Emprendedores
TRADICIÓN
CON TOQUE MODERNO Su ascendencia oaxaqueña, llevó a una chica emprendedora a iniciar un negocio en el que da cabida a manos artesanas de varias ciudades del país
A
sus 26 años, Ana Victoria Valdez es una mujer trabajadora y con muchos ánimos de hacer grandes cosas; por motivos laborales de su esposo llegó a vivir este año a Cancún y de inmediato puso manos a la obra en un emprendimiento. Sin embargo, con un fuerte arraigo familiar, optó por un negocio que le permitiera seguir muy pendiente de su esposo y su hija, a quienes gusta de darles tiempo de calidad y disfrutar vivencias juntos. Pero además, fiel a sus raíces oaxaqueñas y su fuerte amor por México, quería iniciar un proyecto en el que pudiera mostrar parte de la riqueza cultural de nuestro país. Así que junto a su mamá, Margarita Cruz, se decidieron por una boutique en la que ofrecen ropa y calzado artesanal. Así nació Milia Lüü, que poco a poco se ha dado a conocer y ha encontrado en el corazón del Caribe Mexicano un público que aprecia el gran trabajo artesanal que hacen mujeres de Oaxaca, Puebla y Chiapas. “Le pusimos el nombre Milia Luu, que en mixteco significa ‘Emilia pequeña’. Esto es porque Emilia se llama mi bebé, igual que mi abuelita, quien era originaria de Oaxaca y siempre estuvo orgullosa de su herencia cultural; siempre utilizó sus blusas y faldas bordadas, algo que yo admiraba mucho de ella y fue un gusto que yo heredé también”, comenta Victoria.
AMOR FAMILIAR Y HERENCIA CULTURAL
Reconoce que al principio fue difícil decidir el giro del negocio; también pensaban en algo del rubro gastronómico, pero al final, ganó el textil. “Queríamos hacer algo que pudiéramos mantener entre familia, que nos permitiera promover nuestras tradiciones y, por supuesto, que nos diera una retribución económica, que es lo que todo mundo busca al poner un negocio. Pero no quería tener un negocio que me absorbiera 24/7, sino poder estar en casa y pasar tiempo con familia”.
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Diciembre 2021
Nuestra intención es rescatar la esencia de estos bordados mexicanos, las tradiciones textiles y adaptarlas a la rutina diaria; es decir, promover prendas tradicionales pero modernizadas, sin perder su esencia”.
Ana Victoria Valdez
Primero empezaron a vender un calzado básico, que es la alpargata de colores; acudieron a un bazar multicultural y tuvieron éxito, lo que les abrió puertas y les permitió volver a resurtir; luego empezó a buscar bordados artesanales, hechos 100 % a mano. “Como mi mamá y mi abuelita son de Oaxaca, busqué bordados de las regiones de ese estado, se corrió la voz entre algunas artesanas y me empezaron a buscar para ver si yo les podía ayudar a vender sus prendas, ya que debido a la pandemia cerraron muchos mercaditos, el turismo disminuyó y las ventas bajaron”, comenta. Señala que, en conjunto con su mamá, a algunos bordados les dieron un toque moderno para que se puedan usar para el diario, con jeans y alpargatas; es decir, que sean looks muy combinables y adecuados para el clima y el estilo de vida en el Caribe Mexicano. Victoria comenta que ella y su mamá diseñan el calzado y, sobre pedido, las artesanas los elaboran, todo a mano; el yute que utilizan es natural. A la par, incluyeron bordados de tres regiones: Puebla, Oaxaca y Chiapas. “Todo es bordado a mano, se nota de inmediato
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