SUPLEMENTO CULTURAL
NO. 318 /// 27 DE NOVIEMBRE DE 2017 /// AÑO 7
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Judith Romero. Lisa. De la serie Otras mujeres. Buenos Aires, Argentina, 2015.
“Judith Romero ha fotografiado a mujeres procedentes de diversos contextos socioeconómicos, geográficos y de sexualidades diversas. Con ellas, y siguiendo un proceso de marcado carácter autoexploratorio, Romero se ha sumergido en el terreno íntimo de sus vidas y en las complejidades y la fuerza de sus decisiones. Las fotografías, a través del retrato de rostros, espacios y objetos, desvelan deseos, decisiones, anhelos y formas específicas de entender el mundo”. Rían Lozano.
[Más sobre la exposición Otras mujeres, en páginas centrales]
La Gualdra No. 318
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LA GUALDRA NO. 318 /// 27 DE NOVIEMBRE DE 2017 /// AÑO 7
Editorial La promoción de la lectura debe de enfocarse a todas las personas, pero con especial interés debe de hacerse con los niños dado que es durante la infancia cuando se forman los hábitos –buenos y malos-; de ahí que es indispensable poner más empeño en que los infantes lean y las estrategias de motivación para que lo hagan tienen que surgir primero desde el hogar y segundo, desde las escuelas. Considerando esto, nos encontramos con un problema general: los adultos en México leemos poco, apenas si alcanzamos un promedio de 4 libros al año; de esto ha hablado reiteradamente nuestro compañero Eduardo Campech en este espacio gualdreño, pero hoy hablaré de un esfuerzo que se está realizando desde la Secretaría de Educación Pública enfocado a promover la lectura entre sus profesores adscritos, y muy especialmente entre aquéllos que están en vías de ser profesionales de la educación: los estudiantes normalistas. Muchas son las acciones criticables por parte de esta secretaría durante la presente administración, pero hay que decir también que existen proyectos muy buenos, como el encabezado por la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación –DGESPE-, un programa editorial mediante el cual este 2017 fueron editados tres libros que acaban de ser liberados para su descarga gratuita en internet. Se trata de los siguientes títulos: Parkour pop.ético (o cómo saltar las bardas hacia el poema), Mapa poético; Territorio ficción. Antología de cuento joven; y Cuentos del insomnio; libros que originalmente fueron editados para su distribución en las escuelas normalistas y que hoy están al alcance de todos. De Parkour pop.ético (o cómo saltar las bardas hacia el poema), Mapa poético, ya habíamos hablado en La Gualdra No. 309,1 pues nuestros amigos y colaboradores Armando Salgado y José Agustín Solórzano fueron los encargados de la compilación de los poemas de 70 poetas menores de 40 años de las 32 entidades del país que fueron incluidos en el libro. Al respecto, Armando Salgado dice que: “este material fue publicado por la SEP a través de la DGESPE y se ha ido distribuyendo de forma física y sin costo en las escuelas normales públicas del país. Su finalidad es mostrar un panorama de distintas poéticas a los jóvenes
estudiantes que en un futuro serán los maestros que estén en las aulas”. El libro se ha presentado con éxito en varias escuelas normales y los compiladores han sido testigos del entusiasmo de los estudiantes por leer algo que fue realizado para ellos. Territorio ficción. Antología de cuento joven, fue compilado por Alfredo Carrera y Víctor Solorio Reyes, quienes dicen en la presentación lo siguiente: “Los cuentos que integran este territorio que estás por pisar, son una ventana, una puerta o una casa, ya serás tú el que decida cómo gozarlos, cruzarlos y habitarlos. La juventud da más gasolina que cualquier otra etapa de la vida, nos empuja a saltar, a cruzar la barda, a accionar el interruptor. Que sea la lectura un motor en la carretera de tu existencia”; en el cuidado de la edición participó también José Agustín Solórzano. El tercer libro, Cuentos del insomnio, de Héctor Alvarado Díaz, reúne 13 historias de este escritor originario de Monterrey, N. L., ganador entre otros premios, del Latinoamericano de Cuento, el Juan Rulfo para Primera Novela, el Premio a las Artes de la UANL y los premios Nuevo León de Novela (2003) y de Cuento (2004), entre otros. Es una buena noticia entonces, que la DGESPE haya decidido que los libros puedan descargarse de su página de internet en formato PDF, porque así podemos leerlos todos. Los invito a que los descarguen y a que los lean; las vacaciones están por llegar y es probable que tengamos un poco de más tiempo libre para leer y para promover la lectura con nuestra familia. Usted de seguro conoce a un profesor normalista o a un estudiante que un tiempo futuro será el encargado de promover la lectura entre los niños, si es así, compártale la liga de esta página en la que podrá descargar sin costo los tres libros. Mientras tanto, va desde aquí mi reconocimiento a Armando Salgado, José Agustín Solórzano, Alfredo Carrera y a todos quienes forman parte de este proyecto editorial. Aquí la liga: http:// www.dgespe.sep.gob.mx/gaceta Que disfrute su lectura.
Contenido Volver y repetir, la magia de las historias conocidas Por Maliyel Beverido
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Nunca fuimos contemporáneos Colectivos locales Por Eric Nava
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Otras mujeres Proyecto fotográfico de Judith Romero
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Elodia Lara Barrios: un retrato hecho a base de recuerdos Por Eduardo Campech Miranda Me faltó algo ahora que envejecí Por Carlos Flores El poder de los recuerdos en el cine de animación: Coco y Loving Vincent Por Adolfo Nuñez J. Vuelven: Los olvidados del siglo XXI Por Rebeca Mejía López
Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com 1
mx/docs/la_gualdra-309
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Desayuno en Tiffany’s, mon ku Festival Chéries-chéris en París Por Carlos Belmonte Grey
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Poemas para leer mientras no llueve (Juan Manuel Bonilla Soto) Por J. Arturo Burciaga C.
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El enano Por Vicente Soriano Tlachi
https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.
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El Picaporte “Antiedad”: en contra de la edad Por Simitrio Quezada
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Designios Por Gerardo del Río A. Sí Por Pilar Alba
Directorio
Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
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6 Por Maliyel Beverido
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cabo de ver la nueva versión cinematográfica de Asesinato en el Expreso de Oriente. Leí la novela un par de veces (tal vez es tiempo de que lo haga otra vez), también vi en varias ocasiones la versión de Sidney Lumet, con Albert Finney en el papel de Poirot, y la versión para televisión en la que David Suchet interpreta al detective; la de Carl Shenkel, con Alfred Molina, no la he visto, y leí que existe incluso un juego para PC. Pero no voy a hablar de la intriga -los hechos, los sospechosos, las pruebas, la solución-, ni de la sutileza de la autora o del ingenio del que provee a sus personajes. Tampoco quiero debatir acerca de las virtudes y defectos de esta nueva versión o de las cualidades y defectos de Kenneth Branagh. Estando en el cine me puse a reflexionar acerca de este gusto por ver distintas versiones de una película, o volver a verla varias veces, o releer un libro, o coleccionar ediciones del mismo, etc. ¿Por qué regresamos a algunas historias? De niños nos gusta que nos cuenten el mismo cuento, lo re-
clamamos una y otra vez, aunque lo sepamos de memoria hasta el último detalle. Esperamos oírlo de nuevo tal como lo hemos conocido y si quien hace la lectura se equivoca, retoca o trastoca algún detalle –por impericia o sólo para probarnos- reaccionamos inmediatamente. Lo mismo que, más tarde, ante versiones teatrales, cinematográficas, radiofónicas o televisivas detectamos los cambios, las anomalías y los señalamos, a veces como un acierto, pero las más de las veces como un fallo. Claro, la literatura es revelación, es descubrimiento, es un mundo posible dentro de este mundo imposible, entonces ¿por qué regresamos a algunas historias? Ya sea que seamos aficionados, apasionados o estudiosos de la literatura vamos por el camino hallando con entusiasmo nuevos autores y distintos textos, pero en alguna parte conservamos esa historia, ese fragmento aprendido de memoria que nos sirve de referente en nuestros cabotajes. Nuestros favoritos pueden ir cambiando; una temporada serán unos cuentos, otra será una novela, luego unos versos, o la preferencia
se apegará a un género. De jóvenes podemos leer novedades sin pausa, pero llegará un momento en que volvemos la vista a alguna lectura. ¿Por qué regresamos a algunas historias? Con la edad –creo- vamos otra vez, como en la infancia, prefiriendo las historias conocidas. Releemos mucho. La humanidad tiene mitos fundadores que se repiten de generación en generación, y a pesar de que hemos perdido muchísimas de nuestras tradiciones orales, el impulso de regresar a algunas historias es, me parece, mucho más que una cuestión de usanzas. Cada cual tendrá su razón, sus motivos, pero debe haber un por qué que nos une a tantos. Tal vez sea que una ficción literaria, por aterradora que sea, no obstante se desarrolle en un mundo de leyes contrarias a las del nuestro, aun cuando sea una obra abierta, así tenga finales alternativos o por el contrario nos refiera con pormenores al universo ingobernable de la vida real, pertenece a un plano o una realidad determinada y restringida. Sí, la literatura como tal es infinita, pero las historias a las
que volvemos tienen una extensión limitada, y aunque tengan montón de interpretaciones posibles, y elucidaciones distintas en cada lectura, en la repetición hay cierta tranquilidad, en la repetición hay cierto control. Dentro de la barbarie en la que vive no sólo este país sino el planeta entero, buscamos la seguridad de algo confiable que sólo una historia conocida (aunque termine mal) nos puede dar. Ese cuento que nos arrulla, esa novela que nos estimula, ese poema que nos mece en sus versos recurrentes. Regresamos a la literatura porque nos protege del desasosiego, porque nos provee de una idea de propiedad, de herencia transmitida o de hurto sutil, una idea de pertenencia también, de acto comunitario. Volvemos a la historia que nos atrapa y nos entregamos a ella, al mismo tiempo que la sentimos exclusivamente nuestra la sabemos inclusiva y múltiple. Así es la magia de la repetición; la escena memorable es memorizada, las palabras con las que es descrita quedan grabadas, y nos acogemos a su abrigo porque hacen esta vida más amable.
Literatura
Volver y repetir, la magia de las historias conocidas
XIII Bienal FEMSA
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LA GUALDRA NO. 318
/// El Tren
/// El Tren
Nunca fuimos contemporáneos
Colectivos locales
6 Por Eric Nava
C
on el propósito de hacer una revisión de la escena artística en Zacatecas, desde el programa público de la XIII Bienal FEMSA se ha propuesto llevar a cabo mesas sobre el trabajo que se hace desde los colectivos locales y los espacios de formación. En la primera sesión participaron los colectivos Rayón 554, presentado por Pedro López Recendez; El Tren, por Alejandro Espinoza; Oasis Urbano, por Carlos Olin; y El Taller José Gabriel Ovalle, también conocido como el taller de La Condesa, presentado por Claudia y Citlali Córdova. Las charlas con colectivos zacatecanos son un espacio para hablar sobre el lugar que ocupan en el contexto local; particularmente acerca de los intereses, necesidades o urgencias a los que responde su conformación, así como la de los espacios independien-
/// La Flaka Gráfica
tes, cuál es el rol que los creadores asumen frente a las comunidades con las que trabajan y de qué manera se relacionan con ellas. Rayón 554 Rayón 554 fue una iniciativa de Pedro López Recendez, que comenzó como un proyecto enfocado en ampliar la oferta artística al público antes que seguir las tendencias del mercado y las instituciones locales, a las que no percibían como propositivas. Este espacio sirvió como medio para explorar nuevas formas de producción y exhibición de artistas emergentes nacionales y extranjeros, con un enfoque en la profesionalización y la discusión de las propuestas presentadas. En distintos momentos agrupó proyectos de otros artistas, por lo que también operaron dentro del espacio productores de distintas disciplinas, particularmente aquéllos dedicados a las artes gráficas. Dado que la pro-
ducción de gráfica era la principal fuente de financiamiento, el espacio se convirtió en Gráfica Pentágono, que continúa su producción basada en colaboraciones con artistas y talleres de todo el país mediante la edición de colecciones de gráfica. El Tren El Colectivo el Tren es un grupo multidisciplinario que realiza talleres de fotografía, video, pintura, música y artes plásticas para niños. Trabajan en diversas sedes ya que una parte importante de su labor consiste en ofrecer actividades artísticas a niños en situación de vulnerabilidad, lo cual llevan a cabo con el apoyo de instituciones públicas y organizaciones no gubernamentales. El colectivo desarrolla estrategias para ofrecer alternativas de expresión con materiales de uso cotidiano que permitan a los niños replicar lo que aprenden en los talleres. Su intención es que el arte
/// Oasis Urbano
funja como un medio de sanación a la manera de la arteterapia. Oasis Urbano Oasis Urbano es un proyecto de Carlos Olin –Carlos Badillo Herrera- que inició como el taller de serigrafía Flaka Gráfica en la ciudad de San Luis Potosí. Para asegurar que tuviera un lugar de operación, Carlos estableció colaboraciones con distintos espacios como Rayón 554 o la Bodega de Arte Multidisciplinario (BAM). A la par de la colaboración con otros espacios, Flaka Gráfica operó como un taller abierto para la capacitación y auto-producción de impresión serigráfica al mismo tiempo que mantuvo abiertas las colaboraciones con artistas de otras disciplinas provenientes del arte urbano, el circo, y la vinculación con iniciativas enfocadas en el trabajo comunitario. La BAM operó principalmente como un centro comunitario que permitía acercar distintas formas de arte urbano
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al público, autogestionó talleres de producción, la creación de un huerto urbano y un comedor comunitario. En el ir y venir de Flaka Gráfica surgió Oasis Urbano, en un principio enfocado a programas de prevención del delito. El trabajo de Carlos desde el arte se ha convertido en un medio para crear lazos de comunicación con grupos que han sido excluidos socialmente. Esto ha permitido tener acercamientos que no sólo ofrecen herramientas de expresión a estos grupos, sino también valiosas experiencias en la búsqueda de estrategias de colaboración e intervención que tengan la posibilidad de lograr un impacto efectivo en las comunidades con las que colabora bajo el principio de tomar la calle como una forma de amplificar los efectos de su trabajo. Taller José Gabriel Ovalle Este taller fue creado por iniciativa del artista Emilio Carrasco y el sacerdote Alejandro Rodríguez en 2012, como un espacio encaminando a la formación en grabado y serigrafía. Su objetivo se transformó en la medida
/// Taller José Gabriel Ovalle
/// Taller José Gabriel Ovalle
en que decidieron que era mejor idea aprovechar los recursos materiales y humanos que tenían disponibles. Este cambio se debió en parte a la diversidad de participantes; más que guiar el trabajo a partir de un programa enfocado en el conocimiento técnico y establecer formatos o temáticas de producción, se optó por dar oportunidad a los participantes de plantear sus propias preguntas e intereses como principio. La intención era promover que los asistentes habituales del taller trabajaran a partir de un proceso de investigación y exploración creativa conducido por sus necesidades emotivas y de expresión, antes que a cumplir con los requerimientos formales de una obra de arte o pensar en la exposición del trabajo. El taller se mantuvo activo hasta 2015 en las instalaciones de la casa parroquial de La Condesa, en Guadalupe, dirigida por Claudia y Citlali Córdova, cuyo rol consistía en acompañar este proceso con información sobre obras, artistas y textos que contribuyeran al trabajo de cada participante y profundizaran en sus propios intereses dando liber-
/// Taller José Gabriel Ovalle
tad para que este proceso encontrara las salidas más apropiadas. Esto dio como resultado un espacio de trabajo libre y flexible, tanto en sus modelos de operación, como en las propuestas de discusión grupal, que abarcó temas que iban del anarco-budisimo a los derechos humanos y el activismo político. El arte se concebía como una herramienta que permitía construir espacios de encuentro y formas de convivencia, antes que objetos para exposición. Ante el cambio de las condiciones que le dieron origen, el taller José Gabriel Ovalle se transformó para dar lugar a otras iniciativas basadas en la concepción de una comunidad desplazada no limitada por el espacio, una comunidad en red cuyos nodos se crean y se transforman a partir de afinidades cambiantes que integra nuevas relaciones que los miembros iniciales van sumando a la red, y cuya plataforma más visible es Campaña Negra. Como puede verse, las razones que han dado lugar a estos colectivos son
diversas, pero la búsqueda de autonomía es una constante. Para todos estos grupos, mantener el control sobre las temáticas, estrategias de trabajo y las comunidades con las que se relacionan es primordial. Cada uno ha desarrollado alternativas de gestión para asegurar su viabilidad operativa y mecanismos para negociar con las fuentes de financiamiento propias y externas que tienen disponibles. De esta manera, las relaciones establecidas con instituciones públicas y privadas, aun cuando implican cumplir con ciertos objetivos en común, no comprometen la capacidad de los colectivos para responder a las necesidades expresivas y de creación de las comunidades con las que trabajan. Por otro lado, debe notarse que, aunque podría parecer que estos espacios aparecen y desaparecen de la escena local, en realidad se trata de un largo proceso de transformaciones que no sólo es una estrategia de supervivencia, sino el reflejo de la propia evolución de los proyectos y las necesidades e intereses de sus impulsores.
XIII Bienal FEMSA
/// Oasis Urbano
Artes Visuales
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LA GUALDRA NO. 318
/// Claudia. Buenos Aires, Argentina, 2015
/// Deyanira. Playa Aguachil, Ixhuataìn, Oaxaca, Meìxico, 2017.
Otras mujeres
Proyecto fotográfico de Judith Romero
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l 10 de noviembre de 2017 se realizó la inauguración de la exposición Otras Mujeres, de la fotógrafa Judith Romero, en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, precedida por el evento “No ser madre: conversación en torno a una decisión”. Esta exposición permanecerá en el MACO hasta el 11 de enero de 2018. Este proyecto fotográfico también se presentará en Santiago de Chile, el 2 de diciembre de 2017, en la Galería Gronefot. Y el 5 de diciembre, en la Biblioteca Nacional de Chile, se proyectará el video y las imágenes, como apertura al evento “No ser madre: conversación en torno a una decisión”.
Otras mujeres Por Rían Lozano2 Otras Mujeres es un proyecto fotográfico que surge de la necesidad de entender y visibilizar el hecho de que, aún hoy, siga resultando difícil compartir los motivos que llevan a las mujeres a decidir, libremente, no ser madres. ¿Por qué estos relatos siguen siendo poco públicos? ¿Por qué sigue pareciendo un tema tabú? ¿Cómo entender este acto en relación con las demandas de las mujeres de decidir sobre su propio cuerpo? ¿Qué implicaciones sociales y políticas tiene este hecho? A través de las imágenes y los testimonios recogidos, este proyecto de fotografía digital visibiliza las subjetividades de las otras mujeres: las no festejadas los 10 de mayo; aqué-
/// Gisela. Buenos Aires, Argentina, 2015.
/// Gisela. Buenos Aires, Argentina, 2015
llas que, por decisión propia, decidieron no seguir el mandato social que convierte a la (buena) mujer en sinónimo de madre. En este proceso de desnaturalización de estereotipos y de respuesta a prejuicios y reproches, Judith Romero ha fotografiado a mujeres procedentes de diversos contextos socioeconómicos, geográficos y de sexualidades diversas. Con ellas, y siguiendo un proceso de marcado carácter autoexploratorio, Romero se ha sumergido en el terreno íntimo de sus vidas y en las complejidades y la fuerza de sus decisiones. Las fotografías, a través del retrato de rostros, espacios y objetos, desvelan deseos, decisiones, anhelos y formas específicas de entender el mundo. Estas imágenes están acompañadas de un breve video que documenta el proceso de realización del proyecto. Las conversaciones, parcialmente guiadas por las preguntas de la artista, conformaron el contexto necesario para la realización de los retratos y el resto de tomas fotográficas. Las protagonistas de esta historia (Mariana, Lisa, Natacha, Claudia, Ronda, Gisela, Renata, Emilia, Fabiana y Deyanira) hablan de su decisión y dan al espectador la oportunidad de descubrir temas recurrentes como la infancia, la soledad, la religión, la norma social, los cuidados, el derecho al con-
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/// Mariana. Tigre, Argentina, 2015. la curaduría del investigador Alejandro Caste-
trol sobre el cuerpo propio, el aborto, las relaciones familiares o la independencia. Podemos considerar que el trabajo de Romero surge de un principio feminista fundamental: el de las historias compartidas; aquellas que crean las condiciones necesarias para conformar espacios de visibilidad, de toma de la palabra, de seguridad, de solidaridad y confianza para todas esas otras mujeres.
llanos. Además de la exposición colectiva “Mirar dentro”, cuya curaduría la realizó el investigador Iván Ruiz. En agosto de 2015 es cofundadora de la galería Resplandor, espacio independiente dedicado a la fotografía y el diseño editorial. Desde hace 4 años inició con el proyecto visual “Otras mujeres”, con el cual prepara su primera exposición individual y un diálogo sobre “No ser madre: conversación en torno a una decisión”, en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca y en la galería Gronefot y Biblioteca Nacional de Santiago de Chile. “Otras mujeres” cuenta con la curaduría de la Dra. Rían Lozano, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y la exposición forma parte del Festival Internacional de Fotografía FotoMÉXICO 2017,
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organizado por el Centro de la Imagen.
Judith Romero es fotógrafa y diseñadora
editorial. Su formación ha implicado la edición
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Rían Lozano: curadora de la exposición. In-
y diseño de revistas y libros de arte, así como
vestigadora del Instituto de Investigaciones Es-
diversos talleres y diplomados de fotografía e
téticas de la UNAM y doctora en Filosofía (área
impresión digital que ha cursado en el Centro de
de Estética y Teoría de las Artes).
las Artes de San Agustín (CASA) y en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB). Es egresada de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y ha realizado proyectos de fotografía en la ciudad de Oaxaca y en algunas comunidades mestizas y de pueblos originarios. Algunas de sus fotografías del Istmo de Tehuantepec y de los Valles Centrales han sido intervenidas por las diseñadoras textiles Maddalena Forcella, Mariana Grapain, Elena Martínez Bolio, Luciana Corres y Bianca Chizzolini, conformando la serie “Intersecciones. Fotografía + Textil”. Su trabajo se ha presentado en exposiciones colectivas en Oaxaca, Puebla, Morelos y La Habana, Cuba. Recientemente, participó en la exposición colectiva “Universo en el sur”, en el CFMAB, bajo
/// Natacha. Ciudad de México, México, 2017
/// Emilia. Oaxaca, México, 2015.
/// Renata. Capulálpam, Oaxaca, México 2015.
Artes Visuales
/// Lisa. Buenos Aires, Argentina, 2015.
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Río de Palabras
Promoción de la Lectura
Elodia Lara Barrios: un retrato hecho a base de recuerdos 6 Por Eduardo Campech Miranda
improvisación hasta entonces desconocidas. Víctor Colunga fue su pareja. Nadie es monedita de oro y más temprano que tarde algunas voces comenzaron a enjuiciar y condenar. Voces, según ellas, inmaculadas. No ahondaré en ello. Sus detractores lo serán siempre, como los de nosotros. No tengo claro quién dejó primero el grupo, si Elodia o yo. Pero nos perdimos la pista un tiempo, el suficiente como para vernos con el gusto de siempre. Sucedió en la calle. Seguramente en la concurrida Avenida Hidalgo. Me invitó a la presentación de su libro. Sería en el marco de un Festival Cultural. Había acudido al taller de creación literaria de la UAZ. Si bien aludí a sus detractores, conveniente es decir que también muchas personas se dirigían a ella con gratitud. Lo mismo en las aulas que en la vida cotidiana. Su generosidad ha sido uno de los rasgos que más se resaltan. Años después los caminos de la vida, ésos que no eran como pensábamos, nos volvían a reunir. Fuimos a realizar una actividad de lectura a Concepción del Oro. Ahí supe que ambos colaborábamos con el Programa Nacional Salas de Lectura. Sin duda tenía mucho que aportar. El próximo día 30 de noviembre un grupo de amigos realizarán un merecido homenaje a la maestra Elodia Lara Barrios. En vida como se merece toda aquella persona que comparte su pasión. En vida para que la modestia de sus acciones sea conocida y valorada.
H
acia 1994 deseaba ser poeta. Creo que ya lo he mencionado en algunas colaboraciones anteriores. Entonces acudí a una convocatoria lanzada por un grupo llamado “Escritores y Artistas Unidos e Independientes de Zacatecas”. Ahí conocí, entre a otras personas admiradas y queridas, a la maestra Elodia Lara Barrios. Su extrovertida personalidad llamó mi atención. Hasta ese momento no tenía ninguna referencia de ella. Su poesía era muy distinta a la que escribíamos muchos de los integrantes del grupo. Debo decirlo: más elaborada, más sesuda. No sé si mejor. Pero sí distinta, con ecos de otras lecturas, de otras escrituras, de otros talleres. El grupo era multidisciplinario, lo mismo concurrían artistas plásticos, escritores en ciernes, cantantes hoy consagrados, un nutrido grupo de jovencitas aspirantes a actrices y un pequeño grupo de jóvenes que éramos comparsa de cada evento, acto y puesta en escena que emprendía Salvador Hernández González. Elodia se sumaba a nosotros con toda la disposición y energía necesarias. Recuerdo en particular una presentación que realizamos en Ojocaliente. Era un pequeño sketch. La trama giraba en torno a la relación matrimonial de una pareja regiomontana. La maestra exhibió unas dotes histriónicas-cómicas y de
/// Oskar Kokoschka. Retrato de una mujer. 1913.
Me faltó algo ahora que envejecí 6 Por Carlos Flores
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la mitad del camino de mi vida me encontré con un cuerpo al que no he sabido cuidar: caída prematura del pelo, sobrepeso, dolores musculares y fatiga al menor esfuerzo. Mi conclusión: me faltó conocer las delicias del deporte. Encontrar en el esfuerzo físico una motivación que me permitiera realizar cada día de mi existencia cierta actividad que propiciara disfrutar más estos momentos. El cuerpo como un templo, dicen por ahí, pero mi religión es más dionisiaca que budista. Me faltó encontrar en la simplicidad de las cosas la tranquilidad de los seres vivos en su ambiente natural. Disfrutar de un simple amanecer o un majestuoso atardecer. Sacar mi silla a la calle y ver la gente pasar. Caminar más días por el cerro y respirar el aroma de las hierbas silvestres. Encontrar recovecos entre las piedras
/// Oskar Kokoschka. Viejo señor. 1907.
que esconden sabandijas y micro fauna. Me faltó charlar más tiempo con los abuelos, saber cómo fue su juventud, quiénes eran
su padres, cómo era México en sus tiempos, la música que brillaba en la radio, el impacto del rock and roll en sus vidas, saber cómo eran mis padres y los tíos, qué pensaron de mí cuando nací. Me faltó comer una melcocha con ellos, sentado en la plaza, mientras me decían santo y seña de los viandantes. Nunca supe quién fue el primer amor de la abuela o cómo es que se enamoró de ese señor tan imponente que fue mi abuelo. Me faltó conocer las constelaciones y los dioses que las integran, bosquejar su recorrido por la inmensidad del espacio. Llevar a mis hijas a contemplar el cielo nocturno y explicarles cómo es que seis de las Pléyades encontraron un lugar en el firmamento luego de haber sido seducidas por Zeus, mientras que su séptima hermana es invisible por haberse negado a caer en los brazos del gran dios. Me faltaron palabras para decirle a mi
mujer el orgullo que sentí cuando aceptó compartir su vida con la mía, la infinita gratitud por haberme dado dos hermosas hijas, el reconocimiento por haberme sostenido cuando caminé en la oscuridad. Me faltaron abrazos, besos y caricias, cuando su sonrisa brillaba y sus ojos destellaban el reflejo de su amor por mí. Aún me falta abrazarla cuando la veo dolida y las palabras cuando las necesita. Me faltaron cientos de páginas por leer, encontrar en la filosofía atisbos de mi propia pasión, en la poesía el canto de la voz interior; teorías económicas para sostener el mundo; el enigma de los números y su interpretación del cosmos; de la física, las leyes del universo. Nunca comprendí el lenguaje binario, los códigos de acceso al mundo la informática que me permitieran sacarle provecho a mi computadora. En fin, puedo encontrar tantas cosas más que me faltaron por hacer, pero en cambió encontré otras muchas que sí realicé: nadar en un río, oler el papel y la tinta en un libro nuevo antes de comenzar a leerlo, imaginar con los amigos que ya no veo que algún día estaríamos en el jardín fumando un cigarrillo antes de nuestro ocaso, me enamoré y perdí la cordura por una mujer, perdoné a quienes me hirieron y dejé atrás el dolor. Y antes de irme, seguramente intentaré hacer otras cosas que me faltaron cuando aún era joven.
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El poder de los recuerdos en el cine de animación: Coco y Loving Vincent 6 Por Adolfo Nuñez J.
Ernesto de la Cruz, el músico más grande de todos los tiempos y que tiene claras reminiscencias a Pedro Infante. Loving Vincent es narrada a través de los ojos de Armand Roulin, hijo del cartero encargado de la correspondencia de Van Gogh con sus familiares y amigos, y después de la muerte del pintor y de una carta pendiente por entregar, el protagonista de un viaje lleno de dudas e interrogantes respecto al artista. En ambos casos el valor de la memoria y de los recuerdos es esencial para sus respectivas tramas. En el caso de la primera para poder comprender una tradición tan profunda, compleja y a la vez tan extasiante como lo es la celebración del Día de Muertos. En el segundo caso, para entender a esos artistas frustrados e
incomprendidos en su momento, bajo la duda incierta en aquella época de si alguna vez su trabajo y obra serían reconocidos. Más allá del derroche técnico empleado, en ambas producciones sus protagonistas buscan, a través del valor y la inspiración de sus ídolos, su propio lugar y pertenencia en el mundo, y están dispuestos a dejar todo lo que tienen atrás, con tal de conseguir dichas respuestas. Así pues, ambas cintas se manejan de un modo atemporal donde el contexto y sus limitantes influyen directamente en el sentido de identidad de ambos protagonistas, cuya resolución final se encuentra en las artes, en la música y la pintura, que responden a cuestiones inherentes y universales en todos los seres humanos, sin importar nuestra edad o lugar de origen.
Vuelven: Los olvidados del siglo XXI 6 Por Rebeca Mejía López
V
uelven, el más reciente filme de la directora Issa López es, en más de una forma, Los olvidados del siglo XXI mexicano. Se preguntará, estimado lector, sino no es un tanto pretenciosa esta afirmación. Explicaré por qué llegué a esta conclusión mientras veía el filme. Recapitulemos un poco primero. En las décadas de los años 40 y 50 México se inscribió en un periodo de desarrollo económico conocido como “el milagro mexicano”, momento en el que se pretendía despuntar como un país en vías de desarrollo durante el gobierno de Miguel Alemán. En este contexto surgió la cinta de Los Olvidados (1950), niños y locaciones reales que el director Luis Buñuel observó y con quienes convivio en sus recorridos por los barrios marginados de la moderna ciudad de México.
Actualmente, podemos percibir que las condiciones de nuestro país son un tanto parecidas al periodo de Los Olvidados. Se insiste en un México en vías de desarrollo, a través de diversas reformas, así como un Estado moderno. Nuestro contexto claro, se ve en una crisis mucho más compleja cuando señalamos el nivel de corrupción actual, el narcotráfico o la trata de personas. Sin embargo, Issa López no duda en poner el dedo en la llaga en su más reciente filme Vuelven, al introducirnos en las vidas de Estrella y el Chine.
La madre de Estrella es víctima de una presunta banda delictiva y el Chine es el líder de una pequeña pandilla de niños que han sido olvidados, pues sus papás o familiares cercanos perecieron en manos de la delincuencia. Ambiente violento y brutal que los niños enfrentan a través de un mundo de fantasía que, en manos de la directora se fusionan en géneros como el horror, el thriller, el drama y el realismo mágico. Dejando entrever sus influencias como Juan Rulfo, Guillermo del Toro y Stephen King, estos dos últimos, por cierto, recomendaron ampliamente el filme. A través del guion, la fotografía y el montaje Issa López nos lleva a una mirada desde la perspectiva de unos niños que son violentados y olvidados por un mundo de adultos. Una mirada desde abajo que complementa contrastes simultáneamente a cada momento. Por ejemplo, mientras queman un piano nuevo en un bajo puente en las afueras
de alguna ciudad, niños y preadolescentes discuten quién será el encargado de cometer un asesinato. O cuando la pandilla del Chine juega en una sala de teatro abandonada, pretendiendo estar en un casting para una película, mostrando una cultura alta frívola y lejana a su entorno. Son estos ápices narrativos y las condiciones de producción las que convierten a Vuelven en un filme excepcional y grato de apreciar en el cine mexicano contemporáneo.
Cine
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uchas veces se ha dicho que nuestra historia define quiénes somos como seres humanos, mientras que nuestros recuerdos influyen en nuestra personalidad y en nuestras creencias, en los ideales a los que nos aferramos. En la actualidad, entre algunas personas aún persiste la idea de que, en el cine, el género de animación sólo se remite al mercado infantil, como reflejo del enorme bombardeo publicitario que se maneja en algunos títulos de esa categoría, que resultan en éxitos taquilleros pero de poca calidad y propuesta. Bajo dicha lógica de producción y posterior promoción, la única compañía de cine que ha logrado salir airosa es Pixar (DreamWorks en contadas excepciones) con títulos que funcionan en el plano de entretenimiento, pero que también trascienden como grandes películas gracias a sus bien trabajados y
profundos guiones. En el otro plano del cine, se ha vuelto más común ver a cintas independientes abrirse lugar entre las grandes producciones, esto gracias a su creatividad y el impacto visual que manejan, y al hecho de que directores más reconocidos deciden participar en ellas, como son los casos de Charlie Kaufman, Wes Anderson, Richard Linklater y Hayao Miyazaki. Dos de las películas más importantes de dicho género que fueron lanzadas este año corresponden a cada uno de estos dos grupos, pero curiosamente cobran relación directa una con la otra. Por un lado Coco, la película del Día de Muertos de Pixar, dirigida por Lee Unkrich; y por el otro Loving Vincent, la ambiciosa cinta biográfica sobre Vincent Van Gogh, dirigida por Dorota Kobiela y Hugh Welchman. En Coco conocemos a Miguel, un niño con aspiraciones a músico a pesar de que su familia se lo prohíbe y que accidentalmente viaja al mundo de los muertos, donde conoce a su ídolo
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Cine
LA GUALDRA NO. 318
/// Battles of the sexes
/// Call me by your name, de Luca Guadagnino
/// Cartel Chéries-Chéris
/// Heartstone, de Gudmundur Arnar Gudmundsson
Desayuno en Tiffany’s, mon ku
Festival Chéries-chéris en París 6 Por Carlos Belmonte Grey
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ste 21 de noviembre terminó la 23 edición del Festival Chérieschéris de cine Lésbico, gay, bi, trans, queer y... de la ciudad de París. Con un total de más de 100 filmes (cortometrajes, ficciones y documentales) proyectados en ocho días en los cines Mk2 Beaubourg y Mk2 Quai de Seine. El festival, que cada año tiene más apoyo de diferentes instituciones públicas y privadas, consiguió invitar a 15 equipos de películas venidos de distintas partes del mundo. Nosotros pudimos asistir a ciertas proyecciones y platicar con los directores, entre cuyas charlas fue particularmente interesante la de Émilie Jouvet en la presentación de su documental-performance My body, my rules (en las siguientes entregas de la columna Desayuno en tiffany’s, mon ku se las vamos a comentar, lo mismo que otras cintas más). La edición estuvo dedicada a la asociación ActUp recientemente revalorada por el éxito internacional de 120 latidos por minuto (Robin Campillo, 2017) y su constante lucha a favor de la desestigmatización del Sida y de la investigación social-médica-política contra el Sida. En palabras del Delegado General Matthieu Rosset: “Chéries-chéris a percibido como una evidencia la necesidad de continuar el trabajo de memoria iniciado por 120 battements par minute (120 latidos por minuto). También, hemos decidido de dar un homenaje a ActUp y a sus miembros fundadores -con la presencia de Didier Lestrade (miembro del jurado de largometrajes) y de Christophe Martet – a través de una programación especial que realce un film del año o del patrimonio o que explore un aspecto
singular de la lucha contra el VIH”.
Mientras que el presidente del festival, Cyril Legann, insistía en reconocer el valor de la película de Campillo y la necesidad de continuar con este tipo de festivales: “Cada vez que un filme LGTB brinca la traspasa la esfera del público de los iniciados para volverse en un éxito gran público, pensamos que una ola de producciones sobre el mismo tema va a continuar. Sin embargo, hemos esperado mucho tiempo sin ver nada venir en una especia de efecto Brokeback mountain (Ang Lee, 2005). No podemos hablar de un efecto Moonlight (Barry Jenkins, 2016) porque todos los filmes vistos en 2017 fueron producidos antes su inesperado éxito, pero ahí estamos: vivimos bien una época dorada del cine LGTB, que puede ahora sí conjugar éxito en la crítica y ser un taquillazo. De esta manera, numerosas producciones de envergadura aparecidas este año tiene por tema
a personajes LGTB, cosa hasta hace poco rarísima. Y se tiene que ser muy aguafiestas para no alegrarse de la increíble carrera de 120 battements par minute. El tercer filme de un realizador todavía poco identificado, sin estrellas, con un tema tan ‘escabroso’ para el público como el Sida: nada dejaba ver que el filme de Campillo se volvería el ‘acontecimiento’ en el Festival de Cannes antes de desfilar en las salas de cine y crear una marea de público. Por eso, nos parecía más que esencial hacerle un homenaje a ActUp y a todas las personas que hicieron esta lucha y de sumergirnos en el trabajo iniciado por este filme. Nuestro combate por la visibilidad avanza y hay que alegrarse, pero el camino es aún largo para conseguir eliminar los prejuicios y vivir en armonía en una sociedad que aceptaría sin condicionamientos las múltiples identidades de los ciudadanos”.
Es evidente que estas declaraciones
salen para responder a las múltiples acusaciones que denuncian “lo carnavalesco” (tipo ”los respeto pero que no se muestren o exhiban así”) de estas manifestaciones culturales. Por lo pronto, aquí la lista de los filmes premiados: Cortometrajes Premio del Jurado: Laissezmoi danser, de Valérie Leroy. Gran Premio: Au bruit des clochettes, de Chabname Zariab. Premio del público: Un homme mon fils, de Florent Gouëlou. Documentales Premio del Jurado: My body my rules, de Emilie Jouvet. Gran Premio: Mr Gay Syria, de Ayse Toprak. Largometrajes Premio de Interpretación: Emma Stone, por Battles of the sexes. Premio del Jurado: Heartstone, de Gudmundur Arnar Gudmundsson. Gran Premio: Call me by your name, de Luca Guadagnino.
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27 DE NOVIEMBRE DE 2017
Poemas para leer mientras no llueve (Juan Manuel Bonilla Soto) Libros
6 Por J. Arturo Burciaga C.
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os queda interpretar al hombre que escribe en temporada de secas. No llueve, pero las palabras hacen ríos y los ríos se desbordan en imágenes. El autor de Poemas para leer mientras no llueve, Juan Manuel Bonilla Soto, el Boni, para sus amigos, viene con la templanza de la escritura en una pizarra, luego en un block de notas y después en un libro planeado y celebrado en el desafío del sentir o la dignidad de enfrentarse a todos los naufragios vitales. Bonilla es un Heráclito; se baña en arenas de un destierro de Ítaca o de cualquier parte, hasta del terruño. En sus versos expone la historia como una suerte de milagro y piensa en el lejano río Éufrates, y señala al Nilo con el recuerdo, y al Tigris con la omisión. Las imágenes son clásicas pero también inesperadas y asombrosas. Mira el sol en el reflejo de las aguas inexistentes para cubrir de veladuras a una mujer asomando en la escritura. Es el ritual de escribirlo todo a la memoria de los rostros de un río. Tiene cara de mujer mística y valiente, venida de cualquier parte, del norte, por ejemplo. Y entonces el río clama venganza contra el cielo que le niega la lluvia. Y nos encontramos en un poema de alguna parte del río de palabras, aunque sea un lugar común, aunque tarde el intelecto en decir que es un lugar común. Bonilla habla de Odiseo y de Penélope. Ulises está perdido en su propio laberinto y la historia resiste el silencio y la ausencia del escribiente de versos. El río, la historia, la ausencia de la lluvia son las palabras prolongadas, látigos contra la mirada impura. Las palabras hacen los versos, avenidas de una reflexión del somos y del nosotros. Y llega, irrepetible, el soy. Es una palabra proferida por el poeta que ya estaba desde las edades más antiguas en la boca de todos. El escribiente se adueña de las conciencias de ayer y hoy para lanzar una tesis: él es todos, y nosotros somos uno, en todos y en nadie. Juegos de precipicios en los nombres y los anónimos. Como si la creación entera dirigiera la mirada hacia un solo punto del cielo, donde no derramará la lluvia y la luz se cae en la impaciencia de la ley de gravitación universal. Son poemas para cuando no llueve, pero también sirven como los poemas sobre todas las cosas: descubren el padre sombrío, la hija ausente, la madre confusa, el destino imperfecto, el nombre de la mujer amante, la memoria etérea, el círculo de Dante, la luna de octubre, la lluvia ausente en noviembre, la distancia en el balcón vacío, la neblina y el invierno que han de venir. Encuentros en el verso: estos poemas nombran los sueños y el relámpago de la memoria. Devuelven una terrible plegaria a la mujer sujeto del poema cuando no llueve. Esa mujer cierra los ojos y abre los labios, para saber nosotros cómo suena en ellos la palabra río, la palabra lluvia, la palabra ausencia. Y una vez más, el río suena pero no lleva agua: suena a noche perpetua, a noche de silencio, se escuchan murmullos del puerto lejano, polvo de la
carne convertida en una escalera al infierno. Suena a espejos trizados, a cofradías míticas que entierran a sus cofrades en el lecho seco de un río. Y luego viene el fin que se queda abierto, el fin del libro, suspendido en una estrofa, y nos deja esperando el crujir del cielo, para hacer poemas cuando llueva. Dice la estrofa final del poeta: “Esta vez no”, negativa de lo esperado y no deseado, no deseo me digas no, no quiero que me hables de cómo no llega la lluvia. Sigue diciendo la palabra: “es una frase que se pierde en la contrariedad”, perdidos somos en las frases de rupturas,
como si al fin lloviera en los rostros amados, y entonces todo termina en la contradicción del río ausente. Sigue diciendo el verso: “él carece de memoria para saber”, saber ¿para qué? Saber que ya no hay lágrimas, ni río, ni llanto, como escribió Jorge Humberto Chávez. Sigue escribiendo el poema final: “si es un propósito cuando amanece”. A donde vaya la cofradía con sus patentes a cuestas y sus cofrades silenciosos, deben buscar un cielo que derrame lluvia en cuarenta amaneceres continuos. Y finaliza el libro: “o, peor, alguno de esos ecos que el rencor no olvida”. Eso
salió desde un rincón del alma y no a la manera de Alberto Cortés y sus poemas, sino desde el poeta Bonilla, porque le dijeron no, porque él es el cofrade de una cofradía fundada por una mujer mayordomo, conocedora de los ritos, las oraciones y sus consecuencias. Al poeta le gustaban los amaneceres, el olvido, la memoria, los buenos propósitos y el rencor disuelto en una gota de lluvia. Al fin, algún día volverá a llover sobre el rostro del escribiente. Casa del Arte y la Palabra. Zacatecas, Zacatecas, viernes 17 de noviembre de 2017.
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LA GUALDRA NO. 318 /// 27 DE NOVIEMBRE DE 2017
El enano
6 Por Vicente Soriano Tlachi
Río de Palabras
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odía haber sido tan alto como sus hermanos, pero los genes lo condenaron a tener esa cara de niño malcriado. Desde los quince años viste como rapero. Casi nunca camina por la banqueta, camina a sus anchas a media calle; le importan un bledo los cláxones de los conductores. Cuando me lo encuentro en la calle, me lanza escupitajos. Supongo, le molesta que me haya convertido en Testigo de Jehová, y no a las burlas que nos hicimos de pequeños allá en la primaria Oficial Paz Montaño; él me señalaba de chino-cochino y yo le decía: “Enano de mierda”. Ignoro si recuerde esos dimes y diretes, tampoco sé si se acuerde de aquella vez que me amenazó, junto con otros compañeritos, con una navaja (la navaja que su padre usaba para cortar la barba de los vecinos), y me dijo en pleno recreo: “¡Aquí no te queremos ojos-de-alcancía!”, ante el temor de que me la hundieran en la barriga, corrí por toda la escuela y al no hallar un buen escondite, fui hacia el techo del salón, donde me acorraló junto con sus compinches; no tuve más remedio que arrojarme al vacío, quedando para siempre en mi memoria el miedo a las alturas. Jamás llegué a acusarlo, tampoco él renunció a hacerme daño apenas puse un pie en el salón. A pesar de todo, le guardo cierta pizca de cariño. Algo me dice que sería el primero en llamar a la Cruz Roja si me diera un paro cardiaco en el camino. Si no se ha casado no ha sido por su tamaño y su excéntrica forma de vestir, sino por cómo mira a las mujeres en la calle. Si fuera mi amigo íntimo, además de darle un zape en su cabezota, le diría que enfoque la mirada en sus rostros, no en sus pechos y traseros. Si es tan grande tu deseo, por lo menos que tratara de ser discreto. Ninguna de las vecinas le guarda afecto. Alegan que no habría amor ni cariño, sino sexo árido y violento. Incluso, las he visto cambiar de rumbo cuando lo ven a lontananza. En caso contrario, ellas caminan por la banqueta, gritándole: “¡Qué me ves, baboso!”, y él les responde con alguna grosería o un albur. Para la gran mayoría se
/// La habitación de Van Gogh -El dormitorio de Arlés-, en la exposición Rojo Mexicano. La gran chochinilla en el arte, en el Museo de Bellas Artes.
torna más enano, acaso un duende o un pequeño demonio. Quizá un día mi vecino termine atropellado. Ya imagino la alegría de las muchachas del barrio cuando se divulgue la noticia. Se sentirán li-
bres para usar sus minifaldas y blusas escotadas, o de ponerse sus pantalones ajustados, aunque eso signifique ir al velorio y entierro de el enano. Lo cierto es que ellas se vestirán y pondrán bellas sin darse cuenta que lo hacen para él. Quizá,
muy en el fondo eso quiere mi vecino. Que haya muchas mujeres de negro durante la misa de cuerpo presente. Quizá, por eso, camina a media calle. Lo cierto es que ningún automovilista le ha cumplido el capricho.
El Picaporte
“Antiedad”: en contra de la edad 6 Por Simitrio Quezada
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emos escuchado y leído palabras como antiaborto, anticatólicos, antiPRI, antimetiches, antizancudos, antilúdico. Las comprendemos
Designios
enseguida, pues definen una posición opuesta a su referencia. Empero, ¿podemos hablar de algo antiedad, algo literalmente en contra de la edad. Recalco: algo que se declara “antiedad” es algo que se opone a la edad. A toda. Ello resulta absurdo. Se antoja pen-
6 Por Gerardo del Río A.
a la espera del bus cotidiano en la avenida los autos desbocándose la prisa mañanera es indiferente al vuelo del acechante y la designación de presa de la torcaza.
Se demora en su vuelo el gavilán la tétrica sombra del pirul una luz de neón temblorosa la rosa aún botos del alba el gallo convocante del sol yo en la frescura matinal
ↈ Antes de la ceniza vergel incendiado que perfuma la tarde antes de ser nube fuiste anhelo.
sar que una crema que se anuncia como borradora de edad no distaría mucho de otra “antisexo”, que borre el sexo, o “antialtura” contra la altura o “antireligión”, que borre de uno la religión. No puede hablarse, entonces, de productos “antiedad”, sino “antienveje-
Sí
6 Por Pilar Alba
S
ólo porque le dijo que no. Cerró la puerta. Clausuró las ventanas. Dejó que el café se enfriara y las conchas de chocolate se hicieran duras en el canasto. Los recibos se acu-
cimiento” o “antiarrugas” o “anticansancio” o “anti-lo-que-sea-efecto-de-unaavanzada-edad”, pero no de la edad en sí. Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com
mularon en la puerta y dentro del refrigerador se pudrieron todos los alimentos. Escuchó las dos letras de la palabra: NO, y se quedó callada, hizo de su casa el silencio. Se dejó caer en el sofá de la sala y ya no volvió a levantarse. Se quedó petrificada. Sin razón para moverse, para continuar, para vivir. Porque la muerte le había dicho no. No pasaría por ella. Ahora estaría la eternidad esperando a que llegara el día en que otra vez viniera, que se le acabara el enojo, se le bajara la muina y le hiciera el favor de decir la otra palabra: Sí. Ahora sí te toca.