SUPLEMENTO CULTURAL
NO. 405 /// 21 DE OCTUBRE DE 2019 /// AÑO 9
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Juan Carlos Pinto. De la serie “Los rastros solitarios de la luz”.
“En la urbe más grande del planeta, las soledades también son enormes. Obligados al aislamiento por el devenir de la cotidianidad, los solitarios acuden inadvertidamente a una sinfonía efímera en la que las cuerdas tensadas son el fluir del espacio y el peregrinaje de la luz. El tiempo se dilata y súbitamente ocurre la transformación. Florecen de claroscuro. Se marchitan con el maullido tartamudo del reloj. Desaparecen. Exiliados de un tiempo que ya no es sino una imagen, se convierten en los rastros de la luz”. Juan Carlos Pinto
[“La misma luz. Otros rastros, otros trazos. Juan Carlos Pinto”, por Magdalena Okhuysen, en pág. 3]
2
LA GUALDRA NO. 405 /// 21 DE OCTUBRE DE 2019 /// AÑO 9
La Gualdra No. 405
Editorial
E
l Festival Internacional de Teatro de Calle inició ya y esta semana compartimos con ustedes más información sobre los espectáculos y obras de los grupos nacionales. Plaza Bicentenario (funciones: 18:00 Hrs.) El lunes 21 y martes 22, la compañía Ráfaga Teatro (CDMX) presenta “Las futbolistas”: “Rapamisa es una empresa que se apodera de los recursos naturales de las comunidades indígenas. En la historia, nuestros tres héroes pertenecientes a una comunidad con buen juego de pelota (Saté) se sumergen en un torneo de fútbol para poder encarar a Mr. Rapamisa, pero antes deberán enfrentarse al equipo de fútbol profesional más temido, el comandado por Pristiano Boa Donaldo ‘Los Cobra juniors’”. El miércoles 23 y jueves 24, Coproducción La Quinta Teatro & Al Rescate Cía. (CDMX), participa con “La gran lucha del mundo” (teatro de calle y lucha libre): “Auto sacramental pagano y contemporáneo para plazas públicas. Siguiendo los estatutos de la lucha libre mexicana, el bando rudo y el bando técnico intentarán ganar el derecho a usar una máscara auténtica y no la que les es dictada. ¿Podrán acabar con el poderío de siglos de tradición? ¿Podrán renunciar a su belleza material y conseguir la libertad?”. Plazuela Miguel Auza El lunes 21 y martes 22, a las 19:00 y 20:30 Hrs., se presenta la compañía española Daniel Abreu, con el espectáculo “Más o menos inquietos”: “Trabajo a dúo para espacios no convencionales… En toda relación, siempre hay tres en juego. El campo es ese tercer elemento que se adhiere a dos y que al mismo tiempo los contiene. Este es el juego en este trabajo. Jugar con el tercero”. El miércoles 23 y jueves 24, a las 20:30 Hrs., la compañía zacatecana El Escarabajo, presenta “Trazo largo”: “Montaje escénico para espacios urbanos que busca interactuar con la condición trágica del ser humano en busca de un lugar que lo sostenga ante la existencia, aquí o allá da igual; los personajes de esta obra cargan a cuestas el pasado que se mantiene anclado a un presente que puede llevarlos mentalmente a un futuro incierto e inexistente. Dirección de Rosalina López”. El viernes 25 y sábado 26, a las 20:30 Hrs. toca el turno a DementeNmentE Teatro, de Zacatecas, con “Lula y el cuento del fin del mundo”: “En el mundo muchas personas están desapareciendo. Lula y Toño despiertan y no saben dónde están. Obra que se desarrolla en un contexto de fantasía y drama onírico, con elementos como las mojigangas y zancos, que darán vida a personajes del folclor mexicano
Contenido
como los nahuales y alebrijes. Dirección: Mayela Venegas y Ángel Martínez”. Plazuela Goitia El martes 22 y miércoles 23, a las 21:30 Hrs., se presenta “Macbeth nos quita el sueño”, a cargo de la compañía Patáfora Teatro, de CDMX: “Adaptación de La Tragedia de Macbeth de W. Shakespeare, revisitada desde el lenguaje del clown. Este espectáculo exhibe elementos escénicos tradicionales de la cultura escocesa como la vestimenta y la música. En esta versión, el ambiente de tragedia y oscuridad es reinterpretado desde la comedia, utilizando elementos propios del clown y recuperando de esta manera el teatro que Shakespeare creó: sin cuarta pared y propiciando la relación directa con el público. Dirección: Jesús Díaz”. El jueves 24 y viernes 25, a las 19:00 Hrs., se presenta el grupo zacatecano La Ciénega Teatro, con “Corralillo de comedias”: “La compañía ‘De la rueda’ tratará de acercar la historia de Lope de Rueda y sus pasos a los habitantes de cualquier calle que les permitan ser escuchados. El Corralillo de Comedias permitirá a los actores interactuar con el público y misteriosos personajes, para redescubrir la historia del teatro del Siglo de Oro Español a partir de los textos más representativos de Lope de Rueda. Dirección: Iván Guardado”. Y el sábado 26 y domingo 27, a las 19:00 Hrs., el grupo MoMo & Clepsidra Teatro (una coproducción México-Colombia) presenta “El ruiseñor y la rosa”: “Montaje para espacios urbanos, adaptación del cuento ‘El Ruiseñor y la Rosa’ escrito por Oscar Wilde, que pone en escena a artistas que, mediante el teatro, la danza y la acrobacia en zancos, reviven una de las temáticas más representativas de la literatura universal: el amor y la generosidad. Dirección: Claudia Solís y Giovanni Gambia”. Plaza de Armas Este lunes 21, a las 20:30 Hrs., Theater Tol, de Bélgica, presenta “Jardines de los ángeles”. El jueves 24, viernes 25 y sábado 26 (con doble función: 20:30 y 22:00 Hrs.), también en Plaza de Armas, se presentará la Antología “Lo mejor del teatro negro de Praga”, a cargo de Black Light Theatre Srnec, de la República Checa. La clausura estará a cargo de este grupo el domingo 27, a las 20:30 Hrs. Para más información, consulte el programa aquí.1 Que disfrute su lectura.
La misma luz. Otros rastros, otros trazos. Juan Carlos Pinto Por Magdalena Okhuysen
3
Los esposos de hielo cultivaban gladiolos Por Alma Rosa Fernández
4
Imaginar una calle Por Edgar Khonde En tu corazón Por Pilar Alba
5
El trabajo de las manos te ayuda a procesar lo que estás viviendo: Mariana Velázquez Por Maliyel Beverido
Ad Astra de James Gray: viaje al oscuro infinito Por Adolfo Nuñez J. La izquierda en el cine mexicano del siglo XX [Cuarta parte: el nacionalismo revolucionario de la década de los 40’s] Por Xavier Robles
6 7
8
Programa del Festival Internacional de Teatro de Calle Zacatecas 2019: https://issuu.com/convocatoriasizc/docs/programa_fict2019
1
Directorio
Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
3
21 DE OCTUBRE DE 2019
La misma luz. Otros rastros, otros trazos
Juan Carlos Pinto [Los rastros solitarios de la luz. Trazos de luz sonora]
t
Por Magdalena Okhuysen
E
n Los rastros solitarios de la luz, se trata la relación íntima, intrínseca entre el espacio urbano y sus habitantes, que parece que conocen de memoria ciertos tramos que conforman sus pequeños y sordos y quizá ciegos y a veces mudos recorridos cotidianos. Estos momentos significan un secreto, son los rastros de una intimidad acaso intransferible, salvo porque a quien se acerca lo suficiente le será dado adivinar qué movimientos se susurrarán entre esas líneas paralelas, en los vértices de las esquinas de alguna calle, de las escaleras que intersectan los caminos y el paso de los peatones que por ahí se desplazan para llegar a un destino cualquiera, como impulsados por un motor extraño que promueve este casi involuntario andar para alcanzar algo que se supone en cierta medida importante, que podría dejar de importar tal vez en cualquier momento y que, aun así, genera una dinámica autónoma. El latido, el pulso vital de esta animación impersonal, imperceptible, no reconocida siempre como propia, resulta en un pequeño poema que podría escribirse a diario, a pesar de toda la aparente monotonía de la soledad y la repetición, y quizá porque precisamente detrás de este latido palpita también la posibilidad de otra urbe, una más deseable. Juan Carlos Pinto nos regala estos poemas en las imágenes de esta colección que va integrando las piezas de un laberinto a través del cual la traza urbana se fragmenta para construir esa otra ciudad posible, imaginada y total, rodeada por la mirada y el deseo. La dimensión de los elementos urbanos y su elegante geometría es un rasgo fundamental en la composición de cada plano de esta serie; vemos la fortuna de un patrón, la fuga de la luz a lo largo de una retícula más o menos regular, con más o menos texturas; luces de un blanco casi radiante, o luces intermitentes, de trazos caprichosos, de líneas
con tajante contraste y límites rotundos frente a las sombras. Estamos ante una serie de imágenes construidas por rasgos fuertes, acentuados, y también por pequeñas estructuras que conforman repeticiones aparentes; muchas minúsculas piezas irregulares configuran una trama más o menos regular; la mirada emprende el recorrido de esa ciudad omnipresente que se abisma en este Tokio fragmentado. En cuestión de segundos, la luz avanza y transforma la geometría del espacio; es así que todas, prácticamente todas las imágenes que Pinto nos descubre en este ensayo, son
imágenes apenas posibles gracias al oficio de quien mira atentamente y a la disciplina de quien hace de la fugacidad materia del misterio revelado en sus mínimos instantes sutiles. Las imágenes de Pinto nos permiten acompañar la génesis de su delicada poética y del mecanismo técnico que la recrea: el atento y perfecto emplazamiento de la cámara, la conciencia plena de la hora exacta en que la luz formará esa malla delicada y perfecta que permita capturar la imagen efímera que, al momento mismo en que se plasma, se eterniza en un lugar sin otro tiempo que este simulacro de instantes perpetuos. No puedo pensar esta serie sin inscribirla en lo que considero que merece ser entendido como un ensayo fotográfico y visual; en ese orden: primero fotográfico y, alcanzada su plenitud, entonces visual: la luz siembra toda su inminencia en cada uno de los relatos que nos ofrece Juan Carlos; al servicio de la fotografía están la riqueza del valor tonal, el equilibrio con que se estructura la arquitectura de cada plano. Y en ese entramado aparece el sustrato de su poética visual, el verdadero espíritu que da aliento al fotógrafo para alimentar esa otra rutina, la verdaderamente deseada, y que nos es permitido imaginar: el recorrido cotidiano del artista que, entusiasmado, impulsado por esta nueva promesa del día a día, sale a la calle para buscar y encontrar el lugar preciso, para perseguir las historias todavía inexistentes, pero que serán plasmadas en imágenes por su latencia, por ser necesarias, indispensables; las imágenes viven ocultas en la potencia de esa urbe que, basada en el transcurso de su historia y de su inexorable devenir, ha construido en cada individuo que la habita una cotidianidad concreta y, por lo mismo, rutinaria. Pero esta rutina no es determinante; con asumida sencillez y contundencia un hecho curioso se plantea poéticamente en esta colección: la rutina también es parte de ese aliento vital que la ciudad absorbe como organismo que participa en el extraño, curioso y bellísimo fenómeno de su ser: la ciudad sin fin.
Artes visuales
En la urbe más grande del planeta, las soledades también son enormes. Obligados al aislamiento por el devenir de la cotidianidad, los solitarios acuden inadvertidamente a una sinfonía efímera en la que las cuerdas tensadas son el fluir del espacio y el peregrinaje de la luz. El tiempo se dilata y súbitamente ocurre la transformación. Florecen de claroscuro. Se marchitan con el maullido tartamudo del reloj. Desaparecen. Exiliados de un tiempo que ya no es sino una imagen, se convierten en los rastros de la luz. Juan Carlos Pinto
4
LA GUALDRA NO. 405
Río de palabras
Los esposos de hielo cultivaban gladiolos
/// Egon Schiele. Los amantes II. 1917. Museo Österreichische Galerie Belvedere, Viena, Austria.
t
Por Alma Rosa Fernández
L
a pareja plantó gladiolos y notó que la tierra era buena, entonces continuó con hortensias y margaritas. Entre raíces, abono y tijeras de podar, ella pensó que la mayoría de las flores tenía un nombre de género femenino: dalia, alcatraz, malva, maravilla, rosa, azucena, violeta. Él, como si fuera capaz de leer los pensamientos de su esposa, enumeró mentalmente algunos nombres masculinos: crisantemos, narcisos y jacintos. También distinguió nombres compuestos y abstractos: manos de oso, nochebuena, nomeolvides, pensamientos, etcétera. Mientras observaban sus cultivos, la pareja decidió que no tendría hijos. El vientre de la mujer no daría vida a niñas con carita de alhelí ni a varones con las manos doradas como el trigo. El abrazo entre ellos no fue siempre necesario. El mundo vegetal les había mostrado otro tipo de placer y de ansia. Su amor no buscaba la forma o quizá sí, pero para negarla. Para devorarse sin carne, para gritar por dentro, acallar la voz del mundo y de las cosas, para gemir como los lobos, que huyen y también son libres. En el amarillo del girasol, y en las esporas, estaba la inmortalidad. Las mañanas de los esposos transcurrían escuchando el rumor de las raíces. Comprendían otra lengua y otro saber. Sus corazones vivían agitados casi siempre. Era melancolía o un sentimiento así. Alguna vez, quizá más de una, ella se tiró bajo el césped. Se quitó la ropa. Toda. Su piel se mojó de rocío. Y tembló. Hubo catarinas en su cabello. Buscar nacer otra vez. Pero no como hombre. Ser algo distinto: un grano de mostaza, un pez, una montaña, una canción.
La esposa dormía. En un movimiento primitivo, sus piernas se abrían, como se han abierto miles de piernas de mujer a través de los siglos. En el subterráneo, el remover de los escarabajos y el latir de las plantas. Él la veía. Miraba el cuerpo de su esposa aún joven, fuerte, lista para herir. Su vientre soñaba. Él no yacía en brazos de Hipnos: el futuro de su estirpe, sí. Era un sueño largo y profundo. ¿Así duermen los ángeles en el cielo? ¿Así durmió Luzbel cerca de Dios? Qué bella la jacaranda cargada de flores y el durazno preñado y oloroso. En la casa de los gladiolos viven marido y mujer. No importa la iglesia que los casó ni el ídolo al que oran. Una mañana llegaron de blancos los dos. Hubo muslos desnudos de la esposa antes, cuando se tiraba a dormir bajo los árboles. Él la veía. Sus ojos la tocaban como sólo puede hacerlo el otro amante: aquél que ve y no palpa. Los dos sabían que el misterio no tiene forma. Atrapar la apariencia era búsqueda estéril. Preferían ser luciérnagas en la oscuridad. Pequeñas chispas de este mundo que se abandonan a sus deseos. Sus cuerpos no estaban hechos para la violencia y la consumación. Era un tipo de amantes distintos. En el jardín, él se echaba junto a ella, la besaba. Hubo un tiempo de besos, mucho antes. Después no. La esposa no despertaba. El marido la besaba dormida. El amor pasó por el cuerpo como fantasma. Breves caricias, apenas un roce tenue de hermanos. La intención de una mano sobre el sexo. Las piernas de la esposa seguían abiertas mientras él la estrechaba junto a su cuerpo. Los árboles entonaban una canción de cuna. En las ramas, los nidos se mecían; en el jardín, los esposos se arrullaban. Parecían dos cuerpos muertos o demasiado vivos. Es
entonces cuando la existencia asusta. Y era justo el sosiego, el silencio de las aves y el crecimiento de los tallos. Ella despertaba para cerrar las piernas, se cubría con las manos. Así los dos dormían. Sólo eso. La relación de la pareja fue silenciosa. Mudos y absortos compartían la mesa. Cada uno preso de sus pensamientos. Deglutían los alimentos despacio y en orden. Cuando sus miradas se encontraban por casualidad, volteaban nerviosamente hacía el plato. Estuvieron juntos toda una vida huyendo uno del otro. Luego evitaron todo tipo de contacto: visual, verbal y también físico. No era que no se amaran, tal vez lo hacían demasiado. Habían convertido su existencia en un cristal frágil y hermoso. Temían a la cotidianidad. Preferían no conocerse, no hablarse, jamás penetrar en el mundo del otro. Así podían mantenerse siempre deseables. Porque se desea lo que no se posee y se busca lo ignorado. Su filosofía de amor era dolorosa, pero los mantenía temblorosamente en el paraíso de “las primeras veces”. La pareja pretendía no agotar las sensaciones, su intención era preservarlas en el estado más primitivo posible. Su orgasmo se nutría del sueño y de lo imposible. Dormían juntos, pero no se contaban sus miedos. Nunca exploraron todos los rincones de sus cuerpos, apenas y frotaron su piel. Fueron siempre vírgenes. Sólo hubo pocas y tenues caricias sin sendero alguno. Temerosos de quebrar su espejismo, su ideal del amor; prefirieron el silencio, ser intocados. Eran ambiciosos, lucharon por lo infinito, lo inconmensurable. Su corazón glaciar sólo engendró un jardín perfecto de gladiolos blancos, crema, amarillos, anaranjados y púrpuras. *Extraído de A donde corren las niñas. (Pictographia editorial, 2013).
5
21 DE OCTUBRE DE 2019
Imaginar una calle t
Por Edgar Khonde
Río de palabras
I
maginas un grito. Un grito profundo y aullado a medianoche; justo cuando los vecinos, la mayoría duermen, y los muy pocos que quedan despiertos esperan asustarse con un terror nocturno para guarecerse en las cobijas. Luego imaginas un choque, porque esta calle que estás imaginando es una calle de ciudad. Una calle desenfadada y sin miedo a ser asaltada por terroristas taciturnos. Una calle estruendosa que en medio del asalto se convierte de pronto en un vigilante y vengador anónimo. Imaginas que sucede el choque, que nadie lo ve y que entonces no se sabe si ocurrió, si existe, o si sólo fue un espejismo que trasnochaba emborrachándose con la jauría de espantos. Imaginas quizá una aparición. No la típica de sábanas flotantes sino una más cercana a figuras de extraterrestres y monstruos espaciales; esto con el objeto de que si alguien la descubre, dude de su existencia y más bien piense que es un delirio etílico. La cosa es que lo importante sea la calle, que sea grande, que puedan circularla mil automóviles simultáneamente y tenga la capacidad de contener una manifestación, grupos de choque, escudos humanos y antimotines, para que si quiere, se convierta en una verbena. Imaginas que esa verbena reclama los derechos sobre algo inalienable, por ejemplo: el derecho a no conducir o el derecho a no trabajar o un tema por el estilo, algo que tenga asegurado el éxito y la simpatía social para que esa calle sea recordada como el punto cero de la protesta. Te imaginas ahora la calle llena de gente, de gente que está decidida a no moverse de ahí, que tiene como arma el elemento de la inmovilidad, de no hacer nada hasta que sus demandas no sean suscritas y promulgadas como leyes y que el nombre
/// Jean-Michel Basquiat. 1960-1988.
de ese día luego sea celebrado con el nombre de la calle. ¿Entiendes ahora por qué debes imaginar una buena calle? Una calle con fuerza, cachonda, con fuego, con mucho fuego. Puedes imaginar una hoguera en medio de la calle si eso te sirve y un baile alre-
dedor de la misma. Si quieres puedes quemar la realidad en el incendio, o quemar plata como homenaje a Ricardo Piglia. Nadie te va a acusar de nada, es tu imaginación y en ese sueño puedes imaginar la calle como se te pegue la gana, pero procura que
sea grande, por lo que te he estado explicando. Yo te pediría un favor, ponle una banda sonora. Porque una calle necesita música, la que quieras, no te pido nada en especial. Ahora, lo esencial, el nombre de la calle, porque esa calle pasará a la historia.
En tu corazón t
Por Pilar Alba
E
n tu corazón, en ese lugar quiero meterme: en tu corazón. Entraré por una rendija entre tu uña y carne, lo haré en forma de astilla que se clava para insertarse en las venas, para que ellas puedan conducirme a
través de tu sangre a tu ventrículo izquierdo. Ahí instalada podré descansar un rato. Algunas veces lo único que haré será dormir todo el día, para por la noche aparecerme en tus sueños. Dentro de ti iré contigo a todas partes. Sabré todo lo que haces, los lugares que visitas, las personas que conoces;
también podré agitarme para hacer bombear tu sangre cuando alguien se acerque a tu lado con intenciones de amor, confundirás la ilusión con síntomas de enfermedad, con presiones arteriales. El médico te dirá que no es nada, que es cosa de no preocuparse. Pasado el susto deambularé en tu cora-
zón, a cada rato le traeré mi recuerdo para que no me olvides y me tengas siempre presente, tanto que creerás que me llevas dentro, y así será, pero no te revelaré mi secreto; hasta que un día ya sea inevitable, porque uno no puede vivir siempre dentro de otra persona. Saldré súbitamente… aún no sé si será en un suspiro o un estornudo o tal vez, para continuar con el romanticismo, mejor lo haga en una lágrima. Así deslizándome de tu ojo a tu mejilla seré borrada con el dorso de tu mano de tu cara y también de tu memoria.
6
LA GUALDRA NO. 405
El trabajo de las manos te ayuda a procesar lo que estás viviendo: Mariana Velázquez Arte
t Por Maliyel Beverido
M
ariana Velázquez acaba de ser distinguida como Creador Artístico por el Sistema Nacional de Creadores de Arte. Tiene más de 30 años en el oficio. Además de desarrollar su propio lenguaje plástico ha sido promotora y organizadora de encuentros, coloquios y seminarios en torno al trabajo del barro. Ahora que se aproxima la 9ª Bienal de Cerámica Utilitaria Contemporánea, platicamos de su trayectoria en su hermoso taller ubicado en Zoncuantla, en la zona conurbada de Xalapa. Maliyel Beverido: ¿Cómo fue tu iniciación en la cerámica? Mariana Velázquez: En los talleres de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana. Allí conocí a dos ceramistas que han sido importantísimos en mi vida: Maria Bofil, de quien aprendí el amor y la pasión por el oficio, y Kitoichi Kishimoto que me enseñó el trabajo del torno. Pero no entré a los talleres con la intención de aprender cerámica. Como podías entrar a todos estuve un tiempo en escultura, otro tiempo en grabado y así. En esa época justamente fue cuando llegó Maria Bofil de España, y allí quedé atrapada en el barro. Pero sobre todo, he aprendido viendo trabajar a los ceramistas.
MB: Ahora tienes un espléndido taller de producción y de aprendizaje... MV: Mira, es un taller que estoy contenta de tener. Cuando volví a Xalapa, después de estar 10 años fuera, decidí que mi taller tenía que ser algo vivo, que iba a haber
mucha gente trabajando. Creo que lo he logrado, es un taller a donde le gusta venir a la gente. Siempre he creído que el oficio de la cerámica te da como varias posibilidades, hasta en lo personal, porque tienes que trabajar la paciencia, la frustración, igual que el gozo y el
placer. Entonces, por un lado el taller me permite crear mi obra, y funciona también haciendo cosas utilitarias, sobre todo vajillas, y eso me gusta porque cuando las personas me buscan, ya sea para piezas utilitarias o para obra, ven las posibilidades que tiene el barro.
Cuento con dos asistentes (Luciano Molina y Nicolás Ramírez) lo que me permite también hacer locuras. Por ejemplo, yo hacía piezas pequeñas y un día pensé qué pasaría si hago murales, es mi taller, tengo el espacio y tengo el equipo, y si no me salen no se va a perder nada. Entonces los comencé a hacer, y es algo que me gusta mucho, de hecho es algo de lo que puedo vivir, de los murales e instalaciones. Y también de mi taller he aprendido la disciplina. La cerámica es un oficio muy caro, que no puedes tomar como un hobby, al menos yo no lo he tomado así; se necesita un orden, una disciplina, seguir normas. Y sí aprendo mucho con los que vienen a aprender y con la gente que trabaja conmigo porque, otra vez, insisto, todos tenemos diferentes habilidades, y reconocer las habilidades de cada quien mejora el resultado. MB: En tu taller recibes alumnos y también has tenido a otros ceramistas invitados a compartir su sabiduría o su técnica... MV: Mira, lo he dicho y lo confirmo, aparte de que puedo vivir de mi oficio, la cerámica me ha
7
21 DE OCTUBRE DE 2019
MB: También has hecho sesiones de sensibilización a la cerámica, o sea, abarcas desde el primer contacto hasta la especialización. MV: Creo que me tomo muy en serio mi profesión: una es mi área de creación, la otra es de enseñanza. Hay que estar muy consciente del gran compromiso en el momento en que viene alguien con curiosidad por la cerámica, entonces pienso que le voy a enseñar lo mejor que yo sé de hacer cerámica con el equipo que tengo. Nada me asegura que ellos vayan a ser ceramistas, pero sí que van a ser más sensibles a todo lo relacionado con la cerámica. Aparte de mis alumnos regulares, algunos ya de varios años, este verano vinieron varios jóvenes, unas estudiantes de Diseño Industrial y uno de arquitectura, y fue como muy enriquecedor para todos. Eso me hace sentirme muy contenta porque no sé qué camino vaya a tomar nadie, pero sí creo que el hecho de trabajar con las manos, con el barro, ver todo el proceso, es algo que se les va a quedar por siempre. MB: Acabas de tener esta exposición en el Museo de Arte Popular, que se llama Jardín interior. Me llaman los nombres de tus exposiciones, como Reverencia, Paisajes de barro, Memoria ancestral, Mirar al sur, Nostalgia, Rituales, Contrastes, Sueños de la tierra… ¿qué pistas nos dan esos nombres sobre tu obra? MV: Toda mi obra, yo creo, la tomo de la naturaleza, de las formas, de lo que a mí me da el entorno. En donde me encuentre hago bocetos, tomo fotos, y los voy guardando y siempre creo que de ahí va a salir algo. Y la otra es que soy dada a lo ritual, a lo espiritual, y para mí la vida siempre es como una reverencia y a todo le busco la magia. Como ver mi jardín, ver las flores, y ver ese proceso
Arte
dado muchas relaciones de amistad, y he podido conocer a ceramistas, del país y de fuera, que son muy buenos. Justamente María Bofil, que fue mi maestra y que es una mujer que tiene 82 años y sigue haciendo cerámica, ha venido aquí a dar un curso que para mí fue, pues un gran honor. Siempre trato de invitar a ceramistas de alto nivel que puedan aportar algo a los aprendices. De España han venido Rafa Pérezy María Bofil, Toni Hambleton de Puerto Rico, Graciela Olio de Argentina, Javier del Cueto de México. Acaba de estar Juan Ortí, ceramista escultor en torno, yo tomé un curso con él hace tres años y así se dio el contacto.
que justamente las flores me han enseñado, que yo relaciono mucho con la cerámica; ves un botón y tú quieres ya ver la flor, y esa flor puede tardar hasta dos meses en abrir. MB: Y tienes que tener la paciencia de esperar… MV: Sí, y así es la cerámica: haces la pieza, se tiene que secar, se tiene que hacer una quema, se tiene que vidriar y luego otra quema… o sea, es todo un proceso y ahí es donde se trabaja la paciencia y a veces la frustración, porque pueden entrar bien las piezas al horno y el fuego hace su trabajo las cambia, todo esto que hace la magia de la cerámica. Y la otra es que siempre he creído que con el trabajo de las manos, y la intención que le des, puedes procesar lo que estás viviendo, ya sea bueno o malo, al final el horno trasmuta todo esto y siempre vas a tener piezas muy bellas ¿no? Ésa es la magia que a mí me ha dado la cerámica y que yo trato de trasmitirle a todos los que se acercan para conocer este oficio. MB: Ahora hay una profusión de talleres en Xalapa, en la región, Zoncuantla se volvió de repente tierra de ceramistas ¿qué te parece esto? ¿A qué crees que se deba? MV: Yo creo que es en general en todo el
país donde hay mucha gente haciendo cerámica. Yo insisto en que es esa magia, esa necesidad de los humanos ante el mundo que tenemos de buscar un espacio interno y externo en donde nos podamos sentir bien. Trabajar con el barro pues es estar trabajando con los cuatro elementos y entonces eso te hace sentir muchas cosas. Creo que está bien que prolifere el oficio. No conozco todo lo que se está haciendo. En Xalapa se han abierto más talleres, sí, pero también en Guadalajara, en Zacatecas, en Chihuahua. Y hay muchos eventos, y eso ha hecho que mucha gente intente instalarse y mostrar su trabajo. MB: ¿Crees que ahora haya ahora un mayor acceso a los medios técnicos? MV: Bueno, desde luego las redes han tenido un papel muy importante, ya que ahora puedes ver ahí a ceramistas de todo el mundo. Y todo lo encuentras en tutoriales ¿no? Eso lleva un riesgo muy sutil, porque si te puede dar mucho, como información o ideas. Pero también hace que parezca fácil. Muchas veces llega la gente y dice “yo quiero hacer una pieza igual que esta” porque ya la vio en un video, y no le sale. Entonces siempre les estoy diciendo, bueno, a ver, ¿cuántos años crees que le llevó a este ceramista llegar a esto?
MB: Se acaba de cerrar la convocatoria a la 9ª Bienal de Cerámica Utilitaria Contemporánea, que por primera vez se llevará a cabo fuera de la Ciudad de México. Las ocho ediciones anteriores fueron convocadas por el Museo Franz Mayer, pero con el cambio de dirección se descartó la novena, así que el Instituto Veracruzano de la Cultura (que se encuentra en transición para volverse Secretaría de Cultura) decidió retomar el proyecto y llevar esta bienal a Xalapa. Con esta bienal se pretende fomentar el trabajo de los llamados artistas del fuego, así como promover el diseño contemporáneo, fortalecer y estimular la reflexión, creatividad y calidad del trabajo en cerámica. MV: Considero que la bienal es algo muy importante. Ésta es la novena, y yo he estado muy de cerca desde el principio, he visto cómo ha ido mejorando la calidad, he visto cómo ha aumentado la participación, hay más participación de diseñadores, de arquitectos, y hay una selección más rigurosa. Te puedo decir de la 8ª bienal, que fue en el museo Franz Mayer, de veras era un nivel muy alto, en cuanto a técnica y propuestas, entonces eso es muy bueno, y muy importante. MB: ¿Significa un gran cambio el hecho de que sea en “provincia”? MV: No lo sabemos aún. Yo creo que sí, pero no te lo puedo asegurar. Pero te puedo decir que las bienales o los concursos son importantes primero porque te permite conocer lo que se está haciendo en todo el país, en diferentes áreas y diferentes técnicas, y sobre todo ubicarte, a ver cómo estás tú con tu trabajo con respecto a los demás, y es importante, para poder crecer, ver el trabajo que hay y las otras propuestas. A lo mejor estás muy bien y qué bueno, le sigues, pero si no, te sirve para eso, si lo sabes aprovechar. No sé hasta cuándo va a haber bienales. También está el premio de Tlaquepaque, y la otra bienal que no sabemos si se va seguir haciendo, que es la de Tijuana. Esto depende mucho de las circunstancias en que estamos viviendo. Entonces no sabemos. Pero la de Xalapa pues hay que aprovecharla.
8
LA GUALDRA NO. 405 /// 21 DE OCTUBRE DE 2019
Cine
Ad Astra de James Gray: viaje al oscuro infinito t
Por Adolfo Nuñez J.
E
l astronauta y militar Roy McBride (Brad Pitt) es el encargado de dirigir un equipo ubicado en una torreta que llega hasta la estratosfera, y cuyo objetivo es localizar formas de vida extraterrestre. Un día un repentino aumento de energía que casi le cuesta la vida a Roy se vuelve el último de una larga serie de catástrofes en la Tierra causadas por explosiones radioactivas de origen desconocido. El gobierno estadounidense concluye que estos fenómenos son producto de rayos cósmicos que surgen en algún punto cercano al planeta Neptuno, lugar donde se llevó a cabo el Proyecto Lima, una de las misiones de exploración espacial más importantes y cuyo destino es incierto. Dicha exploración fue comandada por el padre de Roy, Clifford McBride (Tommy Lee Jones), un astronauta legendario cuyos rastros se han perdido. A pesar de que Roy cree que su padre está muerto, es consciente de que gracias a él y su legado ha llegado hasta donde se encuentra, al haber heredado su convicción, resistencia y disciplina; éstas son las razones por las que decide emprender un viaje al cosmos hacia Neptuno en busca de algunas respuestas
t Por Xavier Robles a gran mayoría de las películas y cineastas que podrían considerarse de izquierda en los años 40’s están caracterizados por el nacionalismo revolucionario y la propagación de las conductas y modos sociales de “lo mexicano”, imitando de manera paradójica, pero no antagónica, los modelos hollywoodenses. La llamada “Época de oro” del cine mexicano es abundante en melodramas, que, como ya comenté, es un género concebido para controlar y manipular las emociones y sentimientos de las clases trabajadoras. Estos melodramas se producían fundamentalmente en beneficio de una burguesía pujante y nacionalista que estaba creciendo y desarrollándose por todo el país, al amparo de las políticas gubernamentales de Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán, primero, y posteriormente se consolidaron durante los regímenes sexenales de Adolfo Ruiz Cortines y de Adolfo López Mateos. Los creadores más importantes de un cine mexicano de izquierda de la época fueron Emilio el Indio Fernández, Alejandro Galindo, Roberto Gavaldón, Julio Bracho y ya hacia finales de la década, Luis Buñuel. Entre los escritores que pudiéramos caracterizar como de izquierda estaban Mauricio Magdaleno, José Revueltas, Juan de la Cabada, Julio Alejandro y Luis Alcoriza. Ya en la década de los 50’s comenzaba a hacer sus pininos Emilio Carballido. Algunas obras trascendentes fueron escritas por los propios directores. Emilio el Indio Fernández amaba lo mexicano y enaltecía el modo de vida sencillo de la gente del campo. Se consideraba de izquierda y fue un
L
sobre el universo, su padre y sobre él mismo. En Ad Astra (2019) el director James Gray habla sobre las fallas de los padres, y cómo los hijos deben cargar con ellas al definirse como individuos. El realizador se enfoca en el vacío existencial de su protagonista, cuya condición le genera una creciente represión emocional durante su viaje hacia lo desconocido. A lo largo de su trayecto, Roy considera indispensable el no relacionarse con otras personas que le lleguen a distraer en su misión y le hagan olvidar cuál es su objetivo en primer lugar. Él
es consciente de que el contacto humano en su labor es inevitable, pero aún así no está interesado en la realidad de quienes lo rodean, se siente completamente vivo sólo cuando está al borde de la atmósfera de la Tierra, alejado de todos. En esencia, la ideología de Roy representa la masculinidad tóxica a raíz del patriotismo heroico y que también es abordada en First Man (2018), donde vemos a hombres maduros que se muestran evasivos a las emociones que deben resolver en la Tierra, razón principal por la cual deciden abandonarla.
En el caso de Roy, la razón de su aislamiento emocional es su padre, quien lo abandonó cuando era niño, lo que le impidió establecer una intimidad en sus relaciones personales. A través de diálogos en voz en off, el director interioriza en las tribulaciones físicas y emocionales de su personaje, lugar donde el filme cobra claras reminiscencias con Solaris (1972), Apocalypse Now (1978), así como con la reciente First Reformed (2018). El filme está fuertemente anclado a la realidad y sus problemáticas actuales, y lejos de ser una visión utópica o futurista muestra a la Luna, Marte y otros planetas como estaciones colonizadas donde el ser humano continúa peleando por los recursos. La oscuridad inherente en la visión de Gray está lejos de corresponder al optimismo de filmes de ciencia ficción recientes, y cuya propuesta estética a su vez contrasta con el preciosismo visual del cinematógrafo Hoyte Van Hoytema. A manera de introspección, en Ad Astra el cineasta habla de verdades que no quieren ser escuchadas, de aceptarlas y encontrar consuelo en dicho proceso. Así pues, somos testigos de un viaje al corazón de la oscuridad donde su protagonista explora la vastedad del espacio y el vacío del infinito para encontrarse a sí mismo.
La izquierda en el cine mexicano del siglo XX [Cuarta parte: El nacionalismo revolucionario de la década de los 40’s]1
cineasta definitivo en la concepción de un cine absolutamente nacionalista. Bajo esa óptica filmó películas sobre los hombres y mujeres que hicieron la Revolución, en la que él participó como soldado del pueblo. Sin embargo su discurso, en algunas ocasiones retórico, y su machismo exacerbado, no favorecieron a sus filmes. Su escritor favorito, Mauricio Magdaleno, era quizá más consecuente con las ideas de la izquierda, que finalmente acaban manifestándose con las poderosas imágenes
y el rico discurso visual del Indio. El tono melodramático que impregnaba sus películas tampoco ayudaba mucho a Emilio Fernández para que pudiera ser considerado un cineasta o un ícono de la izquierda. Sus filmes más trascendentes, en este sentido, fueron Las abandonadas (1944), La Perla (1945), Enamorada (1946), Río Escondido (1947) y Pueblerina (1948), estas dos últimas las que en lo personal me parecen sus mejores películas. En Río Escondido hay que destacar que una
maestra de escuela representa el compromiso con la educación campesina y popular, y ello deriva en la muerte del terrateniente opresor de un pequeño pueblo rural. En cuanto a Pueblerina, no hay quizá en toda la filmografía mexicana un filme tan amorosamente dedicado a los hombres sencillos del campo. 1 Cuarta entrega de la serie de textos escritos y facilitados por el escritor de libros cinematográficos, Xavier Robles (Rojo amanecer, 1989; Los motivos de luz, 1986). Robles, siempre comprometido con los movimientos sociales de izquierda en México, nos comparte los ensayos que esperamos aporten reflexión sobre el cine. Nota de Carlos Belmonte Grey.