La Gualdra 320

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 320 /// 11 DE DICIEMBRE DE 2017 /// AÑO 7

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Armando Alanís Pulido. Foto cortesía del poeta.

“La poesía es una herramienta de cambio y ante la violencia del lenguaje tan arraigado y por lo mismo aceptado, la poesía con esa sublimación, con esa contundente belleza que tiene, es un factor que puede ayudar a cambiar las cosas”. Armando Alanís Pulido (Monterrey, N.L., 1969), es autor de más de 27 libros de poesía, tres de ellos en ediciones bilingües. Es el fundador y coordinador de Acción Poética, proyecto que está presente en 34 países y cientos de ciudades alrededor del mundo. Los días 11, 12 y 13 estará en Zacatecas para intevenir 6 bardas y muros de la ciudad con poesía. [Una entrevista con Armando Alanís Pulido, realizada por Armando Salgado, en páginas centrales]


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La Gualdra No. 320

Editorial

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i el agua nieve ni la tremenda helada de la semana pasada pudieron apaciguar el ánimo de fiesta y de celebración de la vida que el arte puede propiciar. Estos días de diciembre han sido una buena manera de empezar a cerrar el año porque se ha demostrado que más allá de las malas noticias relacionadas con el aumento de la violencia en nuestro Estado, hay también buenas nuevas y otros caminos mucho más edificantes: el arte, como ya hemos dicho en reiteradas ocasiones, también puede ser una estrategia -política incluso- de hacer frente a los acontecimientos diarios. El Festival Internacional de Poesía Ramón López Velarde terminó el sábado 9; fueron 4 días en los que poetas de varias partes del mundo y de diversas ciudades del país, se congregaron en nuestra ciudad para hacer, mediante la poesía, un homenaje a la vida y a la belleza. Luis García Montero y Luis Flores Romero fueron los poetas premiados este año; la ceremonia oficial se realizó en el Teatro Fernando Calderón el día 8 y hasta ahí llegaron los poetas que habían previamente leído y compartido sus textos con el público, durante dos días, en el patio y auditorio de Rectoría y en la Librería Andre-a. Pese a la temperatura de 5 grados bajo cero, llegaron también a la premiación el Mtro. Manuel Felguérez y su esposa Mercedes Oteiza y los artistas plásticos Irma Palacios, Francisco Castro Leñero e Ilse Gradwohl –los dos últimos habían inaugurado sus exposiciones en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez al filo del mediodía-. En el público también se encontraba Almudena Grandes, quien el martes anterior había estado en la Librería Andre-a conversando amenamente con su público lector. Luego, se inauguró en la Galería Irma Valerio la exposición colectiva del festival. Los poetas fueron el sábado a Jerez, ciudad que también cada año los recibe con gusto; visitaron la casa museo de Ramón López Velarde y después de pasear por la ciudad regresaron a la capital zacatecana a participar en la cena baile ofrecida por el festival coordinado por José de Jesús Sampedro, con los auspicios de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Mejor manera para cerrar el fes-

Contenido tival no hubiera sido posible, y es que cuando los artistas se reúnen en un espacio para celebrar la vida, la energía que ahí se concentra puede incluso con el más gélido de los climas. Casi para finalizar la noche, el blusero Jorge García Ledesma –de Follajetomó el micrófono para interpretar un blues, a él se sumó Alain Derbez y juntos hicieron que los asistentes disfrutaran al máximo y con algarabía: música y poesía, belleza pura. Ayer, finalmente, todos regresaron a sus lugares de origen y nos dejaron en Zacatecas el buen sabor de haber compartido con ellos, seres tremendamente sensibles y talentosos, unos días que recordaremos siempre. Ese mismo viernes, el 8 de diciembre, en las instalaciones del Taller de Pintura y Grabado Julio Ruelas, fundado hace más de 30 años por el pintor Alejandro Nava, se inauguró una exposición colectiva para celebrar un aniversario muy significativo, que marcará “el cierre de un ciclo” como lo dijo esa noche su director Luis García, organizador también de esta exposición que reúne obras de diferentes técnicas y formatos de artistas que se formaron en ese taller. Vale mucho la pena que visiten esta exposición que permanecerá en exhibición por las tardes durante todo el mes de diciembre, porque ahí podrán ver una muestra de lo que se ha hecho a lo largo de más de tres décadas en ese espacio; hay grabados de la década de los 80 que pertenecen a la colección del taller y grabados y pinturas de reciente factura, todos realizados por artistas que han sido alumnos en diferentes momentos del que fuera considerado uno de los talleres más importantes de la región durante muchos años. A la inauguración de esta exposición acudieron artistas plásticos que agradecidos con las enseñanzas obtenidas ahí recordaron los distintos momentos que vivieron, contaron anécdotas y reconocieron la importancia de haber sido parte de un taller como éste; fue muy bueno verlos reunidos esa noche, Alejandro también estuvo presente, estará siempre presente. Recomiendo ampliamente esta exposición. Que disfrute su lectura.

Directorio

Teodoro González de León (1926-2016) Las formas de la vida Por Mauricio Flores

El imposible camino para salir de San Rafael [a propósito de La estatua de azúcar, de Fidel García Reyes] Por Raúl Eduardo González

Armando Alanís Pulido, fundador de Acción Poética Por Armando Salgado

El lector Por Eduardo Campech Miranda Rockanrolera.com Por Carlos Flores

Jim y Andy: el diario de un lunático Por Adolfo Nuñez J. Desayuno en Tiffany´s, mon ku Año bisiesto en la Universidad de Guadalajara Campus Norte Por Carlos Belmonte Grey

La portentosa vida de José Guadalupe Posada Por Patricia Guajardo

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Viajar en pequeño formato Por Maliyel Beverido El Picaporte El agua, el águila, el hacha y otros sustantivos femeninos Por Simitrio Quezada

No son cohetes Por Alberto Huerta Estómago Por Pilar Alba

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

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12 Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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Teodoro González de León (1926-2016)

Las formas de la vida

6 Por Mauricio Flores*

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l perfil de una ciudad se alcanza en el tiempo. El de ésta, la gran ciudad golpeada con la recurrencia del sacudimiento, mucho tiene de historias lejanas —pero también de próximas. De entre las segundas, aún desconcertados por emergencias y dolores, es imposible ignorar el sello inteligente y hermoso de uno de los grandes arquitectos del México y el mundo contemporáneos: Teodoro González de León (1926-2016). “Alce usted la vista, qué ve”. “Un pantalón estructura de concreto, doble edificio que se une en las alturas”.1 “Mire más allá, qué distingue”. “La inmensidad volcánica vuelta urbe de conocimiento”.2 Ambas construcciones, como las sedes del Fondo de Cultura Económica, la Universidad Pedagógica Nacional, el Colegio de México, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, el Edificio Virreyes, Reforma 222 y muchas más (103 edificios, 72 en el área metropolitana de la capital, 25 en los estados de la República y seis en el extranjero), sin contar demasiadas readecuaciones arquitectónicas y funcionales, diseñadas todas por González de León. Lecciones Que las consideraciones acerca de que “la arquitectura dura más que los hombres que la realizan y que lo más importante es aprender a insertar las formas arquitectónicas en su contexto, en la ciudad, en paisaje”, puede quedar firmado por el propio creador en cualquiera de los textos que integran el volumen Lecciones. Escritos reunidos 1966-2016, recién editado por El Colegio Nacional. Casi un centenar de lecciones que empiezan con Le Corbusier3 y concluyen con el sismo del 85,4 y que se proyectan en el lector cual “metáforas de formas, de espacios, de volúmenes, de recorridos arquitectónicos, de materiales constructivos”, dixit José María Larios, compilador del bello volumen. Palabras, sustento de la otra creatividad de González de León, la arquitectónica, aunque sin dejar de lado otra gran virtud del mismo, el ejercicio de consideraciones, íntimas y personales, acerca de amigos y personas que acompañaron su carrera, parte dos del libro en cuestión. De este espacio, manifestación que se

muestra autobiográfica, aquí unos ejemplos. Homenajes que en su momento tributara a veintidós protagonistas de nuestra cultura el mismo González de León, y que los caprichos de la vida los transforman en homenaje a él. Manuel Larrosa: Larrosa nos da esas visiones densas como fruto de su madurez, como resultado de un largo proceso, que no es el de investigador, sino el del arquitecto. Es por eso que sus páginas tienen la vibración del creador. Manuel Larrosa fue desde los sesenta un arquitecto con voz propia que, ahora confieso, me producía una secreta envidia. José Emilio Pacheco: José Emilio Pacheco se sentía culpable de la corrupción, de la pérdida de nuestros bosques, de nuestros ríos, convertidos en drenajes, de las casas que se derribaban. En algún lugar dejó escrito: “Soy culpable porque no hago nada para que los cosas sean de otra manera”. No le convencía mi argumento que nuestra verdadera responsabilidad social consiste en hacer lo mejor posible lo que sabes hacer. Era, es, un poeta, un narrador, un cronista, un maestro inmenso. Decía: “Estoy en contra de la competencia” y “el escritor compite consigo mismo”. Hacía magistralmente lo que sabía hacer.

Octavio Paz: Comprendía de manera profunda la arquitectura y tengo la impresión que prefería los espacios que provocan calma y silencio a los que exaltan y congregan. Por eso habló tan bien de Luis Barragán. En su poesía constantemente se nombra al espacio, aunque siento que no es un espacio arquitectónico del que habla, sino un espacio de la intimidad humana, más metafísico. Pero sí aparece el espacio urbano. Octavio se formó como peatón nocturno en esta Ciudad de México. Por eso el espacio urbano ronda en su obra. Alejandro Rossi: Descubrí en Alejandro un interlocutor ajeno, de fuera, de otra área, con el que hablaba de arquitectura y de la ciudad. Repito ajeno, ¿con la mirada de un filósofo?, no sé, más bien con la curiosidad de un sabio que buscaba ser exacto. Hablábamos de arquitectura como reunión de las artes en su escenario, en el paisaje de la ciudad. Francisco Toledo: Toledo es un artista profundamente educado; conoce la plástica de todas las culturas, se nutre de ellas. No es un artista local, en el sentido limitado, sino, como decía Octavio Paz, cuando lo universal, a través del subconsciente revela lo ocal. Es universal en sentido doble, abarca todas las técnicas y formas de expresión —grabado, cera, dibujo, pintura,

tejidos, cerámica, escultura, jardines, tumbas, patios— y, además, es un promotor social. No es fácil seguirle el paso. Gabriel Zaid: Gabriel Zaid cree profundamente en la lectura como manera de ser, como formación, y en la conversación, que es otra forma de lectura y formación, que afortunadamente compartimos él y yo. Cierro este breve testimonio con la misma frase que termina un largo ensayo suyo sobre libros: “Leer no sirve para nada, es un vicio, una felicidad”. **** * @mauflos Teodoro González de León, Lecciones. Escritos Reunidos, El Colegio Nacional, México, 2107, 472 pp.

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Torre Arcos Bosques Corporativo.

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Ciudad Universitaria.

Dice González de León: La obra de Le Corbusier es en sí inimitable, personal, irrepetible. Su legado teórico y su pasión por el oficio nos impulsan, en cambio, a emularlo como servidores de la sociedad. Y eso es lo único que se puede imitar de Le Corbusier. 3

El gran sismo del 85 “sí dañó la ciudad”, advierte González de León, aunque “su desarrollo no se transformó”, como sucedió con ciudades japonesas que, tras grandes terremotos, renovaron áreas y levantaron nuevos edificios. “Es lo que algunos esperábamos”. 4

Libros

Llevo noventa años aprendiendo la manera de vivir, la forma de ser. No he aprendido disciplinas, las he convertido en formas de vida. La lectura es una forma de vida, el dibujo, la pintura, las escultura son formas de vida. Visitar ciudades es una forma de vida. Escuchar música y la arquitectura son formas de vida. No tener ninguna religión es mi forma de vida. Teodoro González de León


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El imposible camino para salir de San Rafael [a propósito de La estatua de azúcar, de Fidel García Reyes]

Libros

6 Por Raúl Eduardo

González*

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n estos tiempos de poca lectura, de poco amor a los libros, de una escasa política de promoción cultural, saber que alguien se anima a escribir una novela, y que alguien más se anima a publicarla es por sí solo motivo de festejo. Hago, pues, manifiesto mi agradecimiento para Desliz Ediciones, y expreso mi enhorabuena para Fidel García Reyes, joven escritor y literato, quien como académico ha estudiado las representaciones del cuerpo y la sexualidad en la literatura mexicana de temática gay. En La estatua de azúcar, su primera novela, este joven nacido en 1987 nos ha regalado un mundo singular, el del paradisiaco rincón guerrerense de San Rafael, cercano a Acapulco, acaso en la Costa Grande, donde en los últimos años del siglo pasado el turismo sexual trajera un inusitado porvenir a la población, a la vez que creara un singular escenario para la irrupción del crimen organizado y la corrupción gubernamental y eclesiástica desatadas en los años del espejismo de la transición democrática que nos trajo el siglo que vivimos. El personaje que llevaría al puerto la fama, el desarrollo, la alegría, el sida y la posterior ruina del lugar, se llama Pedro Marcial. En la tradición mexicana, no puede tratarse sino de un cacique, un artista plástico benefactor, “el mejor que dio Guerrero” (dice el narrador de la novela), que regresa al pueblo en el que creciera, para llevar su conocimiento y su estética. Todos los sitios que procura y transforma se ven afectados por su ambición; prácticamente nadie puede resistirse a su apetito sexual, difundido más allá de las fronteras nacionales incluso por las películas pornográficas en las que participaría, dotado con un pene enorme y ávido, que todo lo penetra y carcome, como el hombre a quien está ligado. Con la pérdida de la potencia sexual y con el contagio del sida, el nuevo milenio trae consigo la ruina de Pedro Marcial, y con ella el acontecimiento que detona el conflicto de la novela: la muestra pictórica en la que él expone a los personajes

que concurrían a las orgías que organizaba en su mansión de San Rafael, quienes, entregados al desenfreno del encuere y la droga, habían sido fotografiados y videograbados en situaciones poco edificantes. Los modelos de su exposición eran encumbrados políticos y eclesiásticos, amén de extranjeros y de toda una serie de jóvenes sanrafaelinos, convidados a aquellas reuniones por su juventud y belleza, a cambio de los dólares que aquel torrente de viajeros llevaban para encontrar la diversión al precio que fuera. El secuestro del pintor, que sobreviene a la muestra pictórica, constituye, en conjunto con ésta, el hecho que vuelve a poner los reflectores en Pedro Marcial, y, con ello, la reunión de tres personajes que condu-

cirán el conflicto detonado por la figura del cacique: Isabel, Diego y Julio, quienes habían sido asiduos asistentes a las referidas reuniones en los años noventa —Diego había sido incluso amante de Marcial—, y quienes se reencontrarán en San Rafael poco tiempo después del secuestro. Julio, el personaje narrador de la obra, nos irá revelando el conflicto en la medida que él mismo lo vaya conociendo, como testigo privilegiado, cercano a Marcial desde la época de la secundaria, y enterado interlocutor de Isabel, de Diego y de otros personajes que aparecerán en la trama, llena de pliegues y salidas falsas. Fidel García nos describe, pues, en la figura de Pedro Marcial a una especie de rey Midas que trae la diversión y el desa-

rrollo al puerto de San Rafael y a los asistentes a sus disipadas reuniones; él marcará el momento para el sexo y el destrampe, y proyectará todo aquel mundo de excesos hacia su fama y reconocimiento. A la manera del cacique clásico, no sentirá ningún remordimiento al pasar por encima de quien sea para alcanzar notoriedad —y así será capaz de representar en sus cuadros la ruina que el sida horada en sus allegados—, y arrastra consigo en la caída a quienes ya no están dispuestos a reconocer su autoridad. La hipocresía, la inmoralidad rebuscada, el fingimiento y las falsas aspiraciones son el pan de cada día en la vida y en el ámbito de influencia de Marcial, donde el poder y los poderosos encuentran un escenario adecuado. El amor, la verdad,


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nos entrega una novela con pasajes intensos de erotismo e intriga, un testimonio ficcionalizado de las dificultades que los gays vivían cotidianamente en la época referida. La estatua de azúcar es la primera de muchas obras que el autor habrá de entregarnos, en un promisorio futuro de creación y estudios literarios. La novela, próximamente se encontrará en librerías o se podrá conseguir vía Amazon. Por ahora se puede conseguir en la Cafebrería Voces en Tinta, quienes realizan envíos nacionales. Datos de contacto: alejandro21685@ gmail.com

La estatua de azúcar

Fidel ubica muy bien esta problemática, que permea la prensa, las instituciones culturales y las propias redes sociales: la verdad se revela ahí como un mero discurso, una moneda corriente, que no una como una franca aspiración. Llegar al fondo de la

verdad del secuestro y el asesinato de Marcial, así como de su reinado en el arte y la disipación en San Rafael y en Guerrero, puede costar la vida a quien quiera indagarlo. Al relatar la historia de un personaje como Pedro Marcial, y el esplendor, el deseo

y la ruina que lo rodean, Fidel García Reyes describe lo que pasa en muchos rincones de nuestro país, donde la prostitución y el turismo sexual son parte de la realidad cotidiana. Sin el afán de censurar ni menos de teorizar en torno a estas circunstancias, Fidel

Después de varios años de ausencia, los protagonistas de La estatua de azúcar vuelven al pueblo donde vivieron su infancia y juventud. Ellos fueron los enfants terribles de una generación. Emigraron porque no estaban dispuestos a continuar con rumbo al desbarrancadero al que los estaba conduciendo su amistad con Pedro Marcial. A pesar de que se han construido a sí mismos negando su pasado, al regresar se reencuentran con él. Y se dan cuenta de que nada tiene que ver con ese sabor dulzón con el que se les había aparecido en sus recuerdos. Con el regreso a sus orígenes, vuelven también a la intrepidez de su juventud. Y, mientras se enfrentan a su pasado, a los peligros del narcotráfico y la corrupción, vuelven a revivir la pesadilla que fue el vih/sida a inicios de los noventa, cuando descubrían sus identidades de género y se prostituían para poder sobrevivir.

Fidel García Reyes (Guerrero, 1987) estudió la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y la Maestría en Estudios de Género en El Colegio de México. En el 2012 publicó la plaqueta de poesía Traslación de un cotidiano Q. En el En el 2014 fue ganador del primer lugar del “Concurso internacional de microrrelato con perspectiva de género”, lanzado por el Centro de Estudios de Género, de la Universidad de Guadalajara. En el 2016, en un libro colectivo, El Colegio de México publicó su tesis de maestría. La estatua de azúcar es su primera novela. Más sobre el autor en: @fidelreyes1321 www.fidelgarciareyes. com.

*Raúl Eduardo González es Doctor en Letras por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Es profesor investigador de tiempo completo en la Facultad de Letras de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). Desde el año 2001 es miembro del comité de redacción de la Revista de Literaturas Populares. Desde hace dos décadas se dedica al estudio de la lírica tradicional mexicana. Se ha especializado particularmente en las formas estróficas de la décima y la seguidilla, así como en la lírica y la música de la Tierra Caliente de Michoacán, temas sobre los que ha publicado artículos, capítulos y reseñas académicas. Entre sus libros se encuentran El valonal de la Tierra Caliente (Jitanjáfora / Red Utopía, A.C., 2002), La seguidilla folclórica de México (UMSNH/Morevallado, 2006) y Cancionero tradicional de la Tierra Caliente de Michoacán (UMSNH/Conaculta, 2009).

Libros

el conocimiento y la justicia están proscritos en la esfera de Marcial, y quienes aspiren a ese tipo de valores tendrán que salir de San Rafael, como lo hacen los protagonistas de la novela, cuando van a la capital del país, en busca, asimismo, de la formación profesional que el marginado campo guerrerense les niega. La amenaza del sida es la sombra de Pedro Marcial, que alcanza a Diego, como antes había alcanzado a Mariana Cienfuegos, la mujer de la vida de aquél. Los años noventa transcurren con el desplome de los allegados a las fiestas del cacique, quienes van cayendo ante la epidemia, hasta que los medicamentos frenan aquel precipicio fatal. Luego, la violencia desatada, que irrumpe en la región como lo ha hecho en todo el país, trae consigo una nueva amenaza de muerte, que hace víctima a muchos de los implicados en la trama. Entre ambos polos, la memoria consume a los personajes en la forma de una zozobra constante: los que aparentemente han podido escapar a aquella Sodoma paradisiaca no resisten la tentación de voltear a ver la caída, y correrán el riesgo de quedar convertidos en estatuas de azúcar, o acaso en uno de los 41 gatos rellenos de cocaína para la pieza que Pedro Marcial titulara Los 41 o el amor que no requiere de penetraciones. Y, sin embargo, en esos escenarios de alto riesgo epidemiológico y de violencia, aun la muerte se resistirá a llegar para algunos de los personajes, que viven una vida de excesos y peligros. La imposibilidad de encontrar el amor tiene correspondencia con la de encontrar la verdad; buscarla implicará la muerte, las muertes, que se suceden como la caída de prescindibles fichas de dominó cuya única finalidad es mantener un estado de corrupción y simulación en el que Pedro Marcial había sido amo y señor. Su ruina no acabará con la desgracia de su entorno; al contrario, sacará a flote un sistema igualmente corrompido y falso, en el que los personajes fingirán tener nobles aspiraciones de servicio a la sociedad, y pretensiones y talento artísticos, que, al aparecer revelado su fondo verdadero de ambición y egoísmo, serán premiados antes que condenados por el sistema que los engendra.


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Poesía

Armando Alanís Pulido, fundador de Acción Poética La poesía es una herramienta de cambio: puede salvarnos 6 Por Armando Salgado

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encioné anteriormente que hay diversas poéticas a partir de perspectivas personales, que proponen una introspección hacia el fondo de las cosas sin ir más allá de ellas. Hallan en la inmersión lectora un argumento de reflexión frente al mundo, nada más. No pretenden incidir en él y es válido e incluso práctico. Pero existen otras propuestas que trascienden la lectura y escritura de poemas. Un gran ejemplo es el movimiento Acción poética coordinado por el escritor Armando Alanís Pulido, originario de Monterrey, Nuevo León, y autor de Balacera (Tusquets, 2016). Armando Salgado: Alanís, eres un escritor con un gran número de libros publicados, para acercarnos a tu obra, ¿qué libros tuyos nos recomiendas?, ¿dónde los encontramos?, ¿cómo nos sugieres leerte, de principio a lo más reciente o dando saltos para llegar a algún libro en particular? Armando Alanís Pulido: La poesía nos da la ventaja (como lectores) de acceder a ella de múltiples formas; por otro lado, de los 27 libros que he publicado (y que me parecen pocos), todos son muy queridos por mí y no me arrepiento de ninguno, creo que tempranamente encontré o adopté una voz. Hay libros que destacaría más, eso sí, Los delicados escombros, que publicó el Fondo Editorial Tierra Adentro y que incluso reeditó, me parece que es un buen comienzo. Hay dos libros que se salen un poco de mi rango Nada que ocultar, que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Experimental Raúl Renán en 2009, publicado por Aldus y también hay una edición ecuatoriana en El Quirófano Ediciones; y Balacera, que está editado en Tusquets. Salvo estos dos libros en toda mi obra hay dos elementos que se destacan: lo urbano, lo cotidiano y lo pop, y el discurso amoroso; entonces El fin de las afinidades, editado en oficio; Regalada gana, editado por miCielo ediciones; Combustión espontánea, en Mantis; y Revivir de entre los vivos, en el Tucán de Virginia, ahí andan diciendo cosas. Parte de eso está en una antología que sacó la UANL que se llama Portazo en la nariz de la musa, de la que hay una edición guatemalteca que circula por el centro de América. Mi poesía anda dando saltos, eso sí, porque desde pequeños proyectos hasta editoriales universitarias o del peso y tamaño de Planeta han apostado y le entran a esta insistencia mía de perseguir y buscar

/// Armando Alanís Pulido. Foto de su archivo.

a los lectores hasta donde estén y eso incluye librerías. AS: De antemano, se sabe que todos aprendemos de maneras distintas y que propiciamos los factores creativos según nuestras experiencias, por lo que resulta interesante saber los procesos creativos de los escritores, ¿por qué decidiste escribir poesía, cómo fue que llegaste a ella?

AAP: Yo empecé a escribir por inercia, después de haberme sorprendido gratamente con algunos autores que se me aparecieron en la prepa: Bradbury, Neruda, Allan Poe, Paz, Arreola, Sabines, Edmond Jabès. Vi a la escritura como un superpoder alcanzable, podía volar, ser invisible... Con esa ilusión y esa inexperiencia, con esa locura tuve mis primeros acercamientos, pero por ahí tuve suerte,

también resulta que aparecía en momentos clave: ah, la próxima semana aparece un suplemento para jóvenes, mira, y estamos buscando alguien que escriba tal cosa... o, requerimos para el siguiente número de la revista algo sobre... ¿te gustaría colaborar con una columna? A fin de cuentas eran señales que me estaban indicando el camino, así pasó un primer momento, después ya tenía yo tres libros publicados cuando dije: creo que la manera en que quiero decir las cosas es mediante el lenguaje poético, me apliqué más. No basta escribir poesía, hay que difundirla, estudiarla, compartirla. AS: ¿Qué poetas de tu generación recomiendas leer? AAP: Yo pertenezco a la generación de poetas nacidos en los 60 (1960-1969), que es una generación muy completa y que creo ha aportado muchísimo a la tradición de la literatura contemporánea mexicana. De ahí me gustan muchos: Jeremías Marquines, Malva Flores, Jorge Fernández, María Baranda, Ernesto Lumbreras, Mario Bojórquez, AE Quintero,


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(que es la MAYOR pretensión que hay) de que sea leído. Algunos le ponen color, hacen homenajes, activismo social, a mí lo que me ha gustado es que se han atmosferizado poéticamente las geografías: si por ahí está un estadio pondremos algo que tiene que ver con la competencia, si hay una panadería o dulcería o zapatería, pondremos algo que tenga que ver con eso, si hay un hotel de paso, por qué no un verso erótico, o también depende de cómo se llama la calle, si lleva el nombre de algún héroe. Eso me gusta y no lo hacíamos al principio, lo aprendimos en la práctica.

José Ramón Ibarra, todos ellos han ganado el Premio de Poesía Aguascalientes con libros excepcionales y de gran factura. También está Luis Armenta Malpica que podemos decir que también lo ganó. Estos autores pertenecen a la generación en la que yo me incluyó, de ellos he recibido influencia: los respeto, quiero y admiro, y siempre los estoy leyendo. AS: Armando, eres el fundador del movimiento Acción Poética, el cual es reconocido más allá de México. ¿Podrías compartirnos sus antecedentes?, ¿cómo surgió la idea? Además de sus alcances. AAP: Acción Poética lo inicié en 1996 hace 21 años, con la idea de difundir la poesía para que ganara espacios y que llegara a más lectores. Con el tiempo, el proyecto y su iniciativa de intervenir espacios urbanos con poesía ganó adeptos y ahora está en 34 países y cientos de ciudades alrededor del mundo. Eso me tiene felizmente asustado, le han salido

tentáculos y además ha servido para otros fines, desde los comerciales hasta promoción de valores y prevención al delito. A mí me condujo hacia aspectos de la comunicación que yo desconocía, terminé dando clases de comunicación en la UANL, lo que me hizo entender que la poesía es una especie de apostolado con la que si no te comprometes no pasa de cumplir aquel dicho de tener un árbol, escribir un hijo y ser plantado por los lectores (o algo así). Sacar a la poesía de sus medios habituales, como el libro, es arriesgado y hasta incomprendido por algunos, yo solamente estoy siendo lo más prehistórico que puedo, lo más sencillo y directo. AS: De los aportes que han hecho distintas personas a esta propuesta, ¿cuáles son los que más te han sorprendido? AAP: Cada quien en algún país aporta su granito, todos le aportan valor, desde atreverte a “publicar” algo sin la mayor pretensión

AS: ¿Qué elementos sugieres considerar cuando se decide contribuir con Acción Poética, sobre todo para continuar con la propuesta original. AAP: Hay muchos que son técnicos, pero básicamente creer y estar convencido de que la poesía puede salvarnos. AS: Leí tu libro de poemas Balacera, publicado por Tusquets en 2016. Es un libro que analiza la violencia mexicana desde un contexto perspicaz y ahora cotidiano, en donde la ironía y el sarcasmo son parte fundamental en cada uno de sus poemas. ¿Qué opinas sobre la situación actual de nuestro país, crees que la poesía es una herramienta de cambio? AAP: Balacera es un parteaguas en mi proceso de escritura el cual se dio por las circunstancias de que estoy escribiendo de manera continua sobre la ciudad; además de que siempre busco a la poesía fuera de la poesía misma e ir más allá de los discursos decorativos. Tuve la suerte de que a un editor le gustara

y apareció en Tusquets como el primer libro editado por ese sello de un poeta mexicano. Tiene distribución nacional y se ha hablado un buen de él. Es una especie de crónica poetizada, una reflexión sublimada de esta violencia común en la que estamos inmersos los mexicanos y de la que todos hablamos y no nos ponemos da acuerdo para encontrar la solución definitiva y erradicarla. Por supuesto que la poesía es una herramienta de cambio y ante la violencia del lenguaje tan arraigado y por lo mismo aceptado, la poesía con esa sublimación, con esa contundente belleza que tiene, es un factor que puede ayudar a cambiar las cosas. El hecho de deambular entre una página en blanco y un muro en blanco es parte de la experimentación, el experimento se llama poesía, el experimento se llama pasión, el laboratorio es la ciudad, y el científico loco soy yo. *Armando Alanís Pulido (Monterrey, Nuevo León; 1969): Autor de más de 27 libros de poesía, tres de ellos en ediciones bilingües (dos al francés y uno al portugués), y aparece en la Antología general de la poesía mexicana (que compiló Juan Domingo Arguelles). Coordinador de Acción Poética, proyecto que está presente en 34 países y cientos de ciudades alrededor del mundo. Becario del Centro de Escritores de Nuevo León. Entre distintos galardones obtuvo el primer lugar en el concurso Escriba una Hoja y viaje a Canadá 1992, organizado por la embajada de Canadá en México; el Premio Nacional de Poesía Joven Ubaldo Ramos 1998, en Tamaulipas; el Premio a las Artes 2005 otorgado por la UANL; el Premio Nacional de Poesía Experimental Raúl Renán de la Bienal Nacional de Literatura 2008-2009, en Yucatán, por su libro Nada que ocultar.


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El lector Promoción de la lectura

6 Por Eduardo Campech Miranda

que sólo habla el castellano y, no obstante, escucha y canta en inglés. Sin conocer el sentido, el significado, ni mucho menos la letra. Pero no importa, canta porque ha sido tocado por la emoción que transmite la música. Recuerdo a un conocido cómo se maravilló cuando conoció la traducción, e historia detrás de la composición, de la pieza “Tears in Heaven” de Eric Clapton. Dijo que si antes le gustaba esa canción, ahora que la entendía le gustaba más. Si quien funge como mediador aporta al lector elementos para la mejor comprensión y significación del texto, sin ofender la inteligencia del lector, tendrá más oportunidades de que ese texto haga eco en la personalidad del lector y que éste encuentre algo en los libros, como le sucedió a Aureliano Segundo en Cien Años de Soledad:

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n diversas obras literarias el acto lector aparece como una parte importante de la trama. Como ejemplos de lo anterior, y siendo consciente que quedan fuera muchos otros, encontramos El lector de Berhard Schlink, Un viejo que leía novelas de amor de Luis Sepúlveda, La ladrona de libros de Markus Suzak, La historia interminable de Michael Ende. ¿Qué encuentran esos personajes (Hanna Schmidt, Antonio José Bolívar Proaño, Liesel y Bastian Bux) en los libros? Lo que todo lector autónomo: fantasía, imaginación, emociones, dudas, respuestas, vidas ideales, retos intelectuales, evocaciones y evasiones, conocimientos y aprendizajes. Todo, todo cabe en el libro. Una palabra, una frase, un episodio pueden ser el detonante para que el lector quede preso de una historia, de un libro. Por eso Hanna Schmidt tiene urgencia de releer “La dama del perrito”. Ahí está su reflejo, sus anhelos. Por eso mismo Antonio José Bolívar Proaño prefiere las novelas de amor, donde las parejas sufren pero vencen la adversidad. Estos personajes reflejan lo que nos sucede a los lectores. Pero también están otros, aquéllos que no leen. Sin importar el motivo. Como aquel personaje de Azorín, en La Regenta, que no leía porque no tenía tiempo. Formar lectores, hacer de la lectura una actividad regular, no es una tarea fácil. Hay que decirlo. Pero tampoco es una misión imposible. Es un proceso de ensayo y error. De acompañamiento del lector incipiente. Un acompañamiento temporal, dando la libertad de elección y decisión para futuros títulos. Una travesía donde llegará el momento en que se tenga que seguir solo. Sorprendiéndose, decepcionándose, siendo más cuidadoso en su selección. En ese transitar se encontrará libros

que le den aliento, que le ofrezcan otra perspectiva, que le hagan sentir que perdió el tiempo. Libros para recomendar y otros para no volver a abrir. Haciendo una analogía, pensemos en la lectura como en las canciones. Hay un gran sector poblacional en nuestro país

Aureliano Segundo estaba abstraído en la lectura de un libro. Aunque carecía de pastas y el título no aparecía por ninguna parte, el niño gozaba con la historia de una mujer que se sentaba a la mesa y sólo comía granos de arroz que prendía con alfileres, y con la historia del pescador que le pidió prestado a su vecino un plomo para su red y el pescado con que lo recompensó más tarde tenía un diamante en el estómago, y con la lámpara que satisfacía los deseos y las alfombras que volaban. Asombrado, le preguntó a Úrsula si todo aquello era verdad, y ella le contestó que sí, que muchos años antes los gitanos llevaban a Macondo las lámparas maravillosas y las esteras voladoras. -Lo que pasa -suspiró- es que el mundo se va acabando poco a poco y ya no vienen esas cosas.

Rockanrolera.com

[Concierto en la Ciudadela el 14 de dicciembre]

Música

6 Por Carlos Flores

S

on más de seis años que Rockanolera.com ha estado en la resistencia, creando un espacio alternativo para difundir música rock, en especial, de bandas zacatecanas. Por esta frecuencia underground más de 40 bandas locales han estrenado su material, o bien, rescatado su trabajo previo, tales como Malamuerte, De Cierto Norte, Buena Mierda, Lodo, Koza Nostra, Inuay, Jara XXX, Ninfa, Sporco, Juárez de Noche, Rinho, Lais, Minmor, Juan y Electric Juan, entre muchas otras. Asimismo, en 2012 sacó al aire el disco colectivo Una rola antes del fin del mundo, presentado incluso en el mismísimo Chopo de la Ciudad de México. Se puede escuchar en la dirección electrónica rockanrolera.com, las 24 horas del día y todos los días de la semana, con radioescuchas en Alemania, Suecia, Colombia, Chile, Puerto Rico, Estados Unidos, Italia y en todo el mundo, prácticamente, como bien lo muestran los comentarios del chat. En fin, gente que gusta del rock en todas sus presentaciones, con Dj´s en Zacatecas, Fresnillo y Suecia. La intención es tener una resistencia rockera,

apoyar a que el buen rock se difunda, en especial el zacatecano, por lo que cada año se trata de hacer un proyecto que involucre el trabajo de los grupos zacatecos, que va de desde la difusión y grabación de discos, videos, documentales y cuestiones culturales. Este año, gracias al apoyo de la Casa Municipal de Cultura, mediante un programa de difusión cultural, se llevará a cabo el concierto

4 Bandas RockZacMex, el día 14 de diciembre a las 17:00 horas en la Ciudadela del Arte. El concierto difundirá la música de 4 bandas zacatecanas: Lodo, de Cierto Norte, Rino y Ranulfo el Contador y The Lowfais. Asimismo habrá un tianguís de libros, comida, café y arte en urbano en general. Con este espacio se espera crear la conciencia que la música local es tan importante como

la foránea, y que lo único que hace falta son espacios de difusión. Asimismo se quiere abrir una plática para que otras bandas se sumen al proyecto, y que juntos, en un futuro se pueda grabar su material, difundirlo y alimentar la musiteca de la rockanrolera. El proyecto nace debido a que la música local no se difunde de manera cotidiana, pues solamente se puede escuchar en los eventos organizados por las distintas instituciones, pero no en la radio local ni en los medios. Así, que cansados de escuchar la misma música en la radio, este pequeño grupo de melómanos decidió crear esta ventana en línea desde Zacatecas para el mundo. Esperamos que la gente se acerque y comparta con nosotros, amantes del rock, un buen rato de ocio, y al mismo tiempo crear enlaces con músicos y artistas para futuros proyectos culturales, la entrada es totalmente libre, gracias al Instituto Zacatecano de Cultura, e invitamos a todos aquellos que quieran difundir un poco de su arte o intercambiar su material a participar en el tianguis. Y del mismo modo, invitar a las bandas a una convocatoria para participar en un disco colectivo. Saludos de Rockanrolera.com.


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Jim y Andy: el diario de un lunático

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i hay un actor en Hollywood que ha causado fascinación a lo largo de toda su carrera, ése es Jim Carrey. Con un sentido del humor único e inconfundible, el intérprete de origen canadiense ha mantenido su imagen como una identidad en la industria cinematográfica moderna, y a pesar de que es amado y odiado por partes iguales, su talento y carisma son innegables. En el documental Jim and Andy: The Great Beyond seguimos el trabajo histriónico de Jim en la película biográfica The Man On The Moon (1999), cinta de Milos Forman que narra la historia de vida del también comediante Andy Kaufman. De la mano de Netflix y en voz del mismo Jim Carrey, a través de imágenes del detrás de cámaras nunca vistas, somos testigos del enorme compromiso del actor al momento de interpretar a Andy, que bajo la decisión de no salir del personaje durante toda la filmación generó retrasos, lesiones y todo tipo de problemas y disgustos en la producción, con el director y con el resto del elenco. En ese sentido se logran encontrar paralelismos entre Jim y Andy que se profundizan

al mostrar el trabajo de ambos comediantes y su sentido del humor políticamente incorrecto, y que son evidenciados en la profunda admiración que el primero siempre sintió por el segundo, razón por la que se vería obligado a interpretarlo de la mejor manera posible. Bajo esa idea el tema primordial que se

trata en el documental es la pérdida de la identidad en el proceso histriónico así como la posibilidad de lograr ser otra persona con solo desearlo y al identificar los límites de dicha idea para posteriormente cruzarlos. Jim habla sobre cruzar esos límites, sobre las libertades que le significaron, pero también sobre los estragos que dicho proceso generó

en su estabilidad emocional y mental. Al momento de filmar dicha cinta se enfatiza en el hecho de que Jim se encontraba en la cima de la industria hollywoodense y como resultado de su enorme éxito comercial se vuelve muy claro el lugar de los medios de comunicación y la influencia que éstos generaron en su persona y en su carrera. Bajo la dirección de Chris Smith, Jim Carrey desnuda su alma y profundiza en sus orígenes a través de un documento imprescindible tanto para fans como detractores del actor. Su personalidad y su paso por la industria son de una fascinación evidente, pero que mas allá de cualquier disparate, son el reflejo de una humanidad cautivadora que trasciende la pantalla. A través de su interpretación en The Man On The Moon también somos testigos de cómo la industria cinematográfica puede ser tan íntima y conmovedora como destructiva en el proceso actoral. Jim y Andy, es sin adornos ni artificios un retrato intimista narrado en el detrás de bambalinas, que en el mismo sentido del humor del actor y bajo la cúpula del show business evidencia el modo en el que la integridad personal y la salud mental se pueden tambalear sobre el éxito comercial y los cimientos de ser famoso en Hollywood.

Desayuno en Tiffany´s, mon ku Año bisiesto en la Universidad de Guadalajara Campus Norte 6 Por Carlos Belmonte Grey

No entiendo por qué traen este tipo de películas a la universidad. ¿por qué los organizadores las traen? ¿Por qué se hacen, qué tienen de interesante” (versión recuperada de los retours de la actriz y un organizador) -el chico se levanta de la sala antes del fin de los genéricos finales, sale bastante enojado y su comentario y actitud hace que otros tantos le sigan sin dar tiempo a una respuesta, ni de los organizadores ni de la actriz principal de la cinta presente para el debate, Mónica del Carmen. Estoy hablando de la reacción que provocó la proyección la película Año bisiesto dirigida por Michael Rowe en 2010 y estelarizada por la actriz Mónica del Carmen y Gustavo Sánchez Parra. La película ganó el premio Cámara de Oro en Cannes 2010 y los Arieles mexicanos del 2011 a Mejor Actriz y Mejor Primera Película. La historia, que sucede en un pequeño departamento del entonces Distrito Federal, narra la soledad de una joven y sus encuentros sexuales con diversas parejas, hasta que encuentra un hombre con quien

inicia una intensa relación sadomasoquista. El dispositivo de Rowe, de utilizar largos planos, acompaña la sensación de soledad del personaje y manipula -como suele suceder con este recurso- la duración del tiempo no elíptico sino “real” y por tanto, la noción de ser testigos de un hecho real y explícito. Pero quiero en esta ocasión, como lo hemos hecho en algunas columnas pasadas, hacer una pausa en los comentarios de películas, para atacar otros temas. En este caso, las proyecciones universitarias. La película se proyectó en la Universidad de Guadalajara Campus Norte (Cunorte) como parte del programa Integral de Equidad de Género cuyo objetivo es, por un

lado, la promoción de temáticas de igualdad, equidad y cultura de género, y por otro, el acercamiento a la cultura cinematográfica de los estudiantes. El programa, que inició en septiembre, ha programado Estrellas solitarias (Fernando Urdapilleta), acompañada por la actriz Dana Karvelas; y Rojo Paraiso (Alberto Amador), presentada por el propio

director. En esta ocasión, la proyección estuvo enmarcada por las actividades de la Feria Internacional del Libro y el debate fue animado por Mónica del Carmen. Entonces, al ser, quien esto escribe de cierta manera promotor de este programa de proyecciones, creo que es importante dar una respuesta que trate, más o menos, de expresar un por qué. El cine no es, por principio de cuentas, un reflejo de la realidad, aunque en algunos casos pretende crear la ilusión de realidad. Es más bien: una formación de nociones que culturalmente ciertos públicos pueden interpretrar de realidades; o bien, es un síntoma de un proceso histórico; y es, también, una caja de enseñanzas de comportamientos transmitidos por un contexto. Dicho esto, estas proyecciones quieren enfrentar al público al cine teniendo conciencia que hay una o unas personas, detrás de la cámara y del guion, seleccionando qué vamos viendo. Y por supuesto, a través de las narraciones mostrar que hay mundo más allá de las enconcertadas reglas religiosas y tradiciones morales: el género y el deseo no se pueden limitar a ellas.

Cine

6 Por Adolfo Nuñez J.


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LA GUALDRA NO. 320

Libros

La portentosa vida de José Guadalupe Posada

6 Por Patricia Guajardo

Toda la noche ha vomitado sin parar. La oscura habitación tiene un olor nauseabundo y asqueroso pues la diarrea no se detiene con el atole de arroz, ni con tés de menta o de ruda, ni con ningún otro remedio de las vecinas. A temprana hora Juan y Manuel han ido a buscar un doctor. De cualquier manera, los dos amigos de parranda saben que ya todo es inútil. Don Lupe se acaba”. Así comienza La portentosa vida de José Guadalupe Posada escrito por Agustín Sánchez González. El libro narra en siete capítulos la historia del creador de una de las obras de arte más conocidas a nivel internacional y uno de los símbolos de identidad nacional más poderosos en México: la calavera “Catrina” o, su nombre original y no tan conocido, “Garbancera”. Posada, nos cuenta Sánchez González, “durante cuarenta y dos años estuvo en la palestra. Participó como grabador, caricaturista, ilustrador de decenas de publicaciones y libros, imprimió miles de grabados, trabajó en cuando menos tres estados de la república mexicana y sin embargo [mientras estuvo vivo] nadie dijo nada sobre él o su obra”. Murió enfermo, solo, sumido en la pobreza y sus restos terminaron en la fosa común del Panteón de Dolores. La biografía, que comienza con la muerte del grabador, nos lleva a lo largo de más de doscientas páginas y estampas a Aguascalientes, León y la Ciudad de México. Nos presenta entre muchos otros personajes a Ireneo Paz –sí, el abuelo de Octavio Paz–, editor de diversos impresos y uno de los grandes escritores liberales del siglo XIX, para quien Posada realizó un sinfín de trabajos; aparecen también otros editores de la época que emplearon habitualmente sus servicios como Francisco Montes de Oca, Antonio Vanegas Arroyo y Heriberto Frías. Leemos y nos transportamos al México de finales del siglo XIX y principios del XX, una época en la que la imagen se anteponía a la palabra y la escritura; aproximadamente 80% de la pobla-

ción era analfabeta y Posada supo representar y comunicar a través de la estampa, publicada en hojas volantes y prensa impresa principalmente, los acontecimientos de la vida diaria así como las creencias y los miedos más profundos de los mexicanos. Nadie escribió en esa época sobre Posada, pero su obra circulaba “por todas las calles de la ciudad, en las iglesias, en las mesas para el juego, en las cartas de amor, en la vida de todos los mexicanos”. La portentosa vida de José Guadalupe Posada incluye decenas de ilustraciones del propio Posada que no sólo complementan la narración pues muestran el ingenio, la riqueza y diversidad de su universo creativo, sus afamadas calaveras realmente son un porcentaje muy pequeño de su producción; incluye también las dos únicas fotografías que, hasta la fecha, se conocen de él. Sánchez González afirma en su libro que Posada fue un “cronista excepcional que pintó la comedia humana, la tragicomedia mexicana de un siglo que terminaba y otro que nacía. Posada

captó todas esas historias de la vida cotidiana: el silencio, la marginalidad, la tragedia, el dolor, la risa, la sorna, la carcajada, el miedo, el regocijo, el pecado, la magnificencia, la fe, la miseria, el llanto, el placer, la vida, la muerte, el blanco, lo negro, el pecado, el amor, lo mexicano”. Además recupera y cita algunas palabras de Jean Charlot, Luis Cardoza y Aragón, Hugo Hiriart, Thomas Gretton y Juan José Arreola, quien alguna vez escribió: “El arte de Posada consiste en que siempre se le pasa la mano, es el gran artista de la estética del disloque, las figuras están casi siempre dislocadas, sean calaveras o no, como los siete pecados contra un hombre solo”. La publicación de este libro en formato electrónico pretende contribuir a la promoción internacional de la vida y obra de este humilde artesano. Hasta la fecha, no hay certeza de la cantidad de obras que produjo; algunos investigadores afirman que fueron miles pues a lo largo de más de cuatro décadas elaboró cientos de grabados y litografías para empresas comerciales y editoriales. Agustín Sánchez González es autor de más de 30 libros. Se formó como historiador en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y ha optado por contar historias fuera de la academia. Ha escrito sobre la alegría por la vida, en una obra dedicada a Cri Cri; el uso y abuso del poder de personajes claves en la historia mexicana, como Fidel Velázquez o Álvaro Obregón o una forma diferente de interpretar la realidad, a través de artistas como Gabriel Vargas. Sus libros son un encuentro con la vida cotidiana y un ameno retrato de nuestro acontecer. Se especializa en la vida en México, el humor y la caricatura. Algunos de sus libros más recientes son: Los humoristas gráficos y el exilio en México, 100 años de caricatura de El Universal y Crímenes y horrores en el México del siglo XIX. La portentosa vida de José Guadalupe Posada, de la editorial txto, puede ser adquirido en tiendas en línea como Amazon, iTunes, Kobo, Barnes & Noble, Gandhi y Porrúa, entre otras.


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Viajar en pequeño formato

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asi al tiempo que se celebraba el Día Nacional del cartero recibí una postal de Vietnam. Al reverso llevaba dos estampillas; en una se veía paisaje a una sola tinta y en la otra un colorido gallo para conmemorar el Año del Gallo. Me llenaron de felicidad, de esos placeres que se van perdiendo. Comunicarse a distancia siempre ha sido una preocupación de los grupos humanos. Los servicios de transporte de correspondencia existen desde la antigüedad -en el México prehispánico los tamemes cargaban mercancías y mensajes-, y se puede asegurar que durante todo el siglo XX el correo postal fue un medio de comunicación privilegiado, pero no sólo noticias llevaban las cartas y tarjetas. Hoy en día pocas personas envían cosas por correo y con ello, además de perder la práctica de la escritura, se ha perdido un oficio –el del cartero- y una tradición -el coleccionismo de timbres. Coleccionar los timbres, estampillas, o sellos postales que acompañaban al correo era una forma de viajar, de conocer el mundo, de asomarse a lejanos países. También de mostrar y apreciar procedimientos gráficos -grabado a buril sobre plancha metálica, litografía, offset, inyección de tinta, etc. En la era de las comunicaciones virtuales, si el correo electrónico reemplaza la misiva ¿el twitter o el sms reemplazan la tarjeta postal? ¿El arte digital sustituye al arte postal? ¿Y qué podría tomar el lugar de la estampilla? ¿Qué podemos atesorar de los lugares distantes? ¿Qué forma toma el imaginario del viaje? La filatelia fue una de las actividades de coleccionismo más extendidas en el mundo y entre todas las clases sociales. Jorge VI, rey de Inglaterra; Franklin D. Roosevelt, presidente de los Estados Unidos; Víctor Manuel, rey de Italia y Nicolás, zar de Rusia se cuentan entre los más célebres coleccionistas.

Aunque la colección más famosa la comenzó en 1865 Philipp von Ferrary (un adinerado aristócrata austriaco de origen francés), y fue embargada por el gobierno de Francia como “reparación de guerra” en 1918 y posteriormente subastada, entre los años 1921 y 1926, en diferentes lotes. Ahí hablamos de expertos, o al menos de aficionados con mucha información y recursos, pero están todos los demás, los que empezaron en la infancia haciendo acopio de la correspondencia de sus parientes, de sus allegados, ensanchando su perspectiva del mundo sin perspectiva de fortuna. El arte de coleccionar sellos o estampillas comenzó en 1841, cuando se publicó en el Times de Londres el anuncio de una joven “deseosa de empapelar su tocador con sellos usados” (forrar muebles u objetos con timbres en una tendencia que se ha continuado desde las manualidades caseras hasta el arte conceptual). Para esta afición se acuñaron términos como timbrología, timbomanía o timbrofilia, que no prosperaron. Luego, en 1864, un coleccionista francés de nombre

Herpin acuñó el término filatelia con las voces griegas philos (amigo) y telos (tributo), dado que los timbres fueron creados como una forma de recibo por el pago del servicio postal. Aunque hay quienes dicen que la palabra

está formada por philos y ateleia, que significa “exención del impuesto”, que viene a ser contrario a lo que se quería designar. Y es que la historia de la estampilla empieza poco antes, en 1839, como parte de un sistema postal de prepago creado para evitar que el destinatario se negara sufragar los gastos de un envío. Enseguida, lo que sólo era un comprobante de pago, propició posibilidades estéticas y técnicas, y así las necesidades de diseño y elaboración de la estampilla incidieron en el desarrollo de las artes gráficas. Los timbres son pequeñas obras de arte y de historia. Mediante estampillas se han celebrado acontecimientos, se ha conmemorado el ascenso y caída de próceres, se han recordado tragedias. De algunos países no quedan más que los sellos y la división política del mundo puede rastrearse a través de ellos. Sí, todavía existen coleccionistas y colecciones, hay una Federación Internacional de Filatelia y México tiene su Federación Mexicana de Filatelia, además de unas treinta agrupaciones, clubes o asociaciones. Correos de México (de la SCT) emite hasta 60 sellos conmemorativos al año. Todavía se hacen exhibiciones, pero ¿hasta cuándo?

El Picaporte El agua, el águila, el hacha y otros sustantivos femeninos 6 Por Simitrio Quezada

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i es singular, al sustantivo femenino “agua” se le antepone el artículo masculino “el”. Si es plural, lleva “las”. Ejemplo: El agua fresca, las aguas frescas. Lo mismo sucede con “el águila blanca, las águilas blancas”, “el hacha filosa, las hachas filosas”, “el árnica amarilla, las árnicas amarillas”, “el ánima en pena, las ánimas en pena”, “el anca de rana, las ancas de rana”, “el ágata luminosa, las ágatas luminosas”, “el ánfora vacía, las ánforas vacías”, “el África, las Áfricas” y otros con “a” inicial acentuada. Lo masculino se queda sólo en el artículo, no en el sustantivo ni en el adjetivo que lo acompaña. Por eso podemos intercalar aparentemente los gé-

neros al decir o escribir “Toda el agua fría” (Femenino masculino femenino femenino), “Reparadora, helada el agua” (Femenino femenino masculino femenino) o, como se llama un renombrado grupo teatral colombiano, “El águila descalza” (Masculino femenino femenino). ¿La razón? Todos estos sustantivos femeninos comienzan con una “a” tónica o acentuada. Para que no “choquen” con la “a” del artículo femenino, éste cambia al masculino “el”. Es, entonces, un asunto prosódico o eufónico, de buen sonido. ¿Excepciones? La hache, porque originalmente se refiere a “la letra hache”, y La Haya, nombre de ciudad. Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com

Filatelia

6 Por Maliyel Beverido


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LA GUALDRA NO. 320 /// 11 DE DICIEMBRE DE 2017

No son cohetes Río de palabras

“Sello y protejo con el poder de la Sangre de Jesucristo el señor esta casa con todo lo que es, con todo lo que tiene”. A la memoria de Soledad Ruiz

6 Por Alberto Huerta

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e puso a chiflarle al humo que salía elevándose en remolino del brasero donde se quemaba el copal. Le chiflaba y le chiflaba. Y así recorrió toda la casa, de arriba para abajo. En todos los rincones y recovecos. Detrás de los muebles, debajo de las camas. Y luego rezaba a San Benito, a San Ernestito de la Higuera, a San Pascual Bailón. Reza y reza. Y chifle y chifle y donde él veía algo se soltaba diciendo de groserías y maldiciones. Y así toda la noche, de arriba para abajo. Abriendo y cerrando puertas y ventanas. Entrando a piezas y recorriendo patios y pasillos. Fumando un cigarro bien gordo y grande. Bebiendo copas de mezcal. Impregnando paredes y cosas con el humo del tabaco. Hablándole bien y bonito a los santos, con la palabra dulce. Y a mentadas y chingaderas al Amigo. Y así maldiciendo y chiflando, rezando y bebiendo, fumando y rezongando, bañando con el humo del tabaco y del copal se pasó toda la santa noche. Bajo el limonero, en el patio, con el cuerpo moreno y desnudo Estrella dijo, le dijo: Extraño tus manos recorriendo mi espalda… Extraño tus besos en mi panza y mi ombligo que me provocaban alboroto en todo el montalallo. Y me dan calambres en el cerebro. Eso dijo ella debajo del limonero, en el patio. Y él siguió chiflando y echando humo de copal y de tabaco. El cielo estaba oscuro. Negro. Muy negro. Sin embargo, había luna llena. Y en la plaza principal del pueblo tronaban cohetes y como flores de diente de león se dibujaba con luz en lo oscuro del cielo, casi negro y la música de tambora escandalosa machaconamente monótona retumbaba a todo trapo. Y así, a chifle y chifle, metiéndose a las piezas, cruzando pasillos, en la pura rezadera. Al abrir las puertas de un clóset clarito escuchó: No tengas apuro, yo te estoy cuidando. Siempre me traes de un lado para el otro. Dice la voz. ¿Por qué andas

/// El 8 de diciembre se inauguró la exposición de aniversario del Taller de Pintura y Grabado Julio Ruelas en sus instalaciones. Pemanecerá en exhibición todo el mes de diciembre.

siempre hablando con los difuntos?, pregunta. Pero él sigue a chifle y chifle, repartiendo mentadas de madre, rezando padres nuestros y aves marías. Encomendándose a San Ignacio de Loyola. Regando agua bendita por toda la casa. Y dice, se dice, se está diciendo: Sueño. Cuando despierte estaré, como todos los días, acostado en mi cama, en mi dormitorio. Él dice, pero sigue caminando de arriba para abajo, con su chifladera, con sus rezos,

con el humo de copal y tabaco, hablando solo y piensa que con gusto se iría a una cantina a beber mezcal y chupar cuartos de naranja con sal gorda, fumando cigarrillos Populares. Y los muros de adobe de la casa crujen. Y las puertas y ventanas y cierran y abren. Y la casa se impregna con el humo del copal y el tabaco. Y se escucha en la noche una seca y corta ráfaga. No son cohetes. No, no.

Estómago 6 Por Pilar Alba

A

veces te recuerdo; aunque cada vez menos, para ser sincera. Entonces me entra un sentimiento de tristeza, nostalgia o no sé… más bien como de obsolescencia; sí por el tiempo que se fue, por los años perdidos. Trato de buscar algún indicio, un pequeño rasgo de luminosidad en ésa la que fue nuestra historia. Es cuando a mi mente vuelven los sonidos, los olores, los colores; todo eso que nos llega por esas ventanas que se llaman nuestros sentidos. Vienen a mi memoria, no sé por qué, las tortas, los tacos, la carne asada, las gorditas de sesos, los licuados y las nieves en la paletería. Recuerdo los sábados en el tianguis con sus jugos recién preparados y las carnitas. Los fines de semana de mariscos. Las noches de hamburguesa y pizza. Los recuerdo tanto y con tanta añoranza que se me abre el apetito. Sí, definitivamente, ahora entiendo qué era eso que me mantenía a tu lado: no, no era el corazón, sino mi estómago.

/// Poetas participantes en el Festival Internacional de Poesía Ramón López Velarde. Foto de Pascual Borzelli.


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