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Joven promesa del basquetbol se destaca como la única latina en equipo universitario
Yuliana Montiel
¿Cuáles son los sacrificios que debe hacer una familia latina para lograr que sus hijos cumplan sus metas? Es una pregunta fácil de responder para los Sacoto: “Se hace todo lo necesario”.
En aras de apoyar a su hija a convertirse en una gran basquetbolista, César y Paola Sacoto le brindaron todas las herramientas, para que Amanda solo tuviese una preocupación: perfeccionar sus habilidades en el deporte.
Además de lograr esto, la estudiante de secundaria alcanzó lo que consideraba inimaginable, se ganó una beca para jugar baloncesto en la Universidad de Carolina del Norte en Pembroke y fue seleccionada por la misma institución como finalista a la mejor atleta del año en Cuthbertson High School.
“Era nuestro deber apoyar a nuestra hija”
César y Paola Sacoto emigraron a Massachusett (Estados Unidos) en los años 90. Ella es de origen colombiano y él nació en Ecuador. Se conocieron en el 2000 y años después formaron una familia. Para ofrecer un ambiente más familiar a sus hijos Samuel y Amanda se mudaron a Waxhaw, Carolina del Norte, en donde nació el menor de los hermanos, Ricardo.
En los primeros años, el matrimonio adoptó una nueva rutina que implicó sacrificar su propia agenda para el bienestar de sus hijos. César trabajaba en las mañanas y tarde como técnico en telecomunicaciones y Paola desde las 10:00 p.m. hasta las 6:00 a.m. en un supermercado.
“Nadie cuidó a mis hijos. Nos turnábamos para que ellos pudieran es- ban allí. Mientras César, ayudaba a sus hijos varones a alcanzar sus metas, la madre se turnó para apoyar a la joven deportista en el basquetbol.
“Mi esposo se encargaba de la parte económica y yo de todo lo que necesitara para continuar con el deporte, los viajes a los partidos, el transporte para ir a practicar o entrenar. Los últimos dos años me encargué de que ella estuviera en este deporte, estar al tanto de las clases y quetbol desde sus seis años. Su padre, quien en ocasiones practicaba con ella, fue quien le enseñó las reglas del juego. En Ecuador, Cesar llegó a jugar en el equipo local de baloncesto de Portoviejo. Su hija Amanda heredó esa tendencia por el deporte.
“Cuando comencé a jugar basquetbol hubo momentos en los que no me gustó tanto, porque sentía que no era tan buena jugando, pero continúe trabajando muy duro hasta que lo empecé a hacer muy bien. En la escuela secundaria decidí continuar jugando este deporte e incluso decidí que lo jugaría en la universidad, que es con uno de los proyectos con los que me siento comprometida: continuar jugando basquetbol con la UNCP”, contó la joven estudiante.
La deportista continuó jugando en la escuela secundaria Cuthbertson High School; sin embargo, una de sus temporadas debió dejar el deporte luego de lesionarse en la rodilla. Después de eso, fue constante y logró mejorar sus marcadores. Incluso jugaba 30 minutos adicionales a la práctica regular para mejorar sus lanzamientos.
Estudiante latina se destaca como atleta
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Cuando terminó la temporada del baloncesto, el entrenador de atletismo vio la destreza de la deportista en su último partido y la convocó para probar sus habilidades en lanzamiento de disco y bala. Sus resultados sorprendieron al maestro.
“Fue durante mi último año de la escuela secundaria cuando estaba practicando y vieron potencial en mí y me ayudaron a desarrollar mis habilidades en atletismo. Creo que el lanzamiento ha sido el desafío más grande, pero practiqué durante toda la temporada”, dijo.
Gracias a su esfuerzo, ganó una beca académica y de deporte para ir a la universidad.
“Siento que tuve que trabajar muy duro para ganar esta beca, porque yo sabía que quería jugar para ellos y mi siguiente reto es llegar a la universidad, continuar en este deporte y demostrar que puedo llegar aún más lejos”, señaló.
En las prácticas de baloncesto, Amanda es la única latina; sin embargo, considera que no existen limitaciones para alcanzar los mismos logros que ella, siempre y cuando los jóvenes practiquen mucho y sean constante. Su meta es algún día llegar a jugar en la Women’s National Basketball Association (WNBA).
El logro de Amanda es la recompensa de su madre
Uno de los valores más importantes para la familia Sacoto es el esfuerzo y la constancia, por eso cada vez que la estudiante quiso rendirse, su madre se encargó de apoyarla. Señala que a pesar de que a veces vio frustrada a su hija con su destreza en el baloncesto, ella vio potencial en la joven y esto la ayudó a darse cuenta de que tenía talento.
“Ella ha logrado mucho a través del esfuerzo y la dedicación que tiene. Se ha caído, como cuando le operaron la rodilla, pero se ha recuperado y le ha ido bien. Había momentos en los que se sentía decaída, pero yo le decía ‘no mamita, usted tiene el talento, hágale’”, recordó Paola con orgullo.
Paola asegura que el mejor regalo de Día de la Madre que sus hijos podrían regalarle ya lo hicieron, que fue salir adelante, tener buenas calificaciones y demostrar que son capaces de lograr sus metas.
“Hubo muchos obstáculos y siento que esta es la recompensa de Dios, de que todo el sacrificio que se hizo se ve ahora y nos gustaría que la comunidad se dé cuenta de que a pesar de que los papás de Amanda somos inmigrantes, los hijos pueden lograr ser alguien en este país”, dijo.
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