El concepto ‘Arte joven’ empezó a meterse en el mundo del arte colombiano hacia la década de los 40, con eventos como el Salón Nacional de Artistas. Si bien antes se usaba para referirse a los jóvens, se ha transformado tanto, que no existe un consenso sobre su significado. Página 4.
Obra de Leonel Castañeda llega al Museo de Antioquia
Heiner Goebbels deja ver sus múltiples facetas
‘Kusikawsay’, uno de los monumentos que conmemora el Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y la antigua guerrilla de las Farc, fue instalado en el patio de esculturas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York. Mario Opazo, su autor, cuenta cómo fue el proceso de creación y su ubicación. Página 6.
Periódico
Año 14 # 70.
Informaciones, opiniones y todo lo que necesita saber sobre el arte en Colombia. Distribucióngratuita. 25.000EjemplaresImpresos ISSN:1794-9653 “La categoría arte joven es una herencia de la modernidad que aún sacamos a relucir porque le conviene al mercado”. Luisa Ungar, curadora.
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Septiembre - Octubre 2019
Cortesía de Mario Opazo
Diego Guerrero /ARTERIA
James Holt /Cortesía Dirección de Patrimonio de la Universidad Nacional de Colombia
Viviana Troya /Cortesía Feria del Millón
El cuerpo la vulnerabilidad y el sacrificio son algunos de los temas que le interesan al este artista bogotano desde que estaba estudiando en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, hace unos 25 anos. Un recorrido nocturno por el matadero de Mosquera (Cundinamarca) fue el origen de su obra ‘Embarcadero /del sacrificio al tormento’, que ahora se encuentra en Medellín. Página 9.
Con un concierto que funciona como una obra de teatro y que al mismo tiempo se convierte en una instalación, el artista, dramaturgo, compositor y director alemán presenta una muestra retrospectiva de su obra en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá. Página.16.
‘Kusikawsay’, obra creada en homenaje a la paz de Colombia, en Nueva York
Arte joven, categoría de recelos y oportunidades
EDITORIAL
En mayo del 2005 circuló la primera edición del Periódico Arteria. De eso han pasado más de 14 años. Era un momento en el que, frente a un panorama dudoso y a la incertidumbre de continuidad, comenzamos a trabajar con la intención de facilitar el acceso al sector de las artes, atendiendo a quienes desde el ámbito privado, y el público trabajaban por el crecimiento y robustecimiento del escenario para los artistas del país, su visibilización y circulación.
Mucho se había hecho hasta ese entonces, por lo que desde ARTERIA, parte de la apuesta también se enfocaba en la consolidación de un documento capaz de circular con periodicidad, de forma masiva y gratuita, con el compromiso de generar contenido y apertura al diálogo sobre las diferentes actividades que se desarrollaban alrededor de las artes plásticas y visuales, originadas en diferentes regiones de Colombia.
Fue un año importante.
Seis meses después, en noviembre, abrió la primera edición de la feria de Arte de Bogotá, ArtBo, evento que desde entonces ha perfilado una clara e importante postura hacia la estructuración de una plataforma para la comercialización del arte, alternativa para el crecimiento de la economía desde la cultura y, por ende, para el desarrollo del sector.
En estos 14 años ARTERIA ha registrado un progresivo fortalecimiento de las prácticas artísticas. Año tras año, la cantidad de actividades de circulación ha ido en ascenso, al igual que, el surgimiento de otros espacios e iniciativas y el interés por el mantenimiento, restructuración y representación de proyectos instaurados tiempo atrás.
En ese contexto la presente edición se enmar-
Por: Nelly Peñaranda
ca en la celebración de actividades de gran impacto para las artes. ArtBo conmemora su edición #15, la Feria del Millón y Barcú llegan a la octava y sexta versión respectivamente; el Premio Luis Caballero presenta su edición #10, en tanto que, el Salón Nacional de Artistas, cercano a conmemorar sus 70 años de iniciado, presenta su versión 45, en 10 salas de exhibición de Bogotá, vinculando también 12 espacios de intervención.
Sin duda, una oportunidad para la construcción de conexiones entre diferentes formas de mostrar el arte hoy día por lo que, desde ARTERIA fueron seleccionadas diferentes prácticas, nociones y categorizaciones para ser abordadas por artistas, críticos o curadores de manera que se permita una aproximación al campo artístico desde el contexto, más allá de la singularidad y en aras de fortalecer su utilidad social.
En ánimo de celebrar, ARTERIA llega a las 70 ediciones, por lo que resulta importante poder destacar la labor y agradecer el apoyo, confianza y paciencia de quienes han contribuido en el logro de estar en circulación desde hace más de 14 años. También, celebramos que la Fundación Arteria, que desde el 2016 apoya la publicación y circulación del Periódico Arteria es la entidad asociada al Ministerio de Cultura y al Instituto Distrital de las Artes, Idartes, para la producción de la edición 45 del Salón Nacional de Artistas, evento que regresa a Bogotá después de 13 años de itinerancia nacional.
Seguimos adelante con el compromiso de brindar información relacionada con las artes en el país y el propósito de contribuir en la construcción de herramientas que faciliten la generación de experiencias que trabajen por el fortalecimiento del potencial de aprendizaje y acceso a la artes y a la cultura como derecho.
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Cárdenas
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NOTICIAS
‘Panorama Catatumbo’, de Noemí Pérez es una de las obras que hace parte e la serie ‘Lo que el arte no olvida’. /ARTERIA
‘Lo que el arte no olvida’
Una serie de televisión para el Canal 13 sobre obras de arte claves en la narración y memoria del conflicto colombiano está siendo preparada por la productora Quintocolor. Titulada Lo que el arte no olvida relata los procesos creativos y los elementos políticos y sociales, que llevaron a los artistas a crear esas piezas y por qué se consideran obras con un valor especial en contexto. En el programa participan artistas, críticos, curadores y profesionales jóvenes de distintas áreas que hablan sobre las piezas o sobre los momentos vividos durante los años de enfrentamiento armado entre grupos ilegales y el Estado. Participan artistas como Noemí Pérez, Antonio Caro, Miguel Ángel Rojas, Benjamín Jacanamijoy, Erika Diettes, Clemencia Echeverri y Leonel Castañeda.
‘Monumento al tornillo desconocido’
Con la obra Monumento al tornillo desconocido, de Gabriel Zea, en el Monumento a los Héroes, se dio comienzo a la décima edición del Premio Luis Caballero. La pieza es una de las ocho que participan en este premio que realiza la Galería Santa fe y que se presentará en distintos lugares de Bogotá, según la escogencia hecha por los participantes. El grupo de artistas que completan el premio son Edwin Sánchez, María Buenaventura, Eduar Moreno, María Elvira Escallón, Delcy Morelos, Carlos Bonil y La Decanatura (Elkin Calderón y Diego Piñeros).
Jesús Abad Colorado, reconocido en el Premio Gabo
El fotoperiodista antioqueño Jesús Abad Colorado recibirá el ‘Reconocimiento a la excelencia’ del Premio Gabo 2019. “El Consejo Rector de la Fundación Gabo, que otorga esta distinción, reconoce en la trayectoria de Jesús Abad Colorado valores como la ética, el respeto por los derechos humanos, la integridad y el compromiso con los ideales de servicio público del periodismo”, dice el comunicado. Durante 25 años Colorado ha cubierto el conflicto colombiano con una mirada personal, lo que ha llevado a que su obra sea expuesta en varias ocasiones. La más reciente de ellas es ‘El testigo’, que continúa abierta en el Claustro de San Agustín, en Bogotá.
Se aproxima el Salón de Artistas Quindianos
Desde el 7 hasta el 25 de octubre se realizará la edición 17 del Salón de Artistas Quindianos, que organizan la Alcaldía de Armenia y la Corporación de Cultura y Turismo. La fecha de cierre para la recepción de las obras es el 25 de septiembre. Podrán participar todos los artistas plásticos y visuales nacidos en el departamento del Quindío, residentes o no, mayores de 18 años. El Salón se realizará dentro del marco de la programación de la celebración de los 130 años de la ciudad. Informes en: 17salondeartistasquindianos@gmail.com
Circuitos de arte por el Salón Nacional de Artistas
Durante ocho sábados consecutivos, desde el 14 de septiembre hasta el 2 de noviembre, La Fundación Arteria llevará a cabo la edición especial del programa ArteCircuitos para el Salón Nacional de Artistas, ‘El revés de la trama’, que se realiza en Bogotá. A partir de las 11 a.m. los participantes pueden escoger entre cinco puntos de encuentro. ArteCircuitos es un programa de la Fundación Arteria creado en el 2014 para vincular al público con los espacios de las artes, a través de actividades pedagógicas y de circulación. A este evento se ha unido la caja de compensación Cafam. La Fundación Arteria es una entidad asociada al 45 Salón Nacional de
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Informaciones, opiniones y todo lo que necesita saber sobre el arte en Colombia. ARTERIA cuida el medio ambiente. El papel utilizado para la impresión de este periódico es 100 % reciclable. El Periódico Arteria es una publicación de Colombian Art Crafts SAS y Fundación Arteria. Programa apoyado por el Ministerio de Cultura Programa Nacional de Concertación Cultural Directora Nelly Peñ
nelly.penaranda@periodicoarteria.com Editor Diego
editor@periodicoarteria.com
María
Luisa
Artistas.
aranda R.
Guerrero
Consejo Editorial Juan Fernando Herrán Humberto Junca Casas José Ignacio Roca
Belén Sáez de Ibarra
Ungar Colaboran en esta edición Laura Guzmán Díaz David Guzmán Guillermo Vanegas María Victoria Santos Galería El Dorado Galería La Cometa Diseño Fabián
Artista crea ‘El Libro invisible’, a partir de una experiencia singular
En 1988, Víctor Laignelet (1955) vivió una experiencia extraña mientras trabajaba en París: su mente sufrió una especie de revolcón y quedó profundamente desubicado. Para el artista no es posible poner en palabras lo que ocurrió, solo puede decir que “fue un momento que se detonó a partir de ciertos sonidos”.
Hace dos años, tras recordar ese episodio, escribió una lista de momentos claves de lo que le pasó. “Pensé que serían unos 15, pero salieron 125. Son unas frases particulares que captan el espíritu de lo sucedido”, dice.
A finales de 2018, el curador Manuel Kalmanovitz lo invitó a participar en la curaduría ‘Llamitas al viento’ del 45 Salón Nacional de Artistas. El artista aceptó, luego de considerar que su vivencia encajaba con el sentido de este evento, ‘El revés de la trama’, que consiste en ver lo que se encuentra detrás de las cosas y que no es visible.
“Le conté sobre mi episodio y él me propuso que le pusiera imágenes. Me pareció muy difícil, porque me tomó mucho tiempo escribir las frases y necesitaba otro tanto para ver si me salían las imágenes, porque son experiencias poco inasibles”, cuenta el artista barranquillero.
Pese a la dificultad, hizo algunas pruebas y tras ocho meses, en los que no halló la manera de plasmar los textos, encontró el lenguaje para ello. “El tiempo que me tomó se debe a que siempre tuve miedo de traicionar la experiencia a través del texto y de la imagen, como cuando las personas viajan a un lugar maravilloso, le toman fotos, después regresan y con el tiempo lo olvidan y solo tienen la fotografía,
que termina por reemplazar la experiencia”, manifiesta Laignelet.
Ese miedo a que en su mente la experiencia fuera reemplazada lo solucionó al escribir esas frases y hacer imágenes mediante la técnica del gofrado, que consiste en grabar en seco motivos en relieve. El libro contiene las ilustraciones de las primeras 15 frases.
“Me pareció acorde al problema de lo inasible y me gustó la idea de darle cierta invisibilidad. De ahí surgió el título El Libro Invisible, porque también me sugirió que se parecía al alfabeto braille y pensé que la situación era como esa, como si fuéramos ciegos ante algo y tuviéramos que relacionarnos por un sentido que no es el propio”, explica el artista.
“Para mí, cuando tuve la experiencia, fue fundamental preguntarme si fue algo único o si tenía antecedentes en la historia.
Sobre la experiencia de París, dice: “Creo que es algo que les ha pasado a distintas personas en la historia. Vivimos en un mundo en donde tenemos una experiencia de lo sensible y de la vida que llamamos cotidiana, pero hay momentos en los que, por alguna razón, por ejemplo, por situaciones extremas o de terror, se abandona la resistencia y uno se entrega a la fatalidad. En ese punto, algo cambia en la percepción de sí mismo y el mundo se muestra de otra forma”.
Además, el artista considera que “en la humanidad hay el anhelo y la sospecha de que
hay más sentido del que nos presenta la vida cotidiana. El más básico y popular es hacer el amor, en donde se busca una fusión y una experiencia de trascenderse a sí mismo, pero también puede haber una búsqueda de vivencias de otro orden, a través del alcohol y las drogas. A veces hay experiencias que se logran sin ningún agente exterior”.
Para Laignelet, esta era la manera más adecuada de mostrar aquello en el libro, pues “el arte es un lenguaje completamente afín a los procesos de la estructura del inconsciente. Debido a que opera con altos y bajos; es la vía natural para penetrar esa zona”. En este punto, aclara que su intención no era hacer pública una parte de su vida, sino encontrar un eco en personas que, tal vez, hayan pasado por experiencias similares.
“Quiero más bien que recapitulen sobre los propios momentos en que ellos se han visto confrontados por un umbral”, dice. A raíz de esto, creó el periódico El Noir –que se lee en conjunto con El Libro invisible– e incluyó allí una “contraparte colectiva”, que cuenta historias similares a la suya.
“Para mí, cuando tuve la experiencia, fue fundamental preguntarme si fue algo único o si tenía antecedentes en la historia. Esa fue la razón de hacer un periódico tamaño tabloide e indagar con distintas personas si habían tenido episodios así”, dice el artista.
Algunos de esos casos que se relatan en El Noir, que tiene 12 páginas, son escritos por
La memoria de un país que se pronuncia a través del arte.
Preestreno jueves19 de septiembre a las 6:30 pm en Barcú.
Estreno en televisión, jueves 3 de Octubre a las 10:00 pm por Canal Trece.
Con la participación de:
Una producción de para
las personas que vivieron esos episodios, como la curadora Juana Berrio, el escritor Joe Broderick; Amparo Vega, directora del Instituto de investigaciones estéticas, de la Universidad Nacional, y el artista Rolf Abderhalden, de Mapa Teatro.
Por ejemplo, Laignelet relata la historia del matemático francés Blaise Pascal, a quien después de su muerte le encontraron un papel escondido en sus objetos. “Él tuvo una experiencia particular. La escribió y la anotó en un pergamino que cosió al forro de su chaqueta para tenerla presente todo el tiempo. Cada vez que se cambiaba tenía que ponerse un nuevo jubón (especie de sobretodo ceñido al cuerpo) porque había dañado el anterior y a este volvía a coserle el papel. Lo mantuvo en secreto hasta que uno de sus empleados lo descubrió, tras su muerte”.
Durante el 45 Salón Nacional de Artistas, el periódico El Noir y el original de El Libro invisible, que contiene los grabados en relieve, se exhibe en El Parqueadero, en el Museo de Arte Miguel Urrutia.
Así mismo, Laignelet presenta grabados y dibujos sueltos, que están dentro de El Libro, y algunas placas en acrílico con las que se hicieron los grabados. Para conocer cuál fue la experiencia singular, sin duda, habrá que ver a El Libro invisible.
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ANTONIO CARO (HOMENAJE A MANUEL QUINTÍN LAME) / ERIKA DIETTES (RELICARIOS) / LEONEL CASTAÑEDA (BANDERA DE PLOMO. UN SOUVENIR PATRIÓTICO) / FERNANDO PAREJA Y LADY CHÁVEZ (OPRESORES OPRIMIDOS) / BENJAMÍN JACANAMIJOY (PENSADORES DE AGUA Y TIERRA) FEDERICO RÍOS (DESPLAZAMIENTO INTERNO EN COLOMBIA) / CLEMENCIA ECHEVERRI (VERSIÓN LIBRE) / NOHEMÍ PÉREZ (PANORAMA CATATUMBO) / JEISON SIERRA (TERRITORIO COMÚN) / MIGUEL ÁNGEL ROJAS (QUIEBRAMALES)
Víctor Laignelet presenta en el Museo de Arte del Banco de la República una publicación surgida de un episodio personal. Hace parte de la curaduría ‘Llamitas al viento’, del 45 SNA.
El Libro invisible Víctor EditorialLaigneletComic-Hermético-Filosófico 104 pp. 25 x 35 cm.
¿Qué es el arte joven?
Con el desarrollo del arte en Colombia, el significado de esta categoría ha cambiado. Mientras en algunos ámbitos se entiende como una clasificación para hablar de los artistas jóvenes, en otros se usa para referirse a obras novedosas.
Cuando se habla de ‘arte joven’ en Colombia, el concepto es ambiguo, al no existir claridad entre si se refiere a los artistas que tienen una edad biológica determinada o a aquellos que recién llegan al arte –sin importar cuántos años tengan– o, incluso, a la producción que resulta novedosa para el entorno artístico.
La Feria Internacional de Arte de Bogotá (Artbo) tiene un espacio para el ‘arte joven’ en Artecámara. “Es el espacio para un mercado emergente y juvenil, en el que el límite de edad para participar son los 40 años, edad que demarca en Colombia un campo de ‘arte joven’. La otra condición de Artecámara es que estos artistas no estén representados por una galería”, explica Claudia Sarria, del colectivo Helena Producciones, compuesto además por Wilson Díaz, Ana María Millán, Andrés Sandoval y Gustavo Racines.
En la feria Barcú el apartado para los artistas sin representación se llama ‘Spotlights’, aunque no existe un límite de edad para participar. “Como muchos no tienen esa representación comercial, uno espera que sean jóvenes, y son la mayoría, pero hay otros que no lo son y también se presentan”, dice Caridad Botella, cocuradora de ‘Spotlights’.
De manera similar, la Feria del Millón busca ser una plataforma para los artistas emergentes, sin importar la edad y si cuentan o no con representación de una galería. “A lo mejor, un artista de 50 años empezó a hacer arte tarde y tiene una propuesta contemporánea o novedosa, eso funcionaría como arte emergente. Uno tiende a pensar que son jóvenes y eso es válido, porque hay recién graduados, esos también son artistas emergentes”, comenta Diego Garzón, director del evento que este año llega a su séptima edición.
Según Nadia Moreno, investigadora, docente y gestora, cuyo trabajo de maestría abarcó la genealogía del arte joven en Colombia y en México, “la categoría de arte joven, en referencia a los artistas que emergen en el campo del arte o a los artistas que tienen una edad determinada, está profundamente arraigada a los valores del arte moderno.
El primer escenario en el que se vio una aproximación tentativa fue el Salón Nacional de artistas, en los años 40. Que el objeto artístico sea entendido en Colombia como arte joven se ve, con fuerza, desde finales de los años 60, en una época en la que los valores modernistas para referirse a las obras se veían limitados o agotados para hablar de un tipo de arte que se salía de los parámetros tradicionales, como la performance”.
Respecto a esto, Luisa Ungar, curadora de ‘Lenguajes de la injuria’, en el 45 Salón Nacional de artistas’, dice que “es importante diferenciar espacios en donde es posible la experimentación, de aquellos que son comerciales. Es diferente darle cabida en el SNA a hacerlo en Artbo. Es vital mantener espacios que alimenten el mercado, pero que también incluyan la experimentación”.
Curadores como Botella, Helena Producciones y Garzón dicen que, pese a que estos eventos tienen un componente de venta de obras, el factor más importante para escoger a los artistas es la calidad de las obras, más allá de si funcionan en el mercado.
“La categoría arte joven es una herencia de la modernidad que aún sacamos a relucir porque les conviene al mercado y a los inversionistas”, opina Ungar. Sobre esto, la artista Teresa Currea (1985), quien participó en tres ediciones de Artecámara dice: “Las primeras veces que me presenté se veía claro un enfoque de obras que se podían comercializar en el futuro, pero poco a poco, ha cambiado hacia dar a conocer al artista. No todas las obras que se exhiben se escogen con el objetivo de ser vendidas, sino que el artista y la obra ganen visibilidad en un espacio internacional”. Para la artista, este espacio fue el que le permitió exponer, posteriormente, en Londres, y en Odeón y Barcú.
Jeison Sierra (1986), quien estuvo en la Feria del Millón en el 2014, dice que este evento fue el que le abrió la posibilidad de dar a conocer su trabajo. “Fue la primera vez que apliqué a la feria. Venía pasando por una situación económica y emocional difícil. Estaba por ‘tirar la toalla’, porque llevaba insistiendo mucho con el arte en Medellín. La feria me abrió una posibilidad enorme. Es fundamental que existan espacios para el arte joven, si no, estaría haciendo otra cosa”.
Por ejemplo, Odeón Intensivo, aunque no es un espacio dedicado al arte joven, sí incluye propuestas, en su mayoría de artistas menores de 35 años, que promueven y dan protagonismo a otros formatos de creación. “Queríamos propuestas que se preocuparan por la experiencia, principalmente, gestos y acciones, no objetos concretos”, explica Alejandra Sarria, curadora de este evento que busca alejarse de lineamientos comerciales.
“En la Feria del Millón siempre hay un comité de selección. Este año está compuesto por el artista Juan David Laserna, los curadores Sylvia Suárez y Halim Badawi, y el coleccionista Thor Borresen. En esa medida, también es importante la mirada comercial, porque un curador lo ve como una exposición, y es una feria comercial en la que uno analiza si las obras podrían venderse. Pero, no estamos pendientes de si alguien las compra o no”, explica Garzón. Agrega que dan cabida a propuestas que “son arriesgadas y atrevidas”, que no se venden necesariamente.
Sobre la existencia de espacios dedicados al arte joven, Nadia Moreno dice que “en otros sectores, uno no pondría en duda que es importante darles espacio a los nuevos profesionales. Quizá, habría que preguntarse si esa categoría es pertinente para nombrar una cantidad de trabajos y formas de hacer arte que resultan muy novedosos, porque, tal vez, se ha vuelto más una categoría de administración de la novedad en espacios, donde se necesita que llegue nueva gente y nuevas propuestas y donde lo que lo hace joven es cumplir con una edad biográfica”.
color (estaba en la 8)
Galería Espacio Alterno Sede Nacional Uniandinos Calle 92
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16-11
SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE 2019
Nº
www.uniandinos.org.co
Odeón Intensivo presenta obras, en su mayoría, de artistas menores de 35 años.
Play(ground)less /Cortesía Espacio Odeón
Confucio Hernández. ´Lenguajes de la injuria´. 45SNA. Cortesía 45SNA
“La categoría arte joven es una herencia de la modernidad que aún sacamos a relucir porque les conviene al mercado y a los inversionistas”.
Luisa Ungar, curadora.
Monumento a la paz de Colombia, en la ONU
Kusikawsay, de Mario Opazo, se basó en el diseño de una canoa. Fue hecha con las municiones entregadas por las Farc, tras la firma de la paz.
María Victoria Santos
Durante los últimos días de agosto la obra Kusikawsay, de Mario Opazo, fue finalmente situada en el jardín de esculturas de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, a orillas del río Hudson.
Al cierre de esta edición todavía la obra no está abierta al público, si bien se espera que, próximamente, se realicen los actos protocolarios de entrega de la escultura a la ONU, con la presencia la ministra de Cultura, Carmen Vásquez.
El artista chileno radicado en Bogotá, profesor de la Universidad Nacional de Colombia, ganó en el 2018 la convocatoria pública del Ministerio de Cultura para instalar una obra en ese espacio emblemático. La creación de este y otros dos monumentos fue contemplada en el Acuerdo de Paz, en 2016.
La primera de las obras es Fragmentos, comisionada a Doris Salcedo, ubicada en el Centro Histórico de Bogotá, y la tercera sería ubicada en La Habana, donde se llevaron a cabo las negociaciones. De esta tercera obra aún no hay información alguna.
Kusikawsay es, en palabras de Opazo, “la sustitución del material de una canoa tradicional de las que podemos ver en el río Magdalena, esas canoas de gran envergadura, de longitudes muy largas pero que son también muy delgadas”. La pieza fue realizada con balas fundidas de la antigua guerrilla de las Farc, municiones entregadas por el grupo armado en el marco del acuerdo.
El artista toma la canoa por ser un elemento que, para todos los colombianos o residentes en el país, es habitual ver durante viajes en carretera, al cruzar los puentes que dejan ver ríos como el Magdalena. Por eso su intención fue tomar este referente y cambiar no solo el material sino la disposición natural en el espacio, para otorgarle un valor simbólico de cara al futuro.
“Yo hago esta canoa con el material que resulta de la fundición de las municiones que entregó la guerrilla. Va emplazada de manera vertical, porque me interesan varias cosas: la apropiación de un elemento o forma culturalmente significativa y reconocida, su condición de vehículo; su carácter primitivo: me interesa su vínculo con diversas mitologías, incluso universales, en las que se asocia el viaje con el paso de la vida a la muerte y en las que la canoa, constituye una suerte de vehículo que lleva a la persona a ese estado asociado a la eternidad o al mundo espiritual”, explica.
‘Kusikawsay’ fue terminada en septiembre del 2018 y está recién instalada en la ONU, en Nueva York.
Vale decir que, inicialmente, se pensaba que la pieza sería realizada con las armas fundidas entregadas por las Farc, pero todas fueron empleadas para hacer Fragmentos. Para Opazo, es claro que una obra es, siempre, mucho más que el objeto a la vista o al tacto. Hay toda una serie de significados entretejidos en cada una de las decisiones que llevan a la realización de la pieza e incluso a su colocación en un espacio determinado.
”Adentro no percibimos la importancia real de estos procesos: seamos amigos o no del presidente de turno. Esto también desborda los comentarios hacia el arte”
Por eso la pieza fue dispuesta de forma vertical, con el objetivo de plantear “una transgresión del uso y la funcionalidad, de lo pragmático”. El artista explica que siente un interés particular no solo por la figura de la barca sino también por su manera de habitar el espacio; así como por “una cierta analogía formal con el proyectil, la bala, esa morfología del poder, de aquello que nace, evoluciona y se yergue hasta las alturas, que se impone por su verticalidad, pero que es una trampa. “Me interesan ambas dimensiones de lectura: el origen del material y su historia, que entendemos como una historia dramática, y la aspiración de ese residuo ante una posible dimensión de uso simbólico”.
La palabra kusikawsay significa, en quechua, “nueva vida venturosa”, y la escultura de
Opazo está situada junto a un fragmento del Muro de Berlín, al lado de un monumento con el que se conmemora la Segunda Guerra Mundial y de otro dedicado a la Perestroika.
“Me sentí bastante emocionado por Colombia”, dice el artista, “porque como que desde adentro no percibimos la importancia real de estos procesos: seamos o no amigos del presidente de turno. Esto también desborda los comentarios hacia el arte contemporáneo. Es probable que yo no tenga lugar en los procesos del tema, pero esto no tiene que ver ni con el autor, ni con el arte, ni con el arte contemporáneo.
“Tampoco con los discursos de monumento o antimonumento. Cuando uno ve cuatro presencias escultóricas que son señalamientos materiales de giros realmente significativos que ha dado la sociedad a lo largo del siglo XX, sencillamente uno entiende que aquí los asuntos son otros”.
El proceso tras Kusikawsay
Cada paso hasta la colocación de la escultura en el jardín de la ONU fue significativo para Opazo. No solo en cuanto al concepto y el material utilizado para la pieza, sino en el proceso de construcción. El artista cuenta que durante la investigación, “tuve la fortuna de conocer quizá el único taller que trabaja en Colombia con procesos de fundición a gran escala asociados a intereses artísticos”. Se trató del taller de Luis Castillo, en Bogotá, que tiene unos 35 años de trayectoria con artistas. La fundición y ensamblaje duró unos dos meses.
La obra se fabricó en segmentos de 60 por 40 centímetros. Primero se hizo la proyección de planos, que Opazo realizó con dibujos en tres dimensiones, luego llevó el proyecto a la fundidora, donde se construyó una maqueta, y de allí se hizo una pieza a escala 1:1, pero en fibra de vidrio. A partir de ese modelo se fragmentaron los pedazos, y de cada pedazo se hizo un molde. Luego, se obtuvo el positivo, en este caso, el bronce extraído de la fundición de las balas. Finalmente, los pedazos fueron armados “como un rompecabezas”, explica Opazo, y se van soldando “como una artesanía”.
“Me interesaba que la manualidad tuviera incidencia en el proceso. Me gustó que la mano pudiera intervenir el proceso de fundición, pues es la mano la que arma, la que pule la soldadura, y todo esto empieza a darle una riqueza plástica que se acerca a la manera en la que de un tronco se talla una canoa. Iba a quedar con toda la accidentalidad de lo humano”, dice el artista.
Para Opazo, más allá del orgullo de ver una de sus obras exhibida en la ONU y además de ser una pieza que representa un hito tan importante en la historia colombiana, Kusikawsay es también un testimonio de la capacidad del ser humano de construir, de reutilizar el material resultado de cicatrices profundas y dotarlo a través del trabajo de un significado simbólico que trascienda en el tiempo.
“Tenía grandes expectativas, pero nunca como lo que sentí el día que por primera vez esta escultura armada”, Culmina Opazo.
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Cortesía de Mario Opazo
Fragmentos recibe sus dos primeras exposiciones
En los muros de la sala principal de Fragmentos, el espacio creado a partir del Acuerdo de Paz, se proyectan imágenes de tierra negra y escombros que caen hacia el espectador, como si lo sepultaran. En el suelo, la proyección muestra tierra oscura que vibra, que se abre y que emana vapor. En el ambiente sonidos graves, como voces de ultratumba, llenan la sala cuando la tierra se abre.
Es Duelos, una videoinstalación compuesta por nueve proyecciones, seis sobre las paredes y tres sobre el suelo, y sonido en tres niveles. Los videos y el sonido duran 10 minutos y se reproducen en bucle. El ‘Libro de búsqueda’ es un documento que hace parte de la muestra y está ahí para recibir testimonios de dolientes por desaparición forzada.
En cuanto a la decisión de proyectar en esta obra sobre el suelo –no es la primera vez que la artista lo hace, pero tampoco es común en su obra– Echeverri explica que “quien está buscando a alguien que se le desapareció, lo tiene vivo en su conciencia, en la mente, y esa vida existe sólo para quien la recuerda. En la obra hay una tierra que está latente, viva. Ese momento del suelo en la pieza sugiere una relación entre la desaparición y aquella cosa que permanece aterradoramente en quien está buscando al desaparecido”.
La obra de Echeverri está inspirada en ‘La Escombrera’: dos vertederos de escombros (San Javier y Bioparques) y una arenera (El Cóndor) en la Comuna 13 de Medellín, donde se presume están los restos de varias de las personas desaparecidas durante la ‘Operación Orión’ y demás acciones realizadas por el Ejército en el 2002, en ese sector de la capital de Antioquia.
“Este es un caso de desatención, de abandono, casi que de burla de un país que es capaz de mantener una montaña creciendo con escombros sin parar. Es una sucesión de escombros, unos encima de otros, que genera una metáfora de querer tapar y tapar y tapar la verdad”, dice Echeverri sobre el suceso. Por esto ella describe como el eje central de su obra “un momento de duelo público”.
La artista de Salamina (Caldas) sostiene que los procesos de creación artística permiten un acompañamiento a los duelos colectivos que hemos vivido en el país. Lo dice basada en que “el arte y los procesos de creación establecen un lugar de encuentro que es mucho más productivo que negativo y mucho más esperanzador que otra cosa”.
Echeverri ha abordado previamente la desaparición en obras como Treno (2007), Sin cielo (2017) y Río por asalto (2018), donde el río es la fosa común. Sin embargo, escribe el crítico José Roca, “la obra que antecede más directamente a Duelos es sin duda Elegía (2017), un lentísimo zoom-in proyectado en el suelo que muestra una fosa en cuyo fondo la tierra se mueve casi imperceptiblemente.
“Creo que lo que aquí quería hacer suceder es el encuentro entre la materia del piso y el espacio cargado de imagen en movimiento y que haga construir en cada quien un momento de memoria. Para quien tenga alguna situación personal que lo cargue o para quien nunca ha sabido que eso ha venido sucediendo desde hace tantos años en este país.”, explica Echeverri sobre Duelos.
El ‘Libro de búsqueda’ es un documento que comenzó a elaborar con la colaboración de ‘Las mujeres caminando por la verdad’, un grupo de víctimas de la violencia en la Comuna 13. Ellas empezaron a escribir, en ese libro, anotaciones, relaciones espaciales y a contar sus historias.
“Vi que ese podía ser un libro de memorias de búsquedas, en el sentido que las personas que vienen a este espacio, –más allá del mundo del arte– y que han sido afectadas por el conflicto, puedan también aportar señales de personas desaparecidas. Que podamos también contribuir con ese libro como documento para la búsqueda y que
repose aquí en Fragmentos, como archivo”, explica la artista.
Trajes contra las balas
En la segunda sala de Fragmentos, Felipe Arturo expone Antibalas, una instalación compuesta por 21 trajes, colgados de una estructura metálica que pende del techo. Los atuendos pueden ser vestidos por los visitantes a la exposición. Hay tres tipos de trajes: fabricados con tela y arena, los hechos con cerámica y kevlar, y los de cuero y acero.
Las combinaciones de materiales que se han utilizado están inspiradas en la tecnología antibalas, la historia de las armaduras y el diseño de atuendos protectores en el contexto de la guerra y el conflicto armado.
“A mí me parecía interesante pensar, como herencia del conflicto y de muchas capas bélicas anteriores, que hemos ido cargando con todas estas armaduras, algunas más visibles que otras, pero muchas que ya son invisibles. Eso tiene que ver con cómo noso-
comportamos
público
y cómo siempre andamos cautos, prevenidos. Cómo nuestros lugares de vivienda son pequeñas fortificaciones, cómo siempre estamos cautelosos de los otros y también tiene que ver con cómo el blindaje se ha vuelto una capa que está permeando todos los espacios en nuestra sociedad y cómo esta idea de seguridad se ha vuelto una especie de signo de riqueza y poder también”, dice el autor.
El trabajo de Felipe Arturo le permite al espectador tener contacto con los materiales de los atuendos y experimentarlos. “Mi idea es que cada visitante que llega aquí pase de ser un espectador a ser un actor dentro de este espacio y que haya un sentido teatral con la exposición. Es desde esa propia experiencia con la obra que cada persona va a aportar su bagaje personal y va a reinterpretar la obra a partir de su experiencia”, explica Arturo.
Para esta propuesta, Arturo coleccionó imágenes de estructuras de protección y armaduras a lo largo de la historia: trincheras con bolsas de arena, trajes para desactivar bombas, armaduras del Esmad, entre otros. De este archivo que creó extrajo algunos elementos de los cuales se presentan partes en el diseño de los distintos trajes, aunque todos tienen en común que detienen las balas, como resultado de la combinación de sus materiales.
La exposición se abrió luego de una caminata inaugural, en la cual voluntarios vistieron los trajes desde el Museo Nacional hasta Fragmentos. Según el artista se trata de “una entrega simbólica de las armaduras. Si hay algo que se puede decir de este proceso de paz es que se entregaron las armas, pero las armaduras todavía están puestas”.
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‘Duelos’, de Clemencia Echeverri, y ‘Antibalas’, de Felipe Arturo, en el sitio creado por el Acuerdo de Paz.
tros nos
en el espacio
o en la calle
La sala principal de Fragmentos acoge la exposición ‘Duelos’, de Clemencia Echeverri. Videoinstalación inspirada en los sucesos de la ‘Operación Orión’.
La exposición ‘Antibalas’ empezó con una caminata desde el Museo Nacional hasta el lugar de la muestra.
/ARTERIA
David Guzmán /ARTERIA
Juan David Quintero, el curador que atiende el llamado de la calle
En el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, este curador abrió un espacio a los artistas callejeros. Su trabajo se expande a Ecuador, Medellín y Pereira.
En octubre de 2018, la Universidad de las Artes, ubicada en Guayaquil (Ecuador), invitó a Juan David Quintero (37 años) a participar en ‘Interactos’ –un encuentro que propicia el diálogo sobre el arte y su importancia en la cotidianidad, entre el público y la academia–para compartir su conocimiento sobre grafiti.
Allí, el curador presentó una ponencia sobre el ‘Barrio museo’, del Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá (MAC), proyecto que logró crear lazos entre artistas urbanos y habitantes del Minuto de Dios.
En ese encuentro conoció a la curadora ecuatoriana María Fernanda López, con quien planteó la exposición ‘Curadurías paganas’, abierta hasta este mes en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil. En esta muestra se unieron artistas colombianos y de Ecuador para generar un intercambio en torno a lo que se está haciendo sobre ‘arte urbano’ aquí y allá.
“En Ecuador el grafiti está ubicado en la periferia y hay muy pocos lugares autorizados para el ‘arte urbano’. Hay una necesidad de tomarse el espacio público y aquí el camino está entero y qué mejor que recorrerlo de la mano de nuestros pares colombianos, que ya han hecho un ejercicio de sistematización de las practicas”, dijo López.
Ese conocimiento también le sirvió a Quintero para ser invitado, hace un año, al festival ‘Pereira Querendona’ –organizado por el Museo de Arte de Pereira– que en 2018 invitó a diferentes personas que, desde su campo de trabajo, han llevado el arte de la calle a nuevos escenarios.
El curador explica que a través de ‘Barrio Museo’, el equipo del MAC sirvió de intermediario entre la comunidad y los artistas, pues los habitantes del barrio, en su mayoría adultos mayores, estaban cansados de ver sus casas pintadas con grafitis. “Les hablamos de hacer una producción en términos de grafiti a través del muralismo y la comunidad se abrió a la idea, y se conectó con el museo”, cuenta Quintero.
Para él, quien se graduó de historia en la Universidad Javeriana, ha sido clave el acercarse a las comunidades y entenderlas, así como a los visitantes de un museo. “Cuando se pasa por esto, usted quiere hacer una muestra de otra forma y no solo para cuatro personas”.
Nacido en Bogotá, hizo dos prácticas universitarias: una en el Museo Nacional y la otra en el MAC. “La primera fue muy bacana, pero yo quería más cosas, saber más e investigar más”. Así que le preguntó a Luis
Esquerro, uno de sus profesores, si sabía dónde podía hacer una práctica buena y él le dijo que, “si quería aprender a hacer de todo”, tocara las puertas del MAC.
Para ese momento, ya había estudiado cocina durante un año y seis semestres de biología marina. Y como quería aprender de todo fue a buscar una práctica en el MAC. Al fin y al cabo en una de sus clases de panadería le habían dicho que las panaderías fracasan porque la gente que las abre no sabe hacer pan y si un día el panadero no va, no pueden abrir. “Por eso uno tiene que aprender a hacer de todo”, explica.
Gustavo Ortiz, director del MAC, decidió aceptarlo como practicante en el área educativa. Allí, empezó a ir a los colegios de Engativá –localidad en la que se ubica esa institución- para dar a conocer el museo y hacer recorridos a los estudiantes.
Al curador esta tarea se le facilitó pues conocía bien el barrio Minuto de Dios, debido a que creció “’gamineando’” en este sector. “Yo viví en Villas de Granada, en El Cortijo y en la Ciudadela Colsubsidio. Tenía muchos amigos por ahí y llegué al Minuto, porque siempre iba allá a comprarle el pan a mi abuela”, dice.
Ortiz recuerda que un día, cuando ya Quintero se había ido del MAC, se abrió una vacante y decidió llamarlo. “Tenía talento, estaba deseoso de hacer muchas cosas y hubo sintonía con el equipo, algo muy importante, porque somos un grupo pequeño”, señala Ortiz.
El curador creció en los años 90 viendo que ese museo era un punto de encuentro para
los habitantes del barrio, frente al que los chicos montaban tablas, patinaban y andaban en bicicleta, por lo que pudo percibir a esta institución desde la familiaridad. “Nunca lo vi como un lugar de validación absoluta del arte, sino como un lugar de procesos. Ese conocimiento que obtuve al andar ‘callejeando’ se volvió muy interesante y pude aportarle al barrio”, dice.
Su primera curaduría fue allí, cuando tenía 26 años y trabajaba en la parte educativa. “Había una sala del museo llena de corotos. Un día quise recuperar la sala y Gustavo me autorizó a mover las cosas de lugar. La desocupé, la estuqué, la pinté y la dejé bonita. Allí, monté una muestra sobre la Independencia, con carteles que daba el Museo Nacional y un video de la película Bolívar soy yo”.
Hace cuatro años, Ortiz lo nombró curador. En ese cargo, exploró su interés por el arte de la calle al que se siente atraído porque “los grafiteros tienen independencia y no dependen de ningún espacio para validar sus procesos, como se cree que debe pasar con los artistas contemporáneos, a través de los museos y las galerías. Ellos ya los han validado en la calle, ya han arriesgado parte de su vida en ello”.
En el MAC, hizo muestras centradas en el proceso creativo de los grafiteros, como ‘Indios del asfalto’, ‘El colgado’ y ‘Monstruación’, y puso a disposición las paredes blancas de esta institución para que fueran intervenidas por artistas.
En todo caso, no se ha limitado a investigar sobre estas formas de arte, pues le interesa mezclar discursos que resulten enriquecedo-
Un investigador de los procesos del grafiti
“Después de irme, me pasaron cosas muy chéveres, me conecté con mi tiempo. Siempre vivía muy ocupado, debía cancelar muchas cosas. Me di cuenta de que no quería estar así y vivir más cosas. Al principio, fue raro, pero el hombre es un animal de costumbres y ya tengo otro ritmo”, Juan David Quintero.
Ahora participa en una residencia en Casa Tres Patios, en Medellín dirigida a curadores que no residen en esa ciudad en donde está investigando procesos de muralismo, grafiti y vandalismo en esa zona del país.
“El paso de Juan David por el MAC fue como si hubiera hecho un doctorado. No me sorprendió que se fuera. Hay que volar solos y estábamos pendientes de que esto sucediera a medida que crecían sus proyectos personales y su deseo de trabajar con más independencia”, dice el director del Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, Gustavo Ortiz.
res y, por ejemplo, presentar en una misma exposición el trabajo de los grafiteros y de quienes se dedican a la pintura, a la escultura, a la fotografía y a las nuevas tecnologías.
El artista Edinson Quiñones, quien ha trabajado con Quintero y también es su amigo, considera que hace un trabajo muy comprometido. “Él va a los territorios, a la montaña, trabaja desde la incomodidad y no desde la comodidad de Bogotá. Le gusta trabajar con la gente, con la primera impronta. No es un investigador de Wikipedia, sino que se mete al barro como un jornalero”, expresa.
Frente a esto, el curador bogotano dice: “Siempre he creído que todo ya está inventado. Uno lo que hace es releer y aplicar. Yo me fijé en cosas que en el arte y en la curaduría no se habían trabajado”.
Ortiz considera que esa cercanía se debe también a que Quintero se ha construido profesionalmente en la práctica y sin estudiar curaduría, motivo por el que, piensa, tiene una relación más directa y franca con los artistas. “Eso falta en la curaduría de nuestro país, que es fría y jerárquica”, señala el director.
Andrés Moreno Hoffman, quien está al frente de la galería Casa Hoffman, destaca que “Quintero es una de las personas que más se ha involucrado en el desarrollo del ‘arte urbano’ y una de las figuras más relevantes en este campo. Creo que no solo en Colombia, sino en Latinoamérica”.
El curador Santiago Rueda, amigo suyo y quien lo precedió en la curaduría del MAC, coincide con Hoffman y agrega que “el trabajo de Juan David ha sido ejemplar y por eso, hoy en día, es invitado a todas las ciudades del país, por ser un referente de transformación en la relación entre el arte y la comunidad”.
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Para el curador Juan David Quintero, en la calle y con el grafiti se dicen cosas que en otros espacios no. Liliana Correa /Cortesía del artista
‘Del sacrificio al tormento’, el horror aún vigente
Una pieza de Leonel Castañeda hecha hace 25 años fue adquirida por el Museo de Antioquia para su colección. Una obra que habla de las muertes en Colombia y la vulnerabilidad del cuerpo.
La obra Embarcadero/del sacrificio al tormento, una videoinstalación compuesta por cinco imágenes, del artista Leonel Castañeda (1971), entró a la colección permanente del Museo de Antioquia este mes, y hace parte de un nuevo montaje que plantea un diálogo entre el arte colonial y el arte contemporáneo.
Con la pieza Castañeda busca confrontar al espectador con temas como el sacrificio, las masacres y las desapariciones en Colombia. Embarcadero/del sacrificio al tormento tuvo su origen cuando, a los 23 años, el entonces joven artista entró de madrugada al matadero de Mosquera (Cundinamarca), para registrar con una handycam lo que pasaba allí.
De cerca, grabó cómo un camión dejó a las reses, cómo estas se tensionaron al ‘saber’ lo que les ocurriría y los movimientos del carnicero que afiló el cuchillo y les cortó la arteria carótida y la vena yugular a tres de los animales, hasta que murieron desangrados.
Castañeda dice que en ese instante sintió el olor y el ruido de la muerte. Desde entonces, el cuerpo se convirtió en uno de sus más grandes intereses, al verlo como un ‘lugar’ en el que recae la violencia y la vulnerabilidad. “Mi trabajo en 1993 era la evidencia de cómo se percibe la violencia en el cuerpo humano. Empecé a encontrar esas lecturas –ni siquiera a buscarlas– en la cotidianidad y en los periódicos de ‘crónica roja’, en donde mostraban mujeres voluptuosas, masacres y cadáveres”, recuerda Castañeda.
El artista ha usado la cotidianidad como fuente de sus propuestas desde que era estudiante de artes plásticas en la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Por eso no es raro que el sacrificio de ganado le hubiera llamado la atención, pues en esa época vivía en Mosquera y sabía que aquello sucedía noche tras noche.
“Iba al matadero y me parecía que registrar ese momento era confrontarme a una realidad que existía todos los días. Son imágenes duras y por eso mismo me interesaron, para evidenciar un estado social”, dice.
Castañeda no usó ese material inmediatamente, pues desde esa época tiene la costumbre de crear un archivo que usa posteriormente, cuando ha logrado establecer relaciones entre el material. Cuando sintió que era el momento, decidió usar la grabación del matadero y otra en la que aparecían dos personas desnudas, colgadas de los pies.
“Creé una caja de madera con forma de contenedor, que cubrí con lámina de aluminio. Adentro había un televisor que mostraba los videos de los sacrificios y de personas colgadas. La gente tenía que entrar, como lo hacen las reses en el embarcadero. A algunas personas les pareció horrible”. Castañeda presentó la pieza en el Séptimo Salón Regional de Artistas.
El artista quiso propiciar un diálogo sobre cómo la muerte es normal en Colombia. “Acá todo el mundo sabe que matan gente. Es cotidiano y no importa. Te importa cuando es tu familiar, cuando sabes la historia de alguien y te afecta. Te empieza a importar cuando conoces cuántos animales se matan diariamente. Todo eso era, realmente, lo que me interesaba. La patada, la tensión del lazo, del corte de la yugular. Es algo cruel”, opina.
La obra pasó casi desapercibida pero en diciembre del 2018 el curador Halim Badawi lo invitó a estar en la muestra ‘Animalista: genealogías, representaciones, violencias, respuestas’, que se presentó en el Monumento a los Héroes, en Bogotá. “Estar en los Héroes era tener un espacio en blanco que podía transformar. Me pareció bien retomar la intención del título: el sacrificio se refiere a las muertes en cadena y el tormento a las masacres en los 90. Esto me sirvió para proyectar lo que fue esa caja hace 25 años. Sigue siendo actual, es atemporal”, manifiesta.
La obra remite a las matanzas ocurridas a diario en el Urabá antioqueño, cometidas
por los distintos grupos armados (en este caso, paramilitares), debido a que tuvo acceso accidental a unos documentos de denuncia ante la Fiscalía. En ellos aparecían imágenes de los cadáveres. Algo que le pareció similar al modo de trabajo en un matadero.
“La familia de un amigo de la universidad tenía una papelería en la calle 32 con carrera Séptima, frente a los juzgados, y allí llevaban los documentos de los juicios para ser fotocopiados. Una noche, vi uno de los procesos y tenía imágenes de la escena del crimen de una masacre en la que aparecían niños, mujeres y ancianos. Vi la vulnerabilidad del cuerpo y entendí que es algo universal. Por eso las relacioné con el sacrificio de reses”, relata Castañeda.
En la exposición de diciembre estuvo Jaime Borja, asesor del área colonial del Museo de Antioquia. “Me dijo que la pieza seguía siendo actual, pese a haberla creado en los 90”, cuenta Castañeda. Luego, Carlos Uribe, curador de ese museo, le manifestó su interés por adquirir la obra. La institución hizo un espacio parecido a un contenedor, en el que hay cinco videos: dos a cada costado y uno en el
centro. El público “va a confrontar una imagen general del sacrificio y otras de las personas colgadas, para hablar de las masacres y de las desapariciones. Son las mismas imágenes del 93, pero incluí un audio para que todo tuviera un sentido más dinámico”, explica el artista. Para él fue sorpresa que el Museo quisiera la obra, debido a la dificultad que ha tenido para poder visualizar esas imágenes y procesos que “a veces se ocultan, porque no son comerciales. Son imágenes incómodas, pero para mí son una forma de hablar de la realidad del país”.
A él no le preocupa si el espectador no ve la obra con buenos ojos, pues pretende conmover y dejar un mensaje que va más allá de la belleza. “Me interesa que te interrogue, que te confronte. Muchas personas me han dicho que es chévere que se logre mostrar una evidencia de archivo de todas esas masacres. Otras me dicen que es horrible porque solo muestro muertos. A mí me interesa mostrarlos, me interesa apoyar el hecho de que no son solo animales sacrificados, sino seres humanos. Son las guerras las que demuestran hasta dónde tú, por la rabia, puedes matar a alguien”, concluye Leonel Castañeda.
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Desde sus años de estudiante, el artista bogotano Leonel Castañeda (1971) ha hecho del cuerpo y la violencia el centro de su obra.
Diego Guerrero /ARTERIA
‘¿Qué la escultura esta muerta? ¡Qué le pasa a esta señora!’
De cómo Germán Botero, que pudo ser juguetero, arquitecto o funcionario de una textilera, ha llegado a a tener obras de arte en tres continentes.
La obra más reciente de Germán Botero (Fresno, Tolima, 1946), o por lo menos, la recién inaugurada, es un homenaje a las víctimas de la dictadura en Argentina.
Es una escultura horizontal, a medio metro del piso por donde circula agua, que suena, y donde la gente se puede sentar a mirar el Río de la Plata. Se llama Huaca y está en el parque donde está instalado el Monumento a las víctimas del terrorismo de Estado, en Buenos Aires.
No es el primer monumento que hace aferrado al piso. Ha hecho varios desde que se puso a investigar a los precolombinos (en Cuba, en la Universidad Nacional, por ejemplo) y entendió que esas tumbas (huacas) que ellos hacían y de donde salió la idea para esas tumbas suyas, eran la entrada a un nuevo comienzo, un “segundo nacimiento”.
Pero más allá de que sus esculturas sean horizontales, en el piso, mirando al cielo o bajo el agua (ya sumergió una en Cartagena en el Museo de Arte y Medio Ambiente, Mumar), el hecho es que ya ser escultor, hoy en día, es casi una rareza.
“En Colombia quedamos Johan Castles y yo. La escultura se ha vuelto intervención e instalación. La escultura no se ve mucho...pero por aquí. Afuera... es otra cosa. Hace un tiempo una curadora de aquí me dijo que la escultura estaba muerta. Yo venía de China de hacer mi segunda escultura para un parque y yo me dije: ‘¿Qué la escultura esta muerta? qué le pasa a esta señora... Vaya a Estados Unidos, a Brasil, a Argentina!’”
La razón es que Botero no solo es escultor sino que vive de serlo. Es decir, tiene una producción constante que lo lleva a hacer piezas que han ido a parar a Corea, China, Venezuela, Brasil, Guatemala, Canadá, Estados Unidos, Cuba y Roma, entre otros países. Como escultor, es de los que le mete la mano a la obra -cosa no siempre común en estos días.
La razón es que en sus primero días, luego de estudiar arquitectura en la Universidad Nacional (Medellín) y ante la realidad de haber perdido la oportunidad de un puesto en Coltejer (se lo dieron a la novia de un exprofesor suyo, según dice) se puso a hacer juguetes para vivir.
Ahora claro, agradece que el ‘palancazo’ del docente le hubiera impedido acceder al puesto de la entonces muy pujante empresa, porque, dice, ahí se hubiera quedado. El punto es que haciendo juguetes vio que amigos de
él en Medellín, también arquitectos como Castles y Hugo Zapata se habían vuelto artistas se dijo: “Me voy a meter al arte. Voy a volver escultura un juguete. Yo hacía juguetes para armar y enteonces ‘hice uno’ de cuatro metros, en alumino, que era un material que ya sabía manejar”.
Claro, aclara que él veía que lo que hacía tenía que ver con el minimalismo, con lo que hacía Sol Lewitt. Y con su ‘juguete’ se fue para un Salón Regional en Antioquia. “Uno de los jurados era David Manzur, que venía de trabajar con el contstructivismo ruso y él entendió inmediatamente la obra. Era una construcción liviana y transparente. A Beatriz González, que también era jurado, le pareció horrorosa pero Manzur peleó para que me dieran mención y por eso pude enviar la obra al Salón Nacional de Artistas, en Bogotá, eso sí, desarmada.
Era 1976 y ya con familia, Botero “vivía al día”. Pero justo antes de la inauguración del evento, lo llamaron de Bogotá: “Si quiere que el jurado vea su obra tiene que venir mañana a armarla”, le dijo un funcionario. “Yo le dije a mi señora, pero sin muchas ganas. Entonces ella me dijo: ‘¡si no comemmos no importa, pero te vas!”. A las 6 a.m. estaba parado en la puerta del Museo Nacional... y ganó.
Entre los jurados estaban Eduardo Serrano y Mariza Uribe de Urdinola pero Botero está convencido de que el premio se lo debe a Juan Acha. “Él era un teoríco peruano muy importante en México. Él apoyaba la geometria que, para él, era la única manera de elaborar teoría del arte”, dice el escultor.
Así que vino, armó y venció. Se ganó el premio de escultora que pagaba 70 mil pesos y –según dice– uno que otro agravio. “Una señora se puso histérica. se me arrimó y me dijo: ‘¿Usted es el que hace esas porquerías, el que hace juguetes mecánicos?’. Yo me quedé mirandola: era Feliza de Bursztyn”. Así se dio cuenta que el premio no había caído bien.
El juego se volvió en serio
En este punto, de todos modos, convertir sus juguetes armables en arte le dio resultado y siguió el camino, claro, con investigación. Un juego en serio. Muchas de sus obras tienen que ver con la geometría y, en cierto modo con la naturaleza.
No se puede evitar pensar que muchas de ellas son más vacío que materia, que las atraviesa el viento. No pocas de sus obras tienen agua, y también ha trabajado con el barro y en la tierra. También hay una búsqueda de lo
elemental cuando usa el círculo, el cuadrado, cuando hace cosas que encajan, cuando proyecta en grande desde lo pequeño.
“En Carmen de Viboral (Antioquia) hice una investigación sobre arqueología industrial para entender laminería del oro del siglo XVI y vi que todas las máquinas se movían con agua”. El artilugio tenía una rueda y un cuadrado y lo tomó como referencia para una escultura que encantó a los coreanos y terminó en tamaño gigante en un parque hecho para los Juegos Olímpicos de Seúl. Otra similar en China, pues la máquina original en la que se inspiró Botero había sido un diseño chino y querían una allí.
Botero, sin duda, ha insistido y hoy vive de vender esculturas, lo que hoy es algo que puede decirse excepcional. Hoy cuando el arte cabe en una usb, él tiene que contartar un camión y llevar su obra en avión. Y cuando muchos artistas parecen unirse al bullicio contemporáneo, él sigue en el silencio de sus esculturas.
“La escultura tiene silencio. Hoy el arte contemporáneo tiene mucho ruido, mucha luz. El video, por ejemplo, es narración, pero yo no narro. Con la escultura yo no narro. Esto es vacío, es silencio, es todo lo contrario”. Concluye Botero.
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Germán Botero hace monumentos horizontales –como tumbas– o trompos que recuerdan sus comienzos en el arte o, a veces, instalaciones con plantas.
Escultura ganadora del Salón Nacional de Artistas en 1976. 7ARTERIA
Foto de Óscar Monsalve /Cortesía
La ‘performance’ parece ser indispensable
Cada vez se acude más a las presentaciones en vivo como forma de incrementar las experiencias con el arte.
La performance es “la práctica que permite pensar en todas las demás artes y es la práctica indisciplinada por excelencia”. Es la definición de Luisa Ungar, curadora del proyecto ‘Lenguajes de la injuria’, del 45 Salón Nacional de Artistas.
Esta práctica ha tomado relevancia en los úlitmos años y su importancia se hace evidente en la programación de los eventos de arte que ocurren en Bogotá a partir dede septiembre, como La Feria Internacional de Arte de Bogotá (Artbo) y el 45 Salón Nacional de Artistas.
Para la muestra, este año, la sección ‘Proyectos’ de Artbo fue dedicada a la performance. Curada por Aaron Cezar, fundador y director de la Delfina Foundation, cocurador del programa de performance de la actual Bienal de Venecia, la sección lleva por título ‘Performance en práctica’.
“Los artistas que seleccioné para participar en ‘Performance en práctica’ entienden la performance como una manera de procesar el mundo a nuestro alrededor. Ellos crean significado a través de la recreación, la encarnación y la interacción con el público, entre otras estrategias. Además de los trabajos en vivo, ‘Proyectos’ incluye documentación sobre performances históricos y recientes. Estas fotografías, videos y material de archivo intentan rastrear la experiencia en vivo y el acto como una manera alternativa de registrar y reescribir la historia”, explica Cezar
Once galerías participan en la sección ‘Proyectos’. Por ejemplo, la galería Rolf Art, de Buenos Aires, presentará Intempestivas (1992-1993) Es una pieza con 50 televisores antiguos que muestran imágenes creadas por José Alejandro Restrepo, la interpretación en la guitarra eléctrica de Santiago Zuluaga y los movimientos de María Teresa Hincapié.
Espacio El Dorado presentará el trabajo de Julieth Morales, cuya instalación integra video, textiles y dibujos, a través de los cuales aborda temas como el feminismo, colonización y el indigenismo. El artista británico William Mackrell, representado por Ryder Projects y Krinzinger Projecte, mostrará Interruption (2018), con vocalistas que interpretan con su voz las pulsaciones de luz de bombillas fluorescentes a punto de fundirse. Andreas Galvani, representada por la Gale-
ría Revólver, presentará trabajos con neón y performances, como parte de la serie ‘Instruments for Inquiring into the Wind and the Shaking Earth’ (2018-2019). También se mostrarán obras de Nicolás París (Elba Benitez), Johanna Calle (Galería Moisés Pérez de Albéniz), Fernando Arias (Foro.Space y Carlos Castro Arias (LA Galería).
Por otra parte, serán exhibidos objetos que podrían ser considerados ‘performáticos’ (según la curaduría) por la manera en que fueron producidos, recibidos o interpretados, según explica Cezar. Estos incluyen una videoinstalación de Dona Conlon (representada por Diablo Rosso), los trabajos en cerámica de Manuel Mendoza Sánchez (Embajada) y dibujos y textiles de Iván Navarro (Sketch). “Estos trabajos amplían nuestro entendimiento de la performance, según la definición del teórico Jonah Westerman:
‘una serie de preguntas e inquietudes sobre cómo el arte se relaciona con la gente y la sociedad’”, explica Cezar.
“Creo que parte del interés creciente en las performances en vivo es el valor de la experiencia en sí misma. Como sociedad, nos estamos acostumbrando a experimentar la vida a través de redes sociales. Estos medios no siempre pueden capturar con precisión una performance en vivo y cómo se siente estar presente en el mismo lugar o incluso como participante. La performance también suele ser sobre el cuerpo y como humanos podemos reconocer la fuerza, vulnerabilidad y la fragilidad del cuerpo.
“La performance presenta la oportunidad de enfrentarse a ideas de una manera más urgente, pero también hay un riesgo con ella si se convierte solo en entretenimiento para eventos de arte. Con frecuencia, la tendencia es usarla para crear un evento más vívido, en vez de respetar la performance como otro modo de comunicarnos y de considerar el mundo a nuestro alrededor. Con ‘Proyectos’ hemos intentado no hacer un espectáculo, sino dibujar sobre la accesibilidad de la performance para ampliar las audiencias. Esta práctica puede reunir tantas disciplinas: música, danza e incluso ciencia, si consideramos la presentación de Andreas Galvani.
Imposible un Salón sin ‘performance’
Este año, el Salón Nacional de Artistas presenta en Bogotá ocho proyectos en once
espacios de Bogotá y contempla cerca de 40 presentaciones de artes vivas, cuyos formatos varían, según las propuestas de cada artista y el proyecto al que pertenecen.
En cuanto a performance, está por un lado la curaduría ‘Lenguajes de la injuria’, a cargo de Luisa Ungar. “Me interesa que se revisen las artes vivas desde el discurso. Es decir, revisar la relación entre el discurso y el cuerpo”, explica la curadora. Por otro lado, está ‘Instancias’, una curaduría a cargo de Ana María Montenegro, la cual, dice, “presenta obras que necesitan de tiempo real y del encuentro con el público para que sucedan. Son acontecimiento. De otra forma no pueden existir”.
María Buenaventura, curadora del proyecto ‘Antes del amanecer’, componente de educación del Salón, planteó una curaduría que invita a dos artistas que centraron su obra en la docencia: Fernando Cuervo y Maria Elena Ronderos, ambos docentes tienen experiencia trabajando en sus comunidades, por lo que se espera que aporten un sentido de diálogo y construcción colectiva. El colectivo Performáticos en Bici hará talleres, charlas y acciones a partir del 23 de octubre en el marco de esta curaduría.
Por otro lado, Ungar y Buenaventura dirigen conjuntamente el equipo de guías del salón, para el cual han pensado una dinámica alternativa: “Nos interesa cuestionar la mediación y las guías. Aquí nadie le va a explicar nada a nadie. La idea es generar narrativas”, explica Ungar.
Y la feria Bogotá Arte y Cultura, Barcú, tampoco iba a ser la excepción a este auge de la performance. En ella, Juan Carlos Amaya armará una obra de cuatro metros de altura, con cinco mil cubos de madera, durante los primeros días de la feria.
La obra mostrará la cara de un personaje y la intención del artista es que el público descubra con el paso de los días de quién se trata. El título de la obra se conocerá el día viernes, cuando el artista termine el rostro. Después de terminada, la obra será intervenida durante los dos días restantes de la feria.
La programación completa de las performances puede consultarse en www.periodicoarteria.com
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En Espacio Odeón se prensentan varias acciones.
Registro de la performance Diagnosis Carnaval, de la artista francesa Nora Renaud. Cortesía de la artista
Cortesía Espacio Odeón
Feria, bienal, galería o premio... ¿dónde es mejor exponer?
Curadores, galeristas y artistas cuentan las ventajas y desventajas de desarrollar su trabajo en los distintos formatos de exhibición.
No es un secreto que en el mundo del arte hay tanto de competencia entre quienes están allí como en cualquier otro campo.
Y una de las divergencias más profundas suele darse entre quienes ven en el arte una oportunidad comercial y quienes piensan en él solo como cultura. Así que cada quién juega su papel en medio de esta trama, porque no es lo mismo curar o exponer en un Salón Nacional o un Premio como el Luis Caballero que participar como artista o galerista en una feria como Artbo o en Barcú.
Por eso, tal vez, resulte normal que en Colombia -con una sociedad muy distinta en materia de educación y oportunidades a las euoropeas, por ejemplo- las ferias y eventos busquen integrar al público alrededor de algo que no sea solo vender y comparar. Así, en Barcú, que nació como una feria y ahora se define también como un festival cultural, no solo participan galerías, sino que también hay una programación dedicada a la música, la gastronomía y a conocer La Candelaria, barrio en el que sucede este evento.
Para Caridad Botella, cocuradora de la sección ‘Spotlights’ de esta feria, eventos como los que programa Barcú, “enriquecen el contexto y dan un panorama más amplio de lo que está pasando en el arte contemporáneo. Si fuera puramente comercial, sería como ir de compras. Y, en últimas, las ferias dan el pulso de cómo es el arte en una ciudad”, dice. Resalta que “las ferias de Bogotá son diferenciadoras. Arco (Madrid) es el aburrimiento, porque solo se ven galeristas que muestran trabajos para vender y no hay nada cultural”.
Para Andrea Walker, quien fue directora de Artbo de 2004 a 2011 y es dueña de la galería Aurora, pese a que tanto Barcú como Artbo tienen que ver con el estímulo de artistas y el comercio, tienen dinámicas diferentes a lo que sucede en una galería.
“La galería permite más libertad, pues tú expones con los artistas que quieres. En las ferias puedes aplicar con los que deseas exhibir, pero debes esperar a lo que diga el comité”, manifiesta Walker. En otras palabras, en la galería manda el dueño y en un feria, el comité. Cosa que, dicho sea de paso, ha provocado controversias entre quienes se han sentido mal tratados por los comités.
En términos económicos, la galerista dice que, tanto mantener una galería, como participar en una feria es costoso. “En las ferias debes pagar un estand, pasajes de avión, alojamiento, alimentación, un equipo de trabajo, transporte y seguros. A veces, eso se compensa con las ventas, pero otras veces no. Así mismo, los costos de una galería son fuertes porque se debe pagar arriendo, servicios, pólizas de seguro, equipo de trabajo, montaje...”, explica Walker.
Eso sin contar que, eventualmente, hay que contratar curadores y ‘hacer prensa’, si bien ya casi nadie imprime un catálogo. Para colmo, Walker dice que, suele ocurrir que la gente no aprecia el esfuerzo detrás de una galería. “Dicen: ‘yo le compro directamente al artista, porque la galería se queda con un porcentaje’. Uno no expone para no ganar, porque hacer una muestra es costoso”. En
este punto el comprador que va al taller no tiene en cuenta que el galerista promueve al artista, lo que justifica su ganancia.
Gabriel Zea, quien hace parte de la décima edición del Premio Luis Caballero con el proyecto ‘Monumento al tornillo desconocido’, en el Monumento a Los Héroes, en Bogotá, no tiene ninguna preferencia a la hora de exponer: “Cada lugar tiene sus pros y sus contras. Las ferias y los espacios comerciales están diseñados para producir dinero y los espacios no comerciales le permiten a uno mucho más potencial creativo”. Esto deja en el tapete que hay parámetros no escritos sobre qué puede o no ser más vendible y que habría obras que no tendrían cabida en una galería por no ser rentables.
El artista cuenta que en las ferias, como es un ambiente comercial, muestra su obra reciente, porque “no hay mucho para proponer más allá de lo que se ha hecho”, y destaca que en los lugares no comerciales y en los premios, existe la posibilidad de desarrollar propuestas más riesgosas. Para Zea, los premios tienen más libertad creativa que los salones y las bienales de arte.
Para Aaron Cezar, cocurador de performance en la Bienal de Venecia y de la sección ‘Proyectos’ en esta edición de Artbo, las acciones en vivo, tienen más cabida en las bienales, por no ser comerciales y, por ende, se pueden tomar más riesgos creativos que en las ferias. “El único inconveniente es que requieren recursos económicos altos para presentar performance. Por ejemplo, en la Bienal de Venecia de este año, nos enfocamos en presentar acciones durante las semanas de apertura y de cierre, porque ambas reciben los índices más altos de asistencia”, dice Cezar, y destaca que en las
ferias de arte, como Artbo, las galerías han optado por mostrar las performances y documentos de estas que se puedan adquirir.
Rafael Gomezbarros, artista invitado a Barcú, dice que la preferencia de los artistas por un espacio u otro depende de las circunstancias de cada uno. “Cuando buscamos mayor visibilidad y dar a conocer el trabajo, están las ferias. Barcú, para mí, cumple con las expectativas de los artistas que quieren dar a conocer sus proyectos y con las expectativas comerciales”.
En el caso de la curaduría, Botella dice que este trabajo se debe ajustar a la identidad del espacio en el que se va a desarrollar y, pese a que no tiene preferencia por alguno, le interesa reconocer a aquellos artistas que no tienen visibilidad. “Imagino que, si tuviera que hacer algo en Artbo, uno debería mantener una mirada acorde al arte contemporáneo internacional. Así que incluir propuestas de una joyera o de un arquitecto, sería más difícil”, dice.
Jaime Cerón, cocurador de Artecámara, de Artbo, en 2014, señala que el mayor cambio entre un espacio y otro, son los tiempos de trabajo. “Las ferias son anuales y, generalmente, configuran sus secciones a través de curadurías. En ese sentido, hay una variación de la complejidad que se pueda llegar a plantear en términos conceptuales y puede ser más provechoso un trabajo de largo aliento en un museo, por ejemplo, porque uno puede investigar más. En una feria, uno hace un esfuerzo monstruoso para exponer solo cuatro días del año”, cuenta Cerón. Frente a si existen límites creativos de acuerdo al espacio de exhibición, el curador y crítico de arte considera que es el mismo espectro, pues “no he tenido que enfrentarme a una barrera institucional o en la feria, en cierta medida todo es bienvenido”.
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Ferias de arte como Artbo buscan atraer público con secciones educativas o con obras no comercializables.
Para muchos, los premios ofrecen más libertad.
Cortesía Artbo
‘Monumento al tornillo desconocido’, de Gabriel Zea /ARTERIA
Las obras de arte y el espacio: más que una inocente relación casual
El crítico de arte irlandés Brian O’Doherty publicó en 1976 en tres artículos en la revista Artforum, una publicación de carácter internacional especializada en arte contemporáneo, el ensayo ‘Inside theWhite Cube. The Ideology of the Gallery Space’ (‘Dentro del cubo blanco. La ideología del espacio de la galería’). En el ensayo, O’Doherty vincula el origen del tradicional espacio del cubo blanco a la modernidad y afirma que “la modernidad está íntimamente enmarcada por este espacio; o más bien, la historia del arte moderno puede ser correlacionada con los cambios en ese espacio y cómo lo vemos”.
El especialista explica que, según la ideología moderna, la galería ideal substrae de las obras cualquier indicio que interfiera con el hecho de que lo que ahí se exhibe es ‘arte’. El trabajo es aislado de todo lo que pueda distraer de la evaluación de la obra de arte y el autor señala que esto genera un espacio lleno de convenciones correspondientes a un sistema de valores particular, y lo compara con la sacralidad de las iglesias o la formalidad de los jurados.
“En ese contexto del arte moderno, la idea es construir un espacio blanco y neutro que quita todo contexto y cuya función es permitir la contemplación ininterrumpida y completa de la obra. Se trata de construir un ‘no-lugar’, que es un concepto que acuñó el antropólogo francés Marc Augé, en referencia a un lugar sin historia, sin contexto y neutral. Esta idea también está basada en el concepto de que el arte es universal”, explica Elkin Rubiano, doctor en teoría del arte y la arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia.
Sin embargo, a mediados de los setenta, el artista estadounidense Robert Irwin acuñó el concepto de arte para un sitio específico, el cual sería después popularizado por escultores norteamericanos de la época, quienes trabajaban en comisiones de obras públicas para amplios espacios urbanos. “Los artistas empezaron a trabajar sobre la idea de que el
contexto determina el sentido de la obra. No es lo mismo que yo ponga una banda presidencial en un sanitario o en una iglesia. Esto es algo netamente contemporáneo. Esta fue parte de la crisis del cubo blanco”, sostiene Guillermo Vanegas, crítico, curador y docente en la Academia Superior de Artes de Bogotá.
“En el arte in situ, el lugar es el que indica qué posibilidades hay para hacer una obra. Ahí ya se puede tener en cuenta el lugar en un sentido cultural, histórico, antropológico y político. Por ejemplo, el Premio Luis Caballero busca hacer obras en el Museo Santa Clara y ese museo está cargado de
historia, entonces las propuestas deben entablar una relación con el espacio”, añade Rubiano.
La curadora coreano-estadounidense Miwon Kwon, publicó en el 2002, el libro One Place after Another: Site-Specific Art and Locational Identity (Un lugar tras otro: arte de sitio específico e identidad local), donde aborda los orígenes y el desarrollo de arte para un sitio específico. En el libro explica que este fenómeno fue el resultado de las prácticas “antiidealistas y anticomerciales” de finales de la década del sesenta y principios de los setenta, las cuales incorporaban las condiciones físicas de una
ubicación particular como integrales para la producción, presentación y recepción del arte. Además, de un deseo de distinguir las prácticas actuales de la época con respecto a las del pasado.
Kwon describe, también, cómo la categoría de obras para un sitio específico se fue desdibujando con el tiempo, a medida que obras hechas en este formato fueron trasladadas o se recrearon en distintas ubicaciones, pues explica que, originalmente, la idea de una obra para un sitio específico implicaba que si la obra se trasladaba, se dislocaría su sentido. La continua innovación en formatos artísticos superó también la categoría de ‘sitio específico’.
Hoy, las prácticas de arte contemporáneas han desbordado todos los formatos y se presentan en todos los escenarios. De la misma manera, las relaciones que establecen las obras con los espacios han aumentado en sus posibilidades, como explica el curador Eduardo Serrano: “Hoy en día tenemos obras que invaden el espacio, lo demarcan, lo ornamentan, conviven con él y hay otras que no coinciden con él”.
Aunque, el espacio puede determinar el proceso creativo y de producción de la obra, los espacios también se pueden diseñar o modificar para ajustarse a las obras. Por un lado, está el trabajo de los museólogos, quienes deben procurar condiciones ambientales que garanticen la conservación de las obras que se presentan y, por otro está el de los museógrafos, quienes se dedican a propiciar una comunicación visual hacia los espectadores desde el montaje de una muestra.
O, como lo explica el curador y director creativo de Flora Ars+Natura, José Roca, “La exposición es un texto, es decir, un mensaje que se expresa en términos visuales. El montaje de una exposición puede, a través de recursos museográficos tales como el color, la disposición de páneles, la iluminación y la escenografía museal, generar un clima que condicione y comunique la muestra.
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/ARTERIA
Los espacios determinan cómo se ve el arte, como en ‘Entre espacios’ del coreano Do Ho Suh, vista en NC-arte. /ARTERIA
Las prácticas artísticas se han transformado a lo largo de los años y, así mismo, se han modificado las formas en que las obras se presentan e interactúan con los lugares donde se exhiben.
Romper la monotonía del cubo blanco es parte del arte contemporáneo, como en esta obra de Nicolás Consuegra en NC-arte.
el revés de la trama
45 salón nacional de artistas 14 de septiembre al 4 de noviembre de 2019 bogotá, colombia
consulte nuestra página web: 45sna.com
universos desdoblados
Museo de Arte Moderno de Bogotá Calle 24 # 6-00
Martes a sábado: 10 a. m. - 6 p. m. Domingo: 12 m. - 5 p. m.
la fábula de aracne
Museo de Artes Visuales
de la Universidad Jorge Tadeo Lozano Carrera 4 # 22-44
Lunes a viernes: 9 a. m. - 7 p. m.
instancias
Cinemateca Distrital Carrera 3 # 19-10
Martes a domingo: 10 a. m. - 6 p. m. Lunes: cerrado
arquitecturas narrativas
Centro Colombo Americano Calle 19 # 2A-49
Lunes a viernes: 6 a. m. - 9 p. m. Sábado: 9 a. m. - 5 p. m.
lenguajes de la injuria
Espacio Odeón Carrera 5 # 12C-73 Lunes-sábado: 10 a. m. - 5 p. m.
mitopías
LIA
(Laboratorio Interdisciplinario para las Artes) Calle 12B # 2-71, Martes a sábado: 1 - 7 p. m. Domingo: 12 m. - 4 p. m.
espacios de intervención
A Plaza de Bolívar Entre carreras 7 y 8, entre calles 10 y 11
B Plaza de la Concordia Cl. 12c # 1-40, Bogotá
C Eje Ambiental Av. Jimenez de Quesada
D Parque de los Periodistas Gabriel García Márquez Entre carreras 3 y 4, entre calles 17 y 16
E Plaza de las Nieves Entre carreras 7 y 8, entre calles 20 y 21
F AsterLED Carrera 9 # 21-74, Bogotá
G Biblioteca Nacional de Colombia Calle 24 # 5-60
Lunes-viernes: 8 a. m. - 6 p. m. Sábados: 9 a. m.-4 p. m.
H Parque de la Independencia Entre carreras 5 y 7, entre calles 26 y 27
I Parque Nacional Olaya Herrera Bloque Pedagógico Idartes (Quiosco) Carrera 5 con calle 38
J Beatriz González Auras Anónimas, 2007 Intervención en monumento público Calle 26 con carrera 37.
K Plataforma Bogotá Laboratorio Interactivo de Arte, Ciencia y Tecnología Calle 10 # 4-28
Pontificia Universidad Javeriana Carrera 7 # 40-62
Fuera del mapa
Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis Calle 63 # 68-95
Fuera del mapa
llamitas al viento
El Parqueadero - MAMU del Banco de la República
Calle 11 # 4-21, Bogotá
Lunes a sábado: 9 a. m. - 7 p. m. Domingos y festivos: 10 a. m. - 5 p. m. Cerrado los martes
contrainformación
Galería Santa Fe
Carrera 1A entre calles 12C y 12D
Martes a viernes: 10 a. m. - 6 p. m. Sábados: 10 a.m. - 5 p.m. Domingos: 11 a.m. - 4 p.m. Lunes y festivos: cerrado
+ Facultad de Artes - ASAB Carrera 13 # 14-69
Lunes a viernes: 10 a. m. - 5 p. m.
pastas el gallo
Pastas El Gallo
Calle 11A entre carreras 18 y 19, Plaza España Jueves, viernes y sábados: 12 m. - 5 p. m. Cierre: sábado 2 de noviembre
contrainformación circuito de relieves, murales y arte urbano
1 Murales de la Escuela de Bellas Artes
Varios autores, estudiantes de la Escuela de Bellas Artes
Desarrollo de la vivienda social, 1941Desarrollo Industrial, 1943Sebastián en las trincheras y La lucha, 1941 Atribuido a Ignacio Gómez Jaramillo
Antigua Facultad de Derecho y Escuela de Bellas Artes, hoy Ministerio de Cultura Calle 8 # 8-31
2 La insurrección de los Comuneros. Liberación de los esclavos, 1938-1939 Ignacio Gómez Jaramillo Escaleras del Capitolio Nacional, edificio del Congreso de la República Carrera séptima con calle 10, Plaza de Bolívar, costado sur
3 Momentos críticos de la nación, 1957 Pedro Nel Gómez Edificio del Banco de la República Carrera 7 # 14-78 Lunes a viernes, 8:15 a 16:15
4 Bases de la riqueza colombiana (Industria e Ingeniería – Agricultura y ganadería), 1957 Vico Consorti Banco de la República Carrera 7 # 14-78
5 Apoteosis de la lengua castellana, 1960 Luis Alberto Acuña Academia Colombiana de la Lengua Carrera 3 # 17-34
6 Alegoría del trabajo y el ahorro, 1949 José Domingo Rodríguez Fachada del antiguo edificio de la Caja Colombiana de Ahorros Calle 15 # 8-32
7 Alegoría de la minería, la fundición y la agricultura, 1937 Bernardo Vieco Portón del antiguo edificio de la Bolsa de Bogotá Calle 12 C # 8-79
8 Alegoría al café, Ca. 1952 José Domingo Rodríguez
Antiguo edificio de la Federación Nacional de Cafeteros Avenida Jiménez # 9-43
9 El dorado, 1958 Eduardo Ramírez Villamizar Antiguo edificio del Banco de Bogotá, hoy Sede Jurídica Hernando Morales Medina Carrera 10 # 14-33
10 El hombre y el drama de la vivienda 1956 Pedro Nel Gómez
Antiguo edificio del Instituto de Crédito Territorial, hoy sede de la Fiscalía General de la Nación
Museo Histórico de la Fiscalía General de la Nación, carrera 13 # 18-51 Lunes a viernes, 9:00 a 16:00
11 La vivienda campesina, 1956 Ignacio Gómez Jaramillo / Jorge Elías Triana
Antiguo edificio del Instituto de Crédito Territorial, hoy sede de la Fiscalía General de la Nación
Museo Histórico de la Fiscalía General de la Nación, carrera 13 # 18-51 Lunes a viernes, 9:00 a 16:00
12 El trabajo rural, 1962 Hugo Martínez
Antiguo edificio de la Caja de Crédito Agrario, Industrial y Minero Carrera 10 # 20-30
13 Teogonía de los dioses chibchas, 1974 Luis Alberto Acuña Lobby del Hotel Tequendama Carrera 10 # 26-21
Lunes a domingo, 9:00 a 16:00
* Atrapasueños Relato Urbano DAST + Almirón + Colectivo Timiza (Dizque + Arteaga Kid) Calle 19 # 19-42 Paloquemao
* El Cliente
Orfanato Estudio Grafiti Carrera 10 # 12-47
* Sabiduría ancestral en la capital PDV Crew Carrera 10 # 15-22
Un proyecto de
exposiciones y sedes
En asocio con
Un concierto que es teatro e instalación
Heiner Goebbels es un artista, dramaturgo, compositor y director alemán, nacido en Neustadt, en 1952. Estudió sociología y música; ha compuesto música para ballet, teatro y películas; ha dirigido orquestas, creado y dirigido obras de teatro, y participado con performances, conciertos e instalaciones en exposiciones en el Museo Bauhaus, de Weimar (Alemania), el Centro Pompidou y el Museo de Arte Contemporáneo de Lyon, entre otros lugares.
Desde el 12 de septiembre presenta la exposición retrospectiva ‘It’s Beatiful Here!’, en la Universidad Nacional (Bogotá), que se compone de tres instalaciones y un concierto. Landscape Plays es la primera instalación y presenta imágenes en pantallas de gran formato y sonidos de obras que ha presentado a lo largo de su carrera. La instalación es también una composición entre los sonidos que provienen de cada uno de los elementos de la selección. El título evoca el término ‘Landscape Plays’, acuñado por la escritora estadounidense Gertrude Stein, dentro del campo de la dramaturgia.
Genko-An 111321 es una videoinstalación sonora cuyo nombre está inspirado en un templo budista ubicado en Kyoto (Japón), llamado Genko-An, donde hay dos ventanas, una circular y otra cuadrada, que dan a un mismo jardín. La cuadrada es llamada la ventana de la confusión y la redonda es la de la iluminación. Esta decisión arquitectónica es un símbolo de cómo las formas condicionan nuestras percepciones. A partir de este mismo símbolo, Goebbels diseñó esta obra, la cual tiene en su título el código postal del lugar donde se presenta, el Museo de Arte de la Universidad Nacional.
Los peces tendrán que aprender a caminar sobre la tierra es una instalación atendida creada para el espacio del laboratorio de ensayos hidráulicos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional. Este proyecto está inspirado en el río Magdalena y hace parte del proyecto de la Cátedra Georg-Büchner,
en el Centro de Medios e Interactividad, apoyada por la Universidad Giessen de Justus Liebig. Por último está el concierto Surrogate Cities, una obra de 70 minutos para gran orquesta dividida en siete partes, la cual pretende dar cuenta de la ciudad desde distintas perspectivas. Incluye textos, dibujos, estructuras y sonidos, además de los de la orquesta. Participan la mezzosoprano Joselyn B. Smith y el vocalista y percusionista David Moss.
Goebbels y su forma de hacer arte
¿Cómo combina tantas disciplinas?
Creo que una experiencia artística fuerte para una audiencia puede suceder cuando te encuentras realmente con algo que no has visto o escuchado antes. Algo para lo que no tienes un término para describir. Algo desconocido que no es fácil de aprehender. Esto puede incluso cambiar tu vida. Cuando tienes un encuentro que puede incluso cuestionar tu propia perspectiva o tu percepción. Por eso, en la mayoría de mis trabajos, intento cambiar las formas de percibir, o cambiar los formatos en los que produzco, para que el espectador no sepa nunca si se trata de un
concierto, una obra de teatro, performance, una ópera, un filme o una instalación.
Me gusta esta incertidumbre, porque tan pronto como vemos algo y sabemos: “Bueno, esto va a seguir así las próximas dos horas”, entonces pienso que estás más dispuesto a reconocer algo. No estás abierto a ser sorprendido. No estás en la disposición de ser cuestionado. Cuando estamos en este modo de reconocer, somos bastante perezosos. Intento construir espacios en los que nuestras motivaciones, nuestra atención, nuestra imaginación pueda ocurrir, tenga un lugar. También está mi intención, por la cual no puedo mantenerme en un sólo género. Me aburriría. Estoy muy interesado en procesos relacionados con el tiempo: cómo nos cambian, cómo los cambiamos a ellos. Es un reto muy importante trabajar con los tiempos.
¿Landscape Plays trata de esa combinación de estímulos y de tiempos? La mayoría de mis obras teatrales, las cuales también son obras de composición y artes visuales, tienen algo que ver con esta libertad de descubrimiento, más que con el teatro tradicional. Mis obras de teatro son más como
ver a gente viva en el paisaje y puedes decidir si estás interesado en eso o preferirías escuchar la música o escuchar las palabras o leer el texto. El espectador decide en qué enfocarse. Estuve interesado después de una larga época creativa en estas obras de paisaje, porque no tienen un principio ni un final. No tienen realmente una historia. Simplemente están ahí.
Me gusta mirar estas cosas desde las perspectiva del color, del ritmo, de conexiones musicales, y por eso compuse una hora de estos materiales en una nueva forma que intenta resolver este problema de los museos, cuando escuchas y ves distintas obras al mismo tiempo y el sonido es molesto. Se escucha el sonido de la siguiente sala y no encaja y te distrae del sonido en esta sala. Entonces intenté también, a nivel acústico, componer un paisaje de sonidos que pueden existir unos junto a otros.
¿Qué relación tiene el concepto Landscape Plays con la obra?
Descubrí a la autora (que acuñó la frase) después de haber creado muchas piezas y me asombré por la precisión con la que describía su insatisfacción acerca del teatro convencional, la cual va totalmente de la mano con la mía. Ella describe que siempre tiene que reconocer a los personajes, tiene que saber quién es quién y cuál es la relación entre ellos y todos estos detalles psicológicos para poder seguir la historia. También, su incomodidad con el tiempo en escena. Tiene un problema con los tiempos. Los compara con la realidad y dice, “cuando miro algo que sucede en la calle nunca tengo este problema. Nunca digo que está yendo muy rápido o muy lento. Es la realidad. Ella estaba creando la idea de un teatro como la realidad en sí misma. Lo cual, podríamos decir, fue una definición muy temprana de lo que sucedió con performers en los 60. Ellos insistieron en la realidad de sus acciones y no pretendieron hacer como si no representaran cosas que suceden en la realidad, pero hicieron algo real. De eso se trata mi obra también.
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Toda la entrevista en periodicoarteria.com
Imagen de uno de los ensayos para el concierto Surrogate Cities.
James Holt /Cortesía Dirección de Patrimonio de la Universidad Nacional de Colombia
La Universidad Nacional presenta ‘It’s Beautiful Here!’, una retrospectiva del alemán Heiner Goebbels.
Se realizará en Cúcuta la segunda edición de la bienal Juntos Aparte
El evento retomará temas relacionados con el desplazamiento de personas, las restricciones, el ejercicio de la ciudadanía y la movilidad.
Al escuchar o leer la expresión “crisis migratoria”, resulta fácil pensar en balsas a la deriva, personas ahogadas o desacuerdos crueles entre naciones por decidir quién abrirá (o no) sus puertos a los más vulnerables o si levantarán un muro. Sin embargo, basta con tener una vaga idea de lo que está ocurriendo en la frontera entre Colombia y Venezuela para entender que las crisis migratorias son un fenómeno global en la actualidad. De allí que iniciativas como la bienal Juntos Aparte busque propiciar desde el arte y la cultura, espacios de debate, cuestionamientos y concienciación en torno a las difíciles circunstancias que rodean los desplazamientos forzados de grandes grupos humanos.
Juntos Aparte, que llega a su segunda edición del 28 de septiembre al 16 de noviembre en Cúcuta, forma parte de las actividades que conforman la Bienal de Arte Contemporáneo de América del Sur. Es un “proyecto de ciudad”, que se realizará en un circuito de cuatro edificios patrimoniales dedicados a la cultura en Cúcuta: el Centro Cultural Quinta Teresa, la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero, la Casa Museo Torre del Reloj y el Museo Norte de Santander y Ciudad de Cúcuta.
Además de exposiciones, la bienal también contará con actividades como un ciclo audiovisual, conferencias, talleres, un programa pedagógico, intervenciones en el espacio público y acciones participativas. Todas las exposiciones y actividades de la programación serán de acceso gratuito.
El encuentro contará este año con la participación de 48 artistas extranjeros, 12 nacionales y 25 artistas específicamente de la región como invitados. El programa expositivo continuará con la reflexión en torno a las fronteras que se planteó en su primera edición, en el 2017, a través de temas como la migración, las restricciones, lo que significa la ciudadanía y la movilidad.
La propuesta, una iniciativa de los cucuteños Alex Brahim, curador y gestor cultural, y del artista, gestor y pedagogo Luis Miguel Brahim (1963-2019), surgió al considerar que el mundo se encuentra en un momento histórico para hablar de las fronteras, según expresan en la bienal.
Las exposiciones en Juntos Aparte
En el ciclo expositivo de la bienal, que dará inicio el 30 de septiembre, podrá verse ‘El puente está quebrado’, en el Centro Cultural Quinta Teresa, que busca ser una recopilación de relatos y perspectivas de la frontera colombovenezolana. Como parte de esta muestra se rendirá un homenaje al artista
La obra ‘Goodbye Sweet Home’ (2003), del artista Andrés Moreno Hoffmann, se exhibe en la muestra ‘es_ta_do_na_ción’, en el Museo Norte de Santander y Ciudad de Cúcuta.
Luis Miguel Brahim, uno de los organizadores del evento, fallecido a comienzos de este año.
La Casa Museo Torre del Reloj será sede de ‘Siga bailando (despierte al vecino)’, una exposición que trata sobre los conceptos de historia, raza, género, clase y diferencias culturales en las prácticas artísticas que tienen que ver con la migración.
El arte, los imaginarios y las tensiones en torno a la relación centro-periferia serán el tema de la exposición ‘Entre toche y guayaba madura’, que podrá visitarse en la Biblioteca Julio Pérez Ferrero. Finalmente, en el Museo Norte de Santander y Ciudad de Cúcuta estará la muestra ‘es_ta_do_na_ ción’, en la que trece artistas de distintos orígenes abordan, a través de sus obras, la organización política vigente desde el siglo XVII y su colapso en la contemporaneidad.
Sumado a las exposiciones, también podrá disfrutarse de un ciclo audiovisual donde se encontrarán obras de Ai Weiwei, Juan Diego Aguirre, Ari Forman, entre otros, que podrán verse en el Auditorio Eduardo Cote Lamus. Además, la organización ha dispuesto un vehículo con pantalla que se desplazará por las comunidades para proyectar cortometrajes, obras de videoarte y largometrajes.
La programación detallada del evento puede ser consultada en la página www.juntosaparte.com.
Inflable en la Biblioteca Nacional
Una gigante obra inflable que evoca una figura precolombina, del artista Nadín Ospina, es una de las piezas con las que la Biblioteca Nacional conmemorará este año el bicentenario de la Independencia.
Junto a El Paseante, como se llama esta obra, la entidad presentará en la sala uno una muestra que incluye láminas de la Comisión Corográfica y piezas originales de la colección de la Biblioteca que son representaciones de distintos aspectos de las culturas indígenas durante diferentes siglos.
A la par con manuscritos y periódicos, se podrán escuchar audios con voces de distintas comunidades indígenas del país. La exposición se iniciará el 24 de octubre con el título ‘200 años después: Nadín Ospina y representaciones indígenas’. En suma, la idea es cambiar el foco de la conmemoración, generalmente puesto en lo bélico y próceres, para dirigir la mirada a piezas que son diferentes versiones de cómo, desde la llegada de los españoles hasta el siglo XXI, se ha representado lo indígena si bien el materia seleccionado muestra cómo ha primado más la voz, o el filtro, del letrado, el colonizador, el investigador que la misma voz indígena.
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17 ARTERIA Ed. 70 Septiembre - Octubre 2019
Cortesía del artista y Juntos Aparte
Las islas de San Andrés, Santa Catalina y Providencia muestran las creaciones de sus artistas
Del 26 al 29 de septiembre se realizará la séptima versión del Mercado Insular de Expresiones Culturales, una plataforma de difusión, promoción y circulación de la música, las artes plásticas y visuales, y la danza.
Por séptimo año consecutivo se realiza en la isla de San Andrés el Mercado Insular de Expresiones Culturales (Minec), con la novedad de que este año incluye danzas y artes plásticas y visuales en su plataforma. Esta, según Wendy Pérez, cocuradora de arte del Minec, “pone en circulación a los artistas del archipiélago y a aquellos que vienen trabajando alrededor de la cultura caribe. Es la oportunidad de generar lazos con otros territorios que hacen parte del gran Caribe a nivel insular y continental. Para los artistas, es la vitrina para visibilizarse”.
En este sentido, este evento abrió una convocatoria por un mes, con la que presentó la oportunidad de participación a bandas de música afro, urbana, tradicional y fusión, agrupaciones de danza tradicional, pintores y fotógrafos de la región insular.
Los seleccionados en artes plásticas fueron Áurea, Bocese, Eligio Corpus, Jota Art, Lucy Chow y Marin O. En danza fueron Raíces, La Akademia Show, Lingich Dance Crew, Colorá Producciones, Agrupación La Bestia. En música, Job Saas and The HeartBeat, Joe Taylor, Fary-J, R-VYBZ, Irie Kingz, Caribbean New Style y Kiwanga Band.
Serán cuatro días de conciertos, exposicio-
nes, encuentros académicos, charlas y ruedas de negocios. Por supuesto, se presentarán los artistas ganadores de la convocatoria. En lo que se refiere a la música, se presentarán, además, agrupaciones invitadas de Colombia Ludwing Batts (La Guitarra Champetúa), Candé Sound, Keke Minowa, De Bruces a Mí, Los Petit Fellas y Kubanorregae. Tam-
Convocatorias
Proyecto Intervenciones en Espacio Público Lugares Comunes -Faenza
Hasta octubre primero, el Proyecto Faenza convoca a estudiantes de artes plásticas que en el momento se encuentren cursando cuarto semestre o semestres superiores. También se aceptan propuestas de alumnos recién egresados, graduados en junio del 2019. Los interesados deben presentar una propuesta de intervención en espacio público para el centro de Bogotá, entre las calles 26 y avenida Jiménez y entre las carreras tercera y décima, en el sector conocido como Las Nieves. Las propuestas pueden abarcar diferentes medios y técnicas toda vez que planteen una apropiación del espacio público y una interacción con los transeúntes. Los interesados podrán participar de forma individual o colectiva con solo un proyecto. De presentar un proyecto de forma grupal, ninguno de sus participantes podrá pre -
sentarse nuevamente de forma individual. Quien se presente de forma individual, no podrá participar con otra propuesta en colectivo. Inscripciones en http://proyectofaenza.com/index.php/lugares-comunes/
VII Concurso de Pintura Ernesto Goday
El ayuntamiento de O Grove (Pontevedra, España), a través de la Concejalía de Cultura, convoca al VII Concurso de Puntura Ernesto Goday, en homenaje al pintor local Ernesto Goday Caamaño. Invita a personas naturales de cualquier nacionalidad, a presentar obras propias, originales e inéditas (una por persona). Las obras deben tener dimensiones mínimas de 60 x 50 cm. y máximas de 150 x 150 cm. La técnica es libre, pero la obra debe ser una pintura figurativa. El plazo de inscripción es hasta el 30 de septiembre. Descargue la hoja de inscripción en: www.concellodogrove.es
bién tres agrupaciones extranjeras invitadas: Afrotronix (Chad), Nicole Obele (Camerún) y Leche de Coco Band (Costa Rica).
“Personas que vienen desde diferentes lugares de las islas se encuentran en San Andrés, desde hace siete años. Nuestra intención es generar una plataforma para mostrar
la oferta local de cultura, originalmente, de música. Esta séptima versión abrimos espacios para el sector de artes plásticas y de danza porque nos dimos cuenta que a ambos sectores les podíamos generar las mismas oportunidades en el mercado”, explica Wendy Pérez.
El mercado estará compuesto por las siguientes secciones: ‘Franja académica’: un espacio para generar capacidades y diálogos interculturales con la comunidad raizal, isleña y los visitantes.
‘Showcases’: conciertos al aire libre para que los seleccionados muestren sus habilidades en escena. También dos espacios de exposición a través de un salón con artistas plásticos locales y uno para bailarines.
‘Rueda de negocios’: un espacio de interlocución entre demanda y oferta. La intención según Pérez, es generar una oferta para los artistas que quieren mostrarles a las personas que hay material para circular.
“En siete años han pasado muchos artistas por el Minec, sobretodo de música. Se han cerrado más de 120 negociaciones certeras en esa área. Eso también ha levantado las ganas de los artistas para participar”, Concluye Pérez
Talleres y laboratorios del 45SNA
El 45 Salón Nacional de Artistas invita a todas las personas a participar en los talleres y laboratorios planeados en el marco del 45SNA. Todas las actividades se realizarán en el Museo de Arte Miguel Urrutia (Banco de la República), en Bogotá, con entrada libre y hasta completar los cupos disponibles. Es indispensable inscribirse previamente en la página 45sna.com y algunas de las siguientes actividades tienen requerimientos adicionales. El 27 de septiembre, Andrés Frix Bustamante dirigirá un laboratorio de fanzine experimental; el 28 de septiembre y el 26 de octubre María Jimena Sánchez dictará talleres de encuadernación; el 30 de septiembre Mónica Naranjo citará un taller de dibujo titulado ‘Gestos que narran historias paralelas’; el 7 de octubre el Circular Taller de Gráfica Experimental ofrecerá el taller de linografía ‘Imprimir un atlas de Bogotá’; y
el 18 de octubre Giovanni Vargas dictará un taller de collage. Inscripciones e información adicional en www.45sna.com
Premio internacional BMB a la escultura 2019
BMB Sculpting presenta el primer concurso de retrato escultórico BMB International Scupture Award. Podrán participar en este concurso todos los artistas mayores de edad, de cualquier nacionalidad. Cada participante puede presentar una obra de la que sea autor y propietario. La temática de las esculturas será el retrato, el estilo es libre. Las obras no deben sobrepasar un metro por cualquiera de sus lados. Quedarán fuera de concurso las piezas que contengan cristal o materiales quebradizos. La obra no debe pesar más de 50 kg. El plazo de inscripción es hasta el primero de octubre. Más información en: www.mbmsculpting.com
18 ARTERIA Ed. 70 Septiembre - Octubre 2019
El Minec reúne a artistas de la región insular con programadores de varios lugares del mundo.
Este año se realizará el Minec por séptima vez.
Fotos: Cortesía del Mercado Insular de Expresiones Culturales
4 ARTERIA Ed. 55 Septiembre - Octubre 2016 Desde el 2005, aliados con el arte y la cultura en Colombia Durante14 años ARTERIA ha documentado la historia del arte en el país y ha trabajado en el fomento, la formación, la gestión, la producción y la difusión de las artes y la cultura. www.periodicoarteria.com Producción @arteria @periodicoarteria arteriap info@fundacionarteria.org arteriap @arteria @periodicoarteria arteriap @arteria @periodicoarteria arteriap @arteria @periodicoarteria #YoleoArteria#ArteCircuitos #VíaBenita
BOGOTÁ
Biblioteca Luis Ángel Arango Exposición colectiva: ‘El tigre no es como lo pintan’ Hasta enero 20
Dividida en tres ejes principales, recopila obras que hacen parte de la Colección de Arte del Banco de la República, de artistas como Alexánder Apóstol, Beatriz González, Miguel Ángel Rojas, José María Espinosa, Alfredo Greñas, Andrés Felipe Uribe, Fernando Bryce, Antonio Caro y Edwin Monsalve, que rememoran el proceso de la independencia de Colombia. La muestra fue curada por Sigrid Castañeda, Julien Petit y Luis Fernando Ramírez y pretende generar una reflexión sobre la nación desde su simbología, su historia y su situación actual.
BARRANQUILLA
Museo de Arte de Barranquilla (Mamb)
Pedro Alcántara: ‘Alcántara’ Hasta octubre 24
Exposición retrospectiva de un artista colombiano de la década del sesenta, el maestro Pedro Alcántara. La muestra ofrece dos dibujos que hicieron parte de exhibiciones de ‘Nadaísmo’ y documentos de estas muestras. También se exponen una serie de obras gráficas que dan cuenta de la producción del artista y del sentido crítico en su obra.
Archivo particular /Museo Bolivariano
SANTA MARTA Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo Robert Brandwayn: ‘Tiempo del no tiempo’ Hasta septiembre 30 Edwin Jimeno: ‘Introspectum, mirar hacia adentro’ Hasta enero 31
‘Tiempo del no tiempo’ es una exposición de obras de Robert Brandwayn, creadas a partir de sus archivos familiares, a través de las cuales el artista cuenta su propia historia y la de su familia. La exposición fue curada por Piedad Casas. ‘Introspectum’ es una muestra retrospectiva de la obra de Edwin Jimeno que reúne 72 piezas, fotografías sobre retablo y videos, que registran acciones realizadas por Jimeno desde 1997 hasta el 2019.
CARTAGENA
Casa Museo Rafael Núñez Objeto histórico: ‘Estética y biopoder en Rafael Núñez’ Hasta octubre 10
‘Estética y Biopoder en Rafael Núñez’ muestra infografías y un pañuelo de lino irlandés del siglo XIX sobre el cual se ha bordado el escudo de la naciente República de Colombia con cabellos de Rafael Núñez, autor de la reforma política de 1886, después de que murió. La muestra fue curada por Manuel Zúñiga, director del museo.
MEDELLÍN
Centro Colombo Americano Exposición colectiva: ‘Identidades afro’ Hasta octubre 4
Santiago Rodas: ‘Los días de la ballena’ Hasta noviembre 5
‘Identidades afro’ es una muestra fotográfica de instantáneas tomadas por jóvenes afro que viven en seis comunas de Medellín. La exposición es resultado de talleres realizados desde febrero de ese año. En ‘Los días de la ballena’, Santiago Rodas presenta murales inspirados en un fotograma de la película Los días de la ballena. Su obra se expone en los muros de la sede Centro del Colombo Americano de Medellín. La película narra la historia de Cristina y Simón, dos amigos grafiteros en una ciudad con una historia violenta.
BUCARAMANGA
Museo de Arte Moderno de Bucaramanga Ómar Rayo: ‘Un Rayo en el museo’ Hasta septiembre 28
Esta muestra se compone de 24 obras del creador de Roldanillo. Presenta intaglios y dibujos de Ómar Rayo, como parte de la celebración de los 30 años del museo y el noveno aniversario de la muerte del artista. La exposición fue curada por Joaquín Romero Díaz.
BOGOTÁ
A Seis Manos Exposición colectiva: ‘Las manos de Amberes’ Septiembre 30-noviembre 30
20 ARTERIA Ed. 70 Septiembre - Octubre 2019
Piet de Lombaerde
Banco de la República
Centro
Cortesía
Colombo Americano
Casa Museo Rafael Núñez
‘Las manos de Amberes’ muestra 120 imágenes de manos del mismo tamaño e impresas sobre papel, hechas por artistas belgas. La exposición fue curada por Piet De Lombaerde. La mano es el símbolo de la ciudad belga de Amberes y el tema de este proyecto es la amistad, simbolizada por las manos.
Lugares de arte amigables con los perros
Cortesía Museo Rayo
Cortesía Museo de Arte Moderno de Bucaramanga
Espacio Odeón
Exposición colectiva: ‘Intensivo’
Hasta septiembre 22
Exposición colectiva:
‘Tanto que me hablaste de futuro, ¿cuál futuro?’
Hasta noviembre 4
Para la segunda edición de ‘Intensivo’ tendrán protagonismo las acciones, instalaciones y proyectos interactivos. La programación del evento incluye performance, una estación de realidad virtual, talleres de danza y movimiento, proyecciones, encuentros y acciones en el espacio público. Además, como parte del evento se inaugurará la exposición ‘Tanto que me hablaste del futuro, ¿cuál futuro?’ con obras de artistas nacionales e internacionales que cuestionan el mundo en el que vivimos y proponen formas alternativas de habitar este planeta. Para esta muestra, los artistas desarrollarán coreografías, en el marco de ‘Intensivo’.
ROLDANILLO
Museo Rayo
Wilfredo Lam y Francisco
Toledo: ‘Obra gráfica’
Pedro Ángel: ‘Esculturas’
Roberto Matta: ‘Obra huésped’
Ómar Rayo: ‘Humor Rayo, dibujos, pinturas y grabados’
Hasta noviembre 9
Obras de Wifredo Lam, artista cubano: serigrafías y litografías que ilustran las características de su estilo y su entusiasmo por el arte seriado. Piezas de Francisco Toledo: tres prácticas de su producción gráfica, como estarcidos que muestran animales, gráficas resultantes de las planchas de metal y los papalotes. Pedro Ángel exhibe esculturas formalistas realizadas en metal, diseñadas para ser recorridas a su alrededor. La pieza de Roberto Matta Untitled (Grey), óleo sobre tela, fechada de 1959, perteneciente a la colección de NH Galería. Se exhiben obras de Ómar Rayo que dan cuenta de sus facetas como pintor, escultor, dibujante y grabador.
BOGOTÁ
Proyecto Faenza
Exposición colectiva: ‘Octógonal_Proyecto Faenza’
Septiembre 19-octubre 3
MEDELLÍN
Museo de Arte Moderno de Medellín (Mamm)
Exposición colectiva: ‘Territorio común. Nuevas incorporaciones a la colección Mamm’ Hasta noviembre 11
Esta muestra reúne 47 obras de 31 artistas que fueron donadas o adquiridas por el museo en los últimos 10 años, desde que llegó a Ciudad del Río. Una pintura de casi 10 metros del artista antioqueño Jeison Sierra, titulada Territorio común, dio el nombre a la exposición.
Esta es la presentación del trabajo más reciente de Angélica Chavarro, Edgar Jiménez, Fernando Cuevas Ulitzsch, Jorge Magyaroff, Leonardo Guayán, Mauricio Combariza, Otoniel Borda y Vicenta Victoria Gómez, integrantes del Proyecto Faenza, en la sede San Felipe de Bogotá. Presentan obras en distintas técnicas y soportes.
BOGOTÁ
NC-arte Pieter Vermeersch: ‘Pieter Vermeersch’ Hasta septiembre 28
El artista belga usó el espacio de NC-arte como lienzo gigante, en el que los elementos arquitectónicos y la luz definen la disposición de los colores primarios que usó para pintar los muros de la sala.
MONTERÍA
Museo Zenú de Arte Contemporáneo (Muzac)
Abdu Eljaiek: ‘Go West’ Octubre 3 al 22
‘Go West’ presenta una serie fotográfica realizada en los Estados Unidos en 1974 del artista nacido en Calamar, Bolívar (1933), Abdu Eljaiek. Son imágenes que tomó durante su travesía por el oeste norteamericano y de su estadía en Washington y Nueva York. La curaduría, realizada por Santiago Rueda, se enfoca en el espíritu activo, crítico y festivo de los años 60. Abdu Eljaiek
BOGOTÁ
Museo Casa Grau Kendall Messick: ‘Visión ciega’ Hasta septiembre 27
Esta es una exposición del quinto trabajo del fotógrafo neoyorquino como artista. La muestra rinde tributo a Bogotá, que visitó el artista por primera vez en 1985. La exhibición reúne más de 25 fotografías de distintos tamaños.
BOGOTÁ
En esta muestra, el artista Daniel Jiménez presenta una instalación construida específicamente para este sitio. Su obra se enfoca en las dificultades y problemáticas surgidas a partir de la migración y las barreras en las fronteras. Denuncia que son 13.383 los kilómetros de muros que se han construido como fronteras entre países de todo el mundo.
21 ARTERIA Ed. 70 Septiembre - Octubre 2019
Museo Rayo
Cortesía del artista
Cortesía MAMM
/ARTERIA
del
Cortesía
espacio
Kendall Messick
BOGOTÁ
Sebastián Cruz Roldán
Espacio KB Daniel Jiménez: ‘C.E.A.B. (Centro de Escalada Anti Barrera)’ Hasta noviembre 30
Sección conducida por Humberto Junca Casas.
Jaime Iregui
Artista plástico
Pocas veces se les pregunta a las personas que trabajan en el mundo del arte sobre su formación, sus maestros, sus compañeros de clase o su relación y posición frente a las instituciones educativas, como si los artistas hubiesen aprendido solos y sus reacciones frente a estos edificios de poder fueran algo circunstancial. Aquí se demuestra lo contrario.
Humberto Junca: ¿Qué experiencia educativa recuerda, tanto fuera como dentro de las aulas, que haya sido fundamental para usted?
Jaime Iregui: Puede sonar extraño, pero para mí fue fundamental hacer una serie de recorridos por catedrales góticas. Debía tener unos 22 años, vivía en España y estudiaba en la Academia de Artes y Oficios de Barcelona, conocida como Llotja, por sus siglas en catalán. En aquel edificio, que también albergaba a la Escuela Massana, enseñaban las ciencias y artes del libro, y por eso uno aprendía técnicas de grabado como punta seca o serigrafía.
Era una especie de nave gótica increíble, cerca de Las Ramblas. Ahí estuve dos años y medio, y luego me fui a visitar catedrales, guiado por mi interés por ese tipo de arquitectura y por el tipo de trabajo colectivo que le dio cuerpo, pues la arquitectura gótica fue el producto de la cooperación entre la gente que hacía talla en piedra, la gente que trabajaba la madera, los de los vitrales, los albañiles, los escultores, en una época, antes del Renacimiento, en que no existía el interés por la autoría.
Y el resultado es sorprendente. Estudié y trabajé todo el año y en el verano decidí irme, haciendo autoestop. Así conocí la catedral de Cluny, en el sur de Francia, que fue dónde según dicen, se originó el gótico. Visité la catedral de Chartes, la de Notre Dame, la de Colonia, la de Estrasburgo. Esa fue una experiencia única. Al fin y al cabo era entrar en espacios, en estructuras de elevación vertical pensadas para afectarlo a uno.
H.J.: ¿Ese interés por lo gótico tuvo algún antecedente?
J.I.: Recuerdo que tenía como 12 años cuando encontré en mi casa un libro de grabados, de estampas con imágenes de catedrales góticas. Creo que pertenecía a mi madre, Fanny Restrepo, ella es sicóloga, y el arte y su historia siempre le han gustado. En el libro explicaban cómo las construyeron y eso me impresionó. Se demoraban haciéndolas como doscientos años y por eso toda la ciudad, durante generaciones tenía que ver con esa construcción. Por supuesto, una vez terminada cada catedral se convertía en el corazón del lugar. Además, estructuralmente son una vaina impresionante.
H.J.: ¿En qué colegio estudió?
J.I.: En el Liceo de Cervantes y luego en el Gimnasio de Los Cerros, pero en esas dos instituciones no vi nada de arte. El arte apareció en mi infancia y en mi adolescencia gracias a mi familia. Algunos de mis tíos
hacían música. Y mi papá, Jaime Iregui, era el de las imágenes. Él estudió arquitectura pero se dedicó a la publicidad. Entre los años 50 y los 60 fue agente creativo en Atlas Publicidad junto a Juan David Botero, hermano de Fernando Botero, y por eso lo conocí.
A veces mi padre iba a visitarlo a su taller. La primera vez que lo acompañé, yo tenía unos 5 o 6 años y recuerdo especialmente el olor a óleo. Así que desde niño tuve el arte y la arquitectura cerca. Y en el colegio pintaba porque me gustaba. Pero fui completamente autodidacta.
Recuerdo que un día llegó mi mamá con un amigo poeta de Medellín, Mario Rivero. Él era como el crítico de arte del momento, antes de Germán Rubiano. Él vio unas pinturas que tenía en mi casa y me invitó a hacer una exposición individual en una galería que se llamaba La Rebeca, que quedaba en el sótano de la carrera 13 con 26. Yo debía tener 16 años y pintaba un montón de cosas como geométricas, como de De Chirico, medio surrealistas.
Mario me dijo, llamemos a esta exposición ‘Homenaje a Kafka’. Yo no había leído a Kafka, pero empecé a leerlo y al fin dije: Sí, tiene mucho que ver. Vendí varias pinturas. La exposición salió en El Tiempo y en mi casa estaban orgullosísimos. Todo esto pasó justo antes de terminar el colegio. Quizás por eso decidí estudiar arte en la Nacional.
Me presenté y pasé. Era 1975 y la Nacional se la pasaba en protestas y por eso la cerraron durante meses. Yo estaba desesperado y una tarde, crucé la 30 y ahí decidí que tenía
que irme del país. Viajar en ese momento era una locura. Mi familia no me podía mantener en el extranjero e iba a tener que dejar a mi novia; pero igual me dije: ‘me voy de acá’. Así apliqué a la Escuela de San Fernando. Viajé a Madrid a presentar la admisión y no me aceptaron porque, realmente, no soy bueno en figura humana.
Escogí esa ciudad porque allí tenía familia mi madre. La idea era aterrizar allá y luego viajar por Europa. Eso hice cinco años. Primero, estuve en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, pero después de un semestre me aburrí. Madrid en ese momento era una ciudad terrible. Franco estaba vivo y la gente era muy gris, todo el mundo pensaba muy igual. Me fui a visitar a un amigo en Suiza y a aprender francés. Luego, viajé a Barcelona y ahí me quedé cuatro años. Después viajé a Nueva York. Allá nada más caminar o entrar a exposiciones en SoHo o en el Lower East Side era toda una experiencia.
En aquel momento se vivía el boom del grafiti y uno podía encontrarse con intervenciones de Stash, G-Man, Daze, Keith Haring o Jean Michel Basquiat. Recuerdo mucho un espacio que se llamaba The Kitchen. Durante un tiempo me aficioné a la música minimalista y en aquel espacio vi a artistas y músicos como Laurie Anderson, Meredith Monk, Steve Reich o Phillip Glass.
Me impactó el arte minimalista. Donald Judd me parecía tremendo. Creo que el minimalismo tiene puntos en común con la arquitectura gótica: muy poco interés en lo ornamental y mucho en la función de la estructura y las relaciones y fuerzas entre sus partes.
H.J.: ¿Estudió en Nueva York?
J.I.: Sí, estudié fotografía en la Art Student’s League. Era una escuela similar a la que pertenecí en España. Allá uno entraba y estudiaba lo que uno quería. Si hubiese entrado a Parsons, por ejemplo, hubiese tenido que empezar desde cero, en cambio allí podía continuar lo que ya venía haciendo.
H.J.: ¿Cuándo regresó a Bogotá?
J.I.: Me enamoré de una colombiana en Nueva York y decidimos regresar. llevaba viviendo diez años por fuera, así que era hora de volver. Al comienzo no sabía muy bien qué hacer, pero después de seis meses de ver cómo funcionaba el contexto, decidimos abrír un espacio independiente junto a Rafael Ortiz, María Victoria Durán, Paige Abadi y Marta Combariza, que se llamó Magma. Allá teníamos nuestros talleres y hacíamos exposiciones. Quedaba en la carrera 5 con calle 67 y funcionó de 1985 hasta 1987.
Recuerdo que la primera exposición que montamos fue una muestra de Rafael Ortiz y otra mía, y, curiosamente, el día que inauguramos fue la toma del Palacio de Justicia y, por supuesto, no fue nadie. Después del cierre de Magma empecé a participar en los Salones Nacionales y Carolina Ponce de León y José Hernán Aguilar escribieron sobre un tipo de arte que se hizo presente allí, al que denominaron “nueva abstracción” o algo así. Hablaron de Danilo Dueñas, de Carlos Salas y de mí.
Curiosamente, un día me llamó Danilo a decirme que quería que montáramos un espacio en un sitio que había encontrado en La Macarena. La cosa cuajó y así se abrió Gaula, que funcionó entre 1991 y 1992. Le pusimos ese nombre pensando en la novela de caballería. En aquel tiempo Danilo, Carlos y yo nos veíamos como artistas jóvenes pero viejos, llenos de ideales, un poquito fuera de tiempo, como ‘Amadís de Gaula’.
Éramos un poquito insoportables. Después de que ese espacio cerró, trabajé con un filósofo, Alfonso Flórez, y con un matemático, Isaac Dynner, e hicimos Tándem, un proyecto más de circular por galerías y espacios ya establecidos, y armar reuniones y conversaciones interdisciplinarias.
Hablamos mucho de redes, de flujos, de la postmodernidad y sobretodo, de la obra de arte como espacio de información. Después de un tiempo se armó un libro con Arte Dos Gráfico, que yo ilustré y, unos meses más adelante, se hizo una exposición en la Galería Sextante que daba cuenta de lo acon-
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A Jaime Iregui le ha interesado la obra de arte como espacio de información. Es el creador de ‘Esfera Pública’.
Foto: Halil Ozak. Cortesía de Carlos Salas.
tecido en nuestras conversaciones. La cosa con Tándem era un poco como recuperar nuestra voz y nuestro espacio de encuentro sin la mediación de galeristas, críticos y curadores. El formato era muy libre y a veces insospechado. Por ejemplo, un día la charla la dio Eduardo Pradilla y en vez de ponerse a hablar llevó unos mariachis. Tándem funcionó de 1993 a 1997.
A continuación abrí Espacio Vacío, que funcionó de 1997 a 2002. Este proyecto lo llevamos a cabo entre José Hernández, periodista y editor de El Tiempo quien le abrió el espacio de crítica de arte a Carolina Ponce de León y a José Hernán Aguilar. Él era coleccionista de nuestra obra. El dinero que le sobraba lo ahorraba para comprar arte y tenía obra de Danilo, de Carlos Salas y mía.
Ese lugar fue increíble. Tuvimos una discusión muy larga con José y con Carlos, sobre si queríamos mostrar nueva abstracción o arte joven o arte conceptual y, al no llegar a un acuerdo, decidimos inaugurarlo vacío.
Aquel sitio lo abrimos respondiendo a las discusiones que se venían dando en Bogotá en ese momento, sobre la falta de espacios expositivos. La idea era que la gente llegara y propusiera. De tal manera, si alguien pasaba un proyecto y nos gustaba, le arrendábamos el lugar. El artista debía pagar una cuota fija por el manejo del sitio y así le dábamos las llaves por un par de semanas para que montara y exhibiera su proyecto.
Allá mostramos a Juan Fernando Herrán, que quedó encantado con el edificio y decidió hacer una obra in situ. María Inés Rodríguez hizo una curaduría con obras pequeñitas que llevaba en su maleta. También curé algunas muestras. No era una galería que tuviera programación permanente. A veces hacíamos cuatro, cinco muestras al año. Creo que hicimos unas veinte exposiciones.
Recuerdo que María Fernanda Cardoso tenía un video, que acababa de hacer, de su circo de pulgas y lo lanzó allá, un domingo. Quería el espacio únicamente durante cinco días para montaje y adecuación y el día de la inauguración lo pidió sólo por cinco horas. Tuvo la suerte de que hizo sol y salío en la prensa y fue mucha gente a ese evento.
H.J.: ¿Después siguió Esfera Pública?
J.I.: Sí, al comienzo la idea era la misma
de Tándem: pongamos a varias personas, ojalá de diferentes disciplinas, a conversar, por esta vez en la red. Comencé enviando preguntas por correo y nadie las contestaba.
Al principio Esfera Pública era la lista de correos que armé en Espacio Vacío, con unas cien personas. Así, enviaba preguntas sobre el medio: ¿Cómo le va siendo artista? ¿Qué piensa de los Salones? Y nadie decía nada.
Hasta que un día me tocó ir a preguntarle a cinco o siete personas, cara a cara, a Jaime Cerón, Carmen María Jaramillo, Alejandro Mancera, qué opinaban. Publiqué las respuestas y ahí sí la gente comenzó a participar y se generó la primera discusión. Dicho espacio comenzó en el 2000 y al principio se llamó Momento Crítico. En el 2005 cambié de lista de correos a un pequeño portal de internet, como un blog, y todo se volvío más público. Ahora ya casi no hay actividad
ni discusiones en el portal; pues todo se publica por las redes sociales, sobre todo por Instagram, porque el uso de la imagen me parece muy poderoso.
H.J: ¿Ha conectado a Esfera Pública con plataformas similares?
J.I: En el 2006 me llegó un correo que decía: “Soy tal persona y le escribo de parte del curador de Documenta XII, vamos a hacer una muestra de espacios de artistas en la red y en editoriales y nos interesa hablar con usted”. Pensé que eso era una ‘pega’ y no le paré muchas bolas y luego me llamaron a la Universidad de Los Andes y así me di cuenta que la cosa era en serio. Así nos fuimos para allá y nos pusieron en contacto con un montón de gente. A ellos les interesó mucho ese proyecto, primero, porque el concepto de “esfera pública”, acuñado por Jurgen Habermas,
es, por supuesto, muy alemán. Y, segundo, porque en ese momento era una rareza: sólo habían dos espacios así en todo el mundo. El otro era Empire, en Australia, que también funcionaba como lista de correos.
H.J: ¿Usted escogió el nombre a sabiendas?
J.I: No, nada que ver. La verdad, lo escogí porque como me gusta tanto la geometría, la esfera era una figura que me interesaba mucho. Pero, luego, me enteré del concepto acuñado por el filósofo alemán porque algunos me decían “¿Esfera Pública, la de Habermas?” y me puse a leer y, claro, es una idea muy alemana, muy blanca y masculina, que después fue muy debatida por Nancy Frazer y otros pensadores del género, quienes señalaron que “la esfera pública” debe ser plural y por tanto poder albergar y amplificar la voz de las minorías.
H.J.: Va a publicar un libro de Esfera Pública.
J.I.: Sí. Se hizo un trabajo de revisión de archivo porque había como trescientas polémicas. Al final, se escogieron temas reiterados en el tiempo, más que polémicas reactivas. En Esfera Pública ha sido central la discusión sobre el arte político, sobre la crítica, la discusión sobre los museos, sobre el Salón Nacional y sobre los espacios independientes. Cada uno de estos debates de fondo está representado por unos diez textos.
H.J.: ¿Cómo resultó dictando clase?
J.I.: Comencé a dictar clase en la Tadeo, en el año 1994 Luego me pasé a Los Andes.
H.J: ¿Se puede enseñar a ser artista?
J.I.: Para nada. Uno al estudiante le puede dar, a lo sumo, herramientas técnicas y conceptuales. Hoy se piensa que las escuelas de arte, más que enseñar arte, enseñan a sobrevivir en un sistema de discursos. Pero ser artista es una decisión personal muy profunda. Por eso mucha gente que se gradúa, que puede tener un nivel discursivo muy alto, no aguanta dos o tres años. Me interesa que el estudiante reconozca y conserve su voz propia. A los de primer semestre les digo: ustedes tienen una voz propia, pero en cuatro semestres van a estar inundados de referencias, de nombres y maneras de otros artistas y lugares. Es importante que reconozcan ya su voz, para que sea el núcleo a partir del cual se organice lo demás, o van a acabar sepultados en un mar discursivo.
23 ARTERIA Ed. 70 Septiembre - Octubre 2019
Artistas se reúnen en la Inauguración de Gaula, viernes 24 de mayo de 1991.
Parlamentos, acción en espacio público con el actor Felipe Botero.
Galerías
BOGOTÁ
Casa Hoffmann
Exposición colectiva: ‘+D2D’
Hasta octubre 4
Franklin Aguirre cura esta muestra, cuyas obras exploran la bidimensionalidad desde la diversidad de técnicas y las prácticas expandidas con que fueron elaboradas las piezas. En la exposición participan Juan Pablo Baene, Álvaro Barrios, Carolina Borrero, Monika Bravo, Sebastián Bueno, Caicedo & Gaviria, Antonio Caro, Jonathan Chaparro, Diego Cruz, Francisco Fernández, Camilo Forero, Gonzalo García, Alfredo Gil, Javier González, Ramón Laserna, Ángela Lozano, Diego Piñeros García, Milton Riaño, Joyce Rivas, Ever Rojas, Gustavo Solmott, Andrés Sotelo y Alejandro Tovar.
BOGOTÁ
La Casita Galería Alberto Baraya: ‘La granja en La Casita’ Hasta noviembre 16
El bogotano se basó en el cuento Los músicos de Bremen, de los hermanos Grimm, para crear una serie de lienzos y papeles de gran formato.
BOGOTÁ
Desborde Galería Exposición colectiva: ‘De-colombianidad’ Octubre 12-noviembre 12
En el marco de la tercera edición del ‘Festival arte y decolonialidad en Bogotá’, esta galería y El Kruce Proyectos invitaron a los artistas Ana María Villate, Carol Sabbadini, Alexander Ríos, Vivian Frye, Edinson Quinoñes, Tatyana Zambrano, Fernando Arias y Andrés Felipe Uribe, entre otros, a explorar el concepto de decolonialidad a través de sus obras.
Aurora Espacio para el Arte y el Diseño Tatiana Arocha: ‘Anhelo un bosque, anhelo del alba, anhelo’ Hasta noviembre 16
A través de composiciones gráficas creadas con técnicas digitales y analógicas de bosques tropicales colombianos, la artista habla del anhelo de preservar la naturaleza.
BOGOTÁ
Galería El Museo
Pilar Aparicio: ‘A cielo abierto’
Gabriel Silva: ‘La tercera expedición’
Marco Mojica: ‘Versión doméstica’
Manuel Calderón: ‘Profundidad cautiva’ Hasta octubre 13
Fredy Saúl Serrano: ‘Extraterráqueo’ Rodrigo Echeverri: ‘Ejercicios de sustracción’ Hasta noviembre 23
BOGOTÁ
La Balsa Arte
Exposición colectiva: ‘Artistas de La Balsa’ Hasta noviembre 7
La galería presenta pinturas, dibujos y fotografías de dieciséis artistas, que han expuesto en este espacio desde su creación, hace cinco años. Participan los colombianos Isidoro Adatto, Margarita Besosa, Julián Burgos, Rodrigo Callejas, Miguel Cárdenas, Ramón Laserna, Jorge Marín, Pablo Mora, Juan Osorno, Diana Restrepo, César del Valle y Ana María Velásquez, la costarricense Priscilla González, el libanés Bilal Chahal, el bosnio Radenko Milak y el italiano Nicola Lo Calzo.
BOGOTÁ
Crispeta Galería
Exposición colectiva: ‘Unidos con la muerte’
Arturo Valdez: ‘Eréndira lado b’ Septiembre 26-octubre 15
Leo Carreño: ‘Artificialia exótica’ Noviembre 7 al 26
En la exposición ‘Unidos por la muerte’, doce artistas -en su mayoría mexicanospresentan obras que son un homenaje enmarcado en la celebración del ‘Día de los muertos’, en México. Arturo Valdez exhibe 50 piezas en pequeño formato, que consisten en la intervención de las páginas de la novela corta La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada, de Gabriel García Márquez.
Leo Carreño exhibe seis esculturas, hechas con materiales reciclados, textiles y plantas vivas; seis fotografías de 80 centímetros por 60 centímetros y seis videos cortos. La exposición de Carreño es sobre la búsqueda del humano de su lugar en el mundo.
BOGOTÁ
Galería Espacio Alterno Uniandinos Julián Angarita, William Aparicio, Sergio Mantilla, Jaime Patarroyo, Álvaro Rodriguez, Carlos Serrano y Jorge Luis Vaca: ‘Overwrite’ Hasta octubre 25
Los artistas presentan dibujos, algoritmos impresos, sistemas de algoritmos en tiempo real, videos y esculturas, que hablan de la sobreeexposición de información en el mundo.
BOGOTÁ
Galería Sextante Santiago Parra: ‘Acto velado’ Hasta noviembre 11
La muestra conmemora la carrera artística de Santiago Parra, con la exhibición de 15 de sus obras, entre pinturas, dibujos y esculturas, las cuales están inspiradas en temas como la libertad, la subjetividad y la exploración de las pasiones humanas.
A partir de escultura, dibujo, fotografía y video, Pilar Aparicio aborda el paisaje y los colores de la Sabana de Bogotá, en donde reside, como tema de su obra. Gabriel Silva y Marco Mojica presentan pinturas. Manuel Calderón exhibe cajas de luz en las que plasma dibujos inspirados en la geometría y en la arquitectura. Fredy Saúl Serrano expone instalaciones, esculturas y collages sobre el cosmos. Rodrigo Echeverri muestra obras sobre la actividad minera ancestral y comercial.
BOGOTÁ
Galería Instituto de Visión
Abel Rodríguez, Carolina Caycedo y Tania Candiani:
‘El árbol de la abundancia’
Hasta diciembre 13
Los artistas presentan pinturas, esculturas e instalaciones que surgieron de una reflexión sobre el agotamiento de los recursos naturales en el planeta.
24 ARTERIA Ed. 70 Septiembre - Octubre 2019
BOGOTÁ
Cortesía del espacio
Abel Rodríguez /Cortesía del espacio
Cortesía del espacio
Cortesía del espacio
Lugares de arte amigables con los perros xxx
Cortesía del espacio
Cortesía del espacio
Sergio Mantilla /Cortesía del espacio
Cortesía del espacio
Cortesía del espacio
BOGOTÁ
Galería La Escalera Exposición colectiva: ‘La tierra que habito: un llamado intergeneracional al cuidado de nuestro planeta a través del arte’ Octubre 10 al 25
Esta es la primera muestra de un proyecto que presenta a pintores, escultores, fotógrafos y actores, de diferentes edades, quienes, a través de su trabajo, hablan de la importancia de cuidar el planeta. En esta ocasión participan María Margarita Sánchez, Laura Lucía Duque, Paula Vanessa Molina, Mario Acevedo Medina, Ricardo Villegas y Patricia Ortega.
BOGOTÁ
BOGOTÁ
BOGOTÁ
Alonso Garcés Galería
Lina Leal: ‘Inside’
Hasta finales de octubre
La artista partió de objetos cotidianos, como paredes, pañuelos, espejos, escaleras y telas, para crear las obras que componen esta muestra. Según la curadora Ibis Hernández Abascal, “cada pieza expuesta remite a una historia y atesora en su interior fragmentos de secretos que la artista coleccionó y reinterpretó”.
Galería Beatriz
Esguerra
Arte Carol Young: ‘Objeto de contemplación’ Hasta septiembre 27
La ceramista uruguaya expone 26 esculturas, hechas con fragmentos de arcilla, cuyo tema es la propia contemplación del espectador de las obras.
Sketch Galería
Iñaki Chávarri y Adriana Rosell: ‘Con un pie en la tierra’ Hasta noviembre 16
Para esta exposición, el artista español (1982) y la venezolana (1988), ambos radicados en Colombia, crearon dibujos e instalaciones a partir de la relación entre el hombre, la naturaleza y el entorno.
BOGOTÁ
Espacio El Dorado
Rosa Navarro: ‘9 Caligramas’
Alejandro Salcedo: ‘Pedaló’
María José Chica: ‘Calendarios’ Hasta noviembre 2
BOGOTÁ
Carta Abierta Galería Harto Colectivo: ‘Laboratorio flotantes’ Hasta noviembre 30
Esta exposición reúne el trabajo de 14 artistas plásticos que participaron en el ‘Laboratorio artístico para artistas flotantes’, proyecto ganador de la Beca de Programación en Artes Plásticas Red Galería Santa Fe 2019, que fue desarrollado por Lina Henao, María Fernanda Graciano, Ana Roa y José Forero. Las obras están inspiradas en palabras que se usan en las escuelas de arte, museos y ferias, entre otros espacios.
BOGOTÁ
SGR Galería Mario Arroyave: ‘Tejido humano’ Bob Rose: ‘Accidentes felices’ Hasta septiembre 28
Mario Arroyave exhibe una videoinstalación inspirada en la percepción de la realidad. Bob Rose presenta una serie de obras centradas en el paisaje, influenciadas por la escena artística tropical colombiana en 2019.
Rosa Navarro muestra una serie de fotografías tomadas en los años 80, que giran en torno al lenguaje, el gesto y la autorepresentación. Estas obras fueron exhibidas como parte de la exposición ‘Mujeres radicales’, que se presentó, en 2017 y 2018, en el Hammer Museum, en Los Ángeles; en el Brooklyn Museum, en Nueva York; y en la Pinacoteca de San Pablo, Brasil. Los artistas Maria José Chica y Alejandro Salcedo presentan pinturas, fotografías y videos en exposiciones individuales, pero relacionadas entre sí.
BOGOTÁ
En esta muestra, los artistas denuncian las acciones que afectan el equilibrio de los ecosistemas cuando prevalecen los intereses económicos sobre las riquezas naturales.
Johanna Arenas exhibe paisajes hechos con trozos de tela. Juan José García presenta estructuras en metal y madera, que construye a partir de imágenes de la naturaleza y de las torres utilizadas en las industrias de energía. Evelyn Tovar presenta un bloque que creó con fotografías, reproducidas en litografía, de un bosque que ya no existe, el cual talla como metáfora de la extracción de recursos naturales.
SUBACHOQUE
Galería Jeymarte
Carlos Toro Torres: ‘Dos artes, una vida’ Septiembre 21-octubre 6
Lucía Gómez: ‘Expresiones arquetípicas’ Octubre 13-noviembre 3
En esta exposición, Toro exhibe 32 fotografías a color -impresas en vinilo sobre acrílico transparente y aluminio-, sobre la flora y fauna de distintos lugares de Colombia. Gómez presenta 24 obras abstractas en técnica mixta, para las que utilizó fibras, arena, óleos y tintas, entre otros elementos.
SAN JERÓNIMO
Otra Zona Galería de Arte
Alejandro Ochoa: ‘Mosca’ Hasta octubre 5
Esta muestra reúne 10 dibujos hechos con rapidógrafo, un video y varios ready made, que surgen de una deconstrucción de lo sonoro, lo pictórico y las nuevas tecnologías.
25 ARTERIA Ed. 70 Septiembre - Octubre 2019
Otros 360° Galería
Johanna Arenas, Evelyn Tovar y José García: ‘Deforestación’
Hasta octubre 5
Carlos Toro Torres /Cortesía del espacio
Cortesía del espacio
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Jorge González /Cortesía del espacio
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Cortesía del artista
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Desde la lejana Weimar (Alemania), con amor
Guillermo Vanegas*
Hace cuatro años publiqué en esta columna una revisión de la migración hacia Estados Unidos de la Bauhaus, escuela de artediseño-arquitectura fundada cien años atrás en una Alemania en vía de (más) autodestrucción, entre cuyos méritos se cuenta el haber perfilado lo mejor y más bello de la industrialización y la estandarización (a pesar de la godarria de sus compatriotas).
Primero que todo, hay que imaginar que se convivía en un país que intentaba superar –con cargas infinitamente más pesadas de odio que de humildad (como aquí)– una derrota militar pésimamente administrada por sus generales y políticos (como aquí), cuya industria había sido desmantelada por vía de decretos intervencionistas (como aquí) y cuya población enfrentaba la amenaza del trabajo informal –cuando conseguía–(como aquí).
Ahora, hay que pensar en una población de intelectuales prácticos, interesados en hacerse sentir con lo único que habían hecho durante toda su vida: solucionar problemas. El experimento duró catorce años.
Si se tradujera a lenguaje de hoy el manifiesto con que Walter Gropius lanzaba su iniciativa en abril de 1919, podría decirse que en él le exigía a la clase creativa de su tiempo dejar de vivir empendejada con sucedáneos de economía naranja, de soñar con capitales semilla que solo les iban a significar un futuro de deudas impagables y que jamás volviera a decir ‘unicornio’, para referirse al negocito que había abierto en un local feo que no visitaba nadie, con una paginita web hipergenérica y permanente saldo en rojo.
Más libros
El problema, decía el arquitecto, tenía que ver con otra cosa. Por ejemplo, resolver una crisis por medio de la creación de valor. Según afirmaba en su manifiesto: “arquitectos, pintores y escultores deben volver a conocer y concebir la naturaleza compuesta de la edificación en su totalidad y en sus partes.
Sólo entonces su obra quedará de nuevo impregnada de ese espíritu arquitectónico que se ha perdido en el arte de salón”. O sea, enfrentar la cotidianidad con más realismo que emprendedurismo.
Y para eso era necesario propugnar por una formación de artistas capaces de hacer para la industria, de conocer un amplio grupo de posibilidades técnicas para modificar, adaptar y fortalecer sus ideas, y que entendieran que la díada función-ahorro era de obligatorio cumplimiento, pues vivían en un contexto socioeconómico asfixiado por una inflación de proporciones de corrupción política latinoamericana.
De paso, recordaba en la más pura clave materialista. que toda obra de arte, –de verdad, toda, amigo artista–, era resultado de una labor artesanal. Que cualquier procedimiento que implicara la acción manual sobre cualquier tipo de materia era, sí, un hecho espiritual, pero, antes que nada, mundano.
“¡Formemos pues un nuevo gremio de artesanos sin las pretensiones clasistas que querían erigir una arrogante barrera entre artesanos y artistas! Deseemos, proyectemos, creemos todos juntos la nueva estructura del futuro, en que todo constituirá un solo conjunto, arquitectura, plástica, pintura y que un día se elevará hacia el cielo de las manos de millones de artífices como símbolo cristalino de una nueva fe”, alentó el mismo Gropius.
Esa fe era la de la producción inteligente en masa. Ahora bien, como señala la especialista Éva Forgács, el proyecto no apareció de la nada, pues el arquitecto lo venía incubando desde 1910, cuando hizo pública su propuesta para el establecimiento de un gremio de arquitectos, fundado en una base estética unificada, cuyo enfoque sería “la economía, la velocidad y la eficiencia, sin perder de vista las posibilidades tecnológicas [que permitieran arribar] al concepto del edificio prefabricado”.(1)
Tampoco dejó de contar con los enemigos de siempre que, adelantándose a la gleba nazi, veían en el ímpetu de Gropius un marcado distanciamiento del perfil de prohombres que marcaron la estética alemana como Goethe o Schiller. Para esa gente (colegas del arquitecto, artistas, profesores de la escuela de bellas artes anterior, ciudadanos entrometidos), lo ideal no era reconstruir un país nuevo sobre la devastación que había dejado la guerra, sino, más bien, restaurar la tradición cultural del pasado porque ¿qué otra cosa hacer sino seguir mirando hacia atrás siempre?
Gropius respondió eliminando la posibilidad de contratar a sus paisanos optando por “artistas con puntos de vista y reputación europeos, que no se dejaran intimidar con los estrechos términos de las tradiciones de Weimar”. (2) Lo cual le trajo más problemas e inició la eterna lucha que este dispositivo de producción de conocimiento habría de enfrentar.
Ahora hay que imaginar que apareció un Sindicato Libre para la Protección de los Intereses de la Ciudad (de Weimar), que en un mitin realizado ocho meses después de la publicación del panfleto, invitó a Gropius para expresarle su desconfianza por la reo-
rientación de la vieja escuela. La respuesta del arquitecto, en vez de atacar a sus enemigos, fue pedirles paciencia y una veeduría constante respecto a los logros que hubiera de arrojar el experimento. Sin embargo, y quizá previendo los tiempos actuales, le recordaba a la multitud engodada “que un mitin no era un foro lo suficientemente cualificado para tomar decisiones en un área como la artística y que debía restringirse al debate de asuntos prácticos”. Bauhaus sí, pero no así.
Como era de esperarse, sus némesis, no dejaron de atacarle con las acusaciones de arte degenerado, arte espartaquista-bolchevique, arte extranjerizante, arte judío. Incluso hubo un retoño de estudiante de la propia Bauhaus, recordó las fuentes de las que bebía el verdadero arte alemán (“personalidad, energía y voluntad” (3)) y reclamaba la presencia de “hombres de hierro y acero” y “un liderazgo que se enfocara en el ‘carácter esencial del ser alemán’”.(4)
Todo apuntaba al fracaso de la empresa, pero, a pesar de su corta duración y de la inflamable retórica de sus contradictores, Gropius fue capaz de sacar adelante su idea, de ponerle orden a un nuevo mundo desagradecido que después sólo lo recordaría en conmemoraciones centenarias. Ojalá la gente no fuera tan así.
Notas:
1.- Éva Forgács, The Bauhaus Idea and Bauhaus Politics. Central European University Press. Budapest, Londres, Nueva York, 1991, pág. 1.
2.- Ibíd. pág. 38.
3.- Ibíd. pág. 39.
4.- Ibíd. pág. 40.
* Psicólogo, curador, crítico y docente universitario feliz de ver hermosos atardeceres mientras el mundo se va desmoronando poco a poco.
la escena Jaime EdicionesIregui Uniandes 672 pp. 18x22.1 cm.
Este catálogo evidencia el proceso, producción y exhibición de la muestra ‘Estructuras del vacío’, una instalación de sitio específico concebida por la artista colombiana Lydia Azout para el corredor peatonal de la carrera sexta, entre calle 24 y calle 26, en donde se ubica el acceso principal al Museo de Arte Moderno de Bogotá. Esta instalación estuvo compuesta por cinco elementos circulares concéntricos, que llevaban al visitante hacia el último elemento, el cual se convirtió en el punto de fuga de toda la composición.
Este libro es un homenaje al artista José Horacio Martínez, que muestra tres décadas de su trabajo. Está acompañado por una semblanza del artista realizada por el periodista y docente Carlos Patiño Millán, por el artista y curador Óscar Roldán, que analiza la obra desde aspectos estéticos, y por el crítico Miguel González, quien hace una reflexión de la obra en el contexto latinoamericano. Esta publicación presenta una recopilación de sus obras y sus reflexiones sobre el arte.
En su libro, el curador e historiador de arte Santiago Rueda, muestra cómo un grupo de artistas, cada vez más amplio, ha interrogado y usado las sustancias (i)lícitas para problematizar el fracaso de las políticas institucionales en la guerra contra las drogas. Obras con plantas prohibidas, performances sobre el consumo, videos y dibujos sobre las fumigaciones aéreas, fotografía documental, entre otros temas, son algunos ejemplos.
Este es el tercer libro que Rueda publica sobre la problemática de las drogas y el arte.
Esta publicación presenta debates del campo del arte contemporáneo en el portal digital Esfera Pública. Aborda seis temas sobre los que se ha reflexionado reiteradamente en este foro y que ponen en evidencia problemas del arte local y de la escena internacional, como crítica al arte político, el auge y la estandarización de los espacios de artistas, la crítica y el papel de los medios, debates en torno al Salón Nacional de Artistas, la crisis de instituciones como la Galería Santafé y el Museo de Arte Moderno de Bogotá.
26 ARTERIA Ed. 70 Septiembre - Octubre 2019 Celebraciones
Pintura inagotable José Horacio Martínez Editado por Taller de Edición 97 pp.
Lydia Azout Editado por el Museo de Arte Moderno de Bogotá 48 pp. 21.5 x 25.5 cm.
Plata y plomo Santiago Rueda Editorial Crítica 232 pp.
Pensar
Un siglo de la Bauhaus: lo que enfrentó Gropius para sacar adelante su grande y breve proyecto.
GUÍA NACIONAL
BOGOTÁ
GUERRERO ESPACIO GALERÍA / ACADEMIA DE ARTES GUERRERO
Calle 45 # 18A-25 Tel: (1) 3298150 guerreroespaciogaleria.com www.artesguerrero.edu.co
CRISPETA GALERÍA
Carrera 9A # 61-84 Tel: (1) 5417587 www.crispetagaleria.com Hasta noviembre 26
‘Efectos especiales’: Mario Orbes. ‘Unidos con la muerte’: Exposición colectiva.
‘Eréndira lado B’: Arturo Valdez. ‘Artificialia exótica’: Leo Carreño.
GALERÍA ESPACIO ALTERNO
UNIANDINOS
Calle 92 # 16-11 Tel: (1) 6162211 Ext 107 ó 135 www.uniandinos.org.co Hasta octubre 25
‘Overwrite’: Julián Angarita, William Aparicio, Sergio Mantilla, Jaime Patarroyo, Álvaro Rodríguez, Carlos Serrano y Jorge Luis Vaca.
GALERÍA EL MUSEO
Calle 81 # 11-41 Tel: (1) 7447588 www.galeriaelmuseo.com Hasta octubre 13 ‘La tercera expedición’: Gabriel Silva. ‘A cielo abierto’: Pilar Aparicio. ‘Versión doméstica’: Marco Mojica. ‘Profundidad cautiva’: Manuel Calderón.
LA BALSA ARTE
Carrera 9 # 73-44 Local 2B Edificio Calle 73 Tel: (1) 3122327 www.labalsaarte.com Hasta noviembre 7 ‘Artistas de La Balsa’: Pablo Mora, Miguel Cárdenas, Isidoro Adatto, Nicola Lo Calzo, Priscilla González, Jorge Marín, Ramón Laserna, César del Valle, Bilal Chahal, Ana María Velásquez, Rodrigo Callejas y Margarita Besosa.
MUSEO SANTA CLARA
Carrera 8 # 8-91
Tel: (1) 3424100 ext 1613 www.museocolonial.gov.co Hasta noviembre 10 ‘Provocarse el archivo’: Eduar Moreno. X Premio Luis Caballero.
MUSEO COLONIAL
Carrera 6 # 9-77 Tel: (1) 3424100 www.museocolonial.gov.co ‘Tercer festival de arte y decolonialidad’: Fixonder Hiupa, Maja Daconte, Guache, Aldibey Talaga, William Cardona, Eliana Muchachasoy, entre otros.
GALERIA NEEBEX
Calle 75 # 22-30 Tel: (1) 3227646 www.neebexgallery.com
NC-ARTE
Carrera 5 # 26B-76 Tel: (1) 2821474 / 2820973 www.nc-arte.org Hasta septiembre 28 ‘Pieter Vermeersch’.
TIPIA LAB
Carrera 22 # 72-12 Int 2 Tel: 318 6397691 www.tipialab.com
LAMAZONE
Carrera 3A # 63-58 Tel: 3479629 www.lamazone.com Hasta noviembre 11 ‘Inesperada’: Feliza Bursztyn, Eduardo Ramírez Villamizar, Fanny Sanín, Pedro Ruiz y otros 17 artistas colombianos.
GALERÍA SEXTANTE
Carrera 14 # 75-29
Tel: 2101253 / 2101256 www.artedos.com Hasta noviembre 11 ‘Acto velado’: Santiago Parra.
BIBLIOTECA NACIONAL DE COLOMBIA
Carrera 24 # 5-60 Tel: 3816464 www.bibliotecanacional.gov.co Desde octubre 24 ‘200 años después: Nadín Ospina y representaciones indígenas’
GALERÍA LA COMETA
Carrera 10 # 94A-25 Tel: 6019494 www.galerialacometa.com
MUSEO DE ARTE MODERNO DE BOGOTÁ
Calle 24 # 6-00 Tel: 2860466 www.mambogota.com Hasta octubre 6 ‘Bienal Sur’: Betsabeé Romero. Hasta octubre 13 ‘Salón crisol’: Exposición colectiva. Hasta noviembre 3 ‘45 Salón Nacional de Artistas’ ‘En el fértil suelo - La Travesía’: María Elvira Escallón. X Premio Luis Caballero. Hasta noviembre 28 ‘David Manzur’
GALERÍA ESPACIO
EL DORADO
Carrera 4A # 26C-37 Tel: 7495808 www.espacioeldorado.com ‘9 Caligramas’: Rosa Navarro. ‘Calendarios’: María José Chica. ‘Pedaló’: Alejandro Salcedo.
GALERÍA DE ARTE MONTEALEGRE
Calle 100 # 17A-12 Tel: (1) 6917007 / 6917006 www.montealegregaleriadearte.com.co
LA CASITA
Calle 86 # 27-85 Tel: 3399654 bogotalacasita@gmail.com
BERNAL ESPACIO
Calle 80 # 12-55 (Sede temporal). Tel: 3183257113 www.bernalespacio.com Hasta septiembre 21 ‘(In)visible: el umbral de lo sublime’: Marina Abramovic, Tacita Dean, Olafur Eliasson, Óscar Muñoz, Thomas Ruff, José Antonio Suárez Londoño, Hiroshi Sugimoto, Miroslav Tichy, Isidoro Valcárcel Medina y Francesca Woodman.
CARTAGENA
GALERÍA SANTO DOMINGO D’ARTE
Carrera 3 # 33-81 Centro Histórico, Interior 4 Tel: (5) 3108159 / 3116668152 Facebook @santodearte
NH GALERÍA
Carrera 2 # 33-36 Centro Histórico Tel: (5) 6640561 www.nhgaleria.com Desde noviembre 15 ‘Hematomas’: Aldemar Muñoz.
CASA MUSEO RAFAEL NÚÑEZ
Calle Real # 41-89 Barrio El Cabrero Tel: (5) 6609058
SAN JERÓNIMO, ANTIOQUIA
OTRA ZONA GALERÍA DE ARTE
San Jerónimo, Vereda Llanos de San Juan Tel: 320 8921835 normanbotero@gmail.com Hasta octubre 5 ‘Mosca’: Alejandro Ochoa.
MEDELLÍN
LA BALSA ARTE
Calle 10 # 40-37 Tel: (4) 4795505 www.labalsaarte.com Hasta septiembre 20 ‘Todos lo sabemos todo’: Isidoro Adatto Mandowsky.
GALERÍA DUQUE ARANGO Carrera 37 # 10A-34 Tel: (4) 43524065 www.galeríaduquearango.com
LOKKUS ARTE CONTEMPORÁNEO
Carrera 36 # 10A-35 Tel: (4) 2996999
Agosto 8 al 22 www.lokkus.com
‘Primero fue la gallina’: Daniela Serna, Alejandro García y Francisco Cifuentes.
PEREIRA
MUSEO DE ARTE DE PEREIRA
Avenida Las Américas # 19-88 Tel: (6) 3212903 / 3172828 www.museoartepereira.org Hasta octubre 20
‘Una línea de polvo. Arte y drogas en América Latina’: Santiago Rueda. ‘Cartografías de la espera’: Sofía Gaviria.
‘Murmurio’: Exposición colectiva. ‘Bienal de arquitectura y urbanismo’.
ROLDANILLO, VALLE
MUSEO RAYO
Calle 8 # 8-53
Tel: (2) 2297290 / 2298623 www.museorayo.co Hasta noviembre 9
‘Obra gráfica’: Wilfredo Lam y Francisco Toledo.
‘Esculturas’: Pedro Ángel.
‘Obra huésped’: Roberto Matta. ‘Humor Rayo, dibujos, pinturas y grabados’: Ómar Rayo.
MONTERÍA
MUSEO ZENÚ ARTE
CONTEMPORANEO (MUZAC)
Calle 29 # 7-75
Tel: (4) 7823870 / 3157446402 Octubre 3 al 22
‘Go West’: Abdu Eljaiek.
SANTA MARTA
MUSEO BOLIVARIANO DE ARTE CONTEMPORÁNEO
Av. del libertador, Quinta de San Pedro Alejandrino
Tel: (5) 4332994 / 4331021 www.museobolivariano.org.co Hasta octubre 2
‘De Barcelona a Santa Marta’ Haste enero 31 de 2020.
‘Introspectum’: Edwin Jimeno.
BARRANQUILLA
MUSEO DE ARTE MODERNO DE BARRANQUILLA
Carrera 56 # 74-22
Tel: (5) 3690101 / 3609952 www.mambq.org Hasta octubre 24
‘Alcántara’: Pedro Alcántara.
27 ARTERIA Ed. 70 Septiembre - Octubre 2019