Capítulo 1
LA SALUD EN EL CONTEXTO DEL DESARROLLO
A
l firmar la Declaración del Milenio en setiembre de 2000, los Jefes de Estado y de Gobierno de 189 países se comprometieron a avanzar hacia un mundo más equitativo y libre de pobreza para 2015. Para lograr ese fin, establecieron ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM),
todos los cuales se relacionan de alguna manera con la salud. Este compromiso subraya el firme reconocimiento de que el crecimiento económico, la distribución del ingreso y la inversión en capital humano tienen un inmenso impacto en la calidad de vida de las personas y en su salud. Al mismo tiempo, la comprensión de los determinantes sociales de la salud está otorgando mayor importancia al énfasis en la colaboración entre todos los sectores sociales para mejorar la salud de la población y en el reconocimiento internacional de los derechos humanos. Uno de los principales indicadores del desarrollo y de la salud es la esperanza de vida. Los habitantes de los países más desarrollados tienden a vivir más tiempo que quienes viven en los países en vías de desarrollo. Los promedios nacionales, sin embargo, tienden a ocultar disparidades dentro de los países, donde los grupos más vulnerables tienden a vivir menos tiempo. La pérdida de los años de vida colectivos de la población se traduce, como consecuencia, en una productividad del país más baja. A pesar de la reducción de los porcentajes de personas que viven en situación de pobreza en América Latina y el Caribe, como consecuencia del desarrollo económico que se iniciara en la década de los noventa (medido por el producto interno bruto), esa reducción no ha sido suficiente para contrarrestar el aumento de la pobreza que había ocurrido en décadas anteriores. Además, no se han registrado mejoras mesurables en los indicadores de la distribución del ingreso en la región, que sigue mostrando importantes desigualdades, y que se hace visible en la comparación de los quintiles más ricos y más pobres de la población de la mayoría de los países.
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