LA POESÍA NO MUERDE, o eso dicen (LPNM#7)

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Portada : Antonio Caro Escobar

La poesĂ­a no muerde, comunidad artĂ­stica www.lapoesianomuerde.com 2


Indice

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MIEDO EN TU PECHO

Miedo pasea por el cielo desquebrajándose por encima de mí. Miedo pasa el tiempo con una vela prendida —cera consumida. Quemadas las horas con sus días. Miedo pasa la ventana en la que nadie se posa. Miedo pasan las calles, dibujan sombras que la luz de los faroles borra. Miedo pasa un mar sin vida y eterna soledad sus olas. Miedo pasa el viento que no arrastra hojas y es temido furioso. Avanza a tontas y a locas. Miedo darán los ríos que fluyen irregulares Si no ruedan con sus cantos alegría, emoción y pesares. Miedo pasarán las vidas extendidas por el suelo sin marcar uñas y dientes en losas del pavimento. Miedo pasarán quienes vivan y coman miedo, quienes se chupen los dedos sin relamer el momento. Miedo del miedo al miedo, del miedo en tu garganta, siendo yo miedo en tu pecho.

Siguiendo los pasos de la creación: Poema: Gema Albornoz (Aguilar de la frontera, Córdoba) Imagen: Hélène Laurent (Lille Francia) 5


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Pájaros borrachos de sol arrancándose las plumas… nuestros gestos eran demasiado claros o bien demasiado torpes y desteñidos, para cargar con nuestras sombras, Para barrer tanta pesadumbre y cargar con las alas de un ángel roto… Tanto silencio fermentado convertido en añicos de lo incompleto Y entonces ahogados en la luz, las bocas cansadas de morder el sol y de arrancar los rayos de improbables estrellas muertas. Oíamos esa voz lejana.... murmullo casi incierto de lluvias torrenciales, de las palabras encerradas y de una nave que extraviaba la razón. Voz de plumas y de papeles subiendo el infierno de la memoria. Atreverse a amar, delirar en el laberinto del amor y al amanecer arañar el nacimiento de un nuevo mundo Como feroces combatientes desafiando un tiempo incierto.

Siguiendo los pasos de la creación: Imagen: Bernardo Arcos Álvarez ( Ciudad de México) Poema: Patricia Sabag (Reims, Francia) 7


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Vértigo

Detrás de mí, el pasado Imágenes sepia. Vanas percepciones, furtivos pensamientos Me elevo al vacío, un tapiz de cien soles de fuego.

Nubes colosales, delta y manantiales Peces etéreos, fluyen en el aire. Inmersión vertical. Desde el agua al cielo.

Busco una palabra nunca dicha. O acaso repetida Perdida en un mar abisal, Entre mil filtros de medusas y siluetas ondulantes. Eternos blancos parajes. De silencio.

Despiértame inesperadamente. Empújame a lo profundo. En el eco de la caída Quizás encuentre la respuesta.

Siguiendo los pasos de la creación: Poema: Amalia Pedemonte. (Buenos Aires, Argentina) Imagen: Raúl Sánchez Alegría (Vitoria-Gasteiz) 9


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Ella me dijo que el mar era esa puerta, Misteriosa entrada impregnada de fragmentos de vida, ella aún escucha el crujido de las olas. Le parece ver a un león herido arrancando de sus entrañas rayos carcomidos de un sol envejecido y cubierto de soledad. Ella corre quiere olvidar y sus piernas son gigantes inmóviles devorando una tierra ocre y fría Elle quiere escapar y en su corazón esconde un pájaro herido, Un mundo sin sentido resbala en toboganes invisibles, Frente al mar, ella habla con algo que se parece a sus sentimientos, les quiere preguntar de qué color es el olvido, Cómo hacen las flores que al marchitar no se les oye llorar, Les quiere preguntar de dónde viene ese terrible alarido, un grito envuelto de memoria y ahogado en el vacío, Camina sola, se avanza, le habla... No entiende sus signos, no comprende su idioma, Piensa que quizás como ella hable la lengua, de los pájaros, o bien, simplemente la de las orquídeas rojas.

Ella arranca de la espuma las lágrimas escondidas, que una gaviota negra sembró en surcos de agua, Ahora se mira, se teme es animal salvaje, compuesto de espejos, calendarios, fatalidades y tiempo, Se observa, reconoce su cabellera escarlata, Y adivina en sus ojos un mar disfrazado de bosque, que arranca a la tierra su último latido Siguiendo los pasos de la creación:

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Poema: Patricia Sabag (Reims, Francia) Imagen: Gema Albornoz (Aguilar de la frontera, Córdoba)


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Vertido espiralmente a lo grotesco

¿Dónde circula el desastre? Vienen a mí mis manos. Sujetan mi cabeza antes de la explosión. Diversas ondas deforman lo que me rodea, aquello que mis pies sostienen. ¿Qué se mueve con mi grito? ¿Acaso aspira el cielo en su expansión? ¿No será un aullido vertido espiralmente a lo grotesco? Ruego a la ausencia al tormento, al desorden, a la catástrofe de arrancar la desgracia con mis propios dientes, masticando la tragedia hasta acabarla.

Siguiendo los pasos de la creación: Imagen: Hélène Laurent (Lille, Francia) 13

Poema : Gema Albornoz (Aguilar de la frontera, Córdoba)


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QUEMA

Ardes.

Ahora sé que eres de carne.

Los celos consumen: no escuchan razones, no conceden treguas.

En esta habitación ante mis ojos, ardes.

Ahora sé que eres dolor que el fuego devora, abrasa, quema.

Siguiendo los pasos de la creación: Imagen: Gema Albornoz (Aguilar de la frontera, Córdoba) Poema: Raúl Sánchez Alegría (Vitoria-Gasteiz) 15


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Y no habrá lobos que nos guarden.

Con el miedo dictando sinrazones que por mesura y prudencia pasan dando con todo al traste. Con la levedad de las palabras violadas llevadas de un extremo al otro al son del Poderoso Señor del Aire. Con la monotonía contínua de desventuras televisadas, taladrando todo sereno rigor. endureciendo alma, seso, piel: “Cosa de todos, cosa de nadie”. Llegarán, profanada la noche, …y no habrá lobos que nos guarden.

Honorables carniceros: listos, en canal estamos, piezas prestas para su ominoso embarque.

Siguiendo los pasos de la creación Poema: Raúl Sánchez Alegría (Vitoria-Gasteiz) Imagen: Hélène Laurent (Lille, Francia)

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Miedo tengo de la oscuridad de las palabras que se dicen a medio decir y de las acciones que se hacen a medio cocer. Temo, como un gato huye del agua, los deseos sin cumplir años y sudo frío invernal a causa de la madera áspera que se agazapa detrás de algunas sonrisas. Miedo de ser mordido por el veneno del olvido, y la piel se eriza al sentir el aire de la vejez venidera. Miedo, temor, terror que paraliza, que no deja respirar. Miedo a nada, miedo a todo. Miedo, en fin, a desaparecer.

Siguiendo los pasos de la creación: Poema: Jesús Palomo (Vitoria-Gasteiz) Imagen: Bernardo Arcos Álvarez (Ciudad de México)

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El espantapájaros

Las nubes grises se iban juntando formando negros nubarrones. Se olía el agua, estaba a punto de descargar de manera inminente. ¡Ella! Tenía que atravesar aquel muro, pasar por el sendero, que salía tras la pared paralelo a aquella inmensa higuera, en la que los cuervos, se posaban cada atardecer. Los pájaros en sí, no le provocaban miedo alguno, eran sus graznidos, esos gritos que salían de aquellas gargantas, que a pesar de no tener cuerdas vocales, algunos imitaban la voz humana a la perfección. El simple hecho, de tener que pasar por aquel árbol hacía que el vello se le erizara, y le recorriera un escalofrío por la espalda. Pero como siempre, se armó de valor, y comenzó a caminar decidida. Al dar la vuelta a la calle, vio la sombra negra en la oscuridad de la noche. Las primeras gotas de lluvia empezaban a caer con fuerza. Se quedó parada, aterrada, su cuerpo no reaccionaba. En lo alto de aquella higuera había un hombre sin cabeza. El viento le trajo hasta sus oídos unas palabras que no había escuchado nunca, en la voz de aquellos cuervos que habitaban en sus ramas. -

Eres mía, ven conmigo

Su imaginación se desboco, al mismo tiempo que su corazón, hasta el punto de que ya no pudo bombear más sangre a ese ritmo, y sufrió un colapso. Los ojos inyectados en sangre, se le quedaron complemente abiertos mirando hacía la copa de aquel árbol. A la mañana siguiente, con los primeros rayos de luz, la encontraron, echa un guiñapo, empapada, y mirando hacía el espantapájaros, que alguien, había puesto para espantar a los cuervos.

Siguiendo los pasos de la creación Imagen : Hélène Laurent (Lille, Francia) Poema: Antonio Caro Escobar (Villanueva de la serena, Badajoz)

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El Vampiro El grito, se oyó en la distancia. Todos temblaron al oírlo. Sabían que otro incauto había caído, en manos de aquel ser, que su sed saciaba. La sangre del inocente sin penar tomaba, bebía con ansia, pues de ella dependía. Del sol se ocultaba en una cripta dormía durante el día, más que dormir, moraba. Atraído por el oro rojo de la venas del incauto, le sigue en silencio, hasta el oscuro callejón. Le rinde su cuello, temeroso como un tejón. sin gota le deja, por aquella incisión. Raudo desaparece ante la persecución, que estacas en mano le hacen los mundanos. Es el rey de la noche, no sufrirá ante los ciudadanos. Llevan, temerosos, ajos al cuello como precaución, e intentan cazarlo, como a un vil gusano. Caen como moscas agrandando su cohorte. La noche su aliada sus vidas el aporte de agrandar su reinado. Como un dios profano.

Siguiendo los pasos de la creación: Poema: Antonio Caro Escobar (Villanueva de la Serena, Badajoz) Imagen: Urtxi Lezamiz (Vitoria-Gasteiz)

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No te tengo miedo, pero no puedo dormir. No tengo miedo de que vuelvas a pegarme, ni de tus palabras como cuchillos. Pero no puedo dormir. Ya no te temo. Ya no. Pero no puedo dormir. Porque tú, duermes, para siempre bajo esta cama. Ya no me tengo miedo, tampoco. Ya rompí las navajas que me acorralaban en tu cerco.

Siguiendo los pasos de la creación: Imagen: Urtxi Lezamiz (Vitoria-Gasteiz)

Pero no puedo Dormir 25

Poema: Jesús Palomo (Vitoria-Gasteiz)


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El espacio de tu ausencia Te he perdido... tantas veces, De mis errores aprendí a aceptarlos como un hecho inevitable, pero aferrado a la vida

Caí en huecos insondables en un árbol agrietado por los días. en cielos oscuros, sin pájaros ni Memoria en laberintos etéreos, pero grávidos. en mares de desconsuelo y exilio.

Para no pensarte, me he quedado sin recuerdos Y sin querer pensarte, volvías. Te evité, entre conjuros, copas vacías, y destellos de sorpresivo discernimiento... Pero todo lo que resistimos persiste

El sol, tras la línea permeable del infinito como una frontera natural, divisoria de aguas entre países, parajes de tiempo. El futuro está detrás. Sórdida ironía del Destino No puedo estar sin ti, amor... mi mundo ajeno.

Siguiendo los pasos de la creación: Imagen: Raúl Sánchez (Vitoria-Gasteiz) Poema: Amalia Pedemonte (Buenos Aires, Argentina) 27


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“ […]Lo que he intentado ha sido crear una línea que una el libro de principio a fin, basándome en las sensaciones que me transmitía cada poesía; intentando categorizarlas de alguna forma para que fuese relativamente sencillo encontrar una poesía concreta en base a su tema, tono, ritmo, espíritu,... (qué se yo) y al mismo tiempo definir las cuatro habitaciones de mi casa, los cuatro universos que, de alguna forma, me han traído hasta este punto, mostrarlos lo más nítidamente posible, hacer un camino que pase por varias fuentes para intentar mantener una variedad con rasgos comunes a lo largo de todo el trayecto; intentar no convertirme en algo monótono y sin forma.” Si lo he conseguido o no, es algo que dejo a vuestro criterio, sólo he intentado rescatar todo lo que me ha traído hasta la oportunidad de publicar mi primer libro de la mejor forma posible. Francisco Fernández Jiménez

“Profundo, sensible, inesperado... Me gusta :)” Comentario de CristinaZeta

Comprar libro:/acceder al ebook: https://www.bubok.es/libros/175178/Lo-supe-en-cuanto-te-vi

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Nº de páginas: 114 págs. Encuadernación: Tapa blanda Editorial: CELYA Lengua: CASTELLANO ISBN: 9788416299546

«Ángela Serna asume visceralmente que escribe como vive, también como lee. No se conforma con que la vida le roce. Ella se deja atravesar por la vida. No lee humo sino fuego. Razones por las que en sus Máscaras para no enloquecer encontramos tanta sustancia, tanto fundamento, tanto saber». Ángel Guinda. (Tomado del prólogo)

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ISBN 9780244620899 EditorLPNM ediciones Páginas:64 Encuadernado: Tapa blanda [...] Cuando Fernando Pessoa escribió: “moverse es vivir, decirse es sobrevivir”, no podía imaginar que, un día, Hélène Laurent escribiría Diario poético de una cautiva, un poemario que ilustra a la perfección sus palabras. En este libro, la autora “dice” la experiencia de un sujeto poético confinado física y psicológicamente; una mujer que sufre una condena (“¡siete años!”) de la que dan cuenta las palabras, las imágenes y unos márgenes-barrote a modo de calendario de un preso que cuenta los días para la libertad: Un muro que dilata, más aún, la distancia, física y mental, entre el exterior y el interior. “Una cortina de metal, con las grietas suficientes para que el polvo filtre la luz”, es el único contacto con el mundo; la única puerta de acceso a una misma cuando “los pensamientos vienen martilleados por el reloj de pared que clava cualquier sueño a tierra.” [...] Ángela Serna (Tomado del prólogo) Comprar libro: http://www.lulu.com/shop/http://www.lulu.com/shop/h%C3%A9l%C3%A8ne-laurent/diariopo%C3%A9tico-de-una-cautiva/paperback/product-23331805.html Audiolibro: https://www.ivoox.com/diario-poetico-cautiva-helene-laurent-audios32 mp3_rf_20820779_1.html


ISBN: 978-84-16916-41-2 Páginas: 116 Editorial : Letrame Encuadernado tapa blanda Lengua : Castellano Cuando Manu me encomendó a realizar el prólogo de su poemario, lo primero que hice fue preguntarme ¿qué debería saber el lector sobre los textos que lo comprenden? ¿Cuál sería su cualidad esencial, por encima del resto? Por ello me di a la tarea de leerlos un par de veces más, y me encontré con la sorpresa de que eran dos los tópicos que, importantes, iban y venían como aquellos actores que salen de escena para volver luego de unos minutos con vestuario distinto, pero evidentes por sus rostros inconfundibles. Así, “la libertad” y “el otro” fungen como los ejes de una idea controladora, las formas de su devenir como individuo vuelto poesía: y, como toda idea, muestran no sólo sus tesis sino aquello que las antagonizan. Manu habla desde la visceralidad propia de una tragedia de un trabajo esclavizador, pero también de quien contempla a un ser que vuela con sus ojos fijos en las nubes a media mañana. Se sitúa en un presente claro y nítido (como es el caso de la Ley Mordaza), a la vez que presta atención a esos detalles intangibles propios de un espacio sin tiempo, inmutable ante el paso de quienes lo tienen frente a ellos. Podría decir que su estilo se caracteriza por la brevedad, en su mayoría, así como en la búsqueda por vislumbrar la debilidad de los cimientos de los edificios que se creían indestructibles. […] Daniel Centeno (Tomado del prólogo) Comprar libro: 33 https://www.letrame.com/producto/abstracciones-sobre-la-voragine-de-la-vida/ o mandar un correo a desgrapando@gmail.com


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Pedacitos de madera

Laberinto

Pedacitos de madera

El tragaluz a duras

para hacer una escalera

penas

y subir a la montaña

resiste

desde donde se vea

a la hambruna.

el mar. Pedacitos de madera

No traspasar.

pa’ las ventanas y puertas

Área restringida.

de una casa pequeñita

El edificio sellado

en la que vivamos

está en cuarentena.

tú y yo. Pedacitos de madera,

Hipoteca fulminante,

nuevecitos y pulidos,

no se pudo hacer n…

para hacerle una cunita

¿Nada?

al niño rubio y rosado, príncipe de nuestro

Hélène Laurent (Lille, Francia)

amor.

Melba Gómez (San Antonio, Texas)

Imagen : Antinomia (A Coruña, España)

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Imagen:

Poema :

Ă ngela Alonso Aranda

JesĂşs M. Palomo

(Sevilla)

(Vitoria-Gasteiz) 39


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Broches de hoja perlados

Un manojo En hebras de pelo Barnizados y porcelanosos. Redondeados en un peinado que jamás hubiese sido recogido por mis manos. Una honda rizada suavizada por el brillo del reflejo de un espejo tras de mí. Un rostro ensimismado se pierde buscando algo que ya no encuentra, ya no ve al fondo de sus ojos, ni del espejo. Se gira para recibir un nuevo punto de apoyo. Un destello gemelo a ambos lados de su cabeza. Brilla por igual desde las hojas de plata perladas engarzadas en su pelo.

Poema: Gema Albornoz (Aguilar de la frontera, Córdoba)

Imagen: José Luis Alcalde Soberanes (Ciudad de México) 41


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No es la luz: no eres tú : no es la tierra recién arada pasto del fruto de tardías heladas sin alimento que dar a la luz del ocaso definitivo de las costumbres entretenidas de hombres y mujeres que presumen a diario de manos hinchadas: no es la luz: no eres tú ni soy yo… entonces quién es? como decirte que un atardecer no es más importante que ese trago de agua que calma la sed del trabajo bien hecho por la manada: del trabajo recién finalizado:

y los frutos que sobrevivan ya vendrán y reventarán con fuerza con saña en el paladar duro de nuestras bocas semánticamente divergentes: no definitivamente no es la luz que apaga las noches sin pedir permiso a esos amagos de dioses que dibujan el puto horizonte de otro día más al consternado albur de nuestra cómoda y viciada sobriedad.

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Poema: José Yebra (Oviedo) Imagen: Gema Albornoz. (Aguilar de la frontera, Córdoba)


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Agua - 0 Resbalo me escurro goteo chorreo me estanco me seco me evaporo y sin rumbo floto soy aguacero que la semilla fecunda soy el elemento del flujo me filtro y continúo por entre cualquier obstáculo duro logrando al fin traspasarlo llego con paciencia al otro lado construyendo el camino para seguir andando transformando cambiando

al paisaje curvilíneamente transformando al bosque y a la parcela alegrando a mi cuerpo, corazón y alma refrescando Pero cuando estoy ausente todo se torna seco y aparece la muerte Algunos me aprisionan en barriles, cisternas y cubetas tinacos, tuberías y mangueras escusados, albercas y regaderas Atentando contra mi existencia Pues han creído que en mi se descarga toda la pudrición del sistema que dice que siempre progresa Ahora está envenenada mi escénica transformando mi energía de vida en un líquido apestoso que todo asesina y se lleva.

y al surco permanentemente alimentando a la piedra pacientemente moldeando a mi sed constantemente saciando Poema: Emiliano Robles Becerril (Ciudad de México) Imagen: Antonio Caro Escobar (Villanueva de la serena) 45


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Imagen : Hélène Laurent (Lille, Francia) Sale el águila de mi interior. Vuelan, vuelan mis emociones, altas como nubes, rozan la estratosfera, creando vapor de lágrimas que caen con fuerza erosionando la piel como rocas con el agua, crean recovecos, donde anida el águila, que saca de mi la garra, que hacen que luche por todo lo que siento, que se alce en el vuelo, planeando sobre esos sentimientos, que con fuerza se aferran a lo más hondo de mi corazón, para asirlos con rabia, para desgarrarlos con fiereza, para demostrarme que soy yo, que dependo de mí, que mi alma, mi corazón y mi vida están unida a ellos. + Emociones, + Sentimientos = A más amor. Antonio Caro Escobar. (Villanueva de la Serena. Badajoz) 47

Corazón de ave A veces me siento volar alto, muy alto, más allá de las nubes, abro mis brazos, planeo y me dejo llevar donde solo los cóndores se atreven a llegar… Hermanado con el viento sintiendo su compañía, su cálida caricia sin igual, sobrevolando montañas y ríos, observo los caminos que he de transitar. Y allí, sin horizonte traspasando todo límite, a la altura de mis sueños, por el celeste cielo eternamente he de volar… Leonardo Riccieri (Adrogué, Buenos Aires)


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Desfilan las vidas al otro lado de la ventana. El alboroto se hace eco del silencio que retumba en las cuatro paredes de mi habitación. Sigo esperando que una pizca de osadía tenga la valentía de oprimir la prudencia. Miedo. Tengo miedo. Miedo a la nada, a perder la sombra que me mantiene oculta.

Poema : Diario poético de una cautiva

Y sigo esperando,

Hélène Laurent (Lille, Francia)

pasiva y contemplativa poder dejar de ser una presa

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con la puerta abierta.

Imagen: Antonio Caro Escobar (Villanueva de la Serena)


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A veces ; verde esmeralda En un erial de tiempos bajo el cielo de los mil azules almas errantes cimientos del camino velan. Aliento tus voces que partieron de las montañas recordando que hoy-sin ti- el cielo suda añil, y bordo con sonrisas, alegrías, ánimos y ausencias. Fue tu honesta locura motivo para volver al valle son colores y son fragancias y los vientos que rozan ilusiones. Sí, grítame a los ojos para volver a entenderlo, sí, recuérdame aquel fingido as, en tu manga y subamos juntos a la máquina, sin tiempo para recordar lo vivido en aquellos prados, que son de paz, de viento y de verde esmeralda. Manu LF (Zizur Nagusia, Nafarroa) Imagen : Aniwiki (Huesca) Aquí sigues Acompaño al río que camina lento, espejea presumido… la brisa acaricia, y un coro de trinos completa la estrofa. Pero hoy se me escapa el verso… hoy la belleza insulta… y me hiere tu mano ausente. Se me escapa el verso… y aquí sigues, anegando mi paseo de recuerdos, de dulces sabores no olvidados, de amargos besos ahogados… Olvidar… ¡quién pudiera! Te fuiste de un portazo y tengo miedo… de no recordar el porqué, de creer que aún te tengo… Acompaño al río y pienso… que cogería tu mano, que tu sonrisa colmaría éste lugar… El sol alto, vertical, cegador…el azul ensordecedor. Me siento junto al río y garabateo la arena. Ahora tu nombre, ahora un corazón, ahora borro furioso mi amargura… Cierro los ojos y me abandono al capricho del viento. Escucho como baja raudo la ladera. Zarandea la pinada, y extiende sus aromas. Después se arremolina en el agua, suspira a mi lado, acaricia las flores blancas, vuelve al cauce y la toma, con los juncos. Sopla con fuerza y surca el valle al otro lado... consentido, desbocado… asciende la pared, rodea los pedruscos, salta de roca en roca y se iza sobre la cima, como una gavia mayor… Por fin se desparrama, estalla y se extiende allá arriba sobre el azul… celeste de tus ojos… Y aquí sigues… 51

Gines Carrascoso (Teruel, Aragon)


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Imagen: Bernardo Arcos Alvarez (Ciudad de México)

Tenías razón Amiga, te juro que no sé cómo lo hice. Cómo me dejé caer en brazos de quien sabía que sería mi perdición. Me conoces, sabes que traté de mantener el control. Pero te cuento, amiga, cometí el más grave error. Ahora quiero verlo, ahora lo necesito. Como un estúpido vicio, él me maneja a su antojo y yo me dejó lanzar al precipicio de sus deseos. Me arrojé en sus brazos, me entregué al placer. No puedo mentirte, me enamoré. Sé que me advertiste, me protegiste, pero aun así me lancé. Mi acto suicida sabe a amargura. Hubiera sido mejor morir, que sacrificar el alma. Reniego de lo que siento, pero tenías razón. Él quiere mi cuerpo y yo su amor. Muero en cada intento de ganar su corazón

Noelia Rivera Cotto (Cidra, Puerto Rico)

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Gotas de pasión.

Entre gotas de rocío Déjame decirte que estás hermosa, Y que cuando llamo a la luna, Ésta responde a tu nombre. La delicia de tu voz brilla, fulgurante, Por encima del dolor y las desazones. Déjame decirte que sueño contigo, Entre gotas de rocío sobre las verdes hojas. Y que, cuando no estás, yo cuento las horas, porque estar sin ti es verdadero suplicio. Regálame la belleza de tus pensamientos, Y de vez en cuando, regálame besos. Porque gotas de rocío son nuestros amores: No distinguen días. Ni tampoco noches. Lihem ben Sayel

Salpicado de tu belleza me vi, impregnado con el aroma de tu piel yo fui. Como pompas de embalar nos vemos, sin que nadie pueda evitar que te haga explotar de deseo, de ese deseo incontenible que me obliga a desear tu cuerpo una y otra vez. Sintiendo entre tus yemas los poros de mi piel, extrayendo de mi boca gemidos de placer, humedeciendo mi sexo hasta empapar de mil gotas de ese néctar que tu solo sabes apreciar. Reflejó en mil espejos las lágrimas que derramó, comprendiendo que no era aquel su amor el que brillaba como luciérnagas en una noche estrellada, que era una quimera que ella le supo adornar con te quieros, te amos de verdad. Eran sombras disfrazadas entretejidas en una tela de araña, que le atrapaba entres sus pegajosas fibras, que le envolvía en un capullo de mentiras, a la espera de que el hambre de la pasión, le hiciera volver a gozar de su cuerpo una vez más . Antonio Caro Escobar. (Villanueva de la Serena. Badajoz.)

Entre círculos infinitos suspiro en asombro sobre el verde que cubren los hilos que tejen. Sostengo el aliento y ahogo silencios, sonrío a la lluvia que cubre sin fuerza el trabajo invisible de quienes esconden sus redes sin normas ni leyes. Polli Impelli (Argentina)

Imagen: Chuz MZ (“Del espacio”) 55


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Imagen : LordConrad.

Última estación

La brumosa luz de una luna incandescente alumbra con esfuerzo la escalera, y Ángeles se acurruca… Tararea sus recuerdos, sonríe, y contempla otra vez su billete al olvido, al otro lado, a su penúltima parada… Se apresura… se descubre… y entre los restos, un brazo delgado… una rama arrasada que espera otra penitencia. El mundo se desenfoca entre palabras desordenadas, miradas rehuidas, asco… miedo. Ella iza el velamen, suelta amarras y viaja desarbolada a un sol ardiente. Iridiscencias, fluorescencias, heridas colgantes que invocan fuegos para apagar el infierno… Ángeles mira al cielo… ¿Por qué las estrellas no se mueven esta noche?... ¿Por qué la luna no me devuelve la sonrisa? Su sonrisa… la del tren del olvido, la de los viajes sin retorno… La de su última estación.

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Gines Carrascoso (Teruel, Aragon)


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Imagen: Juan López de Ael (Vitoria-Gasteiz)

Un mundo diferente a través de la luz, en los cristales. Mientras tanto impera la voluntad de quien vence las dificultades concibiendo la verdad. Se anuncian, una a una, en la Enciclopedia mostrada al pueblo. El añafil suena y el monaguillo las canta para que los vendedores ambulantes vendan sus palabras. Se cuelgan a secar las mitades, las banalidades, las paganidades, las humanidades. Un mundo diferente a través de la luz, en los cristales.

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Gema Albornoz.(Aguilar de la frontera, Córdoba)


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Imagen : Hélène Laurent (Lille, Francia)

Los cajones del olvido.

En un viejo capazo de mimbre recogí los viejos recuerdos, que quedaban en aquellos viejos cajones, antaño llenos de vida. Hoy los miró con el anhelo de una etapa pasada, olvidada para muchos, añorada para unos pocos. Cada vez somos menos, pues la vida nos arrastra, al igual que a los recuerdos. A los cajones del olvido.

Antonio Caro Escobar (Villanueva 61 de la Serena)


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Busqué el manantial del agua pura; por el norte las estrellas guiaron mis pasos. Por el sur el viento susurraba tu nombre. Por el este el Sol llamaba a las puertas de mi corazón. Por el oeste el fuego cautivo de tus labios me mostró la señal de los tiempos; la arena del desierto, la tentación de ser libre pero esclavo... el triunfo de ser esclavo pero libre,

Rosa de los tiempos. Eres como una veleta que gira a merced del viento. Corres de brazos en brazos sin reposar con mis abrazos. Vientos de levante secan las lágrimas que por ti amenazan. El frío viento del norte corta de lleno la osadía de quererte cada día. Húmedos y temblorosos llegan del oeste los aires de nobleza tardía. La tramontana acecha por el este trayendo amores perdidos. Cuando tú aquí estas esperado, a que los cuatro vientos te lleguen, trayendo ese amor anhelado, que la calma llegue a tu corazón y la veleta pare en tu alma, que los vientos propicios atrapen tu ser. Llevándote de nuevo con ella en este bello amanecer.

en el manantial del agua pura. Fragmento del poema: "El manantial del agua pura" Xabier Novella Tortajada

Gira veleta en la ruleta rusa nuevos amores. Antonio Caro Escobar (Villanueva de la Serena)

63 Imagen : Hélène Laurent (Lille, Francia)


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Imagen: José Luis Alcalde Soberanes (Ciudad de México)

Lenguaje de abanicos; Me miras y te miro, En tu abanico hay todo lo que no digo, En tu juego caigo, Basta un giro y no respiro, Tu rostro ocultas niña traviesa, Sígueme si puedes esto solo empieza, No te tapes la frente, abanica, abanica Sígueme la corriente, ¡ deja ! qué importa lo que piense la gente... Yo sé que tu abanico me dice lo que no dices, Entre encajes giran tus sentimientos diciéndome que mi amor tienes abandonado, Anda, nada importa que yo me hago de lado. Déjalo deslizar sobre tus ojos, Dime vete que por mí no brillan tus ojos... Y despacio, muy despacio como tu abanico, De mi amor rojo harás mil añicos…

Patricia Sabag (Reims, Francia) 65


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De calorones y bicicletas. Eran veranos de resplandores, de correrías y lapiceros... Eran mañanas de pescadores, de calorones y bicicletas. Aquellos días junto a las rocas, y tu vestido, y tus rodillas… Tardes de ir al río... y de tu primo... Tardes de escondidillas... de corazones. Y noches de verbena... de miradas, de sonrisas, de faroles... Noches de olores, de sabores… de piel morena... de tu saliva, de mar estrellado, de arena, de luna… Aquellos días… aún no se fueron, No se marcharon las mariposas... Eran veranos de resplandores, De calorones y bicicletas

Imagen: Patricia Sabag.(Reims, Francia) Poema: Ginés Carrascoso (Teruel, Aragon) 67


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Glacial goteo púrpura

Perlas de sangre de lo no dicho Los fantasmas de las amapolas se esconden, sus lágrimas se congelan fijando las palabras en pasarelas de lo que quedará. La historia del había una vez el fuego, La historia del tal vez y del ojalá, La historia de lo que quede ya no irá a refugiarse en los campos de mis sentidos, ni arderá en nuestro evidente desamparo. Tal vez un día cual viejo pergamino roído la interpreten las flores, se la adueñen los soñadores, Se la roben los castores y luego no sabremos lo que será, y se oirá el canto de las piedras ocultando un silbido triste, gritando, eso no existe, eso nunca sucedió, Y un viento de lluvia soplará por las calles, y un sol con manchas te quemará de frío. Y un ruido triste morirá en los pasillos de mi geométrica sensibilidad.

Poema: Patricia Sabag (Reims, Francia) Imagen: José Luis Alcalde Soberanés (Ciudad de México) 69


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Concurso de portadas

José Luis Alcalde Soberanés

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Antonio Caro Escobar


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