La Gualdra 370

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 370 /// 5 DE FEBRERO DE 2019 /// AÑO 8

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Monolito conocido como Calendario Azteca, Museo Nacional de Antropología, CDMX. Foto: Juan Carlos Basabe. INAH-ZAC.

“El pasado día 3 de febrero, se cumplieron 80 años de la creación de unas de las instituciones culturales más sólidas que se han creado no solo en nuestro país sino en el mundo, una institución que ha preservado la memoria y conciencia histórica de México con el objetivo de fortalecer nuestra identidad como nación: el Instituto Nacional de Antropología e Historia”. Carlos Augusto Torres Pérez

[“Ollin: Memoria en movimiento”, en páginas centrales]


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LA GUALDRA NO. 370 /// 5 DE FEBRERO DE 2019 /// AÑO 8

La Gualdra No. 370

Editorial David Ojeda: un erizo y un zorro en el campo literario, es el nuevo libro de Alejandro García Ortega, presentado la semana pasada en la ciudad de Zacatecas, ante un auditorio nutrido y ávido de escuchar los comentarios de este texto impecablemente editado por Policromía -la empresa editorial editorial zacatecana dirigida por Yolanda Alonso-. Cuando lo tuve en mis manos lo primero que pensé es que los forros en catafalco y blanco eran un muy buen vestido para un tesoro literario; me detuve a contemplar la sobriedad del acabado oscuro, elegante como los erizos negros, de púas afiladas, enfrentando a la noche mientras huyen de las estrellas de mar... Las siguientes dos páginas son negras también, al resguardo del contenido de un libro dividido en nueves partes, las dos primeras: “De erizos y zorros uno” y “Campo”, en la que el autor habla de las utilidades históricas, prácticas y comprensivas del campo literario. “David Ojeda: campo literario y narrativa” es la tercera, en ella se aborda cómo la obra de David Ojeda ejemplifica la realización de un campo literario en su entorno, pues “residió en San Luis Potosí y muchas de las actividades están encaminadas a modificar las condiciones literarias en su espacio”.1 Aquí, además de hablar de las publicaciones, se describen las diferentes facetas que tuvo el escritor potosino -nacido en 1950 y fallecido en octubre de 2016- como tallerista, académico, traductor, editor y director de publicaciones; en este sentido, Ojeda pareciera ser un zorro, aludiendo al ensayo de Isaiah Berlin “El erizo y el zorro”, quien decía que en esta clasificación los zorros son capaces de realizar una multiplicidad de cosas y de moverse con gracia y encanto en diferentes territorios, mientras que los erizos tienden a concentrase en una sola encomienda especializándose en ella, moviéndose poco, haciendo del no-movimiento una estrategia de supervivencia. En la cuarta parte “De erizos y zorros, dos”, Alejandro García después de describir la multiplicidad de tareas bien desempeñadas por Ojeda a lo largo de su vida, se plantea si éste fue erizo también y nos lleva de la mano guiándonos hacia una comprensión del escritor que va más allá de la clasificación inmediata, al decir que “conforme pasan los años, Ojeda se queda casi fijo, como un erizo que sabe esa cosa y que sabe que la obra fundamental es la propia, lo demás es cosa de tragar mucho y saber

cernir pinole”.2 Alejandro habla desde una postura crítica y bien fundamentada, con la experiencia que le dieron los años de conocer a un ser humano que dejó huella no sólo en el campo de lo literario, sino que supo desenvolverse con inteligencia en él, desde provincia, para hacer escuela en los talleres, en la labor editorial, en el campo de la gestión cultural que implica saber sortear los vicisitudes de la burocracia institucional. Ojeda era un zorro y un erizo y supo entrar en el personaje indicado sin necesidad de hacer transiciones de luz como en el teatro, simplemente actuaba profesionalmente y lo hacía muy bien. Yo hablo en pasado, pero el autor habla de David Ojeda siempre en presente, entiendo, como una manera de resistirse a dejar de reír cada que lo recuerda, cada que evoca los momentos de complicidad que tuvo con el colega, el amigo que desataba grandes momentos de reflexión acompañados de sendas carcajadas. En las siguientes partes, García realiza una valoración de la obra de Ojeda, de los momentos cuando éste asume su contemporaneidad como escritor y su “insobornable responsabilidad de asumir su lugar en el mundo”. Dejo aquí la descripción del contenido sólo para señalar que después de leer David Ojeda: un erizo y un zorro en el campo literario ha quedado en mí la firme intención de releer a Ojeda desde una perspectiva distinta, más encaminada a descubrir incluso los periodos identificados por Alejandro, el de la lucidez creativa y el que está cargado de juego; seguiré el consejo del autor cuando dice que es bueno “sentarse a descansar a la vera del camino y releer Perros de casa, en ellos se encuentra su pasión por la literatura, su don de gentes, su vocación formadora”.3 Termino mi comentario recomendando la lectura de este libro que reúne todos los colores de un escritor que hizo camino, impecablemente analizados por otro excelente escritor, Alejandro, a quien felicito y aludiendo a Ángel Fernández le digo: “Me quito el sombrero y me pongo de pie”. Que disfrute su lectura.

Contenido El arte es también una cadena de producción: Manuel Velázquez Por Maliyel Beverido

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Ollin: Memoria en movimiento Por Carlos Augusto Torres Pérez

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Estrategia Nacional de Lectura: apuntes para un debate Por Eduardo Campech Miranda

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Desayuno en Tiffany’s, mon ku Carlos Reygadas, un cine de imágenes necesarias y tiempo materializador Por Carlos Belmonte Grey

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Año nuevo en perspectiva Por Carlos Flores Lugares de infancia Por Pilar Alba

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¡Úchale! Por Alberto Huerta

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com 1 García, Alejandro, David Ojeda: un erizo y un zorro en el campo literario, Policromía Servicios Editoriales, Zacatecas, 2018, p. 33. 2 Ibidem, p. 56. 3 Ibidem, p. 95.

Directorio

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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El arte es también una cadena de producción: Manuel Velázquez 6 Por Maliyel Beverido

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costumbramos ver al creador como un personaje solitario, cuando en realidad siempre ha sido, según Manuel Velázquez, una persona que realiza diferentes actividades y se relaciona de diversas maneras con la sociedad, no solamente a través de la creación. Cuando enumero “artista, promotor, crítico, funcionario, empresario, maestro… ¿me faltó algo?”, Manuel Velázquez sonríe y apunta que para él el artista es un personaje múltiple que tiene que desempeñar muchos roles y aunque quizás ha sido así en toda la historia, ahora eso le parece más evidente a través de las redes sociales. Opina que una las actividades sustantivas del artista es la creación, pero también es sustantiva la difusión de su obra, por eso es necesario socializar: “Siempre les digo a mis alumnos: Miguel Ángel en algún momento tuvo que conocer al Papa y tener alguna relación con un círculo específico para poder hacer la Capilla Sixtina”; por otro lado, está la parte administrativa, el artista en su taller administra recursos materiales y humanos. Por la manera en la que él lleva la actividad artística y por su convicción de que el arte se desarrolla en parte en la producción, pero también en la distribución y en el consumo, Manuel Velázquez ha asumido los distintos roles mencionados. Oriundo de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, es miembro del SNCA, ha sido por muchos años docente en la Universidad Veracruzana; en el Instituto Veracruzano de la Cultura fundó el Jardín de las Esculturas y fue Subdirector de Planeación, Seguimiento y Evaluación. Maliyel Beverido: En honor a la verdad, no todos los artistas abren ese abanico, ¿qué tendría que hacer quien no tiene esos talentos, esa formación o esa inclinación a la diversificación? Manuel Velázquez: Para eso existen los agentes. Hay que relacionarse con un curador, con un gestor, con un administrador que lleve los asuntos de su taller. En muchas ocasiones han sido los mecenas, las galerías, los amigos o las parejas de los artistas quienes se encargan de eso. Sabemos que Olga Tamayo administraba, difundía y organizaba la obra de Tamayo, y que él no lo hacía por dedicarse a la creación. Todavía hay ese esquema, pero precisamente por la época, la profesionalización del artista en diversos ámbitos es cada vez más demandada. El ambiente ahora es mucho más competitivo, hay que generar acciones para vender y vivir del propio trabajo, y eso requiere un profesional mayormente capacitado en otras cosas. Hablaba también de las redes sociales; se necesita que el artista se autopromocione, o que genere ciertas

Luego, todavía dentro de la facultad, hubo un festival infantil al que me invitaron a dar unas clases para niños y adolescentes; ahí comprendí mucho de lo que era la educación artística. Posteriormente, regresé a Chiapas, a la escuela donde me había iniciado, por casualidad entro como maestro y como director, y ahí ya empiezo a ser académico-administrador... Esas casualidades son cosas que te van formando.

actividades que le den visibilidad. Si no lo hace uno hay que ver quién y pagarle o llegar a un acuerdo, un intercambio. MB: Has buscado esta diversificación de manera muy consciente ¿cuál ha sido tu formación? MV: En un primer momento estudié en la Escuela de Artes Plásticas de Chiapas, donde se impartían dibujo y pintura solamente; una formación académica, con modelo y realista. Podías salirte un poquito del esquema, pero el maestro siempre te jalaba. La diversificación empieza cuando llego a la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, porque descubro nuevas técnicas: la serigrafía, el grabado, la litografía. Egresé de la licenciatura con la opción serigrafía, técnica que por sus propias características me permitía entrar al mercado laboral: podía imprimir playeras, carteles... en aquel entonces no existía la impresión digital. A la par de eso hice mi servicio social en la galería de la propia facultad, me involucré en –no existía la palabra curador- la selección de obra, el traslado, el embalaje, el montaje de exposiciones. Eso me permitió relacionarme con artistas ya consolidados; me di cuenta de cómo gestionaban ellos su obra. Me sorprendía llegar a un taller y ver que tenían una secretaria, una pequeña sala de exposición, un taller de producción; empecé a conocer mucho del ámbito profesional.

MB: Desde de tu experiencia como mediador ¿cómo ves el desarrollo artístico de la periferia? ¿Sigue siendo CDMX la medida del éxito? MV: Depende de en qué pensemos que consiste el éxito y en dónde quiera estar ubicado cada quien. La experiencia me permitió conocer que existen diferentes circuitos de obra; he expuesto en diferentes partes del mundo y lo que he descubierto es que la periferia en otros países es muy similar a la que vivimos en México: hay grandes centros culturales y hay artistas que se mueven en circuitos distintos, su producción es diferente y se relacionan con otros artistas que también están en otras periferias. Si el éxito lo evaluamos como exponer en los grandes museos, acceder a los grandes capitales y a las grandes galerías, siento que sí hay que estar en los centros, vivir allá, estar presente para poder tener esa visibilidad; depende de lo que cada quien quiera. La periferia me permite tener una oposición a lo que veo como un arte hegemónico que se distribuye en las grandes galerías, pero que no es exactamente el que me interesa. De una manera inteligente creo que hay que jugar en ambas bandas: tener un pie en el centro, porque eso te da visibilidad; pero tener un pie en la provincia, porque eso te permite generar una producción distinta, no que sea más libre, pero sí con menos necesidad de alinearte a un sistema. MB: ¿Qué hay de la diferencia entre creación y producción? MV: La producción artística involucra creación, imaginación y originalidad, hasta cierto punto, pero el artista es un

MB: Recién ingresaste al SNCA ¿qué cambia eso para ti? MV: Es un reconocimiento importante, a nivel nacional es algo que te da visibilidad, y que celebro porque me da también una solvencia económica; además, pocas veces se otorga a quienes vivimos en provincia. Cuando tuve la beca de Jóvenes Creadores del FONCA, recuerdo que éramos sólo tres personas las que íbamos de fuera -en 1994-. Los sistemas de selección han cambiado; sin embargo, todavía la mayoría de los beneficiarios vive en la Ciudad de México. Necesitamos sentir que a lo que le hemos apostado al final nos da visibilidad, pero también te da cierta tranquilidad para producir. Mi forma de producir es muy cara porque muchas de las cosas no las hago yo; yo hago un dibujo, una maqueta, pero finalmente lo terminan resolviendo un carpintero, mis asistentes… MB: Tienes gente que ejecuta tus ideas… MV: Sí, y ahí trataría de redondear con otra parte en la que he insistido mucho, que la actividad artística también implica desarrollo económico: yo le pago al carpintero, a mis asistentes; entonces mi taller no solamente me nutre a mí, también a otras personas. MB: Finalmente, ¿qué nos puedes contar de tu proyecto? MV: Es un proyecto en el rubro de escultura, siendo yo pintor. Se trata de una serie de estructuras muy similares a las de la construcción. Busco más bien obras que generen ambientes; lo que estoy trabajando no es una pieza que te llevas a tu casa, sino más bien que tiene que ver con el espacio expositivo, con cómo se relacionan las obras con el espacio que las contiene; les llamo obras escénicas. Me llamó mucho la atención que en una exposición en el Museo de Antropología de Xalapa, en 2017, la gente se acostaba o se metía dentro de las piezas; me di cuenta que eran muy corporales, hechas no sólo para la vista sino también para que la gente lo viva con su cuerpo. Fue una experiencia muy interesante, y al formular el proyecto para el SNCA lo pude conceptualizar y proponer.

Arte

productor. Discutía con mis alumnos sobre qué pasa con un artista que tiene una gran obra, ¿qué hace luego? Yo decía que es como una losa que tienes encima ¿no? ¿Cómo superar lo ya hecho? A veces simplemente estás produciendo: tienes un acierto y esa obra sale con mayor éxito en el mercado, pero tú tienes que seguir produciendo, y a lo mejor lo que sigue no es igual de relevante que lo anterior, pero tu labor es de producir. Sí pienso que hay un momento creativo donde le pegas y tienes éxito, pero hay otros en que simplemente cultivas una disciplina, un hacer.


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Ollin: Memoria en movimiento 6 Por Carlos Augusto

80 Aniversario del INAH

Torres Pérez*

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l pasado día 3 de febrero, se cumplieron 80 años de la creación de unas de las instituciones culturales más sólidas que se han creado no solo en nuestro país sino en el mundo, una institución que ha preservado la memoria y conciencia histórica de México con el objetivo de fortalecer nuestra identidad como nación, me refiero, desde luego al Instituto Nacional de Antropología e Historia. El patrimonio cultural es un elemento central de la identidad y la soberanía nacionales. Los valores que han unido a los mexicanos a lo largo de siglos se vuelven presente vivo a través de la investigación, la recuperación y el cuidado de ese universo patrimonial. Su investigación y conservación es una tarea indeclinable del estado como representante de la sociedad. Estas actividades son responsabilidad fundamental del Instituto Nacional de Antropología e Historia y constituyen las premisas básicas de su misión y el sentido social de su existencia. Su propósito es asegurar a los mexicanos del presente y del futuro el disfrute y la vocación social de ese patrimonio acrecentado cada día, consolidado y en mejores condiciones para su valoración. Su creación ha jugado un papel clave en la preservación de la herencia cultural de México y el mundo. Los primeros antecedentes de lo que ahora es nuestra noble institución se remontan a 1825 con la creación del Museo Nacional Mexicano; posteriormente en 1865 Maximiliano de Habsburgo instala en el Palacio Nacional, el Museo Público de Historia Natural, Arqueología e Historia. En 1917, como parte de la Secretaría de Agricultura y Fomento, se crea la Dirección de Estudios Arqueológicos y Etnográficos, que al año siguiente cambia el nombre por el de Dirección de Antropología; en 1925, es incorporada a la Secretaría de Educación Pública; luego, en 1930 se fusionan la Dirección de Arqueología y la Inspección General de Monumentos para constituir el Departamento de Monumentos Artísticos, Arqueológicos e históricos de la SEP, con las funciones siguientes: exploración de las zonas arqueológicas del país; vigilancia, conservación y restauración de monumentos arqueológicos, históricos y artísticos de la república, y los objetos que en ellos se encuentran. Es a finales de la década de los treinta del siglo pasado, que el entonces Presidente de la República, el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, presenta una iniciativa legal al Congreso con la finalidad de transformar el Departamento de Monumentos Artísticos, Arqueológicos e Históricos de la Secretaría de Educación Pública en un Instituto con personalidad jurídica y patrimonio propios. De esta manera, el 3 de febrero de 1939 fue creado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como un organismo público dedicado a la investigación, conservación, protección y difusión del patrimonio cultural de orden prehistórico, antropológico, arqueológico e histórico de México.

/// Gral. Lázaro Cárdenas visita Monte Albán [junto con Alfonso Caso]. 1937. N. de C. 370908. Fototeca Nacional INAH-Mediateca INAH.

Su primer Director General fue el antropólogo y arqueólogo mexicano Alfonso Caso; desde su fundación el INAH ha dirigido su mirada y sus acciones hacia este vasto horizonte que constituye el patrimonio cultural material e inmaterial de México. Su misión ha sido el fortalecimiento de la identidad y memoria histórica de la sociedad, mediante una de las funciones más complejas en nuestro país, la protección y defensa del patrimonio cultural nacional; por tanto, el INAH es, sin duda alguna, la institución que en la forma más correcta y más viable responde a los intereses nacionales. Es una institución con plena facultad normativa y rectora en materia de protección y conservación del patrimonio cultural tangible e intangible, que se encuentra a la

vanguardia gracias al nivel de excelencia de la investigación en antropología, arqueología, historia, restauración, museología y paleontología, así como de la formación de profesionales en el ámbito de su competencia. Sus actividades tienen un alto impacto social pues se ha hecho copartícipe con los diferentes niveles de gobierno y con la sociedad en el proceso de toma de decisiones de los planes y programas de desarrollo, para el diseño y ejecución de estrategias de conservación y conocimiento del patrimonio, así como de la memoria nacional. Debido a lo anterior el INAH se ha conformado como una de las instituciones más sólidas de América Latina la cual no tiene precedente por las diversas ramas que maneja en la investigación, la formación, el

/// Hombres instalan escultura de Tláloc de Coatlinchan, en el Museo Nacional de Antropología e Historia. 1964. N. de C. 229545. Agencia Casasola.

resguardo del patrimonio y su difusión. En 1988, el INAH quedó bajo la coordinación del recién constituido Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y a partir del mes de diciembre de 2015 y hasta la fecha, forma parte de la Secretaría de Cultura. Para atender su misión el Instituto Nacional de Antropología e Historia está conformado de la siguiente manera: la Dirección General, las Secretarías Técnica y Administrativa y por 7 coordinaciones nacionales sustantivas de Arqueología, Antropología, Difusión, Monumentos Históricos, Museos y Exposiciones, Conservación del Patrimonio Cultural y la de Centros INAH -cuenta con 31 centros INAH en los Estados de la República-. A través de esta estructura el INAH es responsable de proteger, conservar e investigar más de 110 mil monumentos históricos del siglo XVI al siglo XIX y más de 29 mil zonas arqueológicas de las cuales se tiene registro hasta la fecha. Tiene además a su cargo la operación de 191 zonas arqueológicas y una zona paleontológica abiertas al público, así como 5 Museos Nacionales (entre ellos el Museo Nacional de Antropología y el Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec), 20 Museos Regionales, 43 locales, 36 Museos de Sitio Arqueológico, 5 Museos de Sitio Históricos, 3 Museos Comunitarios y tres Metropolitanos. Más de 700 académicos colaboran en sus distintas labores de investigación, tarea que se complementa con la formación de profesionales en las escuelas superiores ligadas al instituto: la Escuela Nacional de Antropología e Historia en la CDMX; la Escuela de Antropología en el norte de México, en Chihuahua; así como la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía Manuel del Castillo Negrete también en

/// Restauradora del Centro INAH Zacatecas trabajando en Santa Prisca, Taxco, Guerrero. Foto: Juan Carlos Basabe, INAH-ZAC.


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/// Pirámide Votiva. Zona de Monumentos Arqueológicos “La Quemada”, Villanueva, Zacatecas. Foto: Juan Carlos Basabe, INAH-ZAC.

/// Pórtico del Museo de Guadalupe. Guadalupe, Zacatecas. Foto: Juan Carlos Basabe, INAH-ZAC.

/// Biblioteca del Museo de Guadalupe, Guadalupe, Zacatecas. Foto: Juan Carlos Basabe, INAH-ZAC.

/// Capilla de Santa María, Ocuilán, Estado de México. Foto: Héctor Montaño, INAH.

nos sociales, políticos y económicos que plantean dificultades para la conservación del patrimonio cultural, sea a causa de la tenencia de la tierra, a conflictos entre pueblos y etnias, a la generación de nueva infraestructura carretera, portuaria o aeroportuaria, de vías férreas, de minería y energéticos, y al crecimiento desordenado de centros urbanos; está presente en el

debate sobre la protección de recursos naturales y en los planes de desarrollo social, educativo y turístico, entre otros. Así pues, estando hoy ante el 80 aniversario de la creación del instituto y dentro del marco de los festejos conmemorativos, se crea la presente columna quincenal bajo el nombre de “Ollin: Diálogos con la memoria” con el objetivo de que esta celebración

sea lo menos endógena posible y comparta con el público en general, la historia y el quehacer cotidiano de esta importante institución. A lo largo de esta columna conoceremos los testimonios de un intenso recorrido por ámbitos multidisciplinarios en donde convergen cauces paleontológicos, arqueológicos, antropológicos, históricos, etnológicos, etnohistóricos y museográficos y entre cuyas metas principales se encuentra la difusión del patrimonio cultural y el conocimiento acumulado en estas 8 décadas por el instituto, con la finalidad de favorecer el aprecio por nuestros bienes patrimoniales y valores culturales. El objetivo es seguir avalando la expresión de que el INAH sabe leer su tiempo y sabe adentrarse en las más profundas y antiguas raíces de nuestro país. Definitivamente sin la presencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia, sus investigadores, especialistas y trabajadores, la historia de México no sería la misma. * Maestro en Restauración de Sitios y Monumentos Históricos. Director del Centro INAH Zacatecas.

80 Aniversario del INAH

la CDMX. Forma parte del INAH el Sistema Nacional de Fototecas (17 centros en la república con gran riqueza iconográfica); la Fonoteca Nacional; la Cinemateca; además de la Biblioteca de Antropología e Historia, acervo documental que reúne la mayor colección de publicaciones de carácter histórico y antropológico de México. En Zacatecas, el INAH a través de su Dirección Estatal, tiene a su cargo 3 Zonas Arqueológicas abiertas al público: “La Quemada”, en el municipio de Villanueva; “Alta Vista”, en el municipio de Chalchihuites; y la recientemente puesta en servicio para la visita pública “Cerro del Teúl”, en el municipio de Teúl de González Ortega; así como 2 museos: el Museo de Guadalupe -ubicado en magnífico inmueble que albergara al antiguo Colegio Apostólico de Propaganda Fide en Guadalupe- y el Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de Alta Vista. Cuenta también con la Biblioteca Especializada del Camino Real de Tierra Adentro que resguarda y pone a consulta pública el acervo “Federico Sescosse Lejeune”, el cual se compone de su biblioteca particular, su archivo personal y su fototeca. A través de la Dirección de Patrimonio Mundial, el INAH es la institución que representa al estado mexicano ante el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Ha presentado y producido la mayor parte los expedientes que dan origen a las inscripciones en la Lista del Patrimonio Mundial que distinguen a nuestro país como 1º en el continente y 6º a nivel mundial, así como las correspondientes al patrimonio cultural inmaterial y a la memoria del mundo; tan es así que en México contamos con 27 sitios de carácter cultural, 2 mixtos y 10 de patrimonio cultural inmaterial reconocidos como Patrimonio Mundial. En este contexto, Zacatecas cuenta con dos inscripciones en la Lista de Patrimonio Mundial, una de 1993 que corresponde al Centro Histórico de la Ciudad de Zacatecas; y la de Camino Real de Tierra Adentro del año 2010, el cual comprende 13 sitios distribuidos en 9 municipios (Ojocaliente, Guadalupe, Zacatecas, Pinos, Chalchihuites, Sombrerete, Fresnillo, Villa González Ortega y Noria de Ángeles). Sin la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de 1972 mucho de ese patrimonio que hoy nos enorgullece como muestra excepcional de nuestra cultura e identidad, se habría perdido. El Instituto intenta aplicar de manera integral las convenios que México ha suscrito dentro del ámbito de la UNESCO, así como el conjunto de cartas y recomendaciones que derivan de dichas convenciones y es parte de los protocolos de actuación bajo las normas internacionales. Debemos mencionar también que el Instituto sabe de emergencias, a lo largo de su historia ha implementado protocolos de actuación para atender bienes culturales afectados por fenomenos antropogénicos y desastres naturales tales como huracanes, inundaciones y terremotos entre otros, con lo cual se ha logrado atender, por ejemplo, los más de 2300 monumentos históricos y arqueológicos dañados durante los sismos de 2017 en 11 estados de la república. Asimismo, el INAH acompaña fenóme-


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Estrategia Nacional de Lectura: apuntes para un debate Promoción de la Lectura

6 Por Eduardo Campech

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a presentación de la Estrategia Nacional de Lectura hace una semana causó un revuelo momentáneo en Twitter. Fue tendencia sólo el domingo en que la dieron a conocer. No obstante, para quienes de alguna u otra manera estamos involucrados directamente en ese rubro nos es un tema de gran interés. También es probable que en próximos días se difunda algún documento oficial que permita analizar con más elementos la estrategia, la cual según se entiende, se inserta en un plan (también habría que saber cuál es). No obstante, a partir de los discursos en Mocorito me permito realizar algunas reflexiones. Se menciona como primer eje (Formativo) el que involucrará a escuelas y bibliotecas primordialmente. Ambas instituciones han operado programas de lectura desde hace muchos años. La ventaja que observo es que podrán articularse los esfuerzos y podría erradicarse esa dinámica semejante a aquel ejemplo que usaban en la primaria para explicarnos los vectores: dos asnos jalando para direcciones distintas. Hacia la década de los ochenta del siglo XX las bibliotecas públicas superaban con creces, en riqueza bibliográfica, a las escuelas. En los noventa y la primera década del siglo XXI la dinámica ser revirtió. Pero a pesar de tener libros atractivos, en sus momentos, los indicadores de lectura seguían igual. Además de la articulación mencionada arriba, la infraestructura permite abarcar todo el país. Sin embargo, tampoco hay que perder de vista que un gran porcentaje del personal bibliotecario y docente percibe la lectura como un castigo, un acto inútil, una penitencia susceptible de ser considerada como un décimo círculo infernal. Ese padecimiento lo transmiten a sus asistentes o alumnado. En más de una ocasión he compartido en este espacio anécdotas con docentes que no leen, prácticas terroristas que vacunan contra la lectura de manera eficaz. Y sin embargo, sus intenciones eran buenas. Los siguientes casos son de la entidad zacatecana, pero no son endémicos: Impartiendo el módulo I del Diplomado de Profesionalización de Mediadores de Lectura, había una asistente que alardeaba de gran experiencia en la formación de lectores. Algunas ocasiones la emoción le desbordaba rozando la arrogancia hacia sus compañeros. Al momento de reflexionar acerca de nuestras lecturas, sigilosamente pidió hablar conmigo en privado. Le di el espacio y ahí, titubeante, me confesó que no había leído un solo libro en su vida. A pesar de tener bajo su custodia el acervo del Programa Nacional Salas de Lectura (PNSL) y en el mismo estar el libro El ladrón de gallinas (el cual no tiene palabras, sólo imágenes), no lo había leído. Algo similar sucedió en una biblioteca pública. Al entrevistarme con el personal que realiza las actividades permanentes de fomento a la lectura, a la par de las quejas en torno

/// Biblioteca Vasconcelos.

al poco apoyo recibido por las autoridades, fundamentaban que su trabajo era menospreciado e invisible. Una habló de que el otro tenía que poner “de su bolsa” para adquirir el material del taller de pintura; el otro subrayaba las habilidades para el tejido de la otra. ¿Y los libros?, pregunté. No usamos libros, respondió tajante. Finalmente, el caso de la escuela. Van dos por el mismo párrafo: al llegar por parte de un programa operado desde la Biblioteca Central a una escuela, el director nos conduce al aula de sexto grado. En cuanto ingresamos el maestro se levanta y dice al grupo: “Ahí los dejo con estas personas, a mí no me gusta leer, al rato regreso”. El profesor regresó, pero sólo para interrumpir sistemáticamente la actividad. De acuerdo al programa los chicos deberían leer, ¿lo harían? Tiempo después acudí a un jardín de niños a narrar cuentos. De pronto me quedé sólo con trescientos pequeñitos entre tres y cinco años de edad. Providencialmente apareció un adulto en aquel mar infantil. Me solicitó que bajara el volumen del equipo de sonido porque las maestras estaban en un desayuno y no podían platicar. Afortunadamente estas experiencias no son generalizadas, desafortunadamente sí creo que son constantes. De ahí, por un lado, el acierto de denominar el primer eje (y tenerlo como tal), formativo. Los lectores nos formamos. Muchos de nosotros no requerimos de un mediador, pero también hay que decir que no fuimos tan expuestos a formatos audiovisuales como los son las generaciones jóvenes. Aquí otro punto a favor de lo que ha expresado Taibo II: la edición de obras ilustradas en el formato de historietas. Por otro lado parece inconsistente que teniendo a las bibliotecas públicas como espacio para articular la Estrategia se prescinda de la

experiencia arrojada por el trabajo en la Biblioteca Vasconcelos. No hay duda que en los últimos años ha sido referente nacional, e internacional, en torno al funcionamiento y servicio ideal que debe brindar un recinto como éste. Retomando los ejes, vayamos al segundo (Disponibilidad). No sólo se propone la edición de adaptaciones, se habla de ofrecer libros a bajo costo ($10 el ejemplar). Sin duda es una noticia bienvenida por los amantes de la lectura. Cierto, también lo he visto, que hay interés en la población por adquirir un libro pero la disyuntiva de leer y comer se inclina por el segundo verbo. No dudo que la experiencia de Taibo en el sector, aunado al talento y colaboración de personas cercanas a él, pueda producir ediciones atractivas y accesibles. Sin embargo, atendiendo a dos preguntas correspondientes al eje formativo “¿Quién y cómo se lee?”, cabría preguntarse si hay disposición de editar (o coeditar) los grandes éxitos del mercado, los cuales no siempre son de calidad, pero sí propician una dosis de fruición a sus fans. El precio de los libros es un argumento constante que esgrimen quienes no leen para explicar su conducta lectora. Si bien es verdad que el libro es casi un producto de lujo para la mayoría de los hogares mexicanos, también es cierto que hay toda una conducta cultural que puede explicar el por qué, como nación, no leemos. Si volvemos a los comentarios en redes sociales, nos percataremos que quienes celebramos la medida… somos lectores. Los primeros títulos que serán obsequiados, no hay que perder de vista, tienen una orientación nacionalista-revolucionaria. Algunas voces lo cuestionan, pero ¿cuál literatura está exenta de ideología? Lo lamentable sería que se omitieran otras visiones del mundo, otras posturas políticas, otras formas de vivir

y concebir la realidad. Porque esas virtudes que ofrece la lectura enumeradas en Sinaloa se vendrían abajo. Es necesaria la diversidad para comparar y ponderar. Finalmente, el tercer eje (Informativo) tiene como plataforma los medios de comunicación parece tomado (espero que mejorado y enriquecido) de las campañas publicitarias del Consejo Coordinador Empresarial. Ojalá y quienes participen, si es el esquema que aludo, sean personajes líderes de opinión y lectores. Ejercicios exitosos los hay: en España cantantes como Sabina y Serrat comparten poemas; en México, José Gordon hizo unas cápsulas fabulosas. “Imaginantes”. Me quedo con muchas dudas (no tanto por escepticismo como por falta de información), pero hay un par que hacen ruido en mi cabeza en tanto no aparecieron en los discursos (dicen que lo que no se nombra no existe): el PNSL y la capacitación. Ambos tópicos brillan por su ausencia. Si bien no se ha dicho que desaparezcan, tampoco se ha expresado lo contrario. Salas de Lectura cuenta con la participación de ciudanía de todos los estados del país. Hay un cuarto de siglo de experiencia, es un programa plural, incluyente, diverso, ciudadano. También es perfectible (en próximas colaboraciones ahondaré en el punto). Ojalá y su ausencia sea una omisión y no una decisión. (Para quien no lo conozca, invito vean el video en https://youtu.be/c5A8r-1NxAE). Respecto a la capacitación y formación, la mejor opinión la tienen quienes han recibido alguna, ¿les sirvió para su vida personal o profesional?, ¿les abrió otras posibilidades?, ¿fue útil?, ¿ha sido suficiente? Llevemos a la práctica, el debate, la discusión, el análisis, el debate, las propuestas derivadas de la Estrategia. Comentemos. Al fin somos lectores y todo lo anterior es propiciado por la lectura.


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Desayuno en Tiffany’s, mon ku

6 Por Carlos Belmonte

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Nuestro Tiempo ay autores y películas que suelen ser clasificados de demasiado contemplativos, de lentos en sus historias o incluso calificadas con frases como: “a la película le sobra una hora”. Este tipo de señalamientos se desprenden de claras comparaciones con el cine comercial de cortes entre encuadres y planos de un promedio de 4 a 6 segundos y con historias contadas de puntos A a B, es decir, historias lineales. El cine de Carlos Reygadas pone en escena historias con una mezcla de señalamiento social, caricatura política, cotidianidad familiar, intimidad de parejas y fragmentos autobiográficos. Todo esto narrado en un dispositivo que hace durar los planos “lo necesario” para crear atmósferas y sensaciones -recuperando las propias palabras del multipremiado (Mejor director en Cannes 2012 por Post Tenebras Lux) director mexicano- y por tanto, con un ritmo distinto a los habituales comerciales, series y programas de televisión. Para el lanzamiento y promoción de su nueva película Nuestro tiempo en Francia, Carlos Reygadas accedió a una entrevista para el Festival Viva México de París, dirigido por Bárbara Carroll y quien gentilmente nos hizo la propuesta de venir a realizarla en las oficinas de la distribuidora Les Films du Losange. La entrevista fue un calentamiento para la Master Class que Reygadas haría en la Universidad Sorbonne el mismo lunes 21 de enero. Carlos Belmonte Grey: ¿Tus películas se ven mejor en el extranjero que en México? Carlos Reygadas: No forzosamente. Siento que las películas que yo hago le gustan a poca gente en muchos países, y mucho a poca gente, con eso me basta. CBG: ¿Tu cine es de autor frente al cine popular? CR: Es un falso dilema, es un cine de autor o comercial que se hace para vender. Se hace por una necesidad interior. Popular no es una categoría, porque por popular qué se entiende, que es de fácil acceso, de temática popular. Puedo distinguir entre un cine que se hace por una necesidad anterior de un autor. Y un cine que es un producto cuyo objetivo o razón de ser es de vender boletos, videos o pases en internet. CBG: Entonces tu cine es de autor... CR: Mi cine es de autor porque las decisiones las tomo siguiendo mi intuición. Una intuición sensible. No es una razón comercial o una razón matemática, de que es lo que se supone que la gente quiere, porque eso es una abstracción. La gente no es una entidad que quiere una sola cosa. Aunque tal vez la mayoría de la gente quiere una cierta cosa, siempre habrá otros que quieren otras. De autor porque tomo mis decisiones, porque voy revelando una manera de

sentir. No es una terapia para sacar mis cosas, eso me parece erróneo. CBG: Tus temáticas... tienes películas que son un señalamiento político, caricatura de clases sociales y de intimidad personal... CR: Tengo miles de temáticas. Podemos hablar de futbol, amor, cosas muy elementales; de amor. Y seguramente tengo opiniones claras y a veces no, a veces dudas. Nunca he querido hacer una película de luchas de clases o señalamientos, pero los acabo haciendo porque me salen de adentro o son sensaciones que yo tengo; no son racionalizaciones. Las critico porque me salen de adentro, por burla, desdén, crítica. En esta película [Nuestro tiempo], no hay una crítica de luchas de clases. En un momento lo pensé, pero pensé que era un digresión a la película. El tema era un problema psicológico, humano. Algo que puede suceder en cualquier espacio y tiempo. Un comentario a estos miembros de la burguesía, si los tuviera que atacar, caería en una especie de dogmatismo que trato no hacer. Sólo es una película sicológica. Sería una debilidad de la película hacer algo dogmático. No cambio de temas, sólo hablo de diferentes temas, me interesan muchas cosas. Tienen también fragmentos autobiográficos: mi película más íntima es Luz Silenciosa. Y ésta, porque soy yo, mis hijos y mi mujer, pero no es personal. CBG: Cómo explicas la noción de “tiempo lento de los planos”, de “películas lentas”. ¿Cómo llegas a limitar la duración de tus cuadros y en seguida de tus planos-secuencia? CR: En las escuelas de cine te enseñan muchas cosas, pero no te pueden enseñar cuándo le des play y cuándo le des stop. Y tampoco el encuadre, te enseñan las teorías de las proporciones áureas. Pero tú decides los volúmenes. Son cosas que pasan por la intuición. En el cine igual que en la televisión sí hay una regla del tiempo o una velocidad estándar. Es una velocidad que

trata de informar, todo lo que se filma es sólo para informar una historia. Entonces ése es el tiempo que sirve para “ah, ya entendí y a lo que sigue”, es un tiempo informativo. Hay otro cine, donde de lo que se trata es de construir otra cosa, que va más allá o menos allá de la historia. Donde por ejemplo, me gusta construir el movimiento y la sensación de la cámara, del espacio, del sonido, sensación material de lo que vemos. Y en ese sentido no hay una regla mas que la propia intuición, del que decide cuándo se suelta la cámara, eso es el director. Sigo mi intuición. La sigo de manera natural y trato de lograr el ritmo interior. Es algo que nadie puede decir si es lento o rápido. Para mí, mis películas tienen el ritmo que deben tener. Pudo haber sido más lenta o más larga […] Es como ver un cuadro, que pudo haber sido más grande o tener más rayas [...] Me gustaba, cuando era joven, que la película fuera larga, porque sabía que iba a pasar mucho tiempo en el cine, obviamente si la película no me gustaba no lo disfrutaba igual. CBG: Piensas en la imagen de shock, de choque: el sexo, en Japón; la felación, escena de apertura en Batalla en el cielo; la resurrección, en Luz silenciosa; la golpiza al perro, en Post Tenebras Lux; la destripada del burro, en Nuestro Tiempo, entre otras... CR: No es una imagen de shock sino que es una lectura ideológica. A ti te parece de shock porque tal vez te choca el sexo, te choca ver un animal destruido. No son imágenes de choques, son imágenes poco habituales para cierto tipo de gentes, por ejemplo que los peones de este rancho han vivido muchas veces y que son importantes para sus vidas, porque son riesgos de su vida […] Entonces no es una imagen de shock, es una imagen. O sea, no hay imágenes de shock o de placer, hay imágenes necesarias e innecesarias. Por ejemplo el sexo en Japón era importante mostrarla para enseñar el carácter del hombre, voluntarioso, y de la mujer que

cumple su palabra; y mostrar sus cuerpos para ver sus problemas. La felación en Batalla en el cielo sirve para entrar en una dimensión estética, ética, específica, y que crea un mundo en tu imaginación; crean ambientes o un estado específico, porque estos monstruos, estas dos personas son totalmente normales. Me gusta mostrar a la gente ordinaria porque en las películas siempre hay gente extraordinaria, luego me dicen que pongo monstruos para llamar la atención. A mí me parece aberrante. En la bacanal de Revolución creo situaciones para atrapar imágenes y uno saca sus conclusiones y genera su significado. CBG: Pero sí juegas con la ambigüedad del cine documental. Porque provocas situaciones e imágenes. CR: Sí provoco situaciones e imágenes pero luego en el montaje yo intervengo. Hay dos procesos en la película: de una lado un aspecto presencial puramente existencial, y del otro uno narracional. Para mí capturar la materia es tener el sonido y la imagen en una especie de embudo. La pesca de las imágenes y sonidos se hace de una idea en forma de embudo, para darse el tiempo de crear algo específico. Para cerrar la charla, habría que comentar que Nuestro tiempo, que estuvo en Competición por el León de Oro en el Festival de Venecia 2018 ha recibido dos tipos de lecturas en lo tocante a lo social y a lo de género: de un lado, la lucha de clases entre patrones y mayordomos, de la cual el propio Reygadas ha sido testigo en el territorio galo; y por otro, de un revestido machismo naturalizante o bien, de un antimachismo libertario. * Entrevista realizada gracias al apoyo del Festival Viva México París. Por razones de espacio, las preguntas han sido resumidas y ciertas respuestas parafraseadas.

Cine

Carlos Reygadas, un cine de imágenes necesarias y tiempo materializador*


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LA GUALDRA NO. 370 /// 5 DE FEBRERO DE 2019

Año nuevo en perspectiva Río de Palabras

6 Por Carlos Flores

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uere el año y hay fiesta en casa. Una gran cena en familia. Todos felices viendo cómo el desalmado tiempo nos envejece cada vez más. Pero nadie parece notarlo a mi alrededor. Las copas chocan brindando por las cosas buenas que nos deseamos unos a otros y los vapores del alcohol hacen que me sienta un poco contento. Los abrazos, las uvas, la convivencia merecen que este día sea memorable, como cada año. Aunque las ausencias se noten al igual que las arrugas y los sobrinos pasaron de ser unos pequeños niños a púberes en el lapso de un ciclo. Llegó el año nuevo, y con él la entrega al trabajo cotidiano y la vida habitual. Pocas cosas habrá en éste, como las hubo en el pasado y en el antepasado, que valgan como algo novedoso: un viaje a un lugar no conocido, un concierto de algún artista que sea grato, algún alumno al que habría que rescatar de su ensimismamiento y hacerlo soportar la pesada carga del mundo de las letras, reuniones gratas con los amigos y, por supuesto, las reuniones familiares. El año nuevo, de un tiempo para acá, me pesa. El aliento de antes ya no es el mismo, me cuesta subir la escalera de la casa, caminar con mi perro que me jala cada más fuerte absorto por la multiplicidad de olores que distingue entre poste y poste. Mi cuerpo se niega a correr y saltar como antes, sólo accede moverse de vez en cuando al tratarse de amar o bailar. Quizá sea culpa mía por tratarlo como lo trato: mucha bebida, más comida y el confinamiento a una silla por más de ocho horas al día. El joven aquél que alguna vez fui ya no se refleja en el espejo del baño cuando el vapor se disipa. El rastrillo no se desliza igual por mi rostro. Pero lo más

6 Por Pilar Alba A todas las abuelas, sobre todo a Francisca, María del Pilar y Mamá Chole

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odos idealizamos los sitios en que ocurrió nuestra infancia, piensa mientras abre la reja que conduce al pasillo de la casa; los vemos enormes, les asignamos los colores que nos agradan, no estos colores secos y descoloridos. Toca las paredes como que-

6 Por Alberto Huerta

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o, no, de ninguna manera te puedo leer la mano, dijo la mujer fastidiada. El hombre no dijo nada, sólo se quedó mirándola con asombro. Tampoco puedo tirarte los huesos, ni leerte

cansado en ese semblante son los ojos, pues van perdiendo el brillo y se tornan amarillentos y rojizos; aún no desaparece la esperanza, pero cada vez esperan menos; se ven rastros de sueños, pero han sido tantas las frustraciones, que son lánguidos y perezosos, apenas se arrastran ahí dentro. Y no es que no sea feliz. Pues veo a mi alrededor y no hay motivos para no

serlo, a excepción de la inseguridad, la crisis, la corrupción, y esos restos de clasismo novohispano que impregnan a la sociedad zacatecana tanto en la vida social como académica, donde hay que rendir todavía pleitesía a quien no lo merece por el simple hecho de que está un escalón arriba. Se trata más bien de una madurez que tardó en llegar, y lo agradezco, don-

de el año nuevo se convierte en un año menos, en menos energía y menos fuerza para seguir luchando, pues se supone que a mi edad ya debería estar económicamente estable, pero no es así, por que los de atrás se atascaron todo el pastel. Una madurez que, espero, se convierta en sabiduría y paciencia ante la vida salvaje que me ofrece mi tiempo y espacio.

/// Otto Dix. El vendedor de fósforos. Staatsgalerie, Stuttgart. 1921.

Lugares de infancia riendo corroborar con el tacto lo que la vista le señala. Vamos creciendo y se nos caen los filtros; entonces el patio del recreo, la casa de la abuela, el corral del rancho, todos estos lugares en donde fuimos felices nos sorprenden al verlos tan

pequeñitos, tan distintos. Abre la puerta que conduce al cuarto, recostada en la cama la abuela lo ve entrar, mira en él la cara de desconcierto, la extrañeza se le refleja en los ojos cuando recorre detenidamente cada uno de

¡Úchale! el iris de los ojos, la ceniza del cigarro, el poso del café… no puedo hacer nada por

ti. Tu cuerpo no proyecta sombra. Mírate las palmas de las manos: están lisas,

los muebles del cuarto. Eres tú quien ha cambiado, le dice tiernamente adivinando sus pensamientos; ya se te quedó muy lejos la infancia. Los lugares no cambian, es tu inocencia la que se ha borrado.

no tienes líneas. Los muertos carecen de pasado, presente y futuro. Tu mirada es opaca. Tu piel es fría como la de las serpientes. Tu voz no tiene eco. Ninguna mujer besó tus labios ni te dijo palabras amorosas. No me quites el tiempo. Es mejor que te vayas… ¡Úchale!


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