Un humorista llamado
Fiodor Dostoievsky
Ricardo Guzmán Wolffer Gloria y horror de la guerra Vilma Fuentes Tres poemas de Wang Yin
Mauricio Matamoros y Silvestre López Portillo
SEMANAL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA JORNADA DOMINGO 25 DE NOVIEMBRE DE 2018 NÚMERO 1238
(1922-2018)
STAN LEE
LOS NUEVOS CLÁSICOS DE LA CULTURA DE MASAS
LA JORNADA SEMANAL
Ilustración: Jesús Díaz Hernández
2 25 de noviembre de 2018 // Número 1238
STAN LEE (1922-2018): LOS NUEVOS CLÁSICOS DE LA CULTURA DE MASAS Conocido como Stan Lee, el escritor, editor y productor estadunidense Stanley Martin Lieber nació en Manhattan a finales de 1922 y murió en Los Angeles, el pasado 12 de noviembre. Es el creador de buen número de los personajes que, primero en cómic y después en cine, forman parte insoslayable de un imaginario colectivo mundial que ha elevado a personajes como El Hombre Araña, Hulk, Los 4 Fantásticos e Iron Man, entre muchos otros, a niveles que rebasan el ámbito de la mercadotecnia y el simple entretenimiento, para convertirse en auténticos iconos de la cultura de masas. Mauricio Matamoros y Silvestre López Portillo, especialistas en el tema, abordan la trayectoria creativa y, de ese modo, también la importancia de este nuevo clásico contemporáneo.
Tres poemas Wang Yin
E l hombre que viene a entregar el hacha el hombre que viene a entregar el hacha ya llegó el hacha ya está aquí cuerda que vuela bajo trizas de ladrillo, madera y teja descienden lento temblando en medio de la gloria el hombre que viene a entregar el hacha ya está aquí la sonrisa del hacha –igual que el ciclo de las cuatro estaciones, igual que la piel y los músculos del tiempo– queda lustrosa de tanto frotar el sollozo que la cuerda encadena atraviesa el horror para sajar al fin la superficie del espejo nocturno el hombre que viene a entregar el hacha ya llegó a media misión se corta el canto del hacha el hombre del hacha ya está aquí también llegaron nuestras cabezas
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4 de septiembre de 1991
Wang Yin (Shanghái, 1962). Es poeta, escritor, periodista y fotógrafo. En 2012 emprendió “La poesía viene al museo”, una iniciativa donde reconocidos poetas dan conferencias en el Museo Minsheng, de Shanghai; hasta la fecha han participado más de 50 creadores, como Adonis y Simon Armitage, entre otros. Sus poemas han sido traducidos al inglés, fran cés, alemán, noruego, polaco, japonés, coreano, mongol, etc. En 2018 se publicó su primer poemario en español, Luz de cal viva (Catálogos S.R.L., Argentina; selección y traducción del chino de Radina Dimitrova), el cual se presentará a principios de 2019 en la XXXX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. Ocho de los poemas aparecen en el Núm. 108 (abril 2018) del Periódico de Poesía de la UNAM. Véase: http://www.periodicodepoesia.unam.mx/index.php/5180
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S e congelaron las aguas del río se congelaron las aguas del río, burbuja sólida desciende en la orilla opuesta un helicóptero enroscando un nubarrón de polvo amarillo sobre la verja gris, sinnúmero de prolongados clavos hasta que sales por la cola de la nave mis ojos no se abren las constelaciones desfilaron desde lo alto con un rumor de agua corriente
acabando de cortar el pan lavas el cuchillo con nieve derretida desde la fogata que aún no se extingue una chispa salta y tropieza con tu rodilla ves mi rostro cubierto de lágrimas astillas de vidrio en tus cabellos rebosan ternura 1986
E n mi vida anterior fui zapatero En mi vida anterior fui zapatero, cuyo permiso de residencia estaba anotado en el último renglón de alguna página del registro civil citadino Mi lujuria, mis ilusiones: todo viene de sus labios ennegrecidos que apresan incontables clavos a lo largo del año Esos labios, tenebrosas raíces de trigo bajo la tierra Desde el sótano, sus ojos exploran el mundo afuera vigilan día a día el vaivén de zapatos de cuero y botas para montar imaginan las calientes pantorrillas entre las faldas En mi vida anterior, igual que un filósofo de tiempo libre, me pegaba a la tierra allí donde se escuchaban más fuerte las voces del universo para oír cómo las grutas engullen las mareas para oír cómo los huracanes devoran los poblados En mi vida anterior fui zapatero A menudo veo su sonrisa en las vitrinas de los grandes almacenes Sonríe hacia mí, rebasando un pelotón de ánimas muy apretujadas No me dejó un antifaz de plata sino un cabello negro azabache y dos manos de potencia locomotora Entre mis tesoros raros, él es el par de zarpas disecadas es el número de un boleto de lotería sin cobrar es la carcajada maliciosa y desolada hacia las estrellas Antaño, la revolución lo hizo despertar de golpe pero enseguida el sempiterno emperador mandó cortarle la cabeza Empapado en la bandeja, su cráneo sólo pudo dejar que perros callejeros acabaran de lamer la lluvia de su rostro
En mi vida anterior fui zapatero Mi mayor represión es no permitirle que se entere Por él siento un odio y un orgullo infinitos Emanando un hedor insoportable, esa previa encarnación carga sobre sus hombros, en sus brazos racimos de zapatos arrancados de los pies de los todavía vivos Me trasmitió sus secretos de manera intermitente Cada vez que finge su muerte –esa que lo lleva lejos del mundo terrenal– desde su boca cae un clavo de hierro Me encierro en el cuarto y observo por detrás de la cortina cómo lo persiguen furiosos los borrachos y las amas de casa En mi vida anterior fui zapatero Su amigo el costurero sigue siendo costurero El florista de semblante benévolo hoy todavía es florista Pero ellos –cada uno en su propia tina de mármol– como solemnes aristócratas con la espalda muy recta extienden los brazos al nivel de los ojos y de lejos revisan minuciosamente el periódico matutino Sólo yo me hice poeta. Una vez, al amanecer fui la cola del cometa veraniego, tomé un trolebús que iba al bullicioso centro urbano Al mi lado, los ciudadanos tan laboriosos entraban por una brecha oblicua en esa tierra baja, iluminada y limpia 1993
Versiones de Radina Dimitrova
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Adversario en el cuadrilátero: torneo de
poesía en voz alta No son llaves de lucha ni saltos desde la tercera cuerda, sino palabras y versos las armas de los gladiadores literarios que participarán en la xi edición de este peculiar torneo poético.
C
Ricardo Venegas ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
on el aval de importantes instituciones y de diversos patrocinadores, organismos, crea dores y amantes de la cultura, la editorial VersoDestierro ha lanzado su convocatoria para la onceava edición de esta actividad de promoción literaria. Los preparativos para recibir al bardo al que se le rinde Homenaje en el Torneo de Poesía Adversario en el Cuadrilátero 2018 están listos; su directora, Adriana Tafoya, anuncia que este año está dedicado a la maestra Maricruz Patiño. La consolidación de la poesía está en el enfrentamiento con el mundo, es decir, con los otros, y con esta idea nace Adversario en el Cuadrilátero: poeta versus poeta enfrentándose en un ring profesional con su respectivo réferi y rodeados de luchadores profesionales, comenta ristas, música, un jurado y un público entusiasta, en vivo. Se emitió ya una amplia convocatoria para empresas, instituciones, asociaciones civiles y particulares que se sumaron al financiamiento u otorgamiento de patrocinios para difusión, edición y documentación del Torneo, en la cual figura también el llamado para que todo tipo de creadores: periodistas, fotógrafos, comunicólogos profesionales, youtubers y bloggers, profesio nales o aficionados, lleven a cabo la cobertura en las muy diversas modalidades posibles: radio, podcast, fotografía, video, crónicas, trasmisiones en vivo, entrevistas con los poetas y promotores involucrados; publicación en medios impresos, redes y/o memorias fotográficas, etcétera. Artistas plásticos donaron obras de autoría personal para premiar a los poetas ganadores. La primera sesión “clasificatoria” tendrá lugar en el Centro Cultu ral La Pirámide el 4 de noviembre a partir de las 16:00 horas; los Octavos de Final se realizarán el sábado 10 de noviembre en el Museo de la Ciudad desde las 17:00 horas; los Cuartos de Final se efec tuarán en el Centro Cultural del México Contem
Aspectos del Torneo de Poesía Adversario en el cuadrilátero, en diversas ediciones. Fuente: torneodepoesia2013.blogspot.com
poráneo, el domingo 25 de noviembre, a partir de las 17:00 horas. La Semifinal y la Gran Final se llevarán a cabo en el Museo de la Ciudad de México el sábado 8 de diciembre desde las 17:00 horas. Entre los jurados figuran Ethel Krauze y Alex c. Oliver, entre otros. Los nada desdeñables premios consistirán para los primeros lugares en un Máximo Trofeo, un original de los artistas plásticos Ocaranza, Iván Villaseñor y Eko. La edi ción de un poemario de mil ejemplares, un arcón de libros de Verso Destierro y diploma, entre otros regalos. Los tres primeros lugares serán incluidos también en la antología de poesía Adversario en el cuadrilátero (2011-2018), que publicará la edi torial convocante y Aquelarre Editoras. Algunos de los campeones históricos de este certamen han sido: Gustavo Alatorre, Daniela Dávila, Alejandra Estrada, Adriana Dorantes, Hortensia Carrasco, Venancio Neria, Miguel Santos, Athena Ramírez, Joe de la Rosa y Alus Jota. Larga vida a la poesía como arte de exponer l
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UN HUMORISTA LLAMADO
FIÓDOR DOSTOIEVSKY Nadie piensa en el autor de Crimen y castigo como el agudo y ácido humorista que fue también, como se pone de manifiesto en este artículo que pormenoriza el cuento “El cocodrilo” escrito por el inmortal narrador ruso.
Ricardo Guzmán Wolffer ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
A
nte la profundidad de obras como Crimen y castigo, Los demonios y muchas otras de Fiódor Dostoievsky (Rusia 1821-1881), pasa desapercibido el humor que también formaba parte de su pluma, como es claro en “El cocodrilo”. En la Rusia de finales del siglo xix, en la capital se exhibe un cocodrilo. Cosa rara para la época. Ello motiva al introvertido Iván Matvéich a ir con su esposa y su amigo Semión Semiónych. El lugar de la exhibición es elegante y el reptil enorme. Un poco decepcionados, Iván y com pañía se disponen a irse, cuando aquél es devo rado por completo. Mientras Semión reclama al dueño por la desgracia sucedida, todos quedan sorprendidos al escuchar cómo, desde adentro del animal, el tragado Iván opina sobre cómo resolver ese asunto, pues el dueño de la bestia no está dispuesto a que rajen al animal para sacar al parlanchín Iván. Cuando el dueño del reptil advierte la gran atracción que ahora tiene, con una persona adentro de la bestia, y que por ello cobrará más la entrada, desde la panza del coco drilo Iván dice estar de acuerdo: “el principio económico ante todo”. En el intento de conseguir el apoyo de Timo féi Semiónych para lograr sacar al engullido, Semión paga una deuda que claramente Timoféi no esperaba recibir. Al escuchar la situación de Iván, Timoféi afirma que era de esperarse un final así para Iván, ya que “las personas exce sivamente formadas se meten en cualquier lugar y, principalmente, allí donde no los llaman”. Al ser increpado por Semión y pedirle consejo para Iván, quien lo espera “con lágrimas en los ojos”, Timoféi revira afirmando que “son lágrimas de cocodrilo y no hay que darles en absoluto cre dibilidad”. Termina por aconsejar que Iván se quede donde está, pues un suceso tan peculiar terminará por crear envidias y recelos. Además de que, reitera el autor en boca de Timoféi, debe respetarse el principio económico, el cual debe llevar a la venta de tierras comunales, “generar capitales: necesitamos tener una verdadera bur guesía”; y también a que Iván permanezca den tro del animal, precisamente para generar más capital. Ello para proteger al propietario extran jero y no rajar “la fuente fundamental del capital básico, el vientre (del cocodrilo)”. Ante la propuesta de que se le pague su sala rio a Iván, a pesar de estar adentro del coco drilo, Timoféi destaca que eso sentaría un mal precedente pues pronto muchas personas se dejarían engullir por cocodrilos para cobrar su salario sin trabajar. Bajo el humor intencionado y logrado en este peculiar teatro del absurdo, Dostoievski narra
las costumbres rusas, donde la última opción es recurrir a la burocracia. Iván quiere aprovechar la muchedumbre que lo visita para aleccionarlos, pues “del cocodrilo saldrán la verdad y la luz”. Y es que Iván ha descubierto que en la naturaleza todo vacío es irregular, de ahí la necesidad de que los coco drilos engullan personas. Claro, acota, salvo la cabeza humana, pues cuanto más vacía está, menos deseos experimenta de ser colmada. Esta simbiosis conceptual sirve de sustento para explicar cómo podrá vivir Iván adentro del reptil: el animal le transmitirá los líquidos vitales pues Iván lo ha llenado ya. Todo parece funcionar, pero en cuanto se consuma la ropa de Iván, por ser rusa y sólo por ello de mala calidad, Iván supone que será digerido. Para resolver la situación propone la importación de tela inglesa, cuya resistencia será más útil para futuros engullidos en algún cocodrilo. El humor de Dostoievsky anticipa al de Grou cho Marx, pues desarrolla teorías a partir de un hecho inverosímil y critica a esa sociedad sólo preocupada por el dinero y el reconocimiento. De paso habla mal de los diarios: luego de unos días de ser engullido Iván, los periódicos narran el hecho desde ángulos absurdamente opuestos a la realidad. Lo que interesa es vender los diarios sin importar qué tan exacta sea la información, pero también aflora ese humor de la contraposición que hace risible la versión periodística, precisamente por ser tan distante de la “realidad”. El calibre literario de Dostoievsky permite suponer que este tipo de humor, basado en los contrarios, en el absurdo, en la meca nización de los personajes (la mezquindad es su única característica) para arrebatarles la posibilidad de ser humanos con matices complejos, no es un ejercicio gratuito: ser vía para señalar la ceguera de una parte (no sabemos si representativa) de la sociedad en su búsqueda de la burguesía, tan cara para la Europa del siglo xix. También para eviden ciar que el autor era más complejo de lo que suponemos: el análisis completista de su obra arroja a un escritor con matices encontrados, temáticas divergentes y una visión que no sólo era fatalista, sino también capaz de encontrar el humor en lo cotidiano: como ser engullido sin daño alguno por un cocodrilo con la posi bilidad de quedarse adentro sin hambre o molestias de ningún tipo, para poder enseñarle al mundo lecciones de moral y de teoría del Estado. ¿O simplemente era una metáfora del autor encerrado en un mundo hostil, que quiere expresarse? l
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STAN LEE VISTO POR UN NIÑO DE ONCE AÑOS
En boca de un niño ante su padre, en este artículo queda claro el impacto en el imaginario popular del llamado Universo Marvel, su capacidad para convencer y entretener mediante los grandes poderes de gente común que por alguna razón se vuelve extraordinaria. Sin duda ese fue el gran hallazgo del creador de esos personajes recientemente fallecido.
Silvestre López Portillo Villegas ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
A
mis cuarenta y siete años, como amante del cine, siempre busco esas hermosas oportuni dades que, de un tiempo a la fecha, se dan en festivales y corridas comerciales para poder ver obras “clásicas” de la cinematografía internacional, que por razones de edad no pude ver en pantalla grande. Hace poco, con el motivo del décimo aniversario del “Universo Marvel”, volvieron a pasar en cine las películas de Los Ven gadores, lo que para mí no fue de llamar la aten ción, pues ya las había visto con anterioridad. Sin embargo, algo interesante surgió cuando mi hijo de once años comentó que le gustaría mucho ver varias de las cintas, ya que las primeras las había disfrutado en casa. ¿De verdad ya son clásicos? Para muchos de nosotros, la franquicia de Los Vengadores ha representado el poder cinemato gráfico estadunidense en las pantallas de nuestro país: cada estreno ocupa muchas de las pantallas de un solo complejo en innumerables plazas, desatando una desigualdad para con el cine mexicano y de otras regiones. Sin embargo, sería absurdo negar su aportación a la cultura popular, con que las nuevas generaciones han crecido. Stan Lee acaba de fallecer; mis hijos lo lamentan y expresan que es como si, en mi caso, murieran Steven Spielberg o George Lucas. No deja de ser un símil peculiar, ya que Lee era mucho más grande y a ellos no les tocó todo el trabajo que Lee realizó de joven, pero lo sienten así porque crecie ron con la última franquicia del Universo Marvel. Le pregunté a mi hijo, fanático del cine, por qué consideraba que Stan Lee era importante y lamentaba su muerte. De inmediato, y con su entusiasmo característico, comenzó la charla diciendo: “Porque las cintas de Marvel son mucho más profundas y están mejor hechas que las de dc.” ¿Profundas? ¿A qué te refieres?, y siguió: “Los superhéroes de dc son los más clásicos, Superman, Batman, Acuaman y la Mujer Maravi lla, pero sus películas son muy malas, sin chiste, y no me identifico con ninguno de ellos; en cam bio Marvel tiene superhéroes que parece que no son tan espectaculares, pero gracias a sus buenas historias son más entretenidas y termino por entender de dónde vienen y por qué son héroes.” El chamaco continuó: “Stand Lee creó superhé roes de personas como yo, comunes y corrientes. Claro que está Thor, que es un dios, pero Iron Man, Capitán América, Spider Man, Hulk, Viuda Negra, Ant Man, Pantera Negra y muchos más,
son personas normales que después se convierten en extraordinarias por algún accidente o experi mento, trabajan mucho y vencen sus miedos y a los villanos.” Después de servirse un vaso de leche siguió comentando, ahora sobre Spider Man: “Mira, a ti te tocaron hombres araña mucho mayores y lo que me gustó del último es que es un chavito casi de mi edad, un poco mayor en realidad, pero que vive problemas que conozco en la escuela, y eso es lo padre de un señor como Stan Lee, que quiso
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que niños como yo ahora creciéramos igual que su personaje favorito. Yo puedo ver películas de Spider Man por mucho tiempo y lo que él viva va a ser muy cercano a lo que me pasa a mí.” Bueno, ¿y qué pasa con la liga de la justicia? ¿no te iden tificas con ellos? –le pregunté–. Son los grandes héroes. “Mira, sí lo son, pero Superman es una historia fría y muy exagerada, después ponerlo a luchar con Batman fue por razones tontas y el final es de lo peor. La Mujer Maravilla es la pelí cula que más me gusta porque no conocía su pasado y me entretuvo, pero fue terrible cuando juntaron a todos en una cinta con muy malos efectos y con personajes sin nada de alma. Con la que mejor me la pasé fue Escuadrón suicida, porque los villanos son carismáticos; pero si te fijas, en general las películas de Marvel son más cuidadas, excepto por Iron Man 3, que sí es mala,
pero si ves, cada una hace que los personajes crez can; además cuando se juntan en Los Vengadores son un equipo, está balanceado lo que hacen y cada uno es importante y sabes de qué son capa ces juntos. Pienso que Stan Lee era un viejito muy simpático con alma de niño, que cuidó mucho sus personajes y que cuando Disney llegó no los dejó solos, como Lucas a Star Wars. A mí me gusta ir al cine y ver una buena película, que me entretenga, tenga buenos efectos y también una buena historia, sobre todo eso, que se lo tomen en serio y que no por ser superhéroes piensen que son ‘para niños’ y hagan películas tontas llenas de efectos malos; además, los actores que han salido en Marvel pueden ser conocidos para ti, pero para mí son nuevos y creo que han crecido mucho desde hace diez años que los he visto; es más, hemos crecido juntos.”
DC COMICS VS. MARVEL:
la verdadera lucha entre superhéroes
L
as dos empresas dueñas de los derechos de los héroes más famosos son dc Comics y Marvel, ambas exitosas en el rubro de la televisión y los cómics, pero no tanto en cine pese a varios intentos. Anteriormente, las películas de superhéroes parecían destinadas al fracaso hasta que, en 1978, el director Richard Donner tomó el riesgo de darle oportunidad a un actor des conocido llamado Christopher Reeve en el rol de Superman. Lo rodeó de los experimentados y galardonados Gene Hackman como Lex Luthor y Marlon Brando como Jor-El, y por fin generó un éxito en taquilla. La fórmula se repitió con Tim Burton, quien logró que su Batman fuera tomado en serio y llenara las salas y recibiera buenas críticas gracias a Jack Nicholson en el papel del Guasón. Ambos héroes pertenecen a dc. En contraparte, Marvel y Stan Lee nunca quitaron el dedo del renglón y produjeron cintas que en su mayoría trataban de lograr convertirse en franquicias, pero no lo conseguían del todo. Apa recieron The Punisher (1989), Los 4 fantásticos (1994) y Blade (1998), hasta que en 2000 la pri mera cinta de x Men se convirtió en punta de lanza para nuevos éxitos comerciales como Spider Man (2002), de Sam Raimi, que logra las primeras dos nominaciones al Oscar. En 2005, dc Comics regresa con Batman de la mano de Christopher Nolan y logra un guion fuerte, que brindó al director la oportunidad de crear una trilogía mucho más profunda sobre un superhéroe, generando criticas favorables tanto de los expertos como de los espectadores. De ahí, Superman volvió a las pantallas con el intento fallido titulado Superman regresa (2006). Por su parte, Marvel y Lee ya trabajaban un acuerdo para que Disney adquiriera la empresa y los derechos de los personajes. El contrato quedó cerrado en 2009; sin embargo, se estaba produ ciendo la cinta que representaba el mayor riesgo de Marvel en su historia: Iron Man. Para lograr el éxito se recurrió a la fórmula de utilizar actores reconocidos, premiados o famosos, como los nominados al Oscar, Terrence Howard y Jeff Bridges, así como también oscareada Gwyneth Pal trow, quienes cobijaron el regreso del rebelde Robert Downey Jr. en el papel de Tony Stark. Para 2008, Iron Man aparece en pantalla y es un rotundo éxito en taquilla y crítica. Un año después Disney adquiere Marvel y se crea el nuevo “Universo Marvel” l
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Terminó de comer, me dio un beso y se fue a la escuela, dejándome con la idea de que desde hace muchos años Stan Lee es un creador importante e indispensable para la cultura popular del cómic, pero también, gracias a la unión con Disney y al lanzamiento del Universo Marvel, fue un ejemplo de renovación constante que no sólo estuvo al pendiente, sino que formó parte de las decisio nes relevantes de cada cinta, expandió su visión comercial y así logró, desde hace diez años, man tenerse en la vida y crecimiento de nuevas gene raciones que, tengan hoy once años o cuarenta y siete, lo van a extrañar l Página anterior: Niños disfrazados de personajes de Marvel a la espera de uno de los estrenos de la saga de superhéroes Avengers. Abajo: interpretación infantil de diferentes personajes de Stan Lee.
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(1922-2018)
STAN LEE
LOS NUEVOS CLÁ
A Stan Lee no sólo le tocó ser el escritor más popular del cómic (y uno de los más importantes), sino también ser parte fundamental del desarrollo del medio como narrativa y como entretenimiento. En su vida se concentra el esfuerzo por demostrar la valía de un medio altamente sobajado, así como lograr la concepción de nuevos mitos para un nuevo siglo. Su muerte, el pasado 12 de noviembre, tal vez permita finalmente valorar justamente su contribución a las letras y a la imaginación.
Mauricio Matamoros ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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ÁSICOS DE LA CULTURA DE MASAS los noventa y cinco años, la comunidad mundial lo ha ovacionado como si se tratara de un per sonaje más aparecido en cada uno de los filmes que dramatizan las vidas y situaciones retra tadas en los Marvel Comics; la comunidad de lectores de cómics y consumidores de entreteni miento pop –autodefinidos como geeks– lo ubi can como aquel que co-creó el Universo Marvel, pero que privó de su crédito como co-creadores a Kirby y Ditko; y a la historia en general aún le resta considerarlo entre los autores centrales de la narrativa estadunidense del siglo xx.
Lee, creador del Universo
C
omo sucede con muchos grandes narra dores, se sabe que el anecdotario auto biográfico de Stan Lee no está exento de la hipérbole y la invención para cubrir y desaparecer socavones en los hechos his tóricos. Pero, de cualquier manera, los hechos reales se acumulan como algo verdaderamente rocambolesco: a los veinte años ya era editor de Timely Comics (futura Marvel Comics), encar gándose en aquel momento del armado de una decena de cómics; a los cuarenta comenzó de cero (junto a los historietistas Jack Kirby y Steve Ditko) la constitución del Universo Marvel; a los sesenta prácticamente ya había dejado la edi ción y escritura de cómics para encargarse –en mayor medida con ideas y su simple presencia– de la constitución del complejo entramado que hoy día implica el mundo del cómic y lo que conlleva; y hacia el final de su carrera y vida se había convertido en una presencia tan popular y socorrida como los rentables personajes que cocreó medio siglo atrás. De personajes con esa altura histórica los efluvios verbales ajenos en pro y en contra no se hacen esperar, y son tan normales y vulgares como los logros claros e indudablemente tras cendentales que los mismos buscan ensombre cer. A Stan Lee, fallecido el pasado 12 de junio a
Para Stan Lee –y para la historia– todo
comienza en 1961. En ese momento, tras fra casos financieros y editoriales, Timely Comics (para entonces ya con casi treinta años publi cando) está a punto de cerrar: Martin Goodman, publisher del sello, le permite a Lee, editor en jefe y principal guionista de la para entonces flaca oferta editorial, que realice el proyecto que desea hacer; ya ni siquiera como último recurso, sino como un simple canto del cisne, como una simple cortesía ante la inminente hecatombe. Entonces, en respuesta a los popu lares equipos de superhéroes todopoderosos y cuasi perfectos de dc Comics –su competencia principal–, Lee propone la concepción de un equipo de héroes a la inversa: un grupo, una familia de héroes con rostros comunes, con carencias, con problemas, incluso de perfil monstruoso, pero quienes en sus debilidades, en sus fracasos, encontraban la fuerza, la clave, para salir avante y no sólo superando el conflicto propio, sino igualmente ayudando o salvando a la humanidad durante el proceso. El resultado de la propuesta se llama The Fantastic Four, Los Cuatro Fantásticos, y la subver sión que implicó del concepto superheroico hasta aquel momento no sólo concretó una renovación del subgénero en el cómic, sino una revolución narrativa y arquetípica cuyas reverberaciones continúan inundando el presente, construyendo
Izquierda: Stan Lee con dos Spider-Man, en 1975 (Danny Seagren) y con una versión más reciente. Arriba: en la Comicon de Phoenix, Arizona, 2011. Foto: Gage Skidmore/ wikipedia/ CC BY-SA 2.0.
el tapiz del entretenimiento masivo y, por tanto, de todo aquello que sigue poblando nuestros sue ños para, de ahí, llegar directo a nuestros referen tes en la constitución de la vida diurna. A The Fantastic Four siguieron Spider-Man, The X-Men, The Avengers, The Incredible Hulk, Doctor Strange, The Mighty Thor y Daredevil, entre otros títulos que implicaban docenas de per sonajes distintos al rostro superheroico visto hasta aquel momento. Durante poco más de sus primeros veinte años de existencia (tras la aparición de Superman, en el número 1 de Action Comics, en 1938), a pesar de innovar con una nueva propuesta de ciencia ficción y fantasía, el cómic de superhé roes constituyó una serie de parábolas aleccio nadoras necesarias y fundamentales para los lectores –en mayor medida muy jóvenes– de la guerra y la postguerra; pero con la llegada de la Guerra fría y todos los cambios sociales y de pensamiento que implicó ésta, el proceso en ese subgénero era necesario y natural. Como se dijo previamente, con el Universo Marvel los héroes comenzaron a ser cortados por las mismas tije ras que daban forma al lector imperfecto, y de eso mismo surgía su fuerza para triunfar en el cruento mundo en donde vivían, y por primera vez los “superhéroes” eran monstruos, perte necían a minorías, eran marginados e incluso perdían batallas. Ese fue el gran triunfo del Universo Marvel. Pero no fue el logro de una sola persona: junto a Lee construyeron Kirby y Ditko, y los reflectores que a Lee le brindaron su dicharachera y encan tadora personalidad lo convirtieron, ante los ojos de la naciente e intensa comunidad de fanáticos de cómics y sus derivados, en una especie de antihéroe, de héroe y villano, que merecía toda la ovación… aunque también todo el desprecio por privar de la celebridad a sus dos colegas. / PASA A LA SIGUIENTE PÁGINA
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10 25 de noviembre de 2018 // Número 1238
El “método Marvel”: una narrativa para el siglo xxi La realidad es que aquellos cómics de Marvel
no podrían haber existido sin Kirby ni Ditko… pero tampoco sin Lee, y la fórmula creada por la suma de los tres –esa tercera mente– provocó una combinación de fuerzas sin precedente en el medio, cuya intensidad logró colarse hacia otras latitudes, forjando nuevos parangones mentales y discursivos. Desde 1958 (en plena crisis del medio, con cen suras y una caída en la popularidad de todo super héroe que no fuera producido por dc Comics), Lee venía trabajando intensamente con Kirby y Ditko en inolvidables historias de ciencia ficción y monstruos que reflejaban los terrores nucleares y atómicos de la época, aunque enriquecidos por algo que se cultivaría plenamente ya durante la era del Universo Marvel: el dilema humano ante la inmensidad del Cosmos y su incapacidad para congeniar con su propia especie. Toda la serie de detalles que conforman la riqueza referencial y reflexiva del Universo Mar vel es producto de la trascendental y rica suma y mezcla de las capacidades e inquietudes de cada autor: Kirby con su grandilocuencia gráfica y su interés por la inmensidad del Universo y la inefi cacia humana; Ditko con la visión introspectiva expresada en sus entornos y relatos contenidos en individuos desesperados; y Lee con la capaci dad para conocer la fuerza de sus colaboradores, explotarla y definirla a través de su rica y maleable prosa, en gran medida fincaron definitivamente el entorno del futuro del entretenimiento y de la lectura más popular del último medio siglo. El conocido como “Método Marvel” es el ori gen de la polémica y de las diferencias. Siendo editor y escritor de prácticamente todo lo que se publicaba en Marvel Comics, Lee necesitaba encontrar una manera de agilizar el proceso, sin perder de vista ninguno de los escalafones. Así, comenzó a trabajar sus cómics con Kirby y Ditko de la siguiente manera: entregaba una trama (en ocasiones representando incluso a los personajes en un perfomance grandilocuente, para lograr la mejor explicación posible); a partir de ésta,
el dibujante trazaba cada página y realizaba un primer guión, y con el resultado Lee finalizaba el guión, que entregaba de nuevo al dibujante para concretar la historia. La efectividad laboral de este proceso y su éxito con los lectores lo convirtió en el único método de trabajo durante los primeros años de Marvel Comics, y ea fue la posterior razón para las ene mistades y polémica cuando a Lee se le adjudi caba prácticamente toda la construcción de tan estimable portento narrativo. Ya hemos enumerado en resumen la trascen dencia de la obra de Kirby y Ditko (el primero fallecido en 1994 y el segundo apenas en junio pasado), pero ahora corresponde celebrar la inne gable calidad narrativa y anecdótica de Lee. Aunque el rocambolesco recuento de Lee asegura que de muy joven, casi niño, ganó de corrido durante varias semanas un concurso de nota periodística que lo colocó en el camino de la escritura, se sabe que el triunfo no fue tan cate górico, aunque en una ocasión quedó finalista de entre varias docenas de jóvenes escritores, lo cual tampoco es poco. Lo cierto, no obstante, es que desde niño fue un lector voraz que devoraba todos los clásicos; inclusive desarrolló un interés precoz por la lec tura de la obra de Shakespeare, de la cual, a pesar de no comprender muchas de sus palabras a esa temprana edad, puede rastrearse una influencia profunda en el inglés isabelino de Thor y en los conflictos filosóficos y existenciales de persona jes como Silver Surfer o Spider-Man. “No entendía mucho de ello en aquellos días, pero amaba las palabras. Amaba el ritmo de las palabras”, recordó Lee a propósito del Bardo, en una entrevista aparecida en el libro Stan Lee and the Rise and Fall of the American Comic Book, [Stan Lee y el ascenso y caída del cómic americano], de Jordan Raphael y Tom Spurgeon. El ritmo de la palabra del propio Lee, precisamente, es tal vez el hallazgo más grande de su obra y el que termina por redondear su voz autoral. Desde los veinte años de edad, en 1942, Lee no paró de escribir, haciéndolo de manera prolífica y desenfrenada. En aquel momento llegó a Timely Comics para organizar las publicaciones y escribir durante las siguientes dos décadas historias para
El joven Stan Lee en la oficina de Marvel en 1954. Stan Lee con una cosplayer en el Comic Con en San Diego, California, en 2010. Foto: Gage Skidmore/ commons.wikimedia.org/ CC BY-SA 2.0. Con el Capitan Sticky en 1975.
cómics de superhéroes, de animales antropomor fos, de romance, del oeste, de terror, policíacos... el momento histórico era uno en el que todo pare cía estar puesto para innovar e, incluso, crear el mundo. Pero no todos lo hicieron, sólo los verda deramente talentosos. Decidido a triunfar en las letras –su objetivo desde el principio era escribir la “gran novela americana”, y aunque terminó creando todo un universo que cautivó al mundo entero–, Lee dedicó el tiempo necesario para escribir todo y más; la versatilidad mostrada para abarcar todos los géneros y formatos en el medio como calen tamiento para llegar al Marvel Universe lo trans forman en un escritor sumamente camaleónico y capaz: en los títulos de Marvel encontramos un ágil y rico lenguaje que, por igual, refleja el pulso de la calle y lo maravilloso del Universo y las fan tasías que su inmensidad provoca. Con Lee, nos encontramos ante uno de los narradores más influyentes de este y el anterior siglo. La cultura de masas, tan definida por su obra, y la obra de una inmensidad de autores (en cine, cómic y literatura, incluso en artes plásticas), trazada por la lectura de los ya clásicos cómics “marvels”, deberían volver obvia tanta explica ción. Es momento de ir y colocar a los clásicos del Universo Marvel... junto al resto de clásicos de las letras universales l
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DESNUDAS EN EL ARTE POPULAR Y CULTO Desnudo y arte, Eli Bartra, Desde Abajo, Colombia, 2018.
Francesca Gargallo Celentani ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Un cuerpo desnudo en cualquier cultura sexualizada despierta emociones. Las representaciones del cuerpo desnudo son anteriores a la discriminación de género. Sin embargo, a lo largo de las transformaciones que se sucedieron con las estratificaciones sociales y la organización de los sistemas de géneros, el cuerpo desnudo pintado, esgrafiado o esculpido adquirió un uso que no había tenido antes: se convirtió en objeto de culto, expresión creativa del deseo de posesión o, como nos lo revela Eli Bartra en Desnudo y arte, en una “manifestación particularmente clara del imaginario de los géneros con respecto a los sujetos femeninos”.
Desnudas pero no desnudadas, en las más diversas culturas paleolíticas, neolíticas y de civilizaciones pacíficas, las mujeres se autorrepresentaron o fueron representadas en su fuerza, su poder, con caderas enérgicas y pechos alimentadores. Con el devenir de las sociedades guerreras y urbanas, los cuerpos desnudos, en particular los cuerpos femeninos, se convirtieron en un fijo e inamovible perfil de género que erotizó la subordinación femenina. En este libro portentoso, por libre, juguetón y profundo, Eli Bartra propone que veamos el arte de las sociedades patriarcales como una forma publicitaria de las relaciones de género, en particular en el mundo occidental que, desde principios de la modernidad, hace unos quinientos años, volvió siempre más frecuente la representación femenina para el goce voyeurista de los hombres. Despojadas, desabrigadas y exhibidas, las mujeres fueron convirtiéndose en los personajes centrales del mito patriarcal que naturaliza sus reglas y se les representó cada vez con mayor frecuencia en las artes del mundo europeo y, posteriormente, colonial americano y australiano. Ahora bien, si el libro de Eli Bartra se detuviera en estas observaciones no revelaría a la feminista que bien sabe que el deseo político de las mujeres transforma la realidad que incomoda e impide la buena vida. Tampoco descubriría a la filósofa que ha viajado constantemente al encuentro de artistas populares y cultas para dialogar con ellas acerca de su andar cotidiano, en ocasiones subversivo, por las veredas de la creación y la apropiación de temas que les conciernen, como la libertad corporal, la maternidad, la relación con la naturaleza y el placer de la amistad. En efecto, a lo largo de 250 páginas, Eli ratifica que el arte no es neutro, que es creado por personas ubicadas en tiempos y culturas que van transformándose por la acción de las mujeres, que los sexos en las sociedades son leídos como géneros y que sus relaciones producen simbolizaciones que pueden ser cuestionadas y transformadas.
EN NUESTRO PRÓXIMO NÚMERO
Desnudo y arte se fija en la producción de una gran cantidad de artistas mujeres y hombres que, sobre todo en el último siglo y medio, es decir, desde la eclosión de diversos momentos feministas, se han dedicado a la pintura, el grabado, la escultura, la cerámica, el bordado, la fotografía, la creación de objetos y la ilustración. Eli observa y critica la tensión entre la producción masculina de cuerpos idealizados, que posan con los brazos levantados para exponer senos enhiestos, figuras contenidas y elegantes, tendencialmente inertes o pasivas, y los cuerpos activos y relajados, lúdicos, de cualquier edad, que se liberan de la mirada masculina internalizada mostrándose en un paseo, amamantando, jugando, expresando su afectividad, propios de las mujeres. Retomando a Allen Weiss, Eli Bartra sostiene que el arte siempre es erótico, pero agrega que para las mujeres la representación del cuerpo implica una conquista de la propia libertad. Las reflexiones estéticas de Eli son situadas y encarnadas, desde hace décadas desafía la identificación del arte con una producción urbana y escolarizada, habiendo trabajado no sólo diversas expresiones de arte popular, sino la propia definición de arte como concepto clasista y económicamente determinado. Durante toda su vida ha observado qué, cómo, dónde, con qué materiales las mujeres producen sus simbolizaciones y las relaciones sociales que provocan sus actividades, en el ámbito de sus familias, talleres y comunidades. Sin embargo, en los últimos siete años se ha enfocado específicamente, casi obsesivamente, a mirar las representaciones del desnudo. La cantidad de artistas que menciona y cuya obra describe es muy grande y proviene de diversas partes del mundo a modo de contexto histórico-estético. En Desnudo y arte queda claro que la iconografía del cuerpo desnudo propuesta por las artistas que contravienen el sistema de género erotiza en sentido subversivo las relaciones humanas
PATTI SMITH o la devoción por el arte Eve Gil
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LA DEMOCRACIA: UN CONCEPTO IDEALISTA DE LOS MEDIOS Informe sobre la democracia mexicana en una época de expectativas rotas, Ricardo Becerra (coordinador), Siglo xxi Editores, México, 2017.
Javier Galindo Ulloa ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
EL LIBRO, COORDINADO por Ricardo Becerra, plantea el concepto de democracia en el contexto de la política mexicana, con una evaluación y reflexión crítica desde el proceso electoral de 1988 hasta los últimos años del sexenio de Peña Nieto. Consta de siete capítulos, entre los cuales se intercalan dieciocho ensayos de diversos especialistas en las ciencias sociales y la política (Lorenzo Córdova, Marta Lamas, Rolando Cordera, Raúl Trejo Delarbre...), con una recapitulación que muestra el resultado de los temas abordados. El concepto de democracia se ha tergiversado, presenta otro sentido de participación del pueblo soberano. El gobierno lo utiliza de acuerdo a sus intereses de poder con la ayuda de los medios de comunicación. En síntesis, la democracia es una pantalla idealista de los poderes de gobierno. Las instituciones electorales se han debilitado ante el poder presidencial que hace todo lo posible para que elija a su sucesor, sin respetar el voto ciudadano; así ocurre también en las reformas legislativas. Como dice Luis Emilio Giménez Cacho: “Hoy, cualquiera de las cámaras del Congreso puede
ENTRE LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE Poética de obsidiana, Alejandro Campos Oliver, indetil , México, 2018.
condicionar las decisiones del Poder Ejecutivo”, puesto que no cuenta con la mayoría legislativa. Por otro lado, la libertad de los medios de comunicación ha permitido el privilegio de mandar sobre la imagen del presidencialismo: “Los gobiernos, los dirigentes políticos y la administración pública están sujetos a un escrutinio inédito que ha vigorizado el poder de influencia de la prensa y la televisión sobre las decisiones públicas más relevantes.” El término de transición democrática, acuñado en 1988, ha sido definido como “un proceso profundo de cambio, en el cual cada una de las partes que actúan como sujetos y protagonistas hace uso de su fuerza relativa para ampliar y fortalecer una nueva institucionalidad más justa”. Pero desde que el pan venció al pri en el 2000, este cambio de régimen ha sido un proceso de continuidad en el poder autoritario, donde una minoría política decide sobre las leyes sin la consulta ciudadana. La transición democrática se presenta como un cambio de poder sin tomar en cuenta los valores más justos de la democracia. La indignación crece en la sociedad por la falta de credibilidad de las instituciones, por la corrupción y el favoritismo de los medios de comunicación. Para Ricardo Becerra y José Woldenberg, la experiencia política de la democratización mexicana ha sido un fracaso en la última década: “...la transición no logró liquidar al ‘viejo régimen’, al priismo histórico, ni tampoco construir una democracia <real>, a lo sumo <sólo electoral>.” Uno de los retos del próximo presidente electo sería llevar a cabo una democracia donde la ciudadanía tenga mayor participación política y haya mayor justicia; no caer en la simulación y tampoco se aproveche, como antes, de los ciudadanos para los intereses de poder.
El Informe... es una buena manera de entender la situación política mexicana con base en estadísticas e investigaciones muy metódicas, destaca la participación ciudadana en las decisiones del país y cuestiona la democracia ideal que difunden los medios de información, como advierten Becerra y Woldenberg: “...la sociedad civil debe irrumpir con más fuerza en la política en los cargos de representación, debe entrar al Estado, pero no para cancelar a la política y sus destrezas específicas, sino para llenar sus vacíos (especialmente los éticos)”. Finalmente, ambos especialistas concluyen que el “Informe ha considerado relevante reconocer los límites y defectos de la democracia real que sí tenemos, pero al mismo tiempo, quiere ser un llamado de atención para no desfondar esa democracia por lo que ella y cualquier otro sistema político no puede lograr”. Este sería uno de los retos del nuevo gobierno para corregir los errores del pasado y entender la demanda de los ciudadanos y combatir la corrupción
ESTE LIBRO TAMBIÉN podría titularse “poética del quebranto” y es una antología mínima y estudio sobre seis libros de uno de los referentes de la actual poesía ecuatoriana, Fabián Guerrero Obando. Se trata de un lúcido ensayo literario que reúne un grupo de poemas con un hilo conductor, cuyo efecto ensalza lo funesto y lo marchito, bajo un quid común: el asombro por ese implacable tiempo que nos lleva a la enfermedad y a la muerte. ¿Para qué ha servido la poesía a este poeta? ¿Para qué conmocionar desde y con la enfermedad y la fetidez de la desgracia?¿De verdad sólo aprendemos a amar sufriendo a través del dolor? ¿La compasión nos humaniza? ¿Cuál es el olor de la depresión, cuando la melancolía se instala en nuestros días? Poeta y ensayista nos aproximan al difícil oficio de vivir. Para el primero (Guerrero Obando) la terribilidad es decantar el summum de sus dolo-
res, cuando la tristeza amaina. Para el segundo (Campos Oliver), captar con intuición co-creadora estas oscilaciones anímicas a manera de purificación de sus propias pasiones es, tal vez, uno de sus objetivos. En ambos se conjugan intensidad y precisión, los dos aportan conocimiento de la condición humana y su ley de impermanencia. Uno y otro honran a esa compañera de viaje, la muerte
Arte y pensamiento
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Artes visuales Germaine Gómez Haro
germainegh@casalamm.com.mx
Guenda: mi otro yo de Demián Flores EL ARTISTA Demián Flores (Juchitán, Oaxaca, 1971) regresa a la Casa Lamm en su 12ª exhibición titulada Guenda. Fiel a las pasiones y tribulaciones que lo han acompañado a lo largo de todo su quehacer artístico –la pérdida de la identidad en nuestro mundo globalizado y el rescate de las raíces culturales de su cultura istmeña– Demián desarrolla el concepto de identidad a través de una de las creencias más arraigadas entre los binnizá (“gente nube”, como se autodenominan los zapotecos): el guenda, que es el animal que nace al mismo tiempo que cada uno de nosotros y está destinado a ser nuestro doble, ese otro yo con quien compartimos el devenir. Es de alguna manera el equivalente al nahual en el universo náhuatl, sólo que el guenda se refiere al alma protectora que se
Cocodrilo
encuentra unida al destino humano. A partir de este concepto, expresa el artista en entrevista para La Jornada Semanal: “La muestra es una reflexión sobre la identidad, primero como un espacio de autoconocimiento; después, como un mecanismo de diálogo con el espectador a través de nuestra memoria colectiva, de nuestras relaciones culturales, de nuestros lugares comunes. Esto permite que el espectador también reconstruya sus referentes, sus relaciones y su espejo con el otro. Como dice el escritor juchiteco Guillermo Chiñas, la vida de un zapoteco va enlazada a la de un guenda errante. Esta exposición refleja el valor y la importancia que tienen los animales en nuestra sociedad. Son la mayor representación simbólica de nuestra relación, como seres humanos, con la naturaleza. Por esto, la muestra incide fundamentalmente en la identidad, mi relación con la naturaleza, con el mundo.” Guenda reúne la presencia de veintitrés animales plasmados en temple sobre estuco y una nueva producción escultórica realizada en resinas y alpaca que se aleja de todo lo producido anteriormente: “Es la primera vez que abordo imágenes aparentemente apegadas a la realidad. Al trabajar con la memoria y la reconstrucción de imágenes preexistentes, todas las piezas son representaciones de la realidad, pero al situarse en un campo pictórico o tridimensional, encuentran otras tensiones, contradicciones, simulaciones y diversas estrategias visuales, que abren la posibilidad de verlos ante otro mundo, éste imaginario.” Su pintura se ha caracterizado por la impronta gráfica del exquisito dominio dibujístico que ha permeado su trabajo desde sus inicios. Demián se formó primordialmente como artista gráfico y su trayectoria en este medio lo coloca entre los más destacados creadores de la gráfica mexicana contemporánea, como sucede con su coterráneo Francisco Toledo.
Hipopótamo
En la muestra se presenta también una carpeta de diez grabados que dialogan con el trabajo pictórico. Cabe mencionar que el 29 de noviembre inaugurará en el Museo Nacional de la Estampa una magna muestra de gráfica que reunirá unas trescientas piezas que abarcan trabajos de 1993 a la fecha. Sus pinturas actuales se han deslindado del formalismo de la línea para dar lugar a trazos sueltos y desenfadados, de una libertad y gestualidad que remiten a algunas piezas del Art Brut o del Grupo Cobra. Las siluetas desdibujadas de los animales se entreveran con manchones, escurridos, trazos y líneas de brillante colorido lanzados al desgaire que dotan a la imagen de una frescura inusitada. Sobre la representación formal de su animalia comenta: “Es un tema muy agotado en el imaginario artístico en Oaxaca. Por eso me interesó el cómo enfrentarme a un imaginario para dar o proponer otra versión sobre los hechos, ésta no fantástica.” Aunque inspirados en los estudios científicos del siglo xviii, los animales de Demián Flores evocan un mundo natural pleno de poesía que invita al espectador a descubrir y conectarse con su otro yo
Bitácora bifronte Ricardo Venegas
Cómo desaparece La Cultura en México HACE ALGUNAS SEMANAS leí en las redes sociales el anuncio de Ricardo Muñoz Munguía, Jefe de Redacción del suplemento La Cultura en México, sobre la desaparición de este espacio tan significativo entre las publicaciones de México, el texto decía: “Un tremendo golpe, otro más, recibe la cultura de este país. La Lic. Beatriz Pagés, directora de la revista ´Siempre!´ me dio aviso de que el suplemento que he editado por dos décadas de manera ininterrumpida pero, sobre todo, el de mayor tradición de México, el que se iniciara con Fernando Benítez y después, entre otros, Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, Margarita Michelena, Ignacio Solares... ha llegado a su final. Me hubiera encantado tener la oportunidad de hacer un suplemento más de “La Cultura en México” para despedirnos, pero no fue posible, de hecho, el número correspondiente a esta semana ya no fue incluido.
Siento muchísimo dar esta noticia porque, sin duda, es una desgracia que los espacios dedicados a la cultura desaparezcan, como si la raíz de nuestra esencia sólo mereciera el olvido”. Sin duda La Cultura en México deja una huella honda. Fundado en 1962 por Fernando Benítez –fundador de La Jornada Semanal– cuando dejó el diario Novedades (en donde dirigió México en la Cultura), luego de haber sido censurado, le dejó el timón a Carlos Monsváis, quien fue testigo de los años posteriores al movimiento estudiantil de 1968. Sergio González Rodríguez describe un escenario: “José Pagés Llergo, que dirigía Siempre!, se desentendía del suplemento –excepto que nos metiéramos con el Presidente, el Ejército, la Policía, la Virgen de Guadalupe o, algo de mayor frecuencia, publicáramos imágenes de ‘encueradas’ bajo el mínimo pretexto y refugiados en que nuestro perfil cultural permitía semejante libertinismo visual.” El suplemento no sólo le toma el pulso a la cultura. No se puede explicar la historia de un país sin estos carruajes cosmopolitas. Cuando la revista Siempre! aparecía en formato tabloide en los aparadores, uno de sus atractivos eran las portadas espectaculares que se imponían entre la oferta edi-
torial. Hay revistas que se recordarán no sólo por su periodismo (Renato Leduc creía que era mejor que sus poemas), sino por la altura y dignidad que el suplemento le dio con las variadas plumas que por ahí desfilaron: Jorge Ibargüengoitia, Inés Arredondo, Héctor Manjarrez, José Joaquín Blanco y Luis Miguel Aguilar, entre muchos otros
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Tomar la palabra Agustín Ramos
Tragaluz, de Buil y Sistach HACE CUARENTA AÑOS conocí al escritor más promisorio entre tantos cumplidores que ya despuntaban a fines de los setenta del siglo pasado. Era José Buil y hacía la ronda con otros exalumnos de Gustavo Sainz, empleados en Literatura del inba y colaboradores de Su otro yo, revista de época. Él acababa de escribir una crónica que desató la ira de La Mafia. Y como ni evadía hablar del trance ni menos se quejaba de esa inquisición, pocos sabían que aquel intelectual joven, de vista clara y actos sutiles, contundentes, fuera un proscrito de Las Letras metido en Televisión Educativa de la sep para sobrevivir. Sin embargo su enorme talento literario sale del clóset cuando y como le da la gana. Así, en 1985, Mortiz publicó el libreto de Ahí viene la plaga, ópera rock de un trío clavado en el alucine del cine: José Agustín, Gerardo Pardo y el tal Buil, quien se siente satisfecho como escritor que realiza filmes “haciéndose pasar por humilde guionista”, pues la del cineasta es una pretensión soberbia visto “el chingo de billete que se necesita, como todo mundo sabe”. Hace treinta años él y Maryse Sistach fundaron Producciones Tragaluz, cuya exitosa lista de largometrajes empieza con Los pasos de Ana (1988) y sigue un año después con La leyenda de una máscara (comedia
remake de Adiós ídolo mío, realización que generó otro lío inquisitorial). Anoche soñé contigo (1992, comedia), La línea paterna (epifanía de amor biográfico, 1995), El cometa (1996, cuyo negativo está preso en París por idiotez humana e indiferencia de Imcine) y La balada de John O’Reilly (1997, sobre la invasión gringa de 1847, filmada en 16 mm, no apata para ciertos hígados), son películas que anteceden a la imprescindible trilogía Perfume de violetas (2000), Manos libres (2003) y La niña en la piedra (2005): nadie te oye, nadie te habla y nadie te ve, respectivamente. La pareja Buil/Systach, imbatible, chingona, ejemplar, continuó con Producciones Tragaluz (pt) realizando El brassier de Emma (comedia, 2006), Lluvia de luna (2010), La fórmula del doctor Funes (comedia basada en el texto de Pancho Hinojosa, 2013) y Los crímenes de Mar del Norte (2016, lo más leal que he sabido de Goyo Cárdenas). Películas cosechadoras de Arieles, todas ellas probadas en el circuito comer-
Maryse Sistach y José Buil
cial y seleccionadas para Berlín, Venecia, Cinéma du Réel, La Habana, Gramado San Sebastián, Huelva, Sitges, Guadalajara, Monterrey, Guanajuato, Moma de ny y para Karlovy Vary, donde obtuvieron el Premio Especial del Jurado. Mucha estrella del cine mexicano ha actuado en filmes de Tragaluz, pero sólo mencionaré a otras, no todas, que debutaron ahí en largometraje: Pía Buil Sistach, Damián Alcázar, Martín Altomaro, Ana Claudia Talancón, Diego Luna, Ximena Ayala, Nancy Gutiérrez, Luis Fernando Peña, Ana Paula Ramírez y Naia Norvind. “Maryse y yo pasamos mucho tiempo sin filmar –dice–. Las carpetas de producción que debemos hacer son infernales, y más para quienes creíamos que nos íbamos a dedicar al puro arte mondo y lirondo (trabajamos mucho pero mucho más tiempo como administradores que como guionistas, realizadores y editores).” Pepe calcula que en estos treinta años él y Maryse ya debían tener “de menos otras doce películas”… Pero, ¿cómo? Cómo, con jurados y funcionarios que los rechazan por errores de contabilidad (reparables) y no por fallas dramatúrgicas (irreparables artísticamente). Cómo, con criterios miopes o de plano corruptos, clientelares y patrimonialistas, al repartir los ya de por sí limitados apoyos. Cómo, con los monopolios, el congelamiento de guiones y una variada ineficiencia y estolidez señalada y vuelta a señalar en estas páginas por Luis Tovar, con quien he hablado del tal Buil. “Ojalá –dice Pepe– se retomara aquel viejo criterio que una vez nos abrió la puerta: el guion que se filma es el bueno, no las puñetas de los cuates. Y del negocio de taquilla mejor ni hablar, estamos como la mojarra…”
Biblioteca fantasma Eve Gil
Otra dahlia negra TUVE EL RARO privilegio de asistir al proceso embrionario de La agonía de las dahlias. Su autor, Felipe Cuevas Ruiz (México, 1972) solicitó mi opinión sobre su inédito, cosa que, como entusiasta lectora de su trabajo previo, me halagó e inquietó a un tiempo. La piel acerba, su primera novela, es grande en calidad, pero también en dimensión: no concibe escribir novelas que no rebasen las quinientas páginas. Como otras grandes novelas incógnitas, tuvo la mala pata de publicarse en el lugar y momento equivocados, por lo que se ha vuelto prácticamente inconseguible. Al poco de devolverle su original, comentado y anotado con signos de admiración –de alarma, más bien–, perseguida en pesadillas por sus personajes tan desmesurados como sus apellidos, equilibristas de la sobrevivencia, La agonía de las dahlias resultó ganadora de una mención honorífica en el Premio Internacional de Novela Kipus, y recién ha sido hermosamente publicada por la propia editorial Kipus, de Bolivia. Es asombroso que nadie pusiera el grito en el cielo ante su brutalidad, como han hecho algunos editores mexicanos… aunque no descarto que sea la razón por la que se le escatimó el primer lugar. Lo extraordinario de las novelas de Cuevas es su instinto para impedir que lo escatológico rebase lo que conocemos como “realismo sucio”, así como la originalidad con que aborda la trama criminal, sin encajar Felipe Cuevas
en el canon de la “narcoliteratura” atribuida de forma exclusiva –¡y errónea!– a autores de la frontera norte. Pese a ser profundamente mexicanas, La agonía de las dahlias, así como La piel acerba, pertenecen a esa categoría resbaladiza del género negro por el que se deslizan Bret Easton Ellis o Chuck Palahniuk. Inevitablemente relaciono a su imborrable protagonista, un ingeniero sueco de nombre Elías Petersson, dandy narcisista y manipulador, con el Patrick Bateman de Psicópata americano. Y aunque Elías no sea asesino serial, es un psicópata en toda regla al que sólo le preocupa su satisfacción, capaz de bajezas tales como permitir que su mujer, Alicia, quien se ve forzada a perpetrar un crimen junto con los hombres que la secuestran, se pudra en la cárcel. A partir de ese momento recibe abundante correspondencia desde la prisión, de inquietante contenido, que jamás responderá, pero que conforma una historia paralela, carcelaria; una especie de lado b que
hace de esta una novela polifónica. Acosado por su hermosa e inescrupulosa jefa, y tras un escándalo que estalla en Ericsson, compañía para la cual trabaja, opta por abandonar su sofisticada vida citadina y empezar de cero en un ámbito rural; en un pueblo michoacano que mucho dista de ser un espacio seguro. Allí lo alcanzarán las perturbadoras cartas de Alicia y coincidirá con unas enigmáticas hermanas, Dahlia y Francisca, marcadas por un trauma infantil, involucrándose con ambas más allá de lo carnal. Las hermanas, de inteligencia e intuición sobrenaturales, manipulan sutilmente –a veces no tanto– a los miembros del crimen organizado que asuelan el territorio del que son dueñas y señoras. Las relaciones entre Elías y las mujeres de su vida se ensamblan con aparente espontaneidad, porque hasta Alicia, desde la cárcel, también mueve los hilos de la existencia de su marido que, inmune al amor, no lo es a otros aspectos de estas relaciones que pudieran calificarse de “complicidad erótica”. Elías se aferra en forma desesperada –y estratégica– a las mujeres para nutrirse en más de un sentido. Felipe Cuevas es de los pocos autores mexicanos más interesados por el fondo que por la forma. No pretende ser un esteta del lenguaje. En todo caso, esteta de lo sórdido, como Bolaño; o un poseso, como García Ponce, cuya narrativa ofrece la impresión de un extenso lienzo donde se plasman las más sugestivas imágenes, una encima de otra, brincándose florituras y eufemismos. Se trata, ha dicho el propio Cuevas Ruiz, de matar el morbo con el arma de la reflexión. Todo lo anterior me lleva a preguntarme si estará destinado a ser un raro de la literatura mexicana, como en su momento lo fue Tario, por poner sólo un ejemplo
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Bemol sostenido Alonso Arreola @LabAlonso
Daniel Barenboim, un clásico rebelde EL CHICO QUE organizaba una de las filas de entrada se desconcertó con nuestra pregunta: ¿este es el perfil de la audiencia que asiste al Festival de Humanidades de Chicago? Luego de un largo silencio, asintió. Es una lástima, añadimos. ¿En dónde están los jóvenes? Uniformado como voluntario, el chico movió la cabeza y subió los hombros sin despegar los labios. Decepcionados con semejante diálogo, entramos. Fue una suerte que durante el breve viaje consiguiéramos lugares para el Harris Theater del Millenium Park, a unos metros del imponente pabellón diseñado por Jay Pritzker para conciertos de gran envergadura. Lo que presenciaríamos sería la conversación entre el eminente director de orquesta Daniel Barenboim y el conductor radiofónico Richard Steele; un encuentro diseñado alrededor de temas políticos que antecedería al Octeto Mendelssohn dirigido por Michael Barenboim, hijo del homenajeado. Tras los agradecimientos de rigor, la sala celebró sonoramente el regreso del argentino a Chicago, cuna de una de las orquestas sinfónicas con las que más ha trabajado en su vida. Sentado al centro del escenario vacío, lo primero que dijo don Daniel fue simbólico: “Por favor enciendan las luces de la sala; me gustaría ver los rostros
de la audiencia.” (Ver el rostro del otro, pedir luz para que exista ante uno y, aceptando su existencia, platicar.) Observando nuestros semblantes atónitos, el pianista judío se lanzó a espinosos asuntos del problema palestino-israelí, sin tomar partido, señalando lo que ha venido repitiendo desde la creación de su Divan Orchestra en 1999. Es un error suponer que un grupo de instrumentistas puede cambiar el estado de las cosas. Lo que intenta el proyecto fundado por él y Edward Said es mostrar la necesidad que tienen los unos de los otros para que exista la música. Entonces las partituras se vuelven alegoría de las empresas humanas que requieren entendimiento. Por ello, los miembros del conjunto creen que las cosas no cambiarán sin la sensibilidad para escuchar la narrativa del otro: en tanto Palestina no reciba reconocimiento Israel no podrá garantizar su propia seguridad. Provenientes de esos dos países, más invitados de Líbano, Siria, Jordania, Egipto, Alemania y España, los músicos de la Divan Orchestra muestran su valentía pues, como se imaginará nuestra lectora, nuestro lector, no son bienvenidos en muchas de las geografías en conflicto. Ellos apelan a la aceptación de un doble Estado
Daniel Baremboim
en el que desaparezca el encono. Y no. No se trata de un conjunto para la paz. La paz no se consigue con música, recalca Barenboim. Lo que estos hombres y mujeres ejercen es comprensión, paciencia, coraje y curiosidad para aceptarse entre sí. Su objetivo es ser escuchados y complementarse con perspectivas distintas. Se trata de un mensaje de humanidad y solidaridad ajeno a la política convencional, lejano a soluciones militares; una misión que acepta la relación –filosófica, psicológica e histórica– entre quienes cohabitan una región trascendental para las religiones del mundo, golpeada por la incomprensión. Algo que celebramos como reflexión dentro de un festival dedicado a las humanidades en donde caben las obras de los artistas pero también sus palabras sobre procesos, preocupaciones y metas que superen en importancia al éxito económico o al reconocimiento estético. Es por ello que tras el magnífico encuentro y concierto del Octeto (Michael Barenboim es un dotado violinista y director), ya con la lluvia sobre los hombros, lamentamos de nueva cuenta la ausencia de melómanos jóvenes. Ellos serán los siguientes participantes en una conversación que necesita transformarse y que no se manifiesta en los conciertos y festivales de rock-pop, políticamente correctos, allí donde se evita la incomodidad intelectual. Resuena así la palabra Diván, ese sillón que invita a la confesión abierta y que en países del Oriente Medio significa Consejo Gubernamental; un espacio para el acuerdo y la reconciliación, temas urgentes que aplaudimos en el universo de Barenboim, un auténtico rebelde del universo clásico. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos
Cinexcusas Luis Tovar
@luistovars
Los Cabos (ii y última)
TODAS DE 2018, las siguientes películas formaron parte de diversas secciones del séptimo Festival Internacional de Cine de Los Cabos @CaboFilmFest. A El hombre que mató a Don Quijote (The Man Who Killed Don Quixote, Reino Unido/España/ Francia/Portugal/Bélgica), la película más reciente de Terry Gilliam, el mítico y genial exMonty Python, le tocó volverse célebre no por su contenido sino por las proverbiales dificultades que enfrentó, incluyendo las habidas hasta para exhibirla. Ni con mucho es la mejor cinta del autor de El imaginarium del doctor Parnassus, pero tampoco es la colección interminable de fallas y desaciertos que Másdeuno ha querido ver. Si de entresacar lo rescatable se tratara, baste decir que Gilliam rinde tributo más que digno al que ha sido uno de sus principales referentes culturales, de lo cual ya tenía noción cualquier cinéfilo atento a la filmografía de quien concibió Brazil. Con El infiltrado del Ku Klux Klan (Blakkklansman, EU), Spike Lee se sacude la fama equívoca de ser un cineasta brillante pero reincidentemente perdido en la mediocridad. Agridulce, alejado del panfleto y capaz incluso de la autocrítica, el enfoque dado a la historia verdadera de un policía negro que se cuela en las cloacas del temible y aún vigente kkk, es particularmente eficaz para denunciar un racismo muy arraigado en el pensamiento y la conducta del
estadunidense promedio. La principal tesis de El infiltrado… es contundente: tan acendrado racismo no se origina en ese tipo de organizaciones sino todo lo contrario: éstas son sólo una entre muchas otras consecuencias. Provista de un enfoque realista que funciona a modo de piedra de toque para la historia que cuenta, La frontera (Gräns, Suecia/Dinamarca), de Ali Abbasi, juega a las ambigüedades desde el título mismo: ¿dónde queda la frontera entre lo humano y lo no-humano? ¿Es clara y definitiva? A diferencia de las innumerables cintas que formulan preguntas parecidas, La frontera no responde planteando la presencia de extraterrestres ni de androides superiores, sino la posibilidad de que el planeta esté habitado por seres inteligentes antropomorfos, pero no humanos, que han estado aquí desde tiempos inmemoriales, y además lo hace valiéndose de una mirada no exenta de calidez y empatía para con unos Otros que, de ese modo, reivindican simbólicamente a todo aquel que se aparte de lo “normal”. Narrada en una primera persona esencial para desplegar completo el sentido de la trama, Lords of
Lords of Chaos
Chaos (Reino Unido/Suecia, 2018), de Jonas Akerlund, cuenta la historia del fundador de una banda de black metal a quien, muy desde el principio, se le escapan de las manos las consecuencias últimas a las que puede llegar –y, en lógica estricta, debería llegar si no se tratara en la mayoría de los casos de meras faramallas mercadotécnicas– el modo de pensar de infinidad de metaleros que apelan, al menos iconográficamente, a postulados “satánicos” y esotéricos de toda laya. Como si se dirigiera exactamente en sentido opuesto, la cinta vale como una crítica inteligente al encandilamiento pueril que llegan a experimentar algunos fanáticos de este género musical. Ambientada en las décadas de los sesentas, setentas y ochentas del siglo pasado, Pájaros de verano (Colombia/Dinamarca/México) se desmarca admirablemente de las innumerables cintas que abordan el fenómeno del narcotráfico en Colombia, y lo hace aportando un punto de vista inédito: la muy temprana participación de comunidades originarias en el tráfico de mariguana y, realmente pronto, de cocaína, en aquella Colombia de hace cinco, cuatro y tres décadas, con rumbo a Estados Unidos. Ubicada cronológicamente antes de Pablo Escobar y demás “celebridades” equívocas, el filme hace la génesis del ascenso, encumbramiento y caída de los primeros capos de la droga, mucho antes de que el propio término fuese utilizado, cuando fueron colocadas las bases del intrincado y complejo involucramiento social en el fenómeno, así como la corrupción rampante que conlleva, no sólo en términos institucionales sino sobre todo culturales
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LA JORNADA SEMANAL 25 de noviembre de 2018 // Número 1238
Ensayo Vilma Fuentes
Gloria y horror de la guerra Inherente a la historia de la civilización, la guerra ha sido y es tema interminable e innumerable de la literatura, desde la crónica hasta la poesía pasando por la novela y el ensayo: Homero, Shakespeare, Tolstói, Charles Péguy, Alain Fournier, Guillaume Apollinaire y Louis-Ferdinand Céline son algunos de los autores brevemente mencionados aquí.
L
a guerra parece ser un tema literario sin fondo. Sujeto novelesco, pone en escena heroísmo y cobardía, a los asesinos por orden superior, a los asesinados cuya vida es robada, seres movidos por los avatares que trascienden la existencia al transgredirla con la muerte. El relato del combate bélico tiene una de sus fulgurantes apariciones ya desde el canto de la Ilíada, donde el aeda, acaso Homero, sin duda homérico, narra el fin de la guerra entre aqueos y troyanos causada por el rapto de Helena, esposa del atrida Menelao, por Paris, hijo de Príamo, rey de Troya. Los personajes son héroes o semidioses, príncipes y reyes, profetas y adivinos. No hay aún lugar para el común de los mortales: los desconocidos, los desertores, los pobres diablos, la tropa de olvidados. William Shakespeare sube al teatro las batallas por el poder entre protagonistas de la Historia: Troilo y Crésida, Julio César, Marco Antonio y Cleopatra, Titus Andronicus, Lear, Pericles y otros, así como las luchas entre herederos legítimos y pretendientes bastardos por el trono de Inglaterra, tales Ricardo ii y iii, Enrique ii u viii. Entre las abundantes obras, unas cuantas inolvidables, inspiradas por las constantes contiendas bélicas, el conde León Tolstói levantó un majestuoso monumento: La guerra y la paz. Los protagonistas no son el zar Alejandro i de Rusia ni el emperador francés Napoleón i, de quienes se atisban los perfiles a través del culto que les rinden sus adoradores. Si un héroe hay en esta epopeya es más bien el ilegítimo conde Pierre Bezoukov,
antihéroe distraído y cegatón, influido por ideas revolucionarias adquiridas durante su estancia de varios años en Francia. Numerosos personajes de orígenes distintos forman parte del grandioso fresco de este fracaso de Napoleón. Hace un siglo, el 11 de noviembre de 1918 se firmaba, en un vagón de tren a las 5:20 horas de la mañana, el Armisticio de Compiègne que pondría fin a la primera guerra mundial. 18 millones 600 mil muertos, inválidos y mutilados fueron víctimas de la “carnicería”. Las conmemoraciones del armisticio y la construcción de monumentos a la memoria de los muertos se multiplican de inmediato. Aparece, en 1920, la idea de celebrar a los desconocidos que dieron su vida durante la guerra. Después de una ley votada por unanimidad en el Parlamento, se escogen al azar los restos de un soldado muerto en Verdun para inhumarlos en el Arco del Triunfo en memoria del “soldado desconocido”, el 11 de noviembre del mismo año. La primera guerra mundial, declarada en 1914, también produjo abundante literatura. Antes, durante y después. Antes de la guerra, algunos autores tomaron partido en favor de la revancha sobre la derrota de 1870, y llamaron en forma abierta a retomar las hostilidades contra Prusia, a fin de recuperar las provincias perdidas por Francia: Alsacia y Lorena. El más célebre de ellos es Maurice Barrès, ardiente patriota y nacionalista radical. Frente a los nacionalistas se levantaron los pacifistas, hostiles a la guerra, cuya figura más importante es el socialista Jean Jaurès, quien pagó con la vida su toma de posición y sus discursos retumbantes en favor de la paz, asesinado cuando estaba sentado a la mesa en un café de la calle de Croissant, justo antes del desencadenamiento de la guerra. Los franceses se hallaban divididos, y los escritores se veían disociados entre sus sentimientos patrióticos y la repulsión sufrida ante los horrores de las masacres. Charles Péguy, enrolado en el ejército a pesar de sus convicciones de humanista, murió en el frente. Alain Fournier, autor de Le Grand Meaulnes, sufrió el mismo destino. Guillaume Apollinaire, víctima de una herida fatal,
volvió a París para morir. Cabe pensar en la frase del poeta Jacques Prévert: “¡Qué pendejada, la guerra!” Numerosos libros aparecieron después de la guerra. Unos, escritos a la gloria de los héroes muertos por su patria, celebrados con honores reservados a la circunstancia. Otros, más inquietos e inquietantes, revelan el desarrollo real de este evento histórico tan turbador, capaz incluso de perturbar todas las certidumbres sobre las cuales se fundan las sociedades que pretenden la civilización. De este punto de vista, la obra titulada Viaje al fondo de la noche de Louis-Ferdinand Céline, aparecida en 1932, verdadera bomba lanzada en el mundo literario, es sin duda la que provocó la repercusión más potente, a la vez escandalosa y fascinante. Céline inventa una nueva manera de escribir, un estilo desconocido hasta entonces, definido por los críticos como estilo hablado, al no poder definirlo con más precisión. En realidad, el estilo hablado de Céline es muy escrito. Utiliza, con maestría y trabajo, los ritmos y efectos de la palabra hablada para dar más fuerza a sus frases, es decir a su cólera y su rabia. Inválido de guerra, pues estuvo en el frente, regresó destruido física y moralmente. Como su héroe, Bardamu, Céline dijo: “perdí mi virginidad moral en la guerra” ●