Trazo Junio 2016
Revista Trazo
Periodistas Juan Carlo s Contreras Felipe Díaz Gonzalo Meller Daniela Salgado Vanessa Vega
Fotografía Felipe Tomás
Diagramación y diseño Vanessa Vega
EDI TO RIAL
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hile se ha caracterizado por ser uno de los países más conservadores de Latinoamérica, pero esta imagen ha cambiado. Según un análisis realizado por BBC Mundo, el acuerdo de unión civil, el uso medicinal de la marihuana y despenalización del aborto en tres causales, son los ejes fundamentales que han marcado el cambio hacia una sociedad progresista. Este cambio, ha servido para construir a paso lento pero seguro una sociedad integradora, desprejuiciada e igualitaria. Para Fernanda Gálmez, la diseñadora del primer libro de tatuajes en Chile, llamado Tatuajes SCL, “antes tatuarse era mal visto. Lo hacían los presos, pero no las personas decentes”. En la actualidad, las personas lucen naturalmente, verdaderas obras de arte marcadas en la piel. El tatuaje en sí, además del valor personal, obtiene su riqueza en el trabajo pre y post producción. Así como el pintor expresa su ideas y emociones en una tela o lienzo, el tatuador lo realiza en la piel, representando con su trabajo los ideales y expectativas del tatuado. En Revista Trazo, no sólo se quiere dar a conocer a los tatuadores de la región, sino además, darles vitrina para mostrar sus trabajos, sus experiencias y adentrarnos en este mundo. Demostrar cómo este arte ser perfeccionaliza, y el alto nivel existente en Concepción.
CONTENIDO UNA INGENIERA CON LA TINTA (pAG.14)
HUELLAS QUE REMPLAZAN LA CICATRIZ (PAG. 6)
rECUERDOS EN LA PIEL (pAG.18)
NUESTROS FANS (PAG. 32)
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Una huella que remplaza la cicatriz Una mastectomía es una de las operaciones más traumáticas física y sentimentalmente que puede vivir una mujer. Hoy son múltiples las iniciativas, que a través de los tatuajes artísticos, buscan devolver la confianza a estas sobrevivientes. Texto: Vanessa Vega
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ara muchas mujeres alrededor del mundo, una mastectomía tras el cáncer mamario supone, tristemente, la pérdida de parte su feminidad y una serie de traumas que no son fáciles de superar. Alrededor del mundo ya son varias las iniciativas que buscan entregarles a estas mujeres un poco de arte para cubrir estas cicatrices, que no sólo son un recuerdo de un mal momento, sino que también estéticamente les produce rechazo. Estas fotografías reflejan esa lucha, pero también la victoria y la superación de mujeres que buscaron dejar una huella que reemplace la cicatriz.
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Valuntina
Una ingeniera con la tinta Texto: Daniela Salgado
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n medio de un camino pedregoso, las mujeres van paso a paso forjando una senda segura e inmovible. Y como no, si durante siglos el arte del tatuaje estuvo relacionado con los hombres. Diversas eran las culturas que adornaban su piel. En la India, por ejemplo, las mujeres tatuadas representaban un estatus social, los germanos en cambio, lo usaban con fines bélicos y los aztecas para rendir tributo a sus dioses, pero siempre realizados en manos de hombres. Whang Od, es la excepción a la regla, con 92 años y perteneciente a la tribu guerrera de los Kalinga, ubicada en Filipinas, es una de las primeras mujeres en incursionar en el arte del tatuaje. En la actualidad otras han seguido su legado, haciéndose un nombre y destacándose por la rigurosidad y el detallismo en cada uno de sus trabajos. Valentina Pérez Ramos es una de ellas, con 28 años y recién titulada de Ingeniería Civil Industrial, cuenta su experiencia siendo tatuadora en Concepción, habla de los prejuicios, el estilo y del género declarando que “en Conce hay pocas tatuadoras, pero buenas”. -¿Cómo llegaste al mundo del tatto? Por un amigo. Éste estaba tatuando y me intereso aprender. Pasó un tiempo y me prestó su máquina y su piel. Ahí tiré unos trazos, toda temerosa. El proceso de aprendizaje es largo, uno primero debe aprender a tomar la maquina, a estirar la piel y luego tirar los trazos.
-¿Antes de empezar a tatuar poseías la habilidad para dibujar? Sí. Siempre me ha gustado dibujar, pero como le ocurre a mucha gente, esos talentos se pierden con los años a causa de la falta de tiempo para ejercitarlos y perfeccionalizarlos. La vida académica y sus horarios coartan las manifestaciones artísticas. -¿Tienes algún estilo particular para tatuar? No me encasillo con un solo estilo, pero me gusta el full color y el new school, ambos se caracterizan por utilizar una gama de tonos más amplia, con colores fuertes. El segundo tiene la cualidad de incrementar ciertos rasgos del diseño, dándoles volumen y ofreciendo un aspecto moderno. -Hay lugares en los que duele más tatuarse, ¿te ha ocurrido alguna anécdota respecto a eso? Hace unos meses hice un tatuaje en la zona bajo los pechos, entre el esternón y cerca de las costillas, era un diseño grande, por lo tanto, se dividiría el trabajo en dos secciones. Llevaba hora y media, tirando sólo las líneas del tatuaje, cuando la chica dijo que necesitaba parar. Se levantó, caminó, tomó aire, y de pronto
se puso blanca y se desmayó. No tuvo resistencia al dolor y tuvimos que dejar hasta ahí la sección. En otra oportunidad, tatué todo el brazo, durante cuatro horas consecutivas a una mujer; ella ni siquiera se movió. Todos reaccionamos diferentes al dolor. -¿Cómo compatibilizaras tu profesión de ingeniera con el tatuaje? Yo encontré en el arte del tatuaje algo que me gusta y me llena, no así en la ingeniería. Por supuesto, puedo usar elementos de la carrera que me servirán en todos los ámbitos, como la perseverancia y lo meticuloso. Por eso, mi idea es dedicarme 100% a lo que me gusta, que es tatuar. -¿Sientes que hay una diferencia en el estilo de tatuar de hombres y mujeres? Creo que cuando hay talento será transversal independiente del género. Puede ser que las mujeres seamos más detallistas y prolijas a la hora de realizar el trabajo. La utilización de colores e incluso en dar una nueva visión de los tatuajes. Es cierto que es un mundo mayoritario de hombres pero las mujeres están entrando con mayor fuerza, ya no es tan extraño.
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Los recuerdos en la piel Para nuestra sociedad es poco común encontrar ancianos con tatuajes, pues el arte corporal está lleno de prejuicios, uno de ellos es que son sólo para los jóvenes. Pero ¿qué pasa cuando envejecemos con tatuajes? o ¿si queremos realizarnos uno ya mayor? Es verdad que la tinta va perdiendo color y el dibujo se va desdibujando, pero no sufre mucho más deterioro que el resto de la piel y órganos. Se puede evitar un daño mayor, por ejemplo, si se procura que no le dé mucho el sol o si se hidrata la piel correctamente sin excesos. Texto: Vanessa Vega
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Fotografía: reddit.com/clevknife
Fotografía: Noor one Trazo 21 Foto Reportaje
FotografĂa: reddit.com/clevknife Trazo 22 Foto Reportaje
Edward Chuco Caballero Trazo 23 Foto Reportaje
Tatuarse La mejor terapia anti-estrés Texto: Felipe Díaz
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lo largo de la historia los mitos populares han intentado estigmatizar a esta ancestral práctica. Era común escuchar a nuestros abuelos o papás advertirnos de lo peligroso y mal visto que era, hace un par de décadas, trazar nuestra piel. A eso se sumaba el riesgo de contraer VIH u otras enfermedades venéreas. Estigmatizados o no, lo cierto es que por más mitos urbanos que hayamos escuchado, jamás se ha comprobado científicamente que tatuarse provoca una enfermedad, eso, si se siguen los protocolos de asepsia correspondientes. En la actualidad en cambio, los tatuajes se han vuelto cada vez más populares entre jóvenes y adultos. Pese a que esta práctica se viene realizando desde hace milenios en las culturas antiguas, hoy con la masificación de los trazos en la piel, podemos observar un sin número de estilos y corrientes diferentes. Pero las buenas noticias aumentan para los amantes de los tatuajes, pues según lo señalado en un estudio de la Universidad de Alabama, que fue publicado en la prestigiosa revista
científica, American Journal of Human Biology, tatuarse trae enormes beneficios para la salud humana. En la investigación se detalla que el efecto positivo del tatuarse se traduce en un fortalecimiento del sistema inmunológico de las personas. Se llegó a este resultado tras analizar los niveles de inmunologlobina A, de participantes que llevaran uno o más tatuajes en su piel, encontrando una relación directamente proporcional entre cantidad de tatuajes y la inmunoglobina A. Según se detalla en el informe, el estrés al que se somete una persona al tatuarse, la hacen ir desarrollando tolerancia al dolor, y por ello quienes más horas de tinta lleven en su cuerpo tendrán un mejor mecanismo anti-estrés. La ciencia confirma así, algo que todos los fanáticos de los tatuajes sabiamos desde hace años, ahora la invitación que les hacemos es a acumular horas de tinta en sus cuerpos y gozar así cada día de una mejor salud y vivir menos estresados. Trazo 25 Artículo
Texto: Gonzalo Meller
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n difunto compañero le fabricó una máquina para tatuar con un motor de auto y un cargador de celular. Así comienza tatuando por primera vez a los 16 años Christopher Ortiz, un curioso autodidacta que toma lo mejor de sus clientes para ir progresando en este mundo del tatuaje, donde lo políticamente correcto puede destruir el arte y todos los días se aprende algo nuevo. -¿Qué tipo de tatuador eres? Soy un tatuador autodidacta, todo lo que sé lo aprendí mirando, buscando información e instruyéndome dentro del “ambiente” de tatuaje y de la modificación corporal. Soy un tipo muy curioso, así que las veces que me he tatuado o he tenido la oportunidad de estar con tatuadores que admiro- porque no le paso mi piel a cualquiera- voy analizando cada movimiento y tomando lo mejor de ellos para así poder progresar. Me gusta conversar mucho con el cliente acerca del tatuaje que se está realizando, ya sea previamente o posterior a su tatuaje, creo que, entre mejor sea la relación entre tatuador y cliente, mejor será el resultado final, trabajas con más confianza. -¿Has tenido algún tipo de preparación para convertirte en tatuador? Desde pequeño siempre me destaqué en el área artística y busqué un tipo de expresión donde yo pudiera desarrollarme fácil y que aparte me guste, entonces me di cuenta que quería dedicarme a esto. -¿Hace cuánto tiempo armaste tu primer estudio y en dónde quedaba?
Cuando empecé en el mundo del tatuaje tatuaba en mi casa, eso fue cerca de un año. Cuando sentí que estaba más preparado trabajé en el estudio “Plan B”, aproximadamente ocho meses. Después en el Teatro Concepción y ahora estoy acá en el edificio Amanecer-tercer piso, oficina 303 con “Tinta de Lobo”. -¿Por qué “Tinta de Lobo”? Tinta de Lobo nace desde el apuro por tener un nombre, el cual se me hizo difícil, jajaja. En ese tiempo estaba falto de ingenio y como de chico me han gustado los lobos - es mi animal favorito- dije “buta, ¿por qué no usarlos de nombre?”, como el tatuaje usas tinta, pensé en tinta de algo... Tinta de Lobo, y quede así, ahora me da mucha risa porque mi facebook sale “ Tinta de Lobo “ entonces las personas jamás o raramente me preguntan mi nombre, me ven en la calle y me dicen, “buena tinta” o “buena lobo” jajaja, es gracioso. -¿Qué opinas de la situación actual del tattoo, la categorización social que se le da, como a la hora de buscar empleo, por ejemplo? Sobre la estigmatización del tatuaje a nivel mundial no puedo dar muchas referencias, ya que aún no tengo la oportunidad de viajar al extranjero a tatuar, pero dentro de lo que me ha tocado presenciar a lo largo de mi camino, como artista, me he dado cuenta que cada día que pasa esto desaparece más. La gente se está atreviendo mucho más que antes, los adultos ya no está viendo tu tatuaje y pensando “este
estuvo en la cárcel” o “me va a asaltar”, sino que está preguntándose cómo se aplicó la técnica, o simplemente diciéndote “yo siempre me quise tatuar pero antes era mal visto” y es algo que sinceramente me encanta. El tatuaje es algo que amo, y si ese prejuicio está desapareciendo. Significa que estamos avanzando como civilización esperemos que ese día llegue luego. -¿Qué es lo más extraño que te han pedido tatuar? No sé si es lo más extraño, pero un amigo se tatuó una palta debajo de la axila. Estaba acostumbrado a que me pidieran tribales, acuarelados, pero él me pidió una palta. -¿Tienes algún tipo de proyecto en mente a corto o largo plazo? La verdad sí, quiero tener un estudio más grande y trabajar con más personas. Tener oportunidad de viajar para conocer otros tipos de cultura y arte en sí. También tengo en mente aprender nuevas técnicas de arte como el realismo, para poder fusionarlo con lo mío que es el tatuaje. -¿Según tu experiencia es más bien fácil o difícil mantenerse en el área de los tatuajes? ¿Se puede vivir de este arte? Según mi experiencia es necesario saber que esto es lo que realmente quieres y jugártela el todo por ello. El tipo de contactos que uno tenga es importante, ya que, ellos son clientes potenciales. Hacer ruido en internet hoy en día es primordial para que las personas vayan viendo día a día mis trabajos y tengan curiosidad de saber de mí. Trazo 27 Entrevista
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Galeria de fanaticos
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Modelo: Luciano Pezo Fotografía: Felípe Tomás
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Modelo: Luciano Pezo Fotografía: Felipe Tomás
Modelo: Gabriel Marquez Fotografía: Felipe Tomás
Modelo: Gabriel Marquez Fotografía: Felipe Tomás Trazo 35 Nuestros fans
Modelo: Rayen Soto Trazo 36 Nuestros fans
Modelo : Constanza Cid
Modelo: Jael Becerra
Modelo: Gustavo Vega Trazo 37 Nuestros fans
Valentín, un artista a la antigua
“El tatuaje tradicional contiene la esencia” En esta primera edición de revista Trazo nos acompaña el artista corporal penquista Diego Fonseca, más conocido como Valentín en el mundo del tatuaje. En esta oportunidad Diego (29) nos cuenta sobre sus 7 años siendo tatuador a tiempo completo y como se especializo en el old school y japonés tradicional. Texto: Juan Carlos Contreras
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l estilo tradicional se remontan a principio de silgo XX en Estados Unidos y marca el inicio de una nueva era para el tatuaje. Las líneas gruesas y remarcadas, los colores planos e intensos, una paleta de tonalidades más bien reducida, servían a los marineros, soldados y al bajo mundo estadounidense de esa época, para demostrar lejanía, arraigo, amor, compromiso, lealtad, esfuerzo, esperanza, entre otros. Éstas y otras características le dan vida a esta forma de pintar la piel creando imaginarios específicos: Anclas, barcos, tigres, águilas, llaves, anillos, rozas de distintos colores; contenidos apegados a la realidad pero de manera simbólica. Fonseca algo sabe de esto. -Diego ¿Porque Valentín? Bromas de adolescencia. Una vez me presenté ante unas supuestas punk como Valentín, Valentín Alsinas, en realidad este es el nombre del disco de una banda muy influyente de punk rock argentina y ellas no lo sabían, de hecho, pensaron que así me llamaba, de tanto recordar esa anécdota quede como Valentín a secas. Cuando me presento lo hago bajo mi apodo, a veces no recuerdo que me llamo Diego. -¿En qué momento te encontraste con el tatuaje? Me interesé desde muy joven. Cuando tenía 19 años compre mi primera máquina de
tatuajes, sin saber ni siquiera tirar una línea, sólo era bueno dibujando pero no es lo mismo el papel que la piel, en realidad siempre quise tatuar. Todo se concreto cuando entré a estudiar diseño grafico, ahí me di cuenta que esa oportunidad no estaba tan lejana, dependía de mi concretarla, así que sólo me lancé. Comencé de manera autodidacta, leyendo y viendo muchos documentales, absorbiendo mucha teoría y a la vez practicando continuamente. Siempre hay un buen amigo/a que dona un trocito de cuerpo para poder experimentar. -¿Cuándo te elegiste el tatuaje tradicional? A través de la lectura principalmente, además de mucho material audiovisual, documentales de tatuajes tradicionales japoneses, que por cierto tienen miles de años. Considero que en el tatuaje tradicional está la esencia, la savia del asunto. Cuando partes en esto experimentas mucho, pero llega un momento en el que es necesario definirse o especializarse. Debido a la relevancia histórica de éste estilo es que me interese tanto en él. -¿Cuánto años llevas siendo un tatuador tradicional? Cinco años. Yo demore más o menos dos años en decidirme por un estilo en particular; desarrollar los colores planos e intensos, realizar trazos
gruesos marcados, entender la intensidad de mi pulso al momento de rayar, son varias las aristas a considerar. El hecho de especializarme en esta rama del tatuaje me ha permitido viajar a distintas ciudades de Chile, participar de exposiciones en la categoría de old school y varias cosas más, de hecho, cuando tengo la oportunidad de compartir con principiantes los insto a buscar su camino en el tatuaje, como en toda expresión artística. -¿Qué te parece la escena penquista? El nivel de los tatuadores aquí es altísimo. Hay amigos que destacan por sobre el resto y su trabajo es reconocido incluso en el extranjero. Yo diría que en Concepción hay por lo menos diez tatuadores que se destacan a nivel nacional. Debido al profesionalismo y al esfuerzo muchos artistas de la zona han podido viajar a exposiciones fuera del país, compartir con exponentes de muy buen nivel, por lo que le doy muchos años de evolución y proyección a la escena del tatoo penquista. Si yo soy un tatuador tradicional de Concepción, también hay especialistas en realismo, nueva escuela, black & gray, acuarelas, geometría, etc. Creo que si hay una sede del arte corporal en el sur del país está en la Octava Región.
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