La Gualdra 309

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 309 /// 18 DE SEPTIEMBRE DE 2017 /// AÑO 7

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Cartón de Antonio Helguera (@ahelguera) | La Jornada

De las muchas opciones que hay para ayudar a los damnificados a causa del sismo acontecido el pasado 7 de septiembre en el sur del país, le presentamos dos: la primera de ellas es que deposite en efectivo a la cuenta sugerida en esta portada, ésta es una iniciativa del Mtro. Francisco Toledo, de Oaxaca. La segunda es que sume a las actividades de “De corazón…. va por el Sur”, un proyecto zacatecano que tiene considerados una venta-subasta de gráfica contemporánea y un concierto colectivo el jueves 21 de septiembre en el Teatro Fernando Calderón, de las 16:00 a las 21:00 Hrs. Lo recaudado será depositado en la cuenta Banorte 0324 3793 85, CLABE: 0726 1700 3243 7938 5 del Comité Autonomista Zapoteca Che Gorio Melendre A.C.


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La Gualdra No. 309

Editorial

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l amor visto por el arte, es un proyecto de artes plásticas coordinado por la crítica Avelina Lésper que reúne a 34 artistas del país para integrar una colección de obras de arte cuya temática gira alrededor del concepto del amor. Los artistas plásticos en esta ocasión “Recrean su visión del amor. Amor sagrado. Amor imposible. Amor filial. Amor al pasado. Amor loco. Amor perdido. Amor a la naturaleza. Amor al color. Amor a la vida. Amor a la nostalgia. Amor al vacío. Amor al prójimo. Amor a los animales. Amor eterno. Presente en el arte desde sus orígenes. Amor al arte”. Hace algunos años, en la primera edición de este proyecto, El Milenio visto por el arte, participaron dos artistas zacatecanos: Manuel Felguérez y Alfonso López Monreal. En la colección de este 2017, participan cuatro artistas más: Georgina Gómez, Susana Salinas, Enrique Barajas Pro y Juan Carlos Villegas. Los cuatro fueron invitados este año para realizar cada uno un cuadro que integrará esta serie y que pasará a ser parte de la colección de Fundación Milenio; las 34 piezas se exhibirán juntas en una exposición que itinerará por varios estados del país. Como parte de este proyecto, Avelina Lésper vino a Zacatecas a entrevistar a los artistas participantes; las entrevistas comenzaron a transmitirse en Milenio TV a partir del mes de mayo pasado: el día 6 se proyectó la de Georgina Gómez y el día 13 la de Susana Salinas. Luego, el 19 de agosto se transmitió la de Enrique Barajas Pro y este fin de semana le tocó el turno a la entrevista de Juan Carlos Villegas. Los videos de los artistas participantes pueden ser vistos en YouTube, pero en esta ocasión los invito especialmente a que vean los de los artistas zacatecanos. ¿Por qué especialmente? Porque son creadores de nuestro Estado y porque fueron considerados para participar en un proyecto nacional, lo que habla de su profesionalismo y talento. También, porque necesitamos de noticias buenas y el hecho de que hayan sido seleccionados entre tanta diversidad y calidad de artistas en el país es un muy buen indicio de que en Zacatecas se continúa con esta tradición vinculada con las artes plásticas.

Contenido Hay, además, un dato que deseo compartirles, los cuatro fueron alumnos del Taller de Pintura y Grabado Julio Ruelas en Zacatecas; en distintos momentos y en periodos diferentes pasaron por éste que es el taller más antiguo del Estado. Fundado por Alejandro Nava (1956-2014) a mediados de la década de los años 80 del siglo pasado, este espacio ha sido un semillero de buenos artistas. En su fundación colaboró también otro artista zacatecano, Ismael Guardado, quien donó el primer tórculo al taller y cuyas relaciones con otros colegas fueron utilizadas para que vinieran a Zacatecas maestros cuyas enseñanzas fueron aprovechadas también por las distintas generaciones de alumnos, quienes aprendieron aquí distintas técnicas de grabado y pintura. Hoy podemos decir que la importancia de este taller radica en que lo ahí aprendido sirvió para que posteriormente los artistas se independizaran; algunos de ellos han fundado sus propios talleres y otros siguen trabajando en sus estudios particulares, como es el caso de Susana Salinas, Georgina Gómez, Enrique Barajas Pro y Juan Carlos Villegas. De ellos hemos de decir que tienen lenguajes distintos: Georgina está enfocada al arte abstracto; mientras que en los otros tres hay una tendencia más clara a lo figurativo. Los cuatro son diferentes, pero hay en ellos una característica que los une: su amor por el arte. Actualmente, cada uno de ellos se dedica de tiempo completo a la creación, y decir esto en tiempos como los que nos ha tocado vivir, es un asunto encomiable. Los invito pues a ver sus entrevistas, pero también a que conozcan más de su trabajo. Busque en las redes sociales sus páginas, todos ellos tienen un espacio en el que comparten cotidianamente lo que están produciendo; en las galerías de la ciudad también puede encontrar su obra; y si acaso usted deseara visitarlos en su estudio, seguramente también existe la posibilidad de que así sea. Es momento de apoyar el arte zacatecano, el arte producido por todos nuestros artistas, y que por cierto, se hace muy bien. Que disfrute su lectura

Directorio

El origen de las fiestas patrias en México. Por Edgar J. Ávila Castro

Todo ejercicio periodístico es capaz de lograr cambios sociales: Cristina Ávila Zesatti Por Editorial Texere

La agonía de Julio Ruelas Por Francisco Javier González Quiñones

Parkour Pop.ético nos invita a saltar las bardas que nos separan de la poesía Por Armando Salgado y José Agustín Solórzano

It comes at night: el horror de la supervivencia Por Adolfo Nuñez J. Lectura para la paz Por Eduardo Campech Miranda

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Desayuno en Tiffany´s, mon ku Retrato de pintor en sombras. Gauguin, de Edouard Deluc Por Sergi Ramos Alquezar El Picaporte Beneficiencia o beneficencia Por Simitrio Quezada

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Cuentos & Canciones Conmemorando un año más sin Gustavo Cerati Por Rebeca Medina Aragón Un remake Por Eduardo S. Rocha

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De pronto Por Bernardo Araujo Quinto patio Por Alberto Huerta Musa Por Pilar Alba

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Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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El origen de las fiestas patrias en México 6 Por Edgar J. Ávila

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a construcción de sentidos y significados patrios en México ha representado un escenario altamente significativo en el que a través de ensayos, prácticas y varias representaciones se ha deseado incrustar desde el siglo XIX, plena conciencia del ideal de modernidad a través de modelos que fueron capaces de conseguir la independencia, la libertad y el nuevo orden político alejado ya de las monarquías del Antiguo Régimen. Las festividades patrias son un claro ejemplo de lo anterior, pues de acuerdo a lo que señala Ernesto de la Torre Villar: [...] los mexicanos hemos rememorado las fechas que marcan hitos, jalones en nuestro desarrollo: el inicio de nuestra vida independiente, las batallas cívicas y militares que han asegurado el uso y disfrute de nuestras libertades, el goce pleno de nuestros derechos, los triunfos morales y políticos que han quedado consignados en nuestras leyes y en nuestras instituciones. Lloramos las desdichas tanto colectivas como las propias, nuestros fracasos ciudadanos, la muerte de nuestros dirigentes sociales, intelectuales y espirituales.2

Es difícil negar que la conciencia de los pueblos esté integrada de todo ello, y que para vigorizarla se haya visto en la necesidad de recordar públicamente hechos, personas, sucesos y acciones. Comenzamos a celebrar la patria en los primeros años de nuestra vida nacional, toda vez que, cuando los caudillos y dirigentes políticos empezaron a recurrir a este tipo de actos de solemnidad, creyendo así mantener y avivar la conciencia histórica de la población en momentos de cohesión social, fortaleciendo así la unidad nacional. Durante la guerra de Independencia, los insurgentes fueron los primeros que se preocuparon por conservar y reconstruir a través de sus discursos, la memoria de sus seguidores, las acciones heroicas y los ideales de los iniciadores del movimiento de lucha surgido el 16 de septiembre de 1810: Miguel Hidalgo, Josefa Ortiz de Domínguez, Mariano Abasolo, Juan e Ignacio Aldama, e Ignacio Allende, por mencionar.

Entre las primeras propuestas para establecer un calendario de conmemoraciones de carácter patrio en el país, destaca el documento escrito por Ignacio López Rayón en 1812 dirigido a José María Morelos, titulado: Elementos o puntos de nuestra Constitución, en el que menciona los ideales de Hidalgo y los suyos.3 En uno de los puntos citados menciona un calendario de festividades cívicas que los insurgentes tendrían que solemnizar como las más venerables de la nación:

Historia

Castro1

Los días 16 de septiembre, fecha de la proclamación de Independencia. El 29 de septiembre y el 31 de julio, cumpleaños de Hidalgo y Allende. El 12 de diciembre, consagrado a la Virgen de Guadalupe.

También se dispuso que, para mantener vivo el recuerdo y sentirlo como gloria y honor, se debían establecer cuatro órdenes militares, a saber: la Orden de Nuestra Señora de Guadalupe, la de Hidalgo, la del Águila y la de Allende, pudiendo ingresar a ellas los magistrados y demás ciudadanos beneméritos que se consideraran acreedores de tal honor. Por su parte, José María Morelos dispuso en uno de los artículos de su evocador documento Sentimientos de la Nación, que el Congreso estableciera como fiesta nacional, la celebración del 12 de diciembre en todos los pueblos, dedicándolo a la patrona de nuestra libertad: María Santísima de Guadalupe, encargando a todos los pueblos la devoción mensual. En otro más se ordenaba solemnizar también el 16 de septiembre para recordar a Hidalgo y Allende. Así, desde 1812, los insurgentes festejaron en pueblos y villas ocupadas o en plena lucha. El grito septembrino se celebró con discursos, misas, salvas de fusilería, quemas de cohetes y regocijos populares, que dieron forma a singulares prácticas de fraternidad, patriotismo y unidad nacional. Cuando concluyó la guerra de Independencia y fue instaurado el imperio de Agustín de Iturbide, el 1 de marzo de 1822, fueron decretados los Días de festividad nacional para perpetuar los grandes acontecimientos correspondientes a la instalación del Soberano Congreso Constituyente, la firma del Plan de Iguala, el juramento del Ejército Tri-

/// Hidalgo. Del muralista mexicano José Clemente Orozco. Pintado en el Palacio de Gobierno del Estado de Jalisco, en Guadalajara, Jalisco.

garante, el grito de libertad en Dolores, y la ocupación de la capital por el Ejército Nacional Mexicano. Para honrar la memoria de los primeros defensores de la patria se tendrían que conmemorar en todos los rincones del imperio como una festividad nacional, los días 24 de febrero, 2 de marzo y 16 y 17 de septiembre.4 En la ciudad de Zacatecas se recibieron dos importantes decretos con la misma finalidad en este año. El primero indicaba la manera en cómo debía celebrarse el Primer Aniversario de la instalación del Imperio Mexicano, pues el Soberano Congreso había ordenado, desde el 26 de febrero de 1822, que la regencia, al tiempo de circular y publicar las instrucciones en todo el territorio, dispusiera la celebración de una solemne misa de acción de gracias —con la asistencia de todas las autoridades—, seguida de salvas de artillería e iluminaciones durante tres días. El segundo, emitido en 1823 y que trataba también sobre la cele-

bración de fiestas religiosas y civiles de carácter nacional, estableció dos fechas conmemorativas: el jueves y el viernes santos, así como el día de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre.5 En el ámbito secular, posteriormente se establecieron dos fiestas cívicas: el 16 de septiembre y el 4 de octubre, aniversarios del primer grito de Independencia y la sanción de la Constitución de 1824, respectivamente, iniciando así la conmemoración temprana de las fiestas patrias en nuestra entidad y en el resto del país. Mtro. en Historia por parte de la UAZ; miembro fundador y activo de la Asociación de Historiadores Elías Amador A.C.; docente del COBAEZ. 2 De la Torre Villar, Ernesto, La conciencia nacional y su formación. Discursos cívicos septembrinos (1825–1871), UNAM, México, 1988, p. 7. 3 De la Torre Villar, Ernesto, op.cit., p.10. 4 Dublan, Manuel y Lozano, J.M., Legislación Mexicana o Colección completa de las disposiciones legislativas expedidas desde la independencia de la república, México, 1876, p. 599. 5 AHEZ, fondo: Poder legislativo, serie: Leyes y decretos, caja: 1, folio 2, 8 de marzo de 1822. 1


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Libros

Todo ejercicio periodístico es capaz de lograr cambios sociales: Cristina Ávila Zesatti Editorial Texere platicó con la autora de La paz que sí existe (y que el periodismo ignora) sobre varios temas de actualidad. A propósito de la nueva edición de este libro, con prólogo de Jake Lynch la periodista y escritora zacatecana habló desde su perspectiva como Periodista de Paz.

6 Por Editorial

Texere

A

propósito de la segunda edición de La paz que sí existe (y que el periodismo ignora), prologada por Jake Lynch, Editorial Texere platicó con la periodista y escritora zacatecana Cristina Ávila Zesatti, para que saber su punto de vista sobre varios temas de actualidad relacionados con el contenido de su libro, mismo que será presentado el próximo 23 de septiembre, en la Ciudad de México. Cristina, alguna vez mencionaste que el “mundo ya no funciona”. Bajo esta perspectiva y como periodista promotora de la paz, ¿cuál es tu opinión acerca del atentado en Barcelona y los conflictos raciales en Estados Unidos? Creo que, de un tiempo para acá, el mundo, tal como está organizado, ya no es funcional para ninguno de quienes habitamos este planeta. Lo que estamos viviendo, pues, es un cambio de paradigma en todos los sentidos y en todos los sectores. Por eso pudiera parecer que todo es mucho más violento, pero para mí es evidente que lo que sucede es que “nos estamos haciendo conscientes” de nuestra violencia: en eso consiste el cambio de paradigma, un cambio que desde mi punto de vista es interesante y además crucial, pero no está siendo un cambio sencillo, al contrario, estamos atestiguando nuestra propia complejidad social. Esto es, justamente, algo que creo que se le está escapando al periodismo convencional, es decir: el hecho de intentar comprender, primero, para explicar después, qué hay detrás de los “sucesos” violentos, porque todo tiene un contexto, una raíz, un principio conflictivo que es necesario conocer si queremos desenmarañar el nudo social en el que nos hemos enredado. En mi cobertura, haciendo periodismo de paz, lo que intento es que mis lectores se pregunten qué dice la

realidad sobre nosotros, sobre la sociedad que tenemos, para así empezar a dilucidar ¿qué posibles soluciones deberíamos irnos planteando? Debido a la proyección que alcanzó este volumen, Editorial Texere apuesta por la segunda edición de estas historias de periodismo literario que son testimonios cotidianos de personas y personajes en regiones marcadas por la violencia. Esto no exime a México. Por ello, preguntamos a Cristina hacia dónde considera que debe o deberían orientar su labor los periodistas en nuestro país, donde su labor implica arriesgar la vida. En el México de nuestros días todos, absolutamente todos, y no solamente los periodistas, vivimos con la vida en peligro y estamos en vilo. Este tema para mí es delicado,

puesto que yo no considero que los periodistas deberíamos ser tratados como “seres especiales” … después de todo, ejercer (o no) esta profesión, aún en condiciones de guerra, es una elección personal. En gran parte del mundo, pero muy especialmente en México, medios y periodistas están, cotidianamente, legitimando la violencia con su discurso mediático y mediatizado: los medios también son violentos y por ende, participan activamente, con su arsenal de imágenes y palabras, a construir, una y otra vez, la estructura de la violencia; pero la gran mayoría de los periodistas mexicanos prefieren negar su participación (una participación que es activa y sumamente negativa) en el rompimiento del tejido social. Medios y periodistas también incitan al miedo y al odio de manera constante, y luego, la realidad violenta se vuelve también contra ellos. Es preciso comenzar a

aceptar esta dura realidad de nuestra prensa. La motivación ética de la cobertura, el tratamiento de la realidad y los contenidos son fundamentales para que, otro discurso mediático comience a construir otra realidad social. También pusimos el dedo en la llaga y finalmente cuestionamos: Cristina, ¿por qué es pertinente hablar, escribir y/o hacer un periodismo de paz?, como haces tú en La paz que sí existe (y que el periodismo ignora) Estudiar “Cultura de Paz” me cambió la perspectiva. Literalmente, me cambió la vida. Descubrí que existe todo un “universo”, podríamos llamarle, incluso, paralelo, de gente que está dedicada a “estudiar la paz”, a buscar sus fundamentos, a comprenderla y a intentar provocarla, enseñarla y compartirla. La paz es un concepto poco comprendido, y muy prostituido. Como

periodista, con más de 23 años de experiencia, sé con certeza que todo ejercicio periodístico es capaz de lograr cambios sociales, la gran cuestión es: ¿hacia dónde estamos encaminando el cambio social con un periodismo que sólo da cuenta de los problemas pero que jamás nos pone frente a las soluciones? No se trata de “fingir” que la realidad violenta no existe, sino de acercarnos a esa realidad que nos duele desde una perspectiva y un enfoque periodístico que sea capaz de motivarnos a cambiarla, no solo a regodearnos en el dolor, sino de inspirarnos a sanar nuestras heridas sociales. La paz que sí existe (y que el periodismo ignora) con prólogo de Jake Lynch, reconocido periodista de paz y director del Centro de Estudios de Paz y Conflictos de la Universidad de Sydney está disponible en Gandhi librerías.


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La agonía de Julio Ruelas [El regreso a la patria. Jorge Enciso. RM, 01 de octubre de 1907]

6 Por Francisco Javier

González Quiñones

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esús Luján estaba intranquilo, y con justa razón, la tos de Julio Ruelas, su amigo y protegido era cada vez más preocupante y con frecuencia venía acompañaba de crisis asmáticas que dificultaban la respiración. A pesar de que con anterioridad Julio había pasado gratas temporadas en Saint Malo, en la ribera de Bretaña, ahora el veraniego clima de Trouville no parecía favorecer su precaria salud. En esas circunstancias, el artista zacatecano no estaba disfrutando a plenitud las diversas actividades de ocio por las que Trouville, en el litoral de Normandía, era conocido y frecuentado por la aristocracia europea y por aquéllos que podían darse el lujo de pasar largas temporadas en ese paradisiaco lugar. Sin duda, Jesús E. Luján, millonario chihuahuense y mecenas de la Revista Moderna, podía darse ese lujo y por eso había arrendado una pequeña villa rústica en los alrededores de la elegante Trouville. Jesús Luján, en compañía de Julio Ruelas y un selecto grupo de acompañantes, planeaba quedarse todo el mes de agosto de 1907 en esa residencia, pero la tarde del día 18 de ese mes, después de entretenerse un buen rato en el cercano hipódromo de Deauville y de un paseo en automóvil, la salud de Ruelas se volvió aún más crítica, ante la más leve caminata se mostraba fatigado y le dolía la garganta al pasar los alimentos. El médico, que con prontitud acudió a la llamada del señor Luján, de inmediato puso en marcha un enérgico tratamiento que logró aliviar a Julio, el tratamiento consistió en aplicar sanguijuelas en los pulmones, esponjas empapadas en agua caliente en la garganta y una cataplasma alrededor del cuerpo, a la altura del pecho. Al día siguiente y después de una meticulosa revisión el doctor diagnosticó que Ruelas tenía un principio de tuberculosis pulmonar, su recomendación fue reposo absoluto y además aconsejó llevar al enfermo a un afamado sanatorio de los Alpes. Siguiendo las indicaciones médicas, Ruelas guardó reposo desde el 18 hasta el 26 de agosto, pero dos días después convino con el señor Luján regresar a la capital francesa, con la intención de hacer los preparativos para salir rumbo a los Alpes. Ese mismo día, es decir el 28 de agosto, tomaron el tren en la Gare Deauville-Trouville y después de 4 horas llegaron a la concurrida estación de San Lázaro en París. De inmediato se trasladaron hacia el Hotel de Suez, en el número 31 del Boulevard Saint-Michel, ya que ahí

/// Julio Ruelas. Autorretrato. 1900. MUNAL.

residía Julio Ruelas. La austeridad del lugar contrastaba con el lujo de la villa de Trouville, pero ése era el hogar de Ruelas y ahí tenía lo necesario. Jesús Luján conocía muy bien a Ruelas y por eso apoyó su decisión de regresar al Hotel de Suez, su cercana ubicación con el barrio latino era muy estimulante para nutrir el espíritu de Ruelas. Más allá de la amistad, Jesús Luján valoraba mucho el talento del artista y lo llamaba cariñosamente El Genio. Este talento quedó plasmado en dos obras del magistral pintor que aluden al mecenas chihuahuense: La entrada de don Jesús Luján a la Revista Moderna (1904) y Retrato de Jesús Lujan (1901), ambas obras son óleos sobre tela, el primero de 30 x 50.5 cm y el segundo de 179 x 140 cm. Ahondando un poco sobre esta admiración del mecenas hacia el artista zacatecano, uno de sus contemporáneos, Jesús Sánchez Azcona aseguró que el señor Luján fue clave para

que Ruelas se fuera a Europa, ya que tenía el propósito de “sustraerlo de la callejera y estéril bohemia que entonces imperaba en México, y de abrir nuevos y más extensos y remuneradores horizontes a sus admirables facultades de artista”. Una rápida revisión a la insólita obra de Ruelas durante 1904-1907, permite aseverar que el propósito del señor Luján se logró en buena medida, ya que de ese periodo datan El sueño de Athos (1905), Auto de Fe (1906), Buitre herido (1906), La crítica (1906), La bella Otero (1907), La escalera del Dragón (1907) y Fuegos fatuos (1907), sólo a manera de ejemplo. Ya estando en París, Ruelas decidió considerar la opinión de otros médicos, quienes, con la certeza que permiten los análisis clínicos, determinaron que él no tenía el bacilo de la tuberculosis. Ante estos resultados el viaje a los Alpes se suspendió y eso dio la pauta para que Julio intentara recobrar

sus rutinas. Así, desde los primeros días de septiembre, sus amigos pudieron visitarlo en el Hotel de Suez. En una de las tertulias, surgidas a raíz de esas visitas, Ruelas confesó dos de sus preocupaciones, su muerte y su regreso a México. Así, en relativa calma, pasaron los días hasta que la tarde del sábado 14 de septiembre Ruelas, en su afán de ser optimista y como un buen flâneur, salió a caminar un poco por las calles aledañas. Salir de su refugio y hogar tuvo graves consecuencias, regresó tan agitado que hubo que llamar a un doctor, el cual por fortuna logró aliviarlo lo suficiente para que durmiera esa noche, el mismo médico le recomendó a Ruelas que un especialista revisara su laringe. Antes de irse a dormir, Julio platicó con un amigo que estaba próximo a regresar a México, razón por la cual le pidió que transmitiera sus saludos a don Justo Sierra, haciéndole saber que trabajaría con empeño para que no le quitarán su pensión. Habiendo reposado esa noche, la mañana del día siguiente Julio Ruelas expresó su deseo que lo revisara un laringólogo, pero por ser domingo no fue posible encontrar alguno disponible. El resto del día transcurrió entre ligeros ataques de asfixia que esa tarde dominical se hicieron más intensos. Cerca de de las 11 de la noche se sentía mucho mejor y por eso la mayoría de quienes lo acompañaban se retiraron, sin embargo algunos amigos decidieron permanecer con él para cuidarlo. El descanso de Julio fue breve, pues a las dos de la madrugada empezó la angustia con un ataque de asfixia que fue mitigado con la aplicación de esponjas húmedas y calientes en su garganta. A partir de ese momento ya no hubo calma, al dolor físico se sumó una crisis nerviosa que lo llevo a exclamar: ¡Mamá, mamá! Y después ¡Dios mío! A las 5 de la mañana la situación era desesperante, sólo había pasajeros instantes de alivio, en los que Ruelas, estrujándose la garganta, lamentaba que no hubiera un médico que pudiera saber con certeza cuál era su padecimiento. Tal vez ese erudito era el laringólogo que esperaban, pero ya no fue posible confirmarlo, pues a la 6:10 de la mañana, del lunes 16 de septiembre de 1907, poco antes de que el laringólogo arribara al Hotel de Suez, Julio Ruelas murió. Ante esa realidad de la fragilidad humana, la habitación de Ruelas, inundada por una silenciosa sinfonía, se impregnó de una tristeza que pronto destiló lágrimas. Una bella dama atravesó la alcoba y con sutil elegancia dejó fluir su dolor en un catártico abrazo al cadáver de Julio Ruelas, quien con renovado ánimo ya saludaba a su familiar y eterna amiga.

Arte

Ruelas tuvo una amiga familiar: la muerte, con la cual vivió siempre en comunión. Todo su arte se extiende entre muerte y el dolor, y en admirables dibujos y aguas fuertes hizo el mejor poema grafico que de la muerte se haya hecho.


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Parkour Pop.ético nos invita a saltar las bardas que nos separan de la poesía Poesía

6 Por Armando Salgado

y José Agustín Solórzano

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arkour Pop.ético es un mapa poético que reúne a poetas de las 32 entidades del país, menores de 40 años, cuya actividad literaria tiene la experiencia de contar con obra publicada. La obra está dirigida a jóvenes que estudian en las Escuelas Normales y su publicación se logra a través de la Secretaría de Educación Pública, la Subsecretaría de Educación Superior y la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación. Los ejemplares de la misma serán distribuidos de manera gratuita en las diferentes instituciones formadoras de profesores y también se podrá descargar en Internet. La compilación de los textos estuvo a cargo de Armando Salgado y José Agustín Solórzano, quienes escribieron un prólogo que a continuación les compartimos: Presentación ¿Qué es un poema y qué la poesía? Es difícil contestar estas preguntas cuando no convivimos con los términos. Diferente caso sería si nos preguntaran qué es la comida, o cómo se juega al futbol, tal vez si nos cuestionaran acerca de cómo conquistar a una chica o un chico, no dudaríamos en responder. La poesía no está alejada de esas cuestiones tan vitales. El futbol, la comida, las relaciones amorosas, un programa de televisión, un video de YouTube, todo a su manera tiene algo de poético. Pero entonces, ¿qué es la poesía?, ¿qué, el poema? La respuesta es lo que tienes en tus manos, un libro con distintas formas de ver el mundo, las cuales reflejan un contexto, una cultura y una gama de múltiples influencias, pero no sólo esto. El poema es otra manera en la que puede presentarse la poesía, ella va más allá de los libros y para encontrarla es necesario hurgar en la rea-

lidad para edificar desde nuestra experiencia una definición propia. Transformarla en compañera valiosa. La poesía es ese trayecto con varios caminos para saltar las bardas de la realidad y que sirve para darnos pistas en ese laberinto que es la vida, donde más que llegar al final del mismo, importa más disfrutar la travesía. A pesar de esto, y quizás porque nadie nos ha dicho lo contrario, creemos desde muy pequeños que

la poesía es una composición en verso, casi siempre rimada, que expresa los sentimientos del poeta y que siempre arriba a un mismo sitio por un solo camino. Aunque esta definición ha sido la más usada no significa que sea del todo cierta. Su problema es que limita al poema, y el poema es un ser vivo, como nosotros, que no sabe quedarse quieto y prefiere salir de casa, cruzar la calle, aventurarse en la ciudad o en el campo, o en las encrucijadas o en el horizonte, aunque esto implique montar las azoteas o andar sobre paredes. Así tengamos que abandonar la rima o la escritura en verso, la poesía siempre se mueve y no sabe estar en paz: es un organismo multifacético que va adoptando nuevos recipientes y es posible que nunca defina una sola forma para ser visible. Por eso cualquier definición que hagamos sobre ella será errada, porque la poesía no tiene perímetro ni circunferencias, porque siempre se expande a través de nosotros, de nuestro lenguaje y de los cambios que vamos asumiendo con el paso del tiempo. La intención de este Parkour pop.ético es presentarte un conjunto de textos que fueron escritos por poetas vivos, menores de 40 años y que actualmente residen en México. Cualquiera de los autores puede ser googleado para buscar algo más de su trabajo y conocerlos, sin necesidad de una semblanza que sea otra barda más que limite acercarnos al poema, pues consideramos importante que la obra hable por sí misma, darle un rostro al texto y decir que quienes están reunidos, son seres comunes que también se preocupan por no tener atún en la despensa y que muchos de ellos se iniciaron como lectores, tal vez leyendo una antología como ésta, o comprando aquéllas que reunieron los cien mejores poemas de amor, o que, simplemente, decidieron adoptar una poética como un modo de asumir su creatividad. De tal manera, ofrecemos un mapa poético para las nuevas generaciones de profesores en su formación inicial, para que lean el pulso de la escritura de las 32 entidades de la república, y con ella, logremos saltar cualquier obstáculo que nos impida leer un poema.


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36 [Daniel Fragoso Torres, 1980] He sobrevivido a todos los días viernes de esta Semana Santa, al peso rapaz de su ira y a las heridas que el acero de la realidad me regala.

Mi suerte es un globo aerostático que se derrumba abismalmente al suelo. Y aún así he comprendido muy tarde que todo en esta vida se trata sobre amor y destino. Muchas mañanas no reconozco al hombre que envejece en el espejo y otros días, esa misma imagen me empuja a resistir al presente. Millones de dudas recorren mi sistema arterial, germina en mí la certeza de saber que en medio de la hora más oscura de la noche siempre vendrá el sol a incendiarme.

Selección de poemas Parkour Pop.ético Dios [Jair Cortés, 1977] Quien quiera que seas, en el lugar en que estés, trata de ser ausencia, para evitar estas preguntas, para que este monólogo no nazca, para curar mis heridas sin respuestas. Como te llames, llámate nada, por mucho poco. Del color de tus labios, del cielo que hayas visto, olvídalo todo; que tus ojos ya no lloren por el espejo, alza las manos y húndete en ti, hasta el fondo, para ser eso que ya no eres. Quien quiera que seas, cierra para mí tu puerta, por venganza o por miedo. Vacía tu memoria. Como se llame tu patria, levanta la bandera del destierro, calla, no hables… Quien quiera que seas si posees voluntad, ya no me duelas.

La cobardía es un asunto serio [Zel Cabrera, 1988] Mientras lavaba un plato aprendí a llorar la ausencia, la vi a los ojos fijamente, no tuve alternativa, ni lugar para refugiarme. El llanto hizo que detuviera mi tarea de lavar los platos de la cena. Yo misma fui otra llave de agua. Tallé con una fibra el recuerdo de mi abuelo muerto, al que nunca he sabido llorarle. Me encontré enjabonando la culpa de haber llegado tarde a su velorio y enjuagando esos días en los que pensé que enterrábamos al pariente lejano que no pesa. Pero el miedo al dolor es más fuerte siempre prefiero ahogar en la rutina las lágrimas darle la vuelta a lo que duele, para que no duela. Como ahora que intento hablar de platos sucios, para no enunciar ausencias o dolor o muerte y prosigo la tarea de lavar estos platos, porque para nombrar a mi abuelo y decir al mismo tiempo que desapareció, me hace falta ser valiente.

Efeméride [Yelitza Ruiz, 1986] * El día es una puerta entreabierta. Los hombres caminan entre el tufo de la herida, salen a tender lágrimas al sol. Campanas redoblan su marcha, un sonido llama a misa de difuntos. En medio de una procesión llenos de palos y machetes torearon a la muerte. * Caminar sobre el miedo es desconocer terreno, expatriarse de sí: del ruido que provoca la emancipación. No tenemos papel que demuestre arraigo, familiaridad con una parcela, cortina de polvo que deje rastro en la línea del tiempo. * ¿En qué guerra fundamentan su monografía? Son varios los huérfanos de fecha, ya nadie tiene un anuario para llorar su suerte; se han perdido los testigos binarios, bitácora de un ábaco que suma y resta, un círculo que rodea la gubia y el contorno de un cañón. * Hay que barrer la polilla, aquí ya no hay lugar para el pañuelo blanco, hoy nadie se rinde, ya la sangre de los otros son fragmentos suspendidos que naufragan en el río San Juan, o en el río Bravo, nos enseñan la cruz de su fosa, el himno bélico, tradición que sobrevive en el cántico matutino de la escuela. La efeméride de los viajeros, seguirá siendo cantada y repetida en el periódico mural de la memoria. * El luto es el abono coaguloso de la tierra. Mientras una bandera galopea al céfiro, se pregunta si hay libertad en aquellos que la saludan en las ceremonias escolares con una zurda señal –no lo sabe–, son demasiados los héroes y milagros encendidos, este país está poblado de fantasmas.

Poesía

Observé a hombres irse con las mujeres que me gustaban y sentí mucho odio por no ser yo.


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Promoción de la lectura

Cine

It comes at night: el horror de la supervivencia 6 Por Adolfo Nuñez J.

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onforme avanza esta cinta nos enteramos de que al parecer hubo una especie de virus o enfermedad mortal en todo el planeta que arrasó con casi toda la población (pero que jamás se explica de modo exacto en qué consiste) haciendo que aquellos pocos sobrevivientes se confinen y aíslen en diferentes sitios alejados unos de otros. En una cabaña en el bosque viven Paul (Joel Edgerton), su esposa Sarah (Carmen Ejogo), y su hijo de 17 años, Travis (Kelvin Harrison Jr.). Ellos viven el día a día cortando leña, lavando ropa y cocinando como si nada ocurriera. Todo cambia para esta familia cuando a su cabaña llegan Will (Christopher Abbot), su esposa Kim (Riley Keough) y el hijo de ambos, Andrew (Griffin Faulkner), quienes les suplican por agua, comida y refugio. Después de deliberar con su esposa, Paul decide que la segunda familia se puede quedar, siempre y cuando ayuden en las tareas del hogar y sigan las reglas, la principal y más estricta de ellas es jamás salir de la cabaña en la noche. Entre ambas familias todo luce apacible y perfectamente normal; pero es cuando llega la noche que una extraña inquietud se apodera de cada uno, como si presintieran que algo los acecha en la oscuridad, sensación que se disipa en cuanto llegan los primeros rayos de sol, pero que se repite en cuanto anochece. En su segunda película el director Trey Edward Shults (Krisha) arma una atmósfera

6 Por Eduardo

Campech Miranda

A

nte el clima de inseguridad y violencia que prevalece en nuestro Estado la sociedad propone distintas soluciones. Desde mi trinchera me atrevo a decir que la lectura es la estrategia olvidada. Con ello no expreso que sea la única salida. La lectura sin arropo de otras políticas poco o nada podrá incidir. Diversos proyectos en otros países han comprobado lo anterior. Quizá el caso más exitoso, o al menos en más conocido, fue el que implementó Jorge Melguizo en Medellín, Colombia. Mirar nuestras circunstancias en los otros permite encontrar soluciones, pero si los otros nos comparten su experiencia, podremos delinear acciones concretas. Pondré un ejemplo minúsculo, pero entendido como experimental. Desde el pasado 7 de junio, en las

asfixiante y repleta de paranoia y suspenso, tomando como base primaria a sus protagonistas, a la institución familiar y el orden patriarcal que se encuentra en ella. Tanto en el personaje de Paul como en el de Will existe un claro compañerismo como reflejo de su autoridad en la sociedad establecida entre ambas familias, pero que en cuanto se acerca el peligro se termina velando por los intereses de cada uno y de sus cercanos. Aquí el peligro no es de índole sobrenatural, sino hacia lo desconocido, lo que no comprendemos y que altera el orden preestablecido de las cosas. El punto detonante para el conflicto de la

historia es el miedo primitivo al otro, al ajeno, y que en un espectro más amplio cobra relación directa con temáticas actuales relacionadas con los problemas de segregación racial y la paranoia nuclear en una América repleta de máscaras de gas y búnkers bajo la tierra. El director utiliza iluminación natural en escenas donde la única fuente de luz es una lámpara de aceite, y a través de primeros planos a los rostros de sus protagonistas confecciona secuencias en las que fusiona la realidad con lo onírico para así acrecentar la sensación de que existe una amenaza y un peligro inminentes. Todos esos elementos van creciendo hasta

tomar forma y sentidos completos en el perturbador tercer acto de la cinta, que aterrizando en el instinto de supervivencia humano hasta las últimas consecuencias no da cabida a una resolución cómoda o de fórmula hollywoodense. En ese sentido It comes at night rompe con los esquemas del cine de terror convencional y toma su lugar junto a películas de manufactura independiente como The Babadook (2014), It Follows (2015) y The Witch (2016), las cuales nos recuerdan que a veces los demonios que nos acechan en la oscuridad y el verdadero horror se encuentra dentro de nosotros mismos.

Lectura para la paz oficinas centrales de la Secretaría de Educación del Estado de Zacatecas, comencé a coordinar un círculo de lectura. Acudieron poco más de quince personas la primera sesión. Sus experiencias con la lectura, de la mayoría, no eran gratas, ni cercanas. Hacia el 13 de septiembre, esas mismas personas habían leído cuatro libros y estaban muy avanzados en el quinto. Precisamente esta última sesión es motivo de reflexión de la misma y de estas líneas. Después de leer varios capítulos de Ensayo sobre la ceguera, aunadas a las apreciaciones en torno a la obra, surgió la inminente referencia a nuestra ceguera como sociedad, las actitudes

hacia el otro, el trato lamentable hacia el que es “distinto” (¿quién no es distinto?), la descalificación y burla como argumentos. En ese momento, los asistentes dieron cuenta de la dinámica que impera al interior del círculo de lectura: la aceptación de la diversidad, la inclusión, la libertad, la empatía, la libertad, es decir, el respeto. Todo ello se puede aglutinar en un concepto urgente: educar para la paz y la convivencia. Las competencias quedan fuera. Más allá de formar lectores en lo individual, me interesa crear comunidades lectoras, filosofía adquirida en la visión del Programa Nacional Salas de Lectura. Comunidades donde permeen

los conceptos y las nociones enlistadas en el párrafo anterior. A estos espacios y colectivos se debe apostar, fortalecerlos, apoyarlos. Vuelvo al caso colombiano: demostró que la lectura y la cultura pueden salvar a una sociedad de la violencia. Pero no per se, sino arropadas por políticas públicas que tengan como estandarte los mismos valores y principios. Que no conciban a la sociedad como entes electorales, sino como individuos participativos. A un año de gobierno esta posibilidad no se percibe. Hay esfuerzos aislados que ante la carencia de un marco o una sistematización, son percibidos como ocurrencias. La violencia en nuestras calles no se acabará con más armas. Como tampoco el fuego se combate con fuego. Reitero: la lectura por sí misma no es suficiente. Ojalá y alguien tenga la suficiente sensibilidad para contemplar esta opción. Hasta la próxima.


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Desayuno en Tiffany´s, mon ku Retrato de pintor en sombras. Gauguin, de Edouard Deluc 6 Por Sergi Ramos

Cine

Alquezar

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n este 2017, y tras el filme sobre el escultor Auguste Rodin dirigido por Jacques Doillon, el cine francés ofrece una aproximación a otro de los creadores más representativos de las revoluciones artísticas que estremecieron las últimas décadas del siglo XIX. Esta vez, se trata del pintor Paul Gauguin, influencia decisiva en la innovación pictórica plasmada en el fauvismo de Henri Matisse, Georges Braque o André Derain. La película es la segunda incursión en la realización de Edouard Deluc, tras su primer largometraje, la comedia dramática Boda en Mendoza (2012), y cuenta con Vincent Cassel para interpretar al pintor cuando, ya a las puertas de la vejez, se dispone a dar un giro radical a su obra a tenor del viaje que emprende rumbo a Tahití, en la Polinesia francesa. La película se basa libremente en uno de los cuadernos autobiográficos del artista, Noa Noa, y su estreno precede a la exposición que le va a dedicar el museo del Grand Palais a partir del mes de octubre. Vieja y decadente Europa Le película empieza en tierras europeas, con el envejecido pintor subsistiendo penosamente con su arte, ignorado o malvendido en las galerías, descargando mercancías en los muelles en una larga secuencia, duro trabajo alimenticio para mantener una vida modesta. Los deco-

rados que va atravesando Gauguin están marcados por la decrepitud, la suciedad y la miseria, con una fotografía que resalta la oscuridad, los grises y el marco asfixiante de la capital francesa fin-de-siècle. La propia vida bohemia aparece absolutamente exenta de cualquier motivo pintoresco. Las reuniones del pintor y de sus amigos artistas recuerdan las infatigables tertulias del Edvard Munch de Peter Watkins, sin embargo, aquí el mísero decorado de los cafés no hace más que confirmar el estancamiento artístico e intelectual que repugna a Gauguin: “Aquí me ahogo. No queda ya ni un paisaje, ni una cara, que merezcan ser pintados”. La posibilidad que se le ofrece para partir a la Polinesia en una misión oficial como pintor de la República Francesa es vista como una puerta abierta a una nueva vida y a una nueva forma de arte, una manera de reanudar con un primitivismo artístico y con un estado salvaje próximo de la infancia que, imaginado desde Europa, va

teñido con un ingenuo rousseauismo. Indomable Polinesia La secuencia que abre el capítulo polinesio se construye en oposición a las expectativas generadas por ese imaginario utópico, y por lo que el propio espectador podría imaginar a través de las vívidas pinturas de Gauguin. En la primera secuencia en Tahití, el pintor apenas consigue manejar sus pinceles, en una cabaña oscura, agitada e inundada por la fuerte tormenta tropical que arrecia en el exterior. La isla se presenta como un entorno hostil, marcado por la presencia de la colonización francesa, y por la enfermedad y la miseria que amenazan constantemente al viejo creador. La propia naturaleza ofrece una imagen inesperada, alejándose de la acogedora exuberancia y del intenso cromatismo soñados. Los encuadres cortos, la nula profundidad de campo, la fotografía sombría, se focalizan en los efectos nefastos que el entorno ejerce sobre su cuerpo, ajándolo

y maltratándolo. En un último esfuerzo por trascender su arte, Gauguin intentará alcanzar el corazón de la selva polinesia, en un viaje que lo llevará hasta las puertas de la muerte, y al final del cual encontrará a su vahiné, su compañera Tehura. Amor y creación Ahí radica el aspecto más interesante de Gauguin: más allá de la historia de amor (y desamor) que inicia el encuentro con Tehura, el filme elabora una lectura del acto creativo en la que el artista debe apoderarse de la realidad para transfigurarla y convertirla en obra de arte, aunque aquí no pueda hacerlo sin un modelo, es decir una presencia, espiritual pero sobre todo corporal, a través del cual pueda apropiarse de lo real. A partir de ese momento, la relación entre Gauguin y Tehura queda marcada por el solapamiento entre el amor correspondido y la dependencia creativa, doble camino que emprenderá la película para elaborar una narración sobre la pasión y el arte.

El Picaporte Beneficiencia o beneficencia 6 Por Simitrio Quezada

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e escuchado en la radio a personas diciendo la palabra “beneficiencia”. ¿No les suena rara tal palabra? Supongo que la asociación acústica con “ciencia”, del latín scientia, el conjunto de lo que se sabe (“scire” es saber), los lleva a esta pronunciación. El problema es que entonces algún ingenuo podría pensar que “beneficiencia” es algo así como “la ciencia del benefi”, cualquier cosa que “benefi” signifique. Estamos ante un caso de solecismo, vicio del lenguaje oral y/o escrito que consiste en poner una letra más a una palabra. Estamos agregando una “i” al sufijo “cencia”, que signifca “cualidad de algo”. En este caso cualidad de “bene”, bien, y “ficare”, una derivación de “facere”, como observamos en el verbo compuesto e infinitivo “beneficiar”. Así que se dice y escribe “beneficencia”, aunque a muchos les parezca extraño y no adviertan que más extraño es hacer ciencia de algo que es más una virtud. Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com


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Cuentos & Canciones

Conmemorando un año más sin Gustavo Cerati Aragón

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o es nuevo decir que la música y la literatura tienden a trabajar juntas. Desde la época clásica donde Homero (Grecia) en realidad cantaba La Odisea. Luego los juglares de la Edad Media con sus cantares de gesta como el del Mío Cid. Ambas obras literarias con siglos de distancia entre sí pero con una finalidad, cantar grandes hazañas para deleite del público. Por este tipo de tradiciones es fácil asociar la poesía con la música. Tal es el caso del recién premio Nobel de Literatura: el cantautor Bob Dylan (E. U.,1941). Hay quienes aplaudieron dicha decisión por parte de la academia y hay quienes la aborrecen. Dicho debate no es lo que interesa discutir aquí, sino demostrar que las ligas que se tienden entre ambas artes son más comunes y extraordinarias de lo que podríamos pensar a simple escuchada o leída. Para muestra de ello les hablaré de un cuento del reconocidísimo escritor argentino Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-Suiza, 1986) que se llama “El jardín de senderos que se bifurcan” (publicado en Ficciones, en 1944). Un relato que se dedica a jugar con el espacio y tiempo de la narrativa mientras se explica a sí mismo. Las interpretaciones que se le pueden dar al texto son, como se lo propone, infinitas. Sin embargo, el músico Gustavo Cerati (Argentina, 1959-2014), quien el pasado

/// Gustavo Cerati. IMBD.

lunes cuatro de septiembre cumplió ya tres años de fallecido, en el año de 1999 decidió poner la suya en un par de canciones. Primero hablemos de “Aquí & ahora (los primeros tres minutos)”, incluida en su disco Bocanada. No hay que ser una rata de biblioteca para que una vez leído el cuento y escuchada la canción encontremos referencias explícitas hacía aquél como: “Un ave rayó el cielo en un tremolo trueno”, mientras que en el cuento reza: “Un pájaro rayó el cielo gris y ciegamente lo traduje en un aeroplano”. No, pero Cerati va más allá de adaptar el cuento para cantarlo, él habla del cuento mientras lo cuenta de otra manera. “Albinos parpadean bajo el sol, temido”.

6 Por Eduardo S. Rocha

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Un remake

ahorcan a ciegas, a su paso torpe embriagadas de tacto. Las piernas patean y dan pasos sin rumbo, los ojos lloran para no secarse a falta de párpados, la boca mastica por el mero gusto del movimiento, en su satisfacción por la

nada, sin necesidad de nutrirse. Y el científico ve su creación: muchedumbre celular dispersa y efervescente. Entre cierta repulsión y asombro, él científico sólo rompe a decir: “¡Están vivos, vivos!”.

Río de palabras

l laboratorio relampaguea, iluminado de neón, abigarrado el espacio entre tubos de ensaye que burbujean, frascos con fetos deformes y aparatos erguidos con la grandilocuencia de su volumen, de sus luces intermitentes. Trabajan las máquinas sin dar certeza de su función, de su fin más allá de ser ornamento. Aparece el científico, con su aspecto desgarbado y el cabello revuelto amarillento, pálida caricatura de genio enloquecido. De entre la sombras se incorpora su ayudante encorvado y tonto, lleva en los brazos el cuerpo, la milésima encarnación del monstruo de Boris Karloff. Con su bisturí en mano, el doctor empieza a trabajar, a desconectar tendones, a cauterizar vasos sanguíneos. Extirpa los miembros del cuerpo, los órganos aún palpitantes; opera, no en busca de la mejor parte. Ya no le interesa más crear un cuerpo que se yergue contrahecho, en la disparidad en de sus brazos y piernas (de cuatro dueños distintos), ni pretende crear un collage de tonos de piel suturadas al azar, con el contraste entre pieles lívidas y morenas. No encuentra más la belleza en la unión a partir de cicatrices supurantes que se fuerzan en una extraña simetría. Separa las partes del cuerpo y él le da vida a cada una con el milagro de su experimento. Cada parte persiste en su aislamiento, el corazón late y bombea aire sin conciencia de su futilidad; las manos sin dueño golpean,

Borges nos cuenta una historia de guerra donde un soldado infiltrado (Yu Tsun) debe avisar a las fuerzas alemanas la ciudad que debe ser atacada, pero ha sido descubierta su traición. Piensa que para cumplir su misión debe asesinar a una persona con el nombre de dicha ciudad. Pero no estaríamos hablando de Borges si todo acabara ahí. El hombre que va a asesinar (Stephen Albert) resulta ser un aficionado de la historia familiar de Yu Tsun, pues su bisabuelo fue el famoso Ts’ui Pën, experto en laberintos y quien afirmó haber creado un laberinto infinito y una novela igualmente infinita. “Por senderos que se bifurcan, por mundos paralelos” canta Cerati y Yu Tsun lo vive en su narrativa al encontrarse

con Stephen Albert pues ambos saben que Yu Tsun no ha ido a discutir sobre su ancestro y su laberinto sino a asesinarlo y destaca lo que Stephen Albert le dice al respecto: “Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas la posibilidades. No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted; en otros, los dos. En éste, que un favorable azar me depara, usted ha llegado a mi casa; en otro, usted, al atravezar el jardín, me ha encontrado muerto; en otro, yo digo estas mismas palabras, pero soy un error, un fantasma”. “En los primeros tres minutos se escribió al historia”. Tres minutos son aproximadamente lo que se tarda en llegar a esa parte de la trama del cuento. Todo está pasando aquí y ahora y cuando estos dos autores dicen todo, es TODO, todas las posibilidades. Además creo que la base instrumental que introduce Cerati en su canción es un ciclo constante alusivo al laberinto infinito donde, al terminar la primera parte sigue sonando “Aquí & Ahora (y después)”, para mantenernos en esa atmósfera pensando en los mundos paralelos, en el repetir constante de un momento con infinitas acciones llevadas a cabo. Ambas canciones complementan la intencionalidad del cuento pues presentan una línea del tiempo definida durante sólo tres minutos y su bella consecuencia.

Música

6 Por Rebeca Medina


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De pronto Río de palabras

6 Por Bernardo Araujo DE PRONTO, como quien mira a la ventana esperando la lluvia, otra vez cumplo años. Llego a este aire con mis suicidios cotidianos y dos o tres resurrecciones paliativas. Desde esta altura resulta necesario un memorándum de planes descocados: 1. tocar el violín como quien se baña en un arroyo de vino espumoso Luego, 2. en pelotas, dar saltos frenéticos en medio de una multitud que marcha por el cumpleaños de la patria

3. en adelante: amar sin pretensiones ni pausas reflexivas

4. abandonar la nostalgia en un callejón desconocido

5. vaciar la copa sobre de mi cabeza en medio de una gigantesca carcajada.

soberbias

*Del libro inédito Pasaba por aquí.

/// Rodrigo -Rockdrigo- González falleció un 19 de septiembre de 1985 durante el terremoto de la Ciudad de México. Así lo recordamos en La Gualdra.

Quinto patio 6 Por Alberto Huerta

M

e vi en medio del quinto patio de la vecindad, entre tendederos, tiliches y trebejos, a los gritos con una argüendera gorda mofletuda que, con los brazos en jarras, meneaba la cadera, y con la boca abierta mascaba chicle… Escuché una voz de mujer curtida con aguardiente y tabaco negro… El patio olía a frijoles de la olla, a tortillas, a chile seco asándose en el comal… a orines… a caca… ¡Órale… que es mole de olla! Con las manos regordetas apoyadas en los cuadriles… el cabello engrifado… los ojos chis-

porroteando como carbones encendidos… un huracán de envidias, rencores y codicia se estaba llevando a cabo en el interior de Nereida Tijerina. ¡Éntrale a Torreón bailando! El delantal chamagoso arremangado en la prominente barriga que bailaba de un cuadril al otro, como una gelatina. La mujer estaba hecha una furia… Desperté en medio de la semioscuridad de mi pieza. Ahí estaban colgados en las paredes los retratos enmarcados. A un lado de la cama, la lámpara de pie, mi bata de felpa a rayas blancas y azul celeste colgada del perchero, el reloj de pared… Las ocho treinta…

Musa 6 Por Pilar Alba Para los amigos del café Yo no tengo la culpa de haber nacido así, tampoco de ser como soy ahorita, mucho menos tengo la culpa de gustarle: yo no le pedí que me convirtiera en su musa. Le dice al mujer al hombre que sorprendido le extiende el último de los versos que le ha escrito. Así que llévese su papel que ni le entiendo, ya no me esté dando lata. Déjeme atender mi puesto. La mujer despacha un kilo de papas, medio de jitomate y una cebolla. Mientras el hombre que se hace a un lado pero la sigue mirando, escribiendo en su cuaderno nuevos versos: Dulcísima es tu voz, dulcísima tu mirada, no importa que tus ojos no se dignen a mirarme, no importa que nunca, nunca leas mis palabras. Inspirado se acerca una vez más al ver que la mujer se ha desocupado. Si no va a comprar mejor ni se acerque, le dice despectivamente. El hombre toma una bolsa, con lentitud escoge unos mangos, frutos que le evocan las mejillas de su amada, la cual con voz firme le espeta: Si no compra no mallugue. El hombre termina de hacer su elección, le extiende la bolsa con los preciados frutos. La mujer toma la bolsa, la pone en la báscula y mentalmente hace la cuenta. Cuarenta y cinco. El hombre le extiende el billete con la intención de siquiera poder rozar su mano en el contacto, logra hacerlo por un momento, pero la mujer que la retira de inmediato. Ah, pero cómo es mañoso, váyase ya le dije que no esté molestando. El hombre se retira lentamente mientras le va recitando los versos que con gran amor le ha hecho. Ah cómo dan lata estos viejitos, le dice a la dueña de la tortillería: Yo no tengo la culpa de ser bonita y tener este corazón tan frío.


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