E-contenidos Sostenibilidad, Responsabilidad Social y Gestión Ambiental Empresarial. as anteriores son tres palabras que encierran gran complejidad en el marco de la administración de empresas y las cuales son muy necesarias tener en claro. Empezaremos entonces por manifestarle lo que entendemos significan estas palabras, desde nuestra posición, ya que sobre ellas pueden existir muchos significados. Sostenibilidad: Como estrategas, entendemos la sostenibilidad como la capacidad de una empresa de incrementar constantemente sus utilidades, las cuales dependen de la actuación de la organización frente a los escenarios sociales (ejercer ciudadanía corporativa), culturales (respetar los valores), económicos (ser rentable) y ambientales (prevenir la contaminación y producir bienes y servicios responsables con la sociedad y los ecosistemas). Permítanos darle un ejemplo: Imagine una concesión portuaria cuya comunidad se ve afectada por una epidemia de tuberculosis. Usted no actúa, dejándole todo a la ineficiencia estatal, ¿será sostenible la empresa cuando se emita un comunicado de cuarentena por esa ruta marítima? Responsabilidad Social Empresarial: Es la capacidad que tiene una organización de administrar recursos y producir bienes y servicios mediante operaciones éticas y transparentes,
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así como también, el desarrollar prácticas que prevengan y mitiguen el impacto de sus acciones. Desde esta afirmación, queda claro que la responsabilidad social no es filantropía, el cumplimiento legal, dar empleo y generar valor a los accionistas. Gestión Ambiental Empresarial: Ortodoxamente se define como las acciones encaminadas a preservar el medio ambiente. En este sentido, es necesario entender que la Gestión Ambiental parte de la Responsabilidad Ambiental de la empresa, en donde se busca darle respuesta a las siguientes preguntas: • ¿Cómo generar menos y manejar los residuos? • ¿Cómo identificar alternativas de sustitución de materia prima de impacto nocivo para la sociedad y los ecosistemas? • ¿Cómo responder a la responsabilidad pos-consumo de los productos puestos en el mercado? • ¿Cómo prevenir la contaminación de ecosistemas?
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• ¿Cómo incrementar la eficiencia en el manejo de los recursos naturales? Cabe advertir que ninguna de estas definiciones
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E-contenidos son originales; son el producto de varias lecturas sumadas a la experiencia laboral. Sólo pretendemos que usted cuente con un punto de partida en la búsqueda de su propio criterio. Entender el significado de estas palabras se hace necesario, dado que actualmente, la implementación de estrategias ambientales y sociales efectivas, impactan los resultados financieros de las empresas, además que fortalecen su reputación, activo intangible que hoy se considera vital para que las organizaciones afronten los ciclos económicos depresivos y la férrea competencia sectorial. Lo que se denomina “La Triple Línea de Resultados” hace referencia al concepto de Sostenibilidad Empresarial, el cual está relacionado con los beneficios financieros, en términos de retorno del capital, flujo de caja y niveles de desembolso con los beneficios generados por la gestión ambiental como la disminución de costos por el uso del agua, energía, impuestos, manejo de desechos y residuos y la responsabilidad social en relación a la reducción de costos por incapacidades, pérdida de productividad, accidentes, conflictos con la comunidad y el impacto de los bienes y servicios producidos en la sociedad, algo que hoy la investigación en el campo empresarial ha demostrado que es posible (Epstein 1.996 Measuring Corporate Environmental Performance). En consecuencia, los resultados positivos en La Triple Línea tienen un indicador muy significativo en la llamada Reputación Corporativa, punto en dónde cabe una reflexión ya que muchas compañías se desgastan en administrar sus marcas a través de costosas estrategias de promoción, sin adoptar dentro de estas estrategias el desempeño socio-ambiental
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de la organización, atributos que poco a poco se están convirtiendo en criterios de compra. En este sentido, como lo destaca el Informe Global Pulse 2.009, elaborado por la consultora internacional Reputation Institute; sobre un total de 600 compañías en todo el mundo, las empresas que se han preocupado por gestionar su reputación corporativa en los últimos años están manteniendo estables sus índices de respeto y admiración en el mercado frente al conjunto de las empresas que sí los han visto caer drásticamente. Esto se traduce, según el Informe, en un incremento en la recomendación de compra de sus productos y servicios: un 6,75% de aumento en la recomendación por cada cinco puntos de mejora en la valoración reputacional. De acuerdo con el Global Pulse 2.009, durante los últimos doce meses, 7 de cada 10 clientes de las 20 empresas con mejor reputación del mundo recomendarían sus productos o servicios, mientras que apenas de 2 de cada 10 clientes harían lo propio entre las 20 empresas con peor reputación del estudio y además, 4 de cada 10 clientes de estas empresas mostrarían su rechazo. En consecuencia, hoy el control de la contaminación, el análisis del ciclo de vida del producto, la responsabilidad extendida al productor, el manejo adecuado de los residuos peligros, el reciclaje, el reuso, la minimización, la logística de inversa y la optimización de procesos; son prioridad en la agenda, en los sectores económicos privados y públicos a nivel global, como resultado de diversos acuerdos internacionales a nivel de países y sectores económicos que orientan la gestión ambiental empresarial.
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