No. 1
http://laplumaenlapiedra.blogspot.com/ Agosto 2011
Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra estaba desierta y sin nada, y las tinieblas cubrían los
abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas.
Dios dijo: “Haya luz”, y hubo luz. Dios vio que la luz era buena y la separó de las tinieblas. Dios llamó a la
luz ”Día” y a las tinieblas ”Noche”. Y atardeció y amaneció el día Primero...
Derechos Reservados. La
La pluma en la piedra
pluma en la piedra , Toluca, México, agosto 2011.
es una publicación mensual e independiente de distribución
gratuita por internet. Todos los artículos, ensayos, escritos literarios y obras publicadas son propiedad y responsabilidad única y exclusiva del autor y pueden reproducirse citando la fuente.
Escribieron este número:
Marco Antonio M. Medina Hugo Posadas Torrijos Anaid Vallejo Orduña Juan Javier Pineda Tovar J. M. Falamaro Karina Posadas Torrijos
Fotógrafo Juan Javier Pineda Tovar
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Editorial 5
Artículos y ensayos Empezar el texto literario Marco Antonio M. Medina
7
¿Cómo iniciar un acuario? Hugo Posadas Torrijos
11
El inicio del fin... en nuestras relaciones Anaid Vallejo Orduña Principios de la Geografía Juan Javier Pineda Tovar
Creación literaria 13 15
Génesis (Técnica: S+Fibonacci) Marco Antonio M. Medina
20
Un trozo de eternidad J. M. Falamaro
21
Medianoche Karina Posadas Torrijos
28
Galería Reserva de la biósfera de los Tuxtlas, Veracruz Juan Javier Pineda Tovar
18
Muro Periodical 31
4
Sean bienvenidos a esta primera edición de La pluma en la piedra: divertimento escritural en forma de revista electrónica mensual.
La pluma en la piedra será un escaparate para todos aquellos apasionados por la escritura y el arte, que deseen ser leídos y vistos por otros más. Por ello, serán todos y cada uno de nuestros colaboradores quienes construyan, mes a mes, este proyecto, con sus ideas, pensamientos, trazos y letras. Cada número contará con cuatro secciones principales: El tema del mes, conformado por los artículos y/o ensayos de nuestros escritores en
torno a una misma temática. Cada uno de ellos la abordará desde cualquier perspectiva o rama de estudio, así los lectores podremos conocer los diferentes puntos de vista desde los que un tema o idea poden ser tratados La galería, donde cualquier artista podrá enviarnos sus fotografías u obras plásticas. Creación literaria, en donde los escritores podrán mandar sus escritos artísticos, sin
importar el género en el que se encuentren. Y, por último, nuestro Muro periodical, en donde se colocarán anuncios e información
relevante sobre La pluma en la piedra o algún evento que pueda ser de interés para nuestro lectores. Dicho esto, presentamos el primer número de esta revista, cuyo tema gira alrededor de la creación, el inicio y los orígenes, por ello en las siguientes páginas encontrarán ensayos donde se abordará dicha temática desde el punto de vista de la literatura, las relaciones sociales, además de encontrar algunos consejos para iniciar un acuario en casa. En “La galería” presentamos a Juan Javier Pineda Tovar con su fotografía a color, tomada en la Reserva de la biósfera de los Tuxtlas en Veracruz. Y en la sección de “Creación literaria” nos comparten sus textos: Marco Antonio M. Medina con su ejercicio oulipiano “Génesis”, J. M. Falamaro con el relato “Un trozo de eternidad” y Karina Posadas Torrijos con el experimento lírico-narrativo “Medianoche”. Disfruten del inicio y que tengan una agradable estadía en la mente de cada uno de nuestros colaboradores. No olviden revisar la convocatoria para el siguiente número y formen parte de este movimiento. Hasta la próxima y nos estamos leyendo.
5
(ArtĂculos y ensayos)
Empezar el texto literario Por Marco Antonio M. Medina Palinuro, nunca terminarás nada en tu vida.
Admitámoslo de una vez, María mató el
cuando la relectura de dichos principios
poco romanticismo que había entre no-
deja para nosotros un fuerte gusto, pre-
sotros. Desde entonces me viene un
cisamente, a relectura. Ensayo de disec-
vértigo de náusea cada vez que me sor-
ción analítica del poema creado a priori.
prendo acometiendo la patética empresa
Si Poe escribió primero El cuervo o la
de escribir bajo la lluvia, es decir, duran-
filosofía de la composición es uno de los
te la lluvia del verano. Recibí la invita-
muchos misterios de la literatura, pero
ción para colaborar en esta revista hace
que hayan sido escritos en este orden
más o menos una semana (en el mo-
no resulta por demás ocioso, al menos
mento en que escribo) y es el mismo
no para Poe.
tiempo que llevo dándole vuelta al asun-
Recursos poéticos como la alitera-
to que nos ocupa: el de los inicios, géne-
ción, la progresión y la armonía han sido
sis y creaciones, tema central propuesto
recomendados por los preceptistas des-
para el número.
de la antigüedad, suponiendo desde en-
Sobre la creación poética es abru-
tonces una primera tensión en cuanto a
mador lo mucho que se ha dicho, y es
principios creativos: podríamos imaginar
casi tanto igual lo que se ha escrito al
por un lado a los Inspiracionistas, seres
respecto. Y es igualmente inútil: cada
volubles e iracundos, entusiasmados en
técnica literaria es efectiva sólo para su
el sentido báquico de la palabra, conde-
creador, ya que a diferencia de las cien-
nados pronto a la extinción darwiniana y
cias, la poética no procede por deduc-
de los que llega de vez en cuando a
ción o inducción. No se pueden estimar
apreciarse algún resto fósil garrapatean-
los efectos de la aplicación de un grupo
do servilletas en un Toks o un Vips. Sus
de principios sobre el texto escrito, aún
depredadores serían los propiamente
cuando de hecho sí se pueda. Allan Poe
Creacionistas (no en el sentido huido-
lo tuvo claro, ideó para El cuervo la
briano), quienes hartos de esperar a la
técnica de composición perfecta, aún
esquiva musa, se la inventan o se la pa-
7
Marco Antonio M. Medina
san de liso.
hace otra cosa que homerear, esto es,
Las revueltas literarias se han aso-
contarnos algo que ya todos sabemos
ciado históricamente a las revoluciones
mediante algún principio narrativo. No
creadoras, es decir, a la modificación o
existe una sola Ilíada y es casi seguro
imposición de modelos de principio. El
que hayan existido multitud de Odiseas,
estudio de estas variantes constituiría
es sólo casual que alguna de ellas, y no
por sí mismo una ciencia, cuyo propósito
otra, haya sido impresa.
no es despreciable: historiar la locura,
Hay que tener muy presente la evo-
como pretendía Foucault. La progresión
lución de los motivos literarios a través
creadora en el arte no es sólo revisión,
del tiempo y empezar a olvidarnos de
sentido en términos históricos, es crisis:
leer “personajes”. Estos motivos personi-
evidencia del error. Cuando el crítico lite-
ficados no son otra cosa que vehículos
rario H. Bloom subraya la influencia que
de una relación compleja entre elemen-
la lectura errónea ejerce sobre el escritor
tos heterogéneos. El ingenioso Ulises es
canónico, apunta a un efecto más am-
al mismo tiempo una evolución del moti-
plio, a un fenómeno colectivo. Aquí el
vo de Gilgamesh y la obsesión por el
escritor ha visto antes que nadie, o ha
viaje fatal, y este viaje a la vez es con-
querido ver a diferencia de sus contem-
gruente con ciertas ceremonias funera-
poráneos, alguna propiedad equívoca
rias en la antigüedad, pero es también el
de la realidad, de esa realidad impostora
preludio de la locura medieval simboliza-
que denunciaba Cortázar.
da en la “nave de locos”, sin dejar de
Es como si el artista encontrara la
lado que para nuestra época sería loco
forma de hacer un agujero a través de
aquel que dejara su hogar para ir en
esta cáscara que es la realidad aparen-
busca de areté, pero más loco sería el
te. La cáscara vuelve a crecer luego de
que pretendiera encontrar a su esposa
cierto tiempo y es necesario volver a
en castidad luego de tamaña aventura.
horadarla. Desde esta perspectiva no
La literatura no puede deducir una
resulta tan aterrador como parece, tener
determinada experiencia, pero aspira a
conciencia de lo imposible de la originali-
configurar hipótesis sobre un determina-
dad, de saber que “ya se ha dicho todo”.
do conjunto de hechos, desarrollando in
Cuando Bolaño escribe 2666 no
vitro dicha experiencia. La literatura es
8
Empezar el texto literario
una patafísica, en tanto que se interesa
ambas opciones.
no como la metafísica por las últimas
Escribir pensando en que lo nuevo
causas, sino por las últimas consecuen-
no se lee y los nuevos no saben leer,
cias.
que es decir de algún modo a Wilde. Y si
Filosofía de la composición es sobre
a lo anterior yo tuviera que añadirle una
todo un texto necesario a finales del si-
respuesta acerca del debate entre Inspi-
glo XIX, época en la que declina el puro
racionismo y Creacionismo recomendar-
asombro, como cierto terror pánico, y
ía usar este último para lo escrito con
crece a su vez el asombro ante la des-
destino inmediato y reservar el producto
cripción del funcionamiento de tal o cual
del primero para la posteridad, que si
creación. Esto explicaría en parte el ele-
bien de cualquier modo no acertará con
mento policial en Poe y habrá quienes
el mensaje original, por lo menos dejará
prefieran (me cuento entre éstos) en sus
un amplio margen para su azarosa inter-
relatos la breve obra dramática que ha
pretación. Pero cuidado, también podría
dejado. Esto es, por cierto, el tema cen-
darse el caso de que nuestra época va-
tral en El cuervo: el conocimiento, que si
lore la inspiración sobre el método. En
bien se revela como virtud para el espíri-
dicho caso sería más sencillo sorprender
tu de la época y así lo prueba Dupin, es
al respetable presente mediante una ge-
también un motivo de pena para el alma
nerosa efusión de incoherencias, a la
que sólo aspira a lo incognoscible, como
vez que asombrar a los futuros con el
en
dominio de alguna técnica anacrónica e
El poder de las palabras, preludio de
“increíble para la época en que vivió”.
una posible poética del silencio. Y todo
Toda obsesión resulta un material
esto me lleva a pensar en el destino que
valioso en la composición literaria, parti-
como escritores andamos siempre inter-
cularmente aquellas propias del lengua-
rogando: ¿para qué escribir? ¿escribir
je. Toda obsesión comporta una recu-
para esta época o escribir para el futu-
rrencia y ésta presta al texto su cualidad
ro?, dejando de lado por el momento la
rítmica, su apariencia de orden. Rastrear
posibilidad de que el fin está cerca y por
tal o cual vicio describiendo el camino
lo tanto no haya futuro. Yo respondería
que trazan sus variantes proporciona
que lo más prudente sería escribir para
material suficiente para llenar cuantiosos
9
Marco Antonio M. Medina
folios. Asimismo, la profusa descripción de ciertos estados mentales y la interpretación de algunos símbolos darán cuenta de varias decenas de páginas. El enfrentarse con la hoja en blanco es lugar común en cuestión de génesis literaria, pero no hay nada que temer: tarde o temprano todas las líneas terminan pasando por el centro. El escritor ha de ser capaz de deformar esas líneas con su fuerza, ha de forzarlas a intersectar dicho centro. El escritor ha de ser como una estrella que revienta, creando así la gravedad necesaria para que esto suceda. Yo empecé este ensayo escuchando Ya Rayah de Rachid Taha, eso me ayudó a quedarme quieto mientras escribía las primeras palabras, recordando el viejo proverbio chino que reza: la literatura es 1 por ciento inspiración y 99 por ciento nalgas. En la lucha entre el autor y la hoja en blanco nunca hay un vencedor definitivo. A diferencia del autor-hombre, la hoja nunca duerme. Toda escritura es intento por silenciar el grito blanco del vacío. Pero todo intento es vano, la muerte se nos sigue cayendo por el borde.
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¿Cómo iniciar un acuario? Por Hugo Posadas Torrijos Cuando una persona quiere iniciar un
contamine y mueran los peces que ele-
acuario, no puede tomar cualquier reci-
giste. Cuando hayas limpiado bien la
piente, llenarlo de agua y luego de pe-
pecera, debes lavar la grava, la decora-
ces. Es necesario conocer algunas re-
ción, el filtro y el termostato del mismo
comendaciones básicas que puedan ser
modo que la pecera. No es recomenda-
útiles para que las nuevas mascotas no
ble comprar termostatos fijos, porque si
mueran al poco tiempo. Es por ello que
los peces son de clima tropical, cuando
el siguiente artículo va dirigido a todos
haga calor, la temperatura se eleva y
aquellos que se inicien en la acuarofilia
pueden morir.
y sepan cómo armar un acuario en ca-
Cuando hayas hecho esto, coloca
sa, cómo limpiar los objetos y saber
todo en la pecera, llénala de agua y
cómo se alimentan los futuros habitan-
ponle gotas de anticloro, después pon
tes.
el termómetro dependiendo del tipo que Para armar un acuario se debe de
sea: si el termómetro es de chupón,
contar con un termostato, un filtro, un
también deberás lavarlo porque va de-
termómetro y una pecera grande o pe-
ntro de la pecera; si es uno adhesivo,
queña (dependiendo el tamaño del pez
únicamente tendrás que limpiar la su-
que se comprará). Es muy importante
perficie donde lo vas a pegar. La tempe-
que no sea una en forma de bola, por-
ratura depende del pez que te compres.
que se acumula mucha suciedad que
Si es un pez tropical, la temperatura de-
puede dañar a los peces, además de
be estar entre 22 a 26 grados.
que, al momento de limpiar el agua, se
Ahora que ya está armada tu pece-
tendría que cambiar toda, eliminando
ra, es hora de meter a los peces. No
las bacterias que son benéficas para el
olvides investigar sobre el ejemplar que
ecosistema.
quieres antes de comprarlo. Si ya tienes
Antes de comenzar a llenar la pece-
uno y quieres comprar otro, debes revi-
ra, necesitas lavarla muy bien sin jabón
sar si es compatible con el que posees.
para que, cuando pongas el agua, no se
Debes esperar mínimo 2 semanas, an–
11
Hugo Posadas Torrijos
tes de meter un nuevo pez en tu acua-
ner a peces de diferentes tamaños jun-
rio. Compra tus peces en un acuario o
tos, si se tienen peces pequeños como
tienda de prestigio, así no correrás el
el tetra neón, otros más grandes se lo
riesgo de que lleguen enfermos y se
comerán.
mueran al poco tiempo.
Ya cuando tengas tú acuario listo,
Cuando tengas un pez nuevo, de-
no olvides cambiar el agua cada sema-
bes fijarte en qué parte del acuario se
na, únicamente el 20% de la misma para
alimenta, para que sepas cuál darle. Es-
que las bacterias que ayudan a los pe-
to es muy fácil viendo la posición de su
ces no desaparezcan.
boca: si la tiene dirigida hacia adelante, es de aguas medias y se le debe dar alimento en escamas; y si la tiene dirigida hacia abajo, el pez comerá en el fondo, así que se le debe dar alguno que se hundan. También se les puede dar alimento natural, como la lechuga o la espinacas, a los peces herbívoros; si son carnívoros, se les puede dar alimento vivo como otros peces, larvas de mosquito, gusanos o crustáceos. Esta clase de comida tendrá que estar en trozos pequeños. Otro consejo es saber cuál es su comportamiento: si es agresivo, como el pez betta o el guppy, puede atacar a otros peces con aletas coloridas y largas. Los escalares o peces ángeles son pacíficos, pero también son atraídos por aletas del mismo tipo y tenderán a mordisquearlas. Por otra parte, no se deben mante-
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El inicio del fin… en nuestras relaciones Por Anaid Vallejo Orduña La formación de una relación de pareja
México (UNAM), ha estudiado un gran
implica empezar a interactuar para com-
número de problemáticas que aquejan a
partir. En ese compartir, las personas
las parejas y considera que si bien, mu-
se conocen y expresan afectos que
chas de ellas deciden terminar la rela-
pueden formalizarse en el matrimonio o
ción por infidelidad, antes de ello hubo
en una relación estable. Sin embargo,
una serie de factores que se gestaron
cada día vemos a nuestro alrededor un
en el hogar o en el núcleo de la pareja y
mayor número de separaciones o divor-
que éstos acarrearon otro tipo de con-
cios en nuestra sociedad. En México, el
secuencias.
Instituto Nacional de Estadística y Geo-
¿Cómo saber que una pareja ha
grafía (INEGI) reportó en su último cen-
iniciado el camino hacia el final? ¿Cómo
so de población el doble de divorcios
reconocer que una relación ha empeza-
que de matrimonios.
do a decaer? Para contestarnos estas
Este fenómeno impacta a varios
preguntas es importante examinar cinco
estudiosos del ciclo vital de la pareja,
puntos que, repito, se germinan dentro
principalmente a los psicólogos, quie-
de la pareja:
nes actualmente no sólo hablan de las
Problemas de comunicación: la pa-
etapas como conforma, sino que ya in-
reja comienza a tener dificultad pa-
cluyen las etapas de disolución de ésta,
ra interactuar, ya no se hablan los
en un intento por explicarse cuáles
conflictos o nunca se ha hecho y,
podrían ser las causas, que llevan a un
cuando se hace, ya hay una acu-
sinnúmero de personas a las salas de
mulación de quejas, provocando
terapia para confrontar el duelo provo-
discusiones a destiempo. Los ma-
cado por la ruptura del matrimonio o del
los entendidos se pueden dar por
compromiso.
creer que el otro sabe “leer nuestra
El Dr. Rolando Díaz Loving, profe-
mente”.
sor de la Facultad de Psicología de la Universidad
Nacional
Autónoma
de
Discusiones destructivas: las faltas de respeto hacia la opinión del otro,
13
Anaid Vallejo Orduña
creer que siempre se tiene la razón
y la crisis es un fenómeno por el que
y no ser empático son señales de
debe atravesar toda pareja, sin negar
que algo se está destruyendo, prin-
que existe y haciéndole frente.
cipalmente la tolerancia.
No todos los conflictos deben ter-
Sentimiento de abandono: el exce-
minar en separación, siempre existe la
so de trabajo puede ser un factor
posibilidad de evaluar nuestras relacio-
que lleve a la pareja a sentirse
nes y tomar decisiones que nos permi-
abandonada, sin embargo, la falta
tan mejorar.
de interés en el otro guía a las per-
mencionados anteriormente, podremos
sonas a tener vidas independientes
valorar si estamos dispuestos a que
o a buscar soluciones al margen de
los problemas iniciados crezcan y ter-
la pareja. Este aspecto puede ser
minen con nuestras relaciones o resol-
solucionado mediante el diálogo
ver que ese “inicio del fin” sea sólo una
oportuno, para que no se convierta
advertencia.
en una queja acumulada.
Rutina: hacer siempre las mismas cosas, hablar siempre de lo mismo, la monotonía o la falta de ilusión son factores que la pareja debe identificar para aprender a darle dinamismo a la relación, innovando formas de interacción.
Decepción: muchas parejas, al llegar a terapia, atribuyen sus problemas a que el otro no es la misma persona que conocieron y, por lo tanto, esto implica una pérdida de admiración que en su momento pudo existir.
Recordemos que la comunicación es un pilar básico en todo tipo de relación
14
Si analizamos los puntos
Principios de la Geografía Por Juan Javier Pineda Tovar La Geografía tiene sus inicios desde la
geográficos: la escuela de Mileto y la
cultura griega, influyendo durante si-
de Alejandría. Cada una de ellas al-
glos en el conocimiento y la represen-
bergó a grandes pensadores como el
tación del planeta, obteniendo uno de
ya mencionado Herodoto, geógrafo y
sus mayores logros en el siglo XVI con
padre de la Historiografía pertenecien-
la Cartografía.
te a la escuela de Mileto; o Claudio To-
Uno de los primeros mapas realiza-
lomeo, de la escuela de Alejandría, au-
dos por el hombre fue elaborado por el
tor de una de las obras más importan-
griego Herodoto, quien lo realizó gra-
tes en el ámbito de las ciencias ge-
cias a sus viajes hechos, además de
ográficas
darle nombre a cada uno de los luga-
“Geografía” en ocho volúmenes, donde
res que encontraba habitados, a esto
incluyó una serie de mapas antiguos; y
hoy en día se le llama Geografía des-
el primer atlas mundial, el cual conte-
criptiva. Con el griego Estrabón nacer-
nía un mapamundi y la imagen que
ía la Geografía matemática, la cual
concebía del mundo, pese a sus evi-
daría comienzo a las obras de astróno-
dentes errores (sobre todo acerca del
mos y matemáticos como lo fueron
tamaño de la tierra, considerada por él
Eratóstenes y Tolomeo, éste último fue
mucho más pequeña), tan sólo 14 si-
el que condujo al desarrollo cartográfi-
glos después fue superada.
co.
y
cartográficas:
una
La cultura romana fue otra que En la antigüedad existieron varias
aportó a los andenes geográficos gran-
aportaciones hacia la ciencia geográfi-
des contribuciones, aunque no alcan-
ca, por ejemplo, los helénicos se ca-
zaron los estándares de los griegos, se
racterizaron por emplear corrientes
encargaron de difundir los trabajos rea-
ideológicas y con base en ellas fundar
lizados por ellos, entre los difusores
escuelas, entre las cuales se encuen-
más importantes es Estrabón, cuya
tran dos corrientes consideradas las
Geografía constituye la síntesis de to-
más importantes dentro de los estudios
dos los estudios que la antecedieron.
15
Juan Javier Pineda Tovar
Otro gran compilador fue el hispano Pomponio Mela, estudioso de la Península Ibérica, quien publicó su Geografía (en tres volúmenes); y Plinio, el Viejo, quien también se ocupó de aspectos relacionados con la geografía en su Historia naturalis. Son así los inicios de la ciencia que estudia la tierra, que a través de la historia ha ido evolucionando, siendo los árabes en la Edad Media quienes aportaron los mayores estudios a esta ciencia, teniendo como principal personaje a Al-Idrisi, geógrafo musulmán, quien realizó su famosa tabla de Roger, destacando en ella la representación de tradiciones tolomeicas de una red de meridianos y paralelos muy similares a los usados hoy. Durante el Renacimiento los progresos de la Geografía fueron acelerados gracias a los descubrimientos ocurridos en aquella época; en tanto en el siglo XVI se elaboraron con mayor detalle los primeros mapmundis y atlas. Será a partir del siglo XIX que gracias a los trabajos de figuras como Humboldt, Ritter y Reclus, esta importante ciencia alcanza su madurez.
16
La GalerĂa
La Galería
“Reserva de la biósfera de los Tuxtlas, Veracruz”, Juan Javier Pineda Tovar*. Fotografía a color. “Como su nombre lo indica, la foto fue tomada en la Reserva ecológica de los Tuxtlas en Veracruz, durante una práctica que realizamos para tres materias de la carrera de Geografía. El objetivo de la visita era ver cómo se practica la sustentabilidad en dicha reserva por parte de quienes la habitan y la resguardan, con la ayuda del gobierno federal.”
* Juan Javier Pineda Tovar, egresado de la Facultad de Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México.
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El siguiente es un ejercicio literario al estilo Oulipo, que traducido al español quiere decir: “Taller de Literatura Potencial”. El objetivo primordial de la escritura oulipiana es prescindir del elemento inspiracional en la composición de la obra. Para no abordar aquí lo relativo a las consecuencias profundas de la literatura potencial sobre la literatura, será suficiente con decir que a menudo se trabaja en el Taller a partir de textos precedentes, aplicando sobre tal o cual obra algún elemento restrictivo que, al modificar las cualidades del texto original, contribuya a liberar sus sentidos potenciales. De este modo, la escritura oulipiana contribuye a la actualización y deconstrucción del texto literario, con la esperanza de acelerar la destrucción de la realidad y, por ende, del mundo. Para el siguiente ejercicio de Oulipo, elegí como texto de base las primeras líneas del Génesis bíblico, en la conocida “edición verde”, esto es importante pues el resultado del ejercicio variará conforme tomemos una u otra traducción. Del mismo modo, utilicé para la sustitución un vulgar diccionario Larousse de veinte pesos. Ejecuté una variante de la conocida forma oulipiana S+7, a la que previsiblemente denominé S+Fibonacci. Su mecánica es similar, pero en lugar de contar siete sustantivos a partir de la palabra original, se cuenta con base en la serie matemática de Fibonacci, que es: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144…, y de este modo se va realizando la sustitución de cada sustantivo de acuerdo al número correspondiente en la serie. He aquí un resultado, quizá no todos:
Génesis (Técnica: S+Fibonacci) Por Marco Antonio M. Medina* Al principio Dios creó el ciempiés y el tifón. El tigre estaba desnutrido y sin narcóticos y los títeres cubrían los aceros, mientras la estrategia del duende aleteaba sobre el tendón de los años…
*Es de Toluca, Estado de México. Escribe en todos los géneros literarios y ha publicado en: Diario Códice de Zinacantepec, Revista electrónica Xookil del Grupo de Fomento a la Lectura de la UAEMéx, Revista Semilla Luna y Diario Portal. Participó en el último Encuentro Intergaláctico de Poetas, realizado en el planeta Tierra.
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Un trozo de enternidad Por J. M. Falamaro Hay hombres que si no pudieran meditar sobre el amor, enloquecerían de amor. E. M. Cioran Podía haber esperado toda una eternidad a aquella mujer que había visto en mis sueños durante un invierno. De algún modo sabía que existía a la sombra de algún lugar del mundo, quedando su presencia en historias que nunca escribiré. Ella vivía conmigo en mis cabellos, en la respiración de mi alma, en mi oscuridad y en mis soledades… La imaginaba así, sin saber cómo era, escuchando su voz sin escucharla. A la que nunca me soñó. Era ella quien no me miraba por nada ni por nadie, viviendo en la azotea de lo desconocido, plagada de luces fugaces. Todavía en este momento sigo viviendo de ilusiones, sigo sin comprender por qué llegó tan tarde, preguntándome, ¿dónde estuvo todo este tiempo? ¡Cuántas horas perdidas en mi ventana! Ahora ya no sé si podré verla, pues sigo tumbado en esta cama sin sentir mi cuerpo, únicamente el constante parpadeo de mis pestañas que van y vienen, recorriendo el iris que vislumbra el techo claro-oscuro y el murmullo de este lugar, mientras aquella figura se encuentra postrada a metros de mi estancia. La memoria convaleciente apenas si dejaba ver rastros de lo sucedido como si la anestesia de querer revivir aquel momento se suprimiera en un vació insoportable, como cada día en el que nos despertamos queriendo cambiar el rumbo de toda una vida y así podrían sucederse mañana tras mañana viéndose desperdiciar la tardes, los ocasos, pero donde hay un crepúsculo casi de noche donde uno sale a tirar para siempre, las migajas de un universo que no se deja atrapar. El deseo insistente llega de improvisto y de pronto un evento sorprende los impulsos. Me imagino ahí parado, corriendo en la huida, convirtiéndome en el vértigo de un héroe absurdo. Acto seguido, me veo aquí sujeto a la inmovilidad en una cama de hospital y a la luz de una sonrisa burlona. Me pregunto: ¿cómo es que la vengo a encontrar a la orilla de este camino? Sabía que la había visto en algún lugar, pero nunca he estado allí. La reconocí en seguida a través del reflejo de ese espejo casi opaco, desde mi sitio de la función, en primera fila de donde sabemos que no saldremos airosos al bajar el telón; quería saber su nombre,
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J. M. Falamaro
sus suspiros o un gesto, pero mis músculos se negaban a moverse, a llevar sus movimientos a la expresión del reconocimiento. Recuerdo aquel rostro que había admirado toda mi vida y entendí que la muerte valía entonces la pena por un sólo instante a su lado. Tanto tiempo esperando, tantas líneas llenas de su presencia ausente. Había creado sin saber una figura que se vivía a sí misma sin mí en alguna parte del universo, con un fuego que me desbordaba a placer cuando despertaba, porque mis manos querían dibujarla a través del opaco reflejo de la realidad; pretendía contemplarla un sólo instante, verla pasar en la calle, por la acera, en algún cine, en un café, creía por las tardes al morir el sol que tal vez vivías únicamente en mi imaginación. La duda me acechaba incrédula, pero todavía esperaba encontrarla sentada en cualquier lugar. En vano recorrí miles de caminos que poco a poco se llevaron mis ilusiones, mis sueños… Pensaba en ella sentado en el autobús, en las cenas, al acabar un libro, preguntando intensamente ¿dónde estaría?, ¿cómo serían sus días?, ¿a qué hora dormiría?… Mi sonrisa se fue de vacaciones un mes de enero interminable. Me volví una sombra, no me importaba otra cosa más que su presencia, pero ahora que la vida ha realizado su vocación, me devuelve en un instante su mirada para abofetearme en la cara. ¿Cómo es que se llega a una situación como ésta, donde no se puede perder más que ese elixir del olvido que trajo consigo un disfrute el cual no se puede saborear? Tal vez así fue como llegué hasta aquí, tumbado en esta cama de hospital, donde mis manos ya no se mueven, ni mis pies me llevarán ya a ninguna parte y este lado izquierdo de mi rostro que se ha quedado inerte, sin manifestar más seña alguna de expresión. ¿Dónde me perdí?, ¿fue la vida que me llevó al lugar extraño e indescifrable? ¿Desde hace cuánto es que se tenía trazada mi vida? ¿Quién podría crear este extraño y perverso plan, ahí, a la orilla de la habitación con el alma expuesta, contigo a un lado con tus nobles cabellos enmarañados, esparcidos por todo tu rostro y que no me dejan verte? Eres aquella mujer que se vivió en mis ficciones, eres aquélla que hacía el papel de musa presa de mis infortunios. ¿Cómo llamas a todo esto? Quiero preguntarte, pero no te mueves. Estuviste así desde que desperté, me parece que llevas en ese estado horas o quizás días y yo que ya he perdido la noción del tiempo. El reloj en la pared marca las doce y veintitrés minutos del día siguiente, cualquiera que fuese el día. Ya no siento mi cuerpo. Sé que en unas horas el final habrá de llegar, acto que esperaba desde que estoy aquí. Me lo reprocha mi respiración que se agita más a fuerza de voluntad que por inercia, negándose a ser vencida. No quiero irme, quiero quedarme para saber quién eres, caminar hasta tu cama y llorar lo que debía de llorarse, mirar lo que debía
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Un trozo de eternidad
de ser mirado, emocionarse y sentir todo lo que dependía de esta pasión, pero ya es tarde. Mientras, una lágrima escurre por los caminos de mi rostro transitado por los años, con mis labios resecos que no dicen nada, pues ya no tienen por qué decir algo. He fracasado en mi intento. La vida se ha burlado de alguien más, lo sabía y no quería decirlo ni aceptarlo. En esta habitación de colores pálidos, obligado a escuchar a lo lejos el lamento de la vida y el tintineo constante del reloj, me avisan que se acerca el final de los ayeres, las mañanas, las tardes y mis noches que no se distinguen, donde me veré sentado a la espera como ha sido la costumbre de toda mi vida. Ya no se consume un instante más, se consumen mis vidas desperdiciadas. Pareciera que cierro los ojos, mientras veo a lo lejos el “hubiera”, ese “tal vez”, me imagino de pronto ese “quizás”. ¡Cómo me hubiera gustado encontrarte en aquel otro lugar! Sentada en alguna banca, leyendo de un tirón un libro sin importarte nada más que la historia entre tus manos. Ahí, sentada una tarde en medio del frió y el viento, haciendo muecas con tu cabello y que mis pies me hubieran llevado hasta ti. Y poder preguntarte por el clima o por el malestar del tiempo y la desbordante unión de nuestras pálidas soledades, y con ello cambiar el rumbo del caos de los ciclos lunares y sufrir juntos el temporal, y perdernos sobre las olas del mar de la arena azul del desierto, tomarnos un café mientras camináramos y que al llegar la noche te preguntara cuándo sería que nos volveríamos a ver. Regalándonos ese tiempo que nos pertenece… o nos pertenecía. Solos, sentados bajo la lluvia, cobijados por una añoranza que no pide más que un instante, un hasta siempre, un amanecer pensado en nosotros. Hubiera sacrificado la mitad del siglo pasado o desaparecer lo que queda de éste, darte la mitad de mis odios, un pedazo de mi eternidad y que, en cada mirada tuya, me dejaras vacío para llenarlo con tu llegada la siguiente mañana. Ahora que todo se termina, que la vida se me va, ¿qué más puedo dar?, salvo un movimiento en el aire con la mano. Tengo tanto que aprender, tantas cosas en unas cuantas horas a media luz, aquí, mirando el techo de mi habitación de paredes-tela, pensando en nosotros dos, tú en tu sitio ausente y yo quiero mirarte como la primera vez, como esta última vez; de pronto me siento impotente ante el ruido de camillas, de luces sobre el pasillo, con todos sus lamentos y ese olor a medicina, como si el lugar se hundiera en una melodía, la desesperanza y la alucinación. Siluetas de batas blancas que corren, van y vienen al encuentro de los dolores ajenos, actos indeterminados que no entiendo, lo único que logro pensar es que llegaré a morir sin saber quién eres. ¿Qué no daría por una respuesta? Daría las líneas de mis manos, me disfrazaría de helado de limón, una ola del mar, fabricaría eclipses en noches de luna, descen-
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dería hasta el infierno, caminaría en el mar, me quitaría la piel, la mitad de mis suspiros por verte sonreír sólo para mí como lo hacías en mis sueños, como lo hiciste en la historia que escribí una mañana, que escribo, que reescribo una y otra vez. Sólo una idea recorre mi mente: si me miraras, si el dolor que soporto y mis ganas me llevaran hasta tu lugar, no haría falta alzar la voz. Únicamente bastaría una mirada, un trozo de eternidad, mi trozo de eternidad por el cual me niego a caducar, y me lo digo, mientras sigo viendo el techo, pensando: ¿cómo es que llegamos hasta aquí? Sigo sin creer que se acabe todo, así, de esta manera, mientras otras historias allá afuera terminan en un amor dulce, navegando en un mundo de desenlaces tristes, en el amor que no se deja morir. Este amor debería ser como todos los demás, como el de Romeo y Julieta o el de Frida y Diego. Puede que la vida o el tiempo no sea como el siglo pasado, pero este sentimiento debería ser como las mañanas de abril, sin embargo, el universo juega conmigo: somos dos extraños que nunca se enamoraron, que nunca estuvieron siquiera a punto de cruzar una mirada o coincidir alguna vez en un mismo callejón, jamás compartieron el mismo trayecto, mas que al final de aquel día. Quisiera mentirme, decirme que el día siguiente tal vez llegará, pero no. Lo adivina el reloj que da las doce con veinticuatro, el tiempo que se da el lujo de pasar locamente frente a nosotros y nosotros tan cuerdos. Por algún motivo algo se hizo presente, si no he planeado esto, si llegué a inventar sin saberlo toda mi existencia en unas horas a punto de acabarse, pero, ¿cómo podría haber sucedido? Me niego a contestar. Estoy divagando. Siento la presencia de cuerpos que entran y salen de la habitación, de las batas blancas que están junto a ella. Me quedo en silencio más de lo que siempre he estado, grito en mi silencio, que alguno de ellos mencione su nombre, que alguien grite al fuego lento para así comprender que es ella la persona que he estado esperando, pero nada. Sólo se escuchan muecas de un terror que me invade, me estremezco en ráfagas dispersas. ¿Qué ha sucedido contigo? ¿A dónde te llevan? Me ha vencido una lágrima que aparece como un río desde mis ventanas que dan al mundo, que se cristalizan ante él. Pido un poco de piedad a gritos, pero nadie me escucha. Se queda vacío este lugar, me quedo hundido aquí a la espera del alba si es que llega conmigo, sin embargo, es muy probable que llegue sin mí. Ya nada importa. Me inspira la sola idea de haberte encontrado en aquella calle de donde surgiste de la nada, por donde caminaste con rumbo desconocido, pisando el suelo mojado sobre pequeños charcos. Mientras yo pensaba cabizbajo bajo la estela de agua que se precipitaba sobre mis hombros, en una noche pálida que hacía acto de presencia y, de pronto, vi la imagen de ti con paso lento al otro lado de la acera.
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Un trozo de eternidad
Ya no recuerdo bien como sucedió todo. Pasó tan rápido que me quedé detenido en el tiempo hasta olvidarme de la lluvia que nos acompañaba, de las gotas de lluvia que se precipitaban al suelo, intentando con todas las fuerzas cruzar la calle. Queriendo saber que eras tú aquella figura que me sosegaba en las noches en vela e insomnios. Eras una revelación. El lugar era un caos, no divisaba más que luces que cruzaban a toda velocidad en el asfalto lleno de agua. El mundo de mi ficción se detuvo por un minuto. Mi mirada se llenó de luz y espanto cuando comenzaste a correr hacia el camellón. Te seguí con la mirada todo el tiempo, no me movía de mi lugar, no te detenías. Mis piernas por un impulso caminaron a paso lento, mientras seguías corriendo. Descubrí que no te detendrías. Cruzaste sin mirar la calle, ¿qué estaba sucediendo? Crucé sin mirar a través de la corrida de autos tras de ti, a metros de distancia decidido al arrebato por una pasión que no entendía. Te arrojaste sobre las luces, alcance a sujetar tu hombro pero… era tarde, ya nos habíamos abalanzado al desenfreno violento y en vano fue todo mi esfuerzo. El espanto nos había atrapado. Escuché voces, luces, el suave latir del corazón. Alguien me puso ahí para ti, pero no sirvió de nada. Únicamente esos dos cuerpos tirados al lado de la autopista y mi premio: esta pequeña realidad, este acto que no esperaba. Lo último que recuerdo es ese grito que me llevaba hasta lo que esperaba, en la protesta de llegar hasta ti del otro lado caminé unos pasos, pero mi cuerpo abrazo el suelo, escuché de pronto a lo lejos las sirenas y la sangre emanando de mi frente, mientras yacías a metros de mí. Las luces como luciérnagas desaparecieron de mis pupilas. No sentía ya el dolor, tan sólo quería saber por qué llegamos a esto y una nube confusa, quizás un adormecimiento del cuerpo, se vino contra mí. Desperté a las doce con veintitrés, contigo, con todas nuestras ganas. No, tal vez no, lo primero que me vino a la mente al abrir los ojos era darte la bienvenida. Todo a nuestro alrededor indica que no sucederá, sin embargo, ya no importaba. Ya nada importa, más que nuestra suerte echada hace siglos. Los golpes no tuvieron compasión de nuestros cuerpos, lo dijo uno de los hombres de bata blanca. “Denle a este joven unas horas”, decía mientras cubría con aquella manta este cuerpo. Siempre se sabe lo inevitable en el momento más inoportuno. Esas son las consecuencias de hacerse el héroe, aunque al saber que eras tú, agradecí la lluvia, mi caminar, mis alucinaciones, no el acto en sí, pues no pude salvarte ni en mis ficciones, pero qué digo. Trato de sentirme seguro, de evadir mi idea, quisiera cambiar la verdad, pero soy tan sólo un hombre que no llegará a bailar para los confines de la pasión, en la azotea del fin del mundo. Miro la ventana. Ya llega la mañana, me dice el tragaluz, entra por una rendija y… ¿a quién
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le importa la mañana cuando se está a punto de caer en el más profundo de los sueños? La luz entra sigilosa por la ventana, quiere decir que el mundo sigue caminando allá afuera sin nosotros. Las hojas caerán una a una, lo que significa que no volveré. ¿Quién les dedicará una plegaria? ¿Quién escribirá sobre la vida que se construye a escondidas de las miradas de ociosos come libros? Pase lo que pase, es esta la sensación de plenitud que suplica un momento más para un amante desgraciado y que aprendió a amar en el silencio; que volvería y cambiaría todo por ese trozo de eternidad al lado de aquella mujer, a quien espero hasta el último momento para contradecir a la imaginación y con quien compartió un instante que nació de la desesperación, del encuentro desconocido y del amor más allá de lo posible. El sufrimiento es un cuento escrito por un desconocido que jamás vivió esa sensación llamada pasión, el simple arrebato que desconoce a su creador en la línea trazada en un espacio sin bordes, es la mentira que no llegará a juicio alguno. Veo con desdén mi suerte, mi largo caminar en la espera para terminar sin saber de ti cuando estás a metros de distancia. ¿Qué hacemos con esta postura? ¿Cómo morir? ¿Cuándo las historias que leímos de niños no pudieron enseñarnos a resolver situaciones como éstas? Alguien nos debe una respuesta, una del porqué las cosas son así. ¿Quién no ha leído en aquellas historias antiguas, protagonistas que se enamoran simplemente al ver a su amado de reojo a través de una ventana? Pero, ¿cómo se ama a alguien que nació de una historia? Me desmorono a pedazos. Los hilos se rompen frente a mí entre un centenar de personas que se arremolinan a mi alrededor, mientras el susurro de voces se agita con presión en mis oídos. Alguien, alguien sujeta mis manos, que de algún modo ya no sienten, y tal parece que ha pasado mi tiempo y voy retrasado veinte minutos, pero mi espera no se debe a otra cosa que la de saber a dónde has ido. Nadie ha logrado apagar mi sed ni mi delirio. Quiero creer que naciste para mí, para esta materia que se derrumba como una melodía triste, mientras tirito en el frío. Me pregunto constantemente quién hizo mi tiempo, quién me llevó a arrojarme al vacío, pero sobre todo sigo esperando a que vengas a compartir la herida que me cubra con tus manos el rostro y con ello perder la compostura como una mañana sin sol y sin silencio... ¡Qué destino más cruel y dulce! Fue así como comencé a escribirte un día con el ansia de verte. La heroína real que nadie más ve, porque yaces tendida al otro lado de la pared en una cama, esperando a que llegue un héroe fracasado, que prometió un día volver con la historia en donde los amantes se amarían no por toda la eternidad, sino en un instante, en un pequeño átomo de infinitud, aunque la vida se le vaya en ello. Me pregunto si ha
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logrado realizar semejante hazaña. ¡Cómo quisiera escribir nuestra historia en ese trozo sin fin! Los detalles se plasmarían uno a uno, se anotarían los jueves desolados pasando tan deprisa, los martes, los sábados, las horas de cafés buscándote a tientas y, al final de cada página, una línea que concluyera. No te encontré. No apareciste otra vez. Páginas llenas donde me encontraría pensando en el tiempo que nos borra a pasos agigantados, notas interminables que digan: “no llegaste esta mañana, esta tarde, esta noche…” y yo cansado, cansado de esperar. Perdiendo la razón. Perdiendo la cordura, pero llegaste… Nos quedamos en este sitio, solos en la noche. Ahora se termina esta madrugada… se termina y sigo pensando en ti, mientras una sábana blanca me cubre ya por completo y trato de engañarme. Trato de engañarme evadiendo la verdad, mientras hago el viaje más absurdo, donde nadie puede ayudarme ni construirme una historia dolorosa donde nunca estaré a solas conmigo mismo. El lento proceso del derrumbe presagia una huida a lo desconocido. El frío de los dedos atacando mis sentidos, atrapado en pensamientos que me dejan sin sustento. Trato en vano de levantarme y es inevitable. Prefiero quedarme quieto y me imagino provocando el ansia de un hombre enloquecido, de un escriba que realice un ataque al sueño de aquel que se precipitó a la quimera de una vida que no llegó a concretarse; que no pudo expresar la tragedia que duró apenas un segundo en los brazos de la ficción que se cumplió... Un hombre que sacrificó el resto de una vida hasta perder la razón, al cruzar al otro lado de la calle donde lo esperaba lo inimaginado. Aquello que lo esperaba ya hace un siglo, un mundo venidero que no volverá a ver. ¡Que se le acuse de haber vivido persiguiendo lo imposible! Un hombre que vivió apenas un instante, idealizando lo inevitable, pero… aquí estoy. Comienzo a pensar que no volverás a la habitación, se empaña mi mirada, parece que no iré a ninguna parte, ¿cómo atreverse a la orilla de este silencio…? Todo está en calma.
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Medianoche Por Karina Posadas Torrijos* Ab imo pectore ¡Qué gusto de verte! Digo, tantos años y venimos a encontrarnos en este interminable precipicio… Creo que has cambiado. Supongo que todos, con el paso del tiempo, se desprenden de sí mismos. Yo no lo he hecho. Mira, sigo teniendo el mismo corte. Sólo tú sabes que nunca me ha gustado probar nuevos estilos. Bueno, eso siempre ha sido lo de menos. No sé, es que ya hace tanto que tú y yo… Pero no recordemos aquello, porque me pongo melancólica y tardo siglos en recuperar el ánimo. No es que no sigas aquí. Siempre estás en mi mente, pero creo que al ser éste tu primer y último viaje, lo menos que puedes hacer es disfrutarlo. Yo ya conozco el trayecto de memoria. Tantas veces de aquí para allá y nunca pasa algo nuevo, sólo el tedio. Pero háblame de ti, no dejes que te robe la última vista. Mira y cuéntame qué fue de tu vida. Yo sé que lograste cosas grandes y maravillosas, me habría gustado tanto estar allí… Sí, lo sé, me lo advertiste, sin embargo, jamás pude dominar del todo esta fuerza contradictoria y rebelde que siempre me impulsó. Durante años pude disimularlo, pero frente a ti salió desbordada por cada uno de mis poros, fluía sobre mi piel y no podía… ya no podía contenerla más. Pero… ah, sigo hablando de mí. Lo lamento. Mejor dime, ¿te casaste?, ¿tuviste niños? Bueno, prefiero que no me lo digas. No sé qué efectos tendría tu respuesta en lo que queda de ser. Creo que debí escucharte. (Escucha-te). No, las calaveras ya no salen, quizás nunca tuve el don. (Escucharte). Pero si no hubiera saltado, jamás habría descubierto que las mariposas no vuelan, sólo flotan; que el infinito está ahogado en el fondo del mar y que el misterio está en la caída libre hacia la muerte. Después… después es nada. Monotonía y aburrimiento. Nada más. Todavía no me has dicho de lo que me perdí. El paisaje pasa tan rápido. Árboles, fuego, plumas chamuscadas… No abro la ventana para evitar la fatiga. El aire me roba el oxígeno. Si hubieras llegado una semana después, él te habría conducido. Todos lo prefieren, al ocurrir esto una vez, desean la barca, ya sabes, resulta más místico el viaje. A mí no me gusta usar los trapos esos, con el calorón que hace aquí, pero no lo puedo culpar, ya está acostumbrado y, en el fondo, le fascina su trabajo.
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Medianoche
Me gustaría que nunca acabase. Si te quedaras, todo sería más ameno. Tendría una razón en estas noches eternas de oscuro deambular. Ya rugen rumorosos los mofles del motor. Líneas intermitentes. El coche se para estruendoso en la última esquina del mundo y el río de terciopelo rojo detiene su impulso para darle la bienvenida a los condenados. Servido joven. Fue un placer volver a verlo. Ah… y una disculpa, Caronte salió de vacaciones y yo sólo sé manejar automóviles.
* Ha publicado en la revista Literatura Barata y en la sección “La auténtica página blanca” de la revista Emeequis.
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Envía tus textos y sé parte de esta publicación en línea. Puedes participar en cualquiera de las secciones: - El tema del mes, enviando un artículo y/o ensayo en formato Word. La temática del mes de septiembre girará en torno a la locura, las enfermedades mentales, la figura del loco, los locos y todo aquello que esté considerado fuera de los límites de la cordura. En caso de incluir citas textuales, no olvidar colocar la referencia bibliográfica. Se sugiere que el escrito no rebase las 10 cuartillas. - La Galería, mandando la imagen de una obra plástica o fotografía con temática libre. Se deberá incluir una ficha con el nombre del artista, el título de la obra y la información técnica de la misma .
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La pluma en la piedra No. 2, septiembre 2011
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agosto de 2011 a la siguiente dirección: laplumaenlapiedra@gmail.com Junto con los documentos enviados, los autores deberán anexar una reseña biográfica que no rebase las 5 líneas. En caso de contar con un sitio web en donde se pueda conocer más acerca de sus obras, no olvidar incluir la dirección electrónica.
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Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra estaba desierta y sin nada, y las tinieblas cubrían los
abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas.
Dios dijo: “Haya luz”, y hubo luz. Dios vio que la luz era buena y la separó de las tinieblas. Dios llamó a la
luz ”Día” y a las tinieblas ”Noche”. Y atardeció y amaneció el día Primero...