Yunque Nº31, marzo 2020

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Poniendo rumbo a nuestra clase, nuestra mayor empresa

nº 31, 29 abril 2020

Se aceptan donativos hasta 0,50€

Órgano de Expresión de la Sección Sindical del S.A.T. en Navantia San Fernando. La Carraca-S.F.

Primero de Mayo en alarma: el distanciamiento más importante

egundo número de Yunque que sale en medio del estado de alarma dictado por el gobierno a raíz de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2. Pero, sobre todo, es un número que sale prácticamente en la víspera misma del Primero de Mayo, que, desde luego, no es un primero mayo cualquiera. Y no nos referimos solo a la crisis de salud pública generada por la epidemia, sino, sobre todo, a la tremenda amenaza de salud social y laboral que se cierne sobre nuestras cabezas ante la crisis económica que se anuncia y que ya de hecho se está desarrollando a toda velocidad. A toda velocidad, sí, está actuando la dinámica bárbara del sistema capitalista… mientras, mira por dónde, el confinamiento le viene de maravilla para que, entre otras barbaridades, los parados que produce estén bien paraditos en casa. Cuando pase el tiempo se verá cada vez con más claridad que no estamos solo en tiempos de alarma sanitaria, sino también de su utilización represivo preventiva por parte del poder. Y se verá mucho más nítidamente el descaro de cómo el capital presiona para que se calcule a la medida de sus intereses bastardos el desconfinamiento de la fuerza de trabajo obrera y el confinamiento total de

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su fuerza de lucha. Muy grave esto. Cuando, como decimos, se anuncian los mayores ataques sociolaborales (que dejarán en pañales los ya vistos), ¿cómo no convencerse de que hay que ir rompiendo la parálisis en coyunturas históricas donde el tiempo se mide como nunca día a día? Así que no nos vale el “quédate en casa” y el “cuando pase esto habrá que…” No hay derecho, en fin, a que este Primero de Mayo se esté desarrollando con una lucha

( des)co de clases en sentido único: el del capital contra el trabajo; y que a la clase obrera solo le quede el balcón y la virtualidad de las redes, eso sí, después de que parte de la fuerza de trabajo se haya desconfinado para ir a los centros de trabajo. Unos centros de trabajo que vete a saber qué está

ocurriendo en ellos. Unos centros de trabajo, donde desde hace demasiados años reina no pocos “señoríos feudales” amparados por contrarreformas laborales una tras otra, por lo que pocos se creen que se vayan a cumplir las normas de seguridad sanitaria y que, si no se cumplen, el obrero por su cuenta pueda presionar. Y para qué hablar de esos campos y pueblos de nuestra Andalucía donde el señoritismo feudal ni siquiera habría que entrecomillarlo, tal como se refleja en la página 5 de este número. Se entienden las dudas entre una población en general que está sometida a la presión mediática y, además, con una gran verdad que es el problema de salud pública que nadie niega. Pero no hay avance en la lucha obrera si no hay un punto de osadía por parte de sus organizaciones que se suponen que reflejan la conciencia más avanzada. Son tiempos muy duros los que se perfilan (y que ya se dan) en que se exige poner en marcha esa osadía de clase, por más pedagogía que se requiera y por más sensatez con que haya que ponerla en marcha. Por eso, y tal como se recoge en un reciente editorial de nuestra amiga web amiga Insurgente1 , es para estar “alarmados con la forma en que un activismo -que se


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