SUPLEMENTO CULTURAL
NO. 347 /// 16 DE JULIO DE 2018 /// AÑO 8
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Ernesto Lumbreras. Foto cortesía del poeta.
Ernesto Lumbreras (Ahualulco de Mercado, Jalisco, 1966). Poeta y ensayista. En el 2008 publicó Caballos en praderas magentas. Poesía 1986-1998, (Aldus); en el 2010, Numerosas bandas (Mantis Editores); en el 2012, Lo que dijeron las estrellas en el ojo de un sapo (Bonobos); y en el 2017, Tablas de restar (UAQ). En 1992 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes por el libro Espuela para demorar el viaje (Joaquín Mortiz-INBA, 1993); en 2007 el Premio Nacional Testimonio Chihuahua por La ciudad imantada. Vida de Milton Vidrio (Ficticia, 2008), en el 2013 el Premio Nacional de Ensayo Literario Malcolm Lowry por el volumen Oro líquido en cuenco de obsidiana. Oaxaca en la obra de Malcolm Lowry (UNAM, 2015) y en el 2014 el Premio Internacional de Ensayo Siglo XXI por el libro La mano siniestra de José Clemente Orozco (Siglo XXI/UAS/Colegio de Sinaloa, 2015).
[Una entrevista con él, realizada por Armando Salgado, en páginas centrales]
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LA GUALDRA NO. 347 /// 16 DE JULIO DE 2018 /// AÑO 8
La Gualdra No. 347
Editorial
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nició ya la temporada vacacional y en la ciudad poco a poco comienzan a verse caras nuevas, las de los turistas que llegan a visitar Zacatecas. Los estudiantes foráneos se han ido a sus casas a descansar; mientras tanto, los que nos quedamos aquí también podemos aprovechar para ser “turistas” en nuestra propia ciudad, dándonos la oportunidad de salir de nuestro entorno habitual y visitar lugares aquí mismo que no conocemos, o que hace mucho no visitamos debido a la carga de trabajo y la rutina. Hace un par de semanas, como parte de las actividades del programa pedagógico de la Bienal FEMSA, en sesión con el artista José Miguel González Casanova, se planteaba esta posibilidad, la de proponer mediante una agencia de viajes simbólica, actividades diferentes, de esparcimiento, descanso y aprendizaje para los habitantes de la ciudad, que por diferentes razones no pueden salir a vacacionar. Luego, el sábado pasado, en otra sesión del mismo programa, pero esta vez coordinada por el curador Daniel Garza Usabiaga, nos fuimos al Museo Pedro Coronel para realizar las primeras actividades de un ejercicio de curaduría con el fin de que los integrantes del equipo participante seleccionáramos tres piezas de la colección El Universo de Pedro Coronel que relacionáramos con temas específicos como la muerte, los astros, la presencia de pájaros y felinos, la metamorfosis y la simbología de los materiales; este ejercicio me hizo ver con nuevos ojos una colección que conozco desde hace años y que visito -ya por el tema de mi investigación o por actividades realizadas con mis alumnos- frecuentemente. Los resultados de ambas actividades se verán próximamente, porque la idea es que en fechas próximas se concluyan de forma que los zacatecanos puedan participar de ellas. Mientras eso sucede, les propongo que juguemos un poco a ser turistas de nuestra ciudad, que imaginemos que no somos de aquí y que es la primera vez que visitamos Zacatecas; o bien, si es de otra ciudad y lee esto, son para usted también estas recomendaciones gualdreñas -sólo para un día, a manera de sugerencia-: Por la mañana, si sale a caminar temprano al centro, pruebe en ayunas el aguamiel que venden los señores en las inmediaciones del Portal de Rosales, sus propiedades nutricionales y medicinales son muchas y el sabor es refrescante y delicioso. Para desayunar puede escoger entre los diferentes tipos de birria y bar-
bacoa que venden en el mercado Arroyo de la Plata o la que está en el Callejón de Quijano -si elige esta última pídala asada y con el consomé aparte-. Después, camine por la c. Rayón, suba al callejón del Resbalón y ya estará a unos pasos del Museo Francisco Goitia, atraviese el hermoso jardín de Sierra de Álica y encontrará la que fuera anteriormente la casa de los gobernadores que desde hace casi 40 años alberga una colección de arte zacatecano encomiable, obras de Julio Ruelas, Pedro y Rafael Coronel, Manuel Felguérez y por supuesto del artista originario de Fresnillo -autor del Caballo Famélico, Tata Jesucristo y Paisaje con ahorcados-, Francisco Goitia. Cuando salga de ahí, rumbo a la Av. Hidalgo, se encontrará a su paso las oficinas de turismo en las que le facilitarán folletos muy didácticos sobre los distintos recorridos que puede realizar los días posteriores. En la Av. Hidalgo, de regreso al Portal de Rosales, se encuentra actualmente la Feria de Libro, mis puestos favoritos se encuentran justo al principio y al final de la feria, porque ahí puede encontrar primeras ediciones de libros antiguos, cuyo tiraje está agotado o bien, publicaciones difíciles de conseguir por lo especializado del tema. Para comer, encontrará también diferentes opciones, si quiere probar la auténtica comida tradicional puede elegir entre un “taco envenenado”, la comida del Mesón de los Remedios -al final de la c. Aguascalientes-; o bien, comida de autor como la de la Catedral del Mar. Después, el cafecito en la Acrópolis, el Alicia, o el San Patricio. Al atardecer, visite la Catedral para que vea el retablo de Javier Marín y quédese en el centro a ver cómo el sol se oculta mientras toma una copa en las inmediaciones de la Plazuela Miguel Auza; de regreso a casa, pase por unas campechanas de la Av. Hidalgo para cenar. Y prepárese a seguir recorriendo la ciudad al día siguiente, porque las opciones son muchas y esto apenas fue la sugerencia para un día. Nos quedan varios museos, galerías y espacios culturales por recorrer; a fines de este mes llega el Festival del Folclor, la Cineteca seguirá con su programación habitual y toda esta semana habrá teatro. Nosotros nos tomaremos un descanso también, pero regresamos en agosto. Goce la ciudad en estas vacaciones. Que disfrute su lectura.
Directorio
Contenido Corrido de Antonio Aguilar Por Juan Antonio de la Riva
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La poesía verdadera debe ser encontrada. Y defendida Por José Antonio Olmedo López-Amor
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Caballos en praderas magentas: Ernesto Lumbreras Por Armando Salgado
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Renovarse o morir: las bibliotecas en juego Por Eduardo Campech Miranda Bajo el influjo de Terpsícore Por Carlos Flores
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Desayuno en Tiffany’s, mon ku Territorios Cinematográficos en el Festival de Aviñón Por Jean-Francois Grima
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El humor subversivo en el cine de animación: Isla de Perros y Los Increíbles 2 Por Adolfo Nuñez J. El Picaporte Avocar, sólo en lo jurídico Por Simitrio Quezada
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El Santo Oficio Uno Por Alberto Huerta Me voy Por Pilar Alba
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Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
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Corrido de Antonio Aguilar Corridos
Por Juan Antonio de la Riva* t
Voy a cantar un corrido, con orgullo a no dudar pa relatarles la vida de don Antonio Aguilar. Año de mil novecientos, diecinueve en la memoria Villanueva, Zacatecas ahí comenzó esta historia. De niño vivió en Tayahua el campo lo vio crecer. Y la tierra colorada cimentó su proceder. En la iglesia de su pueblo oyó a doña Angela cantar, era su señora madre, con una voz celestial. Oyó los cantos del pueblo en los campos de labranza, en las calles empedradas, en callejones y plazas eran cantos de alegría, de amores y de esperanza.
pasando por Nueva York, le dio por cantar boleros buscándose la ocasión.
a los que en cine dio vida don Emiliano Zapata, y el Centauro Pancho Villa.
En un viaje a Puerto Rico la vida le iba a cambiar ahí se encontró al “Jibarito” un compositor sin par.
Y ahí queda para la historia una obra excepcional es “Los hermanos del Hierro” película sin igual.
Fue don Rafael Hernández quien le propuso cambiar. Lo suyo no era el bolero lo suyo era lo ranchero ¡la música nacional!
Su cine fue para el pueblo lo mismo que sus canciones supo contar sus historias y también sus emociones.
Por un gran traje de charro dejó el vestuario catrín, espuelas y ancho sombrero… una leyenda sin fin. Simpático y dicharachero, de buena voz y prestancia en la radio y en los discos ahí dejó su constancia. Arriba de los caballos cantando y haciendo suertes anduvo por medio mundo con su espectáculo ecuestre.
Siendo apenas un muchacho dejó su querido pueblo se fue pa buscar la vida y hacer realidad su anhelo.
Y en el cine ¿qué me dicen? Puros grandes personajes salidos de nuestra historia y de corridos famosos:
Se preparó con ahínco, con esfuerzo y decisión en las lides del bel canto ésa era su vocación.
El gran Heraclio Bernal y Valentín de la Sierra también Lamberto Quintero, Felipe Carrillo Puerto…
De México hasta Los Ángeles
Y dos héroes legendarios
Gabino Barrera, Benjamín Argumedo Simón Blanco y Lamberto Quintero Valentín de la Sierra, Juan Colorado… Con la hermosa Flor Silvestre vivió una vida de amor un romance de leyenda que el tiempo no consumió. El trovador se despide con gusto y con emoción nos dejó cine y canciones gran legado, sí señor. Adiós Rancho del Soyate. adiós Tayahua querido por aquí pasó un jinete en su caballo rosillo. Vuela vuela palomita vete volando al breñal ¡y que vivan Zacatecas… y don Antonio Aguilar!
*Cineteca Nacional /CDMX. 9 de julio de 2017.
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Libros
La poesía verdadera debe ser encontrada. Y defendida [Sobre La sociedad secreta de los poetas. Estéticas diferenciales de la poesía española contemporánea]* Por José Antonio Olmedo López-Amor t
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scuché una vez en cierta presentación literaria sucedida en Valencia unas palabras del poeta Jaime Siles en las que evidenciaba su desconfianza por la poesía de los grandes premios o la abanderada por la oligarquía de las grandes editoriales: “a la verdadera poesía hay que encontrarla”. En aquel entonces, puso como ejemplo uno de los mayores descubrimientos líricos de su vida, encontrar la poesía de Manuel Álvarez Ortega. La lectura de Dios de un día cuando era adolescente supuso algo deslumbrante y transformador que lo motivó, no sólo a viajar y conocer en persona a Álvarez Ortega, sino a consagrarse a una palabra poética que parecía contener muchas más cosas de las que aparentaba. Librerías de viejo, mercadillos o pequeñas editoriales con apenas distribución siguen siendo a día de hoy importantes caladeros en los que hallar poesía verdadera. Jaime Siles es, muy acertadamente, uno de los 48 poetas que Antonio Rodríguez Jiménez (Córdoba, 1956) reúne en La sociedad secreta de los poetas (Ediciones Carena, 2017), un libro necesario por cuanto salvaguarda de la poesía y los poetas que de ella han hecho su vida y no siempre han sido reconocidos en su justa medida ni a tiempo, lleva a cabo. También está incluido —y no por casualidad— Manuel Álvarez Ortega, un poeta ya desaparecido al que es justo invitar a descubrir. Antonio Rodríguez Jiménez es doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, además de licenciado en Filología Hispánica y periodista: profesión, esta última, que lo llevó a ejercer el periodismo cultural durante
/// Antonio Rodríguez Jiménez. más de tres décadas. Director de la revista Cuadernos del Sur, es a través de su experiencia al frente de este mítico foro, y de otras experiencias, como la de dirigir el Instituto Cervantes de Fez (Marruecos), que Rodríguez Jiménez estructura y va vehiculando un discurso ensayístico a través de artículos breves y bien cohesionados. Ya en la contraportada del libro se nos advierte de que este libro es un acercamiento crítico a la obra de 48 poetas nacidos en el siglo XX y seleccionados bajo un criterio de calidad diferente. Poetasisla a los que algunos pueden considerar consagrados y reconocidos, pero el talante reivindicador de Rodríguez Jiménez destaca de ellos, además, su autenticidad y creatividad insobornables. El periodo temporal cubierto por este estudio son los ochenta
años comprendidos desde la última gran generación española de poetas (1927) hasta la actualidad. Hemos dicho “calidad diferente” porque ése es otro de los rasgos que caracterizan este estudio. No hay que olvidar que su autor fue uno de los poetas fundadores del movimiento después conocido como Poesía de la Diferencia. Desde esa perspectiva, la de un defensor de la poesía plural y libre, Rodríguez Jiménez acomete la tarea de escribir las semblanzas de 48 poetas, precedidas por más de 90 páginas de reflexión crítica sobre el asunto, latitud del libro verdaderamente interesante, no sólo por lo que contiene, sino por la valentía y claridad con las que está expresado. A continuación, paso a enumerar todos los autores compendiados, ya que me
parece un dato interesante hacia sus futuros lectores, para después comentar esa extensa introducción, la cual nos permite conocer el cariz lírico e ideológico de Rodríguez Jiménez: Rafael Alberti, Rafael Álvarez Merlo, Manuel Álvarez Ortega, Blanca Andréu, Julio Aumente, Enrique Badosa, Ricardo Bellveser, Juan Bernier, Guillermo Carnero, Francisco Carrasco Heredia, Antonio Carvajal, Juana Castro, Carlos Clementson, Antonio Colinas, Pedro J. de la Peña, Leopoldo de Luis, Carlos Edmundo de Ory, Fernando de Villena, Antonio Enrique, Domingo F. Faílde, Antonio Gala, Antonio Gamoneda, Pablo García Baena, Ángel García López, Concha García, Rafael Guillén, Antonio Hernández, José Hierro, Luis Jiménez Martos, Manuel Jurado López, Concha Lagos, Mario López, José Lupiáñez,
Manuel Mantero, José de Miguel, Ricardo Molina, José Antonio Muñoz Rojas, Vicente Núñez, María Antonia Ortega, Rafael Pérez Estrada, Fernando Quiñones, Manuel Ríos Ruiz, Pedro Rodríguez Pacheco, Claudio Rodríguez, Mariano Roldán, Eduardo Scala, Jaime Siles y Rafael Soto Vergés. Sorprende, a primera vista, lo descompensado entre autores y autoras en cuanto a cantidad. Pero a decir verdad, toda antología es incompleta. Hay que poner en valor, en cambio, el afán recuperador de Rodríguez Jiménez, quien entiende entre las funciones del crítico literario la de corregir —en la medida de lo posible— los olvidos naturales y no tan naturales del sistema. Rodríguez Jiménez señala en su introducción de casi cien páginas, que poetas como José Ángel Valente ya criticaron en su momento el afán reduccionista y monopolizador de grupos literarios que pretendían ser modelos de una nueva tradición: “[…] la poesía es una aventura rigurosamente individual, de una soledad equiparable a la del corredor de fondo”. No duda en poner nombres y apellidos a quienes considera realizan funciones de lobby. Una de esas sociedades secretas —en el sentido más romántico del término— es la constituida como Poesía de la Experiencia en los años 80, formada por Juan Carlos Rodríguez, Javier Egea, Antonio Jiménez Millán, Álvaro Salvador y Luis García Montero. Como acólitos a este grupo Rodríguez Jiménez menciona a Benjamín Prado, Luis Muñoz, Álvaro García, Carlos Marzal, Felipe Benítez Reyes e Inmaculada Mengíbar. Reconoce en Montero al líder con poder y posible autor intelectual de un expolio que no sólo afecta a la repercusión de una estética en los medios de comunicación,
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Libros
sino a toda una corruptela de premios literarios y procedimientos oscuros para favorecer el ascenso de unos autores en detrimento de otros Frente a un tipo de poesía oficialista, uniformada y estereotipada, se defiende desde las páginas de Cuadernos de Sur en 1986 una poesía libre, heterogénea y universal, que no atienda específicamente a modas, sino que permita que todo tenga cabida y que sea el criterio de la originalidad y profundidad el único que se imponga. Con el objetivo de articular una oposición a estos hechos denunciados se abrió un campo de discusión en la revista Cuadernos del Sur. Constantes son las referencias y alusiones de Rodríguez Jiménez a artículos allí publicados que van dando la réplica a su discurso, además de ampliar las líneas de observación. El autor reconoce que los poetas no son una raza gregaria por naturaleza, aunque en la actualidad muchos lo sean, y subraya que la responsabilidad de cambiar el mundo pesa sobre los hombros de media docena de poetas, a los que no nombra, y se refiere a ellos como francotiradores y unicornios. Atención especial se presta a dos poetas-críticos que tratan —según Rodríguez Jiménez— de emular a Castellet: Luis Antonio de Villena y José Luis García Martín. A través de sus antologías y estudios el autor va dibujando un trayecto literario-temporal en el que aparecen otras tendencias, como la escuela de Trieste, formada por: Andrés Trapiello, Juan Manuel Bonet, Ángel Rupérez, Ángel Guache, Ramón Andrés, Julio Llamazares, José Carlón, Juan Carlos Mestre o Julio Martínez Mesanza; también los poetas pertenecientes al Neosurrealismo: Blanca Andréu, Fernando Beltrán, Amalia Iglesias, Pedro Casariego Córdoba, Ángel Muñoz Petisme, Francisco Serradilla o Luisa Castro. Asimismo hará lo propio con las nóminas del Minimalismo, Tradicionalismo, poesía elegíaca y metafísica. En el apartado titulado “Crisis de autenticidad creativa” Rodríguez Jiménez pone el dedo en la llaga al afirmar que la poesía española a principios de los años 90 se encuentra en un atolladero repetitivo con falta de nervio expresivo y languidez creadora, para ello se apoya en tesis de otros dos críticos: Antonio Garrido y Juan José Lanz, quienes certifican ese estado comatoso diagnosticando sus efectos y causas. Un artículo de Lanz, titulado “La poesía sin experiencia” da pie a una afirmación que denunciaba el conservadurismo del modelo estético predominante: “En ningún momento de nuestra historia de la poesía de este siglo se había conseguido estar más alejado del devenir del mundo moderno”. Una de las secciones de la citada revista Cuadernos del Sur fue “Antología consultada de poetas no clónicos” (1992), en ella, Rodríguez Jiménez entrevistaba a poetas acerca del estado actual de la poesía, aquella experiencia fraguó en la publicación de un libro y en el epígrafe «poetas clónicos» para identificar a todos aquellos poetas de obra epigonal que se refugiaban bajo la etiqueta neorrealista: Por el contrario, el poeta no clónico es el que se distingue de los demás por su voz auténtica, porque es genuino, tiene personalidad propia, siente y vibra por sí mismo. No es el eco ni la copia de nadie y se distingue por su propia coherencia, no detenta parcela de poder alguna, no está de moda, no practica la oficialidad, ni medra. Con una media de cinco páginas por ambas caras para cada autor seleccionado, el espacio literario se presta óptimo para esbozar los caracteres generales de una obra, o comentar puntos concretos de un texto o biografía, sin embargo, la actitud de estos artículos es quizá demasiado generalista y abarcadora con relación a su extensión, y por ello, cuanto gana en diversidad lo pierde en profundidad. En cualquier caso, de cada autor escogido se apuntan características interesantes y puntos de vista subjetivos e historicistas, suficientes como para incitar al
lector a averiguar más datos de los autores y obras comentadas. Hay que dejar claro que Rodríguez Jiménez, como buen cordobés, pone en valor a los poetas del sur atendiendo especialmente a los integrantes del grupo Cántico, y lo hace con conocimiento de causa; defiende y abandera ese movimiento de múltiples estéticas que supone la Poesía de la Diferencia, estética de la que él mismo es cofundador. Sus principios, postulados, denuncias y defensas quedan muy claras tras la lectura de este valiente y necesario
libro, para dilucidar la veracidad o no de lo aquí manifestado habrá que esperar a esa diacronía que ofrecerá la realidad histórica y compararla con las que otros cronistas y críticos —como él— trazarán en un futuro. *** Antonio Rodríguez Jiménez, La sociedad secreta de los poetas. Estéticas diferenciales de la poesía española contemporánea, Ediciones Carena, 2018, 591 pp. ISBN: 978-84-16843-94-7.
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Poesía
Caballos en praderas magentas: Ernesto Lumbreras t
Por Armando Salgado
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rnesto Lumbreras (Ahualulco de Mercado, Jalisco, 1966), es integrante de una tradición literaria que se hace presente en la región occidente del país, donde el estado de Jalisco ha destacado en la formación de escritores de talla nacional así como en la consolidación de talleres literarios épicos en la zona, siendo un motor para la enseñanza de la escritura donde figuras emblematicas siguen siendo hito en la literatura mexicana actual. Particularmente Ernesto Lumbreras es un poeta que ha incursionado en distintos géneros, mantiene comunicación con distintas generaciones de poetas, y entre los temas que aborda canaliza la realidad discursiva entre hechos poéticos y otras maneras de reinterpretar la poesía, siempre con maestría. Sin duda, Ernesto Lumbreras seguirá haciendo escuela, compartiendo lo que va redescubriendo y su poesía quedará en la memoria de muchas generaciones presentes y venidaderas. Cabe mencionar que desde el 2009 circula su antología Intersecciones. Doce poetas peruanos (Calamus-INBA). Es autor del libro El ojo del fulgor. La pintura de Arturo Rivera (CNCA, 2001). En el 2013 publicó Coordenadas para una inminente catástrofe. Cinco pintores mexicanos (Filodecaballos). Ha traducido del italiano los libros Museo de sombras de Gesualdo Bufalino (Aldus, 2009) y Antes no había nada. Después comencé a imaginar mi propio jardín de Chiara Carrer (Petra EdicionesConaculta, 2015). Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 2004. Amando Salgado: Tu trabajo poético, ensayístico y como antologador es indiscutible: ¿cómo escribir distintos géneros cuando es común que un escritor se especialice en uno solo, dejando de lado la posibilidad de ser polígrafo? Ernesto Lumbreras: Casi a la par que publicaba mis primeros poemas, en la Guadalajara de mediados de los ochenta, también aparecieron mis primeras reseñas y mis primeros ensayos. Elías Nandino, sin ser un poeta crítico, nos estimulaba a pensar lo que leíamos y escribíamos, a examinar la tradición y el entorno de la literatura, a trazar paulatinamente nuestro árbol genealógico. Ya en la Ciudad de México, Huberto Batis, en el suplemento Sábado de Unomásuno, ponía como condición para publicarte un poema, demostrar que podías comentar y ar-
/// Ernesto Lumbreras. Foto Cortesía del autor.
gumentar la lectura crítica de un libro vía la escritura de una reseña literaria. Con esos antecedentes, con esas enseñanzas, la escritura de poemas ha corrido en línea paralela con mi trabajo de crítica literaria y, tiempo después, de crítica de artes visuales. Aunque tengo trabajos de narrativa y teatro, inéditos y publicados, no me considero un polígrafo o un escritor todo-terreno. Los pocos libros de poesía que he publicado, seis al día de hoy, se han escrito con demora y paciencia: la poética de la estalactita. El ritmo de los artículos y de los ensayos es otro, enmarcado en circunstancias prácticas y programables: textos de ocasión o solicitados con motivo de una efeméride o
de una exposición en puerta. Aunque puedo reconocer, tal vez como una situación inevitable y fuera de control, el trasvase de las aguas líricas en mis indagatorias críticas y de reflexión, el uso de las analogías y los símbolos para abordar una obra de arte, un libro o un fenómeno literario. AS: En tu hacer hay varios libros de poesía y ensayo: ¿podrías decirnos cuál libro tuyo nos recomendarías más, y qué razón te une a él (siempre hay grandes historias personales de por medio), ¿sugieres leer tus libros de forma cronológica?, ¿qué otros títulos has publicado?, ¿en dónde podemos hallarlos?
EL: Salida por la tangente: mi libro favorito nunca lo escribiré. Desde mi total subjetividad, la aproximación más encomiable a tal imposibilidad es El cielo (FCE, 1998), volumen que se publicaría en otro momento en la reunión Caballos en praderas magentas. Poesía 1986-1998 (Aldus, 2008), con una presentación del siempre recordado Eduardo Chirinos. En el rubro del ensayo, La mano siniestra de J.C. Orozco (Siglo XXI, 2015) es el volumen de mi bibliografía con mayor número de reseñas, en un momento que las publicaciones periódicas tienen casi abandonado este género de crítica literaria. Me atrae más, en un primer acercamiento a la obra de un autor, leerlo por saltos y al azar, toda vez que soy un convencido de que no aplica la teoría de la evolución en la escritura poética. Mis dos recientes libros son Los que dijeron las estrellas en los ojos de un sapo (Bonobos, 2012) y Tablas de restar (UAQ, 2017). AS: El dolor en la frente es un movimiento poético que permite sensibilizar a la población en torno a la violencia actual y sus consecuencias, ¿en qué consiste esta acción poética?, ¿cuál debería ser el compromiso de los lectores ante estas circunstancias? EL: En el 2016, en un curso de la Divina Comedia en Oaxaca, recortamos versos del canto XXXIII del Paraíso, en especial los tercetos del inicio del
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AS: ¿Qué opinas sobre la relación constante entre arte, literatura y realidad social?, ¿qué sugerencias podrías compartirnos para escribir poesía que cuestione los hechos actuales sin que deje de ser artística? EL: Es un tema fascinante, con puntos ciegos y zonas de confort. En todas las coyunturas históricas, la necesidad y la tentación de realizar ese cruce entre poesía e historia resultan inevitables. La guerra civil española, la segunda guerra mundial, la revolución cubana, la guerra de Vietnam, los movimientos estudiantiles del 68 —y las barricadas y los cazuelazos que vinieron después— inundaron la literatura de panfletos líricos que fueron celebrados en su momento en plazas, reuniones clandestinas, campus universitarios y cafés. Como el tema de la rosa y el de los ángeles, el tópico político posee, desde antes de abordarlo, un catálogo de lugares comunes amén de una retórica mesiánica, políticamente correcta, militante de la causa, sentimental y casi siempre exenta de sentido del humor. El Neruda político es un plomo. Me atrae más la liviandad de Parra o la de Zurita. Prefiero el escepticismo de Zaid, la mordacidad de Lizalde o el humor de los poemínimos de Efraín Huerta a todos los versos “cargados de futuro” y de actualidad de nuestra poesía mexicana. Por otra parte, todo en su lugar, valoro el panfleto y el performance políticos como vehículos de divulgación efectiva de una lucha o una causa. Pueden ser más efectivos que la oratoria o que las pintas, llegado el caso. AS: Es conocida tu labor en la coordinación de talleres literarios. Respecto a los talleres, en ocasiones son los primeros espacios para socializar lo que se escribe; hubo talleres emblemáticos como los que impartió Juan José Arreola y Elías Nandino, escritores jaliscienses al igual que tú; ¿qué opinión tienes sobre
viejo y taimado Ezra Pound. Pero bueno, podría comenzar con este: Al poema no le sirve tu sinceridad. Cédela a la hora de tu diván. AS: El cine: detonante activo en muchas personas: ¿qué cine prefiere Ernesto Lumbreras?, ¿qué películas nos recomendaría?, ¿qué otras pasiones tiene que le permitan andar con plenitud en este viaje literario de la vida? EL: En 1989, cuando llegué a la Ciudad de México, veía unas 10 películas semanales en promedio. Por unos meses escribí una columna de crítica de cine en El sol de México que pedantemente titulé “Los 400 golpes”. Luego, a mediados de los noventas, cambié a otra demencia igualmente adictiva y fascinante: el teatro. Me tocó ver algunos montajes de Ludwig Margules que me volaron la cabeza como antes lo hicieron películas como Andréi Rubliov o Stalker de Andréi Tarkovsky. Quizá me debo un cine club personal donde programaría cintas que abonaron tanto a mi educación sentimental como a un posible gusto estético, no sé, películas de Robert Bresson, Claude Chabrol, Víctor Érice, Ettore Scola, Win Wenders, Woody Allen…
Diálogos de la Choca y la Xtabay transcritos por la mano de Pierre Choderlos de Laclos
/// Foto cortesía de Alberto Tovalín. el quehacer en los mismos, y qué autores sugieres cuando impartes alguno?, ¿qué otras recomendaciones le compartirías a quien desea escribir poesía? EL: Estoy convencido que hay un conjunto de saberes, destrezas y mañas del oficio del poeta que sí pueden ser trasmisibles. También, como punto de partida, conviene desterrar ciertos clichés: el mito del poeta bohemio a la espera de la colaboración externa, musa o demonio; la equivocada impresión de que el lenguaje de la poesía es consustancialmente divagatorio y abstracto; la negativa del rigor, el estudio y la disciplina para reconocer el oficio, las herramientas y materiales poéticos. Por otra parte, desconfío de los talleres que duren más de 10 sesiones. Corren el riesgo de convertirse en tertulias, lo que no está del todo mal. El mérito mayor de un coordinador es ubicar, al momento de revisar trabajos de creación, ciertos indicios de una voz, o de un estilo en potencia, o de una cosmovisión que asoma la nariz en esos versos tímidos y erráticos. A partir de ese hallazgo tan deseable, el coordinador puede ahorrarle al aprendiz de poeta años de trabajo un tanto a ciegas con la recomendación de dos o tres poetas de su mismo temperamento o tradición que le abrirán caminos para sus posteriores viajes a tierras incógnitas e indómitas. AS: ¿Hay alguna anécdota que te recuerde de forma constante la importancia de continuar escribiendo?, ¿recuerdas
cuál fue el primer libro que te haya marcado?, ¿cuál es tu decálogo como poeta? EL: Mi primer poeta fue mi abuelo. Su nombre era ya un destino manifiesto para nombrar el mundo: Juan Bautista Saldaña. Con él aprendí los nombres de los cerros, las lomas, las cañadas, los potreros o los arroyos de la región. Eran pequeños poemas lo que me revelaba: plan de barrancas, arroyo de las torcazas, potrero de la uña de gato. Recuerdo esto y me doy cuenta cuánta sensatez tenían los insensatos dadaístas al afirmar que la poesía se encontraba sólo en un porcentaje en los poemas. Para bien o para mal, elegí la poesía de las palabras escritas. No he meditado un decálogo, ni siquiera un trío de principios como los que calibró en su juventud el siempre
1 −Me gustaría hacerte el amor bajo una cascada, de noche, en el trópico fosfórico, cuando el jaguar sale a cazar estrellas fugaces en el ojo de jade de un cenote. −Yo pensaba gozarnos, aquí y ahora mismo, en este plantío de cacao donde el sol, entre el follaje del palo mulato, se muere por espiarnos. ¿O será el jaguar mismo, regresando con nuestra piel cortada, hecha trizas por sus garras y colmillos, el que nos contempla inmóvil y agazapado entre el pastizal de pará? 2 −Anda, haz un intento por describirme tu orgasmo de hace unos minutos. −Mmm… Algo como zapotes negros y maduros cayendo —de la rama más alta— sobre baldosas de mármol. 3 −Boca de caníbal, la tuya y la mía. Se olvida de todas las palabras, la muy perversa y ciega de toda sílaba, la muy insaciable de iras nupciales. −Cuando no tiene bocado entre sus dientes, balbucea sonidos ininteligibles, de bestias cruzando un río de aguas turbulentas. 4 −Como en el poema de Villon, inclinada, entre mis piernas, bebes de mi coño añorando “morir de sed junto a la fuente”. −O tal vez resucitar, amor mío; en ese manantial tuyo hay dátiles, reflejos de una estrella supernova y música de laúd. 5 Como si fuera un manjar de dioses, niña mía, esas descargas de semen en mi boca se originan del régimen franciscano de mi amante: naranjas verdes, agua con piloncillo y carne de lagarto durante una luna. ¡Y nada más! —¡Ese hombre venera tu placer! Lo he visto en su miseria caminar por el pueblo —trapos con huesos, nervadura tensa y ojeras de funerario—, acompañado de una sombra difusa y esquiva. ¡Pero qué sonrisa de obispo! Sabe, a cabalidad, que en casa lo aguarda, vestida con paños de Bruselas, una vampira mercurial con la cena servida y la alcoba oliendo a vetiver. De Tablas de restar (UAQ, 2017)
Poesía
mismo que es un bellísimo elogio a la virgen María. Esos versos, nos los pegamos en la frente y salimos a las calles, nos sentamos en las bancas del parque, tomamos un café en los portales, abordamos el transporte público para regresar a casa… Más allá del desconcierto de las personas que se toparon con nosotros, varios leyeron esos endecasílabos prodigiosos de Dante. ¿Qué pasó después? La poesía no cambia nada, simplemente sucede, simplemente se aparece según la frase tan citada de Auden. A partir de aquella experiencia, y coincidiendo que durante el mes de mayo impartía un taller de lectura y escrituras poéticas, mi grupo salió a la calle con los rostros de los tres estudiantes de cine de Guadalajara —desaparecidos y masacrados por los narcos—, con el propósito de compartir un dolor, pero también, de exhibirlo y denunciarlo públicamente a los ojos de quien quisiera verlo. A esa imagen de los jóvenes, cada portador incorporaba una palabra o una frase breve que resumía un particular duelo y una manera especial de verbalizar el terror y el deseo de justicia.
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Renovarse o morir: las bibliotecas en juego Por Eduardo Campech Miranda
Promoción de la lectura
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na de las problemáticas más constantes en muchas bibliotecas públicas del país es dar con el secreto de la atracción de usuarios. Además de una preocupación, debe considerarse una ocupación constante y un reto permanente. Ya he mencionado que la vorágine tecnológica nos tomó por sorpresa y que estas bibliotecas no han sido capaces de ofrecer alternativas atractivas a la población. Los factores de lo anterior son multicausales, endógenos y exógenos. Las autoridades y el personal bibliotecario deben diseñar estrategias que incidan positivamente en el incremento de la concurrencia a estos recintos. Por principio, deben tener claro que los usuarios no llegarán ni por los mismos motivos, ni en la misma cantidad, ni bajo las mismas condiciones que hace treinta años. Seguir con las mismas prácticas es condenar la biblioteca al destierro. Esto lo hemos visto cuando se cierran o mudan bibliotecas y la comunidad permanece ajena. Por el contrario, cuando la biblioteca cumple su función social, la propia sociedad demandará su permanencia, e incluso, se involucrará positivamente en su conservación, en el mantenimiento de su infraestructura y en el enriquecimiento de sus acervos. Una buena lectura del entorno permite identificar con cuáles instituciones se pueden establecer convenios de colaboración. Existen varios programas que ofrecen becas a estudiantes de nivel Medio Superior y Superior, los cuales podrían realizar su servicio social o estancia en las propias bibliotecas, engrosando con ello la oferta de servicios (asesoría de tareas), como de capacitaciones y talleres (de literatura, apreciación del arte, de investigación, divulgación científica, etc.), es decir, en una dinámica donde todos “ganen”: becarios, instituciones que otorgan la beca, bibliotecas y comunidad. Con
ello también se invierte la noción de que la biblioteca es proveedora y la comunidad destinataria. Hacerlo al revés también funciona. Las actividades de fomento a la lectura deben estar coordinadas por personas que lean. No basta poner en práctica los talleres que diseña el personal de la Dirección General de Bibliotecas porque, la experiencia así lo muestra, se privilegia el juego, la manualidad a la lectura o escritura. En muchas ocasiones esto propicia que se despoje a la lectura de su placer, del esfuerzo intelectual propio en la construcción de sentidos y significados. Buscar formar lectores desde la mera contemplación y conducción lleva a otros sitios, menos
al puerto que se proponía. En resumen: es jugar al tío Lolo. Finalmente debe explotarse todo aquello que la sociedad demanda y está en las posibilidades de las bibliotecas: museos efímeros, archivos sonoros, tradiciones y costumbres, cine clubs, conciertos didácticos, capacitaciones para la vida cotidiana, etc. Imponer concepciones, ideologías, paradigmas desde la comodidad del escritorio no resulta económico, eficaz, ni eficiente. Por el contrario, con ello se pone en riesgo la diversidad, el sentido crítico y propositivo, la inclusión queda sólo en el discurso y las bibliotecas seguirán, como aquella novela de González de Alba, siendo solas.
Danza
Bajo el influjo de Terpsícore t
Por Carlos Flores
E
xisten muchas cosas que el hombre ha inventado o descubierto que revelan su origen divino, entre las más conocidas están las bellas artes, pues nadie puede negar que estas actividades van más allá de la naturaleza meramente animal de nuestra esencia y son el vestigio más palpable de que existe un orden más allá de nuestro entendimiento, y que en ese acto, el de la creación, el ser humano se convierte en un dios por un momento, al convertir la materia en una obra bella e inmutable que expresa su propio espíritu. Una de las artes más efímeras es la danza, pues es un acto que dura el tiempo que se extienda su ejecución, y para quien lo percibe es sin duda un evento que le maravilla y le conmueve hasta lo más íntimo de su ser, como le pasó a Odiseo al contemplar a los feacios en la danza que le brindaron para que se olvidara por un momento de sus pesares: y los adolescentes hábiles en la danza, habiéndose colocado a su alrededor, hirieron con los pies el divinal circo. Y Odiseo contemplaba con gran admiración los rápidos y deslumbradores movimientos que con los pies hacían.1 El baile es la imitación de la naturaleza, nace del canto de Baco
que se lograba escuchar con el viento en los campos griegos, y del susurro de Terpsícore que tenía tal poder de hacer que el hombre encontrar el ritmo de la vida, el cual latía en su interior en cada uno de su latidos, reflejando el movimiento de los astros en el universo. La danza es movimiento coordinado y elemental, que sirve para agradecer a los dioses la existencia misma. No existe pueblo ni cultura que no se haya dejado llevar por el ritmo de la naturaleza, el cual nace como un sonido repetitivo desde el interior mismo, y que se va trasformando cada vez en algo más sublime hasta copiar por entero el mundo y su latido; así como la música puede emular las tempestades y la serenidad de los días, la danza es la expresión del espíritu humano que se hace simbiosis con el contexto que le rodea. El baile libera la energía y revitaliza, no existe arte tan sublime como la expresión del cuerpo, ya sea de manera individual o coreográfica. Por eso los antiguos veían en la danza un acto virtuoso digno de ser ejecutado en sus rituales más sublimes, y con ello asegurar el regreso de la lluvia, una buena cosecha, el renacer del sol cada día o la existencia misma. Cuando bailamos expresamos nuestro espíritu de una manera
/// Terpsícore, la musa de la danza. Imagen tomada de Nueva Acrópolis, organización internacional.
que ninguna de las bellas artes puede hacer, pues en ese acto nos va todo nuestro ser, nuestro cuerpo, que al ritmo de la música expresa lo que somos, en un movimientos regulares o irregulares, que revelan el estado de nuestro espíritu. Todo baile, desde el tribal hasta las danzas sagradas, danzas de la muerte, danzas de guerra, los pasacalle, danzas moriscas, el carol, el estampie, el branle, el saltarello, la tarantela, el ballet, la seguidilla, el zapateado, el flamenco, el can can, el twist, el rock and roll, el slam, la cumbia, la lambada, el tamborazo y reguetón, revelan el interior de nuestro ser y nuestro lugar en el universo. 1
Homero, La Odisea, México, Porrúa, 2004, p. 80.
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16 DE JULIO DE 2018
Desayuno en Tiffany’s, mon ku
Se presenta el documental en construcción Voyage avec les Trans
t Por
Jean-Francois Grima1
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etrás del Palais des Papes se encuentra uno de los lugares mágicos de Aviñón; es un antiguo edificio restaurado que servía de almacén para el ejército francés en la época en la que el Palacio era un cuartel. De ahí viene su nombre actual, La Manutention. Es aquí donde late el corazón cultural de Aviñón, a lo largo del año (porque la ciudad vive y existe fuera del Festival ¡claro que sí!). Asociaciones de danza, de jazz, y compañías de teatro crean espectáculos y los representan durante toda la temporada. Pero el alma de La Manutention, es el cine Utopía que lo gestiona todo. ¡Nunca fue un nombre mejor usado! Se trata de una utopía cultural hecha de inteligencia, exigencia y generosidad. Es en estas cuatro salas donde el mundo se encuentra con Aviñón. Desde ciclos consagrados a los grandes clásicos (Buñuel, Capra, Jarmusch o Ripstein) hasta la producción actual más vanguardista, todo el cine y todos los problemas de nuestro tiempo están reunidos en Utopia. El cuadro quedará completo si añadimos un Petit Bistró donde puede picar una brushetta, un cuarto de hora antes de su sesión, y un restaurante de la Manutention donde terminar la noche frente a una comida orgánica. Utopia es un lugar de cultura, o simplemente de vida, incomparable. Durante el mes de julio, el teatro tiene cita con el cine en Utopia. Desde hace varios años, los Territorios Cinematográficos son la parte cinematográfica del Festival de Teatro de Aviñón. Los artistas de la programación teatral se encuentran en el programa de Utopia; algunos por una
película que hicieron, otros por su participación como actores de cine, otros invitados a comentar un documental relacionado con su obra teatral. Voyage avec les Trans, el “work in Progress” El pasado 10 de julio tuvimos la oportunidad de vivir un momento excepcional. La cineasta Stephane Mercurio presentó Voyage avec les Trans, el “work in Progress” de un documental dedicado a Trans (més-ellà), una obra teatral creada por el director franco-español Didier Ruiz. En primera parte, asistimos a la proyección de Víctor XX, un corto de ficción de Ian de la Rosa, uno de los actores de la obra, también
cineasta. Mucha sensibilidad y maestría en este joven director de 25 años que nos presenta los primeros momentos de la transición de Víctor, un joven andaluz, y las reacciones en su entorno. Ninguna violencia excesiva, ni patetismo exagerado, pero sí, unos episodios de vida, las sorpresas, las preguntas, el dolor de un mundo poco preparado a acoger la diversidad. La película está rodada en los impresionantes paisajes de la provincia española de origen de Ian de la Rosa, Almería, entre mar y montañas, vegas y desiertos, casas lujosas con piscina y césped e invernaderos agrícolas, infiernos quemados por el sol. A través de festivales en todo
el mundo, esta película ya conoció una larga carrera; esperemos que la carrera de Ian de la Rosa sea aún más larga, se lo merece. Para su obra, Trans (més ellà), Didier Ruiz reunió una quincena de actores no profesionales, todos trans, para construir un espectáculo basado en sus experiencias. Para su documental, en construcción, Stéphane Mercurio posó su cámara frente al escenario durante los primeros contactos entre los miembros del equipo; y, poco a poco, aparecen el esqueleto y la carne del trabajo. Los trans cuentan sus historias, sus experiencias, sus traumas, sus dolores ... y los reviven para la obra y para la cámara. Poco a poco, es también “nuestra identidad, nuestra normalidad lo que se cuestiona”, como dice Stéphane. Y, al final, queda la mera reivindicación del derecho a ser diferente. El público vive 30 minutos de intensa emoción, pendiente de los labios de los actores, de sus silencios, a veces. Emoción que continúa después, durante el debate, cuando una de las actrices admite que es la primera vez que se ve actuar y que lloró al oírse contar cómo le anunció a su hijo su transición. Emoción cuando una mujer, en el público dice: “Mi hijo acaba de comenzar su transición y, hace unos días, me dijo: ‘Mamá, tengo la impresión de reinventarme’. En aquel momento, no entendí exactamente lo que significaba; con vosotros, por fin lo he entendido. Gracias”. Esto es lo que queremos decirles a Stéphane, Didier, Ian y todos los demás que, al revelar su intimidad, nos llevan hasta lo más hondo de nuestra propia humanidad: merci. 1
Presidente de la Asociación Contraluz de Aviñón.
Cine
Territorios Cinematográficos en el Festival de Aviñón
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LA GUALDRA NO. 347
Agenda
Agenda Cultural Julio 2018 LUNES 16 / 20:00 horas Cultura en la Ciudadela Teatro / monólogo en un acto “Sólo” de Samuel Beckett Taller Laboratorio Teatral “Escenautas” Dir. Jorge Humberto de Haro Duarte Sala de la Bóveda del Centro Cultural Ciudadela del Arte
Teatro Ramón López Velarde
MUESTRA ESTATAL DE TEATRO 2018 Encuentro Municipal de Teatro Del 15 al 20 de julio
Miércoles 18 18:00 horas Teatro para adolescentes y adultos Epiekeia Grupo 2/7 Teatro Dir. Selene Silva Jiménez Teatro Ramón López Velarde
Lunes 16, 18:00 horas Charla: Introducción a la técnica vocal hablada Imparte: Alejandra Marín Sala Hermanos de Santiago del Centro Cultural Ciudadela del Arte Martes 17 17:30 horas Inauguración Muestra Estatal de Teatro 2018 Teatro Ramón López Velarde 18:00 horas Teatro para niños, adolescentes y adultos Entremeses de Lope de Rueda Compañía Teatral “La Corte de los Milagros” Dir. Karla María Ríos
20:00 horas Teatro para adolescentes y adultos Abril antes de las sirenas MoMo Dir. Claudia Solís Teatro Ramón López Velarde
20:00 horas Teatro para adolescentes y adultos Quiero mix XV (Con vals y toda la cosa) Grupo Macarrones Dir. César Rincón Teatro Ramón López Velarde Jueves 19 18:00 horas Teatro para niños adolescentes y adultos El Baúl La Ciénega Teatro Dir. Iván Guardado Teatro Ramón López Velarde
20:00 horas Teatro para adolescentes y adultos Más pequeño que el Guggenheim La Casota de Zapata Dir. Guillermo Zapata Teatro Ramón López Velarde Viernes 20 18:00 Hrs. Teatro para adolescentes y adultos Cuerpos Flotantes El Escarabajo Dir. Rosalina López Teatro Ramón López Velarde 20:00 horas Charla Diálogos teatrales Participan: Alejandra Marín, Fausto Ramírez y Luis Martín Solís 21:00 horas Premiación y Clausura TALLERES Del domingo 15 al viernes 20 De 10:00 a 15:00 horas Taller de Combate Escénico Imparte: Iván Guardado Instalaciones del INCUFIDEZ y Teatro Ramón López Velarde Cupo limitado Del domingo 15 al viernes 20 De 10:00 a 15:00 horas Taller de Improvisación Imparte: Noé Germán Rendón Instalaciones del INCUFIDEZ y Teatro Ramón López Velarde Cupo limitado Del martes 17 al viernes 20 De 10:00 a 15:00 horas Taller de Voz Imparte: Alejandra Marín Teatro Ramón López Velarde Cupo limitado Del martes 17 al viernes 20 De 10:00 a 15:00 horas Taller de Actuación de Teatro de Calle Imparte: Luis Martín Solís Teatro Ramón López Velarde Cupo limitado Del martes 17 al viernes 20 De 10:00 a 15:00 horas Taller de Dirección Escénica Imparte: Fausto Ramírez Sala Hermanos de Santiago del Centro Cultural Ciudadela del Arte Cupo limitado Informes: De 9:00 a 15:00 horas Subdirección de Difusión y Animación Cultural Teléfono directo 922 04 17 Link formato de inscripción: https://goo.gl/8NosSB
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16 DE JULIO DE 2018
El humor subversivo en el cine de animación: Isla de Perros y Los Increíbles 2 t
Por Adolfo Nuñez J.
producción de Pixar dirigida por Brad Bird (El Gigante de Hierro, Ratatouille) es una secuela directa a la cinta del mismo nombre lanzada hace 14 años, donde se cuentan las aventuras de los Parr, una familia de superhéroes que tiene que lidiar no sólo con el crimen y los típicos villanos sino con el día a día del idealizado americano en los suburbios. Reforzando las ideas de su predecesora de satirizar el género, en este segundo capítulo los jefes de la familia
Helen y Bob (Elastigirl y Mr. Increíble) tienen un cambio de rol, donde ella sale a combatir a los villanos y él se queda en casa a cuidar a los niños, dinámica que rompiendo estereotipos, propone la efectividad y el triunfo en el apoyo mutuo encontrado en la equidad del núcleo familiar. En ese sentido, la película también plantea una sociedad que cuestiona el propio sentido de las personas extraordinarias, así como líderes o políticos, al demostrar que puede ser tan heroico rescatar a cientos de personas
El Picaporte Avocar, sólo en lo jurídico t
Por Simitrio Quezada
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n la reciente edición de un periódico local leí que el gobernador de Zacatecas, Alejandro Tello, declaró respecto a la UAZ: “Veo condiciones para que terminen las rencillas y nos avoquemos (sic) a la universidad”. Llama mi atención que ese “avoquemos” está erróneamente consignado por los editores con “v” y no con “b”, y esa equivocación da pie para recordar que, en efecto, sí existe “avocar” además de “abocar”. Detallemos: “Abocar” es un verbo más difundido, se deriva de “bucca”, boca o mejilla hinchada (en contraste con “os”, referido más a boca cerrada), y tiene ocho definiciones en el Diccionario de la Lengua Española. Se entiende como pasar contenido de un recipiente a otro mediante las bocas de éstos, llegar a un lado, reunirse varias personas, quedar
destinado a, y dedicarse de lleno a algo. Así, yo aboco el galón de anticongelante al depósito de agua, Fulano está abocado a la ruina si continúa endeudándose, el barco comienza a abocar al puente, los jurídicos del partido se abocan al recuento de votos o, en efecto, el gobernador y el rector se abocan a resolver los problemas económicos de la universidad. “Avocar”, en cambio, se deriva del verbo latino “vocare”, llamar, y se refiere exclusivamente a que una autoridad gubernativa o judicial atrae la resolución de un asunto que corresponde a una instancia inferior. Es término estrictamente jurídico. Así, podemos decir: “No permitamos que el juez termine por avocar este caso”. * Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com
Cine
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n la actualidad para algunos todavía persiste la idea de que, en el cine, las películas de animación sólo se remiten al mercado infantil, idea que se refuerza ante el enorme bombardeo publicitario que se maneja al momento de distribuir títulos de dicha categoría, y que resulta en enormes éxitos taquilleros pero con una limitada calidad y propuesta. Bajo dicho modelo de producción y posterior distribución, de entre todas las grandes compañías de cine, la más exitosa siempre ha sido Pixar, al elaborar cintas que funcionan en el plano más comercial y de entretenimiento, pero que también destacan y logran trascender en el gusto de la crítica gracias a sus bien trabajados y profundos guiones. En el lado más modesto de la industria, por otra parte, se ha vuelto cada vez más común ver a cintas de corte independiente abrirse lugar entre las grandes producciones, gracias a la creatividad, el ingenio y el impacto visual que abordan, y cuya responsabilidad recae en directores aclamados, tales como Hayao Miyazaki, Richard Linklater, Charlie Kaufman y Wes Anderson. En ese sentido, este año en ambos rubros han sido lanzadas dos películas que destacan por sus técnicas de animación, por el enorme cuidado al diseño de sus personajes, y por la madurez en sus guiones, los cuales buscan abordar con sátira y humor subversivo temas que no pueden dejar de sentirse actuales. Los Increíbles 2, la más reciente
en un accidente ferroviario como ejercer la paternidad debidamente, y en donde cada individuo puede ser un héroe bajo sus propios términos. En Isla de Perros, cinta casi artesanal de stop-motion dirigida por Wes Anderson (Fantastic Mr. Fox) conocemos la despótica y distópica ciudad de Megasaki en el año 2038, lugar donde el alcalde y amante de los gatos Kobayashi decide prohibir a todos los perros de la metrópoli, bajo la excusa de una supuesta gripe canina mortal. Dicho decreto incluye el exilio de los animales a un basurero enorme conocido como Trash Island, sitio a donde Atari, el héroe de la cinta, decide viajar para encontrar a su perro Spots, y donde posteriormente recibe ayuda de otros perros locales en su búsqueda. Si bien aquí Anderson cae en los sitios comunes de su particular estilo, el cuidado y respeto a la cultura japonesa así como la profundidad de sus personajes caninos, cuya condición alienante plantea un subtexto político, invariablemente cobra ecos con las políticas migratorias del país vecino, y que termina por cuestionar quiénes somos como humanidad y quiénes queremos ser en el futuro. Así pues, como las mejores caricaturas de los periódicos, ambas cintas logran exponer el discurso político bordeado en sus guiones, sin ser explícitas en el mismo, y que vuelven destacable que incluso las películas animadas son un estimulante reflejo de la sociedad, y también se pueden volver instigadoras en los cambios dentro de la misma.
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LA GUALDRA NO. 347 /// 16 DE JULIO DE 2018
El Santo Oficio Uno Río de palabras
Mientras tanto en el cielo las estrellas se apagan una a una, lentamente, como si alguien las estuviera soplando. Clara Obligado
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Por Alberto Huerta
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e atrás hacia adelante, de adelante hacia atrás, una vez, y otra más, y otra, y otra, luego de izquierda hacia la derecha, de derecha a izquierda, y luego otra vez, y luego girando, girando, pero sin mover los pies, los pies bien fijos en el piso. Anclados. Como un vaivén. Sin mover los brazos. Te tocaron con el dedo mugroso el corazón. Te ataron las manos y los pies con un mecate chamagoso como amarra a los cerdos. Te clavaron el cuerpo con agujas. No sabían que estabas cruzado. Bien cruzado. Escupieron tu imagen. No sabían nada de nada. Estaban endemoniados, encorajinados, aferrados, emperrados, con la bilis amargándoles la boca. Encaprichados. No sabían… no saben… y nunca lo sabrán, que estás cruzado… Te velaron… Te estrujaron el cuerpo con las manos mojadas de orines… Lo exprimieron… Una y otra vez… Confeccionaron un muñeco con la tela de una playera que robaron del tendedero de tu casa. Al mono le pusieron tu fotografía. Alza los brazos. Arriba, alto, bien alto. Y agita las manos hasta que las sientas bien calientes. Las bajas de golpe y las sacudes. Repites el movimiento tres veces. Toma con tus manos la energía que está alrededor de tu cuerpo. Llévala hacia ti, como si estuvieras echándote agua. Toma un haz de luz del piso, como si fuera una cuerda. Enrédala. Forma un capullo de luz. ¡Respira! ¡Respira! Tomaron tu fotografía y la enterraron en un muladar. En el basurero. Ella, la Reina Coronada te está protegiendo. Y otras más. ¡Respira! No te muevas. Estás dentro de un capullo de luz. Afuera, en el cielo, la luna.
/// La exposición La antítesis del silencio, de Alejando Nava, permanecerá en exhibición, en el ex-templo de San Agustín, hasta el mes de septiembre. Lo invitamos a visitarla. Foto: Cortesía de Comunicación Social del IZC.
Me voy t
Por Pilar Alba
Y
a me voy, te dije, pero no me escuchaste. Y pensé que lo habías hecho porque hasta volteaste la cara; para luego darme cuenta que no, porque me pediste que te pasara el control de la tele; cambiaste de canal y seguiste entretenido. Ya me voy, te volví a decir, pero esta vez ni siquiera volteaste, ni te moviste ni nada. Me asomé a verte y estabas pro-
fundamente dormido, empezaste a roncar y seguiste en tus sueños como si nada. Ahora sí ya me voy a ir, te dije cuando te subías al coche para irte al trabajo. Sacaste la mano a través de la ventana y te despediste sin enterarte de lo que te había dicho. Ya me voy, te dije, cuando regresaste y abriste la puerta, me llamaste para que bajara a saludarte, a servirte la cena. Entonces ahí sí me escuchaste, pero yo ya estaba muy lejos, tan lejos donde no pudieras encontrarme.