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Vivir en libertad

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Rita Avalos

Rita Avalos

por Marcia Reyes Mare

Este mes, bueno, no solo este mes han sido de mucho ajetreo, así que ha sido un poco difícil concentrarme y tener ese espacio para continuar escribiendo. No es algo que me cause angustia, porque desde el principio me dije a mi misma que “debo aprovechar” todo el tiempo que sea posible a mis hijos, cuando estos están fuera de los compromisos escolares. No quise dejar pasar la oportunidad de, aunque sea en unos cuantos párrafos seguir en contacto con ustedes, así que en este mes de Septiembre en el que varios de los países de la América latina celebran sus “días de la independencia”, les hago llegar los mejores deseos porque encuentren los caminos para vivir en la libertad, la prosperidad y la paz que tanto merecen. ¡Viva la independencia, viva la libertad! Es precisamente este acontecimiento lo que me da pie para compartir una experiencia que hemos vivido en familia. Creo que ya les he comentado que tenemos una hija estudiando en una ciudad bastante lejana a California, bueno, son cinco horas de vuelo mas tres de diferencia, así que, como mamá, para mí, esto es mucha distancia.

Bien, pues este año, que sería ya el tercero de su carrera, cuatro de sus compañeros de universidad (los cuales cursan diversas especialidades), decidieron ya no estar en los dormitorios de la universidad y optaron, entonces, por una casa de renta. Cuando nos expresó esta inquietud, no saben cuantas cosas se me ocurrieron, sin embargo, dejamos que ellos investigaran, que fueran a varias viviendas (durante sus fines de semana y horas libres, puesto que aún no salían de vacaciones y tenían que tomar la decisión antes de las vacaciones de verano).

Pasaron varios días y al fin se decidieron por una casa tipo dúplex, la cual por las fotos que nos enviaron, nos pareció bastante bien.

Mi hija salió de vacaciones y aprovecho para “subarrendar” los dos meses que no estaría utilizando su habitación. Hasta consiguió realizar un viaje de estudios a Alemania para perfeccionar su alemán (de esto luego les platico, si ustedes desean) Bueno, pues los días del verano se nos han ido como agua entre las manos y nuestra hija ha regresado a su nueva casa. Como era de esperarse, no todo fue miel sobre hojuelas y debido a la antigüedad de la casa (lo cual es normal, porque se encuentra en una ciudad con bastantes años de haber sido fundada) había desde insectos, montones de polvo y por supuesto problemas de limpieza. Los cuales, como toda californiana, supuse no existirían puesto que estamos acostumbrados a otro tipo de relaciones arrendatarias. Como era momento de resolver, puesto que ya inicia clases el próximo lunes 28 de septiembre, tuvimos que primero, ayudarle a calmar su estado de ánimo, enfocarse en los problemas a resolver y como siempre, ofrecerle nuestra ayuda. Si era necesario, su mamá, ósea una servidora, estaría con ella.

Después de enviarle una lista de los “artículos mínimos” de limpieza que debe siempre tener, las cosas mega indispensables para su despensa ( para poder seguir el plan alimenticio, con el que va muy bien), los puntos mas importantes que deben los cuatro, como nuevos compañeros tomar en cuenta ( si, porque una cosa es ser amigos de entrada por salida y cada quien a sus departamentos y otra cosa es vivir juntos), decirle que será importante llegar a acuerdos, sobre los lugares comunes, sobre el ruido, sobre la limpieza de cada espacio personal y cuidar no invadir los que nos te correspondan; la calma le llegó un poco y pudo enfocarse en “la solución del problema y no en el drama”. Durante las horas que siguieron nos estuvo enviando mensajes y ya por la tarde noche, pues, ya la sentimos mucho mas tranquila. Ya había limpiado (maravillosamente su baño y su recámara) su espacio personal. Se encontraba ahora enfocada en el “armado” de su escritorio y cajonera. Entre bromas, su padre le estuvo respondiendo dudas sobre este asunto y preguntando otras tantas cosas relacionadas con la seguridad. Cabe mencionar que bastante avanzada la noche la dejamos ya, con silla, escritorio y cajonera armada. Muy cansada, pero mucho más tranquila. Creo que la “euforia” de la mañana fue pasando y como siempre, confiamos en que nuestra hija esta capacitada para resolver este y todos los problemas que se le vayan presentando. Por supuesto que, con permiso del creador, estaremos ahí para apoyarla. Para ayudarle a disfrutar esos frutos de esas decisiones que ha realizado, haciendo uso de su libertad. No pude dejar de imaginar aquellos días en los que las naciones, recién libres, tuvieron que pensar en cómo vivir con esa nueva libertad, cómo hacerse cargo de todos los asuntos relativos a esa nación, que recién era libre. Aun en estos días, me doy cuenta de lo difícil que es romper con el paternalismo y formar en las aulas y en los hogares individuos libres. Estando muy de moda las políticas en las que solo hay que “estirar la mano” para que el problema sea resuelto.

Por supuesto que la libertad, para todos los seres humanos es un derecho y un valor. Pero es importante saber que hacer con esa libertad. Es importante recordar que somos islas que forman parte de todo un continente, que nuestra libertad siempre termina donde inicia la de los demás. Es bien importante recordarlo ahora, que somos libres, porque también es una gran responsabilidad.

Creo que hasta aquí lo dejamos por ahora, me despido deseando para todos aquellos que inician una nueva etapa escolar, a todos aquellos que estarán lejos de casa, el mejor de los éxitos.

Cuando mi hija partió al primer año de formación, recuerdo perfecto la frase que me dijo, cuando fue inevitable que una lágrima asomara mi rostro, puesto que se iría lejos. “Ma, me formaron con alas fuertes y ahora que es necesario usarlas, ¿No me van a dejar?”.

Bueno, pues, si como hijo les has dicho lo mismo a tus papas, solo quiero que recuerdes que en casa tus alas fueron formadas con valores y con mucho amor. Usa esa fuerza para volar y si te cansas, recuerda siempre que se vale parar un poco y por qué no, regresar al hogar para retomar fuerzas.

Recuerden siempre, que fueron creados para vivir en libertad. ¿No está escrito “la verdad los hará libres?”. ¿No está escrito también “sean libres, sean felices”?

Libertad, del latín libertas y libertatis, que significa “el que jurídica y políticamente es libre”

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