La gualdra 331

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 331 /// 20 DE MARZO DE 2018 /// AÑO 7

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Bernardo Fernández / BEF, en Zacatecas. “Leyendo, he atravesado el Polo Norte, he viajado al fondo del mar, he estado en la Corte de Luis XV, en la caída de Tenochtitlan y en el planeta Marte. Son lugares y épocas que jamás hubiera podido visitar si no hubiera sido lector. A través de la lectura puedes escuchar la voz de los muertos, cobra vida la gente que murió hace cientos de años; la literatura, en este sentido, es un desafío a la muerte…”. BEF.

[Una entrevista con él en páginas centrales]


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LA GUALDRA NO. 331 /// 20 DEMARZO DE 2018 /// AÑO 7

La Gualdra No. 331

Editorial

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ste viernes inicia el periodo vacacional y con él el Festival Cultural Zacatecas 2018 del que ya hemos comentado en este espacio algunos datos relacionados con la promesa de la transversalidad y la paz, las cuestiones relacionadas con la comunicación y con el acierto por parte de los programadores de incluir este año más actividades teatrales. Al margen de realizar un análisis más profundo sobre lo que el IZC está haciendo con relación a la programación del festival -que habremos de hacer cuando concluya-, en esta ocasión aprovecho el espacio para hacer una serie de recomendaciones sobre las exposiciones que recién se inauguraron o están por hacerlo en estos días La semana pasada, en la Casa Municipal de Cultura, se llevó a cabo la inauguración de tres muestras fotográficas en cuya organización participaron de manera coordinada la Fototeca Zacatecas Pedro Valtierra y la CMC; se trata de tres expresiones de lenguaje fotográfico muy interesantes por su calidad técnica y por la diversidad de las mismas. La de Juan Carlos Pinto, quien presenta su serie “Los rastros solitarios de la luz / Hikari no Kodokuna Kiseki”, fotografía urbana /digital; “Elogio a la luz”, de Susana Chaurand, de la que les presentamos la edición pasada en contraportada una selección de lo exhibido en una de las cuatro salas que conforman esta muestra integral; y “Contratiempo”, de Lourdes Corzo, una muestra en la que se exhiben diversos procesos fotográficos que van desde la fotografía sin cámara, procesos alternativos y fotografía digital. De esta última, compartimos en contraportada de esta edición una selección de cuatro fotografías a manera de invitación para que usted asista a verla; de ella me sorprendió particularmente el preciosismo manejado en cada una de sus series: ese cuarto oscuro en el que se encuentra un conjunto de jaulas construidas con papel fotográfico, iluminadas delicadamente para que el reflejo inunde la cama de agua instalada en el piso. Además de las cucharas de madera impresas fotográficamente, otra serie de papeles trabajados con químicos -lo que arranca tonos y trazos en cada uno de ellos generando una especie de monotipos-, y la instalación consistente en decenas de frasquitos transparentes

colgados del techo, en alusión a lo que la imagen puede contener, de lo que puede estar hecha. Mucho recordé con esta instalación la historia que en alguna ocasión me contó Martín Zapata, de una viejecita que coleccionaba el aliento de las personas más importantes para ella, a quienes pedía que soplaran dentro de cada frasco para que quedara ahí una parte de no sólo del aire dador de vida, sino el registro de una historia contada en el tiempo. La fotografía como el registro de todo lo pasado, de todo lo que ya no es, pero que sigue iluminando el recuerdo. El jueves 15 también se inauguró “Expiación”, de Arturo Rivera, en el ex templo de San Agustín; una muestra de pintura, escultura y dibujo que también podrá ser visitada hasta el mes de junio como las mencionadas anteriormente. A propósito de ella, tuve la oportunidad de conversar con este artista plástico antes de la apertura de su exposición; en el video que puede ser consultado en la página de YouTube de La Jornada TV,1 el maestro Rivera nos comparte varios datos de su vida, su obra y sus procesos creativos, así que le recomiendo que la vea y que visite con detenimiento esta exhibición de artes plásticas, que para mí, es una de las más impactantes de todas las que se han presentado en ese espacio en las últimas décadas. Quedamos también al pendiente de visitar con calma esta semana dos de las que se inauguraron hace algunos días: la exposición de Javier Cortez en la Galería Arroyo de la Plata; y la de 7 años de producción del Taller de Gráfica Pentágono, coordinado por Pedro López Recéndez, en el Bar Santa Fe de la Av. Hidalgo. Por supuesto también las que se inaugurarán esta semana: la sala permanente de Humberto Carrasco en el Museo Zacatecano, el miércoles 21 a las 19:00 Hrs.; así como “Lo efímero de la realidad radica en su perfección”, de Odín Barrios, en la Ciudadela del Arte; y “Vivaldi, las 4 estaciones”, en el Museo Francisco Goitia, este jueves 22 (a las 18:00 y a las 20:00 Hrs. respectivamente). Que disfrute su lectura. Puede consultar el video de la entrevista al artista plástico Arturo Rivera en la siguiente liga: https://www.youtube.com/watch?v=x8aHLByiRjU

Contenido Mujer Exposición colectiva en La Bodeguilla Por Lariza Cárdenas

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XIII Bienal FEMSA Nunca fuimos contemporáneos Curaduría pedagógica Por Nicolás Pradilla

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BEF Hemos cometido el error de poner a la cultura en un pedestal Por Jánea Estrada Lazarín

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Más difícil pensarlo que hacerlo Por Carlos Flores El Picaporte No incurramos en el “mismismo” Por Simitrio Quezada

Phantom Thread: el fino hilo entre el amor y la obsesión Por Adolfo Nuñez J. Hugo Por Dante Bécquer

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Humberto Carrasco, tiempo y memoria Apertura de sala permanente en el Museo Zacatecano

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¿En qué pensabas? Por Alberto Huerta El cordón Por Pilar Alba

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Directorio

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Contratiempo, exposición de Lourdes Corzo Por David Pérez-Becerra y Magdalena Okhuysen Casal

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

12 Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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Mujer Exposición colectiva en La Bodeguilla

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Por Lariza Cárdenas

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ujer es una exposición que reúne una muestra del trabajo de un grupo de fotógrafos zacatecanos. La muestra está llena de tintes diversos y temas diferentes; para cada autor, es un encuentro de diversidad visual, en donde de cada elemento emana un aspecto emblemático acerca de las mujeres. En la exposición exhibe su trabajo Dahlia Blooms con su serie “Semilla de Vida”, una representación simbólica y visual de la fuente de vitalidad, creación, luz y amor de la mujer, las imágenes resaltan la bondad, belleza y espiritualidad. La colección “Las Olvidadas”, de Federico Martínez, retrata las expresiones de aquellas mujeres que han recorrido un largo camino en la vida y cuyas experiencias se dibujan en sus rostros como un conjunto de rasgos que suelen pasar desapercibidos para una sociedad que aparta de sus estereotipos de belleza a las de mayor edad. Lariza Cárdenas crea un trabajo conceptual con intervención geométrica digital, que muestra a la mujer aguerrida pero que acepta y disfruta la belleza de su cuerpo, una mujer empoderada; un desnudo en un escenario en medio de la naturaleza zacatecana, invadido por construcciones, para acentuar un contraste que puede interpretarse como armónico y bello. En su trabajo “Líneas de Desnudo”, Leonardo Moreno retrata la estética femenina desde una visión sensual y erótica. Es una creación minimalista que invita al espectador a escurrir su mirada por los trazos de luz que dibuja a través de sus fotografías. Marco Lozano realiza una serie de desnudos, consagra la naturalidad y exquisitez de la mujer; el límite no es la piel, existe una metafísica en el desnudo. Sea femenino o masculino es una invocación con diferentes significados, unos más complejos que otros, no obstante, siempre con el mínimo común de la naturaleza

/// Lariza Cárdenas.

y la transgresión que tiende a la verdad. “Musas y Texturas”, de Omar Dassaev, ofrece un deleite estético, con una combinación de colores, texturas y fantasía. A través de las nubes nos lleva a los sueños y metas de cada una de sus musas; también nos ofrece el poder intimar más con sus obras: una carta por cada pieza en la que nos habla sobre su conexión con cada imagen. Osvaldo Martínez muestra en su secuencia “Folclor” una recopilación de eventos folclóricos en la ciudad de Zacatecas. Es una selección que refleja la estética de las artes escénicas y la capacidad de las mujeres para resaltar su gracia, talento y belleza. A través de su mirada, cada uno de los participantes plasma una perspectiva diferente sobre el tema de la mujer, la admiración, la belleza, el erotismo, el respeto, la fuerza y la espiritualidad que emanan desde las imágenes. El universo femenino es tan vasto que esta exposición es sólo una pequeña muestra de lo que se puede expresar con la fotografía. Mujer, se encuentra en exhibición en La Bodeguilla, a unos pasos del Antiguo Templo de San Agustín.

/// Marco Lozano.

/// Leonardo Moreno.

/// Osvaldo Martínez.

Artes Visuales

/// Federico Martínez.


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XIII Bienal FEMSA

XIII Bienal FEMSA Nunca fuimos contemporáneos

Curaduría pedagógica “Poner personas en contacto con personas es tal vez la acción más poderosa que el arte puede generar”.1 Mônica Hoff

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Por Nicolás Pradilla

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uraduría pedagógica Esta semana se encuentra de visita la artista, curadora e investigadora Mônica Hoff (Porto Alegre, 1979) en Zacatecas para participar en las actividades del programa pedagógico de Nunca fuimos contemporáneos. Impartirá una charla y un taller en El Santero alrededor de las pedagogías artísticas y la curaduría pedagógica. Hoff coordinó el departamento de educación y programas públicos de la Bienal do Mercosul, en Porto Alegre, Brasil entre 2006 y 2014, y desde ahí contribuyó a un proyecto excepcional de bienal profundamente preocupada por un programa educativo que ha aportado coordenadas importantes para las rutas de las políticas pedagógicas de este tipo de exposiciones alrededor del mundo.2 El proyecto pedagógico desarrollado para la Bienal do Mercosul tendió a hacer más complejas las relaciones entre producción artística, exposición y mediación al adquirir autonomía respecto a los marcos expositivos. Usualmente entendemos la función de los programas o departamentos pedagógicos de los museos o exposiciones como coadyuvantes en el entendimiento de la obra artística, es decir, como servicios completamente dependientes de los objetos expuestos. También tendemos a asumir esto como una relación unidireccional en la cual la institución artística transmite ciertos contenidos relacionados con el planteamiento curatorial, las temáticas y los objetos expuestos. Para la 8a Bienal do Mercosul, Ensaios de Geopoética (2011), el artista mexicano Pablo Helguera, planteó el término transpedagogía como un núcleo de

/// Ejercicio de Curaduría en El Santero, marxo 2018

trabajo del arte que, en contraste con la disciplina de la educación artística, no se enfoca en la interpretación del objeto artístico o de las herramientas de producción artística, sino como un espacio autónomo propio que, en muchas ocasiones, se sitúa fuera de los marcos expositivos, académicos e institucionales del arte. Es decir, se trata de prácticas que proponen un nuevo pensamiento de la edu-

/// Laboratorio de mediación impartido por el artista brasileño Jorge Mena Barreto, 9na Bienal del Mercosur, Porto Alegre, 2013. Foto de IndiceFoto.

cación a través del arte. El énfasis en éstas como prácticas alude a repensar en la educación a partir del arte no sólo en su carácter simbólico o teórico, sino desde la acción.3 En ese sentido, Hoff plantea que cuando las metodologías artísticas se vuelven pedagogías, educación y arte son aspectos de una misma cosa que condensa poética, política y pedagogía no como enunciados, sino como un tiempo de trabajo en el cual no hay distinción entre ambos.4 El proyecto desarrollado a lo largo de distintas ediciones de la Bienal do Mercosul, junto a diversos agentes entre los que participaron Luis Camnitzer, Marina de Caro y Helguera como curadores pedagógicos, apostó por pensar en el proyecto como un tiempo regido por una multiplicidad de agentes y de voces descentralizadas fuera de los espacios y temporalidades dictadas por el programa expositivo, y externas al marco de la Bienal y el control de curadores, artistas y educadores, quienes suelen ser los que dictan los contenidos de estos programas en muchos museos y eventos de arte similares alrededor del mundo. Estos programas suelen estar supeditados a los marcos expositivos a partir de materiales educativos, formación de mediadores y profesores y visitas guiadas. En los cambios implementados por un equipo amplio y diverso a lo largo de cuatro ediciones, dicho programa pedagógico tuvo el tamaño de la Bienal do Mercosul, pero con una mayor duración. Se transformó en una red de formación que incluía no solamente a la institución, artistas, curadores y público, sino también a la comunidad de Porto Alegre en un modelo conformado por el programa


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/// Andanzas Nocturnas, proyecto realizado por los mediadores de la 8va Bienal del Mercosur, Porto Alegre, 2011. Foto de Maroni Klein.

público, que incluía simposios, conversaciones, charlas de café y citas; residencias; publicaciones y proyectos de artistas. En ese sentido, el programa educativo por un lado, pasó de sólo servir al proyecto expositivo para adquirir autonomía y un peso equiparable al de éste y, por otro, si dentro de los modelos educativos tradicionales el arte tiene un carácter complementario, aquí los proyectos con artistas operaron dentro del proyecto expositivo, pero también como metodologías educativas con un valor propio que no sólo funge como un servicio para la gran exposición.5 En este sentido, si la lógica de los programas educativos en eventos de este tipo suelen estar relacionada directamente con las exposiciones, a las cuales el público participante asiste a construir conocimiento a partir de los objetos expuestos, el giro en la bienal se basó en que los programas públicos fueran coordinados por los mediadores y no por los curadores o los artistas; los programas se ampliaron para incluir saberes no vinculados con las artes visuales y se comenzaron a implementar programas dentro de los cuales los talleres no eran impartidos por artistas, educadores o —en la lógica del arte conocido como práctica social— por artistas o curadores que trabajan con sectores sociales vulnerables, sino directamente por gente en situación de calle, vecinos, campesinos o especialistas de otras áreas; se llevaron las sesiones a contextos públicos en vez de conservarlas en auditorios o foros educativos dedicados para ello por la institución de la Bienal; se comenzaron a desarrollar talleres para curadores, educadores, artistas y público en general sin establecer distinciones jerárquicas entre éstos y se llevaron los proyectos de residencias a espacios y agentes externos al sistema del arte, en donde se produce otro tipo

de conocimiento que no forzosamente está relacionado con las artes visuales. La aproximación que estos programas públicos desarrolló está más vinculada con el sentido freiriano de la educación, en donde se atiende a las condiciones materiales de existencia y a las epistemologías como potencia y lugar desde el cual se produce conocimiento. En esta exploración se asume una igualdad de inteligencias que parte de que todos los participantes tienen algo que aprender y todos tienen algo que enseñar. Así, se desarrollan talleres impartidos por niños, por pescadores, agricultores, integrantes de comunidades originarias, astrónomos, etc., quienes comparten su concepción del mundo así como las herramientas con las cuales se relacionan con él. En este sentido, por ejemplo, el simposio internacional organizado en el marco de la 9a bienal fue organizado por gente de la comunidad de Porto Alegre en vez de por curadores o artistas, y ocurrió en distintos espacios de la ciudad y no en un auditorios destinados para ello.6 Este tipo de intervenciones buscan restarle el carácter de insularidad a la institución expositiva de la bienal. La autonomía que el programa pedagógico adquiere dentro de este contexto establece las condiciones para pensar en un programa educativo que tiene lugar en paralelo y rebasa temporalmente los marcos expositivos utilizando las metodologías del arte como pedagogías instituyentes que no dependen de estos marcos y que no son instrumentadas por la bienal, sino por la comunidad en la cual ésta ocurre. De este modo, la relación con el arte no se limita a la intervención del objeto artístico ni a la exposición, sino también a otras experiencias que no dependen de esos marcos. La bienal no es sólo una muestra, sino también una

/// Visita al Museo Pedro Coronel, marzo 2018.

escuela de curricula abierta y de carácter público dirigida por la propia comunidad de la ciudad. Durante su visita a Zacatecas, Mônica Hoff imparte un taller intensivo donde discute junto con los asistentes acerca del potencial de la mediación en las bienales y los museos, la práctica de la pedagogía curatorial, así como las actividades teórico-prácticas de mediación para preguntar en qué medida el mediador se diferencia del artista, del curador, del educador y del gestor cultural y cómo hacer de la mediación una práctica creativa y de investigación. Esta sesión marcará la pauta del segundo módulo del programa pedagógico, Pedagogías experimentales, en el que se invitará a diversos agentes para compartir sus experiencias y proyectos relacionados al arte y a la curaduría como herramienta de exploración pedagógica. Mônica Hoff, “Curaduría pedagógica, metodologías artísticas, formación y permanencia: el giro educativo de la Bienal del Mercosur”, en Errata 4 (Abril 2011), 52.

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Luis Camnitzer, “Arte y educación: ¿quién le pinta el cascabel al gato?”, en Errata 4 (Abril 2011), 17.

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Pablo Helguera, “Transpedagogia”, en Pedagogia no campo expandido, Pablo Helguera y Mônica Hoff (org.) (Porto Alegre: Fundação Bienal de Artes Visuais do Mercosul, 2011)

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Mônica Hoff, Op. Cit., 52-53.

Mônica Hoff, “El arte donde (aparentemente) no está: la experiencia educativa de la Bienal del Mercosur”, conferencia en Décimas jornadas sobre fotografía (Centro de Fotografía de Montevideo, 3 de diciembre de 2014). Disponible en youtube.com/watch?v=gXycQvm9pfA 5

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Idem.

/// Proyecto Colección Vecinal, de Gonzalo Pedraza. Realizado junto al programa Artistas en disponibilidad, 7ma. Bienal del Mercosur, Caxias do Sul, 2009. Foto de Gonzalo Pedraza.

XIII Bienal FEMSA

/// Mônica Hoff en El Santero, marzo 2018.


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Literatura

BEF

Hemos cometido el error de poner a la cultura en un pedestal Por Jánea Estrada Lazarín

además del punk, el rock y el jazz, sobre música norteña, como Elmer Mendoza… BEF: O como Luis Humberto Crosthwaite, en Idos de la mente…

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i encuentro con BEF, Bernardo Fernández, fue fortuito, aunque muy deseado. Lo encontré caminando en la Plazuela Miguel Auza del centro histórico de Zacatecas justo el día en que participaría en un conversatorio con Joselo y Daniel Herrera en el Museo Zacatecano, a propósito del IV Encuentro de Narrativa “Acordes de la narrativa y música”. Le pregunté que cuándo podríamos conversar y él, de inmediato me dijo: “Ahora”, así que lo acompañé y caminamos por la Avenida Hidalgo, junto con Juan Gerardo Aguilar, quien no paraba de hablar por teléfono arreglando detalles de la organización de los eventos de ese día; decía algo de tatuajes, algo relacionado a Jonathan Shaw, de ahí que Bernardo me contara mientras caminábamos, que le gustaban los tatuajes, pero que en una visita reciente a Japón vio cómo a las personas que los tenían no les era permitido entrar en los baños, por esa relación entre los tatuajes y la mafia Yakuza japonesa. BEF, además de un lector compulsivo y un dibujante apasionado, es un viajero irredento, tal vez por eso continuamos hablando de viajes, de Zacatecas, de que había ya estado aquí en algunas ocasiones, pero una de las que más recordaba era cuando había venido al Museo Grabado a participar en un proyecto de Gráfica con Plinio Ávila y Eric Nava. Esa tarde hablaría de cómo narrar la música, algo que se ha ido perdiendo en el periodismo cultural porque, desde mi punto de vista, hay más comentarios descriptivos, tendientes más a la reseña que a la narración relacionada con conciertos y nuevas producciones musicales; la narración como una técnica de escritura para describir el hecho cultural también es posible. Jánea Estrada Lazarín: Hablemos pues de narración, literatura y música… Bernardo Fernández / BEF: Es un tema que me inquieta mucho; hablamos de eso Joselo, Daniel y yo. A los dos los conozco hace años; a Joselo desde hace por lo menos 20, hacíamos un fanzine juntos; él es un músico que también escribe y yo soy un apasionado de la música, ésta siempre ha sido un componente importante en las cosas que yo he escrito o dibujado. Hemos conversado sobre música, rock, novelas, hay varias que son muy interesantes… pienso ahora en esta relación que tenía Cortázar con el jazz; también a vuelo de pájaro me acuerdo en este momento de la obsesión de Alex, el personaje de Na-

JEL: Hablemos de tus proyectos realizados, los que combinan la música con las artes visuales y la narrativa. BEF: Mi última novela gráfica, El instante amarillo… la historia ocurre en 1990 y es sobre una niña de 13 años que está reprobando matemáticas, sus papás se están divorciando y la bulean sus compañeras y la maestra. La mandan a tomar clases particulares de matemáticas y va con ella un muchachito tantito más grande que ella, quien estudia física en la UNAM y que tiene una banda de punk-rock. A ella le cambia la vida que él le recomiende leer Frankenstein -porque ella se llama María- y además le pasa un cassette con los Cramps y Siouxsie & The banshees. Juega un papel muy importante el punk-rock -por mi generación, como ya lo había dicho-, pero lo que se ve en la historia es cómo la música te abre puertas a otras cosas, a otros mundos; en esta novela gráfica, se ve cómo los protagonistas van al tianguis del Chopo y ves a los chicos ensayar; la música sí es un componente muy importante en esta novela publicada por Océano.

/// BEF en Zacatecas.

ranja Mecánica en la novela. Yo creo que es casi indisoluble la relación entre música y literatura… los beats con el jazz, esto que tenían Ginsberg y Kerouac en concreto, de querer capturar como el síncopa del jazz… JEL: La música es maravillosa… BEF: La música es maravillosa porque no sirve para nada. No tienen ninguna utilidad real, y sin embargo nos contiene ahí, todo lo que somos está ahí, en la música. Yo lamento mucho no haber tenido ninguna vocación musical. JEL: Pero sí tienes esta vocación por la literatura y las artes visuales; es muy interesante además ver cómo se pueden complementar la música, la gráfica y la literatura. BEF: Sí, pero además yo siempre he tenido esta fascinación por el punk como estética de mi trabajo. Supongo que es algo generacional, quizá su hubiera sido un poco más grande hubiera sido hippie; si hubiera sido un poco más joven hubiera sido darketo; pero, me tocó la explosión

no propiamente punk, sino el grunge, que venía directito del punk rock y siempre tuve esa fascinación por su estética, por la música, lo visual, por los fanzines… JEL: Y por la literatura… BEF: Sí, una vez leí que sólo había tres escritores punk, que eran William Burroughs, Jean Genet y J. G. Ballard; estoy de acuerdo, curiosamente todos eran hombres mayores, maduros, cuando surge el punk en la década de los 70’s; digamos que con actitud punk sólo son ellos tres. JEL: Y en esta generación, ¿sería más complicado que hubiera escritores vinculados, por ejemplo, al reggaetón? BEF: Yo creo que siempre está ahí la música, en todas las generaciones. Es una buena pregunta, si existe un vínculo ahora o si lo habrá dentro de poco tiempo, de gente que escriba con el reggaetón, que sin duda es el sonido popular de este final de década… no lo sé. JEL: Porque hay quien ha escrito también,

JEL: A propósito de las generaciones, yo creo que sí se puede hablar de cómo conciben la literatura los chavos actualmente; porque veo que hay quienes leen mucho y hay también otros grupos de jóvenes a los que simplemente leer no les interesa… o eso parece. ¿Qué podríamos hacer para promover más la lectura? BEF: Compartir el gozo por la lectura; es que creo que los tenemos asoleados con eso de que “hay que leer, hay que leer”, mientras que lo que deberíamos de hacer es compartir lo gozoso que es y no estar a chingue y chingue con que “tienen” que leer. A propósito de música, yo me acuerdo mucho del documental sobre Columbine, el que hizo Michael Moore… entre todas las personas que él entrevista, el más lúcido de ellos fue Marilyn Manson, porque Moore le pregunta qué les diría a los sobrevivientes de la masacre y Marilyn les dice: “Yo no les diría nada”; y eso pasa también con los jóvenes y la lectura: nos falta escucharlos más que decirles algo. JEL: Claro, porque les estamos imponiendo “lee 5 minutos al día”, luego les decimos “porque leer te da hasta temas de conversación”… BEF: Claro, eso es una tontería. Son estrategias torpísimas, es como si dijeras: “Hay


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en medio de todo eso, promover la lectura, quiero pensar a mis casi 46 años, que puede dar un soplo de esperanza.

/// Del libro El Instante amarillo.

que besarse 5 minutos al día”, en todo caso hay que compartir lo gozoso que puede ser la lectura, así como los besos... JEL: Compártenos pues tu gozo por la lectura… BEF: Leer es gozoso para mí porque me conecto con otras vidas, con otros mundos; a través de la lectura puedo vivir vidas que de otra manera jamás podría imaginar. Leyendo, he atravesado el Polo Norte, he viajado al fondo del mar, he estado en la Corte de Luis XV, en la caída de Tenochtitlan y en el planeta Marte. Son lugares y épocas que jamás hubiera podido visitar si no hubiera sido lector. A través de la lectura puedes escuchar la voz de los muertos, cobra vida la gente que murió hace cientos de años; la literatura, en este sentido, es un desafío a la muerte… JEL: Entonces, lo que nos falta es escuchar; si escucháramos más detenidamente a los jóvenes sabríamos cómo conectar con ellos más efectivamente… BEF: Pues por lo menos podremos saber de esa manera qué es lo que les interesa, de lo contrario sólo hacemos intentos por imponer lo que nos gusta. Yo tengo dos hijas, María tiene 9 años y le gustan mucho los libros infantiles y los cómics… es que en casa tiene libros; en casa mi esposa es súper lectora, entonces mi otra hija, que tiene año y medio, también está en contacto con los libros. Lo acabo de platicar en la universidad, en una reunión de profesores, les decía que no podemos esperar que los alumnos lean si sus profes no leen; lo mismo pasa con los padres que se acercan a preguntarme cómo le hacen para que sus hijos lean, y yo les digo: pues lea usted. JEL: Pero tener libros en casa es un privilegio, en México no en todos los hogares hay… BEF: Claro, es un privilegio tener libros en casa; pero también hay bibliotecas públicas. Hay quienes dicen que el internet puede distraer a los chavos, pero al mismo tiempo es una realidad que nunca se había leído más que ahora; la interfaz del celular sigue

siendo fundamentelmente lectura… el maldito Facebook es estar leyendo. Lo que creo que hay que promover es la idea de que hay momentos para todo, un momento para el video juego, otro para el teléfono, y otro para el libro; otro momento para el cine, para el teatro, para el museo, para la escuela y para el campo de fut bol. Es a lo que yo aspiraría, y es muy difícil… JEL: Ahora bien, en dónde radica la importancia de un encuentro de narrativa como el organizado en Zacatecas, en qué beneficiamos a los lectores; lo digo porque es ésta la edición número cuatro y sería bueno que continuara mucho tiempo… en este país desaparecen proyectos culturales interesantísimos y nadie dice nada… BEF: Sí, como para que llegue a la edición número 40, ¿no? Como Minería, o como la FIL que cumplió 30. Pues los encuentros descentralizan la cultura, democratizan, vienen autores de presencia nacional; los encuentros que a mí me gustan más son en los que, por ejemplo, Juan Villoro se sienta a la mesa -como sucede en la feria del libro de Oaxaca- con un joven poeta que acaba de ganar un premio nacional. Hemos cometido el error de poner a la cultura en un pedestal, por eso este tipo de encuentros dinamitan ese pedestal y permiten que se borre esta frontera entre la mal llamada alta y baja cultura, que nos adueñemos de la literatura porque nos pertenece a todos; todo aquél que sepa leer se puede apropiar de las historias; ahora que irónicamente podemos decir que nunca había sido tan fácil adueñarte de los libros, a través de los sitios que te consiguen el ejemplar que quieras, hasta las ediciones digitales, nunca había sido tan fácil. Estos encuentros además propician el diálogo interregional, permiten que la gente pueda ver a los ojos al escritor, quitarle esta aura como mística y descubrir que es una persona tan apasionada que además de leer le gusta escribir y que puede motivar a otros a que hagan lo mismo. Promover la lectura es tan importante como promover la salud pública o el deporte, porque además también da alternativas. Yo me acuerdo que

Benito Taibo decía que “un niño que lee a Emilio Salgari no se vuelve sicario”, creo que es muy optimista, pero me gusatría suscribir esa frase; no como un acto mágico, pero si das una alternativa a todas las cosas horribles que están sucediendo en el país: la violencia al alza, el cierre de oportunidades, a todo esto que ocurre… se avecinan unas elecciones complejísimas, en un escenario económico y político tan complicado en el que nunca había sido tan difícil ser joven,

JEL: ¿Y bailas? BEF: [Ríe] No, yo no, los tipos duros no bailamos… A ver, ¿cuándo has visto a Darth Vader echar un cumbión? O al Santo raspando la suela… nunca. Así concluimos la charla, luego, por la tarde, participó en el encuentro de narrativa, pero ésa es otra historia que seguramente contará en otra ocasión. Gracias, BEF.

Literatura

JEL: Eso puede ser aplicado no nada más a la literatura, diría yo, al arte en general… BEF: Sí, el punto no es que escuchen nada más a Tchaikovsky o lean a Cervantes; sino que los jóvenes sepan que tiene la alternativa de leer el TVyNovelas o tomar una novela de José Agustín; y entre escuchar al Komander o a Dave Brubeck. Yo además celebro que el tema del encuentro este año haya sido la música, porque recientemente y después de sufrir mucho, he llegado a la conclusión de que toda la música es hermosa, toda; sólo que lo que es hermoso para mí no necesariamente es hermoso para los demás. Toda la música tiene un componente de belleza y la belleza está en todos lados. Yo tuve la suerte además de haber crecido en una familia extremadamente musical, melómana; en casa escuchábamos desde Pérez Prado hasta Shostakóvich, a los Beatles no porque eran imperialistas… pero fuera de eso todo, música latinoamericana, la música de Agustín Lara…


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Río de Palabras

Más difícil pensarlo que hacerlo t

Por Carlos Flores

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ay un sentimiento que me ataca todo el tiempo: la ansiedad antes del trabajo. Creo que todos alguna vez nos hemos encontrado en esa situación donde se tiene que entregar un trabajo para el siguiente día, el cual por alguna extraña razón, llámese cine, libros, paseo, café, cervezas, amigos o simplemente más trabajo, hemos pospuesto. Y entonces estamos a punto de empezar. Como buenos mexicanos, seguramente no sabemos ni practicamos técnicas de relajación y también es probable que ni siquiera planeemos lo que vamos a hacer. En mi caso, sólo pienso en el mucho trabajo que tengo que hacer. Pero no lo pienso para estructurarlo en mi mente y decidir qué y cómo lo voy a comenzar. Más bien es como un sentimiento que me picotea con un terrible aguijón y que me está diciendo todo el tiempo que tengo algo que hacer, pero no le hago caso, simplemente lo evado. Pero no se va, está ahí arruinándome la película, la novela, el atardecer,

el americano, la stout, la charla… Aun con todo lo anterior, no me decido a empezar, todavía llego a casa y pongo un disco que acabo de comprar. Me siento a escucharlo y a examinar cuidadosamente la funda. Quiero averiguar, cosa que casi nunca hago, sólo en estos casos, dónde se grabó, quién fue el productor, si hay músicos invitados y otros detalles del mismo. Lo escucho de principio a fin. Y ya que estoy ahí, pues por qué no, pongo otros y lo escucho de pe a pa. Termino de escuchar música y nuevamente me invade la sensación de que tengo que hacer algo, me siento como si fuera en un vehículo a una gran velocidad a punto de chocar contra un muro, pero aún así no freno. En el transcurso de la biblioteca -donde cómodamente estaba oyendo mis discos- al estudio -donde tengo que trabajarhay un montonal de distractores: libros fuera de su lugar, plumones y borradores que tengo que meter al maletín, herramienta que tengo que meter en su caja, algún cuadro que no tuve tiempo de colgar, una mancha en la pared o en el piso. Y si no hubiera nada de eso, seguramente terminaría hojeando algún

libro de los que tengo en el pasillo, como La madre, de Gorki o Cuentos fantásticos del siglo XIX -y lo más seguro es que terminaría leyendo una vez más un cuento-. Pero ese sentimiento, esa angustia sigue ahí, sé que tengo que comenzar a trabajar, quizá corregir un texto, maquetar una publicación, escribir un breve artículo, preparar clase, hacer un informe, revisar presupuestos o inventarios,

sin importar lo que sea, el hecho de no decidirme a hacerlo me está carcomiendo, incluso puede que me llegue a doler la cabeza o que me ponga de mal humor. Finalmente, me siento y me pongo manos a la obra. Es entonces cuando me doy cuenta que no era tan difícil. Ya frente a la pantalla del procesador, con música de fondo, hasta me lo disfruto. Ahora me fijo en los detalles de la corrección: si

omito o no un verbo; cuido el tipo de letra o el tamaño de la caja si es que estoy editando; pienso en lo que pensarán los lectores cuando lean mi artículo y las palabras me salen solas; imagino la cara de mis alumnos cuando exponga el tema que preparé o me sumerjo en la información para ordenar y dar sentido a las pilas de documentos. Al final fue más difícil pensarlo que hacerlo.

El Picaporte No incurramos en el “mismismo” t

Por Simitrio Quezada

el bolsillo de la chaqueta, pero no llevo las mismas en el mismo. -¿Te has mirado en el pantalón? Puedes llevarlas en el bolsillo del mismo. -No, no llevo las mismas en el mismo. Al salir de casa habré dejado las mismas sobre algún mueble de la misma, mientras sacaba el abrigo y me ponía el mismo. -Tendrás que llamar a un cerrajero para que abra la puerta. -Sí, aquí tengo el teléfono del mismo. Nos cambió la cerradura de la misma hace poco y conocerá la misma...”.

Mismo” es adjetivo. Lo utilizamos para referirnos a algo idéntico, pero también ocasionalmente a algo que con antelación se ha mencionado en nuestro texto. Ocasionalmente, que conste. El problema, en efecto, comienza cuando abusamos del “mismo” y sus variantes: la misma, las mismas, los mismos. Algunos estudiosos del lenguaje llaman a este vicio “mismismo”. En el caso de “lo mismo” no habría tanto problema, puesto que en su género neutro se refiere a algo abstracto y no a algo meramente pronominal. En su “Diccionario de dudas”, Manuel Seco recalca que el mismismo es propio del lenguaje administrativo: “Se prohíbe la entrada en esta oficina a toda persona ajena a la misma”. En cambio, Fernando Lázaro Carreter, ex director de la Real Academia de la Lengua Española, se burlaba de esta insistencia (monotonía, más bien) de encajar en todas

las oraciones al adjetivo “mismo” y sus variantes. Transcribo lo que el hombre redactó al respecto como adoctrinante parodia: “-Juraría que me había echado las llaves en

Por mi parte, recalco: parte de nuestra afectación como verbalizadores de lo oral y escrito, parte de la mala impresión que como ello podemos dejar (asenté “como ello” y no “como lo mismo”) puede provenir de este mismismo y vicios semejantes. * Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com


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20 DE MARZO DE 2018

Phantom Thread: el fino hilo entre el amor y la obsesión

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on los años 50, en un Londres cuya neblina de la guerra lentamente se comienza a disipar conocemos a Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) un afamado diseñador de modas cuyo éxito entre la alta sociedad británica es evidente. Reynolds es una persona apasionada, obsesiva y muy perfeccionista, consigo mismo y con quienes lo rodean. Eso se refleja a través de los hermosos vestidos que confecciona, y por los cuales es solicitado por las personas más acaudaladas y de la realeza británica. Más allá de su enorme éxito y reputación, Reynolds es un hombre infeliz y conflictuado por las memorias de su pasado que lo obligan a mantenerse dentro del santuario de su trabajo y oficio para poder lidiar con el día a día. Dentro de toda esta rutina, la única persona que parece entenderlo es su hermana Sissy (Lesley Manville), quien a su vez funge como su asistente en la fabricación de sus vestidos. Un día, Reynolds viaja al

campo y en un restaurante conoce a Alma (Vicky Krieps), una mesera con quien posteriormente inicia una relación. Ella se siente impresionada por la enorme elegancia de Reynolds y hace todo lo que le ordena sin rechistar. Él le prueba todos los vestidos que hace, pues en ella ve a la figura ideal y perfecta sobre la cual hacer sus diseños. En Phantom Thread, el octavo largometraje de Paul Thomas Anderson, el realizador crea una interesante dinámica entre musa y artista, la cual en un inicio se percibe como totalmente inofensiva, pero que conforme avanza se va tornando cada vez más oscura, compulsiva y codependiente. Entre ambos personajes existe una clara necesidad de unión y deseo que choca con los complejos y patologías que ambos tienen y sobre las cuales están ligados bajo su propia condición humana. En ese sentido las dos partes se perciben fuertes y vulnerables a la par, y esa necesidad compartida es la que termina por crear una relación tóxica marcada por una sutil línea entre el amor y la obsesión. El director nos sumerge en

esa toxicidad a través de una cinematografía apabullante de cuyo preciosismo visual, además del manejo del sonido y los silencios, marca una tensión palpable y que guarda ecos

claros con el cine de suspenso más intimista de Alfred Hitchcock. Por otra parte las composiciones de Johnny Greenwood, guitarrista de Radiohead, acom-

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Por Dante Bécquer

C

ada quien tiene una historia compartida, un recuerdo de lo vivido. Puedo contar la versión del hermano: jugamos a los luchadores con las máscaras de Blue Demon y Rayo de Jalisco… él aventándose de la litera para caerme encima y llorar para terminar la contienda. Puedo contar que me enseñó a andar en bicicleta, que me hizo encabronar y perseguirlo por toda la cuadra para ponerle una madriza. Puedo contar que de niño sí reía y hacía que yo riera con él. Puedo contar que me tusó el copete con unas tijeras, para que, según él, pudiera ver ya que yo tenía el pelo de cazuela.

Puedo contar que peleamos como todos los hermanos, que ponchó mi balón de futbol aunque no fuera su culpa. Puedo contar que me enseñó a torear las olas, a dar marometas en el pasto, a brincar más de tres escalones juntos, a patinar… aunque fue él quien se quebró la pierna.

Puedo seguir contando que nos volvimos jóvenes, por él conocí el rock y la rebeldía, las revistas porno y el hacer la “pinta” en la escuela. Puedo contar que jugó baloncesto y representó a su escuela, que era perseguido por las adolescentes y que sólo de una se enamoró.

Puedo contar que se convirtió en padre, de los mejores que conozco, que conoció el hambre, la falta de dinero, que trabajó en lo que fuera para salir adelante y lo logró. Puedo contar que vio crecer a sus hijas, que trató de ser el mejor ejemplo; que tenías que conocerlo bien para conocer su humor… pero de eso no quiero contar nada. Él se fue. El día de su adiós regresaron los amigos a despedirse, a expresarle algo les dejó: un mensaje de aliento, un broma, un saludo grato, una palabra sincera, una clase de tauromaquia o una de basketbol, una canción, su historia, una enseñanza en cada renglón de su vida. Sí, él no hablaba mucho. Yo digo que era escritor, no como yo ahorita; sus mensajes mostraron al mundo esa risa que faltaba en su rostro, ese enojo cuando algo le molestaba, esa alma noble cuando algo le conmovía. Eso quiero contar… que para conocer a Hugo se requería de amistad. Y que se fue. Hasta siempre, Carna… hasta siempre.

Río de Palabras

Hugo

pañan y marcan cada secuencia matizada por el romance y la paranoia. Las melancólicas piezas de piano, de grandes bandas de jazz así como las cuerdas y violines angustiosos de Greenwood acrecentan y vuelven más embriagante la atmósfera de la cinta. La clara pero sutil violencia y la posterior plenitud en el apasionado tercer acto de la película da por enterado el tipo de concesiones que se pueden llegar a tomar en las relaciones humanas, y cuyo beneficio es mayor por encima de los actos que se lleven a cabo, sin importar qué tan francamente extremos o mortales se tornen. Si bien el año pasado hubo directores que plantearon con ingenio y naturalidad romances que se podrían catalogar como poco convencionales en el cine (Call me by your name, The shape of water), es justo decir que con Phantom Thread Paul Thomas Anderson llega más lejos, al demostrar que en este mundo siempre existirá alguien dispuesto a conocer y comprender los deseos y secretos más profundos de nuestro corazón, sin importar qué tan oscuros sean.

Cine

t Por Adolfo Nuñez J.


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LA GUALDRA NO. 331

Exposiciones

Humberto Carrasco, tiempo y memoria Apertura de sala permanente en el Museo Zacatecano

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l Gobierno del Estado a través del Instituto Zacatecano de Cultura y del Museo Zacatecano en el marco del Festival Cultural Zacatecas 2018, invitan cordialmente a la apertura de la nueva sala permanente Humberto Carrasco, tiempo y memoria que se llevará a cabo el miércoles 21 de marzo a las 19:00 horas en el Museo Zacatecano. En ésta se exhibirán dos colecciones: obra pictórica del Mtro. Carrasco y una selección de almanaques antiguos que pertenecieron a Manuel Pastrana. Ambos acervos fueron exhibidos en exposiciones temporales en el Museo Zacatecano en 2014 y 2015 y el Mtro. Carrasco decidió donarlos por su entrañable cariño a esta entidad. La pintura incluye diferentes épocas de su trayectoria artística que abarca 50 años. En muchos de sus cuadros registró lugares del México de ayer –algunos desaparecidos- que plasmó con el sello particular de sus cielos dramáticos y atmósferas poéticas. El escritor español Xabier F. Coronado, ha escrito: “la obra de Humberto Carrasco tiene como modelo la arquitectura urbana, pintada con enfoque real, pero inmersa en un mundo onírico. Una visión que destila tristeza y añoranza, que atrae a quien la contempla porque toca fibras que están en la misma naturaleza humana y vibran con un eco de nostalgia”. Los almanaques son en su mayoría de comercios zacatecanos que fueron parte de la vida cotidiana y que hoy conforman un fragmento de la microhistoria de la ciudad. La pieza más antigua data de 1888, pertenece a “Zölly Hermanos”, una prestigiada tienda de sombreros de la segunda mitad del siglo XIX y la más reciente, de 1967, corresponde a la Panadería “La Esperanza”. Su propietario Don Antonio Escobedo relata: “el pan diario debía estar listo a las 7:00 am, horario en que abría la Panadería y a esa hora ya había una fila de amas

/// Almanaque. Samuel Zesati. Tienda y Distribuidora Autorizada de los Discos RCA Victor. Zacatecas. Impreso en México. 1944. /// Cromo de almanaque. La Giralda. Fábrica de velas. Zacatecas. Impreso en el extranjero. 1890 ca.

de casa que iban por el pan y por la leche que compraban a un lado de la Panadería, en la Lechería de Don Manuel Otero”. La Colección la inició el Pintor Manuel Pastrana (1860-1938) referente obligado en la plástica zacatecana y su hija Otilia la enriqueció; posteriormente pasó a manos de la apreciada Señorita Josefina Ruiseco (1919-2006) y tras una particular historia, vuelven a su lugar de origen. El Mtro. Humberto Carrasco

nació en la Cd. de México el 25 de marzo de 1929. Celebrará su cumpleaños 89 con la apertura de la sala donde quedará resguardado y exhibido de forma permanente la donación que hizo a Zacatecas por su cariño a esta entidad Recuerde, la cita es el próximo miércoles 21 de marzo a las 19:00 horas en el Museo Zacatecano, Antigua Casa de Moneda, Calle Dr. Hierro No. 307, esquina con Callejón de la Moneda, Centro Histórico.

/// Humberto Carrasco. San Agustín, Zacatecas. Óleo sobre tela. 58 x 78 cm. 2008.

/// Humberto Carrasco. Callejón de Osuna, Zacatecas. En memoria de las Sritas. Josefina y Conchita Ruiseco. Óleo sobre tela. 60 x 80 cm. 2012.


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20 DE MARZO DE 2018

¿En qué pensabas? En realidad, el insomnio es como un sueño pero sin sueño. Mario Benedetti

Por Alberto Huerta

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En qué pensabas cuando tumbado, inmóvil, resignado, sentías que el aliento era un simple soplo, una simple nada? ¿En qué pensabas? ¿O no pensabas en nada? ¿Por qué? Porque ya no había nada que pensar. Los pies, los dos, convertidos en plomo; cada día crecía la barba y al crecer te proporcionaba un mal aspecto, y no tenías humor ni ánimos para ir al baño y rasurarte. Ni para decir despacio un Padre Nuestro, un Ave María, un rezo repetido una, dos, tres, cinco veces… o ni eso. Y ya no sabías qué día era, si afuera hacía un frío del carajo y todavía era finales de otoño. ¿Qué

pesabas… eh? Y los escalofríos, la confusión, el quedarte mirado las palmas de las manos, arrugadas, como si las hubieras tenido sumergidas mucho tiempo en el agua. Y los moretones en los brazos por la fragilidad capilar. ¿En qué pensabas? ¿En quién? Da la casualidad que no pensabas en nada, ni en nadie. Tenías claro que estabas solo. Y te pusiste a escuchar cómo crujían las paredes, la casa… y veías la ventana, que estaba frente de ti, con su cortina de tul floreada, blanca, te quedaba lejos. Y sin embargo, podías escuchar las voces que provenían de la calle, las escuchabas, pero no entendías qué decían. Un run run de voces, escuchabas los ruidos de la calle… así llegó

la Navidad, sin pavo relleno, buñuelos, bacalao a la vizcaína, ensalada ruda, flan, crema de puerros. Comiendo sólo galletas Marías llegó el Año Nuevo, sin cena, sólo con pan tostado y té de manzanilla. Y entró el año y tú seguías inmóvil, tumbado en la cama. Con la mirada fija en la vidriera de la puerta, ¿En qué pensabas… eh? Tratando en no hacerle caso al dolor de esófago, en la boca del estómago… y el sudor frío recorriendo tu cuerpo de pies a cabeza, dejándote tembeleque… y lentos… muy lentos los primeros días del año… y a ratos te ponías a dormitar. En qué pensabas mientras tragabas cápsulas, perlas, pastillas, gotas, granulados y gelatinas, y grandes tragos de jugo de

El cordón t

Por Pilar Alba

P

rimero te puse un cordoncito delgado de hilo invisible y, aunque no lo creas, con eso bastó por un tiempo. Si en la calle pasaba una mujer con vestido o la blusa escotada, yo jalaba discretamente el cordoncito y tú volteabas, te reías pero ya no la mirabas. Luego tuve que aumentarlo de grosor, sobre todo cuando no te tenía cerca, el cordón era más largo y más grueso para que no se trozara y pudieras desplazarte. Cuando un presentimiento me asaltaba, jalaba el cordón y luego, luego recibía de ti un mensaje o una llamada; así tranquila descansaba sabiendo que no iba a pasar ya nada. El problema vino más tarde cuando el cordón grueso, a veces, de repente, se trozaba; entonces busqué mecates, cuerdas, cadenas. Todo me funcionaba, pero sólo por un tiempo lograba que prefirieras quedarte conmigo en la casa, no ir más que al trabajo o que cambiaras la orientación de tu escritorio para no tener de frente más que la foto donde estamos muy contentos tomados de la mano caminando por la calle. Lo malo es que luego de un tiempo todo se cortaba, se rompía, se quebraba. Hasta que tomé una decisión drástica, terminé por encerrarte en una jaula. Así ya no habrá más dificultades. Por la comida o los gastos no habrá problema, no debes preocuparte, yo lo cubriré todo con tal de que ya nunca te me vayas.

manzana y un sin número de de tés de hierbabuena, de manzanillas, de anís, de limón. Y sentías que te ibas… y colocas en la axila el termómetro, atento a la lectura de la columna de mercurio… ¿En qué pensabas… eh? Y la radio prendida para no sentirte tan solo… como para espantar a los aparecidos… con la esperanza de que la música… las voces… te arrullaran y le dieras de guantones al terco, necio, insomnio. Llevas un montón de días sin dormir… ¿en qué pensabas cuando cerrabas los ojos, cuando simplemente dejabas caer los párpados como si fueran cortinas… y te quedaba el sabor en la boca el enfadoso de la suspensión… pensabas? ¿En qué? ¿Qué carajos pasó?

Río de Palabras

Soy un enfermo que camina por un sueño. Guillermo Cabrera Infante


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LA GUALDRA NO. 331 /// 20 DE MARZO DE 2018

Artes visuales

Contratiempo, exposición de Lourdes Corzo t Por David Pérez-Becerra y Magdalena Okhuysen Casal

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n 1941, a los cincuenta y nueve años, Virginia Woolf se ahogó voluntariamente en el río Ousse. Este hecho podría interpretarse, de modo superficial, como un accidente o un quiebre de la voluntad, pero al ser, precisamente, un acto emanado de ella, la interpretación se diluye en su misma superficie, porosa y resbaladiza, sobre todo porque la obra de Woolf presenta anticipaciones de esta naturaleza desde una óptica prácticamente racional; además, en la carta póstuma dirigida a Leonard, su marido, explica los motivos para elegir tan dramática salida: la necesidad de ruptura con su propia memoria, esa escencia que se convirtió en epílogo extraordinario de una autobiografía conceptual, nómada, dispersa y fracturada. Woolf se sumergió, como la desdichada Ofelia de la tragedia shakespeariana, en el mundo de los reflejos, en el interior de un espejo que le permitió atisbar la conciencia de su identidad y de su cuerpo. En esa frontera inesperada se da un juego especular mediante el cual es posible construir categorías que habilitan tanto la subordinación como los espacios de identificación asociados con lo íntimo y, al mismo tiempo, conforman un vínculo que cuestiona la propia representación y los medios que la producen, como en una fotografía sin cámara. La representación cobra sentido recordatorio. Situaciones cotidianas, revelaciones, recuerdos, sensaciones, experiencias, se presentan como fragmentos que constituyen un léxico con el cual reconstruimos, a través de colecciones e incautaciones, un discurso que creemos verdadero, una memoria que no es más que la reapropiación de un momento vivido, de una serie de colapsos que redefinen realidades para prolongar y registrar el desdoblamiento entre uno mismo y el otro, entre el cuerpo y su representación. La identidad, la intimidad y la memoria trazan una narrativa y configuran la mayoría de las veces un mapa que implica un recuerdo más o menos distorsionado y legitimado en la cotidianidad. Así, objetos, imágenes o palabras se convierten en categorías, en pequeños contenedores translúcidos empleados para atesorar una estructura caótica de utensilios domesticados; aislados del mundo, se reubican dentro de un espacio sin espontaneidad, desplazando el acento de lo perecedero hacia el instante duradero para producir, así, una nota singular en ese compás con que se prolonga el enfrentamiento entre realismo e idealización, lo que irremedieblamente construye una prisión evocativa que evita la triste dilución de la imagen, único método que conocemos contra el olvido. Lourdes Corzo nos brinda una intencionada confesión construida con los implementos de su feminidad. Los materiales responden a su interés por lo cotidiano, introduciendo la alteridad como parte del mismo proceso de identificación en el que la intimidad se torna en comprensión y el palimpsesto en autobiografía. El espejo ha conformado el sistema y la ficción el diálogo que nos revela lo invisible, ese tiempo débil que enfatiza el estatismo fotográfico y evidencia la naturaleza atemporal de la memoria, la cual intima a través de la búsqueda de aquello que nos hace falta: un desahogo ficcional que nos permita reinventarnos para poder vivir el contratiempo. La exposición Contratiempo, de Lourdes Corzo, se encuentra en exhibición actualmente en la Casa Municipal de Cultura de Zacatecas. Permanencia hasta junio de 2018.


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