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SEPTIEMBRE
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DICIEMBRE
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POLIFONÍAS
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EL BONITO ARTE DE (PER)VERSIFICAR SANTO Y SEÑA
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DESDE LA MANIGUA REDENTORA
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SERIES EN SERIO
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BOX
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MÚSICA SIN FINAL
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MUJERES DE MIS ENTRAÑAS
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A CONSEJAS DEL MERITITO
Diablo Incendiar tus 27 grados al aire libre de provocaciones
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El cielo, cielito lindo, nubecitas blancas, almohadones azul blues, peces sin pecera, viento suave, suave, salsero viento caricia, querubines mirones, lúdicos, atrevidos, silbadores, rosados, regordetes, rulos maricas, sin pena, sin penas, sin pene, infantes eunucos, surcos de algodón pulido, cascadas de crema batida a punto de turrón, espuma eterna, etérea, en santo reposo, paz sempiterna, de trompetas que anuncian tu ascenso al Edén, libre de serpientes lúbricas, de manzanas tentación, que trastocan tu épico deseo de permanecer como quieres ser, conflicto, dilema, con el quiero que seas, mía la terquedad, la provocación, tuyo el recato, la contención, la sabia que salpica tu lengua para murmurar un no, no muy convencido, de buscar refugio, aliento, fortaleza en un cielo geometría, triángulo equilibrio de trilemas al infinito… y más allá, que es, por hoy, tu hábitat, tu túnica tul justo en tus muslos albos, tibios, tu termómetro ambiente, charolas de turquesa con boquitas-bocados de ardores neutros, que transitan del sí al no en vaivenes llanos para desparramarse en el quién sabe, por ahorita no, sin imaginar la temperatura infernal que alimenta mi gula, mi indómito deseo de pecar a consejas del meritito Diablo, incendiar tus 27 grados al aire libre de provocaciones, tu templo de columnas dóricas, de bóvedas desnudas, transparentes, protectoras de tu halo, de tu candor, de tu mirada gato montés en noches sin oscuridad, de mis tarugadas, mi lienzo, mi página en blanco, mi boca tartamuda, tarta insabora-golosa-melaza-chocolate… muda, a ratos vehemente, casi siempre provocadora, insolente, de prosa chabacana, fresa con chile de árbol, de naco sin redención que, por hoy, contrata en la red a los Ángeles Negros para serenearte a ti, sí, sola, respetuosa y dignamente a ti, al ritmo llorón de la mejor balada tropical, la preferida de este tu seguro servidor, quien anhela bajarte las estrellas para que las prendas en el suave encaje de tu piel… desnuda de dudas. Déjenme si estoy llorando y un consuelo estoy buscando… quiero estar solo con mi dolor. ¿Te conmuevo, sacudes el vientre, reggaetón medieval, aunque sea tantito, flotando entre baldosas de mármol salmón, tableros ceniza y aguamiel de piedra volcánica del Xitle, y pisos cacarizos del San Pancho? ¿Escuchas la quejumbre del canto agudo, garganta colibrí de Germaín, trajecito gris oxford, color y timbre obligadamente serio, poesía inmortal del desamor? J Celestial. Jarifa, es tu imagen en mi pensamiento una hoguera de casta pasión. El Ciego Velones revienta el requinto al tiempo que sus ojos mudos desprenden lágrimas de caimán jefe del Caribe. No me pidas ni una explicación, pues de tanto amar mi corazón, la nostalgia ahora vive en mí. Te asomas, tu cabello lacio, alcatraz y nubia, arroz y liquidámbar, mariposa y uva, luciérnaga, ilusión, levitas, flor de lis de arcadas húmedas, observas, dominas el poliedro, el alcance inconcluso de tu creación, murmuras con voz de alondra la complicidad de una tonada que te acurruca y que me postra, a tus pies, Majestad, que quien te adora vela por ti en infiern las orillas del infierno. Y anegado en este mar de llanto, les diré que no te quise tanto, y quizá me olvidaré de ti. Una tormenta de humo me desintegra, te eleva al sagrario, al nicho de conchas, donde en la rueca de la duda, de certezas inconvenientes, la moral y las edades no lo permiten, hilvanas esperanzas que capturo a vuelapluma, para escribir en grafía mundana, esperanto-caliche, casto (sin vergüenza y llano), lengua romanceamor, lo que por tozudez me obsequia vida. J de los Ángeles, que el Señor de los Cielos guarde en el cristal luminaria de su alma los elementos infinitos de tu esencia. El consuelo que busco no existe. Germaín dice que murió la flor. Yo le digo que tú siembras belleza, pasión y delirio en el inasible jardín celestial.
Fausto Idueta fausto.idueta@gmail.com
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