Historia ilustrada de la ciudad de Toledo ____________________________________________________________________________
Mariano Serrano Pintado
HISTORIA ILUSTRADA DE LA CIUDAD DE TOLEDO *
Editorial LEDORIA J M R 路1路
Mariano Serrano Pintado ____________________________________________________________________
V TOLEDO CRISTIANO, CABEZA DE CASTILLA (1086 - 1284) La reconquista de Toledo por Alfonso «el Bravo» tuvo una gran repercusión en el resto de la península Ibérica, tanto entre los reinos cristianos del norte (catalano-aragoneses, navarros, leoneses y castellanos), en plena expansión, como entre los mahometanos de al-Ándalus. Dicha gesta le llevó a ser llamado emperador Hispanie. Al marcharse derrotado el último rey de la taifa toledana, el nieto de Almamún, de nombre Yahia o Al-Kadir, acompañado de un gran número de súbditos, la capital se quedó muy despoblada. Las viviendas sarracenas, agrupadas en barrios, fueron desocupadas y dejaron esas zonas de la ciudad vacías y sin vida. El rey Alfonso se dio cuenta de la rémora que esta situación podría suponer para el desarrollo ciudadano y trató de impulsar su repoblación atrayendo a mozárabes, judíos y cualesquiera otras gentes del norte y del sur que desearan residir en Toledo. Se les cedían las propiedades abandonadas, en renta o propiedad, para que, de esta manera, las heredades baldías volvieran a cultivarse. Pero a pesar de dichas medidas las cosechas no prosperaron, pues los musulmanes, ayudados por los almorávides, asolaban cuanto encontraban a su paso y ganaron al rey Alfonso plazas perdidas, reconquistando los términos de Magán, Olías, Bargas y otros, dependientes de la capital. También asediaron Toledo, su objetivo final, al ser cabeza de la sede real, fortaleza inexpugnable y lugar estratégico desde donde se urdiría la recuperación de los territorios islámicos. Dos veces intentaron los atacantes entrar en la ciudad pero no consiguieron pasar las murallas. Algunos sectores donde la lucha fue más encarnizada quedaron destruidos, como las puertas de Alarcones y Carretas, hoy del Sol; pero los defensores, ayudados por las fuerzas del rey aragonés, lograron hacer retroceder a los moros, como les denominan las crónicas de la época. El rey Alfonso estimaba a los mozárabes por su condición de cristianos intrépidos, al haber mantenido su fe y sus prácticas religiosas a través de ·2·
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Como las puertas de Alarcones y Carretas, hoy del Sol
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Mariano Serrano Pintado ____________________________________________________________________ los, aproximadamente, cuatro siglos de ocupación mahometana. De igual forma, condescendía con la comunidad judía, de quienes apreciaba su laboriosidad, discreción y las contribuciones recibidas en denarios de oro para retribuir las ayudas guerreras de otros monarcas. Por ello trató de beneficiar a ambos grupos, sin menoscabo de los castellanos, gallegos, leoneses, francos, mudéjares toledanos y gentes de otras procedencias llegados a la ciudad. En Toledo se hablaba el árabe, lengua que se mantuvo de manera coloquial hasta que, pasados dos siglos, se fue perdiendo en beneficio del romance, vástago del latín, enriquecido con innumerables vocablos y giros mudéjares. Por esta razón, cuando Alfonso VI, redactó en el año 1101 cierto privilegio lo hizo en árabe. En dicha disposición concedió a mozárabes, mudéjares y moros, libertad para plantar árboles y viñas. Y si algún habitante con casa propia tenía caballo podría pasar a la condición de caballero del rey. La posesión de un caballo traía consigo la prerrogativa de guerrear en las huestes reales. Y es que el monarca conquistador de la antigua capital visigoda, a la que declaró imperial, necesitaba de continuas levas para reclutar grandes contingentes armados de a pie y de a caballo. Tenía que defenderse de los almorávides, fanáticas tribus africanas que acosaron sus territorios al año de establecerse en Toledo. El papa Gregorio VII nombró obispo de Toledo a Bernardo de Sedirac, fraile benedictino de origen francés. En las capitulaciones de rendición de Alfonso VI con los árabes, el rey les había dado palabra de permitir la continuidad de su culto islámico en la mezquita aljama. Esta práctica humillaba a los cristianos, irritados al ver a los sarracenos vencidos realizar sus funciones religiosas en la que había sido la Santa María visigoda, donde había descendido la Virgen María a imponer la casulla a San Ildefonso. Y cuentan las crónicas que, habiéndose ausentado el Rey a Sahagún, acordaron la reina doña Constanza, el obispo Bernardo, el clero y los notables toledanos arrebatar por la fuerza a los mahometanos la mezquita mayor para convertirla en templo cristiano. Así lo hicieron una noche. Violentaron las puertas y destruyeron en su interior todos los signos islámicos transformándola en iglesia. Luego fue consagrada catedral bajo la advocación de Santa María de Toledo, solar de la actual. Hasta entonces lo había sido Santa María de Alficén. Cuando el rey se enteró de este hecho montó en cólera por haberle atropellado la palabra dada y emprendió el regreso a Toledo precipitadamente, temiendo un levantamiento musulmán por este motivo, y con el ánimo de castigar a su esposa y al obispo. En el camino recibió emisarios castellanos y moros que, con muy buen sentido, calmaron sus ánimos y le dispensaron del cumplimiento de su palabra. Ya ·4·
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Emprendi贸 el regreso a Toledo precipitadamente
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Mariano Serrano Pintado ____________________________________________________________________ en Toledo, todos los cristianos celebraron con grandes ceremonias de acción de gracias la recuperación de su iglesia. Más tarde, Urbano II, a petición del rey, otorgó la primacía a la sede toledana y a su arzobispo don Raimundo. El propio soberano con su esposa doña Berenguela y su hermana la infanta doña Sancha, que murió doncella, la enriqueció con donaciones de pueblos, dehesas y otros privilegios hasta convertirla en una de las más ricas y codiciadas. El año 1108 murió el infante don Sancho, único hijo varón del rey Alfonso, nacido de su esposa Zaida. Había marchado con un ejército desde Toledo a defender Uclés, asaltado por tropas almorávides. Mandaban a los castellanos Álvar Fáñez y García Ordóñez. En el encuentro con los moros murieron Ordóñez y el infante adolescente. Este accidente terminó de arruinar la quebrantada salud del anciano rey. Tenía setenta y nueve años de edad cuando falleció, extinguiéndose tras una vida plena de regias experiencias. Se había casado cinco veces y dejaba una hija: Urraca. Los toledanos de toda condición, raza y religión le lloraron en sincero duelo, pues había sido un gran rey para todos. Dejó ordenado que se le enterrara en el monasterio de Sahagún, junto a su hijo, ante el temor de que los almorávides tomaran Toledo y pudieran profanar su tumba. A doña Urraca casó su padre con Raimundo de Borgoña, que murió prematuramente y la dejó viuda joven con un hijo de corta edad, el llamado Alfonso VII. Necesitando el rey Alfonso, ya muy anciano, un monarca fuerte que rechazara a los almorávides, un mes antes de morir casó de nuevo a su hija con el soberano de Aragón Alfonso I «el Batallador», a quien nunca reconocieron en Castilla, proclamando rey al nieto del gran Alfonso «el Bravo». El reinado de Alfonso VII fue para Toledo de gran prosperidad y magnificencia. La ciudad siguió creciendo con el establecimiento en ella de familias procedentes de donde eran originarias las tropas que venían a luchar en ayuda del rey. Así, convivieron gallegos, asturianos, cántabros y un gran número de franceses, aportando al acervo toledano, en muchos casos, nuevos procedimientos en el laborar de sus oficios, artesanías y modos mercantiles en tratos y transacciones. Los francos, en su mayoría mercaderes y comerciantes, abrieron talleres en la actual calle de Tornerías y sus aledaños, formando un barrio propio en la que hoy es parroquia de la Magdalena. Precisando legislar para esta heterogénea población de distintas costumbres y formas de vivir, se habían ido promulgando una serie de fueros según las necesidades, que regulaban los incidentes y pugnas surgidos entre ·6·
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En la que hoy es parroquia de la Magdalena
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Mariano Serrano Pintado ____________________________________________________________________ todos estos grupos. Como el escrito en latín sobre pergamino, que comenzaba así: Hago carta de donación a todos los cristianos que viven en Toledo, mozárabes, castellanos o francos, para que no paguen portazgo en esta ciudad, ni a la entrada ni a la salida ni en toda mi tierra, de todas aquellas cosas que compraren, vendieren o las que traigan consigo de otro lugar. Sobre cada uno de esos fueros u ordenanzas, en caso de irresolución, siempre prevalecía el de los castellanos. Y Alfonso VII ordenó en el año 1155 llevar a cabo un recopilación de todos ellos, llamado el Fuero Juzgo, con el que se sintieron protegidos la totalidad de los súbditos fuera cual fuera su origen, religión o raza. En estos primeros siglos de cristianización y castellanización se produjo el mismo proceso paulatino ocurrido cuando los musulmanes habían ocupado el feudo toledano pero a la inversa. Se mantenían las tres comunidades: árabe, judía y cristiana, ahora en continuo crecimiento, pero conservando la cultura musulmana y las formas artísticas de la época califal. Muy lentamente se comenzaron a construir nuevas iglesias y a convertir las numerosas mezquitas en templos cristianos. Los alminares desde donde las voces de los almuédanos llamaban a los musulmanes a la oración se fueron trocando en campanarios, y así, poco a poco, la A convertir las numerosas mezquitas en urbis regia se fue transformando. templos cristianos En un curioso relato del judío, Benjamín de Tudela, que en estos años inició un viaje a Jerusalén, describe a Toledo como una ciudad de corto recinto, elegante y hermosa; muy frecuentada por sabios de todos los países, a través de la cual penetra en Europa la sabiduría griega y musulmana. Admira la Escuela de traductores iniciada por el impulso del Arzobispo don Raimundo y elogia su labor cultural. Probablemente, la Escuela de traductores no existió como tal en aquellos primeros años de lenta transformación en los instruidos centros islámicos. ·8·
Historia ilustrada de la ciudad de Toledo ____________________________________________________________________________ La taifa toledana era una de las más ilustradas de la Península, y ese bagaje cultural conservado tras la conquista hubo de ser traducido al latín y más tarde al romance. Los árabes habían trasladado a su lengua textos griegos de filosofía, medicina, botánica y otras disciplinas, y a medida que surgió la necesidad de traducir estos conocimientos al latín fueron, sin duda, clérigos los encargados de este menester. Así, transcribieron tratados de astronomía, alquimia, poesía y todas las artes que los árabes habían cultivado de boca de lectores mozárabes o judíos. Estos textos, en latín, se difundieron por toda Europa a través de los doctos procedentes de Toledo, atraídos por la fama de este centro del saber. El núcleo de la llamada Escuela de traductores estuvo formado por los canónigos del cabildo catedralicio. El primer arzobispo benedictino, don Bernardo, estableció su capítulo, aprobado por el rey, con veinticuatro canónigos mayores, seis menores y treinta racioneros, para vivir en comunidad bajo la regla de San Benito. Luego, el primado don Raimundo, sucesor del anterior, adjudicó a su cabildo un tercio de las rentas que la catedral recibiera. Éstas habían sido aumentadas por Alfonso VII con la décima parte de todas las monedas fabricadas en Toledo, excepto las de oro. Alfonso contrajo matrimonio con doña Berenguela, hija del conde don Ramón de Barcelona, habitando la fortaleza-palacio, anterior alcazaba y residencia musulmana, actual Alcázar. Hubo de seguir haciendo frente a los almorávides, contumaces atacantes de la capital castellana, y murió en el año 1157, siendo sepultado en la catedral primada de Toledo. Cometió el error de dividir el reino entre sus hijos: Castilla para Sancho y León para Fernando. Sancho III, llamado «el Deseado», se quedó viudo de la reina doña Blanca de Navarra al morir de parto. El monarca falleció en Toledo muy joven, con tan sólo veintiséis años y uno de reinado, y dejaba a un rey niño huérfano llamado Alfonso. Sancho fue enterrado en la catedral junto a su padre. Al infante le tocó vivir una regencia turbulenta y accidentada. Dos poderosas familias toledanas, los Lara y los Castro, lucharon entre sí disputándose la custodia del heredero a la corona. Llevaron y trajeron al niño de un lugar a otro en continuos secuestros, raptos y conjuras. Un ilustre y noble toledano llamado don Esteban Illán capitaneó a un grupo de influyentes, partidarios del joven rey; conspiraron con caballeros, componentes del clero y ciudadanos logrando que lo trajeran desde Ávila a Maqueda, y una noche trasladarlo a Toledo y esconderle en la torre de la iglesia de San Román. Al día siguiente se colgaron de la torre los pendones reales. Las campanas tañeron a gloria llamando a los toledanos. Allí se congregaron ·9·
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La fortaleza-palacio, anterior alzacaba y residencia musulmana
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Historia ilustrada de la ciudad de Toledo ____________________________________________________________________________ los partidarios del príncipe y cuando se asomó a una ventana para ser visto por todos fue aclamado con gran fervor a los gritos de «Toledo por Alfonso VIII de Castilla». Los Castro intentaron asaltar la torre pero no lo consiguieron. El infante tenía siete años cuando fue llevado al palacio real y custodiado allí hasta los catorce, edad en que fue jurado rey por las cortes de Burgos. Toledo fue creciendo y transformándose durante los cincuenta y cinco años que reinó Alfonso VIII. Con su esposa doña Leonor de Inglaterra, mujer limosnera y caritativa, y el arzobispo don Cerebruno, cuarto desde la reconquista de Toledo y padre espiritual del Rey, se establecieron numerosas órdenes religiosas, tanto masculinas como femeninas. Se llevaron a cabo obras de reforma en mezquitas y edificios y se construyeron iglesias, cuyas torres con sus campanarios elevaban erguidas su silueta sobre la ciudad. Era un estilo nuevo de construcción o, mejor, la continuidad musulmana en la técnica arquitectónica llamada posteriormente mudéjar: tierra, ladrillo, mampuesto y argamasa. La habían hecho suya los alarifes cristianos con la mano de obra musulmana. Era puro mudéjar el ábside que se añadió a la mezquita califal del Cristo de la Luz, armonizando perfectamente con el ladrillo musulmán cordobés. El triple ábside de arcos ciegos de la iglesia de Santiago del Arrabal y su torre con los ajimeces moros es una hermosa muestra de este estilo también llamado toledano. Son de esta época la iglesia de Santo Tomé, Santa Leocadia, San Sebastián y las visigodas, reconstruidas mudéjares, de Santa Justa y Rufina, la Magdalena y Santos Justo y Pastor, perdidas en parte para este estilo, donde se repite el arco lobulado y de herradura en sistemas de arcos entrecruzados. La ciudad medieval no cambió su estructura islámica de callejuelas estrechas con voladizos, adarves, cobertizos y la ausencia de plazas. Callejuelas estrechas con voladizos, adarves, cobertizos Hasta el siglo XV se mantuvo en To·11·
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El triple 谩bside de arcos ciegos de Santiago del Arrabal
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Historia ilustrada de la ciudad de Toledo ____________________________________________________________________________ ledo la construcción mudéjar que, poco a poco, se fue cubriendo con revocos pintados en tonos ocres y almazarrón. Y ya en esta época se comenzaron a dictar normas que regularon, en parte, dicha anarquía urbana. Alfonso VIII, emulando a su padre y a su abuelo, hizo donaciones a la catedral de Toledo en la persona de su arzobispo don Cerebruno, como la de los pueblos de Illescas y Azaña, hoy Numancia de la Sagra: por la salvación de mi alma y de la reina doña Leonor mi amada esposa. Fue, asimismo, un rey guerrero y ambicioso. Luchó contra su tío don Fernando de León, contra don Alfonso de Aragón, don Sancho de Navarra, don Alfonso II de Portugal y contra los almohades en ayuda del rey almorávide de Valencia. Pagado de sus victorias, desafió a los moros, que le vencieron en la gran batalla de Alarcos; y para vengar esta derrota, a los pocos años, el Arzobispo de Toledo don Rodrigo Jiménez de Rada proclamó la Santa Cruzada auspiciada por el Papa. A ella se unieron ejércitos de Aragón, Navarra, Castilla y fuerzas reclutadas por los obispos franceses. El contingente toledano al mando de don Álvar Nuñez de Lara tuvo un importante y valeroso protagonismo en la batalla de las Navas de Tolosa, según cuenta el prelado don Rodrigo, testigo presencial al lado del rey Alfonso. Allí fueron derrotados y vencidos más de cien mil mahometanos, lo que se festejó en Toledo con grandes y solemnes fastos. Dicen los anales toledanos que al concentrarse en los alrededores de la capital las fuerzas venidas de las distintas partes de la Península con el fin de organizarse en ejército para la batalla, invadieron la ciudad salvajes mercenarios que destrozaron y saquearon viviendas de judíos y mudéjares, maltratando a sus habitantes y asesinando a gran número de ellos. Y estos tristes hechos se repitieron con el regreso triunfal de los vencedores, que se quedaron a pasar el invierno en Toledo para volver con el mejor tiempo a sus lugares de origen. Como un castigo de la Providencia o adversidad del destino, al año siguiente se declaró una gran peste seguida de cruel sequía y andancios que cubrieron de muerte y desolación toda Castilla. El rey Alfonso VIII falleció a los cincuenta y ocho años de edad de unas malignas fiebres, cerca de Plasencia, donde se iba a entrevistar con su yerno Alfonso II de Portugal. El arzobispo don Rodrigo le administró los últimos sacramentos y dijo de él en su entierro: Ni la envidia ni el olvido podrán borrar el pregón de su alabanza. Enrique, hijo y sucesor del monarca desaparecido, murió muy joven en un accidente y hubo de asumir la regencia su hermana mayor, doña Berenguela. Casó con Alfonso IX, rey de León, de quienes nació el futuro rey castellano Fernando III. El Papa pretendió disolver este matrimonio por ·13·
Mariano Serrano Pintado ____________________________________________________________________ consanguinidad, y a la muerte de Alfonso, sus dos hijas del primer matrimonio, herederas del trono de León, renunciaron en favor de su hermanastro. De esta manera, en el año 1230, quedaron definitivamente unidos los reinos de Castilla y León bajo la corona de Fernando III, apodado «el Santo». Durante su reinado, el progreso de la reconquista castellana fue brillante. El rey Fernando se apoderó de Córdoba, Jaén y Sevilla tras largo asedio y apoyo por mar. Tomó el reino de Murcia, conquistó el valle del Guadalquivir y rindió Cádiz, declarando vasallo al rey de Granada. Fue, además, un gran gobernante protector de las letras y las artes. definitivamente unidos los El proceso de latinización de la Quedaron reinos de Castilla y León lengua árabe había ido avanzando con los años hasta llegar a predominar el romance en todo el territorio castellano, de tal manera que el monarca lo reconoció como lengua usual. La Escuela de traductores de Toledo se encargó de trasladar al romance castellano el Fuero Juzgo de Alfonso VII. En ningún lugar de la geografía hispana donde tuvieron que convivir cristianos, judíos y musulmanes se dieron las condiciones óptimas para que esta coexistencia se produjera de manera pacífica. Toledo, paradigma de esta convivencia, tuvo muy pocos o ningún momento en los que no surgieran conflictos, peleas o diferencias entre las tres etnias. Las pugnas y recelos de cristianos y judíos se venían sucediendo desde que el rey visigodo Sisebuto, en el año 616, los expulsara de todos sus territorios y confiscara sus bienes si no se bautizaban y convertían a la fe de Cristo. En cuanto a las relaciones entre moros y mozárabes, siendo los musulmanes usurpadores del poder, o cristianos y mudéjares cuando la potestad era hispana, siempre fue de vencedores y vencidos, de enemigos naturales. Se legislaba con distintas varas de medir para cada uno de los grupos, favoreciendo, según quien mandara, a los suyos, excepto los judíos, que siempre resultaban perjudicados. Así, los mudéjares y judíos estaban obli·14·
Historia ilustrada de la ciudad de Toledo ____________________________________________________________________________ gados a pagar más tributos que los cristianos. Para ellos eran mayores las penas en igualdad de delitos. Se les confinaba a los extrarradios de la ciudad. Cada raza mantenía sus propias tiendas, celebraba sus bodas y eventos sociales, enterrando a sus muertos en sus cementerios particulares. Por tanto, los altercados y desavenencias eran continuos, de forma que cierta disposición establecía la obligación de llevar sobre su vestimenta cada persona un distintivo que identificara su origen. Se trataba de un círculo de color amarillo para los judíos y de color azul para los moros. Estas discriminaciones se producían generalmente en los trabajos y trato ciudadano. Entre los judíos se daba frecuentemente la ocupación de prestamista, que vivía de la usura y desempeñaban cargos administrativos. Tenaces trabajadores y honrados comerciantes, cultivaban la tierra, por lo que sus relaciones con las otras comunidades eran esencialmente económicas. También tuvieron fama algunos médicos y curanderos hebreos. Los mudéjares copaban casi todos los oficios más artesanos, como alfareros o albañiles, e incluso se traficó con ellos a modo de esclavos. Alfonso VIII autorizó vender esclavos moros por el precio de mil maravedíes. Los compraban nobles castellanos para ocuparlos en labores domésticas y hasta algunos conventos para trabajar sus tierras. A partir de la derrota musulmana en las Navas de Tolosa se comenzaron a cultivar los campos, antes improductivos por haberlos abandonado ante la insistencia de los ataques almohades. Se plantaron viñas, olivos y cereales y se recuperaron las huertas con sus norias, albercas y acequias, de tradición islámica precisamente, cuyos productos y cosechas alimentaban a la población toledana, cada vez más numerosa. A este aumento de habitantes contribuyó el inicio de la gran catedral, por deseo del rey Fernando III y el arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada. Numerosos canteros, herreros, albañiles y diversa mano de obra, se fueron incorporando a la vida de la ciudad durante los doscientos sesenta y seis años que duró su construcción. En el año 1493 se cerró la última bóveda. Decidieron levantar el majestuoso proyecto en el mismo lugar donde había estado la primitiva iglesia visigoda de Santa María, convertida en mezquita aljama durante la ocupación árabe y recuperada de nuevo para el Cristianismo al ser consagrada catedral primada. El día 14 de agosto de 1227 colocó el monarca Fernando la simbólica primera piedra en medio de un solemne pontifical oficiado por el arzobispo Jiménez de Rada, al que asistieron todos los cristianos toledanos. Con ella se enterraron monedas de oro y plata para testimonio de la época. Se destruyó la gran mezquita, que constaba de once naves, y en la que se había con·15·
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Se les confinaba a los extrarradios de la ciudad
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Mantiene la traza de todas las catedrales g贸ticas
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Mariano Serrano Pintado ____________________________________________________________________ servado la piedra donde se posara la Virgen cuando bajó del cielo a imponer la casulla a San Ildefonso. Desde aquí comenzó a surgir el majestuoso templo, cuyo conjunto es hoy uno de los monumentos más ricos de la arquitectura gótica. El maestro constructor que trazó los primitivos planos se llamaba Pedro Pérez. Murió en el año 1285 y fue enterrado en la bóveda de la misma iglesia, hoy antecapilla de la Virgen del Sagrario, donde se descubrió una lápida con su epitafio. Mantiene la traza de todas las catedrales góticas de España: en la nave central se encuentra el presbiterio o capilla mayor, donde, tras el crucero, se construyó más tarde el coro. Se destruyó la gran mezquita, que Alrededor, en los muros, se abren constaba de once naves una serie de capillas entre los pilares, fundadas, agregadas, ampliadas o enriquecidas a lo largo de su historia por los distintos reyes, dignidades eclesiásticas y grandes señores que pasaron por Toledo. El rey Fernando III fue canonizado santo por el papa Clemente X en el siglo XVII, por su vida piadosa, amor a la madre de Dios y dedicación a la Iglesia. Durante su reinado hizo donaciones de territorios y lugares de sus dominios al arzobispo don Rodrigo como: todas las alquerías que se hallan por el camino antiguo que va desde Toledo a Calatrava por el puerto de Orgaz, con Yébenes […] Dado que la población de Toledo está próxima a los fuertes de los sarracenos, se reciben frecuentes ataques en los que son hechos cautivos muchos cristianos, y algunos habitantes de esta noble ciudad de Toledo son sacrificados por la espada. Protegió estos territorios de malhechores y gentes que vivían de robos y asaltos procedentes de los ejércitos hispánicos, los llamados «golfines», creando la Santa Hermandad vieja. Esta institución paramilitar se componía de saeteros, ballesteros, colmeneros y conejeros; vigilantes todos que protegían los despoblados, aldeas y montes. El rey santo les había otorgado los privilegios de no pagar tributos, ni portazgos, ni otras cargas, ni luchar contra los moros. ·18·
Historia ilustrada de la ciudad de Toledo ____________________________________________________________________________ Para conquistar Sevilla, se concentraron en Toledo las tropas de Trujillo y Talavera. El asedio duró más de un año, y fue en Sevilla, preparando una expedición al norte de África, donde falleció y fue enterrado Fernando III «el Santo». Se había casado con doña Beatriz de Suabia, que en los Palacios de Galiana, residencia toledana hoy Convento de Santa Fe, dio a luz a su primer hijo el año 1221. Este niño sería más tarde el rey Alfonso, a quien apodaron «el Sabio». Hacía mucho frío aquella noche del 23 de noviembre y la ciudad se iluminó con fogatas, alrededor de las cuales bailaron los toledanos celebrando el feliz acontecimiento. Cuando Alfonso accedió al trono tras la muerte de su padre tenía treinta y un años de edad. Desde muy joven se aficionó al estudio y las lecturas, procurando siempre rodearse de hombres sabios y doctos, algo poco habitual en las cortes medievales, en la que a los infantes se les ejercitaba en el manejo de las armas para la lucha, en fortalecer el cuerpo, pero sin preocuparse demasiado de cultivar el intelecto. Esta pasión por las ciencias y las artes la mantuvo Alfonso durante todo su reinado, lo que le llevó a relegar a veces sus funciones de gobierno. Toledo se convirtió en el centro del saber entre Occidente y Oriente al llegar a la ciudad de los más diversos lugares eruditos en Astrología, Leyes, Humanidades, Alquimia, Poesía y otras disciplinas, requeridos por el rey para consultarles sobre sus estudios y escritos en hebreo, latín y árabe. Protegió y desarrolló la llamada Segunda Escuela de traductores y apoyó el romance castellano, en cuya lengua comenzaron a redactarse los escritos institucionales, hasta entonces en latín. Fueron obras salidas de su mecenazgo: Las tablas astronómicas, concebidas en el observatorio instalado en el castillo de San Servando; el Código de las siete partidas, verdadera enciclopedia del saber jurídico; las Cántigas y las Querellas, obras de poesía lírica; la Historia general de España, el Lapidario, el Libro de ajedrez, dados y tablas; y el Libro de los privilegios, donde confirma todas las prerrogativas que su padre concedió a Toledo y su comarca, y los suyos propios, que siempre comienzan: E porque nací en Toledo, tengo a bien conceder este privilegio. Con la reconquista de al Ándalus volvieron de nuevo a Toledo muchos musulmanes. Tras la muerte de Jiménez de Rada y de don Sancho, también primado de Toledo, hombre de gran santidad y hermano del rey, fue nombrado obispo, por primera vez, un mozárabe: don Gonzalo García Gudiel, el cual procuró restablecer su propia liturgia, aunque poco a poco los mozárabes se habían ido integrando al rito latino. Fue enterrado este arzobispo en un precioso sepulcro de ornamentación nazarita en la capilla de San Eugenio, una de las primeras que se levantó en la Catedral. ·19·
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En el observatorio instalado en el castillo de San Servando
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Historia ilustrada de la ciudad de Toledo ____________________________________________________________________________ La comunidad israelita toledana era cada vez más importante: sabios hebreos colaboraban muy cerca del rey, ricos hacendados respaldaban con su oro a la corte cuando lo precisaba y expertos administradores procuraban que los tributos e impuestos no se eludieran. No obstante, en el convivir cotidiano, tanto moros como judíos se les segregaba. El Código de las siete partidas ordenaba: ningún judío sea osado de bañarse en el de los cristianos. En un manantial que concedió el rey a las monjas de San Clemente para utilizar en su provecho las aguas como baños públicos, se establecían para su uso los siguientes turnos: martes, jueves y sábados los varones cristianos y lunes y miércoles, las mujeres. Los viernes y domingos quedaban para los judíos. Además, los baños para cristianos, judíos y moros estaban separados. En unas cortes celebradas en Valladolid se hacía constar entre otras normas: Se ruega al rey que los moros que viven en las villas que son pobladas de cristianos, que traigan la barba larga y el cabello partido sin copete. Fue el rey Alfonso X «el Sabio» un monarca que amó a Toledo, enorgulleciéndose siempre de haber nacido en esta ciudad un día de San Clemente, y por ello la engrandeció y embelleció. El majestuoso puente de San Martín se construyó a instancias suyas para suplir la destrucción de otro a causa de una riada aguas abajo. Sin duda, pecó de idealista y como impenitente poeta de gran soñador. Pretendió el imperio alemán que no consiguió. Mientras se entrevistaba con el Papa en Avignon invadieron el sur de España los benimerines. Su política militar no fue muy acertada y la sucesoria le ocasionó grandes disputas familiares con su esposa hijos y nietos. Murió en Sevilla en 1284, enfrentado a su hijo Sancho, y allí fue enterrado. Toledo le recordaría en el tiempo, pues los conflictos y las luchas internas ya no cesaron durante los siguientes dos siglos.
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ÍNDICE
Prólogo
9
I
Los orígenes de la ciudad de Toleta (... - 190 a. C.)
13
II
Toletvm, la cívitas romana (189 a. C. - 473)
25
III
Toleto, capital del reino visigodo (474 - 710)
39
IV
Tolaitola bajo el dominio árabe (711 - 1085)
57
V
Toledo cristiano cabeza de Castilla (1086 - 1284)
83
VI
La Baja Edad Media en Toledo (1285 - 1474)
105
VII
El “Renacimiento” de Toledo (1475 - 1516)
135
VIII
Toledo imperial (1517 - 1558)
155
IX
Época dorada para Toledo (1559 - 1598)
179
X
Decadencia del Toledo milenario (1599 - 1699)
201
XI
Toledo con los Borbones (1700 - 1807)
223
XII
La invasión francesa en Toledo (1808 - 1833)
247
XIII
Toledo y las sublevaciones militares (1834 - 1874)
265
XIV
Monarquía constitucional para Toledo (1875 - 1931)
283
XV
La República en Toledo y la Guerra Civil (1932 - 1939)
303
XVI
Paz, dictadura, democracia y Toledo (1940 - 20..)
317
Bibliografía
327
Cronología
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Historia ilustrada de la ciudad de Toledo ____________________________________________________________________________ Dulcedo quedam mentis advenit
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