Proyecto de Ley CONSEJO DE ARTICULACIÓN DE NIVELES EDUCATIVOS La Legislatura de la Provincia de Tucumán Sanciona con fuerza de Ley: Artículo 1.- Crear para la provincia de Tucumán el Consejo de Articulación educativa entre el Nivel Secundario y el Nivel Superior Universitario. Artículo 2.- Los objetivos del proceso de Articulación son: 1. Garantizar la permanencia en el nivel universitario y evitar la deserción. 2. Promover la obtención de destrezas específicas de los estudiantes secundarios para concluir sus estudios y
favorecer su incorporación al
mundo universitario. 3. Generar la conciencia en los jóvenes del último curso del secundario de la importancia que tiene el conocimiento para el desarrollo de sus propios proyectos de vida y para la construcción de ciudadanía. 4. Propiciar las condiciones para lograr la ambientación del estudiante en la vida universitaria. 5. Impulsar actividades que den prioridad a los contenidos procedimentales y actitudinales, como prolegómeno al desarrollo de los contenidos conceptuales.
Artículo 3.- El proceso de Articulación se Ministerio
de
Educación
de
la
provincia
implementará a través del de
Tucumán
y
de
la
Universidad Nacional de Tucumán, desde el último año del Nivel Secundario. Artículo 4.- Implementar, a través del Ministerio y de la UNT, una serie de acciones tendientes a ejecutaruna política de articulación que redundará en beneficio de los estudiantes secundarios y universitarios. Las acciones son: 1. Enfatizar en los aspectos instrumentales y actitudinales en el proceso
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de articulación. 2. Estimular la lectura, comprensión e interpretación de textos. 3. Promover el pensamiento crítico y creativo a través de la resolución de problemas lógico matemáticos. 4. Implementar espacios de interacción entre los profesores y los estudiantes de ambos niveles de educativos. 5. Designar Tutores pares para el acompañamiento de los estudiantes, elegidos entre los alumnos universitarios de tercer año en delante de sus respectivas carreras, con la entrega de las certificaciones correspondientes. 6. Planificar
estrategias y
coordinar actividades que demande el
proceso de articulación. 7. Brindar amplia difusión del programa de articulación. 8. Dar a conocer, a través de los medios masivos de comunicación, la oferta académica universitaria. Artículo 5.- Integrar el Consejo de Articulación Educativa de Niveles con: -
Representantes por el Ministerio de Educación de la provincia.
-
Representantes por la UNT.
-
Un representante de cada unidad académica de la UNT y un representante del Consejo de Escuelas Experimentales de la UNT.
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Un representante por el gremio docente de cada nivel educativo.
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Un representante de la Federación de Estudiantes Secundarios de la UNT.
-
Un representante de la Federación Universitaria de Tucumán.
De entre sus miembros, se elegirá un Director, un Codirector y dos secretarios para cumplir funciones ejecutivas. Artículo 6.- Invitar a participar del Consejo de Articulación Educativa de Niveles, a la Universidad Tecnológica Nacional Regional Tucumán y a las Universidades Privadas de la provincia de Tucumán. Artículo 7.- El gasto que demande la implementación de la presente norma será financiado por el Estado provincial
3 Artículo 8.- Comuníquese al Poder Ejecutivo provincial.
Proyecto de Ley CONSEJO DE ARTICULACIÓN DE NIVELES EDUCATIVOS
FUNDAMENTOS El presente proyecto de Ley se apoya en el principio reformista de universidad abierta al pueblo y gratuidad de la educación, que son dos factores de democratización de la educación y de promoción del ejercicio de la ciudadanía responsable. La Articulación, se entiende como el proceso que se propone superar las dificultades del complejo pasaje de un nivel de estudios a otro. Dice Pérez Lindo: “Lo importante desde nuestro punto de vista es insistir en la necesidad de abordajes más integrados de los procesos educativos donde los diseños curriculares no olviden las condiciones de la escolarización, donde las preocupaciones por la transmisión de contenidos no olviden las motivaciones, donde el interés por la socialización no desdeñe la adquisición de las competencias cognitivas. Desde este punto de vista la valorización de las actitudes puede ser un camino adecuado para contribuir al mejoramiento de los resultados educativos“1 En un mundo en el cual conocimiento, ciencia y tecnología juegan un papel deprimer orden, el desarrollo y la consolidación de la educación en todos sus niveles constituyen elementos insustituibles para el fortalecimiento de la sociedad y de las identidades culturales, la reconstitución del tejido social, la conquista de la paz y los combates en contra del hambre, la pobreza y la contaminación ambiental, entre otros. La educación pública es una de las condiciones necesarias para lograr la inclusión, la igualdad y la cohesión social en el marco del proyecto de país que hoy pretendemos construir.
1 Augusto Pérez Lindo, Para qué educamos hoy, Editorial Paidós, BsAs, 2009. (p. 233)
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Acentuar el compromiso social no significa atender exclusivamente a los intereses contingentes del Estado y perder de vista el valor y la gravitación del conocimiento científico. La ciencia es una permanente búsqueda de la verdad y su fin último es lograr el bienestar humano, de allí la estrecha relación entre la verdad y los valores humanistas del pluralismo, la tolerancia y la cultura del trabajo. El Informe Provincia de Tucumán. Las oportunidades educativas. dice: “El sistema educativo argentino tiene una amplia cobertura territorial que permite el acceso a la escolaridad a la totalidad de la población. Ello refleja el esfuerzo estatal por garantizar la igualdad de oportunidades y la valoración social de las familias que mandan a sus hijos a la escuela. Sin embargo, buena parte de la población no logra terminar los niveles obligatorios y sufre a lo largo de su escolaridad, situaciones que le dificultan el progreso y que terminan en abandono. Esta caracterización general se desprende de los datos estadísticos analizados en el presente informe y refleja con matices comportamientos estructurales semejantes a otros países de la región.”2 Respecto de la educación en el nivel primario y secundario, Alieto Guadagni observa: “En el total nacional, cada año ingresan al sistema educativo aproximadamente 700 mil niños y niñas de 5 años de edad…” Y más adelante: “...sin embargo, en promedio, a los 15 años asisten 590 mil, y a los 17 años tan sólo 430 mil. Finalmente, entre esos alumnos de 17 años, únicamente 230 mil asisten al último año de la secundaria. Es decir que prácticamente sólo un tercio de quienes inician la escuela en tiempo y forma, cuentan con pleno ejercicio del derecho a una educación total, oportuna y sostenida.”3 De los datos publicados por la Dirección de Planeamiento y Estadística del Ministerio de Educación, en el informe “Evaluación de la Matrícula TotalProvincia de Tucumán”, se desprende que de 93.272 alumnos inscriptos en el 2
Provincia de Tucumán. Las oportunidades educativas. UNICEF 1998 2010. Tucumán, 2016-(p. 5)
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A. Guadagni en Revista del Centro de Estudios de la Educación Argentina. Universidad de Belgrano.
Buenos Aires, Año 4 Número 33 marzo 2015, (p. 39) En adelante se cita autor, fecha y página.
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Ciclo Básico Secundario, en el año 2010, sólo 67.694 se inscribieron en 2015 para el Ciclo Orientado Secundario. Por otro lado, en la publicación “La Educación en la Provincia de Tucumán en el marco del Proyecto Nacional” observamos que para el año 2011 se registró una tasa de abandono interanual de un 9.9%. Respecto del nivel universitario, al analizar la evolución de los índices de alumnos inscriptos, de 11.151 en la UNT en el año 2013, sólo un total de 7.149 alumnos se reinscribieron para continuar en el ciclo lectivo siguiente. De los datos recogidos hasta el año 2013, se desprende entonces, que la UNT registra un porcentaje de un 36,2% de deserción en el primer año de la carrera. La situación contemplada se agrava si consideramos la progresión en el nivel de deserción, porque de 12.776 inscriptos en el año 2010, sólo 5.643 realizaron su reinscripción al año 2014, lo que evidencia que el descenso permanece aún luego de haber transcurrido un promedio de cuatro años en la carrera, cuando el estado ya ha destinado recursos a la formación de sus estudiantes. El problema de la deserción en primer año, no es propio, sólo de la UNT, sino de todo el Sistema Universitario Nacional. “En el año 2006 el Ministerio de Educación nos envió información para el quinquenio 2001 – 2005: el total de alumnos de las Universidades Nacionales varía entre 1.200.000 en 2001 a 1.266.000 en 2005, con una inscripción de alrededor de 300.000 nuevos alumnos anuales y una graduación entre 46.000 a 62.000 en el período, lo que indica que el sistema está sufriendo una importante pérdida anual de sus estudiantes. Realizamos una estimación de la deserción para cada universidad entre 2005 y 2008, resultando aproximadamente 20% para el total (248.000 alumnos) y 23% para el caso de la U.N.T., 14.289 alumnos. El
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sistema está perdiendo anualmente casi el equivalente a los nuevos inscriptos de cada año como consecuencia de la deserción.”4 Otro dato sumamente importante es la diferencia en términos de rendimiento escolar entre la escuela pública y la privada, fenómeno que se replica en las universidades según sean de gestión estatal o privada. Precisamente estas estadísticas muestran la gravedad de la situación en los dos niveles de educación, que requieren una legislación que se haga cargo de un problema que es de todos porque afecta a toda la sociedad. Al ver frustrados los anhelos de estudiar de los jóvenes, también se afecta la constitución de su proyecto de vida y su participación activa en la sociedad. Dice el Director del CEA: “La deserción en las escuelas secundarias estatales es muy alta. De cada 100 ingresantes en las escuelas estatales se gradúan la mitad que en las privadas.”(Guadagni, 2015, p.1) y agrega: “De cada 100 niños que ingresaron a primer grado en una escuela privada en nuestro país en 2002, 70 de ellos lograron la graduación secundaria en el 2013. Pero de cada 100 que ingresaron a primer grado estatal en 2002, en el 2013 concluyeron la secundaria apenas 27.”(Guadagni, 2015, p. 11) La deserción en el sistema educativo argentino, en su conjunto, y, en particular, en el nivel secundario y superior universitario no se debe a la responsabilidad exclusiva de ninguno de los dos niveles ni tampoco de los estudiantes sino de factores económico sociales y de las respectivas gestiones institucionales y de los docentes de ambos niveles, por ello es imprescindible generar la articulación
entre los docentes del nivel
universitario con los docentes del nivel medio. Los profesores universitarios deben conocer la problemática del secundario y los profesores secundarios deben interiorizarse del campo de trabajo universitario, como una forma de generar el diálogo entre los diferentes códigos institucionales. 4 Informe estadístico N°1-2016. Deserción, Graduación y Duración real de las carreras en la
Universidad Nacional De Tucumán 1976-2013. Cátedra de estadísticas. Facultad de Cs. Económicas y Dirección de Estadísticas Universitarias UNT.
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8 Si nos posicionamos en la deserción universitaria, Boaventura do Santos 5 observa
que una de las causas de las crisis de las universidades públicas
es la pérdida de legitimidad, uno de cuyos campos de acción es el acceso. Relacionado con éste último, do Santos propone la necesidad de vincular la universidad con la escuela secundaria, tema que anima el espíritu de la presente Ley, que se propone poner fin a la demonización de la escuela secundaria o de la Universidad, según el caso. Uno de los problemas que conlleva el proceso de articulación es la relación entre dos tipos de sistemas educativos diferentes: el secundario y el superior, que nacen en el seno de instituciones distintas, que se basan en metodologías y modos de gestión diferentes. No son dos paradigmas inconmensurables, pero tampoco son idénticos, aunque se apoyan en el reconocimiento de que el conocimiento es uno de los factores cruciales para la construcción del propio proyecto de vida de los jóvenes y para consolidar la ciudadanía universitaria en el marco del cogobierno, según
los
lineamientos de la Reforma del 18.
Una dificultad compartida por los dos niveles educativos es enfrentar el desafío de
despojarse de las categorías positivistas, que luchan por su
supervivencia a pesar de las transformaciones y que están arraigadas en las formas de enseñar y de aprender.
Hay, en general, dos formas de entender la articulación: una de ellas reside en hacer hincapié en los contenidos académicos y, la otra, en subrayar la decisión de elegir una carrera, que es personal e intransferible y promover el respeto de la diversidad en el aula en la que conviven diversas etnias, creencias religiosas, ideologías, formas diferentes de construcción de la sexualidad, etc. La aceptación o el rechazo de las diferencias contribuye a una adaptación exitosa o frustrante en el sistema educativo.
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Boaventura do Santos, La Universidad del Siglo XXI. Por una educación democrática y emancipatoria.
Editorial Cortez, Sao Pablo, 2010.
La deserción estudiantil constituye un gravísimo problema, que tiene varios perfiles de análisis porque
en el caso de la deserción universitaria y
secundaria no sólo es preocupante el éxodo en el primer año, sino en los últimos años luego de que el estado y la sociedad han invertido en el proceso educativo. Varias son las causas que provocan la deserción: 1. Problemas económicos o laborales, relacionados con la falta de trabajo, el ingreso al trabajo formal o al informal o la temprana constitución de una familia y las obligaciones que ella demanda. 2. Exceso de obstáculos administrativos de las instituciones educativas. 3. Falta de motivación para estudiar. 4. Dificultades de los estudiantes para realizar lecturas significativas y para entender e interpretar lo que leen. 5. Obstáculos que ocasionan el paso de un nivel educativo a otro con modalidades docentes, disciplinarias y de gestión diferentes. El proceso de articulación entre el nivel superior y el secundario tiene como una de sus metas fundamentales la producción del conocimiento. En este sentido, conocimiento y articulación están imbricados y no pueden ni deben analizarse en forma separada. Si el saber se plantea de forma abstracta y desarticulada, si se presentan los conocimientos fuera del contexto del que surgen, es muy difícil producir un conocimiento significativo y un aprendizaje eficaz. El conocimiento es el motor de las transformaciones sociales y el instrumento fundamental de la inclusión social. La articulación debe pensarse en términos de contenidos actitudinales, que entrene en el pensamiento crítico, y en el perspectivismo o sea en la aceptación de que hay diversas formas de ver el mundo para evitar el dogmatismo. Edgar Morin, el padre del pensamiento complejo, asesor de UNESCO en educación, afirma una idea clave para comprender la importancia de la
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articulación. Dice: “La reforma de la enseñanza debe conducir a la reforma del pensamiento y la reforma del pensamiento debe conducir a la reforma de la enseñanza.”6 Según Morin, las transformaciones en educación no se producen cambiando métodos sino modificando la forma en que los hombres pensamos para dejar atrás la simplificación, el reduccionismo, la ceguera a las complejidades, a las interrelaciones y a las dimensiones múltiples. Por todo lo anterior, existen argumentos más que suficientes para mostrar la imperiosa necesidad de implementar políticas públicas que concreten la Articulación entre el Ministerio de Educación de la Provincia de Tucumán y la Universidad Nacional de Tucumán, a partir del trabajo mancomunado de los actores involucrados de ambos niveles del sistema educativo. La presente Ley de Articulación, se encuadra en el Convenio suscripto entre el Ministerio de Educación de la Provincia y la Universidad Nacional de Tucumán del 22 de diciembre de 1998, Resolución 1709 998 y en las múltiples y variadas acciones que llevan en común el Ministerio de Educación, el CONICET y todos los organismos del Rectorado de la UNT y sus unidades académicas. La eficacia de estas acciones repercutirán en un aumento progresivo de la permanencia y el egreso de los estudiantes secundarios y universitarios.
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Edgar Morin, La cabeza bien puesta, Ediciones Nova, BsAs. 1999, p. 21
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