La Gualdra 636

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SUPLEMENTO CULTURAL

“Sería hasta 1862 cuando se expida una Bula, de manos del Papa Pío IX, para que quedara constituida la Diócesis de Zacatecas, la cual parece haber seguido, casi en su totalidad, el antecedente de 1738, salvo con algunas modificaciones. La erección canónica se llevó a cabo el 5 de junio de 1864, en la antigua Parroquia Mayor, ahora Catedral. Coronándose de esta manera los propósitos de obispos y zacatecanos”. Oscar Eduardo Ríos Pereida

[Más sobre los 160 años de la creación de la Diócesis de Zacatecas en esta edición]

DIR. JÁNEA
Catedral Basílica de Zacatecas. Foto de Juan Carlos Basabe.

La Gualdra No.

Así se refería Justo Sierra a Julio Ruelas en 1904, año en que decidió viajar a París a continuar con su formación como artista plástico, como un “pensador terrible, furente y delicado”, y lo era. No era ésta la primera vez que salía del país, había regresado en 1895 de Alemania para integrarse años después como colaborador en la Revista Moderna y como profesor en la Academia de San Carlos. Había permanecido 9 años en México, produciendo en su estudio de manera meticulosa, pero con la idea de regresar a Europa. Antes de partir, en los albores de fin de siglo, pintó a los señores Larque, juntos y separados. Dos de esos retratos, pequeños en formato y grandes en su ejecución, se encuentran en el Museo Francisco Goitia; tomó como modelos a su ayudante en el taller y a la esposa de éste y en esas dos piezas deja constancia de la delicadeza referida por don Justo Sierra, con cuya ayuda -gracias a la pensión que le otorgó- pudo viajar a la Ciudad Luz.

Pocos son los datos con los que contamos para hacer un relato detallado de cómo fue su estancia en la ciudad francesa, pero nos hemos quedado con aquéllos que nos hablan de que, tal y como lo hacía en la Ciudad de México, además de trabajar con tesón, pronto se integró a un ambiente bohemio en el que los excesos fluían de manera natural. Su consumo de tabaco es de lo más conocido, y también se ha sabido de su asiduidad al alcohol -vino y cerveza principalmente-, lo que agravó su estado de salud.

Posiblemente la tuberculosis que padecía fue contraída en México; sus pulmones estaban seriamente afectados, de tal suerte que en Europa sufría con frecuencia de accesos de tos y debilitamiento general. De Francia viajó a Suiza por lo menos en dos ocasiones con la esperanza de que el clima de ese país pudiera serle benéfico y de

"Parecías, sencillo, pero eras complicado, enfermizo y alegre, vigoroso y cenceño, en apariencia frívolo, más en cada diseño, ¡qué pensador terrible, furente y delicado!" Justo Sierra, 19041

esas estancias tenemos dos marinas de su autoría; una de ellas se encuentra en Zacatecas en manos de don Juan, el coleccionista que además posee un árbol al óleo y un bodegón, tres piezas sumamente raras del artista zacatecano. Los primeros días de septiembre de 1907 su estado de salud se agravó, por lo que la noche del 15 no pudo asistir a la reunión convocada en casa parisina de don Jesús Luján, a la que solían acudir, los Valenzuela, los Ruelas, los Nervo, los Contreras”2 para dar el grito de Independencia. En la madrugada del 16 de septiembre, cuando estaban a medio festejo, les llegó la noticia de que Julio Antonio Luis agonizaba en su habitación del Hotel de Suez.

A la habitación llegó primero Ramón Guerrero3 seguido del Dr. Elías R. Ibarra, quien encontró “el más desgarrador cuadro al observar a Ruelas moribundo y a Guerrero y numerosas grisetas que rodeaban el lecho aquél, llorando”.4 Ruelas se incorporó ligeramente al ver a Ibarra y dijo: “Al fin llegó, médico, y vea cómo salgo a su encuentro, como mueren los bohemios: rodeado de grisetas” 5

Julio Ruelas murió la madrugada del 16 de septiembre de 1907 y fue sepultado en el Cementerio de Montparnasse; los gastos del funeral fueron pagados por don Jesús Luján, así como la hermosa lápida tallada en mármol en donde una mujer pareciera abrazar los restos mortales del artista nacido en Zacatecas en 1870 y a quien recordamos hoy, en su 117 Aniversario Luctuoso.

Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Fiesta

160

de la

1Palabras de Justo Sierra (1904). Citado en García Vargas, Kharla, Estética de la repulsión en la obra de Julio Ruelas: lo siniestro y lo sublime. Tesis para obtener el título de Maestra en Historia del Arte, UNAM, CDMX, 2008, p. 14.

2Así lo consigna L. F. Bustamante en: “La muerte de un célebre artista”, La opinión, agosto 30 de 1931, p. 10, Los Ángeles, E.U., Imagen 260814.

3Ramón Guerrero nació el 12 de marzo de 1875 en Chihuahua, México. Fue un actor y escritor, conocido por su participación en Sevilla de mis amores (1930), Contra la corriente (1936) y Le chanteur de Séville (1931). Murió en 1940 en Los Ángeles, California, y de él es el testimonio que presentamos aquí sobre la muerte de Ruelas.

4L. F. Bustamante, Ibidem. 5Ídem.

Fondos documentales del Archivo Histórico de la

Por Manuel Zapata Sandate

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El arte de tomar café [Última parte] Por Sigifredo Esquivel Marin
Las Corrientes alternas, de Octavio Paz [edición conmemorativa] Por Rafael Calderón
Cartografías de un recuerdo Por Álvaro Luis López Limón
Flor imperial, de Alfredo Said [Flores que no son flores, una mano de póker y esa melodía incombustible] Por Giovanni Astengo y Salvador Gaete
Aniversario de la Diócesis de Zacatecas (1864-2024) y una Biblia políglota Por Verónica Murillo Gallegos
y religiosidad en Zacatecas: la dedicación de la Parroquia, 1752 Por Cruz Dalia Muro Marrufo
años
creación de la Diócesis de Zacatecas Por Oscar Eduardo Ríos Pereida
Diócesis de Zacatecas

Flor imperial, de Alfredo Said 1

[Flores que no son flores, una mano de póker y esa melodía incombustible]

Flor imperial (Editorial Carajo, Santiago de Chile, 2021), es la obra prima del poeta Alfredo Said, […] hay un dominio impecable del lenguaje, sin retóricas ni aspavientos. Es una voz cercana y entendible, y atendible a la vez, para el lector que buceará por estas hojas. El poeta sorprende con un poema llamado: “Todos íbamos a ser reinas”, donde masculiniza, y más que eso, integra a todos y todas, al famoso poema de Gabriela mistral:

Todos íbamos a ser reinas pero ni a princesas llegamos. Nunca nos quedó el maquillaje y otros en bufones quedaron.

Este intertexto o conversación con la poeta de Monte Grande, es la muestra de esa sensación de desamparo y sueño no cumplido, pero aún más la clave es la identificación, con esa sensación huidobriana de “Éramos los elegidos del sol”, ese despojo, esa orfandad, esa miseria, esa infancia que pide a gritos ser reinas o reyes de algo, pese a la barba crecida, el efecto del vino o el tiempo no recobrado, sino más bien inconcluso. Otros poemas que llaman la atención en esta “Flor imperial”, son “Obsesión”, “Flor de cerezo” y “En cada página”, para nombrar algunos, que dan cuenta de la imposibilidad de la memoria como un círculo que no se completa. […] “Boleros a la nostalgia”, está inscrito en la poesía amorosa, pero desde una visión cotidiana o mejor dicho de asuntos domésticos, desde un hablante más “fresco” o suelto en su configuración de este eros, donde la unión de los amantes opera en la funcionalidad de los caracteres, más que en la imagen de una “Venus en el pudridero” o una “Justine”, del Marqués de Sade. Escribe Alfredo:

Sus cajones se desbordan de cosas y sobre el velador se acumulan otras. Mi velador es simetría del caos. (Fragmento de reseña por Giovanni Astengo)

Una Flor Imperial es la más inusual mano que puede darse jugando al póker, es el secreto de la alquimia, la transmutación del oro en la eterna noche del tahúr, pero el verdadero jugador pierde aún en el minuto efímero del triunfo, pues la compulsión de la apuesta no busca un final feliz, sino la reiteración de la ronda que día a día cambia las cartas.

La poesía de Alfredo Said no tiene el aura de la victoria, es el azar del sol que gira obsesivamente en el sentido estricto de las barajas en la mesa. La Flor Imperial es la mano más inusual del póker, pero Said como el Rimbaud de Mala Sangre no tiene manos:

“De manos amputadas algo ha vuelto a crecer”.

(Texto de la contraportada del libro por Salvador Gaete)

Selección de poemas de “Flor imperial”

TODOS íbamos a ser Reinas

Todos íbamos a ser reinas pero ni a princesas llegamos. Nunca nos quedó el maquillaje y otros en bufones quedaron.

Todos íbamos a ser reinas pero ni la corona nos probamos. No nos apetecieron los tacones pues ya nos creíamos grandes.

No quise afeitarme la barba siempre con ese olor a tabaco. Nunca nos quedó el maquillaje, solo un color vino en las mañanas.

Todas íbamos a ser reinas o por lo menos dioses del Olimpo. No nos conformábamos con menos a menos que fuera 'maldito'.

Todos íbamos a ser reinas o reyes o putos o escribas y "tomamos de la vida todas esas palabras" sin devolver nada a nadie.

FLOR DE CEREZO

Hay pétalos, en mi entrada, del cerezo del vecino. Los miro, con pena, como a rosas muertas, como a lágrimas de acuarela.

Hay un aroma a ti en ellos.

Tantas veces nos besamos, fugaces y a escondidas, bajo esa cascada en flor.

Verlo florecer, me hace buscarte cada año, cada temporada. Espero verte aparecer del otro lado de la reja.

Pero como siempre, sus flores caen y sus pétalos mueren, y nuestros besos se marchitan un año más.

Triste se asoma la nostalgia por las flores muertas del cerezo, sacrificios de ofrendas del futuro. Alfombra aterciopelada del ayer.

OBSESIÓN

No quiero repetir los mismos versos, pero ellos me persiguen hasta en sueños.

Me acosan, me persiguen y se me aparecen reincidentes como acreedores.

Repetir no es mi pecado. Mi pecado es la obsesión. la obsesión. la obsesión.

No quiero repetir el mismo amor, pero es la bala loca que Gonzalo me dejó.

O tal vez sí, con esa misma obsesión suicida de siempre. la obsesión. la obsesión.

Quiero volar... No volar, viajar... No viajar, recorrer... No quiero estar aquí.

Me despediré sin metáforas ni poéticas descripciones.

Las guardaré para las verdes praderas de cautivante esplendor vistas desde mi asiento de clase turista.

Ni llantos, ni lágrimas. No quiero llanto, no quiero lágrimas. Ni llantos, ni lágrimas. Ni llantos, ni lágrimas.

Basta con el hielo en mi vaso.

Llorar nunca fue malo, pero no es para mí.

Siempre un puto sentimental, pero sin lágrimas.

El puto sentimental perdido en los parques, en los callejones, en las grandes alamedas...

Obsesivo, sentimental, perdido, sin lágrimas. Obsesivo.

MANOS AUSENTES

De manos amputadas algo ha vuelto a crecer. No son manos, son nada, nadie logra saber.

Incapaces de labrar, incapaces de esculpir. Solo pueden esbozar estos textos inconexos.

Solo sirven para dar vuelta la página (y sacar pésimas selfies).

AS BAJO LA MANGA

De todos los naipes de la baraja, de todas las cartas para escoger, elegí el AS de picas.

No por ser el primero, no por alcance a mi nombre, No sobresalió por su diseño, no destacó por su color.

No fue por ser el Uno ni por estar sobre el mazo. No fue por desamor ni por las otras caras del tarot.

No lo elegí por Lemmy, No lo conservé por Maverick. No lo guardé para mi muerte. I didn't choose it for a tattoo.

Manténganse en sus asientos, caballeros: Flor imperial.

ALFREDO SAID. Santiago de Chile, 1976. Poeta, productor radial, gestor cultural. Textos de su autoría han aparecido en revistas literarias, selecciones poéticas y antologías como 10 años de poesía en Balmaceda 1215 (Santiago, Chile. 2007) y Raíces a una voz (Tacámbaro, Michoacán, México. 2024). Su libro Flor imperial forma parte de la colección Poesía Latinoamericana de Editorial Carajo. Integrante de Malasangre Artecolectivo, grupo dedicado a la difusión y promoción de la literatura. Actualmente es miembro del equipo editor del periódico literario Carajo.cl.

1Alfredo Said, Flor imperial, Editorial Carajo, Chile, 2021, p. 69.

Aniversario de la Diócesis de Zacatecas

La conmemoración de 160 años de la creación de la Diócesis de Zacatecas obliga a recordar los orígenes de la tradición de la cual forma parte, de su comienzo en La Palabra que viaja, cambia, se fija y se arraiga. El impulso de este viaje ha sido siempre la trasmisión del Evangelio contenido en una variedad de textos que debieron atravesar alfabetos, idiomas y culturas diversas por medio de interpretaciones y traducciones. Una de las mayores huellas de esto es la Biblia políglota de Alcalá impresa en 1517, la cual ha sido expuesta, si bien en la reedición de ocho tomos de

1572, como parte de la conmemoración de los 160 años de la Diócesis de Zacatecas. Esta edición de la Biblia es una joya debida a los primeros tiempos de la imprenta, en una época de crisis en la cual fermentaron diversos movimientos que buscaron renovar la espiritualidad cristiana mediante el acercamiento del Evangelio a los fieles, con comentarios y paráfrasis de los textos bíblicos, con su traducción a lenguas vernáculas, dentro de un ambiente de búsqueda y estudio de manuscritos antiguos que desafiaron a sus ejecutores tanto por la diversidad de versiones manuscritas de un mismo texto como por la multiplicidad de sentidos de la palabra evangélica misma. Protagonistas de esto fueron Erasmo y su paráfrasis del Nuevo testamento, fray Luis de León y su condena por su traducción del Cantar de los cantares, Martín Lutero y su Biblia alemana, ellos y otros más forcejearon en medio de las grandes fracturas eclesiásticas que entonces aquejaban la cristiandad.

En la recién fundada Universidad de Alcalá, el Cardenal Jiménez de Cisneros (1436-1517) reunió a un equipo de estudiosos y lingüistas para

componer una obra que fijara en la imprenta la diversidad de manuscritos de la tradición bíblica; su objetivo era ofrecer a los estudiosos y traductores una fuente única y verdadera de la palabra divina. Se trata de la primera impresión completa de las Sagradas Escrituras en diferentes idiomas: el Antiguo Testamento en los volúmenes 1 a 4, en hebreo, latín y griego, además del texto en arameo del Pentateuco, el Nuevo Testamento en el volumen 5, en griego y latín más un diccionario en estos idiomas; el volumen 6 ofrece un diccionario hebreo y arameo, un listado con la interpretación de los nombres hebreos, arameos y griegos, una gramática hebrea y un índice latino. Esta joya tipográfica contiene la primera impresión de la Biblia griega Septuaginta, de la hebrea Targum Onquelos y de la Vulgata latina de San Jerónimo en sus respectivos alfabetos originales. Impresos los 6 volúmenes en 1517, debieron esperar su distribución hasta 1522 cuando, en su camino a Italia por barco, muchos ejemplares se perdieron en un naufragio: de 600 copias, actualmente se tienen sólo 123. El ejemplar expuesto por la Diócesis de Zacatecas es una reproducción de la Políglota complutense llamada Biblia regia o Políglota de Amberes (por el patrocinio de Felipe II y por el lugar de impresión) de 1572 en 8 volúmenes, a la que se añadieron otros textos de la tradición bíblica.

Fiesta y religiosidad en Zacatecas: la dedicación de la Parroquia, 1752

Celebrar y agradecer son dos conceptos clave en la identidad zacatecana, cuyas raíces están en la tradición festiva novohispana. En aquel entonces, existía una fiesta llamada “El Triduo de Minería”. Los orígenes de esta celebración se remontan al año de 1702 cuando algunos mineros devotos a Nuestra Señora de los Zacatecas le organizaron un triduo en la fiesta del 8 de febrero, dedicada a la virgen de la Purificación; décadas más tarde, en 1741, ante la falta de recursos para sostener la festividad se decidió trasladarla a la de agosto en honor a la patrona de la minería: la virgen de la Asunción. Durante tres días, el 14, 15 y 16 de ese mes, la plaza mayor, la parroquia y calles como la de Tacuba, se vestían de pompa y solemnidad. En 1752, las autoridades políticas y eclesiásticas acordaron festejar la dedicación de la parroquia durante este triduo, pues la catedral llevaba en construcción desde 1718 y por fin abría oficialmente sus puertas al culto. Además, la imagen de Nuestra Señora de los Zacatecas sería restituida a su casa después de que fuera consumida en un incendio en 1736. La nueva imagen de la virgen recién había llegado de México, y contó con el mecenazgo de los mineros de Loreto, D. Juan de Montaño, D. Juan Antonio Ortiz y D. Cayetano Santa Cruz, a quienes se sumó D. Cosme Sánchez de Lodosa.

La fiesta de dedicación duró del 12 al 26 de agosto. Tuvo vísperas cantadas, repiques de campanas, procesiones, misas, sermones, música, iluminaciones, arte efímero como altares y carros alegóricos, música (violines, flautas, trompetas y piano), danzas por parte de los pueblos de indios de San

Joseph, Tlacuitlapán, Concepción y del Niño, y se quemó mucha pólvora: árboles, toros de lidia, cohetes y más cohetes. Toda la población participó de la celebración, incluyendo a las órdenes conventuales y los gremios. Para ennoblecer la celebración, subieron al púlpito los religiosos Nicolás Trancoso (el 15 de agosto), Thomas Franco (el 16), Joseph de Utrera (el 17), e Ildefonso Joseph Marmolejo (el 26).

Sin embargo, no todo fue celebración, también se sacó en procesión a la virgen zacatecana junto a la imagen de San Pedro para implorar por la sequía que azotaba a la provincia; y el 25 se efectuaron honras fúnebres cuando se desfilaba a La Bufa. Durante la procesión se hizo una parada en el templo de La Merced, donde se le dio cristiana sepultura a unos huesos que, guardados en una urna, recordaban las muertes por la epidemia del matlazáhuatl de 1738. En 1752, la ciudad agradecía su bonanza, religiosidad y vida. Entonces, para que la memoria del acontecimiento no fuera olvidada, se mandó elaborar la Relación de Fiestas, obligación que recayó en la pluma del cura Gabriel Miqueo y vio la luz pública en la Imprenta del Real Colegio de San Ildefonso en México; documento que hoy nos permite recrear el alma festiva del Zacatecas virreinal.

6 Por Verónica Murillo Gallegos
6 Por Cruz Dalia Muro Marrufo
La biblia políglota en la Galería Episcopal de Zacatecas. Foto de Anne Leyniers
Gabriel Miqueo. Portada de Breve descripción del Templo. Archivo Histórico del Episcopado de Zacatecas.

160 años de la creación de la Diócesis de Zacatecas

El pasado 5 de junio, se cumplieron 160 años de haber sido creada la Diócesis de Zacatecas, por tal motivo, en coordinación con el Archivo Histórico de la Diócesis de Zacatecas y el Doctorado en Estudios Novohispanos, de la Unidad Académica de Estudios de las Humanidades (UAZ), se llevó a cabo un ciclo de conferencias que versaron sobre temáticas diversas, así como una exposición documental y artística, cuya finalidad fue la de explorar el acervo bibliográfico, fondos históricos y arte sacro resguardado por dicho archivo, los cuales ayudan a tener una visión general de lo que ha sido el devenir de la Iglesia Católica en territorio zacatecano.

¿Cómo surge la Diócesis de Zacatecas? Es necesario remontarnos al pasado para entender la configuración y creación de esta Diócesis. En efecto, en tiempos virreinales formaba parte de la Diócesis de Guadalajara -Nueva Galicia-, se trataba de una de las parroquias más importantes dentro de esta jurisdicción eclesiástica novohispana, bastante extensa y poco definida, territorialmente hablando. Ubicada en el norte del virreinato, la Parroquia de Zacatecas, prontamente se convirtió en una demarcación parroquial sobresaliente y compleja a la vez, debido al carácter mismo del lugar donde estaba establecida, lo mismo puede decirse de las parroquias septentrionales. De todo esto se dieron cuenta los obispos casi de inmediato, por lo que buscaron en tiempos diferentes tratar de dividir la diócesis para llevar a cabo una mejor atención espiritual y administrativa. La primera divi-

sión dio paso al Obispado de Durango, en el siglo XVII. No obstante, el territorio diocesano neogallego seguía siendo vasto, por lo que se continuaban las tareas para buscar una división eclesiástica nueva. Por cuestiones de tipo económico así como por los largos periodos de sede vacante, otra desmembración de territorio diocesano no fue posible, a lo más que se llegó fue a que en 1738, el obispo don Juan Gómez de Parada expidiera un edicto donde se le otorgaban amplísimas facultades al Cura Vicario In Capite y Juez Eclesiástico de Zacatecas, Bachiller don José de Rivera Bernárdez para que atendiera y visitara las parroquias del norte de Zacatecas, hasta Coahuila. De igual manera, a la Parroquia Mayor de Zacatecas se le dotó con privilegios de Colegiata, lo que permitía que se llevaran a cabo ceremonias pontificales, usando cetros, capas y demás objetos propios para ese tipo de celebraciones. Se puede decir que éste es el antecedente directo de lo que posteriormente sería la Diócesis de Zacatecas y su catedral.

1864, erección canónica

Sería hasta 1862 cuando se expida una Bula, de manos del Papa Pío IX, para que quedara constituida la Diócesis de Zacatecas, la cual parece haber seguido, casi en su totalidad, el antecedente de 1738, salvo con algunas modificaciones. La erección canónica se llevó a cabo el 5 de junio de 1864, en la antigua Parroquia Mayor, ahora Catedral. Coronándose de esta manera los propósitos de obispos y zacatecanos.

*Doctorante en el Doctorado de Estudios Novohispanos.

Fondos documentales del Archivo Histórico de la Diócesis de Zacatecas

El Archivo Histórico de la Diócesis de Zacatecas se encuentra conformado por cuatro fondos documentales:

1. Archivo Histórico Parroquia de Zacatecas: se encuentra conformado por las series sacramentales (bautismo de 1786 a 1940; confirmaciones de 1728 a 1910; defunciones 1664 a 1949; matrimonios de 1593 a 1957), de gobierno (órdenes religiosas de 1614 a 1907; congregaciones de 1839 a 1977; cofradías de 1566 a 1977) y administrativa (1674 a 1965).

2. Archivo Histórico Parroquia de Pánuco: tiene las siguientes series: sacramental (bautismo de 1658 a 1933, confirmaciones de 1728 a 1891, defunciones de 1658 a 1916, matrimonios de 1677 a 1901) de gobierno (cofradías y asociaciones de 1672 a 1938) y administrativa (fábrica de 1677 a 1919) -por terminar inventario-.

3. Archivo Histórico del Cabildo de la Catedral: los documentos de este fondo van del año 1864 a 1987 y las series son: nombramientos, licencias, renuncias, correspondencia, tarjetas postales, impresos, catedral, actas y estatutos del cabildo, esquelas, asociaciones y cofradías, novenarios, triduos y música. En lo administrativo están las series de

cuadrante, diezmos, fábrica, haceduría, masa capitular, mesada -en proceso de inventariar-.

4. Archivo Histórico Diócesis de Zacatecas: este fondo documental va del año 1864 a 1956 y se encuentra dividido en dos secciones: gobierno y administrativo. La sección gobierno tiene las siguientes series: Bula de Erección y libros

de gobierno, obispos, cabildo, sacerdotes, parroquias, seminario, religiosos, misiones, visitas pastorales y ad limina, límites, documentos pontificios, delegación apostólica, C.E.M. provincia, comunicaciones diocesanas, publicaciones, grupos apostólicos, educación y formación, acuerdos, contratos, escrituras etc., fotografías. Mapas y planos, microfilm. La sección administrativa tiene las series de: estados de parroquias, cuentas corrientes, proveedores, colectas especiales. (En proceso de clasificación y ordenar)

Nos encontramos en la Rinconada de Catedral en un horario de 8:00 A.M. a 3:00 P.M., de lunes a viernes. Si deseas consultar nuestro archivo puedes comunicarte al teléfono 492 92 2 02 32, extensión 104 (secretaría del obispado), para que se te brinde la información a seguir.

*Pbro. responsable del Archivo Histórico de la Diócesis de Zacatecas.

de la Diócesis de

6 Por Oscar Eduardo Ríos Pereida
6 Por Manuel Zapata Sandate*
Salas de exposición. Episcopado y memoria. A 160 años de la creación de la Diócesis de Zacatecas. Foto de Oscar Ríos Pereida.
Archivo histórico de la Diócesis de Zacatecas. Foto de Manuel Zapata.

El arte de tomar café

[Última parte]

Río de palabras

Fue en un café donde todo ha comenzado y también terminado

En los cafés se han escrito muchas historias de amor y desamor: Fue en un café donde la conocí y me enamoré , y también, oh desgracia más desagradable, nos recuerdan Los Apson, fue en un café, donde yo la dejé. Fue en un café, donde la abandoné, fue en un café donde la vi llorar... Dame un café con leche, mami, cantan en el Caribe a ritmo de party. Azuquita pa’l café canta El Gran Combo de Puerto Rico, mientras la gente bailando salsa se enamora y acalora.

El café au lait francés tiene ese gusto delicado y fino: “Je suis café au lait. Dorée au gout de caramel” entona con voz sensual la afrocaribeña francesa Adi Oasis, entre mezclas de soul y funk. Sexo en el desayuno con o sin café: Sex for breakfast (feels so right) canta Christina Aguilera mientras simula hacer el amor con el auditorio. Seguramente todos hemos cantado en la ducha o en el aseo Breakfast in America de Supertramp, es todo un clásico; empero, a diferencia del desayuno americano, ligero y rápido, ¿quién no recuerda el Café da Manhã brasileiro, ese hermoso ritual hedonista de cortejo y seducción olfativa? Y la evocadora canción de Roberto Carlos, ahora en versión remasterizada disponible en Spotify :

Amanhã de manhã vou pedir o café para nós dois te fazer um carinho e depois te envolver em meus braços e em meus abraços na desordem do quarto esperar lentamente você despertar e te amar na manhã amanhã de manhã nossa chama outra vez tão acesa e o café esfriando na mesa.

En lugar de concluir: una taza de refil Entre el anonimato y la rutina co -

tidiana íntima, bebedores de café se reúnen desde que hay memoria civilizada; quizá el ingreso a la civilización inició cuando los humanos descubrieron que la comida caliente y en compañía de otros resulta más placentera. Antes del café ya se reunían en torno al fuego y algún brebaje curativo compartido que le antecedió. Comensales consuetudinarios que, muchas veces sin conocerse, establecen extrañas y secretas complicidades. Quizá por ello, las élites y los puritanos detestan la democratización del café como espacio cívico común, no tanto por su holgazanería sino por su franca transgresión del orden. La charla es lo de menos, incluso si el café no es bueno, todo se vuelve medio para un fin desconocido y extraño. Lo importante es que circule la palabra y la bebida. No tanto lo que se diga o se tome. Importa más la experiencia en proceso in situ. Ejemplos de dichos cafés sobran, ahí está el café existencialista, el café ambulante americano, el café de los surrealistas, el café del grupo sin grupo. Todos tienen en común lo comunitario anónimo, anómalo. En la era de las redes sociales, los cafés no desaparecen, al contrario, la pandemia del Covid 19 mostró que son espacios de interacción necesarios.

Estamos lejos de concluir, hablar sobre y con café en mano significa hablar desde y hacia y contra la última palabra, situarse en la antepenúltima palabra –según quería Maurice Blanchot. No existe la última palabra sino como sentencia de muerte. Antes del final nos queda otra taza más, otro sorbo, con la promesa venidera de su eterna repetición; aunque solamente sea promesa incumplida, siempre aplazada, desplazada. El último trago de café o de alcohol nos reserva un límite infranqueable e imposible. Mientras tanto prosigamos el diálogo. La conversación nos constituye como simples mortales.

Referencias citadas en las 9 partes de este artículo:

Lascasas Monreal, Santiago. Biografía del café. Discurso de ingreso en la Academia Aragonesa de Gastronomía y contestación a cargo del profesor Juan Cacho Palomar. Zaragoza: Fernando El Católico-Diputación de Zaragoza, 2010.

Cioran, Emil. Del incoveniente de haber nacido. Barcelona: Tusquets, 1998.

—. Ese maldito yo. Barcelona: Tusquets, 2012.

Assad, Haiat & Reznik, Mado. Leer la vida: Caligrafía del Café. Buenos Aires: Enargeis-Edita, 2007. Bazan Silva, María Paula. La influencia de la marca Starbucks en la percepción del valor del producto. 5 de junio de 2021. mayo de 2024. <https://repositorio.ulima.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12724/14100/ Bazan_Silva.pdf?sequence=1&isAllowed=y>.

Benedetti, Mario. La borra del café. Buenos Aires: Ediciones Destino, 1993. Phillips, Christopher. Sócrates Café. Un soplo fresco de filosofía. Madrid: Temas de Hoy, 2002. Velarde, Ramón López. Obras. México: Fondo de Cultura Económica, 1971.

Zizek, Slavoj. Zizek sobre la gratificación capitalista de consumir Starbucks. 19 de agosto de 2014. 6 de mayo de 2024. <https://www.youtube.com/watch?v=P18UK5IMRDI>.

Las Corrientes alternas , de Octavio Paz

[edición conmemorativa]

Sucede que de cuando en cuando se publican antologías a un tiempo únicas y de inmediato clásicas, referencia obligada con respecto de la vida y la trayectoria de su autor. La antología de verso y prosa Corrientes alternas de Octavio Paz (España, 2024), edición conmemorativa de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, coordinada por Adolfo Castañón, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, en su colofón precisa: “La primera tirada de este libro se terminó de imprimir el 31 de marzo de 2024, día en que se cumplían 110 años del nacimiento de Octavio Paz”; hay que recordar también que se cumplió un cuarto de siglo del fallecimiento del poeta (18 de abril de 2023).

Esta colección editorial en lengua española es una travesía editorial, inició con el Quijote en el año 2004; se han incluido títulos de novelas fundamentales de Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa -quienes en vida han merecido reconocimiento- y ha seguido nutriéndose la colección con la obra de Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Rubén Darío, José Martí, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Camilo José Cela, Miguel Ángel Asturias, Augusto Roa Bastos y José María Arguedas. Cómo festejar de diferentes maneras cada título que resulta ser una lectura permanentemente celebratoria.

Es una lección memorable que Corrientes alternas inicie con el estudio de Rodrigo Martínez Baracs “Octavio Paz y José Luis Martínez: los inicios de una amistad”; continúa la exploración de horizontes críticos con los textos de Luce López-Baralt, Malva Flores y Fabienne Bradu que abordan la senda de la poesía entre Paz y San Juan de la Cruz, la presencia del poeta editor y la trasmutación o las traducciones de poesía; y termina con Roger Bartra sobre El laberinto de la soledad. El libro incluye una cronología, el glosario, la bibliografía -que precisa distintas ediciones de las Obras Completas publicadas de Paz en España y México- y cierra la exploración el índice onomástico.

La introducción “La mano abierta” de Adolfo Castañón es una lección de vida. Ya que la exploración con sus más de cien páginas es el diálogo extendido por la vida y la obra, aborda el temple fino y pulido de la escritura temprana y la madurez. El rigor de la universalidad

crítica establece puentes y un diálogo fluido; los textos antologados se vuelven parte de la voz del poeta que, por el rigor del ensayista, refleja una vocación que colinda con la memoria y sucede la presencia del célebre poema Piedra de sol.

Es determinante por lo mismo el cierre con Respuesta y reconciliación que es el último poema extenso que escribió. Y redondea en sintonía con el más alto sentido del lenguaje, destaca la visión del poeta iluminado, la apuesta es lograr la claridad del lenguaje: “El hombre y la galaxia regresan al silencio. / ¿Importa? Sí -pero no importa: / sabemos ya que es música el silencio / y somos un acorde del concierto”. Concilia el sonido del lenguaje entre su presencia y reconoce la huella de múltiples coordenadas. La escritura se vuelve un acorde: es musicalidad verbal. La reiterada pasión lírica evoluciona y manifiesta la voz del ensayista erudito. El poeta en estos textos permite contextualizar parte de sus memorias nunca escritas: sucede el toque, la seducción de la autobiografía y reconocer todo el brillo de su poética. El estudio de Castañón es una guía que explora con visión rigurosa minucias, ciclos, estaciones, períodos y

estancias de Octavio Paz dentro y fuera de México. Subraya con visión crítica que es el más universal de los escritores mexicanos del siglo XX. El itinerario de lucidez que lo caracteriza ubica el “dilatado recorrido por la obra de Octavio Paz que muestra una amplia visión de su creación y de su pensamiento y puede convertirse en la primera aproximación a uno de los máximos representantes de las letras en español”.

Esta edición conmemorativa de las Corrientes alternas es un homenaje al poeta y lúcido ensayista Octavio Paz, el más emblemático de la literatura mexicana de estos tiempos, para confirmar su presencia y universalidad desde su país, México, como máximo representante de las letras en español.

Cartografías de un recuerdo

6 Por Álvaro Luis López Limón

EArte

l ser humano habita lugares, establece relaciones y experiencias; así el andar de Leonora Carrington prosigue tenazmente su labor interior, habitar el recuerdo para consolidar la conciencia de sí; esta reconfiguración la vemos en obras como The House Opposite.

Esta pintura es un mensaje y la oportunidad de acercarnos a Leonora. Primero, es un recorrido por su infancia, nos muestra el inofensivo deseo de tener a Tártaro —su caballo— para que la lleve a recorrer el universo. Segundo, en la esquina superior derecha las curvas de la figura sugieren un desnudo femenino. Despojarse de la ropa tiene connotaciones de libertad. Tercero, Leonora elimina la fachada del hogar y desnuda

la estructura interna del edificio, la casa de muñecas victoriana que expone sus entrañas.

Cuarto, en la cocina del hogar se guisan mágicas recetas. La presencia del caldero que, como la mata de sábila en el vapor de las siete hierbas, confirma el referente alquímico en alusión a los secretos de la hechicería. Misteriosos mundos subterráneos aparecen invariablemente, remitiéndonos a la máxima “como es arriba, es abajo”; como es adentro, es afuera, y su manifestación en los planos físico, mental y espiritual.

Quinto, la casa crece, el deseo se agiganta, la cocina y el desván, ocupan la periferia del núcleo de la casa, en el comedor se ubica –a la cabeza de la mesa– en el lugar preferente, un personaje –ausente– que se expresa

en forma de sillón a rayas. El comensal de mayor tamaño ocupa el centro de la escena, se reconoce como de mayor relevancia. La figura femenina –Leonora– se encuentra en plena fase de metamorfosis a punto de convertirse en caballo. Aquí el equino es el verdadero protagonista, extraños personajes ingresan a la sala traspasando la pared y el techo. En el comedor, la mesa se ve dispuesta como para iniciar el ritual de una comida, el empleo de un plato como el que contiene la hostia sagrada y un jarrón similar al del vino bendecido están colocados sobre la mesa como si fuera un altar. Aunque el personaje en el lugar preferente sigue sin comenzar todavía, la compañera de mesa, captada en una flagrante falta de cortesía, come tranquilamente,

ignorando las maneras refinadas y burguesas impuestas, propias de una educación esmerada. En este lugar suceden conflictos, se muestra insolencia, apatía y soledad.

Este escenario invita a la introspección, mirarnos a través del espejo, ir más allá de esa forma de escrutinio que nos ofrece la hipótesis de que hay un “pensar” y un “querer” inconscientes, en el que, como dirá María Laura Sierra, “el sueño se convierte en el cumplimiento (disfrazado) de un deseo (reprimido). Este deseo inconsciente busca el reencuentro con un objeto perdido que ha dejado un rastro imborrable”, que reclama detrás de la sombra, como recuerdo en medio de un sueño, refugio y morada, el deseo de habitar la vida.

*Unidad Académica Estudios de las Humanidades UAZ.
Leonora Carrington. TheHouseOpposite, 1945

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