AGOSTO
2016
VOL.
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Ve con la gente, Vive con ella, Aprende de ella, Ámala. Empieza por lo que saben, Básate en lo que tienen. Pero de los mejores líderes, Cuando han cumplido su tarea, Cuando han terminado su trabajo, La gente dirá: “Lo hemos hechos nosotros” Antiguo proverbio oriental. El ritual de la unidad del equipo. Las 8 claves del Liderazgo del Monje que Vendió su Ferrari
EDITORIAL
Consejo Editor:
MSc. Carlos Muñoz Rangel MSc. Iván Carmelo Valera Pérez MSc. Carmen Chirinos de Muñoz MSc. Ing° Leidy Hernández
AGOSTO
2016
VOL.
Surge esta revista digital, a través de una unidad de la programación académica de Liderazgo Educativo y como requisito indispensable para cumplir con la unidad V de dicho programa, contemplado como materia electiva del Doctorado en Ciencias de la Educación de la Universidad Fermín Toro. Es pertinente señalar, que una vez ubicada en la web; esta revista digital, seguirá funcionando como un espacio interactivo, donde se dará cabida a la producción intelectual original, para lo cual se cumplirán ciertos requisitos que comprueben lo inédito de esas producciones; además, de canalizar las múltiples inquietudes existentes en el ser humano, las cuales en diversas ocasiones, se ven frustradas al no encontrar verdaderos espacios de publicación para dar así una divulgación a esas elaboraciones de orden intelectual. Así pues, bienvenida esta revista y bienvenidos sean quienes quieran intercambiar conocimientos y saberes en beneficio a la sapiencia didáctica e integradora en vías de alcanzar el éxito. Bienvenida “Liderazgo Educativo”
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EL DOCENTE COMO LÍDER Y GERENTE EN EL NUEVO MILENIO PAG. 4
GERENCIA EN EL AULA PAG. 8
LIDERAZGO, GERENCIA Y CAMBIO PAG. 10
PERFIL DEL DOCENTE COMO LIDER Y GERENTE EN EL NUEVO MILENIO PAG. 12
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Es necesario destacar, que las transformaciones dadas en nuestro entorno cotidiano debido a la crisis en materia económica, social, política, así como cultural, está presente en la realidad de nuestro país y es así, que se ha producido un nuevo
contexto socio histórico, donde la interacción humana propone asumir nuevos retos que impone esa misma actividad, donde fluye de manera constante la información; unida ésta, a la generación de conocimientos producto de los avances tecnológicos, quien de manera voraz proponen un cambio significativo de forma constante, creando nuevos paradigmas a los cuales hay que adaptarse rápidamente, so pena de pasar a ser un analfabeta tecnológico. Asimismo, el sistema educativo no escapa a estos cambios; pues forma parte, de un procedimiento que se ve continuamente amenazado por éstos, es aquí donde el docente del nuevo milenio, tiene la obligación y el deber de reforzar sus esquemas para ir formando nuevas representaciones, para así poder ir en paralelo dando respuestas asertivas a la realidad existente tanto en su ámbito escolar, como profesional. En este sentido, no es suficiente saber métodos o didácticas, sino estar al corriente sobre la forma de cómo lograr la adaptación correlativa de éstos, con las nuevas prácticas que surgen constantemente, por lo que debe transformar lo cotidiano de su realidad existente, en un contexto acorde con los tiempos o con acciones producidas dentro de las interacciones sociales que circundan la institución
educativa. Por tal motivo, el docente del nuevo milenio, puede presentar un horizonte de sentido, unido a saberes capaces de entusiasmar a los estudiantes por la vida, los valores; además, por la instalación de una cultura de paz, en medio de tanta violencia acompañada de una
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agresividad exacerbada; asimismo, el educador contemporáneo, le corresponde tener presente un cúmulo de conocimientos los cuales, le permitan entender su verdadera actuación dentro de la praxis docente, estableciendo de tal manera, una íntima relación con lo que hace, para poder entrar en una dimensión social que incida en el adelanto y desarrollo de sí mismo, de su familia, y de su comunidad educativa; entonces, este aspecto va a romper cualquier esquema de insatisfacción, que va a lograr la madurez de compenetrarse y formar parte de ese equipo, que lo llevará seguramente a la obtención de mejores resultados multisectoriales, para así
poder atesorar su interés por el saber en la construcción de conocimientos; es aquí, donde se demuestra que la novedad tiende que ser parte del quehacer educativo de cada día. Además, entre los retos, que se le presentan al docente como líder y gerente en el nuevo milenio, está vigente la apertura en su manera de pensar, para estar así abierto a la vivencia, ello significa tener presente las experiencias aprehendidas, desde el espectro de una realidad vivida, donde juega papel importante la percepción lograda por cada quién, pues es mejor presentar, tener varias posibilidades o alternativas a demostrar una sola opción; dicho esto, se debe recordar que a quién el docente educa, aprende mejor cuando observa el contenido, pues éste lo enriquece al darse cuenta de su experimentación, siendo ésta la ocasión más pertinente para lograr sus propias metas u objetivos; es decir, ser propulsor e interprete a la vez del aprendizaje significativo, para lograr el desarrollo de su porción cognitiva. Ahora bien, es necesario destacar que a la docencia se puede definir como la construcción de conocimientos, desarrollo de habilidades en el ejercicio de valores necesarios donde se destacan la axiología y la epistemología, para la formación de recursos humanos de alto nivel, los cuales serán idóneos de contribuir eficazmente en la evolución de la sociedad; por tal razón, el proceso educativo debe propiciar la generación o profundización de la autoconciencia en el docente actual, alentando una mayor participación y responsabilidad en su formación profesional; asimismo, el incremento en saberes plasmados en las competencias de los mismos, entonces, surge como resultado no sólo de su formación profesional sino de aprendizajes realizados en su vida cognitiva, dentro o fuera de la escuela y en el ejercicio mismo 5
de la docencia, mientras que la definición del modelo educativo, a su vez, está en relación con el tipo de sociedad que se aspira establecer. Dentro de este mismo orden de ideas, se puede indicar que el perfil y el papel de este docente como líder y gerente en el nuevo milenio, se caracteriza por ser un sujeto
polivalente,
profesional
competente,
agente
de
cambio,
reflexivo,
investigador, doblemente intelectual, tanto crítico como transformador, es lo que se expresa en el informe de la
Convención sobre la Educación en Latinoamérica
UNESCO (2008), en donde también se plantea que el docente del siglo XXI, debe
ser un líder en el contexto educativo, puesto que cuenta con seguidores, manifestando la creación de una autoridad moral distinta a la formal, con visión de futuro positiva y alentadora, establecida a partir de una necesidad de logro y de transmitir este objetivo, haciéndolo común a través de la motivación, promoviendo así la formación de un equipo comprometido e involucrado con la tarea que debe desempeñar, por lo cual necesita un nuevo estilo de liderazgo para poder actuar en un mundo cada vez más globalizado. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS Debe entenderse, que el Docente Líder y Gerente de este nuevo milenio, debe presentar a motu propio, unas tipologías esenciales las cuales le permitirán seguramente, actuar sin cortapisas ni impedimentos en el desarrollo de su actuación dentro de la institución educativa, más aún en el aula, donde debe desarrollar un trabajo docente de primera línea, estas características básicas de acuerdo al criterio sostenido por Dichter (2005, p.91), son las siguientes: a.
Apertura, tolerancia y disponibilidad hacia los demás seres humanos en
general, a sus sentimientos, presentando sugerencias e ideas, lo cual le conllevaría a hacer un esfuerzo, para no juzgar a las personas desde sus propios esquemas de referencia. b.
Competencia interpersonal, lo cual implica haber creado la suficiente capacidad para 6
establecer relaciones auténticas y funcionales con los demás; ello significa saber comunicarse adecuadamente, al haber logrado una buena habilidad comunicativa, tanto a nivel verbal como no verbal y en el doble papel de emisor y receptor. c.
Presentar un estado equilibrado, con altos niveles de madurez psíquica, lo cual le confiere autoridad para poder enfrentarse adecuadamente a los diversos problemas y múltiples presiones, que lleva implícito consigo mismo al ejecutar un trabajo tan complejo como el de educador y a la vez líder y gerente.
d.
Confianza en las capacidades del grupo y de sus miembros, para resolver sus propios conflictos y evolucionar adecuadamente, esto se logra a través de la sinergia que debe crear para trabajar en grupo en pro de los demás.
e.
Flexibilidad mental y emotiva, que implica una capacidad de saber analizar rápido y con precisión las causas potenciales de un determinado conflicto o situación grupal y articular adecuadamente las posibles soluciones. De acuerdo al criterio asumido por Dichter (ob.cit.), evidentemente el docente
del nuevo milenio debe enfocar su quehacer educativo, hacia el logro de metas y estrategias orientadas al éxito y al mejoramiento de la calidad educativa, el cual coadyuvará a una nueva manera de asumir el contexto educativo.
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Capdevielle, (2012) propuso una variedad de situaciones que preparaban de manera directa al docente, orientada a diversos cambios en cuanto a la trasformación como gerente de aula, en ese caso expuso que: El desarrollo del liderazgo en las organizaciones educativas está subordinado a su interrelación con el entorno; pero en ello infiere la significativa presencia del actor docente, quién requiere de orientaciones estratégicas fomentadoras de ese liderazgo, al igual que toda la comunidad miembro de una organización, para que lo acepten como tal. Lo singular en esta nueva concepción simbiótica, es que al docente se le demande su particular contribución a la institución educativa a través del ejercicio de su propio liderazgo. Más que entender a cada uno de ellos como un líder institucional, pues ello trata de los procesos y las prácticas institucionales que se desarrollan en el aula, se hagan a través de distintas líneas de acción (guías) y así los alumnos sean liderados de manera eficiente por distintos docentes en diversas materias promoviendo eficazmente el medio de enseñanza-aprendizaje donde se desenvuelve. (p.112). Se evidencia, en la transcripción anterior, el carácter de líder que debe asumir el docente en su aula, pues tiene la obligación moral de orientar las actividades significativas que desencadenen aprendizajes para reconocer y encontrar las formas de aprender de cada uno de sus alumnos; por tal razón, debe también ejecutar en todas las actividades técnicas propuestas para desarrollar en el aula, haciéndose responsable de los resultados académicos que obtiene; entonces, el liderazgo que todo docente debe tener en el aula, debe ser integro, pues para ello hay que marcar las actividades que deben reconocerse por separado para así evitar confundirlas, esto origina dos conceptos que no pueden complicarse, ni en su conceptualización, ni en su aplicación, estos son: Gestión y Liderazgo. Las percepciones que se puedan tener sobre estas conceptualizaciones, en la mayoría de los casos hablan por sí solas, pues hacen plantear la pregunta: ¿hasta qué punto están siendo verdaderamente gerentes en las aulas los docentes? Una 8
gerencia docente, eficiente y oportuna, no sólo provocará sustanciales cambios en el aprendizaje de los estudiantes, sino que, además, viabilizará positivos cambios en las unidades educativas, cambios que por supuesto, rescatan lo mejor de la cultura de una institución proyectándolas en el tiempo para proponer un desarrollo, acorde con los cambios necesariamente sucedidos potenciando así las fortalezas y oportunidades, apartando las debilidades y amenazas que puedan presentarse.
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Cuando hablamos de liderazgo, gerencia y cambio,
nos
estamos
refiriendo
al
establecimiento de un modelo teórico capaz de promover la dinámica organizacional dentro de
instituciones educativas, puesto que en los procesos de cambio los líderes de las empresas o instituciones desempeñan un papel clave, su actitud o ejemplo personal puede constituirse en una razón para el éxito o el fracaso de dicho procesos. Asimismo, a pesar de los avances e insistencias en el trabajo en equipo, la gerencia participativa, el “Empowerment” u otros enfoques que estimulan una mayor distribución de la responsabilidad en el desarrollo institucional, las personas que ocupan
la
posición
número
uno
continúan
siendo
determinantes
en
la
implementación de los cambios organizacionales, pues sus valores, actitudes, prioridades e ilusiones, tienen un alto impacto en el ambiente de trabajo. Pero más aún, en las instituciones educativas donde existe una gran coincidencia en su reacción personal al cambio, a su manera para conducirlas por los caminos del cambio, pero para ello se requiere de una persona abierta a la modernización, a la ruptura de paradigmas y tradiciones, a nuevos aprendizajes, que acepte nuevos riesgos y retos pues muy posiblemente proyectará dichas actitudes en su estilo gerencial. Por tales razones, es que se desea comprender las capacidades de una institución educativa para emprender los nuevos desafíos, es así, como se debe poner la visualización en las cualidades y actitudes de sus equipos de gerentes. Estas apreciaciones, coinciden directamente con las efectuadas por Dichter (ob.cit), quien manifiesta que el liderazgo, la gerencia y el cambio, tanto en organizaciones
de
índole
empresarial
como
institucional permiten
realizar
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transformaciones hacia un modelo más multicultural, pues conllevan a considerar acciones que transmitan la necesidad de un hacer, un enfoque gerencial abierto y flexible, por ello es muy difícil imaginar una empresa o institución sin gerentes que asuman un papel de educadores y de líderes de cambio; por tal razón, el cambio empieza en el líder mismo, en su capacidad para aprender, innovarse, y enseñar a otros. Para algunos, el estilo de liderazgo depende de las etapas de la vida en que se encuentren los gerentes, las cuales son caracterizadas por: Etapa 1: Aprender a Hacer. Etapa 2: Hacer. Etapa 3: Hacer/Hacer. Etapa 4: Enseñar a Hacer. Etapa 5: Dejar Hacer. Desde esta visión, es normal que la experiencia y las posiciones hagan pensar a los gerentes que poco a poco se acercarán a las etapas 4 y 5; sin embargo, los
gerentes líderes educativos nunca abandonan la etapa 1, pues saben que su vigencia no es el resultado de cuánto conocen sino de cuánto aprenden y eso es una actitud de vida que servirá de ejemplo al resto de los miembros de la institución educativa.
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A
este
atenderse
respecto,
varios
deben
criterios
para
establecer un perfil docente como líder y gerente, sobre todo en el
nuevo
milenio;
esta
fundamentación, requiere de un análisis
crítico
que
permita
establecer un criterio definido sobre el tópico en
estudio; pues ubicar
ese perfil debe ser analíticamente visto desde la posición que amerite esa observación. Ahora bien, el perfil del docente, desde la óptica donde se ejerce un papel en determinada interacción, depende de la creación de un clima social y emocional para el aprendizaje activo, pues ello representa un aspecto central en el currículo del docente al tenerse presente, de acuerdo a lo sostenido por Capdevielle (ob.cit. pp. 102 y 103) que: a.
Influye en los efectos sobre el aprendizaje.
b.
Brinda la creación de los bloques esenciales para la salud emocional y social de los niños, tales como: Confianza en los otros, donde se debe tener presente su iniciativa, autonomía, la empatía que proponga para crear la autoconfianza tanto en el alumno como en sí mismo. En este contexto, visto el perfil desde una perspectiva donde juega un papel
preponderante en el momento de la planificación, se presentan otras alternativas que hacen ese perfil más rígido pues debe crear condiciones de estímulo para: a.
Inducir al alumno para que escoja lo que desea hacer. 12
b.
Estimular a aquellos que hablan poco, para que expresen lo que desean hacer.
c.
Plantear varias opciones, para que aquellos alumnos con cierta dificultad puedan escoger.
d.
Permitir al niño en sus etapas iniciales del proceso, que exploren con las personas y los materiales para que conozcan su ambiente, las actividades, las áreas y las personas que lo conforman.
e.
Utilizar una cartelera de selección.
f.
Crear un ambiente cálido que ayude a los niños a sentirse cómodos, a confiar
en su propio poder y darse cuenta que pueden hacer escogencias. g.
Acompañar al niño hasta las áreas, cuando requieran este tipo de ayuda.
h.
Ayudar a los niños a pensar en el mayor número de detalles dentro de la actividad escogida.
i.
Aceptar las diferentes maneras que tienen los niños para planificar lo que van a realizar. En este orden de ideas, poder brindarle un sentido completo al perfil del
docente, se debe tomar en consideración que la docencia es una práctica entendida como una labor educativa integral; además, los docentes ante las demandas del mundo actual y del futuro, deben desarrollar un conjunto de habilidades y actitudes para conseguir el aprendizaje significativo, pues éste es considerado como un mediador de las enseñanzas. De manera tal, que de este conjunto de habilidades caben destacar varias, tales como: pensar, crear, diseñar, resolver, interactuar, manejar, usar, producir y comunicar; todo ello con el fin de trabajar, estudiar y construir visiones en equipo, autoevaluaciones,
compromisos
y
el
compartir,
que
de
un
puesto
el
perfil
educador, es el agrupamiento de aquellos conocimientos, destrezas y habilidades tanto en lo personal, ocupacional, especialista o prospectivo, que un pedagogo debe tener u obtener, para desarrollar su labor.
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De manera general, se puede decir que el docente debe demostrar características de liderazgo, en las cuales deberá tener una visión de futuro y saber comunicarla, una visión de la educación innovadora y avanzada, es decir, asumiendo los nuevos paradigmas y sus implicaciones, aceptándolas para ponerlas en ejecución.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Capdevielle, F. (2012). Docentes Como Líderes y Gerentes en la educación contemporánea del siglo XXI. México: Editorial Mac Graw Hill. Dichter, N. (2005). Claves Fundamentales para ejercer la docencia en el siglo XXI. Una visión para Latinoamérica. Bogotá: Editorial Norma. UNESCO (2008). Informe final de la Convención sobre la Educación en Latinoamérica. Paris Francia: Editado por la UNESCO para Latinoamérica.
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