La gualdra 339

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 339 /// 21 DE MAYO DE 2018 /// AÑO 7

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Ángel Vargas. Foto de Nede Moguel. 2018.

Ángel Vargas (Acapulco, 1989) estudió Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Es autor de Díptico (2015), A pesar de la voz (2016), Límulo (2016) y El viaje y lo doméstico (2017). Obtuvo el Premio Estatal de Literatura Joven en la categoría de poesía (Instituto Guerrerense de Cultura/CONACULTA) en 2012 y el Premio Estatal de Poesía María Luisa Ocampo en 2015. Actualmente forma parte del comité organizador del Festival Nacional de Literatura Acapulco Barco de Libros y es becario de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de poesía.

[Una entrevista con él, realizada por Armando Salgado, en páginas centrales]


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LA GUALDRA NO. 339 /// 21 DE MAYO DE 2018 /// AÑO 7

La Gualdra No. 339

Editorial

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l 18 de mayo se celebró el Día Internacional de los Museos. Tanto el concepto como las funciones de lo que es considerado un museo han ido evolucionando constantemente; si en el origen este espacio era concebido como el templo de las musas, de acuerdo a su concepción alejandrina, hoy los museos tienden –o por lo menos deberían, porque no es el caso de todos- a ser espacios culturales vivos en los que la función de simple almacenaje es desplazada paulatinamente dando paso a otro tipo de concepciones relacionadas no sólo con el coleccionismo, la exhibición y conservación de obras de arte y objetos, sino con la expansión de experiencias educativas, recreativas y de generación de conocimientos y reflexiones que van desde lo estético a lo filosófico, de lo histórico a lo sociológico… es decir, los espacios museales -aludiendo al término utilizado por Willy Kautz- deben responder a otro tipo de necesidades que tienen que ver sí con lo relacionado a la memoria y a la sociedad, pero tomando en cuenta la vorágine de cambios en que nos vemos inmersos. Hace 101 años se nombró como museo en Zacatecas el primero de ellos, el Museo de Guadalupe; luego, en la década de los años 50 se inauguraron el Museo del Estado -que posteriormente se convertiría en el Museo Universitario de Ciencias- y la Casa Museo Ramón López Velarde en Jerez. Fue hasta septiembre de 1978 cuando el general Pámanes Escobedo, siendo gobernador del Estado, inaugurara el Museo Francisco Goitia, con la intención de que este espacio albergara en su colección obras representativas de los artistas zacatecanos más destacados con proyección internacional, entre ellos las de Julio Ruelas, los hermanos Pedro y Rafael Coronel y Manuel Felguérez además de las del Benemérito del Estado Francisco Goitia. La intención de fundar ese museo hace casi 50 años respondía a la necesidad de que los zacatecanos conocieran la obra de los artistas de la entidad que hasta la fecha son símbolos de identidad. Después se fundarían, gracias a la generosidad de los propios artistas zacatecanos, los museos de autor; es decir, los que albergan actualmente las colecciones de Pedro Coronel, Rafael Coronel y Manuel Felguérez; además del museo de la Toma de Zacatecas,

ubicado en el cerro de la Bufa en lo que anteriormente se conoció como Casa Fuerte del Patrocinio, inaugurado el 1984 y que actualmente es el que más visitas registra anualmente; y el Museo Zacatecano, el único que ha incorporado la tecnología de Realidad Aumentada y cuenta con visitas teatralizadas de manera permanente. Ahí están nuestros museos, los que solemos presumir más de lo que los solemos visitar; pareciera, en términos generales, que se quedaron como muestra de lo que estos recintos eran hace 50 años: grandes almacenes especializados en exhibir y conservar objetos y obras de arte coleccionables. Y digo en términos generales porque es evidente que hay grandes diferencias en cuanto al tipo de administración que tiene cada uno; la proyección actual de estos espacios depende en gran medida del compromiso, la creatividad y la visión que tengan sus directores. Así las cosas, si tomamos en cuenta que de acuerdo con los Estatutos del ICOM, adoptados en la 22 Asamblea General (Viena, Austria, 24 de agosto de 2007) en su Artículo 3, Sección 1, se define como museo “una institución permanente, sin ánimo de lucro, al servicio de la sociedad y su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y exhibe el patrimonio tangible e intangible de la humanidad y su ambiente para propósitos de educación, estudio y deleite”, comprobamos entonces que hay funciones que no se están llevando a cabo para cumplir con lo destinado a estos espacios culturales, actualmente reducidos básicamente a ser espacios de exhibición. Si bien es una generalización, también es una invitación a que reflexionemos sobre lo que actualmente se está haciendo en los museos zacatecanos y todo lo que nos falta por implementar en ellos. Celebremos sí, el enorme privilegio de tener acervos como los que existen en nuestro Estado en los museos mencionados. Visitémoslos, pero también demandemos oportunidades para mejorarlos, de proponer e implementar nuevas cosas que contribuyan a que éstos sean espacios vivos, dinámicos, lúdicos, educativos y de reflexión permanente. Que disfrute su lectura.

Directorio

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Contenido Nunca fuimos contemporáneos La memoria viva del mercado Jesús González Ortega Por Nicolás Pradilla

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Photo | Graphi | Arte II Exposición fotográfica colectiva Por Iván Muñoz

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Leer la realidad, leer lo cotidiano, la poesía en Ángel Vargas Por Armando Salgado

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Leer en voz alta Por Eduardo Campech Miranda ¿Por qué no puedo ser como tú? Por Carlos Flores

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Desayuno en Tiffany’s, mon ku Godard obtiene en Cannes la Palma de Oro Especial su con Le livre d’image Por Carlos Belmonte Grey

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Local del mundo: poesía nueva de Adolfo Castañón Por David Noria

Mi señora Por Pilar Alba El Picaporte Asequible y accesible: lo alcanzable y lo cómodo Por Simitrio Quezada

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

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12 Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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21 DE MAYO DE 2018

Nunca fuimos contemporáneos

La memoria viva del mercado Jesús González Ortega Por Nicolás Pradilla

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n enero de 1861, en la entonces Plaza de la Constitución, a un costado de la Catedral en el centro de Zacatecas, inició la construcción del mercado principal de la ciudad que posteriormente llevaría el nombre de Jesús González Ortega. Tras encontrar algunas fallas estructurales en la construcción, durante el gobierno de Marcelino Morfín Chávez se inició un proceso de reconstrucción que concluiría en 1892. El edificio duró poco tiempo en pie, ya que en diciembre de 1901 se incendiaría y perdería la tercera planta que puede apreciarse en algunas fotografías de la época previas al siniestro. Tras una segunda reconstrucción, fue inaugurado nuevamente a principios de 1903 con el nombre con el cual lo conocemos actualmente. Este espacio funcionó como mercado de frutas y verduras hasta 1980, cuando se reformó como el centro comercial que continua hasta nuestros días. La XIII Bienal FEMSA está compuesta por una serie de programas y plataformas que conforman actividades extensivas que se entretejen poco a poco a lo largo de 18 meses alrededor de nociones como desformalismo, espacio múltiple y generosidad reflexiva, que más que conceptos fijos, consisten en herramientas metodológicas de coproducción de sentido. Este proceso curatorial de puertas abiertas busca establecer espacios y temporalidades reflexivos de intercambio continuo para la configuración de lo común desde Zacatecas. En este sentido, la Bienal se ha planteado como un proceso extensivo de indagación acerca de lo histórico y la noción de contemporaneidad desde el autorreconocimiento y el diálogo con el propósito de potenciar los tejidos intersubjetivos. Gracias a la colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad de Zacatecas, quienes han facilitado un espacio dentro del mercado Jesús González Ortega, el programa público de Nunca fuimos contemporáneos participa del proceso de indagación en lo histórico desde la sede temporal en uno de sus locales, la cual está orientada a la comisión de proyectos colaborativos desarrollados por artistas y gestores zacatecanos. Estas iniciativas de interlocución se basan en dos ejes de discusión que toman las herramientas del arte como medio de aproximación: por un lado, la memoria histórica del espacio que ocupa el mercado y sus distintas capas temporales y, por otro, la memoria viva de quienes poblamos cotidianamente este espacio y establecemos trayectorias que lo cruzan y tra-

/// El 9 de mayo se presentó el primer módulo de Ejercicios de la memoria de Mercado Ocupa en el mercado Jesús González Ortega.

zan conexiones físicas e históricas con el centro de la ciudad y sus alrededores. En este sentido, las comisiones a artistas y gestores zacatecanos parten del contacto directo con transeúntes y curiosos por medio de actividades y producciones in situ que refieren con frecuencia a la historia material de este importante punto del centro de la ciudad, así como a las trayectorias narrativas subjetivas de todas las personas que lo habitamos. De esta manera, el mercado Jesús González Ortega se suma a las plataformas del entramado de la Bienal al materializarse como un espacio de indagación desde el arte como herramienta y proceso, antes que como objeto terminado, el cual posibilita un tiempo de interlocución alrededor de la historia del lugar. Esta aproximación coincide con las estrategias dialógicas de Nunca fuimos contemporáneos que iniciaron en septiembre de 2017 y concluirán en febrero de 2019. Las actividades del Programa público en su plataforma del mercado dieron inicio a mediados de abril al utilizar la sede temporal dentro de uno de los locales como un estudio abierto. La primera comisión está a cargo de Renny Castillo, Anakaren Corvera y Osvaldo Lugo, miembros del

Colectivo Ocupa, quienes emplean el espacio para llevar a cabo una serie de actividades simbólicas de reconstrucción y deconstrucción de la memoria del lugar como una forma de entretejer lo histórico con el presente. Ejercicios de la memoria de Mercado Ocupa —como se reinscribe el colectivo para esta ocasión—, se basa en actividades colaborativas con base en la noción de sitio específico que se extienden hasta el mes de julio, cuando la comisión quedará a cargo de otro grupo de agentes locales. A partir de documentos históricos del mercado, así como de los sedimentos y capas temporales que el espacio y, particularmente, el local contiene en sus materiales, superposición de instalaciones eléctricas, rastros de pintura de distintas etapas, etc., el colectivo de artistas explora sus aspectos mnemónicos con el objetivo de posibilitar diálogos reflexivos entre el exterior y el interior del local al emplearlos en ejercicios instalativos cuya superposición por capas añade indicios e intersecciones a la historia del lugar. Imágenes, documentos y sedimentos físicos dan cabida a reflexionar sobre el presente histórico en un diálogo entre lo material concreto y lo imaginario evocativo. La estrategia del colectivo está basada en la discusión de procesos abiertos que tienen lugar en el marco público del mercado y se comparten durante un día como prueba de estado para posteriormente echar a andar sobre lo hecho mediante capas de sentido. En la tradición gráfica, cada una de las pruebas que realiza el artista para probar el desarrollo de su trabajo y tomar decisiones sobre los siguientes procesos se conoce como prueba de estado. Las pruebas permiten determinar las siguientes acciones a tomar. Estas pruebas únicas e inacabadas constituyen una de las capas sobre las cuales se agrega o resta material a lo largo del proceso artístico. Las indagaciones de Mercado Ocupa operan en este sentido alrededor de la memoria histórica del mercado y sus habitantes cotidianos. El próximo jueves 24 de mayo, a las 19:00 Hrs., se presentará y discutirá una segunda prueba de estado de Mercado Ocupa. Mercado Jesús González Ortega. Av. Hidalgo s/n, Zacatecas Centro.

/// Vista de algunos de los locales comerciales del mercado Jesús González Ortega.

XIII Bienal FEMSA

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Photo | Graphi | Arte II Artes visuales

Exposición fotográfica colectiva

/// Axel Armando de la Torre Ch. Montaje Digital basado en la obra “Triple Elvis”, 1963, de Andy Warhol.

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Por Iván Muñoz

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a muestra fotográfica integrada por alumnos de tercer grado de la materia de Tecnología con énfasis en Diseño Gráfico grupos 1 y 2 de la Escuela Secundaria José Ma. Rodríguez, ubicada en la colonia Ojo de Agua de la Palma en la ciudad de Guadalupe, Zac., tiene como objetivo el del acercamiento de los adolescentes con el arte. Esta muestra esta dividida en dos secciones: fotografía conceptual y fotografía de producto, documental y de concepto. El proyecto de fotografía conceptual, está formado por un total de 23 imágenes, en las cuales los alumnos tuvieron oportunidad de desarrollar su creatividad e imaginación al momento de crear una fotografía conceptual y en algunos casos construida, tomando como referencia alguna obra de arte con la que ellos se sintieran atraídos. En las imágenes resultantes tomadas con su celular o cámara digital, se puede observar la manera en que los jóvenes perciben el arte, dejando ver su contexto, su manera de pensar, de solucionar alguna problemática por medio de la creatividad e imaginación, ya que resolvieron de manera ingeniosa el cómo reproducir el vestuario, peinado, maquillaje o escenografía con los elementos que estaban a su alcance y plasmar lo más fiel posible la obra que eligieron. Podemos ver cartón que da vida a sombreros, pipas que se transforman en paletas de caramelo, telas que se convierten en paisajes áridos o cielos texturizados, los platos de plástico de la cocina dejan de servir alimentos para ser lanzados como en los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia y las canas de un viejo triste son reemplazadas por una peluca de algodón hecha en casa. Los filtros de aplicaciones de dispositivos móviles tan importantes para los jóvenes de hoy en día como Snapchat, no podían faltar para recrear aún más

/// Diego G. Ortega A. Fotografía Digital, filtro Snapchat. Basado en la obra “Retrato de Claude Monet leyendo”, 1872, de P. A. Renoir.

las imágenes inspiradas en las obras de artistas como Van Gogh, Kahlo, De Tampicka, Picasso, Magritte, entre otros. Este acercamiento no sólo se dio de alumnos hacia el arte, sino también de hijos a padres, hermanos o primos, ya que era fundamental la ayuda de algún integrante de la familia para el desarrollo y ejecución de la imagen,

/// César Sajid Villarreal Palacios. Fotografía Digital. Basado en la obra “Autorretrato en Monocromía Azul”, 1901, de Pablo Picasso.

ya fuera de manera indirecta (fotógrafo, maquillista, escenógrafo, etc.) o directa (un actor más dentro de la composición). La exposición estuvo en exhibición del 14 al 20 de mayo en Casa Municipal de Cultura de Guadalupe. Compartimos con ustedes una muestra del trabajo de los alumnos.


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/// Diego Moreno Saínchez. Fotografía Digital. Basada en la obra “Caballero con la mano en el pecho”, 1578-1580, del Greco.

/// Erik Jovani Vidal Broca. Fotografía Digital. Basado en la obra “La columna rota”, 1944, Frida Kahlo.

/// José Joaquín Rivera Novella. Fotografía Digital. Basado en la obra “Anciano en pena”, 1890, de Vincent Van Gogh.

/// José Julián Carrillo Guevara. Fotografía Digital. Basado en la obra “Muchacho con pipa” 1905, de Pablo Picasso.

/// Josué Alexander Campos Benítez. Fotografía

/// Leonarda Margarita Martínez Gutiérrez. Fo-

Digital. Basado en la obra “Retrato de la madre del artista”,1871, de James McNeill Whistler.

tografía Digital. Basada en la obra “Hojas de té”, 1909, de William McGregor Paxton.

/// Emmanuel Alfaro Rodríguez. Fotografía Digital. Basado en la obra “Retrato de la Duquesa de la Salle”, 1925, de Tamara de Lempicka (1898-1980).

Artes visuales

/// Erick Alejandro Galván Gutiérrez. Fotografía Digital. Basado en la obra “Los amantes”, 1928, de Rene Magritte.


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Poesía

Leer la realidad, leer lo cotidiano, la poesía en Ángel Vargas

/// Ángel Vargas. Foto de Fernando Delgado.

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Por Armando Salgado

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l ciclo de entrevistas a poetas arriba a las costas del estado de Guerrero, y rememora el curso del río Balsas, las montañas, y la tierra caliente, en una zona donde el color, la música y la poesía son calor, ritmo y vida. Lo dice Ángel Vargas (Acapulco, 1989): “La infancia que viví estuvo plagada de sonido, música, historias y el espectáculo de la naturaleza”. La poesía es la suma de experiencias que construyen desde el lenguaje, las formas que dan sentido a nuestras interpretaciones, y la manera de nombrarlas, desde la realidad y desde la cotidianidad. Armando Salgado: Ángel, ¿de qué manera ha influido la cultura guerrerense en tu formación como poeta, sabiendo que Guerrero tiene distintas regiones, y un folklor que históricamente ha sido parte del mosaico de la multiculturalidad de México? Ángel Vargas: Crecí en un lugar medianamente alejado de la infraestructura turística y cultural de Acapulco. En mi casa no había libros, aunque no por eso el ambiente era menos estimulante. La infancia que viví estuvo plagada de sonido, música, historias y el espectáculo de la naturaleza. Creo que casi todos los recuerdos de aquellos años están estrechamente vinculados con texturas, olores y sensaciones particulares. Crecí en la costa. Para mí, por ejemplo, un huracán no es sólo un fenómeno meteorológico, sino un conjunto de experiencias humanas orbitando el hecho climático. La formación, no sólo como escritor sino, simplemente, como alguien que atiende sensiblemente a la realidad, tiene que ver con la voz y con lo que la voz es capaz de contar; eso que llamamos tradición oral y que pienso es importantísimo para la historia (y actualidad) de la poesía. Guerrero me dio la capacidad de atender al detalle, observar la minucia en la naturaleza y en lo humano. Creo que eso es importante para quienes escriben poesía. Al mismo tiempo, mi propio estado me orilló a distanciarme geográficamente, pero creo, como el poeta venezolano Eugenio Montejo, que las distancias son necesarias (“adora a tu ciudad, pero no mucho tiempo”). Creí importante alejarme para mirar de lejos. No mejor ni peor, sino de

una forma distinta. Mirar como los extranjeros, para que ese mundo en el que crecí volviera a ser nuevo ante mis ojos. AS: ¿Qué representa escribir poesía en un contexto violento como el del estado de Guerrero?, ¿un poeta debe observar los climas sociales y reflejarlos de alguna manera en lo que escribe, o son otras las intenciones estéticas que consideras en la escritura de poemas? AV: Creo que la violencia se manifiesta de muchas formas. Yo me fui de Guerrero hace más de 10 años y aunque en aquel momento el terror relacionado con el narcotráfico no tenía las dimensiones ni la visibilidad de ahora. Es cierto que en el estado han existido otras formas de violencia desde tiempo atrás: machismo, injusticia socio-económica, impunidad, difícil acceso a los derechos culturales, no reconocimiento de ciertas identidades, etc. Creo que el aspecto social no tiene que ser ignorado ni por los poetas ni por los artistas en general, pero tampoco tendría que ser una norma ni requisito a la hora de valorar los productos estéticos. La responsabilidad social y cívica es algo que le compete al artista en tanto es un ciudadano como cualquier otro. La misma responsabilidad le corresponde a un ingeniero, un contador, un médico, un policía. De manera personal, observo no sólo mi contexto inmediato, sino lo que acontece en otras partes del mundo. Creo que en el espejeo de situaciones puede ser más fácil darse cuenta de lo que pasa en lo doméstico. En mi escritura, el tratamiento de la violencia ha sido quizá de manera tangencial, o más bien, transversal. No he escrito libros sobre la violencia que atraviesa mi estado, pero sí he acotado otros temas, que de manera más o menos directa tienen que ver con una historia reiterada de injusticia, pobreza o discriminación. En el fondo de la violencia más plástica hay situaciones cotidianas que la poesía es capaz de revelar, para recordarnos que el mundo funciona de una forma que ya no somos capaces de discernir. AS: Si pudieras compartirle un decálogo a quien apenas desea escribir poesía, ¿qué recomendaciones sugerirías? AV: Me siento incapaz de compartir un decálogo propio, porque no me considero una autoridad en la materia,

sino todo lo contrario. Los últimos cinco años de mi vida han estado marcados por un proceso de aprendizaje constante. Hay, en cambio, un sinfín de consejos para jóvenes poetas de escritores realmente ilustres. Creo que a partir de esos decálogos, sustentados en décadas de experiencia y en obras literarias sólidas, cada quien puede tomar lo que mejor le convenga a su escritura. Al final, la poesía es una búsqueda interminable, un ensayo constante y un camino personalísimo, incapaz de replicarse. La única recomendación que daría sin titubear es que lean todo lo que puedan. Hay mucho que aprender tanto de la tradición como de la producción más reciente de poesía. Creo que la escritura generalmente nace en la no-escritura y que leer es el mejor comienzo para imaginar y adquirir herramientas para poder expresar lo que se desea. Pero leer no sólo en el sentido libresco. Leer la realidad, leer lo cotidiano. AS: ¿Podrías esbozar un mapa poético del estado de Guerrero?, ¿qué poetas son referentes y sugieres leer, qué poetas jóvenes destacan?, ¿cuál es la salud de la poesía guerrerense? AV: Una camada de poetas guerrerenses ha asumido desde hace muchos años el compromiso de escribir poesía como una actividad constante, es decir, no como un pasatiempo sino como un diálogo con la realidad; algunos lo hacen desde el ambiente local, escribiendo desde distintos espacios de Guerrero, otros desde varios estados del país. Pienso en Ángel Carlos Sánchez, Julián Herbert, Jesús Bartolo, Antonio Salinas, Brenda Ríos, Carlos F. Ortiz, Citlali Guerrero y Úlber Sánchez. A veces el origen es lo de menos, al final, la poesía traza mapas que no siempre están relacionados directamente con la geografía. Otros escritores, cercanos a mi edad, también han reafirmado su interés por la escritura poética: Yelitza Ruiz, Adriana Ventura, Zel Cabrera, Emiliano Aréstegui, Ari. J. González y Geovani de la Rosa; o quienes, mucho más jóvenes, han dado muestra de una capacidad lírica e imaginativa interesante, como Orlando Mondragón, Argentina Linares y Giovanni Rodríguez Cuevas. Desde hace varios años en Guerrero se han impartido talleres y diplomados que han despertado el interés de jóvenes y adolescentes por la literatura.


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21 DE MAYO DE 2018 Creo que esa simiente dará frutos tarde o temprano y creo también que si se trata de realizar un diagnóstico de la poesía guerrerense actual el resultado sería alentador. La poesía guerrerense es diversa y de excelente factura.

Poesía

AS: Tu libro A pesar de la voz, publicado por Mantis Editores, en 2016, tiene una factura poética redonda, precisa y fluida. ¿Qué relación tiene este poemario con Límulo?, publicado en el Fondo Editorial Tierra Adentro en el mismo año. AV: Esos dos libros se publicaron con tan solo unos meses de diferencia; sin embargo, escribí Límulo entre 2013 y 2014 y A pesar de la voz entre 2014 y 2015, pertenecen a momentos creativos distintos. En el primero buscaba indagar en los orígenes: la historia familiar, la infancia, la identidad sexual, Dios, a partir de la figura de un fósil viviente, el cual da título al libro. Fue el primer reto de escritura en el que me planteé un conjunto de poemas hilados (más o menos) temáticamente. Creo que al final no lo logré. En cambio, en A pesar de la voz existe la intención específica de indagar en las posibilidades poéticas del fenómeno histórico y musical de los castrati, un tema que durante mucho tiempo me ha fascinado; pensé el libro como un solo poema largo que tuviera respiros. El aire (el blanco en la página) es un elemento que creí que podría homologarse en cierta forma con el fiato, las microrespiraciones o control del diafragma en el canto operístico. También quise continuar la exploración de las inquietudes religiosas que ya había iniciado en Límulo. Quizá ése es el hilo que une ambos libros, los cuestionamientos, mis dudas en torno a lo divino.

val Nacional de Literatura, antes Encuentro Nacional de Escritores, Acapulco Barco de Libros. La labor es ardua en un estado cuyo presupuesto en el área de cultura sigue siendo, por mucho, inferior a las necesidades reales de la población. Pero también es satisfactorio que al menos por unos días el puerto de Acapulco se convierte en un epicentro literario y poético en el que escritores provenientes de distintas partes del país comparten su obra con los acapulqueños y se entablan diálogos que aportan a la vida cultural del estado. Creemos en ese cruce de visiones, en el99°08’35.2”W] “mestizaje poético” como un [19°17’23.5”N catalizador para la imaginación. Si apagara las luces de la casa

AS: Acabas de publicar El viaje y lo doméstico, en editorial Praxis, ¿qué premisa nos compartes en este poemario?, ¿hay distancia entre este libro y el material con que obtuviste el Premio Estatal de Literatura Joven del Instituto Guerrerense de Cultura, en 2012? AV: El viaje y lo doméstico es un libro pensado como un artefacto de localización. Es una especie de GPS emocional. Cada poema tiene una coordenada geográfica como título y remite objetivamente a un lugar; aunque de esos espacios no me interesaba la imagen sino la huella o carga subjetiva que dejaron en la memoria. La intención era fijar esas situaciones en un mapa, porque ya no confío en lo infalible de mis recuerdos y porque creo que la memoria siempre está cambiando. Estoy convencido de que el pasado no es algo clausurado y si la infancia es una cicatriz que cambia de lugar, dependiendo del momento en que se mire, yo quería hacer un corte de caja que me mostrara al ser humano que fui en aquellos años. El viaje y lo doméstico es deliberadamente transparente en lo personal y biográfico; en él no existe la intención de enmascararme como lo hice en mis libros anteriores. En ese sentido, es muy cercano a los textos que escribí en 2012. Los temas son los mismos: la familia, la infancia, las relaciones personales. Lo que hago, sin duda, es reelaborar sobre los mismos temas, regresar una y otra vez. Lo que cambia son las herramientas para abordar el pasado, la mirada, la perspectiva. AS: ¿Qué representa para ti ser becario en la Fundación para las Letras Mexicanas, vivir en la Ciudad de México, y a la vez, coordinar el Festival Nacional de Escritores Barco de libros del puerto de Acapulco? AV: La Fundación para las Letras Mexicanas es una institución muy noble. Ser becario de poesía me ha permitido socializar mi proceso creativo, intercambiar lecturas, mantener un diálogo con estéticas distintas; he entendido que la poesía es diversa y que la disciplina y el trabajo son fundamentales para el oficio; aunque al mismo tiempo me rehúso a hablar de la poesía desde una visión romantizada, acepto que en el hecho poético hay mucho de magia y de

tu nombre se quedaría encendido, quemándose en el centro de esta mesa vacía donde antes colocamos la cena y nuestra hambre. Si apagara las luces se llenarían los platos de recuerdos y en cada cucharada me faltarían tus señas como falta la sal, el agua o la ternura. No habría ningún rincón para la noche y tu silencio —ese animal salvaje— me comería por dentro. Apagaría la luz para quedarme a solas y tu nombre sería una piedra reventando los labios. Pero todos los nombres se apagan una vez ante los ojos de quien los ha nombrado. Esperaré que el tuyo se canse de mirarme con su pequeña llama y al compás de la noche lo apagaré en mis dedos. [32°46’07.5”N 117°08’50.2”W]

misterio, sé que algo pasa en el lenguaje de los poemas que más me apasionan. Ya lo han dicho antes, la poesía es el idioma hechizado. Esa idea no me desagrada en lo absoluto. Sin embargo, mientras llega esa revelación y misterio, las horas de trabajo y de lectura son necesarias. En otro sentido, vivir en la Ciudad de México me ha permi-

tido rodearme, bien o mal, de un hervidero cultural muchas veces abrumador, la cantidad de estímulos latentes en una ciudad tan populosa como ésta me ha desencadenado muchos procesos creativos. Además, desde hace algunos años, trabajo junto a dos mujeres talentosas y comprometidas, Yelitza Ruíz y Azul Ramos, en la coordinación del Festi-

Mi hermana dice que se quiere morir y no la culpo. Comprendo que a su edad el miedo es una talla más grande que sus ojos, los zapatos le calzan una moda obsolente, no repite bufandas ni sonrisas compradas en oferta, tiene en la cintura las miradas ceñidas y se quiere morir mi hermana y no la culpo si no sale de casa para evitar el miedo. Me gustaría decirle que al terminar los quince dejarán de medirle la confianza, pero sería mentira. Mejor si se da cuenta que lo frágil se viste con la ropa más cara porque teme morirse de vacío. [De El viaje y lo doméstico. Editorial Praxis/Secretaría de Cultura de Guerrero, 2017]


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Leer en voz alta

Río de Palabras

Promoción de la lectura

t Por Eduardo Campech Miranda

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ay una modalidad de lectura que a pesar de ser una práctica constante, primordialmente en la escuela, no se explota todo el potencial que tiene. Me refiero a la lectura en voz alta. La posibilidad de volver sonido la letra impresa es un puente más afable hacia la comprensión lectora. Es decir, la mayoría de nosotros estamos más acostumbrados a escuchar que a leer. Como seres humanos, también a una mayoría, nos gustan las historias. Esto se refleja aún más en la infancia. Pero ello no excluye a edades mayores. Leer en voz alta para darle vida a esa lectura. Hace algunos años acudieron a la Sala de Lectura “Así la libro” un grupo de jóvenes estudiantes de secundaria. Tenían la encomienda de leer los cuentos de El llano en llamas, de Juan Rulfo. El motivo de su visita, así lo expresaron, fue porque no entendían los cuentos. Considero que esta situación se presentó, entre otras causas, a dos situaciones concretas: por un lado la poca o nula práctica lectora y por otro, la falsa idea de que todos los cuentos tienen una estructura lineal, igual a la de los cuen-

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Por Carlos Flores

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o que me pasó es algo terrible. Vine a nacer en una tierra a la que parece que no pertenezco. No sé si echar la culpa a mis padres que no me enseñaron nunca las reglas básicas o al sistema político y educativo de este país, o las muchas veces que nos cambiamos de casa cuando era joven. El asunto es que estoy como desterrado desde varios puntos de vista. El primero de ellos es sin duda el jardín de niños, a donde entré fuera de tiempo debido, precisamente, a esas múltiples mudanzas. Simplemente no encajaba, los demás niños me veían raro y hubo uno que siempre quería ahorcarme. Terminé yéndome de ahí. Hasta la fecha desconozco si fue porque nos mudamos o porque acabe golpeando a mi extraño agresor. Los distintos barrios que conocí tampoco me dieron una buena bienvenida. Duraba muy poco habitando casas con mi familia, por lo que no pude hacer amigos entrañables, como ésos de las películas. Eso sí, aprendí a darme de guamazos con los otros morros del barrio, y a veces hasta dos veces por día: primero cuando ellos llegaban buscando pelito, después porque los padres regresaban con el crío llorón con la consigna de rom-

tos de hadas tradicionales, que son el tipo de texto más cercanos a ellos. Me referiré al cuento “No oyes ladrar los perros”, lejos de indicarles que leyeran el libro en voz alta y por turnos, utilicé el reproductor de audio y les compartí la lectura en voz alta que del texto realiza José Carlos Ruiz. Ellos tendrían que seguir

la trama en silencio, con sus propios libros. Ruiz hace una lectura maravillosa: modula la voz y así identificamos a los personajes, sus circunstancias, las intenciones de sus diálogos. Cuando concluyó la pieza, uno de los chicos dijo, espontáneamente: “ahora sí lo entendí”. La letra que estaba muerta en la página cobraba vida en la voz.

¿Por qué no puedo ser como tú?

perme la madre si no el mismo jefe de familia, ejemplo de la casa, terminaría por rompérsela a él. A veces me daban lástima y me dejaba ganar. Así eran mis episodios de barrio en barrio y de escuela en escuela. Pareciera que la carta de presentación, como en la cárcel, era agarrarse a trompadas con alguien para ser aceptado. A veces, la mayoría, perdía; otras, ganaba, pero esas pocas veces,

regresaba el padre del vencido y me ponía una santa golpiza. En la secundaria me odiaban por ser güerito. Todos los días, a la salida, me esperaba un tipo, azuzado por otros seis, para hacérmela de tos. Comenzaba mentándome la madre, cosa que a mí no se me hacía tan grave, la violencia doméstica me tenía curado de espanto, pero ya cuando me empujaban ahí si me salía el otro

El comentario a la segunda causa no lo desarrollaré en este momento, pero es una llamada de atención para romper determinados esquemas que se siguen reproduciendo en el aula, pese a las reformas que ha experimentado el sistema educativo durante los siglos XX y XXI. Volviendo a la lectura en voz alta, el secreto, o uno de los secretos según Alma Velasco, está en la oralidad. Es decir, en integrar al ejercicio de convertir en sonido lo escrito, además de la voz, el chisme, la emoción y el subrayado. Todo ello redunda en algo que no aparece a primera instancia en el texto: la intencionalidad. Decimos, hablamos, expresamos distintas ideas, oraciones, indicaciones. Pero la intencionalidad con que lo decimos varía. ¿Cuántas intencionalidades de la palabra “no” usamos? Leer en voz alta para mejorar la comprensión lectora, para que nuestra voz sea el vehículo donde quien escucha viaje, nuestra oralidad como puerta que abre otros mundos o ventanas que muestran otras latitudes (internas y externas). Esto no es nuevo, ya José Joaquín Fernández de Lizardi lo dijo en su Periquillo Sarniento: “Hay muchos modos de leer, según el estilo de las escrituras. No se han de leer las oraciones de Cicerón como los anales de Tácito”.

yo. Afortunadamente, de un solo golpe solía tumbar a mi contrincante, y era lo suficientemente tranquilo como para no agarrarlo a patines en el suelo. En ocasiones, lo amigos del caído, se abrían y me miraban con cierta sorpresa y luego, con el pasar de los días, se hacían mis compas; pero casi siempre se abalanzaban sobre mí para hacerme bola: ellos no eran tan tranquilos como yo por lo que me llovían las patadas. En prepa igual, no faltaba quien, a veces enviado por un grupo de fresas a los que les caía gordo, o algún ardido de amores, me buscara pleito. Con un poco de inteligencia logré librarme de un par de energúmenos que, aunque estaban de mi vuelo, estaban más feos y daban miedo. Sin embargo, tuve que librar mis batallas a mano limpia. Todo eso se extraña. Ahora, por menos, algún desgraciado cobarde prefiere sacar la pistola y llenarte de hoyos en lugar de enfrentarse a puñetazos, no vaya siendo que le ganes y le pisotees lo poco que tiene de hombría. Así serán buenos. Desgraciadamente, un compañero de la Unidad Académica de Letras lo descubrió demasiado tarde. Por eso, a veces quisiera ser tan así, que me valiera madre y tal vez me adaptaría más a la vorágine social que domina este país.


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21 DE MAYO DE 2018

Desayuno en Tiffany’s, mon ku

Godard obtiene en Cannes la Palma de Oro Especial con su Le livre d’image

Cine

t Por Carlos Belmonte Grey

L

o volvió a hacer JeanLuc Godard (87 años). La leyenda viviente de la mítica nouvelle-vague entró a la Competición por la Palma de Oro en el 71 Festival de Cine de Cannes, con Le livre d’image (El libro de imagen). Y otra vez con una película que exige al espectador. Que le exige concentración y preparación cinematográfica, porque como lo hizo hace cuatro años con Adieu au langage (Competición por la Palma de Oro en 2014 y ganadora del Premio del Jurado en Ex-aequo con Mommy de Xavier Dolan) la película no tiene un narración -clásica ya es obvio decir que no- oral aparentemente organizada. El título lo dice: el Libro de imagen, ni siquiera podemos saber si se traduce como Libro de la imagen, con el artículo “la” porque en francés o en plural el libro de imágenes. La cinta es un recorrido visual cercano al documental y roto por una narración ficticia en los últimos 25 minutos de la cinta, que tiene una duración de 83 minutos. Godard lo explica así: ¿Aún recuerdas cómo ejercitábamos en otro tiempo nuestro pensamiento? Normalmente empezábamos de un sueño…. Nos preguntábamos, cómo en la oscuridad total Pueden surgir en nosotros los colores de una tal intensidad De una voz dulce y débil Diciendo grandes cosas Importantes, sorpresivas, profundas y justas cosas Diríamos un mal sueño escrito en una noche tormentosa Bajo los ojos del Occidente Los paraísos perdidos La guerra está ahí… Godard nos lleva, a través de la manipulación de cada cuadro recuperado de diversos soportes, documentales, ficciones, noticieros, anuncios comerciales, y del sonido con cada voz y ruido alterado, a una historia de la barbarie occidental ante el mundo árabe, del Islam y de

los musulmanes. Quedó atrás –y su libro nos va a llevar- el genio de la revolución en Rusia, el terror de la Shoah y el siglo XX. Ese siglo ya está ahí y pasó con Godard como el artista revolucionario, ahora mira al presente –como siempre lo ha hecho- y ve en sus imágenes los prejuicios de nuestros ojos al Oriente.

Por tanto, la película exige no sólo al espectador, sino al proyector de la película tener una sala equipada para modificar el formato de la imagen y la distribución de los sonidos por diferentes partes de la sala. Por ejemplo, un cuadro se adelgaza y se hace alto, al tiempo que una parte del sonido cae sólo en alguna parte de la sala mientras que la otra se queda como alejada, esperando a que el sonido circule y llegue a donde uno está sentado. El libro de imagen recupera, por ejemplo, fotogramas de Sergei Eisenstein Alexander Nevsky y ¡Qué Viva México!, para montarlos enseguida contra algún noticiero contemporáneo. Quizás para entenderlo es importante tener los ojos bien abiertos en los primeros 60 segundos de la película: un dibujante toma entre sus dedos pedazos de película de cine que va desenrollando y montando en una moviola. Sólo vemos las manos de la persona. Podemos pensar que es una breve

puesta en abismo de Godard, el dibujante, que está apunto de experimentar con la teoría de Aby Warburg. Warburg propuso en su iconología una historia universal de las imágenes como marcos referenciales universales. Imágenes que se comunican en el paso del tiempo y de las culturas, y que el hombre, entonces, llega a compartir, a interpretar y a imaginar sin darse cuenta. Warburg ex-

plicó, como lo haría Roland Barthes medio siglo más tarde, que el ojo humano según su cultura tiene una referencia visual, un Punto (punctum) en una imagen que nos lleva a identificar detalles distintos a cualquier otra visión. La única guía que puede explicar este Punto son nuestras referencias individuales y la cultura. La imagen construida por Godard, porque siempre construye, es a partir de una pantalla

que no es blanca sino negra, que arranca su película en lo negro y con la voz en la narración por el propio Godard. Una voz rota, rasposa, cavernaria, o como diríamos en México: aguardientosa y casi moribunda. La imagen del libro de Godard es una migración de imágenes y la creación de un nuevo referente visual de la historia actual del mundo al momento en que su autor está más cerca de la muerte que de la vida. En Cannes, los comentarios de los críticos se dividieron, entre los que se burlaban con frases como “Si yo hago un collage de Youtube puedo venir a competición?”, a las de otros que dijeron: “Uno está saturado de imágenes y puedes salir del cine con cierta tranquilidad después de ese bombardeo”. Lo cierto es que Godard, como es costumbre desde hace 50 años, no vino a Cannes. Tampoco vino a Cannes este año a recibir la Palma de Oro Especial otorgada por el jurado. Si ni siquiera recibió a su amiga y compañera de aventuras de 1960, Agnès Varda, cuando quiso visitarlo durante la realización de su documental Visages villages realizado en colaboración el fotógrafo JR y que terminó por estar nominada a los Óscares y obtuvo el Ojo de Oro a Mejor documental en Cannes 2017. Así es Godard…


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LA GUALDRA NO. 339

Libros

Local del mundo: poesía 1 nueva de Adolfo Castañón t

Por David Noria

de la poesía, se le confiere un estatuto epistemológico que la sitúa en un estrato más allá de las cifras, de los informes, encuestas y noticieros; es el nivel de la experiencia del ciudadano atento, “rumiante”; es psicología e historiografía reveladoras. La poesía como documento probatorio tiene la ventaja de hablar sin conflictos de interés, sin trato oneroso ni cálculo político: es espontánea y sólo rinde cuentas a la veracidad individual y estética; es testigo insobornable.

I Local del mundo, compuesto por los volúmenes intitulados Civismo de Babel y Cuadernos del calígrafo, es el tercer conjunto que recopila la obra poética de Adolfo Castañón, después de La campana y el tiempo (Conaculta, 2004) y La tercera mitad del corazón (Conaculta, 2012). He dicho “conjunto” y no “libros” porque, en rigor, La campana y el tiempo recogió a su vez nueve libros poéticos individuales. Tomando en cuenta Local del mundo, quedan ya reunidos cuarenta y cinco años de poemas desde 1973 a la fecha. El volumen Civismo de Babel es la cosecha poética de 2012 a 2016: verso, prosa, reflexiones, máximas y aforismos conforman este mosaico. Por su parte, Cuadernos del calígrafo contiene traducciones de poetas, tiempos y lugares diversos. Ya en un libro anterior Castañón recogió su extensa traducción del “Lamento de María la Parda” del poeta portugués del siglo XVI Gil Vicente, de donde se echa de ver que traducir poesía es una afición constante. A su compañía son convidados ahora, entre otros, Li Po, Qian Qi, Páladas, Saint-John Perse y Antonin Artaud.

III Cuadernos del calígrafo “A partir de poemas en otras lenguas quise hacer poemas en la mía”. Octavio Paz, Versiones y diversiones “Cada traductor es un ladrillo de la Torre de Babel […] Las palabras que nos conforman sólo pueden pasar de una lengua a otra por el beso interminable de la traducción”. Adolfo Castañón, “Sobre Omar Khayyam, Edward Fitzgerald, Robert Graves y otros autores”

II Civismo de Babel A propósito de la diversidad del canto decía el precoz Rubén Darío que si hacemos el panal tenemos el aguijón. (Epístolas y poemas) Y así también nuestro poeta sabe pulsar la lira en todos los tonos: social, amoroso, irónico, lúdico, onírico y contemplativo. En el nuevo poemario, la observación cuidadosa y la recreación de la naturaleza –que desde ya advertimos como un tópico compuesto las más veces de luz, aves y follajes– se desarrollarán como variaciones sobre el mismo trino o refracciones del mismo haz en numerosos poemas como “En las páginas del tiempo”, “A la luz del invierno errante”, “Luz”, “La luz la lluvia”, “En el aire”, “Luces”, “Ecos”, “De la luz en Salamanca” y “Letras sueltas”: El agua se hace piedra La lluvia se duerme entre las nubes Una hamaca invisible mueve las nubes La luz se diluye entre las horas Entre las nubes el tiempo se amansa Las plumas forman máscaras El caracol ulula luz marina El pájaro, el agua y la luz, siendo en esencia siempre iguales, se actualizan a diario, y así el poeta regresa a su lugar ameno

para visitarlo o habitarlo cada vez como la primera. Al lado del poema contemplativo está el filosófico que, desengañado, enumera causas, medios y fines; que advierte que el lógos es sólo parcial en el hombre, sujeto al fin a fuerzas mayores como el caos: Nada detiene la voracidad ella avanza nada en nada Su paso sin pausa es vértigo Recuerda que sólo un fragmento de una letra de una palabra rota nos deletreó a medias al nacer ...a medias claroscuros a tientas sin tropiezo nos devora. (“Nada detiene la voracidad”) Entre la universalidad de la expresión, hay una localidad de la enunciación. México es la Babel desde la que el poeta nombra el presente, y de esta Torre, vertiginosa y lastimada, habla de muchas maneras: Leer puede costar la vida

pregúntaselo al aprendiz caído en la fosa común. Al lector de periódicos que dejó de envolver la carne para la perra en una hoja de diario y se puso a rumiar. (“¿Ese vicio impune?”) Me hace falta México El México de antes (¿no será una redundancia? ¿no es la maldición de México que siempre es el de antes?) (“Antes II”) También el presente planetario y sus tendencias son motivo de interrogación: Si Cristo es hijo de Dios, los demás somos bastardos, hijastros del Demiurgo. ¿Cómo llamar a los que llegarán en probeta? (“Pascua de Fausto”) Al dar fe del tiempo vivido por medio

El oxímoron “local del mundo” recuerda y alude perspicazmente al lema de una institución bancaria con sucursales en todo el planeta. A través de este rescate de la fraseología monetaria, la economía política deviene economía poética. Si la banca es omnipresente y en cada esquina sostiene cajeros o automáticos o asalariados, las traducciones contenidas en Cuadernos del calígrafo hacen patente la ubicuidad de la poesía y de sus surtidores en coordenadas tan distantes como China, Grecia, Francia, Holanda e Irán. Lo local del mundo, a saber, lo propio de todas partes será entonces la belleza, la reflexión y la inteligencia gratuitas. La labor de traducción y recreación es a la vez el ejercicio ético y técnico del poeta-antena y del poeta-cálamo. “Pasión y casualidad pero también trabajo de carpintería, albañilería, relojería, jardinería, electricidad, plomería –en una palabra: industria verbal”, así describía Octavio Paz su libro de traducción poética Versiones y diversiones (Joaquín Mortíz, 1978) y esto mismo debe decirse ahora del libro de Castañón. La genealogía entre ambos libros se establece de suyo por hacer de la traducción un juego de afinidades selectivas de entre las vastas regiones de la poesía, y por traducir el poema componiendo otro al echar mano de “recursos análogos a los de la creación”, como ha dicho Paz. En este concepto de la di-versión, destaca que un mismo poema sea presentado en distintas versiones: así “El desdichado”, “Délfica” y “Artemisa” de Nerval, de los que Paz presentó dos variantes de cada uno, y así también las cuatro versiones que entrega Castañón del poema “Inscrito en el templo de la cumbre” de Li Po. Un poema


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21 DE MAYO DE 2018 en preciosa caligrafía de caracteres chinos: imposible ya distinguir al ministro de su ministerio.4 Es como si en esta identificación el poeta hubiera compenetrado su propia obra, por ejemplo, con la poesía china en el arte del silencio y de la intemporalidad beatífica y, por otra parte, con la poesía griega en ese otro arte de hablar con verdad desde el presente sobre la situación de la ciudad, cuando dice:

entraña en germen no sólo numerosas combinaciones, sino multitud de poemas: aquí radica el sentido de la tradición.

No sé llevar bien las cuentas Algo falla No sé por ejemplo Cuántos son cuarenta y tres… O cuántos eran dos mil […] Todos lloran por los desaparecidos, Pocos se acuerdan de los que no desaparecieron Y siguen ahí dando y tomando clases bajo la lluvia cruda Y el calcinado sol Entre la basura y la desesperación. (“Antes I”, “Antes II”)

…El viento sopla entre los pinos y su brisa toca mi cintura. La luna ilumina las montañas y toca las cuerdas de mi arpa. Si alguien quiere entrar en la verdad última, que siga el canto del pescador cuando a lo lejos alcanza la orilla. Wang Wei

Inscrito en el templo de la cumbre. Paso la noche en lo alto de la sierra, en el templo que está en la cumbre. Al levantar la mano para acariciar con mi saludo a las estrellas, me digo en silencio, no vayas a espantar a los astros. Li Po

De Li Po, poeta chino del siglo VIII de nuestra era, Paz tradujo en el libro mencionado cuatro poemas, a los que sumamos ahora seis que traslada Castañón. De Wang Wei, poeta y pintor contemporáneo y coterráneo de Li Po, tradujo Paz siete y Castañón seis. “Universalidad, intemporalidad, impersonalidad y ausencia del sujeto” son las características de la poesía china que enumeraba Octavio Paz, mismas que han sido también trabajadas ahora por la pluma reflexiva de Castañón. Grecia La poesía griega es la poesía de la ciudad, de la política en su sentido fuerte. Así, el epigramista Páladas del siglo V de nuestra era escribió decididamente desde su tiempo y deletreó la angustia de su cultura (su mundo) ante la imposición del cristianismo: ¿Estamos muertos, nosotros los griegos, en una sombra profunda, vamos arrastrados, creyendo vivir y flotando en un sueño? ¿O bien somos los únicos vivos, cuando todo se hunde en el abismo y la vida está muerta y muerto el mundo? (“Los últimos griegos”) La visita a la Hélade es testimonio de la compañía y lectura de Marguerite Yourcenar, cuyo libro La Couronne et la Lyre guió este recorrido de un profundo sentido histórico, pues estos epigramas “son de las más amargas certificaciones que tengamos de un fin de mundo”, en palabras de la escritora y académica francesa. Francia En este pasaje, además de una selección de poemas de Plantin, Bösquet, Prévert o Manset, ha traducido Castañón documentos complementarios. Así, al monumento de epopeya que es la “Crónica” de Saint-John Perse, se le ha acompañado de fragmentos de cartas que dan noticia de la vida interior de su autor. Otra carta traducida es la de

Artaud a Albert Camus (nunca enviada), que constituye una reflexión sobre esa otra orilla del pensamiento y la percepción a la que navegaron Poe, Nerval, Nietzsche, Lautréamont, Van Gogh y el propio Artaud: A fuerza de sufrir, de zozobrar en la demencia, de verse estupefactos por el automatismo de una masa que nunca tuvo otra fuerza que la bestial de su masa y de su peso, los genios también han cogido cierta ansiedad a fuerza de verse colgados, como Gérard de Nerval, perplejos, turulatos por su ponzoña.

Holanda-Portugal y otros lugares La música ha dictado este recorrido a partir del álbum (cd) O Descobridor donde la cantante portuguesa Cristina Branco y el guitarrista y compositor Custodio Castelo interpretan poemas del holandés Jan Jacob Slahuerhoff (1898-1936), personaje circunspecto y profundo que pasó sus días de estudiante en Lisboa. Esta poco conocida obra poética, melancólica y solitaria, habla de la desolación del hombre errante que adopta el fado y las riberas del Tajo como sus centros de expresión. Lisboa, antaño ciudad de ciudades que arrastras el pasado hasta el presente y confundes ruina y gloria. He dejado que este espejismo me hechice. Yo también he hecho conquistas y descubrimientos

para perderlo luego todo y venir aquí a las orillas de este río a morir en la lentitud de su corriente. (“III. O enjeitado II”) Cuadernos del calígrafo concluye con un ensayo sobre el poeta persa Omar Khayyam (s. XI-XII), cuya obra ha sido atendida de diversas maneras entre nosotros por José Gorostiza, José Juan Tablada, Franz Tamayo, Borges (y su padre, Guillermo B.), Cansinos Asséns, Roy Bartholomew y Alí Chumacero. Que la traducción, la recepción y la tradición (incluida la ruptura) son aspectos fundadores y sostenedores de la literatura lo sabe bien –y lo practica– el traductor al español del libro seminal de George Steiner Después de Babel. Aspectos del lenguaje y la traducción.2 IV La feliz presentación editorial de Local del mundo en dos volúmenes independientes y complementarios invita de suyo a compulsar los textos. ¿Hasta qué punto es dable pensar que nuestro poeta encarna el espíritu de quienes tradujo en su propia obra? Inversamente, ¿cuánto de la sensibilidad poética de Castañón hay por fuerza en sus traducciones? Esta especie de ingestión sagrada y simbiótica recuerda el no lejano descubrimiento –referido en su momento por Castañón–3 de un monje budista momificado, en cuyo interior se revelaron no órganos, sino manuscritos con sutras e inscripciones religiosas

V ¿Qué es una cosecha poética? Una cosecha poética es la improbable recolección de frutos inmarcesibles. ¿Esta cosecha entraña motivos de satisfacción para el labrador? Estos motivos son los poemas mismos; y hay otra especie de felicidad al ver los frutos saboreados –deletreados– por su comunidad. Local del mundo es una como ofrenda enunciada en una “música intelectual y gobernada por el ritmo de un pensamiento que sabe atravesar sin dificultad las barreras idiomáticas”.5 Constancia entonces de una paideia o conformación personal, universal y generosa, que sirve al lector de mapamundi; al escritor, por su rigor y libertad, de espejo de poetas; al idioma de mina de hallazgos que pondrá en circulación “el plumaje de las horas”, “las estrellas increadas”, “los canguros en el hielo”, “pesadas alas de tinta negra”, “desalientos apoyados en las ramas de los pinos” y “búsquedas de lo que no se recobra”; al río de la literatura, en fin, de un nuevo recodo, cascada o remanso para curarse o levantar, por qué no, una presa hidroeléctrica, irradiadora de la luz. *** Adolfo Castañón, Local del mundo. Civismo de Babel, Universidad Veracruzana, Xalapa, 2018, 124 pp. Adolfo Castañón, Local del mundo. Cuadernos del calígrafo, Universidad Veracruzana, Xalapa, 2018, 176, pp. 1 Texto leído en la presentación de Local del mundo en la XXV Feria Internacional del Libro Universitario en Xalapa, Veracruz, el viernes 4 de mayo de 2018 con Édgar García Valencia y el autor. 2 George Steiner, Después de Babel. Aspectos del lenguaje y la traducción, FCE, Adolfo Castañón, trad., México, 1995. 3 Adolfo Castañón, “Fernando Corona. El fuego en letras de molde”, La Razón, “El Cultural”, 27 de mayo de 2017. En línea: https://www.razon.com.mx/fernando-corona-el-fuegoen-letras-de-molde/ 4 El Universal “Hallan momia de mil años al interior de estatua de Buda”, lunes 23 de febrero de 2015, en línea: http:// archivo.eluniversal.com.mx/cultura/2015/hallan-momia-alinterior-de-estatua-de-buda-1079471.html 5 Palabras de Castañón sobre la poesía de Octavio Paz. “Octavio Paz: un premio para Estocolmo” en Adolfo Castañón, Tránsito de Octavio Paz, El Colegio de México, 2014, p. 644. También reproducido en A. C. Grano de sal y otros cristales, Universidad del Claustro de Sor Juana y Bonilla Artigas Editores, México, 2017, p. 214.

Libros

China La poesía china, primera en este recorrido que va del este al oeste –o del oeste al este según hable nuestro grado de colonialismo– resuena por fuerza en la veta contemplativa de nuestro poeta. En estos cuadros o estampas, la naturaleza apacible corresponde al silencio reflexivo del hombre.


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LA GUALDRA NO. 339 /// 21 DE MAYO DE 2018

Río de palabras

Mi señora

/// El artista Pedro Coronel nació en Zacatecas en 1923 y falleció el 23 de mayo de 1985. Para conmemorar el aniversario 33 de su fallecimiento, el próximo miércoles 23 se realizará un homenaje luctuoso en su honor y se dará a conocer la VI convocatoria de la Bienal. La cita es a las 18:30 Hrs. en el museo que lleva su nombre.

t

Por Pilar Alba

U

na vez tuve una señora, era buena, bonita y me quería. Sí, sé que me quería mucho porque me lo demostraba. Todos los días temprano se levantaba a prepararme mi ropa, hacerme el desayuno, darme un beso de despedida y encomendarme a Dios. Durante el día, mi señora, se volvía invisible. No aparecía hasta

que llegaba la hora de la comida. Entonces mi corazón y estómago se volvían uno solo, mi señora se afanaba en darme lo mejor, lo más suculento, lo más delicioso; terminaba el festín con un café y un dulce de leche, y con eso me endulzaba la vida. Dormía la siesta, volvía al trabajo. Al anochecer ahí estaba otra vez ella, mi señora, esperándome con el baño caliente, un vaso de leche y la cama tibia. Era muy buena para todo eso, no puedo negarlo,

mi señora. Pero le faltaba algo, y nunca pude averiguar qué era. Algunas noches la miraba cuando ella pensaba que yo dormía. La veía zurciendo calcetines, pegando botones, bordando servilletas; la veía y la descubría cansada, distante y extraña. Me entraba un sentimiento de culpa, porque no sabía hacerla feliz, porque por más que quisiera su mirada ajena y sus pensamientos siempre en otra parte, no me dejaban nunca que la acompañara.

El Picaporte Asequible y accesible: lo alcanzable y lo cómodo t

Por Simitrio Quezada

A

unque suenan parecido, la diferencia entre las palabras asequible y accesible es la diferencia entre lo alcanzable y lo cómodo. Algo puede ser asequible, puede conseguirse, pero se batallaría mucho para hacerlo: sería poco accesible. Lo asequible es lo que puede conseguirse, lo que es alcanzable. La palabra es de origen latino y sus tres componentes son “ad” (prefijo de aproximación), “sequi” (seguir) y el sufijo “ibilis” (con posibilidad de). Lo asequible es, etimológicamente, lo que tiene posibilidad de ser seguido o alcanzado. Accesible, en cambio, proviene del verbo latino

“accedere”, acercarse. En la lengua española se define como “aquello a lo que puede llegarse sin dificultad”. De ahí que una ciudad puede ser asequible, se puede llegar a ella, pero si el camino está muy mal trazado y tiene partes difíciles de recorrer entonces no es tan accesible. Un personaje público puede ser asequible, se puede hablar con él, siempre y cuando se puede evadir a los guaruras que lo hacen inaccesible. Ahora lo más interesante: En el habla coloquial, “asequible” puede referirse a alguien fácil de vencer. “Frente a mi voto duro, el candidato de enfrente es asequible”, por ejemplo. También puede referirse a alguien corrompible. Así puedo decirles

a mis compañeros de equipo de futbol que nos cooperemos entre todos, porque el árbitro acaba de hablar conmigo y salió asequible. Aquí cambian las cosas: Acabo de reprobar un examen. La maestra que me lo aplicó puede ser accesible para el diálogo en su oficina, pero quizá no es asequible cuando yo quiera comprarle la calificación aprobatoria. Nota: La palabra “asequible” no debe ser pretexto para escribir el sustantivo “acequia” con “s”. Acequia se escribe con “c”, aunque su raíz sea árabe, al saqiyah, “la irrigadora”. * Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com


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