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La evolución del Clase G

Texto: P. RODRÍGUEZ

Cuando en 1970 el sha de Irán, Mohammad Reza Pahlevi, pidió a los ingenieros de la Daimler-Benz que desarrollaran un vehículo utilitario capaz de vencer cualquier obstáculo y enfrentar los climas más agrestes, poco imaginaba que esa evolución de un camión de guerra sería el inicio de una leyenda automotriz: el modelo Clase G de Mercedes Benz.

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Casi 10 años después, en 1979, el público conoció el primer todoterreno alemán, cuya personalidad de líneas rectas y funcional elegancia corrió a cargo del equipo de Mercedes-Benz Design, encabezado por Bruno Sacco, un grande del diseño automotriz que en ese entonces apenas empezaba su carrera.

Es justo este toque de fortaleza y estilo la razón por la que cuatro décadas después de su lanzamiento, el Clase G sigue siendo relevante. En sus reencarnaciones ha sido lo mismo papamóvil, que transporte militar para los ejércitos de Estados Unidos, Rusia y Alemania, vehículo de expedición en el Ártico y el Desierto del Sahara, auto de carreras en el Rally de Dakar, así como camioneta de lujo de celebridades y auto blindado de jefes de Estado.

La G-Wagon es un icono que no envejece. Aunque ha experimentado algunos rediseños, la gran mayoría con foco en elevar el nivel de confort del interior, otras intervenciones han dado pie a ediciones especiales con más potencia y capacidad. Solo en 2018, en víspera de su aniversario 40, la Clase G pasó por una renovación completa, ejecutada de modo magistral y sutil, de forma que ganó modernidad, sin perder ninguno de sus trazos característicos.

Cuando te enfrentas a un diseño que ha resistido el paso del tiempo, a la par que los embates de los elementos o el tráfico de las grandes urbes, ¿cuál podría ser el siguiente reto? ¡El espacio!

El Clase G ha demostrado que es un verdadero todoterreno, no solo a nivel automotor, también como artículo de lujo, que no deja de ser utilitario, funcional e, incluso, reflexivo.

Para un auto que se ha enfrentado al hielo, dunas y junglas, pareciera que el siguiente reto es interestelar. Alrededor de esa idea se desarrolla Project Mondo G, una colaboración entre Mercedes-Benz y Moncler, la casa italiana dedicada a prendas de abrigo, como anoraks, chamarras y plumíferos. “Imaginamos un coche capaz de participar en una misión espacial”, explica Gorden Wagener, actual jefe de diseño de Mercedes-Benz.

El futuro luce deslumbrante: el estilo curvilíneo e imperecedero de Moncler se apodera de la estética rígida de la Clase G en una intervención artística viva que forma parte del espectáculo El arte del genio , que se llevó a cabo hace unos días en Londres. “Los materiales de las chaquetas Moncler me recordaban a las naves espaciales y los satélites, así que queríamos dar con algo realmente futurista con elementos espaciales y combinarlo con nuestra vieja nave, la G. Y con eso hacer el contraste. Todo el coche gira en torno al contraste”, considera el diseñador de autos.

CARÁCTER Sin límites

La G-Wagen, luego conocida como Clase G, debe su nombre a la palabra alemana “geländewagen” que quiere decir “todoterreno”. Así, el racional tras el diseño de su chasis reforzado era que pudiera atravesar cualquier tipo de brecha, gracias a una potente tracción y su motor robusto. Tal vez es justo este estilo funcional y versátil lo que convirtió a este vehículo en un icono.

Pedro Friedeberg

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