Cuando se añora una casa ajena
Laura Guzmán Díaz Cultura yEntretenimiento“Me fui por la violencia en Colombia ymetocó una pestaña de esa violencia, pero no me quiero comparar con una víctima”, reflexiona la artista colombiana Ángela Pulido, quien presenta su exposición ‘Testimonios espaciales’ en la Galería Cafam de Bellas Artes en Bogotá, hasta el próximo 27 de mayo.

Pulido partió de su expe-



riencia personal para crear estaexposición, que se centra en mostrar cómo aquellos que han sido desplazados por la violencia yvuelven
gar tratan de hacer una reconstrucción através de sus recuerdos.



“En 2007 viví en el Chocó y acompañé aunas comunidades que estaban regresando a sus tierras, pero ya no recordaban cómo eran ni cómo usarlas. En este regreso se sintieron más ajenos que incluso cuando estaban en el lugar al que habían llegado como desplazados”, dice Pulido, quien estudió artes plásticas en la Universidad de Co-
lumbia College de Chicago.
Para sus obras, la artista usó materiales de construcción –cemento, drywall y madera–. Lo hizo como una metáfora, pues afirma que le “hice eco alaimposibilidad de construir”.
Por ejemplo, los asistentes alamuestra podrán encontrar una serie de cuatro paisajes hechos en hilos de colores, que representan la desorientación alaque se enfrenta una persona que ha pasado por algún proceso de exilio.
“Más allá de hablar sobre la guerra,setrata de pensar en cómo son esos paisajes y cómo van aser esos sentimientos; es hablar desde un tercer espacio”, dice la artista.

En su obra, Pulido habla de tres espacios: el primero, el lugar donde creció; el segundo, ese al que tuvo que partiren los años 90 –en su caso, su hogar en Estados Unidos–, yeltercero, se refiere aunespacio que se crea en la mente al regresar.
Esto también se ve atravésde otrasobras, como las figuras de madera, que se asemejanalas de un ‘tangram’, yque representan diferentes espacios de casas en las que la artista ha habitado.

“Es una forma de ver cómo serían estos espacios que no son ni de aquí ni de allá. Visualmente se puedan poner juntos, pero arquitectónicamente nunca se podrían construir juntos. Están en la mente, pero no los puedes encontrar en un mapa”, concluye Pulido.