La Gualdra 341

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 341 /// 4 DE JUNIO DE 2018 /// AÑO 8

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Séptimo Aniversario Gualdreño. Imagen de Juan Carlos Villegas.

Estamos de aniversario y estamos felices. ¡La Gualdra cumple 7 años! Gracias a todos nuestros colaboradores que semanalmente nos mandan sus textos, imágenes e ideas hoy iniciamos el Año 8 gualdreño. Gracias, siete veces gracias, a todos quienes hacen posible que estemos aquí haciendo lo que más nos gusta: promover el arte y la cultura. ¡A celebrar!


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LA GUALDRA NO. 341 /// 4 DE JUNIO DE 2018 /// AÑO 8

La Gualdra No. 341

Editorial

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iete, como los días de la semana, como los siete días de cada fase lunar, como los jinetes y las plagas del Apocalipsis, como los colores del arcoíris, como los sonidos temperados, como los siete astros de los dioses romanos. Siete, como el séptimo arte, como los días que Dios necesitó para crear el mundo, como los enanos de Blanca Nieves, como los Siete Magníficos, como los crisantemos de Joaquín Sabina, como los planetas de Tolomeo, como las siete cuevas de Chicomostoc y los siete reyes de las tribus nahuatlacas. Siete, como las Siete Noches de Borges, como los principios del samurái, como los pecados capitales, como las lunas de octubre, como los siete pilares de la sabiduría, como las siete notas musicales, las maravillas del mundo, como la Composición Siete, de Kandinsky. Siete, como las siete potencias africanas a las que les cantaba Celia Cruz, como las siete esferas del dragón, como el Siete Leguas -el caballo que Villa más estimaba-, como los siete astros de los dioses romanos. Cinco no son montón, pero siete ya los son; como los Caifanes, quienes eran también siete: el Gato, el Estilos, el Mazacote, el Azteca, la Güera, Jaime y Paloma. Seis personajes y su autor son siete, igual que el número de perros que Juan Carlos quiere tener -y yo también-. El siete ha regido mi vida, nací un domingo siete en la década de los años setentas. La primera perrita que tuve en mi vida, Manola, adoptada, llegó un día y al poco tiempo me di cuenta, por su tatuaje, que había nacido el mismo día que yo, el 7 de mayo. Desde que llegué a Zacatecas he vivido en siete casas y ésta, desde la que escribo ahora, ha sido mi morada 21 años, es decir, 3 veces 7. En La Gualdra estamos de

aniversario, adivinó: cumplimos SIETE años. Nos sentimos muy contentos; este tiempo me ha dado la oportunidad de comprobar todos los días que promover el arte y la cultura más que un compromiso es un altísimo placer; cada semana, además, confirmo que no estamos solos en este barco, porque también en cierto que semana con semana se han sumado más colaboradores de los que alguna vez imaginé tener como parte de este proyecto editorial, que insisto, lo que ha pretendido desde el 6 de junio de 2011 -fecha del primer lunes que salió impreso en La Jornada Zacatecas- es llevar a los lectores contenidos de calidad que abarquen todas las disciplinas artísticas y momentos importantes en la cultura local, nacional e internacional. A propósito de seres sublimes, como los llamó Hipócrates, debo agradecerles a ellos, a nuestros colaboradores que semanalmente nos mandan sus textos, imágenes e ideas para nutrir este espacio gualdreño. Nunca me cansaré de decir que es gracias a su generosidad que existimos y seguimos con este afán de promover la lectura, los museos, las tradiciones, el conocimiento de la historia y la filosofía, el cine, la danza, las artes plásticas, el teatro, la poesía y las nuevas formas de concebir el arte. Agradezco también a nuestros lectores, porque por ellos hacemos esto que tanto nos apasiona. A nuestra casa editorial, La Jornada Zacatecas, de la que formamos parte con el orgullo de sentirnos en un espacio de libertad; gracias Ray, Enrique, Carlos, Hugo, Odín y Tortu. Gracias, siete veces gracias a todos quienes hacen posible que el día de hoy festejemos nuestro Séptimo Aniversario Gualdreño. Bienvenido pues el año 8. Que disfrute su lectura.

Directorio

Contenido El número siete remite a ciclos, a series y a símbolo de perfección Por Alfonso Vázquez Sosa Siete Por Eduardo Campech Miranda Siete caifanes Por Mauricio Flores Siete Por Alberto Huerta La penitencia Por Alberto Amador Siete artes, siete fragmentos de mí Por Lucía Medina Suárez del Real Siete películas, una por año Por Adolfo Nuñez J. Séptimo lugar Por Daniel Sibaja

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Setenta veces siete Por David Pérez Becerra La perfección en el amor: el 7 y el cristianismo Por Gerardo Romo Corriendo la legua Por Alfonso López Monreal De la comezón del séptimo año Por Maliyel Beverido

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La semana en siete rolas Por Carlos Flores Siete Por José Agustín Solórzano

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Los 7 pecados en el cine Por Carlos Belmonte Grey La séptima vida Por Humberto Mayorga Teyes Introducción a los siete principios Por Daniel Medina A propósito del 7 Por Willy Kautz

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7:17 pm. Por Fernando Cuervo Siete compañías de teatro zacatecano Por Iván Guardado Los siete del séptimo arte Por Sergi Ramos

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Siete años de La Gualdra Por Juan Concha Siete Por Edgar Khonde Melpómene Por Sonia Ibarra Valdez Siete pistas para hallar vacas Por Armando Salgado Hasta siete veces Por Pilar Alba Siete días, siete flores Por Irene Ruvalcaba Siete días después Por Manuel Sauceverde

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

10 11 12 Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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4 DE JUNIO DE 2018

El número siete remite a ciclos, a series y a símbolo de perfección

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urante siete años, hemos leído cada siete días diferentes visiones del acontecer del arte en Zacatecas y en el mundo. Gracias a los autores que escriben en La Gualdra, paulatinamente se ha generado un público lector que es sensible a muy diversas formas de expresión artística. Además, se ha convertido en un importante espacio de diálogo entre los actores que participan de forma activa en el desarrollo cultural y la ciudadanía con un formato de acceso sencillo y sus contenidos se consultan hoy de manera cómoda en distintos dispositivos electrónicos, además de su versión impresa. Siete años son los necesarios y son suficientes para completar un ciclo significativo. Estos primeros años de publicación continua han definido un estilo, han consolidado un espacio en la prensa local y seguramente ha

llegado el momento para plantearse nuevos retos. Al igual que otras series septenarias vinculadas al arte como los colores del arco iris, las notas musicales, las maravillas del mundo antiguo y el moderno, y otras, La Gualdra forja semana tras semana interesantes series de crítica y reflexión contenida en sus diferentes secciones. La Biblia considera el siete como un número perfecto. Así pues, en su etapa de consolidación, con siete años de vida, el suplemento cultural ha sabido concentrar a las voces autorizadas para abordar los temas de actualidad, con aportaciones que verdaderamente enriquecen la visión del lector por medio de colaboraciones con artículos breves que muestran el amplio panorama mundial del arte actual. Felicidades a Jánea Estrada por su perseverancia y a sus colaboradores por este importante aniversario. Mucha suerte.

Siete Por Eduardo Campech Miranda t

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i hay un número que me sigue como sombra ése es el siete. Mi padre fue el mayor de siete hermanos, mi madre la mayor de siete hermanas; nací un 25 (2 + 5 = 7), de séptimo mes en la década de los 70. Eduardo, tiene siete letras, igual que Campech y Miranda. Muchos acontecimientos en mi vida han sido en alguna fecha con múltiplo de siete (7, 14, 21, 28) o en el resultado de la suma de sus dígitos (16, 25, 2005…). Ha sido difícil desvincular esa cifra de mi vida. Durante el bachillerato compartí anécdotas con los siete amigos que nos reuníamos. Uno de ellos tenía interés por las cuestiones esotéricas. Así nos hablaba del significado del siete en la concepción hebrea y la tradición judeo-cristiana (los días de la creación, los siete pecados capitales, los siete sacramentos, los dones del Espíritu Santo, los Jinetes del Apocalipsis, las cabezas de la bestia en el mismo libro, las referencias bíblicas, las vueltas para derribar los muros de Jericó, el candelabro litúrgico judío). Pero también

de otras manifestaciones espirituales: los siete chakras, los siete cielos del Islam, el número de la suerte según la cultura china. El resto éramos más mundanos y menos doctos en esoterismo y religión. Para nosotros el siete no pasaba de ser una cantidad: los colores del arco iris, los días de la semana, las notas musicales, las maravillas del mundo, las bellas artes, los enanos de Blanca Nieves, los cuervos y los cabritos de los cuentos de los Grimm, las vidas de los gatos, las tribus nahuatlacas. También eran siete las materias a las que no asistíamos, la hora de entrada al plantel, las materias que reprobábamos. Un siete de septiembre buscábamos ovni’s en el cerro del Grillo. Acabamos en Vetagrande. Años después sabría de las Siete Noches de Jorge Luis Borges, aquel fragmento de “Algo sobre la muerte del Mayor Sabines”: “Siete caídas sufrió el elote de mi mano…”, canté “Siete crisantemos” de Joaquín Sabina, recordé que “siete vidas tiene un gato” en voz de Antonio Flores. Rompí un espejo y ya no encuentro el momento en que se cumplan los siete años de mala suerte.

/// Javier Manrique.

Siete caifanes t

Por Mauricio Flores*

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iete caifanes se adentran en la noche de la gran ciudad. El Gato, El Estilos, El Mazacote, El Azteca, Paloma, Jaime y La Güera. Un periplo de jaladas los ha llevado por distintos sitios. Estuvieron ya en el Centro Histórico, cabaret Rubí. También a un costado de la Alameda y, por los rumbos de Reforma, vistieron a la Diana Cazadora. Ah, también le quemaron las barbas postizas a un Santa Claus ebrio que canta Oh, María, madre mía, oh consuelo de verdad, ampárarme y llévarme a la patria celestial… Detrás del disfraz, Monsiváis. La noche está por terminar, y la policía va tras de ellos. Salieron de una funeraria donde se robaron un auto-carroza para escapar, y van los siete. “Las camas de amor eterno”, se titula esa parte. De lo que se trata, urge, es de abandonar el auto. …hay que dejarles este bote en algún lado, luego nos vamos por separado y nos encontraremos en mi coche, dice El Gato. Y dónde vamos abandonar la carroza, pregunta Jaime. Usté espérese, en un lugar donde la van encontrar muy fácil, contesta el mismo Gato, quien también es Capitán. La siguiente escena, la cámara desde la carroza, rompe la noche del zócalo capitalino, donde los caifanes son recibidos por uno de esos monumentales arreglos luminosos de otros tiempos celebrando la Navidad y ese año, mil novecientos sesenta y siete. Las campanas de catedral se escuchan. La carroza da vuelta por la plancha de concreto, justo ahí, sitio de confluencia de las grandes movilizaciones libertarias de un año después, 1968. Estacionada la carroza, los caifanes salen corriendo por rumbos distintos. Sólo La Güera se lo toma con calma, y mira alrededor, pasa por el asta bandera y camina lento rumbo a 16 de septiembre. Siete caifanes. Los caifanes, Dirección de Juan Ibáñez, Guión de Carlos Fuentes y Juan Ibáñez, 1967. * CDMX.

Séptimo Aniversario Gualdreño

Por Alfonso Vázquez Sosa t


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LA GUALDRA NO. 341

Siete Séptimo Aniversario Gualdreño

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Por Alberto Huerta

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ráficamente el número siete no tiene chiste. No cuenta con las redondeces del número ocho. Ni es macetón como el nueve. No cuenta con la panza del cinco. Ni es rotundo como el número cero. El Siete Machos es el título de una película de Mario Moreno Cantinflas. El Séptimo Sello es una densa película sueca. Siete los enanos de Blanca Nieves, siete son los días de la semana. El Siete Mares es un restaurante que frecuentamos regularmente mi hija Aura y mi nieta Mitzi. Recuerdo que existe una loción Siete Machos también. Y siete son los años de vida del suplemento cultural La Gualdra. ¡Felicidades! Y como decía Germán Valdez: ¡Riacatán!

La penitencia t

/// Javier Manrique.

Siete artes, siete fragmentos de mí

Por Alberto Amador

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as abuelas siempre dicen que llevamos una cruz, como la que Cristo cargó el último día de su vida; sería algo así como el pesar que te perseguirá toda la existencia. Yo descubrí que sería mi apellido. Justo hace siete años. Cuando la conocí no pude descifrar su modus operandi; era como el de las demás: esconderse detrás de las palabras. No, no de las que escribía, sino de las que leía. Las que salían de aquel corazón veinteañero que se abría para explorar el mundo. Llamémoslo ingenuidad: ese olor que emana de los poros; ése que los depredadores saben identificar. La presa es fácil de cotejar, se endulzan los oídos, te envuelven en una capa de seda y terminan en sus garras. Era tan vulnerable. Ser amador, no amante, es entrar en un coma inducido. No puedes salir hasta que te estampas en la realidad. Es como quedar suspendido en el aire hasta que, de pronto, caes en picada. Imagina a alguien que en su mismo apellido tiene que vivir una repetición eterna… ése soy yo. Hace siete años entendí que todos tenemos una penitencia que cumplir. De ahí en adelante, pasé por el declive y hundimiento en los bajos mundos del amor, que terminan todos en tragedia. Bueno, aunque algo hay que aprender; cuando es la séptima vez que vas a caer, hay que saber aterrizar. Cómo cauterizar las heridas, debes aguantar el llanto y volver al inicio de la historia. El ciclo es imposible de romper. Heme aquí, despidiéndome nuevamente de una forma distinta; hay que dejarte ir. Cuando estás en lo alto y sabes cuál será el final, a veces es mejor mirar a otro lado e intentar amortiguar la caída. Inicia otro ciclo; la llegada de alguien más que quién sabe si hará más liviana o pesada la cruz, ésa que me toca cargar toda la vida. Espero siete años más basten para que la moldura se acople a la pesada carga de este calvario. Dicen que el número siete es de la buena suerte, pero a mí me remite más a la tragedia; será que mi vida es una ironía, como el apellido que me tocó cargar… habrá que averiguarlo.

Por Lucía Medina Suárez del Real t

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alabras más, palabras menos, he escuchado a los fotógrafos decir que una imagen se captura no sólo con su lente, sino con todos los libros que ha leído quien dispara la cámara, todas las películas que ha visto, los sitios que ha conocido, la gente con la que ha hablado. Es verdad. Lo es no sólo para ellos, los maestros de la lente, también es así para quienes escriben, quienes bailan, actúan, manejan un taxi, o atienden un bar, etcétera. “Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”, decía Galeano parafraseando Sartre. Somos pues el arte al que hemos accedido, el que hemos buscado, el que nos han facilitado. Soy “Naturaleza muerta y Biblia” de Van Gogh, que me ha calado tan hondo como para desbordar mis lágrimas. Soy “La Piedad” de Miguel Ángel que me enseñó que la belleza y el dolor caben en la misma piedra, y que en ella puede expresarse lo que a veces escapa a las palabras. Soy La Basílica de San Pedro que me hizo sentir que Dios existe, y tam-

bién la Sagrada Familia que me hizo pensar que ese Dios sonríe mucho más de lo que pensamos. Soy “El Cascanueces” que significó la sensibilidad que tardé tanto en comprender; es también mi hermana en armonía, estética y porte que siempre me serán ajenos y envidiables. Soy “Wenses y Lala” que me han contado la mejor historia de amor que he escuchado, que me quebró de risa y llanto en el filo de una butaca. Soy “La espera” que en voz de actores del teatro penitenciario me enseñaron que estaba tan presa y tan libre como ellos. Soy “Oleanna” que aún resuena en mi cabeza. Soy Tchaikovsky y el final de la película “El Gran Concierto” que se conectan hasta lo más profundo de mí, que me hacen sentir viva y mejor aún, me hacen valorar cada instrumento que suena en la sinfonía con la que vivo mi vida. Soy “El llano en llamas” que me hace sentir que no hay nada, ninguna letra, ninguna palabra que falte por escribirse. Soy yo en estos siete años de La Gualdra, en los que he podido conocer un poco más del mundo, y en los que me han permitido explorar un poco más de mí.


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Siete películas, una por año t Por

Adolfo Nuñez J.

/// Carlos Segura. Siete tacos envenenados.

película Paterson, sobre un chofer de autobús adepto a la poesía, y apenas el año pasado pude ver The Florida Project, un retrato íntimo sobre personas de bajos recursos que viven a espaldas de Disneylandia, la tierra donde todo es posible. Seguir recordando todos estos títulos siete

años después sólo confirma el impacto que tuvieron en mi persona y que estoy seguro también han tenido en muchos otros, cuyo gusto particular se refuerza año con año al momento de entrar a esa sala oscura, ver la primera imagen y hasta que los créditos corren.

Séptimo lugar t Por

Daniel Sibaja*

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sto es un berrinche. En los concursos de declamación siempre hay un matricida o un hijo que llora por su madre. Yo, en cambio, quise levantar el trofeo nacional con uno de esos poemas que encontré por internet: un Neruda, un Octavio Paz, o en el mejor de los casos un canto que superara a la de todos los participantes: Altazor, de Vicente Huidobro. Todo para llegar a sentirme un pequeño dios. Es cierto, aquí todos deben ir bien vestidos, nada importa la poesía; ya me he cansado de escuchar a la Loba o al joven de 17 años. Entonces me cuestiono: ¿en dónde está la verdadera poesía de las cosas? Era tan ignorante de los parámetros del jurado. Uno no puede llegar a sentirse pequeño dios sin antes haber pensado en el número siete. Esto lo tengo preparado desde que mis maestros me dieron el poema de un Conde que hacía imágenes de la luna en forma de pelota. En realidad nunca me perdí

/// César Ramos. Perrito 7 patas.

entre lo que ellos escribían mal y lo que yo leía del rincón de la lectura del salón. Mi éxito estaba en el número siete.

Siempre lo supe. Ahora aquí estoy. Cabrones hijos de puta, vengo con mi canto de pájaro en paracaídas para re-

vivir la poesía nacional en un concurso de declamación salvavidas con el precio de ver arder a los maestros gourmet y a los alumnos campeones tres veces consecutivas. Y voy hacerlo. Está todo listo. Por encima de lo mío, no quise más de esa poesía, no quise fingir que mi traje es de atrapado-ignorante, de capitán, oh, mi capitán: voy con el canto de los pájaros a recitar el número siete, con el ombligo en la mano, con el placer de enseñar la verdadera poesía ante todos. Es mi turno, aquí vamos, a denunciar al matricida fingido-pocoshuevos: Al aia aia / ai ai ai aia ui / Tralalí / Lali lalá / Aruaru. En su cara de ángel crece un tralalá, un ululayú, y como que voy hasta el fondo, matando sin sacar una pistola, el orgullo de los maestros de español y de su alumna tricampeona: Lalalí / Io ia / iiiio / Ai a i a a i i i i o ia. Bienvenidos a la poesía —les digo— con mi canto número siete, con mi pico-huidobro y mis palabras de marcapaso. Me imagino así, levantando el trofeo del concurso. No veas lo que traigo puesto —he reclamado— que voy vestido como un poeta, mi señores jueces, y que no tengan duda, me voy pa’ la nacional. * Yucatán.

Séptimo Aniversario Gualdreño

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uando vi que La Gualdra fue publicada por primera vez en el año 2011, de manera inevitable pensé en mi película favorita de ese año, Hugo, de Martin Scorsese, una carta de amor a los orígenes del cine mismo. Invariablemente después pensé en los títulos que más me marcaron desde aquel entonces hasta estas fechas y que todavía recuerdo por lo que me hicieron sentir, al volver más profundo mi amor por ver películas. Asimismo deseé volver a enamorarme por primera vez como pasó con Suzie y Sam en Moonrise Kingdom de Wes Anderson, y esa sensación se volvió más fuerte cuando fui testigo de la amarga realidad siempre presente en el cine de los hermanos Coen al ver Inside Llewyn Davis, que me enseñó cómo a veces ni siquiera el amor por el arte te puede auxiliar frente a lo impredecible de la vida. Más adelante conocí la novela negra Inherent Vice, del autor de culto Thomas Pynchon, de la cual meses después vería su excepcional adaptación a cine a cargo de Paul Thomas Anderson, y que se volvería uno de mis directores favoritos. Un año después pude experimentar en una pantalla gigante el imaginario y la adrenalina de George Miller en la épica de acción Mad Max Fury Road. De modo más reciente Adam Driver y Jim Jarmusch me hicieron valorar la rutina y los pequeños detalles de cada irrepetible día con su


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LA GUALDRA NO. 341

Setenta veces siete Séptimo Aniversario Gualdreño

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Por David Pérez Becerra*

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iete fueron los cuerpos celestes que dominaron la antigua observación del firmamento; cinco errantes que parecían romper la quietud engañosa del cielo nocturno que sumados al Sol y la Luna, computaron el más sagrado de los números: el siete, cifra que habría de convertirse en la pauta del tiempo y en el cuerpo simbólico de nuestros mitos y dioses. Así, siete fueron los metales y siete los pasos de la alquimia, siete los misterios de Dionisos y siete los sacramentos cristianos, siete las vueltas a la Ka’ba y siete las plagas que azotaron Egipto, siete los colores, siete los sonidos, siete los días, los cuales aún mantiene su nominativo astral: lunes, martes, miércoles, etc. Fue en este cielo heptapartito en el que los oráculos desentrañaron el destino de los hombres, augurando su buenaventura o su fatalidad. Pero, el desencantamiento que trajo consigo la modernidad nos arrojó a otro Cielo, un cielo táctil donde erigimos nuevos dioses y héroes, herramientas y animales, una nueva matriz regida por luminarias más pequeñas, errantes como sus predecesoras, pero que ahora caben en nuestros bolsillos, con su luz producida con el artificio del silicio. Este séptimo cielo parece ser la tierra prometida, el lugar donde alcanzaremos a través de los deseos, la inmortalidad, sin importar que, como en aquella trampa de los epiciclos ptolemaicos, sea siempre recurrente el mismo punto, el mismo discurso, la misma imagen, la cual tercia entre la belleza y el horro, la cultura y la barbarie. Y nuestro nuevo cielo virtual nos produce una satisfactoria sensación de poder, de sentirnos vivos a costa del otro, complaciéndolo o provocándolo, pues por desgracia, nuestra naturaleza hedonista contemporánea se ha convertido en la vía rápida por la que aceptemos la catástrofe: el culto al consumo inmediato. El caballo, es el séptimo signo del zodiaco chino, representa el triunfo y la victoria; de exterior fuerte y brioso, pero interiormente débil e inseguro, que, al mirar el horror, siente fascinación, sombría fantasía que también posee el custodio del séptimo círculo infernal, cuya bestialidad encarna el símbolo de la violencia. Las imágenes que observamos en este nuestro nuevo cielo, vuelven a regirnos, a dominarnos, y aunque son simplemente el reflejo de nuestros anhelos, terminamos atrapados en la fascinación de los espejos donde confundimos lo real con lo verosímil. Merezca el mundo setenta veces siete el perdón por la promesa de un mundo feliz con aviso de holocausto. * Hidalgo.

/// Alejandra Celis Almanza. 5 + 2.

/// Ivanko Moses-Lee. El dios Helios tomando un descanso en el taller de Cares de Lindos, en Rodas.


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La perfección en el amor: el 7 y el cristianismo t

Por Gerardo Romo

De la comezón del séptimo año t

Por Maliyel Beverido

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l número siete se le atribuyen prodigios, tiene muchos valores místicos, mágicos e interpretaciones cabalísticas. En las relaciones de pareja, se dice que tras el séptimo aniversario comienza la etapa de consolidación, pues si se logra pasar ese punto, en el que se presentarán las crisis más fuertes, la pareja sabrá afrontar la complejidad de la vida compartida. El habla popular se refiere a esto como “la comezón del séptimo año”, expresión que proviene de una obra teatral de George Axelrod estrenada en Broad-

way en 1952, y que a su vez dio origen a la famosa comedia de Billy Wilder que también se llama así, La comezón del séptimo año (The seven year itch), y es la que contiene aquella emblemática escena en la que a Marilyn Monroe se le levanta la falda al pasar sobre las rejas de ventilación del metro de NY. La película, de 1955, plantea la enorme tentación que tiene que enfrentar un hombre casado (interpretado por Tom Ewell) ante los coqueteos de su vecina (Marylin Monroe), a los que finalmente no sucumbe para volver virtuoso a su familia. Quizá basada en esta idea, Gabrielle Pauli, del partido conservador Unión Social Democristiana de Baviera, en Alema-

/// Moìnica Trueba V. 7 Santos.

Corriendo la legua El uno, el dos y el tres llamaron a su puerta a la vez. -hoy no quiero salirdijo el siete sin abrir. Aparecieron el cuatro, el cinco y el seis Y volvieron a insistir. Abrió el siete al fin, -vale vale, no empecéiscon vosotros quiero ir. Poema infantil de Alba Carballo

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Por Alfonso López Monreal

Correr la legua” es un dicho antiguo muy taurino aplicado a los muletillas que tenían que recorrer grandes distancias para visitar las ganaderías de toro bravo y en general pasar todas las vicisitudes y precariedades que pasa un chaval para llegar a lograr la ansiada meta. Creo este dicho viene de más atrás cuando en La Toscana a los circos en sus recorridos les decían correr la legua, más tarde aparece en Francia la frase “Bottes de sept lieues”. La legua (lieue) era una distancia de aproximadamente 4.8 Km. Un hombre promedio caminaría 7 horas por día, por lo tanto, 7 leguas. En el cuento de Pulgarcito, de C. Perrault, aparecen las botas de 7 leguas con las que este personaje materialmente volaba al ponérselas. Más cercano a nosotros es la muy conocida yegua de Pancho Villa que aún herida de bala lo llevó huyendo de los federales por siete lagunas y le salvó la vida, por esto le puso la Siete leguas, la que que lo acompañaría toda la contienda y muriera de vieja en el rancho del general Cárdenas. Sé del trabajo que está detrás de siete años de recorrer la legua, siete leguas de mucho periodismo cultural, con una gran

nia, propuso en 2007 que los matrimonios tuvieran plazos de siete años, y que al cabo de cada periodo las parejas pudieran decidir si renovaban votos o si dejaban expirar su contrato matrimonial. El matrimonio renovable no llegó a reemplazar el “hasta que la muerte nos separe”, aunque en un futuro podría ser una fórmula que refleje más honestamente que los compromisos hay que replanteárselos constantemente en la vida. Tal vez la flexibilidad tenga mejores resultados que la rigidez. En fin, que sostener una empresa, un proyecto, una convivencia o un ideal durante siete años, sin dejarse llevar por los espejismos de nuevos horizontes, deja muchas enseñanzas y da muchos bríos para seguir

variedad de temas y de colaboradores (yo entre ellos) de las que hemos aprendido de cine, teatro, poesía, novela, etc. Siete son también las bellas artes y todas las ha cubierto La Gualdra de manera ejemplar, reuniendo muchas veces las caras opuestas de un dado de 6 caras que sumándolas dan 7. Esta labor es para celebrar y se me antoja hacerlo a la manera de Pedro Coronel, escuchando la canción de “Siete leguas” y tomándome un tequila del mismo nombre, olvidando por un momento a los siete enanos que nos rodean y que pretenden manchar la expresión artística con los siete tipos de heces que existen, lo bueno es que a leguas se les nota “la mala leche”, ojalá sus malas intenciones se pierdan en los siete mares. Larga vida, pues, a La Gualdra. Termino contando una anécdota que tal vez no venga al caso, pero la cuento: iríamos en nuestra séptima copa no en las siete sino en las quince, cuando discutiendo con doctores y catedráticos de nuestra universidad nos vimos interrumpidos por un borrachito de cantina que nos dijo: “A ver, si son tan chingones, díganme los nombres de los siete reyes de las siete tribus nahuatlacas”. Después de eso todos guardamos silencio…. yo me quede de a siete.

/// Javier Manrique.

adelante en la continuidad, o bien para resolver de manera serena que es momento de un cambio. * Veracruz.

Séptimo Aniversario Gualdreño

E

l siete es un signo de plenitud o perfección, en el pueblo hebreo y muchas otras culturas. Dios, luego de hacer el cielo, la tierra y todo lo que hay en ella, en el séptimo día tuvo terminado su trabajo, descansó. (Gn.2,1-3). Uno de los principales significados que para mí tiene el 7 en la tradición cristiana refiere al perdón sin límite, como máxima expresión del amor. Este punto hoy es clave en un mundo que parece sometido por el odio, la violencia, la revancha, la incomprensión y el egoísmo. El apóstol Pedro le pregunta a Jesucristo ¿cuántas veces debo perdonar, siete? Y Jesús le responde: “Hasta 70 veces siete”. El mandato es claro, amar siempre. Pablo, el asesino de cristianos, fue perdonado por Dios y lo hizo uno de sus principales mensajeros. “Si no tengo amor, nada soy”, diría a los suyos el oriundo de Tarso. En el Apocalipsis, el profeta Juan habla de 7 espíritus, figura con la que describe la plenitud del espíritu de Dios. El Papa Francisco dirá que el hombre se cansa más de acercarse a Dios para ser perdonado, que Dios en perdonarlo. Y sugerirá nos acostumbremos a misericordiar como somos misericordiados por el Padre Bueno, sin límite. Recordemos cómo Jesús alimenta 5 mil hombres en el monte, sólo con 5 panes de cebada y dos pescados, ante el asombro de Felipe, y varios de sus discípulos, tras el banquete sobra alimento para el

recalentado que se coloca en 12 canastos. Así se cumple la promesa de “Pidan y se les concederá”. Esta parábola se explica con nuestra capacidad de donación a los demás, en la medida que somos capaces de salir de nosotros mismos, los panes se multiplican ¿cómo puedo ser donación para mi hermano hoy? En su sueño, Juan, el profeta, escucha una voz. Tras él, 7 candeleros de oro y en medio de ellos aparece un hijo de hombre vestido con una túnica blanca que le llegaba hasta los pies y en su mano derecha tiene siete estrellas (Ap.1,12-16). Los 7 candeleros son los ángeles de las 7 iglesias y los 7 candeleros son las 7 iglesias a las que el Mesías se dirige para que desde ellas se propague el reino de la misericordia en la tierra y su fuego arda. Así, deseo para La Gualdra siga siendo signo de plenitud para un pueblo, necesitado de buenas noticias, que nos oxigenen el alma y alimenten nuestra esperanza, que este esfuerzo de entendernos y salir a la calle cada 7 días para explicarnos lo que somos con libertad, tenga mucha vida, y la tenga en abundancia. Quiero dejar aquí también mi gratitud a Aída, una tía hermosa, alegre, amante del rock, el canto, la buena música y de la plenitud de Dios, que la llamó a su presencia, justo mientras hacía este texto, te amo. Tu corazón late con el mío desde la Resurrección que estoy seguro vives ya y en la que creo. Por cierto, Cristo despertó un domingo, el día 7, para siempre.


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LA GUALDRA NO. 341

Séptimo Aniversario Gualdreño

La semana en siete rolas t

Por Carlos Flores

L

unes: El siete de mayo 1984, Bernard Sumner, Gilbert, Hook y Morris, cuatro jovencitos británicos publicaron una de las canciones más prendidas e importantes de esa década: Blue Monday, haciendo alusión tal vez el tercer lunes de enero, considerado como el día más triste del año. Esta pieza, enmarcada entre los géneros electrónico y post punk entra con su letra existencialista con una fuerza tremenda para dar motivación a la música alternativa. Martes: Enmarcada en el género del southern rock, se encuentra una de las canciones más geniales del rock: Tuesday´s Gone, de la excelente banda Lynyrd Skynyrd, compuesta en 1973, 4 años antes de que un accidente de aviación terminara con la vida de su vocalista, Van Zant, así como con su talentoso guitarrista Gaines y algunos otros miembros de la banda. Miércoles: Mayo de 1992, que según Saúl Hernández “Era un momento extraño. Estabamos algo aislados […] la única forma de plantear el disco era el silencio”; y es así como surge uno de los mejores discos del rock mexicano y el tercero de la banda Caifanes: El Si-

/// Marco A. Chávez Pérez.

lencio, y entre sus rolas viene una que nos hace poner en jaque la religión, la excelente Miércoles de Ceniza. Jueves: Este día de la semana sin duda exige al eterno esclavo del sistema salir de farra, y es precisamente de lo que habla el extraño y pastoso blues de Morphine con su rola Thursday, contenida en el álbum Cure for de pain de 1993, que relata el peligroso trance que tiene que pasar un sujeto al cambiar sus jueves de cerveza y

billar por los placeres de una mujer casada con un hombre peligrosamente violento. Viernes: Nacida en 1992 y sin duda una de las canciones de amor más optimistas y hermosa de todos los tiempos es Friday I´m in Love, aun cuando su creador, Robert Smith, haya declarado públicamente que la gente que gusta de ella no es la verdadera fan de la banda, pues es una burla a la música pop simplona desde su perspectiva.

Siete Por José Agustín Solórzano t

N

ací en Valle de Santiago, el país de las siete luminarias –pues este municipio de Guanajuato tiene siete cráteres inactivos que se han hecho acreedores a decenas de leyendas-, el 7 de agosto de 1987. El número siete aparece, ya desde el momento de mi nacimiento, en tres ocasiones. Eso sin contar que mi madre nació un 27 de mayo de 1947. Entonces lo habríamos de sumar dos veces más. Desde pequeño lo intuí, el siete es un número especial. Los días de la semana son siete, para empezar, las referencias a este número en la cultura judeo-cristiana son bastante comunes y llevan el sello del misticismo: los siete pecados capitales, las siete vacas gordas y las flacas, las setenta veces siete que Jesús nos conmina a perdonar. Y es que en la lengua hebrea los números significan algo más que cantidades; por ejemplo el siete, que en su raíz etimológica tiene que ver con “satisfecho”, “lleno”; algo completo. Por ello Yahvé des-

cansó al séptimo día de haber creado el mundo, y habrá que perdonar al que nos ofende hasta estar setenta veces satisfecho,

/// Sergio O. Mayorga Magallanes. Siete.

totalmente saciado no de la ofensa, sino del perdón. De acuerdo a ello siete por setenta es igual a 490, y 4+9+0 =13, que es el valor

Sin importar eso, la rola fue excelentemente acogida ya fuera por los verdaderos fans o no de The cure, llevándola a ser nominada a un Grammy y a ganar el premio como el mejor video en MTV. Sábado: Mientras The Cure hace una composición de un suicida en la cocina el sábado por la noche, Def Leppard lanza en 1980 High n´ Dry (Saturday Night), contenida en el álbum del mismo nombre, una rockera rola que narra la típica noche del chavo rockero: rodar por la madrugada, whiskey, alcohol, mujeres y droga, andando de arriba para abajo, literal y figuradamente. Domingo: Quien haya tenido la suerte de haber comprado el álbum de War de la banda irlandesa U2, se habrá encontrado con la agridulce sorpresa de escuchar la rola de apertura: Sunday Bloody Sunday, una poderosa rola inspirada en el Domingo Sangriento de 1972, cuando una pacífica manifestación en protesta de un encarcelamiento sin juicio a supuestos elementos del IRA, terminó trágicamente cuando un grupo se separó de la masa y comenzó a lanzar piedras contra las barricadas del ejército británico, el cual respondió abriendo fuego abatiendo a trece personas e hiriendo algunas más.

numérico de las letras de la palabra hebrea que significa “amor”. Los numerólogos podrán seguir con una lista semejante a esta, hallando un sinfín de relaciones entre el siete y sus posibles implicaciones místicas y religiosas; sin embargo, la razón de esta breve nota no es hacer notar ni la importancia ni la chapucería de la numerología. Más bien, la idea es reiterar algo que desde los siete años puede que haya empezado a intuir y que ahora escribo: los seres humanos estamos hechos de signos, ya sean estos letras o números, y los signos contienen y crean historias, las que al final nos conforman a nosotros como seres humanos. Somos la historia de los signos que nos han conformado. Así yo, si me paro frente al espejo y le pido a la palabra dolor que me cuente algo sobre mi vida, lo hará; de igual manera que si le pido al número siete que me cuente la historia de mi vida, me contará algo: me dirá que además de nacer en donde y cuando ya dije, también he publicado siete libros y tengo siete cicatrices en el cuerpo que no recuerdo muy bien cómo me hice, entre otras cosas. La idea es esa: pregúntale al número qué puede contarte sobre ti, tal vez te sorprenda. * Michoacán.


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4 DE JUNIO DE 2018

Los 7 pecados en el cine Carlos Belmonte Grey

C

umple siete años La Gualdra, y buscándole a la numeralia, esta vez el séptimo aniversario se presta para recuperar una frase de pecados: los 7 pecados en el cine que se deben evitar: 1. No mallugarás a tu pareja en funciones de niños. 2. No perfumarás con tus alimentos ni masticarás con la boca abierta en la sala de cine. 3. No desparramarás tus cosas en tres asientos a tu alrededor para estar solito en toda la fila. 4. No roncarás durante los momentos contemplativos de la historia. 5. No contarás tus odios y amarguras durante la película. 6. No te pasearás por la sala probando de dónde se ve mejor. 7. No presumirás tu celular en plena proyección. O para ponerlo claro: No se apañen al lado de los niños; no coman en el cine; no se acaparen los asientos; no ronquen; no hablen; estense quietos; no saquen el celular. Y es que vaya que es cansado para el vecino. Aunque, el que se sienta libre de todo pecado que tire su celular a la entrada.

La séptima vida t Por

Humberto Mayorga Teyes

N

os esperan siete viajes mejores todavía que los transitados por Urano. Nos esperan los domingos de universos en mi habitación. Nos espera una jarra para tomar té sin censura, sentados sobre la alfombra, contándonos el Nunca Jamás. Nos esperan siete julios, siete aniversarios por vivir, nos espera aquel café arrullado entre la sábana, luego, algunos sorbos derramados en la almohada. Deja que lleguen a mi oído algunas palabras sagradas: No me dejes dormir en una semana. Siete

vueltas a tu espalda, siete besos, siete ocasos junto a ti. Deja que siga el viaje, deja que me aferre a tu cuello, a los cabellos que cubren la maravilla de Dios, el origen del mundo y el lugar donde dormito yo. Quiero vaciar mis instintos, mi deseo vuelto emoción. Quiero hacerle homenaje al pecado: clavarme en tu decisión. Seamos parte del cambio, como la luna en sus fases, donde se diga con música, al compás de la séptima nota, los besos instrumentales. Nos esperan siete flechas bañadas de veneno y miel, promesas nunca rotas sin reglas para aprender. Permite que cuente la historia con siete finales distintos, deja que muera en

la cruz y logre el haikú perfecto, donde las sílabas se incrusten en cielos rojos más ciertos. Deja que me preocupe por tu día, por rendirle cuentas claras a tu constante alegría. Nos esperan siete versos, siete poemas, cuentos sin final. Deja que resucite en domingo sobre tu espalda cordial. Deja que te contemple frente a las puertas del inframundo, quiero ser tu despertar, el parpadeo de tus ojos, miles de muertes chiquitas y la historia que nunca fue contada por el moribundo. Quiero ser tu séptima vida, más intensa más sentida, más honesta sin menos recatos. Quiero morir contigo, así como mueren los gatos.

Introducción a los siete principios t Por

N

Daniel Medina

unca pude concebirme realmente como un samurái. La palabra en sí misma no embona con mi nombre. Los samurái son útiles por nacimiento y etimología: cuando salí del vientre de mi madre me declararon muerto. Guerreros del Antiguo Japón, cargaban en principio una armadura de treinta kilogramos que como el peso de los niños aumentaba. Saburau es un verbo que profesa la práctica por sobre todo: la utilidad es el hombre. Lo

que no sirve tiende a desaparecer sin resistencia: [Los 6 mil 235 secuestrados de los últimos tiempos rebasaron a los casi 5 mil de la administración pasada] Un samurái es una cifra virtuosa para los sondeos. Los inútiles son otro número, porcentaje diminuto que no altera de ninguna forma el algoritmo. Sin embargo, anularse es posibilidad: Hara-Kiri o principio sagrado del Honor. * Mérida.

/// César Ramos. Otro perrito 7 patas.

A propósito del 7 t Por

Willy Kautz*

L

a pedagogía de la pregunta o cómo ejercer la mentalidad amplia Primero que nada quisiera agradecer la invitación a colaborar con este número conmemorativo. ¡7 años! Vaya, no es cualquier cosa. Quisiera aprovechar la ocasión para seguir con las colaboraciones relativas al Programa pedagógico de la Bienal FEMSA, como una forma de agradecimiento al tiempo que también un homenaje a este suplemento cultural. Nuestra invitada al Programa pedagógico de la Bienal FEMSA, Mónica Amieva, Dra. en filosofía y especialista en temas de pedagogía en los museos de arte contemporáneo, nos ha sugerido para sus sesiones, revisar un texto de Paulo Freire titulado, “La pedagogía de la pregunta”. Con base la noción de la generosidad reflexiva, es decir, aquélla que explora la posibilidad de ocupar el lugar del otro por medio del pensamiento, esto es, la mentalidad amplia, propongo que hagamos un ejercicio de reflexión extensiva a partir de siete preguntas. Este listado se desprende de las actividades que han tenido lugar durante el programa de Bienal FEMSA, así que aprovecho esta oportunidad para hacerlas extensivas a los lectores de La Gualdra. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

¿Qué me gustaría compartir? ¿Qué me gustaría que me compartieran? ¿Qué conocimientos puedo enseñar? ¿Qué me gustaría aprender? ¿Cómo me gustaría que me enseñaran aquello que quiero aprender? ¿Cómo me gustaría enseñar aquello que otros quieren aprender? ¿Cómo puedo enseñar y aprender al mismo tiempo? * CDMX.

Séptimo Aniversario Gualdreño

t Por


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LA GUALDRA NO. 341

7:17 pm. Séptimo Aniversario Gualdreño

t

Por Fernando Cuervo*

S

iempre dudé hasta que ocurrió lo de esa noche. Al llegar, azotó la puerta y todos nos quedamos en silencio. ¿Están listos? dijo mientras sus ojos nos repasaban uno a uno. Su boca estaba seca y el olor a tabaco llenó la habitación. Los demás me vieron como si yo tuviera la respuesta. Siempre lo hacían porque eran unos idiotas. Jamás comprendieron qué es lo que hacíamos y el por qué. Sólo llegaban, dejaban sus chamarras, encendían su respectivo cigarro con el mío y se contaban chistes de mal gusto. —¿Tú qué crees? ¿Que nos da miedo? Por algo estamos aquí ¿no? —dije mientras los demás asentían cabizbajos. Está bien, nos dijo. Vayámonos. Escogimos el callejón más alejado.

/// Iván Leaños. Instalación 7.

Tres de un lado y dos del otro. ¿La tienes? Murmuró al mismo tiempo que rechinaba los dientes. Sí, respondí. La saqué, resplandecía con el cañón aún limpio.

—Jálale cuando quieras —gritó mientras extendía los brazos en forma de cruz. Vi sus ojos llenos de ira. Me estaba retando y por primera vez tuve miedo

Siete compañías de teatro zacatecano t

L

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Por Sergi Ramos*

E /// Lidia Lozano. 7 estrellas.

producción Teatral. Ha generado proyectos de descentralización teatral como el Encuentro Municipal de Teatro, y con dramaturgia propia han participado en encuentros, muestras y festivales. Demente en mente. Conformada por creadores que han transitado por diferentes agrupaciones zacatecanas. Han desarrollado su lenguaje a través de adaptaciones y dramaturgia propia. Camaleón. Aunque ya cerró su ciclo, fue un semillero de creadores escénicos en nuestro estado, y logró crear público desde la trinchera universitaria. Aunque éstas no son las únicas compañías en Zacatecas, sí han estado constantes, más allá de participar en el Festival Cultural o el Internacional de Teatro de Calle, durante los últimos 7 años. Además, por fortuna del público zacatecano, se están gestando nuevos grupos que tienen propuesta y calidad. Siete años de promocionar el teatro local. Larga vida a La Gualdra.

* Puebla.

Los siete del séptimo arte

Por Iván Guardado

a Gualdra cumple 7 años, consolidándose como una plataforma para la difusión y crítica del desarrollo artístico de nuestro Estado. A la par de estos siete años, siete compañías de teatro; independiente al discurso, propuesta estética y calidad de producción y actuación, han estado constantes en el desarrollo teatral de Zacatecas. La Casota de Zapata. Iniciada desde la escuela normal como grupo EMPIRE; muta a La Casota de Zapata para generar un espacio escénico independiente. Han representado a nuestro Estado a nivel nacional e internacional. Teatro en Movimiento. Compañía formada por profesionales de diferentes disciplinas artísticas. Han generado teatro y performance de contenido crudo y contundente para el espectador, participando en proyectos nacionales e internacionales. Los Cosmicómicos. Compañía que apuesta por la gestión institucional e independiente. Han generado desde la Asociación Civil, espacios de creación y difusión escénica, como el foro La Cáscara o el Festival Cosmicómico de Teatro Alternativo Internacional. Guía Nocturna. Compañía que ha descentralizado la actividad teatral y que apuesta por el teatro regional y comunitario. Han representado a Zacatecas en festivales nacionales, y generado proyectos para públicos específicos. La Ciénega. Compañía creada tras la desintegración del Taller de Auto-

de su presencia. Sin embargo, la duda creciente de esos días no podía soportarla más. Como una canción llena de ruido y euforia. Recordaba todas sus palabras en las reuniones y cómo nos había convencido. Llegué incluso al momento en que lo vimos por primera vez, aquel bar y sus tatuajes extraños. Y la recompensa. Todo a la vuelta de la esquina, tan cerca de mí... Una ráfaga de siete disparos atravesó su cuerpo como siete relámpagos en la noche fría. Todos corrieron excepto yo. Me quedé unos segundos más. Me acerqué, no vi la sangre, pero lo que jamás olvidaré serán sus ojos: abiertos y más rojos que nunca. A la siguiente semana recibí el dinero y el mismo revólver cargado con las siete municiones intactas.

n el principio fueron seis artes, porque el siguiente no se había inventado aún. El cine, primer arte industrial. Ocurrió a finales del siglo XIX, en una edad ya muy madura de la historia de la humanidad, aunque dicen que al principio los espectadores que se reunían por decenas en las salas oscuras salían atropelladamente, aterrorizados como niños, al ver un tren que se les echaba encima o un rostro decapitado por un primerísimo plano. Y es que siempre fue un arte gamberro, quizás por su corta edad. Algunos pensaron que esa atracción de feria que el fin de semana reunía a los obreros y a las secretarias en la oscuridad, en la que se arremolinaban los achuchones, no era más que un entretenimiento para degenerados. Otros estaban convencidos que además del particular estado en el que sumía al espectador, en algún lugar entre el sueño y la hipnosis, el cine alcanzaría el ideal estético del arte total, síntesis y superación de las otras seis. Lo que sí es cierto es que el séptimo arte, en su primer siglo de vida, se fue metamorfoseando a medida que algunos creadores aportaban sus singulares miradas. Podemos considerar, hoy, que fueron siete.

Sergei Eisenstein entendió que el cine no eran historias, sino colisiones de volúmenes y formas. Luis Buñuel descubrió que el cine son las imágenes que habitan detrás de los ojos, y que había que cortarlos para dejarlas en libertad. John Cassavetes supo retratar la inexistente frontera en la que se mezclan las emociones. Jean-Luc Godard rodó divertidas historias de amor, y luego empezó a realizar ensayos con una mesa de edición defectuosa. Pier Paolo Pasolini consiguió viajar al tiempo de los mitos y volver con unos rollos de película bajo el brazo. Frederick Wiseman fue un espía que se infiltró silenciosamente en las principales instituciones de los más importantes países para divulgar sus secretos. Martin Scorsese, al principio de su carrera, documentó las sucias calles de Nueva York. Luego, se dedicó a componer óperas barrocas sobre la podredumbre. David Cronenberg fue el primero en conseguir filmar el interior del cuerpo, y al salir vio que estaba en todas partes. Probablemente a usted se le hayan ocurrido otros siete distintos, y seguramente tenga razón. * España.


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4 DE JUNIO DE 2018

Siete años de La Gualdra t

Por Juan Concha

/// Mónica Trueba V. 7 Esculturas.

Siete t

Melpómene

Por Edgar Khonde*

El número siete, por sus virtudes ocultas, tiende a realizar todas las cosas; es el dispensador de la vida y fuente de todos los cambios, pues incluso la Luna cambia de fase cada siete días: este número influye en todos los seres sublimes. Hipócrates

L

a habían nombrado Siete, porque obviamente antes habían mandado seis robots que resultaron un fracaso al momento de entrar en la órbita de un planeta que presumía de tener agua y quizá la capacidad para albergar vida. Donde todos fallaron Siete triunfó. Y exploró. Encontró casi nada. Agua sí, pero ninguna bacteria ni microbio. Los agentes dudaron entonces, quizá el planeta explorado era inadecuado para ser colonizado. Los fondos no eran los bastante sustanciosos como para mantener la misión más allá de algunos, pocos, años. Así que decidieron dejar a Siete a su suerte y olvidarse para siempre de ella. La cuestión es que Siete a pesar de estar construida de metales y circuitos, llevaba no se sabe cómo, todos los elementos orgánicos necesarios para generar quizá un fragmento de lo que se conoce como vida orgánica. Siete cocinó sin quererlo el caldo primordial. Muchos millones de años después ante nada de paredones, las agencias científicas de ese planeta incapaz de albergar vida, enviaron a un robot llamado Curiosity, con similares características a Siete, a otro planeta llamado Marte a rastrear las posibilidades de una colonización futura.

/// Omar Lemus. Siete.

t

No encontraron condiciones. Decidieron continuar la misión durante algunos años, nada más para que no dijeran que tiraron los fondos a la basura. Curiosity, como todas las robots inteligentes, había llevado consigo polizones que detonarían el proceso de la vida, pero ya nadie supo de ello, porque la vida en la Tierra se había extinto, como sucede siempre. La vida va saltando de un planeta a otro. Lo consume, lo aniquila y se larga. Ésa es su verdadera naturaleza. Dichosos los planetas que son oscuros, congelados o viven inmersos dentro del fuego, nunca será colonizados, nunca sufrirán de bacterias orgánicas y podrán vivir en paz hasta que su estrella se los trague, como debe de ser. * CDMX.

Por Sonia Ibarra Valdez

E

s domingo. Siete de la mañana y Melpómene despierta. Se sienta a la orilla de la cama. Mira sus manos. Observa sus pies. Siente que ya no es la misma. Llegó a ese lugar hace siete años, ella no lo sabe, pero supone que ha pasado mucho tiempo. Entra un joven vestido de blanco a la habitación. Ella lo reconoce y ambos comienzan la rutina del día: un baño con agua fría, un desayuno desabrido y la lectura del diario local. Melpómene se transformaba cada séptimo día de la semana según el contenido de la sección de arte: ha sido una de las bailarinas del Lago de los cisnes; tocó el violonchelo como Jacqueline Du Pre; fue la Mona Lisa con sonrisa; cuando repre-

sentó a la Venus del Nilo no sintió sus extremidades por siete horas; la ocasión que leyó sobre Siempre Alice, imitó de manera profesional a Julianne Moore, recibiendo los aplausos de su cuidador; creó, con los pocos muebles de su cuarto, el Coliseo romano, la Gran Muralla china y la Torre Eiffel; sin embargo, el día que leían acerca de literatura, sólo escuchaba la narración de su cuidador y se asomaba por una gran ventana imaginaria. Este domingo, el protagonista es un ensayo sobre la novela La canción número 7, Melpómene se sienta en una silla y recarga su cabeza sobre la fría pared. Cierra los ojos. Imagina. Al terminar, el joven le da un par de pastillas. Ella se duerme. En siete días tendrá una nueva transformación.

Séptimo Aniversario Gualdreño

E

l número siete, es mágico, no lo digo yo, lo dicen muchos y en distintas épocas. Yo soy actor de teatro principalmente, y en el teatro es muy común encontrar el número siete; Dante Allighieri lo utiliza en sus obras, Shakespeare lo usa para explicar las siete edades del hombre: infancia, niñez, el amante, el soldado, la justicia, la vejez y la segunda infancia. Además, dicen los que saben que es desde la séptima fila del teatro donde se puede apreciar mejor una obra, lo escuché por ahí, en algún lado, tal vez una de esas veces que con amigos recorrí las siete cantinas de la ciudad. Por otro lado, el cine es conocido como el séptimo arte, y tal vez muy merecido, ya que igual que el número siete, es capaz de realizar todas la cosas, como dijo Hipócrates: “El siete es el dispensador de vida y fuente de todos los cambios, pues incluso la luna cambia de fases cada siete días…”. El teatro y el cine cuentan historias, y en las historias, el siete

ha sido un número cabalístico y bíblico, aunque se traten de guerreros samuráis, o de pistoleros del viejo oeste. Desde los siete samuráis de Kurosawa, hasta las siete chicas peligrosas de Pedro Lazaga, el cine se ha valido de este número para resolver sus historias. Y aunque el cine llegó más tarde que las seis “artes superiores”, se le ha adjudicado el número siete y ahí se ha quedado. El siete es innegablemente el número más popular desde el inicio de los tiempos, tal vez sea una lástima que no podamos recordar con exactitud el día que nosotros como personas cumplimos 7 años. Pero para La Gualdra, siempre será un recuerdo que quedará en la mente de sus lectores y sus colaboradores, un aniversario que le dará suerte y tal vez lo invitará a cambiar, para seguir deleitándonos con historias de los siete mares, hablando de las siete maravillas del mundo, esquivando lo siete años de mala suerte, deseando las siete vidas del gato, y esperando al séptimo hijo. En sus siete años: ¡Larga vida a La Gualdra! ¡Larga vida a la palabra! ¡Larga vida al arte!


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LA GUALDRA NO. 341 /// 4 DE JUNIO DE 2018

Siete pistas para hallar vacas Por Armando Salgado*

Séptimo Aniversario Gualdreño

t

1 TENGO DISLEXIA Confundo vacas con cebras. 2 POEMA DE AMOR, LOCURA Y LECHE La tristura es niebla en corazón (sin almíbar), dijo la niña que me gusta en la clase de español. Quisiera decirle que no esté triste, que tengo una bolsa con mis dientes y aunque no son de leche por la noche mugen. Ay, el amor, el amor. El amor es un becerro que no se deja montar. 3 VACA Espinilla tetrapak con leche. 4 ABCEDARIO PORTÁTIL Alfajor. Betún. Calostro. Deslactosado. Establo. Fécula. Granja. Heno. Incisivo. Jocoque. Kéfir. Lengüetazo. Mantequilla. Natilla. Ñoqui. Ordeñar. Pasteurización. Quesadilla. Requesón. Suero. Ternera. Ubre. Vacaray. Western. Xilote. Yogurt. Zacate. 5 Viento vacuno volando/viendo visibles veleros. (Todo iba bien): vértigo verduzco:

vómito con las verduras de mamá. 6 EL LEÓN NO ES COMO LO PINTAN Mi papá cree que la leche ya no es leche. ¿Las vacas ya no son vacas? Leo la información nutrimental de un litro de leche envasada: sólidos de leche grasa vegetal mono y diglicéridos goma guar lecitina de soya hierro vitamina B5 (ácido pantoténico) vitamina B2 (riboflavina) vitamina B1 (tiamina) vitamina A (µg equivalentes de retinol) y vitamina D.

/// Lariza Cárdenas. Siete.

¿Y la leche? Niñas y niños necesitamos leche verdadera y no un producto lácteo mejorado con grasa vegetal. Necesitamos espinillas en la cara y lodo viscoso alrededor de los zapatos. ¡Es injusto que nos quieran tomar el pelo! 7 Tierna tan eterna la ternera. * Michoacán. 1

Poema adaptado del libro de poesía Vacalao

(Mención honorífica en el Certamen internacional de literatura infantil y juvenil del Fondo Editorial del Estado de México, 2017)

Hasta siete veces t

Por Pilar Alba

S

ólo hay que perdonar hasta siete veces, nada más. Así lo dice la santa Biblia, así lo manda la santa iglesia. La primera vez casi ni quería contarla, pero contó. Me dejaste esperando una hora, toda una hora entera; así que cuando llegaste sólo pensé: no hay bronca, es la primera. No te la hice de emoción, no me gusta hacer escenas, mucho menos delante de la gente. Pero ahí inició la cuenta. La segunda fue más tarde, cuando ya estábamos a punto de unir nuestras vidas, de eso seguro que ni te acuerdas. Estaba eligiendo el vestido, ni siquiera era un vestido de novia y lo dijiste, lo soltaste como

Siete días después

Siete días, siete flores Por Irene Ruvalcaba* t

Primer día (del girasol) Un poderío silente. La soberana se mueve al ritmo de esferas. Y el peregrino oculto se detiene en el crisólito de su corazón. Segundo día (de la dama nocturna) Te entregas a la noche. En el cielo, un pequeño punto de luz blanca. La dama despierta y extiende los brazos hacia ti, el rito comienza. Tercer día (del anturio)

El lugar enrojece. Tres notas musicales salen por tu cabeza. Los caballeros del rey te miran con enojo y encienden tus palabras. Cuarto día (de los pensamientos) Se te limpian los oídos. Escuchas un canto mágico en la lejanía. El coro edifica figuras de colores que te envuelven la memoria. Quinto día (del acónito) Agua adentro del agua. Si permaneces junto al lago no perecerás. Alguien viene a tu encuentro

no queriendo la cosa: con ése te verías más llenita. Y la sonrisa se me transformó en mueca, tuve que aguantar tus: perdóname, perdóname, perdóname, cuando te diste cuenta. Te perdoné pero no se me olvidó nunca. La tercera y la cuarta, debo confesar que tal vez yo tuve un poco de culpa; pero: si me comprendieras, si me conocieras, como dice la canción, tampoco hubieran ocurrido. La quinta no fue a mí, fue a nuestro hijo y ésa me dolió más que las anteriores. En la sexta te perdoné pronto, achaqué tu arranque a la frustración y a la edad. Ésta es la siete, así que te perdono, no hay problema, pero ya no pidas que siga, no puedo, no es por mí, entiende: así lo dice la Biblia, que nomás hasta siete.

para ponerte una corona azul marino.

—No sea ingenuo coronel —dijo el médico—. Ya nosotros estamos muy grandes para esperar al Mesías.

Sexto día (de la rosa) Un beso en la mejilla. Ahora conoces lo bueno y malo de los hombres. Entras al jardín prohibido y te rindes a la contemplación de Venus.

Gabriel García Márquez

Séptimo día (de la flor de loto) El silencio magistral. Flotan las esferas y se descubre un nuevo día. La doncella se prepara para dormir en el interior de su fuente. * Jalisco.

t

Por Manuel Sauceverde*

E

l Mesías revivió una hora luego que Lázaro, su primer resucitado, le mordiera la garganta y se la arrancara. Como nos prometió en el monte Tabor, se levantó de entre los muertos y con los muertos (aunque esto último no lo previno). Siete días después, los olmos dieron peras en vez de sámaras y un camello pasó por el ojo de una aguja. Lúgubres milagros que marcaron el comienzo del fin del mundo. * Oaxaca.


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