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Por Ma. Cristina Morales Viramontes

la peregrinación han experimentado cambios, ya que en sus inicios se apoyaban por carretones para llevar los enseres necesarios para el viaje, como cobijas, ropa y comida; poste - riormente empezaron a acompañarse de camiones y camionetas, y con el tiempo tomaron auge las peregrina - ciones de bicicletas.

Regresando a la forma de la pe - regrinación tradicional a pie, esta también ha experimentado cambios, ya que cuando utilizan automóviles o autobuses se trata de acompañar a los peregrinos en las paradas obliga - das tradicionales ya establecidas; los vehículos llevan los artículos indis - pensables, aunque con el tiempo han aumentado. Antes se paraba solo a descansar, pero con la llegada de la televisión resultaba en un momento dado importante parar para ver la telenovela; actualmente lo importante es ponerse al día en los mensajes del celular y tal vez tomarse la selfie en cada punto importante del camino. La peregrinación, aunque sigue su tra - yecto tradicional y no varían los sitios de las paradas -en los que continúa la tradición de rezar el rosario, y si es posible bañarse y cambiarse-, en el camino los esperan ahora las perso - nas del lugar para obsequiarlos ya sea con alimentos, agua fresca y atole; de esa forma se hace más llevadera la caminata.

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Actualmente, en cada una de las fechas arriban al santuario más de 10,000 peregrinos por todos los medios posibles, ya sea a pie, en ca - miones, bicicletas, o en sus vehículos particulares. El lugar se convierte en una gran feria-mercado donde los feligreses encuentran todo tipo de productos, desde la tierra curativa de San Juan procedente del lugar, que venden en terrones formados en un molde con la imagen de la virgen; cajeta de leche y productos lácteos de la región; además de ofrecer por otra parte lo referente al culto a la virgen: velas y veladoras, libros de oraciones o de historias de santos, rosarios, estampas, novenas... además de productos curativos como yerbas medicinales o pomadas que “todo lo curan”.

Como una clásica feria también habrá prendas de ropa de moda o novedosos juguetes para los niños, sin faltar las cobijas o toallas con la imagen no solo de la virgen sino de diversas representaciones religiosas. Por supuesto que no faltan los fo - tógrafos. El sitio también ha crecido mucho; antes todos visitantes llegaban a la casa del peregrino, ahora hay va - rios hoteles de diferentes categorías y abundan los lugares para comer.

* Antropóloga Social. Investiga- dora del Centro INAH Zacatecas.

/// Procesión en un poblado en camino a San Juan de los Lagos. Sistema Nacional de fototecas- INAH. Catálogo 196787.

Ollin: Memoria en Movimiento

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