La Jornada Maya · domingo 13 de marzo, 2016

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Domingo 13 de Marzo de 2016 CAMPECHE · YUCATÁN · QUINTANA ROO · AÑO 1 · NÚMERO 177 · www.lajornadamaya.mx

10 PESOS

■ Juan Villoro recibe premio “José Emilio Pacheco” en FILEY El premiado

El escritor pide justicia para pueblos mayas ■ No

puedo aceptar la distinción sin pensar en tzotziles, tzeltales y tojolabales ■ Donde un presidente ignora la legalidad y un procurador llama “verdad histórica” a algo insostenible, la literatura cobra valor político ■ Pacheco luchó por la soberanía de la cultura en un país asediado por desigualdad, violencia y corrupción

profundiza sin vanidad en la realidad: RZB “Leer hace un sociedad más crítica y justa”: José de Jesús Williams ■

■ La

lectura por placer beneficia a las sociedades, afirma Rafael Morcillo PAUL ANTOINE MATOS

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Cacao Valdez jugará para Colombia en el preclásico Pacho analiza el róster de la selección mexicana y afirma que el tricolor no debe tener problemas para clasificar ■

“Me siento muy contento y entusiasmado con la convocatoria”, señala el león J. J. Aguilar ANTONIO BARGAS CICERO

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Palmeras de la brisa rápida, 28 años después PAUL ANTOINE MATOS alimos al balcón. Enfrente seguía en pie la casona que para mi madre representaba todo el lujo del mundo”. 6M

REPORTE 8

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Me gusta la FILEY PABLO A. CICERO ALONZO aminar por sus pasillos, sin un plan previo; detenerme al azar y hojear el primer libro que me llame la atención. Hacer una lista de títulos y autores que aquí no llegan e intentar hallarlos en los módulos de las editoriales…

Juan Villoro, Elena Poniatowska, Cristina Pacheco y Rolando Zapata Bello ■ Foto Rodrigo Díaz Guzmán

PAUL ANTOINE MATOS Y LA JORNADA NACIONAL

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DOMINGO 13 DE MARZO DE 2016

REPORTE 8

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◗ Me gusta la Filey

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Directora de Producción Sabina León Huacuja

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aminar por sus pasillos, sin un plan previo; detenerme al azar y hojear el primer libro que me llame la atención. Hacer una lista de títulos y autores que aquí no llegan e intentar hallarlos en los módulos de las editoriales; este año voy en busca de Mircea Cartarescu, de Enric González, de Svetlana Aleksiévich, de Antonio Lobo Antunes. Me gusta llevar a mis hijas, y comprarles los libros que quieran, aunque eso implique que sus papás no salgan de casa por un buen tiempo; que toquen, que huelan, incluso que prueben esos preciosos artículos hechos de papel, en peligro de extinción. Encontrarme ahí con grandes, viejos amigos; algunos reales, otros no. Pensar que tal vez por ahí está Gabriel García Márquez, rodeado de un áurea de mariposas amarillas, o Carlos Fuentes, deambulando, rumiando la eternidad, o Umberto Eco, disertando sobre la risa con Jorge de Burgos o creando una nueva lengua con Baudolino. Ver a hombres y mujeres, a niños, jóvenes y ancianos, en completo silencio, dejarse enganchar, como pececitos novatos, en los anzuelos de los escritores, de esas oraciones, trampas de las que no puedes escapar. Sostener, como el Pereira de Tabucchi, que cualquier melancolía se cura con la palabra escrita. Descubrir a grupos de jóvenes que se escaparon de clase, pensando que ahí hallarían las emociones de las que son adictos, y ver que, efectivamente, así lo hicieron, que sus ojos se llenen de brillo, que sus corazones latan como mayor rapidez, que transpiren. Visualizar a Sandokan, navegando por los canales en los que se convierten los pasillos de la feria, a dragones sobrevolándome; sortear arenas movedizas, matar serpientes, huir de las tribus del mar del

PABLO A. CICERO ALONZO Sur; fantasear, como Rigoberto, el viejo verde que sospechosamente se parece a su creador. Ver a mujeres que leen poesía. Ser cómplice silencioso de un anciano que roba una novela. Presumir los regalos que me dan al comprar libros; por ejemplo, entre la parafernalia que puebla mi lugar de trabajo, hay una pluma y un lapicero del Fondo de Cultura Económica. Acariciar la textura de los libros, precisamente, del FCE; disfrutar la suavidad de sus páginas y sentir lástima por los que piensan que ese exquisito material es de baja calidad. Fantasear con la escena de una dama otoñal llevando bajo el brazo toda la colección de Cincuenta sombras de Grey. Jugar con fuego, poner en peligro mi vista, mirando fijamente el saco del escritor Fernando del Paso. Adquirir El retrato de Dorian Gray y percatarme de que los años no pasan para Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Palpar el rumor que inunda el espacio, en el que es imposible identificar canción o melodía alguna; que no se escucha ni se entiende, sólo provoca vibraciones que calman y que apaciguan. Ubicar a los integrantes de las nuevas tribus, a esos lánguidos jóvenes vestidos de negro rebuscando en las tiendas que venden historietas —novelas gráficas, me corrigen—, o a los que nacieron en el año equivocado, preguntando por autores de la generación beat. Pisar cucarachas, y pensar que acabo de hacerle un favor a Gregorio Samsa. Detectar esnobs, que van a la caza del título más rimbombante, del autor más extraño, para restregárselo a sus amigos, también esnobs, en una competencia de egos en el que el único que no gana es el que lee. Diagnosticar a los que padecen lo que los japoneses llaman “tsundoku”,

esa dolencia impronunciable que consiste en dejar un libro sin leer después de comprarlo; por lo general, amontonado junto a otros libros no leídos. Ubicar a los fetichistas, a los que aspiran al abrir un libro, a los que le soban el lomo al ejemplar, como si fuera una bestia que creen que es posible domesticar. Oler peróxido de hidrógeno y dímero de alquilceteno, que es a lo que huelen los libros nuevos; también, benzaldehído, etilbenceno y tolueno, cuya mezcla conforma el aroma de las ediciones antiguas. Imaginarme el tipo de letra en el que está compuesto un libro: ¿Es Helvética? ¿O Franziska? ¿O Garamond?

Sostener, como el Pereira de Tabucchi, que cualquier melancolía se cura con la palabra escrita Imaginar a los antiguos dueños de los libros viejos que ahí se venden, preocuparme por las tribulaciones que los orillaron a deshacerse de sus tesoros, o maldecir a sus herederos por venderlos al mejor postor. Advertir a una madre que su hijo está consultando una guía ilustrada del Kamasutra. Saludar a un sacerdote que está haciendo lo mismo, diciendo en voz alta: “¡Pero qué estás viendo, padre!”. Cerciorarme de que, a pesar de los años, a pesar de Internet, Asterix y Obelix todavía son irreductibles y resisten y detienen siempre al invasor. Arruinar la lectura a quienes corren por la última de Vargas Llosa, susurrándoles que todo se reduce a un ménage à trois con el que el autor desenmascara la frivolidad de la alta sociedad. Me gusta la Filey. Me gusta mucho.

General del Derecho de Autor.SEP. Distribuidor: Kleyver Dioney Medina Medina, Calle 90 s/n entre 163 y 165, Colonia Emiliano Zapata Sur 3, C.P. 97297, Mérida, Yucatán Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin permiso expreso de los editores. Nombre del diario: “La Jornada Maya” año 1 número 177

■ Foto Rodrigo Díaz Guzmán

pcicero@8am.com.mx


OPINIÓN

ara apreciar los beneficios del calor conviene venir del frío. Mi abuelo materno nació en las montañas de León, España, donde pastoreaba ovejas entre la nieve. A los trece años corría el riesgo de los niños pobres que eran reclutados para el ejército. Aún no se ha escrito la novela de los españoles menores de edad que emigraron a América, no sólo en busca de mejoría económica, sino para salvarse de las balas. A los trece años, Juan Ruiz, quien sería mi abuelo, se embarcó en forma clandestina rumbo a un país donde la única promesa era el sol. Su primera cama en México fue el mostrador de la tienda que atendía por las mañanas. Trabajó en un sinfín de oficios hasta que consiguió una representación para vender azúcar. Alguien le dijo que los mejores clientes estaban en Yucatán, donde la gente tiene paladar dulce y el calor produce inventos. Uno de los más sorprendentes son los helados. En Progreso, se dirigió a la Nevería Milán para vender azúcar. El aire olía al frescor de frutas imposibles. Ahí conoció a mi futura abuela, Estela Milán. Nada mejor para un prófugo del frío que llegar a un sitio donde la nieve es algo que sabe a guanábana. Ya casados, mis abuelos se afincaron en Mérida, donde nació mi madre. Luego se trasladaron a la Ciudad de México. Mi abuela estaba tan absorta en sus pensamientos que apenas se dio cuenta de la mudanza. Siguió viviendo en un Yucatán imaginario. La realidad era para ella una oportunidad de demostrar que todos los guisos mejoran con achiote y todos los transportes siguen la ruta “Malecón y Colonia”. Aficionada a las películas de vaqueros, disfrutaba el momento en que el Séptimo de Caballería salvaba a los héroes y ella podía pellizcarse el cuelo para exclamar: “chíquiti pollochíquiti pollo”. Me enseñó a dibujar y mi primer ejercicio fue trazar un “tucho nadando”. Sabía que tuch quería decir ombligo. ¿Qué clase de dibujo planeaba mi abuela? Con la seriedad de quien considera que el surrealismo es una obligación elemental, me explicó que debía pintar un ombligo nadando. En mi infancia, Yucatán fue el territorio de las fantasías posibles. Muchos años después supe que la verosimilitud es el arte de contar en forma natural lo sorprendente. San Jorge puede tenerle miedo al dragón, pero no duda de que exista. He tratado de escribir con la voz de mi abuela, procurando que el asombro tenga derecho a ser creído y surja con el tranquilo deslumbramiento con que un niño dibuja un ombligo nadando. La infancia es la edad definitiva. Lo que concebimos después deriva de esa etapa en que cada una emoción representa un aprendizaje. No hay nada más serio que un niño jugando ni nada más enigmático que un niño entre adultos. José Emilio Pacheco capturó estos misterios en varios cuentos de El viento distante. Que este premio lleve su nombre es un privilegio y una responsabilidad. Pacheco cultivó con fortuna todos los géneros literarios y luchó por preservar la soberanía de la cultura en un país asediado por la desigualdad, la violencia y la corrupción. Su vasta obra puede leerse como un riguroso sistema de alarma ante las catástrofes que se ciernen sobre México, donde aprendemos geografía a través de las tragedias: Taltelolco, Aguas Blancas, Tlatlaya, Ayotzinapa. Nombres propios del oprobio. En un país donde el presidente de la república ignora la legalidad y donde un procurador llama “verdad histórica” a una hipótesis indemostrable, la lite-

Un viento distante* JUAN VILLORO

ratura tiene un valor político que no ha pedido, pero que no puede dejar de ejercer: cuenta la trama oculta y genuina de la vida, “los días que no se nombran”, como diría Pacheco. Vivimos una época de quebrantos, pero no dejamos de imaginar mundos posibles. El arte no cierra los ojos ante los agravios, pero también demuestra que, incluso en el horror, hay algo que no es horror. Preservar la ironía, la sensualidad y la experiencia lúdica son tareas de resistencia. Una tía de Jorge Ibargüengoitia dejó una frase que resume este ideal rebelde: “La vida quiso que fuera desgraciada, pero no me dio la gana”. La literatura es la más eficaz ventanilla de quejas para los desastres del mundo. El escritor hace el recuento de los daños a través de historias que, por más tristes y más rusas que sean, producen placer estético. No hay mayor ejemplo de temple ante la adversidad que el de un escritor yucateco: Juan García Ponce. Acosado por la enfermedad, no dejó de escribir novelas que eran un torrente de vida, una insólita aventura de la mente y el cuerpo donde la elevada temperatura erótica representaba un desafío de la conciencia. José Emilio Pacheco comparó a Juan García Ponce con un árbol afuera de su casa. La vida urbana había agredido el tronco y las ramas; los novios trazaban en su corteza corazones con sus iniciales; los empleados de la compañía de luz y la de teléfonos lo habían mutilado y le habían encajado alcayatas para poner cables; pero el árbol resistía. Al recibir el premio Pacheco pienso en el retrato que hizo de su colega, el introductor de Robert Musil, Pierre Klosowsky y Hermann Broch a México, el crítico de la pintura abstracta, el guionista de la película Tajimara, el caudaloso novelista de Crónica

de la intervención, el autor de La casa en la playa, donde rinde tributo simultáneo al paisaje yucateco y las tribulaciones de la mente: Juan García Ponce. La literatura existe en densidad. Aunque numerosos autores quisieran ser los únicos sobre la Tierra, es imposible carecer de influencias. Este premio ha sido recibido por José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska y Fernando del Paso, tres autores decisivos para mí y con los que no puedo compararme. Su obra es ya definitiva; la mía aún está a prueba. El doctor Johnson decía que quien se vuelve a casar demuestra “el triunfo de la esperanza sobre la experiencia”. En esta ocasión, el jurado votó por la esperanza. Agradezco el atrevimiento que han tenido al distinguirme. No recibo el premio como un certificado de lo que ya hice, sino como un estímulo para tratar de merecerlo. Celebro estar en Mérida, la tierra de mi madre, rodeado de los signos de la cultura yucateca. Uno de los más importantes es la civilización maya. Cuando escribí en 1989 mi libro de viajes por Yucatán, Palmeras de la brisa rápida, entrevisté a varios arqueólogos. Le pregunté a uno de ellos qué exploraría si tuviera suficientes recursos: “ChichenItzá”, me respondió. No se trataba de una broma. La ciudad más conocida de los mayas no deja de producir noticias, como lo demuestran los recientes trabajos en la sección Serie Inicial. El pasado de los pueblos originarios no deja de suceder. Más difícil es aceptar que pertenecen a la actualidad. En 1989 escribí: “No se habla de los indios en tiempo presente”. Cinco años después, el movimiento zapatista puso el tema indígena en la agenda de la modernidad. Los fundadores de estas tierras reclamaban sus derechos. Luego de un largo proceso, el gobierno firmó

El autor luego de recibir el reconocimiento ■ Foto Rodrigo Díaz Guzmán

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con los zapatistas los Acuerdos de San Andrés, que no se han convertido en ley por incapacidad de todos los partidos políticos. Mientras tanto, la comunidades indígenas se han dedicado al heroísmo de la vida diaria. No puedo recibir un premio en zona maya sin pensar en quienes piden justicia en tzotzil, tzeltal o tojolabal y desean que algún día en este país se pueda mandar obedeciendo. He decidido donar el dinero que acompaña este premio a las comunidades zapatistas de Chiapas para contribuir, así sea de manera simbólica, a sus notables tareas de salud y educación. “Ayúdenos a no ser necesarios”, han dicho los zapatistas. Por el momento son imprescindibles. La literatura se dedica a mezclar el tiempo. Podemos conversar con los difuntos e imaginar futuros. Somos contemporáneos del Popol-Vuh y de civilizaciones por venir. En este cruce de los tiempos quiero aludir al de mi origen. Dedico este premio a la niña que leía El Tesoro de la Juventud bajo un árbol de flamboyán en Avenida Colón 501. Se llama Estela Ruiz Milán, ha cumplido 82 años y carga con los trabajos de ser mi madre. Si estuviera presente, ejercería su virtuosismo para llorar en público. No pudo acompañarnos porque se encuentra hospitalizada, pero de tan buen humor que en estos momentos ejerce su virtuosismo de conmover a los demás. En la última página de Palmeras de la brisa rápida quise retratar los vientos que recorren la península. Como el tiempo, el aire escapa pero regresa. La última línea del libro es: “El viento que se va, acaba de volver”. Un venturoso azar ha permitido que hoy reciba un premio que lleva el nombre del autor de El viento distante. Los logros de José Emilio Pacheco me quedan muy lejos, pero la generosa disposición de todos ustedes me hace sentir que no he llegado a Yucatán: he regresado. Muchas gracias *Discurso pronunciado por el escritor durante la recepción del Premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco”, 2016.


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CULTURA

Políticos yucatecos ignoran militancia zapatista del Premio Excelencia en las Letras

Acuerdos de San Andrés no son ley, por incapacidad de todos los partidos: Villoro ■

Por encima de los políticos están los que nos han dado voz y pensamiento: Jorge F. Hernández

PAUL ANTOINE MATOS

Aplausos sordos. Apenas juntando las palmas de sus manos, sin entusiasmo. El gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello, escuchó incómodo el discurso que ofreció el escritor Juan Villoro Ruiz, al recibir el Premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco” 2016, en la quinta edición de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY). En el evento de inauguración y entrega del premio, Villoro declaró que en su visita a Yucatán en 1988, la cual posterior-

mente se convertiría en el libro de crónicas Palmeras de la brisa rápida, conoció a los mayas de la entidad. Años más tarde, en 1994, se levantaría públicamente el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), revalorizando a los indígenas. “En 1989 escribí ‘no se habla de los indios en tiempo presente’, cinco años después el movimiento zapatista puso el término indígena en la agenda de la modernidad, los fundadores de estas tierras reclamaban sus derechos. Luego de un largo proceso, el gobierno firmó los acuerdos de San An-

drés, que no se han convertido en ley por la incapacidad de todos los partidos políticos”; manifestó Villoro, ante los apagados aplausos del gobernador Zapata Bello. “El pasado de los pueblos originarios no deja de suceder. Más difícil es aceptar que pertenecen a la actualidad”, enfatizó. Villoro expresó que donará el dinero recibido por el premio al movimiento zapatista. Ante ello, el director del Instituto de Museos e Historia de Yucatán y del Festival Internacional de la Cultura Maya (FICMaya), Jorge Esma Bazán, se levantó

de su asiento y, de pie, aplaudió la decisión el autor de Espejo retrovisor. Sin embargo, las declaraciones de Villoro no fueron las únicas que incomodaron al gobernador y a los otros 11 integrantes del presidium. Jorge F. Hernández, quien presentó al premiado, manifestó que “muy por encima de los políticos están las personas que nos han dado voz, pensamiento, memoria e imaginación”. La cara de Zapata Bello no reflejaba mucha pasión ni alegría al escuchar aquellas palabras. Tampoco sus aplausos. Mauricio Vila Dosal, alcalde de Mérida, Roger Metri Duarte, secretario de Cultura de Yucatán y Esma Bazán, también se notaron incómodos ante las palabras del escritor, quien a lo largo de su trayectoria ha apoyado abiertamente las causas de los indígenas de hoy y del EZLN, tanto en sus artículos como en la Escuelita Zapatista, en la cual pasó unos días viviendo con los revolucionarios. El fallecido padre de Juan, Luis

Villoro, también se destacó por su apoyo a la causa e, incluso intercambió cartas con el subcomandante Marcos.

Sangre blaugrana Jorge F. Hernández destacó que en las venas y arterias de Juan Villoro, corre la sangre roja de su padre y azul de su madre yucateca, Estela Ruiz Milán. Combinadas, enfatizó, ofrece un blaugrana, como los colores del Barcelona, el equipo de sus amores, de la ciudad de su padre. Villoro heredó la capacidad literaria de José Emilio Pacheco, al ser capaz de escribir en distintos géneros, expresó. El autor de Dios es redondo, continuó Hernández, convierte el periodismo en una Bella Arte, que es verificable pero también irreal, una ficción sazonada, la cual insinúa que el mundo puede ser mejor. “Verlo y leerlo es el mejor intento para aderezarlo”, añadió. Señaló que renueva su juventud, a pesar de que el 24 de septiembre cumplirá 60 años. Villoro ha envejecido pero rejuvenecido; la primera vez cuando creció su barba; luego, a los 30 años, cuando dejó de ser un “chavo buena onda”. Reconoció que en las universidades alrededor del mundo a las que ha acudido –Tokio, Madrid, Barcelona, Oxford, Cambridge, entre otras- suscita admiración pero también un interés turístico.

Elena Poniatowska y el diputado Jorge Carlos Ramírez Marín en segundo plano. Al fondo, Francisco Torres Rivas ■ Foto Rodrigo Díaz Guzmán

La feria del libro de Yucatán, cada año atrae nuevos públicos ■ Foto Rodrigo Díaz Guzmán


CULTURA

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Juan Villoro profundiza sin vanidad: RZB PAUL ANTOINE MATOS

Recibiendo la visita de la familia Rosas en la Redacción de La Jornada Maya

Eduardo del Río, Rius, decano de los caricaturistas mexicanos

■ Foto Paul Antoine Matos

■ Foto Rodrigo Díaz Guzmán

El escritor Juan Villoro Ruiz, premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco” nos enfrenta a nuestra realidad con inteligencia y sin vanidad; la desmenuza, aclara y profundiza desde la crónica, el periodismo, la novela, el ensayo o una plática futbolera, declaró Rolando Zapata Bello, gobernador de Yucatán. Durante la inauguración de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY) 2016, el titular del Ejecutivo expresó que un premio tan valioso como el “José Emilio Pacheco” habla de la “sensibilidad, visión y conocimiento de sus organizadores, de los jurados calificadores, de los comités académicos, y de nuestra máxima casa de estudios. Esta afirmación, se confirma con el reconocimiento de todo Yucatán y de todos los lectores de Juan Villoro”. En el evento, conducido por Fernando Ríos Rosado, el mandatario consideró que la FILEY ha trabajado con seriedad, profesionalismo y visión, lo que le permitirá perdurar, con un papel fundamental de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), que la ha provisto de la continuidad requerida para convertirla en una especie de embajada cultural de Yucatán. Afirmó que “la lectura enriquece a los seres humanos. A través de ella, los límites para la imaginación y la creatividad se vuelven infinitos”. “La lectura y, sobre todo la comprensión de lo que leemos, forma parte indisoluble del proceso para alcanzar una educación de calidad, porque esta implica aprender a hacer lecturas críticas, reflexivas, que lleven nuestra imaginación a donde deseamos. Fantasía creativa que puede llevar, a su vez, a grandes descubrimientos o a grandes innovaciones”. Por su parte, el rector de la UADY, José de Jesús Williams y Williams, indicó que “leer es un derecho universal; enseñar a leer es un deber y enseñar a disfrutar la lectura es un acto mayor”. Expresó que “leer hace una sociedad más crítica y justa”. Recordó a escritores que han fallecido en el último año, como Harper Lee, Günter Grass o Eduardo Galeano. El secretario de Cultura del estado de México, invitado especial, declaró que la lectura es una estrategia para combatir conductas negativas, por tanto esta feria es la enemiga de la ignorancia y aliada de la libertad. Rafael Morcillo López, director de la FILEY, comentó que deben imitarse las políticas de lectura de Sudamérica, como en Chile, país en el que existe una Ley de Libro y un proyecto a cinco años. Esto, explicó, debido a que la lectura por placer beneficia a las sociedades.


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alimos al balcón. Enfrente seguía en pie la casona que para mi madre representaba todo el lujo del mundo”. La Aldea Global toca a las puertas de los ancestros de Juan Villoro. La pintura amarilla de la casa 501 sobre la avenida Colón se descascara, su construcción colonial muestra los estragos de la humedad peninsular y un marchito flamboyán observa los años pasar. Pronto los turistas recorrerán sus patios, apenas se establezcan los salones y auditorios del nuevo Centro Internacional de Congresos. Villoro describe, durante su visita a la entidad, esa casa de la avenida Colón, la forma en que su balcón y su porche le hacían pensar en Nueva Orleans. La vida tiende a dar giros inesperados, algunos de ellos terminan en un surrealista punto de partida. La madre de Juan Villoro Ruiz, Estela Ruiz, creció en esa casa de la avenida Colón, que en esta etapa de globalización pronto será un vestigio de otro tiempo. Por el momento en el actual recinto de convenciones Siglo XXI, el escritor recibió el Premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco”, en el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY) 2016. Un ciclo que podría llamarse Centros de convenciones-Villloro, parece completarse

Palmeras de la brisa rápida En su libro Palmeras de la brisa rápida, el escritor galardonado redescubre Yucatán, una tierra que visitó en su imaginación con las fantásticas historias que su abuela, Estela Milán, le contaba, las cuales fueron inspiración para sus novelas y cuentos.

OPINIÓN

Palmeras de la brisa rápida, 28 años después PAUL ANTOINE MATOS

En mayo de 1988, el intelectual visitó por primera vez en cuerpo, porque su alma ya se encontraba aquí, gracias a su abuela, ese lugar que le cautivó durante su infancia en la Ciudad de México. Como es natural, seguramente vino a constatar que las historias de su abuela que tal vez trataban de piratas, guerreros mayas, conquistadores españoles y hacendados, se quedaron atrapadas en el tiempo. Sin embargo, conoció a corsarios del rock yucateco, mayas con manos cubiertas de costras, cuya única lucha era contra las fibras del henequén, a pesar de que la opulencia del oro verde –y su esclavitud– habían desaparecido décadas atrás, gringas que conquistaban los corazones del macho mexicano ¿o era al revés?, y castas tocadas por el mismísimo Dios o herederas de árabes nómadas. Ahora, 28 años después de esa primera visita, el hijo del filósofo regresa. Se encontrará con poetas mayas, Aurrerás y Superamas que en 1988 no existían, y un equipo de futbol que todavía se mantiene en el infierno del descenso, a pesar de quedarse en tres ocasiones a las puertas de la primera división, el cielo del balompié mexicano. La Posada Toledo y su cuarto 22, aún sigue recibiendo turistas en el Centro

Histórico de Mérida. A pocos pasos de allí, la política se transformará en música y los gritos de los diputados panistas y priístas darán paso a los acordes del bambuco trovador y la vihuela del mariachi. El Congreso del estado cesó de existir para convertirse en el Palacio de la Música. Lo que fue democracia se vuelve imperio. En el Cementerio General de Mérida, Villoro se sorprendió por la ciudad en miniatura de mausoleos que custodian las almas. A sólo unas tumbas de donde descansan los restos del prócer del socialismo yucateco, Felipe Carrillo Puerto, se encuentra Kalimán. El héroe de los cómics mexicanos, en forma pétrea, vigila los huesos del superhéroe de los barrios bajos: Carlos El Calvo Chalé, emblema del alcohol clandestino y otros malos pasos. En esa visita al panteón, el escritor convivió con los familiares de uno de los miembros de la extinta revista Arcana. Entre ellos, con un niño que idolatraba a Cuauhtémoc Cárdenas, cuya obsesión por las tumbas sólo pudo ser apaciguada por un helado; se trata de Emiliano Pérez Guarneros, hoy devenido en hiphopero con el seudónimo de Feo Feo Récords, con planes para una gira a Europa y Rusia. Sobre aquella anécdota con Juan Villoro, el músico comenta que “siem-

pre me ha gustado la tranquilidad de los panteones y la melancolía que estos encierran”. También conoció a Rosario Chablé, una importante fotógrafa yucateca, que en realidad se llama Socorro. Por un error, el escritor confundió el nombre, aunque ella lo recuerda como una anécdota graciosa, porque en su vida varias personas se lo han modificado, incluso en la prensa local se publicó como Rosario Chablé. Recordó que durante la presentación de Palmeras de la brisa rápida, en la Ciudad de México, ambos se saludaron y Juan Villoro le dio un efusivo abrazo, pero, para evitar incomodarlo, omitió la corrección. La cofradía de San Bruno, ese fue el nombre que el escritor otorgó al grupo de fotógrafos Imagen Alterna/Plano Focal, por sus continuas visitas a esa playa. Chablé consideró que conocer a Villoro fue sui géneris, porque, a pesar de nunca haberse visto, se generó una conexión especial y él dejó fluir una relación cordial, cálida con los integrantes de la agrupación. La anécdota que más recuerda de la visita de Juan Villoro a la entidad fue haber acudido al cine Pedro Infante, uno que ella nunca había conocido. Al hacerlo, el escritor le expresó que “viviendo en el mismo lugar no da la misma visión que la que tiene la gente que viene de fuera”, y ella le agradeció el poder hacer esa visita al cine.

Revelaciones personales Este reportero se aleja del anonimato periodístico para rememorar un pasaje de su vida, relacionado con el escritor. En el otoño de 2013, hice mis prácticas como reportero. Entre las labores que desempeñaba, estaba la de corregir notas enviadas por los cronistas de béisbol y fútbol del interior del estado, una tarea que requería de las dotes de Yuri Knorosov, el epigrafista ruso que descifró códices mayas. A los jeroglíficos se les sumarían palabras como “chocolates” y “pasaportes”, no se trataba de una aduana confitera, sino de las expresiones utilizadas para describir algunas jugadas en el argot beisbolero. Meses más tarde, descubriría entre las líneas de Palmeras de la brisa rápida que Villoro se encontró con ese lenguaje deportivo durante su visita, salido de la pluma de Gaspar López Poveda, el Inge, quien desde hace un par de meses tiene su propio portal deportivo: Arrobadeportes. El ingeniero Gaspar López, impulsor de los talentos periodísticos en la entidad, dice que ese lenguaje del béisbol fue uno más de los intercambios culturales que se dieron entre Cuba y Yucatán.

Ciudad mutilada

Casa sobre la avenida Colón donde vivió la mamá del escritor ■ Foto Rodrigo Díaz Guzmán

En 1988 el escritor indicó en su libro que llegó “de una ciudad mutilada, con un paisaje en perpetua alteración”. En Mérida encontrará una escena similar con la construcción del Centro Internacional de Congresos, pero, como hace 28 años, descubrirá en esa casa 501 de la avenida Colón un hogar intacto al desarrollo urbano de la ciudad, a las destrucciones y reconstrucciones para modernizar la capital yucateca y atraer un mayor turismo. En una de las últimas líneas de Palmeras de la brisa rápida, Juan Villoro escribe: “Me iba a México por muchos años, y no quería olvidar la casa”.


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DEPORTES

Rommel, cuarto lugar en China NOTIMEX

Los clavadistas mexicanos que participan en la primera parada de la Serie Mundial de Clavados que se disputa en Beijing, China, tuvieron destacada actuación con Rommel Pacheco al frente, al ocupar el cuarto sitio. El campeón de la Copa del Mundo en Río de Janeiro acumuló 453.45 puntos, luego de seis ejecuciones en el trampolín, para colocarse detrás de los chinos Cao Yuan y He Chao, quienes totalizaron 498.05 y 472.40 respectivamente, y del ruso Evgenii Kuznetsov (466.20). Jahir Ocampo ocupó la octava posición general, tras quedar en el cuarto lugar de la semifinal A con 436.55 puntos. En los clavados sincronizados mixtos, también de trampolín de tres metros, Ocampo Marroquín hizo mancuerna con la veracruzana Dolores Hernández y terminaron en el quinto lugar con una puntuación de 287.37. El oro fue para los chinos Wang Han y Yang Hao (327.60); la plata para los canadienses Jennifer Abel y François ImbeauDulac (294.24), mientras que el bronce recayó en los italianos Tania Cagnotto y Maicol Verzotto (289.20). Este domingo llegará a su fin la actividad en el Cubo de Agua de Beijing con la actuación de la sudcaliforniana Gabriela Agúndez en la plataforma de 10 metros. En el trampolín de 3 metros, la dupla integrada por Pacheco Marrufo y Jahír Ocampo se colocó en el cuarto sitio luego de acumular una puntuación de 407.25. El podio lo ocuparon los chinos Cao Yuan y Qin Kai, con 442.74 unidades, los rusos Evgenii Kuznetzov y Ilia Zakharov, con 430.32 y los estadunidenses Sam Dorman y Kristian Ipsen, con 409.08.

No veo rival que le quite sueño a México: Pacho

Las cinco herramientas de J.J. Aguilar apoyarán a sólido Tri ANTONIO BARGAS CICERO

José Juan Aguilar, un pelotero de cinco herramientas como lo catalogó el scout Héctor Castañeda, será una de las figuras a seguir en la selección mexicana, que debuta el próximo jueves en el preclásico mundial ante República Checa. El estelar jardinero derecho de los Leones fue incluido de última hora en el róster, pero encaja perfectamente en un plantel que es sólida combinación de talento de Liga Mexicana, sucursales de Grandes Ligas y Ligas Mayores. Juan José Pacho, mánager campeón de la Serie del Caribe, ve un conjunto completo, que por su capacidad y los rivales que tendrá -Nicaragua y Alemania también competirán en Mexicali- no debe tener mayores problemas para clasificar. Para La Jornada Maya, el yucateco analizó el róster del Tricolor. Pacho opinó que la receptoría estará bien cubierta con Xorge Carrillo, Erick Rodríguez, su cátcher con Mazatlán y Humberto Sosa. Carrillo (Mets) jugó para el timonel Edgar González en el invierno con Mexicali. "Carrillo tuvo gran año y Sosa (el mejor bate mexicano en el Premier 12) puede cumplir con otras funciones como designado, emergente o primera base". En el infield, comentó que no hay que hablar de Adrián González, de calidad probada. "Guante de Oro en Grandes Ligas y un gran bateador". Dijo que en segunda pueden estar Walter Ibarra o Esteban Quiroz, "pero siento que Quiroz viene de tremenda temporada y debe ser el titular". Como shortstop estará el pocho Alex Mejía (Triple A, San Luis). "Con esa condición, la base debe estar bien protegida". Del antesalista Agustín Murillo, quien reforzó a los Venados en el invierno, indicó que aportará la ofensiva y defensiva, además de que es un líder. Añadió que Salas (Issmael) "puede ser un buen defensa y bateador emergente". Elogió a dos de los jóvenes jardineros del Tri. "Sebastián Elizalde es un prospecto para grandes cosas, excelente fildeador, buen bateador y tiene fuerza. Leo Heras está a

ANTONIO BARGAS CICERO

Rommel Pacheco y Jahir Ocampo, que brillaron en la Copa del Mundo, compitieron en China como parte de su preparación para los Olímpicos de Río de Janeiro ■ Foto Notimex

Los Venados siguen complicando su pase a la Liguilla del torneo Apertura 2016, pero para buena fortuna del equipo de Marcelo Michel, Alebrijes (7) y Correcaminos (8), los conjuntos a los que tienen más cerca en la tabla de posiciones, perdieron y Yucatán sigue a dos puntos de zona de clasificación. El viernes en Tepic, los astados volvieron a carecer de punch y un gol arrancando el segundo tiempo los hundió ante Coras, uno de los equipos que menos ha mostrado en el actual torneo

José Juan Aguilar, estrella con Yucatán en 2015, bateó .307 con corredores en base y .330 con gente en posición de anotar ■ Foto Leones de Yucatán

un pasito de Grandes Ligas; es un primer o segundo bate excelente".

Equipo compacto Pacho manifestó que el Tricolor se ve bien compacto y que se hicieron buenas elecciones. En el pitcheo, cree que Héctor Daniel Rodríguez debe ser el número uno, seguido por Alejandro Soto y Javier Solano (si llega a la final México tendrá 3 partidos). "La rotación está bien cubierta y habrá un gran respaldo en la parte de atrás". Indicó que el melenudo Miguel Aguilar cuenta con un brazo fuerte que domina a zurdos y derechos y será de mucha ayuda". Pacho, quien dirigirá durante tres semanas a Tizimín en la Naxón Zapata, antes de viajar a Mazatlán,

destacó que se contará con fuerte 1-2-3 para cerrar partidos con Jake Sánchez, Oliver Pérez y Andrés Ávila, y uno de los más efectivos especialistas contra zurdos en Arturo Barradas. Carlos Fisher, ex relevista de Cincinnati y uno de cuatro en el Tricolor con experiencia en las Mayores (Adrián, Pérez y Efrén Navarro), es otro a seguir. Pese a que el Tri aún no se reúne, no cree que le afecte porque los seleccionados están jugando partidos de exhibición y llegarán listos para el torneo. "No veo un rival que le quite sueño o pueda poner en apuros a México". Ayer, los Rojos del Aguila de Veracruz vencieron a Alemania, 6-1, y los checos, tras ser apaleados por prospectos de Milwaukee, derrotaron 9-8 a Francia.

Yucatán, sin punch, sigue complicando su situación del Ascenso. Como en el empate 1-1 en el Carlos Iturralde contra Correcaminos, un descuido defensivo fue clave. Al minuto 54, Goncalves se robó un balón en el área chica y cedió el balón a Juan Neira, quien remató pese a la marca de Rodrigo González para vencer a Alan López. Los Venados defendieron bien y mostraron disciplina en las primeras jornadas, pero han dejado de hacer ambas cosas y ahora

suman cinco partidos seguidos sin ganar en la liga. Por segunda vez en tres encuentros, sufrieron una expulsión. Al 70, el capitán Aldo Polo vio la tarjeta roja por dura entrada. Michel buscó variantes y darle fuerza al frente a su equipo. Ingresaron en la parte complementaria Jesse Palacios, Sergio Nápoles y Ulices Briceño, pero no cayó el gol. Yucatán suma 3 goles en los últimos 5 juegos.

7M

Cacao Valdez representará a Colombia Serán tres los melenudos en los clasificatorios del Clásico Mundial de Beisbol. Además de José Juan Aguilar y Miguel Aguilar, que jugarán para México, Jesús Valdez, campeón de bateo de la LMB y LMP, representará a Colombia, que a partir de este jueves se medirá por un boleto al anfitrión Panamá, Francia y España en Ciudad de Panamá. Cacao, dominicano de nacimiento, podrá defender los colores de Colombia porque su esposa es de ahí, dijo ayer Juan Carlos Canizales, gerente general de las fieras. Valdez viajará el lunes temprano rumbo a Panamá. "Tienen bien merecido su llamado", apuntó El Canelo. "Son parte importante de nuestro equipo y van a poner en alto el nombre de Leones de Yucatán". Los Aguilar se unirán el lunes por la noche a la selección en Mexicali. "Es un excelente jugador y compañero", comentó el zurdo Aguilar de J.J., quien apenas el viernes recibió la noticia de su llamado. "Me siento muy contento y entusiasmado con la convocatoria", indicó anoche J.J. a La Jornada Maya. Asimismo, Canizales dio a conocer que el nuevo couch de banca del mánager Willie Romero será Héctor Hurtado, veterano hombre de beisbol, ex cátcher y quien fue couch en sucursales. "Es un muchacho con futuro, con mucho conocimiento de beisbol y será de gran valía para Willie y el equipo". Confirmó que la sucursal de los Leones en la Liga Norte de México estará en Cananea, donde Daniel Fernández sería el timonel y el ex lanzador Francisco Madero, quien está en la academia de Mazatlán, el couch de pitcheo. Los selváticos llegan mañana a Mérida para comenzar el martes con duelos de preparación. ANTONIO BARGAS

Luz y sombra del fenómeno El zurdo sinaloense Julio César Urías, el cuarto mejor prospecto de Grandes Ligas según Baseball America, fue luz y sombra en su debut en la Liga del Cactus. Urías, de 19 años, de los Dodgers, ponchó a Geovany Soto, Gregorio Petit y Todd Cunningham en la séptima entrada, pero en la octava toleró sencillo, doble, triple y dio un pasaporte y terminó cargando con el revés ante los Serafines. El dodger Adrián González bateó su primer jonrón. A otro destacado joven mexicano, Manny Bañuelos (Atlanta), no le fue bien en su estreno. Abrió y perdió contra Washington (2 IP, 6 H, 4 C, BB, K). DE LA REDACCIÓN


¡BOMBA INVITADA! Si este Premio pesara en oro lo que pesa el que les habla ¿Quién carga en hombros por la rambla al inmenso Juan Villoro? DOMINGO 13 DE MARZO DE 2016

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Xok ulñaak’ ti’ LA JORNADA NACIONAL

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