la Gualdra 356

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 356 /// 8 DE OCTUBRE DE 2018 /// AÑO 8

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Jair Cortés. Foto de Aidé Montserrat

Jair Cortés es Licenciado en Literatura Hispanoamericana. Fue becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Tlaxcala y de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de poesía. Ha impartido talleres y cursos de poesía en diversas partes de México. Ha colaborado en diversas revistas de circulación nacional e internacional como Alforja, Anémona, Biblioteca de México, Casa de las Américas, Crítica, La voz de la Esfinge, Mala vida, Oráculo, Reverso y Tierra Adentro.

[Una entrevista con él, realizada por Armando Salgado, en páginas centrales]


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LA GUALDRA NO. 356 /// 8 DE OCTUBRE DE 2018 /// AÑO 8

La Gualdra No. 356

Editorial Me gusta cómo viene este mes de octubre; creo que pasará a la historia como un periodo en el que las actividades culturales fueron las protagonistas… ya verá qué actividades. Este mes coinciden varios eventos, sobre todo la última semana, cuando se llevan a cabo la etapa final del Congreso Nacional Charro, el Festival Internacional de Teatro de Calle y el Programa Museológico de la Bienal FEMSA -a la que le hemos dado seguimiento desde hace un año cuando inició sus actividades en El Santero-. El LXXIV Congreso y Campeonato Nacional Charro “Don Carlos Mier Macías”, organizado por la Federación Mexicana de Charrería, A.C., se llevará a cabo del 12 de octubre al 4 de noviembre en el Lienzo Charro Munumental Zacatecas. En la competencia participarán asociaciones charras de prácticamente todo el país; de Estados Unidos compiten también asociaciones provenientes de Texas, California, Nebraska, Nevada, Illinois e Idaho, sólo por mencionar algunos. Durante esos días, y a partir del viernes 12, usted podrá ver también en la ciudad a personajes ataviados con vistosísimos trajes de charro y vestidos espectaculares de las mujeres que participan en las escaramuzas -también en competencia-. El sábado 20 de octubre, mientras los charros estén a punto de iniciar las eliminatorias de su certamen competitivo, comienza el Festival Internacional de Teatro de Calle. La inauguración estará a cargo de el grupo alemán Theater Titanick, que a las 20:30 Hrs., presentará la obra “Alice on the run” en Plaza de Armas. Del 20 al 27 de octubre tendremos teatro de agrupaciones locales, nacionales y extranjeras: en la Plazuela Miguel Auza se presentarán los grupos zacatecanos DementeNmentE Teatro y Laboratorio Escénico Le Mat; y la Cía. Mar Gómez (España). En la Plazuela Goitia participarán los grupos Cornisa 20 (Guanajuato), Ensamblaje Teatro (Colombia), Maracaibo Teatro (España) y Grupo MoMo (Zacatecas). En la Plaza Bicentenario, además se presentará La Quinta Teatro (CDMX), la Cía. Luna Morena (Guadalajara) y El Carro de Comedias de la UNAM. En la Plazuela del Moral participa Guía Nocturna Teatro (Zacatecas), Compagnie Voque (Francia), la Ciénega Teatro (Zacatecas) y TraZmallo Comunidad Creativa (CDMX). Luego, para cerrar, en la Plaza de Armas el viernes 26 y sábado 27, a las 20:30 Hrs., se presentará la obra “La gran amenaza” a cargo de la compañía chilena La Patriótico Interesante. Y eso no es todo, el jueves 25 de octubre -el día que se presenta la obra El vie en rose, en la Plazuela Miguel Auza y se llevan a

cabo los cuartos de final en la competencia charra-, se inaugurará el Programa Museológico de la XIII Bienal FEMSA. Recordará usted que desde el año pasado iniciaron los programas público y pedagógico como parte de esta bienal que adoptó el nombre “Nunca fuimos contemporáneos”. Bien, pues ahora sí podremos ver los proyectos realizados por los 23 artistas comisionados, que vienen también de diferentes partes del planeta. Los escenarios en los que podremos ver sus piezas artísticas son los museos Rafael y Pedro Coronel, el Museo Zacatecano, el de Guadalupe, el de Arte Abstracto Manuel Felguérez, el Teatro Calderón, El Santero, el Museo de Historia Natural, el Cerro de la Bufa y la Plazuela del Moral. En esos lugares podrán apreciarse las piezas que realizaron para la bienal, los artistas Eduardo Abaroa (CDMX), Ricardo Alcaide (Venezuela), Plinio Ávila (Zacatecas), Antonio Bravo (CDMX), Christian Camacho (CDMX), Luis Carrera-Maul (CDMX), Giacomo Castagnola (Perú), Mario García Torres (Monclova), Verónica Gerber Bicecci (CDMX), Cynthia Gutiérrez (Guadalajara), Javier Hinojosa (CDMX), Iván Krassoievitch (CDMX), Runo Lagomarsino (Suecia), Caroline Montenat (Francia), Felipe Mujica (Santiago de Chile), Chantal Peñalosa (Tecate), Diego Pérez García (CDMX), Rita Ponce de León (Perú), Liliana Porter (Argentina), Naomi Rincón Gallardo (Carolina del Norte), Vanessa Rivero (Yucatán), Nicolás Robbio (Argentina) y Fabiola Torres-Alzaga (CDMX), quienes estarán en Zacatecas desde ese jueves 25 al sábado 27. De eso y más hablé con Daniel Garza Usabiaga, el curador de la bienal, quien además nos contó que habrá dos exposiciones colectivas, una de ellas -en el ex templo de San Agustín- de artistas zacatecanos. Le recomiendo que entre a la liga que le comparto para que conozca toda la información1. Ese fin de semana será una locura, una explosión de talento de charros, teatreros y artistas visuales y plásticos iluminará el ambiente zacatecano. La idea es que conozca los programas completos para que vaya agendando actividades; aquí le seguiremos informando. Que disfrute su lectura.

Contenido La izquierda antes y después del 68 Por José Barbosa

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Murmullos en la poesía de Jair Cortés Por Armando Salgado

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¿Es la censura una solución al machismo? Por Maliyel Beverido Invadidos Por Eduardo Campech Miranda

Desayuno en Tiffany’s, mon ku El Apando, presentado por José Carlos Ruiz Por Carlos Belmonte Grey

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¿Qué es el historiador? Por Rebecca Grafía Tlatelolco a destiempo Por Manuel Sauceverde Nunca Por Pilar Alba

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La Duquesa Por Alberto Huerta El Picaporte En torno a “en torno” y “entorno” Por Simitrio Quezada

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com 1

Videocolumna - Daniel Garza habla del programa museológico de la XIII Bienal Femsa/Jánea Estrada https://www.youtube.com/ watch?v=2iUSsXhUpj8

Directorio

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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8 DE OCTUBRE DE 2018

6 Por José Barbosa

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Del río que todo lo arrastra, se dice que es violento, pero nadie llama violentas a las márgenes que lo oprimen. Bertolt Brecht

o. Es claro que no se trata de la visión que el Estado mexicano quiere dar de los acontecimientos en el México de 1968 y atropellados en uno de los actos de represión más desgraciados que vivió el mundo de esos días. Es, sí, la perspectiva de un esfuerzo colectivo donde confluyen visiones complementarias de generaciones distintas en la participación política de un sector de la oposición que pertenece al ámbito universitario del país, en una compilación de ensayos de profesores normalistas y universitarios. Entre el prólogo y el último de los 11 breves capítulos que conforman el libro publicado en Ediciones Quinto Sol bajo el nombre 1968, 50 años de represión despojo y resistencia, sus autores (simpatizantes del zapatismo) hacen un puntual recuento de los últimos cincuenta años de represión y de resistencias; de intentos de despojo y de respuesta social organizada; de las nuevas experiencias democráticas que enfrentan al moderno rostro del capital trasnacional. A través de 253 páginas, se alude a los movimientos sociales contemporáneos junto a una versión del registro presencial de los acontecimientos de los días previos a los propios momentos vividos el 2 de octubre fatídico que marcó con sangre la historia del México reciente; y a su influencia en las próximas generaciones para la toma de decisiones fundamentales en su participación política posterior a esos hechos. Enrique Ávila Carrillo y Odín Ávila Rojas, el primero representante de la Escuela Normal Superior en el Consejo Nacional de Huelga en 1968, detenido en Tlatelolco el 2 de octubre, conducido al Campo Militar número 1, y posteriormente preso en la penitenciaría de Lecumberri; el segundo, docente e investigador universitario, son los encargados de coordinar los trabajos académicos aquí expuestos que ayudan a explicarse las razones que llevaron a grupos de jóvenes a decantarse por la lucha armada en los años de la década de 1970 a 1980. El trabajo está estructurado de tal manera que Enrique Ávila Carrillo inicia con una especie de semblanza de la izquierda mexicana, desde el asalto al cuartel de Madera, Chihuahua, a la que él llama “génesis del México contemporáneo”, al priismo de esos días de bonanza económica posrevolucionaria durante el nombrado milagro mexicano. Asimismo, relata la violencia del Estado ese 2 de octubre, “la represión

y la resistencia en la séptima década del siglo XX”. Luego de un salto en la historia se hace una descripción de los movimientos en los que la sociedad actual se va organizando, como dicen ellos “abajo y a la izquierda”. De este modo, Odín Ávila Rojas cuenta la experiencia de la democracia participativa del zapatismo, de su estructura comunitaria; y Fernando Minero Biciego habla de la fuerza expresiva de sus pueblos plasmada en el colorido de sus paredes que parecen buscar aproximarse al arte prehispánico. En este conjunto de esfuerzos por analizar prácticas de participación social contra las viejas formas de exclusión, de injusticia, antidemocracia, de racismo y clasismo que siguen hoy vigentes, es que Joel Ortega Erreguerena nos habla del movimiento social oaxaqueño de 2006 y refiere una de sus expresiones más significativas, que es la construcción de barricadas (especies de comunas heterogéneas, donde se encontraron diversos sectores de la sociedad en la toma de conciencia política, junto a la

añeja tradición de lucha de ese estado de la república). La crisis socioambiental, sus desastres y, en contraparte, la generación de poder social en México son explicados de manera precisa en un texto interno de 12 páginas; León Enrique Ávila Romero dice que en esa etapa, a la que denomina Capitaloceno, se inaugura el poder social que en el terremoto de 1985 pudo reconstruir su ciudad devastada. Apoyado en Naomi Klein, el texto nos informa acerca de fenómenos como la gentrificación y los cambios en la configuración territorial de los espacios habitables en este país y en el mundo entero; añade en este apartado que eso significa la expulsión de las poblaciones de sus ancestrales lugares de existencia. Y nos pone en alerta para observar que las causas de los desastres naturales, ni siempre son tan naturales. Más adelante, Carlos Rodríguez Wallenius aborda las dos décadas de resistencia campesina frente al despojo para la acu-

mulación en México, el enfrentamiento de intereses (siempre desigual frente al Estado), de campesinos en defensa de sus tierras, sus aguas y sus minerales ante las grandes empresas nacionales y trasnacionales al acecho. Agustín Ávila Romero da información valiosa acerca de las llamadas Zonas Económicas Especiales, y nos descubre conceptos como geocolonialidad, al que define como el modo en que el capitalismo construye y se reconstruye mediante procesos que relocalizan muchas de sus inversiones para hacer frente a sus problemas de rentabilidad en el mundo, y nos entera de la forma como las resistencias de los pueblos originarios desde ahora pretenden obligar al Estado mexicano a revisar ese “proceso de hiperliberalización económica”. Itzel Jacobo Saldaña, explica por su parte ese proceso de “mercantilización de la educación desde las políticas neoliberales y el currículo de educación básica en México”, que no es otra cosa que planear la educación en México para la exclusión y el despojo. Y pide, frente a la escuela como espacio disfrazado de democracia que propicia el desarrollo del adiestramiento de la fuerza de trabajo, acudir a la esperanza en la práctica educativa propuesta por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, y alienta a construir otro mundo para que, en el lenguaje del zapatismo, “la escuela sea un espacio de colectividad y retroalimentación humana”. En este sentido, Elideth Jiménez García y José Eduardo Rivera Estrada explican la Reforma Educativa “como parte de las nuevas estrategias de la guerra contra los de abajo”; y señalan que la reforma aprobada e impuesta en 2013, forma parte de un proyecto de largo alcance que se halla dentro de la guerra contra la humanidad, y refieren conceptos como Cuarta Guerra Mundial, pedagogía de la crueldad y pedagogía del cuidado. El libro cierra con el trabajo de Jesús Cuellar Temich, “Es la hora de los pueblos”. En él menciona al Consejo Indígena de Gobierno, que el Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional constituyeron para participar en las elecciones federales de 2018 contra las formas en que el capital pretende el despojo, la mercantilización de todo, y la destrucción de las formas tradicionales de convivencia social en los pueblos originarios. En el capitalismo, establece Cuellar Temich: “Hoy no existen países. Así lo vemos. Van a convertir en fincas al mundo. Lo van a hacer pedazos como de por sí así está”. El libro cuya edición se presenta en cubiertas rústicas, tiene los colores icónicamente representativos del rojo y el negro, y estará próximamente en las principales librerías de la ciudad de Zacatecas.

Libros

La izquierda antes y después del 68


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Poesía

Murmullos en la poesía de Jair Cortés 6 Por Armando Salgado

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air Cortés (Calpulalpan, Tlaxcala, 1977). Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta 2006 por Caza. Su trabajo forma parte de las antologías: La sombra de la palabra (IMC, 2001); Camina el verso senderos del silencio (Praxis/Ayuntamiento de Nezahualcóyotl, 2002); Espiral de los latidos CONACULTA (Zona Centro, 2002); Árbol de variada luz: antología de poesía mexicana actual, 1992-2002 (Universidad de Colima, 2003); Un orbe más ancho: 40 poetas jóvenes: 1971-1983 (UNAM, 2005); Los mejores poemas mexicanos (Joaquín Mortiz/FLM, 2005). Jair Cortés hurga los cortes del poema para visibilizar la fluidez que debe tener cualquier acercamiento que permita dialogar con el lector de manera precisa. Su poesía es un claro ejemplo que nos sitúa ante una generación que ha sido partícipe de momentos claves en la vida política, social y cultural de un México diverso, convulso y complejo; la poesía de Jair Cortés, así como los procesos en los que ha coadyuvado son testimonio de la obra integral de quien no sólo escribe, sino que fomenta la construcción polifónica de la literatura mexicana. Armando Salgado: Muchas veces conformamos nuestra vida con búsquedas complejas y las respuestas son sencillos planteamientos. ¿Jair Cortés, qué búsquedas personales hasta el momento has tenido para ser el poeta que actualmente eres?, ¿qué atajos en tu escritura hubieras tomado para llegar a este punto?, ¿por qué escribir poesía y no otros géneros? Jair Cortés: Cuando comencé a escribir poesía, a los catorce años, no comprendía que la poesía no era el fin sino la perspectiva desde la que habito el mundo. En mi adolescencia mis búsquedas no sólo fueron complejas, sino dolorosas. En aquel entonces yo buscaba a Dios, y como yo buscaba a un dios que me habían impuesto, pues no lo encontraba, y todo era vivir en un callejón sin salida, todo era preguntar sin siquiera creer que había respuestas. Quizá gracias al alcoholismo fue que pude soportar esa orfandad que sentí de los 16 a los 21 años: cinco años entre la ebriedad y la resaca. Fue en ese periodo que escribí un libro que titulé Odios y que forma parte de mi libro Caza. En Odios me di cuenta que había llegado, finalmente, a una idea de Dios por medio de la blasfemia. Y esa idea era sólo la puerta, el quicio por el que habría de entender que Dios es la suma de todas las cosas que le dan sentido a mi vida, y todas esas cosas se unen gracias a la poesía. A la distancia, no creo en los atajos. Cada uno es su propio camino. Lo de escribir poesía y no otros géneros es más sencillo de lo que parece: si tú crees que la poesía une todas las cosas que tienen sentido para ti, entonces no debes preocuparte por encasillar tu escritura en algún género, eso que lo hagan los críticos y los académicos, a ellos les gusta mucho hacer eso, así que también les proporcionas cierta felicidad a una actividad que “sistematiza” lo que se resiste a ser parte de un “sistema”, porque la poesía, el poema, siempre será la excepción a la regla.

AS: Tlaxcala, rodeado de grandes orbes citadinas, es una entidad que lleva sobre sí el flujo migratorio de personas, experiencias y múltiples manifestaciones no sólo culturales. Esta condición transfronteriza, ¿cómo influyó en tu vida cotidiana?, ¿qué otros escritores tlaxcaltecos debemos de leer? JC: Aunque mi acta de nacimiento dice que nací en Tlaxcala, sólo viví ahí veinte años. Los otros veintiún años los he vivido en diferentes partes: Potrero del Llano, Tuxpan (Veracruz), Reynosa (Tamaulipas), y ahora Bacalar (Quintana Roo). Tlaxcala es una sociedad que carga con el estigma de la traición y que, dicho sea de paso, es producto de la ignorancia en la que vive el pueblo mexicano. Pocos mexicanos saben que el imperio Mexica era diferente del imperio Tlaxcalteca, pocos saben de su rivalidad, de sus luchas, de su eterna tensión vecinal. Los tlaxcaltecas vieron en la alianza con los españoles la posibilidad de derrocar al imperio Mexica. Ellos hicieron lo que cualquier pueblo haría en busca de su libertad y autonomía. Con el tiempo ese acto inteligente les costó vivir aislados, desarrollando un temperamento hostil y hermético que se percibe hasta la fecha. Los chistes que se hacen sobre el rezago de Tlaxcala no sólo evidencian este rezago sino también, la ignorancia, el racismo y el clasismo que nutren a México. De

aquel pueblo guerrero sólo quedan vestigios y terribles circunstancias: un estado en el que la deforestación, la contaminación de los ríos y lagos, así como la trata de personas y la corrupción social dominan la vida cotidiana. Vivir en Tlaxcala y vivir con una gran conocedora de su historia (Bere, mi compañera del alma) me dio la posibilidad de conocer a fondo la historia de ese territorio de brumas que llamamos México. Tlaxcala explica mucho de lo que sucede en todo el país… De los escritores que hay que leer es Miguel N. Lira, un autor poco leído fuera del estado. Él, como editor, por ejemplo, fue quien publicó Luna silvestre, la primer plaquette de Octavio Paz, un dato muy interesante para la historia de la literatura universal, ¿no? AS: Somos repertorios de obras e historias: sumadas las creencias, los usos y costumbres y la cultura tan diversa en nuestro país. ¿Qué libros han sido referente en tu vida?, ¿hubo algún detonante en tu infancia que estimulara el hábito de la lectura?, ¿qué recomendaciones le compartirías al público gualdreño que apenas se inicia en la escritura? JC: En mi infancia hubo un libro que marcó especialmente mi actividad como lector, era un diccionario médico. En él yo encontré un universo de conocimientos inagotable. Ahí pude saber cómo funcionaba (o cómo se creía que

funcionaba) el maravilloso cuerpo humano, desde su gestación hasta su muerte. El libro, que aún conservo, era a su vez un libro que estimulaba mi imaginación. Cada artículo que leía ahí luego se convertía en una historia que yo desarrollaba en mi mente y a la que le daba un color literario. Recuerdo que cuando en la primaria quisieron hablarnos sobre sexualidad me levanté y ofrecí una cátedra sobre el tema. La maestra sólo se quedó sentada sin poder decir nada y claro, al final del día terminé en la dirección siendo juzgado por decir la “verdad” que yo había leído en un libro. Pero eso no importó porque mis papás me defendieron de aquellos maestros y como premio me compraron más libros sobre el tema y hasta un juguete en que podía armar y desarmar un cuerpo humano. Por otro lado, podría recomendarle a la gente que lee La Gualdra, esos poetas jóvenes (muy antiguos) que están llenos de formas y emoción: John Donne, Catulo, Miguel Hernández, Safo, Arthur Rimbaud, Anne Sexton… AS: Has sido traducido a otros idiomas y a la vez has hecho traducciones del portugués. Háblanos de estas experiencias: ¿qué hallazgos generaron estas actividades en ti?, ¿a qué poetas has traducido y qué elementos te llevaron a sus obras?, ¿qué papel tienen las lenguas indígenas en la literatura mexicana actual?


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Murmullos en la habitación de Dios [fragmento] …De pronto, el pasillo se alarga y caminamos sin llegar a ningún lado. La luz es la luz de un hospital y todas las puertas se cierran antes de que lleguemos a ellas. Y al final del pasillo hay una ventana, y después de la ventana hay algo parecido a unas ramas de un árbol y más allá algo que podría ser el cielo, pero antes, entre el árbol y el cielo, una nube: manuscrito del cielo que cambia sus combinaciones, sus formas, escritura de agua en el aire, el pasillo nunca termina, nuestros pasos son eternos en el caminar hacia la ventana. Un letrero en el pecho tatuado: “Qué belleza/ de la juventud/ su imprudencia”. ¿Quién queda vivo cuando alguien muere? ¿Quién queda muerto cuando alguien vive?

JC: La traducción es, desde mi forma de verla, un ejercicio de creación porque, finalmente, todo el tiempo estamos traduciendo lo que nuestros sentidos perciben: escuchamos una pieza musical y al poco rato estamos tratando de traducirla con nuestro cuerpo haciendo unos pasos de baile que nos nacen de quién sabe dónde. Mis poemas han sido traducidos a varios idiomas como el náhuatl, italiano, inglés, maya yucateco, inglés y otros. Es una experiencia extrañísima: ¿quién es ése que habla en otro idioma? Ya no soy yo, pero tampoco es sólo el traductor o traductora, ese puñado de palabras provienen de sensibilidades que fueron criadas a la luz de diferentes culturas, de formas distantes de comprender el mundo. Cuando yo he realizado traducciones de poetas como Virna Teixeira u Orides Fontela (poetas brasileñas) lo he hecho en colaboración con Berenice Huerta porque me gusta caminar ese sendero con ella

y porque me permite experimentar más alcances, mejores efectos en los lectores. Traducir es muy emocionante, te permite desentrañar misterios que creíste impenetrables y cuando tienes la última versión te sientes el descubridor de un continente o algo así. AS: Recientemente fuiste galardonado con el XLIII Premio Hispanoamericano San Román 2018 que otorga el Gobierno del Estado de Campeche con el libro Murmullos en la habitación de Dios, destacando de entre 220 trabajos. Cuéntanos: ¿cómo fue la confección del libro?, ¿qué elementos particulares lo distinguen de tu primer libro titulado A la Luz de la sangre (1999), e Historia solar (2015) tu publicación más reciente? JC: El libro comencé a escribirlo en el 2012 como respuesta a la terrible desesperación por la que pasaba en aquel tiempo. En el lapso

de cinco años vi morir a todos mis abuelos (incluyendo a los de Bere), a un amigo, a un tío y a mis cuatro perros (que considero como mis hijos). Ese poema, desesperadamente extenso, lo escribí de manera secreta, un poco todas las noches, como una forma de extravío: algo en mí se había roto, y no sabía yo cuántas eran las piezas que faltaban. A las tragedias familiares se sumaron las de la guerra de Calderón, y que hasta la fecha sigue desarrollándose en un país que vuelve a ser engañado una y otra vez. Entre mi primer libro y éste pasó una guerra y la experiencia de ver morir a personas que amé, entre los dos hay una angustia terrible, una necesidad de huir. Ese libro terminé de escribirlo este año, en el marco de una residencia que estoy realizando en la Casa Internacional del Escritor de Bacalar, aquí puse en claro no sólo mis ideas sino todas las cosas que estaba sintiendo y que no sabía cómo ordenar.

De estas preguntas proviene todo mi desconsuelo: trato de deslindar las respuestas, quiero separar las aguas de dos ríos que, en algún momento de su impulso hidrográfico, coinciden. De esta incertidumbre mana todo el día y toda la noche la preocupación que me nutre y me consume, de esta ansiedad nace la sintaxis que uso, los peñascos que se derrumban cuando confieso la verdad, la Verdad que es más triste que una triste canción rusa aullada por una Huskey siberiana en el palacio solitario de mi memoria, donde un clavicordio, clavo en el corazón, toca un árbol de tepetate enterrado…

Poesía

AS: ¿Qué hace actualmente Jair Cortés?, ¿qué lugares frecuenta?, ¿qué otras actividades acostumbras para no perder la sensibilidad en este país donde cada vez cuesta más respirar? JC: Nado dos veces al día, en la mañana en un hermoso Cenote y por la tarde en la Laguna de Bacalar. Entre esos dos momentos hago cosas muy raras: desde pintar casas o vender chiles habaneros, hasta recibir clases de clown o dar cursos de poesía para niños. Después, viene la lectura y la escritura, no el recuento sino la asimilación de lo vivido cada día. Y luego, un poco de fiesta y charla con los amigos. Aquí en Bacalar convivo con personas que aman el arte y buscan siempre la felicidad, amigos entrañables como Ramón Iván Suárez Caamal, quien es uno de los poetas más interesantes de México y el Caribe y que ve en la poesía una forma tan natural de vivir que lo cotidiano se vuelve milagroso y viceversa.


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¿Es la censura una solución al machismo?

Promoción de la Lectura

6 Por Maliyel Beverido

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ace unos días, mientras viajaba por carretera en mi auto iba escuchando una emisión radiofónica sobre son huasteco, cuando pusieron El pijul, que dice “Preso me llevan a mí, preso por ningún delito. Por una pitaya verde, por una pitaya verde, que picó mi pajarito”. Me pareció clara la alusión sexual, que incluso puede aunarse a un abuso infantil. Según las diferentes fuentes las cifras varían, pero se puede decir a grandes rasgos que entre 2001 y 2010 hubo en México 15 mil feminicidios, que éstos (o su denuncia) aumentaron 40% de 2010 a la fecha, y que actualmente se cometen alrededor de 6 feminicidios por día [cmujer.com.mx/ feminicidios-mexico-cifra-va-aumento]. Esta terrible dolencia social parece imparable y en ello juega ciertamente su normalización, la idea de que así es la naturaleza del hombre. Sin embargo ¿cómo tratar el asunto retrospectivamente? Mucho se ha escrito sobre la tendencia marcadamente machista y misógina del reggaetón. No hay duda que sus letras son bastante explícitas en cuanto denigrar a las mujeres. Pero no sólo el reggaetón es machista, muchas tradiciones contienen abuso y violencia.

6 Por Eduardo Campech

Miranda

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ace varios años, durante la capacitación de los talleres de verano “Mis Vacaciones en la Biblioteca” se presentó la siguiente anécdota. Las bibliotecarias de los municipios zacatecanos que se hospedaban en el hotel asignado, también realizaban ahí sus tres comidas. Una mañana, estando ya en el aula para recibir la capacitación, de manera intempestiva ingresó una compañera de la biblioteca central. Les pidió a las asistentes que no salieran, había una denuncia por robo de parte del hotel. El silencio paralizó al colectivo. Los objetos hurtados fueron cucharas, tenedores y cuchillos. Las bibliotecarias se encontraban desconcertadas y temerosas. La escena no duró más de un par de minutos durante los cuales se les conminaba a devolver los cubiertos. Ellas reiteraban que no habían visto quién lo hizo, porque desde luego, ellas no fueron; que tal vez se trataba de un error. Cuando la psicosis estaba por derramarse, la compañera emisaria develó el secreto: eso que experimentaron también lo hicieron los estadounidenses que en 1938 escuchaban la adaptación radiofónica de la obra de H. G. Wells: La guerra de los mundos. La narración del joven Orson Wells fue tan magistral, que las personas creyeron que en verdad había una invasión extraterrestre. Las carreteras y líneas telefónicas se saturaron. La ciudadanía quería huir. ¿A dónde? A donde no los alcanzara la invasión. Este episodio viene a mi mente cada ocasión que una noticia falsa se vuelve viral en redes sociales, cada que, irres-

En 2017 el grupo Café Tacvba dijo que ya no tocaría más uno de sus más celebrados éxitos, La Ingrata, al ser calificado su contenido como violencia de género. En un principio, cuestionados por un diario argentino acerca de la contradicción entre su compromiso con la equidad de género y la letra de esa canción (que dice, entre otras cosas “Pues si puedo hacerte daño, sólo falta que yo quiera lastimarte y humillarte…”) los integrantes de la banda refirieron que se habían inspirado en los corridos norteños dándole un toque de humor, y que era una lectura incorrecta pensar que promovía la violencia.

Un poco más tarde anunciaron que sacarían la rola de su repertorio. Bienvenido este acceso de conciencia, pero yo pregunto genuinamente ¿qué vamos a hacer con toda la música tradicional que hace desde veladas alusiones hasta representaciones explícitas de violencia de género? ¿Las vamos a etiquetar con una advertencia como los empaques de cigarrillos? En distintos países se han prohibido libros por razones diversas, generalmente políticas, pero llama la atención que en los Estados Unidos muchos libros infantiles han sido censurados o se exige ahora que figure en su

empaque una advertencia. Como ejemplo cito algunos títulos del escritor norteamericano Roald Dahl y los rasgos que se le reprochan: Charlie y la fábrica de chocolate, porque invitaba a desobedecer (a los adultos); James y el durazno gigante, por incluir la palabra “trasero”; y Las Brujas, porque derivaba que todas las mujeres eran brujas. En este tenor, hay quienes han sugerido ya que se retiren todos los cuentos de princesas de las bibliotecas infantiles, porque son ejemplo de sumisión e invitan a la pasividad. Otras disciplinas, como la pintura y la escultura, han sido en distintos momentos desaprobadas por su contenido. ¿También se van a retirar de los museos las obras que contienen violencia de género? ¿Es la censura una solución al machismo? Las canciones tradicionales con alusiones sexistas ¿las vamos a suprimir, a modificar o a etiquetar? Si convenimos en que la letra de las canciones tradicionales constituye una parte importante de la literatura oral, para ser políticamente correctos, socialmente aceptados, equitativamente incluyentes, etc., tendríamos que eliminar textos y temas probablemente desde Homero hasta los mitos fundacionales mesoamericanos. ¿Cambiaríamos con ello la realidad existente? Es materia de reflexión.

Invadidos

ponsablemente, se comparte información sin corroborar. Y no se circunscribe a las noticias que no leemos, los sitios de los cuales no discernimos que son apócrifos o noticias de broma (cuántos no caímos en las primeras publicaciones de El Deforma), también los conocimientos de actualidad (sean del rubro que sean), la identificación de personalidades (recordemos el episodio de Ebrand con Mia Khalifa). Este año, además del bombardeo mediático electoral, se caracterizó por la proliferación de noticias falsas. El desarrollo de la tecnología no sólo permite el uso de filtros en las fotografías, ediciones en documentos, audios y videos. Peor aún, manipula conciencias. Quizá la invasión que nos plantea H. G. Wells la estamos viviendo hoy en día. Cada vez somos más extraños con nuestro entorno, con nuestros pares, con nuestros conciudadanos. Los percibimos ajenos a nosotros, somos indiferentes a sus dolores. Sin embargo, nos conmovemos ante víctimas inexistentes (forman parte del imaginario colectivo sólo porque la televisión los exhibió). Quizá, repito, hemos sido invadidos desde hace un par de décadas: invadidos por el miedo, la apatía, la falta de solidaridad, el egoísmo y valemadrismo. Lo paradójico es que ese miedo, nace de vernos en el espejo que es el otro. Quizá haga falta volver a mirarnos como pares.


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Desayuno en Tiffany’s, mon ku

El Apando, presentado por José Carlos Ruiz 6 Por Carlos Belmonte

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6 Por Rebecca Grafía

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ha tenido, Goitia (Diego López Rivera, 1989) y Almacenados (Jack Zagha Kababie, 2015) fueron los otros dos. El Apando es junto con Canoa (Felipe Cazals, 1975) una de las primeras ficciones sacadas de testimonios de la violencia del Estado respuesta al movimiento de 1968; en ese momento era aún muy pronto para hablar de la noche de Tlatelolco, sobre esto habría que esperar Rojo Amanecer (Jorge Fons, 1991). Conmemorar el 2 de octubre de 1968 es más fácil que recordarlo. Para recordarlo aún no se consigue armar imágenes en la mente de las generaciones posteriores. Volver a proyectar estas películas puede, quizás, ayudar.

¿Qué es el historiador?

XX otras universidades, serían más rigurosas en la exigencia de esta búsqueda de profesionalización y cientificidad, mismas que en el XIX habían imitado a la academia alemana más no reflexionado en las implicaciones de esta historia dominante. Surgirían otras formas de hacer historia; serían contemplados otros espacios y fuentes. En la década de los setenta, las ciencias sociales fueron cuestionadas. Debido a los debates que se gestaron, primero, dentro de

las “ciencias duras”, respecto a cómo estaban construyendo su conocimiento. Llegando a conclusiones como que es necesario “observar al observador” y que “nosotros somos quienes damos significado al saber y, por tanto, decidimos los estándares con que se validan o no las nuevas aportaciones”. En suma, el conocimiento es construcción y somos nosotros quienes le otorgamos sentido y aprobación. Actualmente, son muchas las discusiones que se siguen planteando para la disciplina

histórica Algunas de ellas han sido desarrolladas por quienes no son historiadores, sino “outsiders” de la disciplina como Paul Ricoeur o Michel Foucault, pero también quienes se han atrevido a proponer y preguntarse por los retos del historiador dentro de su disciplina como Michel de Certeau o François Hartog. A mi parecer, no hay definiciones prescritas de lo que deba ser el historiador. Ciertamente la práctica histórica tiene su propia historia. Y si hacemos retrospecciones, observando a la vez nuestro presente, podríamos encontrarnos con debates tan actuales hoy en día al respecto, como la figura del historiador como juez o como el historiador -testigo queriendo historiar su propio presente. Existe también una tradición que se resiste a los debates que implican una reflexión seria sobre la epistemología de nuestra propia disciplina. Se percibe además, un cierto rechazo a los nuevos formatos de divulgación histórica. Sin embargo, esto no debe desanimar a las nuevas generaciones de ir por otros caminos en la teoría de la historia y en los medios de comunicación, pues se trata de partir de debates y herramientas actuales para preguntarnos más ampliamente por el presente y su relación con el pasado. Twitter: @RbkMej

Historia

l pasado 12 de septiembre se celebró el “Día del historiador”, fecha en que se conmemora la fundación de la Academia Mexicana de la Historia, la cual inició sus trabajos en 1919. Aquí ya tenemos un primer indicio que nos puede ayudar a entender qué es el historiador: el reconocimiento al oficio de historiar viene de parte de una institución. No nos sorprenda que sea precisamente la academia o el Estado quienes se encarguen de “reconocer” el papel de historiador, y también de imponer lo que éste debería ser o sus funciones. Fue a partir del siglo XIX en Alemania que se dio la profesionalización de la historia. Sería Humboldt quien estuviera a cargo de los cambios en los programas universitarios, y pidió ayuda a Leopoldo Von Ranke para conformar los estándares y objetivos de la historia profesional. Desde el inicio, la disciplina tuvo los desafíos de, por un lado, perseguir la cientificidad y, por el otro, cumplir su deber con el Estado y sus representaciones, es decir, sus instituciones y la élite. La historia era más que una disciplina, era una forma de vida que se desarrollaba dentro y fuera de las universidades. En aras de perseguir la cientificidad, crearon un método riguroso que pensaban les permitía extraer los “hechos históricos” de los documentos. Creían además que ordenando estos acontecimientos, se daba con el sentido de la historia. Por supuesto no todos los espacios tenían “historia” ni estaban en este gran “desarrollo histórico”. En el siglo

el apando: dos de ellos traficantes de drogas y el otro, el Carajo, un pobre enganchado, tuerto y cojo. Las mujeres son sus mulas y la madre del Carajo es la nueva recluta. La violencia por ocio y por venganza son la normalidad. Hasta que un motín termina con una de las escenas más marcantes del cine de Cazals, la entubada. José Carlos Ruiz recuerda que durante la filmación él sentía la violencia del texto y de la historia y le comentó a Revueltas si no era un poco exagerado todo: “Y esto no es nada José Carlos”, respondió el hermano de Silvestre Revueltas. Además, reconoció que éste ha sido uno de los tres papeles más difíciles que

Cine

F

ue alumno de Salvador Novo y Seki Sano (entre otros) cuando estudió en Bellas Artes, recuerda prácticamente todos sus papeles (107 películas y más de 30 telenovelas), no usa celular, no tiene correo electrónico; responde ante un auditorio de 300 personas perfectamente de pie, casi estático, sólo con las manos apoyadas en la mesa y sosteniendo el micrófono a unos 20 centímetros debajo la barbilla, y es capaz de responder ligando sus frases, sin muletillas (ninguna) y haciendo avanzar su discurso

coherentemente: José Carlos Ruiz. Con los auditorios 1 y 2 llenos del Centro Universitario del Norte (Cunorte) de la Universidad de Guadalajara pudo recuperar el tono de el Carajo durante su presentación tras la proyección de El Apando. Película dirigida por Felipe Cazals en 1975 y basada en la novela de José Revueltas y José Agustín, testimonio de su encarcelamiento en el penal de Lecumberri por las manifestaciones estudiantiles de 1968. El Apando estuvo estelarizada por Salvador Sánchez, Manuel Ojeda, María Rojo y José Carlos Ruiz. Cuenta la prisión de tres detenidos compañeros de celda y luego metidos en


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LA GUALDRA NO. 356 /// 8 DE OCTUBRE DE 2018

Nunca

Tlatelolco a destiempo 6 Por Manuel

Río de Palabras

Sauceverde

Fuimos nosotros los que empujamos nuestras sombras. Mariángeles Comesaña, El verso que aún no acabo A 50 años de 2 de octubre de 1968

A

veces, me fragmentaba en dos seres idénticos: un José real y un José imaginario. Uno de ellos hacía su tarea de Cálculo en la clase de Álgebra; en su clase de Álgebra, la de Estadística; y así sucesivamente. El otro era un joven de vivas convicciones. Ese día, un José decidió quedarse en casa para terminar los deberes pendientes de la escuela. El otro, luego de asistir a los mítines frente a la Torre de Rectoría de Ciudad Universi-

taria, se fue a la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. Mientras uno de ellos concebía planes para la siguiente semana, el otro les arrojaba flores y piedras a los soldados. Cuando a un José le propinaron un porrazo tan fuerte en la nuca que le quebraron la vida, el otro se juraba por tercera ocasión que ya no viviría más a destiempo. Cada año me gusta imaginar que soy el José que no se quedó al margen de la historia.

6 Por Pilar Alba

A

hora que lo recuerdo: en realidad nunca nos dijimos adiós. Dejamos que todo sucediera naturalmente, que se fuera desgajando como los cerros después de las intensas lluvias; así poco a poco, sin ruido, sin estrépito. No pronunciamos la palabra, tampoco hicimos gestos ni rituales de despedida. No aclaramos los puntos que deberían de ir en cada una de las íes ni firmamos documentos de finiquito. Simplemente nos fuimos cada quien por su lado, cada uno tirando de su propio mecate sin necesidad de hacer dramas, sin largas charlas para anteceder la partida. Nunca lo dijimos, jamás nos pusimos a pensar en si era necesario hacerlo. Solamente agarramos cada quien nuestro camino, tomamos nuevos rumbos. Hoy que vuelvo a encontrarte no sé qué decirte, tal vez te pase lo mismo porque veo que te quedas callado cuando mi mano toma la tuya y mis labios se acercan a tus labios, mientras el abrazo se vuelve cálido, definitivo. Nunca nos dijimos adiós, nuestros cuerpos lo saben, se reconocen y después del reencuentro descansan rendidos.

La Duquesa 6 Por Alberto Huerta

Y

a no te voy a contar. La mosca se pone a caminar muy oronda por toda la superficie desnuda llena de valles, colinas y bosquecillos. Como que sí me acuerdo. Como que la vida da muchas maromas y lo que hoy es la neta mañana nomás ya no. Chula de bonita la Duquesa. Ella está recostada en la cama. Desnuda. Increíblemente desnuda. La Duquesa siempre la Duquesa. Ya no te voy a contar, nomás me estás tanteando. Cielito lindo. Capullito de Alelí. Ya no te voy a contar, la vida se ve muy diferente desde la ventana de mi cuarto. Retazos de patios internos, tinacos negros, tinacos grises, tanques de gas estacionario, calentadores solares. Ya no te voy a contar. Jaulas vacías que cuelgan de las paredes. La mosca camina alrededor del pezón. Zumba. Ella dice: ¡Mira qué grande está la luna! ¡Y brillante! Concluye. Ya no te voy a contar. La pared está repleta de jaulas vacías que encerraron pájaros cantadores. Jaulas de alambre, de carrizo, de madera. Vacías. ¿A dónde se fueron los pájaros? ¿Volaron? En el cielo oscuro la luna brilla. Luna llena. La Duquesa sigue desnuda. Ya no te voy a contar… Ya no te cuento nada…

/// Guerrero. Carbón sobre papel. 1917. Colección MUNAL. Su autor, el pintor hidrocálido Saturnino Herrán, murió un día como hoy, 8 de octubre, pero de 1918. Así conmemoramos el centenario de su fallecimiento en La Gualdra.

El Picaporte En torno a “en torno” y “entorno” 6 Por Simitrio

Quezada

L

a preposición “en” y el sustantivo “torno” forman lo que los estudiosos llaman una “locución prepositiva”. Es decir, una expresión o frase que sirve como preposición. En el caso que ahora nos ocupa, “en torno” puede referirse a un lugar físico. Recuérdese que así comienza el poema

“El brindis del bohemio”, de Guillermo Aguirre y Fierro: “En torno de una mesa de cantina, una noche de invierno…”. Podemos declarar también: “En torno al candidato se reunieron todos los sectores del partido”. La expresión “en torno” puede referirse también a algo intangible, a un tema, y así podemos decir: “En torno al préstamo que te hice hace una semana…”, “En torno a qué haremos con

tu sobrina…”, “En torno a la candidatura de don Porfirio…”, “En torno a las viandas que debiste traer…”. En este último caso, ojo, no estamos refiriéndonos a lo físico, sino al tema en sí. Un uso menos frecuente es el de “en torno” como sinónimo de “aproximadamente”: “En torno a las cinco de la tarde llegará sediento tu primo”, “En torno a la hora de la cena apareció tu ex novio”. Así que “en torno” es sinónimo de

“alrededor de”, “junto a”, “respecto”, “aproximadamente”. Son dos palabras que no deben confundirse con “entorno”, sinónimo de ambiente: “Te mueves en un entorno muy peligroso”, “Desarrollamos un nuevo entorno virtual de aprendizaje”. Seamos cuidadosos en torno a este entorno de posibles confusiones. Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com


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