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Láudano Revista Narrativa/Gráfica Número -3 Septiembre-Noviembre 2013


nº 1 agosto-septiembre 2013 Portada “La giganta envuelta en rojo” Tinta china, acrílico/papel 80 x 40cm Roberto López

Láudano Revista Narrativa/Gráfica es una publicación trimestral editada por Causa Clínica para ser distribuida de forma gratuita en internet. ISSN: en tramite, otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, Licitud de Titulo y contenido pendiente otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes sin previa autorización de sus autores y del Instituto Nacional del Derecho de Autor.

Edita: Causa Clínica C/ Felipe Ángeles No. 2, C.P. 47920, Ajijic, Jalisco, México psiclaurogutierrezc@outlook.com Consejo Editorial: Lauro Gutiérrez Castro Diana Mayaneth Hernández Torres Josue Feliciano Ibon Saucedo Diseño: Lauro Gutiérrez Castro Ilustración: Malo Galindo Sergio Saucedo Cix Roberto López Roberto Aceves Ansvief Roberto Aceves Díaz Ilustración de portada: Roberto López

Agradecemos a los colaboradores de este número Itzayra Reyes Luis Armando Cortés Enriquez Julián Castaño Ávila Sergio Correa Josue Ibon Leopoldo Nikolay Torres Méndez Ugo Henrique

Malo Galindo Cix Sergio Saucedo Roberto López Roberto Aceves Díaz Roberto Aceves Ansvief


“Arquitecto Cósmico” Gráfito / Tela 2012 Roberto Aceves Ansvief


Contenido

Coveralia Sergio Correa ........................................................... 4 Poemas Julián Castaño Ávila ........................................................... Cry me a river Leopoldo Nikolay Torres Méndez ........................................................... Fantasías del ocaso y de la noche Josue Feliciano Ibon Saucedo ........................................................... Portafolio Roberto Aceves Ansvief ........................................................... El Arte del trilero Lauro Gutiérrez Castro ...........................................................

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Los Nocturnos de Frederic Chopin: Características y particularidades de su elaboración Luis Armando Cortés Enriquez ........................................................... 54 Ave inmortal Josue Feliciano Ibon Saucedo ........................................................... 58 ... ¿Y? Ugo Henrique ........................................................... 60


MADNESSCAT/ Malo Galindo

Bienvenidos a esta primera publicación de Láudano Revista Narrativa/ Gráfica. Este ejemplar es el resultado de un árduo trabajo por parte de todo el equipo que conforma el Comité Editorial. Láudano nace con el objetivo de ser un espacio que apuesta por el género y discurso autoral, que por muy contestatario que pudiera parecer, es más bien un esfuerzo honesto de cada uno de nuestros colaboradores por expresarse. Esperamos sea de su agrado y puedan disfrutarlo.


Coveralia Por: Sergio Correa

“Tóquenme mariachi otra vez la misma...” Vicente Fernández/ La Misma

9:00 del post meridiano, dos aceras más y estamos por llegar un puñado de almas y yo al recinto enclaustrador del tiempo, de mociones anímicas y vicios compartidos del sector mayoritariamente juvenil. Así es, un bar típico, en el que esperas disfrutar del momento, de una buena charla, de tus amigos, pareja, elíxires y el elemento atmosférico por excelencia, el “soundtrack” del susodicho recinto. Hace su aparición un grupo de jóvenes de entre 17 y 22 años, que se dice hacer música rock, se muestran algo temerosos, inseguros, pero con ganas de decir a la sociedad; “aquí estamos y también nos gusta la música”. Mientras afinan sus instrumentos, una guitarra rítmicamente inicia los arpegios de “música ligera” para afrontar el momento de silencio incómodo y las miradas encima provenientes del público. De pronto a mesas separadas el clamor al unísono corea:-“ella durmió…. al calor de las brasas” Y entonces, sin contemplarla en el repertorio estos músicos impetuosos amateurs inician su performance….Salud. Para hacer el papel de “caéme gordo” es bien fácil, sólo habrá que ser chef con la intención de encontrar siempre el

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“Aquí estamos y también nos gusta la música.”


“prietito en el arroz”. Pues bien iniciemos con este papel. La situación con antela mencionada es bastante cotidiana, no sólo en el contexto mexicano, sino como fenómeno psicosocial multicultural, y al parecer ha rebasado no sólo la frontera geográfica sino también la temporal. Pues basta con recordar la música de taberna medieval y la directriz que tomaba la noche en tanto un miembro de la guardia de la corona se decidía pernotar en ese lugar y arremetía con la típica “folksong” del momento.

“Coveralia”: es un calificativo subjetivista, que, como el término lo sugiere, es el acto de reinterpretar un tema musical clásico o popular, a gran escala.

Sin embargo, sin datos para corroborarlo, mi intuición me dice que hoy más que antes, y más que en otros contextos pedimos “a gritos”; la canción del momento (mainstream), la clásica, la llegadora, la popular pues. Y esto, lejos de ser bueno o malo; ¿es perjudicial?, o ¿simplemente se está exagerando un fenómeno cotidiano totalmente inocuo? Este neologismo; “Coveralia”, es un calificativo subjetivista, que, como el término lo sugiere, es el acto de reinterpretar un tema musical clásico o popular, a gran escala (calificativo subjetivista). En Coveralia, todos somos cuasi-dueños de las canciones de otros y defendemos esto bajo la primicia de “rendir tributo” al artista. Los beneficios de la práctica “Coveralia”, todo mundo los tendrá presentes, he incluso si se indignaron con el tinte y orientación del tema, intentarán encontrar infinidad de argumentos a manera de apología a Coveralia, pero esa no es la orientación que tomará el escrito. En realidad, Coveralia es la sociedad de la cultura musical casi decadente, es decir, es delicado y grave (por lo que implica, no por sí sólo), pese a los beneficios que nos pueda ofrecer al momento. Es como paliar un dolor de cabeza con etiología oncológica, a través de una aspirina. Con el perdón de la analogía, así de grave. No parece haber mucho problema legal al interpretar el Requiem de

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Wolfgang Mozart, pero al interpretar canciones de la “Arrolladora”, “Caifanes”, “Adele” u otro artista popular vigente y registrado la cosa cambia (aclaración: ningún problema en lo personal con los artistas mencionados en el presente). ¿Que si esto no es delicado? Las canciones registradas, evidentemente no son de dominio público, al menos no legalmente, en tanto se lucre a partir de ello. (ver Regalías por Comunicación Pública o Ejecución = Performance). Es decir los dueños de bares e intérpretes deben por ley dar regalías de cada canción que reproducen en su recinto, aunque suene absurdo. En México, Coveralia, son pocos los que a conciencia dan regalías. Viene lo bueno y que considero el mayor de los problemas. Si alguna actividad humana o proceso psicológico ha sido menoscabado, es la creatividad (al menos en nuestro México lindo y querido), si algo le falta a este país es creatividad en lo social, tecnológico, científico, cultural, artístico, político, etc. No soy ni el único ni el primero en hablar y apologizar sobre ello, “Creatividad e imaginación para buscar respuestas” de Pablo Boullosa, “El Ser Creativo” de Andrés Roemer, por mencionar a algunos de mis grandes inspiradores. Sin embargo, parafraseando a Andrés Roemer, las ideas creativas no siempre son suficientes, sino políticas públicas, iniciativas privadas y relaciones para incentivar el desarrollo y materialización beneficiosa de la idea genuina, no sólo en términos económicos. Pues sin el aplauso, el reconocimiento, el incentivo económico y sin apoyar a “los nuevos”, automáticamente dejamos de crear, como dijera mi tocayo Sergio Sarmiento, no es casualidad que no se haya dado un Steve Jobs en México ¿O no? (el apoyo cuenta mucho). Y no es que seamos tontos o no exista alguien con el potencial suficiente. Otro ingrediente interesante en la cocción de Coveralia son los medios de comunicación. ¿Cómo? Fácil, si yo escucho por radio 5 veces por día la misma canción durante 6 días a la semana es predecible que nos guste, o al

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“Otro ingrediente interesante en la cocción de Coveralia son los medios de comunicación”


menos al común de la población, a modo de razón fija como principio de la Conducta. Volviéndose anhelada esa canción del top del mainstream. ¿Aún sigue sin ser delicado?, seamos críticos aunque nos cueste, ¿cuántas veces nos encontramos con la apertura de dar mérito a las creaciones inéditas? Pero no fuera un Picasso, Dalí, Rembrandt o Warhol, porque ellos sí que tienen valor, lo que hace mi vecino en pintura son puras porquerías. Aunque estas tengan un valor, elaboración o complejidad mayor. Y aunque no lo tengan por el simple hecho de ser inéditas y volcar la creatividad del hombre tienen un valor intrínseco aunque no se ajuste a los parámetros de evaluación de la estética del momento.

“... la situación de la creatividad mexicana está “por lo suelos”, es raquítica.”

Otro elemento en Coveralia es la pereza por crear, aun teniendo los recursos a la mano, económicos, humanos, materiales etc., no podemos aunque capaces llevar a buen término una creación o propuesta artística. En el caso de la música, me parece una vergüenza que incluso hoy en día, pleno siglo XXI con los avances y la facilidad de acceso a los recursos para la creación no podamos si quiera igualar a los grandes como Mozar o Bach, y no es que hayan sido genios, la genialidad en sí no existe, existe la gente que se esmera y persevera, eso sí que existe. O ¿acaso tenían cualidades divinas o cerebrales diferentes al resto? Rotundo, NO. Viene al caso este acróstico de promoción de la creatividad a través de las ideas, de Roemer: Interesados (ser curiosos, sorpren derse)

Diversidad (las diferencias nutren)

Ejercitar el cerebro (cosas diferentes)

Algo novedoso e innovador

Statu Quo a cuestionar (rebeldes)

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Algo tiene que cambiar, es el hecho de replicarnos menos, las ideas son de quien las piensa pero también de quien las trabaja, la situación de la creatividad mexicana está “por los suelos”, es raquítica. Y no he conocido a alguien que esté en contra de la creatividad, pero no por su permanencia inamovible como la belleza de una flor, sino por la función que cumple. El papel que cumple la creatividad humana es enorme, y eso sí no es una exageración, empodera, comprende, coopera, comulga, beneficia, ingenia, compite, se mejora así misma. No podemos ser creativos haciendo siempre lo mismo, nutriéndonos siempre de lo mismo, implica “pensar fuera de la caja”, ser rebelde, iconoclasta y no todos estamos dispuestos a pagar ese precio. No espero cambiarlos de opinión, pero si al menos hacerlos reflexionar sobre este fenómeno “Coveralia”, debatir, construir nuevos argumentos, ideas y creaciones. Que cuando escuchen un “Cover”, no lo escuchemos de la misma manera. Las ideas y con ello la creatividad cambian al mundo, pero en Coveralia no queremos cambiar, sin embargo cuando algún día en un auxilio socorremos a la CREATIVIDAD, volteamos para atrás y nos damos cuenta que ya la hemos sepultado

“El león bien nutrido esta alimentado por cordero bien nutrido”…

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SNAKE/EATER / Ilustraci贸n Digital/ Malo Galindo

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4 Poemas ~

Julian Castano Avila

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Caminamos por las calles

Caminamos por las calles. Te abrazo con mis miembros largos, con todos. Ahora ya no caminamos; caminas por las calles. Me adhiero a ti y te absorbo las ganas de vida que te sobran (porque siempre te sobra algo). Alabado sea el día que me viste. Malditos los días que no te vi. Me dicen que todos moriríamos de Cáncer, Si no fuese porque no gana todas las partidas. El Cáncer es la enfermedad de los vivos. El Cáncer es la reproducción masiva de nuestros defectos. Mira lo bonito de ser hermosamente defectuoso, Mira que fue uno de mis defectos el que más te gustó. Caminas por las calles Y yo sigo prendido a ti. Te hablo al oído. Que nadie escuche que no creo en Dios,

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Que ninguno se entere que me disfrazo de Anticristo. Sigues caminando y de repente paras. Estas fatigada de tener que soportar las cargas de dos. No es fácil darlo todo por el otro, Menos cuando sus excesos pesan tanto. Me pides que me baje de tus caderas. Cómo querer eso cuando el suelo está demasiado sucio; Cuando el lugar es tan peligroso; Cuando menguan las fuerzas de ambos; Cuando no son siete vidas las que tengo; Cuando el sol está en el cenit y quema más; Cuando la gente pasa y mira con rencor; Cuando la soledad, cuentan, se ha tragado a más de uno; Cuando no se me da la gana de bajarme. Parece que lloras. Ocultas tu rostro. Quiero verte las lágrimas: He leído sobre clases y finalidades, Sé de modalidad, Sé de naturalidad, Sé de fluvialidad, Sé de humedad, Sé de copiosidad, Sé de densidad, Sé de… de tantas cosas sé, Incluso, lo mejor que he aprendido, Sé ser ignorante. Secas tus lágrimas con la manga más sucia del saco. Sientes ganas de vomitar. Y vomitas. Sólo tienes hiel y saliva. Me miras con odio. Antes me mirabas con amor; ¿Qué queda? Nada. Ni tiempo,

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Ni espacio, Ni cuerpo, Ni voz, Ni aire, Ni fuego, Ni tierra, Ni agua, Ni el elemento número n, Absolutamente nada. Decides marcharte sin mí. En el descargue olvidé desamarrarme de ti. Opté por reventar las cuerdas. No tengo cómo irme por mi cuenta. Te llevas mis recursos. Te llevas mi vida. De los hombros te cuelgan mis brazos; De las caderas, mis piernas; De tu cuello, mi espíritu; De tu historia, mi futuro. Decides dejar la masa de carne, Sola, en una banca de cemento, Junto con un par de bolsas de comida podrida Y dos hojas de períodico. Te alejas. Me dices que debo ser agradecido.

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En la 9 Nos veríamos en la 9. Todas las ocasiones eran diferentes. La cita era a las 2. Llegué a las 3. Con ellos, no había líos por los retrasos; Entendían que el tiempo no existe. La lluvia nos perseguía como quien busca presa. Nuestros pasos rumbo al centro no eran más rápidos que ella. Había que esperar: en la esquina tamalera. Hacía frio, comenzó el diluvio. Un charco empezó a formarse Y de aguas celestiales se alimentó. ¿Qué hacemos? Pues, fumemos. Quedan los justos, sólo hay tres. Cada uno agarró su elegido. Aspiramos, inhalamos, cada uno a su modo, Con sus dejos y mañas. Era posible ver las palabras: Se disfrazaban de humo, tenían cuerpo. Parecía que el cielo lloraba, Tal vez había perdido un hijo, el preferido. Ya no había charco; era un mar. Se acabó el cigarrillo del primero Que fumaba como si la nicotina reemplazara el oxígeno Y le permitiera un segundo más de vida. Arrojó el filtro al mar. Acto seguido, el segundo terminó e hizo lo mismo. No podía quedarme atrás. Era una forma de generar un caldo de vida. Antes de proyectar el disparo

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Noté que filtros antiguos, Cigarrillos enteros, A medio fumar, De muchas marcas, Danzaban en la superficie de lo que, Para entonces, ya era un océano. No estará sólo, profeticé. Comenzó el ajetreo. Se juntaban sin medir quien era de quien. Mientras giraban despaciosos, Hacían amigos, reconocían compañeros de paquete. Se aliaban para crear comunidades en la sequía. Los antiguos agrupaban a los novatos. Había que esquivar las gotas, Si no te hundían y te perdías alguna anécdota divertida. Los más recientes creían ser los que más flotaban; La física los respaldaba. Ya planeaban mega-construcciones: Paqueticos de papas fritas, Mugre, arena, vómito, Cajetillas, hojas de tamal, El universo es bondadoso en recursos. En la margen del mundo, Un grupo que se resistía a la unión Hacía su teoría del fin: Uno decía que sería en el 2666, Lo había escuchado mientras era fumado. Los otros, faltos de experiencia, Confiaban ciegamente. Llovía menos. El camino era largo. Nos miramos. Hicimos el gesto de la marcha. Asentimos sincrónicamente. Empezamos a caminar.

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Sin Rumbo

¿Te has dado cuenta que estamos perdidos? El monte se hace negro entre más caminamos. Las luces de la tarde se extinguen. La hierba se moja con la humedad de la noche. Pero seguimos caminando; A ratos solos, a ratos acompañados, En instantes ni siquiera estamos nosotros mismos, Y seguimos caminando. ¿Deseas descansar? No insistas en parar. No tiene sentido hacerlo. Andemos hacia la carretera, Allí es más seguro. Luego la opaca luz de la luna puede decirnos dónde estamos. Mientras, levántate, llénate de los motivos que abandonaste. Anímate a encontrar el rumbo, Encuéntrale el gusto a lo desconocido. Es mejor no volver por estos lares: Nunca será tan divertido como ahora, jamás. Respira lento, siente el frío, experimenta la zozobra, Regálale a tu vida este momento, Disfruta la falta de visión, Demuéstrate que aún estás con vida.

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Ventosa

Ventosa ¿con quién tengo que hablar para morirme? ya no quiero vivir más no lo deseo quiero morirme, ahora si, en serio hoy vomité, como de costumbre me salían flemas sanguinolentas cerré los puños tan fuerte como pude, abrí mi boca hasta el límite justo antes de desencajar el maxilar lloré con amargura e ira (es muy sabroso llorar así porque las lágrimas salen como con voluntad propia) golpeé al viento tiré coces como bestia rabiosa subió mi corazón a las sienes y casi se me sale por las orejas vi la vida muy escarlata le grité a todos los dioses y creo que se asustaron porque ninguno acudió al grito desgarré mis bandas vocales en silencio les decía

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“hijos de la mismísima ramera pusilánimes ¿con quién tengo que hablar para morirme? no contestaron ellos saben que de asomarse les cerceno hasta la infinitud que dicen, poseen … hoy me toco un vals sublime y bailo solo sin luz espero con gran ansia amainar los sueños para disponerlos sobre góndolas y abandonarlas repletas dentro de los caños de esta mi prostituta ciudad … el cielo me mira dispone todos sus ojos los pequeños los medianos los grandes todos no quiere perderse

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el banquete morboso de verme convulso porque, aunque nadie me crea la melancolía justo a las doce de la media noche irriga con violencia mucho líquido hasta hacer reventar los órganos

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Ursula/ Cartooning, Lรกudano 22 Graphic Design/ Sergio Saucedo


Front Tiger/ Ilustration, Drawning/ Saucedo 23Sergio Lรกudano


Cry me a river ¡ Leopoldo Nikolay Torres Mendez

- ¿Cuáles son tus escritores favoritos?- Preguntó quitándose la ropa. - Belano y Morelli. - No los he leído. Si algo sabía Julio es que quien no ha leído a estos dos jamás amará la literatura, que es una obligación haber pasado por un cuento, un poema; sobre todo si te atreves a auto proclamarte escritor. Notó que Diana era una penosa idea en su cabeza, ella misma decía ser cuentista y poeta, decía saber de vanguardias, de movimientos literarios, pero no había leído a ninguno de estos genios, “al parecer todo era una farsa” pensó mientras desabrochaba su pantalón. Aún así el sexo es sexo con o sin arte, tal vez nos sentimos pobres o profundamente vanos, perdidos, extraviados; es como hacerlo sin amor, porque el amor es al sexo como las palabras al escritor, sin él no deja de ser una simple intención, un monumento al supuesto, a la intuición, como un niño que llora perdido entre la multitud, de la misma manera sucede cuando

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te tiras a un ignorante, a una simulación de artista, una ficción mal armada sobre la vida. - ¿Quieres tocarlos?- Preguntó ella tapando sus pezones, elaborando una extraña danza en la que sus ojos brillaban palpitantes, fulgorosos. - No- Dijo Julio levantándose de la cama, apuntando su camisa, mascullando un pensamiento que lo salvaguardara del remedo de placer que ofrecía la mujer, sintiendo a alguien que ya no estaba - No quiero tocarte- repuso- Ni quiero tus besos, ni tus abrazos, no eres la mujer que “yo” quiero, que “yo” amo. Diana contempló la huída de Julio, vio sus ojos llenos de lágrimas y en ellos una imagen. - ¿A qué me trajiste si no ibas a tocarme? ¿A qué si no ibas a jugar esta simulación? No puedes dejarme en este hotel, no debes hacerlo, no hoy. - No vine por ti sino por ella, vine por ese lunar en tu espalda que me recuerda su rostro, vine por tus piernas que son como las de ella, vine por tu apellido que contiene las mismas letras, por esa “R” al comienzo, por esa “S” al final. Así que pudo ser una Ramos o Rosas, daba lo mismo, sólo quería hacerla mía, como si nunca la hubiera dejado, como si aún viviera. Las palabras de Julio dilapidaron el momento, lo sostuvieron por un tiempo en el infierno haciendo de Diana una herramienta fútil, un objeto que mantiene en sí las formas de lo olvidado, de lo ausente, un objeto inútil por si mismo, que no vale nada sin la dueña del recuerdo. La chica lanzó una mirada al vacío, a un espacio incorrupto, al volumen del aire y entonces Julio comprendió el mal que salía de su boca, quiso repararlo todo con un “lo siento”, como si ya antes en otra vida esta simple frase hubiese obrado de tal manera, sabiendo de ante mano que es a penas un remedio mediocre, un antídoto inútil. La abrazó repitiendo el pase mágico- Lo siento, lo siento, perdóname, no era mi intención- pero los ojos de la chica seguían paseándose por la vieja habitación, absorta en su propio recuerdo pronunció:

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“Now you say you`re lonely You cried the whole nigth throught Well, you can cry me a river...” -¿Por qué cantas eso?- Preguntó Julio lleno de ansiedad, con tristeza, perdiéndose en la imagen en blanco y negro de una película gringa en la que Julie London amalgamaba las mismas frases, la misma duda. - Porque fue lo último que canté para él- - ¿Para quién? - Para el hombre que recuerdo en tus lágrimas, en tus labios marchitos, tu cabello revuelto y sin forma, ese hombre con el alma desierta y desesperada. Mi amor, mi dulce amor. Por un instante a Julio le pareció ver a la ausente, la vio más que antes, ya no tenía que mirar el lunar en la espalda, no tenía que fijarse en las piernas o el apellido de Diana, bastaba con escucharla cantar contra su pecho para reconocer a la que se había ido. La desnudez de su acompañante ya no le pareció desconocida y notó que él no era él sino otro, que también era un objeto, un recuerdo que podía caminar y hablar. Entonces se mordieron los labios, se besaron con anhelo y determinación, sus dedos recorrieron los cuerpos miméticos e imaginarios de los ausentes, se abrazaron entre las sábanas sucias del viejo hotel, recorriendo las marcas que los convertían en otros, que los hacían menos ellos, más aquellos. Las piernas entrelazadas marcaban un compás que rememoraba movimientos pasados, aromas lejanos, pieles olvidadas en un tiempo muerto, un tiempo abyecto. La ropa de Julio había caído por completo y su mano derecha jugueteaba contra los vellos de Diana, mezclaba su dedo anular contra el clítoris erecto y musitaba de nuevo la melodía de la London dejando que su amante siguiera el ritmo de la tonada con besos suaves en sus mejillas, consintiendo que acariciara el glande con sus uñas, permitiéndole tocar su estómago que respiraba delirante y frenético. Al otro lado de la ciudad, en un bar, la ausente siente que su sexo se re-

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tuerce, el movimiento de una mano fantasma envuelve sus piernas y agita su cuerpo, una boca invisible besa su rostro, escucha una canción en su oído, siente miedo y entra al baño. - Te amo- Logra escuchar sentada en el suelo de baldosas blancas, peguntándose por su cordura, preguntándose por la voz, “La reconozco, quién es” se dice pesadamente, incómoda. - Te amo- Vuelve a escuchar mientras dos manos inexistentes recorren sus senos y dedos etéreos pellizcan sus pezones hasta hacerla pronunciar: “Yo también”, una frase que no pensó, dos palabras siniestras que una mente distante ha meditado en su lugar. La mujer levanta la mirada y el baño ha desaparecido, pasea sus ojos y ve un viejo cuarto de hotel que alguna vez visitó, gira la cabeza para encontrarse de frente con Julio, reconoce de inmediato sus ojos, su sufrimiento desmedido, sus labios que siguen musitando la vieja canción tal y como cuando eran amantes. Hay una sacudida en medio de la ilusión óptica, la ausente logra ponerse de pie frente al espejo y por algunos segundos evade las extrañas sensaciones, pero su cuerpo es vencido cuando siente que sus hombros son mordidos con fuerza, una sensación entre el dolor y el placer se apodera de ella, siente las manos que tocan su espalda, besos serenos se pasean por su piel dibujando la silueta de una rosa, de un clavel, tal vez de un león o un chacal, de un ser vivo que respira fatigado, ansioso, jugándose la vida en esa suave epidermis. Finalmente es empujada hacía adelante y completamente vestida siente la suave penetración, un falo del que no tiene más evidencia que el tacto entra y sale de su vulva, siente sus nalgas contra la piel de Julio, reconoce sus movimientos y lo ama una vez más, una última vez, aunque no sabe si es su imaginación y teme muy en lo profundo haber enloquecido, pero se deja llevar. El coito finalizó en un gemido doble, la voz de Diana en medio de la habitación se confundía con la de la mujer en el baño del bar, un coro melódico que Julio percibió con temor, sintiendo un extraño vacío en su estómago, recordando los orgasmos de la otra mujer, tan húmedos, tibios y suaves que siempre que alcanzaba el clímax lo arrastraba jadeando, apretando su miem-

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bro, como si las partes yuxtapuestas se dejaran verter en un vacío infinito. Pero esta noche no, esta noche Julio no fue envuelto por aquellos jadeos y, en cambio, continuó penetrando con suavidad; acarició lentamente la espalda de su amante, dibujaba con la yema de los dedos, dándole tiempo de un nuevo respiro, dándose tiempo para un último esfuerzo… La ausente volvió en sí, desgarrada en un frenesí inexplicable, pidiendo más entre meditaciones vagas, rogando una última caricia, un segundo orgasmo, pero la fantasía había terminado, el hombre invisible se había desvanecido en ese gemido final; sintió como si fuera un último adiós, como si nunca pudiera volver a Julio y una extraña angustia llenó su espíritu: era confuso, después de casi dos años amaba a otro pero extrañaba al poeta, sentía amor por el hombre que la había dejado una y otra vez, sentía que un día lo volvería a ver, pero al mismo tiempo lo despedía en esa ilusión, en esa fantasmagórica aparición. Lavó su cara y se sacó la blusa del pantalón para disimular el pequeño charco que se había formado en su pelvis. Luego salió al encuentro de su actual pareja, pidió disculpas por la demora y se sentó a la mesa, tomó un tequila y cruzó las piernas con firmeza, tal vez sintiendo culpa, remordimiento, recordando el placer lleno de pecado. Julio tomó a Diana por las piernas, la posó sobre su cuerpo, toda ella elevada sobre el poeta, toda ella vibrando, flotando, volando. Al mismo tiempo la ausente comenzó a levitar en medio del bar, con las piernas abiertas recibió la primera caricia del glande, se encontró con un gemido distante y comenzó a llorar, no parecía notar que todos los clientes del lugar posaban sus incrédulas miradas en su cuerpo que cada vez se elevaba más, que comenzaba a bailar en el aire; tampoco notó la huida de su acompañante, ni los susurros de los camareros, ni las gotas de sudor que caían desde su frente, parecía estar drogada por las fragancias del viejo hotel, atada a la espalda de Julio, clavando las uñas en la piel invisible, abrazando un hombre inexistente mientras su cuerpo se paseaba por el aire, entre el humo del cigarro, sostenida por una fuerza sobrenatural y, ante todo, amorosa: los brazos del escritor . Julio y Diana, Julio y la ausente, Julio en un hotel, Julio en un bar; Julio

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tocando cuatro pezones, besando dos bocas, con la piel rasgada por veinte uñas, penetrando dos mujeres, amando a una, fornicando a la otra; todo al mismo tiempo, en una misma dimensión, bajo el espectro del alcohol, entonando a Julie London, entre música y sexo, entre música y cuerpos, entre música y olvido… “You drove me, nearly drove me out of my head While you never shed a tear Remember, I remember all that you said Told me love was too plebeian Told me you were through with me” Horas después Julio y Diana caminaron por la candelaria tomando vino barato. - Bogotá es linda de noche ¿No crees?- Dijo Diana prendiendo un cigarro. - ¿Linda? Es hermosa, una ciudad que divaga entre la oscuridad del Bronx y la lujuria del Santafé, maldice a los poetas que bajan de la Candelaria hasta la Caracas. Mira esa chica, mírala cómo se retuerce-Dijo señalando a una indigente-Eso sólo pasa en Latino América, y únicamente a esta hora, la hora de Morelli, de Belano, del club de la Serpiente, de los Real Visceralistas. - Tú y tus escritores, ¿Por qué no los llamas por sus verdaderos nombres? - Eso sería como llamarte Destino, de nada valdría ser tan directo, en literatura la ficción… Julio detuvo su marcha y se sorprendió, alguien los seguía…

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Mi tía Nora / Ilustración Digital / Malo Galindo

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Fantasías del ocaso y de la noche. Por: Josue Feliciano Ibon Saucedo

Tonatiuh exprime las nubes Y mancha el cielo de rojo, Después se oculta entre las montañas Como un niño travieso Negando sus travesuras. El dios sol juega a ser niño. Coyolxauhqui reclama su turno, Vuelve locos a mares y lagos, Poetas y amantes. Ciclalic Yeyetzi aparece con sus hermanas Adornando el manto oscuro. Tlaloc molesto da vida nueva a Tlileltic Y sus hermanas. Lloran las recién nacidas Ocultando a su espalda a Coyolxauhqui. Ciclalic Yeyetzi no destella esta noche No le permiten soñar al poeta. El poeta no sueña esta noche.

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Sabia y los piratas/ AcrĂ­lico sobre madera/ Cix

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Portafolio El surrealismo de : Roberto Aceves Ansvief Lรกudano 34


La Implosión de los Hábitats / Gráfito, Acrílico / Tela / 2010

https://www.facebook.com/roberto.sevenmilles 35 Láudano


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La Boda de Medusa / Grรกfito / Tela / 2010 37 Lรกudano


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La Destituciรณn de Aldebarรกn / Grรกfito / Tela / 2013 39 Lรกudano


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Y Gabriel que aprendiรณ a robar llevรกndose los clavos. / Grรกfito41/ Papel / 2006 Lรกudano


El arte del trilero Por: Lauro Gutierrez Castro

La felicidad y la infelicidad, estados por las cuales transitamos de un momento a otro, pasando por una desesperación insoportable, siendo esta el rostro patético de un instinto de conservación que como seres humanos tenemos. Conservarse y sobrevivir de manera desesperada, a los que presentan este tipo de comportamientos se les brindan mecanismos para el logro de su cometido, como lo son el afecto, la tranquilidad, la envidia y el desasosiego. Vemos pasar una persona tras persona sin molestarnos en averiguar a donde se dirigen, sin molestarnos siquiera en mirar si es alguien conocido o no, y de cuando en cuando levantamos la vista y nos ponemos a hurgar en el infinito, donde creemos encontraremos algo que sea de nuestro agrado. Pensamos por algunos momentos y volvemos a hojear el libro de autoayuda que sostenemos en nuestras manos, ese manual que nos dice como vivir, irónico pensar que estamos aquí para ayudar a las personas para ayudarles a que encuentre lo deseado, que es la felicidad, queriendo

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ayudar a los demás a estructurarse aun sabiendo que aquellos esfuerzos son en vano. Desde aquel punto de mira, en una especie de pirámide la escena va desapareciendo, volviendo nuevamente a la oscuridad. Entonces toda el acto se vuelve tan natural, tan cotidiano, que me recuerdas las noches pasadas, las propuestas que en alguna ocasión habíamos hecho y nuevamente de las muertes del alma. Nos falta darnos cuenta del minuto necesario para resolverse toda aquella situación: la soledad. Pensar, escribir, atacar contra todo aquello existente. Atisbar lo caótico como una configuración más de las formas humanas. Vislumbrar las conclusiones a las que llegamos sobre los entes que son tan obvias. Dejándonos persuadir por las palabras, aunque no seamos dogmatizados por la filosofía que estas enuncian. Atender al mórbido asimiento por escudriñar inéditos detrimentos. Desdeñar todo aquello que se ve impregnado de remordimientos, miserias y demás cosas. Sobran las palabras para ser pronunciadas para llegar al fondo de todo, sin embargo estas se vuelven ininteligibles ante nuestra realidad una realidad que ha sido destruida por una prolongada masturbación mental, lo peor de todo aquello es que de alguna manera se tiene que hacer de cuenta que aquellas formas lingüísticas fueron entendidas, se tiene que hacer de cuenta de que aquellas consumaciones a las que llegamos por medio del aquel acto de placer solitario realmente existen y convencer a los demás de que eso, mirar las formas plasmadas en los libros, las hojas amarillentas de las cartas, tan solo para torturar nuestro cerebro. Llega el momento en que sólo quedan recuerdos, sólo las viejas cartas que se leen una y otra vez, las fotografías de buenos tiempos. Solo el sobrevivir a la gravedad de la existencia y su insignificancia. Esperar que el final llegue y sin más por hacer marchar hacia la nada. Angustia nos decimos de pronto, angustia. Palabra suelta y al parecer encierra un sentido inmenso en el momento en que es traída a nuestra serie de imágenes inexistentes que llamamos memoria, simples imágenes sin sentido y sin

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articulación. Pero que acaso se refieren al estado del alma en aquel momento de la vida y que cuando muerte se apodera de nosotros, refugiándonos en una oscuridad inmensa. Angustia, soledad, muerte, oscuridad y tierno refugio. Y en un autoexilio lejos del hogar que nos vio crecer es como estar solo, es tan triste como habitar en una ciudad desconocida, en un hotel que nadie siquiera sabe que existe, sin recuerdos que dejar, borrando todas las huellas para así no volver a esos lugares, sin lugares familiares, sin una infancia que recordar en ese lugar, sin fantasmas que nos persigan. Porque en la patria se encuentra nuestro pasado y todos los fantasmas que en este habitan. Sin embargo no todo es malo, existen cosas que nos abrigan y avivan en los momentos de soledad y frió. Porque en el extranjero no somos nadie, no somos nada, somos algo endeble, funesto, vago y deteriorado. El individuo parece más mortal y su estado más efímero. En México todo parece ser solo una fractura, una silueta de lo que antes fuimos, no existe cosa a la cual aferrarse, todo se desmorona, a qué me puedo agarrar en medio de la catástrofe, y un lugar cálido donde refugiarse, no tiene ni nombre, ni patria. Sólo que quizá en ocasiones formamos un hogar sobre estiércol, inestable y enigmático. Soledad, palabra que quizá era la única que sentía y pensaba en todo momento. Porque es lo que expresan en nuestras largas caminatas por las calles de ciudad, recorriendo aquellos lugares que alguna vez visitamos, los cuales nos traen tantos recuerdos angustiantes y llegar al hogar ¿para qué? solamente para tirarme borracho y con un cigarrillo en la mano porque quizá así la angustia que se siente desaparecerá. No ganamos nada con preguntarnos hacia dónde vamos o que hacemos aquí a esta hora y con todos esos seres pasando frente a nosotros, aquellos amigos que quizá fueron tan conocidos ayer y que mañana serán tan desconocidos, esas personas, aquellos pies pasando no son más un excesiva incidencia en aquel lugar y momento. Si en aquel momento hubiera sido posible pensar en una extrapolación de todo aquello, entender el amor, la muerte, cada títere, cada persona como una epifanía, concebirlos como emblemas de las circunstancias que se convertían en algo inalcanzable.

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Caminar por caminar, respirar por respirar, vivir por vivir. ¿Qué acaso estamos viviendo todo este tiempo sin saber por qué estamos aquí? No sé qué creer en realidad, no soy nada no existo y si existo no pienso porque si pienso pierdo la cordura. Entonces ¿para qué seguir adelante si soy nada? Nos podríamos quedar tirados en la cama viendo televisión, tragándonos todas las mentiras que dicen las personas que aparecen en ella. Tirarnos por el balcón, para así terminar con esta angustia que nos podría a llegar a consumir. Levantarme el domingo temprano para ir a misa, rezarle a un dios que quizá no exista, dormir ocho horas al día, ser un buen ciudadano, pagar mis impuestos, tener un empleo mediocre que después de unos meses lo voy a odiar aunque nada pueda hacer por dejarlo ya que si lo hago me podría morir de hambre y en estos tiempos es muy difícil conseguir un empleo, tener una mujer o alguien que pueda fingir que le agrade, son algunas de las cosas con las que puedo soportar la existencia y su levedad. Hacer lo posible para sobrevivir en un mundo lleno de depredadores, sobresalir sobre todos los demás para que al final quizá me dé cuenta de que estoy solo y seguiré estando solo hasta que muera, puedo buscar a una amante pero sólo estaré con ella para tratar de llenar el hueco que la angustia ha hecho. Es gracioso como puedo pensar en tantas estupideces cuando estoy tirado en la cama sin tener nada que hacer y tratar de hacer que el tiempo pase más rápido. Tiempo, palabra que encuentra su sentido en la eternidad según Heidegger, sin embargo tenemos que estar preparados a entender el tiempo a partir del propio tiempo, pero en pocas palabras, el tiempo es aquello en lo que se produce un acontecimiento determinado, es un cambio, algo en lo que se puede fijar arbitrariamente un punto, para así determinar cuál acontecimiento fue anterior y cuál posterior, el tiempo nos da la convicción de que existimos, nos ayuda a estar más seguros de esto. Quizá por eso el mundo moderno si así se me permitiese llamarlo vive pendiente del reloj, quizá por eso nos preocupa tanto la determinación de los acontecimientos, tal vez nuestra inseguridad no nos

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permita alejarnos del reloj. Pero no nos percatamos de que el tiempo carece de sentido; el tiempo somos nosotros, entonces nosotros carecemos de sentido alguno como seres individuales, necesitamos de alguien más para que nos reafirme la función que tenemos en este mundo. No podremos renunciar jamás a aquello que en los más oscuros rincones de nuestro ser duermen: los recuerdos, esperando ser despertados algún día, pero estos tienden a engañarnos y a crear imágenes falsas siendo así inaccesibles manteniéndose así en un estado de hibernación indefinido. Pero estos se apoderan de nosotros cuando dormimos, llevándonos a mundos inimaginables para nosotros, nos llevan a lugares que en ocasiones nos hacen dudar del estado de vigilia en el cual permanecemos, nos torturaran hasta que nuestra existencia llegue a su fin, pegados a nuestra memoria, reflejados en nuestra cara, entrelazados entre nuestros dedos, se presentaran como una deslumbrante explosión de luz que después nos llevaran a la oscuridad, una irrupción de un lado a otro, algo perpetuamente traslúcido que podría solucionarse en la oscuridad total, en donde no existen ni el tiempo ni el espacio. Ninguna novedad y un desconcierto cada vez más grande frente a aquellas reflexiones que se ofrecen día a día. Y toda aquella escena, todos aquellos pensamientos, todas aquellas dudas, todos aquellos sufrimientos se pierden y terminan en una nube de humo. Con la mirada postrada en aquellas olas, que reflejan el infinito. Y todo termina en medio del caos, tal y como comenzó.

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Jinete/ Acrílico sobre tela/ Cix 47 Láudano


Estructuras en calma/ Fotografía / Itzayra Reyes

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Una tarde Azul/ Fotografía/ Luis Armando Cortés Enriquez

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Irremediablemente cotidiano/ Fotografía / Lauro Gutiérrez Castro

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Los Nocturnos de Frederic Chopin: Características y particularidades de su elaboración. Por: Luis Armando Cortés Enriquez

El nocturno como pieza vocal o instrumental es una forma de composición que se ha presentado desde el siglo XIII con la participación de Wolfang Amadeus Mozart, este en un principio, surgió como un género compositivo que su principal objetivo era el ser ejecutado durante la noche, muy parecido al de las serenatas, solo que el nocturno, es de una sola intervención, es decir en su estructura musical no cuenta cono la forma de la sonata tradicional o “beethoviana” de tres intervenciones o partes de ejecución del instrumento, es decir A-B-C, el nocturno solo cuenta con una intervención lo que se reduciría a su estructura compositiva como A. El nocturno fue desarrollado en muchos otros autores como John Field, (1782 –1837) a quien algunos consideran el padre del nocturno en el periodo romántico, esto por brindarle a este, particularidades que posteriormente continuarían utilizándose, como el hecho de intencionarlo solo para un instrumento. Sin embargo durante dicho periodo se volvió un género muy recurrido por los compositores, sin embargo, aquel que lo exploto en la mayoría de todas sus cualidades y que hasta el día de hoy, ha alcanzado una gran popularidad, es Frederic Chopin (1810–1849) quien escribió 21 nocturnos para piano durante la última

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“...surgió como un género compositivo que su principal objetivo era el ser ejecutado durante la noche, muy parecido al de las serenatas...”


“El juego entre la melodía y la armonía, es una cualidad con la que Chopin realiza una gama de sonoridades muy amplia...”

parte de su vida. Los nocturnos de Chopin tienen diversas características en común, como es el hecho de que presentan una melodía acompañada de una serie de acordes relacionados con la misma, que le brindan una libertad en el manejo de dicha melodía. El juego entre la melodía y la armonía, es una cualidad con la que Chopin realiza una gama de sonoridades muy amplia, que a su vez, dentro de sus partituras en general aparecen acordes o arpegios con los cuales juega desde la elaboración de los mismos, que en vez de buscar una consonancia, nos brindan una disonancia que resuelve de forma casi imperceptible, pero que puede identificarse en ciertos momentos centrales de la obra. Lo anterior mencionado no quiere decir que solo utilice arpegios disonantes y consonantes en sus nocturnos puesto que también utiliza el recurso de los acordes completos o tradicionales, en un solo ataque en conjunto con la melodía, más ahí, son aún mas disonantes los acordes y las resoluciones mas eficaces, esto entre dicho siempre con las cualidades sonoras del acorde utilizado. Cualquiera de ambos recursos, Frederic los implementa con una de sus más destacadas características en toda su música, que es la intervención del “tempo rubato”, el cual es la apropiación de ciertos elementos temporales de la figura rítmica siguiente a la que se ejecuta. Este “tiempo robado”, (En el idioma español-castellano) es sin duda la que nos brinda una gran expresividad puesto que a pesar de que la pieza no se vuelve libre en su ejecución temporal, si permite la ejecución mas sensitiva por parte del interprete dejando a la investigación musical, la intuición y la sensitividad del músico la interpretación casi total de dichos nocturnos, o al menos, en las partes que aparece dicha indicación. Frederic Chopin en la mayoría de sus nocturnos logra conjuntar una serie de melodías que al actuar por si solas no nos brindan un en realidad un tema, es decir, la melodía por si sola no cuenta con las características para desarrollar un tema principal, mas la gama de sonoridades que utiliza en la armonía tanto de los arpegios como de los acordes, logran que esta melodía se vuelva un tema lleno de diversas posibilidades sonoras logrando así, amplias cualidades expresivas. Es probable que esta diversa gama sonora genere características de difícil ejecución puesto que, no solo se convierte en una interpretación mecánica de un reto de ejecución de ensayo-error de lo escrito en la grafía musical, sino también de las diversas anotaciones musicales adheridas a la partitura, de entrenamiento auditivo de las diversas sonoridades y además, de lograr una

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correcta digitación procurada y recomendada por el mismo Frederic Chopin en sus método de estudio para piano (inconcluso), que requieren para su estudio, de una gran dedicación y un cierto “virtuosismo” en la velocidad y la interpretación de las variaciones rítmicas, sin perder la naturalidad en la técnica de ejecución; misma que estos nocturnos nos requieren para su adecuada interpretación. Todas las cualidades antes mencionadas, en general las encontraremos en cualquiera de los nocturnos de Frederic Chopin, desde los Nocturnos Opus 9 que fueron los primeros que realizo, hasta el Nocturno Opus 72, todos estos compuestos durante casi quince años, que el día de hoy, tenemos la oportunidad de adquirir y escuchar en diversas reproducciones sonoras de la obra con una gran cantidad de interpretes, o si se es mas aventurado, gracias a el interés por la publicación y digitalización dentro de las nuevas tecnologías de tan populares obras, el aventurarse a intentar lograr interpretar con cierta gracia, la ejecución de alguna de ellas.

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Tlaloc y Mictlantecuhtli / Digital Drawing / Cix

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Ave Inmortal Por: Josue Feliciano Ibon Saucedo

Vuela mi alma Como ave en el aire, En el espacio de la razón Vuela mas alla de lo cotidiano: Penas y alegrías. Se detiene en un árbol Tratando de cpmprender. Del árbol pasa a una palmera, Después el viento la sostiene Sobre una gran mancha de agua. Del lago pasa a las montañas, Eternos gigantes azules; Allí canta y juega A ser inmortal. En mi cuerpo se posa de nuevo. Vuelve a la mortalidad.

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El Control de los elementos (Maestro chile) / AcrĂ­lico sobre lienzo / Cix


... ¿ Y ? Por: Ugo Henrique No todo en la vida tiene un final. En ocasiones los desencuentros solo son eso, desencuentros y ya. Nada de “últimos momentos”; nada de eso. Claro, nada es para siempre (afortunadamente) pero, entre un final infinito y un lapso de transición hay diferencias. “Descuélgate como tú sabes”, “Hincha los músculos reverberantes”. Hasta se escucharon gritos de “no seas mamón” mientras mi buen amigo Tocha afilaba la vista para acabar con un reto que inclusive merecía público: acabar con una sandia de un brinco con casi tres metros de altura desde el primer escalón en el acceso a los salones de la escuela. Una pendiente que imponía porque después del temblor hacía siete años atrás la reparación de ese lugar en específico daba pie a imaginar varas peripecias para niños de segundo de primaria. Claro está, ninguna auspiciada por autoridades de la escuela, mucho menos las curaciones posteriores, detalle que le entregaba a las ideas un valor agregado de vanidad y deseo. En niños de siete la vida es todavía es la hoja de un árbol grande al que se accede con permiso de mamá y sabiendo de ante mano que se está castigado y sin bicicleta por una semana. En ese sentido, una sandia aplastada representaba el trofeo de Tocha frente a los espectadores, su mamá y los directivos sin importar consecuencias, como todo niño.

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Ahora que lo pienso, yo si media consecuencias, era reservado en la mayoría de acciones trasgresoras y no por ser un pequeño consiente sino que le tenía miedo al castigo. Lo religioso nunca fue lo mío, en esa edad también a eso le tenía miedo. De niño uno cree tener poderes y yo los tenía pero me quedaba claro que para eso necesitaba crecer. Al momento de ver la sandia indefensa siendo intimidada por uno y debilitada por todos sentía cierta compasión por ella. Y no una especie de solemnidad sino mas bien el imaginario decía que esa sandia pisoteada y sucia perdería todo valor comestible. Qué cantidad de paladares dejaría esperando ser refrescados y endulzados. Y lo pensaba en voz alta, solo que entre la bulla parecía un pensamiento inútil. Digamos que me inquietaba que no terminara su vida con el fin que le habían otorgado sus mentores. Me inquietaba verla ahí siendo EL trofeo a cachitos, irreconocible y sintiéndose despreciada. Sin pensarlo me contagié de la voracidad infantil que alumbraba el pasillo entero frente a dicho desafío que se postergaba. Llegué a verle los ojos a Tocha y la lectura que le di fueron de ventanales dispuestos al miedo y frenesí de los presentes. La cautela lo estaba tapando poco a poco aunque el arremetiera con sus pies con un profundo deseo de ser él a quien todos voltearan a ver, señalándole, gritándole: es él, él acabó a pedazos con la menospreciada sandia. Mi mamá decía que los ojos no mienten, aclarado el punto, a mi no me engañaba. Entonces la ola de su deseo salpicó, me gritaba tu eres su mejor amigo, si lo logra, también te voltearán a ver a ti. Pensamiento que reprimí en dos segundos para no ser abrumadoramente contagiado sin embargo arremetí a favor de la acción y me puse blandito frente al escenario, era hora de que Tocha no postergara más su triunfo y yo tenía que estar en primera fila.

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Tobillo roto. Ocho de la noche. Hospital de San José. No dormir en tres días. Nunca más volver a caminar derecho y sin renguear. Su amigo le apoyaría siempre.

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