SUPLEMENTO CULTURAL
No. 225 - 7 DE DICIEMBRE DE 2015 - AÑO 5
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Rigoberto Perezcano, director de Carmín Tropical
Este año, tras más de 20 ediciones, el Festival de Cine Gay de París Chéries-chéris (Queridas-queridos), ha hecho honor al cine del continente latinoamericano sobre diversidad sexual, en especial al cine mexicano, con tres largometrajes, un documental y un cortometraje. Quizás el más famoso sea el de Rigoberto Perezcano, Carmín Tropical, una cinta galardonada el año pasado en el Festival de Cine de Morelia y este año en los premios Ariel. [En páginas centrales, una entrevista realizada por Geoffroy Huard a Luis Alberti, actor de la película Carmín Tropical]
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LA GUALDRA NO. 225 / 7 DE DICIEMBRE DE 2015 / AÑO 5
El sábado 5 concluyó la edición 33 del Festival Internacional de Poesía Ramón López Velarde en la que participaron y convivieron más de 30 poetas de diferentes países y de varios estados de país. Los poetas leyeron una muestra de su trabajo en las sesiones realizadas el jueves y el viernes, compartiendo con nosotros una manera diferente de interpretar la vida a través de la poesía; todas las actividades programadas tuvieron una muy buena asistencia; me alegró ver entre el público a muchos zacatecanos, algunos movidos primero por la curiosidad, luego motivados por lo que ahí escuchaban, asistieron durante todo el día a las lecturas y a las conferencias impartidas. La conferencia dictada por el maestro Marco Antonio Campos, en esa noche fría de jueves, fue una delicia por muchas razones. La primera de ellas es haber confirmado una vez más que el maestro Campos es sin duda la persona que más conoce la vida y obra del poeta zacatecano Ramón López Velarde; la segunda es que no he visto a nadie que como él entienda y disfrute la obra poética del autor de la “Suave patria”. Con palabras, sólo con ellas, nos transportó al interior de los versos del poeta, a la esencia misma del sentir y pensar del jerezano; de pronto fue una especie de intermediario entre López Velarde –quien parecía dictarle las frases- y el público asistente, al que vi sonreír cuando en voz de Marco Antonio Campos salían las frases más dulces que hacían alusión a las campanadas de catedral, a la Parroquia jerezana, a las mujeres que amó, a la patria. Cómo me hubiera gustado que un público más nutrido de jóvenes hubiera escuchado esa forma de hablar de nuestro poeta, porque López Velarde es nuestro y muy pocas veces se hacen actividades tan hermosas y emotivas como ésta para conocerlo. Suele suceder que lo que nos pertenece, lo que tenemos al alcance de nuestra mano y nuestra vista, el lugar que habitamos, los artistas que tenemos, sean más valorados por la gente de fuera. Vi con emoción, por ejemplo, la mirada sorprendida de algunos visitantes extranjeros, al
recorrer las calles de nuestra ciudad y ver la magnificencia de sus edificios; vi cómo disfrutaban de probar el aguamiel por las mañanas y escuché un gran número de comentarios referentes a la riqueza que guardan nuestros museos. Constaté la grata impresión causada por nuestra ciudad y que se llevaron a sus lugares de origen nuestros distinguidos visitantes durante el festival. El principal atractivo que encontraron y valoraron fue el patrimonio cultural tangible e intangible de este espacio, y me quedé pensando en que es justamente lo que se debe de promocionar al interior de nuestro Estado y también al exterior. Reflexionando con algunos de ellos, llegamos a la conclusión de que Zacatecas es una ciudad a la que pueden venir en cualquier ocasión y quedarse más de dos noches; basta comunicar efectivamente a quienes no son de aquí, todo lo que pueden encontrar y disfrutar. Si ese mensaje, el de un Zacatecas con un gran acervo cultural, llegara a la gente que está planeando a dónde ir en sus tiempos libres, seguro tendríamos cada vez más turistas de los que buscan aprender, disfrutar y maravillarse con los museos, la arquitectura, el arte en sus distintas manifestaciones, la gastronomía y las tradiciones de la provincia mexicana. Zacatecas es, para ese tipo de turismo, el lugar ideal para ser visitado. De esta jornada de cuatro días que duró el festival, tuvimos además la oportunidad de entrevistar a varios poetas, quienes compartieron con nosotros su visión no sólo sobre la poesía, sino sobre varios temas relacionados con el arte, la cultura, las reformas que afectan a la educación y a la administración de recursos destinados para proyectos culturales. De eso les hablaremos muy pronto; iremos programando en las siguientes ediciones el resultado de estas pláticas por demás ilustrativas y placenteras para quien esto escribe. Que disfrute su lectura. Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
La paz que sí existe (y que el periodismo ignora). Veinte historias para leer en tiempos de guerra De Cristina Ávila-Zesatti
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Mundillos insignificantes, los libros y afines Por Edgar A. G. Encina
Una biblia muy singular Por Mauricio Flores
Desayuno en Tiffany’s, mon ku Por Carlos Belmonte Grey Carmín Tropical, de Rigoberto Perezcano, en el Festival de Cine Gay de París Por Geoffroy Huard
La Encuesta Nacional de Lectura 2015 (Primera parte) Eduardo Campech Miranda Si los perros ladran Por Rebeca Mejía López El Picaporte Por Simitrio Quezada
Tocar o no tocar Por Verónica González Arredondo
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Cuento Por Alberto Huerta Fin de temporada Por Edgar Khonde Señas particulares al amanecer Por Roberto Galaviz Caja verde Por Pilar Alba
Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
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7 de DICIEMBRE DE 2015
La paz que sí existe (y que el periodismo ignora). Veinte historias para leer en tiempos de guerra De Cristina Ávila-Zesatti
Libros
La paz que sí existe (y que el periodismo ignora). Veinte historias para leer en tiempos de guerra, editado por Texere Editores, es el segundo libro de periodismo de paz de la periodista zacatecana Cristina Ávila-Zesatti, que fue presentado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el 04 de diciembre a las 16 horas, dentro del marco del Encuentro Internacional de Periodismo. Digan lo que digan los medios convencionales, que con sus informes diarios nos cierran la perspectiva y nos matan la esperanza, lo cierto es que la violencia no está tan generalizada como afirma o nos hace creer, el mensaje mediático nuestro de cada día. El lector de este libro no encontrará en sus páginas un ‘recuento de buenas noticias’, de ésas que ignoran los conflictos subyacentes. Pero ninguna de las historias que componen este libro es producto de la imaginación: La nieta pacifista del Mariscal Tito de la ex Yugoslavia que empuja y documenta la reconciliación en los Balcanes; payasos que llevan sonrisas como su aportación humanitaria a las zonas de guerra del mundo; jóvenes que abandonan su zona de confort para lanzarse a aventuras solidarias que trascienden continentes; médicos que devuelven la dignidad a mujeres castigadas por una sociedad
machista y patriarcal; la histórica tregua de Navidad que pudo haber cambiado el curso de la Primera Guerra Mundial; mujeres que exigen pacíficamente un lugar más digno en la religión y las iglesias; el ex niño soldado que se redime extirpando de la tierra miles de minas antipersonal… Historias de Serbia, Japón, España, Camboya, Uganda o Nepal… lugares donde la violencia parecería haberse hecho con el control, y donde sin embargo, se asoma siempre, tenaz e inspiradora, la esperanza de un mundo mejor y más justo…
Historias sin tiempo, que hacen énfasis en lo que nos une como especie, más que en todo aquello que (aparentemente) nos separa… Éste es el común denominador de este libro. Todas y cada una de ellas nacen de dolores reales y angustias palpables en la sociedad actual. Lo que las identifica como ‘noticia’ en medio, precisamente, de un mundo aparentemente colapsado, es su capacidad creadora, su búsqueda de resiliencia, su deseo de transformar y transmutar un conflicto, para encontrarle una salida pacífica a la violencia. Se trata, ni más ni menos que de verdaderos ‘cuentos de hadas sociales’, más bellos aún porque son reales, y están ahí afuera, sucediendo, y sus protagonistas son los verdaderos héroes silenciosos que día a día, transforman lo imposible en lo posible
Acerca de la autora: antes de decidirse a escribir reportajes escritos, Cristina Ávila-Zesatti pasó 10 años haciendo TV Internacional en grandes cadenas como CNN, NBC y Telemundo Internacional. Tras más de 20 años de ejercer la profesión, algunos tempranos ideales de su vocación de periodista se mantienen y otros se han esfumado, por ejemplo: todavía hoy cree que es posible transformar al mundo con el poder de la palabra y en cambio, la abandonó por completo aquel joven deseo de ser algún día corresponsal de guerra. En 2008, abandonó su carrera en los mainstream-media para fundar “Corresponsal de Paz”, un medio digital cuyo contenido está enteramente dedicado a la cobertura del periodismo de paz, y que trabaja bajo una perspectiva noticiosa con enfoque en la compasión, la solución pacífica y la esperanza. En 2011, este portal, que recibe visitas desde 70 países, fue reconocido como una de las 25 historias más inspiradoras de paz por la Global Partnership for the Prevention of Armed Conflict (GPPAC), con sede en La Haya, Holanda. Convencida de que un nuevo paradigma periodístico es posible, ha impartido conferencias y talleres en España, Colombia, Estados Unidos y México.
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LA GUALDRA NO. 225
Mundillos insignificantes, los libros y afines Notas a Los territorios del libro. Paradojas, aporías y desvelos, de Manuel Dávila1
Libros
Por Edgar A. G. Encina El límite no está marcado por la imaginación o por nuestra capacidad de discutir el tema, tampoco es visible desde la montaña más alta, ni ha sido posible dibujarla en obra cualquiera; Los territorios del libro por los que se pregunta Manuel Dávila Galindo Olivares (Ciudad de México; 1980) parecen ser engañosos. Próximos. Distantes. Similar al juego ondulante que crea una piedra al caer en el agua, la onda se aleja de la roca pero se acerca al sitio desde el que fue arrojada. Distante. La oscilación se aleja creando círculos cada vez más grandes, cada vez más tenues, cada vez más allá. Próximo. El curvilíneo arco se aproxima rápido, feroz, acortando las posibilidades hasta su arribo y -¡pum!- desvanecimiento, dejando un último rastro espumoso. La obra tiene su propuesta. De entrada no ha caído en el acento académico-monacal de la mayoría de textos que abordan el tema del libro; sus actualidades y devenires, la era digital y las novedosas maneras físico-portables, los lectores antiguos y nuevos y porvenires. Es, a su manera, un giro. ¿Provocadora? Es posible, depende de los anteojos del lector. ¿Propositiva? Obviamente, aunque su lenguaje puede alejar al abrumado que juzgue ver en la informalidad los peligros del opinismo, como en los tertulianos de la tv. Entonces, ¿cuáles son Los territorios del libro? ¿Si su marca no está diferenciada por nuestra imaginación o capacidad retórico-narrativa, dónde se trazan sus límites? ¿Qué está dentro? ¿Qué queda fuera? Preguntas esenciales que brincan aun sin tener en cuenta lo que ha escrito Dávila Galindo que en todo momento abraza la imposibilidad acechar lo que abarca. Ya porque “la red de bibliotecas públicas [al menos en Latinoamérica] es tan útil como un par de mocasines en un partido de hockey sobre hielo”. Ya porque se suma lo sabido por todos, y es “que hace mucho tiempo que los lectores y las librerías andan [andamos] caminos distintos”. Decir que la mejor descripción que se me ocurre de Los territorios del libro es que es divertida y, a veces, de-
Manuel Dávila Galindo Olivares safiante, es algo pero no todo. Divertida por el acento de la redacción. Desafiante por las formas de plantear temas que de otra manera sólo interesan a los insignificantes mundillos del libro, y afines. Prefiero que una breve selección anote –sugerentemente- lo que no alcanzo a decir: • “El futuro no está en Internet, eso seguro, pero la herramienta que moldeará el futuro sí es Internet”. • “El verdadero trabajo del librero, y lo único que garantizará su existencia en el futuro, es la posibilidad de la venta sugerida, personalizada, arriesgada y con un alto índice de satisfacción”. • “El conocimiento se ha vuelto cotidiano; me corrijo: el acceso a la información se ha vuelto cotidiano”. • “Aprender a comprar es probablemente lo más arriesgado en la transformación de las librerías al futuro. Una librería que no tiene los libros que necesita tener es una librería condenada. O tal vez no”. • “Si pudiéramos convertir al 10% de los usuarios de estas redes en potenciales lectores de libros, estaríamos hablando de florecimiento del libro como medio de comunicación masivo”. • “Dejaremos el negocio de los libros y entraremos al negocio de los lectores”. • “La librería del futuro no tendrá quizá libros, pero siempre será quien mejor los conoce, los entiende, los promociona. Extraño pensarlo, ¿no? Las librerías
del futuro serán la traslación del pasado a través de la experiencia de un usuario que mutuará y nos marcará el paso para seguirlo a través de estos cambios”. “En pocas palabras, el gran problema de vender libros son los libros”. “En realidad Amazon no está interesado en ser el asesino del libro físico: su verdadero negocio reside en darles las armas a las personas indicadas y esperar pacientemente a que éstas sean las encargadas de pegarle el tiro de gracia”. “El libro no está destinado a la muerte, está viviendo la transformación, y la posibilidad de que esta transformación no permee cada centímetro del continente del libro es absurdo”. El contenido es la piedra angular del entretenimiento. “El lector está harto de las librerías, está harto de los editores, está harto de ser el único que no se beneficia comercialmente de esta relación con el libro. El viejo argumento de “el libro vale lo que vale” los ha cansado, los ha enojado y ahora encuentran en los eTailers el arma ideal para cambias las reglas del juego”. “Al final, lo que tenemos que aclarar es que, en la dictadura del lector, todos somos una especie en peligro de extinción”.
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Manuel Dávila Galindo Olivares, Los territorios del libro. Paradojas,
aporías y desvelos, Trama Editorial, 2015.
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7 de DICIEMBRE DE 2015
Lechermeier / Dautremer
Una biblia muy singular Por Mauricio Flores*
Los autores Al preguntársele sobre el proyecto, la ilustradora Dautremer es concisa: “Siempre había so-
ñado con ilustrar la Biblia. Conocía todas sus historias desde mi infancia. Son para mí una fuente increíble de imágenes. De pequeña tenía una edición ilustrada y era siempre un libro de cuentos. Cuando Philippe vino a hablarme del proyecto, me subí al carro sin dudarlo. Su propuesta encajaba perfectamente con lo que yo tenía tantas ganas de hacer”. A lo que Lechermeir abunda: “Aunque me interesa mucho el origen de los textos, lo que me atraía por encima de todo era la formidable reserva de historias que constituye la Biblia. Un poco a la manera de pintores como Brueghel y Caravaggio, me he apropiado de estas diferentes historias con la voluntad paradójica de hacer un texto universal y un texto que fuera innegablemente mío”. Una, “nueva” Biblia en nuestras manos.
La curiosidad pudo a la mujer
Lo recordará el lector: “Érase una vez un mundo en el que no había nada. Nada. Nada de verdad”. O también: “El séptimo día, cuando salió el sol, Dios se encontraba cansado. Se detuvo a contemplar su creación. Quedó satisfecho y, para celebrar su alegría, decidió que en ese día nunca se trabajaría”. Sí. Son sólo dos pequeños pasajes de la Biblia, el libro por excelencia de todos los tiempos, y que difícilmente podría considerarse únicamente como un libro. A siglos de conocerse, si bien en su redacción hubieron de pasar épocas completas, pocos lectores pueden sustraerse a la eterna actualidad de la Biblia. Su presencia durante miles de años, hecha suya por el catolicismo, la convierte en el texto de mayor lectura e incidencia. Si bien su factura, estilo, traducciones, proyección y más puedan ser elementos de controversia al momento de identificarlo
con una definición ulterior. Estructura civilizatoria y guía de espiritualidad, la Biblia se encuentra en todas partes; en todos los tiempos. Ni la fuerza histórica de otras religiones, también dotadas de sustentos similares, ni el desprecio de la humanidad a los temas morales, la han confinado al olvido. Siempre existe una Biblia a la mano. En cualquier espacio y tiempo. Lo que se confirma ahora (de una manera por demás particular) con la publicación de Una biblia, a cargo de los franceses Philippe Lechermeier (texto) y Rébecca Dautremer (ilustración), y traducción al español de Elena Gallo Krahe. Libro, ésta sí perfecta y bellamente definida, que reproduce el otro libro y sus cientos de historias eternas. Cómo no identificarse con Lechermeier cuando explica la gestación de este producto editorial: mirar la Biblia como texto constitutivo, mirar la Biblia como bien común.
Partiendo además de una evocación repetida: el texto familiar y escolar que la mayoría cargamos bajo el brazo en nuestra infancia. El mismo libro leído por obligación (como el Quijote y otros clásicos) y al que paulatinamente fuimos encontrándole bellísimas historias. Historias que a lo largo de los tiempos habrán de reproducirse de manera oral, y adecuadas a las circunstancias particulares de los colectivos y el yo. Pero también, cómo no identificarse con Dautremer, quien sin importar la carga iconográfica de siglos, la vasta obra ilustrativa del texto de grandes artistas, le entró al reto de acompañar las narraciones con cuadros plásticos que hicieran reaccionar una vez más lector. Apropiarse de la obra, anota la ilustradora. No había más. Al singularizar su biblia, Una biblia, Lechermeier y Dautremer nos trasladan a un tiempo a nuestra bi-
Como Dios pensaba que las ciudades de Sodoma y Gomorra ya no distinguían el bien del mal, decidió destruirlas para castigar a sus habitantes. Abraham se quedó preocupado: su sobrino, Lot, vivía en Sodoma y era un hombre de bien. Abraham no lograba comprender por qué Dios, en su castigo, no separaba a los hombres justos de los malvados. Entonces, Dios envío tres mensajeros a Lot: si quería salvar su vida, debía salir sin demora de la ciudad con su familia. Los mensajeros también dijeron que, durante la huida, bajo ningún concepto debían volverse para ver el castigo que Dios iba a infligir a su ciudad. Pese a esas advertencias, la curiosidad pudo a la mujer de Lot. En el momento exacto en que se dio vuelta, se convirtió en una gran estatua de sal. Una gran estatua de sal.
Prodigio de Eliseo
Estando Eliseo sentado a al mes durante una gran asamblea, se le acercó el anfitrión, lleno de preocupación. —Sólo me quedan unos cuantos panes de cebada para alimentar a todos los comensales, que tienen mucha hambre. No será bastante, ¡qué ultraje! —Ofrece a tus invitados las hogazas y no te preocupes por nada —le aconsejó Eliseo. —Pero si no hay suficiente, ¡son más de cien! —Haz lo que te digo y verás como al final del convite quedará pan en la mesa. Y así fue. Todo el mundo sació su apetito y, cuando se marcharon a su casa, todavía sobraban varias hogazas. 000
* Philippe Lechermeier y Rébecca Dautremer, Una biblia, Edelvives, Madrid, 2015, 392 pp. * mauflos@gmail.com
Libros
blia, a su proceso de conformación en nuestro imaginario (si se quiere también espiritual). Hecho que se concreta en esta deliberada versión que, sí, incluye el génesis, el éxodo, el cantar de los cantares… A Caín, Abel, Jacob, Raquel, Sansón, Salomón, Elías, Ester: sí. Las danzas, las bodas, los mares, el desierto: también. Muchas historias. Como la de aquellos leñadores de los prodigios de Eliseo: “…estaban cortando árboles, y el filo metálico de uno de ellos se desprendió del mango y cayó al río. Llevaban un rato buscándolo, sin dar con él, cuando llegó Eliseo. Al ver la desolación del hombre, que ya no podía trabajar, lanzó una ramita al agua y pudieron recuperar el hacha”.
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LA GUALDRA NO. 225
Desayuno en Tiffany’s, mon ku
Edición 21 del Festival Chéries-chéris
Cine
Por Carlos Belmonte Grey
Cyril Legann, director del Festival Chéries-chéris
Una selección de más de 70 filmes lésbico, gays, transbisexuales, etc., fue la proyectada en la 21 edición del Festival Chéries-chéris de París durante una semana completa, del 24 de noviembre al 1 de diciembre. Fue nuestro colaborador Geoffroy Huard quien me comentó hace más de tres semanas de la existencia de este festival anclado en el corazón del mítico barrio del Marais -zona reconocida por su cultura abiertamente homosexual-, en pleno centro de París. Contactamos al comité organizador para acreditarnos y acceder a los cines Mk2 de Beaubourg y Quai de Loire (en la Villette). Tengo que confesar: esperaba descubrir un festival con 4 o 5 películas, uno o dos documentales y una temática más bien decantada hacia el cliché, muy al tono de la última cinta de Pedro Almodóvar en Los amantes pasajeros. Pero no, nos topamos con un festival con categorías y competencias de largometrajes, cortometrajes y documentales, con sesiones alternativas de cine experimental, con invitados del crew de las cintas, con fiestas, con glamour y con salas llenas de público. Y también con una fuerte presencia de producciones mexicanas. En la Competición de Largometrajes participaron las películas Carmín tropical, de Rigoberto Perezcano; y Estrellas solitarias, de Fernando Urdapilleta; en las proyecciones de la categoría Panorama, se proyectó Velociraptor, de Chucho Quintero; en los cortometrajes, Entre broma y broma, de Rolando Treviño; y en Documental, Made in Bangkok, de Flavio Florencio, esta última se llevó el Gran Premio del Jurado. La misión y México Cyril Legann, presidente del festival Chéries-chéris, nos comentó la importancia de mantener este festival en París y
Legann, tener premieres francesas. Películas extranjeras que son por primera vez proyectadas en el país y buscan distribuidor. Bien que el tema sea la homosexualidad, son ante todo películas de profesionales. El festival quiere mostrar producciones que lamentablemente por su acercamiento a la sexualidad no son aún aceptadas en los circuitos de “gran público” y quedan limitadas a pequeñas muestras privadas o festivales alternativos. Pregunta obligada era saber cómo es que hay tanta presencia mexicana, Legann respondió que: “Es gracias al apoyo del Instituto Cultural de México en Francia -dependiente de la Secretaría de Relaciones Exteriores-, el cual no sólo promueve el cine sino que da apoyo para la exhibición y para la presencia de un miembro del crew”. Las cintas mexicanas las comentaremos en los siguientes números gualdreños. El Palmarés Documentales Gran Premio: Made in Bangkok, de Flavio Florencio. Premio del Jurado: La nuit s’achève, de Cyril Leuthy.
sobre todo dentro del barrio del Marais, en un intento por salvar y conservar el barrio ante la invasión de las grandes cadenas de lujo que lo están convirtiendo en un Disney de la moda y glamour borrando la alternatividad cultural que lo caracterizaba. Además, no es una selección solamente de refritos ya exhibidos, sino que han conseguido, y de esto está orgulloso
Cortometrajes Gran Premio: Il Manichino, de Renato Muro. Premio del Jurado: Daniel, de Dean Loxton. Largometrajes Gran Premio: De l’ombre il y a, de Nathan Nicholovitch. Doble premio de interpretación: Amira Casar, en The last summer of the rich, de Peter Kern; y David D’Ingéo, por De l’ombre il y a, de Nathan Nicholovitch.
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7 de DICIEMBRE DE 2015
Carmín Tropical, de Rigoberto Perezcano, en el Festival de Cine Gay de París Por Geoffroy Huard
Cine
Luis Alberti. Actor. Alberto Hidago, fotografía.
Fotograma de Carmín Tropical, una película de Rigoberto Perezcano
Este año, tras más de 20 ediciones, el Festival de Cine Gay de París Chéries-chéris (Queridas-queridos) ha hecho honor al cine del continente latinoamericano sobre diversidad sexual, en especial al cine mexicano, con tres largometrajes, un documental y un cortometraje. Quizás el más famoso sea el de Rigoberto Perezcano, Carmín Tropical, una cinta galardonada el año pasado en el Festival de Cine Morelia y este año en los premios Ariel. Se trata de un thriller con un tema de fondo, la transfobia en un pueblo de Oaxaca. Es la historia de Mabel, una joven cantante, que regresa a su ciudad natal para descubrir quién es el asesino de su amiga, un “muxe” como ella. Un “muxe” (cuyo origen data de la época precolombina) es un transgénero en la comunidad zapoteca que no se define como hombre ni como mujer y que es aceptado, incluso valorado en su comunidad. Perezcano, de etnia zapoteca, subraya en esta cinta la relativa aceptación social de los muxes. Sin embargo, nos muestra que no es una comunidad completamente aceptada y que siguen sufriendo las discriminaciones de los transgéneros. A pesar de la aceptación social, sufren agresiones y asesinatos. Todo ello se ve a través de la historia de amor que va surgiendo entre Mabel y Modesto, el atractivo actor Luis Alberti, que aparece como un taxista enigmático hasta el vuelco final que no puedo desvelar aquí. La película tuvo cierto éxito en el festival de cine gay de París. Esperemos que consiga estrenarse en algún país europeo y corra la misma suerte que en México, sobre todo por el tema original de los muxes (desconocido en Francia).
propuso para un personaje, el director me conoció y por suerte decidió que yo era el indicado para hacer al personaje de Modesto, eso fue todo.
Entrevista con el actor Luis Alberti, “Modesto” en la película Carmín tropical Geoffroy Huard: ¿Podrías comentarnos cómo surgió el proyecto de Carmín Tropical? Luis Alberti: La película Carmín Tropical era un proyecto que Perezcano tenía en el tintero desde hacía años y bueno, en el momento que finalmente se levantó la producción, la directora de casting, Viridiana Olvera, me
GH: ¿Cómo fue la recepción de la película en México? LH: La película ha sido muy bien recibida en México, tanto la opinión del público, la prensa, la crítica y la gente del medio, han arrojado muy buenos comentarios, críticas maravillosas y muy buena prensa; es una película que gusta mucho y estuvo reportando muy buenas entradas a pesar de haber estrenado con poquitas copias; ahora mismo está recorriendo las salas del país y va muy bien. En México ganó el Premio del Festival de Cine de Morelia como Mejor Largometraje Mexicano en 2014 y fue nominada a 10 Arieles de la Academia Mexicana; entre ellos, yo mismo estuve nominado para mejor coactuación, la película ganó el Ariel a Mejor Guión. En general parece que la película funciona y es muy disfrutable. Estamos muy contentos y agradecidos. GH: Tras la película Eisenstein en Guanajuato y esta película Carmín Tropical, ¿no te da miedo a que te encasillen como “actor gay” o “actor que hace de gay”? LA: Acerca del encasillamiento, bueno, claro que no quiero que eso suceda; ningún actor quiere ver su carrera limitada a sólo un tipo de personajes; en efecto estoy buscando otro tipo de proyectos y por suerte están surgiendo; por otro lado, tengo en mi carrera otros personajes antagónicos que no tienen nada que ver con homosexualidad y confío plenamente en el criterio y el ojo inteligente tanto de los directores, productores y castineros, que reconocen en mí un rango bastante amplio de posibilidades y características que al parecer, se han podido apreciar en mi trabajo y mi imagen a cuadro, cosa que agradezco infinitamente. Considero que eso es principalmente lo que está marcando el despegue de mi carrera y eso es mucho más interesante y valioso en un actor, que el hecho haber hecho un par de personajes en películas con contenido relacionado con homosexualidad o cualquier otro tema o tipo de personaje en el que se le pueda encasillar. Por otro lado, si analiza-
mos los personajes de estas películas, ninguno es propiamente “gay” a secas (cosa que de cualquier forma no sería “mala”) y son personajes muy complejos; de modo que no tengo miedo en ese sentido, confío en la inteligencia de la gente del medio, la prensa y la audiencia que son quienes me han recibido y abrazado muy generosamente. Voy llegando, estoy iniciando mi carrera y confío en que vendrán proyectos y personajes de todo tipo. GH: ¿Podrías comentar algo acerca de tus próximos proyectos? LA: Mis próximos proyectos son la película que estoy filmando ahora mismo que se llama Muchacho de Campo, producida por cinema Máquina y dirigida por Alfredo Marrón; una película muy linda situada en una comunidad rural de la costa mexicana en la década de los 90’s. Viene también otra película llamada Un día salvaje, dirigida por José Antonio Hernández, cineasta egresado del CUEC, que plantea de cierta forma una relación entre agentes policiacos de un cuerpo especial del Estado con el ejército; una historia de honor, corrupción, escrúpulos y traición. Estoy arrancando también un par de proyectos de teatro para el próximo año: uno es un planteamiento y reflexión acerca del sentido de la libertad tomando como pretexto el contexto del 68 y los personajes de Sócrates Campos y José Revueltas. La obra la escribe Tania Campos y será dirigida por Alejandro Guerrero, compañero de Casa del Teatro con una extensa trayectoria. El otro se llama Medidas Extremas, una traducción de Natalia Traven de la obra de William Mastrosimone, Extremities, una obra muy divertida pero a la vez profundamente violenta y conmovedora que nos hace reflexionar sobre el machismo, el feminismo, y la violencia de género, tema urgente en nuestro país; ahora estamos en el proceso de levantar la producción, conseguir los derechos y echarla a andar. Esta obra la dirigirá Bárbara Riquelme, una joven directora egresada de Casa Azul y con estudios en Francia que ha demostrado un alto nivel de compromiso, calidad y sentido del humor en su trabajo.
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LA GUALDRA NO. 225
La Encuesta Nacional de Lectura 2015 (Primera parte)
Literatura
Promoción de la lectura
Por Eduardo Campech Miranda Recientemente se dio a conocer la Encuesta Nacional de Lectura 2015. Las opiniones en torno al tema fueron encontradas. Por un lado, había quien manifestó un exacerbado júbilo, porque habíamos superado los cinco libros anuales. Algo así como el famoso quinto partido en un Mundial de Futbol. Por el otro, aquéllos a quienes les pareció una herramienta manipulada. Lo mejor: ambas posturas vertían sus apreciaciones en redes sociales y exhibían lo alejado que les resulta la lectura en su vida cotidiana. Mis dudas no están puestas en la encuesta. Mis dudas están en un gran número de quienes opinaban. El conocer cuántos libros al año leemos los mexicanos ha sido un dato que se ha intentado determinar desde la década del noventa del siglo pasado. Una de las primeras metodologías empleadas fue computar los libros vendidos en las librerías y establecimientos comerciales junto con los libros prestados en bibliotecas públicas. Desde luego que el sesgo
era inmenso, ya que dejaba fuera el préstamo personal y las socorridas fotocopias (con sus respectivos préstamos), de tal manera que no era posible determinar cuántos libros leíamos. Con los años se decidió levantar la primera Encuesta Nacional de Lectura. En 2006 aparece por primera vez la Encuesta Nacional de Lectura, ejercicio estadístico auspiciado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) arrojaba un consumo per cápita de 2.94 libros al año. En ese momento, uno de los datos a resaltar era la caída en la práctica lectora a medida que la población cumplía dieciocho años. Además de que el mercado digital aún era incipiente. En esta encuesta no se consideraron materiales no impresos, y consideraba varios cuestionarios específicos: para preescolar; para el rango de primero a tercero de primaria; para el rango de cuarto a sexto grado de primaria; para secundaria, todos los anteriores fueron aplicados a
maestros frente a grupo; para directores. Se observa que no aparecen otros actores que no sea el magisterio. Hacia el 2006 ya se habían cumplido, al menos, veinte años de los programas de promoción de la lectura articulados desde el gobierno federal. Los Libros del Rincón sólo atendían a la educación básica, he ahí una de las explicaciones a la caída estadística referida en el párrafo anterior. En ese mismo año el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) también levantaba su encuesta. Sin embargo, ésta incluyó a personas mayores de doce años, independientemente de su rol laboral. Es obvio que en estos tres ejercicios, en función de la metodología implementada en cada uno de ellos, arroje resultados distintos. Adelanto: por ello no me extraña el gran salto que da el indicador per cápita este año. Hay una serie de factores, además de los propios de la Estadística, que pueden explicar tal fenómeno.
Si los perros ladran
El Picaporte
Por Rebeca Mejía López
Por Simitrio Quezada
Existen numerosos mitos en torno a El Quijote, quizá uno de los más conocidos sea el que concierne a la famosa frase: “Deja que los perros ladren Sancho amigo, es señal que vamos pasando”. Dicho popular erróneamente atribuido a don Quijote de la Mancha. Lo cierto es que no aparece en ninguna parte de la obra y ni siquiera fue escrita o dicha por Miguel de Cervantes. Sin embargo, algunos creen que la célebre frase deriva del capítulo IX titulado “Donde se cuenta lo que en él se verá”, de la segunda parte de El Quijote. Media noche era por filo, poco más a menos, cuando don Quijote y Sancho dejaron el monte y entraron en el Toboso. Estaba el pueblo en un sosegado silencio, porque todos sus vecinos dormían y reposaban a pierna tendida, como suele decirse. Era la noche entreclara, puesto que quisiera Sancho que fuera del todo escura, por hallar en su oscuridad disculpa de su sandez. No se oía en todo el lugar sino ladridos de perros, que atronaban los oídos de don Quijote y turbaban el corazón de Sancho. De cuando en cuando rebuznaba un jumento, gruñían puercos, mayaban gatos, cuyas voces, de diferentes sonidos, se aumentaban con el silencio de la noche, todo lo cual tuvo el enamorado caballero a mal agüero; pero, con todo esto, dijo a Sancho: —Sancho hijo, guía al palacio de Dulcinea: quizá podrá ser que la hallemos despierta. En este caso, los ladridos de perros son un mal augurio para cualquier empresa, sobre todo a la luz de la luna, representada míticamente por Diana, la diosa de la noche, cazadora y virgen. Dichos malos agüeros se incrementan con las voces de los otros animales. Hay quienes atribuyen la frase a Orson Welles quien intentó realizar una versión sui generis de El Quijote, y de la cual se dice sólo quedó: “¿Ladran, Sancho, es señal de que cabalgamos?”. Dicha versión nunca se publicó. Hay otros que dicen que el
“También no” es “Tampoco”
verdadero autor de la frase fue Goethe en su poema “Ladrador”, citado más tarde por Schopenhauer en su obra Sobre la voluntad de la naturaleza: “Como dicen aquellos versos de Goethe: El perro quisiera acompañarnos desde el establo; el eco de sus ladridos demuestra que cabalgamos”. Sin importar cuál sea el origen, en el imaginario colectivo predomina la idea de que la cita pertenece al Quijote y es frecuentemente utilizada para referir que si la gente habla es porque nos hemos atrevido a realizar algo fuera de lo común. Usted, estimado lector, ¿cómo interpreta la frase? *Twitter: @RbkMej
De la expresión “tan bien como” surge el adverbio “también”, que manifiesta igualdad, conformidad, semejanza o relación de una entidad con otra ya nombrada. Vendrá mi esposa, también su hermana. Esperan también que cantes. Lo deseo así, también. El “también” es un adverbio positivo. Su contraparte es “tampoco”, el adverbio que también proviene de dos adverbios: “tan” y “poco”. La regla del “tampoco” es simple: se utiliza para negar algo después de haber negado otra cosa. No quiero oro, tampoco plata. Tampoco espero que vengas de buen humor. Carece de bondad y honestidad… tampoco sabe ayudar a otros. De todo esto se desprende que es incorrecto utilizar la expresión “también no”. En realidad, en lugar de eso debe utilizarse el “tampoco”, ya que si decimos “también no” es porque ya hemos establecido una negación. * Lo invito a que envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com
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7 de diciembre DE 2015
Tocar o no tocar
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Por Verónica González Arredondo
Libros
Es posible que los orígenes del libro de artista se remonten a los principios de la escritura en las civilizaciones antiguas, pienso de inmediato en El libro de los muertos de los egipcios con 6 a 7 m. de largo x 2 a 3 m. de ancho, en donde, a través de dibujos y símbolos sobre papiro describe el trayecto del abandono del alma al cuerpo después de la muerte, o bien en los sumerios y, la escritura tallada sobre piedra como un posible inicio de la poesía visual. En el Renacimiento, los cuadernos de trabajo de Leonardo Da Vinci eran manuales ilustrados: cuadernos con recetas de cocina, manuales de viaje a través del cuerpo humano e instructivos para volar. Artistas han realizado a partir de los originales de Da Vinci mini libros pop-up, es decir, modelos de papel en 3D con anotaciones y dibujos resaltados de las páginas, destacando el valor artístico de los cuadernos de trabajo. Los libros pop-up han invadido el mercado de la literatura infantil, en un formato que antecede al diorama en el que al abrir el libro, una página se despliega (literalmente) en un castillo encantado, por ejemplo.
Fue hasta los años 60 cuando el grupo de arte, literatura y música denominado Fluxus, herederos de las vanguardias tardías, explotaron el performance y el happening temprano de lo surrealistas; retomaron la noción que hoy conocemos de libro de artista. En los años 80 el poeta mexicano multidisciplinario –sin duda más interesante y actual– Ulises Carrión, escribió un tratado sobre este tipo de no-libros que nombró work-books o libros de trabajo, e inauguró la primera tienda de libros de artista en Ámsterdam y en el mundo. Y a todo esto, ¿qué es y qué no es un libro de artista? Resumiré brevemente postulados de Carrión en El nuevo arte de hacer libros: el libro debía ser un objeto realizado de principio a fin, artesanalmente, por un autor activo y no pasivo; un libro de pocas palabras y más espacios vacíos; un libro que implicara otra sintaxis, que apostara por su formato y no por su contenido; un libro que estableciera un ritmo y secuencia entre el espacio en blanco y la palabra o imagen; un libro que pudiera echar mano o no de la poesía visual; un libro entendido en su conjunto como un diálogo distinto en cada página, que re-
flexiona en torno al lenguaje, que congeniara en su forma y fondo; un libro que no parezca un libro (convencional). Un libro de artista puede ser identificado por ser una pieza única y, es a fin de cuentas, una pieza u objeto de arte seriado, confeccionado en sus procesos de manufactura, realizado con diversos materiales (reciclable, papel, tela, tejidos naturales, texturas) con la utilización de artes gráficas (fotografía, diseño, escultura y a veces, palabras). Puede clasificarse en libro de artista: el que puede tocarse, hojearse con y sin «h», es decir, manipularse; libro objeto, una pieza escultórica en mediano formato que sólo puede ojearse; e instalación, en gran formato crea una atmósfera en un espacio determinado, los libros pueden ir colgados, apilados, crear muros, figuras para transitar o no entre ellos. Hasta aquí para intentar definir el resultado del proceso creativo que es el libro de artista. De la poesía peatonal al pocket book (o libro de bolsillo) En la búsqueda por insertar es aspecto visual en el libro, ya sea a partir de la fotografía o de la
instalación, José Ángel Higuera nos presenta un libro que toma el formato del ábaco (el sistema antiguo de contabilidad con esferas de colores) Higuera lo realiza en cubos, contradiciendo a la forma en rectángulos alargados, contendidos de versos, uno en cada cara. El lector apelando al juego, deberá conformar su poema, como si de armar un cubo de rugby –en el que figura y color coinciden– se tratara. Frases de amor y azar en un mismo plano de equivalencia (y lo son) trazando un poema distinto en cada giro. La poesía peatonal conformó este ejercicio en plazas y andadores del centro histórico de Zacatecas. El paseante podía detenerse en un semáforo metafórico para construir su propio poema con los versos ya establecidos, ahí el salto del gran formato al de bolsillo, en donde el lector, tal vez en el transcurso de un semáforo o un autobús probará suerte con un ábaco y un cubo rugby deformado entre sus manos para acceder a Un mil veinticuatro poemas. Texto leído para presentar el libro Un mil veinticuatro poemas de José Ángel Higuera, en octubre de 2015. 1
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LA GUALDRA NO. 225
7 de diciembre DE 2015
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Invitaci贸n
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LA GUALDRA NO. 225 / 7 DE DICIEMBRE 2015
Cuento Por Alberto Huerta Para José Ángel Rendón “Si ustedes lo permiten Prefiero seguir viviendo”.
Río de palabras
Francisco Urondo
¿Morirá decapitada Schehrezade en manos del sultán Shahriar cuando se le acaben los cuentos o recurrirá a Google?
Fin de temporada Por Edgar Khonde Durante todo este tiempo que he escrito para La Gualdra, he expuesto cualquier cantidad de temas. Si alguien se lo propusiera, podría compendiar los textos en un libro. Hablar de todo es muchas veces hablar de nada. Ambas categorías suenan muy cercanas. Como soy aficionado a dos series me he propuesto de aquí en adelante escribir bajo ese formato. Es decir, escribir por temporadas. Primera temporada, segunda temporada, tercera temporada. Además que cada temporada trataré un tema. Cada temporada estará compuesta por 12 textos, y entre cada temporada habrá un silencio, un receso. En principio planteo tres temporadas, 36 relatos en total que espero cubran 2016. Y eso es lo que voy a hacer. Le adelanto, estimado lector, que con esta colaboración cierro este año. Para comenzar el segundo lunes de 2016, 11 de enero, con el tema: Comida. Mi colaboración, primera temporada, se llamará: “Me gusta comer”. Gracias. Que tengan bonitas fiestas decembrinas. Spoiler: En la primera columna de “Me gusta comer”, hablaré sobre el vino y el chocolate. Usted puede ir practicando en su casa. Bébase un trago de vino, dele una mordida al chocolate, el placer simplemente lo matará. Además dicen los que saben, que en compañía de su pareja, el maridaje vinochocolate, sencillamente es bestial.
El artista plástico Manuel Felguérez nació en Hacienda de San Agustín del Vergel, municipio de Valparaíso, Zacatecas un 12 de diciembre de 1928. ¡Felicidades, maestro Felguérez!
Señas particulares al amanecer
Caja verde
Por Roberto Galaviz
Por Pilar Alba
* La noche empeoró en un instante, de la ventana sin seña particular alguna sin un flashazo cegador así, casi de la nada amaneció a su sitio volvieron las palabras las ropas las sombras y la sensación de inmortalidad al estar juntos al lugar donde habita, volvió el deseo a su morada común a su domicilio conocido
en donde, de tedio muere regularmente el idioma aprendido entre las sábanas se extinguió con el último beso y entre la bengala luminosa del primer rayo solar en ese momento, iluminado con tu belleza más que con la certeza del final pasajero me di cuenta: de tu cuerpo aunque amanezca mil veces jamás podré salir vivo.
Hay una historia de amor escondida en una caja verde. Es una historia escrita en cartas, unas de ida otras de vuelta; llenas de palabras que no tenían sentido hasta que eran leídas, escritas, escritas y leídas. Algunas tienen fotografías otras, mechones de cabello. Hay también un pañuelo finamente bordado con el que alguna vez se enjugaron lágrimas de ausencia y se acallaron voces de júbilo. Es una historia de amor, repito, de ésas que uno cree imposibles pero que existen, son garbanzos de a libra que no se parecen en nada a las historias que vemos en las películas o a las de las novelas románticas que nos dejaban como lecturas obligadas. Es una historia de amor y punto como dije: resguardada bajo llave en una caja verde; que sólo se abre cuando parece que el amor se extingue, cuando salta la duda, cuando germina el problema. Entonces sucede que el aire contenido en cada una de las palabras se vuelve conjuro para alejar los demonios que invaden al amor. Las promesas y los compromisos, se renuevan. Entonces cuando parece que las sombras se disipan volvemos a ser medianamente felices.