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“Borrón y puente nuevo”
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ESPECIAL / LA RED DE ALTAMIRA ALTAMIRA
Han pasado 12 años desde que el llamado “Puente de la Muerte” quedó inhabilitado por vicios ocultos en su construcción, se le invirtieron más de 400 millones de pesos para rehabilitarlo, pero nunca funcionó y para evitar que fuera utilizado, construyeron dos calles laterales, las que debido a su mala planeación provoco más de 40 accidentes con la muerte de casi medio centenar de personas y ahora después de largos años inician su destrucción y la construcción de un puente nuevo.
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Fue en el sexenio del presidente Felipe Calderón y del sexenio del gobernador de Tamaulipas Eugenio Hernández Flores, cuando un 14 de diciembre del 2010, el mandatario nacional acompañado del entonces mandatario tamaulipeco realizan la inauguración de esa entonces magna obra.
El paso a desnivel tiene una longitud de 700 metros lineales y 14 metros de ancho con dos carriles en cada sentido y un camellón central.
El puente que ya comenzó su derrumbe, cuenta con 12 trabes de concreto a una altura de 5 metros para permitir el paso por debajo de unidades de carga en dirección o salida al puente industrial de Altamira con un acceso o salida rápida a las instalaciones del Hospital “Dr. Rodolfo Torre Cantú” y la Universidad Politécnica de Altamira.
Quien logro obtener la obra fue el entonces senador del PAN originario de Matamoros, José Julián Sacramento, quien gracias a sus negociaciones políticas y su influencia le fue otorgada la licitación.
Cabe destacar que José Julián Sacramento es yerno del ex presidente municipal de Matamoros, por el PARM, Jorge Cárdenas González y cuñado de Gustavo Cárdenas Gutiérrez, a la vez sobrino político del ex gobernador de Tamaulipas, Enrique Cárdenas González y primo político de Enrique Cárdenas del Avellano.
El ex senador, Julián Sacramento, se asoció con el constructor matamórense Porfirio Gutiérrez (a) El Pilo, propietario de la empresa DUFROSA y fueron ellos los que se encargaron de la construcción del también llamado puente de “la muerte”, el mismo que ahora después de 12 años es demolido, porque nunca pudo ser funcional debido a que utilizaron materiales que no correspondían a los que se necesitaba para edificar esa construcción.
Lo inconcebible es que a pesar de que solo por el hecho de haber sido ellos los responsables, nunca se les finco una responsabilidad legal para obligarlos a que solucionaran los defectos por los cuales el puente quedo obsoleto, para los que fue construido.
Las autoridades tanto municipales como estatales, evadían siempre participar en dar solución a ese peligroso problema, porque los administradores del Puerto de Altamira, conocido como API, mencionaban que no se podía hacer nada porque el caso se encontraba en litigio y hasta que se diera una solución legal era como se iba a proceder.
Esta actitud fue porque el dinero de la inversión era del mismo API lo que le daba cierta autonomía para que no intervinieran otras autoridades.
Así paso el tiempo, en un proceso legal que nunca termino y por consecuencia nunca también se procedió contra los responsables en este caso Julián Sacramento y Porfirio Gutiérrez.
La inversión inicial fue de 315 millones de pesos, aportados por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante.
La cifra original se fue inflando más, porque en otras dos ocasiones se le invirtieron miles de pesos para rescatar el puente y hacerlo funcional, sin embargo, los más de 400 millones de pesos que invirtieron para rescatarlo no fueron suficientes y que ahora al ser derrumbado, prácticamente toda esa millonaria inversión se fue a la basura.
Ahora 12 años después, de un añejo litigio, decidieron derrumbarlo y construir otro puente que sea funcional.
Mientras poco a poco van destruyendo el puente, que en su momento se consideró como una magna obra, junto con él se va enterrando una historia ejemplo de impunidad, de descaro y abuso de quienes en su entonces tenían el control del poder.
Y mientras eso sucede, los verdaderos responsables ya nadie se acuerda de ellos y menos que con la destrucción del puente llamado de la “muerte”, se van a la basura más de 400 millones de pesos y nadie se preocupó por hacer justicia, la que al menos en este caso, nunca existió.
“Borrón y puente nuevo”.
Es el puente roto, donde se quebró la justicia, siempre sale a relucir el nombre del ex Senador JOSÉ JULIÁN SACRAMENTO, ahora representante del Gobierno de Tamaulipas en Nuevo León.
SACRAMENTO es un hombre al que le gusta ganar espacios y dinero, por eso cedió fácilmente su campaña a la gubernatura cuando fue un indigno representante del PAN, cuya actitud sumisa fue ampliamente recompensada con un maletín que le entregaron por órdenes del ex gobernador EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, según cuentan las leyendas de la política.
También por esas conexiones de las que goza le dieron el contrato del puente roto, una obra que se encuentra abandonada a la entrada del municipio de Altamira y más que un elefante blanco, es un monumento a la impunidad.
Es una obra construida con materiales de mala calidad y cuya estructura empezó a hundirse.
Fue hecha por el empresario matamorense PORFIRIO “El Pilo” GUTIÉRREZ. Se dice que para obtener esa licitación que tenía un costo de casi 200 millones de pesos, tenía un padrino poderoso y que era el “Pillo” SACRAMENTO.
Las versiones indican que le dieron la obra a SACRAMENTO como pago por sus servicios políticos y su capacidad de genuflexión.
SACRAMENTO le gusta chantajear a los funcionarios y así es como se recuerda que presionaba para obtener negocios familiares, recordamos como trato de obtener una guardería infantil a un delegado del IMSS, pero lo mandaron por un tubo.
El 14 de diciembre del año 2010 el entonces presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, acompañado por e llevando a cabo el corte del listón inaugural de la entonces magna obra efectuada con recursos de la Federación.
Este nuevo paso a desnivel vendría a complementar el ritmo de crecimiento que mantenía en aquella época el puerto industrial de Altamira, pero sobre todo daría un realce a las obras de infraestructura vial de la zona sur de la entidad tamaulipeca, lamentablemente se convirtió en el muro y ejemplo del burocratismo, en un elefante blanco, pero sobre todo en un paso obligado a sufrir un grave accidente.
Para la obra en el año 2010 se destinaron 315 millones de pesos, aportados por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante.
Seis meses después del corte de listón, Protección Civil en junio del año 2011 tuvo que clausurar el paso vehicular sobre los cuatro carriles de la joroba del puente, debido a que sus rampas de acceso y salida presentaban honduras en su superficie de rodamiento como en las placas de concreto.
La causa de que presentara estas fallas estructurales es que la obra fue edificada sobre dos lagunas, faltó un estudio a profundidad sobre la mecánica de suelo y lo más importante en la cimentación de la estructura no se emplearon pilotes individuales
El 14 de diciembre de 2010, Felipe Calderón inauguró la obra del ahora conocido como “puente roto” de Altamira | Archivo El Sol de Tampico.
PUENTE ROTO: CARACTERÍSTICAS DE LA OBRA
El paso a desnivel tiene una longitud de 700 metros lineales, con 14 metros de ancho, que permite dos carriles en cada sentido y un camellón central.
REGIONAL
Inicia construcción del nuevo parque industrial en Altamira
Cuenta con 12 trabes de concreto a una altura de 5 metros para permitir el paso por debajo de unidades de carga en dirección o salida al puente industrial de Altamira. Fue edificado en una recta de 5 kilómetros de longitud entre dos curvas, la primer de sur a norte la conocida como Dynasol y la segunda de norte a sur conocida como el ejido Miguel Hidalgo. Además, esa misma vialidad da acceso o salida rápida a las instalaciones del Hospital “Dr. Rodolfo Torre Cantú” y la Universidad Politécnica de Altamira (Upalt).
DECENAS DE MUERTES A CONSECUENCIA DE SU CIERRE
La mala obra ha cobrado la vida de al menos medio centenar de personas a consecuencia de accidentes automovilísticos, especialmente de choques por alcance en las laterales del paso, sobre todo el que se encuentra de sur a norte donde hay una curva sin el peralte reglamentario por parte de la SCT.
La mayoría de las víctimas de estos accidentes automovilísticos son residentes en los ejidos de la zona norte “se han tenido muchas pérdidas de vidas y daños económicos, podríamos señalar incalculables, eso nos da una mala imagen al exterior, principalmente con el turismo que viene a Playa Miramar o bien va hacia el norte o frontera de Tamaulipas con los Estados Unidos”, informó Dimás Salazar Rodríguez, residente del ejido Benito Juárez, ubicado a 5 kilómetros de la obra.
ENTRE DEMANDAS E INDIFERENCIA DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS
Durante más de una década la obra se ha convertido en un elefante blanco, referencia de impunidad y corrupción de exfuncionarios de la extinta Administración Portuaria Integral (API) Altamira, se han interpuesto una serie de demandas penales contra la empresa constructora por fallas en su edificación.
Pero el hermetismo ha imperado desconociéndose la suerte que corrió el empresario constructor que durante los sexenios de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto fue favorecido con varias obras.
El actual presidente Andrés Manuel López Obrador, actuales diputados federales y senadores han prometido solucionar este problema, pero ha pasado la primera mitad de este gobierno federal y no ha sido así, manteniéndose este tramo inoperante.
VAN 4 GOBIERNOS Y LA LICITACIÓN SIGUE DESIERTA
Durante los últimos cuatro gobiernos municipales de Altamira, los esfuerzos de los ahora exalcaldes por resolver este tema han quedado solo en promesas y en mera propaganda electoral.
El actual alcalde, Armando Martínez Manríquez dio a conocer que en noviembre de este año se lanzaría la licitación de la obra de reconstrucción, esto después que la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona) había ganado el pleito al constructor.
“El capitán de Altura, Óscar Miguel Ochoa, titular de Asipona, nos informó que en la actualidad se está concursando la obra que tendrá una inversión de 214 millones de pesos, recurso económico que será aportado por el puerto Altamira”, dijo en octubre Armando Martínez.
El 13 de diciembre de este mismo año, el munícipe informó que “la obra debió haber arrancado a más tarde el 10 de noviembre, lamentablemente no iniciaron los trabajos en la reconstrucción de las laterales del paso a desnivel del llamado “puente roto” conforme a lo planeado, debido a que se declaró desierta la licitación pública lanzada por Asipona, pues las empresas participantes les faltó reunir algunos de los requisitos básicos para iniciar esa importante obra para los altamirenses”.
A 11 años de su inauguración, el paso a desnivel del llamado “Puente roto” permanece clausurado | Crédito: Miguel Díaz
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Así que entre promesas, gestiones no aterrizadas y fecha no cumplidas hoy el puente roto llega a 11 años de haber sido inaugurado y es fecha que no se sabe cuándo iniciarían los trabajos en mención, por lo que la población tendrá que seguir esperando.
La SCT tuvo que entrarle el quite para quitar un enorme lunar de corrupción y la mancha de impunidad que cala hondo entre los miles de habitantes de la zona sur, pero que también es observada por los cientos de miles de mexicanos que viajan en plan de ocio o negocios.
Han pasado 12 años desde que el llamado “Puente de la Muerte” quedó inhabilitado por vicios ocultos en su construcción, se le invirtieron más de 400 millones de pesos para rehabilitarlo, pero nunca funcionó y para evitar que fuera utilizado, construyeron dos calles laterales, las que debido a su mala planeación provoco más de 40 accidentes con la muerte de casi medio centenar de personas y ahora después de largos años inician su destrucción y la construcción de un puente nuevo.
Es el puente roto, donde se quebró la justicia, siempre sale a relucir el nombre del ex Senador JOSÉ JULIÁN SACRAMENTO, ahora representante del Gobierno de Tamaulipas en Nuevo León.
SACRAMENTO es un hombre al que le gusta ganar espacios y dinero, por eso cedió fácilmente su campaña a la gubernatura cuando fue un indigno representante del PAN, cuya actitud sumisa fue ampliamente recompensada con un maletín que le entregaron por órdenes del ex gobernador EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, según cuentan las leyendas de la política.
También por esas conexiones de las que goza le dieron el contrato del puente roto, una obra que se encuentra abandonada a la entrada del municipio de Altamira y más que un elefante blanco, es un monumento a la impunidad.
Es una obra construida con materiales de mala calidad y cuya estructura empezó a hundirse.
Fue hecha por el empresario matamorense PORFIRIO “El Pilo” GUTIÉRREZ. Se dice que para obtener esa licitación que tenía un costo de casi 200 millones de pesos, tenía un padrino poderoso y que era el “Pillo” SACRAMENTO.
Las versiones indican que le dieron la obra a SACRAMENTO como pago por sus servicios políticos y su capacidad de genuflexión.
SACRAMENTO le gusta chantajear a los funcionarios y así es como se recuerda que presionaba para obtener negocios familiares, recordamos como trato de obtener una guardería infantil a un delegado del IMSS, pero lo mandaron por un tubo.
Hoy otro delegado federal, el de la SCT, WILLIAM KNIGTH CORRIPIO anuncia la puesta en marcha de un plan que deberá ser validado por el Instituto Mexicano del Transporte, en donde de antemano se descarta su destrucción y se propone su reparación en diversos tramos con un costo de 200 millones de pesos.
Una cantidad millonaria para tapar los pecados del “Pilo” GUTIÉRREZ y el “Pillo” SACRAMENTO. Desgraciadamente el INE canceló el debate entre los candidatos al Senado.
La abanderada del PRI, YAHLEEL ABDALÁ CARMONA lamentó la cancelación de del debate, al mismo tiempo que criticó la actitud de los abanderados de los otros partidos políticos.
“Se truncó la democracia en Tamaulipas. La realidad es que por políticos como ellos, es que los ciudadanos están hartos”.
En ese sentido, el candidato del Partido Verde al Senado, PATRICIO KING LÓPEZ, refrendó el compromiso con todo ejercicio democrático que fortalezca la actividad electoral, al referirse al debate entre candidatos al Senado que no se realizó por las condiciones impuestas por el órgano electoral y en las que no se tomó en cuenta a los partidos políticos.
Sin embargo, también coincidió que en un debate entre candidatos, son los partidos, coaliciones y candidatos independientes los que deben convenir los términos de este ejercicio democrático y al no haberse cumplido estas condiciones, se determinó no participar.
Precisó que la confrontación de propuestas con los demás contendientes de otros partidos políticos, siempre enriquece a las campañas electorales, debido a que la ciudadanía tiene elementos para poder decidir su voto, pero en un ambiente de certidumbre política, hay que construir acuerdos y evitar las imposiciones.