Catรกlogo 2013
Fotogrรกfico
Expositores
Freddy Martín Cabarcas Gómez Alejandra Cardona Mayorga Jonathan Alexander Chaparro Moreno Nidia Ligeya Daza Hernández Julián Arturo Espinel Cely Liz Nathalia Forero Morales Pablo Felipe Gómez Montes Carlos Andrés Herrera Pérez William David Medina López Juan José Moreno Espinel Joan Sebastián Niño Villabona David Ortegón Suárez Andrea Ortiz Díaz Natalí Rojas Cardona Nelson Jairo Solano González Norman Suescún Calero Ana María Toro Chacón Laura Vásquez Moreno
Pronto se cumplirán dos siglos del nacimiento de la imagen fotográfica. En este tiempo la humanidad ha creado una intensa relación con las imágenes que se manifiesta en las complejidades del pensamiento y de las prácticas fotográficas. La exposición de los proyectos de creación realizados por la Sexta Promoción de la Especialización en Fotografía de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional atestigua esas complejidades, pues los proyectos exhibidos nacen de una reflexión en torno a esas prácticas y ese pensamiento. De esta manera, en la presente muestra se abre un panorama que transita desde las prácticas antiguas asociadas con una decadencia del medio como las emulsiones de plata que se utilizaron en los comienzos de la fotografía, hasta las intrincadas redes de píxeles que constituyen hoy las tripas de las imágenes. Durante estos casi ya dos siglos se han instaurado en el pensamiento fotográfico una serie de preocupaciones recurrentes como, por ejemplo, las formas de representación del cuerpo y del individuo, las maneras de construir o cuestionar en la imagen sus roles de género o clase, las relación del medio mismo con la realidad, su poder documental en relación con los fenómenos sociales, la construcción de paisajes a través de la imagen o la omnipresencia de las imágenes en la esfera de lo digital. Todas estas preocupaciones se manifiestan en el conjunto de obras que ensamblan esta muestra y que dan cuenta del tipo de experimentación que se realizó durante este posgrado en fotografía.
Restos
Pablo Gómez
El presente proyecto plantea una reflexión sobre la ruina y la imagen fotográfica que funciona en varios niveles. Por un lado, se parte del concepto de arqueología, el cual opera de dos maneras. En primer lugar como método de aproximación al tema de las ruinas modernas, buscando en éstas objetos o indicios que hablan sobre la presencia y actividad humana en su pasado. En segundo lugar, la idea de arqueología abre las puertas a la ficción y al simulacro como estrategia de reflexión sobre la fotografía y las ruinas representadas. Pues lejos de limitarse a la “investigación” arqueológica, lo que la obra propone, es la construcción de un objeto arqueológico simulado que consiste en la utilización de escombros recogidos en las locaciones fotografiadas como soporte de la imagen fotográfica. Dando como resultado una imagen en piedra que se encuentra (re)construida a partir de escombros fragmentados, la cual es a su vez presentada en un montaje que evoca una excavación arqueológica. Por otro lado, se propone la noción de la fotografía como ruina. Tanto por su calidad de fragmento, de índex, de resto. Como por su condición de obsolescencia frente al desarrollo de las nuevas tecnologías de la imagen (fotografía analógica vs fotografía digital). En relación a esto último, y al escoger el escombro como soporte de la imagen en vez del papel fotográfico tradicional, el proyecto supone una exploración de las propiedades únicas de la imagen fotoquímica que no pueden ser reproducidas por medios digitales. Con este fin se escogió el procedimiento del siglo XIX conocido cómo papel salado, el cual, dado su carácter primitivo y sus particularidades formales, al ser aplicado sobre la piedra dio como resultado una imagen difusa, fragmentada, e inestable, que juega en el límite entre la figuración y la abstracción, y la cual, al igual que las ruinas que representa, y de las que ella misma forma parte, eventualmente desaparecerá. En suma Restos funciona como un palimpsesto de ruinas. En donde la ruina sobre la ruina sobre la ruina (Entendida como objeto, representación, medio y técnica) cuestiona valores como la reproductibilidad, la omnipresencia, la velocidad y el afán de innovación tecnológico (entre otros), qué caracterizan a la imagen en la era de la fotografía digital. Evocando así el mito imposible de una fotografía rupestre o de la edad de piedra.
IMPLOSIÓN
Jonathan Chaparro
Hace aproximadamente 4 años me propuse el ejercicio de reconstruir muchas de las memorias y recuerdos que he tenido de mi habitación durante la niñez y adolescencia. Muchos de esas memorias se han ido asentando en una imagen dónde aquel espacio solitario es acompañado de algunos muebles heredados por algunos familiares cercanos, creando en su conjunto una atmósfera reconstitutiva de lo que fueron algunos instantes íntimos vividos en aquel lugar. Aquella imagen la construí pensando en un posible espacio para albergar aquellas memorias. Para ello diseñé una puesta en escena fotografiada en donde una maqueta que construí en base a aquella habitación, fue colgada en el centro de la misma después de haber sido desocupada. Aquella maqueta la hice pensando en algunas réplicas de muebles y aditamentos arquitectónicos que habían acompañado aquel lugar. Posteriormente instalé este objeto dentro de la habitación desocupada con el objetivo de representar un instante actualizado a través de la toma fotográfica. Mediante los sistemas de escala y de iluminación diseñados para la puesta en escena, ideé una especie de solapamiento conceptual de ese espacio con ese objeto construido, en razón al principio físico de lo implosivo, en dónde todas aquellas imágenes virtuales de mi habitación, presentes dentro mi memoria visual, entran a través de lo re-‐elaborado (la maqueta) para apoderarse de lo físico-‐fáctico (la habitación desocupada). Mediante la instalación presentada al público quise mostrar la maqueta confrontada a la imagen fotográfica, e insertarla dentro del espacio construido para este proyecto. Con esto quise permitirle al espectador ingresar dentro de aquel mundo construido para crear contextualmente en él la idea de anomalía sobre el espacio fotografiado, pensamiento producido por los elementos emergentes de la maqueta (la escala, el tiempo y la luz). Así cada individuo expectante de la obra tiene la posibilidad de apropiarse de estos elementos, dentro de su propio pensamiento, para así rememorar y cuestionar aquellos espacios diferidos de las múltiples capas presentes en la elaboración de cada uno de los objetos que acompañan la instalación.
Criollos
De Zoon - osis (Del griego: Animal-Enfermedad)
Sebastian Niño Villabona
Este proyecto busca interpretar fotográficamente a través de una mirada personal, la realidad de los animales que habitan el centro distrital de Zoonosis de Bogotá. Este se desarrolla a través de los objetos y lugares del centro y las marcas que han dejado los miles de animales que por allí han transitado, buscando extender y entender mi visión a través de la de los perros. Encontrando una metodología, experimentando desde diferentes soportes y puntos de vista, para contar la historia de los animales desde su perspectiva.
Interrogando a vitruvio
Alejandra Cardona
“En la civilización moderna se exige una correspondencia rigurosa entre el sexo anatómico, el sexo jurídico y el sexo social; estos rangos deben coincidir y nos clasifican en una de las dos columnas de la sociedad”1 Dentro de nuestra cultura occidental el género y el sexo de los cuerpos tienden a clasificarse dentro de categorías binarias: femenino-masculino, mujer-hombre. Estas particiones construyen nuestras fronteras mentales y, mediante la lectura de los códigos indumentarios, cada día y en cada momento de forma automática, nos hacen identificar y clasificar al conjunto de los seres humanos dentro de alguna de esas categorías. Este movimiento sucede tan rápidamente que parece inconsciente, más obedece a un código cultural que llevamos naturalizado y con el cuál vemos el mundo. Pues bien, por medio del retrato fotográfico deseo fijar la atención en los códigos indumentarios que hacen parte de las tecnologías con las cuales se fijan dichas categorías de género. Con esto intento plasmar lo complejo de la simbología estereotípica en la clasificación sexual y cómo se puede subvertir cuando las correspondencias estéticas, sociales y canónicas del género entran dentro de límites fluidos y sutiles. Los tres retratos que presento son de mujeres que performan de manera cercana lo masculino y así ponen en cuestión su correspondiente género. Estos retratos muestran una clasificación ambigua y de difícil lectura. A primera vista, exponen su apropiación de lo masculino como rasgo de su personalidad y su forma de relacionarse con el mundo. 1 Pérez David, La certeza vulneralbe, cuerpo y fotografía siglo XXI, editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2004, pág 65
Hecho de Barro
Freddy Cabarcas
Rosa María Jeréz nació un día de abril en la vereda Occidente de Ráquira, Departamento colombiano de Boyacá, bajo la influencia del amor y de lo femenino. Creció en este territorio encantador, en donde, desde los tiempos Chibchas bullen palabras como Zegusqua (vida), muysca fucha (mujer), usua (barro), zoia (olla) y btyzysuca (amar). Rosa María está inmersa en el espacio y en el tiempo de una larga tradición familiar alfarera; ella transita del fuego al aire y se transforma en agua, embriagando a la tierra amasada por sus pies. Así, Rosa María hace manifiesta la vida en vírgenes, hombres, ángeles e iglesias y mil y una figuras frías y remotas, cálidas y cercanas. Por la calidad de su obra, inspiradas en imágenes religiosas y de la vida en el campo, por sus virtudes personales y por la admirable destreza en la producción de esculturas en barro, en el año 2005 Artesanías de Colombia le reconoció como Maestra Artesana. Por su origen y forma de vida campesina, el arte escultórico de Rosa María se caracteriza como tradicional popular. De niña, durante sus visitas a la iglesia, le impresionaban las imágenes religiosas y reflexionaba sobre las representaciones que de ellas hacia su madre, Otilia Ruiz de Jérez, quien a su vez aprendió el arte de sus mayores. En las entrañas de “Las Otilias”, que es como también son conocidas sus piezas, palpitan el aire, el agua y el fuego. Haciendo visible lo invisible, relacionan nuestro espacio con otros mundos que también son posibles. Las imágenes materializan el extraordinario vínculo de Rosa María con la tierra, presente en las paredes de adobe de su casa, en la maestría de sus creaciones y en su convicción de la existencia de un dios alfarero que modeló al hombre en barro. “Somos hechos de barro”, afirma Rosa María, como indicación de que en su relación con ese material terrenal está comprometida toda su espiritualidad, su ser y su sentir. A Rosa María le doy las gracias por acogerme en su casa, permitirme el privilegio de asistir a su magia, aprender de sus valores y disfrutar del universo de sus creaciones.
Mercado nómada
William David Medina López
Este proyecto aborda las dinámicas particulares de montaje y desmontaje del mercado de pulgas de Bogotá, que como un heredero del circo o de otras atracciones temporales, se arma y desarma de manera cíclica y coordinada, realizando desplazamientos orgánicos nómadas, propios de los gitanos de la época anterior al S. XVII. La destreza en el embalaje y acarreo de mercancías en gigantes cajas rodantes de madera, en artesanales cajones con balineras o en pequeños carros de mercado hace evidente la experiencia de su ya añejo nomadismo itinerante.
Desarraigo
Andrés Herrera Pérez
En Colombia miles de campesinos, negros, indígenas, periodistas, académicos, etc., han sido forzados a desplazarse a las ciudades o al extranjero, donde no siempre encuentran las oportunidades para subsistir, pero sí tienen que afrontar el destierro. Una de las comunidades indígenas desplazadas en Bogotá es la embera, proveniente principalmente del Chocó y de Risaralda. Desde hace varios años, han llegado a la ciudad huyendo del hambre, la violencia y el abandono del Estado, para encontrar el frío y la indiferencia de la ciudad. El Gobierno ha dispuesto para ellos alojamientos en la localidad de Los Mártires, en los que –a pesar de contar con techo, alimentación y salud– se hallan en condiciones diametralmente opuestas a las que tienen en su territorio, donde conviven con el río, la tierra y la selva, y comen el fruto de su trabajo. En esos albergues los horarios, las reglas, las rejas y los muros determinan su cotidianidad y hacen más evidente su desarraigo. Este trabajo se realizó en los alojamientos de las comunidades embera chamí y embera katío en el barrio La Favorita así como en otros sectores de la ciudad, como la carrera séptima, el Parque Nacional y el barrio Las Cruces.
Entre Sueños
Liz Nathalia Forero Morales
Dormir es una actividad a la que normalmente una persona dedica una tercera parte de su vida. Es el momento en el que descansan cuerpo y mente, lo que no quiere decir que ésta última deje de funcionar; sólo significa que funciona diferente. Es entonces cuando se producen los sueños, estas imágenes aparentemente absurdas muchas veces, pero que pueden ser la respuesta a una pregunta, la inspiración para una historia o mensajes del inconsciente en pro de alcanzar un equilibrio psicológico como lo sugiere Jung. Eso es lo que yo creo y es la razón por la que, desde hace varios años, llevo un diario en el que escribo lo que he visto mientras duermo. Sin embargo, además de narrar, siento la necesidad de interpretar lo que vi para entenderlo y apreciarlo como algo más que una creación extraña de mi mente. Este es un proyecto a largo plazo, en el que busco representar algunos sueños propios y que seleccioné por que fueron aportes importantes a mi vida, desde el punto de vista de desarrollo personal y creativo. Esta primera muestra es la representación del que he llamado El Sueño de las Fotos, el cual elegí, para comenzar el proceso, por su contenido especialmente simbólico y porque fue un llamado de atención hacia un problema personal al mismo tiempo que una propuesta de solución. Asimismo, fue con este que surgió mi interés por los sueños y el primero que registré en el diario.
Negativos
Laura Vásquez Moreno
Negativos son los relatos de dos mujeres en relación a su sensación de vergüenza, ellas comparten sus experiencias y emociones por medio de una serie de preguntas y encuentros con la autora donde conversan acerca de su percepción generadas en situaciones particulares y aquellas que están relacionadas con el inconformismo del cuerpo; posteriormente la fotógrafa filtra estas experiencias desde su percepción para interpretar y recrear, en un puesta en escena que dialoga con sus relatos, que refleje las emociones expresadas, representándolas a través del retrato fotográfico. La serie presenta lo no aparente y lo oculto, produciendo confusión en la lectura del gesto de cada retrato, despojando al individuo de interpretaciones objetivas, con el fin de develar y resignificar emociones, complejos y circunstancias manifestadas al sentirse descubierto por la mirada del otro. Dichos relatos se materializan, al exponerse y validarse mediante la imagen, la definición y construcción de la sensación personal de vergüenza de cada una de las participantes;mujeres que se relacionan y que compartieron sus emociones, dos modelos y una autora.El resultado es la síntesis metonímica de aquello descubierto, que revive esa experiencia olitaria, y se manifiesta en la distorsión y alteración de la imagen interior del individuo,que se esconde en la privacidad de cada una de las participantes en el proyecto.
Cuerpo de Mujer
Julian Espinel
En los orígenes de la especie humana, lo femenino era sagrado, mágico y símbolo de fertilidad, pero a través de los siglos los hombres fueron socavando y apropiándose de esta magia para sí mismos, desplazando y relegando a la mujer en su status social, político y más importante aún en su rol dentro de la familia… ‘dentro de mi familia’. Es por esto que quise hacer una reflexión en torno a esta realidad, haciendo uso de elementos simbólicos, como la figura de la mascota junto con el cuerpo femenino, componiendo una puesta en escena para evidenciar la situación a la que hago referencia anteriormente.
Despertar
Nelson Jairo Solano Gonzalez
Este proyecto se denomina Despertar y se basa en el fenómeno conocido como parálisis del sueño que consiste en sentir y experimentar la sensación de pérdida de movimiento en el cuerpo mientras dormimos, dicho fenómeno se presenta en los momentos que estamos más cerca a la conciencia, es decir, en la fase de somnolencia, transición entre la vigilia y el sueño y es justo el motivo de mi estudio y experimentación. A esta parálisis del sueño se le asocian diferentes interpretaciones dependiendo de la postura que se tome para analizarla, por ejemplo, asociar este tipo de experiencias con fantasmas o demonios que intentan poseernos o asfixiarnos es uno de los análisis más comunes influenciados por creencias religiosas, prejuicios o simplemente por la cultura televisiva. En la puesta en escena fotográfica se buscó representar las sensaciones de angustia, desesperación, impotencia y miedo, pero principalmente se buscaba generar estos sentimientos en el observador a partir del juego entre luces y sombras, entre texturas y materiales, entre lo abstracto y lo figurativo, generar ese diálogo íntimo entre el observador y la obra.
ROSTRO_ TEXTO_TEXTURA
Andrea Ortiz Díaz
Reconocer el rostro en la imagen fotográfica resulta un reto, el tiempo transforma cada textura del mismo: ojos, nariz, boca, pelo, poros, arrugas, etc. son tejido resultante de la experiencia cotidiana y a su vez profunda. Los seis retratados antes de ser caras o rostros son ante todo relatos, cada una de esas personas ha entramado sensaciones a través de palabras, las cuales no solo describen la huella física de un rostro sino construyen la relación de su imagen con el mundo a través de la memoria del acontecimiento. El relato es un registro escrito y en su fragilidad reta la verosimilitud del registro fotográfico. Así, cada relato tejió la imagen de un rostro y posteriormente se realizó una traducción tecnológica donde el soporte digital de un retrato se entramo con cada palabra de los textos por medio de pixeles. Son rostros imaginados por el lector y construidos por el escritor.
Talleres
David Ortegón Suárez
A pesar de las lógicas del consumo actual, aún existen lugares de la ciudad que escapan de la globalización y de los sistemas comerciales que toman lugar en la sociedad contemporánea. Esto sucede con las bicicleterías, espacios que reflejan una idiosincrasia propia, es decir, en ellas se hace visible una lógica del tiempo diferente, pues no van al mismo ritmo de la ciudad. Además, es fácil ver que la labor del mecánico está estrechamente relacionada con el entorno, pues tanto el mecánico como el lugar componen un mismo contexto, haciendo que la bicicletería no solo sea un espacio, sino un paisaje en el se construye la vida de objetos y personas. Por esto, los talleres no son simples espacios de reparación de velocípedos, son espacios donde converge la vida de los mecánicos, la vida de las bicicletas y el transcurrir del tiempo propio de éstos lugares.
Dominio
Juan José Moreno Espinel
Partiendo de la idea del paisaje como una construcción temporal abstracta que se define a través de diferentes culturas y diferentes épocas de modo contextual, al igual que como concepto estético con implicaciones sociales y psicológicas, la idea de esta serie es configurar un punto de vista, un tipo de mirada que nos permita reflexionar no solo sobre el espacio (Paisaje) en sí, sino en la producción del mismo, como es el caso de los rellenos sanitarios. Espacios producidos y dominados por el hombre, resultado del acelerado y desmedido crecimiento de la población urbana. La forma de mostrar y de aproximación a este tipo de espacios, la cual mantiene una la línea del paisaje clásico como ideal estético, es finalmente una necesidad por explorar, documentar y percibir, en primera persona, la sensación un territorio extremadamente hostil con altos niveles de toxicidad y difícil acceso especialmente por ser en la noche, en donde por medio de largas exposiciones a través de una mirada reveladora y tipificada por la luz de la noche, busca generar un reflexión, por medio de asombro y extrañeza, sobre la imagen que vemos y de qué manera la vemos. Un territorio oscuro poblado de dudas, en el que la fotografía captura y evidencia a través de una mirada sublime la inmensidad y la magnitud de un lugar peligroso, fétido y putrefacto resultado de la acción humana.
Lugares para morir
Natali Rojas Cardona
Lugares para morir es el resultado de mi interés por el tema de el suicidio, donde intento responder una pregunta que con frecuencia me he planteado, ¿Si yo fuera a quitarme la vida, en qué lugar lo haría? Buscando la respuesta a esta pregunta, llegué a identificar una tipología de lugares y situaciones, que sucedían en paisajes tóxicos, inventados, imaginados, alterados, y engañosos que se encontraban en mi mente. Para dar vida a estas imágenes, decidí hacer representaciones por medio de maquetas que posteriormente ubiqué en paisajes verdaderos, para que al fotografiarlas se mezclaran con el entorno, creando una ilusión de realidad; elaborando así, escenas artificiosas de paisajes testigos del homicidio auto infringido que alguna vez ahí sucedió. Estas imágenes pretenden engañar el ojo del espectador, procurando que este se cuestione acerca de la realidad de la imagen que está mirando, y de las situaciones que se retratan en estas.
Construcciones Internas Ana María Toro
“Construcciones Internas” es un proyecto que nace de inquietudes sobre la identidad en el sujeto contemporáneo y que se ocupa de la saturación y el consumo desmesurado de información al que estamos sometidos hoy en día, y que genera una homogenización de la identidad y un cambio en la subjetividad del yo. Esto busco evidenciarlo a partir de una fabricación obsesiva, compulsiva y surreal, siendo una metáfora de la construcción interna en la que estamos sumergidos en la vida cotidiana, de la cual no nos percatamos por estar profundamente inmersos dentro de su lógica.
MÁRTIRES Ligeya Daza Fotografiando Hombres y mujeres transexuales en mi proceso de respuesta a una pregunta por mi orientación sexual “Lesbiana” y mi identidad de genero ambigua, encuentro seres igualmente ambiguos en sus espacios cotidianos, siempre cuestionando su propia sexualidad, con cuerpos y ademanes que también cuestionan mi propia sexualidad, en este sentido de acuerdo con Andrea García Becerra en tacones, siliconas, hormonas teoría feminista y experiencias trans en Bogotá… “También somos cimarronas de una matriz cultural que establece la estricta coincidencia entre el género, el sexo, el deseo y el placer, para la configuración de identidades de género legibles, legítimas y con derechos formales”. Un plus aflora también en la relación entre fotógrafo y modelo, otra relación sexual flirtea vanidosa, se jacta de ser una filiación necesaria, se convierte en un juego erótico inevitable, intercambio sensual, juego de roles entre voyeristas y exhibicionistas, tatuajes y pliegues cargados de historias y discursos, miradas demandantes, bellos casi obligados a crecer, bustos aplastados entre fajas que invisivilizan asomos de feminidad. paquetes1, uñas postizas y pelucas, unos suplantan un pene como bandera, como elemento de poder, otras lo ocultan entre sus piernas, lo adhieren y embuten entre sus nalgas previniendo el asomo de la vergüenza. Cabello largo en unas y corto en otros, cargado de un simbolismo casi mitológico, del cabello emana poder en el mundo de ellas, en el de ellos resta virilidad. Las venas se erigen como residuos de una fuerza aun vigorosa que pretende camuflarse entre polvos faciales, brillos labiales y uñas postizas, pieles suaves y tersas se ocultan bajo el masculino vello empujado por la testosterona. Miradas hormonales reclamantes otra vez, proceden sin fin de incógnitas que continúan cuestionando siempre la propia sexualidad, la suya y la mía, en este sentido y al encuentro con un antiguo concepto resignificado por Andrea Garcia “No se nace mujer: llega una a serlo”. Algunas somos obligadas. Otras nos resistimos. Otras, pese a sus cuerpos, pese a las normas sociales de sexo y género, pese a las violencias y a la discriminación, luchan incansablemente por insertarse en el modelo de mujer, sin saber nunca si lo han logrado o lo han de lograr.
Sin Título
Norman Suescún
Mi trabajo parte de una foto tomada del álbum familiar que llamó mi atención debido a que representa ciertos estados de vacío y emociones ambiguas que solía sentir en mi infancia. Esto me lleva a efectuar una serie de autorretratos junto a algunos muebles de mi entorno donde busco utilizar mi cuerpo como materia de reflexión plástica a partir de una puesta en escena efímera. Dichas acciones me adentran en el análisis del cuerpo y su situación en la sociedad contemporánea al situarlo en un estado indefinido en el cual se presenta en una fase donde aparentemente no enuncia ningún tipo de emoción. De esta forma utilizo mi propio cuerpo como materia acentuando por medio de unas acciones aparentemente absurdas la no funcionalidad, el sin sentido y el despropósito.
Catálogo 2013
Fotográfico Exposición Sexta Promoción Especialización en Fotografía