Sucedió en el baño

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Sucedió en el baño

Laura Pérez Pérez 5


Capítulo 1: Araceli

Hoy no sé cuantas horas dormí, puede que 3, 2 ó 4, pero a las 6 en punto fue cuando decidí levantarme. Ya sé que puede parecer infantil pero... ¡a mí el día de reyes me emociona mucho! Tengo 17 años y aún así paso todas las noches de Reyes o Papá Noel en vela. Ese entusiasmo que me da la Navidad es el que le falta a mi hermana pequeña... Tiene 6 años y ya sabe que son los padres quienes ponen los regalos y no los personajes mágicos. Tanto yo como mis padres le insistimos en que crea. Es bonito pensar que existe lo extraordinario. Pero es imposible convencerla, tiene en su cabeza todo siempre bien claro. Cuando se convence de algo no hay quien pueda cuestionárselo ¡Si parece que tiene 30 años! Me pregunto a quién habrá salido. Tanto yo como mis padres, abuelos, tíos, primos... nos creemos todo lo que nos dicen. Si señalan al cielo y gritan: – ¡Ooooooooooo! ¡Miren! ¡Una manada de cabras voladoras viene a invadirnos!Pues todos nosotros, menos mi hermanita Carla, miramos al cielo a ver si las vemos. Sí, quienes están como una manada de cabras somos nosotros. Lo divertido de mi familia es que somos casi todos los primos de la misma edad. Menos Carla y Juan que son los dos más chicos. Por lo menos Carla no está sola. Juan tiene 8 años, un poco mayor, pero con lo espabilada que está Carla, ya lo sabrán ustedes bien, los dos niños juegan y se divierten perfectamente. Todos nos llevamos muy bien, tenemos simpatía con unos más que con otros, claro está, y también tenemos nuestros enfrentamientos, pero nada grave. 6


En total somos 14 primos por parte de madre. Juan y Nuria son los hijos de Sofía y Jose. Jose es el hermano más pequeño de mi madre. Él tiene 36 años. Se unió a Sofía a los 18, nunca se casaron. Ella es 3 años mayor que él. Sofi es super juvenil, le encantan los niños. En realidad parece que tiene 20 y pocos años por lo entusiasta que es y lo bien que se conserva. Físicamente es una mezcla entre Angelina Jolie y Scarlett Johansson, así que... ¡imagínense lo guapa que es! No exagero: cuando la conoció mi tío, era modelo. Dejó de serlo cuando se quedó embarazada. Bueno, Sofía es la mejor acompañante para ir de compras. Da muy buenos consejos, te compra de todo. Y si preferimos librarnos de ella y quedarnos con su tarjeta de crédito (porque nos la presta, por muy sorprendente que parezca) nos aseguramos de que en ese centro comercial hayan camas elásticas de esas de los niños, ya que le encantan. Eso sí, si quieres su consejo, no se le puede ni mencionar las camas elásticas porque desaparece enseguida en busca de ellas y no para de saltar hasta que le obligamos a salir. Se camufla bien con el entorno de los otros niños que saltan: la misma felicidad, el mismo entusiasmo y la misma resistencia para salir. ¡Muchas veces nos tenemos que meter dentro para sacarla a la fuerza! La queremos mucho. Jose también es otra belleza. No fue modelo porque quería llegar a ser luchador de taekwondo profesional, pero acabó dedicándose a la abogacía. Él sabrá escuchar y resolver problemas, pero solamente cuando le pagan bien. Si ahora tú le pides un favor para que te ayude porque estas en algún aprieto, esta sería la conversación que tendrían: – Oye me puedes ayudar, que la policía me...– ¡Eh! ¡Eh! ¡Eh! A mí no me cuentes historias. Si tienes algún problema te buscas a un buen abogado que para eso están.corta sin dejarte terminar. – ¡Pero si tú eres abogado! – Sí, y el mejor de todos, se lo aseguro. Cuente conmigo, 100 euros la hora ¿Le interesa?- responde con la mayor sonrisa que uno se pueda imaginar. Cuando termina la jornada laboral, no quiere saber nada más de 7


problemas de ningún tipo. Él se va al gimnasio a sudar como el pan al sol. Y a veces también salta en la cama elástica con Sofía. Nuria tiene 14 años. No hace falta que la describa mucho. Ella es exactamente igual que la madre salvo por el hecho de que prefiere saltar a la comba. Y que nadie le moleste cuando está en una sesión de salto, porque como la interrumpan... habrán hecho que salga la gran bestia que lleva dentro porque, mientras salta, cuenta cuántos brincos lleva. Paul, tiene 18 años, es el hijo mayor de Manolo y María, los dos de 41 años. Poco después del nacimiento del primero, fueron a buscar la pareja y se llevaron una gran sorpresa. En vez de tener un bebe... ¡salieron tres! : Pedro, Paco y Pablo, los trillizos que tienen 16 años. Manolo y María son unos románticos. Lo suyo fue un flechazo. Desde el primer día que se vieron se enamoraron. Al año se casaron. Cuando terminaron de estudiar, consiguieron casa y un buen trabajo, los dos son arquitectos. Entonces se lanzaron a por hijos. Paul es un chico responsable. Aunque se lleve poco con sus otros hermanos, siempre ha tenido el papel de hermano mayor. Es el típico ejemplo de caballero de las películas antiguas. Siempre dispuesto a ayudar... Esto pone de los nervios a los trillizos que, por el contrario, van siempre a lo suyo, son totalmente lo opuesto de Paul. Bueno, creo que mejor paro de describirles a mi familia, ya la irán conociendo, que no quiero aburrirles. En fin, decidí levantarme y mirar los regalos de reyes. ¡Hay montones! ¡esparcidos por toda la casa! ¡Luego llegarán todos también con más regalos! Una gran sonrisa me surgió en la cara. No me di cuenta de que la tenía hasta que me dolieron los mofletes por tanta presión. ¡Y sin embargo no podía quitármela de la cara! Realmente lo que me hace tanta ilusión no son los regalos, sino abrirlos. La sensación de romper el papel de regalo... lentamente... sintiendo en las manos y oyendo cómo se deshace el envoltorio de algo que, a lo mejor me gustará, a lo mejor no, pero que me lo han 8


dejado con cariño. ¡Hay regalos pequeños, grandes, medianos, envueltos de muchas formas! Como poseída, estoy recorriendo toda la casa para observar bien cada paquete y mirar los nombres. Llego al baño y algo me sobresalta, uno de ellos está forrado con papel de periódico... qué raro... lo más extraño es que está en la ducha. Con una curiosidad tremenda me acerco y veo algo que hace que se acentúe aún más mi impaciencia. ¡El regalo llevaba mi nombre! con letras grandes, en mayúscula y como si fueran de niño chico, pero claramente legibles: “ARACELI”

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Capítulo 2: Araceli

Confusa voy a la cocina. Solo nos dejan abrir un regalo cuando ya hemos desayunado y todos estamos despiertos. El resto cuando toda la familia llegue. Este año toca que vengan a nuestra casa. Creo que ya sé cuál será el primer regalo que abriré... Ahora otro gran dilema, ¿qué desayuno? Yo suelo pensarme qué tomar para empezar el día porque me gustan los cambios, no soporto la monotonía. Aunque ahora mi cabeza solo piensa en ese papel de periódico. ¿Un yogur con plátano? ¿Será un ordenador? ¿Tostadas con queso de untar, mermelada o miel? No, si fuera un ordenador la caja sería más plana. ¿Queso tierno? ¿Será un regalo de Carla? Yo no le compré nada. ¿Leche, gofio, cola-cao? No creo que ella me regale nada, a ella no le gusta la Navidad. ¡Bah!, unas cuantas tostadas con queso de untar, mermelada de fresa y un zumo de naranja. Mientras preparo lo que comeré, mi mente no para de pensar en el misterioso regalo. Haciéndome preguntas. Realizando suposiciones y rechazándolas de inmediato por no tener sentido o ser muy poco probables. Por fin terminé de untar todo y me dispuse a zampar. Mmmmmmm... había olvidado lo bien que sabía. El queso, blando, sabroso... la mermelada dulce, con algún tropezón aún más dulce... la tostada crujiente, que completa perfectamente los otros dos ingredientes... Me siento realmente en el paraíso. Cierro los ojos y lo único que veo son un montón de colores vivos y bonitos... un arco iris... siento como si volara... camino, corro sobre las nubes... Finalmente, me tomo el zumo. Ahora estoy en un jardín lleno de 10


margaritas, el cielo esta despejado y el sol brilla... ¡Y hay gente que fuma marihuana para llegar a evadirse! Yo les prepararía esto para que vean que hay otra manera de llegar al paraíso, pero de una forma más fácil, barata, sana y legal... Siempre despierta la primera estos días...- dice Cynthia, mi madre, negando con la cabeza. Eso me sobresalta y hace que pegue un brinco tan grande que me pongo en pie. Después, mi dedo gordo se tuerce y caigo al suelo con un gran estruendo. Levanto la vista y veo la cara de mi madre... se está aguantando las ganas de echarse a reír... ¡Está roja como la mermelada de fresa! ¡Con esa cara consigue que el gran ataque de risa me de a mi! – ¡Sssssh! No hagas ruido, que los despiertas... jajajaja- Cynthia ya tampoco puede aguantar la risa. Intenta hacerlo lo más disimuladamente posible. Cosa difícil porque su risa es muy potente. Mi abuelo tiene un sueño muy profundo. Hayan tormentas, huracanes, terremotos o estén demoliendo la casa, él sigue dormido. Sin embargo, si mi madre se ríe, ya está, ya se despierta. ¡Mi madre ya consiguió que todos se despertaran! ¡Ya solo les queda desayunar para que pueda abrir la extraña caja! ¡Oh! La había olvidado ya... – ¡Gracias mamá! - digo felizmente - ¡Ya están todos despiertos! Oye, ¿qué es el regalo que está en la ducha? – ¿Qué regalo? - pregunta mi madre extrañada – El que está envuelto en papel de periódico y que lleva mi nombre – especifico. – Ni idea, ya luego miramos – concluye Cynthia –

Intrigada observo cómo se sirve la leche... ¡Uy...! el ruido del líquido acaba de hacer que me entren unas ganas insoportables de mear. – ¡Ahh, mamá! ¡me meo! luego vuelvo- grito mientras voy a la velocidad de la luz al baño. – ¡No seas grosera Araceli! ¡Di que vas a hacer pipí! ¡o que vas a orinar! ¡pero no digas que vas a mear, por favor te lo pido! ¡Como te oiga decir eso mi madre... no te dejaría ni ir a mear! - grita mi 11


madre a toda velocidad. – ¡Vale mamá! ¡voy a expulsar el agüita amarilla que le sobra a mi cuerpo por mi grifito particular! - respondo sin pensar lo que digo y cerrando con un portazo la puerta del baño. Me bajo a toda prisa los pantalones y me siento en el retrete ¡Del golpe, casi me caigo dentro! El líquido empieza a salir... y yo siento cómo me derrito del gusto... ¡Miro al frente y veo a una persona! ¡Casi escupo el corazón del susto! pero me doy cuenta de que es mi reflejo en el espejo que está en frente del water. No sé a quien se le ocurrió ponerlo ahí. Me he llevado de sustos por culpa de él... Creo que lo que más me dio miedo fue ver mi cara descompuesta de alivio. Ahora lo que siento es cómo todos los músculos del cuerpo se relajan otra vez... y surge de nuevo esa cara ridícula que antes me asustó. Vuelvo a reírme a carcajadas. Qué estarán pensando los que me oigan fuera... Me limpio, levanto y subo los pantalones. Me lavo las manos, miro el regalo... Bueno, ya que estoy aquí me lavo también los dientes. Unto el cepillo con la pasta... lo mojo... ¿¡Pero qué!? ¡Acabo de sentir como una sombra! ¡Hay alguien más en el baño! Me doy la vuelta con el corazón a 100 latidos por segundo. ¡Sin darme cuenta me puse en posición de ataque como si el cepillo fuera una espada! ¡Reconozco quién es! ¡No lo puedo creer! ¡No ha cambiado nada! ¡¿Pero qué hace aquí?! ¿Cuanto tiempo llevará en el baño? ¿Habrá visto y oído como meaba? Mi cabeza está gritando a toda fuerza. ¡Pero no me sale la voz! Qué débil me siento... Noto como si por mis venas lo que corriera no fuera sangre... sino hierro ardiendo ¡No puedo moverme! ¡Ella me inyectó algo! Intento gritar su nombre pero... ¡mi cuerpo ya no me responde! 12


Capítulo 3: Silvia

Por fin tu corazón deja de latir. Ahora estás inerte en el suelo del servicio. Tu cuerpo ya está sucumbiendo al efecto de la difurtitidurina. Tu piel, siempre tan blanca como la camisa que llevas ahora, se está tiñendo de un tono azulado. Efecto producido por la cristalización de tu dulce sangre. Dentro de poco tu cadáver quedará como un diamante, pero aún más difícil de romper. Deberías sentirte afortunada. Los científicos no se lo explicarán. Ya sé que no te gusta la fama porque no te deja vivir tranquila, pero... nadie puede molestarte ya... serás famosa durante un tiempo y sin que te incomoden. Ya has vivido tranquila. Y de todas formas, si no te mato yo, tu fallecimiento llegará igual. La vida es un camino con una sola salida: la muerte. A lo mejor te puede llegar más tarde... o más temprano... Lo único que he hecho es simplificar tu existencia. Puede que acortarla... Sin embargo has disfrutado... Siempre apreciando las cosas pequeñas... Puede que sea tu destino... Quizás por eso quisiste recordar y saborear los pequeños detalles que te hacían sentirte más viva y potente. Yo solo soy tu guía, la dama de negro que te ayuda a cruzar el túnel para llegar a un lugar mejor, más sencillo pero extremamente más tranquilo. Te gustaba descansar... Ahora lo puedes hacer eternamente... Aunque realmente es una pena... Te tenía mucho aprecio. Eras pura simpatía, la mejor que me caía... Pero así es mejor... Sufrirás menos... Miro a mi alrededor y veo el baño ¿Hace cuanto tiempo que no 13


estoy aquí? ¿Fue hace dos años quizás? Yo no he podido olvidar lo que me hicieron. Por mucho tiempo que pase... Fue muy duro para mí. Nunca los perdonaré... Lo sabía, el regalo sigue sin abrirse. Una sonrisa se dibujó en mi cara. Por ahora todo me ha salido como quería. Le quito a Araceli la inyección del muslo. No me gustaría que el tubo se quedara ahí eternamente. Mmmmm... no había pensado qué hacer ahora con la jeringuilla... Bueno, la tiraré a la basura. Así puede que se entretengan más en investigar la causa de la muerte... Y piensen que les resultará más fácil cogerme... aunque nunca lo harán... mi trabajo ha sido limpio, rápido y sin huellas, gracias a los guantes... “¡Crash!” La casa ya empieza a animarse. Mejor irme ya. Detrás del water hay una ventana. Las veces que he ido a mear o hacer otro tipo de necesidades sentada ahí, siempre he temido que se abra de golpe y aparezca un lobo que me coma por detrás. Ese siempre ha sido mi gran temor de cuando era más chica. Creo que la ausencia de Araceli les inquietará dentro de poco. Más me vale desaparecer antes de que decidan ir a buscarla. Me lanzo por la ventana con fuerza evitando tocar nada (ni siquiera con los guantes) y caigo en el césped. Coloco un poco las hierbas para que no se note que he estado ahí. Me escondo disimuladamente detrás del muro. Siempre sin tocar nada. Miro a mi alrededor. No hay nadie. Suerte que todavía tengo todas las llaves de las casas. No cayeron en ese detalle... o pensaron que iba a preferir aguantarme, sufrir en silencio y de forma pacífica hasta superarlo... Estaban muy equivocados. Finalmente, intentando hacer el menor ruido posible, apoyando lo mínimo la planta de los pies y asegurándome de que no haya nadie que me observe, me acerco a la puerta del jardín. La abro con maña y 14


disimulo. Luego tiro de la llave, que cede y sale de la cerradura con un delicioso. “¡Click!” Se forma un pequeño hueco por la puerta, lo suficiente grande para poder zafarme por él. Cojo una hoja que hay en el suelo. Así no dejo huellas ni de guantes tampoco en el manillar. De esta manera nadie sabrá por dónde me he colado. Con la rama agarro la puerta. Meto la llave. La giro para cerrar la puerta de nuevo. “¡Clack!” Ese sonido fue como si me estuvieran felicitando por la obra maestra que acabo de realizar. Orgullosa y feliz, por primera vez desde hace dos años, me alejo de la casa caminando. Nadie me ve. Me escondo en el callejón donde aparqué el coche. Me meto en él. Y voy a mi casa mientras pienso alegremente: por fin comienza mi venganza.

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Capítulo 4: Franco

¡Coño...! ¡Ya me tengo que levantar! ¡Y encima es el día de Reyes! ¡Ah...! ¡Otra reunión familiar! ¡Noooo! ¡Yaaaaaas...! ¡Yo me quiero quedar en la cama! ¡Agggg! ¡Encima Araceli ya se levantó temprano! ¡Qué chiquilla más pesada! ¡Siempre papá, papá, papá! ¡Para unas cosas tiene tanta marcha pero para otra es una pachorrona...! ¡Siempre levantándose la primera para fastidiar a todo el mundo! ¡Parece mentira la edad que tiene! ¡con lo chica que parece! ¡Y encima Cynthia riéndose como una loca! ¡Mira tú la mujer con la que me fui a casar...! ¡No puede ser mas discreta! ¡Siempre tan escandalosa y llamando la atención! ¡A estas horas de la mañana! ¿Qué hora es? Me giro para mirar el despertador... ¡Son las 6 y media! Ay... lo que hay que aguantar... Esto es lo que pasa cuando te consiguen convencer para tener hijos... Menuda pesadilla... Qué remedio... Me levanto, como un zombie, voy a la cocina a desayunar. Ahí está Cynthia, tomándose un tazón de leche con mucho cola-cao y gofio, disfrutando pero engullendo rápidamente. Cojo un cruasán y lo meto en mi boca hasta que me roza la campanilla. Luego le doy un mordisco... ¡Uy se me olvidó desearle los buenos días! – Güevos as – le saludo con la boca llena y medio dormido – ¿Qué? ¿Ahora te da por hablar a lo Tarzán? Y mira bonito, si quieres huevos te los haces tú – me responde Cynthia con los nervios subiéndole a la cabeza. ¡Ños! ¡Parece una cafetera exprés! – ¡Buenos días! - repito, tragando primero todo para que pueda entender y no se enfade más aún (si eso es posible)– Mmmmmm... ya te iba a dar yo... buenos días. Pero cariño... prefiero que me hables con la boca vacía ¡que si no, no sé qué me 16


dices!- comenta ya más tranquila- ¿Oye? ¿tú le hiciste un regalo a Araceli sin decírmelo? – ¿Yo? Que va... por mí no le regalaría nada de nada – respondo distraído y me hinco un vaso de leche de golpe. – Pues que raro... ella antes me dijo que había un paquete en el baño con su nombre... - medita mientras mete el tazón en el fregadero. Pero como ella está tan distraída... se le escapa de las manos. El recipiente cae al suelo y se rompe. “¡Crash!” Un montón de trozos de cerámica quedan esparcidos por toda la cocina. ¡Y dale! ¡otra vez a comprar loza! – ¿¡Pero por qué soy tan torpe?! - se interroga pensativa – No te culpes, es algo hereditario – afirmo tranquilamente– Mmmmm... ¿qué estás insinuando con eso? - me cuestiona con cara asesina– ¿Yo? – Sí, sí tú... ¿A quién le estás llamando torpe? - pregunta con doble sentido. Ella lo que quiere es que retire lo dicho. – A nadie amor mío de mi alma. Solo que eso es lo que se suele decir. Pero no es que esté pensando en alguien. – solo estoy pensando en toda tu familia pero mejor que no te lo diga... – En fin, en fin... ¿Me ayudas a limpiar todo esto?- a eso se le llama orden camuflada en forma de pregunta. – Claro, cigarrito mío, pero a ver si conseguimos recoger todo pronto, que llevo toda la noche sin fumar y... creo que mis pulmones necesitan aire puro- respondo. Veo que Cynthia me está mirando con cara rara- Ya me entiendes, necesito aire puro en alquitrán. Los pulmones me están pidiendo una buena dosis de nicotina para empezar de buen humor el día. – Ay, ay, ay... Franco, Franquito, Franco... como tu te me mueras pronto por culpa de esos malditos papeles con asfalto... ¡hago que te incineren! ¡Y tus restos los vendo para que fabriquen cigarrillos! ¡total, el 80% de tu cuerpo actualmente es nicotina...! el otro 20% es grasa, agua y sangre, pero tú sabes que te quiero mucho almendrita mía... - termina como para que no me mosquee, mientras se come un puñado de almendras. 17


– En fin... ¿Limpiamos esto ya? - pregunto. – Claro – responde sonriente – ve a buscar el cepillo. Resignado voy en busca del CLD (Cepillo Limpia Destrozos, mayoritariamente los de Cynthia) y la PLD (Pala Limpia Destrozos). No entiendo por qué tengo que ir a buscarlo yo, si es ella quien rompió el tazón... Bueno... mejor no discutirle... Entre los dos lo limpiamos todo y no dejamos ni un trozo de cerámica. Encendí el cigarro. Me dispuse a salir fuera a fumar. Aún que... se me pasó algo por la cabeza... aquí me falta algo... ¡Araceli! ¡Pero si ella fue la primera que oí levantarse! ¿¡Donde estará!? Me acerco a la ventana de la cocina para preguntárselo a Cynthia. – ¿Oye? ¿Araceli no se había despertado ya?- pregunto extrañado. – ¡¿Aaaaaaay?! ¡Es verdad! Se fue al baño pero... no puede tardar tanto... ella no aguanta sentada tanto tiempo ni aunque esté estreñida... - dice pensativa y seria- Voy a ver si le pasa algo... – ¿Qué le va a pasar...? - digo más bien para mí. Desde la ventana observo cómo mi esposa se aleja y llega a la puerta del baño... – ¿Aracelita, niñita guapita...? ¿qué estás haciendo tu ahí tanto tiempo? - le pregunta a través de la puerta. Parece que no le responde... – ¡¿Araceli?! ¿No se te ha gastado ya el agüita de tu grifito?vuelve a preguntar... ¿¡Agua de su grifo!? ¿¡Qué dice la loca esta ahora!? Cythia abre la puerta y entra en el baño... ¡y sale! ¡caminando hacia atrás! ¡Ay Santa Rita! ¡como esta se me caiga para atrás... se me rompa un brazo... y la tenga que llevar al hospital...! Bueno, así por lo menos me libro de estar en la reunión familiar... ¡La cara de mi mujer ahora está descompuesta! ¡como si hubiera visto un cadáver! ¡Hay que ver lo exagerada que pueden ser las mujeres a veces...! ¡¿Pero qué está haciendo ella?! ¡está dando tres brincos corriendo y luego salta dos veces con los pies juntos! ¡agitando las manos como 18


si intentara secárselas! ¡No puedo evitar echarme a reír! ¡la escena es demasiado cómica! – ¡¿Qué estás haciendo?!- pregunto entre risas. – ¡A! ¡A! ¡A! ¡Aaaraacee...! ¡No, no, no, no, no! ¿Araceli? ¡¿No?! ¿Qué? - esta no se entiende ni a sí misma... – A veeer.... ¿qué le pasa a Araceli? - pregunto mientras apago el cigarro y entro en la casa. Voy al baño y... ¡veo a mi hija tirada en el suelo! ¡su piel tiene un tono azulado! ¡parece una estatua! Ahora noto como yo también estoy cogiendo color... Una gran preocupación y miedo inesperado se apoderan de mí ¡Esto no puede estar sucediendo! ¿Seguiré durmiendo? Si es así, no me gusta el sueño. ¡Subconsciente! ¡cambia de sueño! ¡Despiértame! Cojo unos pelos de la barba, que ya necesita una buena poda desde hace bastante tiempo, y los arranco. No, no es una pesadilla. ¿Qué le habrá pasado a Araceli?

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Capítulo 5: Carla

Hay como te quiero... Nunca permitiré que nos separen... Llevamos ya casi cinco años juntas y te sigo apreciando tanto o más que el primer día... Parece mentira que todavía me acuerde de aquella vez... habían tantas... pero mis ojos solo te veían a ti... realmente fue un flechazo... Desde entonces hemos pasado todas las noches juntas... Nos conocimos en aquella tienda y ahora somos inseparables... Cómo he disfrutado contigo... Cuántos momentos hemos compartido... Espero que nunca te vayas... No soportaría tener que sustituirte por otra... sería demasiado triste... Tú eres mi primer recuerdo... de cuando tenía 2 años... Ay camita... Todas las mañanas me levanto sobre ti y no quiero dejarte solita durante todo el día... Espero que no te sientas abandonada... A mí me gustaría quedarme siempre contigo... pero ya sabes que no me dejan. Ya los has oído. Ahora Navidad. Fiesta comercial que solo sirve para que crezca el consumismo. Te regalan de todo pero realmente nada lo utilizarás y poco te gustará. Bueno, estos días sirven para practicar el arte dramático. Hay que fingir mucho para que parezca que todo lo que te regalaron te ha encantado. Que han acertado en todo al 101%. Otra cosa buena que le veo a esta celebración es que los padres compran muchas golosinas... Solo en pensar en los bombones se me hace la boca agua... ¡Caramba, carambita, carambola! ¡Ya me entró hambre! ¡Voy a desayunar! Salgo de mi amada cama de un brinco. 20


Uy... me acaba de entrar mareo de levantarme tan rápido. Siempre me pasa lo mismo... Debería acordarme... Ahora me quedo en pie un rato para que se me pase... Ya estoy bien. Sonriente voy a la cocina. ¿¡Pero qué veo!? ¡Mamá esta bailando! ¡a estas horas! Qué raro... Me sirvo la leche, el cola-cao, cojo una caja de galletas y empiezo a mojar una... me la como... luego otra... y otra... Qué ricas están las galletas estas con pepitas de chocolate... ¡Ya sin darme cuenta me terminé todo el paquete! Me bebo lo que me queda de leche en el bol. Lo recojo todo. ¡Qué bien! ¡mamá y papá ahora estarán contentos conmigo! ¡recogí todo lo mío yo solita! Hablando de papá y mamá... ¿qué les pasa? ¿ Y dónde está Araceli ? – Mamita, ¿qué pasa?- pregunto inocentemente. – Carlita, cariño, no sabemos lo que le pasa a Araceli... no sé si la han asesinado...- dice ya empezando a llorar, sin dejar de moverse y de forma extremamente nerviosa. – ¿Y ya han llamado a la policía? - interrogo tranquilamente – Mmmmm... no – Cynthia responde quedándose paralizada... – ¡Es verdad! ¡ya llamo yo! - grita mi super-papi. – ¿Donde está ella? Quiero observar el lugar del crimen cuestiono siempre igual de pacífica. – En el baño... pero no toques nada para cuando venga la policía – responde entre gemidos mamá tristemente – He visto suficientes películas como para saber eso, tranquila, sé actuar en este tipo de situaciones... - afirmo muy segura de mí misma, como toda una especialista. Voy hacia el baño. Realmente dejar de tener una hermana no es tan malo... ya no me molestará más. El ordenador ya siempre estará a mi disposición. Todas sus cosas, para mí. Toda la atención de los padres, para mí. Todos sus bombones, para mí... otra vez se me está haciendo la boca agua... y eso que acabo de hincharme a galletas... Llego al servicio. Allí está ella tirada... tiesa. Se la ve muy guapa. Le sacaría una foto... Se ve que se quedó rígida cuando estaba de pie. Y que luego cayó. 21


El pijama azul con dibujos de perritos se ve muy flexible comparado con lo sólido que parece su cuerpo ahora. Mmmmm... ese pijama tan bonito podrá ser mío... ¡Oh! ¡bueno, si me lo dejan...! porque será una prueba... En fin, de todas formas sus pijamas me los podré quedar... y su ropa tan bonita... pienso alegremente. Todavía no me queda bien... pero ya me servirá todo dentro de poco... Tiene un brazo levantado. Está señalando a algo o alguien... yo diría que es a alguien. Tiene la boca formando un arco perfecto, ni con un compás se podría haber hecho mejor. Las fosas nasales completamente dilatadas. Los ojos fuera de su órbita. Esa es la cara del terror... el pánico personificado... Se me erizaron los pelos... ¡hasta los de la nuca! El pelo, obviamente, está hecho un remolino. ¡Parece una bruja! ¡Se nota que todavía no se había cepillado su cabello ondulada y rubio! ¡Todas las mañanas se levanta igual! ¡y me asusta siempre! ¡por muchas veces que se lo haya visto así! Fui a coger la cámara. Por muy tétrica que resulte la imagen, me parece hermosa. Saqué unas cuantas fotos. Todas salieron muy bien... Pero algo me sobresalta... ¡Hay un regalo en la ducha! ¡lleva el nombre de Araceli! ¡¿Y por qué no puede ser para mí?! ¡yo quiero que me pongan también un regalo en la ducha! ¡El nombre de Araceli está escrito con una letra feísima! ¡peor incluso que la mía!

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Capítulo 6: Cynthia

– Buenos días – se escucha por el auricular del teléfono, estoy pegada a Franco para oír todo y enterarme de lo que dicen. – ¿Hablo con la policía? - interroga mi marido. – Sí, ¿qué desea? - pregunta el agente. – ¡Ah! ¡bueno, desearía que mi hija esté bien! No sabemos qué le pasa... ¡está tiesa! - especifica. – Si le ha dado un ataque, es al hospital a donde tiene que llamar, no a nosotros - responde el agente. – ¡Pero creemos que la han asesinado! ¡Su salud era perfecta! ¿Podrían venir a ver qué le ha pasado? - suplica mi cónyuge. – Qué remedio... - dice para sí - ¿Dónde está? – En mi casa. – ¿Y cuál es la dirección de su casa? - pregunta perdiendo un poco los nervios. – San Lucifer de los Demonios calle Satanás número 6 – responde tranquilamente. – ¿Está usted de broma? - cuestiona dudoso el agente - ¡Yo también vivo en San Lucifer de los Demonios! ¡acabo de mudarme! – ¡Ah! ¡hombre! ¡le felicito! - contesta con un falso entusiasmo. – ¡Qué bien! ¡por fin conoceré a los vecinos! ¡Enseguida llego y charlamos! ¡Hasta ahora mismo señorita! - se despide el agente felizmente de mi marido. – De acuerdo... ¡Eh! ¡No soy una señorita! ¡¿Pero qué se cree?! ¿Por qué ha dicho eso? - se desquicia Franco. – Pi, pi, pi... Pi, pi, pi... Pi, pi, pi... - el policía ya colgó. – Cariño... tú tampoco es que tengas una voz... muy grave... y encima ahora por el susto... se te ha quedado aún más fina - le aclaro intentando tener tacto. – Bueno, bueno... - concluye. La verdad es que, sobre todo ahora por la tensión, se le ha quedado una voz de pitufo que... ¡ni Piolín! 23


Poco después de la llamada, la familia empieza a llegar. Felipe y Marina con sus hijos Marcos, Marta y Fiona. Marcos tiene 21 años, es muy simpático y agradable. Aunque de vez en cuando le dan trabes extraños. Suele cambiar su opinión y manera de ver las cosas de forma exageradamente drástica. Luego nadie le puede convencer para que sea realista y se dé cuenta de la decisión tomada. Un día le puede encantar tocar la guitarra... pero otros, puede odiarla a muerte y no poder escucharla ni siquiera, teniendo ganas de tirarla a la basura y romperla... O también un día apreciar y amar a muerte a alguien y el día siguiente darle igual... decir que solo quiere amistad con esa persona... pero realmente no quiere nada... y no le importa lo fuerte que haya podido ser la relación... Se suele hartar de todo... También le gusta mucho picar a la gente, sobre todo cuando descubre alguna manía que tenga alguien, relacionada con excesivo orden o limpieza. Por ejemplo, si ve que están colocando todos los cuadros porque estaban ligeramente torcidos... pasa al lado y como quien no quiere la cosa, los descoloca todos y dice: – Ups, lo siento ¿Los estabas colocando? Creo que te los descoloqué... No lo hice adrede – pasa de largo y luego se queda mirando la cara de desesperación de la gente y como vuelven corriendo a colocarlos de nuevo... un poco más a un lado o un poco más al otro... Él se ríe en silencio. Es un abusador, sobre todo con sus hermanas. Marta tiene 20 años. Ella sí que es una super maniática del orden. Llega a la casa y mientras habla, casi inconscientemente se pone a recoger todo. Ve una toalla en el suelo y va corriendo a colgarla, no sin antes olerla para ver si está sucia. Entra en el cuarto de alguien y se traba toda... empieza a colocar los botes en formas bonitas, para que quede bien decorado. Si sabe donde van los objetos, los lápices por ejemplo, pues los deja 24


en su sitio... Si ve una cama deshecha, pues la hace de inmediato... Este último detalle es el que no se les pasa por alto a ninguno de la familia... Muchas veces por las mañana la llaman. Consiguen que se acerque al cuarto lo suficiente para que vea la cama y... como si estuviera programada ¡ella acaba haciendo hasta el lecho de sus padres! ¡Si esta chica va al bosque y empieza a limpiarlo y colocar bien las hojas y las ramas! (No piensen mucho cómo se ordena el bosque... eso solo lo sabe el cerebro de Marta...) ¡Se pone nerviosa cuando le mueven una rama! y dice : – ¡No muevas eso! ¡que lo descolocas! Fiona tiene 18 años. Es todo lo contrario de Marta. Le gusta dejar todo en el sitio donde deja de usarlo... Ella es original, todo acaba donde lo decida. Si le apetece quitarse los zapatos en el salón, pues ahí se quedan, ya los retomará cuando quiera. Fiona opina que hacer la cama no tiene ningún sentido. Cuando Marta no se la hace y Marina le dice que la haga, ella le responde: – A ver mamá, ¿por qué la tengo que hacer si después la voy a deshacer incluso antes de meterme de nuevo? No tiene ningún sentido ¿Qué animal hace la cama? Ninguno. – ¿Qué animal tiene cama? - su madre intenta que entre en razón. – Aaaammmm... ya ves por donde voy... ¡Los animales duermen donde, cuando y como quieren! ¿Por qué nosotros no? ¡si somos los más animales de todos! ¡¿no ves cómo destruimos el planeta?! ¡y encima nos creemos superiores! Somos extremadamente egoístas, tontos y.... mejor no sigo... que empezaría a insultarnos demasiado... y se que eso a ti no te gusta... - mientra Marina piensa como responderla a eso, Fiona medita – ¡Anda! ¡Sí! ¡algunos perros tienen cama! ¡si tú les das una mantita ellos se tumban encima o se abrigan con ella! ¡pero nunca la doblan! Ay... los perros... qué bonitos, buenos y fieles son... Ellos sí que se merecen una buena vida... no como nosotros... ¿Oye, mami, vamos a la perrera para acoger a algún perro? – ¡Vale no hagas la cama! - se rinde siempre su madre para dejar de oírla. – Gracias mamá, ya sabía que me entenderías – suele decir 25


Fiona orgullosa - ¿Y qué pasa con el perro? ¿Vamos a la perrera? Bueno, mejor cogemos dos que si no se sentiría solo y ya sabes que se deprimen... igual que nosotros... ¿Ves como somos igual de animales que ellos?– ¡No cariño perros en esta casa no! - se desquicia Marina. – Jo... yo quiero tener perros... - se queja la pobre Fiona. Esta es una de las conversaciones que se oyen más en la casa. A ella le encanta la naturaleza. Si van al bosque ella sale a caminar por ahí, observando el paisaje. Entra en un mundo aparte. Se siente parte de la vegetación. Piensa en su vida. Despeja su mente, respirando aire puro... Es feliz. Marina es la hermana mayor de Cynthia, siempre han sido muy buenas amigas. De jóvenes incluso salían con la misma gente. Ahora Marina trabaja grabando programas de televisión. No le gusta lo que graba. Suele ser la típica prensa rosa y cotilleo. Pero le fascina el hecho de que lo que ella decida observar, quede pasmado y se pueda ver de nuevo. Felipe es un gran hombre. Tuvo una infancia difícil por culpa de no tener dinero. Pero con mucho esfuerzo ha conseguido salir adelante. Tuvo que trabajar desde joven, pero no dejó de estudiar. Por las mañanas iba a la escuela. Por las tardes era el lavaplatos de un restaurante. Y el tiempo libre que le sobraba, era para hacer los deberes y estudiar. Le costó mucho, pero consiguió tener un buen trabajo como ingeniero técnico. Carla sale del baño dando brinquitos como Heidi. Se acerca a un cajón y empieza a revolver... – ¡Eh! ¿Qué haces?- le pregunto curiosa. – Busco la cámara- me responde. – La cámara es de Araceli y ya sabes que no le gusta que se la cojas... ¡Respeta sus cosas!- le regaño. – Ahí esta la cosa... ¿crees que ahora puede opinar?- insinúa Carla con una cara de pillina. 26


– ¡Ves a tu hermana así y lo primero que se te pasa por la cabeza es que puedes coger su cámara! Tu no eres una piedra, ¡tus sentimientos son tan duros como el diamante! y ni eso, porque tu de delicada nada... – Ay mamá, que bien suena eso. Soy como el diamante pero mejor aún...- me dice Carla con una sonrisa que pocas veces conseguimos sacarle. Tomo nota, ya sé que lo que hay que hacer es lanzarle piropos. Suena el timbre. ¡Qué rápida es la policía! no nos podemos quejar... Franco responde por el telefonillo del portero automático y nos llevamos el chasco, es mi hermana Marina con su tropa. ¡Se me olvidaba! ¡hoy es el día de Reyes! Qué triste... con lo ilusionada que estaba... ¡Quería desenvolver mi termomix! y también ver la cara de todos al abrir sus regalos claro... ¡Además, tendremos que explicarle la extraña trágica noticia a todos! Creo que no tendré fuerzas...

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Capítulo 7: Marta

Llegamos a la casa cargados de regalos. Nada más entrar me viene una crisis nerviosa. ¡No se le ve un orden a esa lava de paquetes envueltos! ¡Hay montones esparcidos por todas partes! Contrólate, Marta, contrólate... Respira... 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7... Afuuu... Afuuuuu...Afufuuuu... Acabamos de enterarnos de cómo está Araceli... A todos nos deprime... Se nos fueron las ganas de romper papeles... Cynthia está llorando. Franco camina de un lado a otro con las llaves en la mano. – Ahora mismo llega la policía – nos informa este último. Justo en ese momento suena el timbre. Corriendo, fue a abrir la puerta. – ¡Hola vecino! - saluda alegremente – Tomen, compré este roscón por el camino para que disfruten de la Navidad – ofrece orgulloso uno de los dos agentes que están en la puerta. – Em... Gracias... Pero, vamos a ver qué pasa con mi hija. – Me gustaría tomarme un cafesito antes si no le importa... ¿Oiga? ¿Fue con usted con quien hablé por teléfono o con su mujer? - cuestiona dudoso. – Fue conmigo – informa picado – Y no, primero me gustaría que la vieran a ella. – Comprendo...-dice pensativo el nuevo vecino. – Descuide. No seas confianzudo Luqui. ¿Nos lleva a donde esté la chica? - el otro policía parece más dispuesto. – ¡No me llames Luqui! ¡Confianzudo tú! ¡Me llamo Lucas! ¡Lucas! No Luqui. ¿O te gustaría que te llame Alberti? - se queja el agente pesado. – Venga anda Luqui tranquilízate y vamos a hacer nuestro 28


trabajo. – De acuerdo Alberti – concluye Lucas. Entre todos dirigimos a los policías a la escena del crimen. – Bonito pijama...- dice Lucas. Milésima de segundo más tarde, la cabeza del hombre se echó de golpe para atrás. Efecto producido por el tirón que Alberto le efectuó al pelo (que lo tiene algo largo). – ¡Haz algo útil! ¡llama a una ambulancia! yo me quedo aquí haciendo un par de fotos primero; luego buscaré huellas, pistas... informa Alberto Lucas sale emperretado fuera con el móvil. Alberto hace lo que dijo. Pero no halla ninguna huella. ¡En la basura encuentra una jeringuilla! la pone en una bolsa de plástico para enviarla a que la inspeccionen. Después ve el regalo... tampoco ve huellas ahí... – Ustedes no saben nada de este paquete ¿no es así? interroga el agente. – La verdad es que no – contesta mi tío. – Voy a desenvolverlo – susurra Alberto. – Psss... ¿No sabe usted que ese no es su regalo? ¡Es de Araceli! y si hay alguien a parte de ella que pueda abrirlo, esa soy yo – se queja Carla. – Carla... deja que él manipule – le dice su madre. El policía mira de forma inexpresiva a la niña y con una pinzas intenta desenvolverlo con suavidad. Se veía que pretendía tener paciencia... pero poco a poco la estaba perdiendo. – ¡Mecache se en todo! ¡Ahss! ¡Maldita sea! - se queja Alberto. – ¿Quiere que lo abra yo? - propone Carla amablemente. – ¡No! ¡Yo puedo! - gruñe. Ya le estaba poniendo más fuerza. ¡Por fin lo consigue! el papel de periódico cede... pero todavía tiene que abrir la caja. Con la pinza y el dedo chico levantado, como tomando el té, la abre más fácilmente. ¡Dentro hay un montón de cerezas! ¡y en la parte superior, una nota! Alberto la coge con la pinza y todos la leemos en silencio... Cerezas comí, 29


cerezas cené, de tanto comer cerezas, me encerecé. ¡¿Qué significa esto?! ¿Cerezas? ¿¡No será por aquella vez!? ¡Puede que ella sea la asesina! No, con Araceli no se enfadó... la quería demasiado... pero... es posible que...

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Capítulo 8: Silvia

¿Sospecharán que fui yo? ¿Habré sido demasiado directa? ¿O al contrario, estarán confusos? ¿Estos dos años les han servido para que me olviden completamente? ¿me habrán borrado de sus mentes? ¿y todos los recuerdos conmigo? Si yo estoy llena de preguntas y dudas... ¿cómo estarán ellos? ¿tendrán miedo? ¿Me verán ya como principal sospechosa? ¿Se preguntarán si seguiré atacando? ¿o no? Un verano, Araceli, Marta, Fiona, Marcos... y yo nos quedamos en una granja. Fue muy divertido. Salíamos todos los días a caminar por el campo. Fiona siempre se levantaba la primera ¡aunque luego se quejaba de estar muerta de sueño! En realidad no la soporto ¡Cuando alguien le dice algo y ella no está de acuerdo se pone a inventarse historias! ¡Siempre excusas nuevas! ¡Yo le daba la razón solo para que se callase y me dejara tranquila! Una vez dije que me gustaba matar hormigas. ¡Es realmente divertido! Con el dedo, partiéndolas en trozos con las uñas, observar cómo las ahogo... o cómo las quemo... ¡Hay tantas formas y todas tan divertidas! ¡Tienen que probarlo! ¡Es mejor que la tele! ¡También le pueden dar una sobredosis de alcohol a las hormigas! ¡Ay cómo me divertía yo emborrachándolas! ¡Se ponían de pie, incluso! ¡las antenas dando vueltas como las hélices de los helicópteros! ¡caminando como verdaderos alcohólicos profesionales! ¡Si te ponías a escucharlas, oías cosas extrañas! ¡hablaban o algo! hacían algo así como: 31


– ¡Wisunisuwisigngn bilingunisu! Y cuando no me quedaban hormigas... ¡le daba alcohol al perro! Era un chucho que había en la granja, una mezcla de muchas razas. El sabueso era de tamaño mediano y se llamaba Boli. Cuando le daba cerveza o alguna bebida alcohólica... ¡empezaba a correr para cogerse el rabo! cuando lo conseguía, seguía corriendo y tirando hasta caerse en el suelo ¡e incluso entonces seguía sujetándose la cola! También intentaba morderse las orejas, eran de esas tipo cocker ¡Como me reía yo viéndolo concentrarse... giraba continuamente la cabeza para atrapárselas...! eso creo recordar que nunca lo consiguió... ¡Y cómo caminaba! Ponía un pan al otro lado de la habitación ¡y tardaba una hora, por lo menos, para llegar a él! caminaba (o corría, no lo se bien yo...) haciendo S... alguna O... ¡e incluso 8! ¡Ah! ¡y también hablaba! él decía algo parecido a: – ¡Guaguaguauuuu guaguu gugu guguau yyyyyyy guuuiiiuuuuu! - siempre entonando montón y mirándonos... ¡Parecía que realmente nos estuviera contando una historia! Las carcajadas que me eché yo... Pero ahí estaba siempre Fiona cortándome el rollo... – Tú sabes que las hormigas y el perro son seres vivos también ¿no? - me decía. – No amiga, las hormigas son bichos feos, y si encontrara cucarachas, ¿qué? ¿si las matara? ¿eso te molestaría? ¡Ah! El perro sí es un ser vivo pero... ¿tú no ves lo feliz que es cuando le doy una birra? ¡Más feliz que cualquier borrachín! ¡Además, tú también te ríes montón de las hormigas y del perro! - le respondía yo. – Me río con remordimientos querida Silvia ¿y qué? ¿Quieres que Boli se vuelva un alcohólico esclavizado ahora? No me parece bien ¡Le estás quitando vida! ¡lo estás matando! Y... Ejem... las hormigas y las cucarachas también son seres vivos... bueno sí, me gustaría que matases a las cucarachas pero... ¡no tortures! ¡eso está mal! ¡¿A tí te gustaría que te torturasen?! ¡¿Eh?! ¿Eh? ¿Eh? ¿Eeeeeeeeeh? - se me ponía de pesadita la cosa esa con cabeza, 32


patas, brazos y pelos que se hacía llamar Fiona y pensaba que tenía cerebro... – ¡Pues para mí que yo le doy más vida al perro! - me quejaba yo, pero como paso de seguir discutiendo con ella, me rindo – Venga, vale tienes razón, no me gustaría que me torturasen... Tengo que dejar de hacerles sufrir... – Sabía que conseguiría que entraras en razón – decía siempre orgullosa. Pero yo nunca cumplía mi palabra. Aunque eso sí, intentaba que no me viera para no oírla. ¡Con lo que me entretiene hacer eso! ¡¿Voy a parar por lo que ella me diga?! ¡Noooo! no, no, nooo... Marta me caía mejor. Aunque su extraña obsesión por la limpieza y el orden, hacía que perdiera los nervios en la granja. ¡Se acostaba siempre la última para limpiar todo lo que nosotros ensuciábamos! Bueno, nos quitaba trabajo. Lo que más hacíamos en la granja era ir a buscar cerezas. Nos encantaban ¡y había montones! Nos pegábamos el día fuera recogiendo las más maduras y sabrosas. Después ¡a comer! Nos hinchábamos ¡Nuestros desayunos eran a base de cereza! ¡los almuerzos también! ¡y las cenas! Si nos cansábamos de ellas, las mezclábamos con yogur o algo para aligerar el sabor! ¡No comíamos otra cosa! ¡Nuestra orina era roja! (y no era porque sangráramos). De hincharnos tanto a esa fruta, una vez, Araceli y Marta se enfermaron. Les dolía un montón la barriga ¡vomitaban sin cesar! (vómito rojo por supuesto) Fue asqueroso. Las tuvimos que llevar al médico y dejar de quedarnos en la granja. Desde entonces ninguna de las dos pudo comer más cerezas. Por eso les dejé ese regalo y esa nota con el trabalenguas ¡Es un acertijo sencillísimo! ¡seguro que lo consiguen resolver! ¿Pero se atreverán a acusarme? ¿Me verán capaz? 33


¿Les dará tiempo de decidir qué hacer antes de que les deje mi próxima pista? Miles de preguntas me rondan por la cabeza... ¡Qué juego más divertido!

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Capítulo 9: Carlos

Nada más llegar a la casa donde nos íbamos a reunir, Marcos nos dice que Araceli murió... Silencio... Yo soy el primero en reaccionar. – ¡OH MY GOD! osea ¿cómo? ¡No me lo creo! ¿A ella? Sabes, si fuera a ti, bueno... ¡mucha gente te odia! ¿Pero a ella? Con lo adorable que era mi Ari... No... - digo de corrido inmediatamente – ¡Sniiiiif! ¡Snif! ¡Qué rabia! ¡ya empiezo a llorar otra vez! ¡Siempre me pasa lo mismo! ¿¡Por qué tengo que tener las fuentes llorosas de mis atractivos ojos penetrantes verdes pino tan sensibles!? ¡Yas! ¡tengo que parar de llorar! ¡se me va a correr el maquillaje! Espero que no se den cuenta de que llevo... me daría tanta vergüenza... – Gracias, Carlos, por recordarme que tengo enemistades... dice Marcos mirándome con cara de asesino... ¡Eso hizo que llorara aún más! Inconscientemente cogí un cojín y me tapé la cara con él para que no me vieran en ese estado. ¡Noo! ¡Ya manché la funda con la crema alisadora de piel! ¡Me puse a llorar aún más! ¡Ya no tendré la piel lisa! ¡Encima tendré que lavar esa parte del cojín cuando nadie se de cuenta! ¡Todo esto es por culpa de Marcos! – ¿¡Por qué me miras así Marcos!? ¿No me quieres? ¡No me quieres! - grito amargado. – ¡Pero mira este! ¡le digo que mataron a Araceli y me salta con que no le quiero! ¡Que sí, hombre, que te quiero mucho! - me responde y me tranquilizo – Bueno, como les iba diciendo, el asesino juega con nosotros ¡parece que quiere decirnos algo! – Mmmmmmm... con esto vemos que el o la asesino/a se cree muy inteligente... y también es confiado ¡Piensa que es más listo que nosotros! ¡Da por sentado que no le cogeremos! No mata para hacer sufrir a la víctima ¡lo hace para hacernos sufrir a nosotros! ¡Los que estamos vivos! - especula mi hermana Maica. 35


Maica tiene 16 años, es una de mis dos extrañas hermanas mayores. Ella es una obsesa de la sabiduría. Le fascina aprender cosas nuevas o analizar todo. Creo que los huesos de su cráneo son flexibles ¡No entiendo que su cerebro no le haya estallado por tanto trabajo mental! ¡Me pregunto cómo no sale humo! ¡Seguro que hasta cuando duerme, sueña buscándole sentido a todo! Pero realmente tenemos mucha suerte con ella ¡Es una experta en todo! Problemas en clase por no entender algo... ¡Maica es tu solución! Dispuesta, amable, informada sobre todo, clara al hablar, pronuncia bien... ¡y sobre todo paciente! Bueno, eso sí, demasiado paciente más bien hay que ser para aguantarla... ¡Habla a tres palabras por segundo cuando se pone a explicar! ¡y no exagero! ¡Un día la cronometré mientras le enseñaba a mi hermana Carolina cómo se instalaba un chip en un robot! Pobre Carolina... ¡se estaba quedando toda roja porque no aguantaba tanto tiempo sentada concentrándose en lo que decía! ¡Ah! ¡Maica también es una super máquina para hacer dormir a la gente! No te entra sueño porque cuente cuentos... tampoco canta nanas... ¡pero sus explicaciones son 101 % efectivas! Comienza a hablar y... ¡a los 3 segundos ya está uno con los párpados pesados como si colgaran elefantes de ellos! Y a los 5 segundos... ¡Bum! ¡K.O.! ¡En medio de un gran sueño muy profundo y difícil de interrumpir! En casa nadie sufre insomnio ¡Qué suerte tenemos! Carolina tiene 17 años y es puro nerviosismo. Ha ido al médico y... ¡es hiperactiva! ¡y muy indecisa! Ni sentada, ni quieta puede estar ¡no para de mover los pies! Transmite su actividad a los demás ¡Parece que está loca! Está sola por la calle y se le oye : 36


– Ahora tengo que ir a comprar el pan... ¡Pero qué camisa tan bonita! Luego me paso a probármela ¡No voy a tener dinero para comprarla! Bueno, si me la pruebo ahora, después voy a comprar el pan, luego a casa, después vuelvo a la tienda con el dinero y la compro. ¿Y si no me queda bien y yo haciendo tanto lío para nada? ¡Buas! ¡Por ahora voy a comprar el pan! ya si eso, cuando termine entro en la tienda y la miro mejor - y todo lo dice yendo para adelante, para atrás... Ella siempre es así, vaya acompañada o no ¡Si va con alguien piensa en alto igualmente! – ¡Venga! ¡Crucemos ahora! - se dispone a cruzar - ¡No! ¡No! ¡Mejor en el próximo paso de peatones! Deja a su acompañante en medio de la carretera confuso y ella vuelve hacia atrás ¡Cómo camina de rápido! A ella no le importa si deja a la gente atrás o si tienen que correr para cogerla. ¡Carolina a su ritmo! Mi padre Jesús tiene una suerte. Él tiene problemas de oído, usa un aparatito para escuchar y cuando lo desenchufa no oye nada... Ya se podrán imaginar lo que hace todos los días al recogernos del instituto... ¡Se lo desenchufa para no oírla! ¡y encima ella no se da cuenta! ¡Bueno! si así ella es feliz... ¡eso es bueno! También hay que entender a mi padre... Carolina se pone a hablar delante, Maica y yo atrás. Yo suelo aprovechar esos momentos del coche para preguntarle cosas de clase, dudas, a mi hermana. Andrea, mi madre, es la única que consigue llevar el hilo de lo que Carolina dice ¡la única que no se pierde en sus monólogos! Eso será porque ella también es un poco así... Tampoco para de hablar... Ellas se entienden. Cuando hablan... ¡parecen dos gallinas locas! ¡dialogan a toda velocidad! Y justo cuando acaba una ¡empieza la otra! Lo más sorprendente es que se entienden ¡eso es lo que no consigo creer! ¡es que es muy fuerte! 37


Parece que sus voces son grabadas y están puestas a la velocidad máxima ¡Sí! ¡esa que no se entiende nada y que suena tan divertida! Son unas pesaditas pero las queremos mucho. “Ding-dong” ¿Quién sera? – Por fin llega la ambulancia- dice Lucas. Antes estaba caminando de un lado a otro ansioso, completamente diferente a como llegó a la casa. Se había tomado un café. Franco abre la puerta y de inmediato entra tres mujeres y dos hombres cargando una camilla. Lucas coge dos figuritas y les indica la dirección del baño como si fuera el guía de la pista de los aviones. ¡Enseguida salen del baño con Araceli siendo su pasajera! Lucas sigue haciendo su labor... Los enfermeros le miran mal. Salen de la casa, se meten en el vehículo. Vemos a Luqui hablando de forma formal y profesional con una de las mujeres, aparentemente la cabecilla de todos. El policía se acerca con cara seria y dice: – Me temo que tendremos que esperar unos días a que analicen el cuerpo. A simple vista no tienen ni la más remota idea de qué es lo que le han hecho a la pobre chiquilla. Parece que está tiesa, por lo que ahora esta muerta. Lo siento. Todos bajamos la vista... La tristeza que ya teníamos se acentuó. – Bueno, ya hemos visto todos como está, pero a lo mejor consiguen destiesarla- intenta animar Fiona inventándose, como de vez en cuándo, las palabras. – Ojalá, osea, eso espero...- añado. – ¡Dame esas figuras que no son tuyas!- grita Franco arrancándole las pequeñas estatuillas. Ya sabemos que a Franco no le cae bien Lucas.

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Capítulo 10: Marta

No puedo dejar de darle vueltas al asunto de Araceli. Es imposible que nadie, a parte de mí, se haya dado cuenta de la obviedad... Aunque puede que sea una trampa para que la policía dé por sentado que es Silvia ¡No creo que sea tan sencillo! Si ella matara... ¡no sería a Araceli! ¡asesinaría directamente a Marcos! ¡No es de las que se andan con rodeos! Le quería demasiado... pero ya no era correspondida y él se sentía acosado. Pero... a lo mejor lo que sufrió la trastocó... No debimos haberla tratado así... Sufrió mucho y lo empeoramos... ¡Pero no asimilaba los hechos! ¡en parte era necesario! ¡Menudo día de Reyes! Ahora todos estamos comiendo callados... ¡Qué trauma tendremos con los Reyes! ¡El asesino eligió un bonito día para matar! mira que fastidiar esta fiesta... Llevamos toda la mañana en comisaría, en el hospital para ver si Araceli se puede recuperar... cosa realmente dudosa... La sustancia que le inyectaron es completamente desconocida. Antes de hacer pruebas con ella tendrán que investigar más... Parece que a los científicos les gusta el trabajo que les dejó nuestro asesino... ¡Están impresionados con el extraño líquido! dicen que es el solidificante más potente que han visto ¡No se sabía de su existencia hasta ahora! A mí no me hace ninguna gracia que les entusiasme tanto... ¡Llegaron hasta darnos las gracias por dejarles el cuerpo para que investiguen! No les interesa la vida de Araceli ¡solamente su liquidito! ¡Capaz les veo de que si cogen al o a la asesino/a le den el premio Nobel y le feliciten! 39


Acabamos de decidir irnos cada uno a nuestras casas para tranquilizarnos. Puede que ahora lo mejor sea dejar que los científicos, médicos y la policía investigue y haga su trabajo. Mis sospechas seguramente serán erróneas, así que prefiero guardarlas en mi cabeza... Ya es por la noche. Hemos vivido un día que no ha sido en absoluto como imaginábamos. Me dispongo a ducharme. ¡Dormir limpia es algo que me encanta! Luego estar calentita ahí en la cama... para caer profundamente... sentir cómo me voy relajando... sumergirme en una especie de agua más espesa... calentita... descansar sobre las nubes... esperando que me acompañe un sueño agradable. Que me acune durante toda la noche y haga que disfrute... Con todos estos pensamientos ya tengo sueño ¡qué ni Maica con sus explicaciones! Espero que con la ducha no se me quite. Entro en el baño ¡Bas! ¡Marcos ya se lavó los dientes y dejó la pasta abierta! A ver cuando aprenderá que se reseca si le da el aire. ¡Y también se le cayó pasta de dientes en el lavabo! Y encima malgastando... como vea esto Fiona... ¡haría que lo limpie con la lengua! (no sería la primera vez) Mmmmm... mejor lo limpio yo, que si no se quedará con todos los extractos de la saliva de Marcos... ¡Buas! Bueno, empiezo a quitarme la ropa para entrar en la ducha. Camisa fuera. La doblo y la dejo en la cesta para lavar... ¡Pero qué veo! ¡siguen sin doblar la ropa sucia! más cosas qué ordenar ¡después me preguntan qué hago yo tanto tiempo en el baño! Por fin termino. Me quito el resto de mi ropa (y la doblo, por supuesto), la meto a lavar y abro la ducha... ¡Silvia! ¡Está en la ducha! 40


¿Por qué me sonríe? ¡Ah! ¡Estoy desnuda! Bueno... ya sé que no soy una belleza pero... ¡tampoco creo que sea para reírse de mí! ¡Lleva una jeringuilla! ¡con un líquido azul! Tenía razón ¡ella es la asesina! Poco a poco todo va encajando y lo entiendo... ¡ahora va a matarme a mí! ¡es una asesina en serie! – ¿Por qué? ¡¿Por qué no vas directamente a por Marcos?! Bueno no digo que quiera que lo mates pero... ¡yo no lo entiendo! digo a toda velocidad antes de que me clave la aguja. – Marcos será el último... todos los primos morirán antes... ¡Así él sufrirá más! estará esperando su muerte impaciente... - me dice con voz tenebrosa – Veo que te sigue dando miedo depilarte. ¡Ay! ¡Ay! Silvia, Silvia... Siempre intentaba convencerme para que me depile las piernas... ¡pero eso duele mucho! Una vez intentó darme la cera caliente y casi le depilo yo a ella la cabeza. Me asusté y quemaba tanto que, de los brincos que dí, por poco le derramo toda la cera encima! Menos mal que Marcos se metió en medio y le llegó toda la cera ardiendo a las piernas... Al final no me depilé yo, ¡sino él! Cómo nos reímos todos de sus caras... los sonidos que hacía... ¡parecía un lobo desesperado por no encontrar a su manada! Cuando le íbamos a arrancar un trozo más, yo diría que nos estaba contando una historia: – No ¡No! No, no, no ¿No? ¿No? ¡NO! ¡No! Cada “no” en un tono diferente. ¡Quién lo oyera diría que estaba hablando en clave! En fin, mi solución para los pelos... ¡ir con pantalones largos! Y si tengo que ir a la playa obligada... ¡busco el tinte rubio de mi madre y me embadurno las piernas! Si nadie se fija bien de cerca ¡no se nota! – Sí. También me siguen dando mucho mal rollo las inyecciones – le recuerdo a Silvia. 41


– Me gustaría matarte de una manera que prefieras, pero... creo que esta es la forma más limpia y más fácil para mí. Lo siento, no me quiero complicar la vida buscando nuevos métodos ¡Son 14 por asesinar! me pasaría la vida pensando. Entiendes, ¿verdad? - me responde. – Sí, bueno... y si yo te pido perdón por haberte dicho tan secamente que Marcos está harto de ti, ¿me puedes perdonar y dejarme con vida? - interrogo. – Demasiado tarde... – dice mientras se va acercando a mí. ¡Pero... yo soy realmente tonta! ¡¿Por qué me puse a hablar con ella en vez de gritar para que vengan a salvarme?! Abrí la boca para aclamar ayuda pero... Ya es demasiado tarde. El asqueroso líquido azul ya está en mi cuerpo... ¡Me clavó la aguja en una pierna! seguro que es por no haberme dejado depilar cuando ella quería. Me sentí cada vez mas pesada y débil... hasta que no sentí nada... ¡Oh! ¡Parece que estoy drogada! Qué pena que me muero...

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Capítulo 11: Fiona

¿Cuánto tiempo lleva Marta en el baño? Una cosa es que tarde pero... ¡creo que lleva dos horas! No puede ser ¡Se va a gastar toda el agua! – ¡Marta! Como estés malgastando el agua... ¡llamo a papá para que te queme el culo! – Jijijijij – se oye desde dentro. – ¿De qué te ríes? ¿No te acuerdas de lo que arde eso? No obtengo respuesta. Es muy raro que no empiece a chillar y decir que ya sale... ¡Mi padre Felipe nos tiene aterrorizados a todos! Él fuma bastante y su mechero tiene doble utilidad : encender los cigarros y... ¡castigarnos prendiendo fuego a nuestros culos! No es nada raro verle corriendo detrás de nosotros con cara de psicópata asesino sonriendo y gritando : – ¡Fuego culón! ¡Fuego culón! Nosotros huimos mientras podemos... ¡no se rinde hasta que lo consigue! Parece que no ¡pero está en forma! No saben ustedes cómo quema... mejor que no lo sepan. ¡Es peor aún cuando hace calor! Tenemos que tener cuidado con los pantalones que llevamos cuando estamos dentro del radar de peligro. Nosotros solemos vestir vaqueros, son bonitos, cómodos ¡y no prenden! Lo malo es que no protege nuestras delicadas nalgas del calor del fuego... El material que sí las protege bien es la lycra. Una vez acababa de llegar de una excursión por el campo y llevaba un pantalón de ese material... Se ve que mi padre se aburría, porque ya sabiendo que no había hecho los deberes ¡me preguntó si los había terminado! Inmediatamente me levanté para echarme a correr, pero me atrapó 43


en el acto. Me quemó el culo... ¡salió una enorme llama que al instante se apagó! Por lo menos no dejó marca en el pantalón. Una vez Marta se puso un panti de un material que se llama viscosa... Mi padre se enfadó porque con un fallo, al poner la lavadora... ¡hizo que su camisa blanca favorita se quedara rosa chillón! Para castigarla... ¡Fuego culón! ¡El pantalón se descompuso! ¡No salieron ni llamas! ¡apareció un gran agujero que crecía poco a poco! ¡y después se quemaron sus blancas nalgas! (hace tiempo que no iba a la playa...) Bueno, así se le quedaron con un poco de color... Muajajaja... Hoy también cogerán color si no sale ya de la ducha... – ¡Que salgas ya! ¡Ya sabes lo que te pasará si no! y sé que no te gusta – le vuelvo a prevenir. – ¡Ya va!- me responde... pero no parece su voz. Entro en el baño. Un montón de ruidos extraños surgen de repente de la ducha... ¡como si se estuviera cayendo! – ¿Estás bien?- le pregunto mientras me acerco por si necesita ayuda. – Sí, sí, estoy bien, no te preocupes. Se me acaba de caer el jabón. ¡Vete que ya no me queda casi nada! - esa voz no es la suya... – ¿Pero el jabón está cerrado? Mira bien que no se malgaste nada ¡eh! - le recuerdo- Y Marta... ¿estás ronca o algo? Estás hablando raro. – Sí, tengo la voz un poco tomada y no... tranquila que no se va a gastar jabón innecesariamente jejeje – dice entre risas – ¡Pero sal de aquí ya que no me apetece terminar de ducharme contigo aquí dentro! – ¡Ajo y agua! Así te das más prisa para no aguantarme. No parece que sea mi hermana... su silueta es diferente... a través de la cortina, veo que es más alta. Los muslos diríamos que son de pollo, bien regordetes. Marta los tiene muy finos y es bajita. – ¡Si te quedas tardaré más!- replica. ¡Esta no es Marta! ¿¡Qué hago!? – ¡Si tardas llamo a papá para que te queme el culo! 44


contraataco. Me voy acercando a la ducha para ver quién es... ¡Se me están poniendo los pelos de punta! ¡hasta los de las cejas! Abro la cortina y... ¡Silvia! Marta está en el suelo tiesa como Araceli ¡No! ¡Silvia es la asesina! Me quedo en blanco ¡ahora sí que no sé qué hacer! Ya sé... ¡lo mejor es gritar para que todos vengan! Cojo aire y abro la boca pero... ¡me mete un estropajo hasta la campanilla! Buas... ¡qué asqueroso! el jabón no sabe bien. ¡Encima me coge los brazos por detrás para que no me pueda zafar! Lo intento pero... es inútil. ¡Qué ganas tengo de darle un buen puñetazo! – Sssh... a ti no te toca morir todavía... Ahora tienes dos opciones : o te me quedas calladita y me dejas salir de la casa, o te mato aquí mismo. Tengo más difurtitidurina... Sí, así se llama el líquido que uso para matarles – me confiesa con una sonrisa...- Fiona, ¿entiendes lo que digo? No quiero matarte hoy... no he preparado el trabalenguas para tu muerte... Está señalando un trozo de papel que hay encima del duro cuerpo de Marta, sobre el que hay un collar con un crucifijo. Quiero acercarme para leer lo que pone pero ella me sujeta aún más fuerte para impidírmelo. – Paciencia... cuando me vaya, mientras me das tiempo para escaparme, si aprecias tu vida, podrás leerlo y buscarle significados sin ninguna prisa. ¡Como grites antes de que salga por la ventana vuelvo para pincharte! - me amenaza. ¿¡Cómo pudo aguantar Marcos cuatro años con esta loca!? Se acerca a la ventana, me suelta y sale con rapidez. Me deja paralizada como una piedra (¡como sus víctimas!) ¡Salta de cabeza! ¡como si se tirara a una piscina! se ha vuelto muy ágil... Por fin reacciono. Me quito el estropajo de la boca, escupo lo que puedo al lavabo para poder hablar. – ¡Corran! Silvia se escapa ¡ella es la asesina de Araceli y ahora 45


de Marta! ¡atrápenla!fuerzo todo lo que puedo la voz... ¡El jabón irrita la garganta! Salgo del baño y sigo gritando lo mismo hasta que veo que todos se movilizan. Marina coge el teléfono para llamar a la policía. Marcos y Felipe se apresuran por la puerta para alcanzarla. ¡Mi padre coge el mechero! ¿Pretenderá quemarle el culo? Yo voy a lavarme la boca... ¡es demasiado asqueroso sentir esta sensación en mi pobre tragadero! Luego... me acerco a Marta... los ojos me empiezan a llorar. Marta... Me enjuago los ojos y miro el papel que está encima de su cuerpo... Con letras de niño chico leo perfectamente : Dos van corriendo y llegan tarde a misa, y otros dos llegan a tiempo sin ir tan deprisa. Creo que sé a qué se refiere... también me imagino quién será su próxima víctima. ¡Tendré que decirlo cuanto antes para que todos lo sepan!

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Capítulo 12: Silvia

A lo mejor debería haber esperado para seguir con mi juego... ¡Ahora tendré que esconderme para continuar! Todo por un fallo. Si me hubiera dado más prisa y no me hubiera quedado a hablar con Marta... A estas alturas ya habrán llamado a la policía. ¡Me estarán buscando! Le habrán puesto un montón de protección a Nuria, la que sería mi próxima víctima... o puede que duden. Quizás piensan que acabaré directamente con Marcos... ¿Se confundirán tanto que empezarán a preocuparse por Rosángela? Pero no la podrán proteger tanto cuando vaya al baño. Muajajaja... por eso elegí ese espacio para mis crímenes. ¡El único lugar donde, normalmente, se entra solo! Aunque, conociendo a esta familia... ¡Son unos entrometidos! no hay intimidad. Recuerdo que cuando yo iba al baño a lanzar bombas... ¡alguien se metía para lavarse los dientes y se quejaba del olor! Pero bueno, es el sitio más intimo que se me ocurrió... Ya todos recordarán aquella vez, cuando la abuela Paqui nos quiso obligar a ir a misa... Qué casualidad que todos tenían algo que hacer. Las excusas iban desde que tenían exámenes hasta que la iglesia tiene unos polvos que dan alergias y no hay remedio para aligerarla (enfermedad que sufren los tres gemelos). ¡La suerte de ellos es que la pobre mujer se lo cree! Los únicos que no encontramos excusa fuimos Marta, Nuria, Marcos y yo... yo siempre iba en el paquete de Marcos. A donde él fuera estaba yo... fuimos como carne y uña... pero todo acabó por tonto, por preferir a la conguito pelo estropajo con alma de hiena (una brasileña negra con rastas, que no para de reírse de forma super 47


escandalosa ¡para que todos sepan que está ahí y la miren!) ¡Qué ganas tengo de matarla! Rosángela será el toque final. Mi postre... No morirá, pero lo suyo será peor que el infierno, peor que morir. Y pensar que todo empezó por culpa de la misa esa... Solo fuimos a la iglesia nosotros cuatro. Marcos y yo decidimos ir primero al cine. La misa empezaba a las 9, y la película a las 5 y media. Fuimos a ver “El señor de los Anillos”, la tercera parte. Pensamos que duraría como las otras dos, 3 horitas... pero no. ¡La tercera, solo para incordiarnos, tuvo que durar 3 horas y 35 minutos! eso sí, nos gustó mucho. ¡Aunque salimos del cine a las 9 y cuarto! miramos el reloj y decidimos ir en coche para no retrasarnos más aún. ¡Los nudistas eligieron justo ese día para manifestarse! Una manada de seres sin escrúpulos, individuos a los que no les importa la salud visual ni mental del resto del mundo, se dedicaron reivindicar, lo que según ellos es un derecho: ¡poder torturar a los decentes con sus cuerpos traumatizantes y descompuestos! Decían en las pancartas que se conformaban con tener playas nudistas, aunque realmente ¡lo ideal para ellos sería poder ir por la calle sin preocuparse de qué ropa llevar! ¡Esos indecentes se metieron en medio de la carretera y no nos dejaban pasar! Allí estaba ella... al lado de nuestro coche, riéndose, como siempre, para llamar la atención. – Esto... ¿nos puede ayudar? ¿puede decirle a sus amigos que nos dejen pasar? es que tenemos prisa...- le dijo Marcos. – Me gustaría ayudarle, pero es que si no molestamos, la protesta no sirve de nada jeje- respondió la conguito. – Pero nosotros no tenemos la culpa. Yo, por lo menos, estoy a favor de la causa. Incluso, cuando hace mucho calor ¡voy sin nada encima por mi casa! no sabe la de broncas que me he llevado por hacerlo... ¡También soy un incomprendido!- siguió intentando convencerla... – Bueno... si eres como uno de nosotros... ¡te puedes unir a la manifestación! Jaja- ¡Le propopuso la robanovios a su siguiente 48


víctima! – No, me encantaría pero... tengo prisa, ya le he dicho- Marcos se apresuró a contestar, ya un poco asustado. – ¡Le pondremos unos cuantos carteles al coche! ¡así podrás pasar! ¿No te importa que te tutee? es que no me gusta la formalidad. Ya se veía demasiado bien que no le va lo formal... – ¡Ah! Bueno, vale- respondió alegremente el que era mi novio... – ¿Cómo? ¿Y salir por la tele? ¡Tú estás loco! ¿¡qué dirá la gente de nosotros!? ¡y Paqui cuando nos vea! ¡el cura!- ya no aguanté más sin meterme. ¡Estaba empezando a hiperventilar! – Cariño, ¿tienes una idea mejor para llegar?- casi sin dejar tiempo para que respondiera, se dirigió a la pelo estropajo- Guapa, pega por ahí algún cartel. ¡¿Guapa?! estaba desnuda y la llamó ¿GUAPA? – ¿¡Guapa!?- le pregunté cuando se alejó la hiena. – Amor... es una forma de hablar... ¡no sé su nombre! ¿Cómo quieres que la llame?- me respondió el traidor. – ¡De cualquier forma menos “guapa”!- ¡estaba desquiciada! Ella se acercó otra vez y nos empiezó a tunear el coche, pegar carteles con cosas muy feas escritas en ellos... – Así está bien- concluyó orgullosa- ya pueden pasar. ¡Ah! Me llamo Rosángela- se presentó la muy entrometida. – Yo Marcos. – Encantada, guapo. ¡Ah! ¡Guapo! – Yo Silvia y el guapo tiene dueña- informé. – Todo ser viviente del planeta tierra, y del resto de los planetas, es libre y no tiene dueños jeje – encima me contradecía... – ¡Pues novia!- iba a conseguir que explote. – Shh... tranquila cariño, nos está ayudando, a ver si se mosquea y nos deja tirados- intentó consolarme Marcos en voz baja. Avanzamos por la carretera despacio... Yo escondida, agachada para que la televisión no me grabe. 49


No me gustó para nada la experiencia... ¡Encima Marcos y la nudista se dieron los teléfonos! ¡mi novio ligando delante mía! Llegamos muy tarde a misa. Todos mirándonos. Marta y Nuria habían llegado a tiempo por tomarselo con calma...

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Capítulo 13: Nuria

¡Mi vejiga va a explotar! no creo que pueda aguantar mucho más tiempo... Enrollo los pies tanto que parecen de goma. ¡Marcos me mira con los ojos como sartenes! – ¿Cómo haces eso?- me pregunta sorprendido e intentando hacer lo mismo. – Haciéndolo- respondo concentrada para que no se me escape ninguna gota y tampoco reírme (entonces sí que se me saldría). Ha pasado un día desde que Silvia mató a Marta. La policía la está buscando por todas partes. ¡Ha desaparecido! En su casa no está... pero han encontrado esparcidas por su piso muchísimas hojas con trabalenguas de todo tipo escritos en ellas. La mayoría son de amor... Hemos deducido que irá a por todos nosotros, uno a uno, saboreando la venganza. Nos deja en cada cadáver trabalenguas y algún objeto. Con esto nos previene e informa de quién será el siguiente, mediante alguna experiencia que hayamos compartido... Según Fiona, ahora me toca a mí. Tengo mucho miedo... También sabemos que mata siempre en el baño. Por eso ahora estamos todos aguantando, esperando impacientes que la atrapen para utilizar los retretes y vaciar los depósitos, ya a punto de explotar. Todos los primos estamos reunidos en casa de los gemelos y Paul, los hijos de Manolo y María. Nuestros padres están ayudando a la policía con los cadáveres o resolviendo papeleo. ¡Ya no puedo más! – ¡Por favor! ¿alguien me puede acompañar al baño?- suplico. 51


Todos de inmediato me miran con cara de terror, todos menos Paul. – ¿Qué quieres hacer? ¿lo duro o lo blando?- me pregunta con normalidad. – Eh, lo blando, lo blando- respondo sorprendida por la pregunta. – Bueno... lo duro a veces es blando...- dice Pedro (uno de los gemelos) pensativo. – Cállate - le digo. – Vale - contesta. – Entonces, ¿me acompañas Paul? - insisto. – Sí, y así de paso yo también lo hago... ¡pero te quedas en el baño hasta que yo también termine! - me amenaza, nunca lo había visto así... – Tranquilo Paul, no te dejaré solo ahí- le respondo. Nos levantamos despacio, para que no haya accidentes más líquidos de lo normal... – ¡No vayan! -nos suplica mi hermano Juan. – Yo lo tengo claro. Yo meo en estas botellas y cuando se gasten, las vacío. Me da igual si me miran- informa Paco, otro de los trillizos. – Para ustedes es fácil. ¡Yo si lo intento lo derramo todo por fuera!- se queja Fiona. – Hay algo que se llama puntería- apunta Pablo, el gemelo que faltaba por hablar. – Te cambio mi agujero y luego hablamos- concluye mi primaMiren, aprovecho y también meo. ¿Alguien más se apunta?- invita Fiona. Carla, Carlos, Maica y Carolina se nos unieron. Nos acercamos en fila india, muy lentamente, agarrados los unos a los otros, con los nervios a flor de piel y el corazón en la garganta a punto de salirse por los latidos tan exageradamente intensos que tenemos. Yo fui la primera en sentarse en el retrete. Todos se giraron para no mirar. – ¡Pero estén pendientes de mí!- les pido. – ¿Qué quieres? ¿que te miremos mientras meas?- me pregunta 52


Maica. – Pues sí. ¿Y si de repente aparece y me pincha? No me quiero arriesgar- respondo. – Ños, ¡qué asco! nos vas a hacer mirarte... ¡a mi que no me miren!- se queja Maica. Me senté e hice lo que tenía. Y así lo hicimos todos. Terminamos y empezamos a salir... ¡entonces la cadena suena! ¡De golpe todos nos ponemos a correr y a gritar como locos! ¡Hay alguien en el baño! ¿Será Silvia? ¿estará esperando el momento apropiado para ir a por mí?

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Capítulo 14: Pedro – ¡Aaaaaaah!- se oye del baño. – Eso suena como si hubieran visto a una rata... una rata tamaño humano llamada Silvia- suelta Paco. La manada llega. – La, la, la cadena ¡se tiró sola! ¡cuando estábamos todos saliendo!- nos informa entrecortada Nuria. – ¡Hay alguien en el baño!- sigue Paul- ¡seguro que es Silvia! A Marcos, al mencionar a su ex-novia, le acaba de dar un escalofrío tan grande que es imposible no echarse a reír. – ¿Ustedes habían cerrado la ventana?-pregunta este último. – Sí, Pedro se encargaba de eso-dice Paul. – ¿¡Yo!? ¡Eso le tocaba a Pablo!-respondo indignado. – ¿¡Qué dices!? Era Paco quien la iba a cerrar-dice Pablo. – ¡Qué va! yo dije que no quería responsabilidades-se queja Paco. – Bueno, ¿alguien la cerró?- pregunta de nuevo Maica. El silencio respondió. – Vale, pues ahora tenemos a Silvia en el baño esperando para atacar, ¿contentos?-dice Marcos. – Esperen, si cerramos ahora la ventana... ¡la tendremos acorralada en el baño! avisamos a la policía ¡y la podrán capturar! ¡podremos ir al baño cuando queramos!-propone Maica. – Sí, ¡cerremos la ventana!- se anima Nuria. Carla, Juan, Nuria, Marcos, Maica y Carlos se quedan dentro de la casa para que cuando nosotros (Paul, Fiona, Carolina, Paco, Pablo y yo) cerremos la ventana, ellos hagan lo mismo con la puerta del baño. Así, ella no se nos escapará. Salimos de la casa, nos fuimos acercando silenciosamente... La ventana abierta de par en par. ¡Ella está dentro! sentada en el water, escribiendo en un pequeño papel, igual que el que dejó encima de Marta. Luego arranca el trozo escrito y se queda observándolo con 54


orgullo y una sonrisa de suficiencia. Observo a mis hermanos. Paul está embobado mirándola... Pablo y Paco, con cara de asco dan un golpe a la ventana y esta se cierra. ¡Pero rebota y se abre de nuevo! No controlaron su fuerza. ¡Silvia se levanta corriendo y se lanza a por nosotros! En ese momento Fiona reacciona y vuelve a cerrar la ventana, pero con mucho más cuidado, presionando bien para meter la llave por la cerradura y poner el pestillo. Metemos la llave... ¡Pero una fuerza sobrenatural está tirando hacia afuera! ¡intentando volver a abrirla! Entre todos empujamos lo más fuerte posible y aún así no conseguimos resistir del todo ¡Las manos de la joven presionaban de forma exagerada! De pronto, oímos un portazo y un pestillo. Ella también lo siente. Entonces, notamos cómo se aleja para ir hacia la puerta, pero... ¡se le cae el trozo de papel y se desliza por la rendija de la ventana! Se ve que se dio cuenta... ¡porque volvió a empujar! Pero yo ya estoy girando la llave y... ¡Clack! ¡Por fin conseguimos encerrarla! ¡El papel que se le cayó! Me apresuré para cogerlo. Me picaba la curiosidad de una forma exagerada. En él se leía claramente, aunque con letra de niño chico (Ya hemos descubierto que a Silvia no se le da en absoluto la caligrafía) Cuando cuentas cuentos Cuenta cuántos cuentos cuentas, porque si no cuentas cuántos cuentos cuentas, nunca sabrás cuántos cuentos cuentas tú. Lo leo en voz alta para que todos sepan lo que pone. Vale, ya sé a quién mataría después, si consigue asesinar a Nuria, ¡iría a por Carolina! Seguro que es por que mi prima Carol se ponía a contarle de todo a Silvia. Desde sus sueños más extraños, hasta sus preocupaciones y dudas más intimas. Recuerdo que un día le narró un sueño muy especial que tuvo:

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Carolina era una anciana que salía del coche con su marido, también viejito. Este último gritaba: – ¡Desenfunda la espada! ¡a luchar!-y se ponía a correr por toda la calle con una espada de madera. Ella le decía: – Pero qué dices hombre, ¡déjate de tonterías! Carolina, la anciana en su sueño, seguía caminando por la calle para llegar a su casa, dejando atrás al marido. Entonces se encontraba con un niño negrito que se le acerca extremadamente preocupado y le preguntaba: – ¿Tú crees que me darán el papel de “Mi carro me lo robaron”? Es que en la fiesta del barrio no sé si aceptan a los negros... ¡Pero yo quiero ese papel! – ¿Qué?- le preguntaba Carolina confusa. – Nada, nada...- el pobre negrito concluía el sueño temeroso a ser discriminado... Ese es uno de los muchos sueños que le contó a la pobre Silvia. Carolina también tenía extrañas dudas. Le solía preguntar cosas como las siguientes: Cuando una mujer está en coma ¿tiene la regla? Cuando la gente está en coma ¿hacen las necesidades? ¿Comen? Sinceramente, yo creo que no hacen esas cosas pero... yo también tengo esas dudas... Realmente me gustaría saberlo. Con todo esto y más, Silvia se hartó de la pobre Carolina. Si Silvia estaba en casa de Marcos y llegaba Carol, ella iba corriendo a esconderse detrás de alguna puerta, debajo de la cama, en algún armario... ¡incluso llegó a esconderse en la caseta del perro! Siempre la descubría, no le importaba lo pesada que le pareciera a Silvia, ella seguía hablándole y hablándole.... Llegaba a casa de Marcos y preguntaba: – ¿Silvia dónde está? – Pues no lo sé- respondía Marcos. – Ya se me volvió a esconder la jodía... Esta no se librará de mí tan fácilmente mmm... jajajaja- decía añadiéndole una risa maléfica y todo. 56


Se pegaba, a más tardar, media hora buscándola, y cuando la encontraba le decía: – ¡Te pillé! Mira que te gusta jugar a ti al escondite... Me costó encontrarte pero... ¡lo conseguí! La próxima vez búscate otro sitio mejor que sea aún más complicado para divertirme más, ¿vale? Silvia solía salir del escondite y apresurarse a otro. Pero nunca tenía suerte, Carolina es muy rápida y le atrapaba del brazo diciéndole: – ¡El próximo día si quieres te escondes! pero ahora escúchame que tengo muchísimas cosas que contarte. Venga, anima esa cara, ¡a lo mejor te interesa lo que te cuente! – Sí, claro, lo que conseguirán tus historias y todo lo que me cuentas es hacer que me estalle la cabeza por sobre calentamiento de información y desesperación- apuntaba sinceramente Silvia. – ¡Yas! exagerada... bueno, hoy me quedé pensando... ¿tú entiendes por qué a la bota se le llama bota y a la pelota pelota? Es que la pelota bota más que la bota... ¡No tiene sentido! Los que crearon la lengua española son tontos- le decía negando con la cabeza. – No lo sé Carolina... preguntáselo a Marcos... ¡o a cualquier otra persona que no sea yo!- intentaba librarse de ella siempre tratando de no perder los nervios. – No, me gusta contarte las cosas a ti- le daba la trágica información-. También me quedé pensando... ¿por qué se le dice sillón al sillón y cómoda a la cómoda? ¡El sillón es más cómodo que la cómoda! ¡Eso tampoco tiene lógica! ¡No puede ser! No deberíamos permitir estas barbaridades... ¡Qué cantidad de locuras se hacen en este mundo! ¡Yo me quedo boba! Deberíamos luchar contra todo esto. Seríamos como Batman y su amigo el chico... este... ¿cómo se llamaba? ¿Boyman? Bueno, en cualquier caso yo sería el de negro. Realmente, me extraña que no haya elegido a Carolina la primera. Con todo lo que la tuvo que soportar...

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Capítulo 15: Nuria

“Ding-dong” “ding-dong” “ding-dong” “ding-dong” El timbre suena seguido y sin pausa, no esperan a que abran la puerta. “¡Pan-pan-pan!” “¡Pan-pan-pan!” ¡Alguien está aporreando la puerta de la casa! – Paco, abre la puerta ¡que nos la rompen!- le ordena Paul. – Tanto que presumen de tu caballerosidad y todas esas empalagosidades, y al final nada. Paco coge las llaves. Está temblando como si en el interior de su cuerpo se estuviera produciendo un gran terremoto. Después de doce intentos y quinientos golpes en la puerta dados por nuestros visitantes, consigue dar a la diana. – ¡Esto no gira!- grita Paco que pasa de estado gelatina a estado animal/diablillo enfadado, rojo y con la pinta de picar como un pimiento. – Hay que ser lerdo... ¡esa no es la llave!- informa tardíamente Pablo. – A buena hora lo dices, ¿no?- se queja Paco, ahora tenso como un tirachinas, a punto de proyectar la piedra hacia su objetivo, Pablo. – Lo digo cuando me doy cuenta- se justifica-. Trae, es esta. Paco vuelve al estado mermelada de nuestra abuela (más pastosa que dulce, siempre teniendo en cuenta que el tercio de ella es pura azúcar). – ¡¡Aggg!! ¡Dámela a mí!- los nervios de Carolina explotan. Coge la llave y la mete a la primera. La gira a velocidad cercana a la luz... “¡Clin!” Se apresura a abrir el picaporte... ¡pero no se mueve! – ¡¡NO SE ABRE!!- grita saltando y girando más aún la llave, intentando abrir la puerta y siempre con resultados nulos. – Se gira la llave al revés- dice Marcos tranquilamente, con los brazos cruzados y una ridícula sonrisa en la cara por aguantarse la risa. 58


Carol para de golpe y al micro-segundo se lanza a por Marcos gritando como una fiera hambrienta. Los tres gemelos, como si hubieran compenetrado sus mentes, se apresuraron para retenerla y alejarla de su presa. – Voy a abrirla yo, que al final van a tirarnos la puerta abajodigo. Giro con calma la llave en el sentido correcto... “¡Clack!”. Con suavidad muevo el picaporte... “¡Clin!”. Como si la puerta fuera un grifo, por ella empieza a entrar un chorro de policías. El primero se dirige hacia nosotros enseñándonos la placa. El resto está en posición de ataque, con las pistolas en mano, repitiendo como cacatúas “¡¿Dónde está el baño?! ¡¿El baño dónde está?! ¿El servicio? ¡¿Dónde está el servicio!?” y moviéndose alrededor de la casa en busca del baño como si fueran ellos los que no pueden aguantar con su vejiga. – ¡Pero bueno! ¿Tanto se tarda en abrir una puerta? En fin... no perdamos más tiempo. ¿Dónde está el baño?- pregunta esta vez el policía de la placa, se ve que es él el jefe. – Yo les digo- Paul encabeza la manada de agentes hacia donde está Silvia. – ¿Y dónde están Luqui y Alberti? Me caían bien-pregunta Carlos. – Ellos están con sus padres, los pobres están muy preocupados y asustados. Tienen que tranquilizarles- nos informa. – No soporto que mamá y papá estén nerviosos, me pone enferma- dice Fiona pensativa. – No, yo me refería a Lucas y Alberto, nunca se han enfrentado a un caso tan importante y con este grado de peligro... lo estarán pasando mal, pero lo superarán como todos- sigue hablando el policía- Bueno, en realidad la pobre asesina me da pena... le tuvieron que hacer realmente daño para que decida vengarse de esa forma. – ¿¡Cómo!? ¡Por mucho que le afectara cualquier cosa que le haya pasado no puede matarnos así!- me quejo indignada. – Puede que ustedes hayan sido aún más crueles que ella. Al fin y al cabo muchas veces duele más lo psíquico que lo físico- dice pensativo- y ella elige una muerte rápida y poco dolorosa para 59


ustedes. Yo, si hubiera sido asesino en vez de policía, les haría sufrir más. Puede que les descuartizara... o quemarles despacito despacito... o simplemente les haría cortes y más cortes hasta que mueran desangrados.... El hombre ya no está con nosotros, está absorto en sus sádicos y macabros pensamientos. Cuando se da cuenta de que todos le estamos mirando con expresión de incertidumbre, vuelve a tierra. – ¡Buas! Perdónenme, me gusta intentar entender a los criminales. Un policía siempre debe ponerse en el lugar del asesinodice orgulloso. – ¿¡Sí?! ¡¡¿En serio?!!- le cuestiona Carolina, ya más tranquila y, sobre todo, incrédula. – No- responde secamente el hombre mirando al techo. Todos le miramos con las cejas ceñidas... No hay quien entienda a ese individuo. Mientas conversamos, un bombardeo se está produciendo en el baño. Se oyen golpes, gritos femeninos de dolor, otros dando órdenes... Por fin sacan a la joven del baño. Tanto los hombres como la chica tienen toques y manchas rojas en la piel y las ropas. La que fue nuestra tan allegada e íntima amiga lleva unas esposas en las manos y en cada brazo le cuelga un policía feliz. Todos parecen felices, incluida Silvia. Ella nos sonríe... se nos hiela la sangre... su cara está descompuesta por una expresión alegre y de locura extrema a la vez. A eso se le puede llamar enferma mental. – Adiós amiguitos... ya nos veremos...-dice todavía con esas cara-. ¡Ah! Marcos, no olvides nunca que te quiero mucho, amorconcluye guiñándole el ojo al pobre chico. A Marcos le da tal tembliqueo que ni un perro cuando se sacude al estar mojado. – Bueno, adiós, ya les daremos noticias de lo que haremos con ella y todo ese rollo...-así se nos despide el extraño agente que no me cae bien. – A-a-diós- le respondemos todos entrecortadamente. Cierran la puerta, meten a la mujer en el coche y se van. 60


Este final es un poco extraño. ¿Acaba todo así? Parece que algo va mal. No soy la única que lo piensa... todos estamos intercambiando miradas. No se nos ve felices. Se supone que debemos estarlo, capturaron a Silvia, ¡ya podemos mear! “Ding-dong” ¿Quién será ahora? Voy extrañada hacia la puerta y la abro. -Hooolaalaala-saluda Lucas, se para un rato para coger aire, se le ve realmente exhausto- Lo siento por no haber llegado antes. Nos pincharon las ruedas del coche de policía y pintaron una cara guiñando el ojo en el cristal de delante. Tuvimos que venir corriendo. Luego nos encargaremos de los graciosillos... Nos quedamos mirándole con la boca abierta. Nadie hablaba, pero todos estábamos gritando por dentro.

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Capítulo 16: Marcos ¿¡Silvia se nos escapó!? Esa es la pregunta que tenemos todos ahora en la cabeza. Después de contarle todo lo sucedido a Lucas, Alberto y a sus compañeros, se fueron a ver si encontraban el coche de policía donde iba Silvia. Todos sabemos que se nos ha escapado. Junto a nuestros padres, que también están ahora en casa, vamos al baño para ver si nos ha dejado algún regalito. Entramos en el matadero de mi ex-novia como zombies. No nos equivocamos, allí nos dejó un nuevo trabalenguas. ¡Pero esta vez también hay más cosas escritas!

De Silvia. Queridos amigos, me despido de ustedes temporalmente por varias razones. Temo que finalmente me cojan y lleven a la cárcel, o peor aún, al manicomio donde ya me dieron de baja. Sí, en el tiempo que no supieron nada de mí, estuve encerrada en una casa de locos. Ellos, en realidad, son muy simpáticos. Unos quieren matar a sus esposas, otras a sus maridos, otros ya lo han hecho... todos tenemos eso en común. También conocí a personas que están enamorados de sus mascotas... Pero no se crean que allí solo van los locos de amor, he visto muchísimos jóvenes que han sido víctimas de excesivo estrés por los estudios y el trabajo, eso les ha trastocado la mente gravemente. Los pobres chicos son los que peor lo pasan, están incluso abrumados y arrepentidos de sufrir esa enfermedad mental porque les hace perder tiempo para estudiar o trabajar... Bueno, se preguntarán quiénes serán esos supuestos policías. El caso es que a los locos que desean asesinar no les da miedo pegar ni robar a nadie. Mis amigos del psiquiátrico se escaparon, se hicieron con los uniformes, la placa... y me ayudaron a salir. Yo les llamé con mi móvil cuando me enteré de que estaba encerrada. Ya les había explicado, 62


cuando estuve allí, lo que pensaba hacer y me apoyaron, qué buenos amigos son. De todas formas, ahora quieren que yo también les ayude a vengarse de los suyos... eso ya me lo pensaré. ¡Ah! Se me olvidaba, la sustancia que les inyecté a mis víctimas se llama difurtitidurina. La inventé yo, así que el nombre también se lo quiero poner yo y quiero los derechos de autora. No les digo qué mezcla de compuestos, ni sus propiedades químicas, porque opino que los científicos estarán divirtiéndose en sus laboratorios investigando. En cuanto a si las muertas podrán revivir... ni siquiera yo lo sé. Estoy investigando a ver si tiene cura. Ya si lo descubro, me pondré en contacto con ustedes. Puede que les sorprenda este cambio en mí. La enfermedad que despertó en mi interior ese amor descontrolado fue la doble personalidad. A veces te amo y me arrepiento de todo esto que estuve haciendo, luego me asusto y me vuelve todo el odio... Ahora quiero controlar la rabia e intentar deshacer lo que hice. Al fin y al cabo al intentar castigarte a ti, Marcos, me estaba castigando a mí misma, yendo primero a por los que yo aprecio más. ¿A que me sale ahora mejor la letra cuando estoy en la otra fase mía? Ustedes han sido mi vida, mi familia y mis amigos. Les deseo mucha suerte y amor del sano para todos. Aquí les dejo con otro trabalenguas para no variar. Lo que haré simbolizará que me despido de mi doble personalidad y me quedaré con la que ama... aunque me vaya rompiendo por dentro de tristeza. Llama que llama su casa está en llamas ¿A quién crees que llama la llama que llamas?

Ahora sí que estamos extrañados. Todos salen del baño. Me quedo solo, paralizado. ¿Qué es lo que estoy sintiendo? Estoy mirando a mi alrededor. El baño está vacío, da la sensación de que está abandonado, triste, solitario... No sé si es así como se siente el baño o como me siento yo... Muchas veces no me comprendo. Averiguar y distinguir lo que uno siente es realmente difícil. 63


Me miro al espejo. ¡¿Pero qué veo?! ¡Hay un sobre sujeto ahí! Con cuidado lo cojo y leo lo que pone delante antes de abrirlo. Solo y exclusivamente para Marcos. La curiosidad me pica literalmente. Empiezo a rascarme todo el cuerpo. Abro la carta.

Querido Marcos:

Quiero y no quiero querer a quien, no queriendo, quiero. He querido sin querer y estoy sin querer queriendo.

Así es como me siento ahora y desde el momento en que me dejaste. Pensé que tú sentías lo mismo que yo, pero se ve que no. Se supone que el amor es recíproco, si uno lo siente, el otro también. Yo te adoro, te amo y te deseo con todo mi ser. Por eso intentaré buscar la cura para revivir a mis víctimas. Me arrepiento y espero que no me odies.

Silvia.

Es sorprendente cómo los sentimientos son lo más complicado en lo que respecta el ser humano. Nos complicamos la vida con ellos. Todo lo que ella ha sufrido por no poder controlarlos. Me da muchísima pena Silvia. – Qué, Marcos, ¿no sales del baño?- me pregunta mi padre a través de la puerta. – Sí, ahora salgo- respondo. – ¿Saben qué?, Silvia quemó su casa. Se refería a eso con lo de 64


llama llama...- informa Alberto que, al parecer, no encontr贸 el coche de polic铆a.

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Les adelanto que este libro es una mezcla de todo, tiene aventura, intriga, comedia, amor, celos, odio... Narrado desde los diferentes puntos de vista de los miembros de una familia. Pero... Âżde quĂŠ va la historia? Si quieres averiguarlo ya sabes lo que puedes hacer.

Telde 2011 Islas Canarias.


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