La Gualdra 316

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 316 /// 13 DE NOVIEMBRE DE 2017 /// AÑO 7

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Manuel Felguérez. De la Serie Signo convexo (1973). Cortesía Museo Arte Abstracto Manuel Felguérez.

“El programa de Nunca fuimos contemporáneos busca explorar estrategias en red para trabajar desde tensiones histórico-sociales a partir de un concepto rector, el desformalismo, que por un lado, evoca una escuela historiográfica del arte, el formalismo y; por el otro, la relación montaje-desmontaje: un procedimiento de análisis crítico tanto de las formas artísticas como de sus significados en un marco museográfico específico. Al integrar opuestos, la relación entre estos términos asociados a la historiografía y la teoría estética, conforman un concepto dinámico que permite visualizar las formas culturales como un campo de tensiones; un nudo gordiano que se vuelve a atar, o mejor dicho, se desforma”. Willy Kautz / XIII Bienal FEMSA

[Más de la XIII Bienal FEMSA en páginas centrales]


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Editorial Las razones por las que hay que involucrar a los niños en actividades artísticas, ya sea como espectadores, estudiantes o ejecutantes son muchísimas; pero tal vez las más destacadas sean que el acercamiento al arte desde edad temprana incrementa las destrezas mentales, así como las capacidades de comunicación, expresión y creatividad de los infantes. Eso afirman los pedagogos que han puesto en práctica la sensibilización de los niños mediante las diferentes disciplinas artísticas. Hay más razones que no debemos de perder de vista: los niños que tienen la oportunidad de entrar en contacto con el arte, aprenden a valorar mejor su entorno y la belleza que hay en él, se vuelven más empáticos, aprenden a atraer mediante el disfrute del placer estético serenidad en su alma y la disposición por adquirir conocimientos se incrementa. Hace poco leí un artículo en que planteaban los resultados de un estudio que duró tres años, en el que se analizó cómo el arte influía en el desarrollo integral de un grupo de niños cuyas edades fluctuaban entre los 9 y los 15 años y que pertenecían a “entornos socioeconómicos desfavorecidos”; el estudio en mención reveló que al término del mismo “los estudiantes mejoraron sus habilidades artísticas y sociales, redujeron sus problemas emocionales y, en general, desarrollaron más que el grupo de control toda una serie de competencias interpersonales como la comunicación, la cooperación o la resolución de conflictos (Wright et al., 2006)”,1 lo que confirma entonces que un oportuno acercamiento a las disciplinas artísticas durante la infancia tiene entre sus múltiples ventajas el hecho de que los niños pueden ser más asertivos y resilientes ante las adversidades cotidianas. La situación actual de violencia en nuestro país ha alcanzado niveles que no hubiéramos jamás imaginado; en nuestro Estado no somos la excepción, hemos normalizado los actos producidos por las distintas violencias existentes a tal grado que omitimos muchas veces los aspectos formativos y preventivos por dar más atención a la búsqueda e identificación de los “culpables” de que el tejido social esté tan dañado como está; tal parece que la exigencia del “castigo” ha suplido a la exigencia de una educación integral propiciadora de paz. El sábado pasado, alrededor de las 2 de la mañana, un grupo de jóvenes destruyó en la Plazuela Miguel Auza, varias de las fotografías que forman parte de una magnífica exposición

al aire libre de Víctor Hugo Ramírez Lozano. Así nada más, porque pasaban por ahí y las fotos ahí exhibidas les molestaron. En los videos de las cámaras instaladas en la plazuela se puede observar cómo uno de ellos, avanza enojado seguido de otros tres, pasa al lado de las fotografías y sin pensarlo, destruye la primera de ellas con la cabeza; entre cabezazos y puñetazos en menos de dos minutos las fotos fueron dañadas. Los jóvenes continuaron caminando como si estuvieran acostumbrados a destruir lo que se cruza en su camino. Cuando vi esas escenas, la indignación me invadió por principio de cuentas; pero luego la preocupación fue más fuerte al imaginar qué hubiera sucedido si en lugar de las fotos se hubieran encontrado a un ser humano a su paso. Afortunadamente no fue así. Las fotos seguramente serán repuestas, la integridad y la salud de un ser humano no se pueden recobrar tan fácilmente como volver a imprimir las imágenes. Confío en que las autoridades, con las evidencias recabadas, identifiquen a los jóvenes para que se hagan responsables de los daños; pero más allá de eso, considero urgentísimo que empecemos a idear cómo incrementar el contacto del arte con los niños y los jóvenes, ese sector de la población que requiere de mucha más atención que nadie, porque son ellos quienes se enfrentarán a un problema mayor en unos años si no hacemos nada por ellos. Ese mismo sábado, vi en el centro histórico cómo decenas de menores de edad participaban en las actividades de “Más lectura un mundo mejor”, coordinado por Selene Salas; los vi leer y dibujar mientras escuchaban música en las calles en compañía de sus padres y sus maestros, vi cómo sonreían mientras adquirían conocimientos. “El arte divierte, era el slogan con que anunciaban la revista Saber ver, en los años 80”, me recordó mi hermana cuando le platiqué; habría que agregar, 30 años después, que el arte además de divertir puede pacificar también. Apostémosle a eso. Que disfrute su lectura. Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com 1

Para conocer el artículo completo ver:

Contenido Deus ex machina o del espectáculo (no teatral) de las grúas en el FITCZ 2017 Por Pais Villagrana Dueñas

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La evolución histórica del Mercado Jesús González Ortega de la ciudad de Zacatecas [Segunda parte] Por Efrén Montoya Ortega

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XIII Bienal FEMSA Nunca fuimos contemporáneos Desformalismos Por Willy Kautz

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La reina de la lectura Por Eduardo Campech Miranda No sé qué escribir: estoy deprimido Por Carlos Flores Good Time: una fábula de actos y consecuencias Por Adolfo Nuñez J. Tercera Semana Estatal Del Libro Y La Biblioteca

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Memoria cinematográfica Por Santiago Villarreal Villarreal

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El regocijo de desmembrar la vida De culpa y expiación Por Maliyel Beverido

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Guillén, Jesús, “¿Por qué el cerebro humano necesita el arte?”, en Una escuela con cerebro. Un espacio de documentación y debate sobre neurodi-

Olvido Por Alberto Huerta

dáctica. En: https://escuelaconcerebro.wordpress. com/2015/01/31/por-que-el-cerebro-humanonecesita-el-arte/

Decisión Por Pilar Alba

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Demasiado atractivo Por Vicente Soriano Tlachi

Directorio

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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Deus ex machina o del espectáculo (no teatral) de las grúas en el FITCZ 2017 6 Por Pais Villagrana Dueñas

Teatro

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n una etapa madura del teatro clásico en Grecia comenzó a utilizarse un mecanismo de tramoya muy peculiar, que ayudaba a “hacer aparecer” en el escenario a personajes que mediante un giro inesperado (no narrativo) resolvían de facto un problema en beneficio de otros personajes de la obra teatral. Este mecanismo no fue introducido con magia o ilusión, sino mediante una grúa que quedaba a la vista de los espectadores que “hacía volar” a los salvadores inesperados desde atrás o desde los costados del escenario. Con la implementación continua y desmedida de este recurso, en el teatro post trágico, más precisamente en el teatro romano, se orquestaba la desaparición de la tragedia, pues el héroe y los personajes sometidos a los angustiosos castigos de los dioses ahora eran rescatados espontáneamente por la concesión de Dios desde la máquina. Más allá de que las escenas ya no eran desarrolladas únicamente por los recursos escénicos y corporales de los actores (pues ahora se ayudaban de máquinas), el montaje era ensuciado por los elementos artificiales -cuerdas, grúas y poleas- que fueron introducidos en la teatralidad para dar resoluciones forzosas.1 Durante el pasado Festival Internacional de Teatro de Calle me dediqué a ver varias de las obras programadas para dicho evento, pues aunque no lo quiera, ya no puedo dejar de ver teatro; la condena de todo teórico de arte es ver y ver, seguir viendo, y entre esos avistamientos escuchar y escribir -no es fortuita la raíz de las palabras teoría y teatro, cuya raíz griega es la misma: theorein, que hace referencia a la acción de observar o ver. Lo que diré entonces de este festival en concreto será que nos volvieron a vender gato por liebre, pues lo que programaron como “espectáculos principales” es decir, Qixote de la compañía española La Puja para la apertura del festival, y The Muaré Experience de Voalá Project para la clausura, no son teatro. Y si en algunos momentos ya con ojo de lupa podrían detectarse ciertas teatralidades, para nada llegan a ser teatro de calle, pues en el teatro de calle no se trata de sacar un escenario a las calles como en ambos espectáculos ocurrió, ni tampoco se reduce a hacer uso de una sola plaza para elevarse a cuarenta metros con una grúa arrojando objetos coloridos sobre la gente en apoyo a un evidente déficit narrativo; sino de que los actores -o personajes no precisamente de cuerpo humanoconstruyan diálogos con la arquitectura y las abruptas heterotopias inherentes

/// FITC 2017. Foto de Happy Romero

a la urbanidad de una ciudad, así como con sus habitantes, como bien debería exigir un festival con esta modalidad en cualquier parte del mundo. Lo anterior, como requisito mínimo del teatro de calle, porque por ahí empieza, pero no necesariamente acaba ahí, sino que las posibilidades para este tipo de teatro son casi inagotables y no se reducen a una plaza con un escenario y una máquina de vuelo como pareciera haberse convertido ya en tradición para este festival. Ahora, en cuanto al sentido teatral de dichos espectáculos, parece que a los directores o coreógrafos les pasó de madrugada el asunto, puesto que en sus montajes ni si quiera hay conflictos a desarrollar, todo lo han querido solventar con coreografías televisivas y operación de grúas de principio a fin del espectáculo. Si con la salvación divina espontánea desde una máquina (Deus ex machina) desapareció la tragedia, estos montajes ya mencionados en donde la omisión de las narrativas no reserva espacio para el conflicto, nos ha dejado claro en qué consiste la desaparición del teatro;2 todo esto, para abrir la alfombra roja al mero espectáculo en el marco de un festival que se suponía era un Festival de Teatro de Calle, no un Festival de Espectáculo Aéreo en las Plazas. Allá de aquéllos que en sus festivales de teatro de calle acepten eventos callejeros carentes de teatralidades, allá de aquéllos que en sus festivales de teatro de calle acepten sacar el teatro de foro a las plazas y promocionarlo como teatro de calle, pero Zacatecas

se merece más, y no más inversión de presupuestos para este festival (a menos de que sea necesario para brindar a la ciudadanía obras de teatro de calle reales), sino más en el sentido de una exigencia mayor de calidad en el repertorio, mejores filtros para la elección de obras, o cuando menos, que estos espectáculos estridentes y de música chillona y monótona como la Duchamp Pilot para The Muaré Experience no nos los vendan como teatro de calle. Cabe mencionar que no todo lo mostrado en esta edición y en anteriores debe apreciarse con desdén, obras como Las bestias danzan o Ángeles de Talavera son obras dignas de reconocerse como teatro de calle; incluso obras de calidad con formato espectacular también han sido incluidas en años anteriores: en 2012 La Fura dels Baus ya demostró que además de recurrir al uso de grúas, sus actores también transitan a nivel de piso creando diálogos en distintos niveles escénicos sin dar la exclusividad al espacio aéreo; además debemos decir que Ícaro y la Red humana de La Fura, expresa una narrativa que se construye con elementos de la dramaturgia clásica en diálogo con la estética cyborg. Hay que añadir además que compañías de teatro zacatecanas sí se han interesado por producir teatro de calle real, como el caso de Los Cosmicómicos con su puesta en escena titulada El secreto en 2013 y Café de altura en 2008; la ya desaparecida compañía La Nave con Ciclos en 2014; así como la interesante puesta en escena de la también desaparecida Compañía Estatal de Teatro

de Zacatecas titulada A la luna dirigida, por Iván Guardado y basada en la obra de Italo Calvino La distancia de la luna en 2008, que mostró claros referentes del teatro en espacios alternativos y cuya adaptación dramatúrgica fue excelsa implementando herramientas visuales adecuadas para el teatro de calle, estos casos por mencionar algunos. ¿Qué esperar ahora? Que el Instituto Zacatecano de Cultura procure año con año un line up de calidad que cumpla con las características que el teatro de calle debe tener, que se encargue de formar un comité de propuesta y selección de obras permanente y rotativo para este festival, y si les faltan asesores o no tienen idea del perfil que éstos deben cubrir al momento de seleccionar el repertorio de obras, una llamadita a Bruno Bert nunca está lejos, seguramente el experto en teatro en espacios alternativos, quien fue uno de los fundadores del Festival Internacional de Teatro de Calle de Zacatecas, y quien de 2001 a 2009 fue además director artístico de dicho festival, les atenderá con mucho gusto. 1

Posteriormente en el teatro italiano del

siglo XVII la dinastía Gali da Bibiena desarrolló complejos sistemas de maquinaria teatral que cuidaban sobre todo la limpieza escenográfica para evitar los choques entre lo orgánico y lo artificial en la escena. 2

En el teatro de post drama se prescinde en

la mayoría de los casos del texto dramatúrgico, no obstante, este tipo de teatro nunca deja de construir narrativas, pues siempre sigue uno o varios conflictos. Entiéndase pues que la narración no se subordina a un texto.


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La evolución histórica del Mercado Jesús González Ortega de la ciudad de Zacatecas

Historia

[Segunda parte] 6 Por Efrén Montoya Ortega

A

ntes de comenzar con el documento, agradecemos infinitamente el apoyo y la buena disposición de la Señora Gabriela Sescosse, quien nos brindó algunas de las imágenes mostradas en la primera

parte. Para los fines de la investigación que se realizó sobre el inmueble, además de los planos anteriormente mostrados, daremos un paseo por los documentos ubicados en el Archivo Histórico del Estado de Zacatecas, testigos fieles de la evolución del inmueble, en este sentido, la historia de este espacio se dividió en 3 partes y en esta ocasión abordaremos la primera de ellas que comprende de los años 1861 a 1886. Uno de los primeros documentos que pudimos localizar, con referencia a los inicios de la construcción del Mercado es el enviado a Juan Carristón,1 en donde se le agradece el envío de los planos arquitectónicos, que para 1861 con el

Ciudadano, Presidente de la Asamblea Municipal de esta Capital. Con esta fecha digo al señor Don Juan Carristón lo que sigue: Se ha recibido, con sumo placer, el plano que usted se sirvió formar, sin retribución alguna, del mercado, que va a construirse en la Plaza de la Constitución de esta Ciudad. El Gobierno acepta, con satisfacción, este presente tan importante, dando a usted, por su generosidad y simpatías hacia Zacatecas, las más expresivas gracias, y manifestándole: que hoy mismo ha dispuesto se remita el diferido plano a la Asamblea Municipal de esta Capital, recomendándole, como es debido, la de la preferencia, por reunir todas las ventajas que se requieren, para tal obra. Y lo traslado a usted para conocimiento de esta Asamblea, remitiéndole al plano que se refiere, y recomendando a la misma Corporación la de la preferencia. El efecto debe dicha Asamblea proponer a este Gobierno los arbitrios

SECRETARÍA DEL CONGRESO DEL ESTADO LIBRE DE ZACATECAS (sello esquina superior izquierda) En el ocurso que U. dirigió al Congreso, con fecha 26 de Octubre próximo pasado, contraído al que del erario público se le auxilie a U. con el valor de setecientas cincuenta vigas, a diez reales cada una, para el Mercado que se está construyendo en esta Capital, ha recaído el siguiente acuerdo. “Dispondrá el Gobierno que por la Tesorería del Estado se ministre al C. Jefe Político del Partido, en el modo y términos que el Gobierno tuviese por conveniente, atendidas las preferentes atenciones del erario, la cantidad que importen setecientas cincuenta vigas, a razón de diez reales cada una, las que se muestran en el mercado que se está construyendo en esta Capital”. Lo que por disposición del Congreso, ponemos el conocimiento de U. como resultado de su expresada solicitud. Dios, Libertad y Reforma, Zacatecas, noviembre 4 de 1861 AG. De la Cadena (Rúbrica) D. L. Juan Francisco Román (Rúbrica) D. L. C. Jefe Político del Partido

necesarios, cuidando de que sean los menos grabados al comercio y vecindario de la municipalidad. Reitero a usted mi aprecio y consideración. Dios, Libertad y Reforma. Zacatecas, enero 8 de 1861. Miguel Auza y Sotero de la Torre (Rúbrica)

objetivo de satisfacer la exigencia social, da inicio a este importante proyecto, que a la letra dice lo siguiente:

La participación tanto de los ciudadanos como de las autoridades administrativas y legislativas en la construcción del mercado resulta innegable, tal es el caso de los diferentes documentos del 4 de noviembre y del 3 y 7 de diciembre de 18612 en donde se envían materiales y se realizan diferentes donativos para que continúe la construcción, por lo que consideramos importante hacer un justo reconocimiento a todos aquellos que participaron en la edificación del famoso mercado. 1

AHEZ. Fondo: Ayuntamiento de Zacatecas. Serie: Obras Públi-

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AHEZ. Fondo: Jefatura Política. Serie: Correspondencia Gene-

cas. Caja: 3. Expediente: s/n. Año: 1861. ral. Subserie: Obras Públicas, Año 1861.

Hoy ha sido en mi poder la estimada y atenta nota de Ud. de 28 de noviembre último, en que le sirve invitarme a contribuir para el pago de la madera necesaria, para la construcción de la obra del Mercado. Como esta obra, cuya ejecución es debida al notorio empeño de Ud. por las mejoras de la ciudad, la considero de un verdadero mérito de mucha importancia y utilidad para la población, me es grato contribuir y contribuyo con cien pesos, que he situado en la Tesorería Municipal conforme se sirve Ud. Indicarme. Así mismo me es muy grato asegurar a Ud. mi muy merecida estimación personal y el debido respeto y consideración por la actividad que dignamente ejerce. Zacatecas, octubre 3 de 1861. V. Ibargüengoytia (Rúbrica) Sor D. Juan Arteaga Jefe Político de Zacatecas.


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Historia Mercado González Ortega, fotografía sin fecha, lo único que marca la diferencia con la fotografía anterior, es la banqueta localizada en el lado del Teatro Fernando Calderón, la cual ya se encuentra alineada y trazada en escuadra. Colección Federico Sescosse.

SECCIÓN RECAUDADORA DE RÉDITOS Y REDENCIÓN DE CAPITALES IMPUESTOS (sello esquina superior izquierda) Tengo el gusto de acompañar a esta contestación para conocimiento de U. un recibo de nueve pesos que enteré en la Tesorería Municipal, por igual cantidad con que han contribuido los empleados de esta sección para ayudar a los gastos de la obra del mercado que se está construyendo en esta Capital. Con lo expuesto dejo contestada la atenta comunicación de U. fecha 28 de noviembre último, recibida hoy; aprovechando esta oportunidad para ofrecerle mis respetos y particular aprecio. Libertad y Reforma Zacatecas Diciembre 7 de 1861. Iván G. Cantabrana (Rúbrica) Ciudadano Jefe Político del partido de esta Capital. A continuación se muestran imágenes en las cuales podemos notar la presencia arquitectónica de la planta principal de la primera etapa constructiva, la cual duró hasta el año de 1886, en donde comienzan los trabajos de remodelación de la edificación.

Cronológicamente creemos que ésta puede ser una de las primeras fotografías tomadas sobre el mercado, en donde se pueden observar varios detalles importantes; el primero de ellos es que aún no se construye la torre norte de catedral, la cual fue edificada por Dámaso Muñetón en 1904; otro detalle es que la banqueta que se encuentra en el lado del ahora Teatro Fernando Calderón no se encuentra construida hasta el frente, sino que aún se conservan los árboles; y por último, el apuntalamiento el cual denota el desgaste estructural del inmueble por lo que se tuvo que remodelar años posteriores. Colección Gobernación S. XIX, Gob. 125, Título Mercado y Catedral de Zacatecas, Fototeca del Archivo General de la Nación.

Mercado González Ortega, fotografía sin fecha de la colección Federico Sescosse, suponemos que se trata de una imagen posterior a las dos anteriores, dado a que se observa la implementación de las marcas del tranvía, no mostradas en las fotografías previas.


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XIII Bienal FEMSA

XIII Bienal FEMSA Nunca fuimos contemporáneos

Desformalismos 6 Por Willy Kautz No escapa del pasado el que lo olvida. Georges Didi-Huberman, Cuando las imágenes toman posición

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egún la leyenda griega, Gordio era un labrador que fue elegido rey de Frigia tras la consulta del oráculo. Ya electo monarca, ofreció en agradecimiento la única riqueza que poseía al templo de Zeus: su carreta y sus bueyes. Ató la lanza y el yugo con un nudo complicadísimo cuyos cabos se escondían en el interior. Se dijo entonces que aquél que lo desatara conquistaría Asia. En el año de 333 a.C., Alejandro Magno conquistó Frigia cuando se dirigía rumbo al Imperio Persa. Estando en Gordias se enfrentó al reto de desatar el nudo hecho por Gordio. La solución que adoptó fue cortarlo con su espada, tras lo cual dijo: “tanto monta cortar como desatar”, es decir, “da igual cómo se haga, lo importante es que se consiga”. En su libro Nunca fuimos modernos, el filósofo francés Bruno Latour se refiere a la compartimentalización disciplinaria de la modernidad que ha tendido a dividir el conocimiento en pequeños segmentos como el corte con espada, la fragmentación del nudo que compone el tejido del mundo y lo divide entre ciencia, economía, sexo, religión, etc. “La cultura y la naturaleza resultan mezcladas todos los días”, escribe; basta con abrir el periódico para descubrir en una nota sobre salud una madeja compuesta por políticas públicas, biología, política económica, genética, educación, o el Fondo Monetario Internacional. Latour señala y cuestiona la solución arbitraria de fraccionar como resolución pragmática y propone la noción de traducción o red como un intento por volver a atar el nudo gordiano, por apelar a un empirismo de carácter más histórico y flexible para pensar en estas madejas que conforman el mundo. Si pensamos en la forma en que las imágenes se suceden cotidianamente en redes sociales, periódicos, libros, revistas, en el espacio público, podemos dar cuenta del complejo entramado que no apela a la estructura compartimental del análisis moderno. El programa de colaboraciones mu-

seológicas de Nunca fuimos contemporáneos vislumbra un recorrido por lo no-contemporáneo, como un posible repertorio que permita configuraciones en red de obras que conforman un nudo gordiano o bien un montaje híbrido entre lo moderno, lo artesanal, lo popular y lo barroco que pone énfasis en las tensiones que producen para reflexionar sobre cómo estas formaciones se entretejen o permiten entrever las latencias históricas, económicas y sociales como son, por ejemplo, la migración o la extracción de recursos minerales. ¿Cómo podemos analizar simbólicamente estos repertorios, sus flujos y su historia a partir de los anacronismos, persistencias y actualizaciones de los mismos? El programa de Nunca fuimos contemporáneos busca explorar estrategias en red para trabajar desde tensiones histórico-sociales a partir de un concepto rector, el desformalismo, que, por un lado, evoca una escuela historiográfica del arte, el formalismo y; por el otro, la relación montaje-desmontaje: un procedimiento de análisis crítico tanto de las formas artísticas como de sus significados en un marco museográfico específico. Al integrar opuestos, la relación entre estos términos asociados a la historiografía y la teoría estética, conforman un concepto dinámico que permite visualizar las formas culturales como un campo de tensiones; un nudo gordiano que se vuelve a atar, o mejor dicho, se desforma. En el libro Cuando las imágenes toman posición, del filósofo e historiador del arte Georges Didi-Huberman, que retoma la escritura de Bertolt Brecht durante el exilio, podemos encontrar una actualización de las categorías de montaje y desmontaje. En términos dialécticos, el desmontaje presupone la condición de distanciamiento de la mirada; algo cercano al distanciamiento y el extrañamiento que reconocemos en el concepto de montaje del filósofo Walter Benjamin. Distanciar, es mostrar, dice Brecht, hacer aparecer la imagen mientras se muestra al espectador que se trata sólo de un aspecto, un intersticio, no la cosa entera; mostrar que se muestra es hacer de la imagen una cuestión de conocimiento y no de ilusión, dice Didi-Huberman. El formalismo hace alusión a las

vertientes que estudian el arte a partir del desarrollo autonómico de sus formas, mientras que el desmontaje, por lo contrario, supone un procedimiento de distanciamiento que permite escudriñar el contexto social, político, religioso y económico. En este sentido, por desformalismos entendemos la función del arte como un instrumento de negociación para actuar de manera directa en el entramado simbólico, produciendo un extrañamiento de lo habitual a partir de los objetos. Desformar alude a una mirada puesta en la historicidad de las formas como si fueran síntomas o imágenes anacrónicas que persisten en el tiempo, tal como las entendió el historiador Aby Warburg en el Atlas Mnemosyne, en cuyo análisis pesan tanto el entorno cultural de la producción de las imágenes, como la persistencia y reactivación de ciertas formas de la antigüedad en el arte del renacimiento y su relación con el problema de la recepción de la obra con su pathos particular, es decir, la forma en que usa o conduce los sentimientos. Este antagonismo como movimiento pendular es planteado por Warburg como una persistencia histórica en la que se traduce la polaridad del pensamiento humano. Por medio de este procedimiento desformalista asumido como estrategia curatorial, se pretende producir un efecto de distancia o una mirada crítica para invitar al espectador a situarse en una actitud analítica frente a las formas de la historia, sus instituciones, tradiciones, etc., y tender redes en la realidad a partir del extrañamiento. La pregunta que el programa abre es: si las formas del presente se debaten entre lo actual y lo anacrónico, ¿cómo podemos desformarlas al grado de que mediante el extrañamiento del desmontaje museográfico y artístico, lo contemporáneo aparezca en complicidad con lo histórico en una relación compleja que abra otras lecturas? En términos curatoriales esta condición paradojal se despliega a partir de la conformación de constelaciones u operaciones en red de los diversos campos de fuerza que le dan a la forma su sentido. Por lo tanto, desformar implica siempre reconstituir lo mismo —la tradición—, desde el efecto de extrañamiento de

su propia identidad. Al plantear este concepto, la XIII Bienal FEMSA se propone, antes que como un marco temático que visibiliza un diagnóstico de época, como un procedimiento analítico e historiográfico para el desarrollo de los marcos curatoriales, pedagógicos, las comisiones artísticas y el programa editorial. La noción de distanciamiento ligada a los procedimientos de montaje del arte de vanguardia del siglo XX es un recurso conceptual que puede aplicarse tanto a las prácticas artísticas como a las museológicas. En este sentido, los desformalismos también enuncian una posición curatorial de exterioridad, misma que permite acercarse y alejarse de lo local como una estrategia de desmontaje y remontaje de los modelos estéticos coloniales del barroco, las artes populares, la gráfica, la Escuela Mexicana y el geometrismo abstracto de la segunda mitad del siglo XX. Este planteamiento se concibe como un esquema abierto a planteamientos suscritos a las reflexiones en red, los espacios múltiples o los montajes constelados o híbridos. Así, los proyectos podrán desplegarse desde lo histórico hacia intereses ecológicos, económicos y antropológicos, o bien, museológicos, iconológicos y desformalistas. Nunca fuimos contemporáneos, por lo tanto, es una enunciación abierta que sirve de telón de fondo para las investigaciones curatoriales, artísticas, editoriales y pedagógicas que se llevarán a cabo a lo largo de los diversos programas que dan estructura a esta propuesta de bienal. Referencias bibliográficas: Bertolt Brecht, La política en el teatro. Buenos Aires: Editorial Alfa Argentina, 1972. Georges Didi-Huberman, Cuando las imágenes toman posición. Madrid: A. Machado Libros, 2008. Bruno Latour, Nunca fuimos modernos: Ensayo de antropología simétrica. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2012. Aby Warburg, Atlas Mnemosyne. Madrid: Ediciones Akal, 2010.


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XIII Bienal FEMSA /// Manuel Felguérez. Signo convexo (1973). Cortesía Museo Arte Abstracto Manuel Felguérez.


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La reina de la lectura

Opinión

Promoción de la Lectura

6 Por Eduardo Campech Miranda

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Como todas las adicciones, la lectura no sólo no cura los males sino que los agrava. A los pretenciosos los vuelve más pretenciosos; a los ridículos, más ridículos; a los vanidosos, más vanidosos; y más frívolos a los frívolos, y más desdeñosos a los desdeñosos. Juan Domingo Argüelles

l pasado domingo fuimos testigos de la celebración de un objeto ajeno al grueso de la población mexicana: el libro. Tantas acciones hay por emprender a favor de este artefacto que todo lo que se realice, teniéndole como centro (aunque sea en el discurso), es bienvenido. Tantas acciones se han dejado a la deriva, que todo acto de exhibición es digno de reconocimiento y admiración. Debo confesar algo que es constante en estas conmemoraciones: el espectáculo por encima de la razón de ser de la celebración. En el ánimo de convocar, de convencer, de hacer que más personas se acerquen a los libros le adjudicamos a la lectura consecuencias mágicas, de igual

6 Por Carlos Flores

C

omo cada semana estoy frente al procesador de textos para escribir algo para el suplemento cultural dirigido por Janéa Estrada, La Gualdra, del periódico La Jornada Zacatecas. A diferencia de otros días hoy no sé qué escribir. Podría de decir algo sobre el premio estatal de periodismo “Sergio Candelas Villalba”, organizado por el Gobierno del Estado y del cual fui jurado, pero eso sería adelantar los acontecimientos, pues el ganador de los 25 mil pesos que se otorgan como premio, no será revelado sino hasta mañana, 14 de noviembre, en el salón de recepciones de Palacio de Gobierno a las 18:00 horas. Podría decir que hubo trabajos muy buenos, como aquéllos que mencionan la vida cotidiana de un maestro rural y los cientos de problemas a que se enfrenta debido a la falta de apoyo por parte de los gobiernos, o cómo una sola mujer policía se hace cargo de la seguridad de un municipio en estos días de terror. O bien, podría hablar de la indignación que me produce la violencia en este país y la falta de voluntad por parte de las instituciones de seguridad pública para resolver los casos criminales. La indignación es algo terrible, pues molesta tal apatía: pese a las miles de muertes que se han suscitado son muy pocos los procesos penales que se han llevado a cabo. Pero lo más triste, sin duda, es cómo poco a poco nos vamos acostumbrando a este panorama, a tal grado que lo hemos normalizado. Vivimos con

manera que en su momento lo tuvieron la uña de gato o el jugo de noni. El énfasis se coloca en el libro, en quien organiza la actividad (institucional o personalmente) y se deja fuera al lector. El lector que no necesariamente es el asistente. Ya Graciela Montes advertía del riesgo de confundir el juego con la lectura. Qué lástima que en el ánimo de hacer apologías de la lectura se nos olvide leer,

y peor aún, seamos incapaces de leer la realidad. Pero ello poco importa porque se habla del libro (así en abstracto, y como tal también tendrían que festejar al directorio telefónico o a los informes gubernamentales), y desde luego, de las voces comprometidas… con lo políticamente correcto. El asistente es espectador, partícipe de un show que volverá a aparecer el 23 de abril. En este marco “brincan” nuevas vir-

tudes de la lectura y el libro: nos otorga un estatus de intelectualidad (con ello ganamos la autoridad moral para juzgar a los otros y obligarlos a leer “por su bien” y “para mejorar”); nos da visibilidad (un lector(a) no pasa desapercibido), nos vuelve interesantes, seductoramente analíticos (aunque sigamos siendo los mismos hijos de puta de siempre), lo anterior trae como consecuencia una autoestimada reforzada. Y esto último es el producto que se vende y no el vicio de leer, simple y sencillamente porque no se lee en la cotidianeidad, sólo en fechas que así lo exigen. Celebremos la lectura y el libro. Celebremos a quienes los celebran. Celebremos porque tenemos necesidad de celebrar (la necesidad de reconocimiento viene oculta). Celebremos el 2 y 23 de abril, celebremos el 12 de noviembre. Celebremos que estas fechas están marcadas en el calendario. Celebremos que estas fechas aún no tienen derechos de autor. Celebremos que el libro da para vivir (económica, social, cultural y emocionalmente). Celebremos que son sólo tres días al año (¡qué horror que existieran más!). Celebremos que estamos a un paso de coronar a la reina de la lectura: la frivolidad.

No sé qué escribir: estoy deprimido

miedo todos los días. Nuestras entrañas parecen asimilar esa amargura de ver a nuestros vecinos perder a sus seres queridos, de saber que nuestra ciudad se ha convertido en un escenario donde la vida humana tiene muy poco valor, de vivir todos los días con miedo de que le pase algo a las personas que amamos, mientras el gobierno y las autoridades siguen simulando que no pasa nada.

Podría decir que el daño más grande que se hace a nuestro país no deriva hoy en día de los gobiernos como acontecía en años anteriores, sino del monstruo que hemos construido día a día cada vez que invertimos dinero en empresas transnacionales, pues el horror de los tiempos que vivimos es consecuencia de la ambición de quienes dirigen estas enormes empresas: de una conocida

marca de refrescos se derivan los miles de casos de diabetes que merman la población de este país; de las semillas genéticamente manipuladas se deriva la muerte de tierras de cultivo y la pobreza de los campesinos; de las minas, cánceres y el desalojo de todo un pueblo ante las inútiles y quizá compradas recomendaciones de Derechos Humanos; de las cervezas el embrutecimiento de miles de jóvenes, la contaminación de mantos acuíferos y la destrucción de tierras así como el despojo del agua de un lugar en el semidesierto que augura un futuro catastrófico; del empecinamiento en usar gasolina en vez de combustibles no contaminantes que producen el cambio climático y las catástrofes que ello conlleva. Pero hoy no sé qué escribir. Estoy deprimido. Pese a que la vida es hermosa, unas cuantas minorías, podridas por la ambición, la ignorancia, con el corazón devorado por los demonios del sufrimiento o la mediocridad, y el miedo y ansiedad que eso me produce, me hacen pensar que traer más gente a este mundo es un grave error.


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Good Time: una fábula de actos y consecuencias es por una causa más noble. Como tal, en esa percepción subjetiva de sus acciones se crea una narrativa consecuente, donde cada acto lo lleva a otro de manera sucesiva y que le genera una constante necesidad de ir hacia adelante sin posibilidad de voltear la mirada. En ese sentido la película cobra relación directa con la satírica After Hours (1985) de Martin Scorsese, en dónde a manera de fábula su protagonista en un intento de abandonar la rutina se encuentra en un sinfín de situaciones absurdas que lo hacen ir todo el tiempo para adelante pero que de modo cíclico y paradójico lo obligan a volver hacia donde todo comenzó. Ese ir y volver, esa sensación de claustrofobia, de lograr avanzar pero sólo dejando algo atrás es mejor desarrollada gracias a un score repleto de sintetizadores y beats monótonos y en el plano visual en tomas y planos cerrados en los que lo único en pantalla son los rostros de los protagonistas, y que en el mismo auto engaño que plantea también en su fotografía se muestra repleta de tonos neón, a manera de acrecentar la ilusión. Good Time no es una película convencional; no encontramos el típico suspenso de un thriller de género policial, se trata de algo más primal e instintivo y que está íntimamente relacionado con nuestro sentido de supervivencia sin importar las consecuencias y donde al igual que con Connie, su protagonista, por más que queramos engañarnos, disfrazar la realidad o justificar nuestros actos todo siempre termina cayendo por su propio peso.

E

n Good Time, cinta que fue presentada en el más reciente festival de cine de Cannes, los hermanos Ben y Josh Safdie nos llevan por una travesía de una sola noche repleta de giros inesperados donde la percepción de la realidad y de lo correcto se percibe difusa pero eventualmente va tomando su verdadera forma. Connie Nikas (Robert Pattinson) y su hermano con retraso mental Nick (Ben Safdie, codirector de la cinta) roban un banco en el centro de Nueva York y posteriormente son perseguidos por la policía. En dicha persecución Connie logra escapar pero Nick es capturado y enviado a la correccional de Rykers, donde sufre todo tipo de abusos por parte de los otros reos. Ante tal panorama, Connie se ve obligado a buscar una solución a través de sus contactos del submundo criminal neoyorkino y de ese modo lograr sacar a su hermano de la prisión lo más pronto posible. Lo que sigue es una carrera contra el tiempo en búsqueda de respuestas llena de tensión palpitante en la que somos llevados de la mano a través de su protagonista y cuyo sentido de urgencia toma verdadera forma gracias a la potente actuación de Pattinson. Connie resulta un personaje arquetípico que se sabe superior frente a todos los criminales de poca monta con los que se topa bajo la excusa de que toda decisión que lleve a cabo

TERCERA SEMANA ESTATAL DEL LIBRO Y LA BIBLIOTECA Del lunes 13 al viernes 17 de noviembre de 2017

Artefactos para la lectura Exposición literaria Los libros más buscados Los libros más prestados

LUNES 13 9-10:30 hrs. Taller de animación a la lectura Invitados especiales: Alumnos de Ingeniería Civil de la UAZ Lugar: Hemeroteca estatal

MARTES 14 10-11:30 hrs. Círculo de Lectura de Bibliotecarios y Usuarios Lugar: Sala General

10 hrs. INAUGURACIÓN DE LA TERCERA SEMANA ESTATAL DEL LIBRO Y LA BIBLIOTECA Y EXPOSICIONES ALUSIVAS Invitados especiales: Representante del C. Gobernador y Medios de Comunicación Lugar: Hemeroteca estatal

14-15 hrs. “Caravana de niños al mercado” Lugar: Mercado Quebradilla MIÉRCOLES 15 8:30 hrs. Círculo de lectura de la Secretaría de Educación de Zacatecas Lugar: Sala de Juntas “Eulalia Guzmán”

13 hrs. Donación de libros Editorial Policromía y autores de esa casa editorial Lugar: Sala de Publicaciones Periódicas

9-12 hrs. Presencia del Museo Interactivo en Itinerante de Matemáticas de la UAZ Invitados especiales: Alumnos de Escuela Primaria “Soledad Fernández”

EXPOSICIONES

12 hrs.

INAUGURACIÓN DE TIANGUIS DEL LIBRO USADO (Que estará en funciones del miércoles 15 al viernes 17, de 12 a 18 hrs.) Lugar: Sala Infantil JUEVES 14 10-12 hrs. Tertulia literaria para niños y adolescentes Lugar: Sala General 10-12 hrs. Tertulia literaria “La plenitud y mis libros” Invitados especiales: Jubilados del ISSSTE VIERNES 15 8:30 hrs. Círculo de lectura de la Secretaría de la Función Pública Lugar: Ciudad Administrativa 17:30 hrs. CLAUSURA DE TIANGUIS DEL LIBRO USADO Y LA TERCERA SEMANA ESTATAL DEL LIBRO Y LA BIBLIOTECA Lugar: Sala Infantil

Cine

6 Por Adolfo Nuñez J.


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LA GUALDRA NO. 316

Memoria cinematográfica Cine

6 Por Santiago Villarreal Villarreal1

E

l primer recuerdo que tengo respecto al cine surge en mi niñez, en la recámara de mis padres: la película era Alexander Nevsky, de Sergei Eisenstein. De lo poco que mantengo en mente de ese momento es la música de Prokofiev y una secuencia que sucede en un lago congelado. Me daría cuenta muchos años después del impacto que esta película causaría en mi vida. Cuando mi abuelo preparaba su muerte en alguna camilla de algún hospital en San Diego, decidió llamar a mi padre. Le comentó que debía ver por sus hijos, que nunca olvidara de dónde venía y que volviera a sus raíces; ahí habría un terreno que le pertenecía, era cuestión de buscar quién lo habitara. Así emprendimos un viaje, peleando un terreno, a Higueras, Nuevo León, el lugar que vio nacer y crecer a mi abuelo y que también recibió a mi padre cuando volvió de Tijuana decidido a seguir encontrando historias en las aulas de la facultad de filosofía y letras. Tenía yo diez años cuando respiré Higueras por primera vez, aún no he salido y tampoco pretendo hacerlo. En una recámara arrinconada de la casa, descubrí a Tarkovski, Bergman, Fellini, Angelopoulos, a Buñuel… y pude conocer el mundo a través del cine; lo que existe y no queremos o no pretendemos ver, lo que nos implica una regresión, un análisis, una crítica. Higueras es un pueblo donde las vacas andan por la calle principal de la plaza; es la laguna vacía, el arroyo seco, las muchachas saludando a quien por ahí pasa. Los seres humanos somos seres sociales, por esto, necesitamos de ruido, sonido, voces. Esto desaparece en el pueblo que vio partir a mi abuelo buscando nuevos horizontes, inventándose una vida que no era posible conseguir en casa. Higueras no es un lago esperando la batalla entre rusos y tártaros. Es un fragmento de la memoria, es el gallo cacareando al amanecer, es el lugar donde habría de conocer la obra de muchos cineastas y que me abriría brecha para realizar dos de mis cortometrajes.

/// El rostro en la pared. Un poeta recién graduado tendrá que sorteárselas para seguir escribiendo mientras se enfrenta a su solitaria realidad y al mundo laboral.

/// Un día de trabajo. Un solitario albañil es sorprendido por la presencia de un niño que lo acompañará en su día de trabajo.

Santiago Javier Villarreal Villarreal (Monterrey, NL, 1990). Ha cursado difrentes talleres de cine entre los que destacan el de guion creativo para personajes ficcionales, con el cineasta Gabriel Nuncio; y el de dirección de actores para cine con el cineasta José Luis Solís. Su primer cortometraje, El

rostro en la pared, se estrenó en la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria. A finales de 2013, realizó su segundo cortometraje, Un día de trabajo, que participó en el concurso Haz corto con la corrupción de ese año, con el que obtuvo una mención honorífica; participó en el ciclo jóvenes cineastas contra la co-

rrupción; en la muestra del Festival Internacional de Cine de Monterrey 2014, así como en la Feria Internacional del Libro de Monterrey de ese mismo año. Un día de trabajo fue parte del cineclub de la casa de la cultura de Nuevo León: CONARTE, dentro del ciclo el cine y los niños, sus héroes y sus vivencias. En el año de 2014 realizó un mediometraje-documental para el canal de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Canal 53 y 53.1, titulado Auténticos Tigres: Una historia con garra. Ese mismo año, junto a Andrés Bermea, coordinó y colaboró en sesiones de diálogo con los espectadores dentro del ciclo de cine negro: film noir. En 2015 produjo un programa piloto de televisión llamado cine al aire, presentando la vida y obra del cineasta ruso Andrei Tarkovski. En 2016 produjo la entrevista Flor de sí, sobre la vida y creación literaria de Elena Poniatowska. Ha publicado artículos sobre cine en las revistas Cinemauno y Cathedra. En 2016-2017 dirigió su tercer cortometraje: Una memoria en construcción. Actualmente es pasante de la Maestría en Artes con orientación en Artes Visuales, donde realiza la tesis: El análisis de dos personajes en la cinematografía de Andrei Tarkovski: Andrei Rublev en Andrei Rublev (1966) y Kris Kelvin en Solaris (1972), dentro del programa de la Facultad de Artes Visuales en la Universidad Autónoma de Nuevo León. santiagovillarreal30@gmail.com

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Santiago Villarreal Villarreal presentó en

Zacatecas tres de sus cortometrajes, el sábado 11 de noviembre en El Santero [Fundación Alfonso López Monreal]. Tres trabajos cinematrográficos que abordan de manera intimista

/// Una memoria en construcción. La memoria cultural del norte de México se ha alimentado en los últimos años por corrupción, inseguridad y narcotráfico. Un ambiguo diálogo nos presenta posibles escenarios de dos lejanas realidades.

problemas relacionados con el ser humano en relación con su entorno.


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El regocijo de desmembrar la vida De culpa y expiación1 “Nada se descompone más aprisa que la carne del pez fuera del agua”

N

o vayan a creer que un libro delgado, de pocas páginas, es materia que se despacha en forma expedita, pues cuanto menor es su volumen es probable que mayor sea su concentración, y entonces requerirá no sólo una lectura atenta, sino varias. Si los temas son la culpa y la expiación seguro que habrá lectura a varios niveles. Y si es poesía, resultará inagotable. Así es esta plaquette de la sexta tanda de la colección Fervores de Parentalia ediciones, de la pluma de Lucía Rivadeneyra. Acostumbramos decir que “por la boca muere el pez”, refiriéndonos a quien habla sin pensar, pero el dicho también señala de manera general a cualquier víctima como responsable de lo que le acontece. Hay, sin embargo, trampas fatales más insidiosas, como las redes, en las que suelen caer no uno sino varios (¿cientos?) de peces. Y en lugar de compadecer al convicto, con el resultado de la pesca nos damos un festín. Las palabras, como los peces, tienen la piel plateada y centellean, atraen, pero son resbaladizas y vivaces, y tras echar la red sobre de ellas hay que proceder a destriparlas y aliñarlas, buscando las mejores y más originales combinaciones para sorprender placenteramente al paladar. Para volver/ sin culpas a tu casa/ pones en escabeche las palabras/ les quitas la canela a las miradas/ le quitas la sazón a la esperanza/ y te vas caminando como insomne/ en medio de un silencio de biznaga

lector se sentirá cómodo, encantado y no me menos impresionado con estas palabras que nutren con sus sonidos e imágenes. Dan ganas de aplaudir con solo verte/ entrar en las caderas de mis sueños./ Dan ganas de comer algo salado/ cuando tu piel absorbe mis deseos./ Dan ganas de tomar, de fuego, un trago/ si tu sudor resbala por mis muslos La tarea del poeta es renovar las rutinas a través de las palabras, y en este caso el cometido se alcanza añadiendo un dejo de humor en cada escena. Yo te observo y te invito/ a que ahoguemos con vino/ el luto por el pez que fue pescado El humor es raro en la poesía, es como un grano de arena del que puede resultar un roce incómodo o una perla. Como vemos, la poesía de Lucía Rivadeneyra canaliza la fuerza evocativa de las palabras, sin ignorar su musicalidad, su armonía, su cadencia. Este dominio lo ha ido forjando a través de una trayectoria de 30 años de publicaciones (Rescoldos, En cada cicatriz cabe la vida y Robo calificado), innumerables talleres y los premios nacionales de poesía Elías Nandino, Enriqueta Ochoa y Efraín Huerta. No por nada ha sido traducida a varios idiomas, que incluyen desde el italiano al purépecha. De culpa y expiación es, pues, uno de esos garbanzos de a libra, de apariencia frugal pero jugosa, en donde la poesía nos resdescubre la vida cotidiana y nos enfrenta a sus paradojas y sus dualidades. 1

Lucía Rivadeneyra, De culpa y expiación,

Parentalia (Fervores) / Secretaría de Cultura,

Porque no toda poesía es el relato de una gesta o desgarradora introspección, Lucía Rivadeneyra, en De culpa y expiación, explora el hecho cotidiano, banal, casi bucólico de la preparación culinaria del pescado y luego se desliza por otros triviales momentos de la vida (donde habrá amor, deseo, esperanza) haciendo aflorar una dialéctica freudiana del pecado y su reparación desde una perspectiva femenina. También hay mujeres de resonancias conventuales/ que confiesan su gusto por rompopes/ de almendra o de vainilla, sin canela;/ pero dicen que a veces se marean. Tal vez por su experiencia periodística, Rivadeneyra prefiere el lenguaje llano y las figuras claras. El tono coloquial hace que su poesía sea próxima, casi íntima, con cualquier lector, así sea uno que se acerca a ella por primera vez. Este

Ciudad de México, 2017, 19 pp.

Poesía

6 Por Maliyel Beverido


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LA GUALDRA NO. 316 /// 13 DE NOVIEMBRE DE 2017

6 Por Alberto Huerta

Río de Palabras

Los muertos pierden la memoria muy lentamente. Florinda Donner

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ntes de desplomarse, en su trabajo ya le estaban descontando el día porque no checó la tarjeta. Luego las piernas se le hicieron de trapo. Y entonces, en ese momento empezó a olvidar. Sólo hasta que la bala atravesó su cuerpo de lado a lado sus recuerdos se fueron desapareciendo poco a poco. Olvidó que con ella, su mujer, recorrió todas las pozolerías, los puestos de enchiladas placeras, las taquerías de tacos dorados, flautas, de canasta, de guisados, al pastor y de cabeza, de tripitas, con salsa roja, torterías, menuderías y tostadas de pata, carritos de hot dogs y hamburguesas, puestos de donas y sapos… Cuando su cabeza rebotó con un sonido seco en el suelo, en las losas de la banqueta ya había olvidado el nombre de sus padres. Cuando el cuerpo se desparramó sobre el piso y quedó todo desmadejado, olvidó cómo sacar la raíz cuadrada, la letra del himno nacional, la regla de tres, los números primos, quién era el almirante genovés, y el nombre del presidente de la república y como jugar a las canicas y al balero. Valió un soberano cacahuate la bendición rapidilla y distraída que le dio su mujer, en bata y chanclas, mientras veía la pantalla del celular, cuando él salía a la carrera de la casa. Cuando exhaló el último suspiro inundó el ambiente con el aroma de papas con chorizo mezclado con cerveza oscura, olvidó el número de su casa y el nombre de la calle. Al momento de que se le aflojaron todos los esfínteres olvidó a dónde iba con tanta prisa. En el último estertor olvidó su nombre, edad y estado civil. El color de la ropa interior que llevaba puesta esa mañana su mujer, los lunares del cuerpo de su primera novia y que él fue descubriendo en los tres años de relación… ni cuando llevó a su mujer a que conociera, por afuerita, la Arena Coliseo; empezó a olvidar el sabor de la nieve de garrafa de limón, no recordó de qué están rellenas las paletas Toltecas, y de plano no recordó que eran sus cuates el Tarilas, el Gárgaras, el Tapón y el Tortas. Y de plano embarcó en la nave del olvido a sus primos, sus sobrinos, sus cuñados y toda la parentela... Cuando doña Carolina encendió dos veladoras junto al cuerpo y le rezó un rápido Padre Nuestro ya no se acordaba absolutamente de nada. De nada.

Olvido

/// Retrato de Cézanne. 1874. Galería Nacional de Londres. El autor de esta obra, el impresionista francés Camille Pissarro, murió un día como hoy, 13 de noviembre, pero de 1903. Así lo recordamos en La Gualdra.

Decisión

6 Por Pilar Alba

A

ver si te animas de una vez. Ya fue mucho rato de andar haciéndole al cuento. De andar de aquí para allá y nomás nada que avanzas. A ver si ya te pones en orden y empiezas por el principio, para qué tanto buscarle puntas a la hebra. Para qué andar buscándole tres pies al gato, si el chiste nomás es decidirse, tomar la decisión, al toro por los cuernos. Echarle ganas al asunto, en resumidas cuentas. Ni es tan difícil, no cuesta nada, pues. Nomás es cosa de

pararte enfrente, mirarlo a los ojos, hacer una mueca con la boca, poner cara de ternura o de desamparo eso también, a veces, funciona. Dejar caer la mirada como buscando veintes en el suelo, dejar escapar un suspirito de desconsuelo. Te aseguro que lo dejas desarmado, que no le va a quedar más remedio: buscará protegerte, darte abrigo, salvarte de tus penas, brindarte consuelo. Lo tendrás comiendo de tu mano, lo harás cachetear el suelo. Yo sé lo que te digo, qué no es eso lo que quieres… ya ves, nomás que no te decides a hacerlo.

Demasiado atractivo 6 Por Vicente Soriano Tlachi

A

licia realmente extrañaba a su novio. Ya tenía más de tres meses sin tener noticia alguna de él. Y esa mañana había despertado con las terribles ganas de acariciar los rizos dorados de su cabellera. La última vez que se vieron, ya casi saliendo de un café, él le confió un se-

creto: “Enseñaré a una rara especie de grulla el modo de comportarse para el apareamiento”. A ella no le quedó otra más que sonreír. Decidió irlo a ver en la reserva ecológica. Apenas lo encontró, le llenó de besos y abrazos. La grulla, al ver lo que le estaba sucediendo a su hombre, se levantó del nido de un jalón, sin importarle siquiera sus polluelos de finísimas plumas rubias.


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