marguerite
Yo ourcenar : n pus igrum o la aventura del saber
A medio siglo de su publicAción Marco antonio caMpos Entrevista con M ircea c artarescu Adriana Cortés Koloffon El Levante (fragmento) Mircea Cartarescu
Gladiola orozco: la danza de un
monstruo mestizo Bibiana Camacho
■ Suplemento Cultural de La Jornada ■ Domingo 10 de junio de 2018 ■ Núm. 1214 ■ Directora General: Carmen Lira Saade ■ Director Fundador: Carlos Payán Velver
No habrá Nobel de Literatura Juan Domingo Argüelles
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Marguerite Yourcenar publicó
10 de junio de 2018 • Número 1214 • Jornada Semanal
Hace medio siglo exacto que
¡malas noticias, este año no habrá n obel de
Juan Domingo Argüelles
Opus nigrum, una de sus dos novelas maestras –por supuesto, la otra es la también prodigiosa Memorias de Adriano–, que sin lugar a dudas se cuentan entre lo más destacado de la narrativa mundial, no sólo en lengua francesa. En el ensayo aquí presentado, Marco Antonio Campos hace un análisis de los aspectos esenciales del estilo literario yourcenariano, así como de las entretelas y las pulsiones temáticas de una trama que,
OPORTUNO COMENTARIO CRÍTICO SOBRE LOS ACIERTOS Y DESACIERTOS DE LA ACADEMIA SUECA Y SU FAMOSO PREMIO NOBEL, QUE A VECES HA DESCONCERTADO CON SUS CRITERIOS Y ELECCIONES MÁS CERCA DE LA INTRIGA POLÍTICA E INCLUSO COMERCIAL QUE DE LA EXCELENCIA LITERARIA.
como sucede a lo largo de toda la obra de esta autora, rebasa con mucho la eficacia –de suyo valiosísima– para despertar un vivo interés por aquello que se cuenta, hasta alcanzar el nivel de un ensayo filosófico a través del cual Yourcenar reflexiona, con impresionante agudeza, en torno a la condición humana tanto del pasado como del presente y, claro está, del porvenir también.
Comentarios y opiniones: jsemanal@jornada.com.mx
M
alas noticias para los editores y los traductores, pero, en especial, para los apostadores: en 2018, al igual que hace un siglo, no se concederá el Premio Nobel de Literatura. Hace cien años la causa fue la primera guerra mundial. Este año el motivo tiene que ver con las guerras intestinas y los escándalos sexuales de la Academia de Suecia (encargada de designar al ganador), en lo que se ha dado en llamar, melodramáticamente, la “decadencia moral” de la institución sueca. Mal año, pues, para los editores y los traductores que hacen su agosto a partir de octubre, cuando tradicionalmente se anuncia al ganador, pero peor aún para los casinos y apostadores, pues desde hace tiempo, en las letras, importan más los juegos de las vanidades, la bolsa de valores, los contratos millonarios y el patético negocio del espectáculo, que la literatura. En cuanto a los lectores, debe decirse que muy pocas veces han necesitado del Premio Nobel de Literatura para descubrir a un gran escritor. Jorge Luis Borges dijo, y no le faltó razón, que el Nobel (que él tanto cortejó porque deseaba estar al lado de al-
gunos de sus autores favoritos) era una especie de superstición culta entre los fanáticos de una extraña religión ávidos de mercancía “certificada”, académica y mediáticamente, para realmente apreciarla, “aceptarla” y poder decir que es extraordinaria ¡incluso si no lo es en absoluto! ¡Vaya lectores o, más bien, consumidores! Pertenecen a esa especie que definió Gabriel Zaid: la que lee en el currículum, el prestigio y la fama, pero no en la literatura. Fernando Savater dejó caer una verdad irritante sobre los creyentes de la religión nobelómana: Es verdaderamente repelente la estúpida fruición con que los mordidos por el bacilo cultural se abalanzan sobre lo que “pinta” ese mes o esa quincena. Fue un caso aleccionador el suscitado por la concesión del Premio Nobel [en 1973] al poco patente Mr. Patrick White; hubo un azorado revuelo en el que cada cual rebuscaba en su memoria o en su archivo de huellas de ese personaje y en las tertulias se comentaba, como si fuese un maravilloso regalo de la Diosa Fortuna, que Fulano tenía un libro del laureado en su casa e incluso lo había leído. Pocos días después, las editoriales saciaban con apresuradas publicaciones las ansias whitefágicas del dócil rebaño. Algunos críticos, en tono contrito, denostaban el singular atraso de los españoles, empeñados en leer Dios sabe qué boberías cuando por el mundo andaba suelto genio tan notable e imprescindible. No conozco a nadie que reaccionase ante el caso en el tono apropiado: “¡No he leído ni una puñetera línea del señor White, no siento la menor urgencia por leerle y no me considero especialmente disminuido por esta abstención, aunque le den un Nobel dos veces por semana!”
SIN EL NOBEL Y SIN QUE IMPORTE
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eberían tener presente los consumidores que se dejan pastorear por la publicidad, y por el “prestigio” que esta publicidad acuña, que existe una larga relación de grandísimos escritores que no obtuvie-
Directora General: C armen L ira S aade , Director: L uiS T ovar , E d ic i ón : F ranCiSCo T orreS C órdova y r iCardo y áñez . Coordinador de arte y diseño: F ranCiSCo G arCía n orieGa , Formación: m arGa P eña , Diseño de Columnas: J uan G abrieL P uGa , Tel. 5604 5520. Retoque Digital: F eLiPe C arraSCo y J eSúS d íaz , Publicidad: e va v arGaS y r ubén H inoJoSa , 5688 7591, 5688 7913 y 5688 8195. Correo electrónico: jsemanal@jornada.com.mx, Página web: www.jornada.unam.mx
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apostadores !:
literatura
ron el Premio Nobel de Literatura, en tanto que sí lo recibieron otros muchos en una extensa lista de anodinos y de no pocas nulidades literarias. He aquí unos nombres perdurables: Lev Tolstói (1828-1910), Mark Twain (1835-1910), Émile Zola (1840-1902), Henry James (1843-1916), Benito Pérez Galdós (1843-1920), Joseph Conrad (1857-1924), Antón Chéjov (18601904), Edith Wharton (1862-1937), Rubén Darío (1867-1916), Marcel Proust (1871-1922), Paul Valéry (1871-1945), James Joyce (1882-1941), Virginia Woolf (1882-1941), Franz Kafka (1883-1924), Hermann Broch (1886-1951), Gottfried Benn (1886-1956), Fernando Pessoa (1888-1935), Henry Miller (1891-1980), César Vallejo (1892-1938), Robert Graves (1895-1985), Vladimir Nabokov (1899-1977), Jorge Luis Borges (18991986), J . r . r . Tolkien (1892-1973), Marguerite Yourcenar (1903-1987), Juan Carlos Onetti (1909-1994), Julio Cortázar (1914-1984), Juan Rulfo (1917-1986). Si en 2016 el Premio Nobel de Literatura se lo hubiesen concedido a Milan Kundera (1929) o a Philip Roth (1933) o a Claudio Magris (1939) o a Peter Handke (1942) o a Paul Auster (1947) o incluso al sobrevalorado Haruki Murakami (1949), en lugar de dárselo, simbó licamente, al gran músico popular Bob Dylan, no se hubiese escuchado ninguna voz controversial. En cambio, la Academia Sueca, en su búsqueda de “postmodernidad”, para tratar de posicionarse en un público al que, en realidad, le tiene sin cuidado lo que haga o deje de hacer, mediáticamente delató la crisis que había en su seno. El crítico Antonio Lucas, en el diario español El Mundo escribió, el 18 de noviembre de 2016, algo de lo más acertado y preciso que sobre esto se dijo: El de Bob Dylan está siendo el Nobel de Literatura menos literario de los últimos años, pero el más divertido de las últimas décadas. El viejo cantante, célula dormida de sí mismo, resuelve que no va a pasar por Estocolmo a recoger el galardón. Alega compromisos adquiridos que no pueden ser desbaratados por un premio. Esto es Dylan. A mí me parece bien así (y del otro modo). Los señores de la Academia Sueca sabían a quién llamaban: a un tipo que tiene por costumbre no coger el teléfono. Y, además, no necesita el Nobel. Es el Nobel quien lo necesitaba a él para darse repercusión, un baño de Twitter. Todos contentos. Dylan le hace una peineta a quien le homenajea y el mundo aún se mantiene en pie.
Pero no se piense que el caso de Dylan sea ni el más absurdo ni el más controvertido entre los galardones concedidos. La Academia Sueca, que hace honor a su
nombre con los académicos que se hacen los suecos y que se mueven sobre todo por lo que les conviene, sea literatura o no, concedió el Nobel de Literatura (cuyas reglas establecen, muy estrictamente, que debe otorgarse “a quien haya producido en el campo de la literatura la obra más destacada, en la dirección ideal”) a personalidades de poca o gran relevancia histórica e intelectual que, sin embargo, nunca fueron literatos. Son los casos del jurista, filólogo y gran historiador alemán Theodor Mommsen, autor de la magna Historia de Roma, premiado en 1902; el filósofo alemán Rudolf Christoph Euken (una superstición alemana, diría Borges), premiado en 1908, cuando Tolstói era el más grande escritor vivo de su época; el gran filósofo francés Henri Bergson, premiado en 1927; el gran filósofo y matemático británico Bertrand Russell, premiado en 1950, y el gran político, estadista e historiador británico, salvador de Europa durante el nazismo, Winston Churchill, premiado en 1953 con el Nobel de Literatura únicamente porque ese mismo año el Nobel de la Paz le fue concedido al secretario de Estado estadunidense George Marshall. A esto hay que añadir la inmoralidad institucional de esa Academia que ha otorgado el galardón a siete escritores suecos ( Verner von Heidenstam, Eyvin Johnson, Erik Axel Karlfeldt, Pär Lagerkvist, Selma Lagerlöf, Harry Martinson y Tomas Tranströmer), una desmesura chovinista para una literatura europea menor, con el agravante de que dos de los premiados eran miembros de la propia Academia Sueca: Karlfeldt fue secretario permanente de la institución desde 1912 y recibió el galardón en 1931 (fue, además, quien evitó que se concediera el premio a Pérez Galdós, pese a que la votación por mayoría le había favorecido), y Lagerkvist fue miembro del organismo desde 1940 y recibió el galardón en 1951. De modo que la corrupción y la inmoralidad en la Academia Sueca no son vicios de ahora, sino de hace muchísimos años.
“¡n o he leído ni una puñetera línea del señor W hite , no siento la Menor urGencia por leerle y no Me considero especialMente disMinuido por esta abstención , aunque le den un n obel dos veces por seMana !”
COMPRENDER PARA DISTINGUIR
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randes escritores han prestigiado y ennoblecido este premio, pero otros tantos, y quizá mucho más, lo han abaratado hasta volverlo un chiste por culpa de una Academia Sueca que ha obedecido más a mezquindades e intereses políticos, económicos y personales que a un verdadero amor por la literatura. Nombres inmortales como los de Kipling, Hamsun, Yeats, Shaw, Mann, Pirandello, O’Neill, Hesse, Gide, Eliot, Faulkner, Hemingway, Juan Ramón Jiménez, Camus, Pasternak, Quasimodo, Saint-John Perse, Steinbeck, Seferis, Sartre, Kawabata, Beckett, Solzhenitsyn, Pablo Neruda, Böll, Montale, Bellow, Aleixandre, Singer, Elytis, Milosz, Canetti, García Márquez, Seifert, Brodsky, Mahfuz, Paz, Gordimer, Walcott, Morrison, Heaney, Szymborska, Saramago, Grass, Kertész, Coetzee, Lessing, Vargas Llosa, Alice Munro, Modiano, apenas suman medio centenar entre 114 galardonados que completan la lista con autores decorosos, medianos (y algunos francamente mediocres) y una buena cantidad de nulidades literarias cuyos nombres están escritos, como dijera Nabokov, sobre tumbas vacías. El primer galardonado con el Nobel de Literatura, en 1901, el francés Sully Prudhomme, no es ni siquiera uno de los grandes poetas franceses, sino uno simplemente mediano, pero, ¡mucho ojo!, era, en el momento de recibir el premio, miembro de la Academia Francesa. Los académicos suecos, entre 1901 y 1910, tenían frente a sus narizotas a Tolstói y, sin embargo, pusieron sus ojos en mediocridades francesas como Prudhomme, nulidades españolas como José Echegaray y escritores no literarios como Mommsen y Eucken. Casi por equivocación eligieron a Kipling en 1907. Los académicos suecos del siglo xxi (de los que ya quedan unos poquitos en medio del escándalo y la crisis de autoridad literaria y moral) tienen frente a ellos a escritores extraordinarios como Kundera, Philip Roth (recientemente fallecido), Magris, Handke, Auster y otros más, y fueron a hacerle guiños al gran cantante popular Bob Dylan, para entregarle un galardón atípico: algo así como si el Premio Nacional de Letras, que entrega el gobierno mexicano y que determina un jurado para el caso, se le hubiese concedido en 1989 a Consuelito Velázquez (ganadora ese año en Artes y Tradiciones Populares) y no a Juan García Ponce. Comprender es distinguir. La mala noticia para los apostadores es que en 2018 no habrá Nobel de Literatura
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EjEmplar gratuito. prohibida su vEnta José María Espinasa SI PROHIBIR LO MALO ESTIMULA SU DEMANDA, TAL VEZ NO SEA MALA IDEA PROHIBIR LA VENTA DE LIBROS PARA GENERAR SU LECTURA, COMO CUENTA LA ANÉCDOTA AQUÍ REFERIDA SOBRE CARIBAL, EL INFIERNO VERDE, UN LIBRO DE GABRIEL BERNAL.
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as palabras que sirven de título a esta nota suelen estar en ejemplares de promoción que los editores envían a la prensa y a los críticos como parte de su campaña publicitaria. Alguien me contó que se empezó a usar, más que para evitar su comercialización semipirata, para llevar control de los ejemplares ante las posibles auditorías de inventarios y las sanciones hacendarias por ejemplares vendidos no reportados. No creo que sirviera de mucho, como no sirve el recurso de los ejemplares numerados. El libro como unidad es una mercancía difícil de controlar, como si se hiciera inventario del maíz por grano y no por una unidad de peso. Parece un absurdo comparar esas mercancías, pero en algunas ferias de remate los editores vendemos nuestros libros por peso, con una báscula y todo. Si seguimos con la comparación podemos encontrarnos con libros transgénicos. El motivo de la nota es, sin embargo, muy distinto. Hace unos meses hubo un pequeño escándalo publicitario porque una librería Educal, creo que en Chilpancingo, vendió un ejemplar de Caribal, el infierno verde, la novela de Rafael Bernal, que traía impresa, con un sello, la leyenda “Prohibida su venta”. De inmediato el sospechosismo funcionó y lo que evidentemente era un error burocrático le costará (por lo menos) una reprimenda a un empleado de la librería que lo único que hizo fue pasar el código de barras por el lector computarizado y cobrar la mercancía que, seguramente, estaba inventariada. El precio al que la vendió es también sintomático: por un lado, es el precio que está en la red para su compra virtual, 126. 50, y –por otro– realmente económico para un libro de casi 600 páginas. Y la trivial anécdota me recordó mi periplo para tratar de conseguir un ejemplar de ese libro hace unos años. Rafael Bernal es un autor conocido entre los lectores fundamentalmente por El complot mongol, considerada un clásico de la novela policíaca mexicana y el inicio de una novela negra nativa, hoy muy en boga, con la acepción de narconarrativa, pero es un autor de una obra bastante extensa e importante, con varios libros más, bastante singulares, como Su nombre era muerte, curiosa narración de ciencia ficción en el trópico –no es policíaca a pesar del título– de un hombre que aprende el idioma de los mosquitos, que recomiendo ampliamente a los lectores. Bernal es también autor de varios importantes libros de investigación histórica, con particular énfasis en el tema marítimo. Entre sus divulgadores e investigadores se cuentan Vicente Francisco Torres y Alfonso de María y Campos. Valdría la pena que el FCe , que ha publicado varias obras suyas, recopilara sus textos completos. En un tiempo lo leí mucho. Y buscaba sus libros, difíciles de encontrar, en librerías de viejo y en bibliotecas. Nunca pude conseguir Caribal. Creo que la primera edición fue por entregas y fue hasta 2002, con la edición de la Dirección de Publicaciones que vendió Educal, que el libro estuvo disponible como tal para el lector. Pensé que me sería fácil conseguirlo, pero no, tardé como diez años en comprar el ejemplar, si no recuerdo mal en una librería de la calle Donceles, pues en las Educal no lo tenían. Incluso le propuse a Vicente Francisco Torres hacer una nueva edición del texto como primer paso para una edición de la obra reunida de Bernal, pro-
yecto que feneció antes de haber tenido visos de realidad. Pero, además, cuando conseguí el libro ya había pasado mi fiebre lectora de los textos de Bernal y tardé años en leerlo. Cuando supe de la anécdota referida al principio concebí la siguiente esperanzadora posibilidad: el asunto se vuelve un escándalo y Bernal se vuelve a poner de moda, pero ahora ya no por su faceta policíaca ni por sus investigaciones sobre los piratas, sino por su temática tropical, donde textos como Tierra de gracia (novela dispareja pero con momentos extraordinarios, publicada por el FCe ) y Trópico merecen ser mejor leídos, sus libros se reeditan y se vuelve un bestseller. Y, ya entusiasmados, los editores le ponemos a todo el tiraje la leyenda de “prohibida su venta” y cumplimos con aquel otro fantaseo: si la prohibiéramos, la literatura tendrá tanta demandada como la droga. Y esto nos lleva a un segundo asunto: el lugar donde se vendió el ejemplar de Caribal, Chilpancingo. Hace un par de años pude asistir al festival de poesía El Avispero, que se realiza en esa ciudad, y me sorprendió lo bien surtida que estaba la librería Educal que conocí y lo atento que estuvieron a llevar material de los escritores invitados. La ciudad es la capital del estado de Guerrero, región sumergida en una violencia terrible, mezcla de lucha entre cárteles, desigualdad social, pobreza, políticas erróneas y una serie casi infinita de problemas. No deja de ser sorprendente que allí haya un festival de poesía con bastante éxito y una buena librería Educal. Una nueva, no la que yo conocí, por la fotografía en el diario se ve muy bien. No deja de ser esperanzador. Según me cuentan, las librerías de provincia, tanto las de Educal como las del FCe , tienen bastante más éxito de ventas que las de la capital. Algunas que conozco están realmente bien montadas y surtidas. Como sabemos, el principal problema en México para la cadena comercial del libro y la lectura es la poca cantidad de librerías que hay en el país. Al comprador de Caribal le sugiero no regresar el libro. Léalo y después, si quiere, ofrézcalo en Mercadolibre.com (en la red está más caro, 250 pesos). Que un libro que está prohibido vender se venda dos veces es buena señal y esperemos que no se considere un delito
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gladiola orozco:
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Bibiana Camacho
Gladiola Orozco, durante una entrevista con La Jornada en julio de 2016. Foto: Cristina Rodríguez/ La Jornada
MERECIDO ELOGIO DE UNA INCANSABLE BAILARINA QUE ENTRE OTRAS COSAS FUE FUNDADORA DEL BALLET TEATRO DEL ESPACIO CON MICHEL DESCOMBEY, COLABORADORA DE GUILLERMINA BRAVO Y “PEQUEÑO MONSTRUO MESTIZO” MICHOACANO QUE NO PODÍA QUEDARSE “CON LOS BRAZOS CRUZADOS”.
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a maestra Gladiola platica todos los días con el fantasma de Michel Descombey y apapacha a su gato Misha, ausentes desde hace tiempo de la vida real, pero no por eso menos presentes. La maestra dialoga con Michel y con su propio corazón, como ella reconoce, de la situación del país, los amigos, la soledad, el diario acontecer, los demonios internos, las ausencias que se acumulan día con día. Además de las múltiples visitas que recibe con frecuencia, Gladiola está acompañada por su gata Cloeopatra, cariñosa y celosa de su dueña, que suele inmiscuirse, curiosa, en todas sus actividades. Y es que las tareas no cesan nunca: ordenar y digitalizar el material en video del Ballet Teatro del Espacio ( bTe ), clasificar los escritos de Michel Descombey para donarlos a una biblioteca en Francia, integrar el material que no deja de aparecer del bTe , a pesar de que hace un par de años fueron publicados los tres volúmenes de Memoria 1966-2009, editados por el Instituto Nacional de Bellas Artes, cuya investigación y elaboración ocuparon cuatro años a la maestra y un equipo de arduos colaboradores, y que registra cronológicamente la historia del bTe , desde sus antecedentes hasta su cierre. La flor de gladiolo es símbolo de victoria y hace referencia al amor loco: ese amor desenfrenado, tormentoso y gozoso que ataca a las almas sensibles. Gladiola Orozco no podía tener mejor nombre: a sus ochenta y cuatro años sigue trabajando para la danza como jurado, promotora de becas, asesora y consejera. Nacida en Michoacán, creció con una soledad a cuestas que aún carga. En la escuela solía sumergirse en ensoñaciones ajenas a las clases. En un sistema en el que se privilegian los méritos académicos y las medidas precisas del conocimiento, Gladiola no encajó; su salvación fue la danza. Formó parte del Ballet Nacional de México, luego tuvo la oportunidad de asistir a la prestigiada escuela de Martha Graham, en Nueva York. Posteriormente fundó con otros colegas el Ballet Independiente de
México y en 1977 el Ballet Teatro del Espacio junto a Michel Descombey. En sus inicios, de la mano de Guillermina Bravo, quien instauró la danza moderna en el país, Gladiola aprendió la técnica, a gestionar apoyos, a convencer a funcionarios de que la danza es importante. Años después, materializó lo que Bravo alguna vez anheló: que la danza fuera simultáneamente experimental y profesional. Por medio del coreodrama, la maestra logró explotar y explorar nuevas formas de expresión al involucrar todos los sentidos, las emociones, la expresión, la actuación, al público, los demonios internos, el escenario, la iluminación, la propia piel y las experiencias vividas. Gladiola desarrolló a través de los años un ojo crítico para reconocer las debilidades y fortalezas de los bailarines. Estricta y con una disciplina férrea, sacaba lo mejor de ellos; varios se convirtieron en intérpretes profesionales. Su principio es que todos pueden bailar; admitía a cualquier persona, sin importar edad o atribuciones físicas. Los que se quedaban, a los pocos meses de disciplina y constancia experimentaban cambios físicos notables. Muchos, maravillados por la capacidad de la maestra para leer el estado de ánimo a través del cuerpo y su plasticidad, terminaban por contarle sus cuitas. Para Gladiola el poder de la danza es infinito. Comenta que le encantaría darle clases de danza a diputados y senadores para que conozcan su cuerpo, su espacio vital, y así obtengan herramientas sensibles para entender dónde están y cuál es su responsabilidad pública. “Mi fuerza, mi energía está en tratar de hacer posible lo imposible. No podemos vivir con los brazos cruzados”, afirma. A últimas fechas, la maestra ordena sus propios escritos y no se entiende en qué momento tuvo tiempo de escribir tanto: cuentos, reflexiones, poemas, narraciones, textos autobiográficos. Descubrir lo que ha escrito durante varios años revela que sus obsesiones literarias se entrelazan de manera natural con sus indagaciones dancísticas: el amor, la soledad, las injusticias,
la investigación psicológica de las emociones, la conciencia de ser distinto, ajeno. Entre sus tantos escritos, aparecen de vez en cuando los proyectos, el desarrollo y su materialización en coreodramas. La maestra Galdiola no deja de escribir y, en sus textos, reconoce a esa bailarina inquieta que desde muy pequeña sintió que no encajaba en el mundo y procuró transformarlo a través de la danza. Quizá la mejor manera de conocerla sea a través de su currículum, hallado en sus escritos, que dice así: “Nace un pequeño monstruo, monstruo mestizo, monstruito lleno de rebeldía desde su primer grito rebelde hacia su monstruosidad y la del mundo circundante generador de más monstruosidades que genialidades. Empezando por ella misma, desde siempre trata de combatir la mediocridad, la pereza y el conformismo; y la mejor manera que ha encontrado para hacerlo fue peleando contra su ser, haciendo su diaria revolución. De esta manera logró trascender en las estructuras para una danza y un arte profesional. Su escuela han sido las experiencias de la vida y vencer obstáculos sin cesar. El anochecer lo recibe inconforme, insatisfecho; el amanecer lo recibe con la esperanza de que su servicio ayudará a la educación, la cultura y el arte. Cree que estos medios son las únicas posibilidades para el crecimiento del hombre como hombre. Tomó cursos por aquí, por allá, fue miembro de aquí y de allá, dio cursos aquí, allá y acullá, fundó esto y lo otro; cruzó colonias, fronteras, mares; viajó en burro, a pie, por tierra, por aire y hasta en Concorde. Lo único que le sigue importando es saber que su energía y su vida hayan podido servir a la sociedad combatiendo su analfabetismo y ceguera. Aunque sea una utopía, no cree en nada que no sea el trabajo continuo, la autocrítica y la dinámica de una revolución diaria para alcanzar el triunfo de la gran revolución, sinónimo de grandeza y defensa de la especie.”
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la danza de un monstruo mestizo
VOZ INTERROGADA
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la poesía, un arma contra entrevista con Mircea Cărtărescu Adriana Cortés Koloffon Mircea Cărtărescu en la Feria del Libro de Gotemburgo 2013 Fuente: Albin Olsson/ commons.wikimedia.org/ CC BY-SA 3.0
Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1956) es narrador, ensayista, profesor universitario y doctor en Literatura Rumana por la Facultad de Letras de la Universidad de Bucarest pero, ante todo, poeta. Considerado el más destacado escritor rumano de la actualidad, ha sido nominado al Premio Nobel de Literatura y ha obtenido importantes premios como el Médicis y el Premio de la Academia Rumana, entre otros. Se dio a conocer como poeta en el cenáculo Junimea y en el de Luni (Lunes) durante el régimen de Ceaucescu, quien sólo incluyó en la Unión de Escritores “a los propagadores de incitaciones fascistas, xenófobos y antisemitas, pagados por él”, según Ovid s . Crohmalniceanu, en el prefacio a Le rêve (Editions Climats), edición francesa de 1992 que contiene en su forma original las cinco novelas cortas El jugador de ruleta rusa, El juego, Los gemelos, Rem y El arquitecto, mientras que en la edición rumana, publicada poco antes de la caída de Ceaucescu en 1989, con el título Nostalgia, éstas fueron censuradas igual que el nombre del volumen, que por remitir a la película de Tarkovski, a juicio de sus censores, devino en El sueño. Se sabe que la primera película filmada por el cineasta ruso fuera de la Unión Soviética refleja su angustia al ser víctima de la persecución a su obra por las autoridades hasta verse obligado a abandonar su país natal. El “apparatchik –explica Crohmalniceanu– se encargó a toda costa de extirpar el talento, cualquier brillo intelectual, por considerarse un acto subversivo”. El arquitecto debió titularse El organista, de modo que pudiera evitarse cualquier ironía contra el mandatario rumano: “Ceaucescu, se sabe –sostiene Crohmalniceanu–, se encargaba personalmente de la demolición y construcción de las ciudades y pueblos rumanos.” Al finalizar el régimen de Ceaucescu, los libros de Cărtărescu se publicaron sin mutilar. En castellano, la mayor parte de su producción literaria –Travesti, Las bellas extranjeras, Levante, entre otras obras– se encuentra en el catálogo de la editorial Impedimenta. Nostalgia conserva su título original y sus relatos aparecen libres de censura. La poesía es para Cărtărescu el arma más eficaz contra la dictadura. En una conferencia magistral, en la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara, expresó que “sólo la poesía nos permite levitar en contra de la tiranía de la gravedad, en contra de los sistemas sociales y políticos que nos tiran hacia abajo”. La poesía es así “un modo de ver el mundo, el retorno a un estadio anterior semejante al de un niño autista que observa las cosas desde un ángulo extraño ubicado más allá de lo que nos dicen los sentidos y la razón”. Nuestros “primeros recuerdos –puntualiza Cărtărescu– se parecen mucho a los sueños porque están vinculados con nuestra mente desnuda, antes de ser moldeada por la educación”. En un breve encuentro con el autor rumano conversamos acerca de los sueños en su obra, incluida su novela más reciente: Solenoide. Heredero de Kafka y Borges, coincide con el escritor argentino en que la literatura “no es otra cosa que un sueño dirigido”. Sus personajes sueñan, levitan, se rebelan contra la pesadez del cuerpo. Cărtărescu confesó angustiado una pesadilla que tuvo la noche anterior a nuestra charla.
UN ESCRITOR RUMANO, PERSEGUIDO POR LA CENSURA DURANTE LA DICTADURA DE CEAUCESCU Y HOY AMPLIAMENTE RECONOCIDO Y TRADUCIDO, CONSIDERA QUE EL ACTO DE LA ESCRITURA “ES SEMEJANTE AL DE SOÑAR.”
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os sueños son la materia prima de su obra. ¿Cómo trabaja con ellos al transformarlos en ficciones? –Mi madre, quien era una mujer muy simple, iletrada, era una gran soñadora. Siempre nos contaba sus sueños a mi hermano y a mí, eran hermosos, agradables, pero ayer yo tuve un sueño muy angustiante, una pesadilla. Veía mi reflejo en el espejo y no me reconocía. Tal vez no era yo sino mi hermano, ya muerto hace muchos años. A menudo sueño con él. –El doble, el reflejo, es otro de sus temas recurrentes, acaso una influencia de Borges, a quien usted admira. –Borges decía que los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de los hombres. –No es difícil suponer que usted tenga pesadillas, pues padeció en Rumanía la terrible dictadura de Ceaucescu. –Pertenecía a un grupo, Junimea. Hacíamos lecturas clandestinas, no publicábamos y utilizábamos la ironía como recurso literario, lo cual nos valió la censura. Durante esa época no publicaron Levante, un largo poema, porque es una crítica muy dura contra la dictadura. Censuraban todo lo que tuviera que ver con religión y sexo, sobre todo. No me encarcelaron aunque sí fui perseguido por la policía. La muerte de mi hermano se debió al régimen dictatorial, mi madre y yo investigamos la causa pero nunca la supimos.
(fragmento)*
CANTO PRIMERO
las dictaduras
–¿Qué representa la poesía para usted? –Es un arma contra la dictadura, porque ésta prohíbe todo tipo de libertad y la poesía es un acto creativo, es la expresión más pura de la palabra. Levante es un libro que tuve que reescribir en prosa para que pudiera traducirse a varios idiomas. Por esta razón, el estilo parece barroco. La mayor parte de Nostalgia fue censurada durante la dictadura. Ahora se ha publicado por Impedimenta en traducción al español. Soy un escritor muy afortunado, he tenido muy buenos traductores de mi obra. –¿Cuándo escribió “Occidente”? –“Occidente” es el poema más triste que he escrito, no lo leí en la FiL de Guadalajara. Es el resultado del shock cultural durante mi estancia en Nueva York, ciudad que me parece desoladora. En cambio, leí en el Salón de la Poesía, en Guadalajara, otro poema titulado “Natalie Wood” donde se percibe la ironía como recurso contra la dictadura. –La crítica considera Solenoide como su novela más madura. –Bucarest en Solenoide es una ciudad inventada, una ciudad que levita. En ella hay un profesor con una carrera literaria fracasada que compra una casa antigua con forma de barco, construida por el inventor de un solenoide. Ese profesor sueña y apunta sus sueños. El escritor es como un director de teatro que dirige la escena, crea imágenes, es una suerte de demiurgo. El acto de escribir es semejante al de soñar
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lor de los mundos, ola verde de piedras preciosas festonada, mares que surcan veleros de oro cargados de pimienta y canela como peines que recorren cabellos perfumados, gota de rocío en la que se confunden las nubes y el cielo, oh, Levante, donde el céfiro hincha los carrillos y sopla sobre la inmensidad de las aguas, ¡qué sentimientos tan poderosos avivas en mi pecho! Oh, Levante, dichoso Levante, ¿cómo es que no sientes mi turbación, mi cólera? ¿Cómo es que tu ojo de brillos ambarinos no ve la noche que colma mi pecho, la congoja que invade mi mente desde que desperté de mi letargo y comprendí que soy rumano? ¿Por qué no tendré miles de ojos, como Argos, para poder llorar con miles de lágrimas el terrible estado de mi pueblo, prisionero de los lobos y de las alimañas que desgarran el seno de Valaquia con sus garras afiladas?” Así meditaba un joven en la proa de un caique que se deslizaba sobre las aguas, con las velas hinchadas, desde Corfú hasta Zante,1 enfrentándose a las olas que hacían añicos el rostro del sol en el ocaso arrojando sombras de minio a través del turquesa líquido de los mares. Joven amigo, tu rostro es pálido y transparente. ¿Es el tuyo un gemido de amor o de odio? Tu mano, colmada de pesados anillos de retorcidas piedras preciosas, ¿querría posarse sobre un puñal o sobre el tierno pecho de una doncella? ¡Ay, sobre un puñal, y además cuanto antes, pues los tiranos se sonríen todavía; rodeados de albaneses de monstruosos turbantes, saquean todavía a los campesinos, arrancan todavía a las muchachas de los brazos de sus madres, explotan todavía el país con crueldad! Tú te diriges a Zante, donde te espera tu hermana con treinta palicari2 en una barcaza anclada en el muelle, junto a los fanales. ¡Ay, tu hermana Zenaida! Quien la ve queda embelesado. Quien contempla sus labios de rosa y sus ojos celestiales se pregunta si no se habrá reencarnado Hero para esperar a Leandro al otro lado del palacio de cristal del Helesponto. La griega es dulce y perfumada y sabia, colmada de gracias. Los ojos de la musulmana son como ciruelas brumosas que apenas se adivinan a través del tupido velo. La francesa tiene dientes como granos de nácar y ojos verdes. Una kirguiza se vende en el mercado por unos miles de mahmudes, 3 pero sólo un loco querría comprarla: en la alcoba, entre cojines de Shirāz, sorbería sus besos hasta dejarlo sin aliento, sin color en las mejillas. Mi arpa no tiene cuerdas suficientes para cantar a la macedonia, para alabar su cabello ensortijado, sus senos insaciables y sus cejas unidas como el arco de Amor: es vanidosa pero dulce, y sus chanclos tienen punteras de seda. La egipcia es negra como una noche de pasión, se derrite entre caricias, gime y suspira en el delirio amoroso, arde y se enrosca al cuerpo del amado como la vid al rodrigón. La italiana es una diablesa: te engaña y te traiciona, te arruina y, cuando ya no te queda ni un céntimo, le pide a su amante que te apuñale en un cruce de caminos. La serbia luce collares de icosari en su pecho de azucena, es tímida como una corza, todos los mozos suspiran por ella, mas ella no entrega a nadie la flor de su virginidad, y se vuelve dócil monja en alguna ermita solitaria. Muchas flores hay en el mundo, pero pocas dan fruto, muchas perlas hay que brillan bajo el cielo, muchas mujeres de ojos negros y densas pestañas, ¡pero ninguna se parece a la rumana de los Cárpatos! Su melena cae como una cascada voluptuosa hasta los tobillos que asoman bajo sus bombachos sedosos, hasta las pantuflas de hilo de oro y punteras retorcidas. Su rostro es de alabastro, sus párpados como conchas están maquillados con kohl de Quíos, el más caro, sus pestañas son espesas y abundantes; sus pasos, menudos y cimbreantes. Está secretamente enamorada del beizadea del país, de nombre Kalimaki, que tiene el alma corrompida, pero que es tan bello como la vida misma. Es el hijo del perro que devora y consume a la desgraciada Valaquia, el putero de los arrabales, entregado únicamente al mal. Él es la espina que habita en el pecho torneado de Zenaida, él es el ladrón de su corazón...
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1. Actualmente se conoce como Zacinto, una de las islas jónicas de Grecia. 2. Soldados voluntarios que participaron en la guerra de independencia de Grecia. 3. Moneda turca de oro que estuvo en circulación en Rumania hasta mediados del siglo xix .
Notas de la traductora. *Tomado de la edición publicada por Editorial Impedimenta, España, 2015.
traduccióN del rumaNo de mariaN ochoa de eribe.
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marguerite opus nigrum o la
Yource
aventura del saber
A medio siglo de su publicAción OPORTUNA Y MERECIDA CELEBRACIÓN DE UNA DE LAS DOS OBRAS MAESTRAS, LA OTRA ES LAS MEMORIAS DE ADRIANO, DE LA GRAN ESCRITORA NACIDA EN BRUSELAS Y NACIONALIZADA ESTADUNIDENSE, NOVELAS DE GRAN ERUDICIÓN Y ESTILO LARGAMENTE TRABAJADO.
ZENÓN, EL PERSONAJE PRINCIPAL, ES “EL AVENTURERO DEL SABER”, MÉDICO Y FILÓSOFO, TRASHUMANTE POR VOCACIÓN, ACUSADO DE ATEO, DE APÓSTATA Y DE ESCÉPTICO EN UN SIGLO DE GUERRAS POLÍTICAS Y RELIGIOSAS EN EUROPA, QUE SU AUTORA LOGRÓ QUE FUERA A LA VEZ UN PERSONAJE HECHO DE “LLAMA Y HIELO”.
Marco antonio caMpos
e los mayores deleites que me ha dado la narrativa francesa en el curso de una vida que se aleja es la lectura de la obra de Albert Camus y Marguerite Yourcenar. La del argelino es una prosa solar, sensual y tocada por el aire y el mar mediterráneos; la otra, la prosa equilibradamente musical y sobriamente exacta que muchas veces parece mármol en movimiento. De Yourcenar, la primera gran revelación fue, debía ser, Mémoires d’Hadrien (1951), libro al cual uno vuelve no necesariamente para releerlo completo, sino pasajes o páginas de una lucidez bellísima. Mujer de un talento y una inteligencia excepcionales, Yourcenar, en sus dos novelas mayores, supo unir implícitamente ética y estética, como los poetas e historiadores de la antigua Grecia, a los que leyó tan bien. Igual que en Borges o en Robert Graves, en sus páginas se da en alto grado la emoción intelectual. Podría decirse de la escritora belga lo que dijo Borges de Flaubert: “Se negó a apresurar la pluma; no hay una línea de su obra que no haya sido vigilada y limada.” Si leemos, por un lado, de Memorias de Adriano las notas finales, y de Opus Nigrum (L’Oeuvre au Noir), la nota de la autora y las páginas de la entrevista que le hizo Mathieu Galey, muy concretamente sobre la novela (Les yeux ouverts), parece que poco o nada fue dejado al azar. Quien busque las páginas rápidas que crean tensión y expectación constantes en las dos novelas mayores de Marguerite Yourcenar tendrá que buscarlas en otros
Marguerite Yourcenar en 1982 a los 79 años, fotografiada por Bernhard de Grendel. Fuente: www.wikiwand.com/ CC BY-SA 4.0
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autores. Memorias de Adriano la narró en primera persona, en forma de epístolas, desde el punto de vista del propio emperador Adriano (76-138 dC), quien las escribe al joven Marco Aurelio (121-180 dC), futuro emperador de Roma; Opus Nigrum está relatada desde una tercera persona que, paradójicamente, se distancia de sus protagonistas principales para adentrarse mejor en ellos. Editada en 1968, Opus Nigrum cumple medio siglo de su publicación. Dividida en tres partes se enmarca en el siglo xvi . Por líneas liberadas aparentemente al azar por la autora, sabemos que la vida de Zenón, el personaje sobresaliente, va del 24 de febrero de 1510 al 18 de febrero de 1609. El siglo xvi es un período de guerras de religión exasperadas e inútiles, del odio que conlleva aquello que no se entiende o no se tiene la voluntad de entender, de las cacerías inquisitoriales (Zenón mismo acaba siendo víctima). Desde 1517, con las noventa y cinco tesis de Martín Lutero, empezó el fuego de la Reforma que derivaría en el protestantismo. La Roma de los Borgia, de Julio ii y de León x había llevado a la Iglesia a un esplendor cultural, pero también a una degradación política y moral insolente y despreciable. Lutero rechazó que la Iglesia romana se irguiera en un poder temporal, negó el Purgatorio, y se puso en contra de la venta de indulgencias para la salvación del alma, la adoración de iconos de vírgenes y santos y el lujo grosero que se había vuelto contrario al ejemplo evangélico. Frente a Roma, además del luteranismo, surgen otras Iglesias cristianas: el calvinismo y el anabaptismo, y todas a su vez derivarían en una multitud de sectas, con fieles seguidores, unos más fanáticos que otros. Frente a eso, la Iglesia católica organiza el Concilio de Trento. Un mundo de violento horror religioso que se traslada a la América hispana, cuando Felipe ii la impone en 1570 incluyendo la Inquisición. En 1572 ocurre uno de los crímenes religiosos más horrendos de la historia de la intolerancia: la Matanza de San Bartolomé. Una anécdota curiosa: Yourcenar dijo que mientras escribía la novela iba al museo de Bellas Artes en Bruselas a ver las obras de Jheronymus Bosch, el Bosco (1450-1516), y Pieter Breughel, el Viejo (1525-1569), que retratan en su cotidianidad y horror aquellos años del siglo de la intolerancia. En la novela, Yourcenar deja ver un incipiente capitalismo con una naciente burguesía. Los telares que desplazan a los obreros son la primera muestra de la máquina que sustituye cruelmente la mano del hombre. El primero en utilizarlos es un hombre del pueblo, Colas Gheel, amigo de Zenón. Dos personajes flamencos, ambos de la ciudad de Brujas, primos hermanos entre sí, dominan la escena de la novela: el poeta y soldado Henri-Maximilien, y sobre todo el alquimista, filósofo y médico Zenón: uno, “el aventurero del poder” y el otro, “el aventurero
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enar : del saber”, quienes se querían bien entre sí, pero cuyos destinos sólo se unen luego de largos intervalos de tiempo. Hijo del mercader y usurero Henri-Juste Ligre, Henri-Maximilien, afanoso de “la gloria militar”, poeta de escasos dones, hombre ligero para quien “la mujer es el camino al sol”, quien se encanta con la música y las fiestas, es, como Zenón, de muy otra manera que Zenón, un espíritu libre en medio de un siglo beligerante y sombrío. Henri-Maximilien acabaría muriendo en Siena, huyendo de las tropas imperiales, cuando una bala lo alcanza en el hombro y al caer se golpea la cabeza contra una piedra. El libro de versos “alegres y tiernos” escrito por él y que guardaba en ese instante lo acompaña al fondo de un pozo. Si el sombrío Zenón es la figura más honda y compleja del libro, Henri-Maximilien es el más querible y simpático. Zenón es hijo bastardo de un político florentino (Messer Alberico de ‘Numi), que “había destacado en la corte de los Borgia”, y de Hilzonde, hermana del mercader y usurero Henri-Juste Ligre. El florentino Messer Alberico, quien había llegado a Brujas a cobrar unas deudas, se instala en la casa de Henri-Juste y se enamora de Hilzonde, a quien deja embarazada cuando se ve obligado, por urgencias políticas, a regresar a Italia. Meses después nacería Zenón. Messer Alberico nunca regresaría a Brujas. Tiempo más tarde Hilzonde conoce y acaba casándose con Simon Adriansen, mucho mayor que ella, de fe anabaptista, hombre bueno, muy rico y desprendido. Todo queda en familia: Martin Lugger, gran competidor comercial de Henri-Juste Ligre, estaba casado con una hermana de Simon Adriansen.
DUDAR ES LA ÚNICA CERTEZA
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studiante de teología en Lovaina en su juventud, nómada por décadas, podemos decir que el territorio de Zenón es toda Europa, pero el gran centro no está para él en París o Viena o Florencia, sino en la ciudad en que nace, el puerto flamenco de Brujas 1 , de donde irradian oscuramente los hechos de la novela. Un hombre como él, que anda a la deriva y teje en el telar de la imaginación colectiva una leyenda brumosa, es lógico que se le crea en múltiples sitios: ciudades y pueblos y aldeas y paisajes naturales desde España a Turquía. Numerosas veces creyó tener el derecho de ciudadanía en la ciudad donde estaba o por donde pasaba, pero íntimamente comprendía que estaba en ninguna parte. Ante todo su leyenda se crea por escribir libros sobre teorías y temas peligrosos que inquietan a la Iglesia y al Estado, lo que le trae la animadversión y después la persecución. En ese entonces, en un continente cerrado, ciertos libros podían ser más peligrosos que un ejército; algunos de los suyos eran quemados en la plaza pública. La duda de los dogmas, o al menos su apariencia, convertía a un hombre así, en un siglo turbiamente supersticioso, en algo como la imagen o la representación del diablo. A Zenón lo mismo se le acusó de ateo o de apóstata o de escéptico. Sin embargo, mucho de lo que Zenón deja sentir en el lector desde la segunda mitad de la novela es la fatiga y el desconsuelo de que tanto estudio no le lleve a saber, entre varias y variadas cosas, si hay Dios y si a fin de cuentas no da lo mismo morir por una u otra causa. Un capítulo clave es el último encuentro con su primo hermano Henri-Maximilien (“Conversación en Innsbruck”) 2 . En él, un Zenón envejecido prematuramente cuenta que luego de ahondar en múltiples cavilaciones, ha comprendido que los misterios esenciales tienen su explicación religiosa pero también una explicación racional, y que la gente de la Iglesia habla con ligereza o escaso conocimiento acerca del sexo, del alma, de la muerte, del infierno, de la eternidad sólo para el hombre, de la tierra o el sol como verdaderos centros del universo, y que al término de los azarosos viajes, luego de tantas prácticas médicas y alquímicas y de minuciosas meditaciones filosóficas, la única certeza a la que ha llegado es que todo se halla sujeto a duda. Como alguna vez pensó en León, España, “la ley cristiana, la ley judía y la ley mahometana no eran más que tres imposturas”. No menos interesante, en esta suerte de discusiones filosóficas es el capítulo donde Zenón tiene continuos diálogos con el prior de los franciscanos de Brujas, Jean-Louis de Berlaimont, en el cual se dejan ver en ambos las grietas mentales de la fe. sigue
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Respecto al título la autora belga hace que Zenón, en el magistral capítulo de “El abismo”, indirectamente lo explique: “Solve et coagula… Siendo un joven clérigo, había leído en Nicolas Flamel la descripción del oPuS niGrum , la experiencia de la disolución y la calcinación de las formas, que es la parte más difícil de la Gran Obra” . 3 Si nos atenemos a lo que contestó Yourcenar en 1980 a Matthieu Galey en el libro-entrevista Les yeux ouverts (Los ojos abiertos) 4 en la novela no siguió modelos históricos, pero al irla escribiendo encontró que algunas opiniones de Tommaso Campanella o de Giordano Bruno coincidían con las de Zenón, y que Erasmo de Rotterdam tenía analogías biográficas con él. Por su lado, si hubo, como lo imaginó en la novela, un parecido físico de alguien con Zenón, vino a encontrarlo casualmente en el palacio del Bargello florentino en un busto de Donatello (que acaso podría ser el mismo Donatello), es decir, un hombre de “constitución seca y nerviosa”. Ella quiso crear, logró crear, un personaje que fuera a la par “llama y hielo”. Desde poco antes de la mitad de la novela, a su regreso a Brujas luego de treinta y cinco años de andar aquí y allá desde Portugal a Turquía, y creyendo que haría un alto más en el camino, Zenón se cambia cautelosamente el nombre por Sébastien Théus y se dedica a ejercer la medicina. Es necesario un descanso y también rehuir persecuciones. Vuelve “a la insípida existencia de la pequeña ciudad”. Ya ha pasado el medio siglo de su vida. Varios de sus parientes han muerto: padre, madre, el tío Henri-Juste, el primo Henri-Maximilien… Apenas queda una media hermana (Martha), casada con su primo Phillibert Ligre, pero a la que ha visto sólo una vez. Zenón (Sébastien Théus) se encierra en el Hospicio de San Cosme y apenas sale. Se desplaza, a lo más, en la bella ciudad de los puentes –salvo un intento de fuga–, entre hospitales y conventos, donde lleva a cabo la práctica, devotamente igualitaria, de curar a los enfermos de cualquier religión e ideología. Para un nómada natural esa quietud, nos decimos, tendría mucho de castigo claustrofóbico y de penitencia atea. Ya entonces a Zenón le importa más el acto de pensar que “los dudosos productos” que da el pensamiento. Se lee en el capítulo de “El abismo”: “Las nociones morían, igual que los hombres: en el transcurso de medio siglo, él había visto derrumbarse, convertidas en polvo, varias generaciones de ideas.” Luego de hundirse en toda suerte de búsquedas e indagaciones, termina por volver a la que más le interesa: el cuerpo humano. En cuanto a su relación con las mujeres fue, en el mejor de los casos, como en el asunto de una española, una húngara y una sueca de Frösö, intensa pero breve. Los deleites corporales no ocuparon demasiado su tiempo y, por ende, no representaron una sed no saciada, pese a que en teoría él justificaba la experimentación a plenitud de todas las pruebas del placer.
EL ALMA Y LOS HECHOS
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n ese siglo en que la pequeña Europa vivía el infierno grande, en el siglo de la malhadada multiplicación de Iglesias y sectas, Marguerite Yourcenar va señalando como al desgaire fechas históricas definitivas: las navegaciones y exploraciones ultramarinas; la Reforma luterana; la paz entre Francia y España llamada la Paz de Cambray o Paz de las Damas (Margarita y Luisa) en 1529; la rebelión de los anabaptistas en Münster en los años 1534 y 1435; la peste que llegó de Oriente (1549); el Concilio de Trento, con sus veinticinco reuniones entre 1545 y 1563, que acabarían en la confirmación de los dogmas católicos, y que se conoce históricamente como la Contrarreforma. O como contesta Marguerite Yourcenar a Matthieu Galey, al comparar el año cuando reanuda la escritura de Opus Nigrum (1956) y los hechos que en ella describe: “Acuérdese usted: Suez, Budapest, Argelia… Sentí a qué punto se volvía fácil evocar este desorden, estas cortinas de hierro del siglo xvi entre la Europa católica y la Europa protestante, y el drama de aquellos que no pertenecían a ninguno de las dos y huían de una y de otra.”5 De las historias secundarias de la novela, quizá la más atractiva, la cual tiene algo o mucho de monstruosa, es la de Hilzonde y Simon, madre y padrastro de Zenón. Ambos viven juntos doce años en Amsterdam, tienen varios hijos que mueren, hasta que al fin engendran una bella niña (Martha). Simon convierte a Hilzonde al anabaptismo. Como se sabe, los anabaptistas eran odiados tanto por católicos como por luteranos, tan crueles cualquiera de los tres. En su perfil luminoso, los anabaptistas creían social, económica y religiosamente en la desaparición de la moneda, en la repartición comunal de los bienes, en la gran fraternidad y aun en la necesidad de un nuevo bautizo en la edad adulta porque no se creían nacer con el pecado original; en el perfil oscuro, los líderes eran de una extrema fiereza, y se habían vuelto, junto con la comunidad, unas “almas idiotizadas y locas”. Querían hacer de la ciudad alemana de Münster la Nueva Jerusalén y
Notas: 1. La ciudad es Brugges en francés, Bruges en inglés, Brüge en neerlandés, Brügge en alemán. En la lengua original significa Puente. ¿Cómo se convirtió en Brujas en español? 2. Por cierto: “Conversación en Innsbruck” fue el primer capítulo que Marguerite Yourcenar escribió de la novela en 1956; en la novela es el noveno”. ¿Con cuántas grandes o importantes novelas no ha pasado algo parecido? 3. Imaginar lo que sería la vida de los cerca de cuatrocientos personajes que hay en Opus Nigrum nos lleva asimismo a una íntima y oscura analogía con el laberinto de pasadizos que había en el subsuelo de Brujas. 4. Después de una entrevista total como esta sobre su vida y obra, la cual abarca más de trescientas páginas ¿qué otras preguntas esenciales podrían habérselo hecho a la autora? Y sin embargo ella se sintió defraudada por el resultado y guardó distancias a partir de entonces con Galey.
llevar a cabo una revolución de los desheredados. Simon convence a Hilzonde de irse con su hija Martha a Münster. Los anabaptistas tenían entre sus líderes a Bernard Rottmann, a Jan Matthyjs, a Knipperdolling y a Jan de Leyde, uno más alucinado y fanático que otro, quienes se permitieron decretar la poligamia. Jan de Leyde incluso toma a la madre de Zenón como una de sus amantes. La rebelión dura de febrero de 1534 a junio de 1535, cuando los anabaptistas son vencidos por el ejército del obispo luego de un largo sitio y los líderes terminan enjaulados y colgados de la catedral gótica de San Lamberto, como ellos mismos enjaularon antes a aquellos de los suyos que consideraban desviacionistas y rebeldes. A la muerte de Simon e Hilzonde, la hija de ambos, Martha, se educaría con Salomé, la hermana de Simon, casada millonariamente con el mercader Martin Fugger, enemigo de HenriJuste Ligre, ese Martin que era –se dice en la novela– “terrible en los negocios” y “cordero en el hogar”. Pero la peste de 1549 acabaría con Salomé y su hija Bénédicte. Martha, quien vivía con ellas, se salva y acaba casándose con Philibert Ligre, sobrino de Hilzonde. Ambos, Philibert y Martha, con indiferencia cruel, no levantarán un dedo, pudiéndolo al menos intentar, para salvar de la hoguera al primo y medio hermano incómodo. La otra historia atractiva, de una secreta perversión, es la de los Ángeles, en la cual un grupo de cinco muchachos, una bellísima quinceañera adinerada y una mulata que es su sierva, llevan a cabo orgías secretas en el convento de las bernardinas. Aquello que crea más interés en el lector es saber si serán descubiertos y Zenón caerá en la trampa, quien, por demás, trata en vano de disuadirlos cuando su ayudante (Cyprien) quiso tenerlo como confidente y cómplice. Después de seis años en Brujas, Zenón presiente que puede ser descubierto. Intenta huir, pero la fuga a la Inglaterra de Isabel i resulta fallida y debe volver a la ciudad de los puentes y los pasadizos. Pero algunos imprevistos y la delación, llena de falsedades, de su ayudante Cyprien, empiezan a cercarlo. Es encarcelado y llevado a juicio con veinticuatro cargos en contra. En los últimos capítulos de la novela, Zenón repasa su vida, y tiene algunos pensamientos como éste, que alguien, entrado en años, puede concluir de una manera semejante: “Sin embargo, la vida misma, vista por un hombre preparado a abandonarla, adquiría la extraña inestabilidad y la peculiar ordenación de los sueños.” Pese a la ayuda del canónigo Bartholommé Campanus, su antiguo maestro, ya fatigado y debilitado por la cárcel, Zenón va prefiriendo la muerte. Si tenía horror a la tortura (se la evitaron), el otro horror, más grande, era morir en la lenta hoguera. El impresionante final de la novela abre conjeturas para que el lector haga su propia conclusión. Al terminar Opus Nigrum uno siente que desconoce un poco menos el alma del hombre y los hechos del mundo. Asimismo se cree encontrar un bello recado subyacente de que debemos tener los ojos abiertos de manera permanente hasta la hora de la hora
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5. Marguerite Yourcenar escribe en la nota final de la novela: “Lo que sí me importa realzar, es que Opus Nigrum, igual que Memorias de Adriano, son obras que emprendí en la primera juventud, que abandoné y retomé según se daban las circunstancias, pero con las cuales conviví toda la vida. La única diferencia, del todo accidental, habría sido que un esbozo de lo que debía ser Opus Nigrum apareció treinta y un años antes del punto final del texto definitivo, mientras que las primeras versiones de las Memorias de Adriano no tuvieron esta suerte o esta mala suerte. Por lo demás, y de la misma forma, las dos novelas se construyeron en el curso de los años por trabajos de excavación, hasta que por fin, en los dos casos, el libro fue compuesto y llevado a su culminación de un solo impulso”.
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Jornada Semanal • Número 1214 • 10 de junio de 2018
Nich für immer! No para siempre!, Ambra Polidori y Raymundo Mier (comps.), tomos i y ii ., Gedisa-Universidad Autónoma Metropolitana, México, 2017.
La escuela de Frankfurt en México
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EVODIO ESCALANTE
Nueva paradoja con la que podríamos replicarle a ablar de la Escuela de Frankfurt es reconoAdorno, pues nadie como los dadaístas, incluyendo cer que el marxismo, en tanto pensamiento por supuesto a Duchamp, le dieron al concepto un crítico y por ello mismo liberador, atraviepapel protagónico en el arte de nuestros días, al sa por una crisis que no ha podido ser grado que éste se ha convertido, con las reservas del remontada. Fueron Horkheimer y Adorno, me caso, en un arte predominantemente “conceptual”. parece, los que con mayor claridad vislumbraron y El hecho es que gran parte de lo que sucedió en enmarcaron este problema cuando señalaron, al la segunda mitad del siglo xx no se entiende sin principio de su Dialéctica de la Ilustración: “La Ilustración, en el más amplio sentido de pensamiento e l concurso de los integrantes de la Escuela de en continuo progreso, ha perseguido desde siempre Frankfurt, algunos de los cuales, por cierto, como el objetivo de liberar a los hombres del miedo y consHerbert Marcuse y Walter Benjamin, rescataron tituirlos en señores. Pero la tierra enteramente ilusla “dimensión estética”. Ellos fueron, sin duda, el trada resplandece bajo el signo de una fatal calaminúcleo duro del llamado marxismo occidental. No dad.” Esta calamidad histórica de orden planetario, sólo conciliaron a Marx con Freud, también supiepor lo demás, cuyo resplandor enceguece o encanron destacar el carácter esencialmente disruptivo dila, y de la que no escapa la misma teoría marxista, del arte. Los movimientos estudiantiles que conmoya estaba de algún modo anunciada en un libro del cionaron al mundo en el año axial del '68, en parte escritor dadaísta Hugo Ball, La huida del tiempo, estuvieron inspirados en el pensamiento de estos cuando sentenciaba también desde sus primeros marxistas heterodoxos que ofrecían a la juventud renglones: “La vida está totalmente encadenada a de aquella época una visión más atractiva del un entramado que la mantiene cautiva. Impera una y subversivo de los poetas y los pintores del dadaís- marxismo que la que hacían circular los manuales mo, que de algún modo se les adelantaron en el diag- del Diamat difundidos por una Unión Soviética suerte de fatalismo económico que asigna a cada uno en particular, aunque intente resistirse, una nóstico de una crisis de la que no podemos salir. que nunca logró deslindarse del todo de su pasado En su famoso ensayo sobre La obra de arte en estalinista, o por una República Popular China función determinada y, con ella, un interés y un carácter propio.” La idea de progreso, que suponía- la época de su reproductibilidad técnica, en efecto, que nunca logró superar su culto idolátrico a Mao mos garantizaba un creciente estado de libertad, Benjamin observaba: “Con los dadaístas, la obra de Ze-Dong. termina trabajando contra lo que hubiéramos espe- arte dejó de ser una visión cautivadora o un conjunLos dos libros tardíos más importantes de Marcurado. La Ilustración progresiva, y a la vez indete- to convincente de sonidos y se convirtió en un se, Eros y civilización. Una investigación filosófica nible, con la que podríamos sacudirnos del Mito, proyectil que se impactaba en el espectador; alcan- sobre Freud (1955) y El hombre unidimensional. Ensacontribuye por el contrario a afianzar el Mito del zó una cualidad táctil. Favoreció de esta manera la yo sobre la ideología de la sociedad industrial avanzada que intentábamos salir. Algo funciona de manera demanda por el cine, cuyo elemento de distracción (1964) fueron publicados en su versión castellana perversa en el transcurrir de la historia, y quizás ni es igualmente en primera línea táctil; se basa, en en México por la editorial Joaquín Ponce. García efecto, en el cambio de escenarios y de enfoques que Ponce, a quien los estudiosos ubican en la llamada siquiera la más fina conceptualización dialéctica podría sacarnos del atolladero en el que al parecer se introducen, golpe tras golpe, en el espectador. El Generación de Medio Siglo, pertenece a la misma nos hundimos en lugar de avanzar. Expresado en cine liberó al efecto de shock físico de la envoltura ola generacional de la revista El Espectador en la moral en la que el dadaísmo lo mantenía todavía que destacaron Francisco Sánchez Cámara, Enriotros términos: la teleología se nos salió de las empaquetado.” Aunque Adorno es en lo general que González Pedrero y Víctor Flores Olea. Los manos y se volvió impredecible. más severo con el dadaísmo, al que con gusto redu- menciono porque me parece que es esta precisa Puede parecer arbitrario que yo reúna, uno al lado del otro, el pensamiento de dos eminentes ce en su Teoría estética a un puro balbuceo, a un generación a la que le debemos en México la primeteóricos de la Escuela de Frankfurt con el de uno de “gesto deíctico” carente de concepto, y al que descar- ra difusión de la obra y del pensamiento de la Escuelos fundadores de ese nihilismo en acción que fue el ta en consecuencia por considerarlo “impotente”, la de Frankfurt. En efecto, como bien recuerda Jorge movimiento dadaísta, pero estoy convencido de que me gustaría indicar que la primera vez que se refie- Volpi en su libro La imaginación y el poder, no sólo hay entre ellos más de un hilo conductor. Ambos, al re a este movimiento en su citado libro, lo hace ante- García Ponce tradujo los textos de Marcuse, sino menos, detectan la catástrofe universal de la econo- poniendo una consigna que de modo implícito lo que González Pedrero, con el apoyo de sus amigos mía y de la cultura, y protestan contra las formas de reivindica, y que dice así: “De los peligros del arte Flores Olea y Sánchez Cámara, lo trajo por primera la enajenación que se derivan de ella. Ambos inten- moderno, el peor es el de la falta de peligro.” Habría y única vez a México en 1966 como invitado a impartan resistir la hecatombe, por la vía de la teoría, los que conceder, cuando menos, que los dadaístas tir una serie de tres conferencias dentro de los exploraron de manera consciente y a menudo hasta “Cursos de Invierno” que organizaba entonces primeros, elaborando textos y haciendo estallar en el aire las convenciones del arte burgués, los segun- brutal las posibilidades del peligro en el arte. El la Escuela de Ciencias Políticas y Sociales de la dos. En sus mejores momentos, al menos ni Adorno primer gran riesgo, sin duda, el que se los tomara unam . La mecha revolucionaria que habría de estani Benjamin podrían desconocer el carácter crítico por unos gesticuladores desprovistos de ideas. llar en 1968 se encendió en estas visionarias confesigue en la página 12
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Berenice, Laura Echevarría El paisaje del ciego, Roslyn Ison Flor de sal, Alexandra Campos Hanon La casa de la Ballena Azul. El juego suicida, Teresa Piazza El mar no devuelve a sus muertos, Linda Báez Lacayo
La escuela de Frankfurt
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viene de la página 11
rencias que encabezaba quien unos meses más tarde del siglo xx ha adquirido en lo fundamental un estasería denunciado por el Presidente de la República tuto escolar. Lo mejor y lo peor de la Escuela de como uno de los “filósofos de la destrucción”. Frankfurt, desde mi punto de vista, tiene que ver con Como señala Volpi en su acertado diagnóstico: “A lo anterior. El lenguaje sofisticado y muy difícil de diferencia de los marxistas clásicos y de los marxis- comprender de algunos de sus miembros, pienso tas-leninistas, los investigadores de la Escuela de sobre todo en los textos de Adorno, es el resultado Frankfurt propusieron una visión cuyo objetivo directo del rigor académico en el que se sitúa su era interpretar la realidad más que transformarla. e j e rc i c i o . B r i l l a n t e s y r i g u ro s o s , e ru d i t o s y a Aunque la idea de la praxis había sido el principal menudo sorprendentes, los textos de la Escuela de motor del marxismo hasta entonces […] los francfor- Frankfurt están pensados para un lector académico tianos se inclinaban hacia una crítica ajena a la inter- que ha pasado años estudiando a Hegel y a Marx. vención de la filosofía en la realidad.” Sin que olvi- La crítica, por justificada que esté, termina convirdaran subrayar los rasgos utópicos de una sociedad tiéndose en una “crítica de la crítica” cuyo ámbisocialista que podría beneficiarse del tremendo to normal de validez se da dentro de la disciplina desarrollo de las fuerzas productivas alcanzado por investigativa. Los movimientos estudiantiles de la sociedad industrial contemporánea, el toque los años sesenta serían la gloriosa excepción que característico de la mayoría de estos pensadores tras- confirma la regla. El marxismo de nuestros días se minaba una visión profundamente pesimista de la ha convertido en ideología académica. realidad. No es casual que Marcuse concluyera uno Bolívar Echeverría, Adolfo Sánchez Vázquez, Enride sus libros citando un aforismo de su amigo Walter que Dussel, Jorge Veraza, el siempre extraordinario Benjamin: “Sólo gracias a aquellos sin esperanza nos José Revueltas, y otros tantos filósofos como L u i s es dada la esperanza.” Arizmendi, Enrique Gallegos, José Luis B a r r i o s , Añado que son los miembros de la generación de Esther Cohen, Diana Fuentes y Ana María Martínez El Espectador los primeros que saludaron con libros de la Escalera, todos presentes en Nicht für immer! No y conferencias el triunfo sorprendente de la Revolu- para siempre, terminan cultivando, quiérase que ción Cubana, que tanto impacto tuvo en América no, un marxismo “de cátedra”. Marx mismo, el gran Latina. Estimo una lástima que el colega de la uam sarcástico, si fuera testigo de esta situación, habría Carlos Illades, en su reciente libro El marxismo en concluido por exclamar: ¡Miseria de la filosofía! Si Marcuse y Benjamin encarnan lo más atractiMéxico. Una historia intelectual, ignore del todo los aportes de esta generación. Recuerdo, de paso, que vo de la Escuela de Frankfurt, Adorno, pese a su uno de los libros más influyentes del momento, Escu- brillantez, ilustra el extremo contrario. Resulta cha, yanqui, del sociólogo estadunidense c . Wright sintomático que reinstalado en su cátedra después Mills, que publicara el fce , fue traducido al español del exilio estadunidense al que lo obligó el ascenso por la escritora Julieta Campos, esposa de González de Hitler al poder, Adorno haya tenido en enero de 1969 la mala idea de llamar a la policía alemana Pedrero. Aunque la afirmación de Volpi en el sentido para que desalojara una protesta de estudiantes que de que los pensadores de la Escuela de Frankfurt habían bloqueado justamente el Instituto para Invesestaban más interesados en interpretar la realidad tigaciones Sociales de Frankfurt. En represalia por que en transformarla puede matizarse, dado que de este acto, un grupo femenino de estudiantes intecierto modo interpretar la realidad ya es una forma rrumpió el 22 de abril una conferencia sobre estética de transformarla, y que en sentido inverso, para que impartía el profesor con un performance memotransformarla se hace necesario antes haberla inter- rable: se descubrieron los pechos y lo acosaron pretado (postular una praxis ciega sería un contra- provocadoramente para burlarse de él. Adorno se sentido), pienso que este asunto puede considerar- retiró enfurecido por el escarnio y murió unos meses se a la luz de lo que resulta característico de esta después en su casa de un ataque cardiaco. La artista escuela: a saber, su confinamiento dentro del guetto c o n c e p t u a l H i t o S t e y e r l , d u r a n t e u n a e x p o s i universitario. A diferencia del marxismo del siglo ción que presentó hace algunos años en el m u a c , xix , que estaba vinculado a la acción revolucionaria aporta un inmejorable broche final: “El evento de las masas, ya fuese a través de sindicatos, coope- f u e c o n o c i d o como el Busenattentat (atentado de rativas u organizaciones partidarias, el marxismo los senos).”
Narratio Aspectabilis, México, 2018.
Tres elementos en común hermanan a esta quinteta de títulos: el primero, que en todos los casos se trata de piezas narrativas; el segundo, que todos emanan de la creatividad femenina, mientras el tercer y definitivo elemento que define la naturaleza de los cinco es que son el resultado de un propósito peculiar: la reedición de la célebre “encerrona” concebida por Lord Byron hace doscientos dos años exactamente, de donde surgieron Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley y El vampiro, de William Polidori, por mencionar los más conocidos y que, sin duda, son los dos mejores. En consecuencia, en este moderno abordaje se trataba de confeccionar relatos de terror, y he aquí otro elemento en común que se suma a los enumerados: Laura Echevarría, Roslyn Ison, Alexandra Campos Hanon, Teresa Piazza y Linda Báez Lacayo, las respectivas autoras, no sin razón concluyeron que en los tiempos que corren son muy otras las circunstancias, hechos y monstruos que causan el terror colectivo. Así, el abuso infantil, el violento y flagelante reto cibernético conocido como “La Ballena”, e incluso la depresión y el sentimiento de culpa, entre otros, son revisados desde una perspectiva si bien ligera, no por eso menos eficaz en su cometido de señalar algunas de los fantasmas contemporáneos que secuestran la calma de amplios segmentos sociales.
En nuestro próximo número
Margaret Randall o el lenguaje del dolor
Eve Gil
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal
visita nuestro PDF interactivo en: http://www.jornada.unam.mx/
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Arte y
Jornada Semanal • Número 1214 • 10 de junio de 2018
pensamiento germaine gómez haro
germainegh@casalamm.com.mx
Leonora Carrington como el agua que fluye ( ii y última )
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N LA ENTREGA PASADA se reseñaron los eventos conmemorativos del centenario del natalicio de Leonora Carrington que tuvo lugar el 6 de abril de 2017 y que culminan con la magna exposición que se inauguró hace unas semanas en el Museo de Arte Moderno capitalino. Una muestra extensa y ambiciosa integrada por unas doscientas obras que merece más de una visita para poder ser disfrutada plena y cabalmente. Leonora fue una artista prolífica que trabajó hasta el final de su vida con la dedicación que requiere la exquisita técnica que desarrolló desde sus inicios, inspirada en la pintura italiana del trecento y quattrocento, y la tradición renacentista que estudió a profundidad. Su vasto corpus pictórico está muy bien representado en la muestra, y adicionalmente se han incluido otras facetas creativas y objetos poco conocidos, como la producción de tapices que realizó con los artesanos de Chiconcuac, un biombo que se presenta por vez primera y en el que despliega su fauna fantástica, carteles para grupos feministas de Nueva York, una pintura de protesta que realizó después de los acontecimientos del 2 de octubre de 1968 y unas cuantas esculturas de pequeño formato que son una delicia. Su obra escultórica de gran for- 1 mato es ampliamente conocida y considero que fue muy audaz de su parte el hecho de haber emprendido el reto de producir piezas monumentales a una edad avanzada pero, a mi parecer, el prodigio de Leonora se aprecia mucho más en los pequeños formatos en los que queda impresa la huella de su finísimo oficio. La selección de pinturas abarca toda su trayectoria y se va concatenando con los pasajes de una vida apasionante que se vislumbra en muchas de sus obras a manera de guiños irónicos y en algunos casos humorísticos. En el lienzo Memorias de abajo, que da inicio al recorrido, la pintora esboza a manera de catarsis su paso por la clínica psiquiátrica en Santander, tras haber sufrido un colapso nervioso a consecuencia de la captura de su amante Max Ernst por los alemanes en 1940. También de carácter biográfico es el espléndido autorretrato titulado La posada del caballo del alba en el que vemos a la joven Leonora de veinte años de edad acompañada de sus dos alter ego que aparecerán en adelante en repetidas ocasiones, el caballo y la hiena, que son para ella símbolos de libertad. Al paso del tiempo, sus pinturas devienen cada vez más crípticas y su interpretación da lugar a muchas lecturas. Cada escena es un universo de símbolos donde amalgama sus estudios de la cábala, la astrología, los mitos ancestrales –sobre todo los de origen celta–, la alquimia, las ciencias ocultas, las filosofías orientales, la cartomancia, etcétera. Se presentan a lo largo del recorrido y alternando con las obras, las lecturas que la marcaron e influyeron en su imaginario: un título relevante es The White Goddess (La Diosa Blanca), de Robert Graves, estudioso de las culturas matriarcales de la Antigüedad a partir del cual Leonora incorpora a su iconografía la figura de las Diosas como símbolo inequívoco de la fuerza del poder femenino. Se ha dicho que Carrington fue una feminista avant la lettre y ella se identificaba con esa etiqueta: “Ser mujer sigue siendo muy difícil todavía”, expresó en repetidas ocasiones. “Y debo de decir, con un mexicanismo, que sólo se supera con mucho trabajo cabrón.” Y en efecto, la artista trabajó prácticamente hasta su muerte, acaecida el 25 de mayo de 2011, a sus noventa y cuatro años de edad. Entre las prodigiosas pinturas que atrapan la mayor atención del público, las cuales hay que escudriñar con toda calma y dedicación, algunas piezas de talante lúdico llaman la atención: un par de personajes fantásticos recortados en papel y cartulina y pintados al óleo, y unas máscaras extrañas de factura minimalista y reminiscencias primitivas, elaboradas sobre distintos soportes. Junto con la serie de máscaras que realizó para la obra de teatro Opus Siniestrus en los años sesenta, estas obras dan cuenta de la versatilidad de su creación. Un detalle que me pareció fuera de lugar es la presentación de sus cartas de amor a Renato Leduc exhibidas fuera de contexto y haciendo alarde de una intimidad que merecería ser tratada con mayor delicadeza. ¿Le habría gustado a la autora verlas exhibidas ahí, entre sus pinturas? Leonora fue un espíritu libre contra viento y marea, pero discreta y elegante hasta el final de sus días. Su obra es como el agua que fluye: siempre la misma y siempre distinta. Viva, intensa, inasible 1. La Diosa Blanca 2. Iguana y zorro (para Edward James) 3. Máscara facial para la obra teatral Opus Siniestrus
BITÁCORA BIFRONTE
ARTES VISUALES
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ricardo venegas
Zona Cero Morelos: 19/ s
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ON LOS TESTIMONIOS de autoras (es) de diversos municipios del estado de Morelos (Cuernavaca, Jiutepec, Tepoztlán, Cuautla, Zacatepec, Atlatlahucan, Ocuituco, Tepalcingo y Tlaquiltenango), de Ciudad de México y de Guerrero (Chilpancingo, Teloloapan e Iguala), el volumen Zona Cero Morelos: 19/ s (2018), retrata los momentos más dramáticos del segundo 19 de septiembre. Se trata de una novedad editorial de Ediciones Eternos Malabares, una de las casas editoriales independientes más antiguas de Cuernavaca con más de veinte años de tradición y trayectoria en Morelos y el país. El volumen, coordinado por la escritora y tallerista Ethel Krauze, quien convocó al Centro de Acopio Textual a los colaboradores de esta antología sísmica, aparece en un momento clave en la vida política y cultural del país. En el prólogo de la edición, Ethel Krauze afirma: “La vida nos tenía la sorpresa que nos devolvió a la humildad en nuestra ´eterna primavera´. Otra vez, un 19 de septiembre, México sacaría su casta y los jóvenes saldrían de sus recámaras a las calles a mover con sus propias manos el alma de un país, piedra por piedra. Pero esta segunda vez, Morelos sería, como nunca antes, el epicentro.” En la cuarta de forros se consigna lo antes dicho: “Contra todo pronóstico el temblor se repitió en la misma fecha 32 años después. No sólo su manifestación fue impresionante, también lo fueron las muestras de solidaridad de una ciudadanía que superó por mucho la falta de organización de un gobierno corrupto en todos sus niveles. En los testimonios de este volumen emergen las voces de una memoria colectiva que no olvida, la fraternidad y el corazón del mexicano como respuesta a la adversidad. El trauma de muchos fue sospechar que temblaba en todo momento. Ahí es donde narrar es una cura.” Zona Cero Morelos: 19/S, es un libro memorable que documenta en más de 120 páginas el miedo, la solidaridad, el heroísmo del mexicano ante el infortunio, el hurto de despensas por parte del dif Morelos, la denuncia ciudadana del mal gobierno y la indolencia de las autoridades hacia sus gobernados. El gobierno de Graco Ramírez quedó en deuda con la sociedad morelense, funcionarios ligados con actos de corrupción, como Lidsay Mejía, Francisco Román, Jesús Zavaleta, Gustavo Martínez (quien amenazaba a periodistas para defender a su amo), Manuel Zepeda y la propia Cristina Faesler, quien permitió todo tipo de excesos en la Secretaría de Cultura de Morelos a su cargo (documentado en diarios nacionales y estatales), deberán rendir cuentas ante las autoridades antes de abandonar sus cargos (ahora que regalan becas a poetastros, más conocidos por sus rencillas en antros que por sus “poemas” –ahora que cualquier adicto holgazán se cree Charles Bukowski). La constante de Zona Cero Morelos: 19/S es la esperanza, la capacidad del ser humano para ver la luz a ultranza del oscuro túnel que le ha tocado cruzar. Un documento de consulta inevitable para las generaciones posteriores.
Arte y
10 de junio de 2018 • Número 1214 • Jornada Semanal
pensamiento
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A VAGA PARÁFRASIS que Marx hace de Hegel en las primeras líneas de El 18 brumario de Luis Bonaparte, refiere que los grandes hechos y personajes de la historia se producen dos veces, “pero a Hegel se le olvidó agregar –dice Marx– que la primera ocurre como tragedia y la segunda como farsa”. En nuestra historieta patria, por lo que toca a los gobernantes, después de Lázaro Cárdenas venimos de frase en frase y de farsa en farsa. Hemos carecido casi por completo de grandes hechos y por completo sin el casi de grandes personajes; hasta en las relaciones exteriores, donde antes hubo altura, caímos de “Los amigos no deberían regatear apoyo a
eeuu ” del secretario bilingüe Castañeda Jr. en septiembre de 2001, a “Comes y te vas” de Vicente Fox en abril de 2002. Y del ninguno murió porque “sólo recibieron disparos de tequila” de Felipe Calderón en una cumbre mundial de 2011, a “Es importante y urgente bombardear Siria”, de José Antonio Meade Kuribreña en La Haya en agosto de 2013 [https://www. diariolibre.com/noticias/] El 6 de junio de 2006, en el segundo debate para la Presidencia de la República, el candidato priista Roberto Madrazo aseguró que Calderón le había copiado su plan de gobierno: “En noviembre del año pasado presenté mi libro y hoy veo que el candidato del pan ha tomado 23 de las propuestas que tiene el libro. Enhorabuena, que sea por el bien de México.” En su turno, una sonrisa amplificada afiló los labios de Felipe Calderón y sus ojos se hicieron dos rayas: “Celebro que coincidamos, licenciado Madrazo, yo también presenté mi libro con propuestas, sólo que se publicó un año y un mes antes, en octubre de 2004.” Poco después se supo que el libro del panista no estaba en ningún registro de publicaciones. Pero eso ya no le importó a nadie, el machetazo a caballo de espadas se había consumado como rúbrica de las pegatinas de Elba Esther con la leyenda “¿Tú le crees a Madrazo?, yo tampoco.” Y no fue esa la única mentira de Calderón. Durante los debates prodigó lo que después se revelaría como falso pero útil para atacar al candidato más fuerte. “Nuevamente miente usted, señor López Obrador…”, solía decir, y la parte de las pupilas que no se ocultaba bajo los párpados superiores chispeaba triunfal y desfachatada. Si la primera vez el truco del libro ya era farsa, ¿en qué género teatral incluir la segunda y tercera partes? En este 2018, durante el primer debate de la contienda para la Presidencia de la República, Ricardo Anaya dijo: “Yo sí tengo un plan. En este libro con 40 puntos…”Y aunque otra
vez el secre bilingüe Castañeda precisara un día después que tal libro constaba de 120 páginas y prometiera que iba “a estar online y lo puede bajar quien quiera”, Salomón Chertorivski, también cercano a Anaya, desmintió indirectamente a ambos. El libro, en síntesis, no existía. Y peor sucedió con el candidato del pri, quien en el programa Tercer grado, de Televisa, ante el reclamo de Leo Zuckerman por un libro de José Antonio Meade, éste contestó: Sale la semana que entra. ¿Cómo se va a llamar?, dijo Loret de Mola. No me acuerdo, dijo Meade. Loret de Mola repreguntó: Pero, ¿sí lo escribió usted?, Meade dijo: Sí, sí, sí. Lo único que no escribí yo es el título… En su afán de argüir criterios de la editorial o algo así Zuckerman acabó con el bochornoso cuadro. No, perdón, quien acabó con el cuadro fue Anaya en el segundo debate. Primero al reiterar falsas cifras sobre el f r a caso económico y de seguridad en el Distrito Federal, adobándolas con una estupidez: la venta de un banco. Luego al capotear un costal de utilería y al final –agotado su tiempo de réplica–, mostrando dos portadas de Proceso, una de e l l a s adulterada. En su farsa, Meade llegó a acusar de secuestradora a una inocente; aquél no borró su sonrisa tétrica ni éste su gesto de papel maché. Y aunque estas canalladas parecen minucias en comparación con la carnicería y la corrupción sin límite del régimen, resultan igual de imprescindibles y lesivas. Con la mentira se mata, se despoja y se gobierna; sus portavoces ocultan el disparo –con enriquecimiento ilícito– de una deuda impagable que hipoteca la soberanía y disfrazan de política de Estado para la seguridad una guerra impuesta desde fuera. El 18 brumario de Luis Bonaparte, de Carlos Marx citado al principio, ilustra cómo la necesidad creciente de impunidad va conduciendo al mayor crimen contra la democracia, y este libro no es invento, es de verdad
Antiheroína
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ATRICIA MEDINA ES, junto con Dolores Castro, la mejor poeta viva de México. Para defender tan aventurada afirmación, en el caso concreto de Patricia, habría de escribir un ensayo. De momento me concentraré en su única novela, Contracorriente, publicada por Planeta en 1991. Hay en la multipremiada poeta jalisciense, nacida en 1947, algo de aristocracia corrompida y cierta distinción desmoronada que se reflejan en su poesía como en su prosa, más que en la radical ausencia de joyas. Nunca ha ocultado que sufrió una crisis que la condujo a esa clase de encierro que bestializa a los seres humanos. Aunque como con Emma, protagonista y narradora de Contracorriente, la experiencia parece haberla hecho desarrollar un vocabulario libre de pudor cuerdo (impostado) que le permite articular sus emociones sin restricciones ni artificios. Emma nunca se define como poeta, aunque su forma de narrar –en primera persona– la expone como tal. Pese a llevar el nombre de la adúltera libresca de Flaubert, se deja engañar. Su historia de amor con Raúl es una farsa desde el primer instante. La joven Emma acude a un baile junto con su mejor amiga, Merín. Raúl se hace acompañar por su mejor amigo, Marcos, que es a quien Emma ve por primera vez y la atracción es mutua. Pero los caprichos de Merín son como la palabra de Dios. Se empeña en bailar con Marcos y Emma no tiene más remedio que quedarse con Raúl, que tampoco está tan mal. Pero a Raúl quien le gusta es Merín, Emma es demasiado rígida para su gusto. Este estira y afloja entre los cuatro jóvenes habrá de extenderse inexorablemente hasta que Merín, acaso por el simple hecho de derrotar a Emma –simple peón de aquella intrínseca competición– termina casada con Marcos. Raúl, por despecho, a su vez se casa con Emma, herida por el proceder de su amiga. Entre Emma y Raúl existe una cierta química que les permite sobrellevar los primeros años de matrimonio y engendrar dos hijos: Mario y Martha. Emma ni siquiera se entera en qué momento la carrera política de su marido se eleva por las nubes. En medio de este proceso, Marcos muere, y Merín, dolorosamente joven, busca a su antiguo admirador en busca de consuelo, sin la mínima consideración por quien todavía es su amiga. Mario y Martha son pequeños todavía cuando Raúl abandona a Emma para casarse con la viuda de su mejor amigo y mejor amiga de su mujer. El eje de la historia es la reconstrucción de Emma que, tras perderse en el alcohol –la doble traición, la muerte del hombre que verdaderamente ama– y ser ingresada por su aún esposo en un mani-
comio, opta, primero en nombre de la maternidad y luego de sí misma, por emerger entera del sitio que, se supone, debiera ser una prisión donde purgar su orgullo, aunque seduce a un joven psiquiatra y conoce a Félix, que habrá de ser su amigo y confidente pese a haber violado a su propia madre. Emma es consciente de que Raúl se ha abierto camino en el mundo de la política de la peor manera posible; que ha incurrido en corruptelas, incluso en asesinatos. Ya en la universidad, su hijo Mario, consciente de las bajezas de su padre, inicia un feroz activismo contra los que son como él, mientras que Martha se convierte en la voz de la conciencia de su madre; es ella quien, con palabras fuertes y carentes de compasión, la insta a recobrar el amor por sí misma. Patricia, por cierto, es madre de otra poeta, Patricia Velasco, mujer de gran carácter que se refleja en versos de fuertes pisadas. Contracorriente coincide con el auge de la llamada “literatura femenina” que para la mayoría, no siempre con justicia, no era otra cosa que novelas rosas. Nada más apartado de ese concepto que la novela de Patricia Medina. Es probable que sea la razón por la que pasó inadvertida para un público deseoso de romanticismo e historias de mujeres liberadas a través del orgasmo. Si bien Emma logra rehacer su vida con un “buen hombre” llamado Jorge, sus sentimientos hacia éste no son arrebatados, sino tiernos y plácidos. Nada sugiere que la protagonista haya sido “rescatada” por nadie que no sea ella misma (y sí, una pizca de seducción femenina). No hay, pues, “historia de amor”, ni heroína convencional, ni guapo semental. Contracorriente se aproxima mucho más a la bildungsroman; por momento provoca pensar en La mujer rota, de Simone de Beauvoir. Por momentos duele igual… pero termina siendo su antítesis; como dice Emma, “degradarse es desentenderse de la propia conciencia que nos ha dicho verdades incompatibles con las aprendidas …”
BIBLIOTECA FANTASMA
¿Canallitas? ( ii y última )
eve gil TOMAR LA PALABRA
agustín ramos
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Arte y
Jornada Semanal • Número 1214 • 10 de junio de 2018
pensamiento ALONSO ARREOLA
@luistovars
A
L PRINCIPIO ERA LA MÚSICA en el rito de la lluvia, el funeral o el casamiento, libre y sin ataduras. Luego pasó al concierto formal que dividía clases y tribus. Cuando se pudo grabar, rogó a la noche inmensa para que una disquera se interesara en su éxito y pervivencia (tubos de cera, discos, casetes, ipods, la Nube). Luego vino la angustia por que la radio la tuviera en las preferencias del mes, con o sin payola de por medio. Entonces llegaron promotores y empresarios que podían contratar a sus creadores, los artistas, de quienes dependía seguir produciendo material eficiente, negocio en zona segura.
BEMOL SOSTENIDO
La canción-esperma y el óvulo-playlist
Luis Tovar
@labalonso
Ariel 60
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L PASADO MARTES 5 de junio se llevó a cabo la sexagésima ceremonia de los premios Ariel, galardón con el que la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas reconoce a lo más destacado de la producción fílmica nacional. Como es tradición –con rarísimas excepciones en los últimos años–, el evento tuvo lugar en el Palacio de Bellas Artes y, como es tradición también, tuvieron verificativo un hecho y una situación, de naturaleza e importancia disímbola pero igualmente atendibles.
El hEcho
Dicho de otra forma, cuando las canciones dejaron de ser peces de río para reproducirse en criaderos radiales nació la industria y, con ella, los estanques llamados Listas de Popularidad, ecosistemas de moda y convención social. El dinero de los melómanos fluía a borbotones para todos los involucrados, las estaciones moldeaban gustos, impulsaban a compositores dispuestos a mutar facilitando el mecanismo del eterno desove. En esa perversión, es verdad, hubo cuidadores de calidad –contados y en extinción– que sentían una responsabilidad estética, histórica y moral; que entendían la naturaleza prístina de la música. De los cincuentas a los ochentas, con todo y sus grandes variaciones, los discjockeys (locutores que ponían música en medios y espacios públicos) determinaban preferencias. Pero llegó el paradigma digital. Todo se hizo pequeño, ligero y portátil subrayando la posibilidad del universo individual, aislado, aparentemente diseñado a gusto propio pero que, visto el día de hoy, se constituye exclusivamente con las piezas que otros ponen a la mano. ¿Ejemplos? Las grandes compañías de streaming (música que rentamos sin poseer) ofrecen sin intermediarios físicos lo que el consumidor “quiere”, cuando lo “necesita” y ordenado en la forma que “prefiere”. En otras palabras: parecen fomentar el libre albedrío cuando en verdad acotan nuestra selección a través de matemática, estadística y programación, eso que hoy llaman analytics. Así, entregada al capricho de quien paga, la tecnología pulveriza discos y geografías reduciendo la vida de un músico a canciones aisladas que, tal como los espermatozoides, buscan fecundar pasajeramente una Lista de Reproducción con gran cantidad de usuarios. Hablamos de una carpeta, de un compartimento virtual en el que se aloja un grupo de canciones o videos relacionados por criterios que no necesariamente apelan a clasificaciones estéticas. Allí está “Heavy Metal Classics” con más de 300 canciones abocadas a ese estilo musical, lo cual resulta fácil de comprender; pero también “All Out 70’s”, “This is js Bach” o raras ambigüedades como “Intense Stu-
dying”, “Corre con rock” o “Relaxing Piano Music Consort”. Es así que la cantidad de listas crece diariamente luchando por la preferencia del perezoso, que por su lado evita a toda costa la búsqueda, resorte fundamental en toda evolución. Configuradas por editores, celebridades, artistas o simples melómanos que desean volverse playlisters para cobrar por espacios, estas listas también son diseñadas por algoritmos que interpretan gustos y comportamientos sin que intervenga mano humana. En tal vorágine, los nombres de canciones, creadores y productores quedan en último plano, supeditados a que el interés por su brevísima aparición alcance para que alguien interrumpa actividades –al menos durante segundos– y mirando una pantalla pueda averiguarlo. No negamos los fascinantes avances de la inteligencia artificial ni vamos contra inercias culturales. Son estructuras nuevas que aún debemos entender y que seguirán “avanzando”, pero en su imperio las canciones parecen espermatozoides de corta vida buscando angustiosamente una playlist a fecundar. Y perdone la metáfora machista nuestra lectora, lector. Nos parece clara. Los caciques de este reino invisible en que las corporaciones carecen de grandes edificios son las marcas y las sociedades que manejan derechos de autor, ésas que pueden –si a su voluntad conviene– cobrar las regalías de músicos que no saben reclamarlas. Finalmente, hay que decirlo, se vienen realidades más complejas. Verbigracia: si el sacrosanto usuario quiere relajarse y las compañías distribuidoras tienen programadores capaces de crear algoritmos que compongan música con criterios específicos (duración de una canción, escala en que será compuesta, velocidad, compás, motivos rítmicos y melódicos, contextos armónicos); si hemos llegado a ese punto, ¿para qué pagarle a compositores, productores y editores que seguirán cobrando regalías dependiendo de las reproducciones? Recomendación: involúcrese con la tecnología pero investigue la identidad de artistas y obras, cuestione la oferta que recibe y sacúdase la libertad impuesta por el dinero ajeno. Buen domingo. Buenos sonidos. Buena semana
Éste consiste en que, para no variar, la ceremonia misma pasó mayormente desapercibida para el público en general, es decir, tanto para quienes el cine representa una fuente relevante ya sea de entretenimiento o de cultura, o ambas cosas, como para quienes son, por decirlo de algún modo, consumidores de fama y premios ajenos relativos a la cinematografía –piénsese en los millones de abismados cada principio de año en los muy inflados premios Oscar, que Todomundo atiende puntualmente, así no haya visto ni la cuarta parte de lo que ahí se premie. En el caso del mexicano Ariel, la situación anterior, de invisibilidad persistente, obedece a una larga serie de razones: están para comenzar las de carácter histórico y, de éstas, entre las principales destacan las ligadas a la naturaleza conceptual y temática de nuestro cine, tan ajeno en general a todo aquello a lo que se ha acostumbrado al gran público a considerar digno de ser tomado en cuenta; después están los vaivenes de una producción otrora flaqueante, hoy boyante pero de todos modos ignorada, así como el muy disparejo tratamiento mercadotécnico dado al cine nacional a la hora de exhibirlo. Por otro lado están las razones coyunturales, entre las cuales resulta forzoso destacar que la promoción mediática, la generación de expectativas y, por consiguiente, el interés que los Arieles son capaces de generar en dicho público es en realidad tan limitado, que un año tras otro todo pareciera condenado a quedar como una suerte de acontecimiento “sólo para enterados/ interesados” y no como lo que, en teoría y también esencialmente, debe ser todo reconocimiento cinematográfico, es decir, la coronación de una trayectoria –trátese de un filme o de cualquier persona involucrada en su hechura– que necesariamente tuvo como indispensable paso previo el cotejo con un público masivo, tan numeroso como sea posible. Un paliativo a esta situación lamentable ha sido, desde hace algunas ediciones, la transmisión televisiva de la ceremonia y, en tiempos recientes, la que se hace a través de las redes cibernéticas; empero, ya sea de forma diferida como ha sido alguna vez, o transmitida en tiempo real, en el caso televisivo lo mismo que en los servicios comunicativo s en internet, los niveles de audiencia obtenidos no son, ni mucho menos, para festinar la disponibilidad de ese par de ventanas sin las cuales, no obstante, la visibilidad del Ariel sería incluso menor.
la situación
No se dice nada de lo suprascrito en desdoro del Ariel, por una causa muy sencilla: que éste –o la Academia que lo otorga, pues– no tiene la menor culpa de que el fenómeno cinematográfico en México se halle distorsionado en grado tal, que seguimos padeciendo la muy desagradable paradoja de contar con una producción consistentemente superior a las quince decenas de filmes anuales, de los cuales sólo son estrenados, si bien nos va, la mitad o poco menos en similar período. Los rezagos van acumulándose y eso tiene como consecuencia, entre otras, la muy concreta de que en esta sexagésima edición una de las películas más premiadas –la magnífica La región salvaje, de Amat Escalante– fue producida hace más de dos años, pero como apenas fue estrenada pudo –o mejor dicho no le quedó de otra– competir hasta esta ocasión. Esta situación anómala prohija otra de idéntica naturaleza: año tras año, sea escasa o ingente la producción, acaba premiándose una cinematografía casi por completo desconocida para el público masivo, y entonces hay que verlo todo en sentido contrario y preguntarse: ¿cómo puede generar gran interés la entrega de un premio que reconoce la calidad de producciones que casi nadie ha visto? La culpa, conviene insistir, no es del Ariel, pues éste más bien es un claro damnificado de una situación que debe cambiar ya. Se supone que aquí se hablaría de los ganadores del Ariel, pero la pertinencia de una lista más o menos comentada palidece al considerar, después de lo antedicho, que la obtención del trofeo poco, si no es que nada, puede decirle a quien ha visto poco, si no es que nada, de aquello que lo obtuvo
CINEXCUSAS
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Ensayo
la primera barra de sushi en marte
13 de mayo de 2018 • Número 1210 • Jornada Semanal
Norma Ávila Jiménez
“ LLEGAR Y
COLONIZAR AL PLANETA ROJO
PARECE SER MÁS PLAUSIBLE Y
CADA VEZ MÁS
AL ALCANCE DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA, SEGÚN SE TRATA EN ESTE ARTÍCULO SOBRE EL PROYECTO RUSO Y ESTADUNIDENSE –EN EL QUE PARTICIPA LA UNAM– QUE YA ESTÁN EN EL CALENDARIO DE ESTE SIGLO.
"S
i no abandonamos el planet a e n a p ro x i m a d a m e n t e c i e n años, estarem o s c o n d e n a d o s a la extinc i ó n ” , subrayó el r e c o n o c i d o f í s i c o Stephen Hawking (8/i/1942-14/ i i i /2018) durante una conferencia dictada en la n a s a en 2008, palabras que llevaron al director d e t e a t ro A l v i s H e r m a n i s a montar La condenación de Fausto, de Héctor Berlioz, e n la Ópera Nacional de París. En esta puesta en escena, estrenada en diciembre de 2015, el cosmólogo, caracterizado por un bailarín retirado, vendería su alma para levantarse de la silla de ruedas y viajar al planeta rojo junto con los elegidos de la Misión Mars One, interpretados por los integrantes del coro. En la vida real, y sin enfrentarse a Mefistófeles, a Hawking le h u b i e r a gustado vivir más años para ser testigo del arribo de los primeros humanos a Marte.
E n El E spacio n osotros c rEEmos El anterior es el título de un proyecto de arte incluido en la página web de la agencia espacial rusa para homenajear a los pioneros de la carrera espacial y, con fe en esas palabras, en 2025 este país dispondrá del prototipo de un cohete de propulsión nuclear, el Yaedu, con el cual una nave podría llegar a ese planeta en un tiempo récord de mes y medio, de acuerdo a la información publicada por una página de noticias de Univisión. Mientras tanto, la n a s a planea tres pasos para llegar a Marte: el Earth Reliant, que ya se realiza en la Estación Espacial Internacional con el objetivo de que los ≠astronautas aprendan a vivir en el Espacio y desarrollen experimentos en microgravedad, entre otros trabajos; el Proving Ground, que concluye en 2030 e incluye los envíos de un vehículo explorador en 2020 de una misión tripulada que viajará más allá de la Luna, así como de otra que trabajará con robots en un asteroide. En esta fase, el trabajo hombre-robot y la sobrevivencia por largo tiempo fuera de la Tierra serán importantes. El último paso, el Earth Independent, implica una
misión de demostración con robots en que sería vivir con el Dios de la Guerra Marte y un viaje tripulado que lo orbitaría, romano, en un laboratorio ubicado en un para más adelante lograr que humanos desierto de Utah. En este proyecto, avalado por la Mars Society, con un dron Danton arriben. En este deseo por llegar a sentir el cobi- tomó imágenes de percepción remota, tal jo de dos lunas, México coopera a través como se mapearía una zona ya estando en del doctor Rafael Navarro González, el planeta rojo. En breve entrevista, aseguinvestigador del Instituto de Ciencias ró que al final de las dos semanas que duró Nucleares de la unam y colaborador de la el proyecto, el estrés acumulado por el trabajo y las limitantes en la comida n a s a en la misión Curiosity. Recientemente anunció que participará con la – seca y en polvo– y el agua, deterioraron Agencia Espacial Europea en una misión un poco las relaciones entre los siete inteque será lanzada en 2020, que incluye al grantes. Tania, encargada de redactar la robot ExoMars y al instrumento habit . El crónica, señaló que los días se alargaban, objetivo de este último es capturar el agua “todo se distorsionaba” y para la segunexistente en la atmósfera marciana para da semana el cansancio era mental; “no volverla líquida. En un futuro, esto ayuda- habíamos escuchado lo que es el silencio total”. Los dos cumplieron su trabajo, lo rá a no llevar agua desde la Tierra. Quienes lleguen a este casi desierto con cual los acerca a proyectos con estancias temperaturas que pueden ir, en verano, de más largas. Estos ejercicios que ofrecen valiosa los 20 grados en la mañana a los -80 grados en la noche, requerirán de impresoras 3 d información sobre la psicología humana, con las cuales se puedan reproducir herra- son, sin duda, tema importante para la mientas y alimentos. La nasa otorgó 125 mil misión Mars One, iniciativa privada cuyo dólares a la compañía Materials S e a rc h objetivo es instalar, en 2032, la primera Consultancy para explorar esa última colonia en Marte de terrícolas sin retorno. posibilidad. Una de éstas consiste en reti- Etsuko Shimabukuro, una de las cien finarar la humedad de los nutrientes para que listas, con cincuenta y cuatro años de edad, queden en forma de polvo y puedan durar que radica en León, Guanajuato y trabaja hasta treinta años; cuando se quieran como chef de comida japonesa, en entrecomer, se hidratarán e imprimirán. Es vista narró que en la época en que Mars difícil no recordar las galletas soylent green One lanzó la convocatoria para conformar (aunque no en el contenido), que consu- el equipo de colonizadores, hizo un viaje men los personajes de la película de 1973 a S u d a m é r i c a h a s t a e l C a n a l B e a g l e , con el mismo nombre, y en México titulada imagen que la hizo remembrar los viajes Cuando el destino nos alcance. Posiblemente de exploración de Charles Darwin. En esa comida impresa –que sí será fast food– ese momento sintió que debía proponersea mejor que la propuesta por Christo- se para esa misión; “no podía ser sólo pher House, profesor de geociencias de la observadora”. Shimabukuro estudió Ciencias de la Universidad de Pensilvania: su equipo de investigación desarrolló un método que Computación y Arqueología –la cultura consiste en descomponer orina y excre- M e s o a m e r i c a n a l a t r a j o a M é x i c o – y “ después de estudiar civilizaciones pasamento humanos para crear alimentos. das, pensé que podía ser parte de una D anton , t ania y E tsuko nueva; si voy a Marte eso será posible. Si Danton Bazaldua Morquecho, alumno de puedo servir a la evolución de la humaIngeniería en Telecomunicaciones de la nidad como integrante de este proyecto, Facultad de Ingeniería, y Tania Robles me sentiré muy honrada. No necesito Hernández, alumna de Ingeniería Mecá- nada más en mi vida”. Su gusto por la cominica de la Facultad de Estudios Superiores da japonesa la hace pensar en poner la Aragón, ambos de la unam , recientemente primera barra de sushi extraterrestre. Que participaron en una misión análoga a lo así sea
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