiz. La muestra estará abierta hasta el 9 de noviembre. La admisión es gratuita.
Maya, por tu prísnita raíz y el combate de tu madre. Varinia, con este nombre llego el amor al corazón de Espartaco. ¿Que quién es él? Tú conocerás su historia. He dicho a tu madre que pareces abejita. Te voy a decir porqué pero nunca te envanezcas: por el suave dorado de tus cabellos iluminando tu redonda cabecita; Por empañalados contornos de tu angelical cuerpecito; Por la dulce mirada que fluye de tus grandes ojitos de venado; Por la miel de tu sonrisa en tus labios atrapada, en tus dientes escondida y en toda tu boquita regada. En fin, porque eres panal de alegrías y esperanzas. Has crecido. Seguirás creciendo para vivir, amar y luchar intensamente. Crecer en la nobleza y dignidad de la semilla fructificada en el vientre sagrado de tu madre. Responder al barro ancestral de tus abuelos, a la sangre combatiente de tus padres, al grito rebelde de tu pueblo y a la alegre victoria de los pobres. ¡Cuánto te amamos! ¡Cuánto bien deseamos para ti y todos los niños! ¡Cuán inmensamente felices somos contigo! 18 de agosto de 1964
¡40 años! No puedes imaginar cuánto ha pasado desde aquel 26 de septiembre de 1972, cuando quedé esperando tu regreso para ir a los helados Gloria a montar al carrusel y comer helado. Yo tenía 9 años. Nueve veces había dado la vuelta completa alrededor del sol “cual valiente cosmonauta”. Te vi alejarte y aunque mucho después supe por qué, en esos días todo era muy confuso para mí. ¿Sabes por qué? porque identificaba yo la “desaparición” con el juego de magia que nos hacías al cachorro y a mí: Nos desaparecías juguetes que pronto aparecían en la mano contraria a la que te lo habías colocado al inicio. Era un juego al que se incorporaba mamá, y a veces también la desaparecías a ella, y pronto aparecía, y nosotros estallábamos de alegría y ustedes dos nos llenaban de besos que curtieron nuestra carne y han quedado circulando en nuestra sangre. Sin esos besos, sin toda la ternura que derramaron tú y ella sobre nosotros y que nos alienta, sería difícil transitar sobre esta tierra que tanto amaste. Yo espere mucho tiempo tu regreso porque tú eras el especialista en “aparecer” lo “desaparecido”. Tus hijos teníamos nueve y cuatro años. Tenías tú un presentimiento porque te diste a nosotros con tal intensidad, que ha sido permanente de “aparecimiento” en nuestras vidas. Sé que mi llegada al mundo fue una inmensa felicidad para ustedes, en medio de condiciones de clandestinidad muy duras, por la lucha que habían decidido emprender, que les costó tanto sacrificios y persecuciones y a la que ambos entregaron
Hola papi: inmenso más que en su dolor, hizo de su vida un altar para ti, un altar del cual se desplazó a sí misma muchas veces. Pienso que esto no te agradaría, por eso no te preocupes por ello, papi. Al rescatar la historia esta tendrá que hablar de los dos. Sigue entre nosotros la fiel y permanente “Mencha”. De ella seguimos recibiendo cuidados amorosos. Hablar con ella es estar en el medio del tiempo, del pasado y del presente. Me dices en tu carta que muchos niños llegaron el día en que nací “Como tú todos dulces y buenos. Todos son tus hermanos. Pero más cerca de ti aquellos que dejan al viento la huella descalcita de sus pies. Estos que lloran soñando lágrimas de leche. Aquellos de terrestre sonrisa y juguetes lejanos. Con todos ellos de remendada y sencilla alegría debes compartir los dulces que consigas y tus juegos”. Sí papi, muchos de esos niños y niñas fueron masacrados después. No me dio tiempo a compartir con todos los dulces que conseguí y los juegos que jugué. Puedo asegurarte que todas y todos eran niños hermosos, pero el ejército estrelló sus cabecitas contra piedras. Algunos de los que sobrevivieron, hoy claman justicia por todo el terror que el Estado, la clase económicamente poderosa y el Ejército, sembraron en sus comunidades. 40 años después de tu desaparición y como parte de una organización fe-
Respuesta de Maya Varinia Alvarado Chávez a su papá, Bernardo Alvarado Monzón, a 40 años de su desaparición forzada
¡Un año! Cuantas cosas han pasado en este tiempo. Ya doblaste 365 días de tu vida, y de la nuestra. Has soñado 12 lunas nuevas y has dado una vuelta completa alrededor del sol cual valiente cosmonauta. Te vi llegar y algún día sabrás porque hube de alejarme. Hace un año, flor de maíz y de alegría, estallaste entre nosotros germinada en la esperanza silenciosa y en la lucha continua de la vida. Muchos niños llegaron ese día. Como tú todos dulces y buenos. Todos son tus hermanos. Pero más cerca de ti aquellos que dejan al viento la huella descalcita de sus pies. Estos que lloran soñando lágrimas de leche. Aquellos de terrestre sonrisa y juguetes lejanos. Con todos ellos de remendada y sencilla alegría debes compartir los dulces que consigas y tus juegos. Hay niños más sanos y robustos que tú. Habrá nenas más lindas y bellas que tú. Pero para nosotros nada más bello y entrañable que tu; fruto ansiado y promisorio de un amor profundo como la simple verdad y terco como la piedra.
Maya Varinia
Carta de Bernardo Alvarado Monzón a su hija, Maya Varinia, en el primer año de su nacimiento
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la vida sin dobleces. Yo me alegro de mi vida pero me alegro más de la tuya y la de mamá y que mi llegada al mundo fuera fruto del amor y el deseo. ¿Sabes? Hace una semana falleció en su cama uno de tus verdugos, ya casi todos han muerto sin que hubiera justicia para ti, para nosotros. Tengo lástima de ellos. Su muerte, aparentemente calmada y serena, transcurrió en la nada como sus lastimeras vidas. Segura como estoy que quien es capaz de cometer los crímenes que ellos cometieron, son incapaces de sembrar la sencillez y la hermosura que tú sembraste, me apenan unas hijas e hijos que nunca pudieron recibir lo que mi hermano y yo recibimos. No sabes cuánto significa para mí que cada vez que saludo a alguien que te conoció me abrace y me hablen con admiración y cariño del ¡gran Nayo! Esas personas hablan de ti como de alguien difícilmente repetible. Hablan de tu inmensa sonrisa, de la sabiduría de tus palabras, de la paciencia y la ternura, del abrazo afectuoso, incluso de la llamada de atención desde el cariño. Qué decir de tus sobrinas y sobrinos. Hoy todas y todos son hombres y mujeres. Cada quien desde sus rumbos evoca al tío “Pedro” con un amor que sólo puede nacer de un corazón agradecido por lo que recibió de tus manos inmensas. Con ellas y ellos solemos hablar de ti, del tío Carlos que se fue contigo y quien me regalo sonrisas de complicidad; De Tonito que junto a Mele fueron desaparecidos casi un año antes que ustedes. Yo sería “pajesita” de la boda de Tonito, planificada para un mes después de la fecha de su desaparición. Los trajes del novio y la novia aún permanecen en el ropero de una casa donde habita “la novia eterna”. Tú sufriste esto, tú llorabas esto por ti, por tu sobrino, pero sobre todo por tu hermana entrañable, casi tu mamá. La abuelita Chita quien a pesar del corazón lleno de dolor por su hijo y dos hermanos, nos siguió prodigando su amor y cuidados hasta que sus ojos se cerraron en la espera continúa. Quiero contarte que mamá hizo de ti una presencia permanente en nuestras vidas. Nunca remarcó la pena ni el dolor, y no nos sentimos en orfandad jamás. Ella remarcó la responsabilidad de ser tu hija y tu hijo. Para serte franca hubiera preferido tu presencia normal, haber discutido contigo en mi adolescencia, presentarte a mis amigas, amigos y enamorados. Debatir contigo las propias militancias, escuchar tus observaciones, recibir tu llamada de atención, haberme disgustado contigo, en fin hacer la vida transcurrir con sus dolores y alegrías pero nunca desde esta presencia-ausencia sin lugar y sin nombre. El cachorro deberá escribir sus propias líneas en esta carta y sé que le hiciste “una falta sin fondo” como diría Cesar Vallejo. Él como tú, es un hombre extraordinario, es médico y a diario le gana batallas a la muerte. También tiene algo de poeta, enamorado y loco. Una niña dulce y hermosa florece en su vida. María Paula, quien lleva en sus ojos, muy parecidos a los tuyos, el rebelde caribe que permanece a pesar de las tormentas. Al cachorro y a mí nos une una ternura infinita que atraviesa el mar. Ese mar que al parecer, y según alguna versión sobre lo que paso contigo y tus hermanos de lucha, pudo haber sido el escenario de tu último aliento. Ese mar inmenso está cubierto de nuestro profundo amor de hermanos. En ese mar, desde el río Polochic, escenario de la inquebrantable rebeldía de este pueblo, desde casi un año, navegan hacia ti las cenizas de mamá, con la brújula imperdible de su “amor profundo como la simple verdad y terco como la piedra”. Por eso creo que el cachorro está conmigo y entendemos a mamá. Ella en su amor A los 40 años de la desaparición forzada de Bernardo Alvarado Monzón (Secretario General del Partido Guatemalteco del Trabajo), Carlos Alvarado Jerez, Mario Silva Jonama, Hugo Barrios Klee, Carlos René Valle y Valle, Miguel Hernández y Hernández, Fantina Rodríguez y Natividad Franco.
minista de mujeres, surgida en los años del conflicto, esta semana, escribo estas líneas en medio del acompañamiento que damos a 15 mujeres quekchíes que fueron víctimas de violencia sexual durante la represión y que están dando su declaración como prueba anticipada en demanda de justicia. Algunas no son mucho mayores que yo pero el peso del dolor ha dejado marcas en sus cuerpos y en sus almas. Con ellas he comido dulces, con ellas y muchas más que resisten y se rebelan en sus territorios, por toda Guatemala, jugamos una ronda de amor, rebeldía y esperanza. Muchos niños y niñas que nacen hoy, también hermosos y buenos, mueren de hambre, porque este país que tu quisiste cambiar, se da el lujo de condenarlos como el precio requerido por la ambición insaciable de poder y riquezas de los mismos sectores contra los que luchaste y que siguen allí. En tu carta me has relatado las razones de mi nombre. Quiero relatarte la razón del nombre de mi hijo y mi hija: José Bernardo y Dirá Ofelia, “por su prísnita raíz y el combate de su abuela y abuelo”. El amor llegó a mi corazón en las alas de un Ángel que desde la “República” que fuiste a defender en tu juventud. Llegó a Guatemala con sus propios sueños de libertad. Él y yo seguimos empeñados en ese sueño. Como abeja obrera, con él ronroneo en el panal que hemos construido y dónde dos de tus nietos crecen y seguirán creciendo para “vivir, luchar y amar intensamente”. No es un panal perfecto, es solo alegre y sencillamente humano. 40 años después de tu partida que nunca logró ser ausencia, tú te apareces papi. Te veo resistir en Santa Cruz Barillas, San José del Golfo, San Rafael las Flores. Te he visto marchar junto a campesinas y campesinos que recorrieron kilómetros de historia hacia la ciudad en marzo de este año. Te encuentro en el clamor de justicia por el genocidio que los verdugos de este país insisten en negar. Sobre todo te encuentro en mis sonidos, en mis silencios, en mi carne que recibió tus besos y abrazos. Al pasar por los barrancos recuerdo nuestras excursiones y paseos, allí, de más de personas despojadas de su derecho a una vivienda digna, hay pájaros que cantan, como cuando bajábamos y subíamos por ellos. Te encuentro en los libros que me leíste y me enseñaste a leer y que hoy leen José Bernardo, Diría Ofelia y María Paula. Te encuentro en ellos mismos, dulces y rebeldes, hermosos, no los más hermosos, no los más robustos, sólo los más entrañables. Símbolos, desde su tierna estatura de gigantes, del amor y el triunfo de tu vida. Él y ellas “Crecen en la nobleza y dignidad”. No saben de venganzas y son incapaces de odio. Los tres responden “al barro ancestral de sus abuelos, a la sangre combatiente de sus padres, al grito rebelde de su pueblo y a la alegre victoria de las y los pobres”. ¡Cuánto te amamos! ¡Cuán inmensamente felices y orgullosos nos ha hecho ser carne de tu carne, sangre de tu sangre, vida de tu vida! ¡Cuánto bien deseamos para este país y para el mundo en dónde a pesar del horror, la guerra, el hambre y el desasosiego, todavía circula clandestina y certera, la esperanza! Guatemala de la eterna rebeldía 28 de septiembre de 2012
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Galería de artistas
Las nubes de Alfredo García
“Enmarcando nubes” es el título de la exposición del artista Alfredo García que se inaugurará el martes 9 de octubre en la galería El Túnel. Se trata de pinturas de pequeño formato, de delicada concepción y esmerada factura preciosista con imágenes extraídas del ambiente rural pero que, en su conjunto, dibujan expresivamente el paisaje espiritual de Quetzaltenango. POR JUAN B. JUÁREZ
E
n la década de los ochenta Alfredo García (Quetzaltenango, 1951) se perfilaba como uno de los renovadores de la tradición paisajista que por esos años parecía agotada. Su novedoso aporte fue romper el equilibrio emotivo desde el cual los paisajistas interpretaban la naturaleza y la realidad urbana en un ejercicio de destreza técnica y de realismo formal que se daba en el contexto de un impresionismo, sin duda no sólo trasnochado sino también demasiado formulario y convencional. En ese entonces le bastó acentuar la perspectiva subjetiva y, por así decirlo, ver la realidad y la naturaleza con los ojos del alma. Lo que descubrió desde este nuevo punto de vista fue una relación de correspondencia entre su espíritu y la realidad dentro de la cual se despliega su vida; relación que como se constata frente a sus cuadros más recientes no es la de observador y observado, de sujeto y objeto sino de identificaciones y reflejos, de ecos y resonancias, de actor y escenario, y de contexto cultural y atmósfera anímica trascendentes y envolventes, que por cierto no hay que confundir con la proyecciones dramá-
ticas del romanticismo del siglo XIX. A partir de ese descubrimiento su obra prescindió de la panorámica propia del paisaje tradicional y se en-
focó en algún elemento significativo de la vida del campo: casas rurales, oratorios de aldea, cercas, portones de labores y haciendas, embarcacio-
nes primitivas del lago de Atitlán, aislándolas del contexto del cual forman parte como una manera de enfatizar su importancia espiritual. En efecto, concentrada la mirada en ese elemento, el contexto real desaparece como imagen pero no como energía: se echa de menos su presencia y su ausencia es un vacío enorme que convoca a todos los afectos en torno a la soledad que ahora envuelve al paraje. Alfredo García es un gran pintor que sigue fielmente sus intuiciones. Es decir que no es un teórico cuya pintura evoluciona empujada o en pos de conceptos nuevos sobre la naturaleza de la percepción o del sentido de la creación artística, sino que es su instinto artístico el que le señala el camino. No podemos decir, en consecuencia, que su obra se ha vuelto surrealista porque se ha ampliado y profundizado la perspectiva subjetiva de sus imágenes hasta tocar fuentes oníricas muy profundas. No olvidemos que es un pintor guatemalteco de Quetzaltenango cuya obra y cuyas intenciones artísticas siempre han estado abiertas a la realidad que lo rodea. Su subjetividad y sus sueños están habitados por sus experiencias íntimas en el escenario vital en que se ha desarrollado su existencia.
En otra etapa de su evolución, la concentración en esos elementos plásticos extraídos del paisaje de Quetzaltenango le permite algo así como desatarlos del contexto, liberarlos del peso de su realidad y de su lógica y soltarlos dentro de una atmósfera misteriosa en la que adquieren un aire de levedad, una profundidad mística y un significado poético que da pie al artista para hacer variaciones malabares con las imágenes que su imaginación construye con actitud lúdica. No obstante el carácter intuitivo y poético de sus hallazgos se puede decir, sin embargo, que Alfredo García construye su pintura se desde una plataforma epistemológica muy actual, derivada de la crítica del lenguaje y el valor y la función de las representaciones artísticas y conceptuales. Así, el artista parece jugar, haciendo que se traslapen y confundan dentro del cuadro la realidad con su representación y poniendo bajo la mirada asombrada del espectador la duplicación inútil que la imagen artística hace de la realidad. Más que del sueño y de la imaginación, estas imágenes provienen del cuidado, la ternura y la gracia que le nacen al artista a la hora de reflexionar pictórica y espiritualmente sobre sus experiencias artísticas, sus escenarios existenciales y sus emociones más hondas y vitales. No sé si en rigor a tales imágenes se les puede seguir llamando paisajes, porque además de los elementos extrapolados del entorno rural de Quetzaltenango contienen y expresan en mayor medida la serena alegría de una plegaria que se eleva en agradecimiento. Artista maduro y sabio, Alfredo García juega con sus dones. Etéreas y lejanas sus nubes, sus islas, sus imágenes y sus sueños, los objetos que las habitan tienen, sin embargo, fresca la sensualidad de la materia y vivos los fulgores del color que los envuelve, como mostrando sus orígenes terrenales y los caminos de su transfiguración en imagen. Aquí la línea honda y laboriosa que le abre espacio a una construcción precisa y esencial, y el color del cielo que la vio nacer y declinar, como un suave sol tornasolado extrapolado de los antiguos símbolos bordados en los trajes indígenas. Aquí la escalera y la silla para acercarse a ellas y alcanzarlas. También el marco y el cordel para enmarcar ese cuadro, esa nube vaporosa construida por el artista que duplica como un sueño, como un espejo, la realidad y la vida.