Desastres naturales efectos psicologicos

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J . G . Salazar Estrada ,* D . V . Heredia Loza**y M . Pando Moreno***

Desastres naturales : efectos psicológicos ante un suceso inesperado

De

* Secretario de la División de Disciplinas para el Desarrollo, Promoción y Preservación de la Salud. ** Egresada de la carrera de Psicología de la Universidad de Guadalajara. *** Coordinador de la Maestría Salud en el Trabajo.

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acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 1990) (1), los desastres son eventos extraordinarios que originan destrucción considerable de bienes materiales y pueden dar por resultado muerte, lesiones físicas y sufrimiento humano . Tales hechos pueden ser causados por el hombre o por la naturaleza, si bien ambos tienen consecuencias psicológicas de consideración. En este número de la revista, dados los sucesos que hoy ocurren, nos referiremos a los desastres naturales (DN). Los DN han existido siempre. Haciendo un recuento histórico, podemos ver que la humanidad ha estado expuesta a continuos desastres y catástrofes naturales, desde terremotos y huracanes que destruyen ciudades enteras, hasta heladas, deslaves e inundaciones, que ocasionan grandes pérdidas y merman el desarrollo de los lugares en

donde se originan. Dichos fenómenos naturales han llegado a cambiar su curso al grado de que el género humano se ha visto en la necesidad de adaptarse a los rápidos e intensos cambios que suceden incontrolable e inesperadamente. Estamos atravesando por periodos en los que es más común escuchar en los noticieros o leer en la prensa acerca de los desastres naturales , desastres que generalmente ocurren “lejos de nosotros”. A finales del 2004 surge de manera abrupta una serie de acontecimientos naturales que han dejado una huella impregnada en el sentir y pensar de la humanidad entera. El bombardeo inicia a raíz de los acontecimientos por el tsunami, que azotó gran parte de Asia, directa o indirectamente hemos puesto los ojos cada vez más en acontecimientos desastrosos de tipo natu-


ral; noticias que van desde las inundaciones en Santa Fe, Argentina. Piedras Negras, México. Terremotos en San Salvador, El Salvador. Las intensas lluvias en Tijuana que provocaron derrumbes , las inundaciones en Costa Rica, los deslaves en Brasil y California, así como los intensos incendios naturales en Australia, son sólo algunos de los desastres que los medios de comunicación nos han mostrado. Estos desastres son considerados como tragedias, porque la gente que ha estado involucrada directamente y que ha vivido estos acontecimientos, jamás lo olvidará. Las consecuencias en la salud mental de la población y las secuelas a mediano y largo plazo en su desarrollo personal y en la calidad de vida de las víctimas son secuelas psicosociales devastadoras que quedan como producto de ese tipo de acontecimientos provocados por circunstancias en las que el hombre poco ha podido hacer. En algunos casos los resultados pueden ser pasajeros y, en otros, ocasionan trastornos graves de la personalidad (2, 3, 4). Queremos exponer los efectos psicológicos que surgen ante un suceso inesperado , como lo es un desastre natural. Si bien el origen de estos fenómenos naturales siempre ha residido en la propia naturaleza, el hombre se limita a

sufrirlos y, en el mejor de los casos, a prevenir las consecuencias de los mismos. El desastre en los fenómenos naturales resultará de una confluencia de factores, como el deterioro ambiental , la carencia de educación y organización y de las características socioeconómicas . Estos últimos, sin duda, constituirán algunos de los componentes de la vulnerabilidad de una comunidad, región o país. Todo fenómeno natural no necesariamente será sinónimo de desastre. Los DN, por ser inesperados, pueden afectar a mucha gente al mismo tiempo y siempre interrumpen el desarrollo al consumir una gran cantidad de recursos propios. Por lo anterior, y haciendo eco de las palabras de Slaikeu (5), los desastres naturales tienen el potencial de precipitar una crisis (se esté preparado o no), entendiendo como tal el estado de desorganización caracterizado por una incapacidad para salir adelante y con el potencial para un daño natural, social, económico y emocional de mediana y larga duración. Antes de ahondar más en los efectos psicológicos originados ante este tipo de sucesos inesperados, es importante señalar algunos conceptos de desastre y, más específicamente, de un desastre provocado por la naturaleza. La OPS se

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refiere en su manual para víctimas de desastre antes referido, a los siguientes autores : Harsbarger (1974) define los desastres como eventos rápidos y dramáticos que dan por resultado daños materiales y humanos considerables, subraya la importancia de la vida comunitaria y su participación activa. En cambio, Erikson (1976) señala que los tipos diferentes de trauma psíquico, individual y colectivo son evidentes en la conducta de las personas afectadas por un desastre. Define el trauma individual como “un golpe a la psique que rompe las defensas de la persona de mantera repentina y fuerte”, y define el trauma colectivo como “un golpe al trama de la vida social que lesiona los vínculos que unen a la gente y daña el sentido prevaleciente de comunidad ”. Barton (1970) clasifica los desastres como parte de un grupo más amplio de situaciones de estrés colectivo que surgen cuando muchos miembros de un sistema social no reciben condiciones de vida que esperan de dicho sistema. Agrega que dicho estrés colectivo puede provenir de fuentes externas al sistema o de este mismo. Considera, además, al sistema social como una colectividad de humanos cuya interacción se mantiene en la forma de patrones identificables durante un periodo relativamente prolongado, y

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afirma que el desequilibrio sistemático es resultado del estrés de eventos catastróficos. Y, finalmente, Anderson (1968) da un enfoque diferente y define los desastres con base en la reacción de la población afectada a la amenaza que representa el desastre mismo antes de que ocurra, describe el desastre como agudo o crónico, según la forma en que la comunidad responde a dicha amenaza. El mismo autor afirma que un desastre tiene consecuencias diferentes en el individuo, la familia y las diversas instituciones de la sociedad afectada. Como hemos podido observar, el común denominador de un desastre natural es el origen de un desequilibrio que afecta en dos dimensiones: el individual y el social o colectivo. Cualquier evento catastrófico que sea profundamente traumático, como un terremoto, inundaciones, accidentes, pueden desencadenar una reacción de estrés en las personas que experimentan u observan el acontecimiento (6). Un desastre es un suceso que trastorna el funcionamiento vital de una sociedad y afecta a los siguientes sistemas: ◗ Sistema biológico de sobrevivencia (alimentación , cobijo , salud, reproducción). ◗ Sistema de orden (división del trabajo, patrones de autoridad,


normas culturales, roles sociales). ◗ Sistema de significados (valores, definiciones compartidas de realidad, mecanismos de comunicación). Lo anterior se refleja psicológicamente en el individuo con la aparición de depresión y cuadros de estrés y ansiedad, que dentro del DSM-IV (Clasificación de las Enfermedades Mentales, según la Asociación Psiquiátrica Americana (7) se conoce con el nombre de Trastornos por Estrés Postraumático (TEP) y que se atribuye a un individuo que ha vivido un acontecimiento que se encuentra fuera del marco habitual de las experiencias humanas y que se considera marcadamente angustiante para casi todo el mundo (8). La respuesta inmediata al desastre con el miedo que éste provoca fue llamada por Horowitz (9) “el grito”, que es cuando el individuo se da cuenta de la amenaza y lo asocia con memorias previas, unas veces reales y otras irreales, que forman parte de nuestros recuerdos. Ileana Petra (10) propone el siguiente cuadro de las fases de respuesta a un evento estresante: ◗ Evento ◗ Grito

◗ Negación ◗ Intromisión ◗ Manejo Señala que cada persona progresa por estas fases a diferente paso. Hay quien en el periodo de negación puede durar semanas o meses antes de que se evidencien respuestas emocionales al desastre. Ante el impacto puede surgir confusión y aturdimiento, mientras que en el momento del grito o choque, que es donde se adquiere conciencia del problema, surge un pánico considerable y un estado disociativo. Algunos de los signos y síntomas durante la fase de negación son: ◗ Aturdimiento. ◗ Inhabilidad para apreciar estímulos significativos. ◗ Amnesia (completa o parcial). ◗ Desconocimiento del significado del estímulo. ◗ Presencia de fantasías para contrarrestar la realidad. ◗ Sensación de enturbamiento o irrealidad. ◗ Abuso de alcohol o fármacos. ◗ Alteraciones del sueño. ◗ Alejamiento de las actividades de la vida diaria. ◗ Trastornos psicosomáticos. Algunas víctimas no atraviesan la fase anterior, sino que presentan

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directamente respuestas emocionales de la fase de intrusión. Sus principales signos y síntomas son: ◗ Hipervigilancia. ¿Cuándo volverá a pasar? ◗ Reacciones de sorpresa. ◗ Sienten que está sucediendo el mismo fenómeno nuevamente. ◗ Pensamientos, imágenes y conducta de intromisión. Repite varias veces en su mente la misma escena. ◗ Alteraciones del sueño durante la noche. ◗ Sensaciones relacionadas con el sistema de huida o alertamiento. ◗ Búsqueda compulsiva de personas o situaciones perdidas. ◗ Generalmente tienen un carácter irracional, es decir, carecen de sentido. Por último, la fase de manejo va relacionada con el aprendizaje adquirido en donde surge el manejo de significados , duelo , elaboración de nuevos planes y la finalización de la respuesta. Otros autores (11, 12) agrupan la misma sintomatología y las repercusiones psicológicas en cuatro categorías a) pre-impacto, b) impacto, c) post impacto, y d) impacto de largo plazo. El potencial propio de la crisis psicológica surgirá en los días y semana inmediatos. Así lo primero

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a que se enfrentarán los individuos serán con las pérdidas. Estas pérdidas provocan alteraciones y desequilibrio en la estructura familiar, que al pasar por un estado de crisis se enfrenta al duelo de pérdidas humanas, como el padre, madre, hijos y hermanos, y pérdidas materiales, como su hogar y pertenencias . Pierden , entonces , sus sistemas de apoyo social y psicológico y en su mayoría carecen de habilidades para la resolución de problemas. Los DN son factores estresantes que afectan grandemente el equilibrio psicofisiológico de los afectados, y el estrés resultante puede originar crisis personales. Una catástrofe siempre causará diversos tipos y grados de pérdidas personales como resultado de muerte, lesiones, desempleo o destrucción de bienes materiales. La respuesta psicológica de la persona ante un desastre está condicionada por su sistema de apoyo social y emocional, que le ayuda a resolver el estrés. La naturaleza de la matriz social de un sujeto puede ser origen de factores de gran influencia que lo protegen contra el efecto posterior de un evento crítico, los mecanismos psicofisiológicos y recursos internos del individuo, así como la red de apoyo de la familia y amigos, revisten suma importancia en este proceso de readaptación


y resolución. Un añadido a estos recursos personales podría ser la asistencia y servicios disponibles en la comunidad para ayudar a personas en crisis. Para la OPS, la resolución de crisis es un conjunto de mecanismos psicofisiológicos, interrelacionados, que se ven estimulados por el estrés y la crisis, las pérdidas y el duelo, así como sistemas de apoyo operativos, que fomentan los tipos de conducta que sirven para lograr un estado de equilibrio. Estas conductas adaptativas protegen al individuo mediante la evitación, modificación o manejo del estrés causado por el desastre (13). Una crisis es un periodo crucial o decisivo en la vida de una persona, que tiene sus consecuencias tanto físicas como emocionales. Se puede considerar como una ruptura de un estado de equilibrio psicológico en el que se precipita por un cambio repentino y significativo en la situación vital del individuo. Este cambio puede originar una necesidad de ajustes internos y el uso de mecanismos adaptativos que rebasan temporalmente la capacidad del individuo. Otra consecuencia de los desastres naturales es el duelo y el enfrentamiento con las pérdidas. Kübler-Ross (14) ha llamado la atención acerca de la muerte y la reacción psicológica a la misma.

Los individuos que enfrentan la inminencia de su propia muerte o la de personas cercanas a ellos pasan por un proceso de cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Se ha dicho que estas etapas no siempre ocurren y que tampoco lo hacen invariablemente en un orden específico. Antes bien, las etapas que ocurran y su orden dependen de una influencia importante de la personalidad y de una actitud general de la persona hacia la vida. Los procesos de duelo y pena, a veces denominados conjuntamente con el término luto, abarcan elementos cognoscitivos y es frecuente que se expresen mediante síntomas físicos y psicológicos . Se inician con el reconocimiento y aceptación de la pérdida. El individuo necesita aceptar la realidad no sólo intelectual sino también emocional. Cuando sólo ocurre la aceptación intelectual, las probabilidades de inadaptación emocional son mayores. El proceso de duelo hace que la persona pase sucesivamente por los estados de choque emocional, aflicción aguda y resignación, y en el camino suele padecer molestias físicas o volverse más susceptible a las enfermedades; quizá se retraiga y se vuelva apático. Es factible que exprese mayor hostilidad hacia los demás o puede aislarse por completo (Lindemann) (15).

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Cuando las heridas no curan rápidamente , puede surgir un siguiente fenómeno, que es la culpa de la víctima, aflorando así un efecto traumático. Peter Marris, refiere Lindemann, considera el duelo como la expresión social del luto, que usualmente se manifiesta en los hábitos o rituales religiosos. Describe la pena como la sensación de conflicto intenso entre impulsos contradictorios, la necesidad de conservar todo lo valioso e importante del pasado y al mismo tiempo la de comenzar una vida nueva, aceptando la pérdida sufrida. Si el proceso de pena se interrumpe con demasiada prontitud en la búsqueda de reajuste y reintegración inmediatos, o si se continúa en forma interminable con una preocupación incesante por lo perdido, la víctima quizá nunca se recupere emocionalmente y su calidad de vida se haya afectado para siempre. La pena se domina al abstraer la vida y aceptar la nueva realidad. La pérdida repentina en los desastres por desintegración o reubicación de familias también origina un proceso de pena y angustia intensas. Muchos desastres no originan muertes numerosas, pero sí privan a los afectados de sus hogares, recuerdos, barrio y fuente de ingresos, es decir, existen pérdidas. Las consecuencias psicológicas se po-

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drían analizar desde dos perspectivas: el que está viviendo directamente el acontecimiento y aquellas personas que sólo ven de “lejos”. Hasta este momento únicamente hemos mencionado algunas consecuencias de las personas que han vivido directamente un DN; sin embargo, es normal que situaciones de esa naturaleza extrapolen efectos y secuelas en personas ajenas a este desastre , considerando el potencial que tienen los medios de comunicación para “comunicar” en una función preventiva y educativa, pero también informan de manera alarmista, de acuerdo con los intereses de unos cuantos. En aquellas personas que ven de lejos los acontecimientos, el primer efecto, sin duda, es la admiración de tal suceso. Una vez que se dan cuenta de los daños causados y las múltiples pérdidas, les viene un sentimiento de consternación y tristeza (sobre todo si dentro de esas pérdidas se encuentran las humanas). Finalmente, en muchos de los casos el sentimiento de solidaridad y apoyo es muy común. Otro efecto psicológico que se da en el sector que no ha sido afectado directamente por estos desastres, es el sentimiento de apoyo originado por la consternación de pérdidas, surgiendo así movimientos sociales en los que a través de grupos, empresas, gobiernos y so-


ciedad civil lanzan ayuda y apoyo con muestras de solidaridad humanitaria ante los más afectados y vulnerables. Es importante resumir que en cualquier situación de desastre natural hay consecuencias y repercusiones psicológicas a mediano y largo plazo. Sin embargo, el daño psicológico va a depender de la situación propia de inestabilidad del acontecimiento, incluyendo las características distintivas objetivas del acontecimiento y las dimensiones objetivas de la situación (16). Entre las características distintivas objetivas, hay que distinguir si se trata de un acontecimiento de pérdida (remoción de una cosa, situación o persona querida) o castigo (surgimiento de una situación aversiva). Entre las dimensiones objetivas de la situación, se pueden señalar la valencia de la situación (su potencialidad estresante inherente); su controlabilidad (las oportunidades que se tienen de control inherente a la situación); su mutualidad (la probabilidad en la que una situación cambie por sí misma); su ambigüedad (el grado en el que una situación carece por sí misma de suficiente información como para que podamos hacernos una idea clara de ella); su potencial de ocurrencia o recurrencia (la capacidad de ocurrir o volver a ocurrir inherente a la situa-

ción); su momento o cronología respecto al ciclo vital (momento de la vida de una persona en que ocurre el acontecimiento). Todas estas características de “ dimensiones objetivas ” pueden ser consideradas también como “dimensiones subjetivas” de las situaciones, si pensamos que todas ellas han de ser percibidas por la persona. Considerando además una situación que es propiamente subjetiva, como el caso de la familiaridad (es decir, la experiencia personal con la situación). Las consecuencias a nivel psicológico en las personas en una situación crítica y generadora de estrés, depende además de la propia situación, el saber por parte del sujeto (antes o después del acontecimiento) si es un evento controlable o predecibles, si es un acontecimiento ambiguo o claro, si se puede modificar su curso o no. En cualquier caso, la dimensión del evento y sus consecuencias a nivel personal y grupal son producto de los factores psicosociales, en donde los aspectos sociales y culturales (que determinan nuestra percepción) tienen un papel relevante en el proceso de pensamiento de los sujetos en situaciones de crisis, identificándolos como acontecimientos negativos productores de estrés con consecuencias en la salud mental y la calidad de vida de las víctimas.

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Con el fin de dar apoyo psicológico se han probado diversos protocolos para casos de sobrevivientes de eventos traumáticos. Uno de éstos, que ha sido acreditado científicamente en forma eficiente, es la metodología EMDR (Eye Desensitization and Reprocessing), con resultados similares a la Terapia Cognitiva–Conductual. “La EMDR es un protocolo Grupal e Integrativo, impartido por profesionistas en la salud mental, oriundos de los lugares afectados (los cuales son preparados previamente) y que serán los responsables de brindar asistencia a su comunidad” (17, 18). Esta metodología fue creada por expertos mexicanos a partir del huracán Paulina en 1997 y ha sido utilizada en desastres ocurridos a fines y principios del presente siglo en diferentes partes del mundo. Ante este tipo de eventualidades o acontecimientos de origen natural que generan desastres, nunca estaremos totalmente preparados para enfrentarlos. Por la propia naturaleza del evento se dificulta estar prevenidos y hacerles frente; sin embargo, hace falta desarrollar más la investigación en este ámbito y trabajar en las áreas de educación, prevención y atención. Además, se requiere incorporar a los procesos educativos, elementos de formación y capacitación para hacer frente a este tipo de eventuali-

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dades y mitigar las consecuencias en la salud mental, la salud pública y la calidad de vida de las víctimas de un desastre natural. Referencias bibliográficas (1) Pan American Health Organization (PAHO) (1990) Manual de la atención de salud mental para víctimas de desastre. (2) American Psychiatric Association . (1996) Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, cuarta edición, Washington, D. C. American Psychiatric Association. (3) Goldman H. H. (1996) Psiquiatría general, cuarta edición. México. Manual moderno. (4) Green, B. L. y J. D. Lindy (1994) “Posttraumatic stress disorder in victims of disasters“, en Tom D. (ed). The Psychiatric Clinics of North America. Post-Traumatic Stress Disorder, vol. 17, núm. 2 de junio. (5) Slaikeu, Karl A. (2000) “Crisis circunstanciales en la vida“, en Intervención en crisis. México: Manual Moderno, segunda edición, ppv. 85-86. (6) David Sue (1997) “Trastornos por ansiedad“, en Comportamiento anormal. México: McGraw Hill, cuarta edición, p. 184. (7)

American Psychological Association (APA) (1996) DSM – IV, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Masson.

(8)

Ileana Petra. Aspectos psicológicos presentes durante los desastres. Depar-


tamento de Psiquiatría y Salud Mentalv. Facultad de Medicina. UNAM.

(14) Kübler-Ross, Elisabeth (1970) On Death and Dying. Nueva York: Macmillan.

(9) Horowitz, M. et al. (1980) “Signs and

(15) Linderman, E. “Symptomatology and

symptoms of traumatic stress disor-

managemant of acute grief“, American

der“, Archives of General Psychiatry,

Journal of Psychiatry, núm. 101, pp.

57, pp. 85-92.

141–148.

(10) Ileana Petra, op. cit. (11) Cohen, R.E., y F. L. Aheran, Jr. (1989) Manual de la atención de salud mental

(16) Rodríguez Marín, J. (1995) Psicología social de la salud. Madrid: Editorial Síntesis, pp. 62-63.

para víctimas de desastres. México:

(17) EMDR – HAP. www.emdrhap.org.

Harla.

(18) Barrowcliff, A.L., et. Al. (2002) “Hori-

(12) -(1995) “Participating in Disaster Re-

zontal rhythmical ere- movements con-

lief . What Psychiatrists need to know

sistently diminish the arousal provoked

when catastrophes strike“, Psychiatric

by auditory stimuli“, British Journal of

Times, noviembre, pp. 40 – 42. (13) Pan American Health Organization, op.

Clinical Psychology, núm. 42, pp. 289302, 2002.

cit.

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Seguros contra riesgos ambientales Entrevista con Edgar Ureña*

❙ AIMEÉ MUÑIZ MACHUCA: ¿QUé meca-

* Responsable de emisión de daños-riesgos. Compañía Seguros Interacciones.

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nismos se dan en los seguros que ustedes manejan para la protección del patrimonio en situaciones de riesgo ambiental y en caso de desastres? EDGAR UREÑA: El mecanismo funciona por medio de tres pasos: primero, nuestra fuerza de venta, los agentes, son los intermediarios entre las personas que tienen una necesidad de protección contra riesgos ambientales y la aseguradora ; entonces , los agentes, en su campo de acción, recogen esas necesidades, esa información, y la traen a la aseguradora, y ésta la evalúa, sobre todo la de sumas aseguradas de los bienes, ya sea del edificio o de la construcción de la casa o de sus contenidos. Segundo, hacemos una evaluación de eso, una cotización, presentamos un costo y emitimos una

póliza, la cual tiene que ser un reflejo fiel de lo que el cliente está requiriendo en cuanto a protección. Tercero, cuando la póliza se emitió y, en caso de que haya algún siniestro, sobre todo desastres naturales , la compañía contrata despachos externos para evaluar los daños en las propiedades del asegurado y proceder a indemnizarlo, financiera o económicamente, para resarcir la pérdida. Así funcionan las pólizas de seguro. ❙ AMM: ¿Qué se puede proteger o asegurar? Generalmente se cree que los automóviles. EU: Contra este tipo de riesgos se puede proteger prácticamente todo el patrimonio físico. Por ejemplo, tu casa, la construcción, todos los aditamentos, instalaciones , contenidos , muebles , equipo electrónico . En algún tipo de pérdida conse-


cuencial manejamos una cobertura que se llama gastos extraordinarios. En caso de que pierdas tu casa, la compañía te ayuda a rentar una, y yo, como representante, te pago los daños que sufrió tu casa, mientras consigues otro lugar donde quedarte, en caso de pérdida total. Cualquier tipo de bien mueble o inmueble es lo que se puede proteger. ❙ AMM: Si aseguro mi casa, ¿qué pasa con mis pertenencias? ¿Van de paquete con la casa o es aparte? EU: Es más conveniente comprarlo de paquete, pues tienes la opción de decirnos qué quieres asegurar y qué no quieres. Así, manejamos un esquema que te lo doy de paquete, porque es más conveniente, ya que no te conviene asegurar nada más el casco y dejar sin seguro los contenidos. ❙ AMM: ¿Realmente la gente asegura sus casas contra daños ambientales o no es muy común? EU: En realidad, en nuestro país la gente no está muy informada y por lo general no hay una cultura del seguro. Las personas, en su mayoría, dicen: “después del niño ahogado, tapan el pozo“. Ya cuando ven los daños que causan riesgos ambientales, sobre todo en las zonas costeras o

donde se presentan lluvias torrenciales, cuando ven sus pérdidas, se deciden a contratar un seguro, pero no hay una cultura de prevención, una cultura del seguro. ❙ AMM: Sin embargo, ¿estas posibilidades existen? EU: Existen, pero hay un factor determinante en cuanto a que las personas compren o no un seguro, y es el poder adquisitivo. En su mayoría, las personas satisfacen las necesidades primarias: comer, vestirse, educarse, entre otras, y ven como un lujo entre comillas contratar o pagar por una póliza de seguro. ❙ AMM : Supongo que son caras , ¿verdad? EU: No son muy caras si comparas lo que te puedes gastar en un mes en diversión, entretenimiento, o

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en salidas. El costo del seguro es, más que nada, una inversión y depende también del valor de tu inmueble, de la localización, todo. Hay que verlo como un ahorro, no como un gasto. Sí, manejamos paquetes para cubrir necesidades específicas , aunque es difícil en la situación económica que vive México para un seguro. Pero si lo vemos como una inversión, y no como un gasto, sino como algo que te va a dar algo de tranquilidad. Así ya no resulta ni tan caro ni tan oneroso. ❙ AMM: Cuando fue la explosión en Analco, por ejemplo, supongamos que yo tenía mi casa ahí y la aseguré, explotó y todo se vino abajo, ¿eso me lo podría pagar el seguro? EU: En este caso estamos hablando de una responsabilidad de un tercero, no de un riesgo de la naturaleza. Del tercero responsable se dice que fue Pemex, o no sé quién haya sido, si no se hace cargo de ese daño que causó a las casas, entonces el paquete básico de protección incluye el riesgo de explosión. Así, el seguro primero hubiera visto la manera de que el tercero se hiciera responsable. En caso de no lograrlo, entra la cobertura del seguro por los daños a tu casa, siguiendo con el ejemplo que mencionas.

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❙ AMM: ¿Hay antecedentes a nivel

nacional o local sobre evaluación de consecuencias económicas de desastres a través de seguros? EU: No, a través de la compañía aún no tengo formalmente antecedentes de que se hayan documentado, ni tampoco las estadísticas de las consecuencias que tuvo un fenómeno natural, pero eso es conocido, y más en estos días en los que la gente se da cuenta de tales consecuencias, pues se queda sin un patrimonio y no puede hacerle frente a estas pérdidas por no contar con una póliza de seguro que puede ayudarle en estos casos. ❙ AMM: ¿Cuáles son los criterios que toman en cuenta para estimar el valor de la protección del patrimonio en situaciones de riesgo y en casos de desastre? EU: Este tipo de trabajos los llevan a cabo despachos externos, despachos de valuadores profesionales que se basan, hablando de construcciones, en la localización y en costos por metro cuadrado . Depende también del mercado de bienes raíces. Nosotros, una vez con las sumas aseguradas, o los valores que ellos nos traen acerca del patrimonio de una familia o de un negocio, hacemos la labor de suscripción o de cotización de ese riesgo.


❙ AMM: Si a mi casa la quiero asegu-

rar y me la valúan en dos millones de pesos, ¿a los diez años sigue teniendo el mismo valor? EU: Los valuadores tienen que hacer un avalúo para nosotros: en una compañía de seguros tiene una validez o una caducidad de hasta dos años. Dos años es lo más que tú me puedes venir a decir: “Este avalúo dice que mi casa vale dos millones de pesos“. Después de los dos años se tendría que volver a hacer un avalúo. ❙ AMM: ¿QUé aspectos son excluidos de protección? EU: El criterio general es proteger todo aquello que vaya a representar un desfalco o una pérdida del patrimonio de las personas . Hablando de riesgos ambientales, se excluye cualquier tipo de daño que sea paulatino o por el uso común, pero te voy a cubrir cualquier riesgo que sea súbito o imprevisto, para el cual no estás preparada. Eso es en criterios generales. ❙ AMM: Si hay un temblor y mi casa no se cae, pero sí tiene algunas cuarteaduras, ¿ustedes aportan recurso para ello? EU: Si la estructura de la casa sufrió daños, aquí entran mucho las autoridades de protección civil que también hacen ese tipo de valuaciones en las construcciones, y si determinan que la

construcción está dañada en su estructura, en sus cimientos, no puede ser habitada, se declara como pérdida total y la aseguradora paga, según las sumas aseguradas con las que se contrató la póliza. ❙ AMM: ¿Cómo puede la población tener derecho a un seguro de protección para situaciones de riesgo y casos de desastre? EU: Contactando a un agente de seguros, a una persona que se dedique a vender seguros , un agente certificado . El agente presenta propuestas de diferentes compañías aseguradoras . Hoy es muy poca la publicidad que las compañías aseguradoras están teniendo, pero entran un poco más en el mercado, en las personas, quienes pueden acercarse a las aseguradoras, para tener un agente de seguros. ❙ AMM: ¿Todas las aseguradoras tienen estas opciones de seguros? EU: Sí, aunque hay aseguradoras que sólo se especializan en gastos médicos, pero la mayoría, sobre todo las grandes, tienen el ramo de daños, que se encarga de este tipo de protección de los bienes contra riesgos de la naturaleza. ❙ AMM: ¿Cuántos tipos de seguros hay para este caso? EU: Desde junio de 2003 se tiene un esquema aprobado por la Aso-

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ciación Mexicana de Instituciones de Seguros (Amis), en la que se maneja la cobertura de fenómenos hidrometeorológicos. Esta cobertura incluye una protección contra los hechos en sí, me refiero a que te voy a proteger por avalanchas de lodo, granizo, helada , huracán , inundación , inundación por lluvia, marejada, golpe de mar, nevada, vientos tempestuosos. Dichas coberturas se añaden a la tradicional de terremoto y erupción volcánica. Esos son los riesgos que incluye este esquema, y los costos dependen mucho de la ubicación del riesgo, del tipo de construcción. Hay algunas casas, por ejemplo, con tejados de madera o palapas, sobre todo en zonas costeras, y también dependen de las aseguradoras los costos que manejan. En general, estaríamos hablando de un rango entre dos y tres pesos por cada mil pesos de suma asegurada. ❙ AMM: ¿Qué pasaría si mi casa se inunda y mis muebles se mojan por completo? ¿Me los pagan, los cambian o me dan un dinero? EU: La inundación opera a valor reposición, es decir, te voy a dar lo que me corresponde para que tú repongas los muebles o utilices el dinero como mejor te con-

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venga. Te doy una indemnización de acuerdo con las condiciones del contrato de seguro, y, sobre todo, en el riesgo de inundación hay una participación del asegurado siempre. Van a partes: la aseguradora con la mayor parte , y la participación del asegurado puede variar entre 10 y 20 por ciento de la pérdida. ❙ AMM: ¿Qué relación guarda la cultura de prevención y aseguramiento a nivel nacional y local en relación con otros países y estados? EU: Realmente en nuestro país la cultura de prevención no está muy divulgada, no está muy arraigada, sobre todo por la situación económica, pues la gente prefiere dar de comer a sus hijos que asegurar su casa. Sin embargo, ha ayudado mucho la penetración que ha tenido el seguro de automóviles, que a través de él la gente conoce otros seguros, como los seguros de daños contra riesgos ambientales. Si vemos que la contratación se rige por el poder adquisitivo, entonces las zonas en México que tienen mayor actividad, como son las grandes ciudades, y en el caso particular de Jalisco, hay un poco más de conciencia, como en el sector empresarial. La zona metropolitana de Guadalajara concentra una parte de esto, y


Puerto Vallarta, por su actividad turística. ❙ AMM: Supongo que las personas que viven en las zonas costeras son más conscientes, ya que a cada rato sufren de huracanes, por ejemplo, en Vallarta. ¿Hay gente que asegura sus casas? EU: Después del huracán Kena, en octubre del 2002, en Vallarta había la creencia de que nunca iba a pegar un huracán, pero después del Kena vimos un aumento en las solicitudes de contratación de seguros de negocios aquí, pero antes era muy tranquilo: uno que otro negocio estaba asegurado y poca gente tenía asegurada su casa. ❙ AMM: En las zonas montañosas de Jalisco, hace cinco o siete años, en Ajijic o Jocotepec, cayó un gran tormentón y hubo una avalancha de lodo. ¿En ese tipo de regiones de Jalisco aseguran sus casas las personas que viven en las montañas? EU: La penetración y el conocimiento de las coberturas y de las pólizas de seguro en regiones apartadas o en pueblitos es poca o casi nula. La venta de los pocos seguros en esas regiones se debe a que hay algún agente de seguros que tiene algún conocido en aquellos lugares , quien se enteró de que puede proteger su casa, pero no es un

mercado importante ni significativo. ❙ AMM: ¿Cuál es la práctica más cotidiana de prevención y aseguramiento en nuestro contexto? EU: La práctica más cotidiana es contactar, saber o informarte, ver las noticias y ver todas las consecuencias que trae un desastre natural a través de los medios de comunicación. Por lo que está ocurriendo en Asia, mucha gente está dándose cuenta de que puede perder todo en un instante. Ojalá que la gente empiece a practicar más la prevención, pues hoy no se preocupa mucho por prevenir una pérdida financiera que tendría al momento de perder su patrimonio, es decir, el trabajo de todo una vida. ❙ AMM: ¿Qué es, entonces, lo que más aseguran? ¿Los coches? EU: Automóviles. Es el seguro que más rápido crece, que más penetración ha tenido y por medio del cual la gente tiene sus primeros contactos con este tipo de seguros. El seguro de automóviles ha permitido al sector asegurador crecer un poco más. ❙ AMM: ¿Qué otros seguros hay aparte de éstos? EU: Los de daños, gastos médicos mayores y de vida. ❙ AMM: ¿Qué recomendaciones harías a la población respecto a

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las ventajas del seguro para la reducción de vulnerabilidad en caso de riesgo ambiental y desastres? EU: Recomiendo que no veamos el seguro como un gasto, sino como un ahorro. Un seguro te va a dar tranquilidad, a la familia le va a dar tranquilidad en caso de proteger su casa para poder hacerle frente a una pérdida, y a la empresa también le va a dar tranquilidad, porque sabe que su negocio estaría protegido. Yo recomendaría que busquen información acerca de aseguradoras o que se contacten con un asegurador para que primero intenten valuar su casa, hacer un inventario de su cosas y que aseguren su patrimonio, que no lo dejen para después o lo vean como un lujo. Ahora con todos estos cambios climáticos que estamos viendo es importante que la gente en las zonas costeras y de riesgo tome conciencia de cuán importante es un seguro. ❙ AMM: ¿Cuánto cuesta un seguro contra riesgos ambientales? EU: El costo, por ejemplo, de la cobertura de fenómenos hidrometeorológicos, que te cubre absolutamente cualquier tipo de fenómeno de la naturaleza, como avalanchas de lodo, huracán, granizo, inundación, etcétera, es de más o menos entre 2

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Vinculación y Ciencia

y 3 pesos por cada mil pesos de suma asegurada. Esto te podría decir que, por ejemplo, si tú tienes una casa que vale un millón de pesos, te estaría cobrando entre 200 y 300 pesos por un edificio o una construcción . Aparte, los contenidos y todo lo demás que puedas asegurar de tu casa. ❙ AMM: ¿Esta cuota es anual? EU: Si, es anual. Estamos hablando sólo de la cobertura de fenómenos hidrometeorológicos . Te menciono un rango porque no es lo mismo tener un riesgo de huracán aquí en Guadalajara que en Puerto Vallarta. ❙ AMM: Respecto a los automóviles, si a mi coche le cayó un árbol por un tormentón y si está asegurado con cobertura amplia, ¿responde el seguro o tengo que estar comprobando en todos lados lo que le sucedió a mi auto? EU: La cobertura incluye el riesgo de caída de árboles, ya que es una cobertura básica, de cajón; de hecho, también las coberturas de tu casa o empresa o la de caída de árboles, también están incluidas.


Arturo Curiel Ballesteros*

Atlas de riesgos en la Zona Metropolitana de Guadalajara

Introducción

La estructura del actual modelo de desarrollo ha fomentado una ideología del beneficio inmediato, contribuyendo a la presencia de múltiples procesos degradativos de las condiciones de vida. En el contexto global, por primera vez en la historia, se ha rebasado la capacidad de amortiguamiento del planeta y nos encontramos con la paradoja de que a pesar del enorme avance en la ciencia, nos damos cuenta que nuestras actividades están generando nuevos riesgos, cuyas consecuencias aún no sabemos, sobre todo para los países llamados subdesarrollados, los más vulnerables por su escasa cultura de prevención. La formulación de una nueva cultura ambiental que integre y relacione a la sociedad urbana con una cultura de prevención y una

cultura de la vida, se constituye en un principio prioritario y universal. De acuerdo con esta premisa, en 1993 se elabora la primera versión del Atlas de riesgos de la Zona Metropolitana de Guadalajara, en el que participan nueve dependencias de la Universidad de Guadalajara como una contribución a la gestión ambiental de la Zona Metropolitana de Guadalajara, donde después del desastre del 22 de abril de 1992 deberían generarse experiencias orientadas en la planificación, la coordinación interinstitucional y la participación social como procesos estructurales del desarrollo. Historia de los desastres en el siglo 20

En el pasado siglo 20, y en especial en los últimos cuatro decenios, los desastres se han diversificado conforme avanza la tecnología. Como

* Jefe de la Unidad de Vinculación y Difusión Científica de la Universidad de Guadalajara.

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Cuadro 1. Catástrofes principales en el siglo 20 Tipo

Lugar y fecha

Consecuencia. Número de muertos

Epidemia

Región asiática, 1919

22 000 000

Sequía

Kansu, China, 1928

3 000 000

Ciclón

Bangladesh, 1943

1 900 000

Violencia

Ruanda, 1994

1 000 000

Inundación

Tientsin, China, julio de 1939

1 000 000

Terremoto

Tientsin, China, 27 de julio de 1976

655 237

Incendio

Nicaragua, 23 de diciembre de 1979

73 000

Erupción volcánica

St. Pierre, Mt. Pelée, 8 de mayo de 1902

40 000

Deslizamiento

Armero, Colombia, noviembre de 1985

22 000

Contaminación del aire

Londres, 4 de diciembre de 1952

12 000

Tsunami

Japón, 1931

3 000

Fuga de sustancias

Bhopal, India, 2 de diciembre de 1984

2 500

Vajont, Italia, 1963

1 925

Accidente de barco

Reino Unido. Atlántico, 15 de mayo de 1912

1 500

Explosión (gas lp)

Bashkir, URSS, 1989

575

Accidentes de aviación

Islas Canarias, España, 28 de marzo de 1977

562

Ingestión de sustancias

Irak, 1971

459

Bajas temperaturas

India, 1982

400

Accidentes de ferrocarril

Firozabad, India, 20 de agosto de 1995

335

Altas temperaturas

Bihar, India, 1979/05

300

Hundimiento

Sincelejo, Colombia, 20 de enero de 1980

165

Accidentes de autobús

Chiporio, Zimbabue, 10 de junio de 1982

60

Accidente nuclear

Chernobyl, Ucrania,

31 (con la estimación de

26 de abril de 1986

que podrían morir 475 000

peligrosas (metilisocianato) Colapsamiento de construcciones

tóxicas (fungicidas)

personas de cáncer) Contaminación del agua

Prince William Sound, Alaska,

36 000 aves y 40 millones de

24 de marzo de 1989

de litros derramados de pe---tróleo

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Vinculación y Ciencia


ejemplo de ello, en el siguiente cuadro se presentan ejemplos de catástrofes. En el cuadro anterior se presentan ejemplos de catástrofes con base en el daño a la vida humana y al medio ambiente. En desastres naturales, el PNUMA (UNEP,1992) considera que anualmente en promedio se pierden 25 000 vidas y se causa un daño a la propiedad por 3 000 millones de dólares y que 95% de los desastres naturales ocurren en países subdesarrollados. Con respecto a la tendencia de los desastres más frecuentes en el siglo 20, podemos observar cómo se presentan éstos a nivel mundial en el cuadro 2.

En los países del tercer mundo los riesgos ambientales del desarrollo han provocado actualmente un eventual deterioro del bienestar social que ha traído como consecuencia desastres y catástrofes como ninguna otra generación en la historia. Los desastres quimicotecnológicos comienzan a ser significativos a nivel mundial a partir de los años cincuenta con una presencia e incremento en todo el mundo, mostrando una tendencia de crecimiento en los últimos 20 años , especialmente en los países del tercer mundo, donde los desastres y catástrofes han aumentado el número de muertes, lo que es indicativo de la relación de la vulnerabi-

Cuadro 2. Tendencia de los desastres en el siglo 20 Desastres mayores

Tendencia

Epidemias

Decremento a partir de los años veinte, manteniéndose a partir de

Sequía

Decremento a partir de los años cuarenta, manteniéndose a partir de

los sesenta arriba de las 1 000 muertes por año. los sesenta arriba de las 1 000 muertes por año. Violencia

Se mantiene a partir de los cuarenta arriba de las 1 000 muertes por año.

Ciclón

Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 1 000 muertes por año.

Terremoto

Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 1 000 muertes por año.

Inundación

Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 1 000 muertes por año.

Deslizamientos

Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 100 muertes por año.

Erupción volcánica

Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 100 muertes por año.

Accidentes tecnológicos

Aumenta de manera continua a partir de los años setentas en los países del tercer mundo.

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Vinculación y Ciencia


Cuadro 3. Grandes accidentes quimicotecnológicos en el mundo Década

Número de accidentes

Cincuenta

Número de muertos

5

162

Sesenta

15

225

Setenta

37

1 739

Ochenta

23

4 195

Noventa

143

8 000

lidad de los países con su nivel de desarrollo (cuadro 3 y figura 1). Los desastres quimicotecnológicos son cada vez de mayor trascendencia, por lo que debe darse importancia especial , ya que son catástrofes que pueden evitarse. Riesgos en México

En la década de 1982 a 1992 México ocupó el segundo lugar mundial, después de la India, en accidentes con altos impactos ambientales dentro de los países del tercer mundo . En cuanto a emergencias mayores presentes, se ubica en el tercer lugar, después de la India y Ucrania, con más de 30 sucesos por año y muertos en

10% de los eventos. Los hechos relacionados con los riesgos reconocidos en México en el período de 1900 a 1997, que han generado catástrofes, son presentados en el cuadro 4. Los riesgos de desastres en Guadalajara. En las últimas dos décadas en Guadalajara se ha concentrado el grueso de la actividad económica, política, social y educativa del estado de Jalisco. Sin estar preparado para ello, esta ciudad presenta un alto nivel de centralismo, lo que ha desbordado sus límites hasta desdibujarla y convertirla en un conjunto con asentamientos amorfos cada vez más extenso. Las cifras en cuanto a población, procesos de urbanización, ocupa-

Figura 1. Accidentes quimicotecnológicos catastróficos en el mundo

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Vinculación y Ciencia


ción del territorio y empobrecimiento de importantes segmentos de la población, también se observa incremento en la utilización de inadecuados sistemas tecnológicos, en la construcción de viviendas y en la dotación de infraestructura básica y sistemas organizacionales. Estos factores, entre otros, han aumentado la vulnerabilidad de la población tapatía frente a una amplia diversidad de fenómenos fisiconaturales y tecnológicos presentes frecuentemente en la ciudad. En la Zona Metropolitana de Guadalajara aproximadamente 20% de Tipo de riesgo

las personas que mueren pierden la vida en forma accidental. Un análisis inicial de la tasa de riesgos en Guadalajara basado en los reportes de la prensa para los fenómenos naturales, desde inicio del siglo, y para los accidentes tecnológicos, desde la última década, indica que las tasas de muerte más altas son para accidentes automovilísticos, incendios, fugas, derrames y explosiones, piquetes de animales, inundaciones y derrumbes. Esto permite que, en forma general, sean considerados como frecuentes. En cambio, los hundimientos, accidentes aéreos y terremotos son

Suceso

Consecuencias. Número de muertos

Sequía

Chihuahua, 19 de octubre de1994

40

Incendio

Acapulco, 15 de febrero de 1909

250

Terremoto

México, D. F., 19 de septiembre de 1985

10 000

Huracán

Jalisco y Colima, 27 de octubre de 1959

960

Inundaciones

Arandas, Jalisco, 3 de septiembre de 1980

100

Bajas temperaturas

Chihuahua, 1995

Altas temperaturas

Chihuahua 1996

Tormenta

Sinaloa, 7 de octubre de 1981

Erupción volcánica

El Chichonal, 29 de marzo de 1982

Intoxicaciones

Morelos, 19 de diciembre de 1984

50 42 100 3 000 53

Violencia

Chiapas, 22 de diciembre de 1997

45

Accidente de autobús

Querétaro, 1995

30

Accidente de barco

Yucatán, 1995

24

Fuga y explosiones de

San Juan Ixhuatepec

452

sustancias peligrosas

19 de noviembre de 1984

206

Guadalajara, 22 de abril de 1992

Cuadro 4. Sucesos máximos de consecuencias catastróficas en México por tipo de riesgo

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catalogados como de frecuencia media, y las erupciones volcánicas pertenecen a los eventos considerados de probabilidad muy baja (cuadro 5). En cuanto a las fugas, derrames y explosiones, hay que tomar en cuenta que la catástrofe del 22 de abril fue precedida por las explosiones del 25 de marzo de 1983, cuando 800 metros de la calle Sierra Morena se abrieron por cuatro explosiones en el drenaje, hiriendo a 48 personas y causando pérdidas materiales en fincas y automóviles. Nueve años más tarde, el 22 de abril de 1992 (Día Mundial de la Tierra) sucedió lo que se considera la peor tragedia en la historia de Guadalajara, cuando alrededor de una decena de explosiones a lo largo de diez kilómetros de calles del Sector Reforma causaron la muerte de más de 200 personas, 1 600 heCuadro 5. Riesgo de muerte accidental en Guadalajara Tipo de riesgo

Riesgo de muerte/persona/año

Accidentes automovilísticos

1 en 20 800

Incendios

1 en 1.5 millones

Fugas, derrames y explosiones

1 en 2.8 millones

Piquetes de insectos y arácnidos

1 en 5.0 millones

Inundaciones

1 en 8.4 millones

Derrumbes

1 en 11.5 millones

ridos y múltiples impactos al ambiente y a la propiedad. Ambos sucesos muestran una complejidad en sus causas al producirse las explosiones en el sistema de drenaje, donde no deben arrojarse sustancias peligrosas, pero que hoy en día sigue siendo una práctica vigente. Otra explosión ocurrió el 15 de octubre de 1993, a 18 meses de la catástrofe, en una bodega de plátanos en la Colonia del Fresno, dejando una persona muerta y seis lesionadas. Es un llamado más a la necesidad urgente de controlar el manejo de sustancias peligrosas en la ciudad. A partir de un análisis general de la Zona Metropolitana de Guadalajara, se han detectado 295 puntos de amenazas, las cuales incluyen desde industrias de alto riesgo, que en caso de accidente pueden tener una afectación en condiciones críticas en 16 kilómetros de longitud, hasta cruceros peligrosos, donde ocurren con frecuencia accidentes en los que están involucrados tanto los vehículos particulares como de transporte urbano que permanentemente circulan en la ciudad. Amenazas prioritarias en Guadalajara

Hundimientos

1 en 30.0 millones

Para cuantificar el riesgo en la zo-

Accidentes aéreos

1 en 50.0 millones

Terremotos

1 en 100.0 millones

Erupción volcánica

1 en 30,000.0 millones

na metropolitana , es necesario evaluar las amenazas presentes. Los valores de las amenazas se

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Vinculación y Ciencia


asignan teniendo en cuenta la capacidad destructora de cada evento, sus efectos sobre la salud y la probabilidad de que ocurran en el sitio. En Guadalajara se detectaron 16 diferentes tipos de amenazas, que pueden ser agrupadas de acuerdo con su capacidad destructora como amenazas prioritarias, amenazas importantes y amenazas posibles. Tráfico vehicular. Aun cuando este tipo de amenazas se presenta actualmente en todas las zonas urbanas del mundo, resulta conveniente tener en cuenta que estos accidentes son los que, en la ciudad de Guadalajara, causan año con año mayor número. Industrias de alto riesgo. Son aquellas fuentes de amenaza que están dadas por la presencia de instalaciones que almacenan, utilizan o generan peligrosas, que por sus características propias o en combinación con otras, pueden ocasionar incendios, explosiones, corrosión y toxicidad. Ante la diversidad y magnitud de las consecuencias generadas por los accidentes de este tipo que se han presentado en Guadalajara, se ha evidenciado la necesidad de identificar las actividades capaces de generar riesgos y de poner en práctica las medidas de prevención tendentes a disminuir su frecuencia y sus efectos en la población, sus bienes o el medio ambiente.

Durante el periodo comprendido entre 1980 y1993 se registraron en la Zona Metropolitana de Guadalajara un total de 311 accidentes que involucran sustancias peligrosas, los cuales arrojaron un total de 310 muertos . De estos hechos , 207 (66.56%) se debieron a incendios con un saldo de 34 muertos, y 104 (33.44%) fueron causados por fuga y derrame de sustancias, ocasionando la muerte de 276 personas y 2 917 heridos. Los accidentes sucedieron principalmente en fábricas y casas. A partir de dichos datos se obtiene que la probabilidad de que sucedan estos accidentes es de por lo menos uno cada diez años y sus consecuencias se estiman como muy serias. Es importante destacar que la frecuencia con que ocurren acciCuadro 6. Distribución de las amenazas en la matriz de riesgo, según nivel de probabilidad y consecuencias Prioridad de amenazas Amenazas prioritarias

Tráfico vehicular Industrias de alto riesgo Deslizamientos Hundimientos Sismicidad

Amenazas importantes

Inundación Gasolineras Gasoductos

Amenazas posibles

Vulcanismo

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Vinculación y Ciencia


dentes en los que se involucran sustancias peligrosas muestra una tendencia ascendente, lo cual es indicado por los accidentes de consecuencias catastróficas, como el de Guadalajara en 1992, o en otras partes del país. El almacenamiento y uso de sustancias inflamables, explosivas, tóxicas, corrosivas o reactivas, pueden causar grandes accidentes y desastres que generalmente son referidos como riesgos mayores. En la Zona Metropolitana de Guadalajara se identificaron en total 131 industrias que manejan sustancias peligrosas, de las cuales 63 son catalogadas como de alto riesgo, ya que en sus procesos productivos utilizan materias primas o residuos con alguna característica de corrosividad, reactividad, explosividad, toxicidad y flamabilidad. Los sectores Juárez y Reforma concentran la mayoría de las industrias consideradas como posibles fuentes de accidentes químicos. En otras áreas, el número de industrias peligrosas es menor , aunque es necesario tomar en cuenta aquellos puntos de localización de industrias aisladas, pero consideradas en la categoría de alto riesgo (por ejemplo, la planta Satélite de PEMEX en San Juan de Ocotán), o bien los corredores industriales, como Los Belenes en el área de Zapopan Norte.

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Vinculación y Ciencia

Deslizamientos y hundimientos. Los fenómenos de deslizamiento y hundimiento se encuentran vinculados a la forma de relieve alterada o modificada, o ambas, por las actividades de una ciudad que crece con patrones especulativos ; ejemplo de ello son barrancos rellenos, bancos de material urbanizados, ampliación de los parteaguas a partir de rellenos laterales, urbanización de valles estrechos, sobreexplotación de mantos freáticos, etcétera. La Zona Metropolitana, en su acelerado crecimiento, ha tendido a invadir áreas rurales a su alrededor, ocasionando serios problemas ambientales. Esta rapidez con que crece la ciudad contribuye a agravar la situación por la dificultad de dotar de servicios adecuados a nuevas colonias que crecen aceleradamente. En general, la demanda de nuevos sitios para urbanizar va creando una especulación en el valor del terreno disponible que determina la ubicación de la población de menores recursos sobre terrenos con más limitantes y riesgos. En los últimos años se ha observado el crecimiento de la ciudad hacia sus áreas periféricas sobre terrenos con las siguientes características: lechos de arroyos o cuerpos de agua, zonas de altas pendientes o cercanas a barrancas


y cárcavas, áreas de antiguas extracciones de materiales, etcétera. Sismicidad. Los sismos en Guadalajara son el resultado de la dinámica natural de la Tierra y se generan a partir del movimiento de una fracción de la corteza terrestre definida como placa tectónica, que al moverse una con relación a otra placa, produce una serie de movimientos, en ocasiones tan leves que sólo pueden ser percibidas por instrumentos especializados, o en otras generar ondas tales, que pueden provocar la destrucción de amplias regiones. De acuerdo con diversas fuentes de información, en la ZMG durante el periodo de 1900 a 1986 hubo 21 sismos que ocasionaron la muerte de aproximadamente 90 personas y más de 500 heridos. Con una probabilidad de que ocurran por lo menos una vez en veinte años y con consecuencias potenciales estimadas de nivel catastrófico, la amenaza por sismos resulta prioritaria en la puesta en práctica de medidas preventivas y fundamental para el diseño de planes de emergencia. Aun cuando la distribución de este riesgo es general para toda la Zona Metropolitana, hay que tener especial atención en sitios con diferente tipo de roca, espesor de sedimentos no consolidados (profundidad) y nivel del manto freático.

Según una evaluación realizada por la Organización de Estados Americanos (OEA, 1991) sobre los terremotos que podrían ocurrir en México y los países de Centro y Sudamérica, considerando una magnitud igual o mayor a 7 en la escala de Richter, entre 1989 y 2009 y con una probabilidad igual o mayor a 50%, se estimó para México una alta probabilidad de que ocurra un sismo de estas características en el estado de Colima. Este dato es de consideración por su cercanía a Guadalajara, y porque históricamente han repercutido en la ciudad los sismos con epicentro en el estado vecino. El riesgo en 2005

P ara reducir vulnerabilidad hay que considerar las amenazas en las que vivimos. Esta fue una de las intenciones principales de la

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Vinculación y Ciencia


primera aproximación del estudio de riesgos en 1993, resultante de un convenio de colaboración entre la COESE (hoy SEMADES) con apoyo de la Secretaria de Desarrollo Social y el Banco Mundial. Otra finalidad de este estudio fue la de definir zonas prioritarias de riesgo agudo para desarrollar planes específicos de emergencia por tipo de riesgo. En la primera aproximación del Atlas de riesgos se encontró que según el nivel de probabilidad y consecuencias, las amenazas prioritarias en Guadalajara son del tipo socioorganizativo, quimicotecnológico y geológico. En 2005 estas amenazas siguen estando presentes, con una tendencia al crecimiento, lo mismo que en el caso de la vulnerabilidad. A nivel socioorganizativo los accidentes automovilísticos son hoy en día la principal causa de

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muerte accidental, habiéndose duplicado las muertes en un periodo de diez años, y actualmente un promedio de 505 personas que pierden la vida al año. Los accidentes vehiculares actualmente muestran una tendencia de incremento de 7.8% con 72 accidentes diarios. Según criterios internacionales, si sumamos las muertes en estos accidentes, tenemos cada 15 días una catástrofe . Esto no sólo es una condición de falta de educación vial, sino de incremento del estrés. A nivel quimicotecnológico están presentes más de 130 empresas que manejan sustancias peligrosas susceptibles de ocasionar catástrofes y que es importante crear una vinculación con la sociedad para saber cómo actuar en caso de emergencia con actitud corresponsable. Es importante reconocer igualmente que existen más de mil empresas generadoras de residuos peligrosos que requieren monitoreo, máxime que varias de ellas están en zonas habitacionales. No se han logrado acuerdos entre industriales, gobierno y sociedad para prevenir catástrofes con una probabilidad de ocurrir en un alto nivel de consecuencias. Son 20 las sustancias químicas que han ocasionado las catástrofes quimicotecnológicas en el mundo; de ellas, la mitad está presente en Guadalajara. A nivel nacional, después de las explosiones de 1992 en Guadalaja-


ra, aumentaron las actividades de evaluación de riesgo quimicotecnológico en el país, pero eso se mantuvo hasta 1996. A partir de entonces se ha estado perdiendo atención como asunto prioritario, aumentando la vulnerabilidad de las comunidades. Un ejemplo de esto es que, según información de la Secretaría de Medio Ambiente, en 1993 se realizaron en el país 14 917 visitas de inspección a fuentes de riesgo, mientras que en 2000 disminuyeron a 7 600, y la generación de residuos peligrosos ha pasado de 1 500 generadores a 27 000, actualmente. Con respecto al riesgo de deslizamientos, hay 2 600 hectáreas que no reúnen las condiciones para ser destinadas a casa habitación por el riesgo a la salud y patrimonio que representan. Cuando se definió esto en 1993, la intención fue llamar la atención sobre la necesidad de ordenar el uso del suelo con el principio de seguridad de vivienda; sin embargo, lejos de considerar este criterio para ordenar el territorio, se siguen dando autorizaciones de construcción de zonas habitacionales en territorios de alto riesgo, y en zonas que son seguras para habitar hay autorizaciones para actividades altamente riesgosas. El 16% del área susceptible de deslizamiento actualmente tiene el uso habitacional de poblaciones marginadas y de pudientes.

Conclusiones

En términos generales, dos de cada diez muertes en Guadalajara podrían evitarse, partiendo del hecho que son accidentales. El principal riesgo de perder la vida en la Zona Metropolitana, como ya se ha mencionado, lo tienen los accidentes automovilísticos, luego las sustancias peligrosas y deslizamiento, todas ellas pueden ocasionar catástrofes. La primera es una catástrofe a la que nos hemos acostumbrado y, lamentablemente, ahora aceptamos como normal la cuota de centenas de pérdida de vidas al año por accidentes derivados de una mala organización del sistema de transporte en la ciudad. La segunda la vamos aceptando por los beneficios que otorga al desarrollo estar en contacto con sustancias altamente peligrosas, y olvidamos que los niveles de seguridad en estas

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actividades tienen que trabajar con probabilidades de accidentes de uno en mil años. Resulta claro que la industria de los hidrocarburos no tiene esos parámetros, y año con año tenemos derrames, fugas, explosiones que, cuando mucho, llegan a llamarnos la atención un par de días. Con respecto a deslizamientos, aún no encontramos una catástrofe, pero vendrá asociada al cambio climático y a lluvias extraordinarias que estarán afectando a las clases sociales más pobres ubicadas en sitios como las laderas del Cerro del Cuatro, y a las más pudientes, establecidas igualmente de forma no planeada y basada en la especulación y corrupción del uso de la cuenca de Los Colomos, un sitio que supone de nueva cuenta que con el uso de la tecnología se puede mitigar cualquier riesgo asociado con las fuerzas geológicas, pese a que cotidianamente se demuestra que no es así. Finalmente, es importante llamar la atención en el sentido de que desde la primera aproximación

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a los riesgos de la zona metropolitana, se han estado evaluando por parte de la Universidad de Guadalajara los riesgos, y uno que merece ser considerado actualmente como prioritario es el referido a los efectos a la salud derivados de la contaminación del aire. Investigaciones recientes han demostrado la relación entre la contaminación del aire por partículas menores de diez micras y muertes prematuras. Esto es importante para Guadalajara, ya que anualmente se tienen periodos que alcanzan niveles tres veces superiores a los considerados de seguridad crónica. Hay que tener presente, y anticipar que ha habido en varias partes del mundo catástrofes por contaminación del aire. En el mundo, según datos de la organización mundial de la salud, mueren cada año tres millones de personas por esta causa. De los casos de asma y de enfermedades respiratorias, 30% se asocian, según esta organización, a la contaminación. Tan sólo en Guadalajara ello equivale a 8 000 casos anuales de enfermedades.


DIRECTORIO DE LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA EN EL AREA DE RIESGOS Y DESASTRES NATURALES Posgrados ligados a la temática de riesgos y desastres Posgrado Maestría en Ciencias de la Salud Ambiental

Centro universitario CUCBA-CUCS

Doctorado en Ciencias de la Salud Pública Maestría en Desarrollo Local y Territorio

CUCS

Responsable M.G.S.S. Silvia León Cortés Dra. Guadalupe Garibay Chávez Dr. Miguel Raygoza Anaya Dr. Alfredo de Jesús Celis de la Rosa

CUCS

M.C. Carlos Suárez Plascencia

Teléfono 3 617 99 34 3 682 03 84 3617 78 46 3617 99 34 3 819 33 86 3 819 33 81

Grupos que realizan investigación sobre riesgo ambiental y desastres Grupo de liderazgo Salud Ambiental y Desarrollo Sustentable

Centro universitario CUCBA

Responsable Arturo Curiel Ballesteros

Sismología y Vulcanología de Occidente Geografía Cultural, Paisaje y Riesgo Geotecnia Salud Mental de Grupos Poblacionales Epidemiología de los traumatismos y los envenenamientos

CUCOSTA-CUCSH

Dr. Francisco Javier Núñez Cornú

Teléfono 3 682 06 38 3 682 03 84 3 682 00 72 01 (328) 105 20

CUCSH

Catherine Liot Lechaponnier

3819 33 81

CUCEI CUCS

Dr. José Rosas Elguera Manuel Pando Moreno

CUCS

Zoila Margarita Gómez Lomelí

3 619 25 34 3617 99 34 3617 78 46 3617 99 34 3617 78 46

Departamentos y unidades que realizan investigación sobre riesgo ambiental Departamento/unidad Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas

Centro universitario CUCBA

Responsable Mtro. Víctor Bedoy Velásquez

Teléfono 3 682 06 38 3 682 00 72

Instituto Regional de Investigación en Salud Pública Departamento de Geografía Territorial

CUCS

Dr. Felipe de Jesús Lozano Kasten M.C. Irineo Martínez Barragán

3 617 99 34 3 617 99 35 3 819 33 86

Dr. Arturo Chávez Chávez M.C. Juan Humberto Pérez López Dra. María del Refugio Torres Vitela Dr. Ángel Meulenert Peña

3 619 80 54

Departamento de Física Departamento de Ingeniería Química Departamento de Farmacobiología Instituto de Astronomía y Meteorología

Centro de Estudios de la Tierra

CUCSH

CUCEI CUCEI CUCEI CUCEI

CUCEI

M.C. David Barrera Hernández

3 619 99 20 3 619 81 58 3 619 99 20 3 616 49 37 3 615 98 29

3 619 25 34

Área Riesgos hidrometeorológicos, geológicos, quimicotecnológicos y sanitarios Riesgos laborales Riesgos hidrometeorológicos y geológicos y ordenación territorial Riesgos geológicos Riesgos químicos y seguridad industrial Riesgos químicos y sanitarios Lluvia, viento dominante,

humedad, temperatura, radiación solar Riesgo vulcanológico, sísmico y deslizamiento de masas

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Consulte la revista de Vinculación y Ciencia. Universidad de Guadalajara en internet: http://www.acude.udg.mx/divulga/vinci

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