SUPLEMENTO CULTURAL
NO. 332 /// 26 DE MARZO DE 2018 /// AÑO 7
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Julia Melissa Rivas Hernández y Manuel Parra Aguilar. Foto cortesía de los poetas.
Julia Melissa Rivas Hernández (Sonora, 1981), cursó la Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad de Sonora; fue ganadora del Premio Nacional de Poesía Alonso Vidal 2010 con el poemario Habitaciones (JUS, 2011). Manuel Parra Aguilar (Sonora, 1982) es licenciado en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Sonora; como creador literario ha merecido el XV Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2016 y el XII Premio Nacional de Poesía Alonso Vidal 2014, entre otros.
[Una entrevista con ellos, realizada por Armando Salgado, en páginas centrales]
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LA GUALDRA NO. 332 /// 26 DE MARZO DE 2018 /// AÑO 7
La Gualdra No. 332
Editorial El Festival Cultural Zacatecas 2018 dio inicio el sábado 24 con la presentación de Ramón Vargas en la Plaza de Armas. Un concierto sinfónico con éste que es uno de los mejores tenores del mundo, mexicano, ganador de varios premios internacionales como mejor cantante de ópera, acompañado por la Orquesta Filarmónica de Zacatecas -bajo la dirección de Alfredo Ibarra- y de la mezzosoprano Oralia Castro. La noche fue perfecta y, sin embargo, el espacio tuvo algunas gradas vacías, supongo que por ser inicio del periodo vacacional, pero también porque a un sector del público que generalmente asiste a este escenario, no tuvo la información suficiente de quién es este tenor que tantas glorias le ha dado al país con su talento. El programa estuvo bastante equilibrado, iniciaron con dos arias de ópera, después incluyeron boleros y hasta canciones rancheras, entre las que se escucharon dos de nuestro muy querido compositor zacatecano, oriundo de Fresnillo, Tomás Méndez: Paloma Negra y Cucurrucucú Paloma. Quedan todavía 13 días para seguir disfrutando de lo que este año se ha programado en el festival y para esta semana hacemos las siguientes recomendaciones: Lunes 26. Auditorio del Museo Felguérez, 13:00 Hrs.: concierto del pianista zacatecano Elías Manzo y el Cuarteto White. Plazuela Goitia, 17 Hrs.: Teatro Demediado, “Lava, Dora, Lava”, teatro para niños. Teatro Fernando Calderón, 20:00 Hrs.: Recital de cámara con Alejandro Barrañón -piano-, Carmen Thierry -oboe-, y Gerardo Ledezma -fagot-, en colaboración con la Coordinación Nacional de Música y Ópera del INBA. Martes 27: Teatro Fernando Calderón, 18:00 y 20:30 Hrs. “El viaje de los cantores”, basada en la historia de los migrantes fallecidos en el vagón de la muerte; Dir. José Concepción Macías. Plaza de Armas, 20:30 Hrs. concierto de Arturo Sandoval. El miércoles 28, a las 19:00 Hrs., en el Teatro Fernando Calderón se presentará el espectáculo escénico para niños Las voces en la muralla: Música de Händel, Mozart y Rossini. El guion y dirección de escena son de Luis Martín Solís. Teatro Ramón López Velarde, 18:00 Hrs. “Sin fronteras”, del Workcenter Jerzy Grotowsky y Thomas Richards Company, de Italia. Cineteca Zacatecas: “Oso polar”, de Marcelo Tobar, a las 17:00 Hrs.
Jueves 29. En el foro infantil de la Plazuela Goitia se presenta Del Nabo Teatro, con “La chancla voladora” y “La verdadera historia de los tres cerditos”, a las 17:00 y 18:00 Hrs. respectivamente. Teatro Fernando Calderón, 20:00 Hrs. Concierto sinfónico de la Orquesta de Cámara del estado de Zacatecas, con la participación del clarinetista zacatecano Luis Humberto Ramos, y la violista Olga Ulanova; Dir. Arturo García Cuéllar. Cineteca Zacatecas, 18:00 Hrs. “The square”, película ganadora de la Palma de Oro en Cannes 2017. Viernes 30. Auditorio del Museo Felguérez, 13:00 Hrs. Recital de piano con Armando Merino, concierto en colaboración con la Coordinación Nacional de Música y Ópera del INBA. Teatro Ramón López Velarde: “El juego que todos jugamos”, obra teatral de Alejandro Jodorowsky, Dir. Rodrigo Mendoza, 17:00 y 19:30 Hrs. Sábado 31. Teatro Fernando Calderón, funciones a las 18:30 y 20:30 Hrs. “Un hombre, una mujer y un perro”, con Roberto Sosa, Jorge Zárate y Daniela Zavala, bajo la dirección de Sibylle Berg. Cineteca Zacatecas, 12:00 Hrs. “La libertad del diablo”, el documental de Everardo González. Domingo 1. Plaza de Armas, 20:30 Hrs. Las leyendas del rock. Rockpack, con la participación de Bill Champlin, John Elefante, Kevin Chalfant, Alex Ligertwood y Randall Hall. Teatro Ramón López Velarde, 19:00 Hrs. Compañía Nacional de Teatro en colaboración con el INBA presentan: “El diccionario”, Dir. Enrique Singer. Las anteriores son sólo algunas de las recomendaciones para cada día, pero no las únicas; le recomiendo prácticamente toda la programación del Auditorio del Museo Felguérez en sus dos horarios: 13:00 y 18:00 Hrs. Y también lo programado en la Plazuela Migue Auza, los conciertos de música del mundo, programados a las 22:00 Hrs. suelen ser garantía. Le recuerdo además que hay una gran variedad de exposiciones de artes plásticas inauguradas durante estos días y que la tradicional Subasta de Arte Contemporáneo organizada por Irma Valerio Galerías se llevará a cabo el jueves 29, a las 20:30 Hrs. en el Hotel Quinta Real. La próxima semana seguiremos comentando lo relacionado con el festival. Que disfrute su lectura.
Contenido En Semana Mayor Por Evaristo Robles Escalera y Violeta Tavizón
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La receta Por Maliyel Beverido
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José Gaos Aforismos, guiños de inteligencia Por Mauricio Flores
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Julia Melissa Rivas Hernández y Manuel Parra Aguilar Dos poetas sonorenses Por Armando Salgado
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El autor y la obra: dos entes en el mismo condominio Por Eduardo Campech Miranda La precisión de la palabra Por Carlos Flores Desayuno en Tiffany’s, mon ku Una mujer fantástica Por Evelyne Coutel Sueño un par de líneas Por Edgar Khonde
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Dos cuentos Por Vicente Soriano Tlachi Las voces en la muralla Concierto escénico para niños en el Teatro Fernando Calderón [miércoles 28, a las 19:00 Hrs.] Por Fundación Arte Lírico, A. C.
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La contemplación en el arte de Francisco Goitia Por Francisco Javier González Quiñones
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El Santo Oficio Cero Por Alberto Huerta
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Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
Mi niño Por Pilar Alba
Directorio
Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
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En Semana Mayor 6 Por Evaristo Robles Escalera y Violeta Tavizón
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a historia del antiguo Colegio de Guadalupe, espacio que actualmente ocupa el Museo de Guadalupe, ha sido parcialmente develada. En este número le cedo la palabra a un querido amigo historiador, que se ha especializado en recabar datos e historiar el Colegio de Guadalupe. Las traiciones litúrgicas de Semana Santa están estrechamente ligadas a la colección e inmueble del Museo, así como a la comunidad de Guadalupe. A pesar de haber sido creado como un centro para la formación de misioneros, desde su fundación el 12 de enero de 1707,1 los actos litúrgicos y devocionales fueron el principal eje para la vida de los religiosos del Colegio de Propaganda Fide de Guadalupe. La vida diaria de clausura practicada por los franciscanos de los siglos XVIII y XIX de este lugar giraba en torno a la visita constante que realizaban al coro para el rezo de Laudes, Prima, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas2 donde al compás del órgano entonaban a dos coros la salmodia que las rúbricas del rito señalaban. El rito adquiría un carácter de solemnidad o austeridad según las disposiciones que el calendario litúrgico señalaba; en las memorias recogidas por el padre fray Francisco Lujan, se pueden observar las fiestas que los religiosos celebraban en este recinto anualmente,3 así como las normas que tenían que acatar. Durante la última semana de Cuaresma, también conocida como Semana Mayor o Semana Santa, los ritos litúrgicos practicados seguían las tradiciones de la usanza europea medieval, éstas se implantaron en el Colegio como una costumbre para los religiosos, según el ejemplo del padre Margil4 y se practicaron, según las fuentes, hasta la primera mitad del siglo XIX.5 Las actividades de esta semana comenzaban el Domingo de Ramos con una procesión, los hermanos salían del coro con los brazos cruzados, ordenados por antigüedad6 y dirigiéndose a la antesacristía de la Iglesia donde aguardaban con las capillas caladas la bendición del prelado para salir a dar una vuelta procesional al atrio del santuario con las palmas en las manos; el sacerdote que precedía la ceremonia portaba amito, alba, cíngulo, estola y capa en color morado.7 El recorrido se detenía a las puertas de la iglesia que se encontraban cerradas, con la intención de que cuatro religiosos que se hallaban dentro de ésta alternaran con los que venían en procesión para a modo de responso entonar el himno Gloria, Laus et honor; al terminar este cántico el subdiácono daba dos golpes con el asta de la cruz, en este momento las puertas se abrían y la procesión entraba entonando el responso Ingrediente Domino. Ésta fue una de las vastas tradiciones que los religiosos practicaron en este recinto durante el tiempo de Cuaresma en los siglos XVIII y XIX. Con el tiempo ésta quedó arraigada en la población del lugar, se puede observar cómo cada año en el Domingo de Ramos se organiza una procesión que va de la iglesia de este santuario a la parroquia.
2 Por Laudes, Prima, Tercia, etc., se entiende la nomenclatura del rezo del oficio divino para las distintas horas del día.
3 Es una calendarización donde señala mes por mes los días en que el rezo del oficio divino se dedicaba a algún santo, como la memoria de un mártir o advocación mariana.
4 R. Eduardo Enrique, Fray Margil de Jesús apóstol de América, 3 ed., p. 21, en Figuras y episodios de la historia de México. Durante su formación como religioso a fray Margil se le vio rezar el viacrucis después de maitines con una pesada cruz.
5 S. José Francisco, Historia del apostólico colegio de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas, desde su fundación hasta nuestro días, p. 217. En las procesiones los religiosos asistían a estas con sogas al cuello, corona de espinas y, en caso de ser posible, descalzos.
/// Iglesia de Guadalupe, Secretaría de Cultura-INAH, Fototeca de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos.
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Desde su fecha de ingreso al Colegio.
7 L. Francisco de la Trinidad, Bosquejo del Colegio Apostólico de Santa María de Guadalupe, Zacatecas, p. 108.
/// Pasillo del Claustro de la Pasión de Cristo, Secretaría de Cultura-INAH, Fototeca de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos.
Arte
1 C. Rafael, Bosquejo de la historia del Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe Zacatecas y sus misiones, p. 71. Desde el primer día se establecieron los maitines a media noche y la secuela de todos los actos de comunidad.
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* La receta
Literatura
6 Por Maliyel Beverido
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uando me mandaron por primera vez a la escuela lloré mucho, pues no quería alejarme de aquel lugar acogedor y familiar que era mi casa. Mis padres siempre estaban ocupados, pero la Nana se encargaba de cuidarme y consentirme sin descuidar otras labores. Para animarme a ir a la escuela ella me dijo “Todas esas cosas ricas que preparo salen de este cuaderno, es mi recetario, pero hay que saber leer para sacarle provecho. Anda a aprender que un día te lo voy a prestar”. Nana Constanza no se separaba de su cuaderno de recetas. Era grande como los de antes, de pasta dura, forro marmoleado y con esquineros. Las hojas en los bordes estaban un poco amarillentas. La escritura en él parecía prolija, diminuta, apretada. “Son las recetas de mi tía abuela Constanza, de la que heredé hasta el nombre. ¡Tienen casi doscientos años! Son como fórmulas mágicas. ¡Los nombres de las especias, de las yerbas, de los platos, ya no se oyen cosas así, pero hay que merecerlo!”. Los martes y los viernes Nana iba al mercado a hacer la compra. No hacía una lista para ello, más bien examinaba los productos y elegía los de temporada, los que tuvieran aspecto fresco y apetitoso, y al llegar a casa, luego de posar las pesadas canastas, sacaba su cuaderno al tiempo que decía “Veamos qué nos aconseja ahora la tía. ¡Ah, mira!: Gratín de berenjenas y tomates con tomillo. Si le hacemos caso nos va a quedar de rechupete.” Me daba la impresión de que ese cuaderno era inagotable, de que tenía más recetas que páginas, porque rara vez se repetía un platillo. Si le pedíamos a la Nana que nos preparara de nuevo una comida ella señalaba que los ingredientes tenían que ser de la estación y que eso siempre provocaba variaciones y diferencias. Unas vacaciones quedé castigada por mis malas notas en la escuela y me consignaron a quedarme en casa. El olor y el calor de la cocina me atrajeron desde niña, así que pedí a la Nana que me llevara con ella, que me enseñara, que me heredara la industria y la pericia que tenía de su tía abuela, ya que, después de todo, mi nombre es también Constanza, y aunque no fuéramos de la misma familia me sentía con derechos de linaje. Cuando la Nana estaba en la cocina ponía el cuaderno abierto en un cajón del trastero, pero el cajón lo mantenía cerrado lo más posible. Sólo de tanto en tanto lo abría acompañando el gesto con comentarios como “deja tantear si vamos bien”, “voy a consultar esta receta que hace mucho que no hago”, “a ver con qué podemos sustituir este aderezo”, y así me iba dando indicaciones y consejos. Me parece que le daba gusto tener mi compañía y algo de ayuda, pues ya se le veía cansada si bien su disposición no disminuía. Poco a poco fui pasando de las tareas de lavar y picar a las de agitar y mezclar, y muy pronto a las de cuidar la cocción, la fritura, el horneado. Pero Nana nunca me dejaba a mí ver el cuaderno. -¿Puedo ver a cuánto precaliento para el suflé de coliflor, Nana? -Eso tiene que ser muy preciso, niña, y a esta letra tan antigua no le vas a entender.
Así pasaron esas benditas vacaciones. Otros veranos vinieron y se fueron. Cuando la Nana murió yo ya me había ido a vivir lejos para seguir mis estudios. No pude estar en el entierro, pero en mi siguiente visita a la casa le pregunté a mi madre por el cuaderno. -¿Cuál cuaderno? -El de recetas, ese que la Nana nunca
soltaba. Había sido de su tía abuela, también llamada Constanza. Me prometió que me lo dejaría. -Constanza, hija, la Nana no sabía leer. Ni siquiera se llamaba Constanza ni había tenido una tía abuela de ese nombre, y el cuaderno era sólo una viaje libreta de raya que se encontró en una covacha.
*Cuento tomado del libro, Palabras en juego, en el que participan, además de Maliyel Beverido, Henry Ballesteros y José Luis Cabada. Palabras en juego está editado por la casa editorial Efímera y publicado en Colombia; será presentado durante el mes de abril en ese país en la FILBO.
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José Gaos
Aforismos, guiños de inteligencia
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nsertos en la “psicología del filosofar”, José Gaos (1900-1969) escribió a lo largo de su vida muchísimos aforismos mil doscientos, precisan algunos— recogidos en Confesiones profesionales y Cena de aforismo, aunque también en los llamados “porcientos”, divulgados en versiones fortuitas en México, Venezuela y Puerto Rico. En nuestro país, al que llegó en 1938 tras la guerra civil española y una carrera académica interrumpida por la contingencia, Gaos, “el mayor de los filósofos transterrados”, como lo identifica Raúl Cardiel Reyes, publicó hacia finales de la década de los cincuenta 120 pensamientos donde lo mismo se abordan temas de la cotidianidad que verdaderas instrucciones filosóficas. Fue una edición amistosa —se discierne además gozosa— salida de las prensas del Fondo de Cultura Económica para “desear a los amigos un feliz 1958”. Misma que ahora se rescata en versión facsímil, incluida la dedicatoria que en el ejemplar número 12 le hace el autor a Daniel Cosío Villegas. Ráfagas de lucidez, erudición y humildad —podríamos recapitular— tan solo el diez por ciento de la producción acumulada en los años. “Confesiones en forma de aforismo, que reflejan su propio sentir y pueden dar lugar a una interpretación del pensador”, de acuerdo a Vera Yamuni. ¿Cómo resumir en pocas líneas la biografía de Gaos?, ese autor de una obra que —entre las de otros destacados protagonistas del exilio español en México— fue “la de más trascendencia y de largos alcances” (Cardiel). Toda una vida entregada a las diversas manifestaciones en las que se concreta la filosofía: desde sus aprendizajes con Ortega y Gasset hasta su muerte, mientras se encontraba presidiendo el examen doctoral de uno de sus muchos alumnos (José María Muriá). José Gaos, abunda Cardiel, “no sólo formuló las bases de una doctrina que denominó filosofía, sino que desenvolvió sus partes más importantes, además de su obra como promotor de movimientos de historia de las ideas y de filosofía mexicana que se manifestaron en multitud de libros, conferencias, folletos, artículos y alumnos formados dentro de su metódica y orientaciones básicas”. Una breve —y bella— muestra de sus amplísimos legados están también aquí, en un “porciento” de sus “porcientos”, tomado de 10%, que Gaos dedicara a Alfonso Reyes: munusculum hoc pro quot quantisque muneribus. ****
I. En el aislamiento excesivo se vuelve la vida entera un vicio solitario. X. Toda una vida de esfuerzos puede no ser bastante para liberarse de los efectos de una educación errada. VI. Dedicatoria: Los libros no enseñan a vivir la vida más que a aquel a quien la vida ha enseñado a leer los libros. Este libro no te enseñará nada que no sepas y te enseñará mucho que no sabes. VIII. La mejor manera de pensar en las mujeres es no pensar en ellas más que cuando se las tiene delante; pero cuando se las tiene delante, no pensar más que en ellas. VIII. En la guerra del amor no es conveniente ganar todas las batallas; pero si no conviniese perder una determinada, lo que hay que hacer es no presentarla, saltarla, aguardar que la que se haya de librar sea la siguiente. IX. El amante ideal es una persona libre y fiel, contradicción en los términos. X. Hay aforismos que sólo son guiños de inteligencia que hace el autor a ciertos lectores. VI. La diferencia entre el hombre y el animal no está en comprender el mundo, sino en comprender que no lo comprende. VIII. Aristóteles es el mayor éxito en la historia de las ideas: es el hombre de quien ha aceptado un mayor número de ideas un mayor número de hombres. IX. Hay que consentir en hacer alguna que otra locura, pero con la condición de no tomarla demasiado en serio. VI. Demasiada presunción pensar que si no hay inmortalidad personal no tiene el mundo sentido. VII. Descartes es el hombre que ha reducido más toneladas de historia y doctrina a un más simple cuerpo cristalino. VII. Humorismo es la expresión irónica de la simpatía por el fracaso. El sumo, y el más profundo, por el fracaso que es el hombre mismo: el del Quijote. VIII. No se puede vivir de sin ilusiones. Pero las hay en el sentido del hacerse ilusiones o engañarse con esperanzas y en el sentido de los ideales esperanzadores. Y aquellas ilusiones sin las que no se puede vivir no son sólo las segundas, sino también las primeras. III. Quien dice “todo o nada” está perdido. Porque el todo no está en nuestro poder, pero el nada sí. VII. La grandeza está en ser grande conforme a los propios ideales de grandeza. VIII. Sin convivirlas en el amor, las demás cosas de la vida, indiferentes. Sin convivir las demás cosas de la vida en el amor, decepcionante. IX. Jugar con fuego —y quemarse: eso es la vida. X. Un libro es un espejo que se pasea a lo largo del autor —y a lo ancho y a lo hondo. **** José Gaos, 10%, FCE, México, 2018, 34 pp. * @mauflos
Op. Cit.
6 Por Mauricio Flores*
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Poesía
Julia Melissa Rivas Hernández y Manuel Parra Aguilar Dos poetas sonorenses 6 Por Armando Salgado
contemplativa, como justamente lo encontré al traducir algunos poemas de la eslovena Maruša Krese. Antes me interesaba enfocarme en las relaciones literarias con el arte plástico, lo cotidiano y lo sagrado. Esto se ve en Mercadeo, libro de poemas que escribí con la ayuda de una beca del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora (FECAS).
L
a poesía mexicana suele tener una variedad de concepciones y estilos de escritura muchas veces organizados por su zona geográfica y la riqueza cultural del país. No obstante hay excepciones. En esta ocasión dos poetas originarios de Sonora -Julia Melissa Rivas Hernández (1981) y Manuel Parra Aguilar (1982)nos comparten su hacer poético desde situaciones cotidianas que han contrastado en momentos diferentes de sus vidas dentro y fuera del país. Esta mínima aproximación al noroeste de México y a algunas de sus voces es una puerta abierta para maravillarnos con cosas simples como el amor por la escritura y su interacción con ella. Armando Salgado: Julia Melissa y Manuel, en su trayecto como poetas han tenido la oportunidad de contrastar literaturas. Ante estos escenarios, ¿qué representa la poesía mexicana?; en lo que respecta a la poesía escrita por sonorenses: ¿qué antecedentes tiene y qué horizontes perciben? Julia Melissa Rivas Hernández: La poesía mexicana tiene buena reputación en otros países en los que hemos estado, y no es una sorpresa ya que contamos con representantes geniales. Sobre la poesía sonorense, aunque hay muchas mujeres que escriben poesía en el estado me gustaría ver sus publicaciones, saber que sus voces son oídas y que son importantes dentro de la literatura regional, además de observar cómo poco a poco éstas se comprometen con una seriedad profesional fuerte y necesaria como creadoras. Manuel Parra Aguilar: Para mí la poesía mexicana es lo multicultural, como sucede en cualquier región o país. Incluso esto mismo sucede en Sonora. Hay poetas muy relevantes antes de Abigael Bohórquez, como Alfonso Iberri o Mosén Francisco de Ávila, o incluso contemporáneos a Abigael, como Alicia Muñoz Romero y Alonso Vidal. Miro hacia la actualidad en el estado y descubro que somos muchos los escritores que buscamos hacer nuestro camino, poetas jóvenes y otros no tan jóvenes que saben hacia dónde dirigir su poética, radiquen o no en Sonora. Tengo contacto con algunos de ellos, con los poetas sonorenses a quienes les he aprendido mucho. AS: Julia Melissa, publicaste el libro
/// Julia Melissa Rivas Hernández
/// Manuel Parra Aguilar
Habitaciones (JUS, 2011), el cual recibió el Premio Nacional de Poesía Alonso Vidal, en 2010; en él hay un registro claro, donde cada poema es una estampa que refleja la cotidianidad y su caos ordenado como las pertenencias de un hogar. A la fecha, ¿qué aspectos
has modificado de tu poética? JMRH: Como una primera mirada a mi poesía, desde Habitaciones hasta hoy, ha cambiado. Hoy me interesa ver lo extraordinario y lo ordinario con un mismo filtro, con una tranquilidad no pasiva sino pulcramente
AS: Manuel, has publicado narrativa y poesía. En tu libro de poesía Breves (CECAN, 2017), nos compartes una poética directa que va desde lo verosímil hasta la remembranza irónica. ¿Qué etapas has experimentado en tu propia escritura?, ¿qué otros libros has publicado? MPA: En Más le valiera morir (2009) traté de enfocarme en las cuestiones de identidad adquirida por los inmigrantes en Estados Unidos. En esto Pertenencias (2014) se acerca un poco pues en este segundo libro hago un homenaje a ciertos íconos de comidas, de alimentos, y del cine de Estados Unidos. No sigo un orden al tratar de decirte de qué van mis libros, trato de enfocarme en el tema de ellos. En el estudio (2011) hay un homenaje a ciertos cuadros de Paul Gauguin y a otros de mi esposa, Julia Melissa, que en el momento de la génesis del libro me enseñaba a pintar con óleo, aunque hasta hoy no he podido hacer un trazo firme. Con Portuaria (2014) traté de incluir las menos imágenes visuales posibles, o si éstas aparecían, que fueran por medio de la evocación de la voz poética. En Portuaria rompí desmesuradamente los versos conforme al discurso de la voz poética, la cual se centra en su pasado, en su infancia, en un puerto, y cómo éste es más irreal que el propio recuerdo del mismo. En Manual del mecánico (2012) tomé el discurso automotriz, pero también el enfoque humano de algunos ingenieros automotrices. Breves (2017) es el resultado de una beca del FECAS, en la categoría de Apoyo para la Formación Artística, en donde pude realizar una residencia de investigación del poema infantil en Buenos Aires, Argentina, en 2012, aunque los esbozos de este libro son de 2008. Breves comienza con un tono lúdico, juguetón, absurdo, pero conforme avanza, el absurdo se torna irracional en los hablantes de los poemas, de modo que todo se torna un caos.
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Poesía
AS: Manuel, Melissa, es complejo medir los productos culturales en torno a los resultados cuando se es creador artístico; ¿qué es lo que realmente importa al momento de escribir poesía?, ¿un premio, una beca o cualquier distinción definen a un poeta? MPA: Creo que el creador artístico, como lo mencionas, debe crear. De otra manera, puede que su oficio sea otro, no el de creador artístico. En México las instituciones son muy bondadosas en los concursos, de modo que hay muchos estímulos económicos y de publicación. Lo anterior comparado con otros países latinoamericanos, donde la única manera de dignificar el trabajo literario es con una palmadita en la espalda. El recibir este tipo de estímulos ayuda al autor a tener un poco más de tiempo para escribir u hacer otras cosas. JMRH: Lo que realmente importa al escribir poesía es sencillo: ¡es hacer poesía! Si en el camino hacia ese proceso uno encuentra una forma de además pagar deudas, comprar necesidades, viajar y sentir la satisfacción de recibir un estímulo económico por aquello que tanto trabajo y esfuerzo cuesta ¡bienvenido sea! En México tenemos tantas becas y apoyos que es una suerte poder acceder a ellos para tener el placer de dejar un poco a parte el trabajo regular y dedicarse de lleno en la propia labor artística. AS: Melissa, estudiaste artes, ¿de qué maneras podemos articular otras disciplinas con la escritura?, háblanos un poco más de los posibles vínculos entre las artes plásticas y nuestra cotidianidad. JMRH: Estudié la carrera de artes en la Universidad de Sonora, he dado clases de pintura; disfruto de dibujar y pintar; trabajé como display (mercadeo visual) y asesora de imagen, gracias a ello, cosa que fue curiosa pues en
el mundo de los escaparates encontré que lo estético se configuraba igual que en la plástica, los mismos principios de composición en una pintura se aplican para decorar un escaparate. Mi vínculo entre artes plásticas y poesía es lo espacial que se lee en Habitaciones; la exploración de lo estético en Mercadeo. Este último libro tuvo una construcción linda pues mientras lo elaboraba trabajaba en la tienda departamental Liverpool y tomaba notas sobre los artificios del marketing, sobre las personas que trabajan en ese espacio contenido y me gusta el resultado, quien vea vínculos ahí entre ambas disciplinas, ¡genial! La poesía y la plástica se encuentran en todo lugar que nos rodea si deseamos verlas. De aquella época de laborar en Liverpool me quedó el gusto por el marketing, me especializo en escribir sobre el digital y la forma en la que nos venden es tan poética que sin duda el CEO en marketing de Coca-Cola merece algún premio poético por ello. AS: Manuel, en Hermosillo, Sonora, ¿impartiste algún taller literario?, ¿qué experiencias te han marcado en torno a estos espacios? MPA: Recuerdo algunos cafés donde hay espacios disponibles para ofrecer talleres o charlas de literatura, también universidades y bibliotecas públicas donde he participado en un par de ocasiones. Es en estos últimos espacios donde en mayor medida he disfrutado el compartir algunas filias y, por qué no, algunas fobias poéticas. Pero sobre todo eso que mencionas: experiencia. Mi experiencia como lector de poesía, mi experiencia como creador… e incluso mi inexperiencia o impaciencia, mejor dicho, con algunos alumnos que me sacaban de quicio cuando repetía y repetía el mismo tema al no saberme explicar.
AS: Melissa, Manuel, ¿háblenos un poco de su vida diaria, qué cosas disfrutan, qué los motiva a seguir escribiendo, y viajando, con arte seguro en los bolsillos? JMRH: Mi vida diaria no tiene mucha aventura: escribo y corrijo en mi trabajo de redactora web, cocino rico (amo el color en ello y la forma), veo BuzzFeed a montones, veo Instagram, aunque mi cuenta sigue a muchos poetas, algunos círculos y claro, a ilustradores y artistas que me emociona ver y leer. Sin duda me motiva esa especie de complicidad que hemos creado y de la que disfruto con mi esposo, esto es cursi pero es el compañero de viaje en todo sentido del que más disfruto y con quien me gustaría seguir en esta construcción de vida, compartimos una fe que me hace agradecer a Dios por eso. MPA: Puede sonar algo bobo pero la verdad es que disfruto mucho viendo series. Últimamente me he aficionado mucho a las series que puedo ver hasta tres capítulos seguidos de una serie que me guste (y sólo uno de la serie que sí le guste a mi esposa pero a mí no tanto). Otro de los placeres culposos es encender mi computadora, entrar a YouTube y ver el nuevo video de FailArmy. Creo que algún día escribiré algo al respecto. También disfruto más cuando voy a un mall que el estar en un museo. Cuando Julia Melissa y yo viajamos me gusta imaginarme situaciones casi imposibles: que en la ciudad a la que lleguemos nos reciba un extraterrestre, que la cajera del supermercado me pague el vuelto con el billete de lotería premiado... Lo que no me agrada es el traslado. Cavafis decía que no era tanto las Ítacas sino el viaje. Prefiero las Ítacas a la experiencia del viaje. Y si en esa Ítaca hay un Starbucks o un Carl’s Jr, mejor.
Homenaje a Lance Burton [Pertenencias, 2014] Ésta es mi huella sobre las montañas hambrientas de Nevada. La nieve cae Y yo oigo la marcha de las montañas hambrientas de Nevada. Mi mano se acostumbra A señalar El paisaje silencioso que avanza detrás de los árboles. Con intención, Me oculto en el bosque para seguir la marcha de las montañas hambrientas de Nevada. La nieve guarda mi corazón en la montaña. Manuel Parra Aguilar
Elizabeth Siddall conoce a Alfred Tennyson [Inédito] Tan esencial como el alimento Lizzie desprende el papel de la barra de mantequilla Y antes de comer la tostada y de la cuppa tea Descubre que su vida ha sido otra Y que no hay marcha atrás Entre manos sostiene una nutritiva verdad de sílabas y vocablos —No, la vida nunca ha sido ésta —No, la vida nunca será más ésta Julia Melissa Rivas Hernández
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Promoción de la Lectura
El autor y la obra: dos entes en el mismo condominio 6 Por Eduardo Campech Miranda
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as recientes, y desafortunadas, declaraciones del Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa han puesto sobre la mesa una serie de opiniones, ofensas, burlas, comentarios, tanto en pro como en contra. Algunas empatan esas opiniones con su trayectoria literaria. No defiendo a Vargas Llosa, pero debemos distinguir la obra en relación al creador. Es decir, quizá y pese a la experiencia y conocimientos acumulados hasta ahora en comparación con los que poseía al momento de escribir sus obras más emblemáticas sean mayores, ello no augura que actualmente esté en condiciones de repetirlas. El autor también cambia de punto de vista. Estamos tan necesitados de héroes, de una épica diría Borges, que idolatramos e idealizamos a quienes son objeto de nuestra admiración. Aún recuerdo la desilusión que provocó en mí el saber que Jaime Sabines fue político priista. Para muchas personas la poesía de Benedetti o Neruda pierden calidad cuando descubren sus simpatías comunistas. Si somos lo que leemos, ¿somos lo que escribimos?, ¿nos reafirmamos? Si lo anterior es verdad, entonces cabría una pregunta más, ¿cuánto tiempo somos lo que somos? Alguna ocasión escuché que Quino sentía animadversión por la infancia, y su niña Mafalda lo catapultó a la fama. ¿Seguiría con esa repulsión a la infancia?
De ninguna manera asevero que siempre exista un divorcio entre la ficción y la vida, las circunstancias del autor. Por el contrario, estoy convencido que lo segundo influye directamente en lo primero. Y en ese juego, hay autores que hacen de su vida una ficción. Más en tiempo de redes sociales. El reto, la advertencia, es saber distinguir una de otra. Ambas con ojo crítico. Pero tampoco creo que alguien siga en la misma perspectiva desde la que escribió algo. Finalmente cambiamos, la vida, las lecturas, las conversaciones, nos van moldeando. Nuestras lecturas y nuestras
letras entran y salen de nosotros como inquilinos de un apartamento de alquiler. Distinguir el autor de la obra nos permite manifestar, hay que decirlo, simpatía o antipatía por la personalidad del primero y fascinación o repulsión por el eco que provocan sus palabras. Podemos decir: “Es un buen escritor, mamón, pero bueno”; o por el lado contrario: alguien bonachón con pocas expectativas creativas. Aplaudir y celebrar a la obra sólo por quedar bien con el autor, también es inflar el ego de alguien que se enfrenta a sus demonios por medio de la escritura. Algunos
La precisión de la palabra 6 Por Carlos Flores
Lenguaje
E
s un hecho que cuando emitimos esos extraños sonidos articulados a los que llamamos palabras estamos haciendo un acto comunicativo, en el cual seguramente expresamos un deseo, un pensamiento o un sentimiento, aunque estas enunciaciones no siempre son recibidas de la manera en que nostros pensamos que lo serán. El receptor, como lo llamaría el teórico ruso, Roman Jakobson, expresa desde lo más profundo de sí un mensaje, el cual ha sido generado desde su sistema nervioso, desde su ser, el cual, bajo ciertos estímulos cerebrales recaerá en una parte de su cerebro que se llama lexicón, que según Jean Aitchison, es un lugar en la mente donde se encuentra el vocabulario de las personas en forma de lexemas, es decir, son las raíces significativas de cada una de ellas. Una vez seleccionadas las secuencias lexematicas hay que darles forma, por lo que tendrán que pasar por un proceso sintáctico en la misma mente para darles la salida y el orden necesarios para que, en vez de emitir solamente los fonemas seleccionados: el de casa
esquina de la niño roja, una vez organizados tengan esta secuencia: el niño de la casa roja de la esquina. Los fonemas, por supuesto, no son naturales, sino producto de una convención entre distintos grupos humanos que se pusieron de acuerdo para codificar la realidad por medio de ellos, como bien lo describe Ferdinand de Saussure, quien alegaba que para ello era necesario
tener un significado, es decir, una idea o un concepto traído de la realidad a la abstracción. Así, por ejemplo, cuando se observa un árbol y se conocen sus características, podremos abtraerlas en la mente para posteriormente señalar a todo aquello que reuna tales características como un árbol. Posteriormente, esa idea la podemos expresar mediante un significante, es decir, un sonido, un fonema o una palabra:
están tan acostumbrados al cachondeo que una observación, una crítica literaria, son asumidas como afrentas. Cuestionemos, pues las opiniones –no sólo de Vargas Llosa- que rayan en la estupidez (aquí una prueba más que leer no nos hace más inteligentes por sí), pongamos el dedo en la llaga de la crítica en la obra de amistades y familiares. Disfrutemos de sus creaciones (si provocan disfrute) y si no podemos separar autor-obra, leamos los contextos. La realidad también debe leerse y eso se nos olvida a menudo a quienes buscamos formar lectores.
árbol. Asímismo, alguien de otra cultura realizará un proceso similar, pero en vez de crear el fonema antes expresado, podrá darle salida a un sonido como tree, arbre, baum, shu o arbul. Ahora bien, luego de realizar un largo paso en el que intervienen el ser y sus necesidades, un proceso de selección, un ordenamiento de conceptos y una pronunciación de sonidos, en cuestión de segundos, el ser humano logra el milagro de la expresión y emite un mensaje. Las cosas son al revés ahora, pues el receptor jakobsiano tendrá que reconocer esos sonidos y otrorgarles un significado, para lo cual su mente primero recibirá una serie de vibraciones captadas por su oído, a las cuales tendrá que ubicar en su lexicón para darles un significado y, posteriormente, relacionarlas en su mente con sus propios deseos, sentimientos e ideas y, finalmente, llegar al milagro de la comprensión. Todo ello también en cuestión de segundos. Así pues, bajo este esquema, podemos comprender que no es un proceso nada sencillo, sino muy complejo. Así que por favor, mujeres del mundo, no sean tan duras cuando un hombre, lleno de ansiedades, problemas, con emociones hechas bolas, incapaz de expresar sus sentimientos debido a la cultura machista predominante, haya malentendido su mensaje, casi siempre indirecto, bajo la consigna de “es que no me pones atención”.
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Cine
Desayuno en Tiffany’s, mon ku
Una mujer fantástica 6 Por Evelyne Coutel
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na mujer fantástica es una película que demuestra de manera ejemplar la capacidad que tiene el cine para causar revuelo en la actualidad política de un país, alimentando los debates y poniendo de manifiesto algunas contradicciones. Su director Sebastián Lelio –ya conocido, entre otras cosas, por su película Gloria en la que da cabida a los romances de una mujer madura– pudo decir, durante la última campaña presidencial que tuvo lugar en Chile, que era importante realizar películas como Una mujer fantástica dada la próxima victoria del candidato de derechas Sebastián Piñera, la cual implicaría sin duda un retroceso en cuanto al reconocimiento social y a la integración de las personas transexuales. Los comentarios del mismo Piñera durante la campaña apoyaron este presagio ya que el candidato llegó a afirmar que la transexualidad se podía “corregir” con los años, un punto de
vista que provocó fuertes reacciones por parte del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movil) y que pusieron de relieve las reservas que la derecha conservadora com-
6 Por Edgar Khonde He escrito estas líneas en un sueño o se las he arrancado a ese sueño y apenas despierto abro el ordenador comienzo: para que de una vez una calle se instituya en un huerto. En el sueño tomo nota con mi indescifrable caligrafía leo antes de la tercera línea desde afuera del sueño un rumor de máquina asesina
me trae de vuelta a la vigilia junto a la casa un trascabo hunde su cuchara un par de pájaros grita el perro vecino ladra y se sacude el trascabo coge una tonelada de tierra reacciono y abro los ojos es la primera vez que me sueño escribiendo que veo el ejercicio de la escritura de mi propia escritura en un sueño llamo a Sarah para contarle el relato y para que de una vez una calle se instituya en un huerto.
mente puede dejar frío al público al mostrar cómo una familia entera se ensaña contra Marina –interpretada por la actriz transgénero Daniela Vega– que comparte su vida con Orlando, un hombre mayor que ella que, al principio, de la cinta, fallece de un derrame cerebral. La escena de pasión que transcurre entre ellos antes de la muerte de Orlando subraya hasta qué punto se trataba de una pareja feliz que se quería como cualquier otra, y permitirá luego destacar, a lo largo de la película, lo absurdo de los ataques –muy violentos– y del rechazo que sufre Marina por parte de los deudos de Orlando. Además del Oscar, la película también se ha llevado varios premios como el Goya a la mejor película Iberoamericana. La película fue presentada el pasado sábado, 24 de marzo, en el Festival de Annecy, junto a otras películas protagonizadas por mujeres “desviantes” que tropezaron con las normas de una sociedad machista, heterocéntrica o simplemente intolerante (Chavela y Los adioses, además de Una mujer fantástica)
Dos cuentos 6 Por Vicente Soriano Tlachi
indagatorias. Ellos, felices, le arrojan dinero para seguir respirando el humo.
Un poco de humo El dueño de la casa les grita a los bomberos que se apuren. Parece que se le está escapando el alma. A pocos metros, los vecinos observan el desastre. El fuego controlado permite a los bomberos ver las entrañas: varias pacas marihuana. Los vecinos abuchean a los bomberos y el fuego, atizado por el viento, crece. Avanza sobre los paquetes de hierba. Ellos tratan de apagarlo hasta con sus lágrimas. El dueño de la casa les pide a sus vecinos que se marchen porque pronto llegará la policía y comenzarán las
El testaferro En realidad ese changuito era también su testaferro. Era tanta la bonanza de Fernando, un capo de capos, que sus propiedades y cuentas bancarias aparecían a nombre de terceros. La gente lo tenía como un joven empresario en ascenso, y lo creían digno de ser un representante político. Él, por su parte, aprovechaba la situación, aceptando cualquier compadrazgo. El nombre y huella del chango funcionaban en una notaría, ante la complacencia de un abogado, que tenía cara de orangután.
Río de Palabras
Sueño un par de líneas
partía al respecto. Al principio de este año, fue aprobada la polémica Ley de Identidad de Género –apoyada por el gobierno de Michèle Bachelet–, que permite a las personas transexuales modificar su sexo en sus documentos, incluyendo a los niños y a los adolescentes mediante una autorización de los padres. El partido Chile Vamos había decidido no apoyar esta ley. Sin embargo, Una mujer fantástica se acaba de llevar el Oscar a mejor película extranjera en la nonagésima edición de los Oscar. Es la primera vez que un largometraje chileno consigue el tan prestigioso premio y, además, con un argumento relacionado con la transexualidad. Este triunfo inédito podría haber provocado algunas inflexiones en el discurso de los nuevos gobernantes, en primer lugar en el del presidente Piñera que, de forma algo sorprendente y contradictoria, felicitó al equipo de la película desde su cuenta Twitter. Una mujer fantástica es una cinta que difícil-
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LA GUALDRA NO. 332
Ópera para Niños
Las voces en la muralla
Concierto escénico para niños en el Teatro Fernando Calderón [miércoles 28, a las 19:00 Hrs.] 6 Por Fundación Arte Lírico, A. C.
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omo parte de las actividades programadas en el Festival Cultural Zacatecas 2018, el próximo miércoles 28, a las 19:00 Hrs. se presentará el espectáculo escénico para niños Las voces en la muralla: Música de Händel, Mozart y Rossini. El guion y dirección de escena son de Luis Martín Solís. Las voces en la muralla es un concierto escénico que se creó con la idea de acercar a los niños a la ópera y generar nuevos públicos para este sublime género artístico. A partir de una serie de divertidas historias teatrales salpicadas de breves pero significativos elementos históricos, se cuentan las magníficas historias de algunas de las óperas más representativas de Händel, Mozart y Rossini. Cada uno de ellos en su propia personalidad musical, vocal y escénica. Una selección de repertorio exquisito, arias y dúos de una belleza cautivadora a la cual sería casi imposible no entregarse. Con voces en la muralla buscamos despertar en los niños un nuevo interés motivado por el gusto: el disfrute de la belleza sonora y emotiva tan necesaria en nuestra sociedad actual, a través de la grandiosidad del arte en todas sus expresiones pero que además se pone al alcance de sus manos con el hecho de acercarse a disfrutar de la majestuosidad surgida del genio de los grandes maestros, autores de la música de este concierto. Para disfrutar de la ópera no se necesita saber tanto, sólo estar abierto a recibir la música que por sí sola es capaz de llegar directo al corazón. Sinopsis del espectáculo Las Voces en la muralla es un concierto escénico dividido en tres partes: I. Händel y el barroco tropical: El pirata Cornelius Jol, apodado “Pata de palo” ha asaltado las murallas de Zacatecas. Entre el botín se lleva a una hermosa joven y su enamorado lucha por rescatarla, pero queda muy herido. Una serie de infortunios de navegación decidirán el destino de la muchacha.
II. Mozart y la flauta mágica. Es la historia de una cantante “Mozartiana”, ya que su madre exigió a los médicos que a la hora de su nacimiento tenía que escuchar al genio de Salzburgo, amenazando no parir si no le cumplían su capricho.
PROGRAMA Händel y el barroco tropical por George Friedrich Händel -Sorge infausta una procella -Lascia ch’io pianga -Da tempeste il legno infranto
“Orlando” “Almira” “Giuglio Cesare in Egitto”
Mozart y la flauta mágica por Wolfgang Amadeus Mozart -Overtura -Mi tradì quell’alma ingrata -Dúo Papageno! Papagena! -Aria de la Reina de la noche
“Le Nozze di Figaro” “Don Giovanni” “Die Zauberflöte” “Die Zauberflöte”
Rossini y su Barbero de Sevilla Por Gioachino Rossini -Overtura -Largo al factotum -Dúo de los gatos
“El Barbero de Sevilla” “El Barbero de Sevilla”
Mozart III. Rossini y su Barbero de Sevilla. Agobiado por los incidentes del estreno de su ópera, Rossini asiste a terapia; veremos sus preocupaciones y su fobia por los gatos y las sopranos, cuyos pleitos lo han llevado al límite de la cordura.
Equipo creativo: Dirección artística y producción: Zaira Soria Guion y dirección de escena: Luis Martín Solís Coreografía: Erika Torres Video y Fotografía: Raymundo Cortés y Claudia Almendárez Asistente de dirección y producción: Jessica Iñiguez Elenco: Pianista: Sergio Vázquez Soprano: Anabel de la Mora Soprano: Zaira Soria Barítono: Carlos Sánchez Actor: Franco Vega
Händel
Luis Martín Solís. Guión y dirección de escena.
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26 DE MARZO DE 2018
6 Por Francisco Javier González Quiñones “Más que un caudal de experiencias y nuevos procedimientos técnicos, Goitia deja a su raza y a su época un sentimiento de comunión con el género humano”.1
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uando la retina trepida al ritmo de las pulsaciones del corazón, y no sólo al compás de la luz, las imágenes que forma ofrecen una realidad impregnada con en el misterio de emociones vitales e intensas. Entonces, la realidad transfigurada y transmitida con esas pulsaciones de vida ya no es un simple remedo de lo que nuestros maravillosos pero limitados ojos retratan. Un artista visual que extiende su mirada con las fibras de su corazón puede percibir y trasmitir inéditas y asombrosas imágenes. Si bien es cierto que uno de los atributos básicos de un artista es su sensibilidad para interpretar la realidad, física o imaginada, también es evidente que esa sensibilidad se puede depurar con la praxis cotidiana de la creación estética. Eso es justamente lo que Francisco Goitia hizo toda su vida, su estética estuvo regida por un afán de perfeccionamiento que lo llevo a tomarse el tiempo necesario para depurar su arte hasta lograr la quintaesencia que caracteriza a sus obras: el instante preciso de los claroscuros de sus paisajes y la singular fisonomía de sus personajes. Goitia fue un pintor que, bendecido por la virtud franciscana y guiado por su cristianismo social, tuvo gran empatía con los pobres y marginados. En diversas etapas de su vida, durante su largo y edificante peregrinaje, convivió en la cotidianidad de comunidades indígenas en los estados de México, Guerrero y Oaxaca y pudo así retratar sus emociones más vitales. Su peregrinaje siempre estuvo marcado por una vocación y un método de trabajo de constante autocrítica y exigencia pictórica que con el tiempo lo llevó a tran-
/// Francisco Goitia. Tata Jesucristo. Óleo sobre tela. 1927. Secretaría de Cultura-INBA-Museo Francisco Goitia.
sitar el camino de la contemplación. La metamorfosis hacia su capacidad contemplativa inició en su larva de un hambriento esteta nutrido con las obras de los museos. Durante su estancia de 8 años en Europa prefería gastar su poco dinero y su tiempo libre en prolongadas visitas a museos. Después de regresar de Europa, en 1912, sus dolorosas experiencias en la revolución mexicana y su empática convivencia con comunidades indígenas le fortalecieron una ética que consolidó en la práctica de su convicción religiosa, misma que le brindó experiencias místicas que destiló magistralmente en obras, como Tata Jesucristo (1927). A propósito de Tata Jesucristo, indagar sobre su hechura permite poner en contexto todo lo que se acaba de señalar. Francisco Goitia trabajó durante tres años, por supuesto en diferentes lapsos, en la elaboración de Tata Jesucristo. En 1925, cuando inicia esta obra, tenía 43 años de edad y 13 años de haber regresado de Europa,
para entonces era un artista maduro y dueño de la técnica y del estilo pictórico que lo distinguen. Asimismo, su temática pictórica nacional, sin duda influida por sus experiencias en la revolución mexicana, al lado de Felipe Ángeles, así como por sus estancias en comunidades indígenas, gracias a su afortunada colaboración con Manuel Gamio, estaba muy bien definida. Obras como: Paisaje de Patillos (1913), Baile Revolucionario (1913), Paisaje de Zacatecas con ahorcados (1914), El revolucionario (1914), La Bruja (1916), Muchacha indígena con chal bordado (19181925), El Indio Triste (1918-1925) y El Velorio (1918-1925), son ejemplos de esas vivencias de Goitia y de su temática pictórica aludida. Estas obras en su conjunto retratan, sabiamente, emociones del espíritu tan vitales como el drama, la tragedia, la tristeza, la desolación y el sufrimiento. Todas y cada una de estas agitaciones anímicas están destiladas en Tata Jesucristo, un manantial pictórico que refresca y escalda el alma de
los atónitos espectadores. Ante el misterio de esta obra que conmueve y agita el espíritu uno se pregunta, cómo logró Francisco Goitia plasmar y transmitir tantas emociones en un simple lienzo. La clave está en la capacidad contemplativa que Goitia siempre cultivó para sumergirse en su arte, hasta lograr conectarse con el momento preciso de la revelación pictórica. De hecho, el singular rostro de una de las mujeres de Tata Jesucristo, “rostro que gime, que solloza y que mira con un gesto de inigualable dolor;” es el resultado de 15 minutos de un apasionado ritual de comunión y revelación, que Francisco Goitia, alentado por el misterio del llanto de su modelo indígena, experimentó y plasmó en Tata Jesucristo, obra maestra que culminó justo en la vigilia del Día de Muertos de 1927. 1 Velázquez Chávez, Agustín, “Imágenes. Francisco Goitia”, Revista de la Universidad de México, 1 de marzo de 1937.
Arte
La contemplación en el arte de Francisco Goitia
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LA GUALDRA NO. 332 /// 26 DE MARZO DE 2018
El Santo Oficio Cero
Río de Palabras
6 Por Alberto Huerta
Sólo veo mis libros, las paredes de mi dormitorio, una ventana en medio de la penumbra y la claridad. Roberto Bolaño
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A Miguel Donoso Gutiérrez
oy, 26 de febrero está nevando en Roma. Mientras acá, al otro lado del mundo, los pensamientos, las ideas, se me hacen bolas. En ese desorden me hago muchas preguntas y nomás no encuentro respuestas claras. Escucho en la radio música instrumental. Me espera la novela de Manuel Vázquez Montalbán Asesinato en Prado del Rey y otras historias sórdidas. Me dispongo a vestirme el pijama. Cené té y una rebanada de pan tostado. El día 26 de febrero
está por concluir. Volteo la mirada junto a la cama y veo una vaca azul turquesa con la cara rosada, los ojos bizcos, una amplia sonrisa y unas grandes orejas. El cuerpo gordo y las patas cortas. En la panza se mueven unas cuantas monedas. Una gallina igualmente gorda, amarilla, con el pico naranja y la creta roja, los ojos saltones, las alas color naranja… En el vidrio del reloj de pared se refleja la lámpara china, blanca, redonda, de papel. Escucho un zumbido. El día se acaba irremediable y hay nieve sobre la Plaza de San Pedro, y en el Coliseo. Faltan pocos días para que acabe el mes. Pronto será primavera. Menos de un mes. Desde el dormitorio puedo escuchar el paso de las bandadas de garzas graznando… «Son como una parvada de viejas argüenderas». En el florero, sobre el escritorio, los claveles blancos, fucsia y la roda rosa. Hasta él le llega la música
proveniente de la plaza principal. Machacona, monótona, ruidosa. Ahora vienen los cohetees, pienso. Siempre están tronando cohetes. Todos los días hay una tronadera de cohetes. El libro resbala de entre sus dedos. Él dormita. Suspira. En la radio…. Las sirenas emergen desde las oscuras profundidades de ese océano desordenado y se sientan al sol, sobre los riscos de los arrecifes. Los ojos azules, el cabello rubio, largo, rizado, revolotea con el aire. Los pechos puntiagudos, con gruesos pezones oscuros. La parte inferior del cuerpo, cubierta con escamas azules, agitan la cola de pez. Y se ponen a cantar: canciones de Natalia Lafurcade, Consuelo Velázquez, Chabuca Granda, Él está mirando a las sirenas. «¿cómo iba el poema de los gatos» se pregunta. »los gatos rodean al mundo con sus terciopelos, con sus caricias, con los recursos enguantados de la noche…» Un desorden aquí,
adentro, entre sirenas cancioneras, barcos perdidos, encallados en costas desconocidas, vacas y gallinas bobaliconas con la panza llena de monedas, canciones que escucho en la radio, todo como mezclado, como una olla podrida, como capirotada, como un caldo gallego, , un pretexto para saborear una cerveza clara bien helada, un vaso de vino peleón, una mujer que abre las piernas permitiéndote la entrada a sus humedades, unos brazos amorosos, una boca , una lengua traviesa, unos senos redondos y pesados con pezón grande…caderas grandes… que solo están en la memoria… ¡Uuuuuf! Sigo sin terminar el libro de Manuel Vázquez Montalbán, me hace falta leer el último texto. Alberto Huerta 16.03.18 Jerez, Zac
/// Pedro Coronel nació un 25 de marzo de 1923. Con esta obra, perteneciente a la colección del Museo que lleva su nombre, lo recordamos en La Gualdra.
6 Por Pilar Alba
A
y mi niño, no puedo creer que de un día para otro hayas crecido tanto, tanto. Mira nada más, si parece que fue ayer cuando me dijeron que estaba de encargo, que dentro de nueve meses te tendría en mis brazos, para enfrentar los dos juntos al mundo. Ay, mi niño, si vieras cuánto miedo me daba pensar en qué iba
Mi niño
a hacer yo sola contigo sin saber cómo bañarte, cómo atenderte, cómo darte tu comida. Fueron difíciles esos primeros años, mi niño, tú seguro no los recuerdas. Luego la
fortuna nos cambió para bien (bueno hasta ahora), de eso seguro que sí te acuerdas porque fueron los años más felices que tuvimos. Tú eras todo para mí y yo todo para ti.
Viajamos juntos, aprendimos tantas cosas. No sé, mi niño, ¿por qué tuvo que cambiar todo?, ¿por qué nuestra suerte se vino para abajo? Mira nada más, ahora estás ahí con esa maleta, todo ansioso con la cara llena de felicidad, ni siquiera te imaginas cómo te va a ir luego de que cruces por esa puerta. Ay mi niño, ¿por qué las cosas son así? ¿Por qué te irás con ella? ¿Por qué me vas a dejar sola?