Revista bolivia ver2014

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REVISTA PARA LA PROMOCIÓN TURÍSTICA DE SAN IGANCIO DE VELASCO, REGIÓN DE LA CHIQUITANIA, AL SURESTE BOLIVIANO

2002


PRESENTACIÓN El Gobierno Municipal de San Ignacio de Velasco tiene el agrado de presentar esta Revista para dar a conocer a nuestros ilustres visitantes y amigos la belleza y el potencial de nuestro Municipio, para invitarle a permanecer tiempo entre nosotros y poder así disfrutar del descanso en plena naturaleza, acompañar en nuestras fiestas folclórico-religiosas, participar de nuestras costumbres y tradiciones y dejarse seducir por lo más grande que tenemos: La amabilidad, alegría y afecto de nuestros habitantes.

Deysi de Rodriguez H. Pdte Concejo Municipal

Erwin MendezFernandez H. Alcalde Municipal


Artículo 1 CARACTERÍSTICAS DE LA PROVINCIA DE VELASCO Situación: En el Oriente Boliviano, al noroeste del Departamento de Santa Cruz, dentro de la provincia Velasco, se ubica el Municipio de San Ignacio. Su capital y también capital de provincia es San Ignacio de Velasco y sus dos cantones Santa Ana y Santa Rosa de Roca. División política: Esta provincia está dividida en 3 secciones Municipales y cantones: 1era. Sección: San Ignacio (capital), Santa Ana y Santa Rosa de Roca 2da. Sección: San Miguel 3ra. Sección: San Rafael, Villa Fátima, El Tuma y San Fermín Límites: Al norte limita con la República Federativa del Brasil y el departamento del Beni. Al sur con la provincia Ñuflo de Chávez y Chiquitos. Al este con la República Federativa del Brasil y la provincia Ángel Sandoval y al oeste con la provincia Ñuflo de Chávez Superficie: 65.425 km2 siendo la segunda provincia en extensión del departamento, ocupando el 17.6% del total de la superficie. Altura del municipio: 410 msnm Población del municipio: 52.293 habitantes Densidad: 0.80 habitantes por km2 Clima: Es de tipo sub-húmedo seco con una temperatura media anual de 26°C, siendo 36°C la máxima y 9°C la mínima. La precipitación pluvial es de 700mm, con una humedad relativa del 70% siendo el mes de octubre el mas caluroso y el mes de junio el mas frio.

ASPECTOS FISICO NATURALES

Relieve: Se presenta el gran paisaje del Escudo Chiquitano, caracterizándose por su fuerte ondulamiento y la presencia de serranías con aspecto de diques. Amplias sabanas en la parte del Medio Paraguá hasta topar con las inmensas Selvas Amazónicas que tienen su inicio en la Selva Gumífera de Monte Cristo y Florida. Topografía: Aunque varía mucho dependiendo del área, la topografía del municipio se caracteriza por presentar estrechos valles ó cañones, colinas y serranías medias, destacando en la parte nororiental la Serranía Negra y la de Huanchaca. Hidrografía: Por este extenso territorio se desplazan varios ríos, siendo los más importantes el Paraguá, el Tarvo, el Río Verde, el Pauserna, el Santa Bárbara, el Río San Nicolás, y el Río San Miguel.


La mayoría de ellos con afluentes medios como el caso del arroyo Urucú, arroyo Pitatoe, arroyo Concepción, arroyo Las Pavas y otros que convergen en la parte media del río Paraguá. Vegetación: Nos encontramos con una amplia gama de vegetación, desde bosques medianos semi húmedos, a áreas de bosques altos, sabanas ó pampas, bosques bajos y bosque húmedo tropical, además de sectores de serrado únicas en su especie en toda Latinoamerica, lo que ha llevado a las instituciones ecologistas a protegerlos.


Artículo 2 UN POCO DE HISTORIA: LOS ORÍGENES DEL MUNICIPIO El primer asentamiento de lo que hoy es la ciudad de San Ignacio, tuvo lugar a orillas del río Uruguaito el 31 de Julio de 1709, a cargo del Padre José de Mata. Hubo un segundo traslado , también el 31 de julio, pero esta vez del año 1724, a la región de los Zamucos, buscando siempre apoyo hasta llegar a las confluencias del río Paraguay, que los vincularía a Asunción. Esta fundación estuvo a cargo del Padre Castañeres Debido a las constantes incursiones de los indios de la región, el pueblo de Zamucos , de mano de los padres misioneros Miguel Areijer y Diego Contreras, llevó a abrir una nueva reducción y fundar así San Ignacio de Loyola en el año 1748, en honor al padre fundador de la Orden, con el cometido de evangelizar y reducir a las tribus originarias que allí habitaban: Tabicas, Taus, Boros, Penotos, Caotos, Zamaros, Tamacuras, Taripuicas, Curicas, Pequiquias, Suberecas, Petas, Bosorocas, Tabaracas, Zamucos, Ugarones, Tobas, Sapios, Lurupecas, Peñocas, Guarayos, Caipoterades, Chiriguanos, Sirionos y Yanaiguas. La reducción de Santa Ana fue fundada por el padre Julian Knogler en el año 1755 con parte de nativos de San Rafael. A finales del periodo jesuítico se ubicaba a nueve leguas de al oriente de San Ignacio. En 1766 había en el pueblo indígenas de habla Chiquitana, los Tabicas y Basorocas y de otras lenguas, Xarayes, Curuminas y Ecorabes. La magnífica Iglesia de San Ignacio de Loyola, la más grande de todas, fue terminada en el año1761 diseñada y dirigida por el padre Martín Schmid, el arquitecto más importante de la época misional, cuyo canon de belleza provenía del pleno apogeo barroco y cuya inspiración en cuanto a la decoración y división de los templos fueron los artistas italianos de la época. No fue hasta el año 1765 cuando bajo la supervisión de este mismo padre se terminó la obra suprema del tallado en madera de los retablos y el altar. En el año 1767 los Jesuitas son expulsados y su labor es continuada por el Clero Diocesano de Santa Cruz. En 1769 Francisco Ramón de Herboso, Obispo de dicho Clero, visita San Ignacio por un periodo de cinco meses, pero es en el año 1790 cuando los nativos se revelan contra los abusos de los blancos y muchos de los pobladores indígenas se retiran de nuevo a la selva, convirtiéndose en grupos nómadas, pero siempre pegados a las estancias ganaderas donde encontraron protección y un modo de vida que les aseguraba la alimentación y la supervivencia para toda la familia. En 1808 se incendia el templo de San Ignacio, pero milagrosamente se salva su altar mayor y los retablos laterales, los cuales perduran hasta nuestros días. En 1810 el Gobernador Don Antonio Álvarez Sotomayor ordena la refracción del templo siniestrado. Desde la creación de la República el 6 de Agosto de 1825 y la división de Departamentos, el sistema de vida y organización en la región no tuvo grandes transformaciones; siguió la explotación de los Chiquitanos por parte de los criollos, pero ellos siguieron con su organización del Cabildo Indígena, con mas apego a la Iglesia que a las autoridades administrativas nacionales.


El 12 de Octubre de 1880 bajo la presidencia del General Narciso Campero se crea la nueva provincia de Velasco con su capital San Ignacio de Velasco. Era el desprendimiento de la antigua Provincia Chiquitos. En el año 1930 la extensa Gran Chiquitania es declarada nuevamente “tierra de misiones”y con la creación del Vicariato Apostólico de Chiquitos, San Ignacio se convierte en Sede del Obispo bajo el mando de Monseñor Bertoldo Buhel. La fundación del “Colegio-Seminario” en 1936 lleva la fama a San Ignacio de Velasco por toda Bolivia. En 1948 se demuele el templo, el cual se encontraba en estado ruinoso y suponía un peligro para los feligreses. La Iglesia actual se construyó en 1968 pero fue en 1997 cuando se comenzaron los trabajos para recuperar su antigua fisonomía, de manos del arquitecto suizo Hans Roth, basándose en la documentación fotográfica anterior a la demolición, fotos que fueron proporcionadas gentilmente por el historiador Plácido Molina Barbery. Los retablos y el altar mayor, que son los más impresionante de todo Chiquitos, son el ejemplo de la pericia alcanzada por los ebanistas indígenas. La Iglesia de Santa Ana, pese a ser la más pequeña de todas, es la que mejor conserva su aspecto primitivo. El interior es realmente llamativo, ya que se le fueron introduciendo sucesivas mejoras estructurales y decorativas. Se ha comprobado que sus paredes estuvieron totalmente cubiertas de mica, lo que debía darle un aspecto sobrenatural. Se conserva aún su órgano original y a esta constante labor de restauración se debe la comunidad indígena. Actualmente el Municipio de San Ignacio cuenta con 98 comunidades rurales y la capital, con 14 juntas vecinales que están diseminadas por la zona del Alto y Bajo Paraguá, zona de Santa Rosa de Roca, zona de Santa Ana, zona fronteriza con el Brasil y las que están asentadas en los alrededores de San Ignacio.


Artículo 3 SAN IGNACIO DE VELASCO, HOY POESÍA Por Arturo Áñez. El machete en mano aborigen Cortó el monte lujuriante, Para dar comienzo y origen A este pueblo trabajador y pujante. Se plantó la cruz redentora Al son de tambores y oraciones, Chiquitano y Jesuitas sin demora Le dieron sus santas bendiciones. San Ignacio de origen Chiquitano; De caserío en pueblo convertido Al principio algo gitano Hoy, ciudad con título merecido. Manantial de grandes ideas, Irradiando ejemplo de coraje Le sonríes a la brisa matinal Centinela de tus montes y paisajes. Cuna de una raza pura Luchando por su conservación Aquí se mantiene tu cultura Aquí se canta con el corazón. La población del Municipio de San Ignacio presenta dos ascendencias étnicas; una la Chiquitana y la otra la Mojeña. Las misiones dieron a los habitantes de estas tierras un sistema organizativo en lo social, productivo, cultural y religioso que aún hoy perdura. Pese a que hubo unos años de recesión en cuanto la práctica de las costumbres e idioma originario, debido a influencias externas sobre todo, hoy día se lucha por la conservación y difusión tanto de la cultura como del idioma Chiquitano. El municipio consta de algo más de 38.000 habitantes, de los cuales el 40% está concentrado en la ciudad de San Ignacio, que es actualmente sede del Vicariato Apostólico de Chiquitos, con jurisdicción en las provincias de Velasco, Chiquitos, Ángel Sandoval y Germán Bush, bajo la supervisión de Monseñor Carlos Stetter. San Ignacio de Velasco es la ciudad más grande de la ruta misional y también la mas activa debido a la cercanía que existe con la frontera del Brasil. Las costumbres indígenas se mantienen aún vivas en las comunidades velasquinas.


Cuenta con 17 colegios y escuelas, tiene representaciones educativas de las Universidades René Moreno y NUR, dos hospitales de segundo nivel, oficinas públicas, agencias bancarias, casas de cambio, correos, locutorios telefónicos, oficina de turismo, internet, amplios servicios de comunicación diarias con Santa Cruz, la cual se encuentra a 478 km de distancia y omnibuses que unen la ciudad de San Ignacio con los pueblos y ciudades colindantes, así como con el Brasil. Dos veces a la semana se unen las ciudades de San Ignacio con Santa Cruz por vía aérea, mediante la compañía aérea Amazonas. También existen medios de comunicación propios como son tres canales de televisión y tres radios locales. La actividad Cultural de la ciudad, impulsada por la casa de la cultura, se representa sobre todo por medio de las escuelas, colegios y comunidades campesinas, las cuales reviven las danzas y las costumbres ancestrales en fiestas cívico-religiosas y patronales. San Ignacio celebra su fiesta patronal el 31 de Julio y Santa Ana el 26 del mismo mes. Pero a lo largo del año existen fiestas en todos los pueblos y comunidades.


Artículo 4 POTENCIALIDADES DEL MUNICIPIO Las actividades económicas del municipio principalmente tienen como vocación la pecuaria, agricultura y forestal. La ganadería es la principal actividad ya que el municipio posee grandes extensiones de tierra ó pampa que pueden ser utilizadas con este propósito: 1.031.800 ha; la mayoría de las estancias están ubicadas en la zona del Paraguá y la frontera donde existen campos abiertos con gramíneas en forma natural y aguadas permanentemente, lo que ha promovido una ganadería intensiva. Existen un total aproximado de 192.933 cabezas de ganando en todo el municipio. La salida comercial a este ganado se encuentra principalmente en las ciudades de Santa Cruz y San Ignacio, así como en la República Federativa del Brasil. El Gobierno Municipal tiene priorizados varios proyectos para mejorar los sistemas de producción, con el establecimiento de pasturas mejoradas y el mejoramiento genético, el cual facilita una producción mayor y de mejor calidad. San Ignacio es una zona declarada completamente libre de Fiebre Aftosa. Según el plan de Uso de Suelos, el Municipio de San Ignacio de Velasco tiene una superficie total de 4.786.500 Ha. de las cuales el 5.78% es de uso agrícola aunque no llega al 0.5% la parte utilizada para este fin. Las familias rurales, como actividad principal para su sustento, se dedican al cultivo tradicional de café, yuca, arroz, frejol, plátano, maíz y curbitáceas. Actualmente la mayor comercialización se da en el café biológico y el frejol. MINGA es una asociación de Grupos Mancomunados, formado por comunidades Velasquinas ó personas individuales, que se dedican a la producción orgánica. En cuanto a la forestal, el Municipio de San Ignacio es el de mayor diversidad biológica y posee un gran potencial: más de 2.1 millones de hectáreas . El Municipio aprovecha el bosque a través de la venta de Bonos de Carbono con compensaciones certificadas, ó la explotación de maderas preciosas con una amplia variedad de alto valor comercial como son la Mara, el Tajibo, el Cedro, el Cuchi, el Paquio, el Morado, el Palo María, la Tarara, el Toco, la Cambará, la Cuta, el Momoquí ó el Sorióco, y cuya explotación se realiza por medio de concesiones a diferentes empresas, las cuales tienen obligación de reforestar la parte de bosque que manejan. También se tienen reservas de minerales y metales preciosos como el oro, la mica ó el manganeso y otro tipo de piedras semipreciosas como la amatista en sus diversos colores, que aún no son explotados de forma comercial, pero encierran una amplia parte de la historia de este Municipio. Existen gran número de cuevas y yacimientos aptos para ser explotados ó visitados por todo aquel que sienta interés. La artesanía cuenta en el municipio con una amplia oferta, ya que en él se encuentran artesanos talladores, ceramistas, tejedores...etc, que no solo rescatan la tradición popular de estas artes heredada de sus ancestros, sino que innovan y lo utilizan como forma de expresión de su cultura en cada una de sus obras.


En San Ignacio de Velasco se encuentra además la sede de la "Asociación de Pequeña y Mediana Industria y Artesanos de la Chiquitanía". Con el apoyo de organismos internacionales y mediante el Concejo Municipal, se canalizan recursos para el apoyo a la artesanía y la formación de pequeñas microempresas que desarrollen así una economía sostenida. Se les capacita y se les proporcionan también microcréditos para la obtención de la materia prima. En la confección de tejidos de hilo, se destacan los vestidos tradicionales o tipoy, bolsones, hamacas y tapetes decorativos de San Juancito y Carmencita. También son mañosos en la elaboración de variedad de cestas confeccionadas con hojas de palmeras. Hamacas chiquitanas para exportación "Hablar de cultura Chiquitana, es sin duda hablar del colorido de sus hamacas, la cual colgada en cualquier parte de la casa, otorga reposo al dueño y al visitante. Su tejido y la combinación de colores 100% naturales, preparados sobre la base de diversas plantas que crecen en este medio, se convierte en un auténtico arte. Azules, añiles, rojos, amarillos...¡todo experiencia en el teñido! En San Ignacio de Velasco existe una larga tradición familiar en la elaboración de tejidos para hamacas por parte de la familia García. Empezando por los mayores, la tradición ha a pasado a las generaciones posteriores, que hoy día se dedican profesionalmente a este arte y lo transmiten a habitantes de todas las edades. Actualmente el taller se encuentra en el patio de su propia casa, el cual tiene improvisado armazones de madera envueltos con hilos que de poco a poco se van convirtiendo en tela gruesa. Por la necesidad de conseguir recursos para desarrollar la técnica del tejido de hamacas, los tejedores se agruparon en una asociación de nominada EL TIPOY. La organización recibe ayuda de la Mancomunidad Chiquitana y del Servicio Holandés SNV. A través de esta organización los tejedores pueden realizar la venta de sus productos tanto a nivel nacional como internacional." También en La Granja Hogar en San Ignacio se puede adquirir gran variedad de tejidos artesanales de la región así como todo tipo de obras en arcilla ó madera

El moldeado artesanal de arcilla para la obtención de utensilios caseros como jarrones, cántaros, ollas, maceteros,...etc se da principalmente en San Rafaelito de Sutuniquiña, de mano de las mujeres locales, y mediante uso de técnicas tradicionales.

En cuero también hay una amplia oferta artesanal, en cuanto a monturas de caballo, sandalias, abarcas, bolsos, riendas, alforjas..etc se refiere. Así como expertos en la confección de ornamentos, abanicos y bolsas de Chala.

En lo relacionado a trabajos en madera, el arte del tallado, herencia de los misioneros jesuitas, está presente y se manifiesta en los trabajos realizados en la restauración de las Iglesias. Hoy día se utiliza esta dominada técnica para la elaboración de muebles


bellamente tallados, estatuas, grabados, finos diseños de arte sacro y torneados, los cuales inclusive son exportados al exterior. Escuela de tallado Landivar Con la intención de ampliar la camada de talladores chiquitanos y dejar una senda para las nuevas generaciones, se abre una nueva escuela de tallado en San Ignacio de Velasco, de mano de uno de los mejores talladores de Bolivia: Armando Landivar. La escuela funciona en su propio taller, con un número limitado de alumnos, 10, ya que la finalidad es transmitir toda su experiencia acumulada a lo largo de los años. Las clases se reparten en diferentes turno, mañana, tarde y noche, para que así alcance a todos los sectores de la población. Esto no es una capacitación teórica, sino 100% práctica. El aprendizaje al alumno le puede incluso suponer una entrada extra de dinero, ya que simultáneamente puede comercializar sus piezas. Los talladores se han organizado en lo que se llama "Asociación de Talladores de San Ignacio", de manera que han conformado una microempresa, formadas por 18 personas, que reciben la ayuda de la cooperación holandesa para la comercialización de sus productos.

POESÍA por Arturo Áñez Soy el verde Patujú Con flores muy patriotas Rojo, amarillo y verde Que de mis entrañas brotan. Soy un símbolo patrio Por mandato de un Decreto Adorno jardines y patios Soy de origen muy discreto. Mi madre es la selva umbría Mi padre el brillante sol Mi parienta la alegría Y mi primo el girasol. En cualquier terreno brillo Alegrando vista y corazón Tengo aspecto muy sencillo Soy acuarela y canción Soy el verde Patujú Con colores de mi bandera Rojo, amarillo y verde Que flamean en la bandera.


Artículo 5 VIAJERO QUE LLEGAS, NUNCA TE VAYAS Un gran potencial que tiene el Municipio, y que recién está emergiendo es el Turísmo. Las Misiones Jesuíticas, las festividades religioso-populares, la diversidad y pureza del ecosistema y su Festival de Música barroca son los principales atractivos. El Turismo de Aventura, para los más osados, oferta una amplia red de caminos y sendas para desarrollar el ciclismo de montaña y las cabalgatas, como puede ser el Cerro de la Cruz en San Ignacio desde donde se aprecia la belleza de la ciudad y su entorno. También existen represas como las de "Guapomó" ó "Las Piedritas" para la práctica de la pesca y deportes acuáticos, ó Balneario " El Paraiso", para disfrutar al sol. EL Etnoecoturísmo es en el municipio un atractivo añadido, ya que hay gran número de Comunidades que aún viven de forma primitiva, pero que se caracterizan por la calurosa acogida que brindan a sus visitantes. Claro ejemplo de ello son San Javiercito, que aún conserva su dialecto, costumbres y tradiciones misionales ó San Juancito, comunidad totalmente concienciada en la acogida de turistas, que rige sus reglas bajo la constante supervisión del Cabildo, única autoridad local, pero que brinda la oportunidad de disfrutar de un inolvidable día de campo, remando en las aguas de su represa ó conviviendo con los comunitarios mientras se pasea a caballo por sus dominios. En cuanto al Ecoturismo existen amplitud de bosques vírgenes con fauna y flora variada, que no deja de sorprender a científicos y biólogos de todo el mundo. La amplia variedad de tipos de aves, convierte al Municipio de San Ignacio en gran potencial para todos los amantes del arte de la observación, aunque lo que realmente está en avanzado desarrollo y más fama internacional ha alcanzado, es el Parque Noel Kempff Mercado, que tiene sus oficinas en las ciudades de Santa Cruz y San Ignacio de Velasco. Según los resultados de la "II Cumbre de la Tierra" celebrada en Johannesburgo en el mes de Agosto del 2002, Bolivia se encuentra entre los países con mayor diversidad biológica del planeta y mucho se debe a los esfuerzos que se han llevado a cabo por parte de los conservacionistas. PARQUE NOEL KEMPF MERCADO El 28 de junio de 1979 se crea el Parque Nacional de Huanchaca. Debido a su importancia en cuanto a flora y fauna se refiere, se le amplia su superficie y es declarado Parque Nacional Noel Kempff Mercado el 28 de junio de 1988, en memoria del científico cruceño que perdió la vida en el mismo lugar. Está ubicado al Nordeste del departamento de Santa Cruz, en la Provincia de Velasco, y pertenece una pequeña parte a la Provincia de Iténez, en el Beni. Actualmente consta de 1.523.446 ha con un clima cálido tropical y una precipitación pluvial anual de 1.500mm. El rango altitudinal del parque oscila entre los 200 y 750 msnm.


El parque se caracteriza por su excepcional belleza escénica dictada por los grandes farallones y cataratas de la meseta Caparú, formación única del escudo precámbrico en la zona. La hidrografía está definida por los ríos Itenez al este y Paraguá al oeste. Las cuencas más importantes en el interior del área pertenecen a los ríos Pauserna y Verde, tributarios de Itenez y Guaporé. Entre las ecoregiones presentes destacan el bosque húmedo submontañoso del escudo, ya que es único en toda Bolivia, zonas de bosque húmedo estacional, las sabanas del cerrado por su excelente estado de conservación, lugares arqueológicos en la región de Piso Firme...etc que hacen de esta zona una de los mayores potenciales para la conservación de la biodiversidad, estudios para la conservación de la vida silvestre, reserva natural de importantes recursos genéticos y la practica del ecoturismo y Turismo de Aventura. Se han registrado unas 2.700 especies de plantas superiores pero se calcula que podrían existir una 4.000 especies. El parque se caracteriza por una notable diversidad de especies de Orquídeas y comunidades florísticas típicas del cerrado. En cuanto a la fauna se han registrado unas 1.098 especies silvestres, de las cuales muchas se encuentran en peligro de extinción, como son el ciervo de los pantanos, el jaguar, el tigrecillo, el mono titi, la paraba jacinta, la tataruga ó el caimán. La avifauna es tan rica que se estiman unas 600 especies. Es indispensable visitar los campamentos Flor de Oro desde donde se accede a las cataratas Ahfheld y Arco Iris, las sabanas periódicamente inundadas , las galerías de bosques ó el campamento Los Fierros, desde donde se llega a los pies de la meseta de Caparú. Recorrer el sendero de interpretación, que gracias al desarrollado conocimiento de los locales y los valores naturales del parque, se convierte seguro, en una experiencia inolvidable. Para los extranjeros que quieran visitar el parque, la forma de acceso más fácil es bien desde la ciudad de Santa Cruz, vía aérea, ó desde San Ignacio, donde el trasporte público sale todos los viernes hacia Las Mechitas. Allí se planificaría por radio la entrada al parque. Existe la posibilidad de alquilar movilidades 4X4 para acceder de forma más independiente. Actualmente hay cabañas en los Campamentos con capacidad de 70 camas y su correspondiente área de camping, alimentación, guianza, transporte, 65 Km de senderos habilitados para caminatas y 300 Km de caminos troncales para vehículos. Los visitantes pueden encontrar cataratas, escalar la meseta, pasear en canoa por la amplia red fluvial, caminar por senderos u observar aves y todo tipo de animales salvajes.

La cercanía del Municipio con la frontera hace que esta ciudad sea un nudo de unión entre negociantes Brasileiros y el mercado cruceño y boliviano, así como ciudad nudo con otros departamentos. Por eso San Ignacio tiene un alto potencial en lo que a Turismo de Negocios se refiere. Su amplia oferta hotelera acoge diariamente a negociantes y transeuntes que por un motivo u otro arriban a esta parte del Oriente.


Pero aún así el turismo mas fuerte que llega a estas tierras, viene buscando el legado que dejó la simbiosis existente entre los misioneros y los originarios: Sus Templos Misionales y la riquísima herencia Histórico-Cultural, que celosamente guardan los habitantes Velasquinos. El flujo turístico se centra sobre todo en el circuito Misional San Ignacio, San Miguel, San Rafael y Santa Ana. Las escuelas de música Barroca de San Ignacio y el coro de Santa Ana forman parte del festival Internacional de Música Barroca, evento de interés mundial, único en su género, que se celebra cada dos años en la Chiquitania. Sus fiestas de Semana Santa, los Carnavales y las fiestas patronales son motivos suficientes para que los Ignacianos saquen a relucir lo mejor de ellos mismos y representen sus ritos y bailes tradicionales, a ritmo de Taquirari ó Chovena.

De Romería a Santa Ana "Un bosque de horcones y ensambles de maderas sostiene el gran techo bajo el cual se podía ver entre la selva el paraíso prometido. Ángeles tallados, pájaros en los retablos, flores pintadas y la vegetación de los patios a través de grandes huecos en los muros de adobe, se unen a la música de violines y cantos." "La valoración de contraste entre la fisonomía de esta iglesia pequeña que parece casi emerger del suelo, mimetizándose con el paisaje, y el interior de excepcionales condiciones ornamentales, por el uso de la mica en las paredes, son indicativos de que estamos ante un templo jesuítico ." d´Orbigny. La Misión de Santa Ana Fue fundada en 1755 con pobladores de San Rafael, lo cual significa que solamente estuvo unos 12 años bajo la administración de los Jesuitas. El párroco era un joven padre, Julián Knogler, quien venía realizando las obras del colegio e Iglesia, habiendo organizado los talleres de carpintería y herrería. En el momento de expulsión de los Jesuitas la Iglesia era aún provisional. Tenía un altar mayor de tres nichos: en el medio se colocaba a Santa Ana y a los costados un Santo Cristo y la Concepción. La obra fue finalizada por los originarios aneños entre 1770 y 1780, sin supervisión alguna. La ausencia del jesuita en su construcción supuso la existencia de errores estructurales que, junto con el lógico paso del tiempo, poco a poco iban provocando la ruina de la iglesia y requirieron de trabajos de recuperación. En el año 1990 la UNESCO declara Patrimonio de la Humanidad al pueblo Misional de Santa Ana junto con otras seis poblaciones chiquitanas, declarando no solo Patrimonio los monumentos religiosos, sino también el entorno cultural y natural. Las obras de restauración de la Iglesia de Santa Ana, se comenzaron en el año 1997, de manos de la arquitecto Hans Roth, la Agencia Española de Cooperación Internacional , COSUDE, la fundación Martin Schmid, el Gobierno Municipal de San Ignacio y la aportación de los lugareños, que fueron los que más empeño pusieron, ya que en sus manos


estaba la recuperación de esta reliquia, herencia de sus ancestros. Para ello utilizaron planos dejados por los misioneros jesuitas, y es por eso por lo que la Iglesia tiene tantos rasgos indígenas. Su órgano original es restaurado a su vez por la embajada de Francia, a través de "Caminos del Barroco" La imagen urbana que presenta el pueblo de Santa Ana es el que mejor conserva los rasgos de la época misional, y es tanto en el trazo urbano como en sus "pahuichis", construidos de tabique y barro, donde se aprecia el sistema constructivo tradicional chiquitano. Técnicas tradicionales de la madera y el adobe ahora conviven con modernas resinas sintéticas, pequeñas estructuras metálicas y cimientos de hierro y hormigón, sin haber perdido con ello el sabor de su historia. ROSTROS CHIQUITANOS por Arturo Áñez Cuantos recuerdos encierran Cuantas historias dormidas Esos rostros el pasado entierran Añoranzas de estirpes perdidas. Ojos tristes sin humedad de rocío Ya no tienen esa luz definida Han perdido los vivaces bríos De caminar por sendas perdidas. Expresión de vida lejana Con aroma de sendas lujuriosas Son los rostros de la raza chiquitana Expresión de hechizos y de diosas Sus pupilas buscan la respuesta Añorando sus típicas costumbres Atrás quedaron las selváticas siestas Y las brisas de sus verdes cumbres Rostros sin ninguna esperanza Surcado por profundas arrugas No hay en ellos intención de venganza La vida de los ojos se les fuga. Un suspiro, un lagrimón Tranquila inmutable la faz Solo llora en silencio el corazón Esperando morir en paz.


PATRIMONIO CULTURAL En 1972 con la restauración de la iglesia de San Rafael a manos del arquitecto Hans Roth se inicia una corriente de rehabilitación de estas misiones jesuíticas que conlleva a la declaratoria en 1990 por parte de la UNESCO en Patrimonio de la Humanidad a seis de estos templos misionales. La posterior participación de organismos internacionales en forma de cooperación y la declaratoria de la Ley de municipalidades en 1998, llevan a la constitución del Plan de Rehabilitación Integral de las Misiones Jesuíticas de Chiquitos en el 2001. Esta organización, sin fines de lucro, nace cobijada por la Diócesis de San Ignacio, el vicariato de Ñuflo de Chávez, la Agencia Española de Cooperación Internacional y los nueve Gobiernos Municipales con patrimonio declarado dentro de los cuales se encuentra el municipio de San Ignacio de Velasco cuya capital es sede actual del plan. La justificación de este organismo es que las sociedades son organismos vivos con objetos producidos y símbolos que configuran el patrimonio cultural. El objetivo principal de esta institución es la de valorizar, rehabilitar y conservar el Patrimonio Misional Chiquitano, entendiendo que el patrimonio cultural es la base y fundamento de la memoria social de los pueblos. Es un conjunto de bienes y costumbres heredadas, un bien que tenemos derecho a disfrutar y usar con la obligación de conservarlo. Recuperar el patrimonio supone trasmitir a las nuevas generaciones los valores y riquezas culturales que poseemos, a la vez que se convierte en un factor dinamizador de la economía.


ANEXO: Galería fotográfica




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