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14 DE DICIEMBRE DE 2020
Desayuno en Tiffany’s, mon ku
[De cómo no poseer el amor] 6 Por Carlos Belmonte
Grey
“M
e di cuenta que para dejar de sufrir, tenía que entender que él no me pertenece. Que no nos pertenecemos. Que no me perteneces”, responde ella a su exmarido de quien se ha separado haciéndole creer que ella es la que tenía un amante, aunque fuera mentira. De otra manera, él nunca se habría atrevido a dejarla, a pesar de ya no ser feliz. Racionalizar el amor y la pasión, controlarla sabiendo que hay un fin y que habrá otro u otras. O bien, creer en el romántico idilio de la única y perfecta media alma que completa la mitad de uno propio. Desear a la mujer del amigo, o al amigo de la pareja; o a la compañera embarazada del amigo de la vida; o a la hermana de la amante en turno; fantasear con el tutor y darse cuenta que él fantasea con la amiga; aceptar al amante casado, pero con la consigna de que él debe seguir casado para conservar las no explicaciones; extrañar al amante ocasional de una noche o extrañar al amante prohibido. Ufff, la de combinaciones de las relaciones pasionales y amorosas que existen.
6 Por Adolfo Nuñez J.
R
uben (Riz Ahmed) es el baterista de Blackgammon, un dúo de heavy metal del que forma parte junto a su novia Lou (Olivia Cooke). En medio de una gira que recorre todo Estados Unidos, la pareja vive feliz dentro de una casa rodante que todas las noches se detiene en una ciudad distinta. Todo marcha bien hasta que un día, antes de una presentación, Ruben empieza a tener una molestia en sus oídos, y en cuestión de horas pierde por completo la audición. Con su mundo cambiado de la noche a la mañana, Ruben decide instalarse en un centro para personas que aprenden a lidiar con la pérdida de la audición, mientras que Lou regresa con su padre (Mathieu Amalric) a su natal París. El centro en el que se recluye Ruben es dirigido por Joe (Paul Raci), quien lo guía en su complicada transición y trata de ayudarlo a aceptar que lo que padece no se trata de una discapacidad. En este proceso Ruben conoce a toda una comunidad que ha aprendido a vivir dignamente sin escuchar ningún sonido, y poco a poco (aunque con ciertas reservas) comienza a aceptar su situación. En el cine independiente, cada tanto es co-
Una complicada mezcla la que ha realizado Emmanuel Mouret en su Les choses qu’on dit, les choses qu’on fait, que en su traducción al castellano sería: Las cosas que decimos, las cosas que hacemos, o Las cosas que se dicen, las cosas que se hacen, una ambigüedad buscada para jugar entre lo que debemos o nos dicen debemos de decir y, al final, pues las cosas que se hacen. Estelarizada por Camélia Jordana, Niels Schneider, Vincent Macaigne y Émilie De-
quenne, la película de Mouret se mueve en ambiente de jóvenes-adultos, profesionistas y parisinos que se supone tienen estabilidad en el amor, al menos eso se dice, pero no se hace. Es un vals de las dudas de los sentimientos y de los amores. O, como la crítica francesa lo ha etiquetado, un filme de marivaudage, de galanteos constantes, de una escritura como Marivaux. Mouret rompe el estereotipo del galán y la galana irresistibles para llevarnos por
diálogos a lo Denis Diderot: disertaciones de la razón y del control frente a la pasión, relegando clichés lacrimógenos. Una búsqueda que Mouret ya había iniciado desde Mademoiselle de Joncquières en 2018 sacada de la obra Jacques le Fataliste (Diderot, 1784). Diferentes horizontes para el mismo tema, la pareja, el amor y la infidelidad, y terminar con una oda a la individualidad que no al egoísmo, sino al principio de la no posesión. Incluso la mujer embarazada no nos pertenece y asume su deseo por el otro. El juego de los actores es la fuerza de la película, con la puesta en escena que busca poner en valor la gestualidad y la oralidad antes que la espectacularidad de la acción y de los cortes de tomas-contratomas, es más bien largas secuencias con los personajes moviéndose por el escenario. Una narración entrecortada por flashbacks que se complementan seguidos por elipsis. Les choses qu’on dit, les choses qu’on fait es parte de la selección de los Premios Lumières de la Prensa Extranjera en Francia y se apunta sin lugar a dudas como una de las favoritas en más de una sección. Además, a recordar que este décimo largometraje de Mouret estuvo nominado en el Festival de Cannes 2020, que no tuvo ligar en físico salvo algunas proyecciones posteriores.
Sound of metal, de Darius Marder
mún ver filmes que narran las dificultades de un personaje que dentro de una determinada condición, debe adaptarse y salir adelante frente a los golpes que le va dando la vida. Este estilo de cine, sumamente intimista, también se encuentra presente en Sound of metal (2020), ópera prima del director Darius Marder. Lo que separa a esta cinta de otras pro-
ducciones con un corte similar, es la especial atención que el realizador le da al diseño sonoro, que muta de acuerdo a los cambios que va experimentando su protagonista, y que hace del filme una experiencia visceral y muy introspectiva. Para reforzar estos aspectos, destaca de igual manera la brillante interpretación de Riz
Ahmed, quien nos hace entender todas las angustias e inseguridades de Ruben ante su situación actual, así como su posterior aprendizaje y crecimiento como una persona sorda. De esta manera el guion de la cinta, escrito por el propio Marder junto a su hermano Abraham (quien también se encargó del score), busca dignificar a esta comunidad de personas, que suelen ser excluidas y marginadas por sus diferencias, pero que logran adaptarse a las circunstancias y viven felices bajo sus propios términos. Al mismo tiempo, es un relato que muestra lo valiosos que llegan a ser esos momentos de quietud pura y que solo se pueden alcanzar cuando todo se encuentra en completo silencio. Es así como Sound of metal se vuelve un retrato humanista y sensible sobre la pérdida de una identidad y la posterior búsqueda de una nueva. Del mismo modo, se trata del complicado viaje de un personaje hacia un mundo completamente desconocido y de su resignación final ante los cambios abruptos de la vida y de aquello que no puede controlar.
Cine
Les choses qu’on dit, les choses qu’on fait: de Mouret