Suplemento navideño
Guatemala de la Asunción, 22 de diciembre de 2011
HISTORIA, ARTE Y CULTURA EN LA MAGIA DE LA NOCHEBUENA
GUATEMALTECA
Guatemala es uno de los países de mayor misterio y magia en toda Iberoamérica. Su importancia histórica y su configuración cultural le ha permitido perfilarse como una sociedad sacra por excelencia. El guatemalteco camina de la Semana Santa a la Nochebuena, como el pulsar de su alma colectiva. Si las conmemoraciones de la Pasión y Muerte de Cristo alcanzan solemnidades inusitadas en nuestro país, las tradiciones populares de Nochebuena y Navidad están cargadas de honda alegría, profunda ternura e inmensa dulzura. Manifestaciones culturales únicas e irrepetibles que colocan a Guatemala como una de las naciones de mayor creatividad social. Destellos de la historia, arte y tradiciones populares, como los que se ofrecen en este Suplemento, cimientan nuestra identidad cultural y colectiva. La Coordinación del Suplemento agradece a los académicos del Centro de Estudios Folklóricos y de la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala su espontánea y desinteresada colaboración. CELSO A. LARA FIGUEROA COORDINADOR DEL SUPLEMENTO UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
2 Suplemento Navideño
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NOCHEBUENA Y NAVIDAD: FIESTA DE LA CRISTIANDAD
que murió en el año 604. Este Papa, en una de sus homilías se refiere a las tres misas que se celebraban en Navidad pues una más se decía en honor de Santa Anastasia, mártir venerada en oriente. Hoy la celebración de las tres misas se ha omitido por las recientes reformas litúrgicas. Tal es el origen de las tres misas de Navidad. Con el tiempo la fiesta de Navidad adquirió más importancia y de una conmemoración específica pasó a convertirse en un ciclo o tiempo litúrgico. Ya en el siglo IV se le unió la fiesta de la Epifanía, de origen oriental, y dos siglos más tarde aparece el período de preparación a la Navidad conocido como Adviento, de manera que hacia el siglo VII el Adviento, la Navidad y la Epifanía prácticamente habían adquirido la forma y el contenido que conocemos en nuestro tiempo.
Eduardo Díaz Reyna Universidad de San Carlos de Guatemala
cerca del origen y desarrollo A de la celebración de Navidad se ha escrito mucho, sin embargo,
siempre es útil hacer un recordatorio y breves consideraciones sobre el día en que se conmemora el nacimiento de Cristo y reiterar que sin la luz del pasado es imposible entender el presente. La primera referencia que se tiene acerca de una fiesta de Navidad se registra en un calendario romano compilado por un tal PHILOCALUS en el año 354 d.C., es decir, que antes del siglo IV no se encuentra mención acerca de la celebración del nacimiento de Jesús, aunque es fácil suponer que tal hecho ya se conmemoraba de alguna manera. En el calendario romano, a la cabeza de las fiestas que se celebraban en aquella época, se encuentra una inscripción que dice: “El 25 de diciembre, Cristo nació en Belén de Judá”. Por otra parte, la dificultad para establecer la fecha del nacimiento de Cristo radica en que ni en el Nuevo Testamento ni en otro documento de carácter religioso o histórico se anota indicación alguna relacionada con el año en que tuvo lugar tal acontecimiento. Sin embargo, el apóstol San Lucas sí tuvo el cuidado de situar el nacimiento de Jesús en un momento de la historia, cuando nos dice que ocurrió siendo Quirino Gobernador de Siria (Lc 2, 12). Es decir, que Jesús nació, aproximadamente, seis o cinco años antes del siglo I d.C. Esta diferencia de años, en relación con el siglo I, es atribuida a un monje sirio llamado Dionisio El Exiguo, quien en el siglo VI puso en práctica el método de computar los años antes de Cristo y después de Cristo y, sin intención alguna, colocó el nacimiento del Mesías algunos años después de lo debido. El 25 de diciembre La elección del 25 de diciembre fue determinada por una fiesta precristiana que se celebraba en Roma y que correspondía a la celebración del “Sol Invencible”. Según el tiempo, el 25 de diciembre –en pleno solsticio de invierno– era el día en que el sol aparecía más débil. Para los hombres de la época, el sol agotado revivía en aquel mismo momento y día a día recobraba su fuerza y su luminosidad. Con esto se de-
mostraba que el sol era invicto e invencible. La fiesta pagana del Sol Invictus fue introducida por el Emperador Aureliano, en Roma, el año 274 d.C. En su labor misionera y catequética la Iglesia, en muchas ocasiones, en lugar de suprimir costumbres e instituciones las adopta y las adapta confiriéndoles una significación nueva. La Iglesia de Roma del siglo IV no suprimió la fiesta del nacimiento del Sol Invicto sino la transformó en la fiesta del nacimiento de Cristo. Si bien la fecha es la misma, es evidente que el contenido es totalmente nuevo. Para los antiguos cristianos, Cristo era conocido ya como la “Luz del Mundo” o el “Sol de Justicia”, y la Navidad es una fiesta de la luz, una luz que no es objeto de adoración sino símbolo de Cristo; es la fiesta que celebra la victoria de la luz sobre las tinieblas, con un carácter redentor. En el Oriente cristiano En el oriente cristiano la iglesia de Jerusalén celebraba la fiesta del nacimiento de Jesús el día 6 de enero. Esta fiesta recibía el nombre de Epifanía por ser la primera manifestación de Dios a los hombres en su naturaleza humana. La fiesta se celebraba no sólo en Jerusalén sino en todo el imperio oriental. En el año 382 la peregrina Egeria, dama española que recorrió diversos países del Oriente cristiano, llegó justamente para las fiestas de Navidad y Epifanía a los lu-
gares santos de Jerusalén y Belén. Egeria describe en su “Itinerario” (381-384) todo lo que observó en esos países y en especial en la Tierra Santa acerca de las ceremonias o liturgias que tenían lugar en las conmemoraciones de Navidad, Epifanía, Cuaresma y Pascua. Según las descripciones que se han conservado del “Itinerario” de Egeria y lo que se apunta en un Lexionario Armenio que se usaba en siglo V, el 5 de enero tenía lugar un acto litúrgico en el “lugar de los pastores” desde donde el pueblo y el clero se dirigían a Belén para celebrar allí, el mismo día 5, en la gruta del nacimiento, la vigilia de la Epifanía y al día siguiente, 6 de enero, la fiesta principal en Jerusalén. Egeria nos da un dato importante cuando nos dice que acabada la vigilia en Belén, volvían a Jerusalén a caballo, pero que como los monjes iban a pie tenían que ir despacio y así llegaban a Jerusalén “a la hora en que un hombre puede conocer a otro, es decir, cerca del amanecer, pero antes que haya luz”. El lugar o iglesia de los pastores a que hace referencia Egeria es un sitio llamado generalmente “campo de los pastores” y se halla a poco más de un kilómetro al oriente de Belén, en la llanura que se extiende al pie del pueblo de Beit Sahur. Según la tradición que atestiguan escritores bizantinos, medievales y modernos, es en este lugar donde el Ángel anunció a los pastores el nacimiento de Jesús. Excavaciones recientes que se han hecho en el lugar confirman plenamente la tradición de la iglesia de
los pastores que conoció Egeria en su oportunidad. En el año 529 esta iglesia de Egeria fue destruida por los samaritanos durante su sublevación en Palestina; más tarde la iglesia fue reconstruida por Justiniano. Los franciscanos de Tierra Santa han venerado siempre la aparición del Ángel a los pastores en este lugar y ellos durante mucho tiempo fueron dueños principales del mismo. Las tres misas de Navidad En sus inicios, la fiesta de Navidad en Roma se celebraba con cierta sencillez y sólo tenía una misa, la más antigua e importante, que se celebraba por la mañana. Más tarde surgió la misa de medianoche, idea que fue copiada de Jerusalén. La peregrina Egeria describe en su diario un servicio religioso con estas características que se celebraba en la gruta de Belén. Este servicio tenía lugar en la fiesta de Epifanía, no el día de Navidad, y la gente se reunía en la gruta para la misa de medianoche. Al amanecer todos volvían a Jerusalén donde se celebraba una segunda misa. En algún momento del siglo V esta costumbre se introdujo en Roma y así en la noche anterior a la Navidad el Papa celebraba misa en una capilla de la Basílica de Santa María la Mayor que tomó el nombre de “capilla del pesebre” pues recordaba la gruta de Belén. La misa “al amanecer” fue introducida en el siglo VI y ya fue practicada por el papa San Gregorio Magno,
Costumbres y devociones populares Otras costumbres y prácticas fueron surgiendo en torno a la Navidad en el curso de los años y así surgió la práctica de poner un pesebre o nacimiento en las iglesias y los hogares, tradición que se debe a San Francisco de Asís, quien en el año 1223 tuvo la idea de montar un nacimiento en beneficio del pueblo de Greccio, el día de Navidad. Años más tarde surgen los villancicos, el intercambio de regalos y el envío de felicitaciones navideñas. Otra costumbre nos habla de llevar regalos a los niños en la fiesta de San Nicolás (6 de diciembre), el santo que proveyó de dotes a las tres hijas de un pobre hombre. En Alemania este uso se trasladó a Navidad y el portador de regalos no se llamaba ya San Nicolás sino el “Cristo Niño”. En Irlanda existía otra costumbre y era la de poner una vela encendida en la ventana de la casa la noche de Navidad. Era como señal de bienvenida a la Sagrada Familia pues se dejaba la puerta de entrada sin cerrar. En Guatemala San Pedro de Betancourt, nuestro milagroso Hermano Pedro, introdujo la costumbre de hacer el nacimiento que hoy es una tradición extendida a todo el país y a todos los hogares católicos. Y así como éstas, existen otras costumbres propias de cada país o región que tienen como fin conmemorar un misterio que sobrepasa nuestra inteligencia, que cambió el rumbo de la historia y que plantea grandes exigencias en la fe.
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ALGUNAS FESTIVIDADES POCO CONOCIDAS DEL CICLO NAVIDEÑO
EN LA ÉPOCA COLONIAL
Mario Alfredo Ubico Calderón Universidad de San Carlos de Guatemala
n el llamado Ciclo Navideño E guatemalteco son conocidas y muy celebradas algunas fechas
en las cuales se rememoran acontecimientos fundamentalmente religiosos en los que el pueblo piadoso honra al Niño Jesús, Virgen Marìa y algunos pasajes propios o vinculados la vida de la Sagrada Familia, es por ello que la fiesta de N. S. de Concepción el 8 de diciembre y su víspera; N. S. de Guadalupe, Navidad y su víspera, Circuncisión y su víspera, Santos Reyes y la festividad de Candelaria el 2 de febrero de cada año son las más conocidas de esas fiestas, sin embargo existen otras celebraciones que pasan casi desapercibidas y algunas han desaparecido, en esta oportunidad se aludirá a tres celebraciones de esta naturaleza: la Expectación de Nuestra Señora, Festividad de los Desagravios de Nuestro Señor y el Dulce Nombre de Jesús. -Festividad de la Expectación de Nuestra Señora Era celebrada el 18 de diciembre como hoy día, en realidad esta celebración es conocida también como la de Nuestra Señora de la “O” o N. S. de la Esperanza; tuvo su origen en la Europa del siglo VII, siendo hasta el siglo XVI cuando de allí pasó a América y Guatemala. Fue principal-
mente celebrada en la Capital del Reino en el templo parroquial de N. S. de Los Remedios y al parecer en Catedral. En Guatemala hoy día la imagen N. S. de Los Remedios patrona de la parroquia que se encuentra en el templo del Calvario en la 18 calle capitalina es una imagen de Virgen de La Expectación, es decir María gestante, a diferencia de España donde las imágenes de Nuestra Señora de Los Remedios usualmente tienen al Niño Jesús en los brazos. En el año 1780, en el último inventario de bienes de la parroquia de Los Remedios en La Antigua Guatemala incluido en la visita pastoral del arzobispo Cayetano Francos y Monroy poco tiempo antes de efectuarse el traslado se consignó, aparte del altar mayor donde estaba N. S. de Los Remedios, que se cree es la actual imagen titular, otro altar lateral donde está otra imagen de la Virgen de la
“O”, así llamada en el documento. En el año 1725 aparece como un “feriado” con asistencia a la ceremonia por parte de los integrantes de la Real Audiencia. Hoy día es celebrada esta festividad el mismo día 18 de diciembre en el templo parroquial de Los Remedios en la Ciudad Capital e incluye procesión, sin embargo muchas personas poco o nada conocen de esta celebración. -Festividad de los Desagravios de Nuestro Señor Esta festividad era en la Colonia para el año 1725 una de “tabla” es decir se hallaba escrita en una lista que era conocida en aquel entonces a la cual el Presidente y demás integrantes de Real Audiencia asistían. Esta celebración era una realidad después de la fiesta de Concepción, y el segundo día de Pascua de Navidad, es decir el
26 de diciembre. Al parecer esta festividad tiene origen en una disposición real de fecha 19 de junio de 1711 en la cual se ordena que fuera celebrada misa votiva, es decir, con la intención de pedir perdón por las profanaciones cometidas por enemigos de la Iglesia en todos los territorios de España; no siendo la excepción en Guatemala. Esta festividad dedicada a N. Señor Sacramentado debía ejecutarse como se mencionó el siguiente domingo a la fiesta de la Purísima, aunque en Guatemala al parecer se agregó lo del siguiente día de Navidad. Por ser una decisión real. Esta celebración dejó de tener vigencia al independizarse Guatemala de España. -Festividad del Dulce Nombre de Jesús Esta festividad era celebrada por religiosos franciscanos desde muchos años antes de la venida de
los españoles en el siglo XVI, en Guatemala la provincia franciscana tuvo como nombre “Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Guatemala”, así mismo en la Capital del Reino, hoy La Antigua Guatemala, esta fiesta también fue muy celebrada por los monjes dominicos, ellos tuvieron en su templo un altar dedicado al Dulce Nombre de Jesús el cual se encontraba en la capilla de San Jacinto. Se conoce que el recinto religioso del barrio de indígenas de Santo Domingo había en el año 1563 una cofradía del Nombre de Jesús y en el siglo XVIII en la ya fundada parroquia de N. S. de Candelaria había una cofradía del Niño Jesús. En el interior del Reino para el año 1696 había en el lejano pueblo de Mazatenango una celebración en el día del Dulce Nombre de Jesús por parte de la cofradía de Jesús Nazareno, para el año 1707 se conoce en el contexto de las ordenanzas de cofradía de Jesús Nazareno de Guazacapán que el 14 de enero se celebraba la fiesta del Dulce Nombre de Jesús con vísperas, misa, procesión y sermón. En el año 1725, en la Capital del Reino el día 14 de enero “Día del Dulce Nombre de Jesús” era considerado un “feriado” que a pesar de no ser una festividad de “Tabla”, la Real Audiencia guardaba. Hoy día en el templo dominico capitalino continúa esta celebración los primeros días de enero de cada año, allí es colocada para veneración del pueblo creyente una imagen del Niño Jesús.
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BREVES DATOS DEL CICLO NAVIDEÑO EN EL INTERIOR
DEL REINO DE GUATEMALA, SIGLO XVIII En el segundo cuerpo de la fachada del templo de San Gaspar Vivar aparecen dos de los Reyes Magos que la tradición popular conoce por los nombres de Melchor y Baltasar. Fotografía: Enrique Berdúo S.
Mario Alfredo Ubico Calderón Universidad de San Carlos de Guatemala
n este trabajo el denominado E “Ciclo Navideño” alude al conjunto de festividades religio-
sas que dan inicio con la fiesta de la “Purísima” y su víspera, la celebración de N. S. de Guadalupe, Nochebuena y Navidad, Santos Inocentes, festividad de la Circuncisión y su víspera Año Nuevo, festividad del Dulce Nombre de Jesús, la de los Santos Reyes, y finalmente la fiesta de la Presentación o Candelaria. Durante este lapso de tiempo hubo notable actividad devocional en la Capital del Reino, lo cual ha sido posible conocer en un artículo de este servidor titulado: “El Ciclo Navideño en el antiguo Reino de Guatemala” publicado en una compilación denominada “Apuntes Históricos del ciclo Navideño en Guatemala publicado por el Consejo Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala en el año 2007; sin embargo, ¿cómo eran las celebraciones de este ciclo en el interior del Reino?, realmente este asunto ha sido poco investigado; en esta oportunidad será posible vislumbrar algo de ello. En primer lugar se debe considerar que los pueblos del interior del Reino, incluidas las cabeceras de Corregimientos o Alcaldías Mayores, eran poblaciones que tenían su plaza, templo parroquial o filial y casas consistoriales, en torno a ese núcleo se encontraban las casas de los vecinos, pocas cubiertas de teja y sin duda la mayor parte cubiertas de paja o palma; con un escenario semejante se puede inferir que la pobreza fue omnipresente aunque no obstáculo insalvable para celebrar con modestia algunas de las festividades del ciclo que hoy es objeto de atención; por ejemplo en el antiguo corregimiento de
Chiquimula de la Sierra que incluyó dentro de su jurisdicción unos 33 pueblos, se tiene para el año 1776, en tiempo del corregidor Francisco del Campo, que la celebración de la festividad de N. S. de La Concepción era una realidad en los pueblos de Zacapa, Mataquescuintla y Santa Catarina Mita, poblaciones donde habían hermandades o cofradías activas dedicadas a La Purísima; en otros lugares como San Pedro Pinula y la población ya citada de Santa Catarina Mita habían cofradías dedicadas al Niño Dios, en otros casos habían cofradías dedica-
das al Dulce Nombre de Jesús como en Camotán y San Agustín Acasaguastlán, mientras que las cofradías dedicadas a N. S. de Candelaria eran numerosas dado que existían en San Sebastián Chimalapa (hoy Cabañas), San Pedro Pinula, Chiquimula de la Sierra que era la cabecera del corregimiento y en Jocotán. Existió un lugar que sin ser un pueblo, tuvo un templo formal dedicado a N. S. de Guadalupe, fue el mayorazgo de Arrivillaga, el cual se encontraba situado en los alrededores del pueblo de Petapa; en ese lugar la celebración de la festividad de N. S. debió ser
un acontecimiento que involucraba a muchas personas de esta hacienda y comarcanas. En algunos casos no existiendo cofradía dedicada al Niño Jesús, la cofradía de Jesús Nazareno poseía al menos una imagen del Dulce Nombre de Jesús como sucedió en Mazatenango importante pueblo de la Alcaldía Mayor de Zapotitlán, lo cual permite pensar en que dicha celebración estaba a cargo de esta cofradía. Hubo cofradías que desde la época Colonial fueron muy conocidas porque celebraron al Niño Dios como sucedió en el pueblo de Pampichi pertene-
Templo colonial del pueblo de San Gaspar Vivar, uno de los 72 poblados que rodearon La Capital del Reino. El patrón fue San Gaspar, uno de los Santos Reyes que la tradición popular señala con nombre. En la fachada aparecen sólo dos imágenes con iconografía propia de Reyes Magos y se cree que son Melchor y Baltasar dado que en el interior estaba San Gaspar.
ciente al Corregimiento del Valle de Guatemala, situado a orillas del lago de Amatitlán, lugar servido por frailes dominicos. Otras cofradías cobraron especial importancia durante la Colonia dedicadas a N. S. de Candelaria como sucedió en Chiantla, pueblo de la jurisdicción de la Alcaldía Mayor de Huehuetenango, lugar donde cobró notoriedad desde antiguo la imagen de N. S. de Candelaria. Hubo lugares cuyo santo patrón fue precisamente N. S. de Concepción como sucedió en lugares como Escuintla, Chiquirichapa, Tutuapa, Tocoy para citar únicamente cuatro poblaciones, mientras que otras su santo patrón fueron los Santos Inocentes que es el caso de Parramos. En otros pueblos como sucedió en San Gaspar Vivar, pequeña población colonial situada al sur de la Capital del Reino, hoy La Antigua Guatemala el santo patrón fue San Gaspar, nombre emanado de la tradición popular al igual que los otros Melchor y Baltasar. Otro pueblo que en antiguos documentos se nombra como San Gaspar Cuyotenango y más a menudo como Santos Reyes Cuyotenango es un lugar que tuvo en la Colonia especial connotación en los primeros días del mes de enero de cada año. En los anteriores lugares mencionados y en muchos otros los piadosos pobladores que integraban las hermandades y cofradías celebraron a la luz de candelas y rezos, procesión y misa los días señalados, según su santo patrón; complementando tan magna ocasión con la degustación de comida y bebida tradicionales, momentos de integración social que sin duda rompieron la monotonía cotidiana que hacían olvidar momentáneamente sus precarias condiciones de vida, al tiempo que cobraban ánimo para proseguir su camino lleno de vicisitudes y obstáculos.
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LAS CELEBRACIONES DE FIN DE AÑO EN GUATEMALA EN 1911 Deyvid Molina Universidad de San Carlos de Guatemala
as celebraciones de fin de año son L de las más esperadas en Guatemala, las mismas han estado presentes
en el país desde los inicios de la dominación española y con el pasar de los siglos han ido adoptando las características con las cuales se conocen en el presente. En la apacible ciudad de Guatemala de finales de 1911 gobernada por el presidente Manuel Estrada Cabrera, sus moradores se preparaban con anticipación para las festividades de fin de año. Desde octubre, la casa tipográfica Sánchez & Guise había impreso los calendarios para el año siguiente. Estos calendarios gozaron de gran popularidad en Guatemala desde finales del siglo XIX hasta las primeras décadas del XX. La información que se presentaba era prácticamente de índole religiosa, los mismos contenían las últimas instrucciones del Vaticano, decretos o disposiciones especiales para la arquidiócesis de Guatemala, así como las principales festividades religiosas que se iban a suscitar a lo largo del año. Completaba el calendario secciones literarias con aportes de autores nacionales y extranjeros. Los pocos periódicos y revistas católicas disponibles de la época presentan aspectos y noticias que dan una idea de cómo se celebró el ciclo de festividades de fin de año, en una ciudad en la que rara vez se suscitaban hechos de violencia. Las celebraciones de fin de año iniciaron con las solemnes fiestas en honor a la Inmaculada Concepción de la Virgen María, las cuales fueron de gran pompa en los templos de San Francisco, Catedral Metropolitana y en el de Concepción, hoy desaparecido, en éste último hubo un jubileo de 40 horas. Los rezos del novenario fueron acompañados de alegres cantos, que anunciaban la llegada de Navidad. Cuatro días después, los citadinos celebraron a Nuestra Señora de Guadalupe, para lo cual las calles aledañas al templo fueron adornadas con arcos de flores y frutas, así como de vistosos cortinajes. Ya para ese año era costumbre vestir a los niños con trajes indígenas de las distintas regiones del país, quienes solían reproducir escenas de la vida cotidiana del indígena guatemalteco, en las que los cacaxtes, canastos, escobas y animales de corral no podían faltar. La revista El Ideal en su edición del 15 de diciembre de 1911, abogaba porque esta costumbre no se fuera a extinguir, ya que veía en la misma una forma piadosa e indirecta de poner a la niñez bajo el amparo de
la Virgen del Tepeyac. En el Diario de Centro América del 5 de diciembre de 1911 en su página 8 se lee lo siguiente: “Comenzó la venta de juguetes, flores, riscos, pastos y otros muchos diversos objetos, con que adornar los ‘nacimientos’ el 24 de este mes en la noche. Núcleo principal de esta venta es el Portal del Ayuntamiento.” Al parecer los portales de El Comercio y del Ayuntamiento, fueron los lugares destinados para el comercio de artículos navideños por años, prueba de ello es una fotografía anterior a los terremotos de 1917 y 1918, en la que se puede observar árboles y otros objetos propios de la época colocados en las cercanías del atrio de Catedral Metropolitana. Ya para ese año, las celebraciones de fin de año poseían además de un sentido religioso enraizado en la identidad de los capitalinos, otro comercial tan característico del presente. La mayoría de comercios establecidos en la ciudad de Guatemala ofrecían a su clientela mercaderías traídas especialmente para la época. La Joyería y Relojería “La Marquesa” de Salvador Krolik, ubicada en el Gran Hotel tenía la última novedad en joyas modernas, así como el más completo surtido de diamantes y otras mercaderías. El Almacén Nuevo, propiedad de Máximo Kosak había traído conservas frescas importadas de Alemania, Francia, Inglaterra, Estados Unidos y España. Entre los productos españoles destacaban las uvas, salchichón, chorizo extremeño, almendras y ga-
lletas “La Gloria”, originarias de Barcelona y que se encontraban en 30 diferentes clases. Lo mejor de las cervezas alemanas se vendía en el Almacén Nuevo, entre ellas: Horbrau, León, Fürstemberg y Apollinaris. De igual forma se distribuían aguas minerales de las marcas Fachinger, Biliner y Sauerbrunnen. En el mismo almacén se podían adquirir fonógrafos Edison y Víctor; además de vitrolas, las que se anunciaban a bajo precio. El Almacén Nuevo se ubicaba en la 7 Avenida Sur, número 9. Para los chiquillos el Almacén Saravia Hnos., disponía de diversidad de juguetes: juegos de muebles, casas de muñecas, muñecos, ferrocarriles y vapores de cuerda, soldaditos, trompetas y animales. En ese mismo almacén situado en el Portal del Comercio y Pasaje Aycinena se vendían decoraciones, adornos y
bibelots (muñecos) para adornar los arbolitos de Navidad. La Casa Uribe y Luján, así como su sucursal ubicadas en la 8 y 9 avenida sur respectivamente, anunciaban el 20 de diciembre de 1911 que acaban de recibir mazapanes alemanes y españoles, así como elegantes cajas de bombones y otras mercaderías. Sin duda alguna estos productos se sirvieron como postres en varios de los hogares guatemaltecos en la cena de Navidad. En el campo religioso, desde el 16 de diciembre habían iniciado las novenas en honor a la Natividad del Señor, así como las posadas que finalizaban en Noche Buena. El 24 de diciembre en todas las iglesias quedaba prohibido desde las 12 del medio día tocar las campanas por los fallecidos y cantarse el oficio de los difuntos. Por la tarde del 24 se realizaron vísperas solemnes en varios templos, y en Catedral Metropolitana por la noche maitines. Mientras que en la iglesia de Santo Domingo se administró a los fieles la comunión en la misa de media noche. La noche del domingo 24 de diciembre tuvo lugar la tradicional Misa de Gallo, la cual fue celebrada con gran entusiasmo y considerable afluencia de personas, prácticamente en todas las iglesias de la ciudad capital. La revista El Ideal en su edición del 1 de enero de 1912, da una pequeña reseña de cómo
fueron esas celebraciones, destacando la misa oficiada en el Cerrito del Carmen; así como el elaborado y artístico nacimiento realizado en la iglesia de San José. Otras personas efectuaron reuniones familiares a la espera de las 12 de la noche, en la cual se acostumbraba realizar rezos en honor al Niño Jesús. Señala la misma revista que por doquiera se escuchaban pitos, tambores y otros instrumentos musicales que eran el acompañamiento de rezos del rosario y novenas. En casi todas las casas se colocaban nacimientos, muchos de los cuales eran auténticas obras de arte. En los hogares donde no existían grandes nacimientos, siempre había un lugar destinado para la imagen del Niño Dios. La Dirección General de Telégrafos y Teléfonos Nacionales hacía del conocimiento de la población que desde el 20 de diciembre se aceptarían en las oficinas telegráficas de toda la república mensajes de felicitaciones de Año Nuevo para ser entregados el 1 de enero del año siguiente. Para despedir el año 1911 muchas personas organizaron reuniones de confianza en sus residencias; otras se marcharon al interior del país, especialmente a la costa sur y a La Antigua Guatemala, regresando días después para reintegrase a las labores cotidianas y al inicio del nuevo año. También familias provenientes de varias regiones del país arribaron a la capital a pasar las fiestas de fin de año. Por lo que se desprende de la información periodística de la época, el árbol navideño, hoy tan popular, era algo que aún no estaba en boga en los hogares capitalinos. Seguramente esta costumbre la trajeron a Guatemala los alemanes llegados a Guatemala en el último tercio del siglo XIX, y paulatinamente se fue infiltrando en las élites citadinas, hasta extenderse al resto de habitantes. Tampoco se hace mención, salvo una pequeña composición aparecida en la revista El Ideal a la figura de Santa Claus. Por lo que se puede inferir que este personaje se popularizó en Guatemala después de los movimientos sísmicos de 1917 y 1918, y con la finalización de la Primera Guerra Mundial en 1918. Fue de esa forma en que la población de la ciudad de Guatemala celebró las festividades de fin de año, en un lejano 1911, época en la cual el sentido propiamente religioso de la Natividad del Niño Jesús estaba vigente con gran fuerza, y en el cual el comercio y consumo ya estaban ganando espacio, tal como sucede en el presente. Quede este artículo como un aporte a la memoria histórica de la cultura popular guatemalteca en sus manifestaciones religiosas.
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LA NOCHEBUENA EN GUATEM Celso A. Lara Figueroa Universidad de San Carlos de Guatemala
n Guatemala tradicionalmente E el ciclo de Navidad da inicio con la fiesta de Nuestra Señora de
Concepción el día 8 de diciembre y finaliza con la celebración de Nuestra Señora de Candelaria el 2 de febrero. En este tiempo ocurren varias festividades de gran importancia para muchísimos piadosos guatemaltecos; la fiesta de Concepción es una singular celebración que tiene en la víspera por la noche un motivo de gran festejo y regocijo popular en la llamada Quema del Diablo, prosigue con el día de Nuestra Señora de Guadalupe el día 12, Nochebuena el día 24 , la magna fiesta de Navidad el 25, continúa la festividad del día de los Santos Inocentes el 28 de diciembre; luego con la fiesta de Santa María Madre de Dios el 1 de enero (conocida también como de la Circuncisión), continúa el 6 de enero con la festividad de la Epifanía llamada también de los Santos Reyes Magos y culmina con la festividad de Candelaria el 2 de febrero. De tal manera que uno de los personajes singulares de la historia y la representación del nacimiento de Cristo es San José, cuya importancia no viene ni de su ascendencia, ni de sus actividades o relaciones, ni siquiera de sus virtudes, sino más bien de su título de “esposo de María de la cual nació Jesús”. Indudablemente que en los planes de la encarnación del hijo de Dios, San José es el tercer personaje de este plan divino, pues no puede separársele ni de Jesús ni de María, ya que los tres son los actores principales del gran misterio, tal y como lo apunta el evangelista San Mateo cuando
nos dice: “Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo”. Por eso el cristianismo ha considerado siempre en sus pensamientos y afectos y en la historia de la salvación, que Jesús, María y José forman una trinidad inseparable. José, esposo de María, es hijo de la familia de Jacob o de Helí, de la familia de David. San Mateo y San Lucas anotan la ascendencia del patriarca. Ambos evangelistas confirman que José es del linaje de David. Aparte de estos datos se sabe muy poco. No se conoce la fecha y el lugar de su nacimiento aunque muchos apuntan que es originario de Nazaret. De su muerte, en un texto copto apócrifo, se apunta que José murió el día 26 del Epep, que corresponde al 20 de julio de nuestro calendario; su muerte se recuerda en ese día. Lo que sí es cierto es que los Evangelios ubican a María y José como ciudadanos de Nazaret y que, una vez nacido Jesús en Belén, retornan a Nazaret donde Jesús al lado de sus padres crece en sabiduría y conocimiento. Lo que sí es seguro es que José ejercía la profesión de textoon (del griego) que es equivalente a carpintero. Si bien José es pocas veces mencionado en el Nuevo Testamento, lo cierto del caso es que está estrechamente vinculado a los primeros años de Jesús y la última vez en que se le menciona es cuando Jesús hace la primera predicación en la Sinagoga. Después de esta aparición pública ya no se le vuelve a mencionar, pero es seguro que siguió junto a Jesús y María y que, según parece, murió antes del sacrificio del Calvario. Antiguamente la Iglesia dedicaba el 8 de diciembre a la fiesta del
patrocinio de San José. Hoy esta fiesta se ha trasladado al 19 de marzo y a San José se le venera como el patrono de la Iglesia Universal. También es patrono de la buena muerte, de las familias cristianas, de los trabajadores y los pobres y de las almas de sacerdotes y religiosos. En el arte religioso suele representarse la más bella y hermosa imagen de San José: cuando tiene a Jesús Niño en sus brazos. Por eso nos interesa destacar a San José padre, característica que se refleja en todos los pasajes del Nuevo Testamento que recogen los evangelistas y en los cuales la paternidad de San José es siempre exaltada. El evangelista San Mateo narra la adoración de los Magos y la importante participación que San José tuvo cuando un Ángel le anunció en sueños que tomara al niño y a su madre y salieran de la tierra de Israel para salvarlo de la matanza que había ordenado Herodes. Es lo que se conoce como la huida a Egipto y la matanza de los niños inocentes. Posteriormente, el Ángel anunció nuevamente a José que podían retornar a la tierra de Israel y, luego de esta advertencia, la Sagrada Familia hizo viaje de vuelta a la ciudad de Nazaret para que se cumpliese lo dicho por los profetas: que Jesús sería llamado Nazareno. Finalmente, las sagradas escrituras nos dicen que el niño Jesús crecía y se fortalecía lleno de sabiduría y que a los 12 años, al subir sus padres a Jerusalén, Jesús se quedó en esa ciudad sin que sus padres lo advirtieran, pensando que él iba en la caravana. Sus padres anduvieron camino de un día y lo buscaron y, al no hallarle, volvieron a Jerusalén en busca suya; al cabo de tres días lo encontraron en el templo y aquí nuevamente San José es reconocido como el padre de Jesús, cuando su madre le dice: “¿Hijo, por qué nos has hecho esto?, mira que tu padre y yo, apenados, andábamos buscándote”. De aquí en adelante los Evangelios no vuelven a mencionar a José. Al parecer la misión de San José está cumplida. Ya Jesús está presto a iniciar su vida pública y hacia Él se encaminan las narraciones de los
evangelistas. Para la época colonial en Santiago capital del reino, hoy La Antigua Guatemala, el ciclo navideño fue motivo de importantes y diversas manifestaciones de culto interno y externo en esos días. Sin embargo, no todas esas celebraciones fueron llevadas a cabo en un sólo templo sino en varios y muchas veces en forma simultánea; es así como la tradicional festividad de Concepción era celebrada en muchos templos de la capital de Santiago pero de especial manera en el templo franciscano y en la capilla de la Venerable Orden Tercera donde había altares dedicados a la Virgen; en otros lugares también existían altares permanentes dedicados a N. S. de Concepción como en Catedral, La Merced, templo del Colegio de Misioneros de Cristo Crucificado, Recoletos; en el templo de religiosas de Nuestra Señora de Concepción, para no mencionar más que algunos; para el siglo XVIII muchos templos más poseían imaginería con la especifica advocación de Concepción, inclusive algunos considerados pequeños como sucedía con el templo de Santa Lucía, lugar en el cual desde nueve días antes de la Pascua de Nochebuena y Navidad eran celebradas misas, siendo la del magno día oficiada a las tres de la mañana y cantada. Era de especial connotación la imagen de Nuestra Señora de la Anunciación (festividad que tradicionalmente es celebrada el 25 de marzo, es decir 9 meses antes de la Navidad) en el templo de los religiosos jesuitas conocida como Nuestra Señora de la Anunciata; esta representación alude al momento cuando el arcángel San Gabriel saludó a la Virgen y le dijo que por obra del Espíritu Santo había quedado encinta. Dicha imagen se hallaba alojada en el templo jesuita cuyo altar sirvió el Santo Hermano Pedro de Betancur durante años, sin duda durante el ciclo navideño esta importante imagen fue visitada no sólo por los acostumbrados devotos sino por muchos vecinos de la capital del reino. La devoción a la Virgen de Guadalupe se introdujo en la capital del reino cuando menos desde el siglo XVII en altares permanentes como sucedió en Catedral, en Belén donde había capilla y retablo, para el año 1769 esta capilla poseía un lienzo de la Virgen de vara y media, así como un tablero pintado con el tema de la Anunciación, dos angelitos de talla y las imágenes de San José y San Juan Bautista; mientras que en el siglo XVIII otros templos más tuvieron sendos lienzos. Las posadas La tradición de las posadas que
tanto incentivó el Santo Hermano Pedro de Betancur tuvo en el templo del Calvario una sede alegre donde la población manifestó en muchas ocasiones su regocijo. Asimismo, la tradición de efectuar Nacimientos era llevada a cabo en todos los templos de la capital del reino, y al igual que las posadas destaca sin duda el grande esfuerzo del Santo Hermano Pedro por aumentar la devoción a la Natividad de Jesucristo. En el templo del Hospital de Belén, cuyo fundador fue el mismo Santo Hermano Pedro, había una imagen de Concepción en su altar; para el año 1769 se conoce por medio de los inventarios de bienes religiosos del templo de Belén realizado por el fraile Juan de San Joseph en la entrega del conjunto monumental y sus bienes a fray Manuel de San Antonio por ausencia del prior fray Pascual de San Joseph que en el citado templo del Hospital existía entre las imágenes de gran devoción las siguientes: “Primeramente una imagen de nuestra Señora La Patrona con el Niño en los brazos puesta en un trono nuevo de madera dorado, con espejo de cristal por delante, a los lados, en el
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ALA: TRADICIONES Y FIESTAS
respaldo, en el cielo y en sus remates” en el altar mayor. Asimismo, agrega otros bienes: “Dos imágenes de Nuestra Señora y Señor San José grandes, dos Niños Jesús, todo de talla y forma el misterio del Nacimiento”; algo similar tendría tiempo después el Beaterio de Belén de las religiosas betlemitas, poseían en el altar mayor del templo “una Nuestra Señora y Señor San José de vara con el Niño Jesús de vestir con un vestido de tisú cada imagen”, este templo posee en su fachada una célebre representación del Nacimiento obrado en ladrillo y estuco de gran belleza en el cual es posible observar a un lado la efigie del Santo Hermano Pedro quien acompaña la excelsa escena. La celebración de la Nochebuena fue muy importante al grado que en 1708 se tiene en el templo de la Escuela de Cristo a doña Isabel Teresa de Armas y Ayala vecina de la capital del reino asegurando fondos por medio de una escritura otorgada ante escribano para que dicha festividad fuera celebrada de la mejor manera posible; en la Nochebuena salía del Hospital de Belén un rezado con las imágenes de la Virgen
María y San José acompañados de gran gentío rezando el Santo Rosario, esta devota actividad era otra iniciativa del Santo Hermano Pedro, y de hecho una posada en todo el sentido de la palabra. Para el siglo XVIII en los templos parroquiales de Candelaria y San Sebastián no se reportan imágenes de Concepción. Sin embargo, en el segundo de los templos mencionados destaca la veneración por Nuestra Señora de la Esperanza, bella imagen venerada cuando menos desde la primera mitad del siglo XVII y su nombre alude a una imagen de la Virgen de la Expectación mientras que en el templo parroquial de Nuestra Señora de Los Remedios aunque había altar de Concepción (año 1739) la imagen titular era una virgen llamada de Los Remedios pero esta imagen no presenta los atributos iconográficos que marca la tradición hispánica y luego mexicana, de ser una imagen con el Niño Jesús en su brazo izquierdo y coronada; en realidad la virgen de los Remedios de Guatemala es una imagen de Nuestra Señora de la Expectación, y por lo tanto muy celebrada en ese tiempo. La festividad del 28 de diciembre dedicada a los Santos Inocentes recuerda la muerte cruel de muchos niños por orden de Herodes, al igual que la festividad anterior no se tradujo en capillas o altares permanentes en los templos de Santiago, y sí lo fue en un pequeño pueblo situado cerca de la capital del reino como es Parramos, población donde el santo patrón es precisamente los Santos Inocentes, en este lugar debió ser de especial importancia este día. La festividad de la Circuncisión del 1 de enero no tuvo especial connotación en alguno de los templos de la ciudad. Sin embargo debió ser celebrada de forma especial en la capilla de Santa Ana de los Naturales, adjunta al templo franciscano. En ese recinto era venerada una bella imagen de Niño Jesús conocida en los documentos coloniales como el Niño Jesús de la Veracruz. En la conmemoración de la Epifanía o Día de Reyes se llevaba a cabo en la capital del reino, a iniciativa del Santo Hermano Pedro, con una procesión que salía del templo mercedario con destino al de Belén, en ella eran conducidas las imágenes de los Santos Reyes. Sin embargo, esta celebración no pareció traducirse en altares permanentes en los templos de Santiago capital del reino, lo cual posibilitó que el cercano pueblo de San Gaspar Vivar tuviera en esta época del año un momento singular. En efecto, el nombre Gaspar corresponde a uno de los Magos cuyos nombres mantiene la tradición
popular, siendo los otros Baltasar y Melchor; todos aparecen representados en el retablo principal del templo del pueblo de San Gaspar hoy en el Museo de Arte Colonial de La Antigua Guatemala, San Gaspar es obra de escultura y los otras imágenes son pinturas de tablero. Finalmente, en el templo de Nuestra Señora de Candelaria, la imagen titular era Nuestra Señora de Candelaria o de la Purificación, cuya fecha principal es el 2 de febrero; este día cierra el ciclo navideño y debió ser una festividad notable para la ciudad de Santiago al grado de hacer insuficiente el templo para albergar la gran cantidad de personas que acudían al mismo, desde personajes de la vida política y económica hasta humildes campesinos comarcanos.
De imágenes y Veneración Para conmemorar el nacimiento de Cristo, los artistas guatemaltecos realizaron tallas en madera estofada con atributos de plata, muchos para los templos pero también de carácter doméstico, que representan al misterio de Belén integrado por el Señor San José, la Virgen María ambos en posición de adoración y el Niño Dios. Por lo general, las obras fueron realizadas en madera y luego encarnadas y estofadas que se complementan con coronas imperiales de plata mestiza o sobredorada, para San José y la Virgen María y resplandor del mismo metal, con las mismas características para el Niño Jesús y una vara de plata sin sobredorado para el padre de Jesús. El Señor San José se representa con una talla elaborada con inclinación hacia la derecha, su cabello ensortijado, corto, cae hasta cubrir totalmente el cuello, figura como un hombre de 30 años aproximadamente. El rostro está encarnado tiene definidas sus cejas en forma arqueada, acentuando los ojos avellanados, algunos de vidrio soplado y pintado. La nariz tiene un ángulo de 45 grados y abajo la boca pequeña entreabierta, enmarcada entre los bigotes y la prolongación triangular de la bar-
ba que se parte en dos a la altura del mentón, con espacios prolongados entorchados. En el barroco, los brazos están en pleno movimiento. El derecho se mueve hacia el pecho, en señal de reverencia y amor hacia el Niño Jesús, ya que su mano abierta se centra en el pecho y señala con el índice el corazón. El derecho con una inclinación de 45 grados, deja una mano entreabierta para sostener la varita florecida, que es evocada con una forma realizada en plata con flores abiertas. Esta posición caracteriza a las representaciones Josefinas en Guatemala, ya que unifica el criterio que los artistas utilizaron para colocar a San José al momento de adorar al Niño Dios. Su cuerpo está totalmente cubierto, solo deja visibles las dos manos y un pie hacia la parte de atrás, el cual se muestra ligeramente inclinado vestido con una sandalia. La talla de la Virgen María está también en posición de adoración para acompañar al Niño Jesús en el Pesebre junto a la imagen del Señor San José. Tiene una inclinación hacia la izquierda, con rostros y manos encarnadas y el cuerpo cubierto con estofes de variados diseños. La cabeza está cubierta con manto blanco, el cabello ensortijado con un mechón de cabello que cae hacia el lado izquierdo, mientras que el resto pende sobre los hombros y cae hasta la cintura, formando suaves formas de S un detalle muy propio del siglo XVIII en las tallas guatemaltecas, pero que sin duda está inspirado en las típicas formas que el cabello de las figuras representadas en pinturas y esculturas del renacimiento europeo. El rostro está encarnado hasta mostrar el cuello. Los ojos avellanados, con la ceja
semicircular, la nariz detallada con perfil perfecto, boca cerrada pequeña, labios rojos, de su oreja derecha pende un arete antiguo de oro. La pieza central del Nacimiento es la talla del Niño Dios representado por una graciosa escultura, cuyo cuerpo igual que en el caso de sus padres, tiene la misma fuerza escultórica de otras obras de mayores dimensiones. Su cuerpo presenta el clásico movimiento de los Niños Dioses chapines, primero con un rostro de un niño de más de un año, pero en el cuerpo de un neonato, esta vez revestido de un pañal, lo cual lo enlaza más hacia el inicio del siglo XIX cuando las tallas del Niño Dios se hicieron pudorosas, situación que empezó a manifestarse desde fines del XVIII. Posee giro en la cabeza, que busca endulzar a sus espectadores con una leve sonrisa, mirada suave y un rostro de pómulos pronunciados en una carita casi redonda. El cuerpo presenta detalles de líneas de gordura a nivel del vientre, las piernitas y los brazos. Los bracitos se mueven en posición usual en los Niños Dios de Guatemala, con las manos levantadas, la derecha en señal de bendición, siguiendo la posición de un Pantocrátor y la otra busca acoger a la humanidad, también basada en la misma forma en que están las imágenes pintadas de los Cristos colocados en los ábsides medievales de las regiones españolas. Las piernas dejan lugar a mostrar el típico pataleo de los Niños de Guatemala, dándole la gracia de un recién nacido. Posee un resplandor de plata sobredorada o mestiza que presenta las tres potencias adheridas sobre los rayos, demostrando la majestad de Dios.
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LOS JUGUETES DEL NIÑO DIOS: EL NACIMIENTO GUATEMALTECO los misioneros era más importante trasladar el mensaje básico del Cristianismo sin na de las celebraciones más im- las complejidades que reportantes del anuario guatemal- quería una explicación en un teco es la Navidad, que se viste y perfu- tercer idioma, pues debe rema de manera única e irrepetible en el cordarse que los misioneros orbe, una Navidad de pino, manzanilla, hablaban castellano, leían en musgo y gallitos, salpicada de la alegría latín y daban el sermón en por el nacimiento del Niño Dios. un idioma indígena. Por esta Numerosos comentarios se han razón, era más fácil brindar escrito sobre las características del na- consejos éticos basados en la cimiento guatemalteco, si es de tipo vida de Cristo, la Virgen o los oriental, si es popular, si es mixto, si santos, que en el texto sacro. toma como base imágenes fotográficas Esto generó un Cristianismo o cinematográficas, si se nutre del pasa- piadoso pero iletrado. do europeo o si subyace en sus diseños En ese contexto, para la Nacimiento en el templo del Calvario, la religión nativa. Sin embargo, una de mayoría de la población, in- Quetzaltenango (Aníbal Chajón). las razones que le hacen singular es su cluidas las personas de origen concepto originario, que conserva la español, el mensaje cristiano tradición oral de las personas de todas se limitaba a las festividades las poblaciones del país. En realidad, el y celebraciones con culto externo y la permitió encargar magníficas reprenacimiento en Guatemala es concebi- Navidad ofreció un momento de paz y sentaciones para todas sus residencias, do, según narran las personas de edad, serenidad que contrastaba con el sufri- como el Palacio Real de Nápoles, Cacomo un regalo para el Niño Dios y, miento y dolor de la Cuaresma y Sema- podimonte y Caserta. En algunas de aun siendo Dios, es todavía un Niño. na Santa. Por ello, permitió el desarro- ellas se colocaron varios pesebres, ya Las sutilezas teológicas y filosó- llo de un sentimiento de cariño, afecto y que el monarca encargaba nuevos y ficas del Cristianismo, que afirman la ternura, que no podía ser expresado en no deseaba alterar el acabado final de doble naturaleza de Jesús, una divina otras épocas del año. tan majestuosas obras, que representay la otra humana, unidas en una sola Para 1829 el mensaje cristiano ha- ban en miniatura la vida del reino, con persona, trataron de ser explicadas por bía sido suficientemente extendido por artesanos, agricultores, comerciantes, los misioneros católicos desde el siglo todo el territorio durante más de tres extranjeros, marineros y demás persoXVI pero, una vez expulsados los re- siglos. Estaba generalizada la fiesta najes, todos con los atuendos del siglo ligiosos del país, por la orden del go- y todas las personas sabían que se ce- XVIII, hechos con gran realismo y bierno liberal de 1829, la mayor parte lebraba el nacimiento del Niño Dios. lujo, como era propio de la etapa final de la población quedó en libertad de El cariño de las mujeres y los niños, e del barroco. Cuando el soberano pasó reinterpretar la información dejada por incluso de los hombres en un mundo a gobernar España, revitalizó la cosun Cristianismo incipiente y sin ins- profundamente machista, podía ser tumbre de los belenes, que rápidamentrucción académica. Como en la mayo- manifestado. Para la época, además, te se generalizó entre las élites. ría de países católicos, los misioneros hacía más de medio siglo que se había Ya que la ciudad de Guatemala era no tuvieron especial interés en que la diseminado por todos los territorios una capital provincial, llegaban a ella población aprendiera a leer y escribir. hispanos la costumbre de confeccionar continuamente funcionarios reales y Este fenómeno no obedeció a la inten- pequeñas representaciones del naci- ellos introdujeron las variaciones en los ción de controlar una población igno- miento de Jesús. Desde el siglo XIII, belenes españoles, hechos a la moda rante, como afirman algunos historia- cuando san Francisco de Asís realizó el napolitana. La población hispana con dores, sino a la dificultad que encon- primer nacimiento en vivo en Italia, los recursos económicos no escatimó en la traban los misioneros, muchos de ellos franciscanos habían difundido la prác- confección de hermosas obras de arte en neófitos en idiomas indígenas, para tica de los pesebres o belenes, cobran- madera policromada y estofada. Pero el explicar pasajes complejos del libro sa- do un auge inusitado en las obras de resto de la población, la mayoría, no pogrado. Como ejemplo, la poetisa y re- arte doméstico en el sur de Italia. Allí día costear semejantes lujos, por lo que ligiosa novohispana, sor Juana Inés de gobernó, entre 1734 y 1759, Carlos de hizo las modificaciones que consideró la Cruz, afirmaba en pleno siglo XVII Borbón, quien después pasó a reinar en pertinentes, como la elaboración en ceque el libro del Génesis solamente po- España como Carlos III. En Nápoles, rámica y otros materiales. Así las cosas, día ser leído después de los 30 años de donde existía un barrio completo de cuando se produjo la expulsión de los edad, cuando se tenía suficiente madu- artesanos dedicados a la elaboración religiosos a principios del siglo XIX, rez y se había leído previamente a los de pequeñas imágenes para los pese- los nacimientos ya existían pero cobraexegetas clásicos, como San Agustín y bres, el rey encontró el talento que le ron un nuevo carácter a partir de entonSan Ambrosio. Era ces. Ya no había frailes difícil interpretar en que dieran órdenes o latín, el idioma al instrucciones, y las perque estaba traducisonas reinterpretaron el da la Biblia católifenómeno. Si se celeca, pasajes como la braba el nacimiento del embriaguez de Noé Niño Dios, había que y el abuso de su hijo darle juguetes, regalos, Cam, o los actos alegría, diversión. Y a de las hijas de Lot los niños, divinos o no, para tener descenles gustan los colores, dencia, el disimulo los olores, los objetos de Abraham sobre grandes y llamativos. su matrimonio con Así, se desarrolló el Sara para salvar su nacimiento como el propia vida a exconcepto de los juguepensas del honor de tes del Niño Dios. Es su mujer y muchos por ello que poco imLas casas del pueblo, San Juan La Laguna (Aníbal Chajón). otros. Por ello, para portaba que una oveja
Aníbal Chajón Flores Universidad de San Carlos de Guatemala
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fuera más grande que jo (Tillandsia usneoides), para ofrecer un pastor, o que una comodidad al Niño y a la Virgen. Por gallina fuera más alta último, al Niño se le colocaba en musque una casa, a nin- go, como a todos los recién nacidos en gún niño le importaba el área rural, donde las madres daban eso, le importaba el a luz en cuclillas, sostenidas por lazos colorido y el aroma. suspendidos a los travesaños del techo. A partir de entonces, El musgo recibía al bebé y la placenta cada hogar ha realiza- de todos los niños, mayas y mestizos, do nacimientos según por ello se colocaba la imagen el Niño la creatividad de los Dios en musgo, porque había que darle miembros de la fami- todos los mimos y cuidados que a los lia y era común que recién nacidos. los niños colocaran Cada nacimiento era una muestra algunas de las figuras, de amor, donde las madres, sabias muporque era un regalo jeres que habían logrado sobrevivir a para el niño más im- los riesgos del parto en tiempos en que portante de todos, el la medicina estaba lejos de los alcances Niño Jesús. actuales, daban consuelo y consejos a Como parte de un la Madre de Dios. Donde los hombres, regalo para el trascen- habituados al trabajo sin descanso de dente infante, la población guatemal- sol a sol, comprendían el nerviosismo teca ofreció sus mejores presentes, los de san José y su modesta participación, frutos que se encontraban en la región y en silencio, en una actividad presidida que habían sido del agrado de los anti- y protagonizada por mujeres. Donde guos sacerdotes de cultos proscritos por los niños podían sentirse reflejados en el Cristianismo. Entre estos frutos se ese pequeño regordete y sonriente, sin encontraba la chichita (Solanum mam- importar si era hombre o mujer, porque mosum), planta originaria de América todos los niños recibían de su madre las cuyo fruto no es comestible, pero al que mismas atenciones. Poco faltó para que se atribuían propiedades curativas para el Niño fuera representado en el perrala piel y la nariz. Era algo como decirle je, a espaldas de la Madre mientras ella a la Virgen, quien según las prédicas de preparaba las tortillas o lavaba la ropa, los frailes era una madre primeriza y jo- porque no se encontraba una forma más ven, que el Niño iba a necesitar cuidados pura de representar el amor materno haespeciales en su piel y por si se le con- cia el recién nacido. gestionaba la nariz. Se le ofrecían flores El resto, eran los juguetes del Niño, de pascua (Euphorbia pulcherrima) y sus ovejas, su buey, su mula, sus pastogallitos (Tillandsia brachycaulos), por res, sus casitas, sus ríos y lagos, sus monsu color rojo, de la misma manera que a tañas, todas reflejo del paisaje local (en los niños se les colocaban gorritas rojas este sentido, hermanos de los napolitaen la cabeza, para evitar el mal de ojo, es nos), ese paisaje guatemalteco que quedó decir que una persona de humor fuerte estático en telas de brin endurecidas con le transmitiera su exceso de calor al brea (embreados), cubiertas de serrín de Niño, quien por ser demasiado pequeño colores, como los paisajes nativos, con y susceptible de enfermarse por el exce- árboles de todos tamaños y colores, also de calor, podría sufrir de fiebres ante gunos rojos, algunos ocres y muchos la presencia de una mujer en su período verdes, con flores alegres y animales por de menstruación o un hombre que re- doquier, porque si un niño guatemalteco gresara del trabajo duro o estuviera bajo disfrutaba del nacimiento, era seguro que efectos de licor. Tampoco se les podía también lo disfrutaría el Niño Dios. impedir a personas de excesivo calor el privilegio de ver al Niño y a la Virgen, por eso era preciso ser precavidos. Se le ponían hojas de pacaya (Chamaedorea sp.) y pino, las plantas favoritas para elaborar los arcos y alfombras en las festividades religiosas, porque el nacimiento era como un altar y precisaba ser destacado como tal. Se colocaban ensartas de manzanilla (Crataegus pubescens), cuyo aroma agradable siempre se ofrecía a la divinidad, desde tiempos remotos y que, además, era apropiada por si al Niño le daba tos. Casitas e imágenes en proporciones desTambién se utilizaba el iguales, Santa Apolonia (Aníbal Chajón) pashte o barbas de vie-
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ET M
: S E O N C T E R T L E A
LO
E I N M T I O C S A N G U S A LO
las r e presentaciones medievales y la colonización española en los siglos XVII y XVIII, infiltró teatralidad barroca a los pesebres o nacimientos americanos. Por esta razón, en los pueblos católicos latinoamericanos observamos la influencia de elementos aborígenes, paisajes, flora y fauna propias de cada región. En nuestro medio existen tendencias muy arraigadas en darle teatralidad a los nacimientos. Esta conceptualización representada desde cortinajes que enmarcan las escenas, bambalinas de nubes Pastora peina a su hija en para dar profundidad, juegos un nacimiento guatemalteco de luces que como una ilu(Fotografía : Michele Pinsker) sión óptica nos proyectan el día y la noche, narraciones ractuaban en un escenario referido a la vida cotidiana y al propias de la llegada del paisaje de la región toscana. Las características de estos Mesías, entarimados que pesebres fueron documentados por San Buenaventura y To- logran una mejor visibilidad tal y como se más de Celano. En los pesebres, belenes o nacimientos, el genio plástico logra en los teatros, mediterráneo encauzaba sus convicciones cristianas y afir- así como elemenmaba sus sentimientos familiares y nacionales, presentes tos que la hacen en la representación del paisaje y personajes de la región. viva, y que por Su difusión al nuevo mundo en el siglo XVI, lograda en sí, cada uno cuenun tiempo de conquista y colonia hizo llegar este legado ta una historia. Y es que desde pasa toda América y Guatemala no fue la excepción. Una vez establecida esta tradición en nuestro país, los llamados euro- tores arreando sus rebaños, peamente belenes se convirtieron en nacimientos en nues- campesinas peinando a había logrado hacer allí. tro léxico chapín gracias a la difusión hecha por el Santo sus hijas, niños jugando entre el agua hacen que esta teatrali“Quiero presenciar la humildad de la Encarnación y Hermano Pedro y a las órdenes franciscanas, en nuestra na- dad elaborada con figuras estáticas, parezcan cobrar vida, lo verlo recostado en el pesebre entre el buey y el asno”, le dijo ción, estas representaciones teatrales se enraizaron en los cual logra darle “alma” a la obra hecha por estos artistas guateFrancisco de Asís a su amigo Juan da Vellita. hogares de los pobladores guatemaltecos de aquella época, maltecos. En la actualidad muchos son los altareros, artistas Se cree que el 8 de diciembre comenzó a construir tradición que con el pasar de los siglos fue heredándose por y artesanos que dedican meses y días de su tiempo para renuna cueva para ese fin y que el 25 actuó allí mismo, generaciones y reinterpretándose durante las diferentes ten- dirle un homenaje al niño Dios en su Natividad. La tendencia como diácono y predicó sobre el misterio de la Natividad. dencias artísticas sin perder la esencia viva del “Nacimiento masculina hacia este gusto nos lleva a reconocer nacimientos Estudiosos en la materia creen que lo que San Francisco del Niño Jesús en el pesebre de Belén”, tal y como concep- tradicionales con una trayectoria artística heredada de familias, quería realizar era una obra teatral que ayudase al mundo a tualizó el Santo franciscano. entre ellos podemos mencionar verdaderas obras de arte como recordar el nacimiento del Mesías en el portal de Belén y que Sacro y profano, idealizado por artistas y artesanos, estos las de los señores Jorge Mario Díaz del Cid, Luis Alberto de perdurara en sus corazones por generaciones futuras. nacimientos alcanzaron su difusión universal. En el transcurso León, Carlos Penagos, Juan Alberto Sandoval, Diego y FernanCon la ayuda de Giovanni Vellita San Francisco de Asís, de los años la costumbre impuso tendencias y estilos en sus dife- do Garrido, José María Belgara, Manuel Morales, Javier Fertransformó la cueva en una réplica a la usanza italiana del rentesrepresentaciones.ElRenacimientointrodujoveracidaden nández, Erick Blanco, Alvaro Lara y Omar Reyes entre otros. establo de Belén. En Por su parte, este gusto aquel pesebre mezcló culto por tan artesanal figuras modeladas en trabajo, también ha trasarcilla como bueyes, ascendido en los corazones nos, ovejas y la presenfemeninos como Clarita cia de frailes, pastores Soto, Michele Pinsker y y aldeanos que a media Ana María Estrada que noche entonaron a la luz con su delicada mano y de antorchas alabanzas sensibilidad, han logray villancicos en honor al do escenas inusitadas en Niño Jesús. este arte teatral sacro. San Francisco incorY es que, a través poró teatralmente las de los siglos y desde sus imágenes medievales inicios la representación de iconografías prode los belenes, pesebres pias, vitrales y pinturas nacimientos seguirán referidas al tema. Las siendo la manera teatral transformó en devoción sacra más cercana a la viva, en auto sacramenidealización de la nativital con la inclusión de El buen Pastor rescata la oveja perdida y regresa a dad del niño Dios conceNacimiento que refleja el arte y la creatividad de los los feligreses, artesanos cuidar a su rebaño, en un nacimiento de la ciudad de bida por el Santo francisguatemaltecos desde el siglo XVI hasta la actualidad. (Fotografía: Erick Espinoza) y religiosos que inte- Guatemala. (Fotografía: Michele Pinsker) cano por excelencia.
LO TEATR A RO Y L SAC
La celebración de la Nochebuena tiene su ritual más entrañable en la tradición del santo pesebre iniciada por San Francisco de Asís y rápidamente extendida por la contrarreforma en los países católicos europeos y latinoamericanos. Artística o no, la representación del nacimiento del Niño Jesús constituye una devoción íntima y pocas tradiciones ostentan un carácter tan abierto al refinamiento culto y a la expresión de contenidos populares y regionales. Esta diversidad manifiesta el carácter universal, redentor, del relato bíblico que le da origen. La devoción del santo pesebre tuvo su religiosidad y genio poético de San Francisco de Asís. En 1223 el santo franciscano dispuso la celebración de la misa navideña en la cueva de Greccio, en el valle de Rietti, Italia, a la que apreciaba por ser “rica en su pobreza” dada la cantidad de conversiones que
Erick Eduardo Espinoza Folgar Universidad de San Carlos de Guatemala
Suplemento Navideño 9
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OFRENDAS TERRENAS PARA EL MISTERIO DE
NOCHEBUENA Y NAVIDAD
Luis Villar Anleu Universidad de San Carlos de Guatemala
os milenios después de que D pastores de los campos de Belén, avisados por el Ángel del Señor
corrieron al Divino Pesebre a adorar a Jesús en su nacimiento (Lc 2, 817), los humanos renuevan la gloria del suceso. Al revivir el Misterio no olvidan su presencia, ni la de los tres Reyes Magos que trajeron ofrendas al Niño Dios (Mt 2, 11): oro, símbolo de realeza (1 Rey 10, 2), incienso, de adoración divina (Lev 2, 1-2), y mirra, símbolo del sufrimiento (era para ungir muertos -Lc 23, 56-). El oro, el incienso y la mirra le cedieron el simbolismo a otros iconos. También, el pesebre a Nacimientos inspirados en la obra de San Francisco de Asís y del Santo Hermano Pedro, y el establo a templos y hogares. Los obsequios de los Magos de Oriente (Mt 2, 1) dejaron su legado en nuevos símbolos, que se hicieron vehículos de regocijo encarnados en plantas y artesanías. Elementos del imaginario social que en Navidad se hacen materia para la espiritualidad. Al servicio de la religiosidad popular brotan del patrimonio intangible del pueblo y del patrimonio biológico de los ecosistemas para esplender la dulzura de esta parte del Misterio de la Encarnación. La otra parte, el Misterio de la Concepción, es descrito por San Lucas: El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios (Lc 1, 35). Es, en la realidad, la divina antesala del nacimiento. Recordar el hecho captura el alma de la Antífona de la Octava de Navidad (Liturgia de las Horas): O admirable commercium! El Creador del género humano tomando cuerpo y alma, nace de una virgen y, hecho hombre sin concurso de
Patas de gallo y hojas de pacaya, pashte blanco, pinitos de jarcia, los tres Magos de Oriente y el divino Misterio de Navidad, de un Nacimiento tradicional en la Nueva Guatemala de la Asunción. Foto L. Villar Anleu.
El color del oro en rosarios de manzanilla y chichitas, ambos acompañando a hojas de pacaya y gusanos de pino en un Arco del Rezado de Guadalupe, en la Nueva Guatemala de la Asunción. Foto L. Villar Anleu.
varón, nos da parte en su divinidad. Esencia de Navidad, el dulce Misterio que instaura gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres (Lc 2, 14). EL SACRALIZADO APORTE DEL CAMPO Familias de hondo arraigo tradicionalista, al superar el consumismo neoliberal y su cauda de “adornos navideños” de motivos extranjerizantes, hallan en el imaginario y en el campo recursos que satisfacen la necesidad de ofrendar simbólicamente al Niño. Alegran la presencia de la Sagrada Familia con manzanillas, pascuas, “gallitos”, musgo, hojas y ramas de pino, ramilla de pinabete, hoja de pacaya, pashte blanco, piñas, hoja de maxa’n, chichitas y finas artesanías. Las artesanías, concebidas con especial esmero a la beatífica fiesta, incluyen pastorcitos, ovejitas y ranchitos para evocar viviendas. Tienen en sí el corazón y la imagen de Navidad, como a su modo lo tienen las manzanillas, pascuas y el resto de vegetales que la cultura ha integrado al celestial momento. Es irresistible la tentación de presumir equivalencias simbólicas de ellas con los dones de los Reyes Magos. El solo hecho de que se destinen para glorificar a
Manzanillas, refulgentes como el oro, junto a otros componentes del tradicional caliente de piña del altiplano occidental. Un fruto nativo que por esta vía se hace símbolo del Misterio de Navidad en Guatemala. Foto L. Villar Anleu.
Foto L. Villar Anleu.
Dios les da equivalencia, pero resulta sugestivo que el color de las manzanillas sea como el del oro, y que su constitución, en chicos pomos esféricos, permita tomarlos como unidades del preciado metal, signo real de elevado poder y potestad. Si el poder evocador de divinidad en el incienso, de corporalidad en la mirra, mana primariamente de los aromas que despiden, la suavidad de los olores de las pascuas, “gallitos” y musgos tiene la potencia suficiente para elevar a santidad los aportes que ceden al celestial nacimiento. Lo hacen el pino, pinabete, pacaya, pashte y maxa’n. Como aquellos, vegetales de biológica humildad pero imponderable valor en la espiritualidad guatemalteca. El término manzanilla, más que hacernos pensar en el arbolillo silvestre de las altas cumbres llamado por la ciencia Crataegus pubescens, lo hace por sus dorados frutos, inequívoco signo de Navidad. Por lo general se disponen en largas cuentas, de inefable fragancia y refulgente matiz, que se disponen al borde de Nacimientos, sobre un Arbolito de Navidad o formando curvaturas en una pared. Además de contribuir a las representaciones iconográficas del Misterio de la Navidad en Guatemala, son el hálito mágico del
Patas de gallo, pino y rosarios de manzanilla en la iconografía navideña más profundamente enraizada en las tradiciones guatemaltecas. Foto L. Villar Anleu.
llama “patas de gallo” (varias especies de Bromelia y Tillandsia). Semejante atributo de los colores rojo y verde, aunque desde el período prehispánico se les rodeaba de significado mágico, del cual hace eco el Popol Wuj en el mito de la derrota de Sipakna a manos de Junajpu y Xbalamke (se falsificó un gran cangrejo ... le pusieron patas de gallo, la flor que se recolecta en los bosques). De lo mágico a lo religioso la distancia es muy corta. Los musgos, colectados en zaleas, colchoncitos naturales suaves y blandos como el terciopelo, formados por Patas de gallo y hojas de pacaya, dos cientos de plantitas, probaimponentes referentes de Navidad en blemente hayan recogido el Guatemala, como ofrenda simbólica al atributo del colchón de paja pie del Arco del Rezado de Guadalupe en la Nueva Guatemala de la Asunción. que acogió a María en el peFoto L. Villar Anleu. sebre de Belén. Tal puede ser el sentido de su presencia en los Nacimientos de mayor caliente de piña de los pueblos del Altiplano occidental. Brebaje sacra- tradición en el país. Aunque el evolizado, nacido con el espíritu de la cador aroma a bosque captura de golColonia para contrarrestar el frío de pe la esencia mística de Navidad. El pinabete hace sacros sus eflulas noches montañosas. La pascua... ¡qué compleja es! vios, la hoja de pacaya enfatiza el Hierba de grandes proporciones en espíritu de fiesta, el pashte blanco la que ni la flor es tal en el sentido pone toques de misterio, la piña saestricto de las definiciones. Sus lla- craliza bebidas, la hoja de maxa’n mativas partes rojas son hojas mo- envuelve con inmanente simbolisdificadas que protegen a las verda- mo los tamales de la cena de Nochederas flores, pequeñitas y agrupadas buena, las chichitas vuelven a traeral centro. Mas eso a la iconografía nos el color de la áurea ofrenda... navideña le importa poco, porque antes que todo es un referente de la GEMAS TERRENAS EN EL MISTERIO DE NOCHEBUENavidad, ahora universal. Se cree que hacia el siglo XVII NA Y NAVIDAD En la Leyenda Dorada, Santiago se integraba a manifestaciones religiosas. Y es creíble que debido a de la Vorágine nos hace ver que los su brillantez y al florecimiento más Magos, ofreciendo al Señor estas intenso en otoño lo haya sido a la ce- tres cosas [oro, incienso y mirra], lebración de la Natividad. Esto pudo proclamaron que en aquel niño coverse favorecido por el manejo sim- existían la regia potestad, la majesbólico de los colores en los rituales tad divina y la naturaleza humana cristianos, pues la Europa anterior al corporal. Magna síntesis del simdescubrimiento de América asocia- bolismo proveído por las ofrendas ba el rojo y el verde con Navidad, conducidas de Persia (con Mellos colores predominantes en ella. chor), India (con Baltasar) y Arabia Los sabios la llaman Euphorbia (con Gaspar) al Pesebre de Belén. De lo profundamente sublime de pulcherrima, “la más bella entre las su ideario, los guatemaltecos han ineuforbias”. Los “gallitos” son herbáceas que tegrado a la iconografía del Misterio crecen sobre árboles; también se les de Navidad joyas vivientes que unen a representaciones de pastorcitos en tusa, cibaque, alambre o barro, ovejitas y animalitos de arcilla, casitas de cartón, pinitos de jarcia, Reyes Magos en cerámica, incensarios, braseritos. Son joyas provenientes de un patrimonio natural integrado a la cultura popular, de cuyas expresiones se obtiene la satisfacción de haber adorado al Señor Naciente con ofrendas surgidas de su propia Foto L. Villar Anleu. alma.
Nueva Guatemala de la Asunción, 22 de diciembre de 2011
LA “CUETERíA” DE LAS DOCE EN LA NOCHEBUENA
Suplemento Navideño 11
intentar aproximarse a un problema que afecta las formas propias de la cultura popular porque resulta deforesde hace unas cuantas navimada, o peor aún, en peligro de desdades, es notorio que el sonido aparecer, por elementos ajenos que tradicional de las ametralladoras de tienen como objetivo principal posicohetillos y silbadores a las doce de cionarse de acuerdo a las lógicas del la noche de las fiestas de Navidad y mercado, aunque así se vea alterada Año Nuevo ha ido mermando por o destruida la tradición local. la subida acelerada de las luces de Es seguro que por muchísimo colores de los fuegos artificiales de tiempo se continuará escuchando la origen chino y anglosajón. Muchas seguidilla de “cuetes” a las doce de familias urbanas, entre el abrazo, el la noche del día de Navidad, en esa brindis, el rezado al Niño Jesús, la frontera entre la Nochebuena y el emoción de destapar los regalos, el 25 de diciembre, así como para Año olor de tamales, pavo y ponche, y Nuevo. Sin embargo, la entrada al las llamadas telefónicas a los seres escenario de las luces chinas y anqueridos, se sitúan en glosajonas es un avilas calles, ventanas, so para recordar que, balcones y terrazas más temprano que tarpara ver el cielo nocde, los niños y niñas turnal iluminado por que tenían el priviletoda una amalgama gio de recibir regalos de luces coloridas en Navidad le dejaron que imitan estallidos de pedir al Niño Jesús siderales, o mejor diy voltearon los deseos cho, eventos que son a un viejito gordo de propios de otras labarba blanca que vetitudes, y que en el nía del Polo Norte, y presente están transcuyo origen aún se formando las fiestas discute si es nórdinavideñas y de fin de co, germánico, sajón, año guatemaltecas en norteamericano o mealgarabías al estilo de diterráneo, pero que Europa, la Norteamé- “Ametralladoras de cohetes tradicionales” que se queman hábilmente, bajo las Cohetería tradicional de Guatemala (“buscaniguas”, “Chispitas”, “fosforitos” rica anglosajona o el en Guatemala para la medianoche de Nochebuena y Año Nuevo representaciones del Y “volcancitos”), de una de las coheterías más importantes del pueblo de Ciudad Cohetería de San Juan Sacatepéquez (Fotografía: Guillermo Vásquez González) Vieja, Sacatepéquez. (Fotografía: Guillermo Vásquez González) lejano Oriente. capitalismo, lo globaEl avance del merlizó una reconocida cado de las luces de marca de aguas gaartesanal y local, gos artificiales que colores, a las que podemos de- porque aunque éspueden admirarse seosas que fue la que decidió el color nominar “fuegos artificiales”, se tas se mantengan y desde varios pun- rojo de su traje. Al mismo tiempo, encuentra en plena disputa con la para muchas persotos de la Ciudad de el árbol de navidad, inclusive con resistencia del comercio de los co- nas es impensable Guatemala, muy al nieve artificial -aunque en la región hetillos o “cuetes” de fabricación que desaparezcan, estilo de las fiestas tropical a la que pertenece el istmo artesanal. La larga “ametralladora” corren serio peligro patrias estadouni- centroamericano nunca ocurran nede roja envoltura, el cohete o “cue- de transformarse denses o de la bien- vadas-, le fue ganando espacios a te” que se quema uno por uno y de acuerdo a patrovenida al año nuevo la manzanilla y al pino. Situación “despeñicado”, la bomba triangular, nes que imponen en el occidente eu- similar está ocurriendo con los tael mortero, el saltaperico, el chilito los mercados hegeropeo, en el puente males, porque las cenas de las doce o chiltepito, el tronador, el cohetillo mónicos. Sucedió, de Brooklyn o en en Navidad, sobre todo entre las cay la bomba de vara y el silbador de al menos en áreas la Bahía de Sidney. pas medias urbanas acomodadas, se cajita se niegan a desaparecer de las urbanas centrales, Y combinados esos adecúan a comidas como el pavo o prácticas colectivas de una cultura con los barriletes: imaginarios de un la pierna de cerdo, más propias de popular que no sólo los utiliza en- generaciones más ethos occidentaliza- otras latitudes. tre la Nochebuena y el Año Nuevo, jóvenes es posible Es innegable que muchas de las do con el avance de sino que abre con ellos la llegada de que ignoren que un las empresas indus- tradiciones locales se transforman. gigante” en una cohetería de San Raymundo, que se utiliza en las fiestas decembrinas: la Corona barrilete pueda ser “Ametralladora triales fabricantes Pero mientras se mantengan en su el Barrio del Calvario de la Ciudad de Guatemala, para celebrar la Nochebuena y la de Adviento, la Quema del Diablo, diferente a los mo- noche del Año Viejo a la medianoche. (Fotografía: Guillermo Vásquez González) en serie de cientos esencia local como cultura popular, la Virgen de Concepción, la Virgen delos plásticos con de miles de luces mantendrán su propia riqueza que de Guadalupe, Nuestra Señora de la figuras de animales de colores que mag- es lo que las consolida como únicas. Expectación del Parto, la Navidad, que se producen en fábricas y que propia de la nueva belleza importada nifican la noche de Navidad y Año Es así como el sonido de los cohelas novenas al Niño, y el último día han invisibilizado los rombos, hexá- que generan luces coloridas y que, Nuevo, asistimos, en el presente, al tillos o “cuetes” en las fiestas de fin del año o “Año Viejo”. gonos y octágonos de papel de china, para terminar de afianzarse victorio- descenso progresivo de la “cuetería” de año en Guatemala forman parte Asimismo, los cohetillos o “cue- varitas de madera y cola larga que se sas en los más alto, iluminan el cielo, de las doce. de “esperar las doce” en familia, y tes” son parte integral de otros jolgo- hacían en casas o en pequeños talle- mientras los humildes y sencillos coNo pretendo afirmar, ni mucho el olor de la pólvora queda grabado rios y celebraciones en días ajenos a res familiares de barrio o aldea. hetillos reptan y brincan en el suelo. menos, que los cohetillos y la pólvo- en el cerebro para asociarlo con las los de diciembre, como casamientos, El toro, el apache, el perro, el tucán Los modelos extranjeros hegemó- ra tradicional de la cultura popular de diversas formas que toma la alegría fiestas patronales, bautizos, cum- o el gallo, figuras que identificaban a nicos se apropian de la Navidad y Guatemala ya desapareció. Tampo- o la melancolía de recibir la Navidad pleaños, aniversarios, desfiles, gra- paquetes de cohetillos, “ametrallado- del fin de año relegando, paulatina y co justificar el terrible trabajo infantil o el nuevo año. Si no, que lo digan duaciones, alboradas, recibimiento ras” u otros objetos tradicionales de eficazmente, a la pólvora tradicional en condiciones de seria explotación cómo extrañan los cohetillos o “cuedel nuevo día, procesiones, Corpus la pólvora en Guatemala puede que de tipo artesanal y local a un imagi- que sucede en los talleres de cohe- tes” quienes, acostumbrados a ellos, Christi, triunfos deportivos e inau- ya no estén dentro de las representa- nario y representación de lo “tosco”, tillos y otros juegos pirotécnicos, lo deben de celebrar las navidades en el guraciones. La quema de pólvora, ciones de la alegría de las fiestas na- “ruidoso”, “peligroso” y “que ya va que es una cuestión que con seriedad extranjero. heterogénea en tantos objetos de videñas y de fin de año en sectores de pasando de moda” o que se da “entre las ciencias sociales y el trabajo soPor ello, mientras se transforma tradición, se constituye como una capas medias acomodadas en el país, las gentes sencillas”. cial deben de investigar y denunciar la manera de celebrar las doce con práctica de la cultura popular en sobre todo en espacios como la CiuParte de este fenómeno puede para que se erradique y las formas de las luces de colores de los fuegos arestructura de larga duración en el dad de Guatemala. Ahora se habla observarse en la apropiación que producción se regulen de acuerdo a tificiales de origen foráneo, la pólvotiempo histórico de la algarabía de de “luces”, “dragones” y nombres de empresas millonarias pertenecien- condiciones de dignidad y seguridad. ra tradicional seguirá en resistencia, Guatemala. marca, ocupando la representación tes al capital dominante del país han De la misma manera no se trata de haciendo que la “cuetería” se siga esSin embargo, el avance de una de una Navidad y un Año Nuevo en hecho de celebraciones navideñas esconder los graves riesgos al expo- cuchando en casi todos los espacios economía de tipo neoliberal que fa- términos de alienación. El sonido de y de fin de año, generando imagi- nerse a la quema de juegos pirotécni- de este país. Porque buena parte de vorece a las empresas de condicio- los cohetillos para algunas personas narios empresariales de la Navidad. cos, riesgos que son altos y que se re- su pueblo seguirá encendiendo, con nes industriales –y sobre todo con se ha convertido en “ruido”, y de ma- Es así como una reconocida cadena flejan en las estadísticas de personas ocote, fósforo o cigarrillo, la mecha sello extranjero-, pone en peligro nera peyorativa lo asocian a una prác- guatemalteca de restaurantes pre- quemadas, principalmente infantes. de las largas y rojas “ametralladoras” las relaciones económicas de tipo tica que genera miedo y que no es senta un espectáculo de luces o fue- El objeto central de este ensayo es de cohetillos rebeldes y brincadores.
Mauricio Chaulón Universidad de San Carlos de Guatemala
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DE GUATEMALA
12 Suplemento Navideño
Nueva Guatemala de la Asunción, 22 de diciembre de 2011
PINTURA DE LA HUIDA A EGIPTO DE PEDRO RAMIREZ EN LA CATEDRAL DE GUATEMALA Gabriel Morales Castellanos Universidad de San Carlos de Guatemala
E
l pintor novohispano Pedro Ramírez realizó, en la década de los años setenta del siglo XVII, una serie de pinturas con la técnica del óleo y un contenido de la vida de la Santísima Virgen María, además, dos pinturas de mayores dimensiones cuyos asuntos son: “Triunfo de la Eucaristía sobre la ignorancia y la ceguera” y “Triunfo de la Eucaristía sobre la idolatría”. Las pinturas relacionadas con la temática de la vida de la Virgen cumplen varias funciones: una de ellas, la ornamental colocadas las mismas en los pilares que dividen las naves central y procesionales. Se inicia con la Inmaculada Concepción y concluye con la Asunción de María a los cielos, siendo un total de catorce cuadros. Otra función que cumplen las mismas es la didáctica, ya que por medio de ellas –según plática sostenida con Fernando Urquizú, se enseñaba a la mujer de la época de la dominación hispánica cómo debería ser su comportamiento, teniendo como el modelo de virtudes a la Santísima Virgen María, dándose este proceso de enseñanza aprendizaje a través de la explicación de las imágenes pictóricas, ya que la mayoría de mujeres no sabían leer. Ésta colección de expresiones artísticas plásticas del color abarcan además en el contenido temático: el nacimiento de la Virgen María, “la Presentación de la Virgen María en el templo, los desposorios de la Virgen con el Señor San José, La Anunciación, La Visitación, la adoración de los pastores, La adoración de los magos de oriente, La presentación del niño Jesús en el Templo, La Huida a Egipto, el Niño Jesús entre los doctores, El Pentecostés y el tránsito del Señor San José, aparte de los ya mencionados anteriormente. Nuestro asunto y contenido protagónicos para este artículo es la huida a Egipto, como parte de la serie relacionada con el nacimiento del Niño Jesús, de los cuatro evangelistas solamente San Mateo menciona en su texto este acontecimiento de la vida de la Santa Familia, específicamente en el capítulo 2, versículos del 13 al 21. Este pasaje no es un hecho aislado, ya que el mismo está relacionado con los siguientes momentos previos como lo son: el aviso del ángel al Señor San José, la matanza de los niños inocentes y los posteriores a la huida como la estancia de la Santa Familia en Egipto como exilados y el regreso a Nazaret. Héctor H. Schenone, nos indica que para Interian de Ayala –religioso y estudioso de la iconografía—se da con posteridad a la presentación del Niño en el templo, emitiendo al respecto su criterio. El texto completo de San Mateo dice textualmente lo siguiente: “Cuando se marcharon, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su ma-
“—Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.” San Mateo.
Pintura de Pedro Ramírez sobre la Huida a Egipto en la catedral Metropolitana de Guatemala, siglo XVII (Fotografía: Gabriel Morales Castellanos)
dre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó, tomó al niño y a su madre de noche, y partió hacia Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que había anunciado el Señor por el profeta: De Egipto llamé a mi hijo. Entonces Herodes, viéndose burlado por los sabios, se enfureció mucho y mandó matar a todos los niños de Belén y de todo su término
que tuvieran menos de dos años, de acuerdo con la información que había recibido de los sabios. Así se cumplió lo anunciado por el profeta Jeremías: Se ha escuchado en Ramá un clamor de mucho llanto y lamento: es Raquel que llora por sus hijos, y no quiere consolarse porque ya no existen. Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: --Levántate, toma al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel,
porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño. José se levantó, tomó al niño y a su madre y regresó con ellos a la tierra de Israel.” Como hemos visto la huida a Egipto no se puede ver en forma aislada, está relacionada con el anuncio del Ángel en sueños al Señor San José; parte con la Virgen y el niño Jesús. El a pie conduciendo el asno que lleva sobre sí a María y al Niño, en una escena que como dice el texto del evangelista, su-
cedió en la noche. De la misma manera lo escrito por San Mateo nos narra como un acontecimiento posterior la matanza de los inocentes. De este viaje supone el Pseudo Buenaventura en “Meditaciones de la vida de Cristo” escrito por Héctor H. Schenone, que el viaje fue “por una senda montañosa, sombría, llena de matorrales, escabrosa, sin poblaciones y también muy larga, pues se dice que a paso de posta se gastan unos quince días, más para ellos quizá fue camino de dos o más meses, porque caminaron, según se dice, por el mismo desierto que pasaron los israelitas”. En algunos momentos de la historia la fórmula de la representación pictórica no se respeta, y a la Santísima Virgen igualmente se le muestra caminando a pie al lado de su esposo, pero la tradición iconográfica vuelve a imponerse. Francisco Pacheco como erudito de la iconografía citado por H. H. Schenone indica: “Nuestra Señora sentada en su asnita, con su manto azul, ropa rosada y toca en su cabeza y sombreo de paja puesto; el Niño envuelto, en sus brazos, que descubre algo del rostro, San Josef delante, haldas en cinta con su báculo llevando de diestra la jumenta y un ángel volando delante enseñándoles el camino”. A lo anterior agrega Interian de Ayala citado por el mismo H. Schenenone: “Nada de esto consta ciertamente en el Evangelio. Es verdad; yo lo confieso, ¿pero qué? ¿llevaremos esto a mal y nos indignaremos al ver pintada una cosa, que aunque no nos conste con certeza, no tiene argumento alguno contra sí, y además está fundada en verosímiles y probables conjeturas? No por cierto. Porque no se hace creíble que una Virgen tan tierna, como lo era la Madre de Dios, pudiera andar a pie tanto camino como hay entre Palestina y Egipto”. Otras fuentes de inspiración para ésta representación pictórica, según nos lo indican Elisa Vargas Lugo y José Guadalupe Victoria son los evangelios apócrifos, especialmente el Evangelio del Pseudo Mateo, que en sus líneas indica que a los tres días la Santísima Virgen María quien se sentía un poco agotada al ver una palmera quiso descansar debajo de ella, por lo que se sentaron a su sombra. María vio los frutos que colgaban de ésta, pero San José le indicó que estaban muy altos, por lo que el Niño que reposaba en el regazo de María, le dijo a la palmera: “Agáchate árbol y con tus frutos da algún refrigerio a mi madre. Y a estas palabras inclinó la palmera su penacho hasta las plantas de María … ”. En la obra pictórica, protagonista de este artículo, el autor solamente se ha inspirado en el texto bíblico. La narración apócrifa antes citada como la de los bandidos referida en el apócrifo conocido como Evangelio Árabe de la Infancia están ausentes en la misma.