Portfolio de periodismo 2011

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­TALLER DE PERIODISMO

Profesor

Pablo Fernández

Leandro Axel Corti

2011


¡Afloje la lengua con Mlynarzewicz! El pintor Ariel Mlynarzewicz, un artista singular que más allá de modas y tendencias, mantiene desde hace años su compromiso con la pintura en su taller ubicado en San Juan al 3150. Su pasión por el hacer sacude el arte actual.

¿Cómo empezó su amor por la pintura?

A los nueve años, mi madre trabajaba como empleada en una galería de arte del Partido Comunista y me contactó con muchos pintores como Antonio Berni y Carlos Alonso. Ese mundo apasionante caracterizado por el olor a tramontina, al óleo, a los pinceles, me fascinó y con la ayuda de mis padres decidí emprender ese camino.

¿Cuáles son los motivos que lo impulsan a crear una obra? Muchas veces, los motivos son ideas proyectadas para una serie de trabajos que poseen una determinada temática, preocupación, determinados mundos para explorar, sentir y descubrir. Otras veces, en el caso de los retratos, es usar el pincel para descubrir, para sacar esa capa y entender lo que le pasa a mi amigo o a mi familiar.

¿Cuáles son las etapas durante el proceso de gestación de las obras?

Está conformado por dos etapas. Por un lado, la pulsional que uno vomita, escupe lo que tiene adentro y por el otro lado, la de reflexión. Los momentos pulsionales son de pura emoción, es todo que aquello que rebalsa en la tela (silencio de diez segundos), que no se puede controlar. Los momentos reflexivos son los del análisis del resultado de la pulsión, escuchar el lenguaje de la tela, estar atento al diálogo con la obra. Estos son períodos de silencio, de tranquilidad, de paz en donde uno mira y piensa. En el caso de un retrato, es algo más organizado porque se tiende a buscar y entender las proporciones particulares a cada persona y comprender la asimetría de ellas. De todas formas, los momentos son muchos más.

¿Quiénes fueron las principales influencias en su pintura? Desde los primitivos italianos hasta Lucien Freud pasando por los expresionistas alemanes, el arte precolombino y sobre todo, Carlos Alonso.

¿Cuál es la huella más importante que dejó en usted, su maestro Carlos Alonso?

Lo primero fue el oficio, lo segundo el amor a la profesión y a la cotidianeidad del pintor. Al haber sido su asistente, y más tarde su amigo, mamé de él eso de ser un tipo que se levantaba todos los días y se iba al taller a trabajar. Me transmitió la verdad de la vida de un pintor y el intercambio con los alumnos y los colegas.

¿Me podría resumir las etapas suyas como pintor? La primera es la de aprendizaje “alonseana” que transcurrió en mi adolescencia de los 16 años hasta los 21 años en donde yo escogía hasta los temas de Alonso. Yo sentía una admiración profunda hacia él y esa cercanía me influenciaba mucho. Después entré en mi etapa polaca que corresponde a cuando viajó a Polonia para hacer un post-grado en grabado. Allá traté de buscarme intensamente y separarme de mis padres tanto sanguíneos como laborales. La última sería la

Enero, Oléo sobre tela, 2007


vuelta a mis raíces, el arraigo a mi tierra en donde empiezo el proceso de independencia económica. Es cuando creó este taller de 25 años de antigüedad.

¿En su producción artística, que tipo de críticas has recibido? ¿Y como lo influencian? La crítica más importante es la que uno hace sobre uno mismo. Yo me considero severo al evaluar mis cuadros. Lo más importante es la autocrítica que uno hace al realizarlos. No doy importancia a las opiniones de los demás. Es más, yo no muestro a nadie mis cuadros antes de exponer para tener una devolución.

¿Cómo es la experiencia de dirigir un taller? El taller es un espacio creativo, un intercambio social interesante porque todos trabajaban pero a la vez, es un lugar de encuentro de personas en donde cada uno dice lo que piensa y muestra su trabajo. ¿Qué es lo más importante para transmitir a sus alumnos? No les quiero transmitir nada. De mis deseos se encarga la pintura en tanto medio para relacionarse con cosas buenas de la vida y poder conocerse uno mis-

mo y con los demás. Tal vez busco, el buen rato y la felicidad, claves para el estímulo de sus trabajos.

¿Cuáles son las temáticas recurrentes de su obra? Siempre fueron temáticas cotidianas. Mi alrededor es el espacio para profundizar. Ahora estoy buceando en otros territorios, voy a presentar una muestra de pinturas abstractas sobre árboles titulada “el bosque”.

¿Qué es la pintura vanguardista para usted? Ser vanguardista es no darle bola a las tendencias. El verdadero está en estos sitios, en los talleres donde se trabaja cotidianamente. El término ha sido muy bastardeado. También es romper con el pasado y tener una visión anticipada del futuro. Lo que viene es volver a pintar desde el amor, desde la necesidad, la gente no se cree más los cuadros hechos en fábricas donde el artista lo único que pone es la idea y tiene 20 empleados que la resuelven.

¿Se considera un pintor de vanguardia? Si, por supuesto porque pinto desde el amor, no pinto lo que me dicen que pinte. Vanguardia es hacer lo que tenes ganas de hacer, no dibujar ni lo que el mercado, los críticos de arte y las tendencias dictan.

¿Que relación cree que existe entre el arte y la política? Ninguna, me parece que existen artistas involucrados que han utilizado el arte como medio para hacer política. De todas formas, los artistas más importantes que hay, que hubo y que habrá no fueron promovidos ni por gobiernos ni por medidas, brillaron por sus cualidades. Los gobiernos se ocupan de otra cosa, no tienen tiempo para el arte.

¿Cómo describiría la actitud de este gobierno con respecto al arte? A los artistas no nos interesa que los gobiernos hagan cosas por nosotros. Este gobierno en cuanto al arte tiene una actitud de promoción como no lo hizo ningún otro. Lo prioritario es que hagan políticas para que la sociedad pueda estar en mejores condiciones de vida, pueda nutrirse, aprender, estudiar, tener buenos hospitales. Se formó una especie de consenso de-

bido a que los artistas somos sensibles a la condición humana y por ende a las políticas sociales de este gobierno. Sin embargo, todo es perfectible y mejorable. “La gran mayoría de los artistas tanto de teatro, de pintura, están apoyando este gobierno como por ejemplo se vio en la última muestra de sustento a Cristina en donde asistieron más de 250 pintores, entre ellos amigos míos. Individualmente, yo siempre participe en distintos movimientos sociales, milité mucho. Cuando uno toma una posición política no significa que tenga que pintar medidas sociales, yo siempre pinté lo que tuve ganas y eso es lo más importante.

¿Cuál es su principal meta como artista? En estos momentos a los 47 años no tengo ninguna meta. Mi ejercicio cotidiano es brindar lo que yo pueda dar y recibir lo que me puedan dar. Una meta sería que alguna vez me salga un cuadro bien pero eso no pasa nunca. Esa sensación que uno tiene que las cosas no salgan bien son las que hacen que uno siga, el inconformismo.

por Leandro Cortiººº


Carnaval improvisado causa trance colectivo ¡A BAILAR HASTA EL DESMAYO! La Bomba de Tiempo es una orquesta de percusión guiada por señas que ofrece todos los lunes a las 22, sus clásicas presentaciones en la Ciudad Cultural Konex acompañado de artistas invitados y un público lleno de efervescencia.

Una hora antes de la inicio del show, la fila de los hinchas de la “Bomba de Tiempo” era ya de tres cuadras. La multitud estaba organizada en diferentes grupos de amigos que tomaban botellas de cervezas y se preparaban para disfrutar del ritual de todos los lunes. Se escuchaba una música de fondo de un telonero proveniente del Centro Cultural Konex ubicado en Sarmiento 3131. Los tarjeteros de ciertas bandas aprove-

chaban para promocionar sus shows a este particular público que miraba de reojo los vendedores callejeros de “brownies locos”, “galletitas espaciales” y “tortitas de la vida”. Los policías estaban inmóviles, vigilaban, espiaban, tenían todo bajo control. Estos intervinieron el pasado 16 de abril y fue duramente criticado por el público habitual de este espectáculo. Isidoro del sur de Capital Federal explicaba: “se llevaron a catorce personas que solían vender, es una pena que pase

esto, ojala que esta gente zafe, ojalá que los larguen pronto”. Sin embargo, algunas excepciones como la de Luis de Boedo, que con un tono irónico los acusaba: “Son unos giles, ya era evidente lo que hacían, además entonaban cantitos, eso les pasa por lucrar con lo que no hay que lucrar”. Cerca de la entrada al recital, las personas que tenían entradas en mano probablemente compradas con la promoción 2x1 de la Tarjeta La Nación ingresaban directamente mientras los de la fila eterna hacían “fondo blanco” de sus cervezas dejándolas en la vía pública, o llamaban desesperados a sus amigos impuntuales para que llegasen pronto. Con treinta pesos se podía comprar la entrada para ingresar al show. Después de la palpada, los visitantes entraban eufóricos, corrían unos pocos metros, sonreían, gritaban, saltaban. Dentro del Centro Cultural Konex, la organización perfecta (los baños químicos además de los baños comunes, múltiples bármanes en la barra de la venta de alcohol) fomentaba un agradable ambiente en donde todos se sentaban de forma circular en el piso, rememorando al mo-

vimiento hippie de los 70’, en la espera de la aparición estelar de la Bomba de Tiempo. En las barras, las personas formaban filas para comprar alcohol, los precios eran baratos en comparación a cualquier otro espectáculo. Iván, un tradicionalista de la Bomba de rastas largas y jardinero, insistía: “Vale la pena comprar el Fernet de litro, hay muy pocos lugares que lo venden, igual antes era menos careta me acuerdo que hace 4 años, el litro de cerveza costaba 5 pesos, y el vaso grande de Fernet por ahí, ahora está re caro. “ A las 20:10, los primeros tambores empezaron a sonar. Todos los visitantes se aglutinaron bajo el techo del Centro Cultural. Lejos del escenario, un director de orquesta vestido de rojo coordinaba los distintos instrumentos tocados por quince personas. Estos instrumentos de carácter percusivos provenían de todo el mundo (Africa, Indonesia, Balí, Java). El director no estaba vestido con el típico vestido de traje y corbata sino que estaba vestido con un delantal rojo al igual que sus compañeros. El ingenioso director Santiago Vázquez, integrante de Puente Celeste, fue quien propuso la idea de formar un orquesta percusiva, instrumento históricamente discriminado por la música clásica, dirigido a través de un len-


guaje de señas, que fomentan una eterna improvisación. No es casualidad que desde el 2006, la Bomba del Tiempo haya lanzado solo un disco. La actuación de la Bomba era la improvisación en tiempo real que formaba un placer colectivo en donde todo era efímero e irrepetible debido a la mezcla de exploración rítmica y baile tribal desenfrenado. En esta ceremonia carnavalesca, se generaba una alegría, energía, un clima de fiesta representado en los visitantes que bailaban sin cesar sin importar la técnica, la opinión de los otros, ni nada por el estilo. Entre los aplausos efervescentes del público, Micaela de Belgrano, gritaba: “las vibraciones de estos genios te llegan hasta la medula, y no te queda otra que bailar, bailar y bailar, es una especie de ritual del que no podés salir, lo lindo es que todos disfrutan a su manera”. El límite entre los músicos del espectáculo y los espectadores se desvanecía ya que todos habían entrado en el trance de ritmo en estado puro, slogan característico de la banda. Además se iban intercambiando los instrumentos según el momento y quién los dirigían La

juventud porteña y un número llamativo de extranjeros sacudían sus cuerpos con la entrada de los invitados del lunes 30 de mayo: Santiago Michael con su Abarika y David Langer en Balafones (xilofones africanos). Las composiciones experimentales de manera automática se conectaron con alrededor 1500 personas, y tenían características como la música techno actual en donde los sonidos rítmicos iban en crescendo hasta explotar en un clímax musical. La Bomba de Tiempo lograron desarrollar su estilo característico, difícil de poner en palabras, como la pasión que transmitían los músicos al tocar. Entre saltos, sudor, humo, cerveza, euforia, las personas no tenían tiempo para poder recomponerse físicamente. La mayoría bailaban desaforadamente y otros aún más. Los porteños formaban los famosos “pogos” como si fuese una banda de rock, en donde se generaba un círculo entre la multitud y con el clímax musical todos saltan dentro del espacio vacío. El show estaba entrando en su recta final, bajo la dirección de Alejandro Oliva, la interacción entre el público y la banda era mayor que antes. A veces pidiendo aplausos, siem-

pre acompañando el ritmo improvisado y otras veces haciendo gritar y cantar al público los ritmos rioplatenses candomberos. Esto fue el mejor momento de la noche, que invitó a bailar a muchas personas con los ojos cerrados para que se dejasen traspasar por el ritmo de la Bomba de Tiempo. Sin pausas, la improvisación musical recorrió varios ritmos, e hizo saltar, mover los brazos y gritar a todos. Los músicos cuando dejaron de tocar, tuvieron como respuesta un alud de aplausos y bajo los cánticos del público arrancaron su última improvisación. Cuando todos abrían los ojos, dejaban de aplaudir, de saltar, de bailar y de moverse, el trance de las 1500 personas había terminado al igual que los sonidos de la Bomba del

Tiempo. La multitud se encaminaba hacia la salida, y todos tenían enormes sonrisas en su caras y comentaban lo que acaban de vivir. Daniel de Vicente Lopez, alegremente exclamaba: “¡Se zarpan estos genios!¡Te vuelan la cabeza! Son capaces hacer bailar eufóricamente a una enorme cantidad de gente durante dos horas seguidas. Muchas vibras positivas para empezar la semana”. En la noche de lunes, a la salida, muchas personas vendían panes rellenos, empanadas, bebidas frescas para recomponer las energías. Un colectivo con forma de barco acompañado de una banda musical se acercaba a la salida para transportar a la multitud a los llamados “After-Bomba”. La fiesta no había terminado, seguía en otro lugar pero seguro no llegaba a la altura de la magnitud de la Bomba de Tiempo.

por Leandro Cortiººº


Un viaje efímero al mirador TORRE DE BABEL PORTEÑA CON LIBROS El recorrido cultural diseñado por Marta Minujín, artista plástica, es la principal actividad recreativa en el marco de Buenos Aires como la capital mundial del libro.

Las expectativas de las decenas de personas para entrar en la Torre de Babel de Libros, creada por la artista plástica argentina Marta Minujín ubicada en Plaza San Martín eran positivas en comparación al efímero disfrute que depararía el interior de la estructura cónica fragmentada, de aproximadamente 25 metros de alto por 15 de diámetro en su basa, recubierta por 30 mil libros en diferentes idiomas. La cantidad de textos no era precisa ya

que el número de 20 mil estaba escrito en el folleto informativo. Sin embargo, Martina, una de las guías de la torre había recitado sin respirar: “la cantidad de libros es de 30 mil, de los cuales 26 mil habían sido donados por más de 50 embajadas, asociaciones y delegaciones, sumado a este gran proyecto se realizó una campaña de recolección en el pasado mes de marzo en bibliotecas, librerías y centros de gestión y participación en toda la ciudad que logró llegar a la cifra de 30 mil”. Estos textos usados y nuevos estaban

envueltos en bolsas plásticas y un precinto los sujetaba a una malla metálica que los protegía de la lluvia. En forma de dejavú, esta cifra jugaba de forma directa con una obra pasada de la artista de vanguardia, el “Partenón de Libros” que era una reproducción del monumento de Atenas constituido por 30 mil obras impresas prohibidas durante la última dictadura militar argentina. Entre tantas cifras, a las 19, la estructura de arte efímera de intervención urbana, llevada a cabo en conjunto con el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ubicada en un lugar abierto estaba iluminada por modernas luces provenientes de todos los rincones de la plaza dejando a oscuras el Círculo Mílitar. Para ingresar a la torre, las filas se dividieron en dos: la más exclusiva era para los precavidos que habían reservado turno vía Internet (la disponibilidad se agotó los primeros días) y la segunda eran personas curiosas que paseaban por Buenos Aires. Pablo, un fotógrafo aficionado proveniente de Belo Horizonte de Brasil comentó en un idioma "portuespañol” que estaba en el taxi, negro y amarillo, y vío esta cosa y se tuvo que bajar para tomar unas fotos”. La segunda hilera no se movía, muchos establecían charlas entre sí olvidándose del espacio de actividades ubicado cerca de la entrada. Luego de una hora y media, las personas de la fila curiosa rezaban para que no llegasen más personas responsables. A las 20 y 30, las va-

llas de la entrada se abrían, y de forma organizada una guía de la Torre pedía los nombres y documentos para identificar a los visitantes. El primero de la tropa alentaba de forma irónica: “Perseverá y triunfarás” mientras otra persona se proponía buscar una aguja en un pajar: "Vengo a esta obra para encontrar algunos de los libros que doné”. Para ingresar se debía subir por un pasillo de acceso a través que se iba achicando poco a poco. Al acceder a la planta baja, Martina, una de las guías de la Torre, recitó una breve presentación de la obra y finalizó con un dato curioso: “El 28 de mayo se desarma esta torre. Los ejemplares serán catalogados y trasladados a la sede de la Biblioteca Gálvez en avenida Córdoba 1556, para formar parte de la Primera Biblioteca Multinlingue de la Ciudad de Buenos Aires." Inme-


diatamente, las treinta personas reunidas en su mayoría perseverantes se esparcieron desordenadamente para recorrer todos los espacios. La mayor restricción fue la imposibilidad de acceder al último piso (séptimo) cuya exclusividad era para Marta Minujín y sus invitados además de la duración del recorrido aproximadamente de veinte minutos. A pocos metros de la entrada, una minitorre de Babel de un metro y medio era el principal foco de atención de los visitantes. Ninguna persona dudó en posar y sacarse una foto con la Gioconda del Louvre. Enfrente de este trofeo, había dos rectángulos de cartón sostenidos con alambres que simulaban los e-books, los libros digitales de la era 2.0. Estos contenían la palabra “libro” escrita en diferentes idiomas. Arriba del toque moderno, había una televisión que de forma interactiva transmitía el proceso de construcción de esta torre con la repetida presencia de Marta Minujín caracterizada por su pelo rubio, sus anteojos, y un casco blanco. La Torre fue uno de los eventos principales del festejo de la distinción de la Unesco por “Buenos Aires

Capital Mundial del Libro 2011” fue la frase concluyente del spot. Entre los flashes de las cámaras, progresivamente una cierta música de fondo comenzaba a sonar desde los cuatros parlantes de la planta baja. Las guías recomendaban a las personas que deambulaban por el primer piso buscando alguna curiosidad a acceder a los pisos siguientes. Una cuerda cerró la planta baja y dejó atrás la diversidad de todos los libros del mundo que estableció una gran metáfora de los diferentes países del mundo y las colectividades que hacen cada día la identidad única de Buenos Aires. En el primer piso y en el segundo, los espacios de interacción fueron nulos en comparación con la planta baja, la única posibilidad era dar vueltas y seguir subiendo las escaleras. Los libros eran principalmente de América. En el segundo, los visitantes estaban por primera vez en una altura mayor que la estatua de San Martín y su caballo. Los ruidos de la calle se acallaban lentamente mientras se escuchaba una música repetitiva y monótona que pronunciaba: “Boek, livre, book, libre, kirja, livro, liburu, bog, kitab, buch, bok, aklat”. Esta fue la palabra libro recitada en diferentes idiomas. En el tercer y cuarto

piso, los títulos de los libros ponían de manifiesto sus orígenes europeos entre ellos: “Le petit Prince” escrito por Antoine de Saint-Exupery. El quinto piso estaba decorado a los volúmenes de África. En el sexto piso, la angustia de ninguna interacción informativa fue corrida por el paisaje que ofrecía la elevada altura de la torre. Sin embargo, no había tiempo para posar, ni con la calle iluminada de Santa Fe, ni con el palacio de la Cancillería, ni con las frondosas copas de los árboles de la Plaza San Martín. Además la música que en principio acompañaba se convirtió en una música que trataba de expulsar a los visitantes. Entre simbologías asiáticas, la Torre de Babel de

Libros desprovista de sus rasgos curiosos se volvía un mirador de la Ciudad de Buenos Aires. En las alturas, a las 9, las personas de abajo no paraban de mirar a los meticulosos visitantes. Todas las personas evacuaron progresivamente la obra de arte para que el próximo grupo la disfrute. En las escaleras, Julia, una joven proveniente de Caballito manifiestó con aires de desilusión: “Pensé que por dentro iba a ser más interesante igual está bueno porque de cierta forma a través de los libros se logra unir a todo esta gente que participó de forma masiva”. De alguna manera, en la noche fría del jueves, todos los visitantes habían disfrutado de forma efímera (alrededor de quince minutos) la obra de Marta Minujín.

por Leandro Cortiººº


Clima de definiciones EL ULTIMO TANGO EN PALERMO Los compañeros de La Cámpora de la nueva unidad básica de Palermo pronunciaron las últimas palabras el día previo a las elecciones presidenciales 2011.

Luego de un mediodía de asado y milongas, el compañero de la agrupación y legislador porteño Juan Cabandié sugirió: “No tomen esta noche, duerman bien para mañana y voten con responsabilidad”, para dar inicio a su discurso en la nueva sede, inaugurada a fines de septiembre y situada en Uriarte 1733. En la sala todo parecía calmo, como un día cualquiera.

De los cuarenta presentes,

la juventud -característica del barrio- se mostró mayoritaria dentro de la sala. Esta vez no cantaron ni flamearon banderas, sino que se trató de algo más discreto e improvisado, en contraste con los cierres de campaña anteriores. Desde la vereda desierta apenas se sentía el murmullo del acto; algunos curiosos frenaban frente a la vidriera y se quedaban mirando. Los discursos de los proselitistas eran sigilosos, para no despertar a los vecinos que dormían la siesta de sábado por la tarde. “No hay que decir que Cristina

va a ganar porque la gente se asusta y termina votando a otro por miedo a la supuesta dictadura K de la que tanto hablan los medios”, advirtió Cabandié en su discurso. Enseguida, para aclarar cualquier ambigüedad, instó a que “solo recuerden que nosotros vamos a defender nuestro voto”. A su lado, el comunero de Frente Para la Victoria de Palermo Gonzalo Toyos -apodado el “Oso”- asentía con la cabeza frenéticamente todos los dichos. Entre ambos se asomaba la figura de la Presidenta de la Nación, que parecía despegarse del poster ubicado detrás de los referentes. El espacio no era inmenso pero sí resultó suficiente para que los militantes y algunos vecinos se sentaran en ronda o se mantuvieran de pie para escuchar a los oradores. No se destacó, extrañamente, la presencia de otras organizaciones, teniendo en cuenta que muchas habían participado de actos anteriores de esta misma sede –en su inauguración a la cual asistieron integrantes de Actitud Peronista, de JP Descamisados y Colectivo Militante, entre otras-. El clima de victoria se reflejaba con cierto disimulo en sus sonrisas. Un esbozo de complicidad entre las miradas desnudaba la ansiedad de los resultados y la satisfacción del

triunfo. El Oso no tardo en meter bocado: “Tenemos que superar el 51,73 % de los votos que obtuvo Raúl Alfonsín para que nuestra Presidenta quede en la historia desde el retorno de la democracia en el ´83”. Luego explicó la diferencia entre un actor y un dirigente político, sosteniendo que “a lo largo de este 2011 la oposición se ocupó de ser mediática mientras que el Gobierno se esforzó por construir política.” Cabandié, nacido en cautiverio en la ex Esma, resaltó el rol del Gobierno en materia de los derechos humanos e insistía sobre el valor de la militancia cuando dijó: “la verdad es libertad absoluta, lo digo siempre, todos juntos emprendimos el camino para juzgar los responsables de ciertas atrocidades del pasado que no se deben olvidar, es tarea nuestra (de los jóvenes) ser activistas de los derechos humanos argentinos y luchar por esa verdad.” Para darle un cierre a su discurso, Cabandié repitió lo que había mencionado en el marco de la inauguración del centro político cultural Cristian Caretti: “General, no se ponga celoso, pero acá tiene una competidora que va a cumplir el sueño que usted inició”.

por Leandro Cortiººº


Los diversos rumbos del cierre de campaña comunal TODOS CON PINO El cierre de campaña de Proyecto Sur se realizó el miércoles pasado en un local de Palermo de la Comuna 14 ubicado sobre Guatemala a pocos metros de Scalabrini Ortiz, en donde el candidato a comunero por el barrio de Palermo, Marcelo Alejandro Charlon, presentó un resumen de sus propuestas.

De izquierda a derecha: Marcelo Charlon, Anahí Cordero, Analia Marin.

A las 19, los militantes del Partido Socialista Auténtico y del Movimiento Socialista de los Trabajadores vestidos con la remera del lema “Solo Pino le gana a Macri” hacían flamear las banderas verdes frente a Guatemala 4470. El ritmo de los cánticos de la juventud de Proyecto Sur invadía la tranquilidad barrial de la zona. El número de los jóvenes como también los visitantes no era elevado. Pocos minutos después, la casa política cultural abrió sus puertas para el ingreso de las personas. El

lugar estaba teñido de verde con carteles que decían: “Si se pudo, se puede” o “Pino 2011, Proyecto Sur”. El espacio del evento se asemejaba a una pequeña conferencia de prensa con un número acotado de sillas. Patricia Paredes fue la anfitriona encargada de recibir a la pequeña multitud y entregarle personalmente los volantes de Proyecto Sur con las propuestas de la Comuna 14. Mientras unos jóvenes estaban bebiendo mates, otros leían los folletos. En la sala, el reciente debate poco efusivo entre los militantes del partido se volvió más

dinámico con la intervención de Anahí Cordero, candidata a la Legislatura de la Ciudad ubicada en el sexto lugar de la lista. Ella se ocupaba de dejar en claro la nueva modalidad de las elecciones porteñas del 10 de julio. Además, aclaraba la estructura de una junta comunal de siete miembros, con un presidente. Estos representantes eran elegidos en forma directa y con arreglo al régimen de representación proporcional establecida por la ley electoral vigente. De manera formal, la candidata a legislatura especificó: “Es un proyecto de descentralización del poder político y administrativo que prometía una mayor participación y representación ciudadana y una atención de las necesidades y problemáticas de los barrios”. Paredes agregó sintéticamente para concluir con la idea: “Las comunas tienen como objetivo convertirse en un futuro canal real de participación democrática de los vecinos en los asuntos públicos de gobierno del barrio”. Luego de un instructivo de la nueva ley de reforma electoral, el eje de la charla se centró en los problemas de la comuna 14 (Palermo). El principal tema fue el de los espacios verdes en donde Cordero destacó una eficaz importancia en la recuperación de estos lugares como por ejemplos los de Plaza Ita-

lia, de Lagos Pacíficos y del Rosedal. Para la candidata a la Legislatura de la Ciudad es indispensable controlar los trabajos de mantenimiento en los espacios verdes. Además, las propuestas de Proyecto Sur son el impulso a la creación del “Parque Pacífico” en los ex terrenos ferroviarios ubicados desde la avenida Santa Fe hasta Niceto Vega, la recuperación administrativa del Zoológico, el Predio de la Rural para la Ciudad y la salvación del Parque Jorge Newbery. Cordero realizó una breve descripción de Palermo cuando dijo: “En este barrio que es puro edificio y autos, a la gente le importa mucho el espacio al aire libre”. Ligado a este tema, la candidata a ocupar una banca en la Legislatura Porteña manifestó de manera indignada: “Cuando las personas no recogen con una bolsita, la caca de sus perros le toman el pelo a sus vecinos y también ensucian nuestros queridos espacios verdes.” Pocos minutos después, las diferencias presupuestarias de las otras campañas como la de Propuesta Republicana (PRO) y la del Frente para la Victoria (FPV) fueron el tema de discusión introducido por Paredes. Estas propagandas políticas extremadamente más elevados monetariamente en comparación a los de Proyecto Sur restringieron el campo de acción del último durante su campaña. Cordero con suspiros de fas-


tidio insistió: “Es muy difícil la tarea de enfrentar a dos aparatos estatales que llevan la delantera en las estadísticas” refiriéndose al PRO y al FPV. La candidata a legisladora explicaba la difícil situación del partido pero a pesar de esto Cordero confesó: “Sólo el 14% de la gente sabe a quién va a votar y el resto es una incógnita. Puede que nuestro partido sea una salida para los que no están ni con el Pro ni con Cristina”. El debate desembocó en la capacidad creativa de Proyecto para aprovechar su presupuesto. Cordero enumeró las distintas formas de propaganda: “Caminatas, visitas a hospitales, a las villas, cabildos abiertos, charlas y debates, mesas de discusión en cada comuna”. Y por último, según Paredes, la estrategia de campaña estuvo basada en las propuestas que trataba captar al público ávido de propuestas políticas en un panorama vacío de soluciones. Paredes como prueba de sus declaraciones, mostró al público los folletos de las “100 propuestas para transformar la ciudad” y de las comunas. La anfitriona, remarcó una virtud del partido: “Somos concientes, sabemos trabajar en

equipo y con el vecino y siempre tratamos de buscar una respuestas para todas los problemas como por ejemplo la precariedad laboral, talleres clandestinos, inserción juvenil, trata de personas.” La charla tomó otro rumbo que involucraba al público sentado frente a estos oradores. Cordero remarcó que lo gratificante de la comuna de Palermo fue ver la adhesión de jóvenes al movimiento político, social y cultural que mostraban una pasión por la política y un largo trecho todavía por caminar a diferencia de la Unión Cívica Radical que fueron casi siempre más viejos. La candidata definió a Proyecto Sur y a su juventud como “un movimiento de centro izquierda que se abrió recientemente camino detrás del espacio hegemónico de FPV y que busca posicionarse. Es una juventud manifiesta en la militancia del movimiento y también en los nuevos candidatos a comuneros.” A las 20, el candidato a comunero por el barrio de Palermo, miembro del Consejo Consultivo Comunal, Marcelo Alejandro Charlon, llegó al evento una hora tarde. Cinco minutos después, el militante de Proyecto Sur de seis años de antigüedad fijó su mirada levemente hacia abajo y se incorporó al debate. Luego de una breve

y protocolar presentación de Charlon, este comunicó al público su relación con la Comuna 14: “Vivo en Palermo desde mi niñez y estoy por cumplir los cuarenta y siete y habló mucho con la gente y ellos me cuentan sus problemas, estos últimos años estuve participando activamente para tratar de revertir las falencias de un Estado que está ausente y no parece importarle el cuidado del espacio público que está en el centro del debate de un barrio en donde viven 223.772 personas.” El candidato a comunero para reivindicar su compromiso no tardó en declarar sus luchas diarias políticas y al igual que sus compañeros destacó: “Lo central son los lugares verdes, defendemos el cuidado del Parque Las Heras, que allí no se haga una playa de estacionamiento, y queremos que la administración del Zoológico y de La Rural vuelvan a manos de la ciudad ya que el primero vencería en 2012”. El debate se había convertido en un monólogo del miembro del Consejo Consultivo Comunal cuando hizo referencia a las Cien Propuestas para Transformar la Ciudad, y enfatizó: “Nosotros nos vamos a encargar de trabajar en conjunto con otras comunas para lograr solucionar el tema de los subtes.” También insistió sobre el proyecto de un gran centro de salud y admitió el gran trabajo del movimiento de Proyecto Sur en el Hospital Fernández. Charlon con sus

movimientos gestuales pronunciados explicó las nuevas modalidades electorales: “Las comunas son una herramienta de transformación barrial. Si bien nosotros, los militantes, y los espacios que representamos tenemos la mayor obligación y debemos ser exigidos en esa medida, siempre vamos a cumplir mejor nuestra tarea si los vecinos están junto a nosotros, involucrados y movilizados en defensa de aquellos intereses que son comunes. Por ahora veo una falta de conciencia y de propuestas por culpa de la gente y por otro lado la falta de difusión sobre la información de las comunas.” Por último, el candidato a comunero confiado por los resultados de las elecciones enunció una frase de campaña de Proyecto Sur: “Nosotros nos caracterizamos por ser un movimiento emancipador de la Argentina. Nuestro objetivo es luchar por la democracia para que no haya hambre”. La charla había agotado todas las posibilidades de rumbos. A las 20 35, el encuentro se estaba acercando a su fin. Paredes mostró al público un famoso video titulado “Viajamos como ganado” que trataba sobre las terribles condiciones que viven todos los pasajeros cotidianamente en los viajes de subte. Cada orador se dedicó a saludar a las personas del público y les entregaron otros folletos más. Cuando todos salieron de la sala, la tranquilidad del debate concordaba con la tranquilidad del Barrio de Palermo.

por Leandro Cortiººº


La pasión de un comunero El militante de Proyecto Sur de seis años de antigüedad, Marcelo Alejandro Charlon, obtuvo el séptimo puesto para comunero por el barrio de Palermo en las elecciones pasadas del 10 de julio en la Capital Federal. El próximo 10 de diciembre asumirá el cargo por la Comuna 14. Según Charlon, el período de campaña fue un trabajo intenso de todos los días que incluía mesas de discusiones, charlas vecinales, difusión de material casa por casa, a diferencia del actual en donde el candidato electo expresa: “Siento una tranquilidad absoluta”. Desde hace dos años, es miembro de los Consejos Consultivos Comunales (CCC), espacios de deliberación y concertación de la comunidad. Su día laboral comienza a la tarde debido a las obligaciones laborales de los vecinos. Este organiza reuniones con las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), debates con los actores sociales y combate diariamente para mejorar las necesidades de la Comuna 14. Entre las luchas, las más destacadas son la salvación del Parque Jorge Newberry, el Parque Tres de Febrero, la recuperación administrativa del Zóologico, el Predio de la Rural para la Ciudad. Charlon vive hace 47 años en Palermo y forma parte de la generación que ingresó en la política en el año 1983 con la vuelta a la democracia. Un año de carrera le faltó para graduarse de arquitecto, sin embargo, el comunero electo pone de manifiesto su compromiso social cuando aclara: “Transformar la realidad, escuchar a los vecinos, trabajar junto con ellos. No damos algo a cambio de algo, entregamos todo sin esperar una devolución”. Además, utiliza una frase similar al “Nada es imposible” del ex boxeador Muhammad Alí para mostrar su bagaje ideológico sobre su profesión cuando declara: “La política es hacer que lo imposible sea posible”. Según Charlon, las graves fisuras del sistema actual son el clientelismo y el enriquecimiento ilícito de los gobernantes. Los malos resultados de las elecciones primarias, abiertas, obligatorias y simultáneas del partido de centroizquierda ponen sobre la mesa un nuevo desafío. Este consiste en mostrar la influencia de los principales problemas de la Argentina en la vida cotidiana de la población. De cara al futuro, el militante propone su visión para revertir la situación de Proyecto Sur cuando dice:”Es en el quehacer de todos los días en donde debemos mejorar la transmisión de nuestros principios ideológicos como partido. Hay que trabajar, trabajar y trabajar.”


El comprometido “irresponsable general” de la Casona ENTREVISTA A GUILLERMO CASTAÑEADA La Casona Cultural Humahuaca, un Centro Cultural con Bar ubicado en Humahuaca al 3508 en el Barrio de Abasto, se volvió un hito barrial. Es un lugar donde los vecinos y talleristas pintan murales en las casas, arman milongas callejeras, intervenciones recreativas y emprenden movidas solidarias.

En China, habitan millares de personas, cada día nace un barrio nuevo. En estos inicios, las plazas son los únicos espacios que no se pavimentan dejando el polvo original. La comunidad de alrededor de ellas es la encargada de adornar este lugar, como por ejemplo con una cancha de fútbol o con rayuelas. Luego de construir las necesidades de los vecinos, la municipalidad interviene para darle un cuidado especial a esta área”, narra Guillermo Castañeda, fundador del Centro Cultural. Este cuento chino es la mejor metáfora para definir a

la Casona Cultural de Humahuaca en donde convergen los caminos de la salud mental, la educación por el juego, el espacio comunitario barrial y el artístico, que deja siempre vías libres para nuevos rumbos. Desde 2000, el Centro desarrolla actividades comunitarias, culturales, recreativas y para la promoción de la salud, tanto en el espacio público como en el privado, intentado armar un tejido social, para la reconstrucción de vínculos solidarios, para difundir valores de salud y articular creativamente lo que esté pasando en el entramado social que participa. Guillermo Castañeda además de ser profesor de educación física es

Licenciado en Psicología Social y posee estudios en psicodrama, una forma de psicoterapia inspirada en el teatro de improvisación y concebida inicialmente como grupal. “Yo soy el irresponsable general de todo este quilombo”, bromea Guillermo e insiste sobre lo indispensable de trabajar con grupos de manera horizontal: “La jerarquía existe ya que la última decisión la tengo yo, pero somos muchos grupos trabajando hacia una misma dirección”. Su vida está volcada a la recreación educativa, es decir, la educación a través del juego, diferenciándose de las empresas de entretenimiento turísticas cuyos guías están a cargo de 50 personas y buscan sacarles la plata de los bolsillos a los chicos en sus viajes de estudio. Castañeda prefiere acompañar todo el proceso de aprendizaje con sus chicos y disfrutar de la interacción con ellos. Además recuerda una anécdota: “La imagen de los guías que incentivaban a los chicos de cantar: “¡Chevallier, Chevallier!”, me causo mucha repulsión y yo, como un guía del bando opuesto, les gritaba a esos pequeños que no tenían que cantar el nombre de una empresa de transporte sino el de sus propias identidades, culturas e historias”. En 1983, en un contexto de democracia prematura, Castañeda

trabajaba como docente de rugby tratando de no adoptar prácticas agresivas, como si hacían ciertos compañeros docentes que golpeaban las manos de los alumnos. La dinámica de lo grupal y lo colectivo le pareció fascinante. La psicología social se encargó de darle fundamentos teóricos a su práctica y la curiosidad lo llevó por el psicodrama. A los 35 años, en una plena crisis espiritual manifestó: “¿Y ahora con esto, qué carajo hago con todo lo que soy?”. Su respuesta inmediata fue la decisión de emprender un viaje por todo Latinoamérica, con la sola certeza que a la vuelta, aplicaría todos sus conocimientos en un proyecto. “Los inicios espirituales de la iniciativa fue cuando miré la película, 12 monos, después de volver de las ruinas del Tiwantinsuyo, en La Paz, Bolivia. Esas dos cosas fueron un cóctel explosivo”, rememora Castañeda. Fue su voz interior que le


dijo: “Guille andá, recorré todo lo que quieras, no te va a pasar nada, vas a estar cinco meses y cuando vuelvas te vas a poner un centro cultural”. A los ocho meses, sucedió textualmente. Ricardo Castañeda, el hermano de Guillermo, el gran benefactor del proyecto y creyente del desarrollo social, le ofreció comprarle una casa para alquilársela para que pudiese emprender la idea de los talleres de juego y psicodrama. En el 2001, la Casona empezó a caminar pero con problemas económicos como los a c t u a l e s . “El objetivo original y principal fue comer la pata de pollo, intercambiando talleres y vendiendo cola por uno o dos pesos haciendo lo que nos gustaba”, admite con sinceridad el profesor. Con la ayuda de sus amigos, Héctor, el negro Quevedo y Alberto Larroque, se cambiaban la gorra de talleristas para luego ponerse el de mozos con un arduo trabajo de 18 horas diarias. Cada vez el lugar iba tomando más fuerza. Castañeda y sus amigos se propusieron ir en contra de las corrientes de pensamiento como las de

enrejar las plazas o no conocer al vecino. “Teníamos sueños utópicos, queríamos volcar las actividades o eventos como las milongas a las calles para unirnos como comunidad y lograr una mejor salud comunitaria y convivencia vecinal, y me parece que lo logramos”, declara Guillermo con aires de nostalgia. Además cuenta una anécdota sobre el cambio de actitud en los vecinos: “El mismo viejo que nos criticaba o nos acusaba de hippies roñosos por hacer rondas humanas en las calles, dos años después terminaba sentado con nosotros riéndose, festejando, c a n t a n d o , i n t e rc a m b i a n d o su vida con la de sus vecinos.” Los objetivos eran trabajar en tiempo libre, explorar, jugar, aprender recreación en psicodrama, en las otras artes, y en la parte comunitaria. “Fue por el año 2003, una mesa de Ping Pong de la ex novia de un amigo mío que después de la ruptura, la trajo al Centro, y fue esta mesa que se encargó de interconectar a todos los integrantes de la Casona y promover la confluencia de distintos grupos de trabajo sobre nuevas temáticas de investigación, que iban surgiendo en las charlas con el ruido de fondo de la pelotita, Tic-tic-tic-tic”, aclara Castañeda riéndose del suceso.

La estructura del Centro Cultural está dividida en tres salas denominadas “Pinky y Cerebro”, Atelier y Sala Blanca además del bar para alquilar en donde los talleristas se acercan para ofrecer sus habilidades. Las actividades van desde acordeón, pasando por Hatha Yoga, Danzas Afro, Canto grupal, hasta Teatro Espontáneo Abierto. “No evaluamos si tal o cual taller puede o no estar, siempre tienen que enmarcarse dentro del contexto de salud mental y los derechos humanos. La disponibilidad horaria es la única restricción”, explica Castañeda. Los precios de alquiler oscilan de 20 pesos a 60 pesos la hora, sin embargo, Guillermo agrega: “ofrecemos espacios gratuitos que estén ligados a causas de desarrollo social del barrio Abasto, como por ejemplo un grupo que trabaja en Prevención en Adicciones. La Casona no puede cobrarles la habitación ya que apoyamos plenamente esta participación ciudadana”. El espacio de Humahuaca sostiene siete lugares

sin cargo y se les ofrece el café con 20% de descuento. La Casona Cultural se encuentra en permanente articulación con otras organizaciones tanto gubernamentales como no gubernamentales. Ésta forma parte de la Red Rioba (Red de Instituciones del Once, Balvanera y Abasto) y la Red Cultura Abasto que agrupa 23 asociaciones o instituciones de trabajo. El Centro se establece como un referente barrial acompañado de sus talleres artísticos. Además se generan multiplicidad de colectivos y grupos de trabajo como el más importante, la Cumbre de Juegos Callejeros (CUJUCA) en donde en las calles se marcan espacios para jugar los viejos juegos tradicionales. Esto posibilita el intercambio de la identidad del padre para con su hijo al enseñarle una forma de divertirse desconocida. Este simple evento termina masificándose en todos los barrios de la Argentina. Castañeda bromea diciendo: “si pones en Google la palabra “CUJUCA” aparecen 22.700 resultados. Pasamos de un


encuentro de veinte personas a ver toneladas de Cujucas por todos lados.” Otros proyectos son el del Cine en la Calle, Proyecto Comunitario de Convergencia, Feria de Economía Alternativa, Café Basaglia, juegos comunitarios y psicodrama social JUPSI, Bache para elaboración radiofónica a la vista a través del trabajo de FM La Tribu. La iniciativa de “Baldosas por la Memoria y Justicia” es emblemática también y consiste en cambiar baldosas de la vereda por baldosas que contengan información sobre los desaparecidos de la última dictadura militar. “A raíz de esto muchos familiares o amigos de los desaparecidos, me comentaron que por primera vez tienen un lugar para llorar o de cierta forma lograr cerrar su duelo”, comenta Castañeda. Todos estos trabajos tienen como eje de la promoción, un mejoramiento de la calidad de vida a partir de la integración y la participación de la comunidad junto con la tarea articulada de las Redes comunitarias del barrio, redes del área del Tiempo Libre y la Recreación, red de psiodramatistas, y salud comunitaria. Luego de una explicación del mecanismo de funcionamiento de la Casona con su barrio, Castañeda se lamenta: “Nunca recibimos ninguna subvención

del Gobierno de la Ciudad, ni de la Nación y tenemos una compleja relación entre el señor Mauricio Macri y la Casona. Esta entramada red de organizaciones del Abasto que ayudan a mejorar la calidad de vida de las comunidades del barrio, pasa desapercibida por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”. Según Guillermo, éste no le da “bola” a las movilizaciones barriales y a su vez vacía, por ejemplo, el centro de salud que antes de su gestión, se le tenía mucha prioridad a través del otorgamiento de planes y medicamentos. Castañeda con fuertes suspiros confiesa: “lo único que escuchó son puteadas en contra de él, me da miedo pensar el mañana de este proyecto con una persona así al poder, la verdad es que antes de su gestión existía una buena relación con las autoridades gubernamentales”. El futuro de esta iniciativa está tocando el techo por la reciente concreción de dos proyectos. El primero trata sobre una propuesta elaborada de Salud Mental, inspirada en aplicaciones del ensayista italiano

F r a n c o Basaglia, líder del movimiento a n t i psiquiatría, de dar trabajo como mozos a nueve pacientes del Hospital Borda todas las mañanas en el Bar del Centro. Castañeda afirma con convicción: “la principal cita del ensayista es que al loco hay que darle más trabajo y menos pastillas, además si se cumplen con las expectativas sería el primer caso en la Argentina de reinserción digna de los “colifatos” fuera de la institución”. Para cimentar las razones de este proyecto, Castañeda agrega: “Si tomas muchas pastillas, como si fumas mucho paco, mucho porro, o mucha cocaína, te hace mal. Entonces hay que laburar para hacer un cambio y para que el excluido social no sea un fantasma y caiga en los negocios de las farmacéuticas, hay que ayudarlos seriamente y no lucrar con su cuerpo.” El segundo proyecto explica el tumulto

de la sala de dirección ya que le otorgaron gratuitamente un lugar físico a la revista “El Abasto” dentro del Centro Cultural que comparte una relación amistosa de diez años de antigüedad. El ideólogo del proyecto insiste que tienen que aprender a sostenerse económicamente porque siempre están en empate fiscal, el principal objetivo con todo lo nuevo es estar tranquilo económicamente. “La Casona Cultural de Humahuaca debe superar su mayor contradicción que es, trabajar para promocionar la salud en el ámbito de la psicología comunitaria, sustentándose en base a las ventas de cervezas del bar, pero lo valorable es que somos concientes de esa incoherencia”, confiesa Guillermo. Este cuenta con emoción: “Me sorprendió mucho lo que sucedió con este proyecto inmerso en el medio de una enorme ciudad. Tuvo mucha efervescencia y superó todos los límites.” Al final, Castañeda resume su proceso de diez años del Centro cultural: “Con mucha simpleza, honestidad y lentitud, buscando ayuda a los especialistas, pasé a ser un referente inesperado del barrio y por eso que siempre insisto con el refrán de piano piano, si va lontano”.

por Leandro Cortiººº


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