Tema 5
La planificación financiera
5.1 El paso de previsiones económicas a previsiones financieras Entre el plan financiero de una empresa y su plan económico hay diferencias de la misma naturaleza que las existentes conceptualmente entre los cobros y los ingresos de un período. Por una parte, el plan económico se resume en una cuenta de resultados previsional que, en última instancia, depende de las previsiones de ingresos y de los gastos periodificados (correspondientes a estos ingresos), es decir, los costes. Y por otra parte, el plan financiero se resume en un estado de origen y aplicación de fondos previsto, concretado en la variación de disponible prevista (cash-flow previsional), que depende de las previsiones de cobros y pagos. El plan económico indica el resultado probable, de seguir las tendencias que se han previsto o las opciones de política empresarial que han dado contenido al plan. La cifra final, el resultado previsto, es, en los casos más normales, un óptimo en el sentido de máximo (dentro de una política a medio-largo plazo). El plan financiero depende estrechamente de las operaciones previstas en el plan económico, y con su cifra final (variación prevista en el disponible) debe mostrar si financieramente el plan económico es viable. Su criterio de optimización no es el de maximizar un valor, sino, fundamentalmente, el de verificar que se produzca un equilibrio financiero en el plan anual global. Tanto en valores contables (históricos) como previstos, hay dos maneras de presentar, expresar o explicar el conjunto de los movimientos financieros y su expresión en forma de la cifra-resumen que denominamos variación del disponible, o valor del cash-flow neto, de un período (en adelante VD): La primera, o forma desarrollada, es la que utiliza, comparándolos, los distintos flujos de cobros y pagos que se han producido durante el período; la diferencia entre los dos conjuntos de flujos financieros es, lógicamente, la variación del disponible. Es la forma 137
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
más usual en la práctica cuando se trata de efectuar el control financiero para un período corto; por ejemplo, un mes: D = disponible (caja y bancos) C = cobros P = pagos Dinicial + (C1 + C2 + ...) - (P1 + P2 + ...) = Dfinal o bien ∑C - ∑P = cash-flow = Dfinal - Dinicial La segunda, o forma sintética, consiste en partir del resultado contable como origen de fondos básicos y efectuar las correcciones necesarias para llegar al cash-flow o VD. Estas correcciones son, lógicamente, las que se derivan de las diferencias existentes entre los flujos económicos respectivos (ingresos y costes) y los financieros (cobros y pagos). Así, por ejemplo, que los cobros de los clientes no sean igual a los ingresos por ventas, se refleja en una variación del saldo de la cuenta de clientes; variación que constituye una de las correcciones a efectuar sobre el resultado para llegar a la variación del disponible (VD). Y la diferencia entre los pagos por compra de factores (proveedores, personal, etc.) y los costes de la cuenta de resultados del período, se refleja en unas variaciones en las cuentas de proveedores, existencias y en aquellas que ilustran la periodificación de gastos. Si, además de lo anterior, consideramos los cobros y los pagos por movimientos de capital (créditos concedidos, cancelados; ampliación de capital, reparto de dividendos y pago de impuestos sobre beneficios, y pago, y pago por inversiones), habremos completado el cuadro de elementos a tener en cuenta para pasar del resultado previsional al cash-flow previsional. Obviamente, el estado de origen y aplicación de fondos o estado de cash-flow y su significación son los mismos, tanto si nos referimos a previsiones como a datos reales, por lo que se remite a un repaso previo sobre el tema, en base al material que no le será difícil encontrar al lector en textos de contabilidad. La diferencia está, en nuestro caso, en la perspectiva adoptada . Normalmente, y a modo de breve resumen conceptual, el estado de origen y aplicación de fondos consiste básicamente en formular las siguientes relaciones: ORIGEN DE FONDOS
APLICACIÓN DE FONDOS
Resultado del período ∆ del disponible + ∆ del resto de cuentas de pasivo(*) + ∆ del resto de cuentas de activo + ∇ de cuentas de activo + ∇ de cuentas de pasivo (*) = entre ellas la de amortización acumulada obteniéndose los distintos valores a partir de la comparación entre el balance de situación del período y el del anterior período. La perspectiva temporal es lo único que varía al hablar de previsiones, puesto que no es la situación final la que se conoce, sino las variaciones previstas en las cuentas del balance de situación correspondiente al momento inicial del período que se está planificando. En consecuencia, las anteriores relaciones que determinan la VD o cashflow se establecen de la siguiente manera:
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Joaquim Vergés
LA PLANIFICACIÓN FINANCIERA
∑ ( prevista ) de cobros − ∑ ( prevista ) de pagos = = R ' + ∆ ' ( −∇ ' ) {resto de cuentas de pasivo} −
∆ ' ( +∇ ' ) cuentas de activo = ∆ ' disponible ( = cash - flow neto) Lógicamente cuando estamos tratando de previsiones, las variaciones de las cuentas son las que se deducen de la propia previsión económica y de las opciones de política comercial exterior que han servido para ayudar a configurar el propio plan económico. Así, por ejemplo, las variaciones (en valores monetarios) en las existencias dependen, por una parte, de los programas de venta-producción-compras y, por otra, de los índices de rotación establecidos como óptimos, y las variaciones en los saldos de cuentas de clientes y proveedores dependen de estos mismos programas y de la política de condiciones comerciales que se piense seguir en la venta, en el descuento bancario y en la compra, respectivamente. A este respecto, como esquema de cálculo de la VD, utilizaremos el siguiente: DETERMINACIÓN DEL VD (O CASH-FLOW) PREVISIONAL (CFP) Resultado Previsto................................................................................. (+) Amortizaciones cargadas a las previsiones de los costes............................................................................................... CASH FLOW
..
R'
.
CAm'
P . B ru to
(-) Incrementos de los stocks (+ disminuciones) (-) Aumentos de los saldos de clientes (+ ∇ ) (+) Aumentos de saldos de proveedores (- ∇ )
X X X
V a ria c ión neta del c irculante CASH FLOW P. Comercial
Movimientos de capitales (-) Pagos por inversiones (+) Aumentos (-) disminuciones de capital (+) Aumentos (-) disminuciones de créditos (-) Pagos por beneficios
X X X X
C A S H -FLO W P R E V ISIO N A L N E T O
V A R IA C I Ó N P R E V IS T A e n e l D I S P O N IBLE
= VD'
= DISPONIBLE PREVISTO - DISP. DE PARTIDA
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LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
5.2 Concepto de equilibrio financiero ex-ante Un plan económico con unos resultados previstos relativamente elevados, técnica y comercialmente posible de llevar a cabo, puede ser, sin embargo, ser rechazado porque la previsión financiera concretada en el estado de cash-flow muestre un desequilibrio negativo; es decir, que la variación prevista que representa en el disponible, dejaría a éste por debajo del valor mínimo necesario para la buena marcha de la empresa. Diremos entonces que el plan económico no es financieramente viable, puesto que conduciría a la empresa a impedirle atender sus pagos. En términos más generales, existe un desequilibrio financiero potencial cuando la previsión financiera muestra que la variación prevista del disponible será tal que el nivel de disponible que resultaría al final del período planificado es, o bien inferior, o bien superior al disponible medio necesario, dado el volumen de operaciones que la empresa prevea realizar. En el primer caso, estamos ante un plan económico no viable; en el segundo, ante un sobrante potencial de recursos financieros, que, de aplicarse de algún modo, permitirían mejorar el propio resultado previsto. De aquí se deriva un hecho diferencial importante entre la previsión económica y la financiera, y es que ésta última puede requerir un proceso reiterativo de ajustes hasta lograr que el conjunto de previsiones económico-financieras garanticen un equilibrio financiero ex-ante. Este proceso reiterativo puede ilustrarse con el esquema de la página siguiente. Partiendo del disponible en el momento inicial del período planificado (Di) y determinando el disponible mínimo óptimo 43 que en promedio necesitará la empresa para dicho período (Do), la cifra final del anterior estado de cash-flow previsional (VD’) permite determinar si, de acuerdo con tales previsiones: —el plan global es equilibrado (Si: VD’ = Do - Di) —el plan global supone una infrautilización de los recursos financieros (Si: VD’ > Do - Di) —el plan global no es financieramente viable (Si: VD’ < Do - Di) Esto significa, como se ha indicado antes , que en algunos casos será necesario calcular más de una vez la VD’. Si, por ejemplo, el exceso del disponible inicial es nulo (Do = Di) y la primera determinación del VD’da una cifra negativa (VD< 0), esto significa que el plan económico inicialmente establecido para la empresa no puede llevarse a cabo sin colocar a ésta ante la perspectiva de un desequilibrio financiero. Algún o algunos elementos del plan económico o de las propias previsiones sobre crédito comercial o sobre movimientos de capital deberán cambiarse para evitar esto; lo que significa calcular un nuevo estado de cash-flow previsional. Y así hasta obtener una situación en que VD’ = Do - Di.
43
El sentido de «óptimo» no se refiere aquí a ningún aspecto relacionado con la rentabilidad, sino a la cantidad de los recursos monetarios que conviene mantener en promedio en forma de cuentas corrientes bancarias y caja, a fín de que la empresa pueda realizar las operaciones comerciales previstas sin tensiones de liquidez. No es posible concretar una fórmula precisa para su cálculo, puesto que además del factor volumen y tipo de operaciones, depende de numerosos factores más incluidos en lo que genéricamente podemos denominar relaciones de la empresa con el exterior. Ello no es contradictorio con el hecho de que, para una empresa en funcionamiento, la práctica le proporcione un conocimiento empírico suficientemente fiable de cual debe ser, en cada caso, dicha magnitud.
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LA PLANIFICACIÓN FINANCIERA
Pasemos primero a tratar la determinación cuantitativa de VD’ y después el proceso de ajustes necesario para llegar a una previsión financiera de equilibrio ex-ante. e
P R E V IS IO N E S
VD = Variación de Disponible necesario para alcanzar un Disponible final de equilibrio
CUENTA DE E C O N O M IC A S
RESULTADOS P R E V IS IONAL
i/o C O N D IC IO N E S D E i/o
C R E D I T O C O M E R C IAL ESTADO DE
C O B R O D E C L IE N T E S
CASH-FLOW
D E S C U E N T O B A N C A R IO
P R E V IS IONAL
PAGO A PROVEEDORES
VD' ? e VD' >< VD
M O V IMIE N T O S de CAPITAL PAGOS P O R INVERSIO N E S
VD' < VDe
VD'=VD e
M O V IMIE N T O S D E CREDITOS M O V IM. DE CAPIT A L E S P R O P IO S
PLAN GLOBAL N O V IABLE
e VD'>VD PLAN E Q U ILIBR A D O
El Plan de Resultados es mejorable CALCULO BALANCE P R E V IS IO N A M O D IF IC A R
F IN P R O C E S O PLANIFICACION
5.3 Previsión de la variación de disponible (cálculo del cash-flow neto) 5.3.1 Previsiones sobre el circulante Básicamente, se trata de calcular las variaciones que, durante el ejercicio, y en función de las opciones y políticas que configuran el conjunto del plan, experimentarán las partidas de: A - Existencias (materias primas, productos en curso y productos acabados) 141
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
B - Clientes C - Proveedores (Ignoraremos, a título de simplificación, otras partidas del circulante, como gastos anticipados, deudores (por operaciones no de venta), gastos a pagar, impuestos a pagar, etc.) A. Existencias Dado que generalmente partimos de previsiones económicas y uno de los elementos de ésta es la variación planeada en las respectivas existencias, el problema se reduce a valorar, según los costes unitarios internos previstos, las variaciones previstas en unidades físicas, con lo que directamente se obtendrá la variación en valor de las existencias, que es necesaria para el cálculo de la variación de disponible prevista (VD’). A modo de ampliación a lo que ya se ha tratado en el apartado correspondiente a las previsiones económicas sobre como conviene alcanzar la variación planificada de existencias, empezaremos por indicar que éste cálculo puede realizarse ya sea por estudios adhoc respecto al estoc de seguridad (el equilibrio entre evitar rupturas de estoc y tener excesiva inversión en existencias) para cada producto, primeras materias y producciones en curso, o bien aproximares a tal equilibrio de forma global —para cada grupo de existencias— mediante la definición de índices de rotación óptimos44 Veamos esta segunda alternativa, por ser de aplicación más general. Un índice de rotación se define en general como: Movimiento de existencias (en valor ) MOV r= = Nivel medio (en valor ) o saldo medio E Supongamos por ejemplo que se estudia el proceso de compra-consumo de las materias primas en la empresa en cuestión y que se llega a la conclusión de que en promedio deben entrar en almacén un mes y medio antes de consumirse (o, lo que es equivalente, que la existencia mínima de seguridad es igual al consumo de 1,5 meses), entonces se está definiendo como óptimo un índice de rotación anual igual a 8. Es decir, que en promedio las existencias en almacén se renovarán enteramente 8 veces al año (período total de tiempo/«período de maduración» = índice de rotación; 12 meses/1,5 = 8). Esto permitiría calcular cuál debería ser la inversión al hacer en promedio en materias primas, dado un determinado movimiento anual previsto: MOV' (materia prima.) E' (materia prima ) = r' (materia prima) El movimiento anual de materias primas puede ser tanto las compras como los consumos; el que sea uno u otro dependerá simplemente de en función de cuál de los dos flujos se utilizó para definir el índice de rotación previsto. No obstante, y dado que en la práctica no es corriente llegar a tal grado de precisión respecto a una variable que ya en sí es un índice global de diversas materias primas, la aproximación se puede considerar suficientemente válida utilizando indiferentemente uno de los dos valores (entradas o salidas) utilizado como numerador en la estimación del valor. Todo lo dicho puede extenderse a la previsión de las existencias de equilibrio o previstas para productos acabados y de productos semielaborados. 44
Cuando el número de elementos (materias primas y productos fabricados) es muy elevado, ésta es con frecuencia la forma usual de proceder en la práctica.
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LA PLANIFICACIÓN FINANCIERA
En general, para la determinación de los valores E’ tomaremos aquí, como movimiento anual de la partida correspondiente, las salidas previstas. Así pues: Existencias previstas o de equilibrio: Materias Primas
(Consumos de Materias primas)' = ∑i = Em' j r'm j
Pr oductos semielaborados
(Pr oducción Acabada)' = ∑i = Es' i r's i
Pr oductos acabados
(Pr oducción Vendida)' = ∑i = Ea' i r'a i
Siendo los correspondientes índices de rotación, los que definen el que la existencia resultante sea de equilibrio. El numerador de estas expresiones puede ser tanto unidades físicas como valores. Lo que dará lugar a una existencia de equilibrio o prevista expresada de una forma o de otra. No obstante la primera (en unidades físicas de cada materia prima, o cada producto) es preferible cuando lo que se ha de determinar es cuál debe ser la variación de existencias a planificar. Esta variación de existencias dependerá, lógicamente, de cuales sean las existencias iniciales. Y, por otro lado, se trata de unos valores que ya habrán sido necesarios — como se ha visto en el tema 2— para el proceso de planificación económica, ya que son las variaciones previstas como óptimas para las respectivas existencias. s’ = E’ - E (inicial) lo que permite, en las primeras fases del proceso de planificación, el pasar de unidades de venta a unidades de producción (u’i ≠ q’i ) y de consumos de materias primas a primeras materias a comprar (C’j ≠ A’j). Dados estos pasos previos, en la fase de previsiones financieras la cuestión de determinar el valor monetario de la variación de las cuentas de existencias constituye un puro problema de valoración de las unidades físicas. la variación que experimentará el circulante en cuanto a existencias será, simplemente, la valoración de las respectivas variaciones previstas de existencias, en unidades, al coste unitario previsto correspondiente. Coste que deberá ser el mismo que el utilizado para la determinación del resultado previsto que figura como primera partida del estado de cash-flow. En resumen, y llamando ∆PA y ∆MP a los incrementos previstos, en valor, de las existencias de productos acabados y de materias primas, respectivamente: ∆PA = ∑ i sa ' i . x' i ∆MP = ∑ j sm' j . p' j De hecho, y como es fácil ver, esto equivale a aplicar un criterio de valoración LIFO en las existencias. En efecto: la variación de existencias se valora, según la explicación anterior, al precio «nuevo» (previsto); por tanto, las existencias finales quedan implícitamente valoradas a dos precios: una parte, igual a las existencias iniciales, al precio que figuraban en el balance; la otra, igual a la variación prevista, valoradas al precio «nuevo». Pero esto es precisamente lo coherente con la forma en que se ha calculado el resultado previsto, en el que el coste de todas las ventas previstas está calculado a precio de coste «nuevo». (Ver sobre esto, la parte final del punto 3.3.3)
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LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
Por supuesto, la VD, como variable financiera y externa (en definitiva es la diferencia entre la suma de los cobros y los pagos previstos, respectivamente) no puede depender, como es lógico, de cuestiones puramente internas como son los criterios de cálculo de los costes que la empresa decida aplicar a su contabilidad analítica. Ello no es contradictorio con lo señalado en el párrafo anterior. Como fácilmente se demuestra, el cálculo de la VD’ resultará idéntico sea cual sea el criterio de costes utilizado, siempre que se realice de forma coherente, es decir, que el criterio sea el mismo tanto en el cálculo del R’ como en el de las variaciones monetarias previstas para las existencias45 En resumen, que el criterio de valoración (costes unitarios) a aplicar al cálculo de la variación de existencias para la determinación del CFP, debe ser necesariamente el mismo que el que se utiliza para la determinación de la cifra de resultado con que empieza el mismo estado de cash-flow previsional (CFP). Sin embargo, conviene señalar que en la práctica puede resultar conveniente (y a veces necesario por falta de información) renunciar a la exactitud que representa la coherencia anterior. Debemos considerar que en previsiones financieras, las aproximaciones simplemente aceptables sobre una variable pueden ser suficientes, puesto que en estas previsiones de lo que se trata es de asegurar el equilibrio financiero ex-ante de la empresa, y es evidente que tal equilibrio no viene significativamente afectado por unos pocos miles de pesetas en más o en menos en los cálculos. En este sentido, a modo de aproximación aceptable a la variación (en valor) de las existencias a efectos del cálculo del CFP, se puede tomar el resultado de un calculo del siguiente tipo, respecto a las existencias de productos acabados: PA ' ≈ → ∆ PA ≈
∑(Pr oducción vendida ) i . x' i (Coste industrial de la venta )' = r' a r'a PA ' − PA ; ( PA = Valor de las existencias iniciales de productos acabados, segun balance)
Y por lo que se refiere a las existencias de materias primas: ∑(Consumos previstos de M. P.) j . p' j Cons. prev. (en valor ) MP' ≈ = rm' rm' → ∆ MP ≈
MP' − MP ; ( MP = Valor de las existencias iniciales de materias primas, segun balance)
Como puede observarse, lo anterior presupone valorar todas las existencias finales futuras a precio nuevo (previsto). El error de aproximación implícito consiste, pues, en la diferencia de valoración que esto supone respecto a las existencias iniciales. Diferencia que a los efectos de la previsión financiera puede considerarse poco significativa, siempre que el criterio de imputación o sistema de costes sea el mismo (condición que podemos aceptar como normal, ya que lo usual es que tanto el resultado previsto como la valoración de existencias iniciales en balance respondan al mismo criterio de imputación: el correspondiente al sistema de costes que tenga adoptado la empresa). Del mismo modo, en el caso en que la valoración directa para los productos semielaborados revista demasiada complejidad, podemos adoptar también el cálculo por 45
Como es bien sabido, al operar con un sistema de costes u otro, se produce una diferencia en el resultado obtenido, idéntica y del mismo signo que la diferencia que se obtiene en la valoración de las existencias finales.
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aproximación para el valor de la variación prevista a efectos de la determinación de la VD’: ∆ PS ≈ PS' − PS (Coste industrial de la producción acabada )' PS' ≈ r 's B. Clientes La inversión necesaria en saldos medios de clientes debe considerarse simultáneamente a la política de descuento bancario prevista. Para ello, resulta útil distinguir entre: (Ventas a cré dito)'x Financiación bá sicaa clientes = ∑ . tc' x = FBC' 360 x (donde ∑ hace referencia a la posibilidad de que hayan x bloques de ventas a crédito con diferentes plazos de cobro) que sería el saldo final de la cuenta de clientes si la empresa no recurriese al descuento bancario46, y ( Ventas a credito)' x Autofinanciación = ∑ x . ( tc' − td') x = Cl ' 360 (donde td = plazo de los efectos descontados a través de los bancos —es decir, días que faltan para el vencimiento de efectos, cuando éstos son descontados en el banco) Por otro lado, considerando que la financiación vía descuento bancario que utilizará la empresa («clasificación bancaria» a ocupar) es: FDB' =
∑ x ( Ventas a credito a descontar ) x V' . td ' x = ∑ x x . td ' x 360 360
entonces puede calcularse la inversión en saldos de clientes que realmente deberá financiar la empresa, simplemente como: Cl’ = FBC’ - FDB”
46
Puede interpretarse que la expresión propuesta es un tanto irreal, puesto que resulta de multiplicar la venta diaria por el plazo de cobro concedido a clientes., pero una venta diaria obtenida dividiendo la anual por 360 días. Sin embargo, obsérvese que cuantitativamente el resultado es el mismo que si se efectúa una formulación en principio más correcta que tenga en cuenta que domingos, festivos y, probablemente sábados, no habrá ventas. Sea, por ejemplo, 20 el promedio de días laborables de venta al mes. Entonces: VC' FBC' = . ( num. de veces que esta venta diaria se producira a lo largo de un periodo de 12 x 20 tc' dias naturales) = =
VC' 12.20
.
tc' 30
. 20 =
VC'
. tc'
12 x 30
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LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
Considerando que nos referimos, para las tres variables, a previsiones, una condición a verificar, antes de aceptar como viable la previsión CI’, es que la cifra calculada como clasificación bancaria a utilizar FDB’ sea no superior a la clasificación o «límite de descuento» con el que puede contar efectivamente la empresa del conjunto de los bancos con los que opera (= DB’)47. Es decir: Cl’ = FBC’ - FDB’ s.a. FDB’≤ DB’ Es importante señalar que cuando existen varios bloques de ventas con diferentes condiciones de cobro o descuento, es indiferente calcular FBC’, FDB’ y Cl’ como suma de sus diferentes componentes o determinarlos globalmente, utilizando plazos medios (pc’ y td’), ponderados según la importancia relativa de cada bloque de ventas. Así, por ejemplo: V' V' V' V' . ∑ x . tc' x = . tc' ; FBC' = ∑ x . tc' x = 360 360 360 VC' V' donde V' = ∑ V' x y tc' ( plazo promedio) = ∑ x . tc' x V' Adicionalmente, al efectuar la previsión se plantea el cálculo de los gastos de descuento; tema que, a pesar de que ya ha sido tratado la hablar de la previsión económica, haremos aquí una consideración breve. Supongamos que la previsión al respecto es de que este tipo de gastos será a razón de un 4,5% sobre la cifra descontada, si el plazo de descuento es de 90 días; y así proporcionalmente si es superior o inferior (3% para efectos a 60 días, por ejemplo). Entonces los gastos de descuento previstos (Dd’) serán: 0, 045 Dd'= (ventas a crédito a descontar) x ( . td' ) ≡ FDB' . 0,18 90 y, en general: Dd ' = ∑ x Vx ' . i' . td x ' ≡ FDB' . d ' . 360 donde i’ = tanto por uno de gastos por día (0,045/90, en el ejemplo) y x = los diferentes plazos de descuento (bloques de ventas).
47
Se entiende por clasificación concedida o disponible para la empresa, el importe máximo, en letras de cambio, que el banco está dispuesto a descontar (o mejor dicho, a tener descontadas y pendientes de cobro). Es decir, como una financiación permanente sobre efectos que van cambiando; en el sentido de que unos vencen y otros nuevos entran en juego. La empresa puede utilizar total o parcialmente esta clasificación. Sin embargo, habrá que tomar en consideración que la clasificación efectiva será ligeramente inferior a la nominal (=crédito concedido), ya que el banco no considera como cobrada un letra exactamente el día de su vencimiento, sino unos días después, como margen de seguridad. Esto significa que el plazo medio de descuento de los efectos que remite la empresa es superior desde la perspectiva del banco; lo que es fundamental para establecer la relación entre clasificación con la que se descuenta (DB’) y cifra que esto permite descontar (Vcd). Por otra parte, está el hecho de que si existe un cierto porcentaje «dev» de efectos devueltos que la empresa debe volver a descontar en el banco con vencimientos «y», la cifra a descontar será superior a Vcd. Estas dos cuestiones aconsejan establecer como relación más precisa: FDB' = Vd’ . (td + z) + Vd’.(dev).y 360 360 x 100
donde «z» es el promedio de días que la banca espera para considerar definitivamente cobrado un efecto descontado. (No obstante, para simplificar, prescindiremos, en la explicación que sigue, de estos dos elementos; es decir, que implícitamente supondremos que z = 0 y que dev = 0).
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Es decir, que esta previsión de gastos puede expresarse tanto en relación a la cifra de ventas descontada, como respecto al descuento bancario a utilizar; y ello independientemente de cual sea el plazo de descuento, como puede verse. Resumiendo, cuando los gastos del descuento consisten exclusivamente en intereses, si la clasificación a utilizar, está por algún motivo ya fijada (por ejemplo, porque es simplemente la que se dispone, siendo ésta inferior a la que sería necesaria para cubrir la política de descuento inicialmente prevista por la empresa y, en consecuencia, necesariamente de da que FDB’ = DB’), gastos que resultarán serán los mismos, tanto tanto si se utiliza tal clasificación con un cierto importe de ventas a unos plazos de descuento largos, con una cifra mayor de ventas a unos plazos de descuento más cortos. Esto no será así, sin embargo, en el caso más corriente de que los gastos de descuento consistan en un porcentaje fijo sobre las cifras descontadas (c= comisión de descuento), más un porcentaje variable en función del plazo de descuento (i = tipo de «interés»), puesto que, si bien el importe global por este segundo concepto será, por el mismo razonamiento anterior, el mismo sea cual sea la política de descuento de la empresa para utilizar al máximo la clasificación, el importe global del primer concepto será inferior cuando la cifra límite de descuento bancario se utilice con el menor importe de ventas descontadas; es decir, con los plazos de descuento máximos posibles. Ejemplo: Sean las ventas previstas de 720 millones, todas ellas con plazo de cobro de 90 días y descontables. Se prevé descontarlas todas a los 30 días de cada operación. La clasificación de descuento disponible para la empresa es de 100 millones en términos efectivos (115 millones - 15 al considerar que en promedio los bancos retardan unos cuantos días la consideración de un efecto liquidado por el librado). Y los gastos serán de un 0,5% de comisión más un interés del 1,5% mensual. En resumen: DB’ = 100; tc’ = 90 i’ = 0,015/30 (por día) V’ = 720;td’ = 60 c’= 0,005 El descuento bancario necesario a utilizar según tales previsiones sería: 720 FDB' = . 60 = 120 360 lo que no sería posible, ya que DB’ = 100. Por tanto, necesariamente, FDB’ deberá ser igual a DB’ = 100. Por otra parte, la financiación básica de clientes será: FBC' =
720 . 90 = 180 360
y, en consecuencia, si se prevé utilizar al máximo el descuento bancario, el saldo previsto de clientes será: Cl’ = FBC - FDB’ = 180 - 100 = 80 Ahora bien, la utilización plena de estos 100 millones de clasificación puede hacerse, en principio, de dos formas alternativas extremas: 1) Descontar todas las ventas previstas, pero con un plazo de descuento inferior al inicialmente previsto (td” < td’), y que habría que determinar: 720 100 = td " → td" = 50 dies 360
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LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
siendo entonces los gastos de descuento = 720 x (
0, 015 . 50 + 0, 005) = 21, 6 30
2) Descontar, con el plazo de descuento previsto, no todos sino una parte de las ventas girables (V” < V’). Parte que habría que determinar: V" 100 = 60 → V" = 600 360 0, 015 siendo en este caso los gastos de descuento= 600 x ( . 60 + 0, 005) = 21 30 Es evidente que sería contradictorio, al hacer la propia previsión económica, no tener en cuenta que la opción a elegir debe se en estos casos, lógicamente, la segunda: financieramente son equivalentes, pero económicamente es más barata la segunda. (Obsérvese que la parte de gastos por intereses es idéntica y que lo que varía es la cifra de «comisión» (0,005 x (720 — 600)). C. Proveedores Pasemos ahora al cálculo de la variación prevista en el saldo de proveedores. Se trata de calcular el importe previsto como saldo final para el período presupuestado, cuya diferencia con el saldo de partida nos dará la variación a considerar en el CFP. Y este saldo final lo podemos determinar tomado, por una parte del programa económico, las compras previstas y, por otro, las condiciones de pago medias que se esperan conseguir para el período presupuestado: Pr' =
Compras previstas . tp' ; ( tp' = plazo medio pago prev.) 360
(La misma observación de la nota 46 es aplicable aquí, así como lo expuesto al tratar sobre clientes cuando hay condiciones de pago diferentes para determinadas partes del importe total).
5.3.2 Previsiones sobre movimientos de capital Este apartado se refiere a la previsión de todos los movimientos financieros que no corresponden a las operaciones mercantiles corrientes de la empresa. Es decir, y siguiendo la clasificación introducida en el modelo para el cálculo del CFP: A. Pagos por inversiones B. Movimientos de créditos bancarios (o de otro tipo, p.e. obligaciones). C. Movimiento de recursos propios (ampliaciones/reducciones de capital) D. Pagos por beneficios de ejercicios anteriores (dividendos e impuesto sobre beneficios, generalmente) A. Pagos por inversiones Como puede verse, no se trata aquí del problema de decidir qué inversiones deben realizarse y con qué distribución temporal (cuestión que constituye precisamente una de las partes importantes de la planificación estratégica y por la que serían de aplicación las técnicas que se estudian en el campo temático de la economía de la empresa dedicado al
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LA PLANIFICACIÓN FINANCIERA
análisis y selección de inversiones), sino, más simplemente, de programar los pagos por inversiones, una vez éstas están ya efectuadas o simplemente decididas. La base de partida aquí es el programa de inversiones para el año, que a su vez debe ser una simplificación del programa de inversiones a largo plazo, así como ser coherente con los programas de actividad (producción y ventas, principalmente) establecidos para el año. Asimismo, conviene recordar que la planificación de las inversiones no se adapta bien a la convención contable de dividir el tiempo en períodos anuales. La realización física de muchas inversiones industriales comporta bastante tiempo, y abarcan, frecuentemente, parte de un año y parte de otro. Por otra parte, las compras de bienes de capital suelen tener condiciones de pago muy especiales; p.e. una entrada a la firma del contrato, un nuevo pago a la instalación de la máquina y el resto en plazos trimestrales, etc. Por esto, al plantearnos la cuestión de las previsiones financieras, más que de planificación de las inversiones, resulta más adecuado hablar de la previsión de los pagos por inversiones , a efectuar durante el ejercicio planificado; correspondan estos pagos a inversiones físicamente realizadas en años anteriores, a realizar en el año presupuestado o a realizar en el año siguiente. Es decir, que si el problema básico en la gestión económica es programar temporalmente los diferentes proyectos de inversión para que la realización de las actividades programadas de producción, venta y compra sea técnicamente posible (es decir, que se disponga de los medios técnicos necesarios), el problema práctico financieramente es periodificar los pagos derivados de los diferentes proyectos de inversión –afecte o no su realización efectiva al año presupuestario— para determinar cuales de estos pagos deberán realizarse dentro del año. Ejemplo de previsión de pagos por inversiones Detalle Proyectos
Pagado ejercicio anterior
A pagar en el ejercicio presup.
Total
Ene
Feb
a pagar posteriormente
Mar
I) Realizados a) ... ... b) ... II) En curso c) ... ... . . III)A realizar . . .
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Conviene señalar aquí, como elemento distintivo, que la repercusión contable al balance provisional no será la misma para las partidas derivadas de I) (disminución del pasivo) que de II) o III) (que serán generalmente de aumento de activo), si bien queda claro que a efectos de CFP tienen el mismo signo. B. Movimiento de créditos (o de exigible financiero) La previsión aquí puede ser muy elemental. Por una parte, existirán unos vencimientos fijados para los créditos de financiación que en el momento del cálculo figuran en el balance de la empresa como créditos a pagar. Y, por otra, se trata de plasmar en la previsión las expectativas en cuanto a la obtención de nuevos créditos. Todo ello debidamente periodificado para el ejercicio sobre el que se hace la previsión y acompañado del cálculo de los intereses correspondientes, que deberán haberse tenido en cuenta lógicamente al determinar el resultado previsto (generalmente dentro de los costes fijos comunes). Es importante destacar (respecto a este tipo de previsiones) la lógica dependencia de estos movimientos de capital respecto de los resultantes tanto de los movimientos estrictamente mercantiles como de los pagos por inversiones considerados anteriormente. Los movimientos del exigible financiero son lo que, en principio, se prestan más a actuar como elementos de ajuste para el equilibrio financiero, que es el objetivo de las previsiones que ahora consideramos. Este ajuste puede ser tanto en aumento como en disminución, según sea el valor de las partidas anteriores, el disponible inicial y el nivel de disponible considerado como mínimo para el período planificado. Todo ello suponiendo que la empresa esté en realidad en condiciones de tomar decisiones efectivas respecto a endeudarse en mayor o menor grado, y sin olvidar que tal tipo de ajustes se referirán al exigible financiero a corto plazo (un año)48 Lo mismo puede aplicarse a los movimientos de capitales propios. Así, resulta evidente que una posible acción ante un CFP que muestre un desequilibrio negativo es reducir o anular el pago de dividendo que inicialmente se había previsto en la primera versión del CFP.
5.4 El equilibrio financiero en la planificación Supongamos, en principio que el cash-flow previsto muestra una variación prevista del disponible, VD’, que supone un desequilibrio. Y, para simplificar, supongamos que es concretamente un desequilibrio negativo; es decir, que el plan no es financieramente viable. Di + VD’ < DO
Z = DO – (Di + VD’)
48
El enfoque bajo el que estamos considerando aquí las previsiones financieras en general es el de un plan de carácter anual; su aplicación a períodos de previsión mensuales es, no obstante, directa si se dispone, claro está, de las previsiones económicas a dicho nivel. Por el contrario, la forma de estimar tanto las variaciones en circulante como los demás movimientos del estado de CFP para previsiones a largo plazo —por ejemplo, períodos de cinco años— presenta unas características algo diferentes, aunque el esquema conceptual sea básicamente el mismo. Véase en este sentido, como ejemplo, el planteamiento de F.Merlo en Finanzas de la empresa, cap «Planificación y Técnicas de Presupuestos Financieros»(pp. 73 a 77 y 86 a 87), que se basa fundamentalmente en las previsiones a largo plazo; URQUIJO,J.L. y otros Planificación financiera de la empresa (Caps XIX y XX), y RIVERO,P. Cash-Flow pp. 225 a 231.
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Z = magnitud de desequilibrio negativo potencial (donde Di = Disponible inicial, i DO = Disponible óptimo o de equilibrio) (Lo que sigue a continuación será, sin embargo, de aplicación al caso contrario, cambiando simplemente el signo de los ajustes). Los ajustes posibles serán en este caso: 1. Modificar las previsiones sobre exigible financiero o sobre recursos propios, reduciendo los pagos previstos (o consiguiendo nuevos cobros, vía créditos) en una cifra igual a la diferencia Z). 2. Modificar las condiciones de crédito comercial para alcanzar el mismo objetivo, ya sea aumentando el plazo medio de pago a los proveedores, o reduciendo el plazo medio de cobros a otorgar a los clientes, o bien aumentando el recurso al descuento bancario. 3. Reducir, independientemente o simultáneamente a 1) y 2), la inversión neta necesaria en fondo de maniobra (circulante menos la financiación a proveedores) a base de reducir la propia previsión de ventas. Es evidente que si no existen posibilidades del tipo 1) o 2), esta tercera posibilidad podría ser la única solución, puesto que significaría que, dadas las posibilidades de financiación de la empresa y las limitaciones del crédito comercial, el plan económico no es viable, por lo que debería ser su propia base, las ventas, la magnitud que debería ajustarse a la baja. Resulta fácil deducir, cómo cualquiera de los anteriores ajustes —con la excepción del primero, en el caso que el desequilibrio potencial se resuelva simplemente disminuyendo la previsión de pago de dividendos a los accionistas— originará unos costes, efectivos o de oportunidad; es decir, que modificará el resultado previsto inicial, y por consiguiente, el propio cash-flow o VD’. Existe pues, una cierta situación circular a la hora de determinar la magnitud del ajuste, como podremos ahora ver.
5.4.1 Ajustes ex-ante vía exigible Supongamos que el desequilibrio potencial es de 25 millones, y que se conoce que existe la posibilidad de obtener, si fuese necesario, un nuevo crédito durante el año planificado hasta una cifra de 40 millones, con un interés del 16,5. Entonces el ajuste debería consistir en utilizar esta posibilidad para acordar un crédito, no de 25 millones, sino exactamente de 29,94 millones. Z = Desequilibrio potencial = ∆ Exigible financiero - (Gastos adicionales para tal decisión) 25 = X - X . 0,165 → X = 29,94 millones De considerar esta solución como la más conveniente económicamente (representa reducir el resultado previsto en 4,94 millones) y también en cuanto a la política de la empresa respecto al exterior, la inclusión de esta modificación daría lugar a un nuevo CFP con dos variantes sobre el anterior: mayor financiación por movimientos de capital (29,94), e inferior financiación por menor resultado (4,94) representando, en conjunto, una mejora neta de 25 millones y, por tanto, un VD’ de equilibrio. Una solución similar exige —pasando a las alternativas de modificar el exigible comercial— el pensar en aumentar el plazo medio de pago a proveedores. Supongamos
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que, efectivamente, la empresa tiene la posibilidad de negociar con determinados proveedores plazos de pago superiores a los previstos, bajo la condición lógica, de pagar en contrapartida unos gastos de aplazamiento del orden de un 1,8% por cada 30 días de más (y así proporcionalmente si el aplazamiento es diferente). El planteamiento general, en este caso, sería: Aumento del Gastos adicionales Desequilibrio = Saldo Pr evisto − por al arg amiento del potencial de Pr oveedores plazo de pago Z=(
Compras' 0,018 tp" − Pr') − Compras ' . . ( tp" − tp') 360 30
tp’ = plazo medio de pago inicialmente previsto tp”= nuevo plazo medio de pago a establecer para las compras Pr’ = saldo de proveedores inicialmente previsto y, más simplemente, (dado que Pr’ = compras’/360 . tp’), el nuevo plazo medio debería ser tal que: Z=
Compras' 0,018 ( tp" − tp' ) . (1 − .360) 360 30
El ajuste por esta vía puede tener que plantearse en la práctica en otros términos: ¿sobre qué parte de las compras previstas debe conseguirse una cierta ampliación del plazo de pago, por ejemplo, de 60 días adicionales?. La respuesta puede ser determinada de diversas maneras. Por ejemplo, puede deducirse fácilmente a partir de saber que el promedio ponderado de los dos, y en general «x», plazos de pago resultantes debe ser necesariamente igual al valor anteriormente determinado para tp”. (1 – α) . tp’ + α . (tp’ + 60) = tp” donde la única incógnita es el coeficiente α (= fracción de las compras previstas que pasarían a un plazo de pago 60 días superior), y la respuesta en sí sería que deben conseguirse plazos aumentados en 60 días para una parte de las compras, igual a un (α·100) por ciento de las compras previstas totales. Otra forma alternativa en que puede plantearse lo anterior es cuando la empresa conoce que sólo una parte (A) determinada de las compras previstas puede pensarse en obtener una extensión de los plazos de pago. La cuestión entonces estribaría en determinar qué alargamiento en el plazo de pago de debería conseguir de tal fracción de las compras previstas, para alcanzar el equilibrio financiero ex-ante: Comp' − A A + ( tp'+ w ) ⋅ tp"=tp'. Comp' Comp' siendo: A = la cifra de compras sobre la que puede negociarse una prolongación del plazo de pago. w = prolongación, en días.
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Familia de soluciones Obsérvese que la solución que se halla con el primer planteamiento en términos de pagos medios, tp”, define de hecho una «familia de soluciones», puesto que un plazo medio determinado, tp”, puede entenderse de diversas(indefinidas) formas o combinaciones cada una de las cuales constituye una solución específica. Así, una de estas es precisamente la resultante del segundo planteamiento, que consiste en pasar un (α.100) por ciento de las compras a un plazo de pago concretamente 60 días más largo. Y otra solución de la misma familia es la resultante del tercer planteamiento, que consiste en el hecho que una parte de las compras, concretamente A pesetas, pase a tener un plazo de pago w días más largo. Y, como es fácil deducir, todas las soluciones de una misma familia conllevan asociado el mismo coste. Por ejemplo, en los tres casos anteriores: 0,018 0,018 0,018 Comp'⋅ ( tp"− tp' ) ≡ (α ⋅ Comp') ⋅ ⋅ 60 ≡ A ⋅ w 30 30 30 aunque cada solución específica resulta bastante distinta desde la perspectiva de la política comercial hacia los proveedores.
5.4.2 Ajustes ex-ante vía clientes/descuento bancario Pasemos ahora a analizar la alternativa de modificar el crédito comercial a clientes, para lo cual deberemos considerar simultáneamente la posible modificación en la utilización del descuento bancario. Por supuesto, las dos posibilidades básicas son (siguiendo con el supuesto de que la previsión financiera inicial presenta un desequilibrio negativo): A. Aumentar el recurso al descuento bancario B. Disminuir el plazo de cobro de clientes o bien una combinación de ambas. A. Aumentar el recurso al descuento bancario Esta alternativa requiere, o bien que las previsiones iniciales suponían dejar una parte de la clasificación disponible sin utilizar (FDB’ < DB’), o bien que se piense en la posibilidad de que puede conseguirse una ampliación de clasificación. En cualquier caso la pregunta sería: qué descuento bancario adicional se necesitaría utilizar (∆FDB’) para resolver el desequilibrio mediante esta vía. Para contestar a esta pregunta es necesario tomar en consideración que el reflejo financiero de aumentar el recurso al descuento bancario se concreta en una reducción idéntica del saldo previsto de clientes. (Circunstancia que significa necesariamente pasar a descontar ventas que a priori no estaba previsto descontarlo, o aumentar el plazo de descuento previsto de las que ya se preveía descontar): Desequil.(défi − saldo Pr ev. ∆ Gast . de Descuento =∇ − cit ) potencial Clientes para alcanzarlo Z = (C1' − C1") − ∆ Dd ' 153
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A.a) Alternativa de, manteniendo la política de descuento bancario en cuanto a plazos, descontar más ventas girables. Sea Vd’ el importe que se preveía inicialmente descontar, y Vd” el nuevo importe (Vd” > Vd’); entonces la condición para determinar Vd” será: Vd ' Vd" V' V' Z= tc' − td ' − tc' − − ∆ Dd ' = 360 360 360 360 =
Vd" − Vd ' td ' − ∆ Dd ' = ∆ FDB' − ∆ Dd ' 360
(Solución sujeta, por supuesto, a que el valor Vd” sea igual o inferior al total de ventas a crédito girables según la previsión y a que el nuevo valor FDB” (= FDB’ + ∆FDB’) no sea superior al límite concedido por los bancos, DB’.) A.b) Alternativa de mantener la cifras inicialmente previstas a descontar, pero prolongando los plazos de descuento previstos. Prescindiendo de las ventas no girables, al no afectar éstas a la variación que se persigue en el saldo previsto de clientes, la condición que determina el nuevo plazo de descuento que permitirá equilibrar el plan es: Vd ' x Vd ' x Z=∑ ⋅ ( tc' − td ' ) x − ∑ ⋅ ( tc'− td") x − ∆Dd ' ; td" > td ' x 360 x 360 s. a.: td" ≤ tc' ; FDB" ≤ DB' Vd ' x ⇒ Z=∑ ⋅ ( td" −td ' ) x − ∆ Dd ' = ∆ FDB' − ∆ Dd ' x 360 Lo anterior no significa que ambas alternativas sean en el fondo idénticas, puesto que el incremento de gastos de descuento puede ser diferente en un caso y en otro (y, en consecuencia los valores ∆FDB’ respectivos no serán necesariamente idénticos). Veámoslo detallando ∆Dd’ para la alternativa A.b: Dd" Z=
Dd'
.
Vd ' . ( td" − td ' ) − [ Vd ' (co'+ i' . td") − ( Vd ' (co'+ i' . td ')] 360 co’ x 100 = porcentaje fijo de gastos de descuento («comisión») i’ x 100 = porcentaje de gastos por día («interés»)
donde la única incógnita es el nuevo plazo de descuento medio td”; deduciéndose, a partir de éste, el incremento necesario de descuento bancario (∆FDB’) para solucionar el déficit potencial. Ahora bien, como se ha indicado antes, debe cumplirse una condición para que el valor numérico deducido para ∆FDB’ pueda considerarse válido: que realmente sea posible pasar de td’ a td”. En efecto, supongamos que de la ecuación anterior resultase que td” debe ser igual a 120 días, cuando el propio plazo de cobro es de 90 días; eso significaría que tal td” es imposible, puesto que éste no puede ser, lógicamente, superior al de cobro. Una segunda condición necesaria es, por supuesto, que el propio ∆FDB’ sea posible, bien porque es inferior a la parte que no se preveía 154
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ocupar de las clasificaciones disponibles (DB’ - FDB’), o bien porque es factible para la empresa conseguir el incremento necesario sobre la cifra inicial DB’ Volviendo a la comparación de las dos alternativas, obsérvese que esta segunda resultaría más barata, puesto que el porcentaje fijo de comisión se aplica sobre la cifra inicialmente prevista a descontar, que es inferior que la que presupone la alternativa A.a). B) Disminuir el plazo de cobro a clientes Veamos ahora el posible ajuste vía reducción del plazo de cobro medio concedido a clientes. En principio esto tendrá el efecto de reducir la FBC’ y, en consecuencia, el saldo previsto de clientes, si esto no obliga a reducir también el recurso al descuento bancario; es decir, la reducción en el plazo de cobro no debe ser superior al plazo de autofinanciación previsto; de lo contrario, cualquier reducción adicional no representaría ningún efecto financiero neto (excepto para las ventas a crédito no descontables), ya que la reducción adicional en la FBC’ comportaría al mismo tiempo una reducción en el descuento bancario utilizado. El planteamiento general sería, en el caso de que pueda mantenerse el plazo medio de descuento: Déficit potencial = (Cl’ — Cl”) - [∆ gastos necesarios para pasar a Cl”] V V Z = ∑ x ⋅ ( tc' − td ' ) x − ∑ x ⋅ ( tc" − td ') x − ∑ Vx ⋅ b ⋅ ( tc' −tc") x 360 360 s. a. 1) tc" x ≥ 0 ; ∀ x 2) tc" x ≥ td ' x , ∀ x (b = tasa de bonificación ofrecida a los clientes para conseguir que acepten anticipar el plazo de cobro; en tanto por uno por día anticipado) Expresándolo en términos de autofinanciación (tc-td) = ta: V ⇒ Z = ∑ x ⋅ ( ta ' − ta") x − ∑ Vx ⋅ b ⋅ ( ta ' − ta") x 360 s. a. ta ' x ≥ 0, ∀ x y, para simplificar, pasando a utilizar plazos promedios: 1 ⇒ Z = V’ · (ta' -ta") · ( - b) 360 donde la incógnita es el nuevo plazo medio de autofinanciación ta”: siendo la reducción media en días a obtener de los clientes: (ta - ta”), y el nuevo plazo de cobro: tc” = ta” + td’. Y, como es evidente, la condición para que la solución del déficit potencial sea posible íntegramente a través de esta vía, es que ta” no puede ser negativo. Si el planteamiento anterior diese efectivamente un valor ta” negativo, significaría que la reducción del plazo de cobro de clientes puede representar una solución para una parte del déficit potencial, pero no para su totalidad. Veámoslo en un ejemplo numérico. Supongamos que: V’ = Venta a crédito, descontable = 480 millones tc’ = 90 días DB’ = 70 millones, de donde se dedujo como previsión: FDB’ = 70; 480 y, en consecuencia: Cl' = . 90 -70 = 50 360 lo que significa que no es posible descontar a 90 días toda la venta girable, por lo que o bien: 155
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Venta a descontar: Vd' =
70x360 = 280 millones 90
o bien: Vd' = 480 millones ; → td ' = 360 .
70 = 52, 5 dias 480
Suponemos también que, una vez calculado el cash-flow previsional, la variación de disponible es tal que equivale a un déficit potencial de Z = 45 millones. Suponemos también que puede conseguirse acortar los plazos de cobro a clientes a cambio de ofrecerles una bonificación con un descuento extraordinario del 2% por cada 30 días de reducción. ¿Cuál debería ser tal reducción? (Supondremos que de las dos alternativas anteriores la escogida fue la segunda: Venta a descontar 480; td’ = 52,5 días). 1 0, 02 45 = 480 · (90 - 52,5 -ta") . ( − ) → ta" = -6,9 días 360 30 lo cual es, evidentemente, imposible. Visto desde otra perspectiva, tal solución aritmética formalmente supone lo siguiente: 480 44, 4 = 59,2 Reducción del saldo previsto de clientes = 360 Reducción de R' (bonificación a clientes) = 480 x diferencia………
0, 02 44 , 4 30
= 14,2
--------45,0
que, si bien aritméticamente representa una variación favorable neta de 45 millones sobre la previsión inicial, es sencillamente imposible, puesto que no es factible disminuir 59,2 millones el saldo previsto de clientes, por la sencilla razón que, como hemos visto antes, era tan sólo de 50 millones. Sin embargo, aplicando el mismo esquema de cálculo en sentido inverso, partiendo del hecho de que la máxima reducción posible es de 50, llegaríamos a la conclusión que eso es posible con una reducción a cero del ta”, lo que implica unas bonificaciones a clientes de: 0 , 02 ( . 37 , 5 . 480 ) = 12 millones 30 y, por consiguiente, representa una solución parcial del déficit previsto para un valor neto de (50 — 12 =) 38 millones. Es decir, que si se lleva a cabo este ajuste financiero ex-ante, quedaría aún un déficit potencial de (45 - 38 = ) 7 millones por cubrir. Finalmente, se puede dar el caso antes enunciado de que la reducción del tc’ sea una buena vía de ajuste financiero (por ejemplo, que sea la más barata), pero que tal reducción implique necesariamente una disminución del recurso previsto al descuento bancario (bien sea una disminución del plazo de descuento, bien de la cantidad a descontar). En este caso, una expresión genérica para cubrir el déficit previsional por esta vía, sería del tipo: Z = (Cl’ — Cl”) — (Bonificación a clientes, por anticipar el plazo de cobro — disminución de los gastos de descuento previstos, por descontar en menor medida). 156
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5.4.3 Ajuste ex-ante vía variación cifra de ventas Dado un déficit potencial, una última posibilidad es disminuir las necesidades de financiación a base de reducir el propio nivel de ventas. Esto tendrá efectos financieros de signo positivo y negativo: por una parte será necesaria una menor inversión en circulante, pero, por otra, también disminuirá algo la financiación de proveedores, y la que proviene del propio resultado previsto, que también, lógicamente, disminuirá al verse reducidas las ventas. Lógicamente, la condición necesaria para que tenga sentido plantear este tipo de ajuste es que el primer tipo de efectos sea cuantitativamente superior al segundo (circunstancia que no necesariamente se dará en todos los casos). Consecuencias de una reducción en la previsión inicial de ventas: efectos s/ los flujos económicos de la previsión efectos financieros ∇Financiación básica de clientes (FBC') ∇Coste de las ventas(CIV') → ∇Coste producción (CP') ∇Consumos (CM') → ∇Compras (COM') ∇Margen de contribución Efecto neto sobre el CFP (VD') →
→
(+) (+)
→
(+)
→ →
∇Cl' ∇PA (+) ∇PS ∇MA (-) ∇Pr' (-) ∇R'
(=)
Para determinar qué disminución de la venta prevista (X pesetas) es necesaria para anular el déficit potencial (Z pesetas), conviene determinar el efecto neto sobre el CFP, de acuerdo con lo que se ha comentado anteriormente, para una disminución concreta de las ventas. Sea por ejemplo, «z» pesetas, el efecto neto cuando la venta disminuye en 1 peseta. Entonces la respuesta sería: Z Reducción necesaria en el plan de ventas → X = z Ahora bien, una cuestión aparte es que tal reducción pueda ser aceptada como conveniente. Si resultase, por ejemplo que X es del orden del 75% de la venta prevista, parece obvio pese a que el ajuste financiero debería venir por otra vía, no por esta de la reducción del nivel de ventas. Veamos, pues, la forma de determinar el coeficiente «z» de efecto neto sobre la VD’, ocasionado por una reducción de la venta prevista en 1 peseta. Este coeficiente será la suma algebraica de los coeficientes correspondientes a cada una de las magnitudes financieras que cambian al variar la previsión de ventas: z = z(Cl) + z (PA) + z (PS) + z (MP) - z (Pr) - z(R) Consideremos en lo que sigue cada una de estas variaciones parciales: 1) ∇ Cl’ derivada de una ∇V’ En principio deberemos considerar tres posibles situaciones para el cálculo. La primera, que el descuento bancario disponible (DB’) sea inferior a lo que la empresa
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necesitaría según la previsión, para poder financiar a través de él todas las ventas girables. Entonces una disminución de ventas, si no es excesivamente importante, conllevará una disminución en la financiación básica a clientes, y en las misma cuantía en el propio saldo de clientes previsto, dado que se seguirá utilizando la misma financiación vía descuento bancario. (FDB’=DB’). Supongamos el ejemplo numérico anterior: (V’ = 480; tc’= 90 días DB’ = 70; Cl’ = 50) si la reducción de ventas prevista fuera, por ejemplo, X = 60 millones, tendríamos: 420 FBC"= . 90 = 105 ; C1" (nuevo)=105 − 70 = 35; ∇ C1' = 15 360 es decir: ∇ FBC' = ∇ C1' puesto que la empresa sigue utilizando la misma financiación de descuento bancario (70 millones) a pesar que las ventas son inferiores. Lo que ha cambiado es, o bien el plazo de descuento, que ahora sería de 60 días, en lugar de los 52,5 anteriores; o bien si se descontaba a 90 días, se seguirán descontado 280 millones igual que anteriormente. Es decir, que en cualquier caso, la financiación vía descuento bancario continua siendo la misma (70 millones). Así pues, si la magnitud de la reducción de ventas se estima que va a ser tal que el descuento bancario a utilizar puede seguir siendo el mismo, la variación correspondiente del saldo previsto de clientes puede plantearse como: tc' tc' ∇ C1' = ∇ FBC' = ∇ V' . ct ' . = X . ct ' . 360 360 s.a. FDB" = FDB' donde ct’ = plazo de medio de cobro siendo entonces tc’/360 = z(cl), el coeficiente para una variación de una peseta. Una segunda posible situación es que cualquier variación sobre la venta prevista vaya ligada a la condición de mantener constante el plazo de descuento bancario y que, en consecuencia, el descuento bancario a utilizar (así como el saldo previsto de clientes) variará proporcionalmente a la variación de las ventas. Así, en el ejemplo numérico anterior: 480 480 420 420 si ∇V' = X = 60 → ∇C1' = ( . 90 − . 525 , )−( . 90 − . 525 , )= 360 360 360 360 60 . (90 − 525 ,) ∇ C1' = = 625 , ; FDB" (nuevo) = 6125 , 360 y en general: ta' 360 siendo en este caso ta’/360 el coeficiente z=(Cl) correspondiente a la reducción de una peseta.
∇ C1 = X .
Ahora bien, como puede verse en el caso de situación de déficit, la hipótesis de que el plazo de descuento se ha de mantener sin variación es, en principio (y salvo excepciones), simplemente contradictoria con el propio objetivo perseguido de 158
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solucionar un déficit potencial, ya que supone renunciar a utilizar una parte de la financiación de descuento bancario disponible. En consecuencia, esta segunda alternativa no parece lógica, a no ser que aparezca aconsejada por razones extraeconómicas; por ejemplo, la política de imagen externa de la empresa (ante los bancos o los clientes). La tercera posibilidad a considerar es que la disminución necesaria en el programa de ventas fuera tan importante que resultase que la nueva previsión de ventas no permitiera, de hecho, utilizar todo el descuento bancario disponible, por lo que el que realmente pueda utilizarse será -contrariamente a lo supuesto en la primera posibilidad- inferior al previsto. En consecuencia, ya no puede afirmarse que la variación en el saldo de clientes será idéntica a la variación en la FBC. Supongamos, en el ejemplo anterior, que la reducción de ventas que resultase aritméticamente del planteamiento, como necesaria para solucionar el déficit financiero potencial, fuese precisamente de 230 millones; entonces: Cl" = FBC" - FDB" 250 250 C1" = . 90 − . 90 = 0 ; ∇ C1' = C1' = 50 360 360 es decir, toda la FBC” (= 62,5) sería financiado mediante el descuento bancario, de manera que este se utilizaría precisamente hasta un nivel igual a 62,5 y sería imposible, por tanto, utilizar totalmente los 70 millones de los que se dispone. La expresión calculada para la primera posibilidad (∇Cl’ = ∇V’·tc’/360) no resultaría, pues, válida para este tercer caso (obsérvese que da una ∇Cl’ de 57,5 millones, lo que resulta imposible ya que el máximo es de 50). En este caso, y en términos generales, la variación de Cl’ al disminuir las ventas exigirá, pues, considerar, además de la disminución de la FBC, la disminución del FDB’; presuponiendo que se recurre al máximo posible al descuento bancario fijado el nuevo nivel de ventas previsto (inferior), por lo que, en caso necesario, el plazo de descuento podría alargarse hasta su máximo: td’ = tc’49 49
Supongamos concretamente que toda la venta prevista girable se esperaba descontar, por lo que toda reducción de ésta conllevará reducir la financiación vía descuento bancario: sea ct’·100 = porcentaje de ventas que son a crédito y ctg’·100 = porcentaje de ventas que son a crédito y girables (ctg’≤ct’) ⇒
V ' . c tg' . td ' = FDB' < DB ' ; td ' ≤ tc' 360
y designamos : X = ∇ V’ entonces: ∇ Cl = Cl' - C1" = ( FBC' - FDB') - (FBC" - FDB") = (V '− X ). c tg' V ' . ct ' (V '− X ). ct ' = tc' − FDB' − . tc' − . td ' = 360 360 360 =
(V '− X ) . c tg' X . ct ' . tc' − FDB' − . td ' = ∇ FBC ' − ∇ FDB' ≡ 360 360
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2) ∇ de existencias previstas de productos acabados (PA’), derivada de una ∇V’ Dada una reducción en las ventas ∇V’=X, esto representará una reducción del coste industrial previsto de las ventas (∇CIV’) y, por tanto, en la existencia de equilibrio de los productos acabados: ∇ CIV' ∆ PA ' (∇ V' ) ⇒ ra ' donde ra’ es el índice de rotación establecido como óptimo en la previsión. La reducción en el flujo de costes puede calcularse directamente: ∇CIV’ = ∑∇ui·x donde ∇ui es la disminución buscada sobre la previsión de ventas, expresada en unidades de artículos (∑∇u’i·p’i = X) o bien puede estimarse de forma simplificada50 como: CIV' ∇ CIV' = X . V' en este caso podemos deducir la reducción en las existencias, determinando: ∇ CIV' CIV' 1 ∇ PA ' ( ∇ V' ) = = X. . ra ' V' ra ' donde la expresión que multiplica a X es el coeficiente por peseta de venta en que se reduce la previsión [z (PA)] Ahora bien, de acuerdo con el principio de que una variación de existencias debe valorarse, a efectos de movimiento financiero, según el mismo criterio aplicado para el
∇ Cl ' ≡ X .
ct ' . tc' − c tg' . td ' V ' . c tg' + td ' − FDB' 360 360
donde el primer quebrado sería el coeficiente por peseta de reducción sobre la venta prevista. El paréntesis será nulo, puesto que, si tal como hemos supuesto antes, las disponibilidades de descuento bancario permitían descontar todas las ventas girables de la previsión inicial y, por tanto, FDB’ = V’·ctg’·td’/360 En el caso contrario (cuando FDB’ = DB’ = Vd·td/360; Vd’ (=venta a descontar según la previsión inicial) < V·ctg’), es fácil observar que aparecerá una reducción adicional para un determinado valor, puesto que además de la disminución proporcional de Cl’ habrá una disminución complementaria porque inicialmente había unas ventas forzosamente autofinanciadas por falta de disponibilidad de descuento bancario. Esta disminución complementaria dependerá de la disminución de las ventas forzosamente autofinanciadas. Así si, para simplificar, suponemos que todas las ventas son a crédito y girables (ct=ctg=1), y que la reducción X es igual o mayor que las ventas forzosamente autofinanciadas (V’ - Vd’), la reducción del saldo de clientes sería: V ' −Vd ' ta' + td ' 360 360 50 La simplificación estriba en suponer que la disminución de ventas será proporcionalmente igual en los diferentes artículos. Es decir, que disminuirá en las misma proporción los costes de las ventas que las ventas. ∇Cl ' = X
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resultado (para la variación del resultado en este caso), el valor tomado para CIV’(o para los xi) deberá ser coherente con la forma de determinar la variación sobre el resultado previsto. Y, dado que lo normal será -como veremos después- que se utilice la formulación derivada de la simulación de resultados (que, recordaremos, equivale a un criterio de imputación exclusivamente de costes variables), el CIV’ deberá estar valorado, a efectos del cálculo anterior, a costes industriales variables. (Esto significa que el valor CIV’ a utilizar para obtener el coeficiente de proporcionalidad CIV’/V’, puede no coincidir con el coste industrial de la venta en la cuenta de resultados previsional, a menos que el resultado previsional no figure ya calculado con un sistema de imputación que incluya exclusivamente costes variables). Por otra parte, si la variación sobre la venta prevista no va a ser proporcional para todos los artículos o líneas de venta, es evidente que la expresión a utilizar será la más general de ∇ PA’ = ∇ CIV’ra’; en éste caso calcularemos ∇ CIV’ directamente según las variaciones concretas estimadas para cada artículo (o línea de ventas). 3) ∇ en existencias previstas de semielaborados (PS’) inducida por una ∇ V’ El movimiento al cual corresponde esta existencia es el del coste de la producción acabada (o bien, si consideramos las entradas, los costes de producción). Siguiendo el mismo razonamiento anterior, si la venta prevista disminuye en X, esto conlleva una reducción en CIV’ y esta, a su vez, una reducción en el coste de la producción acabada, y, en consecuencia: ∇ CPA ' ∇ PS' ( ∇ V' ) = rs' y, dado que ∇ CPA’ = ∇ CIV’ + ∇ PA’, si suponemos, como antes, que la variación sobre la venta prevista se produce sin variar sensiblemente su estructura, y considerando lo ya indicado referido a criterio de valoración, entonces podemos determinar la reducción en el flujo de producción acabada como: CIV' 1 ∇ CPA ' = ∇ V' . . 1 + V' ra ' y, por tanto: CIV' 1 1 ∇ PS' ( ∇ V' ) = ∇ V' . . 1 + . V' ra ' rs' donde, evidentemente, la expresión que multiplica a ∇ V’ es el coeficiente z(PS). Debemos señalar, que si se prevé que la disminución de X no será proporcional para todos los productos o líneas, sino mayor para unos que para otros, será necesario calcular la reducción del flujo de costes directamente: 1 ∇ CPA ' = ∑ ∇ q i . xv' i ≡ ∑ ∇ u i 1 + . xv' i ra ' 4) ∇ en existencias previstas de materias primas (MP’) producida por una ∇ V’ Si en este caso tomamos como movimiento de primeras materias el valor del consumo previsto (CM’), es evidente que está afectado por una modificación en la previsión de ventas, como por una reacción en cadena (ver esquema en página siguiente): ∇ V’→∇ CIV’→∇ CPA’→∇ CM’ y, por tanto:
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∇ MP ',( ∇V ' ) =
∇ CM ' rm'
Siendo: 1 1 1 ∇ CM = ∑ ∇qc' i . mp' i ≡ ∑ ∇ q i . 1 + . mp 'i ≡ ∑ ∇ u i .(1 + ). 1 + mp i ': rs' rs' ra ' donde qc'= Producción empezada prevista (en unidades) mp'= Coste material unitario
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LA PLANIFICACIÓN FINANCIERA
VARIACIONES INDUCIDAS EN LAS EXISTENCIAS Variaciones en los flujos y existencias al reducir la previsión de ventas
Flujos y existencias En unidades físicas
En valor
En unidades físicas
En valor
∇A j ≡ ΣA j . pe j = COMP'
Aj
≡ ∇C j +
rm'
Materias primas Em j ' = MP' = C ' /rm'
Existencias finales
Materias primas Ci rm'
∇
j
∑C
' j
. p 'j ≡
∇C j =
q c 'i . mp 'i =
∑∇qc . c
j
≡
C’j
∑
∇COMP'
∇C j
' i
∇ MP'
≡
' ji
∇ CM'
i
i
= CM'
≡
∑(∇
q 'i
i
∇ q 'i ' ). c ji + rs'
CM'+CF'=CP'
Producción Existencias
finales q 'i
Producción ∇q 'i
PS'
rs'
∇PS'
rs' ∇qi =
∑ q i . x 'i
q 'i
Productos acabados Existencias u 'i finales ra '
u 'i
∇ A j = ∇ C j (1 +
= CPA '
= ∇ u 'i +
∇ u 'i ra '
∇ CPA '
Productos acabados ∇u 'i ra '
PA'
∑ u 'i . x 'i = CIV'
1 1 ) ≡ ∑ ∇ qc 'i . c ji .(1 + ); rm' rm'
∇u 'i
∇ qc 'i = ∇ q 'i (1 +
∇PA'
∇CIV'
1 1 1 ) ≡ ∇ u i (1 + ) .(1 + ) rs' ra ' rs'
Terminología: qc’i = Unidades de productos a comenzar CM’ = Costes del consumos previstos
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LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
CP’ = Costes de producción previstos CPA’ = Costes previstos de la producción acabada CIV’ = Coste industrial previsto para ventas q’i = Unidades de producto a acabar mp’i = Coste de materiales, por unidad de producto CF’ = Costes de funcionamiento imputados al producto u’i = Unidades de productos a vender xi = Coste unitario de cada producto
______________________________________________________________________ Si retomamos el supuesto de que se mantienen las proporciones de los distintos productos al variar las ventas, se puede estimar, como aproximación, que el consumo de materias primas previsto representará una proporción respecto a los costes de producción totales previstos (CP) igual a la que representa el coste de material previsto de las ventas (CMV’) sobre el total (es decir, sobre el CIV’). O sea: CMV ' CM ' ≈ . CP ' CIV' supuesto simplificador que es extensible a la variación sobre el consumo previsto en los términos siguientes: CMV' ∇ CM ' ≅ . ∇ CP ' CIV' y como ∇ CP’ = ∇ CPA’ + ∇ PS’, entonces, sustituyendo ∇ CPA’ por el valor hallado antes: CIV' 1 1 ∇ CM ' = ∇ V' . 1 + . 1 + ; (∇ V' = X) V' ra ' rs' y, por tanto: CMV' CIV' 1 1 1 . X. . 1 + . 1 + . ∇ MP' (∇ V' ) = → CIV' V' ra ' rs' rm' → ∇ MP' = X .
CMV' 1 1 1 . 1 + . 1 + . V' ra ' rs' rm'
5) ∇ en proveedores derivada de una ∇ V’ Dado que Pr’ depende de las compras previstas (COM’) y del plazo medio de pago (tp’) la disminución en el saldo previsto puede expresarse como: tp' ∇ Pr' ( ∇ V ' ) = ∇ COM ' . ; 360 y, teniendo en cuenta que la disminución en volumen de compras será igual a la disminución en consumos más la disminución en existencias (valorando, sin embargo, las materias primas a precios externos, no a precios internos) podemos calcular la disminución de flujo como: ∇ COM’ = [∇ CM’ + ∇ MP’] / (1 + z)
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LA PLANIFICACIÓN FINANCIERA
(donde z es la tasa que representan los costes de compras imputados sobre el valor de las compras previstas). Igual que en los casos anteriores, es posible una determinación indirecta aproximada de la variación inducida en el saldo previsto de proveedores, si retomamos el supuesto que la reducción de ventas X afecta todos los artículos en la misma proporción: CMV' 1 1 1 tp' 1 . 1 + . 1 + . 1 + . ∇ Pr' (∇V' ) ≅ X . . V' ra ' rs' rm' 360 1 + z 6) ∇ en el resultado previsto derivado de una ∇ V’ Si la venta prevista se reduce en X pesetas, disminuirá el margen de contribución previsto (en el sentido definido al tratar de la simulación de resultados) y, por tanto, el resultado previsto. En el caso más simple en que los márgenes unitarios puedan considerarse constantes a pesar de la variación sobre ventas prevista inicialmente, esta reducción sería: ∇R ' ( ∇V' ) = m' . X siendo, por tanto, el coeficiente a tomar el propio margen promedio de contribución previsto en tanto por uno m ’ Ahora bien, esto será válido sólo en el caso en que: a) la disminución de ventas no haga necesario reducir los márgenes de cada línea ni modificar la composición de la venta total, y b) si el plazo medio de descuento puede pensarse que seguirá siendo el mismo y, por tanto, también la tasa de gastos de descuento sobre la venta total. Haciendo referencia al supuesto b), esto depende, como hemos visto al hablar de la reducción del saldo previsto de clientes, de cuál sea la situación prevista de partida. Así, si para la variación de clientes se ha considerado válida la primera de las posibilidades enunciadas antes (la cifra descontada continua siendo la misma; la máxima que con el td’ permite la clasificación disponible DB’), entonces los gastos de descuento continuarán siendo las mismas (Dd’’ = Dd’) a pesar de la disminución de las ventas; en consecuencia, la pérdida de margen de contribución será no de m ’ X pesetas, sino de (m’ + d’)X, donde d’·100 es el porcentaje que los gastos de descuento previstos representen respecto a la venta prevista, y que deberán restarse del margen comercial de contribución para llegar precisamente a m ’ ( m ’ = m i’ - cv ’(comerciales) - d’); en consecuencia: ∇ R ' = ( m' + d ' ) . X Y si la posibilidad considerada como válida al determinar la variación para clientes ha sido la tercera (la reducción a efectuar sobre la venta prevista es -o se estima que serátal que no será posible utilizar totalmente la clasificación bancaria disponible), la correspondiente variación del resultado será: ∇R' = ( m ’+d'). X - (Dd' - Dd") Empecemos a introducir acumulativamente la cuestión a), evidentemente más relevante: que los márgenes por artículo (líneas de venta) serán superiores si la previsión de ventas es menor (y viceversa). A título de ejemplo consideremos estas dos posibilidades:
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LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
1) La variación de ventas sólo puede ser, por razones técnico-comerciales, conjunta o global; sin que esto signifique necesariamente que se mantendrá la composición de venta: ∇R’ = R”(V’) - R”(V”)51 ; V” ≡ V’ - X donde el margen de contribución m” es una función decreciente de V” (véase apartado 4.3.1) 2) La variación de ventas sólo se contempla como posible para uno de los productos o para una de las líneas de venta: ∇R' = R"(ux') - R"(ux"); o ∇R' = R"(Vx') - R"(Vx") siendo x la línea o artículo cuyo nivel se reducirá respecto a la previsión (se remite sobre estos aspectos al apartado 4.3) Obviamente, lo que se ha apuntado respecto a la manera de considerar los gastos de descuento en el caso sencillo anterior es aplicable a las actuales expresiones más generales de variación del resultado. A pesar de que, para simplificar la exposición, todo este apartado se ha desarrollado suponiendo que el desequilibrio financiero previsto fuese negativo, las conclusiones son directamente aplicables, con las modificaciones de sentido lógicas, al caso de desequilibrios positivos (sobrante previsto de disponible). En este caso, no obstante, cabe señalar que el ajuste financiero ex-ante vía, por ejemplo, modificar la previsión de ventas, tiene un sentido bien distinto. Cuando hay un superávit potencial se trata de determinar qué expansión de ventas (respecto a la previsión inicial) sería financiable o haría absorber este superávit. Expansión que, si tiene sentido que sea planteada como una alternativa para equilibrar la previsión financiera, no es porque el plan inicial no sea viable -como sucede en caso de que exista un déficit potencial-, sino porque es ésta una forma de incrementar el resultado previsto. Es decir, de mejorar el plan económico, manteniendo un equilibrio financiero ex-ante. También, para simplificar la explicación, al tratar el ajuste ex-ante vía modificación de la previsión de ventas, se ha omitido -por lo que se refiere a la determinación de la variación de resultado- la cuestión de la validez de los costes fijos previstos inicialmente. Es evidente que si la previsión alternativa que surge como respuesta a plantearse esta vía de ajuste, representa una variación substancial respecto a la previsión inicial, los costes fijos previstos para ésta pueden no ser válidos para dicha previsión alternativa (véase sobre esto los apartados 4.3.1 y 4.3.2). Y, por tanto, dicha variación de resultado deberá calcularse teniendo en cuenta esta posible diferencia o salto en los costes fijos a prever.
5.4.4. Variación del fondo de maniobra asociado a una variación específica de la previsión de ventas. En el anterior planteamiento se ha utilizado de forma reiterada el supuesto simplificador de la proporcionalidad, en el sentido que la reducción de la cifra de ventas prevista no modificaba ni la composición de la venta ni la de la producción acabada y así 51
Obsérvese que la coherencia exige calcular una diferencia entre Resultados formulados según el mismo criterio. En este caso necesariamente según la formulación de simulación de resultados. En general, pues, R”(V’) no coincidirá exactamente con R’, a menos que el sistema de costes de la empresa (al que responde R’) sea de imputación sólo de costes variables, o bien no existan, casualmente, variaciones de existencias en la previsión inicial.
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sucesivamente. Cabe señalar que este supuesto -que nos ha permitido la formulación de unas variaciones financieras de existencias y del saldo de proveedores de fácil aplicación práctica- resulta bastante aceptable para la mayoría de casos que nos podemos plantear en la práctica, especialmente cuando no existen grandes diferencias entre los márgenes brutos ni entre la tasa de coste de material de los distintos artículos. Pero habrá casos en que el supuesto de proporcionalidad anterior no representa una aproximación satisfactoria. Por ejemplo, cuando la variación a considerar sobre la previsión de ventas sólo puede ser de uno de los artículos incluidos en la previsión. En este caso es evidente que la nueva venta prevista tendrá una composición diferente. Si ese artículo, cuya previsión va a variar, tiene, por ejemplo, un margen bruto superior al promedio, al aplicar el planteamiento anterior para calcular ∇ (o ∆)PA’ obtendríamos una cantidad errónea por exceso (e igualmente para el resto de variaciones financieras). El cálculo de éstas debería basarse, pues, en estos casos en las expresiones generales antes indicadas para cada variable. Así, en el caso concreto indicado en que la variación respecto a la venta prevista afectará a un sólo artículo, deberá tomarse directamente como base de cálculo las previsiones específicas del artículo en cuestión. De esta manera, y si denominamos este artículo a : 1 ∇ PA ' (∇V' ) = ∇ CIV' a / ra ' = ( u"− u') a . xv' a . ; [∇CIV' a ≡ ∇ CIV'] ra ' y así sucesivamente, calculando las repercusiones específicas en cadena hasta llegar a ∇ (o ∆)Pr’52. Obsérvese que este cálculo específico, no basado en el supuesto del mantenimiento de las proporciones previstas, puede ser no solamente más lógico por su exactitud, sino incluso más directo y simple en el caso que la variación de ventas respecto a la previsión no sea una incógnita sino una variable conocida, sea dada en términos de unidades físicas o en términos monetarios para tal o cual artículo. Así, por ejemplo, supongamos un estudio de viabilidad del que se ha deducido que una posibilidad es conseguir vender 200.000 unidades más de las previstas para el artículo a ; y que se desea determinar que necesidades financieras adicionales -respecto al cash-flow previsional inicial- puede representar llevar esto a cabo. Conociendo el coste unitario del artículo y su estructura (materias primas y resto de costes), además de los índices de rotación correspondientes puede calcularse simplemente el número de unidades adicionales de dicho artículo en que deberá incrementarse las existencias de PA y, a partir de aquí, el número de unidades adicionales a producir y, por tanto el incremento correspondiente en el saldo medio previsto de semielaborados. A su vez, a partir de lo anterior, puede calcularse directamente el incremento necesario en el consumo previsto de las materias primas, lo que permite determinar también el incremento necesario en cantidades a comprar. Y, finalmente, el incremento sobre las compras inicialmente previstas permite calcular el correspondiente incremento inducido en el saldo medio de proveedores inicialmente previsto. Resumiendo el ejemplo:
52
De hecho, habría que admitir la posibilidad de que el índice de rotación previsto como óptimo para cada artículo acabado sea distinto. E igualmente por lo que se refiere al índice de rotación en fase de semielaborados, y también cada materia prima puede tener índices de rotación óptimos con sensibles diferencias.
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LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
∆ u a = 200.000 ∆ PA '( ∆ V' ) = [200.000 ⋅ xv' a ] .
1 ra ' 1 1 ∆PS' ( ∆ V' ) = 200.000 ⋅ 1 + . xv' a ⋅ ra ' rs' 1 1 1 ∆ MP ( ∆ V' ) = 200.000 ⋅ 1 + . 1 + . mp' a ⋅ ra ' rs' rm' 1 1 1 mp' a tp' ⋅ ∆ Pr ( ∆ V' ) = 200.000 ⋅ 1 + . 1 + . 1 + . ra ' rs' rm' 1 + z 360 5.5 La periodificación temporal y los ajustes financieros del plan general Hasta aquí se ha considerado, como simplificación, el período planificado anual como unidad de referencia, sin introducir la cuestión del desarrollo temporal del plan dentro del período (desarrollo que, generalmente, resulta ser por meses). Esta ausencia de la dimensión temporal significa, en cuanto a la parte económica del plan, una falta de detalle; detalle que al ser llevada a cabo desarrollando el plan económico, por ejemplo, por meses, no va a implicar modificación alguna sobre las cifras anuales, sino simplemente en el desglose de éstas. (De hecho, como se ha visto en los capítulos 2 y 3, gran parte de las cifras previsionales anuales se habrán obtenido en origen como suma de las previsiones de cada mes). Por el contrario, al detallar por meses el plan financiero puede provocar una variación en las cantidades obtenidas trabajando a nivel de cifras anuales, puesto que la simplificación de trabajar con cifras agregadas anuales no es siempre una aproximación válida. En efecto: equivale de hecho a suponer algo así como que todos los movimientos financieros (cobros y pagos) se efectuasen simultáneamente a comienzos de año y, a su vez, que el cash-flow previsional de la explotación que se generará a lo largo del año es una magnitud ya alcanzada al principio del año planificado. El cash-flow al final del año no variará respecto a lo que se ha calculado en cifras anuales agregadas, pero al efectuar la previsión financiera por periodos cortos (generalmente por meses) tiene especial importancia en cuanto a la cuestión de garantizar el equilibrio a lo largo de todo el año y en relación a los propios ajustes financieros ex ante que debemos determinar. Así, por ejemplo, aun en el caso de que la previsión diese lugar casualmente a una variación de disponible prácticamente de equilibrio, puede ocurrir perfectamente que durante los primeros meses de la previsión ésta presente un déficit transitorio; circunstancia que obviamente, se supone que debe poner de manifiesto un correcto sistema de planificación financiera. El ejemplo más aclaratorio de las repercusiones de pasar a tomar en consideración la periodificación del plan anual lo tenemos al plantearnos los ajustes a realizar ante un desequilibrio financiero ex-ante: Retomemos el primer ejemplo numérico del punto 5.4.1: Las previsiones muestran un déficit potencial de 25 millones, y se trata de efectuar un ajuste financiero ex-ante vía previsión de la solicitud de un crédito bancario que cubra el déficit potencial. El coste del crédito es el 16,5% de interés anual. El resultado aquí ha sido que el crédito a solicitar debía ser de 29,94 millones. Observemos que esto implica que se prevé concertar el crédito desde el primero de enero del año planificado, y por eso los intereses
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LA PLANIFICACIÓN FINANCIERA
equivaldrán al 16,5% de 29,94 millones, es decir, 4,4 millones, con lo que resulta una entrada neta de financiación de 25 millones, que es lo que se necesita. Sin embargo es evidente que el hecho que la previsión anual muestre un desfase entre los cobros y los pagos previstos del orden de 25 millones, no significa que ese desfase exista desde el primer día del año. Por ejemplo, la inversión que representa el incremento planificado de existencias puede que tenga un carácter gradual, repartiéndose a lo largo de los cuatro primeros meses; el crecimiento planificado en el saldo de clientes puede tener una gradualidad similar; la autofinanciación que representa el resultado más las amortizaciones, se reparte a lo largo de los doce meses; los pagos previstos por inversiones pueden tener vencimientos puntuales cada trimestre o simplemente una distribución puntual irregular a lo largo del año; la amortización planificada de una parte de un crédito anterior puede tener como vencimiento el último trimestre del año; etc. En resumen: es evidente que a lo largo del año serán necesarios, para el buen funcionamiento de la empresa, obtener una inyección neta de fondos de 25 millones, según las previsiones; pero no precisamente desde el principio del año. Supongamos que, periodificadas las diferentes partidas del cash-flow previsional, aparece el déficit de 25 millones distribuido temporalmente del siguiente modo: serían necesarios 5 millones el 1 de marzo, 10 el 15 de julio y 10 el 6 de octubre (5 + 10 + 10 = 25). Para conseguir esos ingresos netos los créditos habrán de ser de: 5 10 10 + + = 28, 985 300 165 84 1 − 0, 165 . 1 − 0, 165 . 1 − 0, 165 . 360 360 360 Es decir, que los costes del ajuste (los gastos por interés) y, por tanto, la reducción sobre el resultado previsto, será solo de 3,985 millones, y no de 4,94 (= 0,165 x 25). Un caso, pues, en el que el error de aproximación que supone efectuar ajustes sobre cifras anuales es considerable. En general, en la práctica es evidente que los ajustes ex-ante exigen siempre una adecuada periodificación; como mínimo mensual. El tratamiento llevado a cabo en los puntos anteriores sobre los diferentes ajustes exante, se ha desarrollado en términos de cifras de previsión anuales, tan solo como método para facilitar la exposición. La aplicación de lo expuesto es, no obstante, fácilmente trasladable -como se ha visto en el ejemplo anterior- a la determinación de los ajustes a realizar, dado un desequilibrio financiero ex-ante periodificado. La gráfica que sigue al final del capítulo puede ayudar a completar la explicación anterior sobre un cash-flow y un desequilibrio financiero en la previsión, precisados en términos dinámicos. En el gráfico se ha representado los flujos en los términos acumulativos.. Así, la línea «quebrada» discontinua inferior representa el valor acumulado en cada período mensual de autofinanciación bruta, representado por el resultado previsto aumentado con los costes de amortización respectivos. Mientras que la quebrada discontinua superior representa la suma de autofinanciación bruta, más la financiación que representa el aumento de crédito a los proveedores; es decir, el total de los flujos de financiación generados. Del mismo modo, la línea continua representa los valores acumulados del flujo de necesidades de inversión (aquí, para no hacer un gráfico excesivamente enmañado, se ha renunciado a representar líneas que recogiesen los diferentes componentes). En ambos casos, se ha representado a las líneas, no partiendo de cero, sino que a la de «fuentes de financiación» se le ha sumado al principio el disponible inicial, y a la de 169
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
«necesidades de fondos» se le ha sumado el disponible óptimo. De esta manera, la separación entre la línea continua y discontinua superior muestra el déficit o superávit previsional acumulado al final de cada período. Así, tal como ha sido dibujado este gráfico ejemplo, puede verse que primero se prevé un superávit a corto plazo, que a primeros de febrero será de alrededor de 6 millones de pesetas, pero que durará unos dos tercios de mes. A principios de marzo se establece ya un déficit acumulado de 5 millones. Suponiendo se efectúe un ajuste previo que elimine éste, entre finales de abril y principios de mayo aparecerá un superávit temporal de alrededor de 7,5 millones, seguido de un déficit de similar magnitud y duración que desaparecerá hacia principios de julio: un típico desequilibrio a corto plazo, compensable, que requeriría un ajuste en un sentido en la primera fase, y en sentido contrario en la segunda. Esto va a suponer costes financieros, por una parte, lo que puede llevar aproximadamente a una compensación de estos dos movimientos económicos. Generalmente cabe esperar que el tipo de interés de obtener 7,5 millones durante un mes sea más alto que el interés obtenido de colocar primero un sobrante de liquidez, del mismo importe y también durante un mes. Pero, de acuerdo con la distribución de flujos representada en el gráfico, está también el superávit temporal previsto durante el mes de febrero, por lo que podría considerarse que los desequilibrios transitorios no tendrán en este caso repercusiones apreciables en términos de modificación sobre el resultado inicialmente previsto. Posteriormente, a mediados de julio se presenta, siguiendo el gráfico, un déficit adicional de 10 millones, y hacia primeros de octubre un nuevo déficit adicional de 10 millones. El déficit total final es, pues, el que había resultado ya de tomar directamente las cifras totales anuales (representado en el gráfico por la distancia vertical entre los puntos finales de las respectivas quebradas). Es decir, un déficit provisional de 25 millones en el conjunto del año. Pero, sin embargo, el efecto sobre el resultado (es decir, el coste del ajuste financiero) será menor al calculado en términos anuales por lo expuesto anteriormente con el ejemplo concreto de un ajuste mediante un crédito bancario. GRÁFICA
SUPUESTO PRÁCTICO PARA EL TEMA 5 Continuación del caso «BIMETAL, S.A.». iniciado al final del capítulo 4 Una vez calculada la variación de disponible (cash-flow) previsional de acuerdo con el plan inicial descrito en el tema 4 (pp. 146 - 147), este resulta ser prácticamente de equilibrio. Se pide: Suponer por el contrario que se optase por el plan alternativo de conseguir el objetivo de un 12% de rendimiento neto, de acuerdo con la respuesta obtenida para este supuesto en el tema 4 (pp. 154 -155). Al ser la venta superior, es de suponer que se requieran unos recursos financieros adicionales para que el plan financiero correspondiente sea de equilibrio. Recursos adicionales que la empresa podría obtener a través de un crédito bancario al 14,5% de interés anual. Se pide: ¿Qué importe debe tener el crédito bancario que debe obtener para poner en marcha el plan alternativo indicado arriba, con equilibrio financiero? 170
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LA PLANIFICACIÓN FINANCIERA
Solución: Determinación de la variación neta del cash-flow al pasar de V’ = 800.000.000 a V’’ = 1.100.155.895; es decir, al pasar de u’2 = 19.200, a u’’2 = 33.034 1) ∆Cl': dado que el descuento bancario (DB) está totalmente cubierto según el plan, ∆Cl' = ∆FBC' → ∆Cl' = ∆V' x 60/360 = 300.155.895 x 60/360 = 50.025.983 2) ∆ PA' = ∆CIV'(*) x 1/6 = (33.034 - 19.200) x 9.500 x 1/6 = 3) ∆PS' = ∆CPA'(*) x 1/12
21.903.833
; ∆CPA' = ∆CIV' + ∆PA' =
= 131.423.000 + 21.903.833 ; ∆PS' = 153.326.833 x 1/12 =
12.777.236
4) ∆MP' = ∆CMP' x 1/4 ; ∆CMP' = (33.044 - 19.200)x(1 + 1/6)x x(1 +1/12) x 7.100 = 124.140.936 ; ∆MP' = 124.140.936 x 1/4 =
31.035.234
5) ∆Pr' = ∆COM' x 75/360 ; ∆COM = (33.034 - 19.200)x(1+1/6)x x(1+ 1/12)x(1+1/4)x(7.100-150)(**) = 151.897.800 ; ∆Pr' = 151.897.800 x 75/360 =
31.645.375
6) ∆R' = R"(u"1, u"2) - R"(u'1, u'2)(***) = = 0.12 x 1.100.155.895 - 53.805.000 =
78.213.701
(*) A costes estrictamente variables, ya que la variación de resultados deberá ser calculada necesariamente en estos términos. (**) Al ser 7.100 el coste a precio de materias primas interior (precio sobre el que se calculan los consumos), debe restarse las 150 para que sea a precios de compra exterior. (***) No se puede efectuar la diferencia R’’(u’’1, u’’2) - R’ porque estaríamos comparando dos resultados heterogéneos. Sabiendo que el criterio de imputación no afecta al cash-flow, la comparación debe efectuarse con el resultado previsto para la venta prevista si el criterio de imputación hubiera sido entonces también el de costes estrictamente variables, que es el criterio al que responde la formulación R’’. Así pues, en resumen, la variación del cash-flow = a variación en ele fondo de maniobra maniobra + ∆R' ⇒ (50.025.983 + 21.903.833 + 12.777.236 + 31.645.375 - 31.645.375) + 78.213.701 = 5.883.210 = Recursos financieros adicionales necesarios para el plan alternativo (V’’). Por tanto, el crédito bancario que debería pedirse para financiar el plan alternativo de ventas sería de: 5.883.210 = Z(1-0,145) ; Z = 6.880.947 Optimización conjunta del plan económico y del plan financiero Ahora bien, esto implica unos gastos adicionales, por intereses, iguales a 997.737,3 ptas., lo que modifica el plan económico, que ahora ya no llegará a una tasa de rendimiento del 12%, que era el objetivo. Para mantener tal objetivo debe tenerse en cuenta una partida de intereses al formular el resultado R’’(u’’2); importe que no 171
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
sabemos, lógicamente a priori pero que podemos expresar en función de la misma variable: u’’2. En efecto, estos intereses dependerá de cuales sean los recursos financieros adicionales necesarios; que vienen dados por la suma algebraica de una serie de variables de cash-flow, y cada una de estas -como puede verse en los cálculos anteriores- dependen de cual sea el plan de ventas alternativo para el artículo 2 (la variable u’’2, igual a 33.034 en los cálculos anteriores). Esto significa que debe replantearse simultáneamente el plan económico alternativo (para conseguir el objetivo del 12% de tasa de rendimiento) y el equilibrio del plan financiero. El problema tiene solución porque la única incógnita es u’’2: debemos hallar una previsión alternativa para el artículo 2, de tal manera que consigamos el 12% de rendimiento y con equilibrio financiero, es decir, resolver el sistema siguiente: 1) 0,12= R” (u”2)/V” 2) R” (u”2) = 11.997,2 u”2 - 0,091 (u”2)2 - 164.995.000 - 0,145 Z 3) Z = ∆Cl’ + ∆PA’ + ∆PS’ + ∆MP’ - ∆Pr’ - ∆R’ 4) V” = u”2 · (26.920 - 0,10 u”2)+ 320.000.000 ∆Cl’ = [u”2 · (26.920 - 0,10 u”2) - 480.000.000] · 60/360 ∆PA’ = (u”2 - 19.200) · 9.500 · 1/6 ∆PS’ = (u”2 - 19.200) · 9.500 · (1 + 1/6) · 1/2 ∆MP’ = (u”2 - 19.200) · 7.100 · (1 + 1/6) · (1 + 1/2) · 1/4 ∆Pr’ = (u”2 - 19.200) · 6.950 · (1 + 1/6) · (1 + 1/2) · (1/4) · 75/360 ∆R’ = R’(u”2) - 53.805.000
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