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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 329 /// 5 DE MARZO DE 2018 /// AÑO 7

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Tarcisio Pereyra. De la Exposición Energía en la Galería Arroyo de la Plata. El jueves 1 de marzo se inauguró en la Galería Arroyo de la Plata la exposición Energía, del artista plástico Tarcisio Pereyra, Chicho, originario de Jalpa la bella. El discurso de su obra es polifónico, lo que él hace está hecho a cuatrocientas y un voces, las del ave que habita en los cañones y la suya. A través del barro, la tela y el papel, Chicho hace que los colores, las texturas y las líneas cobren vida. Su obra es energía pura, habla, como él. “¿Cuál es la flor del capomo?”, parece preguntar al espectador… tal vez usted tenga la respuesta. Visite esta exposición, estará en exhibición hasta el día 15 de este mes de la primavera.


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La Gualdra No. 329

Editorial

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inalmente se dio a conocer el programa del Festival Cultural Zacatecas 2018, a tan solo unas semanas de que dé inicio, tenemos ya en nuestras manos el documento que informa qué eventos y espectáculos se presentarán en nuestra ciudad del 24 de marzo al 7 de abril. La primera impresión fue de desconcierto si he de ser franca y explico por qué a continuación. Desde que se anunció que el tema de esta edición sería “Expresiones de la paz: la cultura como un proceso transversal” mis expectativas fueron muchas, imaginaba que el programa de este festival consideraría no sólo la inclusión en el discurso de cultura de paz, sino que consideraría una nueva forma de hacer las cosas; tal vez, pensaba, que al ser tan urgente que se implementen estrategias para disminuir la violencia que tiende últimamente a permear casi todo -incuso nuestro estado de ánimo-, no sólo el contenido de la programación, sino las formas, cambiarían, pero no. Vemos un programa muy bien equilibrado en contenidos musicales; celebro por ejemplo la inclusión de conciertos en coordinación con la Coordinación Nacional de Música y Ópera del INBA; así como espectáculos que consideran al público infantil, como es el caso de Las voces en la muralla, un concierto escénico dirigido por Luis Martín Solís -quien trajo a Zacatecas hace algunos años La legión de los enanos, una obra de teatro de calle memorable-. Y a propósito de esto, podemos observar que en esta edición se programó más contenido teatral; ya estoy esperando, por ejemplo, ver Living Room, Gravedad y Sin Fronteras, de la compañía italiana Workcenter Jerzy Grotowsky; El viaje de los cantores, dirigida por José Concepción Macías; Un hombre, una mujer y un perro, con la actuación de Roberto Sosa y dirigida por Ignacio Flores de la Lama; Un día particular, de la Dir. Claudia Ríos; a la Compañía Nacional de Teatro, que presentará la obra El Diccionario, dirigida por Enrique Singer; y El Silencio, que presentará la compañía zacatecana La Ciénega Teatro, sólo por mencionar algunos ejemplos. Ahora bien, yo estoy ya haciendo mi agenda en la que estoy incluyendo

las obras y los conciertos a los que deseo asistir, sobre todo porque conozco de la trayectoria de los participantes; de los que no conozco, me he dado a la tarea de investigar quiénes son y qué es lo que hacen; ahora obtener información es relativamente sencillo para quien tiene acceso a internet y tiempo, sobre todo tiempo e interés, porque hay quienes no lo tienen. Volviendo al tema de la paz, imaginemos ahora qué sucede en las colonias alejadas del centro de la ciudad, o en otros municipios en la que los procesos de violencia van a la alza, ¿sus habitantes también estarán informados o interesados en buscar esa información relacionada con el programa del festival? Lanzo esta pregunta al aire e imagino qué tipo de información reciben los habitantes de las zonas más conflictivas, ¿cómo y qué harán a nivel institucional para convencer a esos espectadores potenciales de que asistir a un concierto, un espectáculo de danza o de teatro durante esas dos semanas es una buena opción para ellos? Tal vez sea el momento de pensar y repensar en esas estrategias de comunicación que ayuden a difundir la cultura y las artes en nuestra población; quizá sea necesario también que empecemos a considerar el “desaprender” las formas tradicionales de difusión y enfocarnos en lo que realmente deseamos construir: un escenario que considere realmente los proceso transversales, que rompan con los procesos actuales que no han contribuido a obtener una cultura de paz. Y es que, estimado lector, si queremos cambiar y aminorar las situaciones de violencias -porque son muchas y diferentes- y fomentar la paz, no basta solamente con diseñar un programa de calidad para el festival. En dos semanas no se puede conseguir que un proceso transversal se implemente, es indispensable que se cuente con un plan que considere objetivos a corto, mediano y largo plazo. Ojalá ese plan exista ya y sólo nos haga falta conocerlo; pero si no existe, urge que empiece a formularse. Que disfrute su lectura.

Directorio

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Contenido El Templo de las Musas El encanto de los canes en el arte Por Violeta Tavizón

De tu arte al mío… Por Maiyel Beverido

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Op. Cit. Novelar a Villaurrutia: Palou Por Mauricio Flores

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Nunca fuimos contemporáneos Programa pedagógico El devenir moderno de lo contemporáneo Daniel Garza Usabiaga

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Bibliotecas y bibliotecarios: nuevos retos, vieja mirada Por Eduardo Campech Mirada Un hueco en el librero Por Carlos Flores

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Tres anuncios para purgar el odio [Three billboards outside Ebbing, Missouri] Por Adolfo Nuñez J. El Picaporte San José y el verbo “putare” Por Simitrio Quezada

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Una reliquia para re-leer Por J. Juan Espinosa Zúñiga Un lugar en el mundo Por Pilar Alba

#Paro8M #Paro8MZac #HuelgaDeMujeres Por Campaña Negra*

Energía, de Tarcisio Pereyra (exposición en la Galería Arroyo de la Plata) Había una vez Por Alberto Huerta

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

10 11 12 Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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El Templo de las Musas

El encanto de los canes en el arte [Segunda parte]

Arte

/// Gustave Courbet. Buenos días, señor Courbet. Óleo sobre tela. 1854. Museo Fabre, Montpellier.

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Joshua Reynolds. Mrs. Abington as miss Prue. 1771. New Haven, Yale. Center for British Art. Colección Paul Mellon.

Por Violeta Tavizón*

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n el artículo pasado abordé dos temas que para mí son apasionantes: el arte y los canes. En este sentido, continuando con el periodo barroco, para el siglo XVIII en Europa, los perritos se convirtieron no sólo en mascotas sino en parte del ajuar de las damas de la aristocracia y nobleza. De ahí que muchas de éstas se retrataron con sus animalitos de compañía en su regazo, mostrándole al espectador lo bien cuidados y aseados que estaban, convirtiéndolos simbólicamente en una alegoría de la aristocracia. En la última etapa del barroco, llamada rococó, uno de los pintores que más retrataron las damas y sus mascotas fue el británico Joshua Reynolds (17231792). Principalmente plasmó con su pincel a la aristocracia de su época, con una pintura un tanto achabacanada e idealizada; sin embargo, en muchos de sus retratos utiliza al perro como un elemento que dota a la composición de una atmósfera más humana, más juguetona. Uno de sus retratos más importantes es el de Abington en el papel de Miss Prue. En otras ocasiones, para la pintura churrigueresca o rococó, la presencia de los perritos dotó de más realismo a la composición, tal como sucede en el lienzo La muestra de Gersaint, de Jean-Antoine Watteau (1624-1721), pintor francés que se dedicó a pintar idílicas escenas en las que el cortejo, la diversión, y el juego fueron los protagonistas. En este sentido, en el cuadro antes mencionado, pinta una galería en la que hombres y mujeres que admiran las obras ahí ex-

Theodore Gericault. Cabeza de bulldog. 1817-1819. Museo del Louvre, París.

puestas, mientras uno de los empleados, simbólicamente guarda en un baúl el retrato de Luis XIV quien recién había muerto. En la esquina inferior derecha, se encuentra un perrito que está en la calle, quitándose las pulgas, dándole al cuadro un sabor más realista y cotidiano. Del churrigueresco y rococó damos un gran brinco en el tiempo hacia el romanticismo. Esta época se caracterizó por que los pintores plasmaron escenas en dos vertientes, unas aún idealizadas en ambientes exóticos; y otras más realista, idealizadas pero realistas. En este sentido, Théodore Géricault, (1791-1824), aun haciendo gala de su academicismo realizó varias series, una de ellas la dedicó a los animales, pintando leones, caballos, gatos y perros.

Avanzando en el siglo XIX, el romanticismo dio paso al realismo, en el cual se tuvo como premisa mostrar, como su nombre lo indica, la realidad tal y como era, sin adornos, sin idealismos, exhibiendo a través del arte a personajes anónimos y cotidianos. El principal exponente de esta corriente fue el pintor francés Gustave Courbet (1818-1877), quien estuvo fuertemente influido por el ambiente revolucionario de la época. Es muy claro que Courbet era un amante de los perros, en varias ocasiones los retrató ya fuera como protagonistas o como parte de sus composiciones. Para Courbet los perros no son un adorno, son una parte importante de la composición, los dignifica y les da en ocasiones un papel protagónico.

Caminando por este sendero decimonónico, en las últimas tres décadas el impresionismo y post impresionismo rigieron el estilo de vanguardia en la pintura europea. Los pinceles más representativos crearon escenas nunca antes vistas, en las que la luz, las pinceladas libres, y los colores puros se convirtió en un elemento fundamental para sus composiciones. Muchos de ellos retrataron a hombres y mujeres comunes, que no ostentaban ningún cargo público o tenían un lugar en la aristocracia o monarquía. Pintar lo cotidiano es lo que creó una coyuntura en la pintura del siglo XIX. Algunos de los pintores perrunos impresionistas fueron: Édouard Manet quien pintó a Bob, un bello maltés que con pinceladas yuxtapuestas logra asomarse en el lienzo para ser perpetuado por la mano del artista; Vincent van Gogh también ejecutó varios cuadros con este tema como: el dibujo Niño con perro o el óleo La joven Berthe Morisot y su perro. Otro impresionista perruno fue Auguste Renoir quien retrató en individual a varios perros o en composiciones acompañando a sus amos, tal como en el Retrato de Alfred Berard o Cabeza de perro, en el que se ve a un simpático Spaniel que observa fijamente al espectador, capturado por la pincelada sutil y difuminada del pintor francés. El arte tiene el encanto de que puede ser estudiado desde un gran repertorio de temas, en este caso, los perros han sido el hilo conductor para que a vuelo de pájaro, de manera muy rápida veamos las distintas etapas del arte, desde la época egipcia hasta el siglo XIX. *Curadora.


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Opinión

De tu arte al mío…

/// Fake News. Supuesto carrito de limpieza en el Museo Guggenheim de Bilbao.

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Por Maiyel Beverido

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999. Un custodio de la Tate Gallery, excesivamente celoso de su trabajo, arregló la pieza “Mi cama”, de Tracey Emin (artista nominada ese año para el premio Turner) creyendo que la obra había sido vandalizada. 2001. Una instalación de Damien Hirst de botellas de cerveza, tazas de café y cenizas desbordantes fue retirada accidentalmente de la Galería Eyestorm de Londres. 2004. Un agente de limpieza de la Tate Britain tiró a la basura una bolsa de papel y una caja de cartón que formaban parte de una obra del artista alemán Gustav Metzger. 2014. Albañiles del Museo de Arte de Ravenna, enyesaron el agujero pintado en la pared por el artista callejero Eron. La obra había sido creada exprofeso para la exhibición denominada “Crítica en el arte”. 2014. Una empresa de limpieza en la ciudad de Bari, Italia, recibió una factura por diez mil euros luego de que uno de sus empleados tirara migajas de galletas que formaban parte de una obra de Paul Branca en la Sala Murat. 2015. Una instalación de dos artistas milaneses en el Museion Bozen-Bolzano de Italia había sido confundida por la intendente con los estragos de una fiesta y limpió la sala por completo. El título de la obra era “¿Dónde iremos a bailar esta noche?”. 2016. Un adolescente dejó unas gafas en el suelo del recién reinaugurado Museo de Arte Moderno de San Francisco, provocando que los otros visitantes las confundieran con una pieza de arte. 2018. Circula en redes sociales la noticia

de que en el Museo Guggenheim de Bilbao el público confundió un carrito de limpieza con una obra. Incluso se menciona el nombre de la trabajadora que lo dejó en la sala y se dice que uno de los visitantes ofreció 400 mil euros para adquirirlo. Pero esta última noticia es falsa. La lista no es exhaustiva, pero si ilustrativa. Las fake news abarcan todo tipo de temas, incluso el arte contemporáneo. La manipulación de noticias ha existido desde siempre, por muy diversos motivos, incluso el humorístico. Antes dedicábamos un día (el 28 de diciembre en nuestro país y el 1° de abril en otros), a publicar noticias falsas. Era un asunto festivo, de ingenio, un engaño más bien inofensivo, como una broma que nos ponía a prueba y revelaba nuestra credulidad o la perspicacia. Los nuevos soportes de la información hacen ahora mucho más sencillo adulterar la realidad, y puedo confesar que muchos montajes me han hecho sonreír, pero esto en el entendido de que se trata de un chiste. Paro ahora hay una sobreproducción de falsos. Aunque es bien cierto que el sentido del humor es una forma de inteligencia, estas formas de desinformar no tienen ya –para mi gustoninguna gracia, y de hecho no tienen la intención de divertir. No son una forma de crítica, como lo serían la caricatura o la parodia. Las fake news de hoy en día son una industria, además, rentable. Combinan la ingenuidad del lector con la verosimilitud de los hechos presentados. No se pueden justificar por el hecho de que es potencialmente factible. En este mundo, ya lo hemos visto, todo puede suceder. Así, cualquier noticia que se presente apoyada con una imagen y en el marco de un medio informativo,

parece real. Otras formas de legitimización son las frases “autoridades declararon” y la también célebre “estudios científicos demuestran”. Estas falsas noticias están fabricadas para captar el máximo de lectores posible y además hacer que estos lectores las difundan. Las compañías de marketing analizan su dispersión, y aplican los datos obtenidos a sus campañas. Algunos sitios que las presentan contienen virus espías o, en el mejor de los casos, sólo publicidad (por la cual obtienen jugosas ganancias). También existen blogs de personas que sólo quieren ganar notoriedad creando confusión. Pero, sobre todo, esas falsas noticias imposibilitan o entorpecen los verdaderos debates de temas que nos conciernen y nos afectan diariamente, como el fundamentalismo y la discriminación, conducen a la polarización de posiciones, manipulan y pueden generar respuestas extremas. Falsas leyes, falsos ataques, falsos descubrimientos causan reacciones verdaderas. El caso que tomé como ejemplo trata de arte contemporáneo, por lo que parecería que su influencia es moderada y su consecuencia inocua, pero no es así, puesto que no se puede tener una discusión seria acerca de la percepción del arte y sus nuevas modalidades y propuestas si se falsean las cosas, no se pueden analizar los hechos (lo que sí sucede) si se mezclan con lo que podría haber pasado. Seguirán ocurriendo cosas en el mundo y seguirán las simulaciones. Seguiremos viendo confusiones en los museos y las salas de arte, y seguirá habiendo bromas al respecto. Ojalá que siga también la reflexión madura y equilibrada que todos los temas requieren.


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Op. Cit.

Op. Cit.

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Novelar a Villaurrutia: Palou

Por Mauricio Flores

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o entendieron bien Los Contemporáneos. Para escribir una gran literatura, recuérdese a Eliot, es menester el conocimiento de la tradición y el talento individual. La hipérbole de la sensibilidad de cada quien. En la distancia, acercarse al grupo literario parece traer consigo una condición sine qua non, la ponderación de sus individualidades más personales y humanas, espacio donde la libertad del género novelístico ajusta de buena manera. Algo que hace Pedro Ángel Palou (Puebla, 1966) en En la alcoba de un mundo. Una novela —no un ensayo— sobre Villaurrutia. Y no porque acercamientos especializados sobre el autodenominado no grupo haya pocos. Ni porque desde su condición de gran estudioso de la literatura el autor no esté en condiciones de hacerlo. (Ahora Palou enseña literatura de tiempo completo en Tufts University, donde es jefe del departamento de Lenguas Romances). Justo por lo contrario —al tiempo que la lectura y ubicación panorámica de los hacedores de la revista Ulises está hecha y su obra divulgada— era menester indagar un poco más en los rincones anteriores a las frutos creativos de un Villaurrutia (1903-1950) frente al espejo, y en la habitación oscura que habitó a lo largo de su existencia. Hacerlo, incluso más, desde el entendimiento que sobre la novela debe tener el mismo Palou, así demostrado en este nuevo título, no sé bien por tantos qué número de su conjunto en el género, tan diverso en temas y estructuras. En esta nueva novela del —ironías de nuestra república letrada— Premio Xavier Villaurrutia 2003, arribamos al estado de ánimo del personaje, premisa de la escritura de una obra poblada de elementos como la soledad, el viaje, la nostalgia, el desamor y el ejercicio libre de su sexualidad. Elementos de difícil explicación que, aunque no preocupación para el novelista en tanto antecedentes de un comportamiento y una obra, se despliegan con gran transparencia ante el lector. El que avanza no sólo por las estaciones más accidentadas de la vida de Villaurrutia sino por su mismo temperamento. Buena ingeniería novelística de Palou que se materializa en las distintas voces narrativas incluidas en En la alcoba de un mundo. Una, podríamos resumir en una frase, verosímil mentira de papel. Conocedor de la novela histórica,

Palou recorre además en esta nueva entrega los años que abrazaron a Los Contemporáneos (los Gorostiza, Cuesta, Owen, Barreda, Nandino, Ramos, González Rojo, Torres Bodet, Ortiz de Montellano, como también el pintor Agustín Lazo, compañía de muchos años en la vida de Villaurrutia). Su génesis y desarrollo hasta desembocar en la anunciada muerte del personaje novelado (Donde voy no hay aduanas, ni policía, ni amigos: un vacío interminable, quizá. Y luego nada). Con una cuidada prosa, ya en las primeras páginas, Palou perfila al colectivo literario y su integrante de excepción: “El tema de la huida, del retorno, del naufragio. El hijo pródigo, en lo que tiene de matafórico es el tema nuestro: desarraigo, ausencia de tradición, rechazo. Se nos acusa de antinacionalistas por lo que nosotros creemos que es nuestra mayor virtud y nuestra mayor contribución al país; dotarlo de una cultura, de un trabajo, de una pasión. Modernizar su literatura…”. Nuevos tiempos No todo fue pintura mural en el México postrevolucionario. El fascismo avanzaba en el mundo y en nuestro país el presidente Lázaro Cárdenas daba un nuevo impulso a los cambios. A la tem-

prana muerte del bardo zacatecano Ramón López Velarde (…nos inspiraba una gran admiración. Lo fuimos a visitar a sus clases y él, con su eterno jacquet, interrumpía para saludarnos, leer nuestros textos y comentarnos algunas cosas. No llegamos a ser amigos, no sé si por la timidez del poeta o por nuestra incapacidad de adolescentes) le seguirían Los Contemporáneos. (Los que “escucharon a los mensajes universales para incorporarlos a la literatura mexicana. Leyeron a franceses como Paul Valéry y André Gide, a estadounidenses como Walt Whitman y Carl Sandburg, pero no descuidaron a los clásicos españoles. El resultado fue un retorno a las formas clásicas, enriquecido por las innovaciones de los movimientos de vanguardia que, surgidos en diversas partes del mundo, revolucionaban la forma de interpretarlo”, explica Vicente Quirarte en Introducción a la cultura artística de México). Entre ellos —cursis, amanerados, elitistas, dandis, modernos, extranjerizantes, pero nacionalistas, populacheros, varoniles, democráticos y contradictorios—, un Xavier Villaurrutia que el novelista nos acerca para acompañarlo en su destino. ¿Quién fue Xavier Villaurrutia? “Quién sabe, dirán con sus lenguas mustias —leemos—. Nadie ni nada me recordará nuevamente. ¿Y tus textos?,

me podrás decir […]. Mis textos no son nada en los siglos de la lengua española. También, aunque más lejos quizá, serán condenados al olvido. Ya no seré nada, porque además no tengo nada. Nada sino estas manos que me permiten escribir que no tengo nada”. Principio y fin de Villaurrutia Principio. Su arribo a Nueva York, al lado del dramaturgo Usigli, donde Villaurrutia descubrirá una selva moderna, “dispuesto a ser otro, alejado de mí mismo —de todo lo que soy— sin libros, sin casa, sin diversiones. Apenas algún amigo y Rodolfo, que me acompaña y comparte este desencuentro atroz”. Final. “¿Quién terminé siendo? —reproduce el narrador juez que quiere saberlo todo y valorarlo todo como si pudiera erguirse ilusamente en conciencia la voz de Villaurrutia—: este cuerpo maltrecho, estas piernas temblando, esta conciencia desecha que ya no cree en nada, que ya no cree nadar en su propio fango”. El Villaurrutia que contiene, revive, novela y obsequia al lector Palou. **** Pedro Ángel Palou, En la alcoba de un mundo. El amor y la oscura muerte de Xavier Villaurrutia, Seix Barral, México, 2018, 224 pp. @mauflos


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XIII Bienal FEMSA

Nunca fuimos contemporáneos Programa pedagógico El devenir moderno de lo contemporáneo

/// Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez. Vista del patio central. Cortesía del MAAMF.

Daniel Garza Usabiaga

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ualquier persona con cierto interés en cuestiones artísticas que visite Zacatecas, puede quedar sorprendida al descubrir los acervos resguardados en los museos de la ciudad. La realidad es que pocas ciudades en el país concentran la variedad y calidad de colecciones que se encuentran en exhibición permanente en los distintos museos que forman parte del Instituto Zacatecano de Cultura. En estos acervos se puede encontrar arte moderno y antiguo, artes populares, arte clásico e indígena del continente Americano, pero también de Europa y África así como obras en distintos formatos como pintura, escultura, fotografía, textiles u obra gráfica. Las colecciones de los museos de la ciudad de Zacatecas constituyen un importantísimo capital cultural que puede ser aprovechado de múltiples maneras. Con esto no sólo me refiero a su participación dentro de ciertas industrias de servicios, como el turismo, sino también en su capacidad para generar conocimiento y distintas perspectivas de cómo ver el mundo. Y es que aunque en ocasiones las piezas expuestas en una exhibición

permanente de un museo parezcan inertes y petrificadas, la realidad es que cualquier objeto posee una vitalidad particular que lo inclina a ser entendido de múltiples maneras, en ocasiones por sí solo o, en otras, a través de su yuxtaposición con varias piezas. Explotar el objeto hacia múltiples significados y relaciones es tarea de una curaduría y montaje crítico que lucha por zafar a una pieza particular de la camisa de fuerza que le otorga sólo un entendimiento determinado.

El primer módulo del programa pedagógico de la XIII Bienal FEMSA Nunca fuimos contemporáneos, titulado “Los museos después de la bienalización. El devenir moderno de lo contemporáneo”, busca justo esto: ofrecer un panorama histórico del museo y sus exposiciones para entender su funcionamiento actual y explorar distintas alternativas que vayan en contra de su stasis con el fin de multiplicar las perspectivas y lecturas que puedan ofrecer a través de sus colecciones.

Tal maniobra busca la expansión del conocimiento a través de objetos que pareciera que “ya han dicho todo lo que pueden decir”; objetos en colecciones permanentes que se han visto de la misma manera durante años o, inclusive, décadas. La formulación de nuevas ideas y relaciones a través de estas piezas no hará otra cosa que subrayar el mandato de saber que es razón de ser de prácticamente cualquier institución museística. Más que presentar metodologías institucionales de análisis y trabajo para el desarrollo de articulaciones o montajes, el programa pedagógico tocará casos de estudio históricos donde el quehacer de exposiciones cumple estas funciones críticas. Es difícil hablar de una, dos o tres metodologías correctas o adecuadas ya que la curaduría y el montaje cuentan con cierta plasticidad que les permite escapar a las limitantes de “los pasos a seguir”, “la opción correcta” o “la manera adecuada de hacer las cosas”. Actualmente proliferan los programas de estudio que buscan ejercer estas limitaciones en el campo de la curaduría que conllevan cierto riesgo de homogeneizar el entendimiento de una práctica que constantemente se auxilia de la creatividad y la imaginación informada. En oposición a estas tendencias institucionales, el programa de la XIII Bienal FEMSA apuesta a la experimentación y a modelos flexibles, reflexionados a través de casos históricos y teniendo en mente las condiciones del presente.

/// Pedro Coronel. La Lucha. Óleo / tela. 1958. Secretaría de Cultura-INBA-Museo Francisco Goitia.


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Para muchos la historia puede representar un asunto un tanto tedioso. Esta desafortunada percepción no invita, en muchos casos, a la reflexión del pasado que, como se sabe, mucho ayuda para entender las condiciones del presente y se presta para establecer vínculos temporales no cronológicos. Lo segundo quizá suene algo críptico pero básicamente lo que quiere decir es que una situación del pasado puede encontrar resonancia en el presente y, si es así, es posible extrapolarla, actualizarla, traerla al día de hoy y ver los resultados que pueda tener. Quizá esto se pueda ilustrar a través de un ejemplo: Los acervos de muchos museos zacatecanos están conformados por lo que fueron las colecciones particulares de varios destacados artistas locales. Por esta razón los museos llevan su nombre: Pedro y Rafael Coronel, Manuel Felguérez. El coleccionismo practicado por estos artistas es muy distinto a algunas de las ideas y comportamientos contemporáneos alrededor de la práctica del coleccionismo como una forma de inversión un tanto prosaica. En el caso de los

hermanos Coronel y Felguérez, sus colecciones no pueden ser vistas como esto, los objetos más bien parecen responder a otra lógica. Esto es muy evidente en el caso de Pedro Coronel y el universo material de su colección que comprende máscaras africanas, estampas japonesas, escultura clásica griega, piezas de arte precolombino y obra gráfica de artistas que incluye figuras como Francisco Goya, Joan Miró y Julio Le Parc, sólo por mencionar algunos. La lógica del museo moderno demandó por mucho tiempo que las piezas en exhibición se dispusieran, a simple vista y de manera aparente, de forma coherente. Por decir algo, que toda la obra gráfica se encontrara reunida en una sala, en otra el material cultural proveniente de Africa y en otra el arte prehispánico. Esto reflejaba las tendencias hacia la especialización a manera de compartimentos que es tan típica del pensamiento moderno. El arreglo del acervo del museo Pedro Coronel parece, en gran medida, seguir esta lógica. No obstante, esta colección de objetos podría ser entendida de más y distintas formas y en particular en re-

lación al trabajo de Pedro Coronel. En su producción, por ejemplo, pareciera que varios de estos objetos artísticos se asoman de vez en cuando. Es decir, estos objetos que coleccionó sin duda impactaron su trabajo y esto es algo muy evidente si se observan algunas piezas de su colección frente algunas de sus pinturas o esculturas. Coronel amasó con los años una colección que se puede calificar como ecléctica, en la que sobresale su gusto por la gráfica y el arte antiguo y original de América, África, Asia y Europa. Su coleccionismo, en apariencia poco sistemático, se puede relacionar con un modelo histórico, quizá uno de los más tempranos, que sirvió para la articulación de conocimiento y la sistematización en el estudio del mundo material: los gabinetes de curiosidades o cámaras de maravillas propios del renacimiento temprano en Europa. En este modelo, un individuo coleccionaba una serie de objetos aparentemente sin conexiones (minerales, objetos naturales, obras de arte, utensilios de distintas culturas, y hasta algunas piezas inclasificables o “maravillosas”) con el fin de contraponerlos o yuxtaponerlos.

/// Salas del Museo Pedro Coronel.

XIII Bienal FEMSA

/// Sala 1. MAAMF.

A partir de este juego de relaciones se encontraban o entablaban nexos inesperados entre ellos. Teniendo en mente lo anterior se podría pensar el acervo del Museo Pedro Coronel como un enorme gabinete de curiosidades que se puede prestar, por ejemplo, a un juego de relaciones con la propia obra del artista. Se podría reparar para este ejercicio, por ejemplo, en su estupenda pintura La Lucha (1958), resguardada en otro museo de la ciudad, el Museo Francisco Goitia. Revisando el universo material de Coronel es posible ver en esta pintura ciertas soluciones de las máscaras africanas y sobretodo de algunas esculturas de cráneos del arte prehispánico. En su temática, La Lucha resuena con las series gráficas Los desastres de la guerra de Goya o La infancia de Ubu de Joan Miró. En otros aspectos de su solución plástica, la pintura de Coronel se puede relacionar con los personajes presentes en una obra gráfica de Victor Brauner y, en lo que respecta a su color, con las piezas de Le Parc. De esta forma, piezas del acervo del museo que a simple vista parecen no guardar ninguna relación pueden ponerse en diálogo a través de una pintura de Coronel. Máscaras africanas y arte precolombino pueden ser ubicados en el mismo plano que el trabajo de Brauner o Miró. También, como se puede observar en este caso, este tipo de maniobra puede entablar conexiones con acervos de otras instituciones. Este tipo de ejercicios son los que se contemplan para el primer módulo del programa pedagógico de la XIII Bienal FEMSA, en los que se exploran nuevas relaciones entre los objetos que comprenden una colección y que, inclusive, puedan entablar nexos con otros acervos, más allá de su propio recinto. Este objetivo resuena con las intenciones de las intervenciones museológicas del programa de Nunca fuimos contemporáneos, que buscan entablar relaciones entre las distintas intervenciones o exhibiciones que se presentarán, al mismo tiempo, en los distintos museos de la ciudad de Zacatecas en octubre de este año.


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Promoción de la lectura

Bibliotecas y bibliotecarios: nuevos retos, vieja mirada t Por Eduardo Campech Mirada

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a concurrencia hacia las bibliotecas públicas es un reto que cada uno de estos recintos debe considerar entre los retos y las metas de cada uno de los ejercicios que planifiquen. Los tiempos manifiestan cada día una velocidad inusitada. Somos testigos de cuánto se van modificando las relaciones humanas, las tareas, las acciones, la cotidianeidad. El ritmo parece una carrera desenfrenada. Hace tan solo quince años veíamos el mundo in situ, ahora, con cada vez mayor regularidad, lo hacemos a través del lente del celular. El mañana, se dice, es hoy. Si como sociedad no hemos podido adecuarnos a esos cambios, como bibliotecas tampoco. Con un dejo de añoranza, los trabajadores de la Biblioteca Central Estatal “Mauricio Magdaleno” recordamos cuando la antigua sede de esta institución era pequeña con la demanda. Filas enormes vespertinas anunciaban que no había sillas y mesas al interior. Es bueno, también, recordar que en ese entonces tampoco existían varios recintos bibliotecarios que hoy tenemos en nuestro inventario cultural. Tampoco la información era tan accesible como la te-

rasgos que nos caractericen. Debemos leer, además de los libros, el contexto: cuáles son las necesidades reales de la población, qué podemos ofrecer que sea atractivo y no se encuentre a la mano en los dispositivos móviles, de qué manera la biblioteca y sus servicios pueden incidir propositivamente en la vida personal y comunitaria. En resumen: que la sociedad conciba a la biblioteca como una institu-

Un hueco en el librero t

Libros

nemos hoy. Aunado a lo anterior, el acervo de la biblioteca central satisfacía las necesidades de los estudiantes. Sin embargo, tampoco el stock bibliográfico se actualizó. Esos recuerdos deben ser un punto de partida para preguntarnos dónde estamos como institución, cuál es nuestro rol dentro de la vida social, cultural, educativa en la capital zacatecana. Como bibliotecarios, la creatividad e innovación deben ser dos

Por Carlos Flores

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ace algunos meses salió a la venta una colección de libros de Stephen King. Cualquier persona en el mundo sabe quién es este señor. Tal vez ha leído un libro o visto alguna película basada en su obra. En lo personal, me gustaron mucho El resplandor y Sueños de fuga en el cine; en el papel, El resplandor, Misery y Carrie. En fin, cada mes iba a mi puesto favorito y compraba mi novela. Dos mil pesos invertidos en ese pequeño tesoro. En realidad no tengo el tiempo para leerlos todos, pero el verlos ahí, al lado de mi escritorio, pensando en que podrían estar ahí por siempre, esperando a que los tome y los lea, llenan un pequeño hueco de mi enorme vacío. Debo confesar que es probable que sea un acumulador. Tengo tantos libros que no podría leerlos en mi vida entera. Del mismo modo, tantos cómics y tantos discos. Lo sé, pero no puedo parar. Si encuentro un libro que me guste, simplemente lo tomo. El fin de semana encontré Fausto, de Goethe, en una edición de 1925.

Lo compré. Con éste tengo ahora cinco versiones. Tengo discos de vinil repetidos, sólo porque me los encontré en los lugares más inverosímiles. Hace unas semanas mi disco duro enloqueció: de la nada pasó de ser un formato Fat 32 a tener un formato Raw. Es la cosa más absurda del mundo. Todos mis datos

están en él, pero no puedo acceder porque por alguna estúpida razón una pequeña partición del disco se cambió. Es simplemente doloroso. Saber que mis películas, mi música, mis fotos, datos e información que me llevaron años de paciencia en recopilar se han perdido, probablemente para siempre.

ción imprescindible para su desarrollo. Si el bibliotecario está metido todo el día en los libros, o por el contrario, no los toma sino para acomodarlos, todo lo anterior no pasará de ser una utópica expectativa. El diagnóstico estará, muy probablemente, de estereotipos, prejuicios y poco contacto con las necesidades reales de los usuarios. Uno y otro extremo convergen en el universo de las bibliotecas. No creo que sea un escenario endémico, y tampoco apelo al “mal de muchos…”, por el contrario, si hacemos consciencia de nuestras deficiencias y fortalezas, las posibilidades de convocar mayor público a las bibliotecas serán más factibles. En otros espacios he recalcado que el bibliotecario debería ser el primer usuario de la biblioteca. Beneficiarse con sus servicios para el crecimiento personal y profesional. Pero aún más, no sólo el personal bibliotecario, las mismas autoridades de quienes depende esta institución deberían saborear los frutos de la lectura. Sabemos que no sucede, que la lectura sigue siendo un lastre con el que hay que cargar en la escuela, del cual nos sentimos liberados una vez que egresamos. De ahí que otro reto para las bibliotecas es contar con personas dispuestas a transmitir, contagiar la pasión por la lectura.

Pero más doloroso que eso fue llegar a casa y encontrar un hueco en el librero. Un hueco muy notorio, pues el ejemplar que falta tenía (o tiene) cerca de mil páginas. Ahí estaba esa ausencia, justo al lado de Cell y el volumen dos de It. En el lugar donde debería estar el volumen uno de It, estaba simplemente un enorme espacio. Dos cosas me hieren de manera profunda: la primera es saber que a uno de los tomos le falta su par; la otra, que falta un ejemplar a una colección de veinte libros. Eso es comparable a un hijo sin madre, a un LP sin tocadiscos, a un invierno sin frío. No puedo dejarlo ir así nada más. Su desaparición hace que me sienta mal, vacío de una costilla a otra. Cuando volteo hacia ese lugar es como ver La Nada devorando Fantasía: cada vez más irreal […] No había nada, absolutamente nada. No era un lugar pelado, una zona oscura, ni tampoco una clara; era algo insoportable para los ojos y que producía la sensación de haberse quedado uno ciego.1 No soporto ver ese lugar, es como cuando se pierde un apéndice del cuerpo, sabes que no está ahí, que donde solía haber un brazo o un pie ya no hay nada más que un terrible muñón y, sin embargo, lo sigues sintiendo. 1 Ende, Michael, La historia interminable, Alfaguara, Colombia, 1992, p. 39.


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5 DE MARZO DE 2018

Tres anuncios para purgar el odio [Three billboards outside Ebbing, Missouri] Por Adolfo Nuñez J.

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n su más reciente película el director y dramaturgo Martin Mcdonagh demuestra que el odio y la violencia, lejos de ser acciones negativas en algunos casos pueden tornarse herramientas completamente necesarias, dependiendo de la situación. En el condado de Ebbing, Missouri conocemos a Mildred (Frances Mcdormand) madre de familia trabajadora con una actitud fuerte y un sentido del humor lleno de oscura ironía. Cuando se nos presenta, Mildred ha sufrido una terrible pérdida, pues meses atrás su hija fue brutalmente violada y asesinada, y al correr de los días, la posibilidad de encontrar al responsable de dicho crimen se vuelve cada vez menos probable. Cansada de esperar y ante la ineficiencia de las autoridades, Mildred decide tomar acciones por mano propia, pagando por un espacio publicitario en tres anuncios a las afueras de la ciudad, donde cuestiona en específico al sheriff Willoughby (Woody Harrelson) el hecho de que ha pasado mucho tiempo y aún así la investigación no ha avanzado ni se han hecho arrestos. El sheriff, quien a la vez tiene sus propios problemas personales y de salud también tiene que lidiar todos los días con el problemático Dixon (Sam Rockwell), un policía racista y alcohólico pero que finalmente es la única ayuda con la que cuenta para llevar a cabo la investigación. La presencia de los tres anuncios comienza a tener un impacto en todo los habitantes del pueblo, y

dado que la gran mayoría decide condenarlos, éstos terminan por desencadenar una serie de situaciones por demás absurdas, como una declaración de guerra a los anuncios y a Mildred. Desde sus dos cintas anteriores (In Bruges, Seven Psycopaths) Mcdonagh ha presentado personajes cuya violencia es un reflejo mismo de sus situaciones y su contexto, y al final es esa misma violencia las que les termina por dar algún tipo de redención. En Three billboards outside Ebbing, Missouri se plantea

una idea similar, pues a través de Mildred y cada decisión que toma basada totalmente en el odio y a raíz de la impotencia, también se encuentra la respuesta para lidiar con ese tipo de situaciones limite. En ese sentido el personaje de Dixon funciona como espejo de Mildred, pues ambos representan un enorme gris cuyo lógica es que la violencia sólo genera más violencia y en algún punto debe marcarse una línea para poder ser capaces de tomar las decisiones realmente benéficas pero sobre todo las correctas. Como resultado, tanto Mcdormand como Rockwell dan altos registros de actuacion al lograr lidiar con personajes complejos y llenos de imperfecciones, y a través de ellos el director nos hace partícipes de dicho espectáculo de enojo instintivo e irracional. Si bien el planteamiento se sustenta bajo un sentido humanitario y de empatía pura además de un irresistible humor negro, Mcdonagh evita cualquier rastro de cinismo y aborda las situaciones más crudas con una enorme sinceridad y sin desaprovechar cada oportunidad de ser crítico hasta el punto de volverse incómodo. De tal manera Three Billboards... es una película oscura y retadora, caótica como la vida misma que en su misma estructura en fondo y forma al hacer una reiteración al género western de tomar justicia por mano propia aterriza como un potente reflejo de la sociedad actual, y que frente a las verdades incómodas que expone nos hace cuestionarnos si ese tipo de cine tan estimulante pero sobre todo tan realista se podrá continuar haciendo de la misma manera.

El Picaporte San José y el verbo “putare” t

Por Simitrio Quezada

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ucho se ha dicho sobre el origen del hipocorístico de José, Pepe: antiguamente los religiosos escribían, bajo la figura de bulto del carpintero de Nazaret, la leyenda “Sanctus Iosefus, Pater Putativus Christi”, que después se convirtió en “Sanctus Iosefus, P.P. Christi”. “San José es el padre putativo de Nuestro Señor” decían antes los curas y no faltaba el chiquillo que tapaba su boca por asombro o risa. “Putativo” puede sonar relativo a la putería, la prostitución… y entonces costaba trabajo entender que se insinuaba promiscuidad en el hombre que en Galilea crió a Jesús. El verbo latino “putare” significa pensar, considerar, calcular, estimar, menoscabar. Su origen está en la raíz indoeuropea “peu”: golpear, cortar, pulir, colocar o disminuir. “Peu” significa pequeño, y de ahí vienen podos (pie) y paidós (niño). Por eso una hipótesis insiste en que “puto” y “puta” vienen del muchachito

o muchachita (personilla) que se la vivía en la calle. Como se “pensaba”, se “consideraba” que José era el papá de Jesús, entonces aquél era un papá putativo. Si yo pienso que Fulano se perfila como candidato del partido político pero a la mera hora lo cambian, entonces re-

sulta candidato putativo. Es como si dijéramos que, para la opinión pública, todo indiciado en un proceso judicial es delincuente putativo. Por eso en principio se le “imputa” un delito: se hace que los demás consideren que lo cometió. Así se pone en duda su “reputación”: lo que reiteradamente se piensa de él en la comunidad. Tampoco debe pensarse mal de un hombre “reputado”, del que se piensa mucho y se piensa bien. O del “diputado”, el que es puesto en un congreso para que represente. De “putare” viene también “podar”: menoscabar o pulir. Viene también “computadora”: aquí el prefijo “con” implica “global, completamente”. La computadora es la que calcula completamente las operaciones matemáticas, lo que hacía en una primera etapa. La computadora realiza los cómputos: es decir, los conteos. Del “computar” nos quedó el contar y así llegamos hasta los recuentos y los cuentos. * Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com

Cine

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LA GUALDRA NO. 329

Una reliquia para re-leer t

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Libros

oseer un libro “raro” es un sueño recurrente de bibliófilos y lectores, otro es escribirlos. Pero detengámonos en lo primero. Un libro puede denominarse “raro” en función al material que fue utilizado en su elaboración, por el taller en donde fue impreso, por el número de ejemplares que conforman una edición e incluso a partir de su propia historia como objeto. Es decir, quién se negaría a otorgarle un espacio en su biblioteca a un libro que sobrevivió a un naufragio o a un incendio, a un codiciado Cromberger, a los libros de caballería de Miguel de Cervantes o a la primera edición en español de los Reyes Taumaturgos de Marc Bloch. Con la fortuna de los que madrugan, acaba de llegar a mis manos un pequeño libro, flaquito y amarillo, que me ha hecho el día. Se trata de la Constitución Política de la República 1895. Aparte de mí, sólo otras 99 personas pueden presumir de poseerlo. Si poníamos atención a nuestras clases de historia recordaremos que durante el gobierno de Porfirio Díaz ningún Congreso Constituyente hizo de la suyas. En esencia lo que he adquirido es una reedición de la constitución juarista de 1857, con más exactitud, una edición que en 1895 se imprimió en Zacatecas bajo la tutela de Mariano Mariscal, destacado prócer de la imprenta decimonónica en el Estado. Edgar A. G. Encina y Marco A. Flores Zavala, ambos universitarios y bibliófilos de cepa, son los encargados de redondear el excelente trabajo de la editorial Policromía, otorgando al lector escenarios en clave histórica y filológica acerca de esta joya centenaria. En sus estudios introductorios nos presentan el escenario zacatecano hacia fines de siglo, la figura de quienes estuvieron al cargo del cuidado e impresión de la Constitución —El Círculo de Estudiantes y el propio Mariscal—, los objetivos políticos que probablemente motivaron la aparición del texto, la naturaleza filológica que posee el impreso, desde los tipos hasta el papel utilizado y, desdeluego, la exploración del comercio librero en la región. Conociendo a Edgar y a Marco, la publicación de este libro en específico no es un asunto baladí. Tampoco lo es que sea en este momento, sin duda, es una invitación a la reflexión. Las leyes juaristas siguen representando un pilar del Estado laico en el que hoy intentamos vivir, construcción que ha venido socavándose en el país con notable ilegalidad. Respetar el valor histórico es un asunto de civilidad que a poco debemos ir rescatando. En este tenor, felicito a Marco, Edgar y Yolanda Alonso —junto con todo su equipo—, por hacer memoria.

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Por Pilar Alba

M Río de Palabras

Por J. Juan Espinosa Zúñiga

e quedé sola en la madrugada. Más sola que la una, más solitaria que la Bikina cuando caminaba; por cierto ¿a donde iría la morra? Tal vez como yo a ninguna parte, nomás

Un lugar en el mundo a errar como el judío de un lado para otro buscando lo que se le ha perdido. Así de

sola me quedé yo, a mitad de la calle con el maldito celular descargado y con el miedo de

agarrar un taxi ya tan de noche, tan de madrugada. Pensé refugiarme en el qui-

cio de una puerta, esperar a que amaneciera; meterme abajo de un puente o quedarme en compañía de tantos mendigos a las puertas de una iglesia. Pero todo me daba miedo, era mejor caminar, esconderme al ver un auto o a algún trasnochado caminando por la otra acera. Caminar es lo único que he hecho desde entonces, a pesar de que ya he llegado tres veces hasta la puerta de la casa. No puedo entrar aunque traiga llaves, me corriste, recuerdas. Dijiste que era tu casa, que todo lo habías construido tú solo, que nada ahí adentro era mío, que sólo me quedaba buscarle por otro lado… eso es lo que he estado haciendo, caminando, sola, hasta encontrar mi lugar en el mundo.


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5 DE MARZO DE 2018

#Paro8M #Paro8MZac #HuelgaDeMujeres Por Campaña Negra*

Berlinale 2018

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ste 8 de marzo, hay un llamamiento internacional a la huelga internacional de mujeres que, por un lado funciona a manera de conmemoración de todas aquéllas que nos precedieron, lucharon y dieron sus vidas para que hoy las mujeres comencemos a acceder a derechos como la educación, el voto, la representación política, el matrimonio voluntario, el trabajo asalariado y el derecho a decidir; y que por otro lado, representa la continuidad de esas luchas feministas en todo el mundo, seguimos luchando. El feminismo como proyecto político presenta a las mujeres como clase, como sujeto histórico, deja de lado las individualidades para dar paso a las problemáticas que nos afectan a las más; así por ejemplo, aunque yo como individuo haya podido acceder a la educación, al trabajo asalariado o a la representación política, mi lucha no cesará hasta que todas las mujeres, de todas las regiones del mundo puedan estar en igualdad de condiciones. El feminismo como proyecto cultural aboga por que las mujeres tengamos voz, porque nuestros cuerpos no sean objetos de uso y a modo del capitalismo, por el derecho a la justica, a denunciar y a que nuestras denuncias se tomen en serio; por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, decir sí o no a la maternidad; por el derecho a decir si casarnos o no, con quién y a qué edad ¡No más niñas forzadas al matrimonio! El feminismo como izquierda, retoma la lucha de clases desde una perspectiva interseccional, es decir, no se puede hablar de un solo feminismo (blanco de clase media) que represente todas las luchas de las mujeres; sino que existen muchos feminismos que se ven atravesados por condiciones de raza, de clase social, religión, edad; etc. hablar del feminismo como izquierda, no refiere a una sola identidad política, sino a reflexionar el feminismo como una forma radical que nos lleve a posicionarnos a la izquierda de nosotras mismas, a romper poco a poco con la estructura patriarcal que de una u otra forma llevamos dentro. El feminismo como defensa de la vida y el territorio, un feminismo que lucha contra los proyectos extractivistas de la minería que despoja, con lujo de violencia y complicidad del Estado a la gente de sus casas y sus tierras de cultivo; un feminismo que lucha contra los proyectos que exterminan la vida, acaban con el agua, los bosques, la diversidad de maíz y contra el orden patriarcal que impide que las mujeres posean y administren tierras ejidales. El feminismo por el territorio

también son las autodefensas, las mujeres que con palos, piedras y machetes se reúsan a que el narco, las fuerzas armadas y la policía desaparezca a sus hij@s, herman@s, espos@s y compañer@s de lucha.

El feminismo como un proyecto de paz busca justicia para las mujeres asesinadas, violadas, torturadas y desaparecidas; tan solo en 2017 nos fueron arrebatadas 1844 mujeres por crímenes por razones de género en el país; la lucha

es por la aparición de los 43 y también por los más de 32,000 desparecidos en México, que son nuestros padres, hijos e hijas, hermanos y hermanas. La lucha por la paz y la seguridad también es tarea feminista ¡No a la Ley de Seguridad Interior! La huelga feminista se llevará a cabo este 8 de marzo, habrá quienes podrán para todo el día y quienes lo harán 15 minutos y aun así tenemos la seguridad de que sin nosotras para el mundo ¿quién ahora trabajará por salarios de miseria? ¿Quién cuidará de los hombres, los niños, los enfermos y los ancianos? ¿Funcionarán sin las mujeres las empresas, las escuelas y los gobiernos? La razones para la huelga son muchas y las maneras de participar también, por eso La Unidad de Colectivos por la Defensa de los Derechos Humanos de Niñas y Mujeres invita este 8 de marzo sumarse a la huelga internacional feminista en un contingente exclusivamente de mujeres que saldrá a las 4:30 pm del “Caballito de González Ortega”. Después de la marcha, nos concentraremos en la Plazuela de la Caja y realizaremos actividades artísticas y de denuncia con la participación de las integrantes de los distintos colectivos, esta actividad es para todo el público y aliados. ¡Las esperamos! ¡Hasta que la dignidad se haga costumbre! *En colaboración con la Unidad de Colectivos por la Defensa de los Derechos Humanos de Niñas y Mujeres.


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LA GUALDRA NO. 329 /// 5 DE MARZO DE 2018

Energía, de Tarcisio Pereyra (exposición en la Galería Arroyo de la Plata)

Río de Palabras

Había una vez Tons qué… tons qué, mi reina, ¿a qué horas sales al pan? Botellita de Jerez Para Tarcisio Chicho Pereyra

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Por Alberto Huerta

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abía una vez, en un país remoto y hermoso. Lejos, muy lejos. Un reino en donde no faltaba nada. Y cuando digo nada, es nada de nada. Ahí reinaba un viejo Rey, noble y justo, bondadoso y paternal. El Rey estaba casado con una joven hermosa que era más bella que un amanecer en verano. El reino estaba rodeado de hermosos y fértiles campos sembrados con trigo, cebada, maíz y frijol. Los graneros del reino rebozaban de sacos de granos. Las huertas repletas de árboles frutales y hortalizas variadas. Bosques frondosos y de una increíble belleza, habitados por ardillas de largas y esponjadas colas, conejos y liebres, ciervos y gacelas, osos, jabalíes, lobos, y coyotes. El reino está bañado por mansos ríos y apacibles lagos, donde la pesca era abundante y variada. Por desgracia el reino no contaba con costas, playas y mar. Pero sí tenía una Marina perfectamente uniformada. Almirantes, contralmirante, contramaestres, capitanes, tenientes, alférez, grumetes y pajes. Que eran vitoreados y muy aplaudidos en los desfiles militares. En la mesa de los aldeanos del reino nunca faltaba el vino y el pan. Y por supuesto, también había una bruja malévola, con verruga en la nariz y en el mentón, pero un elemento pintoresco para satisfacer a los turistas. La Reina era la encargada de los banquetes, bailes y saraos. Mientras, el anciano Rey dormitaba plácidamente en el trono. La Reina gozaba de un espíritu festivo y alegre, era muy generosa y repartía alegremente sus favores. Sus enamorados hacían largas colas… Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, porque su servidor también se va a formar en la cola… ¡Abur!

/// Fotografías: Juan Carlos Villegas.


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