SUPLEMENTO CULTURAL
NO. 446 /// 7 DE SEPTIEMBRE DE 2020 /// AÑO 10
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Museo Rafael Coronel. Zacatecas. Foto de Juan Carlos Basabe.
El 8 de septiembre celebramos el aniversario de la fundación de la ciudad de Zacatecas (1546). Con este motivo compartimos con ustedes esta imagen de portada, una vista nocturna del ex templo de San Francisco fundado alrededor del año 1567 y que en el siglo XX fuera remodelado y adecuado para albergar la colección de arte popular mexicano del artista zacatecano Rafael Coronel. La contingencia por el Covid-19 nos impide celebrar como en años anteriores esta fecha, pero no evitará jamás que digamos con orgullo lo mucho que amamos a nuestra ciudad. ¡Que viva Zacatecas!
[Imágenes y poesía para Zacatecas, en páginas centrales]
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LA GUALDRA NO. 446 /// 7 DE SEPTIEMBRE DE 2020 /// AÑO 10
La Gualdra No. 446
Editorial El 8 de septiembre celebramos el aniversario de la fundación de la ciudad de Zacatecas (1546). Con este motivo compartimos con ustedes, en nuestra portada, una vista nocturna del ex templo de San Francisco fundado alrededor del año 1567 y que en el siglo XX fuera remodelado y adecuado para albergar la colección de arte popular mexicano del artista zacatecano Rafael Coronel. Hoy el museo que lleva su nombre es el más visitado después del que se encuentra en el Cerro de La Bufa, quizá por lo atractivo de los cientos de máscaras que ahí se exhiben, o por la majestuosidad del edificio, uno de los más antiguos de esta ciudad que está de festejo por su 474 aniversario. Otra serie de fotografías de nuestra ciudad y dos poemas de Ramón López Velarde y Roberto Cabral del Hoyo, respectivamente, se encuentran en las páginas centrales de esta edición: Imagen y poesía para Zacatecas, a manera de celebración. Disfruto enormemente de mi ciudad todos los días, aun y cuando en los últimos meses todo ha cambiado y las circunstancias nos han obligado a estar la mayor parte del tiempo en casa; lo verdaderamente maravilloso es que aunque tengamos viviendo aquí muchos años, no terminamos por conocerla del todo, su belleza es inagotable. Hablamos constantemente de la riqueza de su patrimonio cultural -tangible e intangible-, de su gastronomía, arquitectura, historia, literatura, arte, tradiciones, museos, de sus artistas... entre más conozco de ella más la admiro y más orgullosa me siento de vivir aquí. Los zacatecanos amamos nuestra ciudad; todos la amamos de manera diferente, es cierto; pero en el fondo, este pedazo de tierra lleno de historia y de potente belleza nos ha condicionado para ser como somos... hablamos cantadito, nos gustan el baile y la fiesta, comer asado de boda, nopales, tunas, birria y barbacoa, queso de tuna, de cabra y de nueces de Santa Inés; nos encantan las melcochas, los ates de membrillo y manzana, el mezcal. Vemos -con ventaja- la luna en el Cerro de la Bufa y nos maravillamos también de su cielo cruel y sus inigualables luces. Enamorados estamos del sonido
de las campanas de sus templos, nos alegra ver cómo cada mañana llegan al centro los señores a vender aguamiel en un burrito, que los tamales se sigan vendiendo en las esquinas -muchos calentados al calor del bracero-, que haya campechanas en la Av. Hidalgo al igual que los dulces de leche y coco exhibidos en vitrinas. Los zacatecanos escuchamos con gusto la tambora de las callejoneadas los fines de semana, la música de la Banda del Estado los jueves, los conciertos en el Teatro Calderón; disfrutamos de sus festivales, vemos teatro y escuchamos a los narradores en las calles. En ellas también vemos las danzas de los matlachines, la Procesión del Silencio, las peregrinaciones a la Bufa y las cabalgatas anuales, las Morismas... escuchamos a los músicos tocando en el Portal de Rosales y cantamos con orgullo La Marcha de Zacatecas -más aún si estamos lejos de aquí-. Los zacatecanos, como los demás habitantes de este país, estamos sufriendo el embate de una pandemia de la que no alcanzamos todavía a ver su fin. Son ya más de 600 los muertos a causa de este virus en nuestro Estado; con este duelo llegamos 474 años después del descubrimiento de las minas de Zacatecas, pero nunca con desánimo. La historia nos dice que algunas de las características distintivas de los originarios de esta tierra son su espíritu fuerte y combativo, así como su ánimo, tesón y fortaleza para superar las adversidades; superaremos este grave problema de salud y económico tarde o temprano. La contingencia por el Covid-19 nos impide celebrar como en años anteriores esta fecha, pero no evitará jamás que digamos con orgullo lo mucho que amamos a nuestra ciudad; nada nublará el empeño que pondremos para recuperar lo perdido; como lo hemos hecho en épocas anteriores habremos de encontrar en medio de esta crisis la oportunidad para salir fortalecidos. Los zacatecanos saldremos adelante y volveremos a disfrutar de nuestra ciudad llena de arte. ¡Que viva Zacatecas! Que disfrute su lectura.
Contenido Bajo el volcán Estoy esperando a que pase mi casa por aquí para meterme en ella Por Mauricio Flores
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Imágenes y poesía para Zacatecas
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Los programas de fiesta en Tultepec La función del oficio gráfico, su transformación en la era tecnológica y su importancia simbólico-social [Segunda parte] Por Ángel Solano
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Entonces… Por Pilar Alba
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Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
Directorio
Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
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Bajo el volcán
6 Por Mauricio Flores* …he transformado, yo solo, mi vida en la muerte en vida… no hubo hora, ni momento de ebriedad, ni mi muerte continua, que no valiera la pena; no hubo ni el menor desecho, ni siquiera de las peores horas, ni una sola gota de mezcal que no haya transformado en oro puro, ni tampoco un solo trago al que no haya hecho cantar. M. L.
S
e le considera como una de las grandes novelas mexicanas, aunque escrita por un autor extranjero. Se habrá leído en repetidísimas ocasiones, estudiado asimismo en abundancia. Con todo, no publicada de la mejor manera, correspondiente a su grandeza reconocida sin reserva, por lo que descubrirla en mesas de novedades resulta de antemano una beneficiosa noticia. Es Bajo el volcán, una obra que cargada de contenidos universales y personales, Malcom Lowry (19091957) entregó a su editor en 1947. “Cumbre” también de la novelística universal del siglo XX, Bajo el volcán es, a un tiempo, tratado de suma y retrato de época. De ahí la importancia de ofrecérsele a un nuevo lector, que el editor imagina joven, una vez sabido su devenir en el tiempo, sus diversas interpretaciones y reinterpretaciones. Por esto mismo la editorial Random House observó en el narrador mexicano Julián Herbert a la persona idónea para prologarla. (La traducción corresponde a la original de Raúl Ortiz y Ortiz, antes publicada por ERA y Tusquets, corregida décadas después por el mismo traductor). Muchos materiales tendrán quienes deseen adentrarse en el universo literario lowryano. Sus biografías y ensayos se multiplican con los años, a la par de la publicación de su obra, ahora completa, aun con algunos recientes hallazgos. Tal el caso de Rumbo al mar Blanco (Malpaso), redimida del fuego, el abandono y el olvido para beneficio de sus lectores. Que Bajo el volcán, los acontecimientos suceden alrededor de una celebración de muertos, en noviembre, retrata como pocas novelas al país lo sabemos de tiempo atrás. Como también que en ella hay mucho desamor, alcohol y poco o casi nada de esperanza. El México (presente) que el autor identificó como “lugar de encuentro… de la humanidad en sí, pira de Bierce y puente de Hart Crane, arena ancestral de conflictos raciales y políticos de todo tipo… donde un pintoresco pueblo vernáculo y genial profesa una religión que puede describirse a grandes rasgos como la de la muerte”. Tal vez haya poco por añadir. Adentrarse una vez más en su lectura, el imperativo. Si bien rescatar alguna de las “tres ideas” que Herbert antecede en la nueva versión, y que relaciona a Lowry con el escritor mexicano José Revueltas (ambas personalidades llenas de amor, alcoholismo, destierro, reclusión, fatalidad y búsqueda
y persecución personal). Cita a Revueltas el prologuista: “Todavía no hemos llegado al nivel de la gran novela norteamericana o europea. ¿Qué gran novela mexicana hay comparable a Bajo el volcán, de Malcom Lowry? Yo sería el más ferviente admirador y subordinado de un Malcom Lowry mexicano”. Lado moridor Para Herbert, las obras literarias de Revueltas y Lowry podrían abrazarse con el término de “lado moridor”, es decir, a partir de sus intenciones de organizadoras de la realidad y sus dimensiones. “Si José —en El luto humano o en las
primeras páginas de Los días terrenales— borda tal tesitura al amparo de metáforas bíblicas, para Malcom serán la Divina comedia y el Fausto, de Marlowe la doble matriz simbólica de donde emerjan las imágenes siniestras que son leitmotiv de Bajo el volcán”. “La vida trágica —no existe otra— está determinada —perece decirnos Lowry— por un movimiento circular que nos devuelve una y otra vez a los mismos lugares —Parián, Oaxaca, Quauhnáhuac—, sino sobre todo a las mismas representaciones plásticas de lo insondable: un perro callejero, un caballo herrado con el número siete, un indígena sombrerudo y moribundo, dos volcanes enamorados, una
botella de tequila oculta entre las flores del jardín del Edén—… ¨Veo que la tierra anda¨, dice el Cónsul en el ápice— de uno de los pasajes más hermosos y tétricos de la historia de la literatura, ¨estoy esperando a que pase mi casa por aquí para meterme en ella¨. Y el chiste, expuesto desde el estado de fiebre perfecta que insufla el aguardiente de las almas, logra sonar a condena”. ¿Qué significa volver a (re) leer Bajo el volcán?, se pregunta Herbert para contestar: “…volver a la habitación del monstruo original. Dejar para otro momento los alegatos autocompasivos en favor de la libertad de autodestrucción. Aceptar que la vida es una cárcel más horrenda y majestuosa que mi comprensión o mi voluntad. Aceptar que el arte, el arte profundo y verdadero, eso que llaman lo Sublime, todavía puede fulminarme. Aceptar que la banalización, la novedad, la levedad incluso —un valor estético que aprecio mucho— no siempre salvan”. ¿Le gusta este jardín que es suyo? ¡Evite que sus hijos lo destruyan! Bajo el volcán, de nuevo en las manos del lector, la novela que Margerie Bonner, segunda esposa del autor, rescató heroicamente del incendio que destruyera, el 7 de junio de 1944, la guarida del matrimonio en la Columbia Británica. Malcolm Lowry, Bajo el volcán, Traducción Raúl Ortiz y Ortiz, Prólogo Julián Herbert, Random House, México, 2020. * @mauflos
Op. Cit.
Estoy esperando a que pase mi casa por aquí para meterme en ella
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LA GUALDRA NO. 446
Imágenes y poesía para Zacatecas 474 aniversario de Zacatecas
Fotografías de Juan Carlos Basabe
/// Acueducto de Zacatecas
6 Por Ramón López
Velarde
He de encomiar en verso sincerista la capital bizarra de mi Estado, que es un cielo cruel y una tierra colorada. Una frialdad unánime en el ambiente, y unas recatadas señoritas con rostro de manzana, ilustraciones prófugas de las cajas de pasas. Católicos de Pedro el Ermitaño y jacobinos de época terciaria.
/// Capilla en el Cerro de La Bufa
/// CIudadela del Arte, al fondo el templo de Santo Domingo
La bizarra capital de mi estado (Y se odian los unos a los otros con buena fe). Una típica montaña que, fingiendo un corcel que se encabrita, al dorso lleva una capilla, alzada al Patrocinio de la Virgen.
Altas y bajas del terreno, que son siempre una broma pesada. Y una Catedral, y una campana mayor que cuando suena, simultánea
/// Catedral Basílica de Zacatecas
con el primer clarín del primer gallo, en las avemarías, me da lástima que no la escuche el Papa. Porque la cristiandad entonces clama cual si fuese su queja más urgida la vibración metálica, y al concurrir ese clamor concéntrico del bronce, en el ánima del ánima, se siente que las aguas del bautismo nos corren por los huesos y otra vez nos penetran y nos lavan.
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Imágenes y poesía para Zacatecas Fotografías de Juan Carlos Basabe
6 Por Roberto Cabral del
Hoyo
Antes que la mordaza de la muerte trunque mi voz, y rueden mis luceros, en un canto permíteme envolverte, vieja y triste Ciudad de los Mineros.
/// San Agustín. Portada lateral
/// Fuente de los Conquistadores
Proemio Te debo una canción, un himno fuerte y sano como tú, por mis primeros
andares indecisos, que la suerte condujo por la paz de tus senderos.
/// Templo de Santo Domingo
Toda ternura partirá la ofrenda, hecha con este anhelo vagabundo de levantar bajo mi sol tu tienda. Argentífero alud, vientre fecundo que en pretéritos siglos de leyenda volcó su cornucopia sobre el mundo.
474 aniversario de Zacatecas
/// Escultura de Pancho Villa en el Cerro de La Bufa
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LA GUALDRA NO. 446
Los programas de fiesta en Tultepec
La función del oficio gráfico, su transformación en la era tecnológica y su importancia simbólico-social
Tradiciones
[Segunda parte] 6 Por Ángel Solano*
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a semana pasada hablamos de cómo el impresor Rodolfo Torices Ramírez realiza este tipo de programas de las festividades desde hace más 25 años en una de las imprentas más importantes en Tultepec; pero ¿cómo son esos programas impresos?
Características de los programas La función de los programas es invitar a la comunidad a participar de las actividades festivas en honor a un santo o advocación mariana, venerados en alguno de los nueve barrios que constituyen el municipio de Tultepec en recintos privados construidos por los diferentes gremios (músicos, campesinos, pirotécnicos, etc.) o en las actividades de las fiestas “mayores” que involucran al pueblo en su conjunto: las ofrecidas a San Juan de Dios y la Virgen de Loreto (8 marzo y 8 septiembre respectivamente). Este tipo de impresos es un testimonio escrito y visual de lo cotidiano relacionado con la estructura social y simbólica que gesta las celebraciones populares en nuestro contexto contemporáneo. Como lo explican Amparo Sevilla y María Ana Portal… “La fiesta es la forma privilegiada de conmemorar, recordar, abrir y cerrar etapas; de concretar la noción temporal vinculada a los ciclos biológico, histórico y cósmico. Es por ello por lo que las fiestas forman sistemas, los cuales se pueden observar en los calendarios festivos”1. En este sentido, los programas son la materialización de dichos calendarios y la relación que sus sistemas juegan como soporte para la permanencia de los festejos pagano-religiosos dentro de un contexto global. En el cuerpo del programa podemos enlistar diversas características que lo componen, por ejemplo, la imagen que aparece como una constante y que es tomada de pinturas, de internet o de fotografías de los santos venerados en las capillas del pueblo [Fig. 1]. La tipografía de los encabezados es ostentosa; el mayor puntaje le pertenece al nombre del personaje en cuestión, por lo que se pueden encontrar paralelismos con los carteles que anuncian luchas o propaganda relacionada con bailes de banda y música tropical [Fig. 2].
/// Fig. 2. Detalle del programa de las “Solemnes fiestas religiosas en honor a la santísima virgen de La Piedad”. 2017. Autor: Rodolfo Torices Ramírez. Impresión original. Colección Ángel Solano. En este fragmento se presenta la tipografía alusiva a la advocación mariana que da nombre al barrio y que recuerda las pintas de bardas y anuncios relacionados con grupos musicales tropicales o con eventos de lucha libre. También se encuentra parte del diseño ornamental que el impresor ha incorporado a los carteles y que surge de apropiaciones del cotidiano relacionado con la pirotecnia.
/// Fig. 1. Algunas de las imágenes que acompañan el programa son apropiaciones de íconos provenientes de diversas fuentes. En muchas ocasiones, fotografías de la escultura del santo que se localiza en los templos y otras veces representaciones tomadas de sitios de internet. También existen elementos sobrepuestos que acompañan la imagen del santo como cielos, flores y textos.
En los carteles encontramos, además, un primer enunciado que hace referencia al motivo por el que se genera esa serie de actividades; este párrafo puede leerse como: Solemnes fiestas religiosas en honor a; también, en una variante muy cercana: Solemnes festividades en honor de. Un párrafo ubicado en la parte inferior, del nombre del santo, nos da el contexto físico al describir el lugar puntual en donde se adora la imagen homenajeada. Por ejemplo, en el programa de las fiestas en honor al Arcángel San Rafael del año 2011 [Fig. 3] se lee el siguiente texto: “Que se venera en el Barrio de Ixtlahuaca, Tultepec, Edo. de México”, de tal modo, esta mención otorga pertenencia y particularidad al festejo, ya que solo ahí se realizará. Un subtítulo al centro indica el inicio del Programa, palabra que da pie a dos columnas casi simétricas que enlistan, por un lado, las fechas y actividades y por otro proporcionan reconocimiento público a las personas involucradas en los diversos rituales y celebraciones que dan cuerpo a la fiesta. Un fenómeno especial se presenta en algunos de los programas donde se localizan nombres seguidos por el gráfico de una cruz, esto simboliza que la persona ha muerto. Sin embargo, estos individuos siguen participando “activamente” en la realización de los
/// Fig. 3. Programa de las “Solemnes fiestas religiosas en honor al Arcángel San Rafael”, 2011. Autor: Rodolfo Torices Ramírez. Colección Ángel Solano.
festejos como si continuaran vivos [Fig. 4]. Esta acción deviene en un homenaje póstumo que los familiares del finado realizan. Un acto ritual que favorezca el tránsito del alma de su ser amando a un mejor contexto. Otro aspecto de importancia es el tiempo, enmarcado por los días que duran las actividades de cada celebración. Muchos de los festejos tienen un período aproximado que va
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Tradiciones
/// Fig. 4 Ejemplo de algunos programas en donde se incluye como participantes activos a personas que han muerto. En esta imagen se muestran tres extractos de diferentes programas y podemos localizar los nombres seguidos de un paréntesis con una cruz en el centro.
/// Fig. 5. Programa de las solemnes fiestas religiosas en honor a San Antonio de Padua, 2015. Autor: Rodolfo Torices Ramírez. Impresión digital blanco y negro. 2018. Colección Ángel Solano.
de los 12 a los 13 días y en los que se incluyen los 9 días previos a las actividades paganas, el novenario. Este rito es encomendado, como su nombre lo indica, a nueve personas o familias distintas y se relaciona propiamente con rituales religiosos (oraciones o misas). Los programas de fiesta también son un testimonio de los sistemas de apoyo relacionados con la comunidad que las preserva y contiene. Podemos observar en el cuerpo del texto datos que son referente de dichos sucesos. Por ejemplo, en el Programa de las solemnes fiestas religiosas en honor a San Antonio de Padua, del año 2015 [Fig. 5], que se venera en el barrio del mismo nombre, encontramos actividades de interacción con otros grupos, asociaciones y barrios. Estos círculos externos, fungen como donadores y regalan elementos pirotécnicos para su uso dentro del barrio al que visitan; cabe mencionar que de esta manera ayudan a subsanar los gastos que las fiestas producen. Como intercambio, el barrio que recibe las donaciones se volverá donador cuando llegue la celebración de la parroquia o gremio que en ese momento lo apoya. Por tal motivo el programa debe incluir, como una actividad de gran importancia y emoción, la descripción de esas interacciones comunales. De tal manera, se encuentran las siguientes frases: “Calurosa recepción del club de jóvenes de La Piedad con su ofrenda pirotécnica”, “Grandiosa quema de castillos y juegos pirotécnicos por parte de…”, “Vistoso castillo de día donado por…”, “Calurosa recepción de la sociedad y mayordomos del Barrio de Guadalupe, con su ofrenda pirotécnica”, entre otras. Esta estructura, que parece común, nos habla de la interacción de líneas y mapas que se cruzan para lograr la permanencia de la fiesta en la vida contemporánea; aunque las actividades festivas, por barrios, mantengan una identidad que puede parecer cerrada o local, en realidad es producto de la unidad colectiva y las actividades comunitarias, entonces una estructura mayor, el pueblo, está involucrada en cada una de las casi 100 actividades festivas que, hasta el día de hoy, el municipio de la pirotecnia genera cada año. Como aportación al diseño de cada cartel, los programas tienen un marco elaborado por el impresor y con características exclusivas por cada personaje homenajeado. En estos elementos, se pueden encontrar diversas formas y figuras que componen la estructura. Estos signos son una síntesis grafico-visual de la representación sacra a quien se rinde culto. Por ejemplo, los marcos florales se asocian a la Virgen de Guadalupe, mientras los marcos con peces, símbolo de salud, se relacionan con San Rafael [Fig. 6]. Las cualidades cromáticas de los programas se relacionan con propaganda o avisos de carácter popular, por ello su constitución muchas veces oscila entre el uso casi exclusivo de colores primarios y planos. Su fondo se mantiene con el color del papel (blanco ligeramente cálido) y contiene, en el centro, una marca de agua con la misma imagen del santo que aparece en el costado superior izquierdo de la composición. El uso del color está pensado para generar el contraste necesario sobre los lugares donde se pegan, en su mayoría se montan sobre bardas y postes que mantienen los grises de su naturaleza cromática.
Finalmente, es importante mencionar un dato “curioso” que se localiza en casi todos los programas y da contexto a la relación que la violencia mantiene con la fiesta. Frase que enfatiza los crecientes niveles de disturbios festivos: Los mayordomos y mesa directiva no se hacen responsables de cualquier incidente que pudiera suceder dentro de nuestras festividades. En siguientes ediciones de La Gualdra, continuaremos con la tercera y última parte de este artículo; hablaremos de la mesa directiva de San Rafael, el barrio que sufrió en la mañana de 1998.
/// Fig. 6. Algunos ejemplos de las figuras que acompañan los programas de fiesta. Estas formas son un símbolo que representa las cualidades del santo o la imagen venerada. Diseños realizados por Rodolfo Torices Ramírez. * Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (2018) 1
Sevilla y Portal, “Las fiestas en el ámbito urbano”, en: La antropología urbana de México, Ed. CONACULTA, UAM y FCE, [Coordinador, Néstor García Canclini]. México 2005, p. 345.
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LA GUALDRA NO. 446 // 7 DE SEPTIEMBRE DE 2020
6 Por Pilar Alba
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Entonces… asuma la responsabilidad de la decisión que finalmente tome. No le quede duda que cuando yo se lo digo estoy cien por ciento consciente de mi propuesta. No tema que
pueda arrepentirme, echarme para atrás o salir huyendo. Después de tomada su decisión pues los dos tendremos que atenernos a lo que consecuentemente venga. Ténga-
Río de Palabras
sted puede creerme o no. La decisión es suya. Usted será quien le ponga peso a estas humildes palabras. Será quien les dé credibilidad o las tilde de patrañas. Usted es quien tiene el poder de decisión, es quien tomará o no la propuesta. Será también usted quien
me confianza se lo digo, no albergue dudas en su pecho, le repito. La seriedad siempre es algo que me ha caracterizado, puede preguntarle a quien quiera, conocidos, amigos o vecinos. Cumplo lo que prometo, asumo la consecuencia de mi propuesta. Ándele no tema, ármese de valor, deme una respuesta. Entonces ¿qué?, ¿jala o se pandea?
/// Ismael Guardado nació en la ciudad de Ojocaliente, Zacatecas, el 13 de septiembre de 1942. Compartimos con ustedes una serie de retratos realizados por este artista zacatecano en la época que estuvo en la Academia de San Carlos para celebrar su cumpleaños. Las imágenes fueron tomadas de “Ismael Guardado. Obra reciente”. Consulte el catálogo completo, realizado por Arte Hoy Galería, en: https://issuu.com/artehoygaleriamx/docs/catalogo-ismael-guardado-obra-recie