No. 5 - La música en el mundo

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Diciembre 2011 No. 5

por eso, también y centralmente, son la experiencia del “dolor indoloro”, la vivencia de la “patria móvil”, la

productora de los ruidos agradables que le imprimen el sello “nacionalidad” al

individuo, la pareja, la comunidad .

Las rancheras festejan lo que nos aflige y sería bueno que nos doliera;


La pluma en la piedra Da las gracias a todos los colaboradores, a sus fieles lectores que esperan por el primer lunes de cada mes y al perínclito equipo editorial por el diseño, la corrección y las vicisitudes que atravesaron para la realización de este número.

Portada: Partitura de “Por una cabeza”. Tango. Cita: Carlos Monsiváis, Pedro Infante. Las leyes del querer, Aguilar, México, 2008, p. 171. Derechos Reservados. La

La pluma en la piedra

pluma en la piedra , Toluca, México, No. 5, diciembre 2011. es una publicación mensual e independiente de distribución

gratuita por internet. Todos los artículos, ensayos, escritos literarios y obras publicadas son propiedad y responsabilidad única y exclusiva del autor y pueden reproducirse citando la fuente.


Escribieron este número:

 Karina Posadas Torrijos  Marco Antonio M. Medina  José J. González  Moreliana Negrete 

Fotógrafo

 Juan Javier Pineda Tovar 

3


Editorial 5

Artículos y ensayos La música mexicana en el mundo Karina Posadas Torrijos

7

Apuntes para una semiótica de la música en la obra de Felisberto Hernández Marco Antonio M. Medina

11

Galería Cascada en la reserva de los Tuxtlas Juan Javier Pineda Tovar

Creación literaria Gorda malvada José J. González

24

Dos poemas Moreliana Negrete

32

Convocatorias 37

4

22


En un parpadeo hemos llegado a diciembre. Mes de esperanza para algunos, de tristeza y amargura para otros. Y como estamos seguros que nuestros atentos lectores, padecerán la terrible persecución de los villancicos, aquí les traemos nuestro número dedicado a la música. En esta ocasión, nuestro asiduo colaborador, Marco Antonio M. Medina, nos trae una disertación sobre la música en la obra de Felisberto Hernández, a través del ojo de la semiótica. En tanto, Karina Posadas Torrijos nos revela los alcances de la música mexicana en países tan lejanos, que perecen sacados de los cuentos de hadas. Por otro lado, La galería se viste de luces con la presencia de Juan Javier Pineda Tovar, quien nos trae una fotografía para asomarnos a una cascada en la reserva de los Tuxtlas. Finalmente, en la sección favorita de todos, nos acompañan: José J. González, con el cuento Gorda malvada, y la reconocida modelo Moreliana Negrete, quien nos muestra su faceta como poeta con dos poemas dedicados al amor. Quién dijera, queridos lectores, que ya estamos en la quinta edición. Los meses se han ido volando y a estas alturas del recorrido, les agradecemos infinitamente el que sean parte de esta revista. Así mismo, le hemos escrito al Santo Clos para que amanezca en el arbolito de cada uno de nuestros colaboradores, quienes llenan nuestra mente de mundos tan diversos, algún buen regalo que bien se lo merecen. Cambio y fuera.

La pluma en la piedra

5


(ArtĂ­culos y ensayos)


La música mexicana en el mundo* Por Karina Posadas Torrijos

P

*El siguiente ensayo es de carácter interactivo, por lo que será necesario que el apreciable lector se encuentre conectado a internet, para disfrutar de los enlaces.

ensar en música mexicana, inevitable-

composición misma, por ello, no es de

mente nos arrastra a las primeras

sorprenderse que el repertorio musical de

décadas del siglo XX, cuando cada

niños, adolescentes, adultos y ancianos converja

canción llevaba al escucha a un momento de

en algún punto, ya sea en música infantil,

recuerdo y añoranza, fuera verdadero o no. Con

ranchera, boleros o algún otro género que tenga

la llegada de la radio y después del cine, el

la gracia de poseer un carácter anacrónico.

contacto entre la música y la sociedad refuerza

Pero la barrera generacional que cientos

sus lazos, unido a los grandes intérpretes de la

de canciones han traspasado, no se compara

época del cine de oro mexicano; así, la canción

con la proeza de saltar las barreras geográfica y

popular mexicana se convertiría en un punto de

lingüística. Así, en un mundo hasta ahora

encuentro entre las familias y entre las

dominado por la influencia estadounidense y la

diferentes generaciones.

necesidad global de aprender inglés, no es

Carlos Monsiváis lo confirma:

extraño que en todos los rincones del planeta se

Las melodías son agradecibles o incluso

escuchen temas de cantantes y grupos anglopar-

extraordinarias, la voz del intérprete es

lantes. La influencia de este idioma es clara en

afinada, nada del otro mundo si se requiere, a

grupos o cantantes, quienes siendo de una

menos que… A menos que casi desde el

nacionalidad

principio la voz afirme los sonidos del hogar,

componen letras o mezclan la propia lengua

de los convenios de la vida social, aquello que

con aquella otra.

hemos oído tanto que se ha incorporado a

distinta

a

las

anglosajonas,

Pese a esta situación, resulta interesante

nuestras edades sucesivas, esas canciones vie-

que canciones mexicanas hayan podido viajar

nen de la infancia y continúan en la vejez. 1

varios kilómetros de distancia y acunarse en

Si bien, aquí se refiere a la figura de Pedro

países tan lejanos y distintos al nuestro,

Infante, son las canciones las que mantienen

convirtiéndose en un medio más por el que

vigente, no únicamente al intérprete, sino a la

personas de otras latitudes han tenido la oportunidad de asomarse a nuestra cultura.

1

Carlos Monsiváis, Pedro Infante. Las leyes del querer, Aguilar, México, 2008, p. 168

7


Karina Posadas Torrijos

Paloma negra

Historias de un amor

Se cuenta que cuando murió Josip Broz

Los primeros acordes de la guitarra

Tito, líder de la extinta Yugoslavia por los años

resuenan tristes y entre lágrimas involuntarias,

cuarentas, el gobierno decidió romper toda

suena la historia de un amor como no habrá

relación con la URSS, prohibiendo el ruso

otra igual, que me hizo comprender todo el

como lengua, tanto en escuelas como en

bien, todo el mal; que le dio luz a mi vida,

medios de comunicación. Los dirigentes, a

apagándola después. ¡Ay, qué noche tan

sabiendas de que no podían mantener a su

obscura…!

pueblo en un clima cultural tan inhóspito,

“Historia de un amor” es una canción del

comenzaron la búsqueda de alternativas para el

compositor panameño Carlos Eleta Almarán,

entretenimiento. De entre todos los países del

quien de acuerdo a Wikipedia, la escribe a partir

mundo, pusieron sus ojos en México y

de la muerte de la esposa de su hermano. Como

comenzaron a importar películas en las que se

era usual en la época del cine de oro mexicano,

retrataban aquellos momentos que atravesaba la

comparte su nombre con una película de

nación2.

Roberto Gavaldón, protagonizada por Libertad

Con las películas, por supuesto, se fueron

Lamarque, Emilio Tuero y Domingo Soler, por

las canciones de fondo y fue adquiriendo

allá de 1956.

popularidad la música mexicana, surgiendo

Ha sido interpretada por numerosos

intérpretes rancheros por aquellos lugares, que

artistas como Luis Miguel, Julio Iglesias,

de acuerdo a los chismes de la internet, aún

Raphael, Ana Gabriel y por el inmortal Pedro

perviven.

Infante, entre muchos otros. La enciclopedia en

Y mientras aquí nos encontramos en un

línea también menciona que ha sido traducida a

arranque de melancolía, acompañados de

varios idiomas, entre ellos el ruso con el

alguna bebida alcohólica (la que usted guste),

nombre de Pervaya vstrecha; el chino, Wo de xinli

escuchando en voz de Lola Beltrán “Paloma

mei you ta; y el francés, Histoire d’un amour, que

negra” de Tomás Méndez Sosa, quien se dice

dentro de tantas versiones, resulta interesante

componía de oído y trabajó de jalador de

escucharla en la voz de un hombre que se hace

aplausos en la mítica XEW; en la antigua

llamar Dany Brillant, quien le quita el ritmo

Yugoslavia, Nevenka Arsova hace lo propio, en

melancólico y la otra, con una cantante italiana

algún lugar de Europa del este. (Escuchar)

de nombre Dalida, versión muy cercana a la

Cf. en la siguiente página: http:// original. www.skyscraperlife.com/latin-bar/33725-viva-lacultura-de-mexico-en-europa-del-este.html 1

8


La música mexicana en el mundo

Enamorando mujeres: Adela y Cielo.

encontrarse con la cultura mexicana. Entonces,

“Cielito lindo” es compuesta por el

el español se vuelve una opción más de

mexicano Quirino Mendoza y Cortés en 1882.

aprendizaje de una segunda lengua y, tal vez,

Dentro de la cinematografía nacional, vale la

ayude al consuelo de naciones abatidas por el

pena recordar una escena musical en donde

devenir de la historia.

Abel Salazar, Víctor Manuel Mendoza y Pedro

¿Qué tiene la música mexicana que le

Infante le llevan serenata a Marga López en

falte a otras? ¿De qué carecen otras naciones,

Los tres García, del director Ismael Rodríguez.

qué es lo que les duele?

Al igual que “Historia de un amor”, esta

Historia 1: Se cuenta que las relaciones

canción ha sido traducida a diversos idiomas,

entre México y Japón datan desde la época

entre ellos al italiano (al parecer una versión de

colonial,

1929 con Dusolina Giannini) y al inglés: Lovely

embarcación, cuyo nombre no recuerdo más,

Sweet One, en la cual se reescribió la letra,

encalla en costas niponas.

cuando

una

desafortunada

manteniendo únicamente la melodía. Así

Historia 2: Después de la Segunda Guerra

mismo, Mohsen Namjoo, cantante iraní, realizó

Mundial, sobre Japón se sembró la prohibición

una versión en donde mezcla versos de poemas

de expresar sus propias tradiciones y no les

en su idioma con el coro de “Cielito lindo” en

quedó más alternativa, que abrirle sus puertas,

español.

celosamente resguardadas, al mundo. Tal

Y regresando a las zonas eslavas,

vejación hizo que durante años, la música

encontramos el espíritu revolucionario que

tradicional fuera callada, ocurriendo una laguna

sirvió de fondo musical en México, pues los

de bombardeo occidental y desembocando en

temas de igualdad, equidad, oportunidad para

la música moderna, hermana de esa música

todos los sectores de la población y el sentido

comercial anglosajona.

nacionalista, es compartido en tan lejanas regiones.

Historia 3: Nobuyo Yagui tomaba clases

Así encontramos una versión de

de canto por afición. En ellas se da cuenta que

“Adelita”, completamente en español, pero

posee voz de soprano y se le recomienda

interpretada por el ensamble de la armada rusa

volverse profesional. La naciente cantante había

The red army choirs of Alexandrov.

estado de intercambio en México en la década

México lindo y querido

de los 80, en donde notó la riqueza musical del

Los ejemplos anteriores deben ser los

país anfitrión. Ella recuerda que en su país, la

mínimos, sin embargo, la música, junto con las

prohibición

telenovelas y la literatura, invitan al mundo a

“[…] duró cinco o seis años, pero eso influyó

9

de

la

música

tradicional


Karina Posadas Torrijos

después,

pues

los

medios

masivos

de

Mathieu y Emmanuel, así como en japonés,

comunicación estaban muy controlados por

interpretado por Carlos Iida y Amigos de

Estados Unidos y casi no se escuchaba música

Cri-Cri.5

tradicional japonesa. Algunas escuelas y familias

Y mientras continúen las serenatas, las

mantuvieron la tradición, pero las generaciones

visitas por desamor a los bares, los padres

nuevas no tuvieron muchas oportunidades de

recordando a los abuelos, las abuelas viudas de

hacer esa música”3.

Jorge Negrete, el encuentro del amor, la

Ella relata que en México no había

infancia, el singular orgullo nacional y el correr

ocurrido (el carácter anacrónico que apuntamos

de la vida, no podremos dejar de escuchar de

al inicio), “en donde siempre hay festivales, y

fondo el vasto repertorio que nos han dejado

aunque a los muchachos siempre les gusta

los años. ♪

escuchar rock, también tienen oportunidad de oír música mexicana. En Japón los jóvenes siempre se inclinan por el rock o el pop estadunidenses. ¡No pudieron conocer otras cosas!”4. Asombrada de la música latina, Nobuyo Yagui se ha llevado algunas canciones para mostrarlas en su país de origen, entre ellas “Por ti”, canción de Oscar Chávez. Historia 4 (el final siempre comienza por el inicio): Otro gran compositor traducido a diferentes idiomas es Francisco Gabilondo Soler, quien ha llenado

de

historias a

generaciones de niños durante largo tiempo. Existen

versiones

en

inglés

y

francés

interpretadas por Placido Domingo, Mireille Arturo Cruz Bárcenas, “Nobuyo Yagui comparte la abundancia musical de México con su natal Japón” en La Jornada, Espectáculos, México, viernes 13 de marzo de 2009. Consultado el 2 de diciembre d e 2 0 1 0 e n : h t t p : / / www.jornada.unam.mx/2009/03/13/especta culos/ a09n1esp 4 Idem. 3

Las diferentes versiones de Cri-Cri pueden escucharse en: http://www.cri-cri.net/mp3.html 5

10


Apuntes para una semiótica de la música en la obra de Felisberto Hernández Por Marco Antonio M. Medina

"After playing Chopin, I feel as if I had been weeping over sins that I had never committed, and mourning over tragedies that were not my own Music always seems to me to produce that effect. It creates for one a past of which one has been ignorant, and fills one with a sense of sorrows that have been hidden from one's tears". Oscar Wilde, Critic as artist.

M

ediante el presente texto intento abordar el significado de la música a través de la obra literaria de Felisberto Hernández (1902-1964), músico y escritor, a través de una reflexión sobre la interacción de ambas artes presentes en el conjunto de dicha obra. La investigación es motivada por la necesidad de difundir y hacer más comprensible la obra de este autor latinoamericano, así como profundizar en el conocimiento de los mecanismos semióticos del arte musical. I. De música, obesidad y violencia

entraremos a vivir en un mundo de mierda…

Al término de una breve pero poética

¿Por qué un comentario crítico a la obra

estancia en el agujero del sargento Hartman, un

de Felisberto Hernández comienza con una

grupo de reclutas novatos, liderados por el

crestomatía de Full metal jacket, de S. Kubrick?

pelotudo Joker, se hallan al borde de su última

Bien, se me ocurren un par de pretextos. En

madrugada en la isla, cuando unos ruidos

1895 los hermanos Lumière habrían de estrenar

metálicos provenientes del cuarto de letrinas

su cinematógrafo, con el filme El final de la

amenazan convertirse en una de las escenas

jornada laboral en una fábrica. En 1896, Wassily

más emotivas de la historia del cine. Leonard, el

Kandinsky, a los 30 años, descubre en la

“patoso”, Pyle ha cargado y asegurado su M-16;

pintura

bautizado amorosamente “Charleen”, y se

Felisberto Hernández nace en Uruguay, en

dispone a rezar el Riflenuestro: “Este es mi Rifle.

1902. Lautréamont, Laforgue y Supervielle

Hay muchos como él pero éste es el mío…”,

fueron también uruguayos. Como Kandinsky,

despertando al barracón entero y por supuesto,

Felisberto habría de descubrir tardíamente su

al católico sargento Hartman.

vocación, no como pintor sino como escritor, y

abstracta

su

verdadera

vocación.

nos

esto luego de haber dedicado parte de su

encuentra, —dice Joker al recluta Pyle— ambos

juventud como pianista a sonorizar el cine

—Si

Hartman

entra

aquí

y

comentar y recibir información adicional, así silente del primer tercio del siglo XX, pues como bibliografía pertinente sobre el tema, envía un correo electrónico con el título de este trabajo a: Felisberto vivió, o sobrevivió antes que otra letrapurpura@hotmail.com cosa, gracias a su profesión de músico. 1 Para

11


Marco Antonio M. Medina

Que en las polvorientas y brumosas

demasiado como para jugar con ellos”. Como

salas del cine mudo de aquella época el gordo

hombres de nuestro tiempo, sobrepasamos

Felisberto Hernández, quien por cierto no

empíricamente la lectura de Baudelaire o de

disimulaba la fuerza de atracción a que le

Maupassant. Nos reconocemos incluso capaces

impelían las abundancias gravitacionales de una

de rebasar el imaginario infernal de una Divina

mujer frondosa, intuyera de algún modo el

comedia. Por cierto, ¿por qué nos resulta

carácter supra empírico de la experiencia musical,

particularmente inquietante el episodio del limbo

esto es que, a diferencia del arte mimético,

dantesco? ¿Será porque, aunque hemos dejado

subordinado a la experiencia, la música sea

de temer al fuego eterno y a la variada

capaz de convertirse en su propia experiencia, es

ingeniosidad de sus tormentos, nos sigue

una hipótesis conjeturable. La música, como

horrorizando la visión de un paisaje oscuro y

poesía, podría de algún modo secreto obrar

silencioso, especialmente silencioso, donde nadie

creativamente sobre la experiencia fáctica.

parece hablar jamás con nadie? ¿Por qué Dante

Hecho que resulta particularmente útil cuando

deja al limbo dentro del infierno y no a medio

se es un visionudo irreductible, un paria de la

camino entre el infierno y el purgatorio? ¿No es

realidad, alguien que no puede conformarse con

este limbo medieval el más vivo retrato de

la experiencia como le es dada de antemano, o

nuestra inoperante realidad inmediata, la misma

porque se tiene la misteriosa convicción de que

que hemos cubierto hasta las gónadas con

la realidad como se la conoce es en cierta forma

conectividad ilimitada y tiempo real y donde

deficiente.

irónicamente nadie parece poder hablar con

Baudelaire o Villiers de L’Isle obraron

nadie?

cada uno sobre la experiencia de una realidad

Música y violencia ejercen, en ambos

deficiente, y revelaron un arte que ocultaba

extremos de la escala semiótica, su propia

hasta entonces determinados aspectos de esta

dictadura significativa. Por medio de la coerción

realidad. Lo feo o lo cruel eran aspectos ocultos

física,

de un vasto cúmulo de experiencias sensibles,

sentimental, la primera. Ambos lenguajes

que

el

operan, a su modo, una transgresión lingüística,

imaginario colectivo. Pero el tiempo tiene la

al dar por descontado el elemento simbólico,

incómoda cualidad de acostumbrarnos bien

doblemente articulado del signo lingüístico, de

pronto a las novedades, como decía Borges

la palabra. Del mismo modo, tanto música

respecto a Villiers, los lectores actuales de la

como violencia, al ser fundamentalmente

estética de la crueldad “nos conocemos

estímulos sensoriales, generan invariablemente

habían

permanecido

latentes

en

12

la

segunda;

mediante

una

tiranía


Apuntes para una semiótica de la música en la obra de Felisberto Hernández

invariablemente una respuesta motivada respecto

comunicar. Este análisis podría llevarse a cabo

del receptor, esto es, ante el tercer movimiento

en dos modalidades, una de estudio diacrónico,

de la sonata para piano K. 311 de Mozart o

es decir, el estudio de cómo ha sido la música a

bajo el bastonazo de un wagneriano, nos

través del tiempo; y otra de estudio sincrónico,

sentimos siempre conmovidos a responder en

cómo es la música en determinado momento de

cierto modo a la expectativa que se nos plantea.

su evolución. Para este trabajo elegí la primera

II. De lo que significa la música.

modalidad, pues supone la ventaja de una

El problema central que se discute aquí

visión más amplia en cuanto a la historia del

es la posibilidad de una semiótica del arte

cómo es la música, descartando por ahora los

musical, enfocada al aspecto discursivo de la

movimientos contemporáneos del arte, en los

música, esto es, a lo que dice la música. El trabajo

que se mezclan ya elementos demasiado

se desarrolla dentro del marco teórico de la

específicos para ser tratados en conjunto,

semiótica puesto que aquello que se supone

ejemplo de ello podría ser la influencia del

dice la música no está expresado en palabras,

movimiento filosófico existencialista en tal o

como lo está una novela por ejemplo, sino

cual compositor, o bien el desarrollo de

indicado a través del conjunto de hechos que

vanguardias al interior del arte musical como el

conforman la música en cuanto técnica y arte.

surgimiento de la música dodecafónica, así

La

posibilidad

discursiva

del

arte

como otros que podrían comprometer una

musical viene sugerida empíricamente por la

pretendida comunicación musical.

observación común del hablar sobre la música,

Otro problema que surge alrededor de

de generar una respuesta a lo que ella dice, de

esta investigación, es el de la variedad del hecho

modo como lo hacemos respecto al acto

musical, variedad que se acentúa con el desa-

comunicativo, donde entre el emisor y el

rrollo de los diversos géneros musicales de

receptor se establece una relación de correspon-

actualidad, como pueden ser el jazz o bien el

dencia expresada por las funciones emotiva y

tango, dentro de los cuales hablar de hechos

conativa,

hecho

significativos puede ser tan relativo como

comunicativo pretende pues su propia respues-

ocioso, por su marcada funcionalidad, es decir,

ta, la implica en sí.

su codificación más bien práctica. En cuanto a

respectivamente.

Todo

El primer interrogante que surge así es

esto último no faltará quien tome tal o cual

el de la comunicación musical, esto es si la

postura, ni quien vea en una pieza de Miles

música comunica o no, o si su finalidad es

Davis la configuración topográfica o el

comunicar

arquetipo de la ciudad moderna, así como habrá

y

de

ser

así,

qué

pretende

13


Marco Antonio M. Medina

habrá quien sostenga que los acordes del tango

provocan un estado similar en quien las

Naipe marcado condensan de algún modo la

contempla por ser en sí mismas inmotivadas.

historia entera, el sino y destino del gaucho

Toda

rioplatense.

transferencia de información, la descripción (o

Esta

variabilidad,

a

ser

una

la exigencia de) de un supuesto estado de cosas

evolución del hecho artístico propiamente

con respecto a una pretendida realidad. La

dicho,

semiótica

en

alguna

a

viene

la

dificulta

inherente

comunicación

medida

peirciana

expresa

comunicativa

pintura o literatura serán, a través de su historia,

conforman dicha comunicación, dentro y fuera

más o menos comunicantes, más o menos

del ámbito lingüístico. Dicho de otro modo, la

significantes, más o menos codificadas, más o

semiótica

menos pragmáticas. A pesar de ello, hay un

comunicativos con palabras y sin palabras. Si

aspecto constante que define a la manifestación

esto es posible, podemos sostener que el arte

artística y es que, ella es su propio lenguaje. Esto

musical en efecto, dice algo, sin recurrir a la

quiere decir que, lo que tal o cual arte expresa

palabra.

cuenta

los

relación

conceptualizar sobre el arte. Toda música,

da

entre

esta

de

elementos

los

que

fenómenos

no puede ser expresado fuera de su lenguaje

Del mismo modo suponemos que, toda

específico, pues de ser así no existiría la

manifestación dentro de la esfera humana de la

expresión artística en cuanto tal, bastando para

cultura es significativa, puesto que toda cultura

ello la comunicación codificada del signo

es transformación de la materia natural para

lingüístico imperante en la economía de la

servicio del hombre, este servicio tiene un

comunicación humana. Esto es tan válido para

propósito determinado. La música, en su

la

literatura,

aspecto material, es uso consciente del sonido,

supuestamente el arte más cercano al signo

a través de algún medio o instrumento, un

lingüístico, que sin embargo es bastante distinto

objeto u otro. Y es este uso el que debe tener

de la simple comunicación tanto en forma

un fin determinado y por lo tanto puede

como en propósito.

suministrar información sobre algún aspecto de

música

como

para

la

Por esto podemos proponer que todo

la realidad humana. Si la música no fuera

arte es comunicante, en tanto hace uso

comunicativa, si no fuera producto de la

consciente de un lenguaje que apela a una

actividad del hombre sobre la naturaleza, si no

respuesta por parte de un destinatario, y es por

tuviera un propósito determinado dentro de la

ello que no podemos considerar como arte a

cultura humana y si en último término no dijera

aquellas manifestaciones de la naturaleza que

nada en sí misma, no sería distinta de una

14


Apuntes para una semiótica de la música en la obra de Felisberto Hernández

piedra, de una planta o de un pez. Sería ella

como éstos logran comunicar. Pero la música

misma naturaleza y existiría con independencia

bien

del quehacer humano, como existe el pasto o

fenómeno, sin mediación sígnica. En este caso

las nubes y en todo caso nadie discutiría su

todavía habría que distinguir entre el sujeto

propósito en la economía de la creación. Si esto

directo de la experiencia, en este caso el

fuera así, la música no tendría una función

compositor

semiótica o la semiótica no podría dar cuenta

espectador pasivo que recibe la composición o

del fenómeno musical. La realidad evidente

la interpretación de la música. Pero, del mismo

demuestra otra cosa.

modo, el sujeto directo puede a su vez

Mi definición favorita de la ciencia

podría

ser

y/o

experiencia

directa

intérprete,

y

el

del

simple

convertirse en espectador pasivo por efecto del

semiótica es la de Umberto Eco, que dice: “la

transcurso

temporal,

semiótica es la ciencia que estudia todo lo que

interpretación durará en su pensamiento mucho

sirve para mentir”. Mentir, esto es en palabras

después

directas ofrecer información (información por

equivalente a aquel que se limita a recibir el

lo pronto fuera de su requisito de veracidad,

estímulo auditivo.

de

haber

pues

sin

concluido,

duda

la

haciéndole

verosímil) sobre un estado de cosas, sobre una

Este caso es de particular interés en el

realidad supuesta comprobada o no. El uso del

estudio del discurso musical, pues se está

término “mentira” en semiótica se explica por

planteando

la naturaleza de la comunicación. La comuni-

comunicativa de la música. En el caso de la

cación motivada sólo es posible a través de

música como experiencia directa sin mediación

signos codificados por la experiencia sensorial.

sígnica, suena absurda la idea de plantear una

Pero estos signos toman a su vez el lugar de

semiótica que no trate de signos, pues sin ellos

dicha experiencia para poder transmitirla: la

no habría proceso semiótico, amén de que la

suplantan, es decir que todo signo miente en

música se valga de su propio sistema codificado

alguna medida sobre la experiencia directa, la

de signos, como la notación musical o la

cual es por definición incomunicable. El

disposición de los grupos de instrumentos

siguiente interrogante será entonces, ¿cuál es la

dentro de una orquesta. Pero inclusive a este

naturaleza de la comunicación ofrecida por la

nivel, la ejecución musical pone en juego la

música? Si es verdad que dice algo, y antes de

codificación de diversas experiencias extra

aventurar qué es aquello que dice, deberíamos

musicales. Un “andante”, por ejemplo, se

preguntarnos el cómo hace para decir, esto es,

distingue de un “allegro” no sólo por

de qué elementos se vale para comunicar y

diferencias apreciables en cuanto a disposición

15

de

entrada

la

posibilidad


Marco Antonio M. Medina

de la materia sonora, sino que parecen indicar

Ma. Oviedo, pero sobre todo por la extrañeza y

un estado de ánimo particular con respecto al

singularidad de su contenido. Sus primeros

total de la pieza o de la obra, además de que su

volúmenes de relatos publicados fueron Fulano

adecuada interpretación es relevante para el

de tal, en 1925, y Libro sin tapas, de 1929. Del

conjunto compositivo.

precoz interés por la filosofía metafísica que ya

Esta disposición de ánimo no puede

por aquel entonces demostraba Hernández, da

provenir de la materia sonora aislada, es

muestra la firma asentada bajo el pequeño

producto de la experiencia del sujeto sobre ella,

relato titulado: “Prólogo de un libro que nunca

es decir, que de alguna forma, hay signos

pude empezar”, del volumen intitulado Fulano

previos que, existiendo en el cúmulo de

de tal y que está dedicada al filósofo Carlos Vaz

experiencias del sujeto, lo predisponen a dar a

Ferreira,

la materia sonora un carácter personal y, al

universitario en el Uruguay de principios del

mismo tiempo, esta experiencia se hace visible a

siglo XX. El volumen completo ocuparía en su

través de un nuevo signo compuesto. Esto

edición

explicaría en parte la particular utilidad de la

probablemente, pues está compuesto de un

música en la descripción de ciertos estados

número similar de relatos breves, a manera de

emocionales

tales

minificciones, destacando en todas algún rasgo

inexpresables, estados ideales, por decirlo así, y

de metafísica. En “Teoría simplista de las almas

que son preexistentes a la experiencia: la

gordas”, uno de mis preferidos, Hernández

Libertad, la Belleza, el Amor, son conceptos

ironiza sobre las vicisitudes de la reencarnación,

abstractos que dan una idea acerca de la

por ejemplo. La filosofía literaria subyacente a

experiencia, o de cómo ésta debiera ser

estos brevísimos textos nos hace pensar de

idealmente.

inmediato en el otro metafísico literario del

III. De música y literatura.

Plata, Macedonio Fernández, y obras de su

que

son

en

cuanto

Dicho lo anterior, en este apartado paso a discutir

algunas

características

figura

original

intelectual

unas

6

del

u

8

ámbito

páginas

autoría como la fragmentaria Museo de la novela

estéticas

de la Eterna.

relevantes de la obra literaria de Felisberto, a

El segundo volumen de textos referido,

partir de la relación entre música y literatura.

Libro sin tapas, probablemente sea el libro de

Los primeros textos publicados por el autor

relatos más extraños jamás escrito en la historia

pasaron prácticamente desapercibidos para la

de la literatura latinoamericana. Según recuerdo,

literatura de su época, en primer lugar debido a

porque justo ahora no tengo este otro libro al

lo escaso de su impresión, como señala José

alcance, Borges, Casares, y Silvina Ocampo

16


Apuntes para una semiótica de la música en la obra de Felisberto Hernández

incluyeron un texto de Felisberto en su

en todo caso que la realidad que irrumpe en la

Antología de la literatura fantástica, pero no fue

esfera de la percepción inmediata sea única o

ninguno de los que componen Libro sin tapas.

verdadera. La posibilidad de que dicha realidad

Creo que fue “La casa inundada”, un texto

sea ella misma producto de la imaginación o de

bastante posterior a estos otros. Libro sin tapas

la ilusión queda siempre abierta. Esto acerca a

sería capaz por sí mismo de constituir una

Hernández a la literatura de J. Cortázar, aunque

auténtica antología de la literatura fantástica,

le precede en esencia. Como afirma H. Bloom,

pero cuenta con un problema: sus relatos no

en literatura “son los hijos quienes engendran a

son fantásticos en absoluto. —Entonces, son

los padres”.

realistas —diría usted. Tampoco. En estos

Esto viene a decirnos cosas interesantes

cuentos, más extensos, más consistentes que los

acerca de la relación entre la música y la

primeros, más sustanciosos, Hernández lleva la

literatura

realidad de los acontecimientos al plano de la

mencionaba, la música tiene esta rara capacidad

abstracción. Abstracción geométrica, en el caso

de adelantarse a la experiencia y determinarla de

de “Genealogía”, que narra las peripecias del

algún modo, una experiencia que se vuelve

encuentro entre una circunferencia y un

narrativa en gran medida al ser recibida por el

triángulo

recta.

lector, pues como lectores de la música en el

Abstracción metafísica, en “La piedra filosofal”,

sentido textual, ordenamos en una secuencia de

donde discute, desafía y parodia la teoría de la

sentido la totalidad semántica del texto, en este

percepción humana al estilo de Locke y

caso de la pieza o composición de que se trate.

a

través

de

una

línea

Berkeley.

en

cuanto

artes,

pues

como

Es así que la música suele “dar forma” a

Lo extraño y singular que se destaca en

nuestra experiencia emocional, y quizá es por

estos cuentos, es el papel secundario de la expe-

esto que las almas superficiales no hallen

riencia como componente narrativo. Los

sentido ni diferencia entre tal o cual obra y, más

argumentos de Hernández se adelantan a la

aún, que hallen insoportable el permanecer más

experiencia fáctica, tratando de predecirla,

de un segundo bajo su influjo.

como lo haría una ley de la geometría. Sus cuentos

comienzan

propiamente

La literatura felisbertiana nace como su

donde

música. No es planeada ni pensada de

terminan, pues es común que estos postulados

antemano, sino que se revela en el acto mismo

terminen chocando con la experiencia de la

de su ejecución. Las alusiones textuales al

realidad comprobable, donde fracasan en su

músico esquivo que de repente es solicitado en

implementación. Pero, ojo, esto no quiere decir

el ocaso de un salón semi abandonado por un

17


Marco Antonio M. Medina

grupo de concurrentes cuasi fantasmales, es un

una conmoción emocional suele abatirnos

motivo

de

completamente. Nos desarma y libera de las

Hernández. A veces este músico juega a la

ataduras de la razón, elevándonos por unos

improvisación, solicitando a su auditorio le

instantes a las alturas del cielo. Esto quiere decir

suministre tres o cuatro notas al azar, con las

que, a través de la música, hemos dotado de un

que intentará revivir la obra de cierto

significado total a nuestro acontecimiento. Lo

compositor. Otras veces se muestra como el

mismo puede ocurrirnos cada vez que un verso

niño obligado a tomar lecciones de piano y

o una pintura parecen sintetizar en toda su

puesto que conoce apenas los fundamentos

potencia los acontecimientos aparentemente

técnicos de la ejecución, se solaza en imaginar

incongruentes de nuestra vida cotidiana.

recurrente

en

los

cuentos

cómo podrían otros objetos distintos al

Narrar, afirma Walter Benjamin, sólo es

instrumento musical producir su propio sonido.

posible a partir de una insuficiencia explicativa.

Este sonido, que hipotéticamente no tendría

La historia, dirá Jean Baudrillard, consiste en la

nada que ver con el sonido en su forma física,

recurrencia posible de una secuencia de sentido.

se manifiesta más bien como una resonancia

El acto narrativo presupone un desplazamiento

espiritual en el alma del narrador. La lujuria del

del narrador, quien ordena los acontecimientos

“tocar” y del “ver”, esto es el aspecto erótico

en una secuencia temporal significativa que

característico de su obra, es así una curiosidad

tiene como fin último dotar de sentido al

infantil por “hacer sonar” los más diversos

acontecimiento. Decir el acontecimiento sólo es

objetos de su entorno, ya sea una silla, un lápiz

posible a partir de la distancia entre narrador y

o el brazo desnudo de una mujer.

acontecimiento, y esta distancia implica a su vez

Decíamos anteriormente que el músico se

la superación del mismo. Cuando alguien viaja,

halla en contacto directo con la experiencia

puede contar algo, según se dice. El viaje es

sensible que produce la música al momento de

invitación a la memoria. Poder ver las cosas con

su ejecución. También que este mismo sujeto,

desapego, con distancia, es dar cabida a una

por efecto del desplazamiento temporal, se

psicología de la asociación más rica y

vuelve sujeto indirecto, espectador pasivo, de

satisfactoria, pues es contrario a la naturaleza

su repetición mental de la música tocada.

del hombre concebir tan siquiera los hechos de

Cuando aquella melodía ha determinado tal o

la realidad como objetos sin relación entre sí,

cual experiencia y esto es un hecho cotidiano

como aislados. El hombre es un ser en busca de

visible, es decir, cuando la experiencia fáctica

sentido. Este sentido se manifiesta en la capaci-

coincide con la experiencia apriorística musical,

dad de establecer relaciones entre las cosas y,

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Apuntes para una semiótica de la música en la obra de Felisberto Hernández

por ende, de manifestarlas como signos. Por

normales.

esto dirá Benjamin, el narrador viene de lejos.

Esta narración en primera persona, en su

Pero Hernández no se detiene aquí. Para

lectura, nos deja la persistente impresión de que

complicar aún más su propuesta narrativa

Hernández, además de ser autor y narrador, es

agrega dos características que han sido harto

protagonista de los acontecimientos relatados.

comentadas por la crítica; la primera, el uso casi

Aunque no siempre es así. El efecto producido

absoluto del narrador en primera persona. La

por ello es muy peculiar, nos sentimos

segunda, el intercambio de las relaciones

conmovidos a admitir la todo ubicuidad

sujeto-objeto. Excepto por “Las hortensias” y

temporal del narrador, siendo probablemente

“La envenenada”, de entre los que alcanzo a

que lo que Hernández quiere decirnos con esto

recordar, en los que opta por la narración

es que, ideal o metafísicamente, no hay una

impersonal. Esta facultad le permite contar con

correspondencia de identidad entre Narrador y

más soltura, sin un gran apoyo argumentativo y

Personaje, aun cuando de hecho, sean una

sin recurrir a una planeación exhaustiva del

misma persona. Dicho en palabras simples, El

texto.

en

Yo que hoy soy y que recuerda al Yo que fui las

sin

vacaciones de verano no son idénticos y

comprometer el componente de verosimilitud

cuando narro mis vacaciones soy incluso

propio de la obra literaria. La actitud del sujeto

distinto al Yo que soy actualmente. La música,

narrador ante la obra, responde probablemente

el sonido de las cosas decíamos, es un puente

a un esfuerzo por cuestionar la percepción

de comunicación entre estos estados del ser. Si

sensorial y su papel en el pensamiento racional

el pensamiento no me engaña, hay en el

humano. El narrador asume a regañadientes su

budismo

papel de organizador del relato, impulsado por

Hernández, contemporáneo de Albert Einstein,

un pensamiento persistente, que se escinde del

el tiempo no es absoluto, siendo posible

todo de la experiencia. Felisberto apela a una

incluso, que estemos existiendo simultáneamen-

disociación metafórica de su persona, cada vez

te en diversos momentos del espacio temporal,

que determinados acontecimientos le arrancan

en virtud de la memoria o de la esperanza.

de su plácida fusión con la realidad circundante,

III. Por ofrecer una conclusión que no

fusión que obtiene gracias a la música,

dejará satisfecho a nadie.

También

especulaciones

le

permite

bien

ahondar

arriesgadas,

un

principio

semejante.

Para

podemos suponer, por el hecho comprobable

La música será entonces un instrumento

de que no se puede escribir un cuento y tocar el

capaz de guiar la percepción a futuro, descri-

piano al mismo tiempo bajo condiciones

biendo un estado ideal de organización de la

19


Marco Antonio M. Medina

realidad, de las cosas como debieran ser. Esto

estar hoy siendo revalidado gracias al desarrollo

podemos aventurarlo, para concluir nuestra

de la Relatividad, la mecánica cuántica y la

revisión,

astrofísica. Si esto es así, muy pronto

a

través

de

una

cita

de

A.

Schopenhauer que me parece ilustrativa al caso:

podríamos

estar

habitando

un

mundo

La música, considerada como expresión del

particularmente felisbertiano, en el que las

mundo,

eminentemente

seguridades que nuestra experiencia solía

universal, que es a la generalidad de los

darnos sobre el mundo ya no serán tales, y

conceptos lo que estos son a los objetos

quizá tengamos que recurrir a ceremonias

particulares. Mas su generalidad no tiene nada

oscuras y aparentemente extravagantes para

de la hueca generalidad de la abstracción, es

evitar que la realidad, esta realidad que

de otra clase, y va unida a una precisión y a

mantiene unidas las partículas de nuestra

es

un

idioma

una claridad absolutas. Se parece en esto a las

existencia, termine disgregando y fusionando

figuras geométricas y a las cifras, que, siendo

con otros cuerpos y objetos nuestros obesos y

las formas generales de todos los objetos

tercamente

posibles de la experiencia, y pudiéndose

y

rosquilla, sino a todo regimiento que ose

perfectamente

cruzarse en su redondez, con todo y sargento

determinadas.2

Hartman y virgen María incluida.

Las leyes de una ciencia que dé cuenta de cómo

Y esto me devuelve finalmente al punto

las cosas debieran ser están todavía por

principal de mi digresión acerca del filme de

desarrollarse, como decía más o menos

Kubrick y la escena de las letrinas, donde el

Saussure acerca de la semiología a principios del

Joker advertía a su pupilo, el “patoso” Pyle, que

siglo XX. Todo lo que ha hecho el arte hasta

cerrara su enorme boca y se fuera a dormir si

ahora ha sido ensayar variaciones hipotéticas

no quería hacer cabrear a su instructor superior,

acerca de este estado ideal de la realidad, con

quien gustosamente consentiría en enviarlos a

mayor o menor acierto. Cabe suponer que el

vivir a un mundo de mierda, a lo que Pyle

avance de la ciencia en los próximos siglos no hará

sino

corroborar

algunas

de

cuerpos

con fusionarse en su masividad no sólo a toda

abstractas en modo alguno, sino, por el intuitivas

futuros

materiales, así como el recluta Pyle amenaza

aplicar a priori a todos ellos, no son contrario,

expansivos

ufanamente responde:

estas

—…yo ya vivo en un mundo de mierda—. ♪

variaciones. El idealismo berkeliano podría ya A. Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación, Mestas, (La España Moderna trad.), Madrid, 2001, p. 267. 2

20


La GalerĂ­a


La Galería

Cascada en la Reserva de los Tuxtlas. Juan Javier Pineda Tovar. Fotografía a color. “Caminando sobre la selva de los Tuxtlas, un recorrido en donde la majestuosidad de los árboles hacía del paisaje algo vistoso. El único acompañante: la tranquilidad, quien mostraba a la soledad como un sueño remoto en el pensamiento humano y social”. 22



Gorda malvada Por José. J. González 27 de septiembre de 1995 Juzgado Penal número 15

Y

* o, y creo que no soy el único, también tuve la mala fortuna de conocer a Isabel, mujer formada groseramente por una infinidad de carnes que parecía que su cuerpo era una masa informe proveniente de otros espacios, de otros mundos y universos como

aquellas creaturas existentes en los relatos de Lovecraft. Y ahora que me percato que mi vida ya no vale nada, que todo lo que tenía por bueno y puro se ha perdido, pienso en mi muerte, en aquella que aún siento lejana y distante llegándola a comparar con las estrellas más lejanas del firmamento. Todo comenzó un 22 de abril de 1989, cuando yo aún era un polluelo y la fiesta era el único hogar que conocía. En ese entonces, yo cursaba el cuarto semestre de la ingeniería y, no mentiré, era todo un adicto a la pasta, cosa más deliciosa no pudieron haberse inventado. Vicente, mi compañero y amigo de generación, fue quien me inició en aquellos menesteres de los viajes cósmicos. Yo y él compartíamos el mismo disgusto por las máquinas, matemáticas y mecanismo complejos de movimiento; es cierto, los dos hubiésemos querido entrar a Humanidades si no hubiera sido por la mente cerrada de nuestros padres, te morirás de hambre si se te ocurre estudiar ahí es lo que me repetían una y otra vez. Si no les hubiera hecho caso, ahorita estuviera en Filosofía, o mejor aún, en Letras, en lo mío; pero no es así, nunca he tenido la libertad de elegir, y no porque yo no quiera sino porque no puedo, me encuentro atado al yugo y sombra de mis padres. Él, un ingeniero químico que no hace mucho descubrió no sé qué cochinada para no sé qué patraña; ella, una mujer con doctorado en algo que tiene que ver con energía eólica y que a mí me importa muy poco. Aquel sábado, después de la fiesta que organizó Ignacio, a la que por cierto no fueron muchas señoritas, Vicente y yo salimos de ahí bien mareados, apenas aterrizados de nuestros planetas y alucines. Eran como las once cuando nos tuvimos que retirar por el aburrimiento causado por el fracaso de la que pretendía ser el mejor reventón del año. No nos despedimos de nuestro perdedor y poco listo compañero, y creo que él no hubiese tenido la cara suficiente para darnos la mano después del mal rato que nos hizo pasar.

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Gorda malvada

La noche era fría, no cálida como regularmente son las noches de abril. El aire travieso jugaba con la greña metalera de Chente, como envidiaba a aquel hombre, puesto que yo nunca tuve la paciencia para cuidar de un cabello tan largo, esta era la razón por la que me lo cortaba a ras de choya. Las grandes botas de mi amigo sonaban a cada paso, el sonido agudo llenaban la atmósfera vacía de la calle Álvaro Obregón, esquina Sor Juana. Gustas venir, aquí cerca vive mi novia, ella nos dará permisín de pasar a su cantón, me dijo. Si hubiese sabido que allí, en ese lugar, después de cruzar la puerta, ya nada volvería a ser como antes, no me hubiera atrevido a aceptar tal proposición. Caminamos toda avenida Allende hasta llegar a Altamirano, de ahí le dimos a la derecha, pasamos dos lindas y modestas casitas; la tercera, fea, grotesca, mal pintada y podada era la de Isabel. Tocamos al timbre, una, dos, tres veces, nadie respondía, ya voy, se dejó escuchar una voz fuerte en el interior minutos después, un segundo más tarde la puerta se abría y ante mis ojos se recreaba la figura de el ser en el umbral, relato que había leído a escondidas por el miedo a ser descubierto por mi padre. Entonces mi ser, todo mi ser, se empezó a llenar de miedos arcanos. La figura obesa de Isabel llenaba aquel marco, era terrible, completamente estas son las cosas que deberían de estar vedadas en lugares ocultos y secretos. Ni la más grande Giganta podiásele comparar a lo que se mostraba a mis ojos. Vestida de una bata para dormir que no le cubría nada, salió a recibirnos en toda su comodidad. Yo trataba de hacerme creer que todo se debía al efecto de aquellos ácidos que hace mucho rato había consumido, quería engañarme a mí mismo que esto era una distorsión, un algo fantasioso, de la forma causada por la luz como lo propone Da Vinci en su tratado. De repente en mis oídos sonaron unas terribles palabras ha leído a Apollinare, esto sí que se trataba de una ilusión auditiva, intuí inmediatamente, pues no podía acreditar que una persona como tal tuviese la destreza de conocer la obra de dicho autor y mucho menos tener el descaro de preguntar algo de tal naturaleza. Pasen, pasen, no querrán estar allá afuera con este frío del demonio. No, claro que no, contestó Vicente ya familiarizado. ¿Quién es tu amiguito, mi amor?, dijo ella sonriendo cínicamente. Un amigo de la carrera, buen tipo, lo he traído porque no tenemos otro lugar a donde ir, contestó con rapidez mientras se acomodaba en el gran sillón aterciopelado que estaba a mitad de la sala. Después de estas breves palabras vino una ronda de besos y abrazos. Las manos regordetas de ella lo cubrían por completo a él. Sus labios parecían querer devorárselo. Yo empecé a sentirme incomodo, tomé el control del televisor y lo prendí, no me importaba el canal que fuera, sólo quería distraer mi mente de tan grotesco espectáculo que prometía mucho más. Comencé a abstraer mi mente en cosas que ni yo mismo podía comprender a tal punto que

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José J. González

nunca me percate cuando aquellos dos se habían marchado a la habitación de ella. Hubiese pedido a dios que no me hubiese dado cuenta, pues ahora, que no había marcha en retroceso, mis oídos se asqueaban de brutales quejidos y gritos, no de Isabel, sino de Vicente, causados… no, no tengo la necesidad de explicar los detalles, no me interesan en lo más mínimo. Cuando todo el ruido cesó, ella salió sin nada, como si no le importara mi presencia, como si yo no existiera, como si fuera un nada en aquella habitación. Sé que tuve que haberme marchado desde hace mucho tiempo, pero a dónde pude haber ido, en aquel entonces no conocía aquellas calles por las que fui conducido por mi amigo. Pero ahora que lo pienso bien, era mejor haberme perdido y dormir en algún parque cercano con todo y el frío, que quedarme y sufrir lo que hasta ahora sigo sufriendo con gran dolor y pena Sigues aquí, pequeño. Me abstuve de contestar y sólo moví la cabeza en afirmación. Ella, desnuda, fue caminando al refrigerador, lo abrió, lo pude ver de reojo, y saco de su interior una gran botella de leche que se zambulló de un jalón provocando que aquel líquido blanquecino se le escapara por las comisuras de la boca y con ello bañándole su informe cuerpo. Créanme, todo esto pude verlo de reojo, y aún así no puedo soportar que aquella imagen y otras más sigan prendidas en mi mente. Yo seguí en mi ahora intento de abstracción que tan sólo se me negaba a aparecer cuando me di cuenta que Isabel estaba a pocos pasos de mí; me levanté aprisa, el control del televisor cayó de mis piernas haciendo un ruido vago y etéreo. Me di vuelta y pude sentir la cercanía inminente de esta mujer; sus cabellos rubios estaban completamente alborotados, el carmín de sus labios estaba corrido —aún me sigo preguntando quién usa labial para dormir—, sus dos grandes y blancos senos tenían unas manchitas blancas y algunas rojas, quizá mordidas, no lo sé. Su gran mano derecha la utilizaba para rascarse su grande y feo glúteo. Ella hablaba, lo cierto, es que por lo pasmado que me encontraba no entendí palabra alguna. En lo único que pensaba era en la carrera desenfrenada que tuve que haber hecho desde hacía mucho rato. Vicente, tu amigo, se ha dormido como un bebé, no es increíble lo poco que aguanta. Nuevamente no volví a responder. Ahora con horror podía mirar, —y no es porque yo quisiera— como sus manos empezaban a acariciar sus carnes hasta que llegaron a su sexo. Sus dedos empezaron a jugar en su interior, los movía rápido, cada vez más rápido, y más, más, más, hasta que se corrió en la alfombra lanzando un leve gemido. Me fue inevitable no escucharlo. Uno puede bloquear sus demás sentidos excepto el oído. Es imposible hacerlo. Mmmm… y yo que aún estoy calentita. Maldita sea, maldita sea, como siguen resonando aquellas palabras. Día a día me van matando lenta, muy lentamente. Isabel se fue acercando a mi cuerp o

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Gorda malvada

paralizado. Por alguna extraña razón me había paralizado, y esto daba posibilidad de hacer conmigo lo que a ella se le diera la gana. Muévete cuerpo, me grite interiormente, pero no sucedía nada; era una estatua. Isabel me empezó a desnudar apresuradamente y con maestría. Sus manos me tocaban y yo las veía con horror recorrer todo mi cuerpo puro y casto, sin conocimiento de mujer. Lo que se venía era mi iniciación, una iniciación que a nadie cuerdo, excepto Vicente, hubiese sido gustoso de aceptar. Me aventó al sillón y yo seguía sin poder moverme, cerré los ojos como muestra de resignación, pues que podía hacer, todo se tuvo que haber hecho antes, no ahorita cuando ya todo es inútil. Sus labios empezaron a besar mis muslos, mi pecho, yo la sentía y me ahogaba la pesadez de sus partes. Me abrazó fuerte, terriblemente. Por parte del espíritu me resistía pero mi sexo decía otra cosa, entonces ¿valdría decir que estaba siendo víctima de una violación? Bueno, digamos que sí en contra de las miradas feministas que han de ser muchas en este tiempo. Me violó siete veces y en todas esas ocasiones ella era la que me manipulaba, me convertí en su objeto de satisfacción, yo tenía asco de sentir gusto por lo que me hacía. Mi espíritu resistió. Me llené de abyección cuando Isabel abusó de mí en la misma cama en donde yacía dormido Vicente. Trataba de escapar de ese cuerpo mas todo me era imposible, podía sentir con horror tremebundo como Isabel subí y bajaba, como yo salía y entraba perdiéndome en una selva rubia y de excesivas tierras. Estaba yo siendo absorbido por un ser infernal proveniente de los insondables abismos del universo, entonces empecé a tener miedo a desaparecer, una fobia tremenda me asaltaba cada vez que me imaginaba en posesión de esta mujer o demonio enviado por alguna tormenta a mi puerta hasta ese entonces pura y sin mancilla. Sí, abuso de mí siete veces; ya sé, pueden decir ustedes que es un número cabalístico, pues no lo es para mí, en ese entonces no hacía caso de la numerología porque si lo hubiese hecho, valdría decir que me violó ciento once veces, porque este es el número de la locura según los textos árabes y un libro de Michael Ende que leí desde pequeño y que ahora detesto por esta simple comparación. Cuando el despertador tocó a las cinco en punto, hora en que Isabel tenía que iniciar sus labores domésticas para que dos horas después partiera a su trabajo, yo aún estaba pasmado por lo sucedido, permanecía desnudo en el sillón aterciopelado que hace no mucho tiempo atrás había ocupado. Mi piel estaba sonrojada por el fenómeno de la fricción, era un color que desde entonces detesté con todas mis fuerzas. Isabel ya se había vestido, pero no por ello dejaba de ser fea y grosera a la vista. Me observó, con su sucia lengua se enjugo sus labios, y pensar que esa lengu a

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José J. González

de vaca había estado en mi boca provocándome una posible asfixia. ¿Qué debía de hacer? Pensé en un primer momento contárselo a Vicente, pero que tal si no me creía y pensaba todo lo contrario. Además, quién creería tal hecho una mujer abusó de un hombre; he visto infinidad de series televisivas donde se tocan temas semejantes a éste y todas terminan dándole un tratamiento de burla, de bufonería. Ni yo mismo podía creer que había sido víctima de algo así. Caray, había sido asaltado, golpeado, pero nunca, nunca mancillado. Esto sí que empezaba a ser grave. Vístete pequeño, no querrás que mi amorcito te vea así y piense mal de ti. En mi mente no pensaba más que en un jódete condenada gorda ninfómana, pero era eso, sólo un pensamiento que no llegó a materializarse en lenguaje. Y yo que pensaba que la ninfomanía sólo le correspondía a las modelos y personas bellas, ya caía en la cuenta, todo el mundo era una farsa, y lo peor de todo es que yo mismo la estaba descubriendo. Isabel se marchó a trabajar a las seis en punto, la vi alejarse con su bochito por todo Allende. La vi alejarse a ella y con ella mi pureza. ¿En qué se puede trabajar los domingos? Me sigo preguntando hasta hoy en día. Bueno, con tal que ella salió según a trabajar. Yo me vestí, por alguna extraña razón sentía culpa, una culpa desconocida, sin razones pero que al fin y al cabo era culpa. Vicente despertó hasta pasadas las nueve de la mañana. Lanzó un gran suspiro y luego se estiró en la cama como lo hacen los niños y los inocentes. Cómo me encanta Isabel, yo seguía sin comprender cómo a un tipo como él le pueden gustar las mujeres como ella. Pensé en que quizá todo era debido a un embrujo, o como lo había leído en una de esas tantas revistas pornográficas que mi tío almacenaba en su ropero, quizá se debió a una mezcla de pachulí y esencia de zorrillo audaz, combinada con el agua de Xochimilco; qué sé yo, pero sabía que todo tenía sus causas en fuerzas que no alcanzaré a comprender nunca. ** Nunca conté nada de lo sucedido con nadie, todo me lo guardé a mí mismo. No se lo dije a Vicente, mucho menos a mis padre y ni que decir de mi novia. Sabía que hablar era dar un paso en falso para estar condenado a terribles afectos. Pues es más que sabido que una causa trae consigo un resultado al que nosotros le hemos denominado efecto, o, mejor aún, ley de causación como lo ha de apuntar el tres veces grande en un estupendo tratado. Creí que si le contaba nada a nadie esto se olvidaría, que no pasó nunca, que todo fue una mala pesadilla. Pero como siempre, suelo equivocarme. Fue cuando cursaba el séptimo semestre de

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Gorda malvada

la ingeniería y yo me seguía lamentando mi fortuna por no haber elegido humanidades como mi casa de conocimiento. Fue precisamente en esta época cuando Vicente decidió darse de baja y perseguir su sueño, cosa que yo tuve que haber hecho también desde hace mucho tiempo, pero que a causa de mi familia no podía ni siquiera pensarlo. Isabel empezaba a formar parte de un potencial olvido; mi relación con Alejandra iba viento en popa, todo empezaba a cobrar un hermoso brío, y digo empezaba porque sólo fue eso un pretérito imperfecto, sin la mayor intención de buscar un acto como tal. Sé que mi prosa es algo inentendible, pues créanme que lo hago sin la menor intención, prometo expresarme de mejor forma para todo aquel que no tiene en la mente cuestiones básicas de filosofía y literatura. No recuerdo el día ni la hora en que me topé por segunda vez a Isabel, bueno, mejor dicho al bochito ese de la mujer informe. Yo caminaba rumbo a casa, porque a pesar de la buena plata que mis padres obtenían en sus respectivos trabajos se negaban rotundamente a comprarme un auto, cuando la vi pasar a mi lado, era imposible confundirla, hasta ahorita lo sigue siendo porque no he hallado esperpento tal que cumpla con esas características. Ella me miró y me sonrió con un cierto aire cínico dibujado en su rostro. Caminé lo más aprisa que pude, no mentiré, corrí como un desesperado. Cuando llegué a casa, inmediatamente abrí la puerta y salté hacia el interior como quien huye de terrores indecibles. Como siempre, no había nadie en la casa. Ahora puedo recordar que desde pequeño siempre he estado solo, he saboreado ese sabor insípido que se llama uno y que siempre viene acompañado de lo amargo del alejamiento. Qué tal si eso quería Isabel, que yo le diera la ubicación de mi casa, de hasta ese entonces mi única fortaleza impenetrable. Cuando me dirigí hacia la ventana oeste de la segunda planta pude comprobar mi suposición: ahí afuera estaba ella devorándose una gigantesca bolsa de frituras. El ruido que hacían sus molares lo podía escuchar hasta acá adentro. Tenía miedo que viniera a tocar el timbre; lógico, no le abriría, pero acaso eso no la enfurecería y querría tumbar la puerta por simple y desconocido capricho. Tuve miedo, un miedo que recorrió toda mi flauta espina dorsal hasta llegar a posarse en una sensación de asfixia. Podría llamar a la policía pero ella diría plácidamente que espera a algún amigo en esta avenida, porque a nadie se le tiene prohibido esperar a alguien, sea ficticio o real, dependiendo los intereses del sujeto. La paranoia comenzó a devorarme por dentro, yo la sentía cerca, más cerca que la primera vez, más cerca que aquellas siete veces que abusó de mí como se le dio la gana. Maldita gorda, grité a sapiencia que nadie me escuchaba y siendo esta la única forma de aliviar de cierto modo mi temor.

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José J. González

No tengo idea de cuánto tiempo estuve parado tras la ventana esperando la partida de esta creatura informe proveniente de los abismos espaciales y lanzada aquí por tormenta, sea gorda o demonio. De repente pude escuchar como dio marcha a su carcacha y desapareció a lo lejos, yo seguía mirando aquel pálido rojo de su auto con temor a que diera la vuelta y decidiera volver para no dejar a mi espíritu tranquilo. Me recosté en la cama con una fiebre tremenda, sentía que mi cuerpo hervía de la más fea forma, sentía mi cerebro licuarse. Me imaginé en el mismo pasaje de algún personaje de la novela Los hermanos Kamarasov de Dostoievski. Esto me alivió por leve rato porque concentraba mi mente en otras cosas que no fueran ácidas vivencias personales. Mis padres volvieron a casa dos semanas más tarde, mientras tanto yo, después de recuperarme, seguí asistiendo a la facultad, me cuidaba de todos y de todo; ya lo sé, mi estado psíquico no anda bien, eso lo sé de sobra, sé que mi paranoia va en aumento y que cada vez estoy más distante de mis semejantes; mis notas fueron empeorando en el transcurso del semestre, estuve a punto de repetir uno o dos unidades, pero gracias a mi ingenio salí avante. Por alguna extraña razón dejé de procurar a Alejandra, me fui distanciando de ella, pues ahora veía en todas las mujeres la imagen de Isabel. ¿Acaso sentía repulsión al género femenino? O es que ellas confabulaban en mi contra para hacerme caer en la más completa de las locuras, porque ellas sabían que yo sabía que conocía a Isabel, y ésta a su vez sabía que yo sabía que ella era todas las mujeres y que todas las mujeres son Isabel por algún parecido genético, por tanto, si el hombre proviene de la mujer, el hombre puede llegar a ser de forma actualizada un Isabel masculino con un yo femenino muy oculto para que no me hagan creer que yo lo sé y que los he descubierto. Sí, he descubierto todo el juego. Es ahora cuando pienso que en verdad necesito ayuda psiquiátrica y no es por qué esté loco o en su defecto muy cuerdo, pero el caso es que todos necesitamos de terapia, hasta yo que creía no requerirla en tiempos pasados. Esperen, por qué alguien debe de enterarse de lo que ha sucedido, aquí no ha sucedido nada, todos estamos tranquilos, yo estoy tranquilo, o qué no. ¡O QUÉ NO! *** No quiero pasar por loco o algo por el estilo, pero la imagen transgresora de Isabel me sigue a todas partes, me ha acompañado a una exposición de pintura, se ha posado ante mis ojos materializada en niña recién envejecida. Yo, sin más opción tuve que salir corriendo del lugar, sentía la miradas seguirme, todos me miraban por el acto que acababa de ejecutar.

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Gorda malvada

Han pasado años desde la segunda y última vez que vi a mi pesadilla, pero no ha pasado ni un solo segundo que me la encuentro, en cualquier lado, en la facultad, en el cine, en Alejandra, en el café, en mi casa, en mi madre, en el retrato de mi abuela, en las imágenes futuras de mis hijas. La veo incluso cuando me baño, en la regadera, en el retrete, pegada en las paredes, en el papel en la computadora, en el dedo pulgar. En todo y en todas la veo, en la señora de las gorditas, en la que se sienta a mi lado en el salón, la que viaja conmigo en el camión cuando tengo —o mejor dicho, tenía— que visitar a mi novia. Aún, después de tantos años puedo escucharla y lo peor de todo, sentirla en toda su pesadez sobre mi cuerpo. **** Por eso y mucho más tuve que hacerlo. Ustedes lo entienden. Verdad que lo entienden… Y mírenla, sigue allí, no les dije que empieza a estar en todas partes, ahí, mírenla, cerca del señor de saco ocre. Mírenla, por Dios que no miento… ahí está. Y yo que creía que había acabado con todas. No les decía que ella es un monstruo proveniente de tiempos arcanos, de abismos insondables, no se los decía, ¡acaso no se los dije y repetí infinidad de veces!...

Se dicta auto de formal prisión al acusado José María Gómez de la Garza por homicidio calificado de quince personas en primer grado. Se le condena a cadena perpetua en el Hospital General de Psiquiatría y Estudios Mentales.

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Dos poemas Por Moreliana Negrete XII Poema de desamor para cuando no estés conmigo Este es un poema más de amor, de desamor para cuando no estés conmigo. No puedes culparme por pensar en semejantes posibilidades. Un día, espero no, ya no estarás conmigo. Espero solamente ser yo quien tenga que dejar el alma, recibir las flores, beberme las lágrimas, por la cobardía de no sufrir cuando no estés conmigo. Sentiré el último exhalar de mis pulmones, el último palpitar y en la final visión, espero mirarte como el último recuerdo de mi cuerpo. Me cerrarás los ojos y me sacudirás para que despierte, aunque será bien sabido que el más allá no nos une. Mi alma se desprenderá de mis brazos, te mirará sufrir desde el techo y derramará unas cuantas lágrimas esmeralda, lágrimas que te caerán como plumas transparentes, sobre las solapas de cuero que habré limpiado por la mañana. Te seguiré todas las noches porque el alma es quien guarda las obsesiones.

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Dos poemas

Te seguiré todas las noches porque el alma es quien guarda las obsesiones. Miraré cómo me olvidas y sigues con la vida. Te llenarás la cabeza de razonamientos filosóficos y guardarás en el corazón los literarios. Mirarás mi foto todos los días, después cada semana, después mes a mes, y un día, ya no reconocerás a quién miras. Ni recordarás mis versos, ni mis brazos en tu espalda, ni mi espalda luminosa, donde te perdías en notas musicales ininteligibles para el resto de los mortales. Guardaré mi tristeza y recogeré la tuya, dejaré que otro amor venga a llenarte el corazón de sueños dulces y vívidos, mientras yo me pierdo en el recuerdo del tiempo, aguardando el siguiente momento en que mi cuerpo vuelva a respirar y el tuyo haya muerto. Y volveremos a encontrarnos en la siguiente vida, en el siguiente mundo de colas largas, de correrías nocturnas, cuando tú seas la hembra y yo el macho, y nuestros bigotes se reconozcan, y los saltos acrobáticos nos salven alguna de las nueve vidas. Entonces ya no te extrañaré tanto, porque estarás conmigo nuevamente, mientras somos gatos.

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Moreliana Negrete

XV Poligamia Me he enamorado de tres hombres al mismo tiempo. Todos misteriosos e inentendibles como el padre que no es el hijo ni el hijo el espíritu pero todos iguales entre ellos construyendo religión entre las cuatro paredes donde aguarda mi lecho. Amo a mis hombres y no pienso en la disyuntiva de elegir uno u otro porque el uno, el otro y el otro son míos y yo de ellos. No tengo favoritos ni podría amar a uno menos porque son la contraparte del llamado de mis deseos. El primero es mi hombre pensamiento siempre sumido en reflexiones filosofales y a quien me divierto molestando con suposiciones irracionales. Él me acaricia el alma con sus dedos suaves se pierde en ella sin más talento que la fe que tiene de sí mismo en argumentos elementales. El segundo es mi hombre sentimiento escondido tras el pensamiento pero que se divierte intempestivo apareciéndose en cualquier instante, a cualquier momento.

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Mira deslizar el agua por mi espalda mis cabellos sobre mis dedos y cabila con lágrimas en estos labios latentes de los suyos. Mi hombre pensamiento y mi hombre sentimiento no siempre se llevan bien a veces el uno no deja que el otro llegue aunque no dejan de ser hermanos que prefieren estar juntos conmigo a lejos en el presidio del egoísmo. Mi último es el hombre cuerpo quien se abandona en su tiempo libre a pensar con sus dedos sobre mis manos a comprender el universo con cada beso en las piernas a ser la nada ocupando un todo. A ser sólo el ser de los estados inalterables del sueño y la conciencia. Hombre-cuerpo sabe que es finito que no perdurará como hombre-pensamiento u hombre-sentimiento por eso, al final de cada día, acalla a los otros dos para sentir que el aire lo mueve hacia los caudales desolados de la muerte entre mis brazos.

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Se hace una atenta invitación para que envíes tus textos y seas parte de esta publicación en línea. Puedes participar de la siguiente forma: - Envía un artículo y/o ensayo original en formato Word que gire en torno al tema de cada mes. No debe rebasar las 10 cuartillas. En caso de incluir citas textuales, no olvidar colocar la referencia bibliográfica. Tema de enero: Visiones y versiones del Apocalipsis - La Galería, mandando la imagen de una obra plástica o fotografía con temática libre. Se deberá incluir una ficha con el nombre del artista, el título de la obra y la información técnica de la misma . - Creación, compartiendo un escrito de creación artística en cualquier género literario en formato Word con un máximo de 10 cuartillas. En caso de querer publicar alguna obra de mayor extensión, enviar un fragmento junto con una dirección electrónica en donde se pueda leer íntegra. Todos los materiales deberán ser enviados a más tardar el 26 de diciembre de 2011 a la siguiente dirección: laplumaenlapiedra@gmail.com Junto con los documentos enviados, los autores podrán anexar una reseña biográfica que no rebase las 5 líneas. En caso de contar con un sitio web en donde se pueda conocer más acerca de las obras del autor, no olvidar incluir la dirección electrónica. Así mismo puedes difundir el evento, sitio web o cualquier información que desees compartir con nuestros lectores.

La pluma en la piedra Y porque el 2012 ya viene, te invitamos a que nos digas qué crees que sucederá. Envíanos un mensaje a nuestro correo electrónico o a nuestra página de Facebook. Todos los vaticinios serán publicados en la edición de enero. ¡Invita a tus amigos!

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por eso, también y centralmente, son la experiencia del “dolor indoloro”, la vivencia de la “patria móvil”, la

productora de los ruidos agradables que le imprimen el sello “nacionalidad” al

individuo, la pareja, la comunidad .

Las rancheras festejan lo que nos aflige y sería bueno que nos doliera;


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