La Gualdra 305

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 305 /// 21 DE AGOSTO DE 2017 /// AÑO 7

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Fotografía de Jesse Mireles.

“Yo, no soy yo. En la calle soy la Tlatoani del Barrio. En Mesoamérica, tlatoani era el nombre que se designaba a los gobernantes y quiere decir orador o la voz el pueblo. Yo quiero ser esa voz, la voz de los sin rostro, de los olvidados, de aquellos hombres del México Profundo de los que Bonfil Batalla hablaba… México también es su gente mestiza, morena e indígena. Éste es el México emergente que se levanta y se hace escuchar”.

[Más de Jesse Mireles en páginas centrales]


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LA GUALDRA NO. 305 /// 21 DE AGOSTO DE 2017 /// AÑO 7

La Gualdra No. 305

Editorial Armando Jiménez, mejor conocido como Armando Palomas, es un artista mexicano, nacido en Aguascalientes. Lo conocí hace 20 años cuando con un grupo de amigos planeábamos hacer una especie de festival alternativo al oficial llamado La Fundación y buscábamos a quién invitar a que participara en él. Corría el año de 1997 y en una reunión surgió su nombre; Mariana Terán me lo recomendó, recuerdo que se refirió a él como “un artista original, fuera de serie, que conecta con el público de inmediato”; ¿pero qué tipo de música hace?, le pregunté a Mariana, y tras un breve momento de reflexión, me dijo: “Es extraño lo que te voy a decir, pero hace todo tipo de música, hace una mezcla de rock, cumbias, trío, románticas… pero es la onda”. Ella me consiguió su número y su primer cassette, a través de su hermana, quien ya lo había invitado para que participara cantando en la presentación de un libro. Armando Palomas y la Veladora, era el nombre de ese cassette en cuya portada con fondo blanco aparecía el dibujo de una veladora encendida. Empecé a escuchar “El borracho”, que decía algo así como “Ando buscando un doctor, de manicomio y cantina, que me quite este dolor, quiero sacarme una espina”; eso podría fácilmente ser la letra de un grupo norteño, pensé francamente divertida… y es que uno escucha a Armando y no puede dejar de sonreír, de recordar las cosas bonitas y no tan bonitas de la vida, pero desde la barrera, como si todo se tratara de una película. Cuando llegué a la rola “Ojalá que llueva sangre”, que dice “Mientras la lluvia ausenta las calles, huele a soledad, mis recuerdos desde esta azotea, comienzan a sudar la palabra que un día yo te prometería, carnal”, una canción de una tristeza infinita, estaba más que convencida de que tenía que venir a Zacatecas a La Fundación. Le marqué y desde la primera vez que hablamos supe que Armando, Palomas, el de la Veladora, era un hombre generoso: se sorprendió por la invitación y de inmediato aceptó. Su presentación, esa primera vez en Zacatecas, en el mes de abril de hace 20 años, fue un éxito, de verdad. Desde entonces a la fecha su trabajo ha sido constante; he conocido a pocas personas que tra-

bajan como él. Su ritmo de vida ha sido vertiginoso, productivo, de una emoción similar a la de la montaña rusa. Armando Palomas efectivamente tiene esa capacidad pocas veces igualable de conectarse con el público de una manera genial. Escribe desde el corazón, desde el fondo de sus entrañas y luego interpreta sus canciones como si el alma se le fuera en ello. “Y me dicen cholo, pacheco pasado, hippie, punketo, mechudo, rapado, muestrario de aretes, pachuco arrumbado, rebelde macizo, orador traumado. Músico piojoso, poeta frustrado, pintor de segunda y tercera mano, skato, sandino, rockero tumbado, marquista, guevaro, rojillo tatuado, loco, orate, avionado y demente. Y todo… por ser diferente”, dice su canción “Luna”, la más emblemática, para mi gusto, de sus canciones; la más neta, la más cercana a los diferentes, a los otros, a los lejanos y los presentes, a los que quieren revolucionar, como él lo ha hecho, su forma de ver el mundo y de enfrentar gritando esta realidad con “calzones, pasión, fe y pantalones y una que otra canción”. Armando Palomas estará el jueves 24 de agosto en Zacatecas para presentar el libro de un joven escritor zacatecano, Alan Damir. Se trata del libro Flavia Caramelo, editado por Texere. Hace apenas unos meses se le envió el texto para pedirle que lo prologara y Armando, generoso como siempre, aceptó. El libro lleva su prólogo porque le gustó, por eso y porque cree que apoyar a las nuevas generaciones de artistas siempre será una prioridad, estará en nuestra ciudad para comentar el texto. Sólo hay 100 entradas disponibles, si usted quiere asistir debe solicitar su pase en las oficinas de Texere Editores ubicadas en la calle Genaro Codina 748. De Armando estamos preparando también un texto más amplio, en el que compartiremos con ustedes momentos de su vida, memorias y proyectos actuales. Por lo pronto, los invitamos a que asistan a la presentación del libro Flavia Caramelo, un texto que promete mucho, por cierto. Que disfrute su lectura.

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Encuentro Municipal de Teatro en Zacatecas Por Iván Guardado

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Cuentistas mexicanos No raros; sí inclasificables Por Mauricio Flores

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Jesse Mireles Yo, no soy yo. En la calle soy la Tlatoani del Barrio

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Baby driver: el musical de acción Por Adolfo Nuñez J. La tolerancia de la intolerancia y el extraño mundo de lo absurdo Por Carlos Flores Desayuno en Tiffany’s, mon ku El peluquero romántico de Iván Ávila Dueñas Por Carlos Belmonte Grey El Picaporte De veras va separado “de veras” Por Simitrio Quezada Notas al margen De vuelta al laberinto de la Poesía Mexicana [Parte 5] Por José Agustín Solórzano Odio Por Pilar Alba De cómo empecé a hablar con los difuntos Por Alberto Huerta

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Directorio

Aprender de la historia en Zacatecas, la educación para el trabajo en el siglo XIX Por René Amaro Peñaflores

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

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Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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6 Por René Amaro Peñaflores*

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oy en día es imprescindible recuperar efectos inducidos y positivos de las experiencias decimonónicas o de otras épocas en el ámbito educativo, no para repetir dichos procesos, pues los contextos son diferentes y responden a una historicidad específica. Pero es posible aprender y recuperar acciones formativas exitosas ocurridas a lo largo de la historia local. Un ejemplo de lo anterior lo encontramos en este libro sobre la educación para el trabajo, cuyo contenido da cuenta de cómo gobierno del estado y sociedad civil articulan acciones para resarcir la pobreza socioeconómica y ética que padecían en el siglo XIX los sectores populares zacatecanos (artesanos, operarios mineros, manufactureros, labradores). Se enfatizan los esfuerzos del Estado liberal, de las asociaciones de caridadbeneficencia y de las estrategias de sobrevivencia implementadas “desde abajo”. La educación para el trabajo, la beneficencia y el asociacionismo laboral, significaron auténticas alternativas de fomento social para cambiar el statu quo en coyunturas particulares. En este tenor planteamos lo siguiente: ¿cómo se construyeron y articularon educación-trabajo, beneficencia-asociación en Zacatecas, en torno a un proceso decimonónico de secularización, ciudadanización y pensamiento liberal que buscaba, mediante la formación para el trabajo, fortalecer el Estado-Nación y moralizar a los sectores sociales? Encontramos que, desde finales del siglo XVIII, el imperio español, con base en las ideas ilustradas, aplicó una política en favor de la enseñanza industrial, mediante cartillas y escuelas de artes y oficios, así como de otros instrumentos de socialización, orientados a los sectores populares para formarlos técnica, moral y cívicamente. En el periodo independiente, la élite política y letrada, en su afán por fortalecer sus intereses, impulsó una educación popular que cobró nuevos bríos. A partir de la oferta de ciudadanía con Cádiz, los trabajadores buscaron construir sus derechos que la ley les confería, aunque ello no impidió la ideologización liberal que forjaba una cultura política reforzadora de roles, estatus y posiciones sociales diferenciadas. No obstante, con el tiempo hombres y mujeres de la élite y de los sectores populares “dialogaron” y “negociaron”:

compartieran intereses mediante la educación, caridad, beneficencia y nuevas sociabilidades laborales. El libro está estructurado en seis capítulos. En el primero, de María del Refugio Magallanes Delgado aborda los proyectos peninsulares de finales del siglo XVIII, que estaban encaminados a la enseñanza industrial a través de cartillas rústicas. Analiza el pensamiento ilustrado y las sociedades económicas cuya pretensión fue expandir, sobre todo, la producción textil novohispana. En el segundo, René Amaro Peñaflores analiza el proyecto de educación popular orientada al trabajo productivo en Zacatecas entre 1831- 1898 y cuyos propósitos fue formar técnicamente a los artesanos y moralizarlos, como “nuevos hombres”, industriosos y virtuosos. En el tercero, Israel Díaz García se pregunta sobre las acciones específicas que se aplicaron en beneficio de la instrucción para el trabajo, concretamente para la formación de un tipo de capital humano entre 1867-1910, en concordancia con las nuevas industrias modernas y capitalistas que se desarrollaron en el país. En el cuarto, Judith Alejandra Rivas Hernández aborda el rol femenino de la élite y de las esposas de los artesanos locales organizados en mutualistas, ana-

lizando las acciones de caridad, filantropía y beneficencia. Primero, observa el trabajo mutual y filantrópico voluntario y cómo se fortaleció la moral y el bien común y, segundo, explica el papel del corporativismo laboral y la ayuda mutua, en torno a las acciones de utilidad y satisfacción de necesidades que cumplía la producción de bienes manufactureros. En el quinto, María de Jesús Casillas Paredes reflexiona en torno al proceso que da lugar a la instrucción lancasteriana y su transformación en educación objetiva moderna en la segunda mitad del siglo XIX en Zacatecas. Se parte de las preguntas: ¿qué actores llevaron a cabo el movimiento social que articuló la instrucción-educación, disciplina laboral, filantropía y nueva racionalidad metodológica? Las respuestas se sustentan en el pensamiento de Anne Querrien y en las acciones de Beatriz González Ortega. Por último, Hugo Ibarra Ortiz da cuenta de la importancia formativa, productiva y mercantil que se realizaba en la Escuela de Artes y Oficios-Hospicio de Niños de Guadalupe, el cual operó exitosamente desde el último tercio del siglo XIX y se convirtió en el antecedente directo de la industria moderna local. Resalta el taller de hilados y tejidos que producía el popular rebozo usado por

todos los sectores sociales. La reflexión final que extraemos del libro es que las sociabilidades laborales formales y la nueva racionalidad intelectual liberal-positivista se institucionalizaron durante el régimen porfirista local, dándole sentido a los procesos formativos y a los espacios sociales de beneficencia (Casa de la Bufa, Hospicio de Niños de Guadalupe, Hospicio Echeverría, Fresnillo, Ángel del Hogar). No obstante, la educación tiene límites, las acciones de las cartillas industriales, la importancia formativa-productiva de las escuelas de arte y oficios, las prácticas mutuales-filantrópicas efectuadas desde abajo por la incipiente sociedad civil, requerían apuntalarse con otras medidas institucionales para potenciar su impacto: fomento al empleo industrial, articulación entre capital humano y libre mercado laboral, e imbricación de necesidades empresariales y públicas. Y eso quedó pendiente. * Universidad Autónoma de Zacatecas. 1

Reseña sobre el libro: Educación para el

trabajo, filantropía y asociacionismo. Zacatecas en el siglo XIX, México, UAZ, 2017 (ISBN: 978-60797041-1-7), de René Amaro Peñaflores (coordinador).

Libros

Aprender de la historia en Zacatecas, la educación para 1 el trabajo en el siglo XIX


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Teatro

Encuentro Municipal de Teatro en Zacatecas 6 Por Iván Guardado

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l Encuentro Municipal de Teatro es un proyecto que busca descentralizar la actividad teatral de Zacatecas a través de talleres, obras de teatro y conferencias. Dentro de este marco se desarrolla La Encerrona, que es un punto de encuentro para jóvenes pertenecientes a diferentes municipios de Zacatecas, en donde se busca vincularlos con la actividad teatral de nuestro Estado, desarrollando en ellos la inquietud por las artes escénicas y acercándolos al proceso creativo: desde la gestación de la puesta en escena, hasta su presentación con público. En el año 2005 se realizó el primer Encuentro Municipal de Teatro con el apoyo del programa México en Escena y el Instituto de la Juventud de Zacatecas. En ese primer encuentro se logró la participación de 10 municipios: Apozol, Florencia de Benito Juárez, Pinos, Calera, Vetagrande, Guadalupe, Morelos, Villa González Ortega, Tepechitlán y Zacatecas, con más de 60 participantes; se realizaron 10 montajes durante su estancia en la encerrona. El proceso de selección se dio a través de talleres que se ofertaban en los municipios, en donde se hacía un casting y entre los seleccionados de definía el texto a montar, el director y el elenco. El ejercicio de reunir a los participantes en un encierro realizado en las villas del INCUFIDEZ, permitía conocer las diferentes formas de construir una puesta en escena en los municipios de Zacatecas para, a partir de ahí, ofrecerles herramientas que les apoyaran en la comunicación como grupo y encaminar un montaje. Las obras eran asesoradas durante la semana de encierro y complementadas con talleres enfocados a desarrollar las aptitudes de los participantes. Maestros como Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, Noé Germán, Julia Robles, Cristina Calvillo, Antonio López Torres, Manuel Trejo, Héctor Nuñez, Luis Miguel Ríos y Kalio de León acompañaron el proceso de montaje y permitieron el acercamiento a la actividad teatral, de una manera práctica. Ese primer Encuentro concluyó con la presentación de los 10 montajes en el auditorio del INCUFIDEZ, ante público. Los grupos continuaron su desarrollo en sus municipios, generando presentaciones en escuelas y eventos culturales, pero por circunstancias personales y por la falta de interés de las casas de cultura por promoverlos, poco a poco se fueron desintegrando. El grupo Stigma, de Zacatecas, ha sido uno de los más constantes y hasta la fecha sigue generando trabajos escénicos. En el año 2012 se retomó el proyecto

y con el apoyo del Instituto de la Juventud de Zacatecas se llevó a cabo la segunda edición del Encuentro Municipal de Teatro. Los municipios participantes fueron Florencia de Benito Juárez, Teúl de Gonzales Ortega, Calera, Guadalupe, Río Grande, Fresnillo, Villanueva, Miguel Auza, Jalpa, Sombrerete y Zacatecas. En esta edición también se logró la creación de 10 montajes, que se presentaron en el auditorio del INCUFIDEZ. De los grupos participantes se consolidó el grupo de Florencia de Benito Juárez, que en los recientes concursos culturales del COBAEZ, logró el primer lugar en el área de teatro. En este encuentro, los maestros que apoyaron el desarrollo de las obras, fueron: Noé Germán, Ángel Martínez, Mayela Venegas, Kalio de León, Iván Iñiguez y Karla Ríos. En el 2015, con apoyo de la Secretaría de la Juventud de Zacatecas y el Instituto Zacatecano de Cultura a través del programa “Alas y Raíces”, se desarrolló el Tercer Encuentro Municipal de Teatro. Tras dos experiencias previas, se replanteó el objetivo del encuentro y se estableció como premisa de este proceso la necesidad de generar actores capaces de vincularse con las instituciones culturales y desarrollar proyectos

de formación teatral en sus municipios. En esta ocasión, los participantes ya no eran grupos formados previamente en los municipios, sino jóvenes a los que se les había ofertado un taller de acercamiento escénico. Los seleccionados provenientes de municipios como Morelos, Jalpa, Sombrerete, Luis Moya, Calera, Tepechitlán, Guadalupe, Trancoso, Villa de Coss, Fresnillo y Zacatecas, llevaron el taller de Dramaturgia, impartido por Ángel Martínez, y en donde a partir de sus necesidades, los participantes escribieron sus textos a llevar a escena. También se dio el taller de intervención de espacios públicos, impartido por Miguel Loyola, en donde se les brindaron herramientas para intervenir espacios alternativos y que la falta de éstos no fuera una limitante para su creación en municipios. Estos talleres se complementaron con los ofertados dentro de la encerrona, que impartieron Mayela Venegas, Iván Iñiguez, Noé Germán, Ángel Martínez y Kalio de León. El ejercicio final se realizó para la Clausura de los Cursos de Verano del programa “Alas y Raíces” en donde la participación ya no era segmentada por municipios; por el contrario, se logró la vinculación de todos los participantes

en una sola puesta en escena. De este encuentro, varios jóvenes se mantienen activos en municipios como Trancoso y Sombrerete, generando grupo escolares o asociaciones de fomento a la cultura. En el año 2016 y con apoyo del Instituto Zacatecano de Cultura, se logró vincular el Encuentro, a la primera Muestra Estatal de Teatro. Permitiendo a los participantes, no sólo llevar un proceso de formación, sino también, tener un panorama de la actividad del teatro zacatecano, ya que parte del programa de actividades de la encerrona era su participación como espectadores en la programación de la MET2016. En esta ocasión los municipios participantes fueron: Morelos, Jalpa, Calera, Juan Aldama, Río Grande, Florencia de Benito Juárez, Fresnillo, Guadalupe, Tlaltenango y Zacatecas. Este nuevo esquema del Encuentro permitía en los participantes ampliar su visión crítica frente a una obra de teatro, y que ésta fuera un referente sobre las posibilidades de montaje. Sin embargo, por cuestión de horarios, en esta edición no hubo un proceso de puesta en escena con los participantes, lo cual los alejaba de la práctica. En esta ocasión los maestros invitados fueron Alejandra Serrano, Manuel Domínguez y Noé Germán. En este Quinto Encuentro Municipal de Teatro, que se desarrollará del 25 de agosto al 1 de septiembre, se busca dar continuidad a la formación actoral así como de espectador. Es importante generar en los participantes una visión crítica que les permita crear en su municipio ejercicios escénicos que se alejen de los textos por demás explotados en las comunidades, para concursos escolares o festivales, que desafortunadamente suelen ser ramplones y ofensivos. Este año además de participar en talleres de formación teatral, también estarán en un proceso de montaje que tendrá la oportunidad de ser presentado en el marco de la Segunda Muestra Estatal de Teatro, bajo la dirección de David Ramírez, quien además fungirá como asesor. En esta ocasión los maestros invitados son: Carolina Pimentel, José Antonio Falconí y Noé Germán. Además de una conferencia impartida por el maestro Fernando Martínez Monrroy. El Encuentro Municipal de Teatro es un proyecto que pretende la descentralización del teatro en nuestro Estado, posibilitando la formación de público y de actividades artísticas en lugares marginados por su localización. Aunque las estrategias para lograrlo han ido cambiando, el encuentro ha sido constante y ha permitido vincular a jóvenes de diferentes municipios que descubren nuevas formas de ver, sentir, formar y crear teatro.


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Cuentistas mexicanos

No raros; sí inclasificables 6 Por Mauricio Flores*

Libros

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ntologías de cuento mexicano hay muchas. Tantas como esfuerzos destinados a compendiar lo mejor del género, ya profuso y sugestivo en la tradición literaria de la región. Recordamos antologías por tiempo, las más. Por tópicos observados en sus autores, otras. Hasta arribar a una por demás particular, dícese lo contrario de general, que aglutina a 25 autores mexicanos trasladados al título de un extendido universo, demostración al tiempo de la fortaleza de esta manera de hacer literatura. El hilo del minotauro. Cuentistas mexicanos inclasificables, se llama. Selección y prólogo de Alejandro Toledo editada por el Fondo de Cultura Económica en 2006 y reimpresa recientemente, lo cual habla de su pertinente consumo lector. En ella están: Efrén Hernández, Francisco Tario, Guadalupe Dueñas, Amparo Dávila, Inés Arredondo, Salvador Elizondo, Pedro F. Miret, José de la Colina, Gerardo Deniz, Angelina Muñiz-Huberman, Jesús Gardea, Esther Seligson, Adela Fernández, Hugo Hiriart, Guillermo Samperio, Daniel Sada, Samuel Walter Medina, Emiliano González, Humberto Rivas, Daniel González Dueñas, Verónica Murguía, Luis Ignacio Helguera, Javier García-Galiano, Cristina Rivera Garza y Pablo Soler Frost. Colectivo que aquí se arma y se llamará no “raros” sino “inclasificables”, de acuerdo al propio Toledo. Y es que, como la misma historia de la literatura latinoamericana, la nacional bien puede ser “una historia de raros”. ¿Motivos?: marginalidad, carácter excéntrico, practicantes de géneros desiguales, obras anómalas. “El elenco underground que propone esta antología (cuya divisa es un invisible hilo de minotauro) acaso no resultará menos desconcertante. Se limita al territorio mexicano, aunque sin un sentido fronterizo ortodoxo”. Inclasificables y no raros (raro es todo escritor “hasta que no demuestre lo contrario”), insiste Toledo, lo que “funciona mejor porque se acude a la búsqueda de aquello que el archivista desechó, lo que no pudo ajustarse a los criterios rígidos y que, por lo mismo, fue puesto a un lado a la espera de un archivista que acepte de entrada sus propias singularidades y sepa dar a ese paisaje complejo un expediente adecuado… aunque termine por ubicar a esos autores en donde les corresponda”. “Si por fuerza de haber un lugar para los inclasificables, ¿no será ese punto de extravío el sitio perfecto?”.

/// Salvador Elizondo.

/// Amparo Daèvila.

/// Daniel Sada.

No hay puertos seguros

famas quienes arman las historias literarias ya que su afán, precisamente, es ser recordados: construyen altares para que el presente y el futuro los venere. Llegan a ser tan convincentes en el modo en que se toman en serio, que el aura de su nombre se convierte en su mejor ficción. Mas la lectura crítica, cuando toma distancia de los poderes, hace de estos paisajes de apariencia creíble un modelo para armar y desarmar, pues hay famas con talento y cronopios de utilería. Podría, incluso, establecer subespecies: cronamas (marginales poco conocidos) y fanopios (de fama incierta y rareza discutible). Por ejemplo, puesto que el espectro es amplio, ¿dónde colocar a Julio Torri o a Efrén Hernández?, ¿a

Silva y Aceves?, ¿a José Revueltas y Juan José Arreola?, ¿a Juan Rulfo y Carlos Fuentes?”. Dilema de peso en verdad, puesto que “en estas sinuosidades es difícil encontrar alguna certeza”, añade el prologuista de El hilo minotauro. “También los famas cortazarianos son una especie rara, pues creen que las argucias teatrales los llevarán a puerto seguro. La enseñanza, si alguna puede obtenerse, es simple: no hay puertos seguros, los mapas literarios se forman por piezas siempre cambiantes. Si a ciertos autores se les va a llamar ‘raros’, habría que preguntarse cuáles son los ‘no raros’ o ‘normales’; si hay excéntricos o marginales debe haber céntricos, etcétera, aunque las geografías no

Dice Alejandro Toledo que “son las

Cipriano Campos Alatorre o Mariano

suelen ser muy claras”.

Cuentos seleccionados El señor de palo (Hernández). La noche de los cincuenta libros (Tario). Al roce de la sombra (Dueñas). El entierro (Dávila). La Sunamita (Arredondo). El Desencarnado (Elizondo). 24 de diciembre de 19… (Miret). El cisne de Umbría (De la Colina). Circulación cerebral (Deniz). Iordanus (Muñiz-Huberman). Acuérdense del silencio (Gardea). Por el monte hacia el mar (Seligson). La jaula de tía Enedina (Fernández). Disertación sobre las telarañas (Hiriart). Manifiesto de amor (Samperio). La averiguata (Sada). Tríptico de la torre VI-T5-77 (González). Falco (Rivas). La llama de aceite del dragón de papel (González Dueñas). El ángel de Nicolás (Murguía). Rotaciones (Helguera). La espada y el relicario (García-Galiano). La alienación también tiene belleza (Rivera). Birmania (Soler).

***** El hilo del minotauro. Cuentistas mexicanos inclasificables, Selección y prólogo de Alejandro Toledo, FCE, México, 2017, 504 pp. * @mauflos


Artes Visuales

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LA GUALDRA NO. 305

Jesse Mireles

Yo, no soy yo. En la calle soy la Tlatoani del Barrio*

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i nombre es Jessica Mireles, tengo 18 años y desde los 11 de edad decidí adentrarme al mundo de la fotografía documental. A pesar de no tener claro mi objetivo en ese entonces, iba en busca de las vida, rostros e historias que la calle otorga. La fascinación por estas historias me motivó a mostrar al mundo a través la fotografía momentos inmortalizados del tiempo.

Creo que es posible cambiar al mundo a través del arte, una simple fotografía puede comunicar el mensaje deseado, transmitir y sensibilizar. Yo, no soy yo. En la calle soy la Tlatoani del Barrio -nombre que, por cierto, se atribuye también a una de las canciones de mi banda favorita de rock alternativo, Café Tacvba-. En Mesoamérica, tlatoani era el nombre que se designaba a los gobernantes

y quiere decir orador o la voz el pueblo. Yo quiero ser esa voz, la voz de los sin rostro, de los olvidados, de aquellos hombres del México Profundo de los que Bonfil Batalla hablaba… México también es su gente mestiza, morena e indígena. Éste es el México emergente que se levanta y se hace escuchar. * Instagram: soyjessemireles


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Artes Visuales


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LA GUALDRA NO. 305

Baby driver: el musical de acción Cine

6 Por Adolfo Nuñez J.

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lo largo de toda su carrera, el director británico Edgar Wright ha revitalizado diferentes géneros clásicos en el cine, los cuales, con las dosis correctas de humor, sátira y un estilo visual único, le han hecho acreedor de un lugar privilegiado en la industria cinematográfica actual. Dichos acercamientos van desde el cine de zombies (Shaun of the dead), de acción (Hot fuzz), hasta de ciencia ficción (The world’s end) pasando por las películas de súper héroes o adaptaciones de novela gráfica (Scott Pilgrim vs. The world). Con Baby driver, su más reciente cinta, Wright abandona la sátira y evita los pastiches para hacer un profunda homenaje al cine heist de atracos y persecuciones de la década de los 70’s. Baby (Ansel Engort) es un conductor que se encarga de llevar a delincuentes y ladrones, quienes realizan grandes robos en bancos y sitios públicos, para posteriormente salir de ahí gracias a las habilidades de Baby tras el volante. Dichos robos son organizados por Doc (Kevin Spacey) un magnate corrupto a quien Baby debe dinero, razón por la cual accede a conducir en cada atraco, en un intento por saldar dicha deuda. En el momento de la acción, Baby sólo necesita escuchar la canción adecuada para dejarse llevar por ella en una especie de trance al conducir y así lograr perder a cada patrulla de policía. Baby padece tinnitus, una enfermedad que le crea un zumbido en el oído como resultado de un accidente automovilístico en su

infancia, razón por la cual, al tratar de disminuirlo, escucha música prácticamente todo el tiempo. Dicha afición por la música después la comparte con Debora (Lilly James), la mesera del café a donde Baby suele ir, y al enamo-

rarse de ella, la principal razón por la que desea abandonar la vida criminal. A través de los ojos y oídos del protagonista, Wright arma un interesante experimento audiovisual en el que, al celebrar los principios más básicos del sonido en relación

La tolerancia de la intolerancia y el extraño mundo de lo absurdo

Opinión

6 Por Carlos Flores

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se mundo de los años ochenta y los noventa, cuando parecía que se iban a dejar atrás todas las diferencias con la caída del muro de Berlín, el nacimiento de la Perestroika, el apartheid y todos esos esfuerzos de una sociedad primermundista por romper las barreras raciales, culturales y económicas, se fue al traste con la relativización del mundo contemporáneo. Todo empezó cuando los medios de comunicación comenzaron a meter poco a poco en sus transmisiones, pequeñas transgresiones, como el uso de malas palabras, insultos a la religión, sexo explícito, burla a los políticos; y aquello que parecía plena libertad de expresión se convirtió en una tolerancia ilimitada que creció de manera alarmante con el nacimiento del internet. Pese a los esfuerzos de las autoridades por controlar lo que se transmite ya no sólo en televisión sino en la red, uno puede, sin importar su edad, género o especie, encontrar toneladas de información con contenido ofensivo y denigrante para ciertos

/// Tolerancia. En el Muro de Berlín.

grupos, así como una desinformación sobre varios aspectos, como teorías que afirman que la tierra no es redonda o que los extraterrestres son los humanos del futuro, entre otras maravillas. El resultado es que los pocos seres humanos que se esfuerzan por darle un sentido pleno al mundo y que son tolerantes

dado su esfuerzo por comprender la diversidad, tienen que tolerar un mundo de cosas absurdas y excentricidades que plantean quienes crean la moda o las élites de la vanguardia en los medios de comunicación. Vemos entonces cómo los héroes de los medios son los antihéroes, donde los criminales se convierten en protagonistas, donde

con la imagen, de modo enérgico le da ritmo y forma a cada fotograma que aparece en pantalla. Como una especie de videoclip musical de larga duración, cada corte y encuadre funciona al servicio del ritmo y la melodía en cuestión, y que dan como resultado originales y muy creativas secuencias de persecución, que fluyen casi como si se tratara de un musical de acción. Con una selección musical que incluye a Beck, Barry White, Simon & Garnfunkel, The Beach Boys, T. Rex, Queen y Run The Jewels (por mencionar algunos) Wright demuestra, al igual que directores de su generación como Quentin Tarantino o Wes Anderson, que tiene un amplio bagaje musical y cinematográfico, y que se refuerza por las referencias visuales y el estilo retro que maneja en esta cinta. Los personajes secundarios son arquetípicos del mismo género (la femme fatale, el mentor, los asesinos implacables), y por parte de la pareja protagonista constantemente se menciona el idealizado de una vida en la carretera, sin ataduras y sin detenerse. Como resultado, Baby es un personaje carismático y noble con mucha corazón sin necesidad de pronunciar demasiadas palabras, y es dicha dimensión en su protagonista la que al final diferencia a Baby driver de otras películas de automóviles y persecuciones actuales. Al final resulta casi paradójico pensar que tal vez la película más original del año descansa dentro de uno de los géneros más rentables y desgastados actualmente, pero que nunca se había llevado a cabo de una manera tan creativa y estimulante.

los artistas cantan cosas denigrantes y presumen el uso de drogas, donde se atacan los valores y al sistema sin sentido crítico ni sentido común. La inteligencia, el saber y la filosofía parecen extinguirse o difuminarse. Poco a poco, la sociedad va cambiando, aquéllos que eran tolerantes con los intolerantes, se ven opacados por éstos últimos y se invierten papeles. Movimientos que defendían derechos se vuelven extremistas. Sociedades sin rumbo encuentran en los nuevos dictadores una esperanza ante los malos gobiernos. Los maestros son atacados por un sistema supuestamente cada vez más incluyente pero que se convierte en el verdugo intolerante de un maestro asfixiado por la burocracia, cuando lo único que quería era enseñar y contagiar un poco de su pasión por la materia a sus pupilos. Pareciera un mundo de locos, o al revés, pero creo que quienes estiran los hilos saben perfectamente qué es lo que quieren, y quizá fueron asesorados por especialistas en Un mundo feliz o 1984, haciendo que la sociedad viva una mentira convencida de que está dentro de una realidad, la cual, si no es soportable, puede ser abatida fácilmente con el consumo de drogas legales como el azúcar, el fútbol, la música mala, el alcohol y la sobreinformación. ¿Será acaso que estamos en plena decadencia?, ¿o será que fijamos un nuevo rumbo como comunidad global?


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21 DE AGOSTO DE 2017

Desayuno en Tiffany’s, mon ku

6 Por Carlos Belmonte Grey

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n mayo del 2015, en Festival de Cannes, conocí a Oscar Ramírez, director de la productora mexicana Arte Mecánica. Nos encontramos en el stand del Instituto Mexicano de Cinematografía, y en la conversación salió que estaba promocionando y buscando apoyos para la nueva película del zacatecano Iván Ávila Dueñas; estaba entusiasta por el proyecto porque, de acuerdo a sus palabras, era “quizás la película más narrativa y ‘normal’ de Iván”. Poco más de medio año después platiqué con Ávila Dueñas y me dijo que estaba dándole duro para terminarla lo más pronto posible y tratar de meterla a los festivales de Berlín o Cannes, 2016, pero lamentablemente el tiempo les ganó. Sin embargo, Iván Ávila Dueñas consiguió crear una película romántica y nostálgica sin perder su estilo tan característico y definido desde sus Adán y Eva (2004) y La sangra iluminada (2007). Antonio Salinas da vida a un peluquero de la Ciudad de México que ha sufrido la pérdida de un familiar, no tiene pareja y su única distracción son sus amigos de dominó, su fiestero hermano, el ron Appleton y las puntas del pelo de ciertas mujeres. Como en sus películas pasadas, el peso de la narración recae en los encuadres de cámara y el sonido diegético pero no en los diálogos de los personajes. El espectador se construye la historia gracias al movimiento de las imágenes y no a las confesiones explícitas de los personajes; las digresiones del pasado (madre, padre, esposa) no son necesarias para exponer la sensación de vacío y la tristeza.

Para dar un ejemplo, los sobreencuadres en las ventanas de la peluquería le permiten al zacatecano situar los dos ambientes de la película: si al interior se respira la década de 1950, evidente, por los muebles de la casa y del negocio, la música de -entre otros- Mario Quintero (Nomás contigo) y José Antonio Zorilla (Bonita), y el cine con los monólogos de Tin-

tan en su peluquería (La tijera de oro 1958), el agobio de Ninón Sevilla por las calles de Río de Janeiro (Aventurera en Río, 1953); al exterior, en el reflejo, vemos pasar, por las grandes avenidas de la Ciudad de México, carros modernos y quedamos así ligados al presente. Ávila Dueñas no se contentó sólo con incorporar estos elementos del cine clásico

(reflejos y sobreencuadres) sino que también mantuvo las saturaciones del color y sobreimpresiones aunque, en esta ocasión, las metió con marcas en la pantalla como el desfilar de los cuadros de la antigua película o los planos detalle en raccord con la mirada del personaje. Todo esto hace evidente los cambios de color en la pantalla y, por tanto, los estados de ánimo del personaje. En El peluquero romántico Ávila Dueñas no abandona, tampoco, sus tan queridos temas de la transmutación, la soledad y la nostalgia, aunque ciertamente dando mayor peso a estos dos últimos. La soledad queda retratada por los largos silencios y las tomas fijas en el interior de la casa; a notar que en la secuencia inicial el personaje se mantiene en las sombras y sin hablar. Ojalá El peluquero romántico se proyecte mucho por salas mexicanas, y de paso también extranjeras.

El Picaporte

De veras va separado “de veras” 6 Por Simitrio Quezada

“V

erdad” se dice aletheia (no oculto) en griego. Lanthano significa “ocultar” y el prefijo “a” es de negación. Para la cultura helénica, pues, la verdad corresponde a lo que no está oculto. “Verdad” se dice sadaqa (sincero) en árabe. De ahí viene la palabra “sadiq”, amigo. Para los árabes, un amigo es alguien que siempre te habla con la verdad. “Verdad” se dice emet (confianza) en

hebreo. Básicamente se refiere a lo que está por hacerse, en lo que se tiene confianza de que se hará. El verbo que da origen a emet es “amán”, apoyar o confirmar, de donde viene el religioso “Amén”: que así sea o que así se haga. “Verdad” se dice véritas (firme) en latín. Lo “verus” es lo puesto a prueba: de ahí viene lo severo, el que persevera y el que asevera, el que asegura. También lo verídico (verus dicere: se dice que es verdad). Las cosas veras, pues, son las cosas verdaderas. En la mitad del siglo 19, con el roman-

ticismo español, se popularizó en aquel país europeo la frase “entre bromas y veras”, lo que para nosotros en esta nación y en este tiempo sería “mitad en serio, mitad en broma”. Ejemplos: “Entre bromas y veras, alcanzó a insultarte”, “Entre bromas y veras, él tiene la razón”, “Entre bromas y veras, este comediante es un líder de opinión”. El “de veras” que utilizamos nosotros ahora es más bien adverbial y debe escribirse siempre como dos palabras. También puede utilizarse como una pregunta para confirmar lo que se nos dice: “¿De

veras?”. Coloquialmente, también hay que hacerlo notar, algunos se permiten aplicarle el diminutivo y hasta repetirlo: “¿De veritas, de veritas?”. Aun así siempre debe escribirse separado, en dos palabras, so riesgo de que se confunda con el “debieras” o el “deberás”, ambos del verbo “deber”. Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com

Cine

El peluquero romántico de Iván Ávila Dueñas


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10º Festival Internacional de Jazz & Blues Zacatecas Del 17 de agosto al 2 de septiembre de 2017 PROGRAMA MUSEO DE ARTE ABTRACTO MANUEL FELGUÉREZ Jueves 24 20:00 Hrs. GRUPO UNIVERSITARIO DE JAZZ,

LA GUALDRA NO. 305

Jazz 21:30 Hrs. SMOKE RINGS QUARTET & MÓNICA ZULOAGA Jazz manouche Viernes 25 18:30 Hrs. LA TIERRA Jazz – fusión

20:00 Hrs. CAXCÁN LATINO, Jazz

SAMUEL MARTÍNEZ QUINTETO “Huazzteco”, Jazz & son

21:30 Hrs. DHARMA JAZZ Jazz – fusión

NAVE DEL EX CONVENTO DE SAN FRANCISCO (MUSEO RAFAEL CORONEL)

Sábado 26 20:00 Hrs. VOCUMERI, Jazz

Jueves 31 de agosto 20:00 Hrs. EUTERPE JAZZ TRÍO Jazz

21:30 Hrs.

21:30 Hrs. ADRIÁN OROPEZA TRÍO Jazz

21:30 Hrs. HÉCTOR INFANZÓN CUARTETO Jazz

Viernes 1º de septiembre 20:00 Hrs. SIMBIOSIS JAZZ QUARTET Jazz Músicos invitados: Rodolfo “Popo” Sánchez, saxofón Cristóbal López “Cris Lobo”, guitarra

Sábado 2 de septiembre 20:00 Hrs. ARISTA 5 Jazz 21:30 Hrs. SONEX Jazz


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21 DE AGOSTO DE 2017

Notas al margen [Parte 5]

6 Por José Agustín Solórzano

P

¿

or qué se publica tanta poesía si nadie la compra?, ¿los poetas creen en los poetas, en la poesía o en sí mismos? Las razones son varías y complejas, desde la hiperegotrofia de los poetas hasta los beneficios de un negocio redondo. Pensemos: el Estado debe aparentar –porque ése es su trabajo- que existe cultura, la poesía es cultura, le han dicho. Crea certámenes, da estímulos económicos a los creadores – como quien apoya a un grupo vulnerable, a una minoría marginada-, y luego, llegamos los poetas y los editores vivos y aguzados, a decirle que para terminar de hacer bien su trabajo hay que publicar a todos esos talentos nacionales, que hay que hacer llegar la poesía a todos los rincones del país, y cómo, pues muy fácil mister president, yo le hago una edición chingona de mil ejemplares por una módica cantidad y luego ya vemos cómo los distribuimos. El resultado, no sólo alimentamos a los poetas, sino también a los editores y de paso encajonamos 500 ejemplares de libros de Juanito de Los Versos Rotos en las bodegas, y los otros 500 se van a los estantes de las librerías –si tienen suertea empolvarse. Nada de esto está mal, que para eso es el dinero. Lo malo es que carecemos de estrategias de distribución, que el Estado se limita a aparentar, a realizar encuestas tan inútiles como ésta, pero no ha generado un verdadero proyecto para “crear” lectores y, a todo esto, ¿será tarea del mister president y de sus amiguitos crear lectores?, ¿de quién es esa obligación?, ¿es una obligación leer?, ¿y poesía? El Estado fomenta la lectura para simular, ya lo sabemos, pero para qué lo hacemos nosotros, los poetas, los editores, los académicos, ¿para tener amigos con quien conversar?, ¿para mantener vivo un dinosaurio que evidentemente está desapareciendo?, ¿porque es lo único que sabemos hacer y ni modo de morirnos de hambre? Yo no sé. Continuemos con el análisis de las respuestas que dieron en la encuesta. 11.- ¿Podrías mencionar un poema que te haya marcado, cuál sería? Todos tenemos una canción que nos marcó, ésa que cuando escuchamos nos echamos a llorar o pedimos una cerveza, pero y ¿el poema? Uno no va por la vida recitando su poema favorito o pidiéndolo en las fiestas o en las cantinas, como si fuera una de Chente o del JuanGa. Sin embargo,

/// Mario Benedetti.

claro que existimos los desadaptados y hubo un total de 23 poemas mencionados. Los que se llevaron las palmas fueron el “Poema XX”, de Pablo Neruda (3); “Algo sobre la muerte del mayor Sabines”(2) y

/// Pablo Neruda. Foto de la Fundación Neruda.

“Los amorosos”(2), de Jaime Sabines. Todos los demás tuvieron una sola mención. Sólo una persona, por ejemplo, mencionó “Muerte sin fin”, un poema que se supone representativo, y sólo una también dijo que

lo había marcado “Los heraldos negros”; igual pasó con “Piedra de sol”, de Octavio Paz. Nadie, ni siquiera los del grupo que lee poesía contemporánea, mencionó el poema de un autor actual. Los jóvenes de preparatoria y de secundaria, a excepción de un par que dijo que uno de Neruda o alguno de Benedetti que no recordaba, dijeron nombres de poemas o “poesías” que se usan para declamar en las escuelas, lo que nos habla, una vez más, de la idea de poesía que aún tienen los adolescentes de educación media. ¿Por qué los lectores de poesía contemporánea no mencionaron a ningún autor vivo?, ¿será que habría que morirse para que nuestros poemas sean más fuertes e intensos?, ¿los poemas de hoy son peores que los de ayer?, ¿para que un poema me marque debe estar legitimado por el tiempo?, ¿por las élites?, ¿por cuántos lectores? ¿Los textos que se mencionan marcaron a estos lectores por su calidad estrictamente literaria o por las experiencias vitales por las que estuvo rodeada su lectura?, y si la respuesta correcta es la segunda –que yo lo creo-, ¿cuál es la necesidad de escribir un poema exacto, perfecto, si para que éste marque al lector se requieren de factores que de ninguna manera pueden estar en nuestras manos? Omitiré el análisis de las siguientes dos preguntas, pues una tiene que ver con la edad de los encuestados y la otra con su profesión, y ya he comentado estos aspectos al principio de este artículo. [Continuaremos la última parte de las respuestas en la siguiente edición]

Notas al Margen

De vuelta al laberinto de la Poesía Mexicana


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LA GUALDRA NO. 305 /// 21 DE AGOSTO DE 2017

Odio

Río de Palabras

6 Por Pilar Alba

D

e repente se empezó a llenar de odio: desde la uña del dedo gordo del pie hasta la coronilla. Todas las células de su cuerpo estaban inundadas de ese sentimiento. El código de su ADN se impregnó tanto de odio que llegó a modificarse. Incluso su mirada, ésa que dicen que es el reflejo del alma se teñía de rojo, de tanto y tanto odio que sentía. Ella justificaba lo torvo de su mirada exclamando con una tierna voz que en nada le correspondía: Es por mi problema de presión, no me he tomado las pastillas. Su caminar se volvió más lento y las pausas para pensar lo que decía se volvieron más prolongadas. El odio le había desorientado las neuronas, le había trastocado las ideas. Algunas veces en lugar de ordenar la lista de medicinas en la farmacia, le extendía a la dependienta la lista de los útiles de la escuela. Lo mismo le pasaba cuando iba a la panadería y lo que en realidad quería era comprarse unos zapatos. El odio era más grande, la controlaba en todo; menos en la voz, esa voz que como ya dije a todos nos desconcertaba, sobre todo cuando nos miraba y con esa voz, casi de niña inocente, gritaba: ¡Cómo me caen gordos todos, hijos de la chingada!

De cómo empecé a hablar con los difuntos 6 Por Alberto Huerta Serán los recuerdos como grumos de sombra. Cesare Pavese /// Meditación. Su autor, el pintor checo Bohumil Kubišta, nació un día como hoy, 21 de agosto, pero de 1884. Así lo recordamos en La Gualdra.

Alzar el vuelo sin alas sin ojos… Elías Nandino A dónde irán los muertos quién sabe a dónde irán… Canción popular. A Delfino Villalpando.

E

n esta ciudad no se imagina usted la cantidad de difuntos que andan caminando como el judío errante por las calles. Uf, Así, mire. Por montones. Así… Niños… mujeres… jóvenes… viejos… hay de todo. Andan mirándolo todo, como si nunca hubiera visto nada… como los rancheritos cuando bajan al pueblo los domingos… asombrados unos… encabronados otros… tristes… todos destan-

teados… Yo antes, digo, cuando era más joven, nunca vi nada. Oír eso si. Cómo crujían los muros de ciertas casas. Sentí más de una vez los chiflones de aire frío que se colaban por las ventanas abiertas… por las puertas. Esa sensación de vacío en la boca del estómago. La náusea de improviso. La sensación de no estar solo en una habitación… sobre todo durante la noche. Hasta una mañana asoleada en que, sentado en una banca del jardín principal del pueblo, comiéndome un raspanieve de vainilla con mermelada de guayaba se sentó en el otro extremo de la banca un hombre con la mirada triste. Pensé en levantarme para irme a sentar a otra banca. No pude. Y él empezó a hablarme con una voz suavecita y sosegada. Me dijo que si esto que si aquello. Que él se vino de mosca primero en un tren y luego en camión desde muy lejos. Que él se estaba echándose

unos vinos en la barra de una cantina cuando se hizo la balacera y pues a él le tocó. Que se dedicó desde entonces a buscar a su hijo para decirle algo importante. También me dijo que otros como él me iban a venir a buscar y que tenía que ayudarlos. Que tenía que llevar mensajes. Órale, éste ya me dijo mandadero, pensé para mis adentros. No, no eres mandadero. Yo dije mensajero. Y me dejó ahí, sentado, con mi raspanieve haciéndose aguado, bajo el calorón del mes de mayo. Ya hace algunos años de ese encuentro. Desde entonces he dado muchos mensajes. No. No me importa que no me crean. O que piensen que le quemo las patas a Cuauhtémoc o que le doy de jalones al chemo hasta que los ojos se me ponen soñadores y se desnivela el cerebro, que me llegó la hora de los delirios. Me vale… ya entendí que no me queda de otra. Que es mi misión…

no, no me gano nada. Ni un quinto partido a la mitad. Hay cosas que se deben de hacer de oquis. Simplemente se tienen que hacer. ¿Qué pasó? No, no se equivoque, valedor, no estoy al servicio de nadie ni le empeñé mi alma al diablo. Ni realicé rituales mamertos. ¿Estamos? Yo le estoy hablando desde mi libertad. Así, como no queriendo, se echó largos cotorreos con señoras que se fueron en un despiste. Con muchachos que se quedaron forever con las pastas y ni se dieron color cuando colgaron los tenis. Muchachas que metieron la cabeza en el horno a lo pendejo y le abrieron a la llave del gas… mujeres que en ropa interior se tragaron todo el frasco de Nembutal con el rímel corrido hasta los cachetes… todos ellos… ¡todos! Se quedaron con la palabra en la boca… Así es esto del confleis… si no te lo comes rápido se hace aguado…


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