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REVISTA GRATUITA SEPTIEMBRE/OCTUBRE 2016
SUMARIO
02 Staff
30 Bazar
69 Mi mujer es enfermera
SOMOS MUY
Marina Rubalcaba MODA
Elisa Victoria Marroquí LA 69
32 Ron Arad
70 Nuestro último verano
05 El juego de discutir Javier Gotor CARTA DEL DIRECTOR
06 Algunos aprobados y un cate ÁGORA
35 Aprender y enseñar
08 El fruto del mal
Luis Rull SERÁ MUY
EN 1.000 CARACTERES
10 Un quiero y no puedo Manuel Grosso OPINIÓN
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12 Sí, el último libro que leyó García Márquez fue El asesino de la regañá El Rancio Sevillano OPINIÓN
14 Prostitución: las lecciones del pasado Andrés Moreno Mengíbar REPORTAJE
18 Todos tenemos datos, pero no criterio Juan Luis Manfredi OPINIÓN
20 Pablo Barragán. Creativos
SEPTIEMBRE - OCTUBRE
Inda Rodríguez HISPATALENTOS
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Peter Abbad DISEÑO
24 María Jesús Guerrero. I+D Inda Rodríguez HISPATALENTOS
26 Pictury. Empresas Inda Rodríguez HISPATALENTOS
28 6 acabados top en diseño de producto María José Egea MODA
36 Osier Luther
Pilar Rodríguez OPINIÓN
72 Bodegón cultural COOLTURA
73 Verdún hace cien años
THE WALL
Eva Díaz Pérez OPINIÓN
38 Chris Molinuevo
74 Monkey Week
TATTOO FLASH
40 Condenados a prohibir SEVINTAGE
50 Ángel León ES MUY
58 El culto de los antihéroes, o el camino fácil Amaro Sánchez de Moya OPINIÓN
60 Manuel Chaves Nogales La Olivetti Mellada FUE MUY
62 No todo vale… ahora Paco Brida OUTSIDERS
64 La cocina de la libertad Javier Gotor LA MANDUCA
66 De tapeo con Obama Fernando Huidobro OPINIÓN
Vidal Romero MÚSICA
78 Maldito Rocío José María Rondón CINE
81 Bienales y dejà vu Ana Somoza COOLTURA
85 Entre la cuna y la tumba Alejandro López FROM SVQ
92 Espejo y espectáculo Pedro G. Romero OPINIÓN
94 María Cañas Javier Gotor HEREJES DEL SUR
96 Árbol de la vida José Luis Castro Lombilla PLUMAS DE CABALLO
SOMOS MUY
COLABORADORES MANUEL GROSSO. Profesor universitario, escritor y promotor cultural. JULIO MUÑOZ, RANCIO SEVILLANO. Periodista y escritor. JUAN LUIS MANFREDI. Periodista y profesor universitario. MARINA RUBALCABA. Periodista, social manager y bloguera. JOSÉ MARÍA RONDÓN. Periodista y escritor. AMARO SÁNCHEZ DE MOYA. Arquitecto, decorador y pintor muralista. PETER ABBAD. Diseñador. PILAR RODRÍGUEZ. Periodista.
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ELISA VICTORIA MARROQUÍ. Escritora. EVA DÍAZ PÉREZ. Periodista y escritora. VIDAL ROMERO. Arquitecto y crítico musical. PEDRO G. ROMERO. Artista y miembro de la Plataforma de Reflexión de Políticas Culturales.
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E d i ta
EMILIO R. CARCAJOSA. Psicólogo, criminólogo y Máster en Gestión Cultural, cuenta con veinte años dedicados al mundo de la cultura y la comunicación. Este melómano empedernido es colaborador de la decana Ruta 66, Karate Press o la desaparecida Rolling Stone, y ha trabajado para festivales como Territorios Sevilla, Anfi Rock o Monkey Week, donde coordina contenidos y dirige las jornadas profesionales. También lidera la banda de rock expresionista Miraflores.
GLOZ COMUNICACIÓN C/ Joaquín Guichot, 5. 1º Izq. 41001 Sevilla, España.
SERGIO CARO. Fotoperiodista con prestigio internacional. Practica el storytelling, una variante de la fotografía consistente en contar historias mezclando fotos y sonidos. Ha trabajado en la Agencia EFE y para el Grupo Zeta, además de para revistas como 40 Magazine y Rolling Stone o para El Periódico de Catalunya. Entre sus galardones, el European Neswpaper Award, el premio Andalucía de Periodismo, el Visa d´Or de la prensa internacional y el premio José Ortega y Gasset de periodismo en la categoría de información gráfica.
CRÉDITOS DE FOTOS Niccolò Guasti – Foto Carta del director
Colaboran
Sergio Caro – Serie Clandestino. El ejército perdido de la CIA – En 1.000 caracteres
ANA SOMOZA. Periodista, ha trabajado en prensa, medios digitales y televisión. Su etapa en la extinta Giralda TV la llevó a especializarse en información flamenca, temática que ha seguido cultivando con posterioridad en diferentes medios de comunicación. En la actualidad combina sus facetas de redactora y productora televisivas con la de fotografía. ANDRÉS MORENO MENGÍBAR. Doctor en Historia y profesor de enseñanzas secundarias. Junto a Francisco Vázquez ha publicado Sexo y razón. Genealogía de la moral sexual en España, Poder y prostitución en Sevilla e Historia de la Prostitución en Andalucía. ÓSCAR ROMERO. Fotógrafo sevillano, sus obras se han incluido en numerosas exposiciones colectivas e
Publicidad Marcos Fernández comercial@lamuy.es
C O N TAC T O hola@lamuy.es
Impresión Servigraf Artes Gráficas S. L.
DEPÓSITO LEGAL SE 1355-2015
JOSÉ LUIS CASTRO ‘LOMBILLA’. Humorista gráfico y escritor.
en este número
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individuales en todo el territorio español. Sus fotografías están en algunas colecciones, como la del Instituto Cervantes o de la Fundación Valentín de Madariaga. Ha trabajado para marcas como el National Museum of Muscat de Omán, Levi´s, Rolling Stone, El País, Red Bull o Loewe. Entre los premios obtenidos, destacan el Solo Loewe de 2011 y el del Festival de Cine Europeo y FNAC.
Foto cedida por El caso Rocío – Cine
Agradecimientos Taller de Luthería (c/ Baños), Fernando Huidobro, Diego Geniz, David Vico, Raúl Guerrero, David Rubio, Gervasio Iglesias.
S ta f f JAVIER GOTOR Director ALEJANDRO LÓPEZ Redactor Jefe INDALECIO RODRÍGUEZ Marketing JACOBO CARMONA Diseño y Maquetación.
Todos los derechos reservados. Prohibido la reproducción total o parcial de lo artículos, ilustraciones, fotografías y demás contenidos publicados. La dirección no se hace responsable de las fotos, textos y opiniones en La Muy, ya que son responsabilidad de las fuentes firmantes.
CA R TA D E L D I R E C T O R
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El juego de discutir Texto:
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e un tiempo a esta parte me estoy dando cuenta de que me encanta discutir, y si puede ser en ocasiones incómodas, incluso en momentos de esos que llamamos embarazosos, mejor. Ya sea defendiendo posturas que ni al Jack Torrance de Kubrick se le pasarían por la mente, ya sea alegando estupideces con poco o ningún sentido. Discutir está minusvalorado en las reuniones de amigos, en los almuerzos con antiguos compañeros de la facultad, durante las cenas con tu pareja, en la oficina a la hora del break mientras derramas por el gaznate un café hirviendo. Las situaciones de la vida cotidiana se han elevado (o más bien depreciado) al plano de lo estrictamente hedonista, placentero, confortable, ameno. Los sobresaltos solo aparecen en esas milésimas de segundo en las que el estallido chirriante de una copa caída rechina en tus oídos, o cuando el comensal de tu derecha estornuda tres veces seguidas y sin pestañear (tengo un amigo capaz). Todo por charlotear un rato y echar un par de carcajadas con la mandíbula desencajada. Y es que parece que el único leitmotiv de todo aquello es el de aderezar el
entorno para que la fotografía posterior refleje lo bien que nos sentimos y lo banales que somos. La reunión y la conversación pasan a un segundo plano. ¡Qué digo segundo! ¡Tercero o cuarto! El paradigma ha cambiado. Lo que antes era el motivo de reunión es ahora el pretexto para la imagen posterior. El que escribe esta página tiene tan solo dos formas de soportar este tipo de tesituras: la primera es la mimetización con una risa entre dientes continua para no llamar la atención, y la que más me pone, discutir por lo que sea. Sacar a la palestra un tema, sea cual sea, pero lo suficientemente conocido por todos para en ese momento crear la controversia. Buscar la discusión donde quizá a simple vista sea imposible: infidelidad, reciclaje, prostitución… Es como un juego. Para participar es fundamental que sepas que nadie en su sano juicio se posicionaría nunca a favor de la cuestión en concreto. Solo tú, que, aunque en realidad no pienses como expresas, eres capaz de defender con uñas y dientes esa postura. La última vez que jugué fue hace unas semanas. Estábamos sentados alrededor de la mesa con el estómago
lleno y tomando la copa de después. Hablábamos sobre la igualdad de género en el trabajo y vi clara la ocasión. Cuando empecé a argumentar mi postura contraria, el arqueamiento de cejas fue generalizado. Los de alrededor no podían creerse que estuviese vomitando tales sandeces. Las chicas se enrojecían. Incluso me llevé alguna patada de tarjeta roja directa por debajo de la mesa. Fue de lo más divertido. No obstante, hay que saber controlar la situación porque puedes provocar rechazo real en los demás. Y que esa copa sea la última que te tomes. La discusión es una herramienta muy útil para ponerte en el lugar de otros, conocer sus sensaciones y argumentos. Primordial para abrir tu mente a otros planteamientos que al principio pueden parecer rudos y primitivos, pero que en el fondo siempre tienen algún fundamento al que agarrarse. Una forma de enfrentarse a algunas verdades estúpidamente universalizadas y casi sacralizadas. Una herramienta también eficaz para tener una velada algo más entretenida. @javiergotor Un dios salvaje - Roman Polanski
ÁGORA
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Algunos aprobados y un cate
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TWIT TER
“Soy muy de La Muy porque se sale del tiesto en originalidad, creatividad e imaginación. Un periodismo de calidad cargado de rigor profesional en el fondo y en las formas. Un producto atractivo que desnuda una realidad distinta, que se atreve, provoca y nos descubre una Sevilla culta, innovadora, diferente que ya intuíamos y ya queríamos pero que permanecía ahí adormecida, sin que nadie le metiera mano. Es además un escaparate magnífico del talento y el carácter emprendedor de los andaluces y nos brinda una oportunidad para sentirnos orgullosos de cómo hacemos las cosas aquí abajo y de cómo somos. La Muy va a dar mucho que hablar porque arroja luz en tiempos de incertidumbres. Seduce al lector. Y ésa, es una sensación que no experimentaba hace tiempo en el mercado de la prensa escrita. Triunfará seguro porque si algo es Andalucía, es Cultura.”
“Fantástica semana en Escocia calentándome con @lamuyrevista. Excepcional la oda al verano sevillano.”
Luis Gresa “Una revista interesante con artúculos cuidados y diseño exquisito. seguramente no tenga ayuda de las instituciones y tengan poco futuro.” Carla Gómez
FA C E B O O K
“Felicidades, una magazine de altura amigos. Gracias.”
“En Fnac Sevilla no es ni medio normal. Vuelan. Me tenéis esclavizado, reponiendo ejemplares, ya no de un día para otro, si no varias veces en el mismo día. Lo reconozco (y lo digo de corazón), es un placer hacerlo. Muchas felicidades por el éxito y por la enorme calidad de la revista : )”
@paseoeditorial
José María Villalobos
“Imprescindible en el equipaje de vacaciones @lamuyrevista. Auténtica catarsis cultural hispalense”.
“Una revista con grandes innovaciones y magníficos artículos.”
@Onubenho
@juanjo_morillas “Artículo que me ha llegado al corazón. Dr. Reza, ciudadano del mundo, médico ejemplar”.
@macaana95 “Qué maravilla la línea que está siguiendo @lamuyrevista. De verdad, enhorabuena por emprender y por el currazo.”
@Raul_rodo
Magdalena Rodríguez
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El fruto del mal FOTOGRAFÍA: SERGIO CARO / 93 METROS
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n el principio hubo un paraíso, el Jardín del Edén lo llamaban. Allí crecía el árbol del conocimiento, sobre cuyo fruto pesaba la prohibición divina. Quien lo probara estaría enfrentándose a ese dios coercitivo, que reservaba el más terrible de los castigos para los insurrectos: expulsarlos del paraíso con la mácula del pecado original para su descendencia. Hombres y mujeres condenados a la mortalidad, al dolor y a la infelicidad. Mujeres y hombres luchando, generación tras generación, por recuperar el paraíso originario perdido. Y al final de sus vidas, de todas las vidas, una conclusión común: el único paraíso está en la infancia. El hombre jamás será más hombre y más libre que cuando es niño. Nada hay más cruel que robar a un niño su niñez. Nada más desolador que un pequeño paraíso arrasado por las guerras de los adultos. Nada más inhumano que un árbol cuyo fruto es un niño con un fusil en las manos jugando a ser un dios vengativo. Definitivamente hemos sido expulsados del Edén. -
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Un quiero y no puedo Texto: MANUEL GROSSO
l otoño aún no ha llegado, el verano se resiste a desaparecer. La sociedad ha creado una maquinaria infernal que se llama vacaciones de verano, en donde todos creen recuperar un espacio propio de libertad cuando en realidad es todo lo contrario. En líneas generales se puede afirmar que los periodos estivales se convierten en una especie de infierno, en el que se condena a los ciudadanos a convivir noche y día con los seres más cercanos sin interrupción y en una condiciones deplorables; no es de extrañar que las separaciones y divorcios se multipliquen en esta época. Las playas se parecen más a una granja avícola que a un espacio de reflexión o relax, los pueblos del interior lo único que logran es crear nostalgia de la dependencia laboral, solo los más jóvenes pueden agotar su dosis de adrenalina de alguna forma. De los viajes organizados mejor no hablar, mera colección de postales personales en un entorno que resulta hostil. Pocos, muy pocos, logran desconectar de la rutina, que en realidad este sistema ha logrado imponer como modo de vida.
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Los meses de septiembre y octubre se convierten de esta forma en una vuelta lenta y perezosa a la realidad. Los primeros días, a pesar de la añoranza de un inexistente descanso estival, se convierten en una prueba para ir encajando el día a día. En
la primera quincena de septiembre nada funciona al 100%, todo es una puesta al día, todos intentan adaptarse, pero nada funciona igual, el calor cede un poco pero no se va del todo, habrá que esperar a octubre para que nuestros cuerpos se acostumbren. Aún permanecen los fines de semana veraniegos, la huida hacia adelante. Aún se resiste la cultura del chiringuito y se niega inconscientemente la crudeza de la realidad. Con la vuelta de los niños al colegio, es cuando todo lo cierto se hace presente, para alivio de muchas familias. A la ciudad le pasa lo mismo, con una diferencia, esta apenas ha cambiado. Meses estos de no saber a ciencia cierta en donde estamos. Una Bienal de Flamenco en decadencia que no asombra ni interesa a casi nadie, burocratizada y en manos de personas sin alma, que lo mismo pueden organizar un evento flamenco como una final de tenis; atrás quedan las hermosas locuras de Ortiz Nuevo, tan caóticas como fascinantes. No creo equivocarme mucho si digo que se lleva a cabo de espaldas a la ciudad, como en su día fue la fallida recuperación de la Feria de San Miguel, de la que solo perduran algunas corridas de toros, este año casualmente con carteles de postín. De nuevo son los jóvenes los que le dan sustancia a este periodo.
Reencuentro con los amigos, con los amores que se dejaron aparcados en la esperanza de encontrar nuevos alicientes que en la mayoría de los casos fueron fugaces. Vuelta a los colegios o a la universidad, que da motivos para refugiarse en lo ya conocido o en el sueño de un cambio que no llega. En otros casos, volver a la dinámica del paro o el miedo a los reajustes de plantillas cuidadosamente planeados por las altas esferas empresariales desde la distancia de un lugar paradisiaco. De la política, mejor no hablar. Cuando escribo estas líneas aún no se ha llegado a ningún acuerdo, en realidad todo seguirá igual y la desafección ciudadana es cada instante mayor. Los nuevos políticos ya han probado el placer y la decepción de ocupar una cargo y al resto del personal se le lanza un claro mensaje: buscaos la vida. Como pueden deducir, no soy especialmente optimista al respecto. Cuando acabe octubre, ya todos estaremos pendientes de los ritos navideños y entonces sí sabremos que el trauma posvacacional ha sido superado. En definitiva, pasemos el trago lo antes posible de estos meses y pensemos que aún hay sevillanos que luchan día a día por cambiar las cosas, como puede ser el ejemplo de La Muy, que lleva casi un año de existencia, bastión de los que creemos que hay otra manera de entender la ciudad... y para colmo es posible. -
OPINIÓN
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Sí, el último libro que leyó García Márquez fue El asesino de la regañá Texto: EL RANCIO SEVILLANO
iempre he odiado a los periodistas que utilizaban su posición para contar historias personales. Yo lo voy a hacer, pero tiene una explicación: la historia es tan increíble que quiero “bajarla”. Entenderéis por qué la escribo, justo al final.
Al poco, Gabriel García Márquez falleció en México y a las pocas semanas volví a recibir una llamada de Luis. “Illo, me ha dicho Amalia, la de García Márquez, que ha estado en el funeral y tiene tu libro, que está subrayado por él”.
Las mejores cosas que me han pasado en la vida, me han pasado en bares. En uno de ellos (Bar Lambuzo en Madrid, embajada andaluza y coliseum de croquetas) me presentaron hace unos años a una pareja de unos cincuenta años que había leído El asesino de la regañá. Llamaban la atención por educados y elegantes. Hablamos de los libros y al poco seguimos cada uno con nuestras croquetas.
“Luis, por tus castas, dile que si se lo puede llevar un día al bar, por lo menos para verlo”. La respuesta fue aún mejor: “Me ha dicho que está en Marbella ahora, que cuando suba a Madrid lo coge y que tiene claro que ese libro te hará mucha más ilusión a ti que a nadie, y que te lo quiere regalar”.
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Un mes después, recibí una llamada de Luis, el dueño del bar y celestina de aquel encuentro: “Illo, ¿te acuerdas de la pareja que te presenté en el bar el otro día? Pues por lo visto ella es amiga de García Márquez y le ha dado tu libro”. García Márquez estaba, en su casa de donde fuera, leyendo sobre montaditos de pata de mulo, cervecitas en El Salvador y Serva la Bari. Honestamente, me parecía tan marciano que no quise ni creérmelo. Sin embargo, la imagen de un premio Nobel escribiendo “Qué es regañá” en Google me volvía a la cabeza a menudo.
Ahí ya sí, ahí ya me puse nervioso.
Hace una semana (desde que escribo esto) quedamos en la casa de Amalia, en plena Plaza de Ópera, que es la Puerta de Jerez de ellos. Tras un rato de conversación de sentimientos y de problemas que se resolverán, fue al salón, sacó un libro y me contó. “Me encontré en Madrid a Mónica, la secretaria de Gabriel hace tiempo. Yo acababa de terminar tu libro, me había reído mucho y ella, después de contarme que Gabriel estaba malito, me preguntó qué estaba leyendo. Le conté sobre tu novela y le pareció divertida. “¿Me la dejas? No vuelvo a España en cuatro o cinco meses, pero igual le anima”. Total que se la di. A las semanas me llamó a mi casa de aquí y me dijo que Gabriel le
había preguntado si podía subrayar “Con lapicero, claro” y yo le dije que sí”. Entonces me entregó el libro, y pasé páginas parándome en aquellos subrayados. El libro tenía un encanto parecido al sombrero de un mago, como si por él hubieran pasado cosas especiales. Lo tengo en casa, y me encanta mirar subrayados “de lapicero”. Sobre todo de la frase “Fuera hay silencio”, que ahora parece mucho mucho mejor que cuando la escribí. Os cuento todo esto porque efectivamente para mí es importante, pero sobre todo por lo último que me dijo Amalia. “En septiembre vendrá la secretaria de Gabriel a Madrid. Quedaremos, te vienes y que te cuente ella mejor. Me dijo que se lo leyó dos veces y por lo visto preguntó al final una cosa: Sevilla, la ciudad que cuenta… ¿es inventada no?”. Cualquiera que haya leído La regañá sabe que casi nada de lo que sale es inventado, ni sitios, ni actitudes, ni rasgos. Solo nos queda felicitarnos, tenemos la suerte de ser de una ciudad que, para García Márquez, está justo al lado de Macondo. @rancio Capítulo Siete - Úrsula
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Prostitución: las lecciones del pasado
Texto: ANDRÉS MORENO MENGÍBAR
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obernantes, moralistas, sociólogos, activistas y agentes de todo tipo llevan siglos buscando una solución para la cuestión de la prostitución, fenómeno inextinguible en las ciudades desde hace infinidad de siglos, sin por el momento haber sabido encauzar de manera definitiva una serie de interrogantes fundamentales: ¿qué hacer con la prostitución? ¿Es posible conseguir su desaparición? ¿Estamos dispuestos a aceptar la prostitución como una actividad lícita? ¿Preferimos tender sobre ella un manto de invisibilidad que alivie nuestras conciencias? La raíz del fracaso de casi todas estas opciones, como se muestra en la actualidad en el caso sevillano, descansa sobre dos cuestiones fundamentales: no tener en cuenta la opinión de las prostitutas y no saber interpretar las lecciones de la Historia. -
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Tiempos de mancebías Durante más de dos siglos funcionó en Sevilla un modelo de gestión y control de la prostitución centrado en el establecimiento de un espacio exclusivo para el ejercicio del meretricio, sometido a normas y vigilancia. Hablamos de la mancebía o casa pública, de la que tenemos datos desde el siglo XIV. En el caso de un puerto como el hispalense, la población flotante de marineros y la de los artesanos vinculados con la navegación suponía un mayor acrecentamiento de la desfavorable relación entre hombres y mujeres habitual en las ciudades medievales. Ello derivaba en un clima de violencia, especialmente sexual, cada vez más intenso. En 1337 Alfonso XI establece para la ciudad de Sevilla unas normas para perseguir a la prostitución encubierta que se ejercía en algunas casas. Lo más interesante de estas nuevas normativas es la vinculación que en ellas encontramos entre prostitución y violencia urbana. En una ciudad con una creciente violencia acrecentada por la rivalidad entre los clanes de los Guzmanes y los Ponce de León, los burdeles y su entorno se convierten en zonas de reclutamiento de rufianes,
matones y demás gente de mal vivir utilizados como fuerza de choque por las familias aristocráticas. Una de las medidas tendentes a limitar el alcance de la relación entre prostitución y delincuencia fue la de circunscribir el ejercicio tolerado de la prostitución a un ámbito geográfico concreto. A la altura de este año de 1411 ya era una realidad la concentración de los burdeles en la zona del Arenal, próxima al puerto y a su asidua clientela, pero con límites poco definidos de complicada vigilancia. De ahí el que cinco años más tarde se tomase la decisión de confinar el ejercicio legal del meretricio a una zona bien delimitada de la ciudad.
La “patronal” del placer
Tarea vana fue pretender circunscribir toda la prostitución local en la mancebía, como se empezaría a demostrar desde bien pronto. La raíz del fracaso del modelo del burdel municipal residía en que provocaba que las mujeres prefirieran el ejercicio libre fuera de sus muros aun a riesgo de sanciones económicas y corporales. Así, si en sus mejores tiempos en la mancebía sevillana pudieron residir unas cien mujeres, el licenciado Porras de la Cámara da para el año de 1600 la cifra de tres mil rameras desparramadas por toda la ciudad.
No era únicamente el Concejo hispalense el interesado en mantener la mancebía en el mejor funcionamiento posible pese a los posibles escrúpulos morales. Aún más lo estaban los propietarios de los inmuebles del interior de la mancebía, casas de baja calidad, aprovechas al máximo posible (hemos detectado que algunas casas llegaron a ser subdivididas en diez boticas a lo largo del siglo XVI) y arrendadas por interesantes cantidades a los ya conocidos padres de la mancebía. Sólo unas veinte de las cien boticas eran propiedad concejil y el resto estaba en manos, esencialmente,
Toda mujer que quisiera ejercer en el Compás debía solicitarlo ante la comisión municipal del ramo, atestiguando no ser natural de la ciudad, ni estar casada, ni tener familiares en Sevilla sobre los que pudiera recaer el peso del deshonor. Una vez pasado este filtro debía encontrar acomodo en algunas de las boticas libres y ponerse de acuerdo con el encargado o padre correspondiente. Un alguacil municipal se aseguraba de que se cumpliesen los horarios y el calendario de cierre por festividades religiosas, así como de conducir cada domingo por la mañana temprano a las rameras a misa.
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de instituciones religiosas: el cabildo catedralicio, la colegiata de El Salvador, el monasterio de Santa Clara, los hospitales de Santa Marta, de San Clemente, de la Misericordia, de los Caballeros, del Espíritu Santo y del Amor de Dios. Todas ellas se amparaban en la doctrina asentada por Tomás de Aquino, y repetida por los teólogos españoles del momento, de que lucrarse del dinero procedente del alquiler de los burdeles era moralmente lícito si el Rey permitía la existencia de las mancebías. Como se ve, una perfecta simbiosis ideológica en la que el poder regio se ampara en la licitud moral mientras que la Iglesia defiende la licitud de sus ingresos non sanctos con el pretexto de la autoridad real. El fin de este modelo de gestión sobrevendría en el primer cuarto del siglo XVII como consecuencia justamente de un radical cambio en el paradigma moral de la Iglesia. Ya desde finales del siglo XVI se estaba detectando en Sevilla, como antes en Granada, la acción cada vez más intensa contra la mancebía de los miembros de la Compañía de Jesús. Movilizaron sus influencias en la ciudad y, sobre todo, en la Corte, donde alcanzaron un alto nivel de persuasión entre los miembros del
gobierno y, a pesar de la oposición de varias ciudades, entre ellas Sevilla, lograron que en 1623 se emitiese una orden que conminaba al cierre de todas las mancebías del reino de Castilla. De la legalidad a la ilegalidad La verdad es que para entonces, debido a la presión de los congregados y de los jesuitas, alejando a la clientela, el Compás de la Laguna llevaba ya varios años semidespoblado. Por el contrarío, lo que se produjo fue un crecimiento de la prostitución ilegal y un alarmante aumento del número de afectados por enfermedades venéreas, a la vista de las cifras de gastos de los dos hospitales sevillanos especializados en este tipo de curas. Los lugares de la clandestinidad más habituales eran las zonas más alejadas de la vigilancia de los alguaciles, como las barbacanas de las murallas, San Bernardo, Triana, las ventas del Alamillo y de la Barqueta y los aledaños de las zonas de fondeadero de los barcos de la carrera de Indias, desde el propio Arenal hasta, río más abajo, Coria del Río. No ha quedado mucha documentación sobre la prostitución en estos extensos tiempos de prohibicionismo que sólo trajeron más consecuencias negativas
que otra cosa. Los embates de las crisis agrícolas en el entorno rural de la ciudad o las consecuencias nefastas de las guerras, como la de Sucesión en los albores del siglo XVIII, arrojaban sobre la ciudad masas hambrientas y atemorizadas en busca de refugio y alimento; pero la ciudad no podía cubrir esas necesidades y la consecuencia era el aumento de la criminalidad y de la prostitución. Así describe la ciudad un anónimo poeta en 1708: Poca justicia, muchos alguaciles, a costales las putas y ladrones, seis caballeros y seiscientos dones; doncellas presumidas de sutiles, maridos a corneta enjaretados, jurados contra el pueblo conjurados, veinticuatros en común y con cuadrilla, las calles muladar: ésta es Sevilla. Las casas de tolerancia Como en ocasiones del pasado y del propio presente se ha demostrado, el prohibicionismo a ultranza no ofrece ninguna solución a la cuestión de la prostitución, más bien al contrario, no hace sino agravar las consecuencias de todo tipo, tanto para las propias prostitutas (carentes de ningún tipo de cobertura legal ni de ninguna forma de protección
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por parte de las fuerzas del orden), como para el resto de la sociedad, sometida a los riesgos sanitarios y de orden público derivados de una prostitución descontrolada. Las crisis agrícolas y los embates bélicos arrojaron hacia la ciudad abundantes masas depauperadas que alimentaron el mundo del meretricio subterráneo, ante lo que las autoridades locales no ofrecieron otra alternativa a la cuestión que una represión insuficiente. Había que dejar a un lado las cuestiones morales y volver a un modelo de regulación prostibularia que mitigase los temidos efectos sobre la población de las enfermedades venéreas. Con la presión añadida del Capitán General, alarmado ante el creciente porcentaje de la tropa dado de baja por venéreo, el ayuntamiento sevillano aprobó en 1859 una nueva reglamentación de la prostitución. Lejos de concentrar este fenómeno en una zona determinada, como las viejas mancebías, la estrategia era la contraria, impedir al máximo la visibilidad del amor venal mediante la dispersión espacial y la reclusión de la prostitución en los espacios cerrados de las casas de tolerancia. Quien quisiera ejercer este oficio en la ciudad debería acudir a un registro especial y matricularse en él, pagando una cuota mensual según la categoría del establecimiento en el que fuese a ejercer. Las pupilas estaban bajo el control de un ama, quien también estaba registrada y abonaba su correspondiente cuota, con la que se pagaba tanto el servicio especial de vigilancia policial como, sobre todo, el de inspección médica. La mafia de Olmo Este sistema, con alternancia de gestión municipal o del Gobierno Civil, perdurará casi un siglo, hasta 1956, con un breve impasse durante la Segunda República y la Guerra Civil. Como era de suponer, la voluntad de eliminar la prostitución callejera y su sustitución por el discreto fornicio en las casas de señoritas se desvaneció ante la
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realidad. La verdadera naturaleza de la presión que provocaba este sistema sobre las sufridas prostitutas se desvela a través de la existencia de una red “mafiosa” amparada por las autoridades y dirigida por el que fuese jefe de Higiene Especial durante más de treinta años, Miguel Olmo (bien conocido por dirigir un prestigioso taller de bordados de mantos y palios), quien, en connivencia con las amas a cambio de dinero, mandaba a sus agentes detener a las prostitutas que abandonaban los burdeles bajo acusación de ejercer de manera clandestina y las devolvía y encerraba en sus antiguas casas de tolerancia. Tras el embate prohibicionista durante la Segunda República, que llevó a la liquidación del sistema reglamentista y tras el peligro para la “regeneración nacional” que suponían las enfermedades venéreas una vez acabada la Guerra Civil, Franco ordenó restablecer en 1940 el sistema de control sanitario de los burdeles oficiales hasta el año 1956, cuando el deseo de aparentar modernidad y apertura frente a Occidente llevó a finiquitar el sistema y dejar a la prostitución en ese limbo legal en el que aún se mueve. La falta de documentación nos impiden un mayor acercamiento a la realidad prostibularia de Sevilla en aquellos años del franquismo, saltando hasta las bien conocidas últimas décadas dominadas por la conexión drogas-prostitución en los años setenta y ochenta, la irrupción de prostitutas extranjeras, la proliferación de clubes en carretera y polígonos y la densa presencia de mujeres en determinadas calles de la ciudad, con la consecuente alarma social, mostrando la inutilidad de medidas como las de multar a los clientes, que no hacen sino arrojar a las prostitutas de calle al antro tenebroso y explotador de los clubes.-
Ojos Verdes - Valverde, León y Quiroga
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Todos tenemos datos, pero no criterio a sociedad digital ha expandido la capacidad de almacenamiento, producción, reproducción y difusión de información bajo distintos formatos. Sea una fotografía tomada con nuestro móvil, la preparación de una hoja de cálculo para la economía doméstica o la alocada publicación de encuestas cada semana sobre los temas más variados, nos encontramos –como ciudadanos– con una ingente cantidad de datos. Así, podemos medir el número de votantes, el retorno de una inversión, el impacto de las guerras o el precio de las materias primas. Pero no podemos prever qué sucederá en el futuro porque la adquisición de información pasada no nos sirve para adivinar qué nuevos acontecimientos sucederán. Basta con leer al genio de Marshall McLuhan para entender que el acceso a la información no significa que seamos capaces de comprenderlos. De memoria, evoco una cita que resume esta tesis: “En tiempos de sobreabundancia de información, la clave del éxito está en el reconocimiento de patrones”. Casi todos tenemos acceso a los datos en las mismas condiciones, pero carecemos de los mismos criterios para su estudio, análisis y toma de decisiones. El reconocimiento de los patrones consiste en la capacidad de distinguir entre lo relevante y lo circunstancial, entre el cambio estructural y las noticias de coyuntura.
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Ahí principia buena parte de la desigualdad en la era digital, porque el criterio no se mide por el acceso a los datos, sino por su comprensión en un contexto global, que conecta las ciencias políticas con la macroeconomía, la sociología con el periodismo, la historia local con la internacional y tantas otras disciplinas. No es un catálogo cerrado, sino abierto y en permanente actualización. Ante la crisis de las fronteras administrativas,
Texto: J UAN L U I S MAN F R E D I
la tendencia actual consiste en elaborar análisis con un enfoque global o bien temáticos. Es una cuestión compleja que tiene que agregar las viejas ideas de la geopolítica (historia, demografía, geografía) con los nuevos riesgos (cambio climático, salud global y migraciones). Eso que llamamos criterio es lo que nos tiene que servir para tomar decisiones adecuadas para la vida política, la empresa y la ciudadanía. No obstante, incluso con cierto grado de criterio, la toma de decisiones cuenta con tres peligros recurrentes. El primero es el denominado “conocimiento experto”. A menudo, cuando un profesional conoce bien su materia acaba compartiendo metodologías, lecturas y autores de referencia con su comunidad epistémica. Por eso, los expertos son incapaces de prever el futuro. No verás nada de las primaveras árabes, la crisis financiera global o de la perestroika escrita por autores especializados antes de la precipitación de los acontecimientos. Sigue la lógica bayesiana que infiere que de unos datos se concluyen unas conclusiones lógicas. El segundo problema es el denominado efecto groupthinking, que consiste en el seguimiento a ciegas de la voz del jefe. Llevar la contraria a tu jefe es muy difícil y, menos aún, cuando la organización se dispone como una jerarquía. Este efecto reduce las voces discrepantes y acaba por anularlas. Frente a esta deficiencia, conviene promover la diversidad, crear espacios de comunicación horizontal y escuchar las nuevas ideas. Por último, está el efecto novedad. Consiste en que la
última tecnología, suceso político o novedad económica es “subversiva” y “la nueva XYZ” cambiará para siempre la realidad. Este efecto considera que el tiempo pasado no ofrece lecciones o que solo ahora esto o aquello es revolucionario. Conocemos esta falacia como el argumento ad novitatem. Lo nuevo es mejor solo por el hecho de ser reciente. Tremenda bobería que no es exclusiva del mundo publicitario, sino que la vemos en los análisis políticos y en la tertulia periodística. En estas circunstancias, se hace aún más valioso el criterio, el juicio abstracto. En la era de los big data, se confirman las tesis del psicólogo Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía en 2002. El autor ha investigado cómo los datos afectan a la capacidad de tomar decisiones en entornos de incertidumbre. Los datos permiten el “pensamiento rápido”, el cálculo que no requiere mucha complejidad o las acciones básicas. Aquí todos los ciudadanos somos iguales. Reaccionamos de la misma manera ante los estímulos. En cambio, la diferencia sustancial se obtiene a través del “pensamiento lento”, aquel que procesa en abstracto, que observa la realidad a través de las tendencias y los ciclos, que conecta campos del saber que son alejados. Es el pensamiento lento el que se le requiere a los líderes que quieren transformar su entorno a través de la confianza y la asertividad. Las decisiones se cimentan en los datos, en los números, pero requieren de habilidades sociales para alcanzar el éxito. Ya lo advirtió Jaime Balmes, autor de un librito titulado El criterio: no son las reglas fijas las que enseñan a pensar, sino los comportamientos y las actitudes. Una vez más, no son los datos, es el criterio. @juanmanfredi
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Pablo Barragán
C R E AT I V O S Texto: INDA RODRÍGUEZ
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ilencio, se escucha un leve murmullo de alguien que acaba de llegar, pero se pide silencio. El director entra en el escenario, sube al pódium y coge su batuta. La orquesta empieza a dar vida a una obra del compositor danés Carl Nielsen y aparece en escena un joven de tan solo veinticinco años, nacido en Marchena, y que en ese momento aún no sabe que se va a convertir en uno de los músicos jóvenes más valorados del panorama actual. Vestido para la ocasión, nervioso, saluda al respetable y el resto… lo podéis imaginar. Concierto para clarinete de Nielsen con la orquesta sinfónica de Basilea, allá por el año 2012. ¿Por qué en Sevilla nos empeñamos en menospreciar tanto talento? Algún día puede que nos arrepintamos. Pablo Barragán ahora tiene veintinueve años y reside en Suiza desde donde viaja por medio mundo tocando el clarinete. Nacido en una familia humilde sin tradición musical, da sus primeros pasos como clarinetista cuando se crea la banda y la escuela de música en su pueblo natal, continuando su formación en el Conservatorio Superior de Sevilla de la mano de su maestro Antonio Salguero. Hoy en día sigue perfeccionando su técnica en Basilea. El nivel de Pablo le ha permitido tocar con la West-Eastern Divan Orchestra -dirigida por Daniel Baremboim- durante algo más de ocho años. La crítica lo sitúa entre los más altos puestos del escalafón musical, algunos de los premios que lo corroboran son el Premio de Credit Suisse Jóvenes Solistas en 2013, Primer Premio de Juventudes Musicales en España en 2011, también ha sido premiado en el ARMD Munich International Competition, ha obtenido grandes éxitos en festivales como el de Lucerna o Gstaad. Además de interpretar, Barragán imparte clases magistrales en diferentes escuelas del mundo. Como decíamos, Pablo no tiene antepasados que le hayan inculcado la pasión por la música. Nos contó
que el primer concierto que escuchó en su vida fue de jazz en un festival en Marchena. Hablamos con él del talento existente en la música procesional sevillana y descubrimos que Barragán estuvo tocando más de nueve años en Semana Santa, etapa que recuerda con gran cariño por las amistades y el aprendizaje obtenido. Pablo es consciente de que en muchas de las bandas que existen hoy en día hay talento desaprovechado, bastantes músicos que tocan por hobby y que, si verdaderamente se lanzaran y tomaran la música como algo profesional, la situación actual de la música instrumental quizá no sería la misma en Sevilla. Al principio, sus padres no vieron con buenos ojos la decisión de ser músico profesional, aunque con el paso del tiempo la situación se ha tornado. La profesión de músico le permite vivir cómodamente, trabaja en lo que le apasiona y es, en definitiva, una persona feliz, premisa primordial para Pablo. El camino no es sencillo, pero el talento le ha abierto puertas que nunca imaginaba. Fue becado por la Fundación Caja Madrid y se instaló en Basilea, donde sigue afincado. Cuenta con un representante y ahora mismo está inmerso en un proyecto discográfico que verá la luz en la próxima primavera. Nunca ha compuesto nada, dice que no se ha atrevido aún; sinceramente, tras conocerlo, estoy convencido de
que algún día lo hará. Es un músico que se caracteriza por su inspiración en cada momento. Algo que llama la atención del publico son sus movimientos, expresiones o, incluso, aspavientos, con todo esto consigue meterse al espectador en el bolsillo. Nos cuenta que nunca deja de trabajar su forma de tocar, por naturaleza se considera un músico creativo, pero tiene que obligarse para perfeccionar la técnica. Rafa Nadal es un referente para el músico, que está convencido de que, “si todos tuviéramos un mínimo del gen de compromiso que tiene el tenista, seríamos mejores en todo”. Le preguntamos a Pablo por la música actual. Amante de la música clásica, aunque no se considera un músico de tal estilo, detesta el reguetón, opina que el flamenco tiene parte de inspiración, pero que no todo es duende como muchos nos quieren vender: detrás de artistas como Farruquito o Paco de Lucía “hay muchas horas de ensayo y partituras”. Como otros muchos, no es profeta en su tierra. Instituciones, políticos, burguesía, papeleo, todo es mucho más difícil aquí según Pablo. Es una pena, pero cree que en Sevilla existen lugares que no están siendo explotados como se merecen, ya no solo con la música sino con otras actividades del ámbito cultural: salas, casas palacio, plazas, iglesias, etc... Nos pone como ejemplo la situación
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actual de la sinfónica sevillana, “otros países de Europa nos llevan ventaja en esto”. Para terminar, le pido a Pablo que me cuente alguna anécdota que recuerde de sus innumerables actuaciones, algo peculiar, distinto y es aquí cuando la entrevista se transforma en charla y, según el entrevistado, “sólo nos faltan unas cervezas”. Tiene anécdotas de lo más rocambolescas, aunque me quedo con dos. Tocando con la orquesta de Valladolid, al terminar la interpretación es costumbre dejar algo de “propina”
para los oyentes, fue entonces cuando aprovechando la amistad que le unía con el contrabajo de la orquesta, un tipo joven acostumbrado a tocar en bares y fiestas, empezaron a improvisar ambos desde el pódium y consiguieron tener más éxito con esta “tocata” que con el propio concierto, algo que no gustó del todo al director. En otra ocasión, tocando el clarinete en Barcelona, frente a miles de personas, todo en silencio, Pablo sufrió una desconcentración enorme de la que supo reponerse y continuar con su pieza, y es que en las primeras filas había una señora
sentada algo acalorada que comenzó a abanicarse, moviendo una de sus pulseras de cascabeles; la mujer solo soltó el abanico al final de la obra… para aplaudir la interpretación de Barragán. Curtido a pesar de su juventud, es un músico con ganas de comerse el mundo, un profesional maduro y un chaval muy simpático que es feliz haciendo lo que quiere. -
Tortas de Manteca, Confitería El Corpas.Marchena.
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María Jesús Guerrero
I+D Texto: I. R.
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ablándole de tú a una caja de color negro. Quien tutea a estas cajas así es María Jesús Guerrero, catedrática de Derecho Mercantil de la UPO, secretaria general y directora de la cátedra Extenda de la UNIA, una jurista apasionada con la formación y la universidad. Imparte clases de postgrado en varios master de disciplina jurídica y promueve actividades, seminarios y eventos para alumnos de la UNIA. Pero no es solo eso lo que nos llama la atención de ella. María Jesús ha sido recientemente renovada como vocal de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC). Comienza sus estudios de preparación para la oposición de profesor titular de la universidad y, casi sin saberlo, empieza a encaminar su carrera hacia el derecho aéreo. En esta etapa de su vida decidió preparar un ejercicio, que más tarde publicaría como monografía, en el cual se estudiaba la responsabilidad del transportista aéreo. Desde siempre, este campo ha sido motivo de curiosidad para Guerrero, quien decidió profundizar en la materia. A partir de aquel momento su perfil profesional da un giro y comienzan a solicitar sus servicios en ese área, llegando al punto de ser nombrada vocal de la CIAIAC. Para el gran público, el derecho aéreo puede ser un gran desconocido. Quizás la forma más sencilla que utiliza María Jesús para explicárnoslo sea “conjunto de derechos”. En dicha especialidad se tratan asuntos muy dispares: contratos laborales, impuestos o seguridad, entre otros. Nuestra entrevistada está convencida de que a día de hoy hace falta profesionales y, por tanto, anima a sus colegas de profesión a que escojan esta vertiente jurídica para desarrollar sus carreras. María Jesús, aunque especializada en el derecho mercantil, es la única jurista vocal de la citada comisión. La Comisión de Investigación de Accidentes Aéreos existe obligatoriamente en todos los estados desde los años 50 y su
función principal es elaborar un informe técnico con el fin de esclarecer las causas y sacar unas conclusiones para evitar posibles accidentes futuros. Estamos ante un órgano de dependencia estatal, en el que se intenta que todos los integrantes sean independientes y no estén relacionados con ningún colectivo que pueda influir a la hora de ejercer su trabajo. La mayoría de los compañeros de Guerrero son ingenieros, de diferentes ámbitos, y pilotos, siendo su caso la primera vez que un jurista se incorpora a dicho equipo. María Jesús forma parte de esta comisión desde el año 2010. El accidente con más repercusión de los que ha tenido que estudiar fue el de la compañía Spanair en 2008. Fue en 2011 cuando este informe se publicó; nuestra protagonista estuvo inmersa en la elaboración del mismo. Entre otros muchos aspectos, algo que ayuda bastante a Guerrero y a todo sus compañeros a la hora de estudiar el accidente, es la famosa caja negra de los aviones. Nos cuenta cómo son y por qué tienen tanta importancia. Lo primero que nos llama la atención es su color rojo o naranja, “su función es la de recoger todo el sonido ambiente de la cabina durante un vuelo con la copy voice recorder y almacenar todos los parámetros de vuelo hasta el momento con la data fly recorder”. María Jesús afirma que el transporte aéreo “es el más seguro de los existentes” y que los posibles
accidentes “se dan en casos muy remotos”. Le preguntamos si tiene miedo a volar y nos dio un no rotundo por respuesta, aunque sí nos desveló que actualmente, al tratar tan de cerca la materia, cada vez es más consciente de todos los detalles que son imprescindibles cuando estamos en el cielo. Lo último en lo que está profundizando es en la aviación no tripulada. Nos habla sobre los famosos drones. Es de la opinión de que con dichos aparatos “se está facilitando a muchos inexpertos tener acceso a un dispositivo aéreo que puede originar algún que otro percance”. Ahora mismo hay un proyecto de real decreto, que saldrá en un futuro, donde se intentará regular este tipo de aeronave. Una duda que le planteamos ante el incremento de la aviación privada y de ocio es la de conocer qué estamento tiene la potestad de regular este tipo de vuelos. Sabemos, por ejemplo, que el transporte terrestre y el marítimo está regulado por la Policía o la Guardia Civil, pero ¿y en el aire? Precisamente uno de los asuntos que trata el real decreto es dilucidar a qué cuerpos del orden formar para que regulen este tráfico. Hay ya colectivos de usuarios de drones que actúan dentro de la legalidad, pero existe una vertiente de “drones piratas” pilotados sin conocimientos y, en algunos casos, por sujetos temerarios. Está convencida de que “el uso que le
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podemos dar a estos aparatos será muy fructífero para la sociedad, pero como todo en el aire debe estar regulado”. Hablamos ahora de los accidentes más comunes con los que se encuentra la comisión. Los pájaros son una de las causas más frecuentes, concretamente, nos cuenta Guerrero, “el incremento de buitres en España está provocando muchos incidentes graves, llegando al punto incluso de lamentar víctimas mortales”. María Jesús nos comenta que en los encuentros mensuales del comité “se ven accidentes de todo tipo de aeronaves que no tienen tanta trascendencia en la prensa”. Pilotos de avionetas, helicópteros, aviones contraincendios, fotógrafos, aviación deportiva, etc… son las principales víctimas de este transporte en España. Nuestra protagonista, gracias al autoaprendizaje, ha llegado a ser lo que es actualmente: una de las mayores expertas de la materia en España, especialista en derecho aéreo. Si vas a volar en estos días, relájate y disfruta porque gente como esta sevillana trabajan estudiando las causas y los motivos de todo lo que ocurre en las aeronaves. Su único objetivo es que en el cielo todo vaya según lo previsto. -
Donde los escorpiones - Lorenzo Silva
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Pictury
EMPRESAS Texto: I. R.
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llá por el año 1961 actuó por primera vez en The Cavern el famoso grupo The Beatles y, como si de un símil en arquitectura sevillana se tratara, en el año 2002 los hermanos Juan Felipe y Carlos Peña fundaron en un sótano del pueblo de Los Palacios su primera empresa de visualización arquitectónica. En aquella cueva nació NeosMedia, el inicio de una trayectoria cargada de éxitos y reconocimientos a nivel mundial. Hemos estado con Carlos Peña, que actualmente está al frente de Pictury, una de esas empresas que no todo el mundo conoce, pero que se codea con los mejores estudios de arquitectura del planeta. La historia de esta empresa se remonta a 2002, año en que ambos hermanos crean NeosMedia, que llegó a contar con más de 20 trabajadores y que, debido a la crisis inmobiliaria, vio cómo su actividad se redujo notablemente. Cuando la situación se torció con NeosMedia, en un principio Carlos fue fichado por un importante estudio de marketing inmobiliario en Londres, y más tarde muchos de sus compañeros también fueron contratados. En el país británico había mucho trabajo, pero no compartían del todo la filosofía de NeosMedia: sus proyectos se basaban únicamente en contentar al cliente y hacer lo que este les pedía. Carlos y su equipo tenían otra forma de trabajar más exclusiva, en la que primaba el valor artístico sobre la idea que pudiera tener el cliente. Siempre han buscado recrear y dar vida a los planos, intentando contar una historia y una experiencia, algo tan especial que no fue del todo aceptado por los ingleses. En el año 2008 vuelven a las andadas desde su sótano en Los Palacios y crean Pictury, empresa internacional dedicada a la visualización arquitectónica. Creada tras la aventura británica, Pictury es concebida para dedicarse a la visualización de proyectos de arquitectura, con la intención de que únicamente le faciliten los planos y dejen trabajar a los profesionales sin marcarles pautas. Intentan dar a sus creaciones un toque emocional,
incluso que cuenten historias, esta característica ha provocado que gracias al buen hacer y al boca a boca se les reconozca internacionalmente. Su actividad consiste en dar vida a un plano, crear una historia para cada proyecto y otorgar a cada construcción el punto necesario para que entre por los ojos de un inversor. En su equipo cuentan con arquitectos, diseñadores, licenciados en Bellas Artes e informáticos, entre otros, que, con la ayuda de una tecnología no muy exclusiva, consiguen fabulosos resultados. Generalmente tardan unas dos semanas en hacer un proyecto básico con un total de seis imágenes, aunque en algunos casos han trabajado meses puesto que lo que se pretendía era visualizar la obra en un vídeo. Los palaciegos son conocidos internacionalmente y sus proyectos han sido reconocidos en numerosas ocasiones. Recientemente han ganado por segunda vez 3D Awards Architectural, premio internacional más prestigioso del mundo de imágenes de ordenador en 3D en la categoría de visualización arquitectónica. Concretamente por el proyecto Riverline de Chicago, de un miembro de su equipo, David Ruiz. Han trabajado, y lo siguen haciendo, para los más importantes estudios del mundo: Norman Foster + Partners, HOK, KPF, Perkins and Will, Smith and Gordon, Gill o Big, entre otros. Y
han participado en proyectos como la recreación del World Trade Center o una estación de trenes en Montpellier. Actualmente están trabajando en uno de los proyectos más grandes a los que se han enfrentado. Se trata de un residencial en Chicago, muy cerca del Down Town, y que cuenta con cinco rascacielos. Fuera de nuestras fronteras es donde encuentran los grandes proyectos. En España cuentan con clientes particulares y algunas empresas, pero son las menos; en el mercado nacional aún no está muy desarrollada la tendencia de la visualización arquitectónica. Se sitúan entre los tres mejores estudios de visualización en España, teniendo como rivales a un estudio gallego y otro madrileño, que, según Carlos, “están haciendo las cosas muy bien”. Como en otros muchos sectores, el principal competidor es el mercado asiático. Los visualizadores asiáticos tiran los precios y ofrecen unas creaciones de inferior calidad. Nos cuenta Carlos que “la última decisión la tiene el cliente” y en muchos casos por ahorro “eligen la opción barata”. Aún así, el volumen de negocio de Pictury crece cada año y prevé cerrar el ejercicio con unos beneficios que rondarán algo más del medio millón de euros. A pesar de esta competencia, en Pictury siguen apostando por la exclusividad y la diferenciación, es su valor de marca.
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01. COOP Begoñas, Bilbao. España. 02. Riverlines, Chicago. USA. 03. HVP, Bonn. Alemania. 04. St Louis United Stadium, Alabama. USA. 05. G. Rojas Repsol, Sevilla. España.
Una cosa que llama la atención es que al preguntarles por la ampliación de plantilla nos responden que actualmente no lo ven necesario y que están contentos así. Nos cuentan que para ellos es dificultoso encontrar perfiles que sepan hacer bien este tipo de cosas y sean los mejores en su campo, hecho que pone de manifiesto su lealtad a la idea de negocio que defienden y a la filosofía del mismo. “Al final las historias siempre ocurren dentro de un marco”, afirma Carlos.
Por último, preguntamos a nuestro entrevistado por sus proyectos más cercanos, geográficamente hablando. Hablamos de un edificio que se empezó a construir y ahora está en stand by. Se trata de uno situado en la confluencia de las avenidas Ramón y Cajal y San Francisco Javier, concretamente donde se encuentra una gasolinera. Una construcción muy llamativa en cuanto a diseño se refiere y que fue recreada y visualizada por esta empresa palaciega.
Pictury, una empresa que da un toque artístico a algo tan técnico como puede ser un plano. Sin lugar a dudas, un talento diferente el de estos profesionales. -
Original Legendary Burguer. Hard Rock Café, Sevilla
MODA
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6 acabados top en diseño de producto E
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n la década de lo ecológico y lo natural los nuevos hábitos de consumo han dado un giro completo que se ha reflejado tanto en moda o gastronomía como en diseño industrial. Esos productos de la década de los 90 y los 2000 con un tinte funcional y masculino ahora forman parte del imaginario retro y arcade, que representa un contexto histórico totalmente diferente al actual. Desde 2010 comenzó el creciente amor por las cosas bellas, por los pequeños detalles y el placer que supone poseer bienes alineados con los gustos y valores del individuo. En épocas de recesión económica como la que hemos vivido, el lujo accesible se ha hecho un hueco en la mente del consumidor que, invirtiendo cantidades razonables de dinero, obtiene como recompensa el privilegio de vivir y poseer bienes de uso cotidiano cuyo diseño les represente. Hoy en día se busca la estética hasta en una cuchilla de afeitar y eso se ha reflejado en cada acabado y detalle de diferentes productos. -
Pastel
Mármol
Metal
El pasado siempre vuelve y haciendo una reminiscencia a los años 60 no es casualidad que nos veamos inmersos en colores pastel como el verde menta, el amarillo o los maravillosos Pantones de 2016 Rosa Cuarzo y Serenity. Estos matices son los protagonistas de mobiliario, cámaras fotográficas y packaging, entre otros.
Se busca la autenticidad y los acabados naturales. Es por eso que, con un aire minimalista y sofisticado, tanto el mármol blanco como el rosa comienzan a verse en fondos de escritorios de PCs, fundas de dispositivos móviles, menaje y decoración.
El oro, la plata y los acabados holográficos también están en auge dado que hasta el objeto más insulso adquiere un carácter de joya galáctica pasando de ser una simple pieza a un objeto digno de culto. Unido a ello, vemos cómo el glitter (purpurina) ha bañado de fantasía a la sociedad, porque como dicen por ahí, hay quien ha nacido con purpurina en las venas. Estas aplicaciones suelen darse en packaging, accesorios, material de oficina o, por ejemplo, en Apple con su Macbook Air , Ipad y Iphone de oro rosa.
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MARÍA JOSÉ EGEA
Mate
Madera
Fluffy / Soft
En contraposición al brillo dorado, lacados y plásticos, podemos encontrar productos en acabado mate. Además, es una tendencia que ha conquistado otros sectores como el del maquillaje de labios y uñas. A pesar de que al principio este acabado era para coches de gama alta, ya se puede ver en los de gama media, menaje y mobiliario.
Abandonando el plástico, la madera es la insignia eco. Esa búsqueda del contacto con la naturaleza y la vuelta a lo básico, ha encontrado su representación en un material que nos hace sentir en comunión con nuestros orígenes primigenios. Ha revolucionado gafas de sol y las graduadas además de ser emulada en fundas de tablet y dispositivos móviles, cuadernos, entre otros productos.
Buscamos objetos que estimulen nuestros sentidos, ya no sirve con deleitarnos visualmente. Es por eso que estamos viendo productos suaves y acolchados pasando de uñas peludas a gafas de terciopelo. Podemos observar en la calle cómo los “adultescentes” (millenials que se niegan a privarse de objetos de carácter infantil a pesar de su edad) y los más jóvenes han visto en las fundas de sus dispositivos móviles una forma de dejar volar la imaginación ofreciendo desde tejido de peluche a hinchable con texturas que evocan mundos de hadas y unicornios.
@mariajose_egea
BAZAR
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Del gimnasio a la oficina y viceversa Y
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a a nadie le sorprende la estampa de un ejecutivo en traje de chaqueta y zapatillas de deporte que llega al trabajo en bicicleta. Ahora más que nunca el mundo de la moda y el deporte forman una simbiosis perfecta y se alimentan uno a otro cada temporada con una tendencia muy clara: el sport chic. Cada tendencia tiene su explicación y su origen en un fenómeno concreto, luego, el mundo de la moda se encarga de convertirlo en un hábito masivo a través de prendas a las que somos incapaces de resistirnos.
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Y es que el detonante del sport chic es la crisis económica de la que derivó la fiebre del running, mucho más económico y práctico que un gimnasio, y que a su vez propició que el hecho de llevar zapatillas deportivas en cualquier momento y situación del día estuviera aceptado socialmente. A la industria se le “encendió la bombilla” y vieron en las equipaciones para hacer running el objetivo perfecto para crear una “tendencia estrella”. Fue entonces cuando las zapatillas flúor inundaron las tiendas y los afilados tacones comenzaron a perder protagonismo eclipsados por la comodidad de esta moda deportiva. Aunque echando la vista atrás encontramos a todo un visionario que logró convertir, en los años 30, el sport chic en toda una revolución: René Lacoste, más conocido por la firma de polos que lleva su nombre y portan un cocodrilo bordado en su lado izquierdo. Un campeón que revolucionó el mundo del tenis, no sólo con sus victorias, sino por conseguir cambiar los esquemas e
El día en el que ir al t r a b a j o e n d e p o r t i va s estuvo bien visto o cómo el sport chic ha roto tod os los es q ue mas de l a moda . Texto: MARINA RUBALCABA
incorporar la ropa deportiva a la práctica de este deporte. Porque hasta 1930 el tenis se jugaba con chaqueta y pantalón sastre. Fue René quien apostó por la comodidad creando camisas de manga corta confeccionadas en petit piqué que han evolucionado hasta nuestro días convirtiéndose en sus clásicos polos, fondo de armario de cualquier fashionista y disponibles en la tienda Lacoste de Sevilla The Style Outlets. Lo demás, como se suele decir, ya es historia. Los trajes de chaqueta de dos piezas, acompañados con su corbata obligatoria, comenzaron a combinarse con zapatillas de running en la gama de tonalidades más flúor. Esa histriónica paleta de color ahora ha sido sustituida por el minimalismo y por los aires noventeros de zapatillas en blanco impoluto con cierre de velcro. Así las Adidas Stan Smith se han convertido en todo un objeto de culto, el calzado más versátil de la temporada y en Sevilla The Style Outlets podrás encontrarlas en promoción. Ni la moda más formal reservada para las grandes ocasiones se ha librado de la onda expansiva del sport chic. La propia Carolina Herrera, estandarte de la elegancia y la sofisticación, vistió a sus modelos con brillantes vestidos de noche combinados con zapatillas de deporte para su colección cápsula con el grupo My Theresa. Esta temporada, la tendencia sport chic se presenta inagotable y sigue rizando el rizo. Porque el traje de chaqueta combinado con zapatillas flúor ya es demasiado mainstream, ahora las fashionistas imponen una nueva manera
de lucir el sport chic: combinando el clásico chándal Adidas de aire retro con sandalias de tacón. Sí, Martirio fue una visionaria y vaticinó que las revistas de moda este otoño estarían plagadas de celebrities “arreglás pero informal” luciendo chándal y calzando taconazo. También se han visto estas combinaciones encima de la pasarela como en el desfile de Donna Karan de esta última Semana de la Moda de Nueva York. La diseñadora estadounidense cerró su desfile con un homenaje a la moda más urbana de la Gran Manzana y vistió a sus modelos con sudaderas oversize de capucha combinadas con zapatos de tacón. Ahora sólo falta que esta tendencia, que sólo visten las trendsetters, comience a verse como lo más in en las calles. Y es que esta vez la moda, más allá de sus excentricidades, está pensada para hacernos la vida más fácil porque esta temporada podrás vestir en el gimnasio como en la oficina, y viceversa, sin que nadie te diga nada. @blogovejanegra
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08. 01. Polo Lacoste Live para él. 02. Polo Lacoste para él. 03. Zapatillas Adidas Stan Smith. 04. Zapatillas Mustang para ella. 05. Zapatillas running de Asics. 06. Zapatillas metalizadas de Munich. 07. Mochila estampada de Vans. 08. Bolso para el gimnasio de Gant.
P.I. Los Espartales. San José de la RiNconada
(junto al Aeropuerto de Sevilla). 41300 Sevilla +34 954 997 297
DISEÑO
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Ron Arad
L a vol up t u o s i dad c omo provo cación Texto: Peter ABBAD
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n anteriores artículos mencionamos a Safartti y Castiglioni como maestros del funcionalismo poético en las décadas de los sesenta y los setenta, a Ettore Sottsass y su grupo Memphis abanderando la anarquía postmodernista de los ochenta y a Jasper Morrison como representante del esencialismo de los noventa. Toca ahora el turno de recordar la obra de Ron Arad, defensor del diseño como “arte usable” y libre de restricciones. Creador de formas voluptuosas, esculturales, salvajes, destinadas a imprimir la belleza de la sorpresa en aquellos que las contemplan. Un francotirador del diseño, al que su bestial estilo le valió calificativos como “el bruto más fino del mundo” y una clientela que abarca desde Jean Paul Gaultier hasta Michael Jackson. Ron Arad nació en Tel Aviv en 1951. Como curiosidad, su madre hablaba ladino, un idioma que según él “sonaba como Cervantes”. Su formación se inició en la Academia de Arte de Jerusalén y continuó en la Escuela de Arquitectos de Londres, la misma ciudad en la que montó un estudio de diseño en 1981, One Off, del que surgieron sus primeras creaciones. A nivel formal, Arad fue uno de los primeros diseñadores en utilizar el reciclaje como técnica, y justamente con desechos creó varios de sus objetos más recordados, como la icónica Silla Rover, confeccionada a partir de antiguos andamios y un asiento del automóvil Rover 2000. Cuando se mudó a un nuevo estudio, se encontró a sí mismo diseñando y fabricando cosas estrafalarias, futuristas y brutalistas. Convirtió el jardín en un desguace donde acumulaba hierros para sus obras, piezas que soldaba allí mismo. Sus diseños con materiales de desecho o de segunda mano le valieron etiquetas como neorruinista, chic salvaje, tech-posnuclear y la más modesta de chic austero, inventada por el crítico inglés John Thackara. Sus ganas de inventar llegaban a extremos tan divertidos como diseñar escalones de tablones enganchados a la pared, que hacían música a la manera de las teclas de un piano a medida que los clientes subían y bajaban. De esta época son también la lámpara Tree Light o la mítica silla Well Tempered Chair, que representan a la perfección esa estética de la recuperación de materiales.
La experimentación constante de Ron Arad con las posibilidades de materiales como el acero, el aluminio o los materiales sintéticos, y su nueva visión de la forma y la estructura, le han proporcionado un puesto de honor dentro de la vanguardia del diseño contemporáneo. Con su antifuncionalismo militante, Arad nunca deja indiferente al usuario, no intenta crear objetos útiles, sino simplemente bellos. Preguntado una vez por la supuesta falta de funcionalidad de sus objetos respondió: “Sí, es cierto, me acusan de ello, ¡pero es que yo hago lo que quiero! En mi certificado de nacimiento no hay ninguna cláusula que diga que tengo que diseñar objetos funcionales”. Ante la cuestión de si el diseño se convierte en arte cuando carece de utilidad, Arad proclama que cuando piensa en arte o en diseño, más que su posible utilización, le interesa descubrir si es divertido o aburrido. Busca innovar con materiales y formas creando juegos y combinaciones provocativas, obteniendo como resultado obras muy singulares. Sus piezas se denominan como ”libres”, es decir, sin vínculos ni límites, y la piedra angular de su pensamiento consiste siempre en no basarse en lo que ya existe. Lo que sí le interesa es despertar en la gente la idea de que no hay que aceptar que las cosas son como otros nos han dicho que deben ser, que existen otros
modos de hacer. Y es esa búsqueda la que le inspira curiosidad y la que actúa como propulsora de su obra, incitándole a cazar nuevos materiales o tecnologías a los que hincarles el diente. En sus posgrados del Royal College of Art de Londres suele criticar a sus alumnos porque sus productos son “un poco Wallpaper” o “un tanto Ikea”. Arad, después de todo, se hizo conocido por diseñar un equipo de audio incrustado en bloques de hormigón, el Concrete Stereo de 1983. Ron Arad se percibe como “un diseñador integral”, cuyo mayor logro ha sido fusionar de manera increíble sus tres oficios: diseñador industrial, arquitecto y diseñador de interiores, de tal manera que se ha convertido en el artista ideal para concebir, edificar y desarrollar importantes proyectos arquitectónicos en el mundo entero. “Me considero muy afortunado por poder disfrutar muchísimo, tanto a la hora de poner en marcha un proyecto arquitectónico como al crear una escultura. Lo único que intento conseguir es no hacer lo que no me gusta hacer”. Además de los trabajos de su estudio, entre los que destacan la Ópera de Tel Aviv o la Mediacité de Lieja, Arad también diseña para muchas empresas internacionales de importancia como Kartell, Vitra, Moroso, Fiam, Driade, Alessi, Cappellini, Cassina, WMF y Magis. Muchos de estos trabajos están en las colecciones del Museo de Arte
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01. Retrato Rod Arad. 02. Watergate Hotel, Washington. USA. 03. Silla Rover 2000. 04. UFO Perfume Kenzo.
Metropolitano de Nueva York, del centro Georges Pompidou en París, del Victoria and Albert Museum de Londres y del Vitra Design Museum en Weil Am Rhein. Embajador del organicismo maximalista, sus objetos y edificios difuminan definitivamente la frontera entre diseño, arte y espectáculo. Para este artista multidisciplinar, el diseño, la arquitectura y la escultura son la misma cosa. La diferencia no reside tanto en lo que hace, sino en para quién
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05. Sillón Well Tempered. 06. Lámpara Tree 07. Silla Box In 4 Movements. 08. Concrete Stereo.
lo hace. Contrario a cualquier forma de puritanismo conceptual, su estilo y su obra se escapan a cualquier intento de clasificación. Arad está siempre a la vanguardia tecnológica a la vez que produce objetos de corte artesanal: un escultor de la provocación y la sensualidad iluminado con una técnica exquisita. Su idea del diseño como surtidor de placer y su concepto de la vivienda como el intento de sus habitantes por ser felices, le ha llevado a proponer
un modelo mestizo. “Cualquiera que explique cómo deberían ser las cosas está diciendo una mentira”, opina. “Adolf Loos puede hablar de que el ornamento es un crimen y a continuación ves una fantástica creación que es ornamental. Los manifiestos sobre cómo habría que hacer las cosas deben ignorarse”. -
El inmoralista - André Gide
SERÁ MUY
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Aprender y enseñar Texto: LUIS RULL
a revolución digital sólo ha dado sus primeros pasos cambiando la educación. Tras la comunicación interpersonal y los grandes medios, que han cambiado de arriba a abajo en menos de veinte años, todavía no hemos visto prácticamente nada de lo nos espera en el aprendizaje.
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¿Qué cambiará? Todo y nada. Se está transformando en muchas direcciones diferentes, en muchos hábitos, en educación básica y profesional, en métodos, sistemas de evaluación… pero no estoy seguro de que la tecnología resuelva, como esperan algunos, todos los problemas. Por comenzar por lo más obvio, comparemos una biblioteca y la wikipedia. Si tenías una biblioteca pública cerca (o padres con una colección bien surtida), tenías acceso a mucha información, podías aprender sobre números, héroes, tecnologías, filosofías… era una de las primeras brechas en la desigualdad. La revolución digital prometía, en sus inicios, la desaparición de esas diferencias. Frente a la wikipedia, todas las enciclopedias palidecen y la cantidad de libros clásicos disponibles legalmente en la red hoy es impresionante. Desaparece una fuente de desigualdad y reproducción social, pero ¿no seguirán los padres queriendo lo mejor para sus hijos e invertirán dinero en apps, contenidos y servicios a los que antes no tenían acceso? ¿No los seguirán apoyando aquellos que tienen una formación, un interés y tiempo para hacerlo? Saber si las nuevas tecnologías aumentan o reducen la desigualdad no es fácil.
¿Cómo aprenderemos? No, esto no será Matrix. Pasarán (si ocurre) muchísmos años antes de que nos carguen el programa de Jiu-kitsu o la obras completas de Stefan Zweig. A la lectura de un libro de texto denso sobre un tema o la explicación cara a cara de un profesor subido a una tarima se le añaden decenas de nuevas herramientas. No lo sustituirán, pero es seguro que tendrán una importancia creciente. Lo que pueda reproducirse, escalar o copiarse se digitalizará. Animaciones, vídeos, cursos online que se adaptan al ritmo del alumno son sólo el comienzo. Visitar la Capilla Sixtina con realidad virtual no te hace comprender en profundidad la grandeza de Miguel Ángel, pero seguro que lo hace mejor que las ajadas diapositivas que yo veía en el instituto. El monopolio del conocimiento ya no lo tienen los profesores, pero siguen atesorando habilidades únicas: la comprensión global de los conocimientos, la explicación personalizada, la respuesta compleja a la duda profunda, entre otras. Un buen profesor abre la mente, inculca hábitos e integra las inteligencias múltiples como ningún algoritmo podrá nunca. ¿Serán capaces de añadir (o tolerar) la inclusión de nuevas herramientas en el menú? Los diseñadores y pedagogos que trabajan en estas aplicaciones usan muchos trucos clásicos de videojuegos. Usan “atajos” de la mente y “trampas” de la motivación: con animaciones o sonidos, con competiciones con otros usuarios o simplemente recompensando con estrellas o diamantes virtuales, puede un alumno
estar aprendiendo durante horas delante de una pantalla de la misma manera que delante de su juego favorito. Porque su juego favorito puede ser una app educativa. Las fronteras entre formación y juego están más difuminadas que nunca. Para mí, lo importante es el resultado: aprender un determinado conocimiento. La letra no siempre con sangre entra. Pisamos aguas pantanosas, donde los novísimos “pedagogos” y la vieja guardia se suelen enfrascar en discusiones bizantinas sobre la bajada generalizada del nivel de conocimientos, de la cultura de la diversión como origen de todos los males. Pero la diversión no es lo contrario del esfuerzo. Lo es el aburrimiento. Si un juego es capaz de enseñarle la tabla de multiplicar haciéndole repetir a un niño multiplicaciones decenas de veces a base de recomenpensarle con manzanas o estrellas virtuales, ¿no será mejor eso que hacerle repetir las tablas con una cantinela en clase? ¿Puede conseguir que aprenda con menos que con una lista interminable de ejercicios en un papel? De nuevo, como en cualquier revolución contemporánea, la escalabilidad siempre entra como un elefante en una cacharrería: todo aquello de utilidad que puede ser copiado y repetido, utilizado por muchas personas al mismo tiempo si grandes costes adicionales puede comerse a su análogo analógico. ¿Esperabais que la educación fuera una excepción? @luisrull Juegos de guerra - John Badham
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Osier Luther
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@Ninja_Xpert
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Chris Molinuevo
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@chrismolinievotattoo
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Condenados a prohibir FOTOGRAFÍAS: LA MUY
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mpedir es una profesión dura. Ser un obstáculo resulta incómodo. Aguantar insultos, patadas, arañazos de paragolpes, meadas de perros y gargajos sin rechistar es una pedagogía del estoicismo que salpica calles, plazas y barreduelas de la ciudad. Dejarse tatuar la piel de metal o piedra con pegatinas de retirada de grúa, con chicles y pintadas obscenas es un acto de resistencia silente frente a una sociedad que se queja ruidosamente por cosas insignificantes. A la ciudad se le ha pasado la suavidad del depilado y muestra estos pullones duros e indomables. Más que agujas de acupuntura, actúan como lanzas de vudú para martirizar a transeúntes y vehículos. Y ellos -clásicos, modernos, bellos, feos- asumen este papel con paciencia vertical, o con resignación oblicua. Los marmolillos son un trigal zen nacido del asfalto y del adoquín. El bolardo es una exclamación de dignidad en medio de la urbe. -
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Ángel León “ L o s c o c i n e r o s n o s o n a r t i s ta s . A r t i s ta e r a C a m a r ó n ”
Texto: J AV I E R G O T O R FOTOGRAFÍAS: ÓSCAR ROMERO
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arinero independiente sin más ayuda que la de un padre amante de los bajos fondos del mar. A la postre también empresario. Tras esos pequeños ojos azulados esconde una mirada inquieta y penetrante. De complexión ruda y corpulenta, muestra en su antebrazo izquierdo un símbolo característico de los tripulantes de pesqueros de antes pero en su versión actualizada: el tatuaje de una tortuga. Quizá ese tetrápodo le recuerde que debe levantar el pie del acelerador de su vida. El alimento que le ha hecho sacar músculo: el plancton. Es Ángel León, el Popeye del siglo XXI. -
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El Puerto de Santa María nos recibe con su característico olor a bodega y esa brisa fresca que suaviza una mañana de calor del mes de agosto. Caballero Bonald decía de El Puerto: “Es como si te bebieras el aire que viene de Doñana”. Para Alberti, la nostalgia del paraíso perdido de su infancia. A la espalda de la estación de trenes, entre naves industriales abandonadas que otorgan un aire bucólico al entorno, se alza el templo de León. Una entrada suntuosa da paso a un salón en el que se observa un cubo de cristal donde los cocineros y pinches muestran su habilidad casi marcial con la materia prima. Al fondo, el salón. El servicio repasa minuciosamente manteles y vajilla. Todo está medido al milímetro en esta casa. No se deja nada a la improvisación. Tan solo nos aturde un ligero golpe en la cocina provocado por el resbalón de una sartén contra la barra. A un lado se encuentra una escalera por la que subimos a la zona de investigación, donde la tripulación trabaja durante los meses en que el local está cerrado al público. Nos sentamos a la mesa con Ángel. Tres soles Repsol, dos estrellas Michelin, estás en todas las quinielas para obtener la tercera, medalla de Andalucía… ¿Vives deprisa? (Reflexiona) Sí, vivo deprisa. No vivo, vivimos muy deprisa. Yo arrastro a mucha gente. Cuando hemos descubierto cosas o hemos encontrado algo novedoso, los más conservadores del equipo siempre nos dicen al jefe (Juan Luis Fernández, director gastronómico de Aponiente) y a mí: “Guardad esto para dentro de dos años”. Mi respuesta es muy rápida. Yo no sé si me voy a morir. La vida te mete cuatro hostias y te hace darte cuenta de que te puedes largar, y no quiero irme de este mundo sabiendo que puedo aportar cosas que ya tengo en conocimiento antes de que me vaya; y como no sé cuando va a pasar… Pero más que ir deprisa, en esta casa nos comemos la vida en el día a día. Somos gente muy pasional. Hace poco le hacía una reflexión a los míos y les decía que aún no se ha cumplido un año desde que abrimos este Aponiente. Todo va muy deprisa, sin duda.
Naciste en Jerez si no me equivoco… (Interrumpe) Nací en Sevilla y al día siguiente me vine para Jerez y he estado viviendo entre Jerez y el Puerto de Santa María. Soy gaditano. ¿Cómo era la provincia de Cádiz de tu infancia? Cuando eres pequeño, no valoras nada ni te das cuenta de muchas cosas. Estás atrapado en ese ciclo de tu vida. Hasta la adolescencia uno no se da cuenta del entorno en el que está, tan solo vive su vida, que puede ser igual de maravillosa en el Congo, en Cádiz o en cualquier otro sitio. Mi recuerdo de Cádiz es el mar. Salidas en barco con mi padre y esa conexión tan sicótica con el mar. Recuerdo todo con sabor a salitre. Íbamos al vareanao en Valdelagrana o al Parque de los Toruños a coger cangrejos, camarones, bocas, berberechos, había verdigones…
“L a tercera estrell a Michelin nos pondría e n e l m a pa ta n t o a l r e s ta u r a n t e como a Cádi z ”
¿Y tu niñez? Yo era muy mal estudiante y mi padre siempre me tenía con cuerda. Sacaba muchos cates y siempre me tenían castigado. Mis salidas al mar eran como un respiro. Mi padre se transformaba de padre leñero a compañero. Tengo entendido que tu padre ha sido una pieza fundamental de tu vida. Sin duda. Si él no me hubiera transmitido esos valores, ese querer conocer y sus inquietudes, esa relación natural con el mar, no hubiera ocurrido nada de lo que ocurrió después. Creo también que sin esa pasión que él me transmitió no hubiese podido ver todo mi mundo y mis fantasías. Ya era muy fantasioso de pequeño, pero si además eres capaz de llevarlas al plano real, es increíble.
¿Con qué fantaseabas? Fantaseaba con lo que ocurría en el mar cuando salíamos a pescar. Me imaginaba los fondos, y era maravilloso. La fantasía es libre y considero que es lo que más tarde se convirtió en lo que hoy llaman creatividad. Detesto absolutamente esa palabra. Creo que las fantasías son las que se pueden transformar en realidad y eso es mucho más noble. ¿Qué educación recibiste? Una educación normal. Estudié hasta segundo de B. U. P. porque había que hacerlo. Pertenezco a una generación de carreritis, en la que se creía que si no estudiabas económicas o empresariales, eras un desgraciado en la vida. Cuando yo empecé en esto, la cocina no estaba de moda y mira ahora. El panorama da miedo. ¿Eras el más listo de la clase? Ni de coña. De hecho, no me lo considero ni a día de hoy. Soy una persona que ve las cosas con una sensibilidad diferente al resto de seres humanos y tengo la suerte de convertir esa sensibilidad en fantasía y luego llevarla a la realidad en el micro mundo que me he generado. Al fin y al cabo, el mundo es mucho más, pero mi pequeño planeta es Aponiente, en el que cuento en tres horas y media la capacidad que tiene el mar de sorprendernos en el siglo XXI. ¿El mar habla? El mar tiene la capacidad de hablar sin tener que poner marcas. Intentamos reinventar el mar poniendo pescados de moda que se tiran por la cubierta para que el hombre no tenga prejuicios. Existe esa perspectiva errónea de que el mar solo es lubina, langostinos y chocos, y no existe nada más. Esa es nuestra gran paranoia: queremos conseguir que los restauradores pongan los nombres de los productos marinos sin que tengan que engañar a nadie. ¿Por qué Cádiz es la provincia con más paro de España? No se entiende. Una provincia con tantos recursos, con un clima inédito, una cultura milenaria, una gastronomía espectacular, con playa, montes, parques naturales… Con una sociedad alegre y admirados por nuestra forma de vivir la vida. No sé qué es lo que falla. Nosotros tuvimos que olvidarnos de que éramos
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gaditanos y dejar los localismos. Un día nos dimos cuenta de que ya no cocinábamos para los gaditanos sino que lo hacíamos para que el mundo viniese a Cádiz a conocer nuestro restaurante y nuestra provincia. Había que cambiar el discurso y reinventarse. No podemos tener los putos complejos siempre de mirar al suelo. Hay que decirlo bien alto: Cádiz es inédito. Con mucho trabajo y esfuerzo podemos cambiar el rumbo de esta provincia, pero ante todo debemos creérnoslo. Tenemos que ponernos a currar. Todos. Todos. En muchos sectores España va a la cola de Europa, sin embargo en gastronomía somos la punta de lanza. Intervienen muchas cosas. Antes, la idea de cocinero era la de un gordo, borracho, con poca higiene. Las cocinas eran zulos en los que no se veía lo que había. Empieza a moverse algo con la nouvelle cuisine. En España estamos en el siglo de oro sin duda. Hay un precedente inédito que es Ferrán Adrià, que cambia el concepto del cocinero. Nos dejamos de esconder las recetas para contar lo que cocinamos para que todos lo podáis hacer. Eso de lo que nadie habla es el paradigma gastronómico de este siglo. Los cocineros empezamos a abrir nuestras mentes y a divulgar para que todos sumemos. Otro factor importante es el buen rollo que hay entre nosotros. Es una profesión dura. La exposición mediática que tenemos todos es una posición bastante potente, pero en el fondo todos nos conocemos y sabemos que lloramos, reímos, lo pasamos mal. Esa unión es fruto del respeto que nos tenemos todos y que en este sector nos hemos dado cuenta de que la unión hace la fuerza. ¿Qué opinión te merece la situación política actual? Yo hago croquetas, guisos marineros y unos bocadillos espectaculares. Yo tengo poco que decir sobre política. Yo me monté mi camino sin prestar demasiada atención a lo que pasaba alrededor. Si no, hubiera visto un Cádiz gris, en el que todos me avisaban de que me iba a estrellar y en el que decían que era imposible crear un restaurante gastronómico. Lo que espero es que se resuelva toda esta situación y
que salga un presidente de gobierno que nos deje trabajar. Es una situación muy incómoda para todos, sin sentido. ¿Has votado en las últimas dos elecciones? En las últimas no voté. Me cogió de viaje. ¿Y si hubiese unas terceras elecciones? Si son el 25 de diciembre, igual me cogen de cervecitas con los colegas. ¿Darías de comer a un refugiado o un necesitado en tu restaurante? Por supuesto. No lo dudes. Lo que pasa es que creo que tengo más formas de aportar a esa situación que trayéndolos a Aponiente. Hace poco hicimos un arroz solidario en Cádiz para dos mil personas con el que ayudábamos a una asociación de mujeres maltratadas. Fue acojonante. Cada vez que alguien llama a Aponiente para ayudar cogemos el teléfono y vemos la posibilidad de aportar.
“Si son el 25 de diciembre (l as elecciones), i g ua l m e c o g e n d e c e r v e c i ta s c o n l o s colegas”
¿Has pasado hambre en alguna ocasión? No. He tenido mucha suerte en la vida, gracias a Dios. No me ha faltado nada. Soy un afortunado. ¿Eres rico? ¿Económicamente o emocionalmente? En ambos casos. Soy riquísimo. Tengo la suerte de levantarme sintiéndome el hombre más feliz del mundo y venirme al trabajo. Cuento con una familia en la que estamos todos bien y que me ha inculcado unos valores de puta madre. Nada me ha hecho cambiar. Mis amigos son los mismos de toda la vida. En lo económico, hace tiempo que no le debo dinero a nadie y puedo pagarle a todo el
mundo. Así que soy millonario. ¿Cuál ha sido el momento más complicado por el que ha pasado Ángel León? Cuando Aponiente estuvo a punto de cerrar el tercer año y Juanlu y yo no sabíamos si tirar la toalla o quedarnos. Fue un año muy duro. En los medios de comunicación se hablaba del cierre del restaurante. Recuerdo un congreso de Andalucía Sabor en 2008 en el que dije que Aponiente no se cerraba. Fue el momento más jodido porque era apagar tu sueño y marcharte. Nos llegaban muchas ofertas de Madrid, Londres, Nueva York y mi equipo me decía: “Jefe, vas a deber dinero toda tu vida; nos vamos contigo todos a donde sea.” Pero yo no me quería ir. ¿Y el más feliz? Hay muchos. Soy un tío disfrutón. El día que nació mi hijo fue el más feliz sin duda. En lo profesional, el día que me llamaron por teléfono para decirnos que habíamos conseguido la segunda estrella Michelin. Nos pilló en el coche y no nos lo creíamos. Un local tan pequeño como el que teníamos no podía aspirar a nada. Ni teníamos parking ni teníamos aparcacoches… Teníamos un bar camuflado de restaurante muy bonito. Ese día… fue una puta locura. ¿El techo de un cocinero es la tercera estrella Michelin? No, qué va. Si algún día ocurre, para nosotros es que nos pongan en el mapa. Nuestra ilusión, por encima de estrellas y egos del cocinero, es que tenemos que hacer que el mundo venga a conocernos y una tercera estrella nos ayudaría bastante. A conocernos al restaurante y a conocer Cádiz. New York Times incluyó a Aponiente entre los diez mejores restaurantes por los que merecía la pena coger un avión. Así es. Todo lo que son retos nos pone. A mí y a todo mi equipo. La leña, la exijo yo, pero tengo una tripulación muy receptiva, con ganas de conseguir cosas y ser cada vez mejores. ¿Se aprende más de los aduladores o de los detractores? De los detractores. Aduladores hay muchos. El 95% al menos. Los detractores pueden ser duros, pueden
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ser malintencionados, pero siempre piensas que puede que tengan razón y nos ayudan a seguir aprendiendo y creciendo. ¿Utilizarías la palabra artista para definir a los nuevos cocineros? No. Artista era Camarón, y son otras cosas. Ver la cocina como un arte… Es que la palabra arte me da tanto respeto… Lo más bonito que puede hacer la gastronomía por encima del arte es que durante dos horas y media el cliente se olvide de su vida. Conseguir que durante ese tiempo una persona apague el móvil, solo esté pendiente de lo que le entra en la boca y se emocione, es lo más reconfortante. La gente siente que venir a Aponiente es un momento único y tacha los días que quedan en su almanaque. Eso da mucho respeto.
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¿Le tienes miedo al fracaso? Qué va. Llevo una puta vida en el precipicio. Los que llevamos esta vida y jugamos a eso, sabemos que está presente la caída. Estoy preparado para todo. En un momento de mi vida me imaginé renunciando a todo y me vi en un chiringuito haciendo caballas a mi forma, feliz con mi mujer y mi hijo. Eso te hace muy fuerte porque sabes que eres feliz en lo bueno y también en lo malo. Hago siempre esta pregunta. Para comer bien, ¿hay que gastarse mucho dinero? Ni de coña. Hace falta tener cultura de haber comido bien y ganas de seguir haciéndolo. La gran apuesta de la cocina del siglo XXI es que el ser humano saque tiempo para cocinar. No hay tiempo para pochar una cebolla ni para una olla exprés pitando por la mañana mientras desayunas. Ya las casas no huelen a puchero porque el padre y la madre curran y el niño tiene que ir al comedor del colegio. Estamos en un momento complicado porque tenemos una tradición en España de cocina caliente y vamos a perder esa raíz. Y eso empieza por que la gente vaya a una plaza de abastos a comprar. Al final te metes en el parking del súper y todo es más sencillo y más rápido. Yo también tengo familia y lo hago. ¿Se sale con hambre de los restaurantes gastronómicos? (Se inclina hacia delante) Con esto hay un topicazo, como el de que si te comes
un bocadillo y te bañas, se te corta la digestión. Yo nunca en mi vida he ido a un restaurante gastronómico y me he quedado con hambre. Ni en esta casa se permite que un cliente se quede con hambre. Si un cliente, después de tomarse veintiún bocados marinos, se queda hambriento, que me lo diga. Me comprometo a hacerle un bocadillo de caña de lomo. Un tío que paga doscientos euros por comer, ¿cómo puede pasar hambre? Es al revés. Hay un exceso de comida. Nosotros porque cocinamos el mar y nuestros platos son ligeros, pero vete tú a otro y te comes un pichón, un foie y no se qué más para terminar con tres postres con azúcar hasta arriba. ¡Si al mediodía te comes unas lentejas con un filete de pollo con ensalada y un yogurt y fuera! En estos restaurantes es como si te comieses cuatro platos más. ¿Te he contestado, verdad?
“El objetivo de l a cocina del siglo XXI es que en l as c a s a s s e v u e lva a cocinar”
¿Por qué darías un dedo de la mano? Solo por la gente que quiero y en la que creo. Yo creo en las personas. En esta sociedad es muy complicado creer en nada. Cuando detecto gente buena, la defiendo a muerte. Yo he tenido que generar un filtro en mi vida porque toda esta aureola de fama tiene muchos flecos. Siempre pienso que si mañana me quitaran las dos estrellas, dejara de salir en la tele y estuviera en Barbate en el bar Manuel con mi mujer y mi hijo poniendo platos, ¿qué amigos de los que tengo ahora estarían conmigo? Me queda una lista suficiente por la que creer en los amigos, en la vida y en que tengo un entorno sano. ¿Tienes tiempo para ti? Mira, pasé con mi padre pescando una semana en África. Venía con nosotros un guía. Mi padre me dijo que soy muy radical porque observó que no quería que el guía estuviese en aquel momento íntimo entre los dos. ¡No quiero que esté; quiero estar contigo! ¡No quiero que me adule y que me diga que me ha visto en no sé dónde! Quizás en eso sí que he cambiado. Quizás me haya vuelto
un capullo, pero es que mi tiempo es oro. Porque de protocolo estoy hasta las narices, desde que me levanto hasta que me acuesto. Un protocolo maravilloso en mi restaurante, pero en mi vida personal no quiero eso. ¿Tu persona y tu personaje son diferentes? Creo que soy el mismo. Pero claro, si tienes una idea preconcebida de mí, de que soy el chef del mar, que navega todo el día y pesca… Ojalá el chef del mar estuviera así todo el día y no con los problemas, atendiendo a proveedores, con mis niños (la tripulación de Aponiente), apagando fuegos en Barcelona, en Chiclana, en la taberna… Me hace gracia la gente que me imagina todo el día cogiendo caballas como un marinero. Pero al menos puedo decirte que a ese tío que veo en la tele lo reconozco y me gusta porque siento que soy yo. ¿Eres hedonista? (Ríe) Creo que no. Intento estar con los pies en la tierra y la cabeza en el mar. Intento no creerme demasiado lo que me ocurre. Piensa que cuando me han dado un premio, no me ha dado tiempo ni de celebrarlo. No nos regocijamos demasiado. Se nos olvida muy pronto y al día siguiente ya otra vez a la croqueta. No me da tiempo a ser hedonista. ¿Quién es el Cristiano Ronaldo de la cocina? Hay muchos Ronaldos por ahí. Hay muchos a los que admiro: Andoni de Mugaritz, a los Roca, Quique Dacosta, Dani García, etc. Cada uno de ellos me ha inspirado en algo. Además, es fundamental que sea así porque la vanguardia es totalmente devoradora. ¿Existe un grupo de Whatsapp de los cocineros Michelin? Todavía no. Bueno yo ahora no tengo Whatsapp. Me lo quité hace un año porque me consumía mi vida. Si fueses un pez, ¿cuál te gustaría ser? Pez luna. Nadie te come, no molesta. Va entre dos aguas, sube, entra… su morfología es única, su forma de nadar y de vivir, es muy longevo. Es un pescado de los que yo llamo de buen rollo. No tiene apenas depredadores y es un poco friki. Chef´s Table - Netflix
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El culto de los antihéroes, o el camino fácil Texto: A M A R O S Á N C H E Z D E M O YA
a idolatría, del griego eidolon (imagen o figura) y latris (devoto o adoración), es etimológicamente la adoración o devoción a las imágenes. Este es un concepto que la tradición cristiana más antigua ha usado siempre con connotaciones negativas por asociación al paganismo. No obstante, en nuestra tradición católica, más benévola con el culto a las diferentes advocaciones y que cuenta con una gran profusión de santos e iconos de devoción, se percibe a las diferentes imágenes pías como motivos de culto, ejemplos de diferentes maneras de identificarse con un plano más alto y divino. Y desde un punto de vista existencial como un ideario aspiracional para acercarse a Lo Divino. Esto es, que cada santo o virgen ejemplifica una manera de acercarse a Dios y, por ende, una manera de ser mejores, más próximos a lo perfecto, entendiéndose en este caso la idolatría no como una forma de alejarse de dios, sino al contrario, como una manera transversal de acercarse a él.
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En el plano profano, que es el que a mí me interesa, aunque solo se explica culturalmente a través del divino, la idolatría puede referirse a todos los fenómenos sociales donde son adoradas y creadas diferentes percepciones, sobre todo a través de “ídolos” que gozan de gran popularidad y admiración. Estos ídolos pueden ser conceptos abstractos, o pueden encarnarse en personas concretas que ejemplifican ciertos valores con los que nos queremos identificar.
Sin embargo, la idolatría, desde un punto de vista secular, es también un arma de doble filo, como lo ha sido en el histórico debate cristiano entre católicos y protestantes. La idolatría, como dijimos antes, puede ser una manera transversal de acercarse a lo divino, pero del mismo modo puede ser una manera de alejarse definitivamente de él, pues en este modo de aproximarse a dios existe el peligro de acabar venerando solo la forma o imagen y no el concepto que representa. Volviendo a la dimensión social, esto es algo que también puede acontecer, de manera que el lado positivo de la idolatría, que es aspiracional, se desvanece y se acaba por imitar más las formas que reflejan estos ídolos que los valores que encarnan. Es algo aún más extraño cuando lo ídolos son encarnados por personas, pues se termina imitando actitudes, formas y apariencias, en lugar de modelos de comportamientos. Cuando se venera e imita la imagen de algo superior, incluso cuando se hace de una manera superficial, siempre queda la esperanza de contaminarse positivamente de algo de lo que desprende ese objeto de culto e imitación. Pero, ¿qué pasa cuando se imita a un antihéroe o a un antiídolo? Los altares modernos que consagran los medios de comunicación más populares están erigidos y dedicados a veces a antihéroes y antiídolos que incluso pueden llegar a encarnar sin pudor valores negativos. Artistas, políticos y personalidades de la
sociedad ya no son admirados por sus carreras, sus obras y sus palabras, sino únicamente por su popularidad a veces mal interpretada, convirtiéndose el fin en más importante que el medio. No es difícil encontrar ejemplos de personas cuyo comportamiento queda lejos de ser digno de admiración y que, sin embargo, lejos de sufrir el escarnio de la sociedad, obtienen de ella un interés aún mayor, adquiriendo por defecto una dimensión superior y más requerida en los medios de comunicación. Este hecho perverso, el de convertir en ídolos a personas que no son dignas de admiración, tiene fácil explicación. La inmediatez en la que está sumida la sociedad actual es el gran nutriente que ceba la futilidad y el simplismo del pensamiento crítico global e individual. Hoy en día los individuos quieren lo fácil y prefieren tener referentes fáciles también. Los héroes tradicionales son inalcanzables, con ellos sólo es posible la identificación personal a través del esfuerzo. Acercarse a ellos es un camino arduo, y no siempre lleno de recompensas, la gratificación única posible es la de ver cada vez un poco menos grande esa distancia inmensurable que nos separa de la perfección, nunca alcanzable. De hecho, una alta educación del pensamiento crítico individual es más probable que conduzca hacia el inconformismo o la frustración, que bien mirados pueden ser un motor vital para muchos, pero que exige enormes esfuerzos. Sin embargo, los antihéroes son la
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solución inmediata a esta frustración existencial de la sociedad que, vaga y perezosa, prefiere el camino más fácil. No sabemos cómo, pero en cuestión de un par de decenios nuestros antiguos ídolos han ido desapareciendo poco a poco y siendo sustituidos por otros mucho más inocuos. Enalteciendo a las personas vulgares y carentes de interés que pueblan nuestras televisiones, revistas y otros altares del siglo XXI, hemos conseguido dar la vuelta a la tortilla, de manera que todos aquellos a los que se les supone el éxito, lejos de ser inalcanzables, son todo lo contrario: corrientes, vulgares, a veces zafios. Se comportan de una manera corriente, vulgar y zafia, y se
expresan con un lenguaje corriente, vulgar y zafio. A veces, incluso ejemplifican un ideario de lo ilegal, de lo antiético y de lo antiestético, y sin embargo siguen ahí, teniendo una posición referencial en esos malditos altares del nuevo siglo, porque con ellos gran parte de la sociedad se puede identificar simplemente por asimilación, sin necesidad de esfuerzo. Estos antihéroes proliferan sin dificultad porque pueden ser cualquiera. Los antiídolos tienen éxito porque pueden ser incluso peores que cualquiera de nosotros, son personas que no nos inspiran especial respeto ni nos hacen sentirnos inferiores al verlos ocupar un lugar de relevancia social.
Ignoro cuáles serán las consecuencias a largo plazo de esta crisis intelectual generalizada, pero confío en la inercia pendular de los movimientos culturales y espero que, de la misma forma que se ha generado la situación actual, algo desencadene una reacción que invierta este proceso y nos lleve a un periodo que dé satisfacciones más elevadas. Y que esas satisfacciones se conviertan de nuevo en objeto de culto para que la sociedad aprenda de nuevo que el esfuerzo y el camino más arduo recompensan con premios más sólidos. @amarosmr Pavana para una infanta difunta - M.Ravel
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Manuel Chaves Nogales
... que estuvo allí Texto: l a olivet ti mell ada
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l maestro Juan Martínez, que estuvo allí. Así tituló uno de sus libros Manuel Chaves Nogales, resumiendo en esa subordinada el oficio de periodista como él lo entendía. Estar, presenciar el acontecimiento para luego contarlo, hacer partícipe al lector a través del testimonio directo. Contar exactamente lo que pasa en la calle con las armas de la simplicidad, la claridad y el análisis. Bajo esta sencilla fórmula, Manuel Chaves Nogales concibió su trabajo como periodista e intentó cambiar la manera de hacer periodismo en la España del primer tercio del siglo XX hasta que la guerra civil y el exilio truncaron su empeño. Sin Chaves Nogales sería imposible entender el periodismo español de las primeras décadas del siglo pasado. Nació en Sevilla en 1897 y aprendió el oficio de una manera natural acompañando a su padre, el también periodista Manuel Chaves Rey, a las redacciones donde trabajaba. Inició estudios de Filosofía y Letras, pero muy pronto comenzó a escribir para diarios como El Noticiero Sevillano y La Noche. Vivió la Sevilla de la dictadura de Primo de Rivera y los preparativos de la Exposición Iberoamericana de 1929. Se mostró muy crítico con la ciudad: “Sevilla, metida en sí, dedicada a su propio culto, se va quedando fuera de la órbita de la civilización”. A pesar de esta visión pesimista, dejó el que quizá sea el mejor libro escrito sobre Sevilla, La ciudad (1921). Se casó con Ana Pérez en 1920 y dos años más tarde, asfixiado por la angostura del horizonte cultural del Sur, se trasladó a Madrid con su familia. Frecuentó los ambientes intelectuales de la capital y se fue haciendo un nombre como periodista, llegando a ser redactor jefe del Heraldo, medio donde coincidió con César González Ruano. En 1927 ganó el Mariano de Cavia, el premio más prestigioso del periodismo español, con un reportaje titulado La llegada de Ruth Elder a Madrid, que narraba la hazaña de la primera mujer que cruzó el Atlántico en solitario pilotando un avión Junker. En su reportaje, Chaves Nogales no solo informaba sobre las vicisitudes de la travesía, sino que abordaba otros aspectos como la
publicidad que rodeaba a la aviadora y el negocio que se había montado en torno a ella. Además, para cubrir el vuelo, alquiló un avión, algo inaudito en aquellos tiempos, desde el que informaba a diario a través de radiogramas. El sevillano acababa de inventar en España la figura del reportero y se adentraba en el periodismo moderno, que ya se practicaba en Estados Unidos y Europa. Ese premio acrecentó su fama y abrió un periodo (1927-1937) de éxito profesional, colaborando con la Estampa y La Gaceta Literaria, sin abandonar sus audaces reportajes para El Heraldo. En esta época se incorpora a la masonería, quizá atraído por sus principios de libertad, igualdad y fraternidad. No fue el único, en la España de Primo de Rivera personajes del mundo intelectual, militar y político, deseosos de intervenir activamente en la vida del país, ingresaron en las logias masónicas. Chaves Nogales lo hizo en julio de 1927, en la Logia nº 7 de Madrid, la Dantón, adoptando el seudónimo de Larra, algo significativo ya que la elección del nombre implicaba una identificación o conexión espiritual con el elegido. Y es que Chaves Nogales siempre sintió admiración por el periodista madrileño. Dotado de un olfato periodístico innato, previó la importancia de la naciente aviación, por la que sentía pasión. Se embarcó en arriesgadas aventuras aéreas, destacando su accidentado viaje a la URSS, que recogió en su libro La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja (1929) y en La bolchevique
enamorada. Viajero incansable, en 1930 recorre Europa escribiendo reportajes y crónicas, además de dos libros basados en la revolución soviética: Lo que ha quedado del imperio de los zares y El maestro Juan Martínez, que estaba allí. No solo los viajes y la política internacional, también se interesaba por los personajes extraordinarios y los poderosos. Entrevistó a reyes y emperadores (Alfonso XIII, Humberto de Saboya, Haile Selassie), a mandatarios y gobernantes (Churchill, Abdelkrín, políticos de la II República española), a líderes religiosos (Arzobispo de Canterbury, el Metropolitano Eulogio), a artistas (Chevalier y Chaplin), a marginados y defenestrados (Ramón Casanellas, Gorguloff) y a algunos toreros. De hecho, en 1935 aparece su obra más famosa, Juan Belmonte, matador de toros, una biografía sobre el mítico matador de toros. Entre sus innumerables entrevistas, hay una que evidencia su compromiso moral con la profesión periodística. El 21 de mayo de 1933 consigue entrevistar a Joseph Goebbels para el periódico Ahora. En la entradilla, el periodista sevillano cuenta a los lectores las condiciones bajo las que Goebbels ha accedido a dejarse entrevistar: solo tres preguntas “y sus respuestas deben publicarse textualmente, sin comentarios ni interpretaciones”. En un gesto de dignidad periodística, dejando claro que solo debe rendir cuentas a sus lectores y a su conciencia, añade antes de reproducir las preguntas y respuestas: “Permítaseme,
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sin embargo, decir a mis lectores quién es este doctor Goebbels. Es un tipo ridículo, grotesco; con su gabardinita y su pata torcida, se ha pasado diez años siendo el hazmerreír de los periodistas liberales (…) Creo que no se pone nunca la camisa parda, pero debajo de su gabardinita insignificante lleva la guerrera más ajustada de Alemania. Es de esa estirpe dura de los sectarios, de los hombres votados a un ideal con el cual fusilan a su padre si se los pone por delante”. Valiente y visionaria descripción que el tiempo corroboraría. En 1931 empieza a dirigir Ahora, importante periódico próximo ideológicamente a Manuel Azaña, de quien el sevillano fue partidario y amigo. Bajo su dirección, modernizó el periódico, acercándolo a los medios europeos y norteamericanos de referencia; organizó una red de reporteros a escala mundial barruntando que algo estaba cambiando en el mundo. Él mismo viajó para cubrir esos acontecimientos que presagiaban un futuro terrible. Además de entrevistar a Goebbels, denunció los campos de trabajo del nuevo fascismo alemán. Cubrió los acontecimientos más significativos de la II República. Se alineó con la legalidad republicana al estallar la guerra civil y dejó claras sus convicciones en numerosos editoriales y artículos. Permaneció en Madrid hasta que el gobierno republicano abandonó la capital. Se exilió a París, desde allí colaboró con algunos diarios hispanoamericanos y escribió A sangre
y fuego. Héroes, bestias y mártires de España (Chile, 1937), su espantoso testimonio sobre la contienda española y un alegato contra toda violencia, sin distinción de bandos. En sus páginas hay frases de una lucidez dolorosa: “La crueldad y la estupidez se enseñoreaba entonces de toda España”, atribuyendo aquella atrocidad “a la peste del comunismo y del fascismo”; en definitiva, al totalitarismo, producto del “miedo de los sectarios al hombre libre e independiente. La causa de la libertad entonces en España no había quien la defendiera”. Y reconocía con amargura su derrota: “Yo he querido permitirme el lujo de no tener ninguna solidaridad con los asesinos: para un español quizá sea eso un lujo excesivo”. En París continuó batallando contra el fascismo que amenazaba Europa. El exilio francés le permitió que su labor periodística tuviera una proyección europea. Participó en el resurgimiento de la agencia Havas, realizó emisiones de radio para España y América Latina, colaboró en Cooperative Press Service, L´ Europe Nouvelle, Candide, France Soir y otros diarios hispanoamericanos, y creó Sprint, una publicación artesanal que informaba a los exiliados españoles de lo que sucedía en España gracias a las noticias que los propios expatriados llevaban a Francia. El trabajo de Chaves Nogales no caía en saco roto y la Gestapo incluyó su nombre en una lista negra. Por eso, cuando las tropas nazis se acercaban a París en 1940, el sevillano marchó a Londres.
Allí retomó su actividad periodística dirigiendo The Atlantic Pacific Press Agency, colaborando con la BBC y escribiendo una columna en el Evening Standard. En su traslado a la capital londinense no fue acompañado por su mujer, que regresó a España con sus tres hijos y embarazada de la hija menor, Juncal, que nació en Irún durante ese viaje. En Londres, solo, siguió luchando contra los radicalismos izquierdistas y derechistas. Fue allí donde murió en mayo de 1944 a causa de un cáncer de estómago a los cuarenta y seis años. Está enterrado en el North Sheen Cemetery de Richmond, en una tumba sin lápida. Audaz, visionario e íntegro, Chaves Nogales centró su interés en desmenuzar periodísticamente las dos grandes fuerzas motoras que cambiaron el mundo en la primera mitad del siglo XX: la revolución rusa y el nazismo-fascismo. Su capacidad analítica le permitió concluir que eran hijos del mismo padre, el totalitarismo. Tuvo el olfato de predecir, y advertir, la amenaza que se cernía sobre Europa. Esa tumba sin lápida en Richmond es la metáfora del folio en blanco en la máquina de escribir esperando la frase exacta y definitiva, el epitafio. Puestos a imaginar, quizá él habría escrito sobre sí mismo: “Manuel Chaves Nogales, el periodista que siempre estuvo allí”. @laolivettimella Leonard Cohen - The partisan
OUTSIDERS
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No todo vale... ahora
Texto: PA C O B R I D A
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hora que está tan de moda el término usado por la FIFA de respect es el momento idóneo para darles un palito a aquellos antiguos publicistas que vendían sus productos sin importarles a quién iban dirigidos ni de qué forma lo hacían. Hoy en día no todo vale en publicidad, y menos aún al relacionarla con el deporte. Hace unos años, cuando la publicidad se basaba en anuncios en blanco y negro e ilustraciones, más de una marca internacional pecó a la hora de lanzar sus spots. ¿Quién no ha visto algún anuncio de un bebé tomando algo inadecuado para su edad o alguno sexista donde las mujeres estaban al servicio de los hombres? Actualmente esto ha cambiado, y la moral -¿o el moralismo?- y la ética publicitaria -¿o lo políticamente correcto?- se cuidan mucho de desarrollar campañas puritanas que no molesten a su público objetivo, es decir, a su target, ergo el consumidor. El mundo deportivo actual es inconcebible sin la publicidad. Muchas de sus estrellas venden su imagen a marcas de toda índole y cobran por ello auténticos dinerales; todo equipo, cualquiera que sea su disciplina deportiva, vende al mejor postor -o lo intenta- el patrocinio de su camiseta o, incluso, el de su estadio. El deporte ha sido siempre una mina de oro para muchos productos, el mejor escaparate: deportistas anunciando casinos, coches, alimentos, ropa o relojes.
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SEPTIEMBRE - OCTUBRE
La relación entre deporte y publicidad no es nueva, y ha sufrido una evolución, no sabemos si a mejor o a peor. Antes, interactuaban con unos códigos que hoy en día son inasumibles so pena de que tilden al deportista o club en cuestión de hacer proselitismo del vicio y los malos hábitos. Hay para todos los gustos. Recordemos al mítico delantero del Real Madrid Alfredo Di Stefano, apodado La saeta rubia. Don Alfredo, argentino de nacimiento, jugó en la época dorada del Madrid en Europa y es considerado como uno de los mejores futbolistas de la historia. No sé si recordaréis un anuncio del ariete en el que nos invitaba a fumar cigarrillos de la marca Lucky Strike. Seguramente, si preguntáramos al director de marketing de la empresa tabaquera, nos explicaría que fumándonos un cigarrito entre jugada y jugada llegaríamos más desahogados a los remates a gol. En el equipo de
mi barrio había uno que le hacía caso: te marcaba en los córneres fumando y te despistaba con el humo. Luego, eso lo perfeccionaron los políticos para inventar la técnica de la cortina de humo. Hoy más de uno se echaría las manos a la cabeza, aunque algún magnate futbolístico no se plantearía conflicto ético alguno y solo vería a sus estrellas como un gran símbolo de euro o dólar sobre dos piernas. Sevilla, doce de la noche, calle San Fernando, por ejemplo. Los barrenderos hacen sus labores y entre los raíles del Metrocentro caminan tres bichos que campan a sus anchas por la ciudad, “que venga Mohamed Alí, que lo estamos esperando…”. Y es que otro anuncio que puede rozar el palo de la falta de ética deportiva fue aquel protagonizado por Alí, que mostraba al legendario púgil con sus guantes de boxeo dispuesto a matar cucarachas. Entonemos un mea culpa colectivo y reconozcamos que la mayoría terminamos acabando con estos insectos de múltiples formas, pero usar el tándem boxeo-matar podría ser malinterpretado por los más puristas. Eso sin hablar de los animalistas fundamentalistas. El tenis, considerado por algunos como uno de los deportes más elegantes, también ha sido objeto de publicidad “distraída”. ¿Os imagináis a Roger Federer tomando un combinado fresquito con Novak Djokovic al terminar el partido? Pues así se
anunciaba DYC, la marca de whisky española. Incitaba a los tenistas a tomar un trago de su licor al terminar el ejercicio. “¡Compensa su esfuerzo!”, era el eslogan: había que recuperar el líquido y las sales minerales perdidas con una copa. No quiero ni pensar cómo serían los postpartidos en Wimbledon o Roland Garros con una zona acotada con barras de chapa y camareros con tiza en la oreja, al estilo velá de barrio. Sin nombrar a Rafa Nadal, que, con lo maniático que es, tendría en su banquillo perfectamente ordenado, en vez de plátanos y bebidas energéticas, su botellita pertinente, hielo y refresco. Un anuncio que me ha llamado mucho la atención es el de la cerveza San Miguel, que relacionaba el ciclismo con el consumo de su producto. “Al final de la etapa, la primera para su sed… las siguientes para su placer”, con esto querían que nos tomásemos más de una birra al acabar el pedaleo. En el anuncio veíamos a un ciclista sentado en el suelo degustando una San Miguel al finalizar la carrera. Tuvieron que dejar de publicarlo porque los equipos ciclistas cogieron carrerilla y en los coches de apoyo llevaban no solo botellines, sino filetes empanados, tortillas de patatas y alguna que otra medianoche de jamón york. Y menos mal que ahora este tipo de anuncios no se hace, porque con la “afición” que hay en el ciclismo a sustancias prohibidas no quiero ni pensar cómo acabaría más de uno…
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A pesar de esta tendencia que usaba el deporte como gancho para anunciar productos poco recomendables (desde la óptica actual), hoy es algo impensable ya que las organizaciones, comités, federaciones e instituciones deportivas trabajan para abolir este tipo de prácticas publicitarias… por lo menos, para que no se lleven a cabo tan claramente. El anuncio que marcó un antes y un después en la historia publicitaria de este país quizá sea el protagonizado por El flaco,
Johan Cruyff, dando pataditas a una cajetilla de tabaco. El 14 blaugrana fue intervenido quirúrgicamente a causa de una dolencia cardíaca provocada por su tabaquismo; al dejar de fumar se sumó a una campaña promovida por la Generalitat para concienciar sobre los perjuicios del tabaco para la salud. “El fútbol me lo ha dado todo en la vida. En cambio, fumar casi me lo quita”. Es uno de los anuncios más recordados de nuestra historia y recibió importantes premios publicitarios como el Sol de
Oro del Festival de San Sebastián. El deporte supone un tirón publicitario importante para las marcas, que huyen de asociaciones con valores “peligrosos” o políticamente incorrectos. En fin, dejemos a Cristiano y Neymar que anuncien braslips y no se metan en terrenos delicados mientras nosotros bebemos… agua. @PacoBrida Pipas Reyes (3 paquetes a 1 euro)
L A MANDUCA
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La cocina de la libertad
Texto: J. G .
L
a gastronomía se ha convertido en el segundo o tercer tema de conversación de los españoles. Tanto es así que las empresas multimedia se rebanan los sesos para desbancar a la competencia televisiva en los meses de invierno dándole una vuelta de tuerca más a sus concursos de cocina. Cientos de movimientos gastronómicos rescatados del pasado, pero solo este parece el único y verdadero. Casi una religión: la cocina de la libertad.
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Rebelión contra la cocina tradicional francesa La cocina gala ha sido, es y será una de las más importantes del mundo, tanto por diversidad cultural, como por la materia prima, pero sobre todo por su estilo distinguido y elegante. La cuisine classique de los años setenta y ochenta protagonizada por Fernand Point y sus alumnos (los hermanos Troisgros, Roger Vergé, Raymond Oliver, Michel Gerard, pero sobre todo Paul Bocuse) ha sido la tendencia referente hasta hace bien poco.
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SEPTIEMBRE - OCTUBRE
El leitmotiv de la cocina francesa tradicional se basa en dos conceptos: olor y sabor y en la idea del cocinero artesano. Empiezan a desaparecer las salsas excesivas, se reducen raciones, aparecen los platos presentados desde las cocinas con un emplatado cuidado… y todo esto se extiende como la mantequilla por el globo terráqueo y sus sitios de buen comer. Sin embargo, este monopolio culinario que sepultó a la innovadora nouvelle cuisine del siglo XIX tuvo una reacción reveladora que puso en jaque, y más tarde en jaque mate, a la cocina mundial. El rey de esa partida de ajedrez fue un español bien conocido: Ferrán Adrià. Una nueva manera de entender la cocina “Ferrán cocina como le da la gana”, nos comenta Rafael Ansón, presidente de la Real Academia de Gastronomía. Quizá sea la principal característica del chef español y lo que provocó que temblaran los
pilares de la gastronomía internacional en un momento de encorsetamientos y miedos ante las reacciones del gran trasatlántico francés. Pese a considerar como maestros a los precursores de la nouvelle cuisine, no tardaron en llegar desde Francia las duras críticas a la nueva cocina que Ferrán empezaba a desarrollar en El Bulli (así se llama en Alemania cariñosamente a los bulldogs), que entonces dirigía Christian Lutaud.
“Prefiero una sardina a una l a n g o s ta” , R a fa e l A n s ó n , presidente de l a R e al Acade m ia de Gastronomía.
En 1987, durante una conferencia en Cannes en la que participaban restauradores prestigiosos de todo el mundo y a la que asistió Adrià, un asistente le preguntó al cocinero francés Jacques Maximin qué era la creatividad. Su respuesta fue: “creatividad es no copiar”. El chef español recogió el guante y pasó de la recreación a la absoluta creación. Tanto es así que es el culpable de que hoy conozcamos deconstrucciones, espumas, esferificaciones o el nitrógeno líquido. A los preceptos sabor y olor, Ferrán les incorpora textura y temperatura.
“La importancia fundamental de Adrià en la cocina española, pero sobre todo en la internacional, es la apertura que supuso. Instaló la llamada cocina de la libertad”, defiende Ansón. Algunos tiraban por tierra sus conceptos alegando que se trataba de una cocina molecular con platos minimalistas, algo que el chef se encargó de desmentir diciendo que la cocina molecular era toda ya que cada uno de los productos, antes y después de ser cocinados, mutan sus moléculas. El cocinero showman El orden de los factores no altera el producto… en las matemáticas. En gastronomía sí. Quizá fue la portada de la revista norteamericana TIME, que protagonizó el chef de El Bulli en 2004 considerándolo una de las cien personas más influyentes del mundo. A partir de ese momento ya no importa la cocina, cobra mucho más valor quién está en la cocina. Fernando Huidobro, presidente de la Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo, hablaba en La Muy número 3 de la futbolización de la gastronomía. Cabe añadir que los cocineros son los Ronaldos y Messis. Post Bulli “Hoy no hubiera sido posible El Bulli. La vanguardia está basada en la sorpresa, pero con internet ya no necesito ir para saber si hacen algo nuevo en otro sitio. Lo nuevo se convierte en viejo de un día para otro”, insiste Ferrán Adrià. Nunca lo sabremos porque cerró en 2011. ¡O sí! Porque recientemente Adrià ha colgado
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un tuit en su cuenta personal que decía “preparando el nuevo Bulli”, acompañado de una fotografía de él mismo revisando las obras. Mientras acaba y no, su sombra desde 2011 es alargada y su influencia aún ma-yor. Tanto, que la gastronomía española ha dado un salto de gigante para colocarse a la cabeza de la vanguardia mundial. De hecho, tres de los cinco mejores restaurantes del mundo son de nuestro país. La cocina de vanguardia está basada en la tradición y en la materia prima sobre manera. A la vista está que todos los restaurantes con estrella Michelin cierran cuatro o seis meses y no es para otra cosa que para investigar en el producto y en sus cualidades. Un arduo trabajo que se justifica en la posterior plasmación en los platos durante la temporada de apertura.
Ahora el testigo de Adrià lo tienen los Andoni Luis Aduriz, Paco Roncero, Sergi Arola, Elena Arzak o José Andrés, todos ellos discípulos del maestro. Pero no podemos olvidar a Joan Roca (El Celler de Can Roca), Quique Dacosta (restaurante de su mismo nombre), el veterano Martín Berasategui o el extravagante pero genial Daviz Muñoz. Su reflejo en Andalucía Andalucía no se ha quedado estancada en esto de la cocina y podemos encontrar algunos de los chef más reputados del panorama nacional o mundial, entre los que destacan Ángel León (Aponiente, El Puerto de Santa María). El chef gaditano se formó en la Taberna del Alabardero de Sevilla para más tarde comenzar su carrera profesional en Francia. Luego, abriría su restaurante en la localidad gaditana convirtiéndose en el primer chef del
mundo en desarrollar el plancton como ingrediente para el consumo humano. En Málaga (también en Madrid) está Dani García (Restaurante Dani García y BiBo) y su alta cocina llevada a la tradicional tapa andaluza y española. Una propuesta al más puro estilo prêt à porter llevado a la cocina que le ha propiciado revalidar las dos estrellas Michelin. En la capital de Andalucía destaca Julio Fernández con su restaurante Abantal. Su receta de pularda rellena de higaditos y arroz cremoso de trufas le colocó en la parrilla de salida de los mejores. Y en Huelva, el restaurante Acánthum y su chef Xanty Elías, aunque menos conocido, ha puesto a la ciudad onubense en el circuito Michelin con su tartar de jamón. Experto en cocina marítima Kiko Veneno y Pepe Begines
OPINIÓN
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De tapeo con Obama O de cómo comprender Sevilla Texto: Fernando huidobro
ue te llaman del Casablanca, presi. - Pásamelo. - Dime Quiqui, ¿qué tal va la cosa, cómo estáis? - No soy Quiqui, Fernando, soy José Andrés, te llamo desde Washington. - ¡Anda coño! ¿Y por qué dices que eres del Casablanca? - Nooo, de La Casa Blanca, chaval, que no te enteras. Que soy asesor en nutrición, alimentación y gastronomía de Obama y necesito que me pongas al día para ver qué le montamos en su visita a Sevilla. -Pues qué le vas a montar, es de cajón, llévatelo de tapeo. - My God, no! Crazy man! - Pues dime tú qué otra cosa vas a hacer, te cuento. El tapeo es la seña de identidad de Sevilla: ves la ciudad, la paseas, te relacionas con su gente, la vives, te diviertes, la conoces de verdad…y mientras tanto vas comiendo sus tradiciones y costumbres. Así es como se revela la identidad de la ciudad, es decir, su sentido cultural. Es la única manera de hacerte con el genio del lugar y su alma. Y, de paso, le das un buen baño de multitudes. ¿Qué más quieres, macho? - Bloody bastard! Tienes razón. - No, si al final gracias a mí te dan una medalla de esas del congreso… - Vale, vale, eso déjamelo a mí que estoy en ello. Y la security, qué, pisha. Menudo lío. -Mira, primero, deja de decir pisha por aquí, que canta demasiado esa querencia tuya por Cai, y eso no está bonito del tó. Y, segundo, sí, eso es lo que tienes que darle: una buena tapa de menudo y olvidarte de lo de los seguratas; aquí somos gente de bien,
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honrada y cabal. Pasear por Sevilla es más seguro que por los pasillos esos de La Casa Blanca, donde vete a saber con quien te cruzas. O es que no ves las pelis yanquis, eso sí que son líos. Además, tú dices que es el nuevo entrenador del Betis y ya está. -Menos cachondeito amigo. Venga, va, allright, te lo compro. Prepárame un dossier, for my eyes only of course, para pasarlo al gabinete del presidente. Lo necesito para dentro de dos horas, ¿ok? - De ok nada monada, si quieres el informe Pelíkano, píllate un boli y ve tomando nota de lo que te voy a largar, porque yo me voy cagando leches dentro de un rato a pasar el finde a la playa. Tú mismo, last chance,… pisha. - Ok, ok, I’ll take it. Pero mete todo ese rollo de la identidad cultural que les gusta a lot. Se me olvida cómo sois y qué bien vivís, mamonazos. ¡Venga de ahí! Pero, ya que te veo todo el rato por las redes, sabrás grabarlo y pasármelo por whatsapp, ¿no? - A mí lo que me sobra es guasa, así que ya lo recibirás. Y me debes una convidá, no se te olvide. Esto que transcribo a continuación fue lo que le relaté a José Andrés, vamo a escuchá: “Además del hiperdispositivo de seguridad que estableceréis sí o sí, yo le añadiría tres protectors: un poco de gel puro de áloe para las rozaduras de la entrepierna, un protectorzol estomacal y otro para el sol en la testa o sombrerillo de paja. Pero esto es up to you, o como decimos aquí: tú verás. Sitúalo en los Jardines de Murillo, entra al barrio de Santa Cruz por la plaza de
su nombre, coge por los callejones del Agua y Vida y, dando un pelín de vuelta por Doña Elvira, llega a la Plaza de Los Venerables. Allí está Casa Román, siéntalo en un taburete de los veladores y dale sin más jamón y caña de lomo con una buena manzanilla de saca reciente y fresca. Desde ahí, salid callejeando hasta Mateos Gago, caminad hacia la Giralda, subid hasta El Salvador por Álvarez Quintero y coged por Cuna hasta calle Acetres, donde está El Caserío, endílgale una tapa de sangre encebollá con una caña de Cruzcampo y otra de garbanzos para que se le vaya haciendo mente y cuerpo y vea que no nos andamos con chiquitas. Vía Sierpes y Tetuán, llegaos lentamente y agudizando el olfato a Blanco Cerrillo, acódalo en la barra, donde le pedirás dos tapas de adobo una detrás de otra, seguías y con sus cañas. Los seguratas que se queden fuera. Bajad por Tetuán o Sierpes hasta las Plazas de San Francisco y Nueva, pillad calle Barcelona (pa que no se diga) y parad en La Flor de Toranzo o Trifón. Solicita del tirón un montadito de anchoas y leche condensada con un amontillado y seguid con un rollito de jamón york con paté y anchoas con la misma gloria jerezana. Desde ahí, por Jimios, Harinas y Arfe, pasad por el escaparate de La Isla y, si consigues engañarles y tiran de cartera, entrad y papearos unas gambas de Huelva, de esas de reloj, que nunca vienen mal. Aunque se estiren, tú tira para adelante, pasa bajo el Postigo
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del Aceite y llégate a La Moneda: sopa de galeras pese a quien pese y sude quien sude, manzanilla en rama de Sanlúcar, una tortihorti de camarones y hortiguillas y algún langostinito, por si las moscas. Y para rematar la faena, y a poca distancia, tienes el Casablanca, ¡eh! sí, colega, no se me pasa una. Allí pide lo que le apetezca al Mr. President, está en su casa, le dejamos escoger de primeras, pero luego le das la puntilla con el menudo que te anunciaba al principio.
Un fino de los de aúpa iría bien. Ya bocabajo, por El Almirantazgo se dará de bruces -cuidado que el shock es morrocotudo- con la Catedral, el Archivo de Indias y los Alcázares, entrando por el Patio de Banderas, ¡ahí es ná!, donde si eligió, como buen indio americano, ese buen día para morir, puede hacerlo tranquilamente pues no encontraría sitio major/mejor, más bello ni más calmo. Si no viene con esas aviesas intenciones, lo que sería de agradecer para que no nos acusen de terrorismo tapeista y
a mí me enchironen de por vida, que simplemente descanse y reste por un rato contemplando los jardines y meditando sobre lo que es vivir a la sevillana para tratar así de comprender nuestro genius loci. Si ves que no lo pilla, no me llames, todo habrá sido inútil o seré que yo no tengo repajolera idea. Queden ustedes con Dios y que éste bendiga América, que por algo la descubrimos nosotros”. @FHuidobroRein
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Mi mujer es enfermera Texto: ELISA VICTORIA MARROQUÍ ILUSTRACIÓN: SUSANA IBÁÑEZ
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levo una semana con la pierna derecha partida en su hospital y a veces ha venido a verme a la habitación. No puedo moverme mucho y cuando va de uniforme pierdo los nervios. Entre la rodilla y el tobillo me atraviesan en fila ocho clavos, prefiero no fijarme en el grosor. Eso también me hace perder los nervios. Mañana me voy a casa con la pata en alto, a que ella se ocupe de todo. Las preocupaciones y los analgésicos me aturden. Atravieso un momento de intenso dolor que concibo como único, sin atender al día ni a la
noche ni a las pajas que ella me ha hecho con tanto cariño. Lo que más me preocupa no es el trabajo acumulado, el dolor, las secuelas físicas, el darle guerra a mi fiel esposa. Estoy sudando de terror ante la aplastante idea de que no deseo recuperarme. Dentro de mi pecho vive un ermitaño excéntrico al que le gustaría que la cosa se complicara, que tuvieran que operarme más veces, que saliera de ésta con cierta cojera como mínimo. No puedo ignorar un discurso tan ardiente, lleva varios días convenciéndome. Creo que estoy de acuerdo con él. No entiendo por qué, y eso me rebana los sesos, pero
la verdad es que mi corazón sincero se rinde en secreto despreciando todos los argumentos racionales que le brindo. Aprovechando la debilidad que el miembro roto ha propiciado, el loco de mi pecho ha salido de la cueva para hablar y su voz ha hecho temblar hasta el último tuétano. Debo evitar mirar la pierna. Cada vez que veo un clavo de refilón se me pone dura. ¿Qué me pasa, doctor? ¿Es grave? -
Relocate - Kauf
OPINIÓN
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Nuestro último verano Texto:
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PILAR RODRÍGUEZ
iempre se nos habían dado bien los veranos. A pesar de las hormigas en el armario de la cocina, del insoportable calor de este sur del sur, de la Eurocopa y los mundiales que nunca faltaban en la televisión. Este año, además, teníamos Juegos Olímpicos.
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Siempre habíamos sacado tiempo para compartir impresiones, comentando los regates de Andrés Iniesta, la templanza de Del Bosque o las corazonadas de que éste tampoco sería nuestro año. Que ya un día lo ganamos todo y ahora, coincidíamos, nos tocaba perder si queríamos volver a triunfar. Y tener paciencia. Mucha. Y así llegamos a la arena de la playa seis años después. Debajo de la sombrilla. Con los pies blancos, las lecturas elegidas y los niños haciendo castillos en la orilla. Y habíamos decidido, también, apuntarles a un curso de surf, lo que fuimos incapaces de practicar durante nuestras infancias, dejándoles a ellos con el encargo de superar todas nuestras frustraciones. Como buenos padres de manual que también tuvieron claro que sus hijos jamás tendrían un teléfono móvil antes de los diez. Y luego se lo dimos todo. Y allí estábamos, observando por
encima de nuestras revistas y sin quitarnos las gafas de sol cómo ella era mucho mejor que él a la hora de mantener el equilibrio. Cómo él tenía miedo de superar las olas sumergiéndose por debajo de cada una de ellas. Y tragaba agua sin parar, sin ver nuestras medias sonrisas. Los dos se caían pero los dos volvían a levantarse. Y ella lo animaba con leves toques de palmas cuando era arrastrado por algunas de las olas. Ella había entendido mucho mejor una de las frases del monitor: “No podéis luchar contra el mar, pero sí hacerle frente”. Tú, mientras, ojeabas The Financial Times, preocupado por la inminente salida de Reino Unido de la Unión Europea. Eso a lo que habían llamado Brexit. Pero mirabas de reojo la exclusiva que la reina de corazones española daba en las portadas del papel cuché, con esa enorme piscina en el jardín, con esos hijos tan guapos y su nueva pareja posando ya en el despacho de su difunto marido. “Alivio de luto”, dijiste. Y yo me acordé del disco de Joaquín Sabina. “Cada semana muere un verano”, decía una de las letras. Quise comentarte una frase de Ángeles Mastretta en un capítulo de su novela Maridos: “Cuando uno de los dos se muera, yo me voy a ir a Italia”, pero ya habías
vuelto al periódico inglés. Y yo a la sombrilla de al lado, cuyas historias sustituían a las de todos los taxis que dejábamos de coger en agosto. Había tocado la Lotería en un pueblo cercano y en aquellas hamacas se discutía sobre el reparto de la herencia en una de las familias más adineradas. Sin duda, Almodóvar a pie de playa. Los niños seguían combatiendo las olas. La marea, cada vez más alta. Ella pedía que le enseñaran a hacer giros en el agua. Él ya aparecía rezagado en la orilla. Con las rodillas doloridas, recostado sobre la tabla. Jugando con las conchas. Mirando a ningún lugar. Yo a ratos presenciaba en Instagram las peripecias de tu sobrina con su novio en Vietnam. Mochileros estrenando amor por el mundo. Asquerosamente jóvenes. Guapos a rabiar. Otra vida para vivirla contigo, de Eduardo Mendicutti, compartía cesta con la crema solar, las gafas de sol, el periódico y la toalla. Por las noches sonaba el bolero. Y en la mente, la frase de una canción: “No hay más miedo que el que se siente cuando ya no sientes nada”. La letra de nuestro último verano. Juntos. -
@pilarodguez
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01. El hombre de las mil caras. Alberto Rodríguez. 02. Retrospectiva, de Luis Gordillo. Del 7/10/16 al 28/2/17 en el CAAC. 03. La Barcelona de los años 70 vista por Nazario y sus amigos. Ed. Ellago. 04. Omega. Enrique Morente y Lagartija Nick. El Europeo. 05. Nanas. Niño de Elche & David Cordero. Acuarela. 06. Archives. bRUNA / Wooky. Lapsus Records. 07. Creación y tragedia: la esperanza ante la crisis. Ernesto Sábato. Fundación J. M. Lara. 08. Light upon the Lake, Whitney. Secretly Canadian. 09. Besos a la luz de la lona. Historias de boxeo. VV. AA. Ed. Demipage. -
OPINIÓN
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uede una escena de guerra convertirse en una hermosa postal? Hace cien años las colinas de Verdún estaban llenas de obuses, fango y cadáveres. Es una de las batallas no resueltas de la Gran Guerra, una absurda carnicería en la que quedó triturada la juventud europea. Verdún 1916, icono macabro de la Primera Guerra Mundial. Verdún parece un manso terreno de ondulantes colinas, pero en realidad es un lugar siniestro marcado con cicatrices de artillería y tumbas en las que hace mucho se pudrieron los cadáveres de soldados anónimos.
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Verdún es uno de los lugares preferidos por ese turismo de guerra que practican frívolos viajeros, como aquellos de los que ya hablaba en 1921 en su revista La Antorcha el escritor Karl Kraus: turistas fascinados por las tácticas militares y la cacharrería militar, capaces de dar detalles sobre armas y uniformes pero que no saben nada de Historia. Les dan igual las guerras médicas que la batalla de Gettysburg, lo importante es que hubiera muchos muertos y cierta épica militar. Esos turistas no sienten curiosidad por las causas económicas, políticas, sociales o diplomáticas que desencadenan las guerras. Se quedan en la superficie y la anécdota de la muerte colectiva. Y nunca les falta la absurda urgencia de hacerse una foto ante el memorial para subirla al instante a la red y testimoniar que estuvieron allí. Hace un siglo de la batalla de Verdún y ahora parece que allí no tuvo lugar uno de las más cruentos enfrentamientos de aquella guerra pavorosa. Pero no hay más que superponer las fotografías documentales sobre las postales de hoy. Es entonces cuando se adivina que la curva suave de una colina nace de una antigua trinchera bombardeada, que los matorrales han crecido siguiendo la línea de los parapetos y que bajo la tierra se intuye el dibujo macabro de las galerías y los cuarteles subterráneos. También se adivina un siniestro silencio de cementerio. Bajo esos campos aún hay mochilas, máscaras de gas, jirones de uniforme, trozos de
Verdún hace cien años Texto: E VA D Í A Z P É R E Z
fotografías familiares…, todo un museo de objetos olvidados que pertenecieron a los soldados que nutrieron las primeras cosechas después del fin de la guerra, cuando las frutas y verduras crecieron más grandes que nunca. Como esos campos llenos de amapolas que también simbolizan esta guerra. En una vieja fotografía se ve la curva del río Mosa y un banco solitario. El resto del paisaje son ruinas. Podemos intuir el olor a pólvora y muerte. Hay casas sin fachada en las que pueden verse las habitaciones de personas que salieron huyendo. En una cocina destrozada sobre una mesa permanece una sopera. Qué distinta la imagen del Verdún actual, feliz y despreocupado. ¿Cómo podemos imaginar lo que ocurrió hace cien años? Podríamos ver alguna buena película sobre la Gran Guerra. Por ejemplo La vida y nada más de Tavernier, en la que dos años después de la guerra un comandante francés recorre los campos de batalla buscando datos sobre los soldados desaparecidos para dedicarles la tumba del soldado desconocido en el Arco del Triunfo de París. No fue la única película que Tavernier dedicó a este conflicto. Capitán Conan se traslada al frente oriental, en la frontera entre Grecia y Bulgaria. Es la historia de un héroe de guerra. Esta guerra estuvo llena de héroes y de camaradería como muestra La Gran Ilusión, de Jean Renoir. También de locos y poetas, que es la historia que cuenta Regeneration, de Gillies Mackinnon, basada en la estupenda novela de Pat Barker. La película se desarrolla en un hospital psiquiátrico en el que residen soldados traumatizados por la guerra como los poetas ingleses Siegfried Sassoon y Wilfred Owen.
Sí, para intuir el paisaje emocional de esta guerra hay que acudir a las películas, a las novelas y a los libros de memorias como El mundo de ayer, de Stefan Zweig, donde se describe la Europa que se desangra a partir del verano de 1914. La nostalgia del imperio austrohúngaro que desapareció en este infierno podemos entenderla gracias a las novelas de Joseph Roth La marcha Radetzky y La cripta de los capuchinos, y también por la maravillosa Europa perdida de El rey de las dos Sicilias, de Andrezj Kúsniewicz, y El hombre sin atributos, de Robert Musil. Sí, realmente hay que perderse en una biblioteca para intuir el horror de ese Verdún de hace un siglo leyendo El miedo, de Gabriel Chevallier, una novela de soldados aterrados por la carnicería disfrazada con la vieja mentira del patriotismo; o Sin novedad en el frente, de Remarque; o Viaje al fin de la noche, de Celine; o Tempestades de acero, de Jünger; o El fuego, de Barbusse. Y hasta podemos reír con el humor negro y corrosivo de El buen soldado Svjek, de Jaroslav Hasek, o Un año en el altiplano, de Emilio Lussu. Sí, cinematecas, bibliotecas, pero también museos, porque la vanguardia salvaje fue hija de esta guerra, un exorcismo contra el horror de su época: el dadaísmo nacido en la Suiza neutral, el surrealismo destilando las pesadillas del frente y el expresionismo reflejando el terror. Contemplar Verdún recordando a Kirchner vestido de artillero con la mano amputada en Autorretrato como enfermero de Beckmann, o a los Mutilados de guerra jugando a las cartas de Otto Dix. Y todo mientras suena el paisaje sonoro compuesto por Alban Berg con la materia dantesca de aquel tiempo: la ópera Wozzeck. Ahora sí, sí es posible imaginar qué ocurrió hace cien años en este hermoso y amable paraíso de Verdún. @evadiazperez
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cam b io de es ce nar io Texto: VIDAL ROMERO
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urante los últimos siete años el Monkey Week consiguió que el casco histórico de El Puerto de Santa María se convirtiera en una auténtica ciudad de la música. Un lugar en el que, ante la sorprendida mirada de los lugareños, se podía ver a músicos arrastrando amplificadores y baterías por las calles; se podía ver a representantes de todo tipo de tribus urbanas compartir cervezas en tascas de pescadores y bares de pescaíto frito; se podía ver a gentes de la industria cerrar negocios a la sombra de alguna de sus bodegas históricas. Una suerte de Ítaca musical que, para su octava edición, pega el salto y se asienta en Sevilla, en el entorno de la Alameda de Hércules. Había algo de mágico en toda esa marabunta, en ese alboroto de músicos y profesionales que se olvidaban durante tres días de cuestiones de clase, caché y escena: igual se podía ver a Amaral tocando en un tugurio, en el que a duras penas se apiñaban cien personas, que a una banda novel debutando en un escenario grande frente a más de mil personas. Una suerte de democratización de la música en la que tiene mucho que ver la propia concepción del Monkey Week, un evento que escapa a los moldes de un festival tradicional, con sus cabezas de cartel y su rígida concepción de horarios y géneros musicales; lo suyo está más cerca de una típica feria de muestras sólo que adaptada a las particulares necesidades del universo musical. “Desde luego, Monkey Week no es nada convencional”. Los tres directores del invento, Tali Carreto, Jesús Guisado y César Guisado, confirman al alimón que su criatura no es fácil de categorizar. “Es un encuentro entre profesionales, músicos, prensa y público. Y un escaparate para artistas y bandas emergentes. Y un mercado para empresas del sector. Y un festival urbano, que desarrolla toda esta programación de conciertos, showcases y actividades varias en plena ciudad”. Una muestra que en sus primeros años se miraba en el espejo del South By Southwest (un célebre evento que se celebra en Austin, y que sirve para que las industrias independientes de la música y el cine presenten cada año sus novedades), pero que poco a poco ha
ido encontrando una filosofía propia, en la que se cuida de manera particular a las bandas y artistas que están dando sus primeros pasos: no es casualidad que el eslogan del festival sea “Descubre hoy las bandas de mañana”. El reto ahora pasa por conservar esa filosofía y esa personalidad en su nueva ubicación, ser capaces de mantener la magia a pesar del cambio de escenario. Un cambio, por cierto, que ha levantado tantas discrepancias como adhesiones, pero que resultaba necesario para garantizar el futuro del Monkey Week. ¿Cuáles son las razones que os han empujado a mudaros a Sevilla? ¿Qué creéis que habéis perdido, y qué habéis ganado, con esa mudanza? La principal razón consiste en que Sevilla ofrece unas posibilidades de crecimiento, no ya a nivel de público, sino también en la vertiente profesional, que no podía ofrecernos El Puerto de Santa María. Sevilla permite a Monkey Week una mejor logística (solo en lo relativo al alojamiento, por ejemplo, ya estábamos tocando techo en las dos últimas ediciones) y además en otra ciudad, y en un barrio como la Alameda de Hércules, a la que no se le puede negar su encanto. Una de las virtudes de Monkey Week en El Puerto de Santa María residía en el especial microcosmos que se formaba durante los días del festival, en los que el centro del pueblo parecía literalmente tomado por
una legión de músicos y gentes relacionadas con el negocio. ¿Qué medidas habéis tomado para que ese espíritu comunal se mantenga en la nueva localización? Mantenernos en unas dimensiones similares a las que utilizábamos en El Puerto para seguir creando esa sensación de estar inmerso por unos días en una ciudad de la música. También buscar espacios únicos, que a más de uno le van a dejar boquiabierto. Seguir fieles a la idea, en fin, del Monkey Week como un evento urbano, cercano y que convierte cada espacio en backstage, antes que en un escenario. A un nivel musical, Monkey Week tiene dos grandes patas: la primera es una programación muy amplia de showcases (escenarios comisariados por sellos o plataformas determinadas) en los que se mezclan bandas asentadas con artistas recién llegados. ¿Cómo es el proceso de selección de estas bandas? Este año hemos realizado una convocatoria abierta y la selección ha sido ardua. Pero luego hay otros cauces por los que las bandas se presentan en Monkey Week: acuerdos con instituciones como AIE o circuitos como GPS (Girando Por Salas), misiones procedentes de diferentes comunidades (IEB de Baleares, Musika Bulegoa de Euskadi, CARM de Murcia), colaboraciones internacionales
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con países como Portugal, México o Suecia… En El Puerto de Santa María, estos showcases estaban localizados muchas veces en lugares atípicos, como bares de tapas, bodegas, terrazas o casas señoriales. ¿Qué espacios habéis buscado en Sevilla para continuar esa tradición? ¿Cuántos escenarios estáis manejando para esta edición? En esta octava edición, pero primera en Sevilla, habrá un total de dieciocho espacios… ¡que es algo que se dice pronto! Y hay algunos que van a sorprender y mucho. El Espacio Santa Clara, por ejemplo, se ha convertido en la Zona Profesional, y tiene rincones a cual más increíble: su refectorio, la Torre de Don Fadrique, el patio porticado… También hemos creado espacios singulares, como un escenario en el parking subterráneo del Hotel Patio de la Cartuja. Y qué podemos contar de la Torre de Radiópolis. Aunque creemos que una de las sensaciones de esta edición va a ser sin duda la pista de coches de choque con conciertos en mitad de la Alameda. La segunda pata es una programación de festival,
de tamaño reducido y con escenarios más cuidados, y de la que sólo se ponen unas cuantas entradas a la venta. ¿Cuáles son los motivos que os llevan a mantener esta propuesta? ¿Qué podéis avanzarnos respecto a la programación en este aspecto? Siempre nos ha gustado también la idea de contar con una serie de conciertos en teatros, que mantengan también esa sensación de disfrutar de la música en directo en espacios con esas características… y alejados por unos momentos del bullicio tan propio del Monkey Week. El Teatro Central permitía mantener esa idea viva. Este año tenemos ahí tres platos fuertes, a elegir: la noche inaugural será de Niño de Elche + Los Voluble, el viernes toca cita con la historia de la mano de Michael Rother plays Neu!, Harmonia & Solo Works, y el sábado vendrá a tocarnos la fibra sensible el soul de Lee Fields & The Expressions. Por último, Monkey Week siempre ha tenido escenarios de carácter gratuito. ¿Habrá algo parecido en esta ocasión? Claro que sí. Para ello estará el Escenario Ron Contrabando en plena Alameda de
Hércules, con una programación muy ecléctica de showcases y conciertos… y con alguna sorpresa incluida. Además, el Monkey Week siempre se ha caracterizado también por su circuito off, propuestas que surgen al margen del festival pero vinculadas al fin y al cabo con él (que es algo que nos encanta), y este año no será menos, ya lo veréis… Las jornadas profesionales son otro de los puntos fuertes del festival, con una asistencia que crece de manera exponencial en cada edición. ¿Creéis que la crisis de la industria ha obligado a los músicos a ponerse las pilas? ¿O simplemente es cuestión de proponer temas y discutir asuntos que puedan interesar dentro del sector? Las jornadas del Monkey Week siempre han querido ser no solo un punto de encuentro, sino también de debate. Hay que hilar muy fino porque entre nuestros objetivos ha estado siempre el ofrecer unas jornadas útiles y prácticas, que sirvan además a diferentes sectores de la industria: músicos, managers, promotores, programadores… Y además hay que ser optimistas al respecto: vivimos una etapa de creatividad brutal en nuestra música, y hay que aprovecharlo y mirar adelante, sin
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A lo largo de las distintas ediciones, el espectro de música que abarca Monkey Week ha ido creciendo hasta abarcar géneros como el flamenco o la música latina. ¿Qué novedades veremos este año? Este año hay, por ejemplo, una mayor presencia de propuestas electrónicas que en anteriores ediciones. Quizás solo sea reflejo de las tendencias actuales en la música. Pero también habrá de nuevo flamenco no convencional, o géneros que hasta ahora eran menos habituales en el Monkey Week, como el reggae o el hip hop. Hablamos de música al fin y al cabo, no de una música u otra. -
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Otro aspecto interesante de las ferias es que cada año atraen a más gente de otros países. ¿Qué beneficios aporta esta apertura y, sobre todo, cómo se transmite la necesidad de estar en Monkey Week a esos profesionales extranjeros? La presencia cada vez mayor de invitados internacionales se ha debido sobre todo a la colaboración de Extenda, la Agencia Andaluza de Promoción Exterior, y al PICE, el Programa de Internacionalización de la Cultura Española puesto en marcha por AC/E – Acción Cultural Española. Gracias a ellos hemos podido contar con promotores, programadores, agentes y prensa extranjera. Aunque es cierto que cada año llegan más invitados internacionales por cauces distintos a los de estos programas, suponemos que gracias a que el Monkey Week también comienza a ser conocido y valorado más allá de nuestras fronteras.
Cecilio G
Museless
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Rebuscando en el lomo del mono
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on casi 200 bandas actuando a lo largo de tres días en diversos espacios salpicados por la Alameda de Hércules y aledaños, resulta complicado elaborar un plan de acción con el que abordar la propuesta que este año hace Monkey Week. Al margen de los nombres más sonados (Michael Rother, Niño de Elche + Los Voluble, Cápsula, Trèpat, Juventud Juché, Lee Fields & The Expressions, Soledad Vélez, King Khan and the Shrines), los highlights de dentro (Miraflores, Naja Naja, I Am Dive, Hi Corea!, Fiera, Chencho Fernández) y fuera (Ten Bears, Fuckaine, Los Nastys, Los Chicos, Joana Serrat, Perro, Melange, Holögrama, Los Vinagres) de nuestra ciudad, y alguna que otra sorpresa foránea (Cave History, Magnolia Shoals, Surma, Mariel Mariel), me gustaría recomendar algunas actuaciones que no debería pasar por alto cualquier “monete” de pro con ganas de descubrir nuevas cosas. Museless Laura Llopart tira de una suerte de dance electrónico y experimental muy endeudado con el pop experimental, el errorismo y el kraut de los setenta. Música oscura, arty y sexual que evoca incómodos sueños de cilicio. Onda Grimes, The Knife, Zola Jesus y Portishead. All La Glory Un caballo indomable galopando hacia una suerte de folk-rock explosivo. Formados alrededor de la figura de Juano Azagra, All La Glory trastabillaban entre el country pastoral de The Band, el músculo guitarrero de Johnny Thunders o urgencia new wave The Stranglers.
(Get Ready For) MW - Paco Loco & Steve Wynn
Texto: EMILIO R. CASCAJOSA
Cecilio G He aquí la actualidad más rutilante del trap en español. Hijo de la generación YouTube, Cecilio G hace gala de una
lengua afilada como un bisturí. Un esteta del código callejero capaz de trapichear con el southern hip hop, el crunk, el dubstep o el big room. Yokozuna Una de las bandas de hard-rock más personales del panorama mejicano. Al dúo lo avala una potente puesta en escena y una idiosincrasia rebelde que le ha servido para abrir conciertos de System of a Down, Ghost, Mastodon, Bad Religion, Wolfmother o Molotov. Pura rabia. The Octopus Project Impetuosos, alucinados y volátiles, los de Austin llevan casi tres lustros en la trinchera facturando una suerte de kraut-pop explosivo y psicodélico, mezcla perfecta entre Holy Fuck y Belle & Sebastian (créanselo). Dance-punk sintético y retrofuturista.
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13/14/15 Octubre 2016. Sevilla. Alameda de Hércules
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Maldito Rocío
E l c olo sal es cán dalo provo cad o p or e l d o c u m e n ta l d e F e r n a n d o R u i z V e r g a r a , fa l l e c i d o a h o r a h a c e c i n c o a ñ o s , acab ó c on s u car r e r a ar t í s t ica y l e marc ó t o d a l a v i d a . L a c i n ta s a c ó a l a l u z l a b r u ta l r e pr es ión s uf r i da e n Al mon t e e n 1 9 3 6. Texto:
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ace ahora justo cinco años, el 12 de octubre de 2011, el cineasta sevillano Fernando Ruiz Vergara fallecía en la aldea portuguesa de Escalos de Baixo, donde vivió ya al final de su vida, retirado, exiliado por voluntad propia tras el colosal escándalo provocado por la cinta Rocío, censurada todavía hoy por orden del Tribunal Supremo, en una sentencia fechada el 3 de abril de 1984. Ese mismo día, el gobierno de Rafael Escuredo presentaba el proyecto de reforma agraria en el Parlamento autonómico y un centenar de jornaleros –la mayoría, andaluces- abandonaban un encierro de protesta en una iglesia de Madrid. Por entonces, Felipe González ya gobernaba el país con mayoría absoluta. Parecía que la época dura de la Transición había quedado atrás… “Todo lo que sufrió con Rocío lo tenía muy presente. No guardaba rencor, pero nunca dejó de dolerle”, ha explicado el realizador José Luis Tirado, quien analizó en el documental El caso Rocío (2013) la polémica que acompaña a la cinta de Ruiz Vergara. “La película acabó de golpe con su carrera profesional. También le destrozó la vida”, señala Tirado, que encontró al cineasta ya débil de salud, ingresado en la Casa de Misericordia de Vila de Rei (Portugal). “No volví a hacer una película más”, lamentó en alguna ocasión el propio Ruiz Vergara, quien trató de retomar, tiempo después, su carrera cinematográfica sin éxito. En el cajón quedó, por ejemplo, un guion basado en una obra de Claudio Sánchez-Albornoz sobre el rey-poeta Al-Mutamid. El documental Rocío, dirigido por Ruiz Vergara con guion de Ana Vila e interpretado, como recogía el cartel promocional, “por hombres, mujeres y niños del pueblo andaluz”, trata de
José maría rondóN
explicar la romería desde un punto de vista social, histórico y antropológico, por lo que recurre a las opiniones de expertos, algún sacerdote, miembros relevantes de las hermandades rocieras y vecinos de Almonte, como una mujer que narra en primera persona un milagro de la Virgen: la curación de un sarcoma. “Es una romería de la Baja Andalucía, en donde viven miles de trabajadores sin tierras y generalmente sin trabajo, con todo el folclore y falsos mitos que ha creado la Andalucía oficial entremezclada con ésa y otra que estamos tratando de desenterrar día a día”, recogía la sinopsis del filme. Rocío se rodó entre 1976 y 1978 gracias al dinero recaudado en unos ciclos de cine promovidos por el director y la guionista en suelo portugués. En concreto, Fernando Ruiz Vergara y Ana Vila organizaban en localidades próximas a la frontera proyecciones de las películas todavía prohibidas en España. Tras algunos problemas con la distribuidora, el documental logró un importante respaldo en la primera edición del Festival de Cine de Sevilla, celebrado en octubre de 1980. El certamen –que logró un importante eco en los medios gracias a la visita de la actriz Sylvia Kristel, protagonista de Emmanuelle- le otorgó uno de sus galardones por “la coherencia de su visión polémica de la romería, desde la vertiente antropológica”. Sin embargo, la crítica la despachó, en líneas generales, con dureza. El jesuita José Antonio de Sobrinos aseguró en un texto titulado La mala sombra de Rocío –publicado en El Correo de Andalucía el 15 de febrero de 1981- que se trataba de un “documental manipulado y desvirtualizado por la política ideológica y de un mitin político y anticlerical”. En el diario Sur/Oeste, que provenía
de la cadena de Prensa y Radio del Movimiento, se calificó la cinta de “ataque, a veces infantil y decididamente panfletario, a instituciones y poderes como la Iglesia, los terratenientes en general, los falangistas, las derechas y, en una palabra, el franquismo”. En este sentido, Rocío contiene imágenes de gran potencia visual, muchas tan osadas que hoy sería imposible grabar, como la cercanía de las camareras con la Virgen (“Eres guapísima, eres encantadora, eres la reina almonteña”, le susurra una de ellas) o los argumentos lanzados por el catedrático José Hernández Díaz sobre la modificación de las imágenes sagradas. “Naturalmente, se destrozan, se mutilan de manera especial para poder vestirlas (…) Es decir, para darle ese sentido teatral, espectacular, necesario para llegar al fondo de las masas populares”, afirma el que también fue alcalde de Sevilla entre 1963 y 1966. Fernando Ruiz Vergara ilustró este hecho con el desmontaje en un convento sevillano de una talla muy modificada de la Virgen de la Merced. Sin embargo, ni una ni otra propuesta provocaron el enorme revuelo que acabó con el secuestro de la cinta y la condena de su director a dos meses y un día de prisión, 50.000 pesetas de multa y una indemnización de diez millones de pesetas. Lo que motivó el escándalo fue sacar a luz la represión en Almonte tras el golpe militar de 1936, desde sus instigadores al centenar de víctimas, recordadas algunas con nombres y apodos por el actor José Luis Gómez, que puso la voz en off a la película. “En Almonte mataron a Frasquita La Charamusca, Diego Cepeda Aragón Azuquita…”. Y concluye: “Un total de cien personas, noventa y nueve hombres y una mujer”.
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Además, en un momento de la película, el realizador incluye las declaraciones de un vecino de Almonte, Pedro Gómez Clavijo, quien cuenta a cámara cómo se urdió la represión. Como ha destacado sobre el asunto el historiador Francisco Espinosa, “Ruiz Vergara vino a contar la trastienda de la matanza realizada por los fascistas, y puso nombre y rostro al que, según algunos testimonios, aparecía como máximo responsable: el terrateniente y ex alcalde José María Reales Carrasco”. “Había una idea de buscar un poco las raíces, de cómo había surgido ese fenómeno y entonces ver qué había pasado en la época de la República en la romería”, ha explicado la guionista Ana Vila, quien reconoce que la denuncia de la represión golpista “surgió a partir de lo que nos iban contando”. Así, el documental Rocío es uno de los primeros intentos de arrojar luz a la represión llevada a cabo en el verano de 1936. “Hoy día, en España, con jurisprudencia sobrada sobre el asunto, no es posible silenciar la historia de la represión por la voluntad de los descendientes de quienes de un modo u otro la protagonizaron”, ha destacado el
realizador de El caso Rocío, José Luis Tirado. Pero, en los primeros años de la década de los ochenta, el resultado fue otro. Los hijos de Reales Carrasco interpusieron el 23 de febrero de 1981 -horas antes de la intentona de Tejero- la querella por los delitos de injurias graves, escarnio de la religión católica y ultraje público contra Ruiz Vergara, la guionista Ana Vila y Gómez Clavijo, el vecino que prestó su testimonio. “Las injurias se cometían -expone Francisco Espinosaal imputar al fallecido Reales Carrasco el asesinato de vecinos de Almonte. Sin embargo, en el metraje, cuando iba a pronunciar su nombre, el sonido desaparecía y se reproducía una foto suya con los ojos tapados por un recuadro negro”. El juez desestimó por completo la imputación de escarnio porque “los temas religiosos están tratados con respeto”, se afirma textualmente. Con todo, sí ordenó el secuestro de la cinta, primero en toda España y, luego, sólo en las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, las más vinculadas a la romería del Rocío. Era la primera vez que un juzgado
secuestraba una película en España después de que se aprobara la Constitución y desaparecieran los mecanismos de censura previa en materia de cine. Aunque Ruiz Vergara recurrió al Supremo, éste ratificó la sentencia. Según el juez Luis Vivas Marzal, era “indispensable inhumar y olvidar si se quiere que los sobrevivientes y las generaciones posteriores a la contienda, convivan pacífica, armónica y conciliadoramente, no siendo atinado avivar los rescoldos de esa lucha para despertar rencores, odios y resentimientos adormecidos por el paso del tiempo”. A mediados de mayo de 1985, la película volvió a los cines españoles. Se sustituyeron los fragmentos suprimidos por una pantalla en negro con la leyenda “Supresión por sentencia de la Sala Segunda del Tribunal Supremo del 3.4.1984”. Por entonces, la autonomía andaluza ganaba velocidad. Felipe González ya gobernaba el país con mayoría absoluta. Y parecía también que la época dura de la Transición había quedado definitivamente atrás…@josemariarondon La mala reputación - Paco Ibáñez
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Bienales y dejà vu
Texto Y FOTOGRAFÍA: ANA SOMOZA
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ada dos años, como en aquella famosa película protagonizada por Bill Murray, Sevilla revive el día de la marmota con la llegada de la Bienal. Indefectiblemente, el festival repite su ciclo, recayendo en errores que han ido desprestigiando una muestra demasiado apegada a los intereses políticos y carente de una personalidad propia y diferenciada que la haga digna de ostentar la corona que, tan alegremente, le imponen sus responsables. La Bienal no es el Festival de Flamenco más importante del mundo, lo dicen quienes mejor conocen el terreno: los artistas, que cada año acuden al funeral de su propio espectáculo, porque en la muestra sevillana todo lo que nace muere. Y lo que no muere se reproduce, como el día de la marmota… Ay, ay, ay, ay… -
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Cuentacuentos de la Bienal Había una vez un político de izquierdas al que las cuentas no le salían. Su nombramiento como director de la Bienal de Sevilla supuso el principio del fin del certamen, tal y como lo concibieron sus fundadores. Desde entonces, ya nadie sabe cuál es la diferencia entre las cuentas y los cuentos de la Bienal. Manuel Copete protagonizó el primer desfase económico de la muestra, y el cuentista fue el entonces delegado de Cultura, Juan Carlos Marset, que aseguró que el déficit de 700.000 euros que arrojaba el balance final se había producido por un “exceso de optimismo” del director. La segunda parte del cuento llegó dos años después, cuando el Partido Andalucista denunció la existencia de una deuda de 447.000 euros en facturas correspondientes a la Bienal de 2004. La suma alcanzaba un montante total de 1.147.000 euros. En resumen: Copete había gastado el doble de lo presupuestado en la organización de una de las peores bienales que se recuerdan, también en lo artístico. Marset justificó el asunto alegando que las facturas no estuvieron en manos del ayuntamiento hasta mucho después de la presentación del balance, y colorín colorado, con Copete habíamos topado…
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La marmota Una más: Rosalía Gómez capitaneó en 2012 la llamada “Bienal de la crisis”, y pese a su reiterado discurso de austeridad, el certamen se saldó con 507.291,1 euros en negativo. En honor a la verdad hay que decir que la dirección económica no fue responsabilidad suya, pero sí la elaboración de un programa que debía dedicarse especialmente al baile, y cuyo protagonista fue la danza. Sí, sí, la danza contemporánea, estética en la que invirtió los pocos euros que la muestra destinaba a la coproducción. Dos años después, Juan Ignacio Zoido volvía a fantasear con las cuentas al asegurar que la Bienal de 2014 había resultado “lo comido por lo servido”. ¿Quién le redactaría el informe de cuentas? La diferencia resultante entre los gastos y los ingresos fue
de 635.713 euros. Claro que estas no dejan de ser cifras estimativas porque, rigurosamente hablando, los presupuestos exactos de las bienales no los conoce nadie. Cero en conducta contable Por más que el ciudadano revise los números oficiales, las cifras no cuadran: la programación se nutre en cada edición de un buen número de producciones que corren a cargo de entidades públicas y privadas, cuya contribución, ya sea en metálico o en especie, no se contempla, sospechosamente, en los balances finales. Es lógico suponer, llegados a este punto, que si el presupuesto oficial de la Bienal de 2014 era de 1,5 millones de euros, las contribuciones de la Junta de Andalucía, la Diputación de Sevilla y las Fundaciones ENDESA y Cruzcampo, entre otras, elevarían la cifra hasta rebasar los 2 millones, dejando además el beneficio íntegro de la recaudación por taquilla en las arcas de la Bienal. Por tanto, los pregonados éxitos económicos no lo son. Tampoco los artísticos. Estrenos manoseados y artistas abonados Siguiendo con las cifras, si el 30% de los artistas anunciados en esta edición ya estuvieron en la pasada y en 2014 el cálculo se elevaba hasta el 50% con respecto a 2012, ¿es insensato pensar que hay abonos que trascienden el patio de butacas? Lo mínimo que se puede exigir a un director artístico es creatividad para programar, pero el que puso el PP (y ahora mantiene el PSOE), Cristóbal Ortega, ni es artista ni lo parece; es un gestor con la suerte de tener amigos bien relacionados. A Ortega le apunta la programación un consejo asesor en el que, por cierto, se sientan profesionales de la comunicación que luego ejercen de críticos de los espectáculos que ellos mismos proponen. Que se cae el espectáculo inaugural, no pasa nada, siempre queda una Estrella por ahí para alumbrar la oscuridad del túnel en el que habita la dirección artística del evento marmotero. En esta edición, un espectáculo ya estrenado ha vestido de largo la inauguración, aunque la palabra “estreno” en
la Bienal adquiere un significado propio, porque marmotáticamente se presentan como novedades propuestas que vienen de desgastar las tablas de otros escenarios. Los muertos de la Bienal ¡Ay, ay, ay, que en los homenajes póstumos no están todos los que son! Que para que la Bienal te recuerde tienes que haber dado muchos titulares en la prensa internacional. Y aunque es mejor el olvido que un panegírico de cuerda en la Plaza de San Francisco, se echa de menos un guiño a los que nos han dejado en los últimos años: Manuel Molina, El Torta, El Eléctrico, Agujetas, Carlos Heredia, Martín Revuelo, Juana la del Revuelo (Menese y Lebrijano, ya veremos….) y otros artistas humildes como El Pichichi, cuya modestia ha legado al flamenco un fandango de creación propia. Pero esto no lo saben en la Bienal, porque… ¿sabe el director de lo que se supone que tiene que saber?
Bienal de ¿flamenco? Como se empeñan en ponerle apellidos a un festival inclusero, el público ya no sabe si es el flamenco el que ha cambiado o es su apreciación artística la que ha sufrido una regresión. Porque, claro, llamar “innovación flamenca” a una danza contemporánea aliñada con unos cuantos zapateados, como poco, despista. Y eso es lo que sobra en los teatros sevillanos llegado el mes de septiembre. Menos mal que periodistas de todo el globo se agolpan a las puertas de la Bienal para contarle al mundo lo que es el flamenco. Y digo al mundo porque en la periferia los sevillanos no se enteran de que estamos en Bienal. Ni la externalización parcial del gabinete de comunicación, algo absolutamente innecesario porque su histórica responsable es lo mejor de la casa, ha conseguido superar el escollo de la irrisoria repercusión de la muestra. Y es que, haciendo un pareado, la Bienal dice que se acreditan 500 medios de
comunicación, pero a las ruedas de prensa sólo acude Cerrejón. Un remate Estos (y otros) son los vicios heredados que lastran a la Bienal, cuyo veneno radica en su propia fórmula jurídica, que la hace dependiente de la administración pública y, por tanto, de los intereses políticos de aquellos que van de turno. Si de verdad importara la Bienal a los responsables públicos, la soltarían de la mano y ayudarían a que se hiciera realidad el anhelado sueño de sus fundadores: que el evento estuviese gestionado por un patronato independiente donde, quizás, una dirección bicéfala de garantía profesional, se repartiera la tarea de regentar lo económico y lo artístico con rotunda coherencia.
@somozaflamenco La Zúa - Antonio Ortega
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Entre la cuna y la tumba Texto: A. l.
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a vida es aquello que cabe, no sin dificultad, en el verso de Quevedo que junta pañales y mortaja. Es lo que sucede, y se escapa tan inaprensible como el agua de entre las manos, antes de desembocar en la mar manriqueña que es el morir. Pero no nos pongamos tétricos, al contrario, celebremos la vida de algunos protagonistas ilustres de la historia, o más bien una parte de su existencia, que está indisolublemente unida a Sevilla. Hagamos ese recorrido vital quevedesco entre cuna y sepultura, pasando por la ciudad. Acompañemos a estos viajeros en sus curiosas singladuras finales, comprobemos con ellos que el destino sí es caprichoso y que la única regla segura es que en todo viaje se sabe el origen pero jamás el destino. Os proponemos ir a buscar las moradas finales de cinco personajes que ni nacieron ni murieron en la ciudad, pero sí dejaron en ella una huella que cambió su devenir histórico. -
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Los retratos familiares de la salita de este héroe mitológico debían impresionar: Zeus y Alcmena, sus padres; Anfitrión, su padre adoptivo; Perseo, su bisabuelo. Hércules fue un trotamundos empedernido, se le atribuye la fundación de una ciudad, tras derrotar a Gerión y arrebatarle sus bueyes, en una isla entre dos brazos de río, a la que llamó Ispal. Con el tiempo este asentamiento se convertiría en Sevilla. Hércules era culo de mal asiento, así que tras fundar Ispal siguió con sus trabajos a lo largo del mundo conocido hasta morir como fashion victim. Organizó una fiesta para celebrar su victoria sobre el rey Éurito y quiso estrenar una túnica nueva, que encargó a Deyanira, quien, celosa porque su marido prefería a Íole, echó sangre de Neso en la prenda. La sangre del centauro resultó ser un veneno mortal que quemó la piel del héroe, causándole tal dolor que él mismo pidió que lo mataran. Yolao prendió en el monte Eta de Grecia la pira donde Hércules murió abrasado.
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Monte Eta -
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Si alguien sabe qué significa “puñalada trapera”, ese fue sin duda Julio César, al que asestaron veintitrés cuchilladas en el senado de Roma en los idus de marzo del 44 a. C. Terminaban así con una de las vidas más extraordinarias de la historia, que también se dio su garbeo, nada pacífico, por Hispania. Antes, Escipión derrotó a los cartagineses y fundó Itálica. Siglo y medio más tarde, Julio César funda la Colonia Iulia Romula Hispalis, otorgando a sus habitantes la ciudadanía romana. De vuelta a Roma, es nombrado cónsul (59 a. C.) gracias al Triunvirato con Craso y Pompeyo. El primero muere y derrota al segundo en la batalla de Farsalia. En Egipto vive una tórrida relación amorosa con Cleopatra hasta que regresa a Roma, no sin vencer antes a Ptolomeo XIII. Puso la vista en Oriente y en aplastar a los partos, y para eso necesitaba ser rey absoluto, algo que no gustó a algunos senadores. Se conjuraron -Casio, Bruto y Casca al frente- para eliminar a César y restaurar la república. Todo terminó con Julio César desangrado en el suelo del senado.
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Foro Imperial -
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No solo los nombres, sino las caras de muchos de los reyes godos se sabía de memoria San Isidoro, quien, ayudado por su hermano Leandro, convirtió al cristianismo a los visigodos. Nació en Cartagena y su familia huyó a Sevilla tras la conquista bizantina. Isidoro alentó el estudio del latín y el griego, la medicina y el derecho; acabó con el arrianismo, unificó litúrgicamente la España visigoda e impulsó la formación cultural del clero. Escritor infatigable, redactó obras litúrgicas e históricas, tratados de astronomía, geografía, biografías ilustres, textos teológicos y eclesiásticos, ensayos y diccionarios. Destacan las Etimologías, monumental enciclopedia de la evolución del pensamiento y el conocimiento desde la antigüedad clásica hasta su presente. Murió en Sevilla el 4 de abril de 636, fue canonizado en 1598 y nombrado Doctor de la Iglesia en 1722. En diciembre de 1063 trasladaron sus restos al monasterio de San Pelayo en León, que pasó a ser Basílica de San Isidoro.
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Basílica de San Isidoro de León -
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Quién le iba a decir al rey de la taifa de Sevilla que nueve siglos después sería el protagonista de una bulería de Lole y Manuel. Al-Mu´tamid nació en Beja (Portugal) y se convirtió en heredero a causa de la ejecución de su hermano mayor por traición ordenada por su propio padre. Fue educado por el poeta Abenamar en el Algarve, aunque pronto se puso al frente del reino de Sevilla, que convirtió en un centro cultural de primer nivel. Nombró a Abenamar visir, quien caería en desgracia al pretender independizar la taifa de Murcia; el propio Al-Mu´tamid lo mató. Al caer Toledo en manos cristianas, pidió auxilio a los almorávides, quienes finalmente lo depusieron en el año 1090. Fue desterrado a África; en Agmat, cerca de Marrakech, murió. La leyenda de Rumaikiyya, la esclava de la que se enamoró convirtiéndola en su esposa Itimad, inspiró obras posteriores, incluida la canción de Lole y Manuel. Al-Mu´tamid e Itimad están enterrados juntos en Agmat.
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Mausoleo de Agmat -
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Un plantígrado cambió la historia del cristianismo de la mano de este religioso jerónimo nacido en Montemolín y convertido al protestantismo en San Isidoro del Campo. A Casiodoro de Reina se debe la primera traducción al castellano de la Biblia, conocida como La Biblia del Oso (Basilea, 1569) por el dibujo de este animal -era el logotipo del impresor- en su portada. Ingresó como monje en el convento de Santiponce, allí conoció el luteranismo y la Reforma. La Inquisición pisaba sus talones así que huyó a Ginebra, donde se opuso a la ejecución de Miguel Servet y tradujo secretamente Sobre los herejes de S. Castellion, que condenaba estas ejecuciones. Se enfrentó a Calvino y marchó a Fráncfort; mientras, la Inquisición quemaba en Sevilla un muñeco del “heresiarca” Casiodoro e incluía sus obras en el Index Librorum Prohibitorum. Pasó a Inglaterra, luego a Amberes. Escribió, con seudónimo, el primer gran libro contra la Inquisición, Algunas artes de la Santa Inquisición española. Volvió a Fráncfort y montó un comercio hasta que fue elegido pastor auxiliar. Murió el 15 de marzo de 1594. Se desconoce dónde está enterrado, así que este último viaje que proponemos es también una oportunidad para pasar a la historia como descubridores de la tumba de Casiodoro de Reina. ¿Os atrevéis?
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En algún lugar de Fráncfort del Meno -
OPINIÓN
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Espejo y espectáculo
desde el mirad or de la guerra Texto: PEDRO G. ROMERO
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sociadas a la cantaora Mercé La Serneta, jerezana que vivía en Utrera, hay toda una serie de letras por soleá, indudablemente enigmáticas, de fuerte cariz reflexivo. Se dice que esta cantaora, dicen que amante del que fuera padre de los hermanos Álvarez Quintero, frecuentaba bibliotecas y amigos letrados. Puede ser. Y el caso es que tampoco tengo claro la filiación de este cante que escuché, por primera vez, en el mencionado estilo de soleares: “Las retamas del camino/ se separan por montones/ unas sirven pá hacer santos/ otras pá hacer carbones”. Teniendo en cuenta que gran parte de mi trabajo desde el Archivo F. X. se centra en las imágenes, en su aparición, desaparición y reaparición, vaya, reduciendo dialécticamente, en ese par antagonista que son la idolatría y la iconoclastia. En fin, que sí, que encontraba en la letra una manera, peculiar al menos, de entender el tema. Esa dualidad taxonómica, o hacer “santos”, es decir, tallar imágenes, sacarle imágenes a la madera; o bien, la candela, el fuego de la cocina, el cisco que calienta la casa, ese “hacer carbones”. Podría ser un haiku. Una simple observación del caminante. Pero hay algo en el cante, en la manera de exponerlo, algo que induce a pensar que imágenes y carbones sean intercambiables. Supongo que se trata de dos utilidades, la más alta y la más baja, “santos” y “carbones”, en la consideración de la cantaora o cantaor. Me voy a otro escenario. En Deprisa, deprisa, la película de Carlos Saura, el grupo de quinquis protagonista hace una visita al centro geográfico de España, en efecto, visitan el monumento al Sagrado Corazón de Jesús que está en Getafe. Primero recorren la explanada nacionalcatólica, por decirlo así, contando a las chicas del grupo su “estreno” como delincuentes. Van medio colocados y quieren hacer reír a las chicas. Frente a la ruina del monumento, en el que dos beatas –encorvadas, en contraste con la lozanía libertaria de las muchachaslamentan las profanaciones a la que los rojos sometieron dichas imágenes, siguen las burlas. Cuando las señoras
les anuncian que el rostro desfigurado que contemplan está así porque fue fusilado y dinamitado por anarquistas, uno de los chavales exclama: ¡algo habrá hecho! Tras el pequeño escándalo de sus palabras, de escritura pasoliniana, llega la policía. Se deshacen de algunas papelas de heroína entre las piedras del monumento y logran burlar a los maderos. La escena acaba entre fuertes risotadas, embriagados por la “maría” y la fortuna de su picaresca. No sé si debemos esta magistral miniatura a Blanca Astiasu o a Carlos Saura. Hacer coincidir dos profanaciones, así, tan naturalmente.
Sin embargo, la escena en la que el Susi o el Valdelomar –eran los nombres verdaderos de los que figuran como actores, verdaderos delincuentes a su vez- se ríen simplemente, devalúa cualquier plusvalía de lo sagrado, desactiva el poder de las imágenes. Son sus vidas las que se enfrentan al monumento y será su propia desgracia la que desafíe a las veneradas ruinas. No podemos dejar de recordar el himno de Los Chunguitos que suena a lo largo de toda la película: “Si me das a elegir, entre tú y mis ideas, que yo sin ellas soy un hombre perdido, ¡ay amor!, yo me quedo contigo…”.
Recordemos el abuso de la propaganda para con la primera, la famosa escena del fusilamiento del Sagrado Corazón, seguramente un montaje publicitario de CNT que después voló el monumento con dinamita, que fue utilizada contra la República por los fascistas y reivindicada como icono por muchos, entre otros por los situacionistas. Pero es en esta segunda profanación en la que la palabra toma su verdadero sentido. En palabras de Giorgio Agamben, “profanar” no es otra cosa que devolver las cosas a su uso común, sacarlas del valor de cambio que tienen en el espacio de lo sagrado. La imagen que lograron construir los cenetistas era verdaderamente potente, ese retén de fusilamiento que, a la manera de la Ejecución de Maximiliano de Manet o de su precedente, Los fusilamientos de la Moncloa de Goya, es, a la inversa, igualmente sagrada, aunque lo icónico funcione ahora en el régimen publicitario o ideológico.
La mitología cuenta que Juan el Camas llevaba consigo siempre una imagen, una estampita, de la Virgen del Rocío o de la Macarena, que rompía continuamente para repartir sus fragmentos entre sus admiradoras de aquí y allá. El gesto tenía algo de libertario e iconoclasta pero no dejaba, también, a su manera, de sumarse a cierta iconofilia, cierto fetichismo de carácter devocionario. No podemos dar una interpretación unívoca de esta actitud para con las imágenes. Lo importante está en los gestos: tomar, mostrar, romper, trocear, repartir, distribuir, dar. No les falta razón a las diversas asociaciones romaníes del país que protestan por la imagen que se da de los gitanos en programas de televisión como Los Gipsy Kings o Palabra de gitano. En fin, tengo muchos amigos gitanos, gitanos flamencos, verdaderamente indignados. Es interesante su punto de
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vista, en el que oponen una imagen de los gitanos flamencos construida en la España de los años sesenta en torno al mairenismo y sus reivindicaciones identitarias gitanas. Una imagen sobria, con formas de vida ritualizadas pero austeras, muy ligadas, claro está, al imaginario del campesino andaluz filo-anarquista que acuñara, por ejemplo, el antropólogo Pitt Rivers. Esta construcción identitaria es tan natural y artificial como la que dan por televisión los reyes calés. Los moralismos que censuran la pornografía con que se retratan estas vidas aduciendo que hay gitanos universitarios o gitanos trabajadores –como si los retratados no estuvieran literalmente “trabajando en televisión”- están en consonancia con ese antiflamenquismo, el burgués y el canalla, que tanto traemos a colación en esta columna. Hay que pensar que en Sevilla, ahora mismo, se habla en el foro de cómo los gitanos canasteros o andarríos han corrompido a los verdaderos gitanos trianeros, cohabitando en los Polígonos, trayendo malas costumbres... En fin, ¡quién lo diría! Pero más allá de las razones con que se carga cada uno, es interesante ver el combate dialéctico. En el fondo se trata de sobrevivir al capitalismo, ni más ni menos. Eso es lo que molesta de las imágenes televisivas, esa obscenidad del capitalismo, el reino del trueque y la mercancía, adueñándose de unas formas de vida que creemos tan prístinas. Y lo que a mí me asombra es la capacidad de estas gentes, de estos gitanos, para hacer
evidente el espectáculo, ese mismo que también disfrazan los anuncios de perfumes o de coches, y devolvernos en espejo el grotesco y caricaturesco modo de vida al que aspiramos a vivir las clases populares. El combate no tiene desperdicio. Guy Debord decía admirar cómo el capitalismo atravesaba las vidas de los gitanos, de arriba abajo, en su totalidad, y estos conseguían salir indemnes y mantener a salvo su manera de estar en el mundo. Y claro que me horroriza, ligeramente, ver ese par de malos cómicos en que se han convertido Los Chunguitos. Siempre nos queda el convencimiento de que el bueno era Enrique Salazar, fallecido de hepatitis en 1982, que vivió para componer ese Me quedo contigo que tarareábamos más arriba. Los Gipsy King se presenta como un programa iconoclasta, eso sí. La palabra ha sufrido una extraña mutación y no significa ya imágenes que se rompen, más bien, imágenes rompedoras, impactantes, obscenas. El iconoclasta es alguien con una imagen agresiva, no alguien que rompe la imagen. Pero, en este caso, uno se sorprende de la naturalidad “Armani” con que los protagonistas del programa llevan sus disfraces mientras comentaristas y espectadores se llevan las manos a la cabeza o estallan en carcajadas. Pese a todo el oropel, uno tiene la sensación de que la vida sigue por allí debajo, tras tanto trapío y tanto brillío. Más allá de consideraciones antropológicas sobre la relación de
los gitanos o los flamencos -insisto en mantener esa ambigüedad entre términos, apelando más a una rigurosa lectura marxista que a cualquier relativismo posmoderno- con las imágenes, cabe preguntarse por el estatuto de éstas en la modernidad y la marginalidad cultural que han mantenido con el lumpen urbano donde nacen los flamencos, los gitanos. La imagen como icono cultural se construye en torno al estado moderno y la subjetividad ciudadana precisamente en torno al siglo XVI y con los embates iconoclastas de los protestantes. De esa trinidad identitaria –estado, sujetos e imágeneslos jaques, los pícaros y los gitanos son excluidos. Su relación con las imágenes es meramente usuaria. La escasa práctica de la pintura, el abuso del grafo decorativo o su papel protagonista como actores de la fotografía romántica en flagrante contradicción con los mitos anicónicos de su propia tribu. Es, precisamente, esa ambigüedad identitaria a la que me refería antes, lejos del sujeto autónomo, lejos del poder del estado y lejos de la esfera que los representa, la que permite cierto materialismo con respecto a las imágenes, incluso cierto fetichismo meramente utilitarista, que les aleja de las fantasmagorías del par imago/mercancía. Las imágenes tan sólo circulan como usufructo de la vida cotidiana. Es ese uso común y material de las imágenes el que les permite sobrevivir al espectáculo. Para ellos, las imágenes son sencilla y simplemente imágenes, nada más y nada menos. -
HEREJES DEL SUR
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María Cañas
Detesto el postureo q u e h ay a l r e d e d o r del arte contemporáneo Texto: J. G .
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aría Cañas nació en Sevilla en 1972. Es licenciada en Bellas Artes y dirige Animalario TV Producciones. Sus obras han dado la vuelta a buena parte de España: Málaga, Barcelona, Sevilla, Madrid, Cádiz… Sin embargo, donde más la aprecian es en el extranjero: Suecia, Francia, Argentina, Estados Unidos y Méjico, entre otros. Hace entrevistas casi cada semana, ponencias, conferencias, clases. Cuando hablamos la primera vez por teléfono la noto algo distante, como tímida. Se le dan mejor las distancias cortas. Ese es su terreno. Donde se siente segura y se vacía, se desahoga, vomita. Es una artista inclasificable, por más que intente definirse una y otra vez [videoguerrera, ciberyonki, archivera…]. Su obra podrá gustar más o gustar menos, pero consigue el objetivo: sacudir (algo que pocos artistas contemporáneos logran). ¿Qué es el tópico? Es algo impuesto que tengo la necesidad de dinamitar. A mí me angustian. Lo que me pone es el mestizaje, los sincretismos. Como decía el rockero Silvio, todo es lo mismo. Humanos atentos, un poquito de humildad porque todo es lo mismo. El tópico controla y pienso que hay que ser más de multiculturalidad y tolerancia. No el ombliguismo y el chovinismo que imponen los tópicos.
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Las tradiciones, ¿están para dinamitarlas? Totalmente. Yo necesito reactivarlas con la videoremezcla política y crear discursos a contra corriente y glocales (término filosófico que mezcla lo local con lo global). Piensa que estamos todos conectados; al fin y al cabo, solo somos humanos. ¿Qué buscas con tus vídeos? ¿Enfadar? ¿Sacudir conciencias? ¿La belleza? Todo a la vez pero por encima de eso, que la gente se ría. Estoy en el frente de la risastencia. Pasolini decía que la cultura es una resistencia a la distracción. Me siento una pirómana de mentes: una activadora del pensamiento crítico porque creo que soy una quitamiedos. Hago videomaquia. El torero lidia al toro y yo lidio con los millones de imágenes. ¿Destruir por destruir o destruir para construir algo nuevo? Destruir para construir y construir
para destruir luego. En el fondo todo se transforma. Parece que vamos por la vida con orejeras. Yo por culpa de internet. De hecho, está acabando con mi mente. No puedo leer novelas, puedo leer poesías, ensayos… Es complicado que te atrape algo que no sea audiovisual y me preocupa. Internet me da la vida y me la quita a la vez. ¿Qué es el arte? Es una herramienta de transformación política, por eso me dedico a ello. Si no, sería política y estaría forrada ahora mismo. El arte genera endorfinas que ayudan a superar el dolor de la vida. Is my religion. Si la vida solo fuera economía y política estaría encerrada en un centro siquiátrico. Como decía Truman Capote, “te dan un don y te dan un látigo.” A mí me han dado el don del archiverismo, de la remezcla de videocollage pero a la vez eso me quita mucha vida. El arte sin trasfondo crítico… (Interrumpe) La belleza será convulsa o no será. ¿Qué es bello? Para mí, la belleza es El hombre elefante de David Lynch, pero también las Torres Gemelas ardiendo o esta conversación contigo. ¿Toda esta intensidad artística y nerviosismo creativo te genera problemas de salud? Tengo problemas de salud. Fui a un apucuntor y me dijo que tenía el
corazón de fuego y la punta de la lengua roja. Que si seguía con esta energía y esta pasión en todos los ámbitos iba a tener una autocombustión espontánea y petar (se ríe). Pero es que me enciende todo. ¿Te inspiras en la oscuridad del ser humano? Somos luz y oscuridad, y yo realmente creo que soy una persona luminosa y energética, no obstante, hay días que me siento Rita la cantaora o otras San Manuel Bueno Mártir. Mi padre me lo dice: “con las notas que sacabas, podrías haber terminado Derecho y haber tenido tu despacho y por las tardes, como hobby, seguir con el arte. Pero no le hice caso. ¿Se puede vivir del arte? De manera muy precaria. Tengo un montón de amigos en diversos ámbitos artísticos que no pueden desarrollarse porque existen gestores intermedios que son los que parten el bacalao y los que se llevan la pasta mientras a los artistas nos mal pagan. Creerán que vivimos del aire. ¿Y las subvenciones? Hacen mucho daño, aunque yo no me puedo quejar porque las he recibido. Yo fui chica IniciArte, en vez de ser chica Almodóvar, y eso me doy un impulso tremendo. ¿La cultura debe ser gratis? Eso es muy peliagudo. Estamos acostumbrados al gratis total en internet. Soy más de precios populares. Yo,
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por ejemplo, me regalo demasiado en internet. El monstruo de la cultura libre me ha devorado. Si el arte es tu profesión y quieres vivir de esto y dignificarla, debes tener unos honorarios dignos. Pero bueno, me gusta la cercanía con el público. Me gusta ser, no parecer y detesto todo el postureo que hay alrededor del arte contemporáneo. ¿Eres una persona pesimista? Soy optimista escé ptica. Hago cinefagia apocalíptica militante. De pequeña mi madre me llevaba a ver Encuentro en la tercera fase, El planeta de los simios y, en el Parque de María Luisa, me quedaba absorta mirando al cielo deseando que me abdujeran los extraterrestres. Considero que la humanidad no evoluciona absolutamente nada: avaricia, petróleo, guerra… Si vemos la peli de Kubrick, Odisea en el espacio, HAL es el Iphone. No tengo mucha esperanza en los seres humanos. Es por eso que con mis vídeos intento hacer curas de humildad. ¿Tienes tabúes? Tengo muchísimos traumas y mucha autocensura. Yo tengo un fondo muy oscuro y tremendo. Vamos, Juan Sebastián Bollaín y su Semana Santa pornográfica se quedan en bragas. Tengo un cuaderno lleno de ideas salvajes, pero actualmente prefiero que hablen de mí por mi trabajo. Liarla es muy fácil. Además, defender la carcajada organiza la rabia. Si no nos representan los políticos
ni esta democracia irreal, al menos que nos dejen bailar y patalear. Cuando digo que soy videoterrorista me refiero a eso: no voy a poner bombas, quiero hacer un ocio terrorífico que nos haga rugir porque la revolución no será televisada. Mira, se me pone la carne de gallina.
¿Cuáles son las consecuencias negativas de ser un herético? Lo más que pueden hacer es criticarte, pero a mí ya me da igual. Hay gente que le tiene odio al arte contemporáneo, pero también te digo una cosa, la gente que vive de subvenciones ha hecho mucho daño.
Eres una rebelde iconoclasta pero todos terminamos teniendo algún icono al que alabar. Mira, este año bajé a ver la Macarena y me emocioné. Cuando hay mucha gente, energía y fervor popular, todo eso se pega. Lo que pasa que yo a la Macarena la cambiaría de ropa, le pondría una peluca… Cuando le preguntasteis a Roberto Diz si vestiría a una virgen, él dijo que no y yo pensé: ¡pues yo le haría de todo! No quiero insultar sino crear monstruos. Los monstruos de Foucault, esa remezcla, me parece súper interesante.
¿Cultura del espectáculo o de entretenimiento? No. La cultura es una resistencia a la distracción como he dicho antes. Hay cosas por las que no paso por el aro. Cuando Pablo Iglesias le dio Juego de Tronos al Rey me pareció muy heavy. Dale Bienvenido Mr. Marshall o dale Buñuel.
Da la impresión de que existe una generación de artistas contemporáneos en Sevilla y Andalucía que estáis íntimamente conectados. El Niño de Elche, Andrés Marín, Pony Bravo, Pedro G. Romero… Pero bueno, también anteriores como Luis Cernuda, que decía eso de “exiliado de sí mismo”. De todas formas, yo no tengo apenas amigos artistas. Creo que estamos todos muy zumbados y prefiero tener amigos sanos, deportistas, psicólogos…
¿A quién le enseñas los vídeos antes de colgarlos? Pues mira, me dejo de críticos y se los enseño a mi madre. Cuando vio el vídeo del tsunami con la canción de Rocío Jurado Como una ola me dijo: “Hombre, María, yo lo veo muy fuerte ¿no?”. Y le dije que era mi homenaje a la más grande. La que puede liar una persona en su casa con Youtube. Totalmente. Yo lo que hago es un cine sin cámaras; un cine ecológico y de reciclaje. Igual que del cerdo se aprovecha todo, pues de la imagen contemporánea también. Love Will Save You - Swans
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